Kanak

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Escrito por J.A GarcĂ­a


Ésta es la historia de una extraña noche que caía lentamente sobre una pequeña ciudad en el subcontinente de la India. En la oscuridad, un niño buscaba conciliar el sueño, desesperado de ser preso del insomnio y sin poder hacer más nada que dar vueltas en su cama. Su nombre era Kanak. Perdido en sus pensamientos, sin darse cuenta, lentamente la oscuridad lo rodeaba más y más hasta perder la noción del tiempo, espacio y de él mismo. Al despertar, vio a su alrededor y observó que aún era de noche, ya que todo era oscuridad. Al momento que intentó moverse, sucedieron dos cosas: bajo su espalda sentía un frío y rocoso suelo y, en su mano, él sostenía una cajilla de fósforos. Al encender uno, quedó perplejo al ver que no había nada, como si fuese testigo del nacimiento de un nuevo mundo. A los pocos segundos regresó a la oscuridad de esa nueva tierra. Sin saber qué rumbo o dirección tomar, decide sentarse y esperar un milagro. Asustado, decide encender un fósforo, el cual no duró mucho debido a un fuerte viento helado que soplaba hacia su espalda como señal de advertencia. Al encender otro, una ráfaga de viento azotó su espalda, en ese momento se dio cuenta que algo lo estaba obligando a avanzar. No había otra opción más que caminar sin rumbo ni dirección alguna. Al caminar solo podía confiar de unos cuantos fósforos y sus pies, pero debido a que le quedaban pocos de estos últimos, se guío por su instinto a viajar a ciegas hacia lo desconocido e incierto.

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Caminó durante lo que parecían horas, cuando sintió un cambio bajo sus pies. Sentía la tierra irse lentamente humedeciendo hasta que sus pies quedaron enterrados bajo algo gelatinoso. Al sentir esto, rápidamente encendió un fósforo e iluminó su alrededor. Lo que Kanak vio a continuación fue, cómo él se encontraba en un pantano en medio de un bosque que se extendía hasta donde sus ojos podían alcanzar a observar. El fósforo duró unos cuantos segundos y luego se apagó. Con sus manos contó cuantos fósforos le restaban. Sólo tenía 4 fósforos más. Continuó su viaje, con sus ropas gastadas y sus brazos extendidos para evitar que las ramas de los árboles no le golpearan el rostro. Al paso del tiempo, los árboles se fueron reduciendo más y más hasta que sentía bajo sus pies lo fresco de la grama, y el frío de la interminable noche. Exhausto de caminar sin sentido, Kanak, decidió buscar un par de ramas, cosa que tomó mucho tiempo, y con uno de sus fósforos inició una fogata. Se sentó junto a ella hasta que lentamente se consumió. En el instante que esto sucedió, vio a la distancia algo que nunca pensó volver a ver: una estrella. Kanak se paralizó, la contempló tanto como pudo para ver si no era una alucinación. Algo le decía que era una señal para él, era el rumbo que debía tomar. De ésta manera, continuó caminando a través de ese extraño mundo, paso a paso acercándose más a su destino cuando, repentinamente, colisionó con algo extremadamente sólido. Lo tocó con ambas manos y no podía creer lo que era. Encendió un fósforo con rapidez y con asombro observó el objeto con el que se lastimó, era una estatua, de un anciano señalando con su dedo índice la .

