Visiones Naturales del Occidente de Asturias

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Visiones Naturales

del Occidente de Asturias

La Naturaleza me ofrece con generosidad, infinitas visiones y sentimientos de belleza y plenitud.

Alejandro BadĂ­a


Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje. Henry Cartier-Bresson

...desde Luarca... me muevo... miro...observo... y me lleno de vida... Alejandro Badía

Mirar, fotografiar un paisaje bello es un poco como escuchar música o leer poesía, ayuda a vivir. Marc Ribound

Estudio: Residencial Villuir - Chalet 7 Aquelcabo - 33791 Luarca, Valdés - Asturias - ESPAÑA

www.alejandrobadia.es Mov.: 606 12 88 19

La finalidad del Arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas. Aristóteles

Copyright del texto y las fotografías © Alejandro Badía - 2013 © Textos colaboradores; los autores. Diseño y Composición: Alejandro Badía Impresión: Gráficas Eujoa

Del desorden, encuentra simplicidad. De la discordia, encuentra armonía, en medio de la dificultad yace la oportunidad.

Edita: La Fábrica de Libros

Albert Einstein Primera Edición 2013 ISBN: 978-84-941223-4-7 Depósito Legal: AS 1690-2013 Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo, fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación sin permiso escrito de Alejandro Badía.

Se ve sólo con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos. A.de Saint Exupery


Visiones Naturales Presentación Mi mujer y yo nos trasladamos de Madrid a Asturias en el año 2005, con la ilusión y esperanza de tener una vida más cercana a la naturaleza, desarrollando cada uno su profesión: ella como Psicóloga, y yo convirtiendo mi pasión por la fotografía en mi modo de vida. Así, he ido realizando fotografías por el Occidente de Asturias, disfrutando en cada salida, a la vez que iba encontrando un medio profesional con el que salir adelante. Desde entonces hasta hoy, mantengo la misma ilusión de seguir disfrutando con lo que hago.

del Occidente de Asturias

La fotografía es el medio a través del que puedo conectarme con el entorno que me rodea y de manera muy especial, con la Naturaleza. Cuando salgo a pasear observo lo que me encuentro, descubro la belleza que hay cerca de mí; veo formas, sombras y luces que me transmiten emociones. Es como conectar con un nivel espiritual que no es visible a primera vista. Se trata de Visiones Naturales más allá de lo material. La fotografía me permite capturar esas visiones a través de un instante y llevármelos latentes en el interior de la cámara. Después los traslado a mi ordenador, con el afán de recuperar la imagen que visualicé en esos momentos. Con este libro pretendo mostrarte, a través de mis imágenes, esos sentimientos y emociones que están aqui, en el Occidente de Asturias, para ser hoy disfrutadas por ti, en este libro de Visiones Naturales. Me he aventurado a escribir algunas líneas sobre lo que viví y observé realizando estas fotografías. Pero lo más importante no es lo que yo sentí en ese momento, sino las emociones que puedan llegar hasta ti en el momento de contemplarlas.


Bosque en Moal, Cangas del Narcea


Visiones Naturales

del Occidente de Asturias

Agradecimientos Bernardo Alija Villar Xurde Portilla Lejarza Pedro Gilthoniel Esther Rubio FĂŠlix Gordillo

