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Bajo las sombras, por Alejandro Boh\u00F3rquez
BAJO LAS SOMBRAS por Alejandro Bohórquez
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I. EXT. CALLES DE LA CIUDAD. DÍA.
Son las 8 de la mañana, hay sonidos de ambulancias de fondo. El detective Steve McMiller camina hacia la escena de un asesinato. El lugar de los hechos está acordonado y los vecinos se encuentran en shock por lo ocurrido en aquel lugar.
II. INT. CASA ESCENA DEL CRIMEN. DÍA.
MacMiller se abre paso entre la gente para ingresar a la casa, está oscuro, hay rasguños y marcas de sangre en las paredes y restos de comida en descomposición. Camina por el pasillo hacia la sala.
MacMiller
Se cruza de frente con un compañero que aparece sorpresivamente y le causa un gran susto
-¡Por Dios, casi me matas de un susto!
Compañero
Un cuerpo descuartizado yace sobre una mesa, su torso está abierto dejando ver sus intestinos
-Tranquilo, MacMiller, acá no hay casi nada.
III. INT. CASA ESCENA DEL CRIMEN. SEGUNDO PISO. DÍA.
Se dirigen juntos hacia el segundo piso de la casa, de repente MacMiller escucha el llanto de un niño y se aparta de su compañero para investigar. Mientras avanza experimenta una sensación de pesadez en el ambiente y la impresión de ser observado por alguien. Entra a una de las habitaciones y la puerta se cierra a sus espaldas:
(Sonido de puerta cerrándose abruptamente)
MacMiller gira su cabeza pero no hay nadie e inmediatamente se sumerge en un trance.
Sonidos de niños jugando y corriendo, extrañas visiones se pasan por su cabeza, las paredes cambian de color y la casa se hace un poco más iluminada. A continuación se escucha un grito y llanto aterrador mientras entra el compañero y lo sacude para despertarlo de ese estado en el que se encuentra sumergido.
Compañero
-¿Qué haces solo en esta habitación? Ya es hora de irnos.
MacMiller
-Espera, en un momento te alcanzo. Necesito explorar el resto del edificio.
Saca un pañuelo de su bolsillo para cubrirse la nariz y la boca, el hedor es insoportable. Mientras camina por el lugar se cruza con más cadáveres de niños en descomposición, sangre y algunas sábanas rasgadas. En las paredes hay marcas con sangre de lo que parecen ser signos rituales.
Consternado por lo que ven sus ojos, exclama en voz baja:
-¡Pero qué clase de monstruo desalmado ha podido hacer esto!
(Aprieta los dientes indignado e impotente)
Inmediatamente después avanza unos cuantos pasos y siente algo bajo sus pies, se apoya en el marco de una puerta para mirar y se da cuenta que tiene algo brillante incrustado en la suela del zapato. Se agacha y observa lo que parece ser un botón con la forma de una cruz en alto relieve. Toma un pañuelo y lo observa detenidamente al resultarle familiar, limpia un poco la sangre y lo guarda en su bolsillo.
IV. INT. CASA ESCENA DEL CRIMEN. PRIMER PISO. DÍA.
MacMiller baja las escaleras y se cruza con González, su compañero de equipo en la comisaría.
(González lo ve venir y llama su atención sacudiendo su mano al otro lado de la habitación)
González
(Se acerca a MacMiller y le pregunta al oído)
-Te estabas demorando un poco. ¿Has podido encontrar algo?
MacMiller
(Asiente afirmativamente con su cabeza)
-Vámonos, González. Esperemos a que los forenses avancen con su investigación y nos presenten el informe.
V. EXT. ACERA CONTIGUA A LA CASA. DÍA.
González
-¿Qué encontraste, MacMiller?
MacMiller
-Encontré este botón.
(Se lleva la mano al bolsillo de la chaqueta y saca el botón)-¿Se te hace conocido, González?
González
-Se me hace conocido, aunque no recuerdo exactamente de dónde.
VI. INT. HABITACIÓN MACMILLER. NOCHE.
(MacMiller no puede dormir por lo que ha visto ese día y observa detenidamente el techo de la habitación mientras yace pensativo en su cama)
VII. INT. SALA CASA MACMILLER. DÍA.
MacMiller
MacMiller avanza hacia la cocina y de camino ve una carta que han dejado debajo de la puerta principal, la recoge y abre el sobre para verificar su contenido.
