Revista generacciones

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Experiencias de Proyección Social Facultad de Comunicación Social para la Paz

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El breve instante de una reina

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GenerAcción

¡Super Kevin! Construyendo una perspectiva de género Bogotá. Edición -Nov 2010



Comité Editorial

Comité Ejecutivo del Convenio MEN -ASCUN-USTA

P. José Antonio Balaguera Cepeda, O.P

María Fernanda Campo

Rector General

Ministra de Educación Nacional

P. Eduardo González Gil, O.P

Javier Botero Álvarez

Vicerrector Académico General

Viceministro de Educación Nacional

P. Luis Francisco Sastoque Poveda, O.P

María Victoria Angulo

Vicerrector Administrativo y Financiero General

Directora de Fomento de la Educación Superior

P. Adalmiro Arias Agudelo O.P

Remberto Jesús de la Hoz

Coordinador Unidad de Proyección Social

Subdirector de Apoyo a la Gestión de las Instituciones de Educación Superior

Libia Becerra Reyes Fray Jorge Ferdinando Rodriguez O.P

Luz Enith Otálora Sandra Constanza Segura Suarez Diego Barbosa Molina

Decano de la División de Ciencias Sociales

Profesionales de apoyo a la Gestión de las Instituciones de Educación Superior

Directora Unidad de Proyección Social

María Ligia Herrera Navarro Decana Facultad de Comunicación Social para la Paz

Asociación Colombiana de Universidades - ASCUN Bernardo Rivera Sánchez

Dirección de la Revista Facultad de Comunicación Social para la Paz Proyección Social

Director Ejecutivo ASCUN

Rafael Martínez Gómez Coordinador Programa de Servicio Social ASCUN

Maria Clara Leal Comité Redacción Patricia Bryon

Cosultora Programa de Servicio Social ASCUN

Coordinadora academica del proyecto

Consultora en comunicaciones Programa de servicio social ASCUN

Mónica Pulido

Marta Caro Norma Constanza Castillo Murillejo

Colectivo Hombres y masculinidades Román Alexis Huertas

Docentes y participantes Facultad Comunicación Social para la Paz

Félix C. Mosquera T. Juan Carlos Rojas Producción Impresa

David Díaz Producción Multimedia Apoyo docente FCSP - Modulo III

Beatriz Enciso Apoyo docente FCSP - Enfásis Comunicación y Conflicto

Proyecto “Previniendo la violencia desde la perspectiva de género”

Este número fue compilado por: Cristian Camilo Buitrago Carolina Quimbayo Gutiérrez Juan David Avendaño Luis Miguel Álvarez Alejandro Villanueva Samuel Lancheros María José González Manuel Matiz Sánchez Jorge Ramírez David Gámez John Parra Ortiz David Celemín Pavón Alan Castillo Gómez Martha Arriola Juan Manuel Rincón Acuña Andrés Paipa

Formulación Unidad de Proyección Social Universidad Santo Tomás Ejecución Proyección Social de la Facultad de Comunicación Social para la Paz Modulo III y Enfásis Comunicación y Conflicto Con el apoyo Logístico de: Giomar Yesid Garzón Linares Coordinador Centro de Proyección Social - Cazucá

Estudiantes investigadores

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Sumario

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PREVINIENDO LA VIOLENCIA DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO El proyecto Previniendo la violencia desde la perspectiva del género formulado por la Unidad de Proyección social de la Universidad Santo Tomás, fue uno de los 20 ganadores de la convocatoria realizada por el Ministerio de Educación a través de la Asociación Colombiana de Universidades – ASCUN en el marco del Programa Servicio Social de la Educación Superior durante el 2010. La propuesta fue ejecutada por la Facultad de Comunicación Social para la Paz, desde Proyección Social de la Facultad, articulado con los procesos del trabajo modular tres de sexto semestre y el énfasis de Comunicación – conflicto, séptimo semestre. Se trabajó durante un semestre, con niños y niñas y jóvenes hasta los 14 años en Altos de Cazucá, Comuna Cuatro, habitantes de los barrios Carlos Pizarro, Villa Mercedes y Luis Carlos Galán con encuentros los días sábados y jueves. La comunicación fue abordada como mediación para el reconocimiento de “otros y otras” de sus vivencias, expresadas a través de relatos y el género, visto este desde la perspectiva relacional asociada con el discurso de los derechos humanos desde lo situado, en el aquí y el ahora, en un contexto y circunstancias específicas. En este orden de ideas, se plantearon estrategias comunicativas sensibilizadoras como el Estencil y las implementadas en los talleres que permitieron identificar los imaginarios respecto a los roles de género desde lo femenino y masculino y sus relaciones con las diferentes expresiones de violencia. Es claro que en proceso corto los resultados no pueden ser contundentes, para el caso de este ejercicio de investigación se precisa en la inclusión en el lenguaje de los niños y niñas participantes del concepto de género y en el suscitar la reflexión del reconocer al otro desde una visión más humanizada. El enfoque en investigación fue el de sistematización de experiencias, como construcción de un nuevo conocimiento, de ahí que uno de los resultados tangibles de este proceso fue la construcción colectiva del documento que evidencia el trabajo realizado

por los 14 estudiantes de la facultad, participantes en el proyecto nueve de sexto semestre y cinco del énfasis de comunicación- conflicto, teniendo como postulados la investigación participativa, insumos aportados por las asignaturas de Investigación Social y Formulación y Gestión de Proyectos. El trabajo interdisciplinar es producto de los aportes de las diversas asignaturas, en el caso de Comunicación y Género aportó los insumos respecto al género como construcción social; Teorías de la Comunicación la relación de comunicación educación contextualizada; Producción Multimedia y Producción Impresa, las herramientas técnicas para visibilizar la experiencia investigativa realizadas en campo. La revista que presentamos GenerAcción contiene crónicas, artículos escritos por los estudiantes investigadores, expresan la vivencia en este proceso producto de su interactuar con los niños y niñas de Cazucá, agradecemos los aportes de las docentes participantes, Norma Castillo y Martha Caro, asimismo de Román Alexis Huertas por parte del Colectivo Nuevas Masculinidades por su apoyo en la primera parte del proceso. El voto de confianza de la decana María Ligia Herrera, la doctora Libia Becerra por la gestión administrativa del proyecto, Yesid Garzón del Centro de proyección de Cazucá por su gestión logística ; María Clara Leal y Mónica Pulido de ASCUN por su acompañamiento profesional en el seguimiento del proyecto y de forma especial a los niños y niñas de Cazucá que nos acompañaron y los estudiantes de la Facultad participantes, por su compromiso y contribuir a la consolidación de una comunicación para la transformación social.

PATRICIA BRYON CRUZ Coordinación académica del proyecto y Proyección Social de la Facultad de Comunicación Social para la Paz 5


CONSTRUYENDO UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO Luis Miguel Álvarez EN CAZUCÁ Un balance La lucha emprendida por las mujeres hace proceso desencadenó grandes problemáticas algunos años se ha convertido, hoy en día, hacia finales de la primera mitad del siglo en la liberación de ciertos yugos a los que XX, desembocando, pues, en un conjunto de habían sido expuestas durante muchísimo manifestaciones anti-patriarcales, como el tiempo, roles prácticamente naturalizados movimiento pacifista, la sonada ”revolución por la propia historia, no sólo en la cultura sexual”, el movimiento ambientalista, y occidental sino también en la oriental. Al por supuesto, un palpitante movimiento parecer, los seres humanos hemos tenido feminista. Podríamos decir que gracias a los desde nuestros inicios un afán incesante por esfuerzos realizados por estos movimientos, definir a partir de la fuerza nuestra utilidad. las mujeres tuvieron la autoridad y la Tal vez para la edad de piedra, y sus primeras determinación para competir con los manifestaciones en “Todo parece indicar que nuestra racionalidad se el manejo de los empeñó en sustentar una teoría biologicista de la metales, este modelo de división de trabajo fuerza, entendida esta no sólo como fuerza física fuese adecuado sino como un conjunto de virtudes sorprendentes y e incluso más útiles, haciendo al hombre una suerte de dios” provechoso para las finalidades que esa época determinaba, pero hombres de manera justa e igualitaria, pero para la modernidad y la contemporaneidad esto último no garantizó la superación de esto no tenía, ni aún tiene una justificación imaginarios sociales que se gestaban en el seno de la crianza de los niños y niñas. clara. Todo parece indicar que nuestra racionalidad No es sorprendente encontrar mujeres se empeñó en sustentar una teoría trabajando en cargos de gran importancia biologicista de la fuerza, entendida esta y observar paralelamente la percepción no sólo como fuerza física sino como un negativa que tienen sus compañeros, conjunto de virtudes sorprendentes y útiles, hombres y mujeres, frente a su trabajo. haciendo al hombre una suerte de dios. La La subsistencia de estos imaginarios no mujer en contraposición quedó relegada a permite el avance ideológico, ni tampoco un conjunto de roles muy delimitado, estos la planeación de una sociedad igualitaria e no le permitían explotar sus cualidades a incluyente. Por esta razón el nuevo reto en cabalidad. Si bien se había justificado una la perspectiva de género no separa cualidad para los hombres, se había también exclusivamente en la participación de conjurado una, con todo lo que ello implicaba, hombres y mujeres de manera igualitaria en para las mujeres: la belleza. Todo lo que las dinámicas sociales, sino también en la fuere en contra a esos presupuestos era mal proyección de un plan cultural, que tenga a visto, extraño, condenado y juzgado. Este la educación y a las expresiones artísticas 6


participa, pero especialmente en los roles que involucran la construcción de bases morales y éticas, de los futuros y futuras ciudadanos y ciudadanas. Por consiguiente, será importante reevaluar figuras como el matrimonio o la unión libre, en el sentido de las responsabilidades, las razones y los impactos de estas en las dinámicas socioculturales. Por otro lado, la escuela será la segunda en proporcionar elementos formativos frente a la consecución de una sociedad que no impute en el género juicios socio-culturales. Para lograrlo se encuentran principalmente cuatro retos frente a la educación tradicional: valorar el conocimiento popular, dinamizar la participación práctica, flexibilizar las estructuras de aprendizaje, sistematizar las experiencias. A través de la concienciación del educador/a, se podrá lograr el alcance de mejores resultados, pues este estará realmente convencido de su papel en la construcción social y en la generación de mejores personas. La valoración del conocimiento popular abre

como pilares de las trasformaciones de esas percepciones y prácticas, que de un modo u otro conforman los imaginarios tradicionales. En este proceso cobraran entonces gran importancia la familia, la escuela, la comunidad y las entidades artísticas. La familia como primer centro de enculturación de las nuevas generaciones, será la indicada para el proceso inicial, tanto en el uso del lenguaje, como en la naturalización de prácticas más justas. Aquí encontramos el primer obstáculo, la desintegrada familia postmoderna. Siendo así, las primeras estrategias tendrán que estar encaminadas a la re-estructuración de la familia, y cuando se habla de ese proceso, no se trata volver al modelo patriarcal vertical y absolutista, sino a la creación de un nuevo modelo de familia en el que sea posible la disertación, la democratización y la toma de decisiones colectivas. A partir de este presupuesto será entonces posible dignificar el papel del hombre y la mujer en los diversos contextos en los que

Sesión de reconocimiento de violencias. los niños y niñas conviven diariamente con múltiples tipos de violencias.

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caminos para los acercamientos ideológicos esta inestabilidad momentánea es necesaria con las poblaciones, posibilitando así la por varias razones: Permite la actualización de métodos introducción de dinámicas incluyentes en • la vida cotidiana de las comunidades. La y constructos institucionales, para que proximidad con la práctica y la flexibilización respondan con más efectividad a las de las estructuras de aprendizaje, permitirán necesidades siempre presentes y cambiantes el tránsito de las teorías de género en del entorno social actual. Posibilita el transito del discurso las acciones académicas, intelectuales, • científicas y sociales, proporcionando así comunal, cerrado y encriptado, al discurso espacios para la disertación y la dignificación, global-local, abierto y cambiante, visibilizado abonando cada vez más el terreno para así a la comunidad en discusiones más la naturalización de hábitos de inclusión. amplias y en boga. Genera introspección y reflexión sobre Finalmente, la sistematización se dirigirá • a la construcción de una identidad retórica su propia identidad, proporcionando así el de los participantes de esta formación, al espacio para el rescate de las tradiciones hacerlos converger en un conocimiento culturales, convirtiéndose entonces, en común construido por ellos/ as y para ellos/as. La comunidad y las expresiones artísticas van estrechamente de la mano. Como portadoras de los conocimientos, tendrán la tarea de crear un ambiente ideológico favorable para el mantenimiento de estas ideas a través del tiempo, permitiendo el flujo de las mismas en las discusiones relevantes para el progreso de la comunidad y en las manifestaciones históricoculturales. Los retos en este ámbito están principalmente relacionados con las estructuras de organización, Socialización de los resultados. El trabajo con niños fue una oportunidad muy valiosa de aprendizaje para los investigadores. los modos de ejecución de sus acciones y los temas en los cuales se base y referente para la creación de nuevas emprenden esas acciones, haciéndose de tradiciones y expresiones sociales. importancia la concepción de una perspectiva, para el análisis de la realidad, que sea El panorama para la construcción real de incluyente y vigorizadora de la misma cultura una perspectiva de género fundante del popular. Este proceso podría significar la tejido social, vibrante y palpable, sólo será reconstrucción de modelos tradicionales, lo posible cuando sean hombres y mujeres los que desde todos los puntos vista se convierte comprometidos en esta carrera, en donde la en un elemento detonante de conflicto, pero lucha no sea sólo de palabra, verbalizada en 8


el ámbito público, sino que esto sea visible en la práctica de la cotidianidad privada. Del mismo modo, tendrá que estar siempre sujeta a la inclusión de otros actores y al respeto de su autodeterminación de las diversas comunidades que hacen parte de esos nuevos “reformadores sociales”. Los medios y la perspectiva de género Si bien es cierto, el modelo de relaciones hombre-mujer ha sido determinado históricamente por nuestra educación vertical y la cultura nacional, basado en el modelo griego y la religión católica, los medios han jugado un papel fundamental en la presencia de una mentalidad estática, excluyente y disociadora de las potencialidades de los seres sociales. Día a día fluyen a través de los medios de comunicación imágenes que describen y organizan los comportamientos y los modos de actuar de hombres y mujeres, creando finalmente, un entendimiento aprobatorio de los mismos, lo que hace que estos parámetros sean, en efecto, medida para la realidad. En todo caso, los modelos allí expuestos, desde una perspectiva holística, son más estáticos que propositivos. Ahora, la idea no es juzgar al medio como malo o bueno, al fin al cabo estos modelos sólo son reproducciones de los patrones de comportamiento ya naturalizados en las dinámicas sociales, y precisamente por esta razón, tienen tanta acogida dentro de las audiencias. Dentro de los medios masivos de comunicación, el que más impacto tiene, gracias a su alcance y simplicidad narrativa, es la televisión. Las series animadas, las novelas, los programas de la mañana e incluso las noticias, construyen y reproducen visiones de la mujer y el hombre en todo momento. En algunos

argentino, suponiendo entonces un conflicto actual entre las dos visiones, que claramente se ve reflejado en la contraposición de las generaciones viejas, quienes comparten una visión de género tradicional, y las generaciones nuevas, las cuales han construido unas visiones alternativas del género. Así bien, la televisión se convierte en participe de esas luchas y en ella se hace valedera la existencia tanto de una visión como de la otra, produciendo así un impacto en el entendimiento de parámetros

casos conviven construcciones patriarcales y postmodernas de familia y rol de género, describiendo las contradicciones de las que habla Valerio Fuenzalida, comunicólogo

Uno de los niños dibujando. El gráfico como medio, nos permitió llegar a la discusión y la reflexión.