Faro de Luarca, ValdĂŠs


Prólogo Cuando Alex Badía me invitó a colaborar en el prólogo de su libro de fotografía del occidente Asturiano, me hizo una gran ilusión, me hizo sentir muy halagado... Es para mí un orgullo y un honor participar en este proyecto. Conozco su obra desde hace unos seis años y es de lo mejor que he visto de fotografía paisajística en los últimos tiempos. Tiene un modo de ver diferente; es muy sutil, pero tiene algo que impide apartar la mirada... Refleja el occidente astur como sólo puede hacerlo un foráneo enamorado de Asturias. Este libro deja claro el modo de ver nuestra región de alguien que quedó impactado por ello, de aquél que, sin haberlo mamado desde la infancia, queda impactado de tal forma que lo deja todo, familia, trabajo, amigos, vida social... para, junto con su mujer, emprender la aventura de renacer personal y profesionalmente en una nueva tierra, diferente y al mismo tiempo ilusionante en busca de su sueño. Se necesita una gran dosis de valentía para realizar algo así. Alex Badía lo hace; y no sólo eso, consigue reflejarlo a través de su cámara. Como sólo un tímido se atreve a robar imágenes a nuestro territorio, a fotografiarlo sin hacerse notar; plasma paisajes... costa e interior de un modo invisible, como si nunca hubiese estado ahí. Consigue formar parte del todo, integrádose en el medio, reflejando exactamente el paisaje en toda su esencia, de un modo casi virginal. Este libro es el resumen de su vida en Asturias, el resultado del por qué vino aquí, de lo que buscaba y encontró. Esto es lo que representantes y empresarios del turismo rural quisiéramos ver reflejado en las campañas promocionales de Asturias. Es una visión que nos lleva a esa naturaleza capaz de encandilar, de enamorar; ya que es, a fin de cuentas, el reflejo de la realidad. Bernardo Alija Villar


Cueva en Barayo, Navia-ValdĂŠs


Desempolvo los eclipses, reduzco a niebla el verbo cautivo de los bosques, mezclo esencia de castaño y miel de vuelo alegre, todo… para resumir la huella del Occidente Asturiano.

Las copas de los árboles liban el murmullo de la luna y tejen con sus notas senderos de leyendas ancestrales. Nadan las nubes en los ríos y el viento detiene su afrenta diaria para mirarse por un instante en la orilla y comprender que lo eterno dura sólo un segundo.

Caminan con paso firme y decidido las piedras al encuentro de las ruinas, pero también saltan como funambulistas suicidas cuando de reparar la herida del tiempo se trata. Tiempo: liturgia que atesoran los rincones más inesperados del Occidente, savia que rezuma latidos sin urgencias, sin estrés, libres del látigo de la ciudad, prófugos de las prisas cosmopolitas.

Bosque en Moal, Cangas del Narcea


Aquí no hay hoja de ruta en blanco, son el verde de las hojas y el azul espumoso de las playas quienes pueblan el cuaderno de bitácora de la vida tranquila, del paraíso desconocido.

Aquí los cruces de caminos no tienen razón de ser: todos conducen a la belleza, a una tierra repleta de sentido; por eso cuando uno se aleja de ella, lo pierde… por eso, siempre que puede, pone rumbo de nuevo a sus límites.

Algunas personas creerán que exagero: quien haya conocido el Occidente, sabrá que me quedo corto. Xurde Portilla Lejarza

Playa en Luarca, Valdés


La Atalaya, Tapia de Casariego

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El sol me acuna con sus rayos de seda, mientras se deslizan las nubes juguetonas y presurosas unas tras otras. Cae el atardecer y me deslumbra verse apagar el día y encenderse de estrellas la noche. Como la vida va y viene en un compás sonoro de olas y salitre bailando con los sueños. Siento todo el mar dentro de mi batiéndose contra la roca erosionada. La luz me invade mientras un pajarín vuela libre alimentándose de amor infinito en el nido de la sinceridad. Aquí estoy, extendiendo las redes de luz y pescando peces de plata en instantes impresos en agua clara. Soy esencia de atardecer. Esther Rubio

Playa de Otur, Valdés

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Born to be wild Los primeros latidos del día son para las aves y las hordas de olas que avanzan como fotogramas por la piel del océano. Se disipan los fondos con unidad. Se apagan los faros y otra anatomía guía el imperio de lo intuitivo. La veteranía de las rocas expulsando a las sombras. Sudor de pedernal. Un destello que hipnotiza al ser viviente, cazador de albas. El hombre y los astros frente a frente. Un sol hechicero, sol chamán, sol hexagonal, elevándose con su pértiga roja. Disolución de la cofradía. Espejismo que viene del Este como un cachorro a domesticar.

