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¿POR QUÉ
LE PASAN COSAS MAL AS A L A GENTE BUENA?
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Vol. 135, No. 13
Semimonthly SPANISH
LA ATALAYA es una revista que tiene ´ ´ como proposito honrar a Jehova, el Dios Soberano del universo. Consuela a la gente anunciando que el Reino de Dios —un gobierno que se halla en los cielos— pronto ´ acabara con la maldad y transfor´ ´ mara la Tierra en un paraıso. ´ Ademas, promueve la fe en el Rey reinante de dicho gobierno, ´ Jesucristo, quien murio para ´ que pudieramos alcanzar la vida ´ eterna. Esta publicacion, editada ´ sin interrupcion desde 1879, ´ es polıticamente neutral y reconoce ´ la Biblia como maxima autoridad.
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Tirada media: 45.944.000 EN 214 IDIOMAS
JULY 1, 2014
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TEMA DE PORTADA
¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? PÁGINAS 3 A 7 ¡Cuántas cosas malas! 3 ¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? 4 ¿Qué hará Dios con la maldad? 7 ․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․
Y TAMBI ÉN La Biblia les cambió la vida 8
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C ómo disciplinar a los hijos 10 ¿Lo sabía? 13 ¿Puede ver al Dios que es invisible? 14 Preguntas sobre la Biblia 16
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M ÁS INFORMACI ÓN EN L ÍNEA www.jw.org /es OTRAS PREGUNTAS SOBRE LA BIBLIA: ¿Son los desastres naturales castigos de Dios?
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´ Esta publicacion se distribuye como parte de una ´ ´ obra mundial de educacion bıblica que se sostiene con donativos. Prohibida su venta. A menos ´ que se indique lo contrario, las citas bıblicas se ´ han tomado de la version en lenguaje moderno ´ Traduccion del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias). The Watchtower (ISSN 0043-1087) is published semimonthly by Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.; L. Weaver, Jr., President; G. F. Simonis, Secretary-Treasurer; 25 Columbia Heights, Brooklyn, NY 11201-2483, and by Watch Tower Bible and Tract Society of Canada, PO Box 4100, Georgetown, ON L7G 4Y4. Periodicals Postage Paid at Brooklyn, NY, and at additional mailing offices. POSTMASTER: Send address changes to Watchtower, 1000 Red Mills Road, Wallkill, NY 12589-3299. 5 2014 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. Printed in Canada.
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´ ¿POR QUE
LE PASAN COSAS MAL AS A L A GENTE BUENA?
TEMA DE PORTADA
¡Cuántas cosas malas! Smita,1 una mujer de 35 años que vivía en Daca (Bangladés), se había ganado la reputación de ser una persona afectuosa. Todos la conocían como una esposa feliz y trabajadora que ayudaba al prójimo a aprender los caminos de Dios. No obstante, su familia quedó devastada cuando Smita contrajo una enfermedad que acabó con su vida en menos de una semana. James y su esposa, que rondaban los 35 años, eran conocidos por las mismas cualidades que Smita. Hace unos años fueron a visitar a unos amigos de la costa oeste de Estados Unidos, pero nunca volvieron a su hogar en Nueva York. Murieron en un accidente automovilístico que dejó un terrible vacío en la vida de sus familiares y amigos. Cualquiera puede darse cuenta de que el sufrimiento y la maldad están por todos lados: las guerras matan a soldados y civiles por igual; la delincuencia y la violencia destruyen la vida de miles de inocentes; los accidentes mortales y las enfermedades crónicas no distinguen ni edad ni posición social; los desastres naturales arrasan comunidades enteras, y el prejuicio y las injusticias son el pan nuestro de cada día. Quizás usted mismo ha pasado por alguna de estas experiencias. Es lógico, pues, que nos hagamos preguntas como las siguientes: ˙ ¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? ˙ ¿Tiene Dios la culpa? ˙ ¿Ocurren las calamidades por simple casualidad, o son provocadas por el hombre? ˙ ¿Será el karma? ¿Estaremos pagando por cosas malas que hicimos en alguna vida anterior? ˙ Si existe un Dios todopoderoso, ¿por qué no protege a las personas buenas? ˙ ¿Se acabarán algún día la maldad y el sufrimiento?
Para encontrar las respuestas, tenemos que contestar dos preguntas básicas: ¿Por qué suceden cosas malas? ¿Y qué hará Dios al respecto? 1 Se han cambiado los nombres.
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¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? Como Jehová1 ha creado todas las cosas y es todopoderoso, mucha gente lo responsabiliza por todo lo que pasa en el mundo, incluidas las cosas malas. Sin embargo, la Biblia dice lo siguiente acerca de él: ˙ “Jehová es justo en todos sus caminos.” (Salmo 145:17.) ˙ “Todos [los] caminos [de Dios] son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él.” (Deuteronomio 32:4.) ˙ “Jehová es muy tierno en cariño, y [es] misericordioso.” (Santiago 5:11.)
