TURISMO ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
PALEONTOLOGÍA
INMATERIAL
LA OTRA HISTORIA
ARQUEOLOGÍA DEL VALLE DEL RÍO QUIMI ESTUDIOS PRELIMINARES
LOS MAMÍFEROS CONTEMPORÁNEOS
DE LOS PRIMEROS CAZADORES RECOLECTORES EN EL NOROESTE DEL PERÚ
DIOSES, RETABLOS Y CAMPANAS EN LOS CAÑARIS DEL NORTE DEL PERÚ
SALINAS DE BOLÍVAR:
UN DESTINO TURÍSTICO CON HISTORIA, PAISAJES NATURALES, GENTE EMPRENDEDORA Y ECONOMÍA PRODUCTIVA Y SOLIDARIA
MEMORIAS
“TERCER ENCUENTRO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA Y PRIMERO BINACIONAL ECUADOR- PERÚ LOJA 2010”
No. 3 / Año 2011 1
LA OTRA HISTORIA
NUESTROS SERVICIOS • Desarrollar, apoyar e incentivar proyectos de investigación de instituciones gubernamentales y no gubernamentales en temas relacionados con: arqueología, antropología, historia, inmaterial, medio ambiente, ecología y turismo. • Editar y publicar trabajos de investigación de: profesionales, empresas públicas y privadas en las áreas afines con nuestro trabajo. • Elaborar y ejecutar proyectos de planes de manejo y gestión de sitios patrimoniales. • Organizar y dictar: cursos, seminarios, coloquios para instituciones públicas y privadas sobre la temática que abordamos.
ÍNDICE
04 ARQUEOLOGÍA DEL VALLE DEL RÍO QUIMI 14 UN PRIMER ACERCAMIENTO AL CONTEXTO ARQUEOLÓGICO DE LOS PETROGLIFOS DE LA PROVINCIA DE LOJA 24 OCUPACIONES ARQUEOLÓGICAS EN YAMANUNKA 28 LAS RUTAS COMERCIALES DEL GOLFO DE GUAYAQUIL 38 CULTURA MILAGRO–QUEVEDO 50 TRONO SAGRADO EN CHORNANCAP, UN TEMPLO DE LA CULTURA LAMBAYEQUE - PERÚ 66 HACIA UN AFINAMIENTO DE LA SECUENCIA CRONOLÓGICA MAYO-CHINCHIPE 74 LOS MAMÍFEROS CONTEMPORÁNEOS 82 DIOSES, RETABLOS Y CAMPANAS EN LOS CAÑARIS DEL NORTE DEL PERÚ 94 APORTES ECUATORIALES A LA CIVILIZACIÓN 102 LA INVESTIGACIÓN INMATERIAL EN LA ARQUEOLOGÍA 108 REFLEXIONES SOBRE EL PATRIMONIO SONORO 112 SALINAS DE BOLÍVAR
Director General: Arqlgo. Francisco Sánchez Flores Directora Editorial: Mag. Fanny Gómez Torres Gerente General: Lic. Paola Cadena Gómez Comercialización y Ventas: Lic. Paola Cadena Gómez Telf: 321 5560 / 080 757 697 Diseño y Diagramación: Cinearte Impresión: Cromatik
Salinas N17-245 y Santiago Edif. Federicom, oficina 203 (02) 321 55 60 / 080 757 697 / 084 684 476 Quito-Ecuador grupoevidencia@andinanet.net
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sta edición contiene las Memorias del Tercer Encuentro Nacional de Arqueología y Primero Binacional Ecuador- Perú, realizado en la ciudad de Loja en Diciembre del 2010. Los objetivos y resultados del Encuentro fueron: Analizar la problemática del Patrimonio Cultural Arqueológico en el contexto del desarrollo de los dos países, proponiendo una visión integral de la investigación del Patrimonio Cultural Arqueológico, Paleontológico y Antropológico para dar a conocer los avances de los estudios tanto en el Ecuador como en el Perú. Se establecieron acuerdos y alianzas estratégicas entre los dos países para la preservación y conservación del Patrimonio Cultural Arqueológico, así como la creación de una Escuela de Arqueología y la inclusión de la investigación inmaterial en los estudios arqueológicos. Siendo países vecinos con similares características culturales, las investigaciones han sido independientes. Este encuentro logró unir lazos científico-culturales con un compromiso permanente de acción común para beneficio de las dos naciones. Es importante resaltar el interés de la empresa privada en los estudios de Arqueología, antes de realizar obras de infraestructura para la explotación minera en el sur del Ecuador y la relación con la empresa pública para la conservación de los bienes arqueológicos y con ello lograr el fortalecimiento de la identidad regional. En este número estamos remarcando que la difusión que se realiza, no solo es el resultado de investigaciones aisladas, sino de un trabajo conjunto de: arqueólogos, antropólogos, paleontólogos, historiadores, quienes a través de sus exposiciones dan a conocer importantes estudios del Ecuador y la relación Ecuador –Perú; por lo tanto con este tipo de eventos, se están generando nuevos espacios para la trasmisión de estos conocimientos. Agradecemos a EcuaCorriente S.A., Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (Central y Regional 7), Consulado de Perú en Ecuador, Museo del Ministerio de Cultura de Loja y Casa de la Cultura Benjamín Carrión, Núcleo de Loja, por la apertura, auspicio y facilidades otorgadas para la realización de este Encuentro, así como para la publicación del Tercer Número de “EVIDENCIA ANCESTRAL, La Otra Historia”.
EDITORIAL
Entonces, presentamos esta edición que la llamamos “Especial”, por su volumen y trascendencia, que encierra una pequeña parte del océano de contenidos que deseamos difundir. Los Editores 3
ARQUEOLOGÍA DEL VALLE DEL RÍO QUIMI
Lic. Fabián Villalba EcuaCorriente S.A.
ESTUDIOS PRELIMINARES
Vista Panorámica del sector.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
INTRODUCCIÓN En la cuenca media del río Zamora, a lo largo de cuyas riveras están asentadas las ciudades de Zamora, Zumbi, Yanzatza, El Pangui se han identificado esporádicos sitios arqueológicos producto de la ejecución de trabajos muy puntuales. Generalmente, son trabajos incluidos en la denominada arqueología de rescate, formando parte de los estudios de impacto ambiental (Camino, 2000; Echeverría, 2003; Molestina y Castillo, 2004; Aguilera, 2005; Domínguez, 2005; Mejía y Chacón, 2006). También se han realizado otros estudios, mediante recorridos rápidos, sobre lo cual existe una publicación y un proyecto presentado al INPC, que en general son aportes mínimos (Valdés, 2004 e Idrovo, 2009). 4
A partir del año 2008, bajo el auspicio de EcuaCorriente S.A. se inicia con una etapa de estudios interdisciplinarios de carácter sistemático. El escenario se centra en el valle del río Quimi, un río tributario del Zamora, cuyas aguas descargan a la altura del límite entre las provincias de Zamora Chinchipe y Morona Santiago. Los resultados parciales de la prospección realizada a lo largo de todo el valle, sacan a la luz la existencia de importantes asentamientos de sociedades pasadas, principalmente a lo largo de las laderas del valle. Las características de los sitios arqueológicos distribuidos en las laderas, se identifican por una sucesión de terrazas construidas intencionalmente siguiendo el sentido de las pen-
dientes. Están construidas íntegramente de suelo desplazado por los cortes provocados, no hay presencia de muros de piedra en la conformación de estos espacios aplanados. El tamaño de las terrazas llega a lo mucho a los 50m de largo, mientras que el ancho es menor. Determinadas terrazas superan estas dimensiones, pero su existencia es muy limitada. Además de los sitios aterrazados existen otros sitios que presentan otras características, están presentes en la sección baja del valle. Hasta el momento hemos identificado y registrado alrededor de 100 sitios en el valle del Quimi. Algunos sitios con morfología semejante se registraron a lo largo de la cuenca media del Zamora. Unos cuantos sitios de
Las características morfológicas de los sitios aterrazados descubiertos inicialmente a lo largo del valle del río Quimi, constituyen un referente de un patrón que se repite en el suroriente ecuatoriano. Varios fechamientos obtenidos en el transcurso de nueve proyectos ejecutados en el Quimi, entre los cuales están los autores (Molestina y Castillo, 2004; Mejía y Chacón, 2006), se reagruparon para tener una primera aproximación cronológica de la ocupación a lo largo del tiempo. Los datos que a continuación se exponen deben considerarse como preliminares, aún hay varios temas que se seguirán tratando a mayor profundidad.
UBICACIÓN El proyecto arqueológico está ubicado en el Suroriente del Ecuador, al pie de la sección norte de la cordillera del Cóndor, en el valle del río Quimi, el cual desemboca en el río Zamora a la altura de Chuchum-
bletza, límite (Mapa 1).
interprovincial.
El río Quimi nace en los altos de la cordillera del Cóndor, está orientado, en su micro cuenca alta en sentido norte-sur; una vez que desciende al valle por una caída de 600 m, por dos cascadas “las gemelas” hasta llegar al valle, toma un sentido este-oeste. El valle tiene una configuración alargada y estrecha de aproximadamente 25 kilómetros de extensión y un ancho promedio de dos kilómetros. Tiene dos tributarios principales: el Wawayme y el Tundayme. La topografía que rodea al valle es muy accidentada, presenta pendientes que llegan a los 60°, las elevaciones que rodean al valle, se levantan desde los 800 m hasta la altura de 1600 msnm.
ZONAS DE VIDA
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El paisaje en general es homogéneo, topográficamente corresponde a un relieve subandino típico de pie de monte. La intensa humedad genera la formación de gruesas capas de neblina especialmente en las mañanas. La luminosidad se ve afectada por las grandes diferencias de nivel topográfico.
MAPA 1: Localización del Proyecto Arqueológico Valle del Río Quimi.
