Lagrimas Eclipsadas - 2011

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Alejandro R. Adriazola Lozada

Lรกgrimas Eclipsadas

SEVENTH EDITORS

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1a. Edición. Marzo 2011 Carátula: “Escudilla” Seventh Editors 2011

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Al niĂąo de los pedazos de carbono Y tambiĂŠn a Carolina.

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PARTE I “PRIMER FIN”

“…Aunque sea este el ultimo dolor que ella me causa Y estos los últimos versos que yo le escribo.” Pablo Neruda

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Epílogo (Todo fin implica un comienzo)

Ha llegado mi tiempo de escoger, libertad..., en mis manos por fin te veo, esas, encadenadas otrora por tu infame ilusión. Mis enormes alas, han sido liberadas de tu tácito dominio, o quizás del mío mismo; quiero sobrevolar los territorios que por derecho me pertenecen, esos que me fueron negados por mi conciencia opositora y mutilados por miles de tu especie, y por ti. No me puedes tocar, ni nada que hagas alcanzarme podría; pues yo no era lo que creías, cómicamente, ni lo que yo mismo creía ser. Miro hacia abajo tan nítido algo que no podía siquiera notar, tu ínfima burbuja de felicidad si la destruyo de seguro nada en ti quedará aun te aprecio; acariciabas levemente mis ataduras liberando todo el potencial de algo tan incontrolable para tu pequeño ser, pero, no la destruiré; como simple burbuja de efímera vida solo sucumbir le queda, el tiempo se ocupará. Mas, mis alas son intactas e incaducas ahora.

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Cronología inexistente Unos versos de olvidar el primer y último día que te sentía y te recordaba. Tiempos llenos de tu esencia falsos, ¡falsos!, pienso, recapacito en el preciado imperio anglosajón reconfortante. Un viaje y, un ave treinta y ocho días agonizante por conocerte y yo en mi lecho, una vida, por olvidarte. Una flor desnuda de un solsticio oscuro me lleva al invierno mas profundo días largos, noches, noches que furtivas me buscan selénicas y cortas tantas veces tú... Mi cometido es asesinar ese recuerdo que ilusiona y lastima, memorias que flagelan mi cuerpo, tu voz, tu piel, el sabor de tu mirada culpas y resentimientos con el pequeño, que no supo qué hacer con tal pedazo de carbono alotrópico. Recuerdos que herían, resultan verdaderas partes de vida dulces y complejamente amargas. solo consigo recordarte más.

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PARTE II “TODO LO DEMÁS”

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Invicto Felicidades efímeras que me ocurren hacen mi vida miserable, pues el seguir de la rutina las despedaza, las arruina, las abruma.

Cero Caminando por aceras de días pasados; me recuerdan la triste nostalgia de una vida que se va, ocultas oscuridades interfarólicas, calles inundadas de garúa breve, el pobre murmullo de mi andar y el pequeño perro de mi costado derecho me recuerdan que no estoy solo. Mil ochocientas van y vienen serán más, certeramente. La distorsionada ocasión de arribar al hogar, perturba mis sentidos, llego..., ultimo respiro de un pseudo invierno un antitésico frío glacial de verano, llaves, puerta entreabierta, ya habrá otro tiempo para andar.

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Ode to your beauty

Más que real, subjetiva ¿podrías ser definida? definiciones y conceptos bastan para las dríades de este entorno... pero, para ti, le falta el aliento a esta lengua de más de 10000 palabras unas mil más, para bosquejar tan solo un aspecto de un todo incomparable: tú. Sofocado ya de realidades abstractas; tu exquisita sonrisa, tus ojos; en imágenes fotográficamente grabadas en mi mente tan difícilmente dilucidables a simples mortales y tan fácilmente reproducibles en el diáfano cielo de canícula, en la constelación más cercana, en la noche más oscura ó en el plenilunio mas intenso; me sacan de esta lacra a las antípodas del averno paso por todos los círculos del cielo y todavía me encuentro lejos de esas pequeñas islas de arroz, que me hacen s

ñ

r

o

a

He de llegar, aunque sepa que tú no estarás ahí y que todo pierde sentido una vez más, tus ojos me obligan a seguir buscándote...