Está claro que Dios no hace cosas malas. Sin embargo, hay quien piensa que sí motiva a la gente a hacerlas. ¿Es cierto eso? De ningún modo. La Biblia dice: “Al estar bajo prueba, que nadie diga: ‘Dios me somete a prueba’. Porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie” (Santiago 1:13). Él no prueba a la gente incitándola a hacer el mal. No hace cosas malas ni empuja a los demás para que las hagan. Entonces, ¿a qué o a quién hay que culpar? ESTAR EN EL LUGAR INDEBIDO EN EL MOMENTO INOPORTUNO La Biblia explica con estas palabras una de las razones por las que el hombre sufre: “El tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos” (Eclesiastés 9:11). Cuando ocurre un accidente o una situación inesperada, puede o no haber afectados. Eso depende en gran parte del lugar y el momento en que suceda. Hace dos mil años, Jesucristo habló del derrumbe de una torre que mató a 18 personas (Lucas 13:1-5). Las víctimas no murieron debido a la clase de vida que llevaban: simplemente estaban cerca de la torre cuando se vino abajo. En nuestros días, el terremoto que devastó 1 La Biblia dice que el nombre de Dios es Jehová.
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LA ATALAYA
¿Por qué no protege Dios a la gente buena de los desastres?
Haití en enero de 2010 se cobró 300.000 vidas, según informes del gobierno, y arrasó el país sin hacer ningún tipo de distinción. También las enfermedades pueden sobrevenirle a cualquier persona y en cualquier momento. Quizás alguien se pregunte: “¿No pudo haber evitado Dios esos desastres? ¿No pudo haber protegido a la gente buena de la calamidad?”. Pues bien, para poder intervenir, Dios tendría que saber cuándo van a suceder dichos sucesos. Y aunque es cierto que él tiene la capacidad de predecir el futuro, hay una pregunta que debemos hacernos: ¿utiliza su poder de predicción para predecirlo todo? (Isaías 42:9.) La Biblia dice: “Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que se deleitó en hacer lo ha hecho” (Salmo 115:3). Así es, Jehová hace todo lo que considera necesario, pero no todo lo que es capaz de hacer. Eso es particularmente cierto en lo que tiene que ver con predecir el futuro. Por ejemplo, cuan-
El hombre ha cometido actos espantosos que han causado muchísimo sufrimiento a los demás
do las antiguas ciudades de Sodoma y Gomorra se llenaron de maldad, Dios le dijo al patriarca Abrahán: “Estoy completamente resuelto a bajar para ver si obran del todo conforme al clamor que acerca de ello ha llegado a mí, y, si no, podré llegar a saberlo” (Génesis 18:20, 21). Durante un tiempo, Jehová no quiso conocer el grado de maldad que existía en aquellas ciudades; de modo que él decide no predecirlo todo (Génesis 22:12). Ahora bien, esto no quiere decir que sea imperfecto o débil. La Biblia dice: “Perfecta es su actividad”; de modo que él equilibra su capacidad de prever el futuro con el cumplimiento de su propósito. No obliga a nadie a obedecer sus normas (Deuteronomio 32:4).1 La conclusión es, simple y llanamente, que Dios decide qué cosas predecir y qué cosas no. ¿TIENE EL HOMBRE LA CULPA? Parte de la culpa por la maldad la tiene el ser humano. La Biblia explica así el proceso que da origen a un acto dañino: “Cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo. Entonces el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado; a su vez, el pecado, cuando se ha realizado, produce la muerte” (Santiago 1: 14, 15). En efecto, cuando una persona lleva a cabo sus malos deseos, lo más seguro es que sufra las consecuencias (Romanos 7:21-23). Por otro lado, el hombre ha cometido actos espantosos que han causado muchísimo sufrimiento a los demás, tal como lo demuestra la historia. Y no solo eso, sino que los malvados influyen en otras personas y las corrompen, con lo cual se crea un círculo vicioso que no acaba nunca (Proverbios 1:10-16). ¿Debería intervenir Dios? ¿Debería impedir que hiciéramos cosas malas? Bueno, pensemos en 1 Para entender mejor por qué permite Dios que siga existiendo la maldad, vea el capítulo 11 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, publicado por los testigos de Jehová.