El agua constituye también un componente primordial del paisaje del Valle. Existen importantes cuencas y subcuencas que recorren el área mejorando notablemente la calidad ambiental. No obstante, su coloración oscura debida a los taninos, puede restar el valor agregado dado por la limpidez de los recursos. Existe buena cantidad de cascadas y abundantes vertientes naturales que pueden también ser observadas. La vegetación es del tipo bosque secundario y siempre verde en las laderas, muy intervenido en las zonas planas, donde predominan los cultivos y pastizales. En las zonas pobladas se puede observar una importante degradación de las zonas boscosas, debido a la extracción selectiva de madera y desbroce para generar pastizales. El Valle se encuentra distribuido en las zonas de vida de bosque muy húmedo tropical, entre los 900 y 1000 msnm; con transición al bosque húmedo pre-montano entre los 900 y 2700 msnm. La temperatura permanece relativamente constante a lo largo de los años, entre los 20 y los 25°C con un promedio de 21,6°C. El valor de la precipitación anual estimada es de 2708 mm. El período más lluvioso corresponde a los meses de abril a junio, en tanto que los menos lluviosos son entre julio y marzo. El valor de la evaporación anual representa, aproximadamente el 43% de la precipitación anual total. La humedad relativa atmosférica media mensual está en el orden del 87%. Los valores de nubosidad indican que en general la zona amazónica pasa cubierta más del 50% del tiempo a lo largo de todo el año. La mayor parte del año los vientos soplan hacia el sur-suroeste. 1 EcuaCorriente S.A. Estudio de Impacto Ambiental 2005.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
las mismas características, empezamos a registrar en Zumbi y se continuará en los tributarios principales como en Namírez Bajo y Cumbaratza.
distintos espacios. Hasta el año 2007 se llegaron a identificar un total de 22 sitios.
Valle del Río Quimi.
Las especies existentes en el área se hallan en estrecha relación con el medio físico, el clima y principalmente la vegetación. La mayor parte del alimento en los bosques tropicales y del área de estudio es de origen vegetal, por esta razón, los mamíferos frugívoros y herbívoros alcanzan el 60% del total de las especies registradas. En el área se registraron 45 especies, y se puede decir que el valor de la diversidad de los mamíferos que actualmente habitan el área se la categoriza como media, con relación a los registros en bosques cercanos. El Wawayme es la localidad menos diversa. De 45 especies de mamíferos registrados, tan solo tres pueden ser consideradas como abundantes, diez son comunes, veinte y cuatro son poco comunes y ocho son raros.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS En el año 2004 se inician los primeros trabajos en el Proyecto Mirador en ciertas áreas de interés del proyecto Minero. Se realiza la prospección en el área de la mina y escombreras. En los años siguientes se realizan otros trabajos más, en 6
A partir del 2009 iniciamos con la prospección extendida para todo el valle del río Quimi, en el recorrido se dio prioridad a las pendientes; de esta manera, se extendió más allá de los espacios predeterminados para las actividades mineras. Esta metodología responde a objetivos relacionados con un plan de investigaciones que llega a superar los niveles de la arqueología de rescate tradicionalmente requeridos por los Estudios de Impacto Ambientales (EIA). Bajo esta nueva concepción, se llegó a registrar alrededor de 90 sitios arqueológicos en todo el valle. El proyecto se enrumba hacia una propuesta de investigación de alcance regional y de carácter interdisciplinario como una necesidad de promover los estudios culturales y el conocimiento de las sociedades ancestrales asentadas en el Suroriente ecuatoriano. Los estudios comprenden: reconocimiento y registro de sitios arqueológicos, excavaciones de sitios seleccionados y análisis de materiales recuperados en las diferentes fases. A mediano plazo, los bienes patrimoniales e información procesada están destinados a cumplir una función social, se ha considerado como plan de difusión la habilitación de una ruta cultural de recorrido por ciertos sitios arqueológicos, se instalaría un museo de sitio y otro de exhibición permanente en uno de los poblados más cercanos, además de publicaciones de los resultados de los estudios. El reconocimiento de sitios comprende el registro básico
en todo el valle del río Quimi, incluyen las cuencas de los dos tributarios principales Tundayme y Wawayme. Otra zona de interés para el proyecto es la cuenca media del río Zamora y principales afluentes como el Machinatza, Nangaritza, Yacuambi y Chicaña. El registro de sitios consistió en la georeferenciación sobre una imagen satelital en el sistema UTM PSAD 56, con curvas de nivel cada 10m y georeferenciada en lugares estratégicos con puntos de geoposicionamiento satelital de alta precisión, triangulados desde hitos del IGM (Instituto Geográfico Militar). En el mapa de sitios, el punto de referencia, está ubicado en la terraza de origen antrópico de menor cota. Se obtuvieron datos cualitativos y cuantitativos generales de cada uno de estos, se elaboró un dibujo esquemático a mano con curvas de nivel referenciales. La mayoría de los sitios identificados y registrados por nosotros están compuestos por conjuntos de terrazas. Las terrazas son cortes intencionales provocados a las pendientes en no más de tres metros de alto, producidas para generar espacios medianamente nivelados. Generalmente se encuentran desplazadas siguiendo el sentido de las pendientes, dispuestas en orden lineal ascendente continuo. También, se presentan ramificaciones laterales. En determinados sitios suelen construir una terraza de tamaño mayor, puede estar ubicada en la cima de la pendiente, o no; en este caso, se nivela el suelo para conformar una planicie amplia de forma generalmente semicircular, a las que hemos denominado terrazas de coronación.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
7 Distribución de sitios arqueológicos en el Valle del Río Quimi (Z6D3-001; Z6C4-001).
Construcción de terrazas a lo largo de las pendientes.
Cada sitio, generalmente está separado de otro, en una distancia de más de 300m.; hacia las laterales están separados por accidentes topográficos como cortes naturales semiprofundos propios del terreno ondulante, provocado por pequeños riachuelos o quebradas que descienden de las partes altas. Las pendientes no presentan amplios espacios laterales y más bien son muy estrechas.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Los sitios se presentan distribuidos a lo largo de toda la extensión del río Quimi tanto en el curso medio como en el inferior, se localizan principalmente en las pendientes que rodean las dos márgenes. En el curso superior aún no se ha realizado ningún recorrido. En los dos afluentes mayores, el Wawayme y Tundayme, los sitios se encuentran, también, hacia las dos márgenes y hasta los cursos superiores. Todos los sitios hasta hoy identificados se encuentran desde los 800msnm y alcanzan una altura máxima de 1400. Se presentan en un rango altitudinal de 600m. La gran mayoría de sitios identificados se distribuyen en las pendientes, otros están en la parte del valle en terreno plano sobre suelos firmes; estos son: Z6C4-010, Z6D3-015, 016, 8
017, 018 y 019, todos estos no presentan terrazas.
tizales acelera el proceso de degradación.
La distribución de los sitios responde a un patrón que podría denominarse como asentamientos aterrazados de piedemonte en el sur oriente amazónico, distribuidos en la cuenca media del Zamora.
Los sitios que están desplazados hacia una u otra margen del río Quimi presentan diferencias en la densidad y frecuencia de terrazas. Aquellos que están situados en la margen derecha contienen un promedio de 19 terrazas por sitio, en cambio, los que están en la margen izquierda alcanzan las cinco terrazas por sitio. No existen variaciones topográficas, ni de área entre los dos lados, pero, sí existen variaciones en la frecuencia de sitios. En la margen derecha se identificaron 28 sitios, en la margen izquierda, en cambio, hay 55.
La cantidad de terrazas por sitio oscila desde 1 hasta 65, en un promedio general de 10 terrazas por sitio. Las terrazas de coronación se presentan en un promedio 0.3 por sitio. En total, se tiene contabilizado una cantidad que alcanzan las 1000 terrazas distribuidas en los diferentes sitios del valle. La cubierta de vegetación arbustiva que está presente en determinados sitios arqueológicos, constituye un factor importante que permite controlar la erosión de las terrazas; por el contrario la deforestación y conversión de suelos en pas-
En el futuro se irán encontrando respuestas a estas incógnitas, por ejemplo: las razones de las diferencias de frecuencias de las terrazas, las probables funciones, qué tipo de sociedades ocuparon esta región y desde cuándo.
Sitio Z6D3-004, topografía de distribución de 11 terrazas en un patrón secuencial.
El sitio está compuesto por 11 terrazas, distribuidas en dos hileras opuestas entre sí. Las terrazas están construidas siguiendo un orden secuencial lineal a lo largo de las dos pendientes de menor grado. Son terrazas pequeñas donde la dimensión frontal es de 20m y el ancho llega a los 40m. Se construyeron mediante cortes del talud que generalmente no sobrepasan los dos metros de altura, son desplazamientos de tierra desde la parte superior hasta conseguir un área relativamente plana. 10 terrazas tienen la forma semielipsoide y la restante es de forma cuadrilateral, esta última está localizada en la cima de la loma. Para la consolidación de las estructuras de las terrazas, no se encuentra ningún material ajeno que no sea el propio suelo desplazado. El área total de las 11 terrazas es de 3878,3 m2. En la terraza 1, en el depósito 1, se distingue una frecuencia importante de artefactos diagnósticos de cerámica entre estas, del tipo corrugado (Los fragmentos de cerámica están dispersos en la sección sur de la terraza: 20 bordes, 20 cuellos decorados y un pulidor. De los cuellos, 19 son decorados corrugados y uno con bandas de engobe.