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Paseo Puedo verte, estas ahí estático, sin sentimientos ni emociones reposando bajo una sombra oportuna. De inerte condición la dicha de saber lo que pasa a tu alrededor o la desgracia de la que mis ojos son testigos, nunca tendrás. En este pasaje que es tan corto para mí, largo recorrido de vida será en ti. Pasan personas sin vida ni gloria afanosos de alegría… tú de ella careces, pero, ¿será esto cosa de envidia? puesto que, si de ella careces, de sufrimiento también. Tenue objeto, denigrado no estás pues al no reclamar de la triste vida que tienes provocas mi odio más soy tan solo un ser que no vivirá mas que tú, constante al martirio, al desaliento, forjando un futuro absurdo menos de cien años en este cuerpo. Sin enfrentarme ya me has ganado, sin fuerzas, derrotado, tórnome esquivo y triste. Puedo destruirte, lo sé,

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pero muerto ya estás, con tu sola existencia me ofendes; que hacer ahora, vencido, por tan simple banca de madera.

Intervención Impulsos incontrolables, espasmos, me obligan abandonar horas inapreciables de sueños mutilados, con la sequía de siete vacas flacas más larga que mi lengua hubiese padecido. Anunciada con antelación pero mas nada en esos tiempos podía hacerse siquiera para armarse contra esta. Siéntome cual estúpido que pide ser acallado por siempre, y su deseo defectuosamente cumplido, padeciendo la octava noche de lamentaciones, mi cama es broma – de utilidad carece – mis ojos languidecen. Promesas de cambio rompen cual papel mi esperanza, sentimiento destructivo ahonda en mi ánima, la corrompe; deseos contrarios e infructuosos, desembocan hacia mis cansados ojos en caudal de lágrimas.

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Arrebol Mira que suavemente agoniza Âżlo notas?,sin dolor se desvanece en apabullante holograma amarillo, naranja, rojo; su muerte inevitable, se muestra con orgullo centellando pobres muestras de un poderĂ­o ya pasado.

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Lágrimas Eclipsadas Lágrimas caen encima de mi corazón devastado en imágenes inexistentes, que nadie irá a recordar de vivencias que largaran conmigo de acá, -un mundo cuya presencia etérea sucumbe yade nombres olvidados de amigos, familiares; lugares monumentales que no han de ser recordados sino en las lagunas del olvido. Risas que dejo escapar a un mundo que languidece veo mi piel estremecerse, envuelta en ropas que el tiempo desaparecerá; sentimientos encontrados, encontrando un infinitesimal momento para siquiera sentirlos y seguir el continuo marchitar. El vacío en el alma, la soledad de mi mundo... el morir con nadie más que tus recuerdos peregrinos en una camita rodeada de personas que no saben tu nombre con entrecortados pensamientos fugases de que solo la muerte ahora te conoce ya no le debo nada a nadie; hice todo lo que...

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Frío Puedo verlos cortos espacios celestes iluminados, lejanos, dejándose ver recelosos, avanzando en contra del gigante oscuro que vuelve tinieblas mi lugar. ¿Esperar? lleguen esos temerosos celestes, en el llanto, el frío, la lluvia ¿Buscarlos? en travesía única, arriesgada, desesperada ¿Dudar? en decisiones entrecortadas que no hacen más que recordar mi limitada naturaleza humana. Me siento aquí viendo una guerra, cual desesperado espera una indecisión con un fin egoísta de salvación.