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sociales de comportamiento. Del mismo modo, va a afectar la identificación de clase en los contenidos televisivos, pues en estos también se hace referencia a las configuraciones respecto al papel del hombre y mujer según el estrato socioeconómico. Dadas estas circunstancias, podemos decir, que la interacción entre estas dos representaciones, la de clase y la de edad, van a determinar la acción de los sujetos en sus contextos particulares. En segundo lugar, esta la radio aunque no ilustra situaciones sociales a través de relatos que evidencien las relaciones de género (radionovelas, por ejemplo), puesto que sus temáticas están ampliamente diversificadas, si hacen evidentes sus tendencias en el lenguaje y en el abordaje de algunos temas en magazines radiales y formatos de debate radial. El sexismo, el machismo y el lenguaje excluyente están a la orden del día en cualquier emisora, eso nos hace pensar en la existencia de un ambiente socio-cultural que no es consiente de esa exclusión, y que a pesar de que promulga el respeto y la dignificación del hombre y la mujer, alimenta con su lenguaje la lucha de los mismos, confrontándolos y rebajándolos. En el último lugar encontramos a la prensa, que tiene problemas similares a los experimentados por la radio. El lenguaje y la manera como se abordan ciertos temas, evidencian una visión despreocupada por propiciar un ambiente favorable y cooperativo entre hombres y mujeres. Existe un problema transversal en los medios frente a la discusión sobre género: la publicidad. Los contenidos de los medios tienen, hasta cierto grado, una aparente inconsciencia, una ingenuidad cultural, simplemente interiorizada, frente al tratamiento que se le hace al tema, pero la publicidad juega en otros términos. Es precisamente en la publicidad donde se configuran con más fuerza y hacen

valederas las construcciones sociales de la mujer y el hombre, sus roles dentro de la sociedad. Explotan de manera descarada y despreocupada estereotipos de belleza para los dos géneros, hace uso desmedido del sexismo para crear cohesión social, promulga el sostenimiento de una división de trabajos inequitativa entre hombre y mujer, entre muchos otros efectos que genera. El peor de los escenarios posibles frente a la discriminación y la intolerancia de género se da en la publicidad, su preocupación principal ha estado ligada al comercio, a la venta de productos y la distribución de ideas que permitan el establecimiento de ese flujo de oferta y demanda, sin tener ni la más mínima consideración del grave daño socio-cultural que ocasionan esas ideas retrógradas. Las desviaciones alimenticias (bulimia, anorexia, ortorexia, entre otras), la falta de autoestima juvenil, los estatus sociales retorcidos, la banalidad y superficialidad de la sociedad actual, son producto de esos modelos presentados como ideales y que a lo único que han llevado es a la degradación del hombre y la mujer, a la pérdida de su valor humano, su capacidad de transformar la realidad. Es necesario adentrarse en el análisis de los contenidos de los medios y la publicidad, como factores importantísimos en el establecimiento y consecución de interacciones de género,en la construcción de roles para hombres y mujeres, además, por supuesto, de su influencia en la obtención de prácticas inter-generacionales e interclase sobre el respeto y la dignificación del ser social, en relación con su género. Cazucá y sus percepciones El conflicto armado colombiano ha proporcionado un caldo de cultivo para el desarrollo de problemáticas sociales mucho más graves, uno de los detonantes de la pobreza, la delincuencia y el desarraigo. La existencia de los grandes círculos de pobreza 10


en las principales ciudades del país, es uno de los resultados más evidentes de la absurda guerra que vivimos. Millones y millones de personas se han desplazado desde los años 70’s, huyendo de la violencia. Una porción de esos millones de personas ahora vive en uno de los cerros del sur de Bogotá, comuna numero 4 del municipio de Soacha, es la comunidad de Altos de Cazucá es una de las comunidades que recibe grandes ayudas por parte de diversos organismos, tanto gubernamentales como no gubernamentales. La población del sector se ha caracterizado por ser referente de problemáticas macro de toda Colombia, encajonadas en un contexto micro. Las relaciones entre hombres y mujeres, la sumisión de roles y la generación de violencia intrafamiliar, no son la excepción. Para la percepción general, la violencia de género puede parecer menos importante frente a otras problemáticas del sector, pero es precisamente en esta donde se fundan muchos de los conflictos que desencadenan en acciones futuras de violencia de mayor gravedad. Lo anterior hace de vital importancia el trabajo de género en la comunidad, pues permitiría la reducción de detonantes de violencia en jóvenes, niños y niñas, posibilitando un trabajo conjunto entre hombres y mujeres en pro del mejoramiento de la comunidad.

de esos conceptos, hay una contradicción en la práctica: altos índices de violencia intrafamiliar, una agresividad casi continua entre los niños y las niñas, la circulación de ideas transgresoras, entre muchos otros fenómenos. A pesar de ello también se hace presente una intención por transformar esa realidad, los niños y niñas no sienten aun natural la violencia entre hombres y mujeres, cohabitan en ellos, contradictoriamente, los sueños y las desesperanzas hacia su vida cotidiana. Aunque lo descrito no perfila el panorama más alentador para la prevención de estas violencias, la existencia de esos sueños llama al trabajo comunicativo arduo para implantar ideas fundantes de respeto, tolerancia, dignidad y equidad. A partir de allí se asumen los retos como escuela, como educadores, utilizando la comunicación como espacio democratizador del aprendizaje, que acerque a los niños y niñas, jóvenes y adolescentes, a la realización de prácticas pacificas e incluyentes; para generar reflexiones y auto-descubrimientos frente al impacto que tienen sus acciones diarias, en la transformación de la realidad de opresión de hombres y mujeres; a sistematizar sus experiencias para que sean base de la formación de las generaciones venideras. Se asumió el reto de darle el primer empujón al cambio de esta mentalidad en Altos de Desde los primeros sondeos, realizados Cazucá, ahora es de primordial importancia a través de talleres de formación, se han que los demás entes involucrados en encontrado unos conceptos pre-existentes este proceso se reconozcan, ocupen su de las relaciones “sanas” entre géneros: “a responsabilidad política en la resolución la mujer no se le pega ni con el pétalo de de este conflicto, saquen provecho de esta una rosa”, “el hombre debe responder por experiencia y aporten a la construcción de la familia”, entre otros. Estos conceptos, una sociedad más justa, tanto para mujeres entendidos desde la visión patriarcal, lejos como para hombres. Ojalá usted: señor/a de estar mal, no engloban las múltiples lector/a, también reflexione y se pregunte consideraciones frente a la igualdad de sobre la huella que sus acciones producen oportunidades y responsabilidades entre en la consecución de un proyecto de nación hombres y mujeres. La cuestión se agrava que nos represente a todos y todas, como entonces cuando, a pesar de la preexistencia iguales y dignos. 11


Atrás quedaba el espeso bosque gris, los pasos de este niño desgarbado, de cabellos negros y mirada lúcida, parecían saltos de una gigante ave corredora. A él no le importaban las rocas empinadas, las tierras infértiles y los vientos demoledores. Él era un superhéroe, que sin utilizar las alas tocaba el cielo de un solo estirón porque el suelo que pisaba estaba en brazos del aire. Muchos lo admiraban, algunos lo ignoraban, mientras unos cuantos le temían, pero él no sentía miedo de los otros humanos porque sabía que finalmente eran iguales. Esta es la historia de Kevin, un niño de ocho años que vive en un planeta llamado Cazucá. Cuentan sus abuelos que desde que nació podían sentir que él tenía poderes especiales para superar y derribar la marginación, la violencia y la tristeza, los enemigos

“Muchos lo admiraban, algunos lo ignoraban, mientras unos cuantos le temían, pero él no sentía miedo de los otros humanos porque sabía que finalmente eran iguales”

SUPER KEVIN

Camilo Buitrago

de la vida. Día tras día, Kevin despierta cada extremidad de su pequeño cuerpo, la piel se dilata, sus dedos se desdoblan y sus pies rosan el frío penetrante del piso de su habitación. Son las 6:00 de la mañana y en este planeta el sol deslumbra los ojos de todo aquel que lo mire, en vista de que siempre luce un flamante vestido de diamantes amarillos. Rápidamente, súper Kevin se levanta de la cama, de un brinco se ve en el arcaico espejo del baño y da inicio a un ritual donde las gotas de agua danzan sobre su rostro. Pero Kevin no se puede dar el lujo de permitirle a las gotas hacer toda una coreografía, en el planeta Cazucá los manantiales se han secado y por esa razón el agua emprendió un viaje gitano. Él puede escuchar los estruendosos gritos de Pilar, la mujer que

se encargó de gestarlo y cuyo organismo cubrió su cuerpo durante seis meses. En la cocina todo parece estar mal, ella maldice los átomos de la incertidumbre, puesto que la leche se ha terminado y los granos de arroz escasean. Él piensa que su madre, definitivamente, fue quien desde el vientre le regaló algunos de los poderes con los que solía sobrepasar las agotadoras y penosas necesidades. Ella acostumbraba trabajar en un restaurante corriente de Bogotá, el planeta más cercano a Cazucá, donde se levantan grandes edificaciones, la gente transita en sus calles ruidosas y contaminadas, un espacio en el cual la rutina se apodera del cuerpo y donde el tiempo y el dinero se convierte, para muchas personas, en el regulador de sus vidas. Para llegar a este, Pilar debía transportarse durante 12


dos horas en una veloz nave roja con tres vagones, seis llantas de goma resistentes y una voz robótica que le anunciaba la estación en la cual debía descender. Pero, hace muchos meses que Kevin no ve a su mamá salir de casa rumbo al trabajo, ahora su mamá permanece bajo este techo que los une, de vez en cuando divaga en las calles cazuqueñas para buscar una que otra colaboración monetaria, algún alimento o

todo superhéroe de planeta Cazucá, él cuenta con un numeroso grupo de amigos que le acompañan de vuelta a casa. En la escuela suelen ocurrir algunos encuentros violentos entre los estudiantes que también siente él, son sus compañeros, pero Kevin nunca se ha entrometido en dichos encuentros negativos, puesto que Pilar, su madre, le ha advertido que este no es un buen momento para utilizar sus mágicos, enérgicos y eficaces poderes. Sobre las dos de la tarde Kevin emprende camino hacia su hogar, José, Carlos y Sharon son sus súper amigos, junto a ellos pasa buena parte el día practicando determinada actividad o simplemente se acompañan en silencio observando cómo se transforman las nubes del cielo que siempre está presente. El fútbol es su deporte favorito, juega como delantero y anota muchos goles en cada partido. Es un secreto pero Kevin emplea uno que otro de sus poderes para agilizar

Los super amigos

por qué no, un nuevo trabajo en el cual ocuparse. Claro está que le resulta complejo hallar un nuevo empleo, su madre no pudo cursar los años de escuela necesarios para recibir un escueto papel que la certificaba como bachiller, en Planeta Bogotá lo llaman diploma. Una taza caliente de agua de panela y un pan. Estos son los alimentos que al desayuno, fortalecen los resistentes huesos de nuestro superhéroe. El no tiene reparo en devorarlo ágilmente, en definitiva el pan es más delicioso cuando se sumerge en las profundidades de la taza. Es hora de ir a la escuela, un lugar donde Kevin oculta su traje especial bajo los hilos azules de un saco que, si bien, no le abriga lo suficiente para contrarrestar el frío, resulta cómodo. Allí suele pasar siete horas entre risas, números y vocales que perspicazmente él trata de aprender. Como

Súper héroe en planeta Cazucá

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y potenciar el estrellón del balón contra la red de la cancha. Después del gozo de ser el anotador más valioso de su equipo, súper Kevin llega a casa, mamá lo espera a las afueras de la entrada principal, un viejo portón de lata que el señor Rodríguez, el vecino más antiguo de Cazuca, le regaló años atrás. Todas las tardes mamá Pilar barre desesperada la casa, miles de partículas de polvo y tierra ingresan sin permiso alguno cuando pasa una moto o simplemente cuando otro grupo de superhéroes como Kevin y sus amigos corren en las inestables y desérticas calles. A Pilar le agobia la idea de vivir en un sucio, vetusto y empolvado espacio, ella siempre le repite a Kevin que ellos son pobres, pero aseados y honrados. Cuando mamá le permite a súper K ingresar a casa, él despoja su estropeada maleta sobre la única mesa de su hogar, la cual funciona como mesa de planchar, comedor y también es el escenario propicio para desarrollar ciertas tareas que en la escuela le dejan a Kevin para que ocupe su tiempo libre. El día ha transcurrido en planeta Cazucá, ya son casi las seis y el cielo empieza a oscurecer porque el sol ya se ha cansado de brillar. Mamá le recuerda a Kevin que no debe salir después de esta hora puesto que existen muchos peligros y vicios afuera, además es la hora en la cual los siniestros y repudiados enemigos de la tranquilidad salen a divertirse con las personas que a su paso se convierten en víctimas. Kevin recuerda la noche en que esos personajes, cubiertos de un manto invisible, dieron fin a la vida de Luis, más conocido como “el viruela” porque su rostro estaba cubierto de lunares que desde niño lo caracterizaban. Luis era el padre de uno de sus súper amigos, Carlos. Aquella noche fue álgida, aterradora y dolorosa para Carlos y su familia, una lluvia de balas fueron disparadas sobre la encorvada espalda de Luis, de inmediato cerraron los

ojos y silenciaron la voz del viejo Viruela mientras su ruana se bañaba en cadenas de sangre. Kevin observaba a través de su ventana nítidamente cada detalle de aquella noche penumbrosa, cuando la última gota de sangre que derramó el Viruela se abrazó con las lágrimas de la madre de Carlos, Kevin totalmente perplejo, corrió bajo las cobijas de su cama. Esa noche él nunca cerró sus ojos, por el contrario estaba alerta a cualquier sonido extraño, cualquier sombra que pudiese interrumpir la sublime paz con la que su madre descansaba sobre el suave almohadón de lana. Ya es hora de dormir, nuestro superhéroe abandona su deteriorado par de zapatos en una esquina de la cama, hace alguna monería a mamá y mientras ella le reza el habitual ángel de la guarda, él frota sus pies contra las cobijas para disipar la congelada brisa nocturna. En poco tiempo Kevin nubla su mente de sueños inimaginados, atmósferas donde él puede ser un niño libre, totalmente tranquilo y feliz junto a su madre, con espacios pintados de deslumbrantes colores, amarillos, naranjas, rojos y verdes en múltiples formas, que iluminan el día con simples sonrisas para crear poderes que le ayuden a cambiar su mundo. Mañana será una jornada más,veinticuatro horas para salvar el mundo, para no detenerse, para ser más fuerte, para pensar y emprender acciones transformadoras, para ser un superhéroe otra vez. Kevin representa la rabia de muchos niños que como él, viven, respiran y son parte de Cazucá, señalado erróneamente por los habitantes de Bogotá, un lugar donde los humanos, en su penoso afán por ser felices y llevar una vida normal, olvidan que hay pobreza y desesperanza a unos cuantos pasos de su realidad, abandonando todo acto igualdad. Kevin por su parte, continuará pisando fuerte, pensando y salvando, siendo él, sujeto y superhéroe de su propia verdad. 14


Él gritaba con insistencia algunas frases que yo no conseguía entender. Lo veía, alto, enérgico, insistente, colérico; y yo, como si una gran ola en época de lluvias se viniera sobre mí, pude sentir el miedo de quien es atacado por algo tan grande y tan fuerte que no encuentra forma de huir o defenderse, vi su mano, pesada y enorme, venir hacia mi rostro. No estoy segura de si sentí rabia de mujer o rabia de ser humano, pero creo que fue la primera, fue como llevar la gravedad del mundo sobre mis hombros, era una gran carga de historia que caía sobre ellos y yo debía cargarla hasta el final del camino. No estaba familiarizada con la situación; sin embargo, a medida que la conversación (que empezó como un reclamo) se tornó violenta, febril y apasionada, encontré dentro de mí una fuerza insólita; debo decir, que me permitió responder a sus gritos y demostrar con mi cuerpo todo aquello que mi alma no sentía: fuerza, valor, coraje, deseos de reñir, de golpearlo. Pero como bien dice el adagio popular “después de la tormenta llega la calma” y precisamente, eso vino; por alguna extraordinaria conexión entre él y yo, todo acabó. Tal vez sentimos que rayábamos con la realidad, con los sentimientos, esos mismos que llevan a la demencia, al desastre, a la tragedia. ¿Cuáles fueron sus sentimientos? ¿Qué pensó mientras gritaba y venía contra mí?