(Cara de sorpresa al abrir el sobre,lee mentalmente la carta)
Si fuera posible también, quisiera pedirle que me permitan hacer una visita a la casa, pues algunos de los vecinos han venido a mi parroquia para notificarme sobre apariciones y ruidos constantes después de lo sucedido. Orar por sus almas quizá les permita descansar en paz.”
(MacMiller interrumpe la lectura de la carta y la hace de lado y exclama para sus adentros)
-Un poco de ayuda extra no vendría nada mal, veré qué información tiene para ofrecer el sacerdote. Será mejor que hable con él personalmente.
VIII. INT. PARROQUIA SACERDOTE. DÍA.
MacMiller entra en la parroquia y se percata de su estado de abandono, lo que lo deja algo pensativo. El sacerdote lo ve y se acerca a saludarlo.
Sacerdote
-Que gusto verlo, MacMiller. Supongo que leyó la carta y ha venido a aceptar mi ofrecimiento, ¿no es cierto?
MacMiller
-Por supuesto. No me vendría mal que me echaran una mano con el caso y aún más si es una persona respetable del sector como lo es usted, padre.
Sacerdote
-Muchas gracias, el gusto es mío al tener el honor de trabajar con una persona como usted.
(El sacerdote avanza dos pasos hacia MacMiller y pone una mano sobre su hombro)
-Y bueno, MacMiller, cuénteme… ¿Cómo va todo? ¿Qué tenemos por ahora?
MacMiller
(MacMiller se pasa la mano por su pelo en señal de estar pensando en algo)
-Bueno, realmente no mucho. No sé ni por dónde empezar. Ya he hablado con algunos vecinos pero por ahora ninguno parece saber algo acerca de los hechos que acontecieron en aquella casa abandonada.
(Observa fijamente al padre)
-Mi compañero González está en el lugar viendo qué pistas puede encontrar. Espero que pronto haya forma de presentarlos, creo que entre los tres podremos conformar un buen equipo de trabajo.
Sacerdote
-Eso espero, Mac.
MacMiller
(Estira la mano para despedirse del padre)
-Bueno, padre, lo espero a las 8 PM en la cafetería que está cerca al lugar de los hechos. Yo estaré ahí con mi compañero para que entre los tres vamos a dar otra mirada a la casa y de paso usted aproveche para orar por aquellas almas en pena.
(Suelta la mano del padre y exclama consternado mirando fijamente un punto en el suelo)
-No sé qué clase de monstruo sea capaz de llevar a cabo semejantes atrocidades…
Sacerdote(Sujeta el crucifijo que cuelga de su cuello)
-Sí, este mundo va de mal en peor. Que Dios nos ampare y se apiade de nosotros.
(Suelta el crucifijo y da la bendición a Mac)
-Bueno, Mac, que Dios te bendiga. Nos vemos a las 8 PM en la cafetería. Por ahora me iré a descansar un poco, he tenido unos días bastante agitados últimamente.
MacMiller
-Ok, está bien. Un gusto conocerle personalmente.
Se da la vuelta y sale caminando lentamente con una extraña sensación que le produce el lugar.
IX. INT. CAFETERÍA. NOCHE.
Llueve torrencialmente. Mac y González esperan al padre en la cafetería, sentados en una mesa con vista a la calle.
González
-No entiendo por qué tenemos que trabajar con un sacerdote. Como si pudiera servir de mucho…
MacMiller
-¡Vamos, González, no seas antipático! El sacerdote solo quiere ofrecer su ayuda de muy buena fe, tal vez lo conmovió con este horroroso hecho.
(Mac limpia el vidrio empañado con la manga de su abrigo para ver mejor a alguien que se acerca)
-Además sí puede hacer algo de mucha ayuda y es orar por todas las víctimas e incluso Dios podría iluminarlo para que nos aporte de alguna forma. ¡Ya verás que se la van a llevar muy bien!
González
(Molesto y poco convencido)
-Más le vale… Espero que tengas razón, Mac.
