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El actor
EL ACTOR
¿Qué es más insustancialque el trabajo del poeta que deja al mundo un legado de textos confusos, contradictorios, alucinados, incomprensibles… y sin embargo, en su vacuidad, es instantáneo cobrador de satisfacciones que se eslabonandía a día?
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El trabajo del actor falaz y sin duda, que no mide su ambición en balanzas pues no es palpable su sueño en memorable materia ni ciñe al mundo sus deseos en letras creadas para la inmortalidad. El actor que se afana en quehacer de fantasmas, el que entreteje en su vida los hilos del fraudey la mentira, aquel cuya moneda común es de instintos tan bajos: engaño, seducción, cobarde hipocresía. Siempre viviendo a través de otros. Siempre muriendo por otros, en otros.
Oscuro oficio de la fascinación, de los ademanes que embelesan y obsesionan, de las miradas incendiarias que intimidan.
Como un ladrón a mitad de la noche, codiciosamente midiendo sus pasos, presto a probarse cualquier mascara, con semblante indefinido, helo allí tan alegre y tan triste como un payaso después de su jornada.
Mi aplauso no basta a lo que quiero expresarle.
Aprenda en él mi torpeza a construir el futuro controlando a otros, a salir airoso del asedio. En fin, a vivir, a habitar el mundo.