¿Por qué no protege Dios a la gente buena de la delincuencia?
la manera en que hemos sido hechos. La Biblia dice que Dios nos creó a su imagen y semejanza. Gracias a ello podemos imitar sus cualidades (Génesis 1:26). Además, nos dio un hermoso regalo: la libertad de elegir. Podemos decidir si vamos a amarlo y a obedecer sus normas (Deuteronomio 30:19, 20). Si nos obligara a actuar de cierto modo, ¿no estaría quitándonos el regalo que nos ha dado? ¿No nos convertiríamos en robots programados para hacer lo que él quisiera? Lo mismo pasaría si el destino, o kismet, determinara todo lo que hacemos y lo que nos ocurre. Es de agradecer, sin duda, que Dios nos trate con dignidad y nos permita elegir el camino que tomaremos en la vida. Ahora bien, eso no significa que estemos condenados a sufrir para siempre debido a los errores y malas decisiones de los demás. ¿PODRÍA SER UNA CUESTIÓN DE KARMA? Si le hiciéramos la pregunta de la portada de esta revista a un hindú o a un budista, lo más 1 DE JULIO DE 2014
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seguro es que respondieran: “A la gente buena le pasan cosas malas debido a la ley del karma: están pagando por las cosas que hicieron en alguna vida anterior”.1 A fin de entender mejor este asunto, veamos lo que dice la Biblia sobre la muerte. En el jardín de Edén, donde tuvo su comienzo la humanidad, el Creador le dijo lo siguiente a Adán, el primer hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás” (Génesis 2:16, 17). Si Adán hubiera obedecido a Dios y no hubiera pecado, habría vivido eternamente. La muerte es un castigo por su acto de desobediencia. Cuando él comenzó a tener hijos, “la muerte se extendió a todos los hombres” (Romanos 5:12). Por eso se puede decir que la muerte es la paga del pecado (Romanos 6:23). Además, la Biblia dice que “el que ha muerto ha sido absuelto de su pecado” (Romanos 6:7). En otras palabras, la gente no sigue pagando por sus pecados después de morir. Hoy día, millones de personas aseguran que el sufrimiento del ser humano se debe al karma. Quien tiene esta creencia normalmente acepta el sufrimiento (el suyo y el de los demás) sin inquietarse demasiado. No obstante, la idea del karma no ofrece ninguna esperanza de que dejen de pasar cosas malas. Se piensa que el único alivio que puede obtener el individuo es ser liberado del ciclo de reencarnaciones mediante una conducta socialmente aceptable y un conocimiento especial. Dichas ideas, por supuesto, son muy diferentes de las que contiene la Biblia.2 LA PRINCIPAL CAUSA Sin embargo, la principal causa de la maldad no es el hombre, sino Satanás. Él es un ángel que al principio fue fiel a Dios, pero “no permaneció 1 Para conocer mejor el origen de la llamada ley del karma, vea las páginas 8 a 12 del folleto ¿Qué nos sucede cuando morimos?, publicado por los testigos de Jehová. 2 Para conocer lo que dice la Biblia sobre los muertos y la esperanza que hay para ellos, vea los capítulos 6 y 7 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?
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LA ATALAYA
¿Sabía que el principal causante del sufrimiento es “el gobernante de este mundo”, Satanás? (Juan 14:30)
firme en la verdad” e hizo que apareciera el pecado en el mundo (Juan 8:44). ¿Cómo? Organizando una rebelión en el jardín de Edén (Génesis 3:1-5). Jesucristo lo llamó el “inicuo” y “el gobernante del mundo” (Mateo 6:13; Juan 14:30). La mayor parte de la humanidad satisface su impulso de pasar por alto las normas de Jehová, lo cual es una manera de seguir a Satanás (1 Juan 2:15, 16). “El mundo entero yace en el poder del [maligno]”, señala 1 Juan 5:19. Pero hay otras criaturas espirituales que se han corrompido y se han unido a Satanás. La Biblia asegura que él está “extraviando a toda la tierra habitada” junto con sus demonios, lo cual nos causa un enorme dolor a todos (Revelación [Apocalipsis] 12:9, 12). Así que el principal culpable de la maldad es el Diablo. Queda claro, pues, que Dios no es el responsable de las cosas malas que les ocurren a las personas. Tampoco es cierto que las haga sufrir. Al contrario, ha prometido eliminar la maldad, como se verá en el próximo artículo.