Mundos

Convergentes

Carolina Quimbayo

Debo decir que no lo sé, y ahora que lo puedo ver con claridad pienso que jamás se lo pregunté. Creo que nunca antes se nos ocurrió, a las mujeres, preguntarles. Me cuestiono acerca de si ellos, los espectadores, vieron la misma tormenta que vi yo, sí acaso sintieron la misma desazón que yo, si se creyeron identificados como yo. Cuando todo pasó, sentí cómo la estabilidad regresaba a mi cuerpo. Aunque debo admitir que no estoy segura de que hubiera sido por haber terminado con esa escena abrumadora y vehemente de violencia; aun tengo la sensación de que funcionó como una catarsis, bastante alentadora. Tenía la sensación de que “el público” nos miraba con angustia, con extrañeza y seguramente, con algo de morbo. Me imagino en su interior una mezcla de sentimientos difícilmente explicables; “tuvieron la intención de hacernos creer que aquello que afirmaban, utópico y encantador, era real, y ahora, no resultan más inteligentes, racionales, equitativos o ligeramente mejores que nosotros. ¿Qué cosa podrían enseñarnos mientras riñen entre ellos como ya hemos visto antes, tantas veces, aquí?”, imagino lo que alguno de ellos pensó, en el lenguaje propio de su vida, alguien debió pensarse engañado. No sé cuánto tiempo pasó desde que con aquel grito estruendoso dimos inicio al ejercicio, hasta cuando ellas, ellos, nosotros y nosotras estábamos fijos sobre el suelo en forma de círculo escudriñándonos

“Ese día aprendimos que no todo lo planeado sale como se espera y que no todo lo que se espera sale bien tras haber sido planeado”. 15


¿Quién es la víctima? Preparamos aquella primera vez con esmero, con el interés de quien hace algo nuevo, algo fascinante. Pero, ese día aprendimos que no todo lo planeado sale como se espera y que no todo lo que se espera sale bien tras haber sido planeado. Pensábamos empezar aquella aventura con algo de cine y reflexión, la actividad no fue así, pero tal vez fue mucho mejor. El grupo de niños estaba dispuesto y enérgico, hablaban, discutían, corrían, gritaban y hasta se golpeaban, como en un ambiente cotidiano, habitual.

mutuamente en busca de respuestas sobre la realidad, esa que nos persigue, de la que huimos, pero que paradójicamente necesitamos si es que tenemos la intención de darle un nuevo significado a nuestras acciones, a nuestras vidas. Muchas de las preguntas que nos formulamos hablaban acerca de aquello que considerábamos usual y frecuente entre hombres y mujeres, sobre esas actitudes que el hombre (perspicaz, sereno, líder, fuerte, trascendental) debía asumir como propias y sobre esas acciones que la mujer (sensible, débil, protectora, torpe, tentadora, sobre todo tentadora) debía realizar. Los pensamientos tradicionales, propios de nuestra cultura, no tardaron demasiado tiempo en dejarse ver por la radiante luz del sol. Las voces afirmaban con seguridad que la causa de la violencia contra las mujeres estaba puesta sobre la espalda de ellas mismas; si no cumplían con los deberes del hogar, la comida y los hijos, debían ser castigadas o recompensadas en caso de lo contrario. Estaban allí, sobre el pavimento, siglos de historia y vida que hablaban de hombres y mujeres, de sus similitudes pero sobre todo de sus diferencias. Me atrevería a decir que, pese a las diferencias notorias del ambiente, no existía ninguna brecha entre ellos y nosotros, entre ellos y cualquier otra persona del común, perteneciente a esta sociedad falocéntrica. Teníamos en común más de lo que pensé, lo sé ahora y lo sabría con la siguiente visita, el primer taller.

Nosotros aun no conseguíamos entrar en la dinámica, todo nos era nuevo, extraño, anormal. Acostumbrados a la otra cara de la ciudad, la de admirar, la artificial, como estudiantes nos sentíamos incómodos, tal vez pensamos que no habría espacio para nosotros allí o quizá no habíamos preparado un espacio, en nosotros, para ellos. Para nuestra grata sorpresa los niños, seguramente sin proponérselo, se abrieron paso entre nuestra incertidumbre, se colaron

Relaciones armonicas entre hombres y mujeres, la forma más indicada de resolver los conflictos.

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la inactividad frente a tales ofensas. Supongo que fue el exceso de golpes e improperios lo que me hizo pensar en esa cara de la moneda que antes no vi, la violencia de la que han sido víctimas los hombres desde que nacen, es obvio que las mujeres han sido subvaloradas durante siglos, pero aquel día noté que jamás pensamos que los hombres debieron sobrevalorarse a pesar de ellos mismos, que debieron ser perspicaces, serenos, líderes, fuertes, grandes, valientes y todo lo demás, aun cuando no quisieran serlo. Para esta sociedad patriarcal son inconcebibles comportamientos humanos como el dolor, el llanto y la falta de deseo sexual en los hombres, extraño sería aquel que prefiriera llorar en lugar de gritar o huir en vez de pelear.

Las mujeres se apropian de actividades y roles cotidianamente masculinos.

con una palabra que lejos de distanciarnos nos acercó en una relación académicoafectiva, si así se le puede decir, ellos nos llamaron “profes”. El primer paso fue dividirnos por grupos, todos los profes nos hicimos cargo de un grupo de chicos y empezamos nuestra labor de adentrarnos en sus mundos desconocidos, nos propusimos explorarnos mutuamente. La actividad parecía simple, utilizar las hojas de blanco papel como el lienzo de nuestros cuerpos e identificar en ellas aquellos lugares donde habíamos sido violentados junto con el autor de tal violencia. Conmigo se encontraban cuatro de los niños más inquietos del grupo, con el tiempo entendí que no eran para nada molestos, tenían, eso sí, un afán encantador de aprender, de ser escuchados, de opinar, de hablar sobre sí mismos. Cada uno de ellos tenía en sus manos una hoja de papel, pero les costaba trabajo concentrarse en la actividad, en cambio preferían golpearse, sacudirse, maltratarse entre ellos y aunque muchas veces no tenían la intención lo usaban como mecanismo de defensa, tal vez, porque sería poco varonil permitirse el diálogo o simplemente

No intento de ninguna manera justificar las acciones violentas de los hombres que siempre toman como víctimas a las mujeres, tampoco quiero descargar de responsabilidades a aquellos que aprovechan su “superioridad” para agredir a las mujeres y hacerles sentir que no hay más lugar en el mundo para ellas que la cocina o la alcoba. Lo que quiero resaltar es que este no es un problema de hombres victimarios o de mujeres víctimas – visto desde el paradigma tradicional- han sido años y años en los que tanto hombres como mujeres han trabajado para reproducir tal paradigma en la realidad, han educado a sus hijos e hijas de tal forma que cuando tengan que vivir en el mundo de los adultos su menor dificultad sea hacer lo que otros muchas veces han hecho antes, usar las violencias suele ser más fácil que reducirse ante el adversario y optar por caminos alternativos como el diálogo. Justamente eso reflejaba la actitud de los niños, siempre el que golpeaba quería ser quien mantuviera el control; pero extrañamente, esperaba la misma respuesta, así terminaba por convertirse en una cadena 17


casi interminable de golpes, era una disputa por saber quién aguantaba más, quien era más hombre, quien debía gobernar sobre los otros. Sin embargo estaba segura de que en ellos aún había espacio para la cordialidad y el respeto, quería demostrarme que lo que estaba viendo en ellos no era más que el resultado de la práctica diaria, era su deporte favorito, les divertía, lo disfrutaban. “Tal vez, si dejaran estas prácticas por unas nuevas ¿olvidarían las anteriores?” Me pregunté. Entonces, empecé a trabajar por encontrar una respuesta a mi inquietud que finalmente nos conduciría a encontrar, posiblemente, una forma de alejarnos de las soluciones violentas. Propuse una actividad entre nosotros que se basaba en el reconocimiento de las virtudes del otro. Sé que debió significarle a cada uno de ellos un enorme trabajo dejar de ver a sus compañeros como contendientes

y reconocer en ellos cualidades o actitudes para resaltar sobre las propias, pero sobre todo expresarlas, decirlas, hacerlas públicas. No digo que les costara trabajo porque no las tuvieran, sino porque aunque se reconocían como amigos y sabían exactamente el porqué lo eran, sería un desatino que tal actitud los hiciera ver como líderes débiles, incapaces de mantenerse firmes y “malos”. Supuse que un simple ejercicio no haría de ninguna forma la diferencia entre antes del proyecto y después, era una lucha imposible de ganar, ellos han vivido en la comuna de Cazucá toda su vida, bajo sus propias dinámicas que incluyen palabras como violencia, pero excluyen palabras como género. ¿Cómo podríamos hacer nosotros , simples estudiantes, para que ellos, niños y niñas con la experiencia de adolescentes casi adultos (as), pudieran entender lo que

Contemplar el sueño de un lugar mejor

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queríamos decirles? Tuve la sensación de la derrota antes de empezar. Afortunadamente, los niños, nuevamente, me darían una lección difícil de desconocer, una lección que se trata de ver las mismas cosas de siempre a través de ojos desconocidos.

sobre papel, en aquella base todo ocurrió como se esperaba, la escoba, el bebé, los utensilios de cocina, el vestido, le fueron asignados a la mujer y los juegos de video, el balón, el pantalón, le correspondieron al hombre. Son los imaginarios típicos de gran parte de la población ¿Por qué tendrían que dejar de serlo para estos niños? El ejercicio de la segunda base consistía en asociar fotografías, que sugerían roles de hombres y mujeres en la sociedad, con palabras que hacían referencia a cualidades de los seres humanos. Con esta actividad los niños pusieron a prueba sus creencias sobre lo que los humanos podemos ser o hacer según nuestro género. Palabras como fuerza nuevamente se referían a los hombres y vanidad a las mujeres, pero en cambio palabras como violencia y agresión fueron identificadas plenamente en fotografías que mostraban a hombres y mujeres golpeándose o simplemente gritándose. La última base pretendía, a través de una carrera por relevos, fomentar la sana convivencia e incentivar en los niños el interés por los derechos humanos, fue maravilloso ver como ellos entendían perfectamente la frase, aunque muchos de ellos no manejaran claramente conceptos como el de derecho. Finalmente, hubo una actividad que concentraba a todos los grupos bajo un mismo objetivo, sabíamos que ya todos estaban agotados, pero por alguna extraña razón ellos siempre tienen más energía para dar.

¿Diferencia o diversidad? En las sesiones posteriores notamos cambios paulatinos, ahora que puedo ver hacia atrás sé que no fueron cambios enormes pero si fueron significativos. Al finalizar uno de tantos talleres, mis compañeros profes y yo nos sentamos en las mismas sillas que nuestros “estudiantes” acababan de dejar, todo estaba en silencio, nos observábamos los unos a los otros en busca de un aliento, de un par que pudiera decir “hoy se logró algo”, “lo hicimos bien”, sabíamos que dábamos toda nuestra energía cada vez, que algo se modificaba con cada visita, sin embargo necesitábamos del reconocimiento de otros, pues podría hacernos una mala jugada la ilusión de cambiar el mundo de un soplo. Comprendíamos desde el principio que el trabajo sería arduo, difícil; pero teníamos una motivación: los niños con cada sesión eran más receptivos, propositivos, esa nueva actitud hacia que nosotros tuviéramos el estímulo necesario para volver cada sábado con una nueva propuesta. La discusión y se concentró en la gran sorpresa que nos habíamos llevado ese día. Todo había sido preparado meticulosamente, cada uno de nosotros estaría encargado de una base y cada base intentaba recoger los imaginarios que los niños tenían de los hombres, las mujeres y sus relaciones. La primera de las bases por la que debían pasar estaba hecha de tal manera que los niños del grupo tomaran objetos como la ropa, una escoba, zapatos, y los pusieran en las figuras de hombre y mujer dibujadas

Había una cartelera, a la derecha estaba dibujada una mujer y a la izquierda un hombre, en una botella que había sido entregada al grupo que en menos tiempo recorrió las estaciones habían una serie palabras que con ayuda de todos sus compañeros y compañeras deberían poner en algún lugar, a la derecha -la mujer- o a la izquierda -el hombre-. Así había sido diseñada la actividad, no había lugar 19


para aquellos que quisieran compartir sus cualidades, vaya sorpresa la que nos llevamos los profes cuando en palabras como responsabilidad no había discusión sobre dónde ponerla, para todos estaba claro que esa palabra, como muchas otras, debía ir en el centro, el lugar que los profes habíamos olvidado, ellos lo encontraron. Fue una satisfacción enorme saber que ahora los profes eran ellos, nos habían dado una lección que hablaba sobre apropiarse de la visión de los otros, sobre compartir aquellas cualidades que nos hacen humanos, sobre la igualdad entre hombres y mujeres, aunque nosotros lo hubiéramos enseñado no lo pusimos en práctica en esa ocasión, nos dieron la respuesta menos esperada, ellos nos recordaron que hombres y mujeres no somos diferentes, solo somos diversos, podemos y queremos compartir defectos y virtudes. Esta actividad me hizo reflexionar sobre nuestros propios imaginarios frente a ellos, frente a nuestra labor allí y frente a lo habríamos logrado después de terminar este proyecto.

golpe tras otro, en las últimas ocasiones compartían sus refrigerios, se apoyaban en las actividades, se despedían con un beso en la mejilla. No quiero decir con esto que hicimos el mejor trabajo, ni que ahora serán nuevas personas y se dedicarán, cual superhéroe, a combatir la violencia de género en el mundo. Lo que quiero decir es que, en el peor de los casos, uno, de los 32 niños y niñas que asistieron a los talleres, será mejor persona, reducirá sus niveles de violencia, habrá cambiado sus prácticas violentas por nuevas prácticas donde prime la alteridad, el respeto por los otros y otras, por lo menos para uno de ellos existirán las mujeres como seres humanos merecedoras de atención y buenos tratos, por lo menos para una de ellas los hombres no serán lobos feroces irracionales a los que siempre, no importa lo que pase, habrá que obedecer. Por mi parte, aprendí que, contrario a lo que podía pensar, esta otra cara de la ciudad hecha de piedras, ladrillos, palos y cemento, en la que las personas son “agresivas”, “peligrosas” y “pobres”; existen seres humanos iguales a mí o a usted, con sueños, capaces de subvertir sus vidas. Ellos, fantasean con ser policías, abogados (as), profesores (as), para ayudar a sus familias, a sus vecinos, a sus amigos.