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entrada de unas especie de templo con una inscripción en un idioma que no había visto nunca, pero poco a poco entendía lo que la inscripción decía, como si fuese un idioma que hubiese recién recordado: “AQUÍ YACE EL CAMINO HACIA LA LUZ, DESPIÉRTANOS”. Kanak se quedó helado ante lo que acababa de leer; mientras, se consumía la llama hasta regresar a la completa oscuridad. Antes de entrar al templo, él recogió una rama de un árbol, arrancó una tira de su pijama, la ató a la rama y encendió nuevamente un fósforo, de esta manera creando una especié de antorcha, lo cual sería más duradero. Con temor subía los peldaños a la entrada, al llegar al portón del templo observó como la naturaleza se había apropiado del lugar. Parecía haber sido abandonado por milenios. Al entrar observó un largo pasillo que dirigía a un salón lleno de pinturas antiguas, de carácter narrativo. Todo el salón de pinturas narraba la misma historia hasta llegar al mismo cuadro, donde se observa un mar interminable y por encima de este un punto blanco. Saliendo de este salón, continuó había otro pasillo lleno de puertas a cada lado, lleno de curiosidad intento abrir una puerta, pero esto fue impedido por una señal de advertencia de parte del viento que sopló la última puerta del templo, la que al parecer era la salida de éste. Kanak, siguió caminando hasta la salida. Ignorando las demás puertas y se encontró con una especie de selva repleta de palmeras de coco. Al observar lo que le deparaba el camino, fijó su mirada en la estrella.

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Caminar se fue volviendo cada vez más difícil para Kanak, hasta que, finalmente, logró sentir bajo sus pies una helada y suave arena, y pudo ver la orilla de una playa. Cuando se acercó a la orilla de manera inmediata su antorcha se apagó. Nuevamente, regresó a la total y fría oscuridad, excepto por el pequeño punto en el cielo. Kanak, fatigado de la gran travesía, decidió recostarse en la arena y dedicarse a observar ese pequeño punto. Lo observó por lo que muchos podrían decir que fue horas, cuando algo extraño empezó a suceder: la estrella se volvía cada vez más grande ante los ojos de Kanak. A toda velocidad, una esfera se adentraba a las profundidades del infinito océano donde se encontraba. Lentamente, el mar brillaba y brillaba rodeando toda la masa oceánica. El mar se miraba como un mar de plata e iluminaba todo a su pasó, hasta el punto que podía observar todo lo que había en su alrededor: conchas, caracolas, etc. Pronto, una extraña voz surgía del mar -“Bienvenido, tu llegada ha sido anticipada desde hace mucho tiempo. Dime ¿Sabes por qué has venido a éste lugar?” A lo que Kanak no respondió. -“Más personas de las que crees han estado aquí. Grandes líderes de su época, sin importar en qué dirección o región del mundo estuviesen, han sido llamados ante mí.” No hubo respuesta de nuevo

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-“En la actualidad, tu mundo se encuentra en un desequilibrio descomunal, sin rumbo… a ciegas. Es el momento en que una luz se cruce en el camino de tu pueblo y ésta sea inspiración para futuras generaciones. El momento en que cumplas tu rol, sin importar los costos, ha llegado. Para que hagas un cambio en la historia y la reescribas llena de prosperidad.” Cuando la voz terminó de decir esto una pequeña esfera salió de las profundidades y como una estrella fugaz, se acerco a Kanak e ilumin de manera intensa su alrededor. Y dijo: “´Puede que para que tu luz se expanda por el mundo seas cuestionado, llevado al límite e incluso pases tu vida intentando que ésta luz se extienda. No temas, el inicio de todo viaje es incierto y lleno de confusión, pero tú tienes el arma más poderosa de todas…” Mientras hablaba, el océano entero se elevaba hasta los cielos formando una gran ola de plata. “… DESPIERTANOS”. Y todo el océano cayó encima de Kanak, como una serpiente de plata. Para su sorpresa, Kanak se encontraba en su habitación. La luz de un nuevo día entraba por su ventana. Se levantó de un salto jadeando y cuestionándose si ese sueño había sido real o no. Su interrogante fue respondida cuando en uno de sus bolsillos, se encontraba una extraña caja decorada con una estrella de plata y dentro de ella, el último cerillo de fósforo de su viaje.

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SI TE GUSTO ÉSTE LIBRO, CONTACTA AL AUTOR: Lex_9404@Hotmail.com https://www.facebook.com/AlexanderGarciaR



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