Uno de los bordes corresponde a la categoría de vasijas restringidas independientes, forma 3E). En el depósito 2 (de 35cm de espesor) la frecuencia de materiales decrece. En este depósito, se reduce la presencia de materiales (10 bordes, no hay cuerpos decorados, en lítica hay 1 pulidor). Al final del depósito 2 en el extremo norte de la trinchera, se encontraron cuatro vasijas grandes, agrupadas entre sí y en posición vertical; están fragmentadas y sin los bordes. Dos formas de vasijas son del tipo restringidas dependientes (2A Y 2D). En esta terraza no se encontraron cuencos. La terraza 2 no presenta materiales en el depósito 1, en el depósito 2 se recuperó un borde decorado con engobe, al final de este depósito aparece un rasgo de 30cm de diámetro consistente en una agrupación de restos óseos aparentemente son de origen fáunico. En la terraza 3 aparecen tres rasgos definidos como concentraciones de fragmentos de cerámica. Contienen 23 artefactos diagnósticos en los tres depósitos, principalmente son bordes de cerámica con decoraciones corrugados y tres excisos. En lítica tenemos un yunque, un fragmento de mano para moler, una preforma de hacha y un fragmento de huso para hilar. La terraza 4 se destaca por la presencia del rasgo 2, localizado en la sección norte de la terraza, tiene forma rectangular es de 112cm de largo por 58cm de ancho y 42cm de profundidad, contiene un suelo arcilloso de color amarillento, con límites bien definidos contrastable con la matriz del suelo rojizo que rodea al rasgo. Está rellenado por
Vasija reconstruida.
fragmentos grandes de carbón, material arcilloso amarillento y fragmentos de cerámica. En el centro de la terraza y apegado al corte de la pendiente se encontraron 3 vasijas grandes agrupadas (2 vasijas sin la sección superior). Se recuperaron 37 artefactos diagnósticos, principalmente bordes de cerámica, 3 bordes con decoración corrugada; en cuanto a lítica hay 2 manos para moler, una de estas fragmentada. En la terraza 5 se recuperaron fragmentos de cerámica en los dos primeros depósitos, con mayor densidad en el segundo y un molde de poste en el depósito 3. Al final del depósito 2 aparece un molde de poste que se introduce en el D3; también, hay 4 moldes de poste en el D3. Hacia el centro de la línea de desbanque de la terraza, en la unidad 2 se presenta un fogón con fragmentos de cerámica. Cerca al fogón hay una concentración de cerámica, en cuyo contenido hay varios bordes de distintas vasijas grandes. Se identificaron ocho elementos diagnósticos, en el D3 se resalta la existencia de bordes con engobe al interior. En la terraza 6, en el depósito 2 hay presencia de fragmentos de cerámica, los que se incrementan hasta el nivel 2 y desaparecen en el 3. En el nivel 4 hay dos moldes de poste. Este 9
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Uno de los sitios estudiados mediante excavaciones es el Z6D3-004, ubicado en San Marcos cerca de la confluencia del río Tundayme en el Quimi. Es una pequeña elevación natural de 45m de altura que se levanta sobre la planicie de San Marcos, tiene un área de 5 hectáreas, presenta pendientes de 35°, está aislada del resto de elevaciones que se levantan al este, originarias del pie de la cordillera del Cóndor.
depósito tiene el espesor de 73cm, poco usual en este sitio. Se recuperaron 8 bordes en el depósito 2, de los cuales 4 presentan engobe, también hay 15 objetos de lítica tallada en el D2, en los niveles intermedios. La terraza 7 está construida en la cima de la elevación del sitio, tiene un área de 1225m2, tiene la mayor extensión de todas. Está conformada en dos secciones separadas por un montículo natural que se desplaza en la parte media de la terraza. En las dos secciones se encontraron materiales culturales, Los más significativos están en la sección sur de la terraza. En la sección norte se encontraron 23 artefactos diagnósticos de cerámica. En el depósi-
aparecen materiales culturales, hay importantes evidencias de ocupación. Los depósitos ocupacionales son poco profundos; desde el depósito 1 se encuentran restos culturales, pero en el depósito 2 la presencia de cerámica y lítica se intensifica. Se debe resaltar que en el depósito 2 se logró definir dos ocupaciones, en la ocupación temprana se identificó una estructura habitacional de forma elipsoide delimitada por 10 moldes de poste. Tanto en el interior como en el perímetro de la estructura hay 5 vasijas completas definidas como rasgos y seis concentraciones de materiales culturales; además, un posible taller lítico con herramientas de piedra. En los exteriores de la estructura, también se encontraron 8 rasgos y concentraciones de materiales, algunas son vasijas grandes incompletas.
Piedra de moler con desgaste circular provocado por la frecuencia del uso.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
to 1 hay dos bordes de cuencos y una base plana sólida, todos sin decoración. En el depósito 2 están la mayoría de artefactos, hay 3 formas de vasijas restringidas independientes y 1 borde de cuenco; también bases planas y convexas y algunos cuerpos. La decoración es limitada, se presenta el corrugado y pintura o engobe negro al interior. Se encontró 1 piedra para pulir. Se logró definir, además, una circunferencia de 1.2m de diámetro en cuya contorno se distribuyen moldes de poste.
En la terraza 8, los materiales culturales están dispersos y aparecen en mayor frecuencia en el nivel dos del depósito 2, incluye cerámica corrugada. En la unidad 1 se identificaron 6 vasijas grandes colocadas en posición vertical en el segundo nivel del depósito 2, están incrustadas hasta el depósito 3 (rasgos 4, 5, 6, 7, 8 y 9); ade-
más se encuentran fragmentos de cerámica dispersos en la unidad. Entre los artefactos recuperados hay: 1 borde con decoración antropomorfa, 1 fragmento de asa y 1 yunque de piedra. En la terraza 9 se encontró 1 vasija en el depósito 2 incrustada 12cm en el depósito 3 (rasgo 1). Los fragmentos de cerámica están presentes hasta el depósito 3, la densidad es baja. En la terraza 10, en el primer depósito se advierte una alteración moderna, alcanza hasta el depósito 2. En el depósito 3 se definieron 10 moldes de poste sin que presenten algún orden específico. Entre los artefactos se encontraron 2 hachas de piedra, 1 pulidor, 1 huso para hilar. Además, existe una piedra de moler con dos horadaciones en el noreste de la terraza. En la terraza 11 se localizó 1 vasija fragmentada sin el punto terminal superior, están colocadas en posición vertical a 40cm bajo superficie en el depósito 2, se introduce hasta el depósito 3. Al este de la unidad, se presenta una concentración de cerámica. En el depósito 2 se encontró 1 fragmento de figurín antropomorfo. También hay presencia de fragmentos de cerámica dispersos en toda la unidad excavada.
En la sección Sur de la terraza, desde los 5cm bajo superficie Estructura habitacional de forma elíptica delimitada con moldes de poste.
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producido desde una hasta tres concavidades de formas elipsoidales o redondeadas; las manos de moler son delgadas, se usaron los bordes a través de movimientos ondulantes y no las facetas.
Vasija vertical, rasgo mixto compuesto por dos vasijas.
Todas las terrazas del sitio Z6D3-004 han sido ocupadas, se manifiesta en la frecuencia de materiales culturales distribuidos principalmente en los dos primeros depósitos. En la terraza 7 localizada en la parte más alta del sitio se definió una estructura habitacional de forma elipsoidal, con el eje mayor de 9m; esta estructura constituye un marcador que permite ir definiendo la funcionalidad del sitio. A esto adicionamos la existencia de rasgos culturales (principalmente agrupaciones de cerámica, vasijas aisladas completas e incompletas, fogones, moldes de postes). En cantidades limitadas se encuentran hachas de piedra pequeñas, husos de cerámica para hilar, 1 piedra y manos para moler.
Todas estas características anotadas nos llevan a interpretar, en forma preliminar, que se trata de un sitio relacionado con actividades domésticas. La interpretación funcional de este sitio bien puede convertirse, en un referente para aquellos sitios compuestos por conjunto de terrazas y que contienen una terraza de coronación, están presentes en el valle del río Quimi y tampoco sería extraño que también suceda lo mismo en la cuenca del Zamora. La interpretación funcional de las terrazas restantes del sitio aún falta por definir, para esto se requiere completar análisis especializados. Generalmente, a las terrazas identificadas en la región andina o costanera se han venido asociando con actividades agrícolas; debido a las características particulares de aquellas que registramos, la misma interpretación funcional
no es procedente. Es necesario realizar análisis complementarios, de la cerámica, lítica, suelos, relaciones contextuales y cronológicas para comprender mejor algunas interrogantes que surgen a raíz de los datos generales expuestos. Por medio de la cerámica recobrada en el sitio, hemos logrado estructurar un cuadro básico de formas, podría ser representativo de la vajilla empleada en el valle del río Quimi. Esto nos permitir contar con una base referencial comparativa para los estudios posteriores, lo óptimo son las muestras de formas para cada estrato ocupacional de este sitio. La metodología utilizada en la clasificación de la cerámica recuperada se sustenta sobre la base del análisis modal. El objetivo es definir los aspectos funcionales de los artefactos y para esto se parte de una caracterización formal, se clasifican desde el esquema propuesto por Shepard (1976), denominado formas estructurales de vasijas (vasijas no restringidas, vasijas restringidas simples y dependientes y vasijas restringidas independientes).
La piedra de moler corresponde a una granodiorita, proveniente de los lechos de los ríos, desde donde ha sido transportada. Son piedras planas de 30cm de grosor, generalmente alargadas de 1 a 1.50m x 0.80m de ancho. En la cara superior presentan huellas de desgaste producido por la fricción, la frecuencia de uso ha Concentraciones de cerámica.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Aún está por definir el uso final dado a las agrupaciones de vasijas de tamaño grande semicompletas que aparecen en el nivel inferior del depósito 2; esta característica es recurrente en las terrazas, 1, 4, 7 y 8.
La cerámica diagnóstica recuperada supera los 356 artefactos. Dentro de este grupo el 20% son bordes de vasijas. Los materiales restantes se clasifican como bases, bases con cuerpo, vasijas sin bordes, cuellos corrugados, cuerpos decorados y no definibles.
transporte y retención de líquidos, esto por la estreches del cuello. En cambio, las formas 1, entre estas la 1D y 1G, que son las más frecuentes en este sitio, por su boca ancha y cuerpo poco profundo, se relacionan con las acciones de servirse bebidas y/o alimentos.
Las formas identificadas corresponden a las tres clases estructurales: la mayoría de formas son vasijas no restringidas (1D, 1F, 1G, 1H, 1I, 1J, 1K), vasijas restringidas simples y dependientes (2A, 2C, 2D) y formas de vasijas restringidas independientes (3A, 3B, 3C, 3D, 3E,3G).
Los depósitos culturales, generalmente son de poca profundidad alcanzan los 30 cm, excepcionalmente hay otros que alcanza los 60 cm. Es usual que el Depósito 2 tenga mayor espesor que los dos restantes, la coloración presenta tonalidades grisáceas.