El final del principio Era imposible en tan poco tiempo solucionar las problemáticas de esta comuna, ni siquiera pretendíamos hacerlo, sería una locura para la que se necesitan más que deseos de ayudar. No sé cuánto tiempo tardará en desaparecer la violencia de género en el mundo, ni siquiera sé si desaparecerá, lo que sé es que depende de cada quien, de cada hombre y mujer romper las cadenas que nos atan a las vidas que no queremos llevar, seguramente factores diversos nos impedirán hacernos cargo de la construcción de una manera alternativa de ver a los y las otras, pero jamás existió una excusa para estos niños y niñas – sobrevivientes de este ambiente hostil y absorbente- cuando se trató de llevar a la práctica el respeto por el prójimo, no miento cuando digo que aquellos niños que en el primer taller lanzaban un

Con esto no quiero desconocer la realidad social, política y de seguridad de Cazucá, lo que quiero es que otros, como yo, dejen de enmarcar a las personas que viven allí dentro de estereotipos que nos hacen olvidar de su humanidad y excluirlos como si no se merecieran nuestro respeto y admiración, como si nunca hubiéramos notado que los seres no somos diferentes solo somos diversos, como si en sus manos, o las nuestras, no estuviera también el principio y el fin. 20


casquillos para defender a mamá

Juan David Avendaño

Aquella tarde mi padre llegó, como siempre, bamboleándose de un lado al otro con malicia, tambaleando su cuerpo camino a la cocina, dominado por el licor que lo corrompe a diario; y gritó con voz fuerte y lengua enredada:”¿dónde está la comida que ya llegué?, ¿usted cree que es cuando le dé la gana?”. Mamá corrió para servirle, pero no estaba lista y ¡pum¡, que la mano se la plantó… sin escucharla aumentó sus aullidos: “Y no llore, no llore que la reviento¡”. La voz se eleva sobre su cuerpo y lo reprime “ya no más desgraciado, me la deja quieta o yo lo voy cascando a usted…” Pero esa voz no era la de mamá. Había otra persona en la casa a la que prefiero llamar La voz de la mujer. No era cualquier voz, era “La voz” de una mujer joven que nos

acompañaba siempre y buscaba de cualquier forma cambiar la situación. Aunque por el momento la mejor manera que encontró fue la violencia, igualar o superar su agresividad, gritar para pasar por encima de los abusos de los hombres. Saturada de odio y resentimiento, se proponía derrumbar el poder que aplastaba a sus semejantes, las mujeres, contra la pared*. Ningún hombre la podría callar porque ella tenía claro, que se la montaban sólo si lo permitía. Ella descifró esta situación mucho antes de que pudiera atormentarme con sus alaridos, y ese día, por primera vez rompió las barreras que limitaban sus movimientos, sus sensaciones y comentarios, aunque jamás sus pensamientos ni su imaginación, porque la mente y los sueños de un ser 21


humano nunca pueden ser apagados por las personas que lo rodean. Ella entendió que sólo podemos ser vencidos si nos rendimos. Yo preferí salir a la calle a recoger mis casquetes de pistola**, que estallaban como mis sueños, sin perder su valor, su frío encanto, ni su emocionante pasado. Cuando cada noche golpean las paredes y los huesos sin cesar, yo me refugio en mi hogar y La voz calla, porque aquellos, son más peligrosos que papá. No dudo que ella anhele, algún día, poderlos silenciar, o que por el contrario, le permitan defender a mamá. En realidad, ése no es mi rollo. Yo sólo espero el final de la orquesta para salir por mis regalos, que se forman tras cada impacto fallido. Doy a la noche su espacio para que el amanecer los revele entre la arena y las piedras, que no están menos olvidadas, hostiles, frías. Esa mañana en el colegio debíamos dibujar nuestros mejores amigos o amigas para entender quiénes eran. Como siempre mis compañeros criticaban sus propios trabajos con dureza, d iciendo que lo habían hecho mal, dudando de su creación, sosteniendo que no podían hacerlo. Cuando veía sus trabajos no pensé que estuvieran mal, pero ellos insistían: -“No, yo quiero otra, ya me quedó mal… mire me quedó mal…” -¿Quiere un lápiz? – le pregunté para tranquilizarlo. - ¡Sí!, pero es que no tengo más hoja. - Ahí le quedó bien… Hey, ¿cómo va con la mona?- le cambié el tema para que no se concentrará en eso, aprovechando de una vez el espacio para saber que le pasó a ese loco-.

- Yo ya le terminé desde hace rato. - ¿Sí? y no volvieron a… no volvieron a… - Pues si volvimos, pero después suerte otra vez. - Pero ya no siguió llorando… - ¿Quién? - Usted - Quién va a llorar por una mujer, véalo… - Eso le queda bien es a ellas – intervino otro parcero-. - Pero usted estaba que lloraba que día que lo vi allá abajo – insistí-. - Pero no estaba llorando… ya viene a tramar. - Pero casi, casi lloraba. - Casi, pero casi no vale pelea. - Es verdad que casi no vale. La profe se paró y un mancito expuso su trabajo, hablando de una mujer trabajadora que no se dedica sólo a sus hijos y que lo puede todo sola. En ese momento un compañero lo interrumpió, diciéndole que eso no podía ser así tan fácil. Y mostró el dibujo de lo que, según él, sí era una mujer. La profe lo mostró a la clase entera. - Empezando porque no le hizo ropa – alguien gritó. - Bueno, ¿tú qué piensas de este dibujo? – la profe se dirigió a una niña que miraba el dibujo con desagrado -¿te sientes identificada? - No, no me siento identificada… - ¿Por qué? ¿tú crees que una mujer se hace por usar falda… o que el que hizo el dibujo cree que lo que hace a la mujer es la falda? - Nooo, la mujer también usa pantalones… - ¿Entonces cómo es una mujer para ti, mi amor?- se dirigió a mí poniéndome en riesgo. - Por el pelo puede ser… por la forma del cabello… -Por el olor, por el aspecto, por la forma de hablar -otro intervino-. - Entonces un niño exclamó con voz fuerte -

“Ella entendió que sólo podemos ser vencidos si nos rendimos”

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sean y no hay ningún hombre que esté por encima de ellas – se llenaron todas de valor dándole paso a La voz, que impuso sus palabras, poco a poco, hasta que todos se silenciaron ante sus palabras… - …es que todos los hombres son unos desgraciados, buscan violarla a una y maltratarla; una no puede estar tranquila porque se le van detrás. ¡Déjennos en paz malditos… La profe tuvo que interponerse y parar la actividad, pero La voz se hizo escuchar. Aunque no sé si estaba bien lo que ella decía... Ese mismo día en la noche, cuando llegué a mi casa y luego de aguantar su escándalo y sus peleas durante toda la tarde, La voz consiguió una crónica, que la calmo bastante: la historia de Silvina, una niña cuya mamá renunció a la posibilidad de depender de un hombre, para no tener que seguir siendo la víctima o convertirse en el victimario, para formar algo nuevo, para evitar que el fruto de su vientre sufriera***. Claro que alegó después un rato, “como si los hombres la dejaran a una vivir tranquila si todos son unos brutos, lo único que tienen bonito es la cara”. Peleaba y continuaba leyendo por fragmentos durante un rato. La balacera reanudó su sinfonía y La voz dejó de leerme su extraña historia. Pero en todos los días siguientes continuó leyendo con emoción el extraño cuento, cambiando sus comportamientos y actitudes lentamente. -“Mamá se alejó de papá para que no nos hiciera daño. Así yo podía realizar mis sueños, estudiar, no sé, hacer algo y tener confianza en mi futuro, sin nadie que me humillara, ni me aplastara, que acabará con mi autoestima (...) Y también encontramos otros hombres más comprensivos que nos respetaban y nos hablaban sin gritarnos, sin amenazas de ningún tipo y yo podía decir con firmeza, cuando alguien se pasaba de la raya: mi mamá no es una perra, es un ejemplo de vida, es una verraca”.

Imaginarios sobre roles de hombres y mujeres

se diferencia mucho porque dicen groserías. ¡Son muy groseras, creídas, picadas¡ - ¡No!, una mujer al momento de hablar es más delicada, más formal – dijo Susy. - Hay mujeres que son más agresivas insistió ese man. - Pero el hombre también es picado. - Es que un hombre no es que sea picado, sólo que si un hombre es callado se la montan, ¿si pilla? Un hombre no es picado ¿si entiende? uno tiene que hacerse respetar, para que sepan con quién es que se están metiendo. - Hay mujeres que son más agresivas porque los hombres también las tratamos mal -decidí defender un poco-. - Sí, pero no es sólo eso, son gasolineras y marihuaneras…-interrumpió, tal vez dudando de lo que decía-, muchas… - Pues es que, los hombres critican y se las dan de mucho, pero en verdad no son nada, porque empiezan diciendo que yo soy lo uno, yo soy lo otro y en verdad no son nada y suponen que la mujer se la pasa encerrada en la casa. Eso es una gran mentira porque eso ya fue hace años, todas las mujeres pueden estar donde quieran estar, son libres de ser como quieran que 23


que sus amigos lo impulsaban: “No se la puede dejar montar tampoco, búsquela y pónganla en su lugar”. Esto no se lo conté a mamá y La voz me perdió la pista por un momento. Ellas estaban pasando por un momento especial, hablaban de un futuro y de su libertad, de un montón de cosas. Aún yo no entiendo con claridad. Recuerdo que en esos días hablé con el mono y otros dos parceros sobre las mujeres. “Todas las mujeres son unas perras” afirmó uno de los manes y el mono lo paró-. “Tampoco se pase- le dijo-, el video es que en la calle pues se encuentran con malas influencias y las dañan, ¿si pilla? Pero no todas son así”. “Si es verdad”- asentí con la cabeza y escurrí mi cuerpo en la silla-. “Pero no falta la que se queda en la casa es para meter a otros tipos de la calle – insistió. “ Noooo, pero esas son las viejas que ya tienen calle y tal. Eso es como a uno también. Uno sale y no falta el marihuanero y el vago que llega a joderlo a uno y a enseñarle mañas. Eso es mejor tenerlas en la casa quietas”. Alguien le preguntó alguna vez que si entonces las mujeres no sirven para otra cosa y el mono no muy seguro le dijo que sí pero que por acá como que él no conocía otra opción “de poder las mujeres pueden hacer mucho, aunque no es así tan fácil, porque no hay muchas posibilidades por acá” – aseguró frente a otras niñas que hacían parte de la conversación. Paramos la conversación por un rato mientras íbamos a jugar fútbol en el parque, unas niñas querían jugar y nosotros no las dejamos, ellas no saben de eso y así se los dije, las viejas que van a saber de fútbol, esa vaina no es para ellas. “¿Y es que acaso ustedes nos han dado la oportunidad de jugar?-nos preguntó una de ellas, sin que les diéramos respuesta positiva-. Hasta que una vez los de la escuela deportiva con otra gente nos pusieron a jugar juntos, nos vinieron a hablar de igualdad y de

Reflexiones sucitadas en los talleres

Un tiempo después papá llegó en tremenda borrachera y se abalanzó sobre mamá. La voz se dirigió con velocidad a protegerla y un sólo puñetazo la lanzó al piso. Mamá fue encerrada en el cuarto y gritaba con terror. Ese era mi momento, me correspondía intervenir. La voz se había debilitado físicamente y no parecía poder intervenir más. Me correspondía a mí. Pero yo no podía traicionar a los hombres, él me lo había advertido. No dudé más, agarré una tabla y cuando abrió la puerta lo agarré por la espalda. La borrachera no lo dejaba pensar. Se tiró en un rincón, luego de varios golpes no muy fuertes, en verdad; mamá salió gritándome que me quedará quieto que lo iba a alterar más. La voz intervino y le dijo a mamá que más bien nos fuéramos como Silvina, así no tendríamos que pelear más: agarramos la puerta y nos fuimos, pero papá no lo iba a olvidar. Los siguientes días fueron bastante duros. Mamá tardó en encontrar trabajo y consiguió una casita en obra negra, donde pudiéramos vivir en paz. Pero las cosas no eran tan fáciles. Papá nos buscaba y con bastante odio. En la tienda me pude enterar un día 24


darles oportunidad a las mujeres. Nosotros aceptamos esa vez y una vieja metió severa goleada. Luego nos pusieron a que opináramos sobre eso y pues claro no íbamos a aceptar que las mujeres se las vinieran a dar, no ve que después nos la montan, así como la voz, que viene hablando de sus derechos y entonces empieza a gritarlo a uno y mangonearlo.

macho o la mujer. Yo me metí en otro rollo para evitarme problemas, aunque si me dio mucha risa ver como se daban, La voz puede ser muy chistosa cuando se emberraca. Mamá y La voz se inventaron un juego, con una historia en la que las mujeres se habían aburrido de los hombres, de que las golpearan, de levantarse muy temprano y acostarse aun más tarde para estar al servicio de un marido mal agradecido, de hacer el oficio de la casa sin ayuda, ni consideración alguna. Su historia sucedía en el pueblo imaginario “Machodonia” en donde las mujeres cansadas de tanto abuso aprovecharon un día de borrachera de los hombres para encerrarlos sin hacerles daño y quedarse con el poder para ellas, no con la intención de abusar, sino de defenderse y cambiar la situación en sus hogares. Por eso la intención final era encontrar la forma de compartir el poder entre hombres y mujeres por igual. Ellas empezaron a contar la historia por doquier esperando una respuesta positiva por parte de los hombres, para que entendieran su sufrimiento, en el trabajo, en la tienda en el colegio, en la iglesia. En una ocasión la voz trató de jugarlo en el colegio, pero nosotros no le encontramos sentido. Para nosotros las cosas están bien en las condiciones actuales- aunque en ocasiones suframos por el dolor de nuestras madres-. Ella nunca supo explicarnos por qué razón iríamos a compartir el poder con ellas si el orden de las cosas ya está establecido con claridad. Como lo dijo el mono “Nosotros somos buenos para trabajar y las ellas son buenas para hacer oficio. Por

Como una vez que hicimos una obra de teatro. Un parcero se hizo con ella y yo de una vez me retiré porque sabía cómo era ella. Claro, desde el principio ella se impuso: “usted va a ser el marido, yo la esposa y ellos nuestros hijos. Yo a usted no lo quiero pero por eso mismo, usted me va a hacer caso oyó y para lo que allá que hacer me tiene que ayudar”. La obra trataba de una pareja que no tenía tiempo de llevar a sus hijos al parque, el man

"y ese pobre man, bien paradito siempre ha sido, pero casi ni hablaba... porque estaba viendo el partido y la vieja porque tenía que hacer el almuerzo y ese pobre man, bien paradito siempre ha sido, pero casi ni hablaba. La voz lo empezó a gritar y cómo ella se la montó pues los que hacían de hijos le perdieron el respeto y pues claro todos se la montaron, hasta que terminaron forcejeando y todos tirados en el piso revolcándose, peleando a ver cuál lograba imponer su voluntad, su ley, el 25


eso las mujeres deben quedarse en la casa – y así también nos evitamos que cojan malas mañas-”. Lo máximo que logró es que las abucheáramos y les prometiéramos no pegarles, y eso que quién sabe cuántos lo cumplan a fin de cuentas. Tal vez nunca íbamos a llegar a ningún acuerdo: los hombres no van a ceder y las mujeres se va a rendir a los golpes o se van a ir por su lado. Esa es la historia de la mayoría de mis amigos: o los papás se separaron o siguieron riñendo. Por lo menos papá quiere seguir peleando y mis mujeres, hablando de libertad, de su espacio y de sus cosas. Por mi parte está claro que no las entenderé y he tomado una decisión.

existencia real aclaro a continuación: ”La Voz de la Mujer” representa, en un comienzo el resentimiento que las mujeres expresaban hacía los comportamientos, actitudes y comentarios de los hombres. La trasformación que está va teniendo es reflejo de la disposición de las jóvenes- caso contrario se presentó con los muchachos que se cerraron ante la posibilidad de proponer o crear otras formas de ser para los dos géneros; Los casquillos de la pistola son un elemento representativo de la violencia que sufre Cazuca a causa de los grupos armados. Fue extraído del relato de uno de los muchachos que los recoge de la calle para coleccionarlos; La historia de Silvina corresponde a la de una niña del Debo dejarlas vivir!. Es hora de buscar un mismo grupo, que desde la primera sesión detonante, de alejarme de los casquillos expresó su inconformidad con la actitud que son refugio y que son un juego. Debo de los hombres participantes y dio como salir a fulminar, encontraré a mi padre en ejemplo las acciones de su mamá. el único camino con el que puedo defender a mamá y la bala perdida alejará las 2.- Algunos de los escenarios y actividades culpas y al criminal que no la dejó vivir. El nombrados en la historia fueron desarrollados chillido estruendoso que me seguía, ahora con nosotros en el proceso de investigación. acompañada por Silvina, quien, se supone, Las actividades que son nombradas en el la lleva hacia las flores. Ellas, mamá y La voz texto, en orden de aparición, son: taller de seguirán buscando un lugar en el que aunque dibujo (23 de septiembre) con el objetivo yo no las vea, ni sepa donde pueden estar. de identificar imaginarios sociales; partido Tal vez sus manos no estallen, pero con las de fútbol (4 de septiembre) para integrar mías, haré que las mujeres dejen de llorar. a las mujeres en una escenario considerado de hombres e incentivarlas a expresarse y NOTA DEL AUTOR: cuestionar los roles y funciones en tanto construcción social que condiciona a los 1.- Todos los diálogos del texto están sujetos de ambos géneros; puesta en construidos a partir de los relatos de la escena (30 de septiembre) con el objetivo comunidad juvenil de 11 a 16 años con la de reflexionar sobre la forma en que se que estuvimos trabajando los días jueves desarrollan los conflictos de género y que en el proyecto “Previniendo la violencia propongan formas de solucionarlo; proceso desde la perspectiva de género”, en algunos de cambio de roles y reivindicar el papel casos con palabras o frases textuales. Esto de la mujer a través de una historia (15 con el fin de contener en una historia de octubre), elaborada por el grupo de las características que los relatos tenían investigadores, sobre una tierra lejana en en común. la crónica está elaborada donde las mujeres habían cogido el poder con personajes ficticios, cuyo origen o para mejorar la situación de todos. 26