Galería Finísimas líneas frías y ondulantes recorren mi espalda boreal, mirando una cabeza blanca nacarada en recortes minuciosamente numerados, oscuras radiografías de un arte que no entiendo. Una leve sonrisa se dibuja en mi rostro nervioso pensando que piensas en insondables abstractos, abro los ojos, recuerdo que te acariciaba en sueños. 17


PARTE III “LO QUE SIGUIÓ”

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Ultimo pseudo soneto a Carolina Solo hoy recuerdo experiencias, en mi vida una etapa de sentimientos sublimes ¿Por qué?, ¿por ti? Hoy doy cuenta que sí, culpable de mi tiempo perdido, ¿pensando en ti?, quizás eres demasiado, quizás solo eres nada. Hoy siento pavor, dicha, mezcolanzas de sentimientos de grises arco iris. Darte algo, quebradas mis alas, reparable daño, inapreciable en tu rostro, solo hoy he llorado por ti.

Clase de Administración A veces se encuentra soñando el pasado, recuerda que resonaba su actual presente un anunciado futuro que parecía un absurdo bajaba su cabeza en la carpeta del colegio se sentía ingresando, viajando, viviendo… la subía en la carpeta de la universidad, recordando cuando ingresaba, viajaba y vivía. Hace lo común, hace lo mismo, hoy encuentra un birome y lo escribe y lo escribe, ¡escríbelo!, entiende que hoy se fabrica el cambio no anunciado de un mañana no esperado. 20


Humo Húmedo Tratas de salir, volver a la normalidad de stress y el intento se particiona en trabas, te obliga te enseña a tratar ahora de hacerlo lento, lento pero lento no basta, lento y con onda, un bucle de sosiego. Ahora no puedes entrar en la onda, es desesperante la lentitud a la que has sido atado… quieres acelerar, entonces empiezas a temblar el movimiento entero se reduce a impulsos sin control, hay miedo, tragedia; dejas de intentarlo seguir la frecuencia de lentitud es mas grato. La longitud de onda se vuelve cada vez mas larga, los movimientos cada vez más pausados cuando ya estas quieto…el vacío sin pensamientos el frío físico, la baja de presión, los ojos rojos inmovilización total, no decodificas el lenguaje no interpretas el medio, solo estas ahí. Vuelves en ti, ha pasado más tiempo del que crees y vuelves a la primera estrofa. Esta vez entiendes que puedes quedarte en una onda larga y tenue, un generoso movimiento continuo y acompasado; lleno de paz, tranquilidad acabas de eliminar preocupaciones, ahora sin esos flagelos y sin perderte en la nada piensas, replanteas, le das vuelta a los problemas miras las cosas de diferentes perspectivas redescubres alternativas que no podías ver das conclusiones, replanteas la conclusión 21


lรณgicamente llegas a la primera premisa risas, risas, risas.

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PARTE IV “TENÍA ALGO QUE CONTAR”

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Nada que embalar I RETORNABA AL SALÓN DESPUÉS DE MI EXAMEN ORAL; lo había dado mejor que el del ciclo pasado, abrí la puerta y me senté al lado de Lucía. Cuando recogía el lapicero que torpemente Lucia dejo caer, noté que él también regresó; llamo a Juan - por pedido de la profesora - a salir del salón por su examen oral, se dirigió a su sitio y guardo con ordenada naturalidad cuadernos y lapiceros en su mochila, de modo que no sintiera molestias en su espalda al colocársela. Se incorporó y comenzó despidiéndose de Lucia, luego de mí y de esta manera uno a uno de todos, hasta llegar a ella, le dio un beso en la mejilla y salió del salón Yo percibí que él sentía cierta resistividad a dejar el aula, y más aun cuando se despidió de ella, sin embargo, dejo el aula tan rápido como entro a ella después de su examen oral. – Y José, ¿Qué vamos a hacer después de clases?, ¡hoy es el último día del ciclo! - me dijo Lucia. - No sé, tú dime - Le respondí. Dios, en que estaba pensando cuando dije eso… II MIENTRAS SALÍA, pensaba en el momento en que me despedía de ella, José me miraba confuso cuando abandonaba el salón. - Hoy es el día 38- me dije. 24