¿Qué hará Dios con la maldad? La Biblia dice con claridad lo que Jehová y su Hijo, Jesucristo, harán con el sufrimiento causado por Satanás. “Con este propósito el Hijo de Dios fue manifestado, a saber, para desbaratar las obras del Diablo.” (1 Juan 3:8.) El mundo actual —cuyos fundamentos son la codicia, el odio y la maldad— será eliminado. Además, Jesús promete que “el gobernante de este mundo [Satanás] será echado fuera”, será ejecutado (Juan 12:31). Ya sin la influencia de este ángel malvado, Dios dará inicio a un mundo nuevo y la Tierra se llenará de paz y armonía (2 Pedro 3:13). Pero ¿qué hay de quienes se niegan tercamente a cambiar su forma de vivir e insisten en hacer el mal? Esta clara promesa de la Biblia nos da la respuesta: “Los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella”; entonces añade que los malos “serán cortados de la mismísima tierra; [...] serán arrancados de ella” (Proverbios 2:21, 22). En efecto, desaparecerán las malas influencias y reinará la paz. En estas condiciones ideales, las personas obedientes serán liberadas gradualmente de la imperfección (Romanos 6:17, 18; 8:21). Dios no eliminará la maldad convirtiéndonos en robots sin libertad de elección, sino enseñán-
donos sus normas y ayudándonos a dejar atrás los pensamientos y las acciones nocivas. ¿Y qué hará con los imprevistos, que tanto sufrimiento causan? Él ha prometido que muy pronto su Reino tomará el control de nuestro planeta, y ha nombrado rey de dicho gobierno a Jesucristo, quien tiene el poder de curar a los enfermos (Mateo 14:14). Su Hijo también tiene poder sobre las fuerzas de la naturaleza (Marcos 4:35-41). Él acabará con el daño causado por “el tiempo y el suceso imprevisto” (Eclesiastés 9:11). Bajo su reinado, ninguna calamidad volverá a azotar a la humanidad (Proverbios 1:33). También hay esperanza para los millones de inocentes que han sufrido una muerte trágica. Poco antes de resucitar a su amigo Lázaro, Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25). Así es, Jesús tiene el poder de resucitar a todas esas personas, de devolverles la vida. Si quiere vivir en un mundo donde no le sucedan cosas malas a la gente buena, ¿por qué no estudia la Biblia? En ella aprenderá más acerca del Dios verdadero y sus propósitos. Los testigos de Jehová de su localidad lo ayudarán con gusto. Lo invitamos cordialmente a ponerse en contacto con ellos o escribir a los editores de esta revista. ˇ
Dios eliminará toda causa de sufrimiento
LA BIBLIA LES CAMBI Ó LA VIDA
No iba a ningún lado sin mi arma MI PASADO: Nací y me crié en un barrio pobre de las afue-
RELATADO POR ANNUNZIATO LUGARÀ
AÑO DE NACIMIENTO
1958 PAÍS
ITALIA OTROS DATOS
FUE PANDILLERO
ras de Roma. Mi vida fue muy difícil. No conocí a mi madre y nunca tuve una buena relación con mi padre. Crecí siguiendo la ley de las calles. Empecé a robar a los 10 años de edad, y a los 12 huí de casa por primera vez. En más de una ocasión, mi padre tuvo que ir a sacarme de la comisaría. Me pasaba todo el tiempo discutiendo con la gente y tenía un carácter muy agresivo. A los 14 años me marché de casa para no volver. Vivía en la calle y usaba drogas. Al llegar la noche, abría un automóvil y allí dormía hasta la madrugada; entonces buscaba una fuente donde asearme un poco. Me hice un ladrón experto. Hacía de todo: desde arrebatar bolsos en la calle hasta robar apartamentos y casas por las noches. Mi reputación creció tanto que fui invitado a formar parte de una famosa pandilla. Eso me dio la oportunidad de “progresar”, pues comencé a robar bancos. Mi agresividad me convirtió en un miembro respetado de la banda. No iba a ningún lado sin mi arma; de hecho, dormía con ella debajo de la almohada. La violencia, las drogas, el robo, la inmoralidad y las malas palabras se convirtieron en parte de mí. La policía siempre estaba pisándome los talones y fui arrestado varias veces. Pasé años entre la calle y la cárcel. LA BIBLIA ME CAMBIÓ LA VIDA: Una de las muchas veces
en las que salí de prisión fui a visitar a una de mis tías. Yo no lo sabía, pero ella y dos de mis primos se habían hecho testigos de Jehová. Ellos me invitaron a una de sus reuniones y acepté por curiosidad. Cuando llegamos al Salón del Reino, insistí en sentarme cerca de la entrada para estar pendiente de quién entraba y quién salía. Estaba armado, por supuesto.
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LA ATALAYA
Esa reunión me cambió la vida. Recuerdo que pensaba: “¡Tengo que estar en otro planeta!”. Por todos lados veía personas sonrientes y amigables. Hasta el día de hoy tengo grabada en la mente la mirada auténtica y amable de los Testigos. ¡Me sentía a millones de kilómetros del mundo en el que vivía! Decidí estudiar la Biblia con los Testigos. Conforme avanzaba en mi estudio me fui dando cuenta de que tenía que cambiar por completo mi forma de vivir. Por ejemplo, me tomé muy en serio las palabras de Proverbios 13:20, que dice: “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal”. Comprendí que tenía que romper todo contacto con la pandilla. No fue nada fácil, pero con la ayuda de Jehová lo logré. También limpié mi cuerpo. Con mucho esfuerzo dejé de fumar y de usar drogas. Me recorté mi larga melena, me quité los pendientes de las orejas y dejé de usar malas palabras. Por primera vez en mi vida sentí que podía controlar mis acciones. Nunca me había gustado leer ni estudiar, así que fue todo un desafío concentrarme y dedicarme al estudio de la Biblia. Sin embargo, poco a poco comencé a amar a Jehová. De pronto, algo cambió dentro de mí: sentí remordimientos de conciencia. A menudo me sentía mal conmigo mismo y pensaba que Jehová nunca me perdonaría las cosas malas que había hecho. En esos momentos leía el relato que habla sobre la manera
en que Jehová le perdonó al rey David los graves pecados que había cometido, y eso me servía de consuelo (2 Samuel 11:1–12:13). Otro gran reto fue predicarle a la gente en sus hogares (Mateo 28:19, 20). ¡Me aterraba la posibilidad de encontrar a alguien a quien le hubiera hecho daño en el pasado! No obstante, gradualmente superé mi temor y comencé a disfrutar de hablar a las personas sobre nuestro extraordinario Padre celestial, quien nos perdona en gran manera.