Las frecuencias de cada una de las formas definidas se encuentran en el informe del año 2009, aquí se distingue que sobresalen las frecuencias de las formas 3D Y 3E, son vasijas grandes esferoidales de contorno inflexionado, borde evertido, cuello corto cóncavo de garganta ancha, eventualmente con decoración del tipo corrugado en el cuello. Este tipo de vasijas se asocian con la preparación, servicio y conservación de alimentos. La forma 3C es más útil para el
En un caso se logró determinar que en el depósito 2 se presenta al menos dos ocupaciones, esto sucede en la terraza 10; también, hay otros casos como la terraza 4 donde se presentan rasgos al final del D2 y que se incrustan en el depósito 3, sucede algo similar con las vasijas orientadas en posición vertical, entre estas las cinco vasijas de la terraza 1. Mediante una recopilación de los resultados de los análisis de radiocarbono obtenidas a partir del año 2004 (dos por Molestina, 2004 y tres por
Chacón, 2007)y las restantes por nosotros, se organizó un cuadro cronológico compuesto por 15 muestras (FIGURA 7). El conjunto de fechas provienen de cuatro sitios: Z6D3-003, Z6D3-004, Z6D3-020 y Z6D3022. Las fechas de mayor antigüedad obtenidas para el sitio Z6D3-04, se sitúan en los 900 años a.C. (3000 años antes del presente), también hay fechas que se ubican en los demás períodos subsiguientes, que incluye el colonial y republicano. Al período de las Sociedades Tribales (Desarrollo Regional), también corresponden dos muestras provenientes del sitio Z6D3-004, de 600 años después de Cristo. Para el período de Integración tenemos seis muestras, es el período donde se agrupa el mayor número de resultados. De acuerdo a estos datos, se podría pensar en un período de mayor ocupación, en comparación con los restantes. Las fechas fluctúan entre 800 y 1300 años después de Cristo. Durante el período Colonial Hispano, en el sitio Z6D3-004 se encontraron de ocupación que se sitúan entre los 1500
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Cronología C14. Cuadro de fechas obtenidas en varios sitios, organizadas en los diferentes períodos.
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AGRADECIMIENTOS Los resultados de este estudio son el producto de un trabajo en equipo de varias personas e instituciones involucradas en el proyecto que son: EcuaCorriente S.A., Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Subdirección del INPC Loja, ayudantes de las comunidades locales y alrededores y, asistentes técnicos. Nuestro reconocimiento a la Vicepresidencia de Proyectos y Desarrollo Ambiental de ECSA: Doctor Darryl Lindsay, Ingeniero Raúl Brito; Gerente de Operaciones, Ingeniero Dixon Briceño, Departamento de Planificación, Ingeniero José Aguayo, Levantamiento Topográfico al Detalle por Segundo Toledo, Departamento Ambiental de ECSA en la preparación de datos relacionados con flora, fauna y meteorológicos. El proyecto de investigación ejecutado en coordinación interinstitucional entre el Estado y la empresa privada, auspiciada por EcuaCorriente S.A., se ejecuta bajo una nueva concepción de responsabilidad cultural frente a la necesidad de reestructuración de los tradicionales estudios de impacto ambiental (EsIA). Se convierte en un aporte significativo para el conocimiento de la historia de los pueblos antiguos que ocuparon desde hace miles de años esta región del país, lo cual hace que se hable de otro modelo, cuando existe conciencia y compromiso orientado al fortalecimiento de la identidad.
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y 1700 años después de Cristo. Por último tenemos que el mismo sitio, vuelve a ser reocupado hace 90 años. La reocupación del sitio en los períodos Colonial y Republicano tiene relación con la cultura Shuar.
Petroglifos de Santa Esther en el cantón Gonzanamá.
RESUMEN UN PRIMER ACERCAMIENTO En este documento preliminar discutiré las evidenrupestres como parte del contexto de un sitio AL CONTEXTO ARQUEOLÓGICO cias arqueológico para iniciar la comprensión de su tehistórico y proponer una cronología relativa de DE LOS PETROGLIFOS jido los mismos. Se exploraron los siguientes sitios: YaBarrial Blanco, La Rinconada, Cuamine, SaDE LA PROVINCIA mana, capianga, en el cantón Paltas; Alamor, Mercadillo y Chitoque en el cantón Puyango; La Merced, PòQuillusara, en el Cantón Celica; Numbiaranga, DE LOJA. zul, Hornillos, Jorupe, La Guarara de Jujal y Pindal de
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Mary Jadán V. Mg.Sc.
Jujal en el cantón Macará; extendiéndose a otros sitios como Santa Esther en el Cantón Gonzanamá, y Canguraca en el Cantón Pindal. Las muestras de cerámica encontrada han sido examinadas para determinar la técnica de manufactura, cocción, acabado de su superficie y su correspondiente correlación cronológica. Los rastros de cuarzo triturado dentro de los tacines y otros rasgos culturales junto a los petroglifos fueron sustanciales para la definición cultural de los yacimientos. El estudio demostró que los petroglifos se encuentran en grave estado de deterioro ya sea por agentes naturales o por causas antrópicas, catalogándose a estas últimas como las más dañinas.
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El primer trabajo sobre los petroglifos de la provincia de Loja ha sido realizado en el año 1993 por la Universidad Técnica particular de Loja, el Centro de Difusión Cultural CEDIC y el Banco Central del Ecuador, bajo la dirección de Erasmo Alejandro (1993); en esta exploración se realiza un registro e inventario de los sitios arqueológicos y de los petroglifos existentes en esta provincia. Posteriormente en el año 2004 financiado por la misma Universidad, el Licenciado Diego Gonzales (2004) publica un libro titulado “El arte rupestre de Loja”, en el se analizan las grafías inventariadas en el año 1993 y añade nuevos sitios con petroglifos. Las investigaciones de la “Misión Arqueológica de Loja” bajo la dirección de Jean Guffroy (2004) se centraron en el estudio de los asentamientos prehispánicos de la zona central y sur de la provincia. En este trabajo se hizo una breve reseña de los petroglifos basándose en la información obtenida por Erasmo (1993) y González (2004), concluyendo que éstos todavía no podían ser atribuidos con certeza a una época particular, no obstante, se propuso una asociación probable con sociedades del Período de Desarrollo Regional. Con el patrocinio del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, Regional Zona 7, entre noviembre del 2009 a febrero del 2010, se ejecutó el estudio Arqueológico del Patrimonio Rupestre de la Provincia de Loja en los cantones de Paltas, Puyango, Celica y Macará; cuyo objetivo además de una investigación desde el punto de vista
arqueológico fue diagnosticar y establecer pautas para un plan de conservación y protección. Se elaboraron además dibujos de los diferentes petroglifos en tamaño normal y en formato digital. Al mismo tiempo se incorporó a las grafías dentro de un sistema de información geográfica (SIG) (Jadán, 2010). Este documento intenta un primer acercamiento al contexto de los petroglifos considerándolos como unidades de un sitio arqueológico que “reflejan en su esencia un hecho histórico social concreto” (Lumbreras 1981:45). A partir de esta concepción se discute y propone una cronología relativa para las diferentes grafías, basada en la integridad de los datos recuperados en el campo y respaldada en la investigación de las fuentes bibliográficas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN 1.- Características Generales. El 95% de los sitios con petroglifos se encuentran en la región bioclimática denominada Bosque Seco Subtropical. La altura aproximada promedio está entre los 300 a 1900 msnm., con una temperatura
media anual entre los 180 y 22 grados centígrados. La media de lluvia fluctúa entre los 500 y 1000 milímetros al año. La zona de vida corresponde a un Bosque Seco Pre-montano (Cañadas, 1983), en contraste solo un 5 % de los sitios corresponde a la región Bosque Sub Húmedo Subtropical. Esta región tiene los mismos rangos altitudinales y de temperatura media anual que la región seco subtropical y se diferencia de ésta porque recibe precipitaciones mayores a 1000 mm., pero menores a 1500 milímetros. No obstante la tendencia general es poseer lluvias durante todo el año. (Ob. Cit.). Se han estudiado alrededor de 20 sitios con petroglifos que tienen un total de roca grabada de 33,677 m2, además de 84 tacines, estos últimos ubicados en los cantones de Paltas y Macará. Si detallamos cada una de las áreas con grafías encontramos que los petroglifos del cantón Paltas ocupan 8.95 m2 de área tallada; los petroglifos del cantón Celica 6,68 m2; los petroglifos del cantón Puyango 4,93 m2; las grafías de Macará 10,167m2, el sitio Sacapalca en el cantón Gonzanamá 0.95 m2 y Canguraca en el cantón Pindal con 2 m2. No se descarta la presencia de otros en los cantones descritos.
Tabla 1.- Densidad de Cerámica en los sitios Arqueológicos con Petroglifos. Sitio Arqueológico
Cantidad de Cerámica en 1m2
Dispersión
Mercadillo Barrial Blanco Sto. Domingo Sacapianga Pindal de Jujal Numbiaranga Quillusara
3 2 1 2 1 7 8
Esparcida Esparcida Esparcida Esparcida Esparcida Esparcida Esparcida 15
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INTRODUCCIÓN
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Figura 1: Mapa de ubicación de los Diferentes Petroglifos en la Provincia de Loja
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2.- Los Tacines de Sacapianga y El Petroglifo de Santo Domingo.
Figura 2. Tacines en el sitio Sacapianga.
Figura 2. Dibujo del Petroglifo de Santo Domingo.
En la parroquia San Antonio en el cantón Paltas, hay dos lugares, uno se llama Sacapianga y el otro es Santo Domingo–Chinchiles. El primero se encuentra al pie de dos quebradas la Santo Domingo y la quebrada de
San Antonio. Consiste en una piedra con catorce tacines dos de los cuales parecen estar en proceso de formación. Los tacines son unas pequeñas o medianas perforaciones realizadas en las rocas que tienen huellas de excavados mediante líneas circulares y forma cónica producidos posiblemente por fenómenos naturales. El arqueólogo Julio César Fernández (2007:63) ubica a las piedras con concavidades en el Perú para la época formativa. El segundo sitio es el petroglifo de Santo Domingo, llamado también petroglifo de Chinchiles por encontrarse allí la hacienda del mismo nombre. Atraviesan la zona el Río Santo Domingo, además de dos quebradas, la del Convento y una quebrada seca llamada Santa Ana. Santo Domingo está en una depresión al pie de una montaña, es una piedra tallada en un solo lado con orientación norte. El área tallada tiene de alto 1.09 m., por 1.41 m. de ancho. El petroglifo representa básicamente un motivo principal que los lugareños lo denominan Sol. Este es el único sitio que presenta una ocupación con un depósito cultural aparentemente más intenso que abarca una profundidad de 50cm. Asimismo cultura material como metates fueron localizados en la superficie, caracterizándose al área circundante de este petroglifo como una zona arqueológica. Si bien la cerámica encontrada en toda el área de los petroglifos es escasa y deteriorada (tabla 1), una característica común es la similitud de pastas entre la cerámica de Santo Domingo y la de Sacapianga. Las dos cerámicas son finas con un grosor de las paredes menores a 1 cm., están compuestas
por minerales criptocristalinos como sílice. Otros tiestos contienen mica, lutita, magnetita, plagioclasas y también carbón vegetal1. Por su acabado las muestras cerámicas de estos sitios parecen pertenecer al mismo periodo. Guffroy (2004: 107) encontró en la cuenca del rio Playas cercana a esta región cerámica de la primera y segunda etapa del periodo de Desarrollo Regional. El investigador considera que material de Desarrollo Regional inicial tiene rasgos del Formativo Tardío de Catamayo, lo cual parece probable. Además para esta época se señala la existencia de pequeños grupos ubicados en barriadas y separados de los demás por ciertas distancias y considera menos probable el desplazamiento de los mismos grupos por diferentes lugares (ob. Cit.). Se observa que Santo Domingo es el único sitio que presenta un depósito cultural ligeramente profundo, lo que sugiere una ocupación permanente del sitio en el período descrito.
