El trigémino, la vía nasal y el bulbo La vía más directa que comunica el exterior con el bulbo es la mucosa nasal por la mediación del nervio trigémino cuyas fibras se distribuyen por toda la cara, mucosa oral y nasal. Antes de Bonnier ya se sabia que la cauterización de ciertos puntos de la mucosa nasal era capaz de eliminar la dismenorrea, regular el ciclo menstrual (Fleiss) mejorar la impotencia masculina (Malherbe), el asma o la fiebre del heno. También existía toda una literatura de enfermedades que desaparecían súbitamente después de intervenciones nasales hecha con un interés local diferente al ocurrido. Pero fue Bonnier quien desarrolló la técnica de cauterizar la mucosa nasal con la intención de resolver las más variadas patologías. Sólo es necesario un mínimo punto de fuego con el galvanocauterio en puntos predefinidos, que suelen estar en la misma localización de la mucosa nasal en todos los individuos. La cauterización es tan ligera que no es necesario anestesiar la zona y no deja señal alguna tras 24-48 horas. Si se cauteriza en exceso provocando dolor y quemadura, no aparece el efecto deseado. Cuando por variantes anatómicas el punto no se halla en el sitio previsto, y la mejora se resiste, es necesario cierto número de sondajes hasta hallar el punto y conseguir la curación de la patología. La cauterización errónea de una zona que no se corresponde con la alteración que deseamos curar, es inocua. Por otra parte cuando acertamos el punto que buscamos, el centro bulbar correspondiente recibe el estímulo y restituye la funcionalidad a veces tan rápido que la curación es instantánea y absoluta. Otras veces son necesarias varias sesiones para conseguir la curación, que por termino medio son 3 o 4. En ocasiones, sobretodo si se trata de alteraciones que cursan con crisis o exaltaciones funcionales, como el asma, vértigo, migraña, o ansiedad, ocurre que antes de su curación hay una agravación previa pasajera. La duración de los resultados obtenidos es variable dependiendo del enfermo, aunque la edad y la enfermedad no parecen jugar un papel importante. Respecto a la topografía nasobulbar, hallamos zonas bastante definidas que en general coinciden de manera satisfactoria con la configuración de los centros bulbares. Como norma general, cuando más bajo está situado el centro bulbar en la masa del bulbo, más hacia delante está situado el punto nasal correspondiente. Destacaremos varias zonas importantes: Sistema genitourinario (incontinencia urinaria, dismenorreas, uretritis, cistitis, gonorrea etc.): Cerca del orificio de las fosas nasales por
delante de la cabeza del cornete inferior o sobre éste. Sistema cardiocirculatorio (hipertensión e hipotensión, arritmias, alteraciones circulatorias locales etc.): Porción externa o inferior de la cabeza del cornete inferior. La cauterización de la cabeza del cornete inferior con el objeto de regular alteraciones de la tensión arterial es especialmente rápida y efectiva. Sistema digestivo: A lo largo de la línea media del cornete inferior, de adelante atrás encontramos los puntos que corresponden a los centros del aparato digestivo. Así, en la cabeza del cornete se actúa sobre las hemorroides, dolor y prurito anal. También en este punto se actúa sobre la ciática. Mas hacia atrás actuaremos respectivamente sobre las alteraciones del intestino grueso, delgado, duodeno, estómago etc. y toda la patología que tenga que ver con una alteración de la mucosa digestiva. Los puntos correspondientes a las funciones pancreáticas, biliar y salivar se hallan en la parte superior del cornete inferior. Sistema respiratorio (catarro, enfisema, asma etc.): Se extiende en altura en la porción posterior de la pared externa, desde la cabeza de cornete inferior hasta la región etmoidal, olfativa. Ansiedad, y patologías relacionadas: Pared externa de la región posterior del cornete inferior. Centros auriculares y laberínticos (catarros tubárico, sordera, acúfenos, vértigo etc.): Justo detrás del punto anterior.