Por primera vez en mi vida sentí que podía controlar mis acciones QUÉ BENEFICIOS HE OBTENIDO: Conocer a Jehová
me salvó la vida. La mayoría de mis amigos de antes están muertos o en la cárcel. En cambio, yo soy feliz y tengo un brillante futuro por delante. He aprendido a ser humilde y obediente y a mantener bajo control mi temperamento explosivo, gracias a lo cual tengo mejores relaciones con quienes me rodean. Estoy felizmente casado con una hermosa mujer llamada Carmen. Juntos ayudamos a nuestros vecinos a conocer mejor la Biblia. ¡Ah!, y por cierto, ahora me gano la vida con honradez. Sigo trabajando en bancos de vez en cuando, pero ahora no es para robarlos, sino para limpiarlos. ˇ 1 DE JULIO DE 2014
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Cómo disciplinar a los hijos “Cada vez que oía un auto pasar se me ponían los nervios de punta. Era la tercera vez que Jordan regresaba a casa más tarde de lo que le habíamos dicho. ‘¿Dónde está? —pensaba—. ¿Le habrá pasado algo? ¿No le importa tenernos tan preocupados?’ Estaba que me hervía la sangre cuando llegó.” (GEORGE)
“Escuché el grito de mi hija y un escalofrío me corrió por todo el cuerpo. Cuando la miré, estaba llorando y agarrándose la cabeza. Su hermano, que tiene cuatro años, le había pegado.” (NICOLE) “Nuestra hija de seis años, Natalie, nos dijo: ‘¡No robé el anillo, me lo encontré!’. Sus grandes ojos azules clamaban inocencia. Nos dolió tanto que se negara a aceptar su robo que comenzamos a llorar, pues sabíamos que estaba mintiendo.” (STEPHEN)
E SIENTE identificado con estos comentarios? Cuando se enfrenta a situaciones similares, ¿se pregunta cómo debería disciplinar a su hijo o si debería siquiera hacerlo? ¿Está mal disciplinar a los hijos?
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¿QUÉ ES LA DISCIPLINA?
En la Biblia, la palabra disciplina no significa exactamente lo mismo que la palabra castigo. Se usa sobre todo para hablar de enseñar, educar y corregir, y no tiene nada que ver con el maltrato o la crueldad (Proverbios 4:1, 2). La disciplina de los hijos es como el cuidado de un jardín. Un jardinero prepara el terreno, riega las plantas, las abona, las protege de las plagas y la mala hierba, y de vez en cuando las poda para que crezcan en la dirección correcta. Él sabe que se requiere una cuidadosa combinación de técnicas para producir plantas sanas. De igual modo,
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LA ATALAYA
los padres educan a sus hijos usando diversas técnicas. Una de ellas es la disciplina, la cual deben aplicar de vez en cuando a fin de corregir desde temprano las malas inclinaciones de sus hijos y ayudarlos a crecer en la “dirección” correcta. Ahora bien, tal como el jardinero debe podar con delicadeza una planta para no causarle daño permanente, los padres deben disciplinar a sus hijos con amor y cariño. El Dios de la Biblia, Jehová, les ha puesto el ejemplo a los padres en este campo. La disciplina que él da es tan provechosa que sus siervos obedientes llegan a amarla (Proverbios 12:1). Se aferran a ella y no la sueltan (Proverbios 4:13). Dios disciplina 1) con amor, 2) con medida y 3) con coherencia. Si desea que su hijo responda de manera positiva a la disciplina, imite a Jehová y ponga en práctica estos tres principios.
CON AMOR
Dios disciplina con amor y por amor. La Biblia dice que “Jehová censura al que ama, [tal] como lo hace un padre a un hijo en quien se complace” (Proverbios 3:12). Además, Jehová no es cruel, sino “misericordioso y benévolo, tardo para la cólera” (Éxodo 34:6). No usa sarcasmo, palabras hirientes ni críticas constantes, pues son como “estocadas de una espada” que causan mucho daño (Proverbios 12:18). Es cierto que ningún padre puede imitar del todo la paciencia perfecta de Dios. Habrá ocasiones en las que usted sienta que está a punto de perder los estribos, pero cuando eso suceda, recuerde que, por lo general, el castigo que se da en momentos de enojo y frustración es excesivo y produce el efecto contrario al que se buscaba. Eso no es disciplinar; eso es perder la cabeza. En cambio, si usted se controla y disciplina a su hijo con amor, es más probable que obtenga buenos resultados. Veamos cómo hicieron frente a su situación George y Nicole, dos de los padres mencionados al principio.