3.- Los Petroglifos de La Rinconada y Barrial Blanco.
Figura 3. Tres representaciones de Petroglifos de la Rinconada en el cantón Paltas.
1 Análisis petrográfico y mineralógico realizado por el geólogo Mágner Turner, integrante del equipo de investigación.
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La tabla 1, presenta la densidad de la cerámica en los sitios arqueológicos. Obsérvese que solo 7 de veinte sitios estudiados tienen cerámica sobre la superficie o en el subsuelo. Además 5 de estos tienen un promedio de menos de 2 tiestos en 1 m2. Solo Numbiaranga en Macará y Quillusara en el cantón Celica tienen una media de 8 tiestos por metro cuadrado.
El oso, es un animal mítico importante dentro de la cosmovisión andina, un petroglifo con la representación de este animal como figura central existe en la parroquia Mercadillo del cantón Puyango, aunque con una temática diferente a la descrita, (figura 7C).
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Figura 4. Petroglifos Barrial Blanco en el cantón Paltas.
La mayoría de los sitios con petroglifos y tacines se encuentran en esta región al pie de quebradas y relativamente cerca unos de otros. Entre los sitios de este tipo están los de Barrial Blanco y la Rinconada (cantón Paltas) que son afines en su estilo y tienen representaciones de figuras esquemáticas y antropomorfas y otras posiblemente fálicas repetidos en rocas de toda el área. Uno de los petroglifos de la Rinconada (figura 3A) tiene una temática que llama la atención por su representación donde aparece una aparente cola pegada entre las dos extremidades inferiores de la figura. Este tipo de temática ya es citada para el sitio Corral de Piedra por Fernández (2007: 65), quién indica que la mencionada representación evoca el relato de Juan El oso2 ocurrido en el siglo XVI en la provincia de los Paltos. El cuento del hijo del oso se ha difundido en todo el mundo andino, según parece, sobre la base de una tradición más antigua (Taylor 1997). En el caso de la Rinconada la figura parece más bien evocar una situación de un alumbramiento, notemos el volumen del vientre en el dibujo descrito.
Próximo al petroglifo de La Rinconada se encuentran dos tacines uno de los cuales evidenció restos de cuarzo. Es probable que grupos culturales utilizaran los tacines como morteros experimentando con recursos minerales para aprovecharlos como componentes de la arcilla para mejorar la calidad de la misma o minerales para confección de joyas. Guffroy (2004) sugiere que la producción y difusión de objetos metalúrgicos en la región estuvo limitada a objetos de prestigio y solo a elites locales. La arqueología peruana menciona a las tacitas (tacines) como huequillos que aparecen en los campos de los petroglifos. Núñez (1986: 66) señala a importantes arqueólogos como Lehmann, Nitsche, Uhle, que identifican los tacines como morteros, mientras que Latchan y la mayoría de arqueólogos chilenos le atribuyen un origen a ritos mágicos (ob.cit). El hallazgo de cuarzo en uno de los tacines de la Rinconada, aportaría datos para el uso de éstos como morteros. La escasez de material cerámico apunta que estos lugares no eran espacios de habitación permanente y únicamente fueron aprovechados para generar manifestaciones ideológicas de grupos especializados. Para el caso de La Rinconada, conforme a información proporcionada por esa comunidad, hallaron contiguo al sitio restos de hachas, metates y cerámica. Por el contrario en Barrial Blanco
aparecieron tiestos relacionados con el periodo de integración. Junto a estos petroglifos se encuentran unos muros de piedra que aparentan cercar la zona. Investigadores como Pedro Villar Córdova, Horkeimer entre otros (citados por Núñez 1986:7, 27) definen a las estructuras de piedra que están en los sitios con petroglifos como “corrales sagrados”, que también los hallaron en petroglifos como Chekta en el Perú. En el Ecuador las estructuras o corrales de Piedra ya fueron citados para la provincia de Loja, aunque no relacionados con tacines, y están identificados con un periodo pre-inca. (Collier y Murra, 2007:54). Una problemática que se debe dilucidar, es conocer si los pueblos que utilizaron los tacines fueron los mismos que efectuaron los petroglifos. Es evidente que estos tacines, probablemente naturales, llamaron la atención a los pueblos prehispánicos quienes tallaron en el contorno grafías impresionantes. Por el momento además de evaluar el contexto mineralógico de la zona se requiere de mayor investigación arqueológica.
4.- Los Petroglifos de Yamana y Guarara de Jujal. La similitud de grabados en dos zonas lejanas entre sí es indicador de una movilidad cultural de los diferentes grupos, inverso a lo propuesto por Guffroy para el Período de Desarrollo Regional (Guffroy, 2004). Los sitios La Guarara de Jujal (Macará) y Yamana (Paltas), tienen en sus petroglifos los mismos elementos, considerando que Yamana se encuentra al noreste de La Guarara de Jujal, en línea recta aproximadamente a 50 kilómetros. Además se ob-
2 Se refiere al rapto de una adolecente de 15 a 16 años en el siglo XVI, en la provincia de los Paltos en la parroquia de Numbacola, dentro de Loja Ecuador (En Loja actualmente existe la parroquia de Nambacola en el cantón Gonzanamá), que es embarazada por un oso, cuya criatura tenía un rabo semejante al de su padre y que fue cortado al momento de nacer por la madre (Narváez 2001, Cabello Valboa 1951, citado por Fernández 2007:65).
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serva que grafías en esta temática están presentes al sur en el Petroglifo de Chacuascucho en la provincia de Casma del departamento de Ancash en el Perú, (Núñez, 1986: 568). A.
B.
tocapo inca que aparece en Huamán Poma (citado por Kauffmann Doing 1978:63; Gentile 2008). Según Gentile (ob. Cit), la palabra “tocapo” de acuerdo a un antiguo diccionario quechua significa “Labor en la que se brosla o Teje”. También lo relaciona con el Inga Viracocha que se le atribuye como “industrioso e inventor de ropas pulidas, al que llama en su lengua UiracochaTocapo ques como entre nosotros el brocado” (Sarmiento 1943, citado por Gentile 2008). Pero algo interesante relacionado al “Inca Viracocha y sus ministros”, también citado por Gentile (ob. Cit) respecto a símbolos utilizados al parecer para implantar mandatos está manifestado en la siguiente cita “tiznábanse los días festivos o mandábales que enseñacen a sus ministros por figuras…”. En conclusión esta serie de símbolos o figuras que aparecen en Quillusara eventualmente sugieren una influencia Inca, considerando la fuerte presencia de esta cultura sobre el territorio Palta.
A.
B.
C. Figura 7. A Petroglifo de Quillusara. B. Detalle de la misma grafía. C. Tocapo Inca, presentado por Guamán Poma y citado por Kauffmann Doig 1978.
A.
C.
A.
5.- Los Petroglifos de Numbiaranga, Quillusara, La Merced y Jorupe. Asimismo los diseños de Numbiaranga, Jorupe, (Macará), La Merced y Quillusara (Celica), que en promedio guardan las mismas distancias que los anteriores descritos, tienen probablemente el mismo estilo. Además hay unos símbolos interesantes en Quillusara (Figura 7 B), que rememora al
B. Figura 8. A. Petroglifo de Quillusara. B. Petroglifo de La Merced. Ambos en el cantón Celica.
B. Figura 6. A. Petroglifo de Numbiaranga en Macará. B. Sitio Quillusara en Celica.
Otros sitios, como Numbiaranga, Pindal de Jujal (Macara) también conservan estructuras como muros o corrales de piedra, que en el área andina de Ecuador están relacionados con el Período de Integración. 19
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Figura 5. A. Petroglifo Yamana en el Cantón Paltas. B. Petroglifo Guarara de Jujal en el cantón Macará. C. Petroglifo de Chacuascucho en la Provincia de Casma (Núñez, 1986: 568).
Un análisis de la cerámica de los sitios, Numbiaranga, Pindal de Jujal, Barrial Blanco y Quillusara, concluye que tienen características similares. Los tiestos están bien diferenciados con masa homogénea, cocciones intensas, arcillas del tipo lutita de textura muy fina con un color rojizo debido al hierro, con desgrasantes como cuarzo, hematitas y mica. La cerámica de Quillusara tiene además evidencia de materiales post- cocción, los desgrasantes usados son pedacitos de cuarzo, micro líticos de 1 a 2 mm, hematites fe2o3 en bajísimo porcentaje. Además contienen resina vegetal en las oquedades, (que tienen menos de 10 micrones). Jacinto Jijón y Caamaño menciona una cerámica pintada presente en el valle de Catamayo y contemporánea con los Incas. (Jijón y Caamaño, 1997: 219; Collier y Murra 2007: 53), también Napoleón Almeida incluye el material pintado, como integrante de la cultura Palta (Guffroy, 2004). Observando que las fuentes etnohistóricas relaciona el periodo de integración con la Cultura Palta en la actual provincia de Loja (Caillavet. 1989).
Otro rasgo interesante y presente en estos sitios es el grabado de pequeños hoyos que insinúa un parecido con la tabla de calcular que aparece en el dibujo del quipu presentado por Guamán Poma (Kauffmann Doig 1978:63) junto al Quipu o sistema numérico utilizado por los Incas.