CAZUCÁ: UN LUGAR DE REALIDADES

Samuel E. Lancheros Morales

es una tarea que ha de cumplirse. No es simplemente una obligación, es mi labor, algo que debo devolverle a la ciudad, al país y a su gente, algo de lo que he aprendido, algo que me haga sentir mejor, pero que a su vez, contribuya en algo a esa población casi olvidada por completo. El sol y el viento se encuentran en ese mismo punto, ambos queman y dejan rastros, en mí lo han hecho, y en los habitantes de esta zona, sí, de Cazucá, lo han dejado como una muestra de lo que tienen que vivir a diario, no es extraño encontrar en la mayoría de los niños y niñas unas mejillas coloradas, pero no es la muestra de haber estado jugando, es la muestra de una falta de protección que a lo mejor ni ellos son

Entre el olor de las curtiembres, los alimentos, la tierra y el olvido, se desarrolla una población estigmatizada, olvidada y arrinconada. El llegar se hace lento y pedregoso, de recorridos largos y agotadores, de andares fuertes y resistentes, de caer y levantarse, de querer extender la mano y ayudar, pero de huir a la menor oportunidad que se presente. La tristeza se disfraza de alegría, de monotonía, de risas y miradas extrañas que reconocen a quien anda en su terreno, a quien en busca de observar y analizar se adentra en un espacio diferente y a una sociedad que parece parte de otra realidad, pero que en verdad, es lo que hay, lo que se vive. Es un territorio que pertenece a la ciudad y a un municipio aledaño, pero lo poco que se encuentra sobre él no está guardado en ninguna alcaldía, ni distrital y mucho menos municipal, es decir, no hay una responsabilidad de nadie, o mejor, nadie responde por ella. “Eso es tuyo, no, Eso no es mío”. Mientras camino por sus calles llenas de piedras, lodo, tierra, aguas reposadas, la fatiga no demora en llegar, al parecer el estado físico no me ayuda y por el contrario me agota más. Sin embargo,

“el ambiente es diferente a lo imaginado, a lo pensado, a lo que se habla y lo que se vende”

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Un encuentro entre hombres y mujeres, niños y niñas

vuelven siendo los mismos. Un saludo indicando el momento del día, revela tal vez agradecimiento, es difícil interpretarlo pero es necesario darle un significado a su gesto, a su movimiento, a su lento caminar y su estacionarse para elevar el rostro y manifestar con una sonrisa entre unos pocos dientes su bienvenida. El panorama por cada una de sus calles nunca va mejorando, por el contrario puede ser más abrumador. Entre subidas y bajadas por unas lomas con escaleras improvisadas deambulan día, tarde y noche, quienes por destino o por no sé qué razón válida pueda ser, han ido ocupando este territorio de todos y de ninguno, a aquel en donde el agua llega por los cielos y la energía llega por milagro. Los niños y las niñas tienen una fuerte e importante presencia en este lugar, son quienes más andan en la calle, quienes traen las cosas o mandados, quienes lloran a la espera de un regaño, o tal vez, de un fuerte golpe, de pie sobre un andén, entre la indiferencia del resto. Sus rostros expresan muchos sentimientos, rabia, tristeza, alegría, cansancio, agudeza y dureza. Su expresión oral, evoca mucho del

consientes deba ser así. La llegada, bajo una serie de imaginarios colectivos no se hace fácil, pues también voy marcado por ellos. Cierta resistencia de estar se presenta en el primer momento en que piso su suelo, pero al parecer el ambiente es diferente a lo imaginado, a lo pensado, a lo que se habla y lo que se vende. Sus habitantes pueden ser más agradables de lo premeditado. Niños, niñas, hombres, mujeres y ancianos faltos de quien les pueda brindar un abrazo, o la simple expresión de un sentimiento, no de compasión, pero sí de afecto. Los niños y niñas son quienes más miran con desconcierto, preguntan por aquellos extraños individuos que sólo aparecen una vez por semana. Los más grandes, miran de reojo o simplemente su mirada es de indiferencia, otros murmuran mientras pasan, pero en ocasiones elevan el tono de su voz y cambian las facciones de su rostro intimidando o a lo mejor queriendo pasar desapercibidos. Los ancianos, son quienes más alegres reciben a los nuevos seres, a los que cada seis meses son diferentes, a los que ya no 28


entorno que los rodea, de lo que dicen los más grandes o de lo que aprenden entre ellos mismos, sin embargo, siempre hay un “profe gracias”, un “chao”, un “hasta luego” o un “nos vemos ¿aquí mismo?”. Ellos siempre están allí, en el centro de proyección, una casa que se eleva con tres pisos, imponiéndose y siendo punto de referencia de casi toda la comunidad, esa misma que sabe a qué vamos allí y lo que pretendemos hacer, pero en ocasiones y no distante de lo que entre ellos “susurran” en un tono elevado, se escuchan voces de reclamo porque siempre es lo mismo. Parece pese al agradecimiento que demuestran, algo molestos por nuestra presencia segmentada. Pero pese a eso, los más pequeños nos animan a quedarnos, pues son ellos con sus tiernos e inocentes rostros, quienes nos indican que algo podemos aún hacer por ellos y por buscar una mejor sociedad y sino por lo menos un mejor ambiente que les cambie la monotonía del colegio, la casa, los amigos, el juego, el

haber, tener y no tener. Muchos necesitan reforzar su vida escolar, y encuentran allí, en el centro, a los grandes que siempre comparten un apretón de manos, un abrazo o un gesto; otros encuentran una forma más de pasar un día no escolar; otros buscan acción y sudor y pertenecen a la escuela de fútbol y otros quieren saber algo más, o por lo menos, intentar entender que hay muchas cosas nuevas por aprender. Sus habilidades y en especial su astucia que les permite comprender y vivenciar tan compleja realidad, también les da paso a abrirse casi por completo ante unos desconocidos a los que llaman “profes”. Unos con timidez, otros con mayor facilidad para hacerse escuchar, y otros que sólo ríen o hacen caras para llamar la atención son los niños y niñas con los que hacemos más que juegos y talleres, son aquellos que algo aprenden o por lo menos intentan y demuestran ganas por hacerlo. Entre casi todos se conocen, identifican su

El deporte también puede unirnos

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barrio y el lugar en el que cada uno reside, los lugares comunes de encuentro, el sitio que los entretiene, la escuela o colegio que los educa, los parques construidos por completo y los que se improvisan con palos, varillas, y una piedra que marque fuerte, para delimitar el espacio de juego que puede ser simple, pero que para ellos es el mejor. El atraer su atención no se es difícil, pues siempre están con la mirada hacia nosotros. Sus ojos se mueven velozmente, pero sus manos pueden ser más agiles, tanto para expresarse al hablar, como para otros actos no tan buenos, sin embargo, y lo más importante de esto es que su participación siempre es activa, quieren dibujar, rayar, correr, jugar, saltar o estar realizando cualquier actividad menos estar sentados durante mucho tiempo escuchando lo que podría ser una clase magistral, pues quieren perder un poco lo que ven en el colegio. Para ellos es más importante aprender de otras formas, aunque no niegan que el ABC y el 1, 2,3 son aprendizajes y formaciones importantes en sus vidas. Entre tanto, hay quienes sí quisieran aprender de la forma clásica, pues nunca han estado allí en la escuela, como casi siempre llaman al colegio, ya sea porque a sus padres no les ha interesado, ni les ha parecido importante que vayan a aprender a leer y a escribir, herramientas indispensables en la vida de cualquier ser humano, o simplemente a otros, les ha tocado vivir bajo circunstancias tan extremas que eso es lo último en lo cual es importante invertir.

Hay niños y niñas que siempre se hacen sentir más dentro del grupo, ya sea porque siempre hablan o por el contrario, su silencio habla por ellos. Otros hacen parte de los violentos, de los fuertes, de los rudos, de los que buscan la salida a través de un puño, una patada, una mordida o cualquiera acto que pueda agredir al otro. Ese es su escudo, su protección, parecer el más fuerte cuando en realidad puede ser quien más necesitado está del abrazo afectivo que alguien le pueda brindar, pues es allí, en donde encuentra la mayor de las protecciones. El silencio y las miradas inquietantes son parte de la rutina de ellos, buscan expresarse, pero siempre está el miedo, y les es difícil pues en tierra de gigantes la palabra del pequeño siempre es la menos válida, la que no sirve, la que entra en el juego de lo utópico, lo soñado, lo perfecto, lo no existente, en aquel lugar de oportunidades reducidas y sueños coartados. Existe también una curiosidad insaciable

Recorriendo nuevos caminos

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por todo lo desconocido, por lo extraño, pero a su vez por lo simple, lo sencillo, lo que para otros niños y niñas de la ciudad es algo más de su cotidianidad para ellos y ellas es algo nuevo, herramientas que quieren descubrir y de las cuales quieren apropiarse. Pese a querer y expresar esos sentimientos, entrar y llegar a entenderles, no es tan fácil como pensaría uno por ser los más pequeños, siempre existe por parte de ellos la barrera casi impenetrable, pero no imposible de abrir y tumbar tras la que albergan lo que más anhelan, lo que más desean. Saciar esa curiosidad en ocasiones se hace extraña y confusa, pues hacerles entender algo que parece sencillo pero que en verdad es complejo, resulta algo caótico. Es difícil hablar de un tema que distinguen sólo por lo que ellos entienden, pero más difícil aún por un accionar por el que todo el tiempo se ven permeados. Género y violencia, términos que parecen sencillos, pero que en realidad llevan consigo una historia y no una sola definición sino también un complejo y largo debate sobre lo que en realidad son. Para ellos hablar de género era en un principio hombre y mujer, falda, pantalón, escoba y rudeza, sin embargo y con el paso de nuestras visitas y nuestros trabajos guiados, fueron entendiendo que sobre género hay un trasfondo cultural, una historia que carga no sólo lo biológico, sino lo ético, lo moral, lo que se deja por herencia y sobre todo lo que se construye socialmente a diario.

Esto p arecía ser complejo,

pero aún no entrab amos en la discusión de lo confuso y amplio: la violencia. y cualidades que hacen referencia a un solo género pero que en realidad hace parte de hombres y mujeres y no como siempre no lo han vendido y establecido. Esto parecía ser complejo, pero aún no entrabamos en la discusión de lo confuso y amplio: la violencia. Entendida siempre como la agresión física, el daño al otro, el maltrato y el dolor que se pueda provocar a causa de un puño o una patada, una cachetada o un fuerte empujón, ese es para ellos su imaginario de violencia, es decir, lo que entendemos nosotros como la violencia directa, sin embargo, ven en su realidad y como algo natural, la carencia e incumplimiento de sus necesidades básicas, de un terreno fuerte con las condiciones adecuadas, de unos servicios públicos por la vía de lo legal y construido como debe ser, de una vivienda con una estructura sólida y de otros aspectos en cuanto a servicios que el Estado debe brindar y que cuando son ausentes también hacen parte de la violencia. Hacerles entender eso es arduo y de trabajo constante, pues cada quien se acostumbra a vivir bajo unas condiciones que se imponen. El juego parece ser la mejor forma de llegar a ellos, el parque su espacio ideal, sin embargo, el uso de otras metodologías parecen funcionar, una película, un dibujo representativo, también ánima a identificar a género y violencia, dos términos que ya adoptan dentro de sus discursos, que no van como exactos, pero

Además de esto, y otro aspecto a intervenir era el ver cómo identificaban los roles y los imaginarios que existían sobre los hombres y las mujeres, el de cocina, mandato, fuerza, belleza, vanidad y otras habilidades 31


que ya hacen suyos, y no sólo dentro de que se les pueda ofrecer. Sin embargo, y al su lenguaje sino también de su actuar. volver cada semana, me daba cuenta y no sólo yo de no estar perdiendo el tiempo, El respeto por la palabra del otro, la escucha y que los niños pese a tener un interés otros principios básicos ya se hacen visibles primario poseen la habilidad de retener y en un espacio en el que su constante era el de entender lo que queremos transmitirles, ruido, la agresión, los gritos, los empujones, pues en la ejemplificación de lo hablado las malas palabras y otros detalles que en siempre se encuentran ellos inmersos en un principio parecían ser incontrolables, sin esas realidades, que sí, parecen ser temas embargo, la confianza que se les daba y y cosas de adultos como ellos mismos lo el mismo respeto que podíamos impartirles expresan, pero que al fin y al cabo termina hicieron posible un cambio de actitud, tocándoles. Y pueda ser que ahora no vea no sólo para con nosotros “sus profes” nada bueno en lo que hago, pero a lo mejor sino también para con ellos mismos. y con el tiempo, me dé cuenta que alguno de ellos, llegó a cumplir lo que más soñaba, El panorama en un principio era desolador vivir con la tranquilidad que sólo la libertad al terminar cada sesión que se hacia con del conocimiento les puede dar. ellos, pues al parecer y pese a sus ganas Todo es corto y termina una experiencia de aprender y de jugar y de ver a alguien que no sabía viviría, encariñarse y nuevo, su interés más grande estaba en alejarse es duro, dejar atrás nuevamente aquello que se les podía ofrecer, en lo cual esa realidad ya no será fácil, pues les pudiera quitar el hambre, porque si, siempre estará ahí, presente, vagará algunos de ellos y ellas llegaban sólo por en la mente de quienes llegamos allí y el refrigerio. La mirada en sus ojos lo dicen mucho más de quienes intentamos ayudar. todo, o simplemente ellos muchas veces lo El imaginario errado cambia y hoy se decían, “¿qué habrá hoy de refri?” claro, sólo transforma en un nuevo discurso para entre ellos. Pero ahora todo es diferente, mostrarle a otros que el mundo no es sólo era motivante llegar y comprender que un espacio dentro de la burbuja perfecta algo de nuestras charlas, películas, juegos que muchas veces pensamos es el mundo, y otros, quedaba, no podemos hablar de sino que fuera de ésta hay otro mundo que una transformación porque entendimos hace parte del único y que es realmente el desde un principio y antes de empezar con que se vive y el que debe preocupar. esta tarea que eso era imposible, el tiempo Al terminar sólo espero que algún día, pueda no lo iba a permitir y mucho menos unas ver algo bueno no sólo lo desarrollado visitas segmentadas, pero aun así, digo durante un lapso de tiempo reducido, sino que cambiar algo pequeño es transformar aquel trabajo que se ha llevado durante para algo grande. varios años, en verdad ha contribuido a un En ocasiones y luego de pensar en todo lo cambio y que ese cambio se verá reflejado visto y lo vivido, como experiencia, quedaba en lo que esos pequeños puedan hacer la sensación de simplemente estar perdiendo por ese espacio y terreno, el cual les vio el tiempo, de únicamente estar aportando nacer y crecer o simplemente los ha criado, un jugo y una fruta, de estar recorriendo pues muchos de ellos llegaron simplemente caminos que ya son inmodificables, de porque en otros lugares del país toda la estar deambulando en un lugar en donde la violencia en su conjunto los hizo apartar y constante está enmarcada por lo material alejarse del camino que habrían de heredar. 32