Hacia treinta y ocho días que había regresado de un viaje al norte, había conseguido en ese viaje una pequeña pieza de cerámica tradicional, era una pequeña ave marrón acurrucada con las alas cerradas y con pequeños adornos esmeraldas. Cuando la compraba, pensaba en la belleza del ave, mas luego de las penurias por las que me había conducido después de comprada, se transformaba en el flagelo de uno de los pocos recuerdos peregrinos que tengo, digno de ser recordado. Hoy es el día 38 y todavía no se lo he entregado. Hacia treinta y ocho días que había querido entregarle esa pequeña ave a la persona para la cual había sido comprada quizás en realidad, a la persona para la cual había sido fabricada. Hacia treinta y ocho días que tenía un pensamiento angustioso de que, por negligencia mía o ajena, se quebrara ese frágil objeto antes de que llegara a sus manos. Hacia treinta y ocho días que embalaba por el día ese objeto, con la ilusión más constante de entregárselo, y hacia treinta y siete días que llegaba a mi hogar por la noche, pensando que tenia que desembalarlo de nuevo para ver si no se había quebrado; ya así, veía cada noche de nuevo esa pequeña ave, responsable de que me sean restregadas mis incapacidades por nadie más que por mi mismo. - Hoy es el día 38- repetí, pero esta vez enfrente de la calle desde donde, a la derecha, se puede ver la catedral de esa ciudad; daba un profundo respiro, a mis costados veía encenderse por primera vez los dos pequeños faroles que iluminan la puerta del centro de idiomas, anunciando que esa tarde ya se había esfumado mientras bajaba las gradas, pasaba por la 25


pileta y recorría el pasillo, hasta llegar, y encontrarlas encendidas a mis costados. Di un paso adelante. – Hoy es el ultimo día que la veo –, ya en la acera mire la calle sórdida y fría adelante, la gente que pasaba me miraba rápida y esquivamente creyendo saber que soy tan solo un elemento más ahí, mire los dos faroles negros de estilo colonial detrás. Di otro paso, esta vez, hacia atrás, mientras giraba mi cuerpo frenéticamente. Esa misma determinación frustrada que me había llevado a la salida del recinto, se transmutaba, a la tenue luz de esos pequeños faroles, en una huida desenfrenada de mis miedos, hacia ese salón que había abandonado prematuramente minutos atrás. Caminaba nervioso por el pasillo, ¿Que les diría a mis compañeros del porqué de mi retorno?; Terminaba de subir el último escalón, ¿Que pensará ella de mí?; Ya estaba frente a la puerta del salón; miré mi muñeca izquierda, faltaban todavía cinco minutos para que salieran mis compañeros – y ella también. Di un paso adelante. III FALTABAN CINCO MINUTOS y empezaba a aburrirme la meticulosidad de Lucia, y así también todos sus planes de diversión después de la salida. - Si querías divertirte, no debiste haberte quedado planeando toda la noche como hacerlo- le dije.

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Ahora cambiaba su rostro, desde un tono de entusiasmo hacia uno más sarcástico. No podía evitar el que me resultase divertido molestarla. - Si no quieres ir, no vayas, nadie te obliga José…-, no terminaba de decir esto cuando la puerta del salón se abrió. -Es de nuevo él – me dijo Lucia, – seguro se ha vuelto a olvidar algo. Yo entendía que ese era el motivo, pero no era un objeto lo que había olvidado, sino más bien un propósito; una motivación diferente de cualquier otra pensada, lo había llevado a volver a ese salón solo cinco minutos antes de que nos pudiéramos ir todos. -¡Ya volví!, eh, es que fui al baño un toque pues!exclamó. Pensé que eso era improbable, puesto que salió con su mochila, entonces volví mi rostro para verla; ella sonreía, creo que más que por lo poco cómica que resultaba su excusa; por su sola presencia de nuevo ahí. Ella sonreía mirando sus ojos, mientras él torpemente solo la miraba, pareciendo solo importarle en que estaría pensando, que diría después…; ella, solo sonreía. Dos minutos para la salida y todos parecían haber olvidado su retorno, y seguían charlando, esperando así que sonara ese divino sonido que indica que las clases han terminado. Mientras escuchaba a Lucia, veía que él se acercaba lo más que podía a ella, sus dos seres se encontraban en una perfecta armonía, su nerviosa cara al entrar se entremezclaba con una serenidad infinita que parecía ser suministrada por 27