6.- Los Petroglifos de Santa Esther y Mercadillo. El petroglifo de Mercadillo en el cantón Puyango representa un estilo parecido al petroglifo de Santa Esther, ambos utilizan dobles líneas en sus dibujos. El petroglifo de Mercadillo tiene como figura central el oso andino3. Este animal importante en la cosmovisión andina es citado por los cronistas como un cuadrúpedo que provocaba admiA.
ración o miedo. (Acosta 1590, Garcilaso de la Vega 1609, citado por Figueroa 2008). También en el pasado tenía uso curativo, posiblemente desde la época incaica (Pizarro 2008). La cerámica encontrada en el sitio Mercadillo tiene evidencia de una producción en molde como lo demuestra los tiestos con rastros de vaciado y el color que indican el uso de una horma, además se observa en los tiestos un tipo de estría uniforme circundando la vasija. La cerámica de Mercadillo tiene magnetita, mezclada con arcilla fina de procedencia epigenética (mina primaria) y micas hasta un 5%, plagioclasas en mayor cantidad. Adicional en el lugar localizamos restos de un segmento de un camino antiguo empedrado, así como tamB.
A.
C.
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Figura 6. A, B. Pequeñas oquedades talladas en piedra del sitio Jorupe en Macara que evoca al Quipu Inca, (parte inferior izquierda).
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Figura 7. A y B, Petroglifos de Santa Esther en el cantón Gonzanamá. C. Petroglifo Piedra del Sol en Mercadillo, cantón Puyango.
3 El oso andino (Tremarctos ornatus), es el único representante de la familia Ursidae que habita en América del Sur. Está distribuido a lo largo de las tres cadenas de la Cordillera de los Andes, en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, sobre una superficie aproximada de 260 000 Km2 y con una población aproximada de 20000 osos silvestres (Peyton et al. 1998, citado por Figueroa 2008: 3).
bién evidencias de tolas y otros rasgos líticos. En Santa Esther colindante al sitio existe un muro de contención para evitar posiblemente las crecientes del rio Catamayo, así como restos de canalizaciones para la toma de agua de regadíos agrícolas. Estos datos sugieren un periodo Integración influenciado por la cultura Inca en la respectiva zona.
A.
7.- Los Petroglifos en las paredes de afloramientos rocosos. Hay tres sitios con petroglifos ubicados en la pared de afloramientos rocosos y son Chitoque en la parroquia Mercadillo del cantón Puyango, Canguraca en el cantón Pindal y parroquia del mismo nombre y Tablarumi ubicado en el límite entre los cantones Pindal y Celica. Por el momento en las calicatas realizadas en el área circundante no se encontró presencia de cerámica. Los tres petroglifos presentan escenas sencillas y cotidianas. No obstante Chitoque y Canguraca son los más rústicos. En el de Chitoque las escenas son representaciones de aves de la zona y otros símbolos indeterminados. El de Canguraca los grabados al parecer son también sencillos, características que sugieren una ubicación cronológica más temprana para estos dos petroglifos.
B.
C.
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Figura 8. A. Petroglifos de Chitoque en el cantón Puyango. B. Canguraca en el cantón Pindal. C. Tablarumi en la frontera entre los cantones Pindal y Celica.
CONCLUSIONES
• El análisis corroboró a la provincia de Loja como una zona muy rica en petroglifos. Se verificó que en cuatro sitios del cantón Macará está la mayor parte de trabajo de grabado rupestre con un total de 10, 167 m2. Por otra parte Paltas tiene 5 sitios con 8,95m2. Celica tiene 3 sitios con 6.68 m2 de grafías. Del mismo modo Puyango con 3 sitios pero con 4,93 m2 de grabados. Observando que estos datos no consideran tamaño de las rocas, tampoco están contabilizados los llamados tacines que aparecen solitarios en el caso de Sacapianga del cantón Paltas y Faical del cantón Macará.
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• En lo relativo a la presencia conjunta de los petroglifos con los tacines en sitios de la región de Paltas, consideramos que es muy significativa su asociación, de igual manera su ubicación junto a quebradas o ríos. Un análisis preliminar de campo evidenció restos minerales dentro de los agujeros lo que sugirió un posible proceso de experimentación con minerales, por lo que su uso como mortero es probable, aunque no se separa algún uso mágico. • Se plantea preliminarmente que los petroglifos estudiados, conforme a la información encontrada, estarían asociados con culturas pertenecientes al 22
periodo de Desarrollo Regional, Integración (Palta) y un grupo en el periodo Palta - Inca. • Las investigaciones sugieren que la evidencia cerámica en los sitios es restringida, se considera que los lugares de los petroglifos no eran lugares de habitación permanente sino lugares seleccionados para la actividad rupestre. • La similitud de grabados en zonas lejanas entre sí, podría aportar elementos para fortalecer la movilidad de grupos desde el sur. Los sitios La Guarara de Jujal y Yamana, tienen en sus petroglifos los mismos elementos, considerando que Yamana (Paltas) se encuentra a unos 50 kilómetros al noreste de La Guarara de Jujal (Macará). • El daño que más ha perturbado la grafía rupestre estudiada es el desconocimiento del valor patrimonial de las mismas. El abandono en la mayoría de los casos es casi total, llegando a perder la visibilidad de las obras y sobre todo el vandalismo que ha provocado su daño irreversible (Unda 2010 en Jadán, 2010). Del total de las obras analizadas en esta investigación el 100% está deteriorada y necesita de un programa inicial urgente de conservación.
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OCUPACIONES ARQUEOLÓGICAS EN YAMANUNKA:
DESCRIPCIÓN DE LOS SELLOS PARA UNA INTERPRETACIÓN DE SU POSIBLE USO Dra. Soledad Solórzano
A mediados del año 2007, durante la construcción de la plataforma Yamanunka 1 (para explotación de petróleo), localizadas en la Comuna del mismo nombre, Parroquia Limoncocha, Cantón Shushufindi, Provincia de Sucumbíos, se definió la presencia de una gran área de actividad cultural prehispánica, con cuatro ocupaciones, siendo una de ellas con apariencia pre- cerámica. Para este efecto, se hizo uso de dataciones absolutas y correlaciones estratigráficas.
OCUPACIÓN 0
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Se logró determinar la presencia de elementos de piedra tallada, asociados al depósito 4, potencialmente vinculadas a una ocupación pre-cerámica. A pesar de que la estratigrafía de la Amazonía Norte Ecuatoriana puede ser muy difícil a la hora de determinar estratos, debido a que los limos y arcillas se encuentran en los suelos inferiores y que pueden mantener un tipo de textura con variaciones por actividad antrópica casi imperceptible, no se logró encontrar más evidencias asociadas, ni similares, por lo tanto se ha denominado a la primera ocupación como 0. También se plantea como hipótesis, que el sitio sirvió para talla de elementos líticos que marcarían una diferenciación de espacios para las variadas actividades de corte doméstico.
La dificultad de definir como una ocupación lítica o cerámica, radica en el tipo y en el escaso material encontrado. Son tres los elementos ubicados: un hacha fracturada y erosionada de 10 centímetros de largo por 6 centímetros de ancho y 3 centímetros de espesor, una lasca de 8 centímetros de largo por 5 de ancho y un raspador. Estos artefactos se localizaron a una altura de 42 centímetros de la pared sur y 20 centímetros de la pared oeste. Se concluye que este material corresponde a una ocupación previa a las otras determinadas en el sitio.
PRIMERA OCUPACIÓN DEFINIDA En la zona de Yaguanga, área de la Misión Capuchina (perímetro que permite el contacto fácil con el área de la Plataforma Yamanunka 1) se encontraron figurinas femeninas con evidencia de deformación craneal, sellos, asas de estribo de
doble pico que no se pudieron reconstruir, gran cantidad de mates y cuencos, material corrugado, fragmentos decorados con pintura roja y blanca similares a otros reportados que han llevado a proponer la presencia de una nueva fase cultural para la Amazonía Ecuatoriana denominada Capucuy1. La Fase Capucuy estaría asociada al Período de Desarrollo Regional, con fechas absolutas de 150 a 110 aC., representada por la presencia de figurines antropomorfos o “Venus de Capucuy” que denotan un culto al cuerpo. Por los estudios realizados a los apliques antropomorfos y restos de cabezas, se concluye que practicaban la deformación craneal que se mantiene hasta el contacto hispánico, de acuerdo con los datos aportados por Miguel Ángel Cabodevilla (1998), en relatos para interpretar el material cultural que reposa en el museo de la zona.
1 Se plantea el nombre de Capucuy, porque es el antiguo nombre de la Laguna de Limoncocha, previo a la llegada del Instituto Lingüístico de Verano (Comunicación personal María Elena Hurtado)
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Los “sellos” encontrados dan la pauta para plantear, que los que tienen forma de pies, garras y manos, tienen una connotación identitaria, parece ser una especie de firma personal del individuo, situación que no debe sorprender, pues más allá del grupo humano al que pertenezcan, han tendido a diferenciarse y compararse con el otro, generando una identidad propia dentro y fuera del grupo.
Garra felínica.