Ambos miran por la ventana y ven venir al sacerdote con su sotana y una sombrilla mientras camina por aquella calle llena de charcos.
El sacerdote llega algo mojado por la lluvia, cierra su sombrilla y la deja en el suelo, se seca un poco las manos en su sotana y extiende la mano para saludar a Mac y después a González que lo saluda con una falsa sonrisa.
MacMiller
-Padre, me alegra que la lluvia no haya sido impedimento para encontrarnos esta noche. Es un buen gesto de su parte y aprecio la disposición para trabajar con nosotros en el caso.
Sacerdote
(Sonrisa maliciosa)
-No te preocupes, Mac. Insisto, para mí es un honor poder trabajar con ustedes y no iba a dejar que una lluvia me apartara del propósito de Dios con el caso.
González
(Visiblemente molesto interrumpe)
-Bueno, basta de cordialidades. ¡A trabajar!
X. EXT. CALLE CONTIGUA A CASA ABANDONADA. NOCHE.
Los tres avanzan en medio de la lluvia por la calle hasta llegar a la casa abandonada.
XI. INT. CASA ABANDONADA. NOCHE.
Los cuerpos han sido levantados por los forenses, la casa se encuentra cubierta por cintas amarillas que impiden el paso a diferentes zonas de la casa. Suenan pasos de personas corriendo en el segundo piso.
González
-Estos vagabundos no desaprovechan para meterse en una propiedad privada…
(Mueve la cabeza de un lado al otro en señal de desaprobación)
MacMiller
-Pues no creo que haya sido un vagabundo. ¡Hay que estar loco para meterse aquí solo y aún más con lo que acaba de pasar!
Sacerdote
-Será mejor que revisemos, así salimos de dudas.
(Toma la delantera y avanza por un pasillo que lleva hacia las escaleras)
González
-Suban ustedes a revisar arriba, mientras yo veo qué puedo encontrar aquí abajo.
MacMiller
-Está bien, nosotros subimos. Cualquier cosa nos avisas.
(Se da la vuelta y sigue al padre)
González
-Está bien.
Mac avanza con el sacerdote a través del pasillo invadido de escombros. Al subir las escaleras, cada escalón cruje produciendo un sonido que irrumpe en el silencio de la casa.
XII. INT. CASA ABANDONADA, SEGUNDO PISO. NOCHE.
Caminan por un pasillo hacia una de las habitaciones, el sacerdote entra primero y Mac lo sigue. Adentro las luces parpadean, el viento que entra por la ventana sacude bruscamente las cortinas y se escuchan golpes en las paredes.
MacMiller
-¿Qué carajos pasa aquí, padre?
Sacerdote
-Es posible que sea una manifestación de las almas atrapadas en este lugar, Mac. Será mejor que nos vayamos, parece que nuestra presencia les perturba.
XIII. INT. CASA ABANDONADA. DÍA.
Días después Mac regresa solo a la casa,el ambiente está tranquilo. Revisa nuevamente en la habitación del segundo piso y encuentra un espejo que no había notado en su anterior visita. Al mirarse en él, percibe reflejos de sombras pasando a sus espaldas pero al voltearse no ve nada.
MacMiller
(Cara de sorpresa)
-Que extraño, podría jurar que vi algo a mis espaldas.
Baja la mirada y observa que una de las tablas del piso está levantada. Al revisar de cerca, descubre que debajo del suelo hay algo, retira el tablón y nota lo que parece ser un pequeño cofre de madera. Dentro del cofre encuentra un papel con 3 palabras escritas en sangre.
MacMiller
-¿Sacerdos reus mortis? Parece ser latín, pero qué querrá decir quien escribió esto…
Las inscripciones en el papel desaparecen ante sus ojos, Mac tira el papel asustado por el extraño hecho.
XIV. INT. DESPACHO PARROQUIAL. NOCHE.
Una extraña voz le susurra repetidamente a González que siga al sacerdote.
Voz
-Sigue al sacerdote y hallarás respuestas. Sigue al sacerdote y hallarás respuesta. Sigue al sacerdote y hallarás respuesta...
Desconfiado, González sigue al sacerdote hasta su despacho, donde al escarbar entre cajones descubre prendas de talla pequeña rasgadas y ensangrentadas.