El breve instante de una reina

María José González

Cuando Cecilia llegó al Centro de Proyección Social del Barrio Santo Domingo como una de las asistentes a los talleres que íbamos a realizar, se hizo notar con fuerza, con imponencia. Desde el primer momento su caminar peculiar como de quien da pequeños saltitos por el suelo mientras va y viene de un lado a otro, corriendo, gritando con su voz gruesa, sin aparente miedo ni pena de nada, la hizo distinguirse entre los demás, no sólo por su algarabía (quizá propia de su ascendencia costeña) sino por su estatura, pues a pesar de ser mujer sobresalía, inclusive, entre los hombres, jóvenes y niños que a la edad de 13 ó 14 años son todavía de más baja estatura que las mujeres, aunque no menos aguerridos ni intrépidos a la hora de enfrentarse con ellas. Muy buenas tardes, somos estudiantes de comunicación social de la Universidad Santo Tomás y de ahora en adelante, cada jueves, vamos a venir aquí para hablar sobre la igualdad de género y evitar actos violentos. Entonces, es importante que nos Cecilia Blanco con la corona en el taller del “Reino de Machodonia”. presentemos… cada uno va a decir su de jugar fútbol, Cecilia fue la única mujer que nombre, de dónde viene y por qué está aquí. - Mi mencionó esa actividad como su principal nombre es Arturo, tengo 13 años y vine por el motivación para asistir. refrigerio- dijo uno. <<Esa niña va a ser cosita seria>>, me dije. Sin - Mi nombre es Alejandra, tengo 12 años y vine embargo, no le presté más atención. Aclaramos porque quiero ser menos violenta- continuó otra. las líneas generales del proyecto y me dediqué a - Mi nombre es Cecilia, tengo 14 años, vengo de hacer la actividad. Ciénaga (Magdalena) y vine porque quiero jugar Siempre tuve a mi cargo a otros niños y niñas fútbol. para realizar las actividades, nunca me había La presentación de cada uno de los chicos y chicas correspondido trabajar con Cecilia. Solamente la asistentes al taller continuó y, a pesar de que la veía al momento de la socialización con los demás gran mayoría en un principio tenía la expectativa grupos y siempre su voz se escuchaba por encima 33


círculo, empecé a narrar la historia del “Reino de Machodonia”, un reino en donde –como su nombre lo indica- sólo gobernaban los hombres, dominaban a las mujeres fuertemente, las maltrataban, les pedían que atendieran todos los oficios de la casa y se la pasaban de reino en reino, entre reyes, bebiendo licores y disfrutando de varios placeres. Hasta que un buen día, ellas se cansaron de la opresión y el encierro, y decidieron rebelarse. Entonces, se apoderaron del reino, le cambiaron el nombre y crearon medidas reglamentarias de comportamiento que los hombres debían asumir sin objeción alguna. Por supuesto, estas normas fueron creadas por el grupo de chicas a las que yo les narraba la historia, ya que posteriormente -al momento de la socialización- debían comunicárselas a los niños que estaban en el piso

de los gritos que inundaban el salón mientras los chicos y chicas se ordenaban, sus gestos y ademanes resaltaban entre los que hacían los demás. Las burlas hacia ella no la intimidaban sino que la ponían a la defensiva, en cambio, su burla sobre los otros iba acompañada de una sonrisa pícara, extrañamente mezclada con inocencia. Pasaron tres sesiones más y yo observaba cada vez los mismos comportamientos: escándalo aquí, escándalo allá, una carcajada, dos carcajadas, tres saltitos, un señalamiento, una mirada agresiva, cuatro carcajadas, un manoteo. Cada jueves la veía entre el ruido, a una distancia del suelo de 162 centímetros, aproximadamente, siempre la veía inconfundible: con un jean claro ajustado, una camiseta de cualquier color cálido que le dejara ver sus brazos morenos de contextura gruesa, unos tenis de los que nunca supe si eran blancos, beiges o grises. El cabello crespo, largo, hasta la mitad de la espalda, suelto y adornado con dos hebillas, una a cada lado, a la altura de las sienes. Pero mi imagen de ella se quedaba ahí, en las superfluas percepciones de alguien que habla duro y opina espontáneamente, en los comentarios de los demás jóvenes, en las opiniones de mis compañeros, en un “hola profe” y después de dos horas en un “chao, Cecilia”, hasta ese día…

“Profe, algún día tiene que ir a mi pueblo, allá no es como acá, allá todo es bonito, las calles son bonitas, hay muchos colores y el sol sí calienta rico...” de abajo y llegar a acuerdos de convivencia entre los dos géneros. -Necesitamos entonces escoger a una reina, que hable en frente de los demás y les diga las conclusiones a las que llegamos. ¿Alguna voluntaria? Hubo un silencio que duró aproximadamente un minuto, todas bajaron la cabeza y ninguna quería asumir ese papel. Pensé que las más opcionadas eran Alejandra, quien siempre se había caracterizado por su ternura, o Katherine, una de las mayores del grupo y bastante vanidosa. El silencio continuaba hasta que Cecilia me dijo: “profe, ¿será que yo puedo ser la reina? Yo siempre he querido ser reina. Cuando yo vivía en Ciénaga me sentía así” -Niñas, ¿ustedes están de acuerdo en que Cecilia sea nuestra reina?- les pregunté. -¿Cecilia?, Ce-ci-lia, ¡Sí, Cecilia!- respondieron. Nunca supe si dijeron que sí porque ninguna quería asumir la responsabilidad de hablar en frente de

TALLER No. 4, JUEVES 14 DE OCTUBRE DE 2010 • Actividad: Relato del reino de “Machodonia”. • Desarrollo de la actividad: Se dividirá el grupo en dos: niños en el primer piso con los profesores (hombres); niñas en el segundo piso con las profesoras. <<Cecilia, hoy me toca trabajar con Cecilia, ¿cómo hago para que no se me desordene la actividad?>>, venía pensando en el Transmilenio, desde la universidad hasta la última parada del alimentador Sierra Morena. Como de costumbre, saludamos a los chicos y a las chicas. - Bueno, las niñas vienen conmigo y con la profesora Martha. Vamos al segundo piso- les dije. Una vez sentadas en el suelo en forma de 34


los niños o porque querían ver a Cecilia en un papel distinto al de siempre o porque, tal vez, “ella sí se hace escuchar, a ella no le tiembla la voz”. Entonces, saqué de mi maleta la corona y el cetro como insignia para la reina, las insignias de Cecilia. Mientras yo le estaba colocando la corona en la cabeza de modo que no se le cayera, ella tomó el cetro en sus dos manos y lo miró detenidamente, empezó a cantar una canción que decía “Soy cienaguero, traigo en la sangre diez pasiones que marcaron la semblanza de una raza de frega’o temperamento, soy cienaguero y en todas partes yo me doy a conocer, nunca voy por el andén, siempre camino en el medio”, seguía cantando y analizando el cetro, le daba vueltas, jugaba con las lucecitas de colores amarillos, verdes, rosados y rojos que se desprendían cada vez que se oprimía un botón, también acariciaba suavemente las antenas de una mariposa que daba visos azules y que estaba inserta en el objeto. -Cecilia, ¿cómo se llama esa canción?- le pregunté. -¡Ay profe! Yo no canto bonito- me contestó. -No te estoy preguntando si cantas bonito o no, ¿cómo se llama?- volví a preguntar. - No sé. Esa la cantaba mi abuelo cuando se armaba la parranda en la casa, yo no me la sé toda, pero supongo que se llama “Soy cienaguero”. Profe, algún día tiene que ir a mi pueblo, allá no

La reina Cecilia, momentos antes de hablar frente a los niños. Atrás, la corte.

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es como acá, allá todo es bonito, las calles son bonitas, hay muchos colores y el sol sí calienta rico, no como el de acá que pica y fastidia. Si quiere pregúntele a mi hermano Jesús.- me dijo y se paró del suelo para volver con las demás niñas. Aunque ese instante duró poco (1 minuto más o menos), sentí que Cecilia era otra, que la niña grosera, ruidosa y mandamás se había convertido en toda una reina, una reina nostálgica que recordaba a su pueblo, que se sentía mimada, que quería reconocimiento, que cambiaba al buen trato. Es como si se hubiera quitado la coraza de todos los días con la que sale a la calle y al colegio, la que no se quita ni cuando llega a la casa, esa que ya se adueñó de ella y tomó por nombre su nombre, Cecilia Blanco. Mientras Martha organizaba la corte y el desfile de las demás niñas que, por el hecho de no llevar corona, no dejaban de ser princesas, se me vino a la cabeza una posible respuesta a la pregunta que siempre me he hecho: “¿qué significa ser mujer?” y al recordar ese momento inmediatamente anterior en el que Cecilia se transformó con una sonrisa, mientras estaba arrodillada, y que posteriormente se convirtió en un gesto chabacano que le devolvió su temperamento cotidiano, concluí que para ser mujer no basta tener rasgos finos y delicados o unas curvas bien definidas, tampoco hace falta tener la voz suave, la sonrisa perfecta, el vestido adecuado, bien puesto y siempre limpio; para ser mujer hay que creerse mujer, pero una mujer que no se sienta señalada ni juzgada, que no caiga en una cárcel de miradas que vigilen si los pasos están bien o mal dados, que no le dé miedo afrontarse como tal, que siga siendo ella sin que por ese hecho la vean débil y la conviertan en víctima porque entonces, vienen los disfraces, las reacciones violentas al entorno que no la incluye y que le exige asumir una nueva postura (que en un principio es forzada, luego es aprehendida) para no desaparecer. -Chicos, silencio que ya bajan las niñas. De últimas está la reina.- De ese modo hice la introducción a toda la corte que desfilaba por las escaleras, que tenía algo para comunicar a los hombres.


El ruido seguía, los niños estaban sentados en las sillas regadas por el salón sin un orden bien definido, unos gritaban, otros dibujaban, unos más esperaban a la reina, ¿quién será la reina? Cuando vieron a Cecilia hubo una carcajada al unísono, varios dedos que la apuntaban y se reían, la mirada atónita de mis compañeros que no creían que la hubiéramos escogida a ella como la representante de las niñas. -¡Qué reina tan fea, fea, fea!- se escuchó fuertemente. Inmediatamente no quedó ni un rastro del breve instante en el que Cecilia se había hecho reina. Ella continuaba con su sonrisa, ya no era la sonrisa tímida que acompañó su canto cuando contemplaba el cetro, sino una sonrisa burlona que se transformó paulatinamente en una carcajada, en un grito para que la escucharan, pues la reina tenía algo que decir. Pero el cambio no sólo se presentó en la forma de coger el cetro que ahora era más un arma de amenaza para pegarles a los niños que un aderezo real, sino que hubo un viraje en el discurso: se olvidaron los acuerdos a los que habíamos llegado con las demás niñas. Cecilia ya no iba a hablar de respeto, ni iba a proponer que se repartieran las labores domésticas por igual, sino que les decía que ellos tenían que trabajar y hacer oficio a la vez, que se quedaran encerrados los fines de semana, que no les pegaran, que ordenaran la sala en donde nos encontrábamos. - ¡Ja! Nosotras barremos el camino con ustedesles gritaba a todo pulmón. -Hágalo, hágalo- le respondía un niño, el mono. -Los hombres tienen que barrer, hacer comida, lavar la loza, hacer el desayuno, el almuerzo, la comida y las onces, tienen que hacernos las onces y nosotras frescas en la cama porque es que hay unos hombres que son más flojos y que valen es mondá, por decirlo, valen es mondá porque uno está en la casa y ellos ni siquiera ayudan a hacer aseo (…) Y ustedes, bandidos, siempre les pegan a las mujeres, ¿por qué no se pegan ustedes mismos? Por supuesto hubo enfrentamientos a sus

propuestas, a sus amenazas con la vara de plástico plateado. El ambiente se hizo caótico, nadie escuchaba a la reina, nadie la respetaba y ella tampoco lo hacía, así que fue necesario que “los profes” tomáramos la vocería para que no se perdiera el sentido del taller, tergiversado por subjetividades y formas de responder ante la agresividad del entorno. Finalmente, llegamos a un acuerdo entre todos y todas: los reyes y las reinas del reino se repartirán las labores domésticas, nadie pasará por encima de nadie, la sana convivencia existirá por el hecho de ser personas y no será mediada por la condición que asumimos de ser hombres o mujeres. Una vez finalizada la socialización, Cecilia con la corona en la mano, se acercó y me devolvió la corona, me dijo que ya no quería eso, que el cetro se lo habían quitado, que mentiras, que ella nunca había querido ser reina. -Ni acá, ni antes de que me sacaran de Magdalena y nos viniéramos para Cazucá. A los hombres toca darles mano dura, profe, porque yo no voy a dejar que me peguen o me maltraten, si toca patada, pues patada- me dijo y se dio la vuelta, se fue a jugar con sus compañeras y otra vez: una carcajada, dos carcajadas, tres saltitos, un señalamiento, una mirada agresiva, cuatro carcajadas, un manoteo. NOTA DE LA AUTORA Esta crónica, en la que Cecilia Blanco fue la protagonista, no se refiere únicamente a ella. Su personificación es uno de los tantos ejemplos de historias de vida que se encuentran en Cazucá y que por ende refleja, no sólo la realidad de las niñas sino también la de todos los niños asistentes a los talleres, quienes -de una u otra maneraconstruyen su personalidad y modos de ver el mundo a partir de las circunstancias que viven día tras día y de las relaciones que se tejen al interior de su comunidad, pues a fin de cuentas, el concepto de violencia de género no se reduce a una mera estadística sobre vulneraciones hacia hombres o mujeres, sino a la interacción que entre ellos existe y las definiciones que hacen de sí mismos en relación con el rol que desempeñan. 36


REFLEXIONES DE UN BOGOTANO Alejandro Villanueva Al reunirme con los compañeros, compañeras y profesoras que hacemos parte del proyecto de “prevención de la violencia”, estábamos junto a las frías, grises, ásperas y poco alegres paredes, al lado a las barandas poco cálidas que cumplen con su buena función de limitar los espacios de cada uno de los usuarios, sin importar que exista algo entendido como derecho a la libre circulación. Sin más tema al cual recurrir para romper el hielo y la incomodidad del no tener mayor cantidad de temas en común, simplemente nos limitamos a compartir la dificultosa sensación de la baja temperatura reinante en este sector tan lejano y desconocido para varios de nosotros. Mientras nos miraban algunos de los usuarios del sistema de transporte masivo, más conocido como Trans Milenio, los vigilantes, las cámaras, conductores y aseadoras, el grupo en el cual yo estaba incluido, simplemente se mostraba interesado por la realidad de Cazucá, un sector tan estigmatizado, también en algunos casos satanizado, por las personas, periódicos y televisión. En ese espacio, lleno de humanos, en el que vamos a compartir nuestras ideas para darnos algo más de esperanza, o al menos yo quiero encontrar esperanza en la humanidad; en el prójimo que incluso el hijo de Dios tanto buscó, espero poder tener un contacto con la mayor cantidad de humanos que para el DANE son simplemente

números que complican la inversión del dinero nacional. Personalmente quiero tener un contacto concreto con ellos para afianzar mi compromiso como humanista, como ciudadano, incluso como persona, quiero ratificar mi compromiso con estas personas, no porque vea oportunidad de trabajo como tal vez lo ven otros, sino porque en realidad me siento parte de la comunidad y aunque no vivo en el sector, me siento obligado por mí mismo, para hacer algo, a partir de los conocimientos que he adquirido, para construir algo grande con todos y cada uno de ellos. En el camino a la cima de aquella loma que muchos temen y la que despectivamente observan, pienso, sentado en el vehículo que me transporta, que no hay que temer, pues es el hogar de varias de las personas que me acompañan en el bus, y me pregunto, por el contrario, si ellos me temen a mí, porque de una u otra forma irrumpiré en sus vidas. Desde el bus, sentado en un asiento sin 37


lugar desconocido para mí el cual se llama Cazucá, es un viaje más largo de lo acostumbrado y esper a d o . L o primero que encontra m o s f u e perros, p e r r o s p o r doquier, aunque el frío a ú n t i e n e el prot a g o n is m o total en la s conversaciones en las q u e v a r io s participamos. C a m i n a m o s descendiendo de la cima de la loma y mientras eso sucede varios olores atacan mi nariz, tinto, cigarrillo, pan, papas de paquete, perros mojados, olor de sudor, madera podrida, pero también se aglutinan en mi algunos olores agradables. En el recorrido de esta pequeña Colombia, más adelante explicaré la razón de esta expresión; he podido darme cuenta que lo que se ve no es lo importante, poco es lo que se ve, aquí los códigos son sonoros, los ladridos de perros, el crujir de las piedras al pisar en falso en las calles destapadas y empinadas, reggaetón, rap, gritos, llamadas de alerta de cuadra a cuadra, gritos de los campaneros, gritos de niños, más ladridos de perros, exclamaciones de quienes al igual que yo visitamos las entrañas de este monte construido con las uñas de personas totalmente normales y exclamaciones de quines nos ven con algo de incomodidad. Los crujidos de las puertas de latón y madera me transportaron en el tiempo y el espacio, me hicieron recordar las visitas a los familiares que viven en Bosa Libertad, desde ese momento me empecé a sentir como en un lugar no tan ajeno

Niña en el taller, pensando en qué opinar sobre los hombres y mujeres.

