La deforestación y prácticas convencionales de producción de alimentos contribuyen aproximadamente 10% a la emisión total de CO2 a nivel mundial. La emisión de CO2 por el sector cambio de uso de suelo en México contribuye cerca de 12% de la emisión total del país (INECC 2010). Conversión de ecosistemas forestales a otros usos o degradación forestal no solamente emite CO2 a la atmosfera, pero también afecta en condiciones biofísicas como alteración de albedo, evapotranspiración, y cambio en micro-clima de suelo (Lewis et al. 2015). Cambio en la temperatura de suelo puede tener una retroalimentación positiva al cambio climático por el alto eflujo de carbono almacenado en suelo desde décadas o siglos.