precisa. Las páginas que siguen (es decir, toda la sección A) intentarán, no definirlas de una vez por todas, sino demostrar su complejidad e indicar las vías por las cuales la investigación semiótica debe seguir trabajando. Aplicadas al tipo de comunicación más difundido y estudiado, que es la verbal, estas nociones ya revelan toda su complejidad contradictoria. Y quizá sea suficiente ponerla de relieve, y establecer unos «canales» para la investigación semiótica. Pero cuando intentemos aplicar el modelo semiótico a otras formas de comunicación, como la visual (sección B) o al universo comunicativo de los objetos (sección C), sobre las que la literatura científica es escasa e insuficiente, tendremos que contentamos con manejar estas nociones en el sentido general y elemental que señalamos aquí. II.
El equívoco del referente
II.1. El estudio semiótico del significado todavía es confuso y difícil por culpa de un gráfico bastante perjudicial que ha esclerotizado el problema desde el punto de vista visual. Se trata del conocido triángulo difundido en su variedad más frecuente por Ogden y Richards [1923] y que hace corresponder a cada símbolo (que nosotros llamamos significado) una référence y un réfèrent: referencia
símbolo
referente
Dejando aparte el hecho de que el triángulo sugiere la idea de que la relación de significado comprende tres entidades (siendo así que, como veremos, comprende muchas más, y el triángulo debería ser sustituido por un poliedro complejo), el principal daño que ha causado y causa a la semiótica es el de perpetuar la idea (su primer responsable es Frege) de que el significado de un término se relaciona con la cosa a la que el termino se refiere: el referente es el objeto nombrado por el símbolo. En cambio la referencia es algo mucho más impreciso. Ullman [1962] la define como la información que el nombre transmite al oyente. Frege [1892] la considera como Sinn, en oposición 56