ESCUCHE
ORE
“Cuando Jordan llegó a casa, mi esposa y yo estábamos furiosos, pero escuchamos con calma su explicación. Como era tan tarde, decidimos hablar por la mañana. Oramos juntos y nos fuimos a dormir. Al día siguiente, estábamos de mejor humor, así que pudimos tratar con tranquilidad el asunto y llegar al corazón de nuestro hijo. Él reconoció su error y estuvo dispuesto a aceptar las restricciones que le impusimos. Afortunadamente nos dimos cuenta de que las cosas salen mal cuando uno actúa mientras está enojado. Cuando escuchábamos primero, las cosas salían mejor.” (George.) “Me enfureció que mi hijo hubiera golpeado a su hermana, pero en lugar de dejarme llevar por las emociones, me contuve y lo envié a su habitación en lo que se me pasaba el enfado. Cuando logré tranquilizarme, le expliqué con firmeza que la violencia es mala y que había lastimado a su hermana. Este método me funcionó, pues se disculpó con ella y le dio un abrazo.” (Nicole.) Así es, para que sea efectiva, la disciplina debe darse con amor, aun cuando sea necesario dar un castigo.
HABLE
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La disciplina que recomienda la Biblia se da... ... con amor: Para que sea efectiva, la disciplina debe darse con amor, no con enojo. Cuando se enfrente a una situación difícil, posponga la disciplina hasta que esté calmado. ... con medida: Trate de tomar en cuenta todos los factores, como la capacidad y las limitaciones de su hijo. ... con coherencia: Si le advierte a su hijo que le dará cierto castigo por portarse mal, no deje de cumplirlo.
CON MEDIDA
Jehová siempre nos corrige “hasta el grado debido” (Jeremías 30:11; 46:28). Toma en cuenta todos los factores, incluso los que no son tan obvios. ¿Cómo pueden imitarlo los padres? Stephen, mencionado antes, explica: “Aunque estábamos muy dolidos y no entendíamos por qué nos había mentido Natalie, tomamos en cuenta su edad y su grado de madurez”. El esposo de Nicole, Robert, también trata de considerar todos los factores. Siempre que sus hijos se portan mal, se pregunta: “¿Es esto un incidente aislado, o se está convirtiendo en costumbre? ¿Están cansados? ¿Se sienten mal? ¿Podría ser que lo que hicieron fuera un síntoma de otro problema?”. Los padres razonables no ven a sus hijos como si fueran adultos en miniatura. El apóstol Pablo reconoció este hecho al escribir: “Cuando yo era pequeñuelo, hablaba como pequeñuelo, pensaba como pequeñuelo” (1 Corintios 13:11). Robert comenta: “Algo que me ayuda a mantener las cosas en su debida perspectiva y a no reaccionar de for-
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LA ATALAYA
ma exagerada es recordar las cosas que yo hacía cuando era niño”. Es vital que usted sea realista en lo que espera de su hijo, pero sin justificar ni pasar por alto malas conductas o actitudes. Si toma en cuenta la capacidad, las limitaciones y otras circunstancias de su hijo, podrá disciplinarlo con medida y equilibrio. CON COHERENCIA
Malaquías 3:6 dice: “Yo soy Jehová; no he cambiado”. Los siervos de Dios confían en esta verdad y eso les da seguridad. Los hijos también se sienten seguros cuando sus padres los disciplinan con coherencia, es decir, sin contradecirse. Si las normas cambian dependiendo del humor de los padres, los hijos se confunden y se frustran. Recuerde que Jesús dijo: “Signifique su palabra Sí, Sí, su No, No”. Estas palabras pueden aplicarse perfectamente a la crianza de los hijos (Mateo 5:37). No prometa cosas que no planea cumplir. Si le advierte a su hijo que le dará cierto castigo por portarse mal, no deje de cumplirlo. La comunicación entre los padres es indispensable para disciplinar con coherencia. Robert comenta: “A veces mis hijos vienen a pedirme permiso para algo y les digo que sí. Lo que no me dicen es que ya se lo habían pedido a su mamá y ella les había dicho que no. Cuando me entero, siempre cambio mi decisión para apoyarla a ella”. Si los padres tienen opiniones diferentes sobre un asunto, lo mejor es que traten de llegar a un acuerdo, pero en privado. LA DISCIPLINA ES ESENCIAL
Si imita a Jehová y disciplina a su hijo con amor, con medida y con coherencia, puede estar seguro de que él se beneficiará. Su cariño y su guía puede ayudarlo a convertirse en un adulto maduro, responsable y equilibrado. Ya lo dice la Biblia: “Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él” (Proverbios 22:6). ˇ
¿LO SAB ÍA?
¿Cómo se impermeabilizaban los barcos en la antigüedad?