La presencia de torteros en el sitio arqueológico, demuestran que fueron elementos reutilizados, constituyéndose como evidencia indirecta de trabajo en textiles, pese a que las figurinas no se representan con vestimenta. La pintura negra y blanca encontrada en este estrato, se mantiene utilizada por ocupaciones posteriores, al igual que los diseños corrugados no tienen representación alguna; sin embargo, en base a los cuerpos asociados a la última técnica de decoración indicada, realizada con detalle y con aparente paciencia y por la decoración
precocción de la arcilla, son representativos de esta fase cultural (los corrugados de monitoreo asociados a la tercera ocupación del sitio pese a que mantienen el trabajo, son más toscos en la mayoría de casos). La cerámica en general de Capucuy, tiene diferentes tipos de tratamiento. Se destaca la presencia de pasta roja y pasta negra, situación que se encuentra asociada a la fuente de arcilla que debió estar en varios lugares de la Amazonía. Esta hipótesis tan solo puede quedar planteada, porque no se han rastreado fielmente las potenciales áreas de obtención de arcilla en esta región. La presencia de mates y cuencos pequeños caracterizan a esta fase cultural; los artefactos pequeños a manera de lliptas, son un elemento clave para entender su economía doméstica y deben ser considerados como indicadores indirectos de uso de curare, que hasta la actualidad se utiliza junto a bodoqueras para cacería. Otros elementos representativos de esta fase cultural son los discos de cerámica, utilizados, unos como contenedores y otros como tapas. Por la cantidad de material asociado a las tres unidades de excavación abiertas, inicialmente se planteó que el área correspondería a un basural, sin embargo la concentración del material y su continuidad en todo el depósito tres, llevó a sugerir una connotación ritual del asentamiento. La presencia de figurinas, sellos y el tipo de material, en un segundo momento podría indicar que correspondería a un área donde se realizaban ritos de fertilidad. Es importante indicar que el contexto de excavación no estaba alterado, no así sus alrededores, debido a la construcción de la vía de acceso a la plataforma. El mate-
rial asociado a esta ocupación fue recolectado en superficie y basándose en los datos de excavación se pudo obtener información in situ, situación por la cual se plantea que el material encontrado en este lugar, por las características que posee, constituiría una nueva fase cultural dentro de la Amazonía Norte Ecuatoriana. Encontrándose además, material asociado en el círculo cultural natural que comprende el área de influencia del Río Napo hasta el San Miguel. Las características del material cultural de la Fase Capucuy se mantienen en períodos posteriores, y es posible que provenga desde fases previas, porque los diseños de los alfareros no son más que la representación artística de la realidad, que de cierta manera ha sido heredada de generación en generación, a través de la tradición oral y del contacto entre los diferentes grupos humanos. El horizonte corrugado, se encuentra presente dentro de esta fase cultural; sin embargo los demás elementos encontrados, son fundamentales para empezar a definir un nombre propio para el material localizado. Un elemento adicional que se debe tomar en cuenta cuando se trata de Capucuy, es su posible relación con los pueblos de la Zona Andina por la presencia de obsidiana y artefactos de basalto.
SEGUNDA OCUPACIÓN DEL SITIO Por la estratigrafía y los datos de carbón se pudo definir el área de la vía de acceso a las plataformas. Tomando en cuenta el patrón de aparición de material cultural, se plantea que en la zona de las plataformas y el inicio de la vía de acceso debió existir una aldea tipo poblado, asociado al 920 dC., vinculado con una ocupación PreNapo, en donde el contacto con la zona alta-andina debió jugar un 25
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Además de la representación de su fenotipo, obtenido a partir de prácticas culturales, se puede decir que una de las características distintivas de estos individuos era que tenían ojos muy rasgados, detalles que quedaron plasmados por los alfareros que construyeron los artefactos.
papel importante, porque la decoración de pintura, la pasta delgada de los cuencos reconstruidos tipo batea y globulares cóncavos, hacen reminiscencia al material encontrado en Cosanga, no por forma sino por el tratamiento de la cerámica. El material asociado a esta ocupación no solo posee características delgadas, sino también pasta marrón gruesa, evidenciada en tres platos reconstruidos asociados a diferentes contextos. Este material se encuentra presente de alguna manera en la fase Tivacuno, en la Fase Suno y en otras fases culturales durante el Periodo de Desarrollo Regional Tardío e Integración Temprano, que deben ser considerados como elementos de identificación de un contacto intra y extra regional que se mantendría desde la primera fase cultural.
TERCERA OCUPACIÓN DEL SITIO Se definió en función de las concentraciones cerámicas de una unidad y de cuatro trincheras excavadas. Por asociación del tipo de material, se plantea que tiene una fuerte influencia Napo, con la persistencia de material corrugado. Corresponde a una ocupación vinculada al Período de Integración Tardío o Período de Contacto Hispánico.
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En general la dispersión del material al interior del área de la plataforma, da la pauta para deducir que existió una gran área de actividad doméstica, en función de conocimiento del entorno, tomando en cuenta la dispersión del material en la ocupación 1 y 2. Considerando el factor contacto intra y extra regional para la última ocupación arqueológica del área, los individuos debieron no solo vivir a nivel de familias ampliadas, sino que la zona debió ser un centro nucleado. Tomando en cuenta los estudios etnohistóricos, esta hipótesis se 26
confirmaría, en función del segundo elemento (centro nucleado), considerando principalmente las características geológicas estables de la meseta aluvial.
MORFOLOGÍA DE LOS ARTEFACTOS Todos los sellos que fueron encontrados en el sitio Capucuy, pertenecen a la zona de acceso a las plataformas. Tomando en consideración su morfología, se ha realizado la siguiente clasificación:
tractas, posiblemente fitomorfas, una vez estampadas. La dualidad recurrente en varias culturas se puede observar representada en estos elementos, asociadas al material encontrado con la secuencia que debe cumplir el diseño en el cuerpo de él o los individuos. El objetivo que debió cumplir el artefacto, fue decorar el cuerpo.
LOS SELLOS DE CAPUCUY Son piezas de barro u otro material con dibujo en relieve para ser estampados, pueden ser cilíndricos– sólidos o con perforación para el eje de madera sobre el que giraba o planos con o sin mango. Cuando su función está asociada para pintura corporal, se denomina pintaderas (Echeverría, s/f).
Sello cilíndrico.
SELLOS HUECOS En la zona de la plataforma, ocupación 3, se encontraron dos tipos de sellos. Se definieron elementos compactos y grandes, mientras que asociado a la fase Capucuy, el único ejemplar recuperado corresponde a un elemento cilíndrico hueco, bastante delgado y pequeño. Su función se encuentra asociada principalmente a pintura corporal. Los diseños observados se vinculan a figuras geométricas, ligadas a representaciones abs-
Pie cóncavo.
SELLOS DE DEMARCACIÓN CLÁNICA Son elementos que potencialmente pudieron servir como pintaderas, tienen una agarradera elíptica que se trunca con una zona abultada, en cuya base se encuentran diseños de extremidades, que en algunos casos presenta un orificio o indicio de orificio que debe ser considerado más que como adorno, como un elemento para ser utilizado como colgante; en otros casos del área de agarradera pudo haberse colocado una liana para sujetar el artefacto. El único artefacto que no posee las características básicas para ser utilizado como colgante es un sello de pie en el inicio y en la planta una mano que entrelaza el pie. Si se considera a las figuras cerámicas como representación de la realidad, más aún a los elementos misceláneos de abstracción, se debe tener en cuenta que la presencia de la deformación craneal es una evidencia del fenotipo de los antiguos pobladores de esta
Mano y pie enlazados.
Si consideramos datos etnológicos contemporáneos, los clanes o familias entre los Huaoranis, se dan en función de su jefe o líder, considerando que los grupos humanos de la foresta tropical ecuatorial debieron mantener amplios territorios de contacto, que fueron truncados por la llegada de los encomenderos durante la época de la colonia. Alrededor del siglo XVII, en el segundo momento de incursión a esta zona, se mantuvieron patrones similares de contacto entre los grupos humanos con algunas características de prevalencia clánica. Tomando en cuenta que la mayoría de grupos humanos poseen elementos de identidad que los diferencian de los otros, es probable que estos “sellos” hayan sido la representación tangible de la cosmovisión que determinaría la pertenencia a un grupo. Los pies serían el indicador base del clan y las variaciones de los tipos de extremidad (pie plano, cóncavo- garra de felino) estaría asociado a la pureza –no mezcla con otros-, mientras que el pie con la mano
trenzada puede ser un indicio de una especie de mestizaje.
CONCLUSIONES La arqueología de contrato, urgencia o salvamento, puede llevar a generar grandes contribuciones a la prehistoria ecuatoriana, toda vez que permite llegar a realizar intervenciones arqueológicas en diferentes zonas. En el área donde se encuentra la plataforma Yamanunka 1 y su vía de acceso, una de las mayores contribuciones de la arqueología de urgencia, fue la definición de la Fase Capucuy, cuya representación en cerámica corresponde a diferentes tipos de elementos que por sus características arrojarían ciertas luces en relación a la ideología de los antiguos moradores de esta zona, como la importancia de la mujer representada en las figurinas y las asociaciones y diferenciaciones familiares reflejadas en los sellos. Si bien es cierto, esto puede no ser definido como una tautología, se presentan los resultados de la investigación y la interpretación de las diferenciaciones clánicas representadas en los sellos, a manera de hipótesis. Esta situación queda a consideración de la comunidad en general, por lo que se podría abrir un debate que puede ser corroborado o rebatido con base en investigaciones de corte científico, con asociación etnológica.
Este material encontrado, además de ser estudiado a profundidad, debería ponerse en valor en museos especialmente preparados en la misma región a la que pertenecen, siendo este parte de un plan de manejo turístico- arqueológicoambiental en el que la comunidad sea protagonista de su propio desarrollo para lo cual deberá darse la capacitación necesaria dentro de cada una de las áreas que formen el proyecto. Esto es viable, porque las políticas del gobierno actual, acertadamente, están empeñadas en fortalecer la identidad nacional a través de proyectos como el que se sugiere.
BIBLIOGRAFÍA CABO DE VILLA, Miguel Angel, “Coca, La Región y sus historias, Cicame Talleres Gráficos Navarra de Cantabria y Aragón, Navarra, España, 1988. SOLÓRZANO, María, “Rescate y Monitoreo Arqueológico de la Plataforma Yamanunka 1”, Informe presentado al INPC auspiciado por UAOT Bloque 15, a través de Envirotec, Quito, Ecuador, 2007.
El estudio realizado en esta franja amazónica demuestra claramente que en el Ecuador existieron pobladores con gran habilidad para el trabajo, preocupados de sí mismos y del grupo humano al que pertenecieron, marcando la diferencia de posición social y sexo. Es una gran riqueza cultural y natural digna de exponer al turismo nacional e internacional.
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zona, en donde el uso de tablas para conseguirla, debió ser una actividad relativamente cotidiana. Esto puede ser considerado como un elemento clave en torno a lo que sería la diferenciación de “clases sociales”, situación que debe llevar una lectura conjunta con los “sellos” en forma de pie que podría estar asociado a diferenciaciones clánicas.
LAS RUTAS COMERCIALES DEL GOLFO DE GUAYAQUIL UNA DINÁMICA REGIONAL. Por: Amelia Sánchez.