Cabo Vidio, Cudillero

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La niebla en talas a contraluz. Musgo y liquen amigos. Bostas de caballos agasajándonos los pies. El tobogán orquestal en su rugido veloz. Las barcas le dan fosilidad al río. Caminos que pronto se acaban. Pezuñas que emergen del agua. Pedro Gilthoniel

Río Navia, Boal


El Escritor de la luz Mientras el fotógrafo roba un instante del tiempo, “el escritor de la luz” pone su alma en la imagen de vida, convirtiendo el instante en arte, llenándolo de sentimiento hasta que es perceptible, sonoro, exclusivo, profundo. No es un escultor que forja su idea, ni un pintor que plasma la suya, tampoco organiza sonidos para expresar una música, ni relata una historia.
 Pero el escritor de la luz, fotógrafo del paisaje, es arqueólogo mientras busca la perspectiva, cazador del instante al precisar el momento único, poeta mudo que arranca a la naturaleza su verso inmerso en el infinito, músico al emitir la sinfonía de colores que hacen latir el corazón de lo inmóvil, arquitecto de lo inmediato al utilizar la materia de la sutileza para construir sus sueños.
 Hay que navegar en el mar de las imágenes de Alejandro Badia, alejándose de la costa de lo impreso, para poder sumergirse en lo más profundo de su obra y cabalgar sobre sus olas teñidas de múltiples colores, para entender el relato de “el escritor de la luz” de Asturias. Félix Gordillo

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Casona de Los Guzmán, en Martul. Actualmente reformado para apartamentos y museo de la Arquitectura Tradicional en los Oscos.


Visiones y sentimientos Alejandro BadĂ­a

Costa

Interior


La Mar Sus vaivenes, su lejanĂ­a y su cercanĂ­a, su poder y su calma, nos estremecen y nos dan paz.

Luna en Otur, ValdĂŠs


Visiones Naturales, Costa

Mar de tormenta, desde el martillo de Luarca. Una buena fotografĂ­a es aquella que expresa lo que uno siente. Ansel Adams


Al caer la noche, la luz es tenue y cálida, el horizonte limpio... Al exponer con un tiempo prolongado, aparecen la magia y el movimiento. En esta playa, la orilla se llena de cantos rodados y con el vaivén de las olas, un sonido acompaña el movimiento del agua... Aún lo puedo escuchar...


Playa de La Ribeirona, Cadavedo


Playa de La Ribeirona, Cadavedo 20


La tarde gris, los tonos apagados y suaves de las piedras, la presencia de las barcas, es la escena perfecta para un relajante paseo por una playa Asturiana. 21


Playa de Otur, ValdĂŠs

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Me sobrecoge un cielo nublado que genera una gran cĂşpula difusora de luz, regalĂĄndome una imagen llena de detalle. El relieve de las rocas se define y se retuerce, abatidas por el paso del tiempo. Huellas que nos trasladan a lo largo de un camino que otros ya recorrieron... parecen recordarnos que no andamos solos por la vida. 23


Playa de Otur, ValdĂŠs


La luz filtrada entre las nubes realza las formas de la roca a orillas de la playa de Otur. El movimiento de la ola abraza y parece querer llevรกrsela hacia el mar.

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Playa de Barayo, Navia - ValdĂŠs

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El verde humedal y la costa virgen se encuentran en la reserva natural de Barayo. Lo que permaneci贸 intacto al paso del tiempo y del hombre, est谩 protegido hoy para nuestro disfrute... Un espacio escondido donde respirar profundo, contemplar y descansar.

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Sobre la arena texturas, en el rostro el viento. Ante nosotros la lejana marea nos muestra un espacio nuevo y limpio, que nos descubre visiones efĂ­meras. 28


Playa de Barayo Las estelas que dibuja la bajamar, son surcos marcados en la arena, que pronto desaparecerรกn con la nueva marea, como olvidados quedan los malos momentos que marcaron instantes de nuestra vida.