EN LAS TIERRAS BÍBLICAS HABÍA BETÚN LÍQUIDO EN ABUNDANCIA
Lionel Casson, experto en barcos antiguos, explica que tras sellar las uniones de las tablas del casco, los constructores de barcos de la época de los romanos “embadurnaban las juntas o incluso el exterior completo con brea (betún) o una mezcla de brea y cera; luego untaban una capa de brea en el interior”. Mucho antes de los romanos, los acadios y los babilonios ya usaban betún para impermeabilizar sus barcos. La Biblia menciona una técnica parecida en Génesis 6:14. La palabra hebrea que se traduce “alquitrán” al parecer se refiere al betún, una sustancia que se obtiene del petróleo. El betún tiene dos estados: líquido y sólido. Los antiguos constructores de barcos usaban betún líquido para aplicarlo directamente en sus naves. Una vez aplicado, el betún se secaba, se endurecía y creaba una capa impermeable. En las tierras bíblicas había betún en abundancia. De hecho, el valle de Sidim, en la región del mar Muerto, estaba lleno de pozos de betún (Génesis 14:10). ˇ
¿Cómo se preservaba el pescado en la antigüedad?
GRABADO EN EL QUE SE VE A ANTIGUOS PESCADORES EGIPCIOS Del libro A Popular Account of the Ancient Egyptians (1871)
El pescado ha sido por milenios un alimento importante. Algunos de los apóstoles de Jesús eran pescadores en el mar de Galilea antes de comenzar a viajar con él (Mateo 4:18-22). Al menos parte de lo que atrapaban se procesaba en “fábricas” cercanas. La técnica de preservación de pescado que se utilizaba en Galilea todavía se usa en algunos lugares. Primero se le sacaban las vísceras al pescado y se limpiaba con agua. La obra Studies in Ancient Technology (Estudios en tecnología antigua) explica que a continuación “se frotaban las branquias, la boca y las escamas con sal gruesa. Luego se ponían capas alternadas de sal y pescado y se cubrían con una tela seca. Se dejaba reposar de tres a cinco días, se volteaba y se dejaba reposar la misma cantidad de días. Durante ese período se salían los fluidos del cuerpo y penetraba la sal. Después de secarse, la textura del pescado quedaba firme y áspera”. No se sabe cuánto tiempo duraba el pescado preservado de esta manera. Sin embargo, los antiguos egipcios exportaban pescado curado a Siria, lo cual indica que el método funcionaba muy bien. ˇ 1 DE JULIO DE 2014
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¿Puede ver al Dios que es invisible? “D
IOS es un Espíritu”, es invisible a los ojos humanos (Juan 4:24). Con todo, la Biblia dice que, en cierto sentido, algunas personas lo han visto (Hebreos 11:27). ¿Realmente podemos ver al “Dios invisible”? (Colosenses 1:15.) Comparemos nuestra situación con la de un ciego de nacimiento. ¿Le impide su ceguera comprender el mundo que lo rodea? No necesariamente. Él puede percibir de diversas maneras a las personas y los objetos que hay a su alrededor. “La visión no está en los ojos —dijo un hombre ciego—, sino en la mente.” De igual forma, aunque no podemos ver a Dios con los ojos físicos, sí podemos verlo con “los ojos [del] corazón” (Efesios 1:18). Analicemos tres maneras en que podemos hacerlo. “SE VEN CLARAMENTE DESDE LA CREACIÓN DEL MUNDO”
En los ciegos se agudizan los sentidos del oído y el tacto para ayudarles a percibir las cosas que no pueden ver. De modo parecido, nosotros podemos usar los sentidos para estudiar el mundo que nos rodea y así percibir al Dios que lo creó. “Las cualidades invisibles de [Dios] se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas.” (Romanos 1:20.) Pensemos por ejemplo en la Tierra. Nuestro hogar está diseñado, no solo para que vivamos en él, sino para que disfrutemos de la vida. ¿Verdad que nos llena de alegría sentir una suave brisa o el calor del Sol, saborear una deliciosa fruta o escuchar el relajante sonido de las aves? ¿No es esto prueba de la consideración, el cariño y la generosidad de nuestro Creador?
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LA ATALAYA
¿Y qué aprendemos al observar el universo? Para empezar, los cielos revelan el poder de Dios. De hecho, investigaciones recientes indican que el universo se está expandiendo y que cada vez lo hace más rápido. Mire el cielo nocturno y pregúntese: “¿De dónde proviene la energía que produce esta expansión?”. La Biblia dice que el Creador posee “abundancia de energía” (Isaías 40:26). Y la creación demuestra que él es el Todopoderoso; que “es sublime en poder” (Job 37:23). JESÚS “LO HA EXPLICADO”
Una madre de dos niños ciegos comenta: “Hablarles es una de las formas más importantes de enseñarles. Tenemos que decirles todo lo que vemos y escuchamos, todo lo que está sucediendo. Somos sus ojos”. Del mismo modo, aunque “a Dios ningún hombre lo ha visto jamás”, su Hijo, Jesús, “que está en la posición del seno para con el Padre”, nos ha explicado quién es él (Juan 1:18). Jesús fue la primera creación de Jehová, el único que fue creado personalmente por él. Por decirlo así, él se convirtió en nuestros ojos; es quien mejor puede decirnos cómo es Dios. Jesús ha pasado miles de millones de años al lado de Dios. Veamos algunas de las cosas que explicó de él: Dios trabaja incansablemente. “Mi Padre ha seguido trabajando hasta ahora.” (Juan 5:17.) Dios conoce nuestras necesidades. “Su Padre sabe qué cosas necesitan ustedes.” (Mateo 6:8.) A Dios le gusta darnos lo que necesitamos. “Su Padre que está en los cielos [...] hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos.” (Mateo 5:45.)