pareja, puedo ver por la ventana cómo van surgiendo los cambios, la calidad de las construcciones, el estado de los andenes, de los parques, el color del aire, la manera de vestir de las personas en la calle, puede ser toda esta percepción simplemente una consecuencia de los prejuicios que existen con respecto a comunidades como Cazucá y de los cuales he sido partícipe con el simple hecho de oírlos sin protestar, ni exigiendo el beneficio de la duda a las personas de las que tanto comentan y a las que tanto temen. No todos son como lo dice la voz popular. Los cambios no solo están fuera del bus también dentro de él, de alguna manera se transformaban los temas de conversación en el artefacto mecánico que nos transportaba a un lugar que es nuevo para la mayoría de nosotros. Cambian las miradas que recibo desde la calle y también las miradas que hago a quienes están allí, a medida que el bus verde sube, somos menos los que continuamos en la ruta. Al llegar al final del recorrido, confieso que para la primera vez que he realizado a un 38


a mí, como antes lo sentía. Los motores de los pocos carros que se aventuran a subir, se esfuerzan por abrirse paso entre las personas que caminamos de manera desprevenida por el centro de la carretera. Aunque estas construcciones se han hecho junto a una zona montañosa, que aún mantiene su biodiversidad se alcanza a oír uno que otro pájaro trinando entre las bajantes del agua o los cables de la luz proveniente de Bogotá; también silbaban una y otra vez de manera tan frecuente que ya es un ruido más del ambiente algunos de los integrantes del grupo. En medio de ese trance nos damos cuenta que los jóvenes lugareños pasan por detrás de nosotros y nos estudian, no con fines de agredir, sino con el instinto de mantener su seguridad, cosa que es totalmente entendible y natural, al menos yo hago lo mismo cuando veo a alguien o muchos desconocidos mirando de una manera extraña el espacio en el que habito. Caminar con fatiga, quienes caminan junto a mí, argumentaban que dicho estado físico es fiel resultado del cambio de altura; yo prefiero creer que esa fatiga es fiel reflejo del amigo licor, del amigo cigarrillo, del amigo internet, del amigo televisor y que es por ser tan amigo de estas peculiares comodidades urbanas que los pulmones de cada uno de nosotros, a cada paso que damos, da un largo suspiro con el afán de lograr que retorne el alma al cuerpo y que circule el aire a una velocidad en la que generalmente no puede circular.

de esa voz que nos acompañaba, el mayor ruido no eran los pájaros, ni los aviones, tampoco eran los silbidos de los humanos que se cuidaban unos a otros sino las desesperadas inspiraciones y expiraciones de los foráneos que vienen conmigo. Vengo huyendo de mis propios pensamientos sobre mi vida y me escondo junto con mi concentración en los problemas de ésta comunidad, pero el bombardeo tan absurdo y constante puso aun más gris el ánimo de pensar en cómo comprometerme con la comunidad para hacer algo con ellos y para el beneficio de ellos, así que ya cansado de

De vez en vez, existía la oportunidad de preocuparse por buscar un lugar más cercano a la voz amiga de la zona, nombrar uno a uno los casi innumerables problemas de cada fragmento de esta loma habitada por la necesidad humana de auto conservarse, cuando se detenía el grupo para oír las indicaciones y preocupaciones

Integrantes del proyecto demuestran que para aprender a prevenir la violencia, no importa la edad.

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Luego de almorzar decido hacer un cambio de actitudes y me preparo, para ser agradable, amable, comprensivo. tanto oír los problemas de la comunidad, me resigné a escucharme una vez más. Los pensamientos que van surgiendo lentamente, desde la poca información que logré captar a lo largo del recorrido, me dan pie para hacer un paralelo entre una comunidad similar y mucho más cercana a mí, llamada El Salado en Ibagué. Por cuestiones familiares siento que es necesario conocer esta comunidad que es el ejemplo más a la mano de una comunidad golpeada por la discriminación social, que de por sí no tiene razón de ser. Quienes viven en Cazucá son culpables, pero no de lo que usualmente se les acusa, ellos son culpables de ser humanos, mucho más humanos que yo o cualquier otro individuo de la capital colombiana, son culpables de buscar un mejor futuro en una tierra que no conocen, son culpables de intentar darle mejor futuro a sus hijos e hijas, ellos son culpables de hacer de un municipio, una Colombia chiquita, son culpables de hacer posible encontrar a un paisa y un costeño compartiendo sin problema en una cafetería.

bancos para construir sus casas, son culpables de ser guerreros y hacer sus casas con sus propias manos, son culpables de trabajar día a día fuertemente para poder tener con que comer, son culpables de buscar cómo no dejarse suprimir por un sistema económico que niega su existencia, son culpables de ser humanos y en muchos sentidos, son culpables de ser mucho más humanos que muchos de nosotros. En el bus, encaminándome a casa luego de visitar el lugar, me encuentro exhausto después de caminar por una geografía que para mí y varios de mis compañeros y compañeras no es común, de un bombardeo constante de complicaciones referentes a la existencia de quienes viven en este lugar, de tantos ataques de expresiones, de pesar que muchos de mis compañeros lanzaban a través de una mirada directa, pero al mismo tiempo cálida y humilde, hacia una realidad diferente a la propia. Luego de ver las expresiones de desconsuelo y de aceptación de una realidad totalmente diferente a la que estamos acostumbrados a ver nosotros y nosotras, logré encontrar la frase que me pudo resumir y enmarcar la jornada completada: “Cazucá es una Colombia chiquita” y de hecho no es una

Las personas de Cazucá son culpables de ser ciudadanos y tener miedo a las balas, son culpables de tener esperanza en la capital, son culpables de no aportar a los 40


frase mía, es una frase construida por la voz que nos acompañó durante toda la jornada de reconocimiento de lo que son las calles de Cazucá.

y también de sus hijos y éstos últimos, cambien también el de sus hijos y amigos, un pequeño empujón para crear una clase de cadena de cambio y concienciación de los problemas que cada uno tiene y que al mismo tiempo puede cambiar, o al menos posibilitar las bases para un cambio en todos los sentidos, pero sobretodo, un cambio de actitud de las personas que hacen parte de una, comunidad frente a las dificultades.

El proceso de subir a este bello lugar entre Bogotá y Soacha no significa simplemente transportarme de un lugar a otro para cumplir un horario, sino es todo un ritual que empieza desde el medio día. Luego de almorzar decido hacer un cambio de actitudes y me preparo, para ser agradable, amable, comprensivo. El cambio es por la responsabilidad que siento tanto con la comunidad como conmigo mismo, el querer ser aceptado por varios de los niños me da motivos para preparar las actividades, también me llena de razones para encontrar en mi la paciencia y la tranquilidad de un educador, o como muchas veces me dijeron a mí en el colegio, de la paciencia que tiene un papá para explicarle a un hijo cómo montar en bicicleta.

Por más que me proponga no tener sentimentalismos, todo esto que estoy haciendo, lo que he escrito, compartido y hecho con el grupo de niños y niñas que hacen parte del proyecto, tiene una carga muy alta de sentimentalismos y también de recuerdos, porque al ser llamado profe, recuerdo cuando veía a los practicantes de cualquier carrera en el colegio en el que yo estudiaba a los cuales también llamaba así, recuerdo también el orgullo que es ser llamado así y el agradecimiento y respeto El hecho que para algunos es totalmente que infunda el ser catalogado como el irrelevante, de ser llamado profe, es un rol profe. o un papel que me es entregado en las -Eso se conoce como estar al otro lado del manos a mí y a mis compañeros, el hecho mostrador-, es lo que me dijo mi mamá, de ser visto como un profesor me recuerda quien es profesora de profesión y convicción, que tengo el poder de trazar un mejor cuando le comenté ese detalle tan pequeño rumbo de las voluntades que están bajo para algunos, incluso para mí lo era, pero el mi cargo, para lograr de esa manera dar hecho de ser hijo y sobrino de profesores, pie a un cambio en el futuro de muchos, me hace considerar el valor y el aprecio con el hecho de lograr hacer cuestiones a de la comunidad con quien comparto el alguien, para que esa persona se cuestione tiempo, no a diario pero si semanalmente; sobre algún asunto durante el resto de también es necesario aclarar que aunque su vida, para que se cuestione acerca de no comparto con la totalidad de los niños, sus formas de actuar, de interactuar, de hago lo que está a mi alcance, al igual que pensar, de sentir, de sobrevivir y así lograr mis compañeros del proyecto para darles el comienzo de lo que muchos profesores las herramientas suficientes a los niños y en el colegio decían o nombraban como niñas, dejándoles en la cabeza una idea, el efecto avalancha, el cual consiste en aunque sea pequeña, para poder afrontar educar o ayudar en la educación de unos una realidad que no es muy amable con los pocos para lograr que esas personas humanos que se atreven a pensar o a ser influencien el pensamiento de sus amigos diferentes. 41


GÉNERO, TRANSFORMADOR ACTIVO DE UNA PEQUEÑA CIUDAD Altos de Cazucá, comuna y m u n ic ip io conocida por pocos y sufrida po r m u c h o s , no es más que un epicentro d e lu c h a constante; una pequeña ciudad q u e c r e c e día tras día con sentimiento de fr u s t r a c ió n . Ese mundo que nadie escogió v iv ir , p e r o que fue la única opción para in t e n t a r cultivar lo poco o nada que les q u e d a b a , fue creciendo y con él los p r o b le m a s ; violencia de género y necesid a d e s q u e si bien, algunas son prioritar ia s , o t r a s se convierten en añadidura pe r o s ig u e n siendo necesidades que en n u e s t r a realidad son indispensables sin p o s i b ilid a d de cambio. Necesidades económ i c a s y c o n ellas el hambre, y en algunas o c a s i o n e s y vestir como si fuese un lug a r c á lid o son solo algunas de las miles q u e h a y ; necesidades afectivas, la falt a d e u n a

E l 1 4 d e A g o s to de 2010 empezó un reto c o n t r a e l t ie m po y la violencia de género, f a c t o r c o m ú n que rompe la estructura y s e p a r a r o le s entre lo masculino y lo f e m e n in o , t o mando como base su patrón s o c io - c u lt u r a l. La responsabilidad y la n e c e s id a d d e transformar una realidad p e r d id a e n la comuna IV, Altos de Cazucá e n s e i s m e s e s, se convirtió en un reto c o le c t iv o p o r no dejar fracturar aquellos s u e ñ o s , ilu s io nes, metas, esperanzas y d e m á s q u e h a sta ahora están empezando a v iv ir , e s p e ran crecer y nunca morir. Con el p r oyecto: ‘Previniendo la v i o l e n c ia ’ , lo s estudiantes de la Facultad d e C o m u n ic a c ión Social para la Paz de la U n iv e r s id a d Santo Tomás, liderado p o r t r e s d o c e ntes de la misma: Patricia B r y on , N o r m a Castillo y Martha Caro, p r o y e c t a r o n a corto plazo los imaginarios c u l t u r a le s e n cuanto al hombre y la mujer, lo f e m e n in o y masculino. C a d a s á b a d o , desde el mes de agosto, las p e r s o n a s in t e grantes del grupo visitaron A lt o s d e C a z u cá y allí se dejaron ver las e m o c io n e s y t odo lo que ello implica; las f r u s t r a c io n e s , la impotencia y las miles de n e c e s id a d e s que colisionaron y abrieron s u s p u e r t a s para una transformación c o le c t iv a ; e llos y nosotros generando personas.

Mostrando con orgullo la manilla del proyecto ‘Previniendo la violencia desde la perspectiva de género’

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f ig u r a p a t e r n a, la falta de un beso de b u e n a s n o c h e s, un “te quiero” y quizás u n a b r a z o f a miliar son los factores que d a n p a s o a u n a violencia de género. E l t ie m p o n o pasa, ¡vuela! y pronto llega s e p t ie m b r e , u n mes cuando la palabra a c e p t a c ió n e mpieza a jugar un papel im p o r tante. La t o l e r a n c ia n o como un v a l o r , s i n o c omo una m e d i d a d e in t e gración y a d h e s ió n a la población, e s la p a la b r a perfecta q u e n o s e ncaja en e s e r o l d e maestros, guiadores, mentores d e u n a t r a n s f ormación a c o r t o p la z o que sea c a p a z d e dominarse hasta s o n r eír en la mayor de sus d if ic u lt a d e s ; y al mismo Viviendas de la comuna IV ‘Altos de Cazucá’ que demuestran el nivel de humildad a los que están sometidos. t ie m p o , n o s impulse a f o r t a le c e r y organizar unos conceptos niñas, madres y padres de familia , a d u l t o s d e v io le n c ia a rraigados en niños de 6 a mayores y jóvenes que por éste m o t i v o y 1 0 a ñ o s , p e n s amiento y espíritu de seres muchos más están inmersos en d in á m ic a s in o c e n t e s y doblegados por la cultura no favorables y poco productiva s . s im b ó l ic a , ir r e sponsable y poco tolerante Está a punto de finalizar sep t ie m b r e y una vez más entran en juego t o d a s la s de Cazucá. A lt o s d e C azucá, sector caracterizado esperanzas puestas en Cazucá, e n t r e m á s p o r s e r u n o de los sitios con mayor corre el tiempo más expectativ a s , d u d a s c o n s t r u c c ió n de invasión determinada y responsabilidades con los niñ o s y n iñ a s y c o n f ir m a d a por la infraestructura de de la población hacen un choq u e c o n la s u s c a lle s , p arques, locales públicos y realidad. Las ilusiones se cen t r a n y s e d e m á s in m u e bles. Viviendas invivibles, ponen en juego el 25 de sept ie m b r e d e p e r o ll e n a s , t echos de madera, latas que 2010, luego de un reconocimie n t o d e la f u n c io n a n c o mo paredes; papel periódico población y el sector, los inves t i g a d o r e s y m a t e r ia le s r eciclados hacen de Cazucá el de la ‘USTA’ hicieron el prime r in t e n t o taller pedagógico; a c t i v id a d s e c t o r c o n m a yores índices de indignidad de y m is e r ia . C a lles inestables, piso débil enfocada al concepto de “vio le n c i a y y r o c o s o , n u b es de polvo que opacan el género”, la dinámica se direcci o n ó e n la a ir e p u r o , s o bre-población de perros en elaboración de dibujos repres e n t a t iv o s m a l a s c o n d ic i ones y desechos tóxicos que que están mecánicamente pre s e n t e s e n c o n t a m in a n c ada uno de los lugares son la mente de los niños y niñas p a r a v e r e l p a n d e c a d a día de cientos de niños y y sistematizar en qué tipo de v io le n c ia 43


s e e n m a r c a n o reconocen: directa, e s t r u c t u r a l o simbólica. Es así cómo, con e l pa s a r d e l tiempo, surgen preguntas q u e d e a lg u n a manera ponen a pensar e n e l c a m b io fructífero, no solo para la po b la c ió n sino para la comu na IV.

sábado, se ha visto un cambio n o t o r io en cuanto a las dinámicas de a c t u a r y pensar de los y las niñas del s e c t o r . S i bien sabemos, que nuestra p o b la c ió n se concentra en niños y niña s q u e n o sobrepasan los 10 años de edad , t a m b ié n sabemos que el cambio en ello s y e lla s es un proceso desacelerado, c o n u n panorama hacia el futuro, y c o n u n a s susceptibilidades que pueden f r u s t r a r , permear o contrario a esto tr iu n f a r e n ellos según se les oriente. Por t a l m o t i v o , cada una de las actividades s e p e n s ó para generar un criterio sano y c la r o en un ambiente social, político , c u lt u r a l y religioso de represión; casi im p o s ib le de manejar y que no está s u j e t o a cambios ni a reflexiones. Lo a n t e r io r , se hace visible en las dinámic a s d e lo s sujetos del sector; pues sus co s t u m b r e s , hábitos, prácticas, tradiciones , m o d a s , manías y vicios chocan con una realidad estándar e invariable q u iz á s e n aspectos no muy importantes p a r a e llo s . La comuna IV de Cazucá pe s e a la s inconformidades y dificultades ec onómic as y afectivas, está dispuesta, a p a r t ir d e l compromiso de la población in f a n t il , para cambiar, transformar y ap r o p ia r d e manera consciente los cambios q u e s e a n necesarios para afrontar las g r a n d e s consecuencias que sufre día a d ía . Los niños y las niñas del secto r s o n lo s más afectados pues por su c o r t a e d a d el compromiso social es demas ia d o a l t o para los riesgos e inclemenc ia s d e la zona. A mediados de octubre, lo s c a m b io s son más satisfactorios y notorio s ; p u e s t o que el género al parecer si es u n a g e n t e transformador de esa pequeña c iu d a d c o n miles de problemáticas, pero co n e m p e ñ o y ganas de transformarlas para q u e e n u n mañana no muy lejano pueda s e r ín d ic e de buena vida y solvencias a f e c t iv a s , económicas y políticas.

