¿CÓMO HACER UNA INVESTIGACIÓN ETNOBOTÁNICA? Antes de ir a campo… objeto de estudio y complementarlo durante el trabajo de campo. Los etnobotánicos, deben preparar bien su viaje, dado que pueden pasar largos periodos de tiempo compartiendo con la comunidad a la cual estudiarán, muchas de las cuales corresponden a pueblos remotos ubicados en lo profundo del bosque. Además, se debe pedir primero autorización a la comunidad étnica para realizar el proyecto, así como a las Autoridades Ambientales respectivas.
EL CEREZO Cuento indio
Ya en campo…
Una vez claro el objetivo del estudio, el primer paso es recopilar información detallada acerca de las personas locales o el grupo étnico al que se visitará: datos sobre su cultura, lengua, cosmogonía, estructura social, medicina tradicional, y relaciones con su entorno. También, se puede construir con anterioridad un listado de las especies de plantas que serán
Los etnobotánicos aprenden y registran cuidadosamente el uso que dan a las plantas en la comunidad. Realizan recorridos con los pobladores, les acompañan en sus actividades diarias y los entrevistan sobre las plantas útiles y otros temas relacionados. También recogen muestras botánicas con el fin de identificarlas taxonómicamente en los herbarios. Dependiendo del estudio, se toman muestras vegetales para ser analizadas en el laboratorio a nivel químico. En muchas ocasiones, los etnobotánicos son acompañados por médicos que evalúan los casos y la aplicación de los medicamentos tradicionales.
MUSEOS ETNOBOTÁNICOS Museo Etnobotánico del Jardín Botánico de Córdoba (España)
Jardín Etnobotánico de Oaxaca (México)
Consta de tres salas de exposiciones permanentes en las que se estudian las diferentes modalidades en la interacción humanidad/planta mediante una gran variedad de objetos etnobotánicos que llevan a una reflexión sobre la transcendencia de la conservación de la biodiversidad del planeta. La cuarta sala está dedicada a exposiciones itinerantes.
Muestra viva de cientos de especies, todas ellas originarias de Oaxaca, donde se rinde homenaje a las relaciones entre la vegetación y las culturas de este Estado.
Jardín Etnobotánico y Museo de Medicina Tradicional en México Este gran atractivo turístico en Cuernavaca, la ciudad de los jardines y de la “eterna primavera”, es un excepcional jardín botánico de características etnobotánicas, en el cual se exhibe una colección de ejemplares vivos reportados con usos culturales, con fines didácticos e investigativos.
Museo Etnobotánico Del Jardín Botánico “Juan María Céspedes” en Colombia
Ubicado en Tulúa, Valle del Cauca, este museo se diseñó para registrar en forma didáctica la contribución del hombre primitivo, tanto americano como de otros continentes al bienestar de la humanidad, con relación a las plantas útiles, ofreciendo información sobre la manera como el hombre domesticó las plantas o aprendió a usar las silvestres.
Hace muchísimos años, vivía un rey que tenía un palacio rodeado de un precioso jardín en el que crecían numerosos árboles, pero ninguno era tan bonito como el espectacular cerezo. En verano, el cerezo se cubría de brillantes hojas verdes; en otoño, estas se tornaban amarillo dorado; en invierno, las hojas caían al suelo y el árbol se mantenía erguido con orgullo; y en primavera, cuando el árbol florecía y caía una lluvia de flores rosas y blancas, el corazón del rey se estremecía: era la joya más preciada de su jardín. Un día, los criados del rey se dieron cuenta de que el techo de la habitación del monarca empezaba a hundirse. La columna que lo aguantaba se había podrido y había que cambiarla por una nueva, así que el monarca, envió a sus criados al jardín para que buscaran un árbol para sustituir la columna. Los hombres midieron todos los árboles, pero sólo hallaron uno bastante fuerte para aguantar el techo: el cerezo, el árbol preferido del rey. ¡No! ¡No! ¡No! exclamó el rey. La solo idea de hacer cortar el árbol le resultaba insoportable. Pero tanto insistieron sus consejeros, hasta que le convencieron de que, al fin y al cabo, solo era un árbol más. La noticia corrió enseguida entre los espíritus de los árboles, y todos se reunieron en torno al cerezo intentando hallar la manera de salvarlo. Todos los seres del jardín estaban dispuestos a ayudar si a alguien se le ocurría un plan. Al día siguiente, los hacheros llegaron después de la puesta de sol y empezaron a cortar las ramas más jóvenes, sin embargo, cuando uno de los hacheros tocó el tronco, se escandalizó: estaba blando y viscoso y había perdido su color. Aquel deterioro acaecido en una sola noche, no sólo les sorprendió sino que les hizo pensar que se trataba de un árbol sagrado y que no era buena idea provocar la ira del espíritu del árbol. Decidieron, entonces, buscar en los parques de la ciudad un árbol y no volvieron al palacio hasta que hubieron elegido uno. Cuando fue notificado el rey, éste sintió un gran regocijo al oír que no habían cortado su hermoso cerezo, sin embargo, su alegría se convirtió en desolación al saber que el árbol había muerto misteriosamente. El rey corrió a su jardín para llorar por la pérdida del pobre árbol. Pero cuando llegó, parecía que nada había cambiado. El sol brillaba, los pájaros cantaban y el árbol se veía más bonito que nunca. ¡Era un milagro! Por la noche, los árboles del jardín se congratularon y le pidieron al cerezo que les contara el secreto del milagro. Orgulloso, el cerezo les explicó que la hierba había reunido a todos los camaleones del jardín y les había pedido que envolvieran con sus cuerpos el tronco del cerezo para que pareciera blando y viscoso. ¡La felicidad inundó todo el jardín, lo habían salvado! “La magnitud de nuestras acciones no depende de cuán grande seamos o cuánto dinero hayamos acumulado, depende de cuán fuertemente anhelamos algo en nuestro corazón.” Adaptado de: El Cerezo, cuento indio. En: El Bosque de cuentos. Historias de árboles mágicos de todo el mundo. 2003. Intermón Oxfam, Roger de Llúria, Barcelona. Pp. 28 - 35.