Dios nos valora a cada uno de nosotros. “¿No se venden dos gorriones por una moneda de poco valor? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin el conocimiento de su Padre. Mas los mismísimos cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. Por lo tanto, no tengan temor: ustedes valen más que muchos gorriones.” (Mateo 10:29-31.) UN HOMBRE QUE REFLEJÓ A DIOS A LA PERFECCIÓN
Los ciegos suelen captar los conceptos de forma distinta a quienes pueden ver. Por ejemplo, quizás perciban la sombra, no como una zona oscura a la que no le da la luz del Sol, sino como una zona protegida del calor. Tal como un ciego no puede ver ni la luz ni las sombras, nosotros no podemos comprender por nuestros propios medios quién es Jehová. Por eso, Dios envió a un hombre capaz de reflejar sus cualidades a la perfección. Ese hombre fue Jesús (Filipenses 2:7). Él nos habló acerca de su Padre y también nos demostró cómo es. Felipe, su discípulo, le pidió: “Señor, muéstranos al Padre”. Pero él le respondió: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:8, 9). ¿Qué cosas podemos “ver” de Dios al estudiar la vida de Jesús? Jesús era afectuoso, humilde y accesible (Mateo 11:28-30). Su agradable personalidad atraía a la gente. Se compadecía del dolor de las personas y compartía sus alegrías (Lucas 10:17, 21; Juan 11: 32-35). Cuando lea o escuche los relatos de Jesús, use todos sus sentidos y haga que los sucesos cobren vida en su imaginación. Si medita en cómo
trataba Jesús a los demás, podrá ver más claramente la maravillosa personalidad de Dios y se sentirá más cerca de él. FORMARSE UN CUADRO COMPLETO
Una especialista explica lo que hacen los ciegos para percibir el mundo: “Reciben la información en fragmentos y de diversas fuentes (tacto, olfato, oído, etc.), y de alguna forma juntan esos fragmentos para formarse un cuadro completo”. De manera similar, si observamos la creación, leemos lo que Jesús dijo acerca de su Padre y analizamos cómo reflejó sus cualidades, la imagen que tenemos de Dios se irá haciendo más clara. Él será más real para nosotros.
“Si tú lo buscas, [Jehová] se dejará hallar” Eso fue lo que le sucedió a Job, un personaje bíblico. Al principio habló de cosas que no entendía del todo (Job 42:3). Sin embargo, tras analizar las maravillosas creaciones de Dios, reconoció: “De oídas he sabido de ti, pero ahora mi propio ojo de veras te ve” (Job 42:5). Lo mismo puede sucederle a usted. Si busca a Dios, “él se dejará hallar” (1 Crónicas 28:9). Los testigos de Jehová están más que dispuestos a ayudarle a conocer mejor al Dios invisible. ˇ
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PREGUNTAS SOBRE LA BIBLIA
¿Por qué es bueno orar? Dios desea que le hablemos regularmente y con confianza de nuestras preocupaciones (Lucas 18: 1-7). Él nos escucha porque le importamos. Nuestro Padre celestial ha tenido la gentileza de invitarnos a hablar con él. ¿No le gustaría aceptar su invitación? (Lea Filipenses 4:6.) La oración no es solo una manera de pedir ayuda; es una forma de acercarnos a Dios (Salmo 8: 3, 4). Cada vez que le expresamos nuestros sentimientos, la amistad que tenemos con él se fortalece. (Lea Santiago 4:8.)
¿Cómo debemos orar?
´ ˜ ¿QUE ENSENA realmente LA BIBLIA?
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Dios no quiere que usemos palabras elevadas ni repitamos frases de memoria. Tampoco exige que adoptemos una posición específica. Lo que quiere es que le oremos de corazón (Mateo 6:7). Por ejemplo, en la época de los israelitas, Ana le oró por un angustioso problema familiar. Posteriormente, cuando su angustia se convirtió en alegría, le oró para darle las gracias. (Lea 1 Samuel 1:10, 12, 13, 26, 27 y 2:1.) ¡Qué gran honor! Podemos contarle al Creador nuestros problemas. También podemos alabarlo y darle las gracias por todo lo que hace. Nunca descuidemos este hermoso privilegio. (Lea Salmo 145:14-16.)