Portizuelo,,Valdés Un lugar mágico y tan cercano; cada encuentro, una nueva visión. Al caer la noche, el sol se oculta tras el “Óleo Furáo”, con la fuerza de un vigía hacia el mar, tiñendo de color las nubes y el agua.

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Portizuelo, visión nocturna. Nace la luna y una nueva luz da forma y color a Portizuelo. Se mezclan las luces del hombre en tonos cálidos con el frío azul del cielo nocturno. Sólo veo la noche con la luz tenue de la luna. Espero con impaciencia la aparición de la visión imaginada. El resultado me conecta de nuevo con lo invisible. Surge de la oscuridad un paisaje nuevo.

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Playa de Luarca, ValdĂŠs

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La playa de Luarca se muestra abierta y desnuda de arena. Caminos rocosos, formas al descubierto que no siempre estรกn, dibujadas por el cielo y la bajamar. 35


La fuerza del mar me hipnotiza, me estremece, siento la imprudente necesidad de acercarme... ... En mi cara, el aviso de su poder. 36


Luarca, Valdés

El Club Náutico de Luarca, anclado en la roca, contempla impasible cómo el mar trata de arrebatarle su lugar.


Luarca, ValdĂŠs Las rocas de la playa Tercera de Luarca, aparecen cual presencias marinas, que despiertan y emergen al anochecer.


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Playa de Los Molinos, ValdĂŠs De la pared surge el agua que se llena de nubes reflejadas, avanzando entre las rocas que se dirige hacia el mar.

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Playa de Frexulfe, Puerto de Vega


La lluvia cae al fondo sobre el mar, se mueve rápidamente hacia mí. Una luz se abre paso iluminando la playa y dando color a las rocas. Instantes fugaces y mágicos, de lluvia, luz y mar, tan rápidos como la vida, tan intensos como las emociones que nos despiertan.



Viavélez, El Franco Después de la tempestad viene la calma... Momentos de empuje y momentos de reflexión.

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Cabo Vidio, Cudillero 46


La majestuosa costa acantilada, nos hace sentir peque単os y agradecidos, al ser acogidos por un paisaje tan bello. 47


Playa de Mexota, Tapia de Casariego

Amanece en la playa, una presencia de cuerpo rocoso yace varada en la orilla, elevando mis pensamientos a tiempos anteriores de nuestra historia.


Las Pantorgas, Tapia de Casariego Luz de ocaso sintetizada por las plantas, clorofila que transforma la energĂ­a, en vida y belleza.

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Playa del Silencio, Cudillero

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Aislados en el paisaje, el ruido, las prisas, las preocupaciones, parecen olvidarse y difuminarse con la simple contemplaci贸n. 51


Playa del Silencio, Cudillero

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Anochecer en Silencio.


Rocas que se pliegan, se funden, se adormecen... La naturaleza siempre se muestra bella en los peque単os detalles.

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Ribera de MolĂ­n, Cudillero Entre la roca se abre camino, a la orilla del mar, la fuerza del agua que busca su destino.

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Playa de Gueirúa, Cudillero Luces, colores y formas me trasladan a otro plano, más allá de los sentidos.

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Playa de Artedo, Cudillero

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Contemplaci贸n... ...Escucha... ...Sentidos.


Playa de San Pedro, Cudillero

Hay algo en el horizonte que proyecta nuestros sue単os, nos invita a trascender, a meditar, a comprender la esencia de la vida. 59


Playa de Ballota, Cudillero


Rincones escondidos de la costa... Peque単os refugios... Lugares para convivir con el aire, la tierra y el mar.

Playa de Vallina, Cudillero

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Playa del Aguilar, Muros de Nal贸n

Reflejos de un atardecer... Espejismo o realidad...



