La furia de las imรกgenes Nota fenomenolรณgica
Joan Fontcuberta dedica un capitulo de su libro “La furia de las imágenes” para hablar de la photo-trouvée. Éste es un fenómeno fotográfico que se da cuando se encuentran fotografías olvidadas de vidas anónimas. Nos muestran el pasado de una forma más espontánea de la que podría ser otra fotografía tomada por un fotógrafo profesional. Se trata de fotografías llenas de emociones sin tiempo, dicho de otro modo, un descubrimiento a la par que una pérdida, ya que la persona que encontró esas fotografías no tiene acceso a su historia.
El autor hace referencia entonces al “Punctum barthiano” ya que una imagen puede causar diferentes emociones a alguien que conoce la historia de la foto, o resultar completamente indiferente para otra que no la conoce. Por ejemplo Barthes decidió no incluir una foto de su madre recién fallecida en su libro “La chambre claire” porque aunque para él, el rostro de su madre iba a despertar recuerdos de besos de buenas noche y caricias varias, para el resto de gente no iba a despertar sentimiento alguno perdiéndose así la esencia de dicha imagen.
Fontcuberta cuenta ahora una relato que Penelope Lively publicó en 2002 con el nombre de “The Photograph”: Glyn Peters se encuentra casualmente con un sobre que pone “No abrir”. En su interior había una fotografía de su esposa, (fallecida desde hacia 15 años), de la mano con otro hombre. La fotografía hizo revivir un dolor que con los años había ido descendiendo. El hombre decidió dejarla donde la encontró y no volver a verla nunca más. No eliminarla porque eso supondría querer hacer creer que nunca paso, y sin embargo forma parte del pasado de su amada esposa muerta.
El autor coincide pues con Diane Arbus cuando dice que “Una fotografía es un secreto sobre un secreto. Cuanto mas te dice, menos sabes”. La principal cuestión frente a una foto encontrada es determinar cuanta dosis de secreto encierra. Lua Corderch defiende la idea de las imágenes como un legado, obligado a ser trasmitidas de generación en generación para que no se pierdan.
Joan cuenta como Paul Auster inicia una obra dedicada a su padre, al que nunca conoció, “La invención de la soledad” con el objetivo de evitar que las huellas de su progenitor se borren para siempre. Auster encuentra fotografías de su padre que le trasmiten ese extrañamiento de la figura paterna, la frialdad afectiva, el desamor, la distancia… Encontró fotografías de cuando su padre era joven, dandole la sensación de que lo veía por primera vez y una parte de él comenzaba a existir ahora que ya estaba muerto. Y si no vivo, tampoco muerto, mas bien en suspenso, encerrado en un universo en el que la muerte jamas podrá entrar. Sin embargo para Auster la escritura y la fotografía en lugar de cerrar heridas lo que hacen es abrirlas mas, ya que el hecho de ver esas imágenes le causaba impotencia, querer y no poder saber mas sobre su padre.
Por ultimo, para dar por finalizado este capitulo, Fontcuberta habla sobre los artistas Janet Cardiff y George Bures Miller, que descubrieron fotografías del abuelo de George, (muerto antes de que él naciera), cuando descubrió que tenia cáncer terminal. ¿Qué llevó a Bures Miller a tomar fotografías antes de su muerte? Tal vez la cámara le permitía a aferrarse a la vida. Termina con una frase que dice así “La imagen es como una maquina del tiempo que nos lleva adelante y atrás, y nos permite viajar como lo hace un niño en un tiovivo, dar vueltas y vueltas y volver a casa, el lugar donde nos sentimos queridos”.
En mi opinión el fenómeno photo-trouvée es una forma muy interesante y muy importante de la fotografía, ya que la inmensa mayoría de los fotógrafos de cualquier época, como es normal, las fotos que exponen y muestran al mundo son fotos a cosas extraordinarias, llamativas, fuera de lo cotidiano. Las que hacen a sus familias son más personales y no son expuestas. De esta manera, si en el futuro alguien se hiciera con esas imágenes mas personales podría ver el pasado de esas personas de una forma mas real pero también de una forma neutra porque no podemos saber su historia.
Al hecho de que las fotos puedan estar escalonadas según el sentimiento que despierte en la persona que las está viendo es una categorización muy real e inteligente. Personalmente me pasa mucho en los museos. Cuando voy a un museo y me topo con una obra de la que no tengo conocimiento ni del autor ni del tiempo en el que se ha hecho, no puedo distinguir mucho más allá de si me parece estética o no. Sin embargo cuando veo el Guernica, y esto le pasa a la mayoría de españoles, nos ponemos tristes por la historia de ese cuadro. Si ese mismo cuadro no tuviera la historia que tiene, para la gente probablemente seria indiferente, y esto le puede pasar a cualquier extranjero que llegue el Museo Reina Sofia y diga: “¿Por qué hay tanta gente rodeando este cuadro?”.
Respecto a la novela de Penelope Lively, el hecho de abrir aquel sobre y ver aquella fotografía, hizo que Glyn Peters tuviera una imagen de su esposa muy diferente a la que había tenido toda la vida, incluso después de su fallecimiento. Una sensación de incertidumbre y de si había sido real aquello que le había hecho feliz durante gran parte de su vida. Todo eso lo puede cambiar de manera radical una sola fotografía.
Personalmente coincido con Lua Corderch cuando dice que las imágenes han de ser trasmitidas de generación en generación para que no se pierdan. Es muy importante a modo personal conocer a antepasados de tu familia para saber de donde vienes porque al final, es tu propia historia, y no hay nada que te lo pueda contar mejor que una imagen conociendo cada uno de sus detalles. Al fin y al cabo la mayoría de la gente no somos personajes históricos y no saldremos en los libros de texto, si no se hace este ejercicio, tus antepasados estarán muertos de verdad porque nadie los recordará.
Por último cuando el libro preguntó que porque el abuelo de George Bures se puso a hacer fotografías cuando sabia que iba a morir, yo me pregunté: ¿Por qué la gente hace fotografías? Y creo que actualmente hay mucha gente que no sabe ni porque las hace. Ven a los chinos con su tecnología que siempre están haciendo fotos y se suman a la fiesta porque luego esas fotos muchas veces no son revisadas ni una vez, solo para borrar aquellas que salen borrosas para ahorrar espacio en la memoria del teléfono, o para seleccionar las mas estética para subirla a Instagram y que vean todos en que lugar más chulo he estado. Me incluyo. Tampoco pretendo criticarlo es muy popular hacer fotos y no es tanta la gente que de verdad ama la fotografía. Porque no es lo estético lo mas importante de la fotografía, (lo mas importante hoy día), lo más importante es los sentimientos que puede despertar en ti esa imagen y eso lo hace su historia, y para eso hay que conocerla.
Alexis Peños Ramos