Moda UN DERROCHE DE LUJO Y GLAMOUR, FUE LA PROPUESTA DE KARL LAGERFELD PARA OTOÑO-INVIERNO 2010/2011. VARIEDADES ESTUVO EN PARÍS CONOCIENDO LAS TENDENCIAS QUE IMPONDRÁ LA MARCA MÁS IMPORTANTE DE LA INDUSTRIA DE LA MODA
CHANEL
Rugido Chic Enviado especial: Alejandro Gutiérrez Tremola Fotografías: Cortesía Chanel Agradecimientos: Marie-Laure ClosSolari / Patricia Castaño / Mariana Eleta
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ulio es el mes en el que París se paraliza para conocer las nuevas propuestas de alta costura, que se extraen de la semana de la moda más exclusiva del mundo. Dicen que desde hace más de 70 años, las parisinas esperaban el desfile de Coco Chanel, para copiar atuendos y saber como debían vestir por la temporada. Unas décadas después, “la ciudad de la luz” se sigue paralizando para conocer qué sorpresas depara el desfile más importante de todos, ahora de la mano del diseñador alemán Karl Lagerfeld, responsable de trascender el legado de una leyenda del estilo, que se ha convertido en la marca con más relevancia en el mercado de la moda. A LA ALTURA DEL PALACIO Como el estribillo del poema L´Invitation au Voyage del poeta francés Charles Baudelaire, podría decirse que todo bajo la cúpula acristalada del Grand Palais fue durante unos minutos “orden y belleza, lujo,
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calma y voluptuosidad”, cuando el reloj marcaba las 08 de la noche. Afuera la multitud esperaba ver celebridades y dilucidar el secreto que hasta ahora, no se había revelado. Adentro, los asistentes sentados en forma de coliseo, disfrutaron de las teclas dramáticas de un piano que acabó con la espera. Los destellos de luz se colaron por los cristales creando una atmósfera única, que se ha repetido a lo largo de varios años, puesto que el lugar es el favorito de Lagerfeld para hacer sus imponentes presentaciones. A lo largo de los años, se han visto carruseles, icebergs y hasta una enorme botella de perfume, pero este año el escenario rugió con una creatividad increíble y con un tenue color de fondo, que hizo resaltar el lujo perfecto presentado en la pasarela. SUNTUOSA FEMINIDAD Protegidas de cualquier imprevisto climático, las mujeres Chanel del invierno, pasearán con serenidad sus vestidos con bolero cortos, culminados por el frente con una botonadura de oro viejo; o sus abrigos largos, entallados hasta la cintura y con lejana inspiración militar.
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El desfile estuvo repleto de texturas y materias primas brillantes, prendas enteramente bordadas de flores de mediano tamaño, amplios vestidos de tul sobre vestidos cortos del mismo color, gruesos ribetes de visón en mangas y ruedos, y también voluminosos lazos en la espalda de trajes de noche de talle alto y silueta A. Se optó por el brillo de finos bordados realizados por el taller Lesage, que en algunos modelos toman formas geométricas y en otros subrayan delicadamente las líneas. En otras piezas se vislumbran miles de minúsculas perlas de dos milímetros. “Uno de esos vestidos exigió más de 1.500 horas de trabajo”, asegura el propio Lagerfeld, quien se queda admirado ante la “interminable paciencia” de las bordadoras. De día o de cóctel, los vestidos serán cortos y rondarán las rodillas. Mademoiselle Coco siempre afirmó que las mujeres elegantes no debían mostrarlas. Las mangas serán muy visibles, cortas o largas, acampanadas o simplemente anchas, pero raramente llegarán hasta las muñecas. Un largo ideal para lucir pulseras, de múltiples y variados colgantes, piedras y pedruscos, cadenas y perlas. El elemento principal de la colección en el terreno de los accesorios, fue el botín. Éste será siempre ancho, bordado de lentejuelas, de pedrería, cubierto con una rejilla de perlas, o de piel dorada a la imagen de melenas leoninas. Además de dominar claramente el paisaje invernal del lujo máximo, ese mismo calzado inevitablemente exquisito porque lo eligió Lagerfeld, dominará la noche, la gala y la gran fiesta, pues aunque sean largos, ni abrigos ni vestidos llegarán nunca hasta los tobillos. Por primera vez en la historia de la firma, Karl ignoró totalmente la tradicional “petite robe noire” y el traje largo. El diseñador los encuentra más que vistos y fuera de época.
La realeza del Zodiaco
Gabrielle Bonheur Chanel, mejor conocida como Coco Chanel se inclinaba por los leones, símbolos de su signo zodiacal. A manera de homenaje, un enorme león dorado de 12 metros de alto y 8 toneladas de peso, presidía la pasarela, alrededor de la cual circulaban las modelos. La bestia, creación de escenógrafos de la ópera de París, descansaba una pata en una perla gigante de la que emergían los maniquíes y que también es simbólica, puesto que la diseñadora fue la primera en combinar perlas falsas con naturales.
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Celebridades
de Chanel
El front row siempre tiene importantísimas estrellas de la música, la política, el cine y la televisión. Este año no fue la excepción. Comenzando por la Editora de la revista Vogue, en su versión americana, Anna Wintour, quien siempre esta acompañada de Grace Coddington, directora creativa de la misma publicación, ellas nunca faltan a esta cita. Se dejaron ver también, las hermosas protagonistas de la serie Gossip Girl, Blake Lively y Leighton Meester, que derrocharon simpatía ante los asistentes. También estuvieron invitadas las bellísimas actrices Jessica Alba, Rinko Kikuchi y Milla Jovovich. Otras celebridades que estuvieron presentes fueron Natalia Vodianova, Nora Von Waldstaetten, Marina Abramovic, Yi Zhou, la cantante Izia Higelin, Lou Doillon, Joana Preiss, Clemence Poesy, Elisa Sednaoui y Anna Mouglalis. La alcurnia francesa se vio representada por las socialites Gaia Repossi, Caroline Sieber, Poppy Delevigne y Julia Restoin Roitfeld, quienes se deleitaron con lo mejor de la pasarela.
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