Alexis Peños Ramos
Condenados a repetir nuestra historia Cuando no se tiene miedo a perder porque no tienes nada o cuando la rabia te ciega para alcanzar un objetivo, sea como sea, estás herido. No puedes dejar pasar ni un segundo para razonar sobre tus actos, solo quieres lograrlos. El ser humano es en su mayoría más sangre caliente que fría y eso es arriesgado. Ya que no hay nada más peligroso que un animal herido, ¿cómo sería tener bajo tu mano a miles de personas dañadas? De eso se trata el populismo, se aprovecha de la desesperación de la gente para hacerse con el poder. El hombre populista sabe lo que quieres oír y te lo dice, te cuida y te mima, te promete curar las heridas aunque acaba abriéndote otras. En la vida y también en la política, hace falta tener aguante y no dejarnos llevar por instintos, debemos ser fríos. La historia está ahí precisamente para apoyarnos en ella y mostrarnos cuales son los caminos que no debemos seguir. Cuando decimos que Hitler fue elegido democráticamente siempre hay alguien que no acaba de creérselo, pero es cierto, a Hitler lo eligieron entre todos los alemanes. Es un gran ejemplo para darnos cuenta de que en situaciones críticas, el ser humano deja la ética a un lado y deja de ser persona. ¿Tenemos en occidente una situación de desesperación como la que tenía Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial? Rotundamente no. Es cierto que la crisis económica ha hecho mella en la sociedad pero al final lo que pasa es que las democracias actuales han ido desgastándose y perdiendo prestigio poco a poco. Ya no se tiene ilusión por la política, no se confía en los políticos y estamos hartos de que todos los días salgan mas casos de corrupción y no se haga justicia. La democracia está enferma y pide una renovación a gritos, si los políticos no son capaces de dársela, la población perderá la paciencia y escogerá el camino del extremo. De hecho, ya la está perdiendo. Los ejemplos son claros, la ultraderecha se está haciendo fuerte en el viejo continente en países como Francia, Reino Unido, Finlandia, Italia o Grecia. Pero también fuera de Europa se están dando casos: Jair Bolsonaro en Brasil, o el propio Donald Trump en Estados Unidos. Si hay alguien que piense que los totalitarismos, el fascismo, el racismo y la homofobia es cosa del siglo pasado, está muy equivocado, lo tenemos a la vuelta de la esquina, aun estamos a tiempo de arreglar las cosas pero si no se actúa, estamos condenados a repetir nuestra historia.