Playa del Aguilar, Muros de Nal贸n

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Playas empedradas de cantos, que reposan esperando ser esculpidos por las olas.


Playa de Las Rubias, Navia

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Playa de Cueva, ValdĂŠs

Caminos de piedras... Caminos difĂ­ciles... Caminos necesarios para alcanzar nuestros anhelos. 67


El Tes贸n, Castropol 68


Roca en movimiento... ...naturaleza atrevida... ...paisaje que surge por unos instantes.

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Playa de Penarronda, Castropol

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La naturaleza se asoma a la costa, cielo azul y verde humedal en armonĂ­a. 71


Playa de Navia

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El anochecer y el mar se combinan de una forma especial, el movimiento se transforma en una niebla sedosa que funde luces y formas.

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Playa de PorcĂ­a, El Franco Ante las Ăşltimas luces, el sol nos mira de frente, ilumina las nubes, proyectando reflejos en la bajamar.

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...minutos despuĂŠs, la claridad oculta nos muestra un mar en calma, que sorprende de nuevo por su belleza escondida. 76


Playa de PorcĂ­a, El Franco 77


Senda costera en Busto, ValdĂŠs

Los Ăşltimos rayos del atardecer se abren paso entre las nubes... nos invitan a sentarnos, contemplar y meditar sobre la fugacidad de la vida. 78


Al caer la noche, luces incandescentes marcan el camino hacia el Occidente.

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Mirador en Busto, ValdĂŠs

Un instante, un horizonte iluminado, un regalo.

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Cabo Busto, ValdĂŠs

El Faro da paso a la noche.

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Playa Campiecho, ValdĂŠs La cueva envuelve a la roca, enmarcando la belleza de esta escultura natural.


Playa de Oleiros, Cudillero

Los 谩rboles caminan hacia a la playa, mar y bosque nos muestran lo que debi贸 ser el litoral Asturiano.

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Senda costera en Vigo, Navia Mar, roca y cielo, forman los niveles que sustentan este paraĂ­so terrenal.

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Bravura y espectรกculo. ร xtasis y catarsis.

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Puerto de Vega, Navia

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Ría del Eo

Anochece en la ría, las últimas luces iluminan el paisaje, mi visión de lo inmediato se duplica, cielo y agua, agua y cielo son lo mismo. 89


Bosques Los ĂĄrboles se reĂşnen, contactan con la tierra, se comunican... Por ellos corren la savia y la sabidurĂ­a.


Visiones Naturales, Interior

OtoĂąo en Somiedo Lo importante es ver aquello que resulta invisible para los demĂĄs. Robert Frank


Bosque en Fontoria, ValdĂŠs


Bosque amado, extraĂąa belleza del dramĂĄtico escenario del monte quemado.


Bosque de Salave, Tapia de Casariego

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Paseando por el bosque de Salave, lugar incierto donde el dorado acecha a este escondido espacio de frondosa naturaleza.

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Lagunas de Silva, Tapia de Casariego

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Somiedo Los colores del oto単o se saturan en mi retina y me transmiten sensaciones de esplendor.



Bosque en Somiedo

Los bosques siempre nos transmiten algo, nos observan. Quietos y en silencio los podemos escuchar. Nos conectan con la tierra, y nos hablan. 101


Bra単a en Saliencia, Somiedo El paisaje nevado, congela el instante en el tiempo, al igual que los Teitos permanecen, con el paso de las estaciones.

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Oneta, Villay贸n

El agua fluye como en venas que transportan la vida, por todos los rincones del espacio natural. 104




Río Suarón, Vegadeo El bosque se arrima a la orilla del río buscando la fuerza de la vida. 107



Pozo Mouro, Villayón Cascada en el bosque, el agua acompaña al molino abandonado, que solo contempla el paso del río.

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Puente de Castrill贸n, Boal En el agua embalsada, las barcas permanecen. Paz y quietud en el r铆o calmado.