L o s s á b a d o s e n Cazucá han transformado d e m a n e r a d irecta la forma de pensar y r e c o n o c e r al otro, se fueron agosto y s e p t i e m b r e y llega octubre, un mes n u e v o y lle n o de perspectiva e ilusiones q u e s e c e n t r a n en el optimismo de cada in v e s t ig a d o r - c omunicador. Entre más t a lle r e s r e a li z ados, el proceso de cambio s e em p ie z a a notar; el 9 de octubre es u n d í a s ig n if icativo, el proceso se ha p a r t id o e n d o s; un antes y un después h a ll e g a d o p ara dirigir nuevamente el t r a b a j o , e l e s fuerzo y las gratificaciones e m p e z a r o n a llegar, lentas pero seguras. E s e d ía lo s n iños, niñas y la película: T o y - S t o r y 3 fueron los protagonistas; lo s d ib u j o s enfocados hacia las dos c a t e g o r ía s p r incipales: género y violencia, s e e n m a r c a r o n fuera de ese estereotipo c a r a c t e r ís t ic o que los cataloga en una v i o l e n c ia d ir ecta reflejada en puños, p a t a d a s , a r mas y demás. Luego de a n a liz a r la p e lícula, más exactamente el p a p e l d e B a r b ie y Kent nos aproximamos a id e n t if ic a r la manera de pensar de cada u n o d e e llo s a través de tres preguntas e n f oc a d a s : ¿ q ué?, ¿cómo? y ¿por qué? d e la v io le n c ia de género. Es así, como e l a g e n t e t r a nsformador de violencia se s u m e r g ió e n los sujetos y los c ambios e n la m a n e r a de expresarse, sentirse, y a c t u a r q u e s e han plasmado nuevamente e n d ib u j o s más elaborados y con la m a n if e s t a c ió n de una conciencia más c r ít ic a f r e n t e al tema de género. A t r a v é s d e los talleres realizados cada 44


Historias compartidas de Cazucá Los aplausos del cierre de cada taller, tanto de niños como de jóvenes, quedarán grabados en la memoria de cada uno de nosotros, pues son la respuesta al buen trabajo desarrollado a lo largo de estos 4 meses. Las palabras, preguntas, sonrisas, gestos y expresiones de cariño así como de rabia, impotencia o incomprensión que en ocasiones se dieron en ese pequeño espacio, adornado por fotografías, cuadros, afiches y carteleras, también quedarán grabados en el recuerdo de todos aquellos que fuimos afortunados e integramos el proyecto que nos permitió conocer las historias de cada uno de ellos, adentrarnos en su pensamiento y resignificar valores culturales que traían ingenuamente mecanizados.

John Parra Ortiz

No es nada sencillo llegar a un lugar extraño como el descrito anteriormente, con problemas de todo tipo a instaurar talleres de prevención de violencia de género, sabiendo que la población está sumergida en ello, siendo conscientes de que su gente aún mantiene la tradición machista en la mayoría de los hogares. El reto era en verdad difícil tanto para docentes como estudiantes. Enfrentarse a una comunidad como ésta siempre es intimidante e intrigante, sin embargo, las ganas de mejorar la situación, de concientizar a aquellos que serán las nuevas generaciones de Colombia, hizo que el reto se convirtiera en un desafío personal, cargado de sentimientos, miedos, alegrías y temores. Las calles de Cazuca, su gente, el ruido de Importante reconocer aquellos primeros días allí, el mercado en el centro del sector, las donde la participación por parte de quienes canchas de tierra, las miradas extrañas, el viven allí era nula, pues paraba el proceso, saludo amable y la sonrisa de los niños vivirán nos angustiaba, nos hacia repensar lo hecho siempre en el recuerdo. Las empinadas y así como lo dejado de hacer. Las reuniones barrosas calles por donde bajamos todos los entre nosotros, con los docentes, con el jueves o sábados, las cuales nos permitían cuerpo administrativo, además, inquietaban a ver el hermoso panorama de Bogotá en medio todos los que hicimos parte de este proyecto. de una triste reflexión personal, servirán de Las caras largas por no obtener lo esperado anécdota para las próximas generaciones. en un comienzo hacían su entrada triunfal La amabilidad de los más viejos y la apatía después de hacer el balance correspondiente. momentánea de los más jóvenes, que luego La larga espera por tener la población transformaban sus malas miradas en sonrisas adecuada y poder brindar herramientas y estrechones de manos, son algo que no necesarias para disminuir los grados de se podrá olvidar, es un hecho que quedará violencia de género en Cazuca, terminaba grabado como recuerdo del trabajo hecho con la integración de niños, niñas y jóvenes con esfuerzo para ellos y por ellos. a los talleres propuestos para los jueves y 45


sábados. Esos primeros encuentros cargados de incertidumbre, produjeron en todos los talleristas, o sea, nosotros, el deseo de hacer las cosas correctamente, de esforzarnos por dar a nuestro público, la mejor explicación, la mejor actividad, la respuesta adecuada, la sonrisa pertinente, el regaño afectivo, entre otros.

era exigente. Distraerlos, ponerlos en orden, callarlos, tenerlos en quietud, en fin, hizo que adoptáramos nuevas medidas para lograr nuestro objetivo. Talleres de siluetas, obras de teatro, reporteros en acción, murales y películas, fueron algunas de las actividades empleadas para poder explicar el contexto de género, de violencia, de maltrato, de respeto, de fraternidad y por supuesto, de tolerancia entre ellos mismos. La labor no fue sencilla pero si satisfactoria y, ahora que ya acabó el proceso, sabemos que nos harán falta, no solo ellos sino todos los que compartieron con nosotros ese espacio. Así como los jueves implantábamos talleres a jóvenes, los sábados también lo hacíamos pero con niños, otro cuento total. Ellos, pequeños de 5 a 12 años, listos para tomar su taller sobre violencia de género, asistían

Esas primeras presentaciones sirvieron entonces, para identificar a los más chicos, a los más grandes, a los juiciosos y por supuesto a los más inquietos. Los gritos de cada uno de ellos, su sonrisa, su silencio y la expectativa de todos por saber lo qué haríamos, fue siempre importante para nosotros, pues ello, representaba el interés que tenían los mismos por aprender, por formarse y mejorar la situación de su casa, de su barrio, de su sector y tal vez la de Colombia, si es posible. Los jueves cargados de gritos, bromas, chistes, apodos, entre otros, fueron, tal vez, los días más pesados. Esas primeras malas palabras de unos hacia otros, debieron ser tratadas por nosotros con recelo, con cuidado. Lidiar con el carácter de Cecilia, por ejemplo, las bromas de Jesús, el silencio de Juan Pablo, la hiperactividad del mono (esto me gusta pero a Cecilia y a Jesus ya se le ha dado mucho protagonismo – sería bueno si pudiera resaltar a otros. Sería pertinente), además, es algo que nos enseñó a tolerar, a reírnos de nosotros mismos, de nuestros errores, a aprender de ellos, de sus palabras, de sus historias, de sus temores. Dar un taller los jueves se convirtió en un reto para nosotros, pues sabíamos que la población a la que nos referíamos no era fácil,

Sonrisas e ilusiones

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igual que los del jueves con incertidumbre y entusiasmo. Sus manillas rosadas de género, las cuales habíamos repartido en las primeras sesiones, salían a la luz una vez nos saludaban, pues siempre nos recordaban que todavía la tenían y si no era así, entonces nos pedían otra. Las clases con ellos iniciadas a las 9 de la mañana, ponían entre visto el interés de los mismos por recibir su clase, ya que muchos de ellos se encontraban allí antes de la hora indicada, como señal de interés. Palabras, juegos, gritos y bromas también hacían presencia en el lugar, sin embargo, el comportamiento de los mismos era más pacífico, un poco más tratable, un poco más afectivo. Su ingenuidad marcada en el contexto en el que se desarrollan vislumbraban la inocencia que todos tenemos cuando somos niños. La respuesta a todas sus inquietudes, su participación activa en cada una de las actividades propuestas, sus sabias respuestas, a pesar de ser tan pequeños, nos dejaron gratos recuerdos. Puedo decir sin temor a equivocarme que ellos, al igual que los asistentes del jueves, son ahora más conscientes de la realidad de su barrio, de su sector. Aunque la diferencia de edades es notoria entre unos y otros, me atrevería a decir, que el aprendizaje de los dos grupos es invaluable, pues ellos con su inocencia en su rostro y sus manos con poca fuerza, saben ahora que maltratar a una mujer no está nada bien, son realistas frente a los problemas de maltrato que hay en su casa, son reflexivos respecto a lo que pasa, y por ello mismo, son capaces de proponer nuevas formas de convivencia.

entenderlos, a comprender sus gestos, a jugar con ellos, a ser cómplices de sus travesuras inocentes pero de gran valor para los mismos. Decirles adiós sin dejar nada a cambio sería una ofenda para todos aquellos que sin nada a cambio dejaron tanta enseñanza no sólo en nuestra memoria sino en nuestro corazón, por ello, los esfuerzos realizados por transmitirles algo. Dejar de subir como nosotros mismos decimos, dejará un espacio en el recuerdo de todos los que participamos, pues estoy seguro que extrañaremos las madrugadas de los sábados, la “vaca” que hacíamos para subir de Sierra Morena a Cazuca, aquel día que toco echar camión porque no subían buses, los aguaceros que tuvimos que soportar, el frio así como el calor que en ocasiones quemaron nuestra piel, en fin. Todo quedará grabado en el casette que cada uno tiene dentro de su cerebro, con los más bonitos recuerdos de unos niños y jóvenes que a lo largo de 4 meses nos permitieron enseñarles sobre violencia de género, sobre el respeto por el otro, por si mismo… Nuestros agradecimientos van dirigidos especialmente a los niños, niñas y jóvenes que fielmente asistieron a nuestros talleres y nos permitieron aprender de sus ocurrencias. Es necesario resaltar esa maravillosa labor por parte de los mismos por aprender, por mejorar la situación de su sector, pues aunque no cuenten con las mejores condiciones de vida, si cuentan con el interés necesario para cambiar la realidad de su país, por ello, el valor invaluable que tienen todos ellos. Seguiremos con la misma disposición para todos aquellos que deseen compartir con nosotros sus experiencias, sus historias, para todos aquellos que creen en un mejor porvenir, porque son sus realidades así como sus sueños lo que hace que nosotros tejamos nuestras ilusiones en torno a ellos.

Finalizar el curso o los talleres como prefieran llamarlo no es fácil. El aprecio que le logramos a quienes participaron en cada una de las sesiones se hizo más grande con el transcurrir del tiempo, pues empezamos a 47


ALEJANDRA ESCOBAR

LUIS ACHURY

ALEJANDRO HERNANDEZ

LUIS CARLOS VERGARA.

ANGEL HERNANDEZ ANGIE MARIA HERNANDEZ ANGUIE ARIAS ANYI PAOLA ARISA ARTURO BAUDELINO HERNANDEZ CECILIA BLANCO CRISTIAN CAMILO ARIZA DAVID ENRIQUE RAMIREZ DEISSY NATALY PAEZ GARCIA DIANA PATRICIA BOCANEGRA

GERALDINE CAMELO

LUIS FERNANDO DUCUARA

HUGO HERNANDEZ

LUIS GILBERTO A

JAIR HERNAN DUCUARA JESUS BLANCO

SHARON TATIANA RAMI

SANDRA MILENA C

MARLY YISETH CASTEL

MIGUEL ANGEL Z

JHONNATAN GARCIA

LIZETH DAYANA VIE

MAICOL ESTIBEN SAENZ MARCELA RAMOS

JESUS DAVID MANCO

MARLON STIVEN HER

PAOLA RAMIREZ

JIMMY MORALES

SANTIAGO ESCOBAR

JORGE HERNANDEZ

ALEJANDRO OR

CRISTIAN EDUARDO R

SILVIA ALEJANDRA T

JUAN PABLO CAMPOS JUAN PABLO RAMIREZ. JUAN SEBASTIAN ARIZA JULIANA RODRIGUEZ

JUAN DAVID MESA

TATIANA HERNANDEZ VANESSA COSSIO YENNY RAMOS

YULIETH PAOLA ESCARRIAGA

KAREN VIVIANA RAMOS

YURI HERRERA

SANTIAGO ESC

LUIS FERNANDO A

BRAYAN STIVEN Q

FABIAN CASTILLO

CARLOS ALBERTO

MIRIAM ESTEFANIA CAS KATERINE VANESSA TECILLO DIANA PATRICIA PEÑA YURI NATHALIE OVIEDO NICOLAS FELIPE KELLY BRIÑEZ ERIKA GARCIA YURI KATHERINE ESTIWARD TRI KELLY MORALES ERIKA YISSEL G. ANGIE YISETH MARTINEZ SANTIAGO DIAZ KELLY TAFFUR ESTEFANIA COSSIO TATIANA LORENA FREDY MANUEL SAN FABIAN PAEZ

RAMIREZ MERCADO 48


FELIPE REYES

A OCAMPO

ERA MESA

JONIER ALEXANDER MORALES

DAYSI PAEZ

YESICA MARTINEZ

YESICA IDALÍ TOCACHON

NICOLAS SANTIAGO RODRIGUEZ

ANDRES TECILLO

JULIETH TATIANA

GABRIELA MARLY TARAZONA MICHAEL TARAZONA IREZ BRICEÑO

CARDONA

NORA TATIANA MARTINEZ

DANIEL ESTIBEN CARDONA LLANOS ARIZA

RRERA PAEZ

RJUELA

ROJAS PAEZ

COBAR

ALVAREZ

QUEVEDO

O MUÑOZ

O MUÑOZ

ALEXANDER MORALES

MICHAEL CAMILO TRIANA JEFFERSON DUBAN SAENZ

DANIELA ORJUELA VALENTINA BERNAL

SHARID GUTIERREZ DUBAN FELIPE MELO LEGUIZAMON JOSE TARAZONA

PAOLA ANDREA SOCHA

CAROL GUTIERREZ

JOHAN ANDRES MORALES

CLEIDER MORALES

VARGAS MANRIQUE

DIEGO TAPIERO

SILVIA TECILLO

LEIDY YOMAIRA SOTO G.

SANTIAGO RODRIGUEZ IVAN FELIPE MALDONADO PARAMO SHARON RODRIGUEZ

KATERINA ANGULO PERILLA

DARLEY CANCHON MARTINEZ FREZLIE GIOBANNA SIERRA DASY ALEXANDRA HERNANDEZ LUIS FERNANDO BRICEÑO CELI

BRYAN ESTIBEN QUEVEDO

JAVIER LEONARDO

DIEGO FERNEY PINEDA TAPIERO

VALENZUELA PUESTES

KEVIN ALEJANDRO CARVAJAL MARIA CAMILA TECILLO STILLO MUÑOZ

E LOPEZ

IANA COSSIO

NTIESTEBAN

DASID HERNANDEZ DANIEL NARANJO

TATIANA MARCELA MONTOYA CASTAÑEDA

NATALIA LOPEZ

YASMIN TAPIERO FEDERICO HERRERA FERNANDO TAPIER LEIDY YAQUELINE ESPINOSA

ANDERSON MONTOYA CASTAÑEDA KEVIN ALEJANDRO M JUAN FELIPE LOZANO ALEJANDRO CARREÑO LEIDI BOCANEGRA JONATHAN VAQUERO 49


Fotografía de cazucá: Cazucá – Bogotá. (Jueves 18 de Febrero de 2010): Consultado el 12 de noviembre de 2010 en: http://www.acnur.org/t3/noticias/noticia/soacha-como-tomar-un-bus-sin-perderse-en-la-ciudad/


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