González
(Sorprendido)
-¡Cielo santo! ¿Qué hacen estas cosas en el despacho del sacerdote? Será mejor que siga buscando, tengo un mal presentimiento sobre esto.
Busca en otro escritorio y descubre una cruz idéntica a la del botón que Mac le mostró días atrás. El sacerdote entra a sus espaldas y al verse descubierto toma una cruz grande de metal.
González
(Sorprendido observa la cruz, cambia su gesto inmediatamente al darse cuenta de quién está detrás de todo)
-¡Lo sabía! Pero si es el sacer…(Sonido de golpe seco con objeto metálico)
El padre golpea fuertemente a González con la cruz de metal en la cabeza. González cae inconsciente, el padre lo arrastra hasta el sótano donde lo amordaza y abandona a su suerte.
EXT. CASA ABANDONADA. DÍA.
Al salir de la casa Mac recibe una llamada de un compañero.
MacMiller
(Se lleva el teléfono a la oreja)
-Eh, compañero, ¿qué tal todo?
Compañero
-Mac, ¿sabes algo de González? Hemos estado llamándole un buen rato y no contesta.
MacMiller
(Ríe jocosamente)
-Ha de estar en su casa descansando de una faena con alguna de sus amiguitas.
(Ríe nuevamente)
-No te preocupes, compañero, iré a cerciorarme de que todo esté bien con González.
XVI. EXT. CASA GONZÁLEZ. DÍA.
Mac se dirige a la casa de González y toca la puerta. Al ver que no abren, decide observar entre las cortinas pero nota que no hay nadie y tiene un mal presentimiento. Decide forzar una de las ventanas para entrar e investigar por su cuenta.
XVII. INT. CASA GONZÁLEZ. DÍA.
Al darse cuenta que González no está, Mac decide buscar entre sus pertenencias con la intención de encontrar alguna pista o indicio de dónde podría estar su compañero. Encuentra el botón con la cruz en alto relieve y empieza a escuchar voces que lo inquietan por buscar más pistas para resolver definitivamente el caso.
Voces
(Susurros repetidamente)
-Sacerdos reus mortis, sacerdos reus mortis, sacerdos reus mortis...
MacMiller
-No entiendo lo que dicen aquellas voces, pero tengo un mal presentimiento de todo esto. Será mejor que regrese a la casa a ver si hay algún detalle que pasamos por alto.
XVIII. INT. CASA ABANDONADA. TARDE.
Mac entra a la casa y experimenta visiones que le revelan lo sucedido, ve cómo alguien lleva a un niño de la mano a la fuerza hacia una de las habitaciones.
(Gritos desesperados del niño)
Niño
(En medio del llanto)
-Estás demasiado lejos, busca más cerca.
Las palabras resuenan como eco en la cabeza de Mac. Desesperado sale corriendo del lugar y cae desmayado.
XIX. INT. HOSPITAL. NOCHE.
Mac despierta en un hospital, se toca la cabeza por el dolor mientras aún escucha la voz del niño.
Niño
(Con voz serena)
-Sacerdos reus mortis.
Mac toma su teléfono y llama a uno de sus compañeros para que indague acerca de aquellas palabras y su significado.
MacMiller
-Compañero, un saludo. Habla Mac.
Compañero
-¿Qué tal, Mac? ¿Cómo va todo?
MacMiller
-Supongo que podría ir mejor, pero ese no es el caso ahora. He estado teniendo extrañas visiones y voces que me susurran palabras que no entiendo, algo así como “sacerdos reus mortis”. Por favor averigua qué quieren decir y me informas, tengo la impresión de que el mensaje está ligado con el caso.
Compañero
-Por supuesto, Mac. Apenas tenga un dato fiable te lo haré saber.
MacMiller
-Te lo agradezco.
(Cuelga el teléfono)
XX. INT. DESPACHO POLICIAL. DÍA.
Al día siguiente al recibir el alta médica, retoma la investigación, recuerda las ropas del sujeto de la visión justo en el preciso momento que el sacerdote entra a su oficina y se percata de que lo que llevaba era una sotana.
MacMiller
(Desconfiado)
-¡Pero que gusto verlo, padre!