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Bosque de Moal, 112

Cangas del Narcea


La luz del dĂ­a se tamiza entre los ĂĄrboles, nos deja una claridad misteriosa. El sonido de las ramas mecidas por el viento siempre nos acompaĂąa, y nos susurra. 113


Reserva de Muniellos, Cangas del Narcea




Río Muniellos El río acaricia la superficie del bosque, se abre camino entre rocas y hojarasca, dibujando reflejos y estelas, que sólo vemos con el paso doble del tiempo.


RĂ­o Narcea El haya se inclina al paso del rĂ­o, perfecto equilibrio, de la naturaleza en movimiento.

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Ruta a la Seimeira, Santa Eulalia de Oscos

Ancadeira Parajes de bosque, senderos ocultos, antiguas construcciones que surgen entre los รกrboles. 120



La Seimeira, Santa Eulalia de Oscos


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Oscos 124

Los primeros rayos de sol templan el rocĂ­o y la escarcha, el agua abandona su estado.


Os Teixois, Taramundi

Las construcciones nacen en la propia tierra, integrรกndose en el paisaje. 125



Brañas y Senderos

Piorno, Oscos Espacios abiertos y expuestos... árboles y piedras crecen en laderas de horizontes difíciles.

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Oscos

Mazonovo, Taramundi FerrerĂ­a, Sta Eulalia


Caminos y carreteras nos llevan a lugares inciertos. Algo me llama la atención de los caminos. No sé a dónde llegaré, la simplicidad de unas líneas perdiéndose en el horizonte, me invitan a seguir siempre adelante.


Oscos, bajo la luz de la luna Luces cruzadas... La luna llena, la incandescencia de una farola, y la tenue luz de mi linterna, me descubren una intr茅pida visi贸n del paisaje nocturno.

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Oscos Construcciones que se aparecen en caminos olvidados... ...Caminos que nos llevan a lugares que nos recuerdan d贸nde vivimos.

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Camino en Folgueiras, Tineo


Camino en Cangas del Narcea

Las curvas nos conducen por caminos que aĂşn no conocemos, pronto nos serĂĄn comunes y nos pondrĂĄn en el siguiente paso. 135



La Bobia, Boal Los montes se van difuminando entre la niebla. La mirada puesta en el infinito me tranquiliza y me reposa.

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Ocaso en La Bobia, Boal

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Vega de Ll谩n, Taramundi 140

El paisaje sosegador, paraliza el presente. Disfrutamos de la contemplaci贸n y del silencio del valle.


Meredo, Vegadeo 141


Rondiella, Cudillero

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El Vidural, Navia Cabañas que aguantan el paso del tiempo, mantenidas por algún vaqueiro que sigue resistiendo en la tradición.



Bra単aseca, Cudillero

Las piedras trazan y levantan construcciones, dibujan y dan forma a los espacios abiertos de las bra単as. 145


El color de la tierra y la pizarra ascienden por paredes y tejados, las viviendas adquieren la personalidad de quienes las habitan. 146


Cangas del Narcea Puertas encajadas, formas peculiares y Ăşnicas, construcciones que se adaptan a su entorno. Piedra y madera aĂşnan sus esfuerzos.


Bra単a el Campel, Pola de Allande 148


En la braña pasan los días sin tiempo... sólo el tiempo define lo que ocurre: todo está como estaba. 149


Texo y Ermita de Santa Coloma, Pola de Allande 150


Donde antaño construyeron las ermitas, permanecen hoy los árboles sagrados. Donde crecen los árboles sagrados, permanece lo que siempre estuvo allí. 151



Braña de Aristébano, Límite entre Valdés y Tineo

La tarde cae en la braña; el pasado sigue presente en las piedras, que nos cuentan historias de quienes las habitaron antes que nosotros.

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Bosque en Boal La niebla en la ma単ana impregna el bosque de humedad y misterio.