ella, cuando hablaban, cuando reían, cuando solo la miraba…, sonó el timbre. Nos incorporamos y salimos del aula. Encontrábame en el corredor antes de las escaleras y ya no los podía divisar entre el tumulto de personas de doce salones diferentes. Simplemente se fueron sin despedirse. Asimismo, terminaba de advertir la falta de Juan cuando Lucia me tomo de la mano derecha. - ¡Vamos al “Pushkin” José! – me dijo. Quince minutos después estábamos tomando un corto en “La Oficina”.

IV FALTARON TRES MINUTOS para que todos olvidaran mi retorno al salón, así lo sentí porque mi cuerpo estaba ya menos tenso; aun así, todavía no le había dicho nada acerca de la pequeña ave y temía que no se lo llegara a decir. Ella se desenvolvía tan suavemente sobre mis pensamientos, me hacia sentir tan cómodo cuando estaba cerca…, sonó el timbre. El lugar donde ella tomaba su bus estaba en el camino a mi casa. Me ofrecí a acompañarla, cuando, inoportunamente, Juan se junto a nosotros, pues tomaba un bus diferente en el mismo paradero; en vano fueron mis intentos de disuadirlo. Ya estábamos en camino. Pasábamos el corredor y hablábamos de trivialidades, la presencia de Juan tornaba mi actuación confusa y pobre, y lo peor, hacia tender a cero las probabilidades de que el ave sea entregada. Pasamos 28


los escalones, la pileta y por el pasillo llegamos a la puerta, ahí, seguían inmutables los dos faroles que habían sido genuinos testigos de mi precipitado retorno; miraban quizás cómicamente como volvía con ella - pero también con un pelmazo. Así llegamos al paradero, yo necesitaba que el bus de Juan llegara antes que el de ella, pues si no conseguía ser así, hoy seria el día 38… La miré, era cuestión de tiempo que algo sucediera, el bus de ella o el de Juan; ella me miraba esperando algo; en ese momento pensé que desde el día cero, sabia que tenia algo para ella, quizás lo supo desde que la conocí; era el último día; y yo tenía que darle algo. Entonces su mirada cambio a un tono de tristeza por no obtener nada de lo que esperaba, su mirada destruía poco a poco mis incapacidades, su comprensión movía los músculos de mis brazos, su ternura hacia que mis dedos abrieran mi mochila, y… nada más. Solo ahí me dejo participar de los movimientos de mi propio cuerpo, había sido dejado a mi libre albedrío dárselo. - Esto es tuyo, no lo abras ahora por favor – le dije. Mientras la extendía, suavemente palpaba cada parte de la cerámica embalada en telas blancas, comprobando por ultima vez que no se hubiese quebrado, se lo entregue y; ya recibía la recompensa más preciada. Extrañamente me había sido dada todo el tiempo, pero esta vez, solo a mí, así lo sentí, la más dulce sonrisa que he visto jamás, mientras se despedía al ver su bus llegar. 29


Caí en cuenta que Juan se había ido minutos antes, y que me había quedado solo con un camino a mi casa por tomar. Fue el camino más feliz. Llegue a mi casa; ya la noche había cubierto completamente el pequeño mundo en que vivo, abrí la puerta de mi habitación, entre cansado; me dirigí al pequeño escritorio que esta al lado derecho de mi cama, me senté y abrí mi mochila. - Nada que desembalar- pensé.

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