Sacerdote
(Sonriente)
-Igualmente, Mac. ¿Alguna novedad?
MacMiller
-De momento ninguna. Lo mantendré informado si algo nuevo resulta, nuestros hombres están trabajando fuertemente con el material recolectado en la escena del crimen.
Sacerdote
-Perfecto, Mac. Estaré pendiente de cualquier novedad.
(Se da la vuelta para salir)
Al voltearse mira a Mac con cara de haber recordado algo repentinamente.
-Oye, Mac, olvidaba decirte que esta noche tengo un compromiso importante por si me necesitas.
MacMiller
(Pensativo, sospechando del sacerdote)
-Usted vaya tranquilo, yo me encargo.(Pensando)
-Algo no anda bien aquí, tengo una mala espina con todo esto. ¿Por qué se ofreció a ayudarnos? ¿Qué hace cuando desaparece por días? ¿Tendrá que ver con la desaparición de González? Será mejor que lo investigue.
XXI. EXT. CALLE CONTIGUA AL DESPACHO CURAL. NOCHE.
Mac está decidido a llegar al fondo del asunto, espera a que el sacerdote salga de su despacho para entrar en busca de una pista que le ayude a esclarecer el misterio definitivamente.
XXII. INT. DESPACHO CURAL. NOCHE.
Mac busca entre los cajones de un escritorio y al ver que está con llave, saca una navaja suiza de su chaqueta y lo abre. Adentro encuentra la cruz de metal con la que el padre golpeó a González y su placa. Un escalofrío le recorre el cuerpo de pensar lo peor.
MacMiller
(Tiembla y exclama preocupado)
-Por Dios, González, amigo mío…
(Suena el radioteléfono, Mac se apura a contestar)
-Aquí el detective MacMiller.
Compañero
(Sonido de voz a través de radioteléfono)
-Mac, es sobre aquellas palabras que me pediste que indagara. Parece que es latín antiguo.
MacMiller
(Intrigado)
-¡Sabía que podía encargarte aquella labor! ¿Qué más averiguaste?
Compañero
-Para mi sorpresa, y seguramente también la tuya, sacerdos reus mortis traduce “sacerdote muerte culpable” literalmente.
MacMiller
(Visiblemente ofuscado por la noticia)
-¡Malnacido!
(Toma nuevamente el radioteléfono)
-Pide refuerzos, iré a buscar al sacerdote antes de que ocurra otra tragedia.
XXIII. EXT. CALLES. NOCHE.
Tras un rato de barrer la zona en busca del sacerdote lo encuentra en un parque oscuro llevando de la mano a un niño. Mac avanza y detiene al sacerdote.
MacMiller
(Ofuscado)
-¡Así era que lo quería encontrar, miserable!
(Frunce el ceño enojado)
-¿Por qué lo hizo? ¡Pobres criaturas, es usted un desalmado! ¿Y González? ¿Qué ha hecho con él?
El sacerdote guarda silencio, llegan las patrullas con los refuerzos y se hacen cargo de él. Suena el radioteléfono de Mac.
MacMiller
(Toma el radioteléfono y contesta)
-Le copio, compañero.
Compañero
(Sonido de voz a través de radioteléfono)
-Mac, me temo que esta vez no soy portador de buenas noticias.
MacMiller
(Rostro de preocupación)
-¿Qué sucede? Es sobre González, ¿verdad?
Compañero
-Sí, Mac, lo hallamos muerto en el sótano del despacho cural. Estaba amordazado y atado de manos y pies, además parece que recibió un fuerte golpe en la cabeza.
Mac, deja caer el radioteléfono y cae llorando de rodillas.
(Sonido de voz con interferencia proveniente del radioteléfono)
XXIV. EXT. CEMENTERIO. DÍA.
Mac visita la tumba de González, pone un ramo de flores y la placa encima de la tumba, en la lápida se observa el epitafio.
MacMiller
(Lee con voz triste el epitafio)
-Aquí yace un hombre que lo entregó todo por la justicia, y a quien el arbitrario e injusto destino dejó sin nada.
(Voz temblorosa)
-Ojalá le hubiese hecho caso a tu intuición… ¡Perdón, amigo mío!