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Las siluetas se funden entre la bruma, dejando a la vista sรณlo lo que podemos ver. Lo que estรก mas allรก, tendremos que aventurarnos y descubrirlo.

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Ermita de San Isidro, Boal


Ruta Hoces del Esva, Valdés

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La montaña se abre llenándose de agua y vida.




Río Esva, Valdés El río pasa calmado, reflejando la frondosidad de un paraje encantado.

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Cascada del Cioyo, Castropol

El rĂ­o inunda con fuerza y vida nuestro paraĂ­so interior. 162



Visiones de paisajes onĂ­ricos

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No todo lo que creemos ver es lo que parece. Nuevas visiones esperan escondidas tras el plano de lo aparente.


Visiones de paisajes cercanos S贸lo con cambiar nuestro punto de vista, podemos percibir mejor, lo que ocurre a nuestro alrededor.

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Trayectoria Mis primeros recuerdos sobre lo que era la fotografía, los tuve en mi casa, gracias a la afición de mi padre por este arte, del cual heredé su entusiasmo, mi primera réflex, y su material de revelado y copiado. Llevo realizando fotografías bastantes años, primero aprendiendo con cámaras analógicas, habiendo probado la magia del revelado y copiado químico del Blanco y Negro. Aprendí técnicas fotográficas de estudio y de creatividad en la escuela de fotografía Look, de Madrid, en la que como aficionado pude disfrutar de muchos buenos momentos. Durante mi primera parte de vida profesional, trabajé en un Laboratorio Fotográfico “Ascolor”, en Madrid, donde desarrollé mi trabajo como técnico de Fotográfia digital, allí aprendí el cuidado y el mimo del copiado fotográfico. Después, cuando decidí vivir de la fotografía, empecé directamente con la fotografía digital, aquí en Asturias. Durante estos años he sido autodidacta, ayudándome de manuales de fotografía, y aprendiendo todo lo que he podido de las técnicas digitales, pero sobre todo y lo mas importante, he aprendido saliendo a realizar fotografías de paisaje, pensando que podía aportar una visión personal del entorno en el que me encuentro. Me siento privilegiado de haber podido escoger un lugar tan bello como el Occidente de Asturias, el cual es una fuente inagotable de inspiración para seguir creando nuevas imágenes.

Consideraciones Técnicas Todas las fotografías que aparecen en este libro has sido tomadas con cámaras Nikon, desde mi primera digital, que aún conservo, mi Nikon D70, pasando por las D200, D300, y mi actual D700. Con objetivos, de Nikon, Tamron y Tokina. Siendo algunos de estos objetivos de gama “no-pro”, pero que bien manejados, con los diafragmas adecuados, y en muchos casos con el apoyo de un buen trípode, me han dado muchas satisfacciones. Los archivos siempre han sido generados en formato Raw, y procesados con Adobe Camera Raw, o Nikon Capture, pasando después al tratamiento por zonas con Photoshop. He utilizado el método de tratamiento digital, propuesto por el Fotógrafo José María Mellado, siempre y cuando la imagen, por sus luces y contrastes, me permitiese trabajarla por zonas. Trato de llevar las imágenes al punto que considero óptimo, manteniendo el equilibrio entre la luz, el contraste y el color, según las visualicé. 166


Visiones Naturales

del Occidente de Asturias

Asturias

España

Hórreo en la Regalina, Cadavedo-Valdés


Gracias a mi mujer Dolores Rizo y a mis hijas Clara e Inés, por el amor que recibo cada día, que me da fuerzas para disfrutar y vivir la vida en toda su intensidad. Gracias también a nuestras familias, que nos han apoyado incondicionalmente en todo momento, y siempre han creído en nosotros y en nuestro proyecto de vida aquí en Asturias. Gracias a los amigos de siempre y a los que hemos ido incorporando a nuestro camino, que nos escuchan, nos atienden y comparten nuestras emociones cotidianas.

Carbayo de Valentín, Tineo


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