A
l hablar del comercio del Golfo de Guayaquil debemos tener en cuenta que estamos refiriéndonos a un complejo portuario marítimo y fluvial cuyo centro era el estuario donde está asentada la ciudad de Guayaquil. Las principales zonas asociadas, sin incluir cabos ni ensenadas fueron Manta, Punta de Santa Elena y Puná. Otros puertos menores con los que existían relaciones de comercio fueron: La Canoa, Charapotó, Cayo, Salango, Colonche y Chanduy, todos hacia el Norte; tenían un intenso tráfico de cabotaje realizados por balsas y embarcaciones de pequeña envergadura, que llegaban con fines de aprovisionamiento. Algunos puertos de mediana importancia en el Perú estuvieron muy relacionados con el comercio guayaquileño, estos fueron: Túmbez, Colán y Sechura.
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1. El comercio aborigen Uno de los problemas que la arqueología ha enfrentado tiene que ver con el hecho de que muchos prefieren presentar una lista de rasgos compartidos entre dos zo28
nas, ejemplificando relaciones de diverso tipo pero básicamente comerciales, dejando claro en la mayoría de los casos que este rasgo es más antiguo en un lugar que en otro, en otras palabras estas propuestas “invocan al mecanismo primario para plantear la difusión y el asunto queda allí” (Zeidler, 1986: 133). Se trata de un comercio primitivo, uno de los postulados más interesantes es el que propone Pires-Ferreira, quien distingue seis tipos de intercambio:
1. Los de artículos de subsistencia entre aldeas en diferentes zonas medioambientales... 2. El intercambio recíproco de artículos utilitarios (excluyendo los alimentos) a los cuales tenía acceso cada habitante de la aldea… 3. La mancomunización de artículos utilitarios para distribución posterior a todos los miembros de la comunidad... 4. Los intercambios de artículos no utilitarios y no elaborados para su conversión en artículos acabados por especialistas que trabajan a tiempo parcial, y a los cuales la mayoría de los habitantes de las aldeas tenían acceso...
5. La conversión de materias primas exóticas en artículos aún más exóticos para su intercambio entre élites... 6. Los intercambios de artículos que funcionaban en contextos ceremoniales o de ritos públicos, algunos de los cuales probablemente se consideraban como propiedad comunitaria... (Pires-Ferreira & Flannery, 1976:287-289).
En el Ecuador aborigen, sabemos por la abundante información etnohistórica respecto a los habitantes del Golfo de Guayaquil, que existía un amplio y complejo sistema de comercio e intercambio mercantil, sistema muy organizado que involucraba extensas redes comerciales marítimas y terrestres. En las tempranas referencias de la zona, el centro de la especialización marítima parece ser la costa ecuatoriana, y de manera notoria se menciona lo que pasaba en el Golfo de Guayaquil y Puná, especialmente en lo que tiene que ver con el comercio tan dinámico que existía. Esta persistencia del desarrollo marítimo se dio simultáneamente con redes de caminos que en algunos casos han sido estudiadas, pero que en general los caminos
Ilustración 1. Rutas del Ecuador Aborigen
que fueron usados antes de los Incas son prácticamente desconocidos; sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos caminos fueron utilizados antes de la llegada de los Incas y éstos los reutilizaron. Sobre la época incaica se ha mencionado varias posibilidades relacionadas a caminos que involucren el comercio. Para los incas el sistema de caminos fue un complejo sistema administrativo que determinaba la comunicación y transporte, convirtiéndose en importante dentro del establecimiento del poder en América del Sur (Hyslop, 1984). Llegó a tener aproximadamente más de 2400 km de longitud. Los sistemas de caminos fueron determinantes en el sostenimiento de las cuatro divisiones alrededor del centro político en el Cuzco. Los caminos incas fueron importantes dentro de la geografía del territorio, marcando posiciones de pueblos y lugares dentro del sistema físico de caminos.
El dominio Inca en Ecuador fue muy diverso en cuanto a intensidad y extensión; lo cierto es que, especialmente al sur de la sierra la práctica de mitmas (traslados) como medida ante la fuerte resistencia, fue importante en la planificación de una red de caminos. La sección del camino más septentrional es Achupallas, que va desde este punto hasta Ingapirca, desde Incapirca hasta Cuenca, de Cuenca a Déleg y a Gapal, y desde Dumapara hasta Ayaloma. Siempre se ha discutido sobre la relación entre la sierra y la costa durante el período Inca. Certero es que existe una pista al respecto en la descripción de Cieza de León (1990:149), que menciona un camino desde las montañas a través del área de Chimbo hacia la costa, con la finalidad de emplear las balsas que llevaban hacia la isla Puná en el sur. Esta pista nos indica que el camino a la costa terminaba en las montañas y que el río formó parte de las rutas que 29
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Se debe tener en cuenta que la mayoría de los artículos intercambiados en estas diversas redes no eran adquiridos localmente, sino mediante relaciones con zonas ubicadas a cierta distancia y otros grupos que participaban en red. Es decir, las sociedades mantenían un intercambio interno y externo, principalmente. El intercambio interno se produce dentro de fronteras espaciales, sus condiciones son recíprocas en un eje horizontal (entre diferentes caseríos) y redistributivas en un eje vertical (centro con lugares más pequeños). El intercambio externo es a través de las fronteras sociales, entre lugares centrales y comunidades extranjeras (Renfrew, 1975:24).
comunicaban ambas regiones; sin embargo, es interesante pensar en la manera en que los incas tuvieron acceso a las balsas ya que ellos no eran expertos navegantes. El mismo Sebastián de Benalcázar usó la ruta de Chimbo después de la batalla de Tiocajas. Por otro lado, hay evidencia de más de un camino inca al Suroeste de Tomebamba en la región del Río Jubones. La existencia de Mullepungu (la puerta del Mullu - Spondylus) podría indicar que por esa zona pasaba uno de los bienes más preciados de la zona septentrional andina. Cabe indicar, que no existen pruebas claras de que las sociedades preincaicas también usaron los caminos incas. Los caminos incas, aún en estudio, fueron construidos en: 1. piedra, segmentos que están asociados cerca de fuentes de agua 2. tapia (lodo/tierra), 3. senderos de arena disturbada, 4. con paredes laterales de piedra, adobe o tapia, 5. caminos marcados con una hilera de piedras y 6. rutas marcadas con piedras de la roca madre. Cada tipo dependía del ambiente donde se encontraba.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Los caminos aborígenes fueron reutilizados por los peninsulares, y son detallados más adelante. El comercio aborigen ha sido tratado por varios arqueólogos, entre ellos el de más notable innovación, la propuesta de Jorge Marcos, en la que menciona la existencia de modelos de comercio basados en productos de mar: Spondylus (Mullu) y Strombus (Pututo). Marcos propone que la necesidad de Spondylus se da por razones ideológicas en el centro de Andinoamérica, siendo un producto exótico que debía ser obtenido mediante las redes comerciales que se establecieron al norte (actual Ecuador). Los del sur (Perú) debían también proveer de estos productos interesantes. Para Marcos hacia 1500 30
Ilustración 2. Rutas comerciales coloniales
a.C. ya existían puertos de intercambio, alrededor de 500 a.C. el Spondylus estaba convirtiéndose en dinero primitivo y en 500 d.C. ya lo era. Mediante el Spondylus se unieron dos sistemas: el sistema mesoamericano (comerciantes privilegiados) y el sistema de intercambio de la región andina (red de distribución y asignación de productos). (Ilustración 3).
2. Las mercancías El mar fue fundamental para el desarrollo costeño desde las primeras expresiones culturales, hasta los chonos, punáes y manteños quienes basaban su modo de subsistencia casi exclusivamente en la recolección de moluscos, crustáceos y pesca tanto desde la orilla como mar adentro, así como en lagunas cercanas al océano. Parece ser que en el Ecuador sucede lo mismo que en Perú, que el mar fue un producto de riqueza extraordinaria que debió propiciar desarrollos sociales usualmente asignados a la agricultura (Rostowroski de Diezcanseco, 1981).
El análisis de fauna de varios sitios costeros nos llevan a pensar en la determinante importancia de la fauna marina en la dieta alimenticia (Sánchez Mosquera, 2002). Ya desde el Formativo Medio se han encontrado evidencias de navegación mar adentro (Sánchez Mosquera, 1992). Igualmente ciertos elementos como conchas fueron considerados importantes dentro de la ideología de la zona septentrional andina: el mullu y el pututo, ambos son obtenidos principalmente de la costa central del Ecuador. En esas sociedades antiguas el trueque fue la base de toda organización económica costeña, distinguiéndose tres niveles: 1. el local y dentro de una misma comunidad (se elaboraba un determinado producto y se intercambiaba de acuerdo a sus necesidades), 2. el trueque alimenticio, realizado más allá de los limites locales, y, 3. el de objetos suntuarios o sagrados: ciertos artefactos u ornamentos de concha, metal, plumas o textiles.
cia Quito. Otros productos importantes eran la sal, llevada de Puná hasta el desembarcadero y el pescado salado. Las actividades económicas de los indios de los repartimientos de Guayaquil eran:
Ilustración 3. Rutas entre Golfo y Meso y Andinoamérica
Al llegar los españoles fueron sorprendidos por la presencia de grupos que dominaban la zona tanto en lo social como en lo económico.
2.1 Las mercancías que llegaban a Guayaquil Durante la Colonia, desde la sierra se exportaban productos: alpargatas, paños, jerga, sombreros, bayetas, cabuya, cordobanes, sillas de brida y jineta, pólvora, papas, maíz, harina de trigo, bizcocho, ja-
mones, tocinos, quesos y muchas otras cosas. Se llevaban a la sierra desde la costa: textiles, hierro y especias. Se comerciaba también vino, vinagre, aceitunas y aceite. Desde fines del s. XVI Quito importaba añil de Centroamérica; de China venían sedas, textiles, porcelana, lacas, hierro y otras manufacturas. Todas las mercancías llegaban hasta el puerto de Guayaquil, desde donde emprendían su ruta ha-
Otro aspecto del comercio que no debe ser olvidado es de los metales, que se mantuvo desde la época aborigen y que persistió hasta fines del s. XVII de manera específica, y seguramente tuvo que ver con las relaciones político-administrativas de la zona. A pesar de que las cantidades no fueron extraordinarias, existieron evidencias concretas de este comercio desde épocas muy tempranas como el Período Formativo1 hacia la cuenca del Guayas. 1 Formativo ca. 5000 A.P. hasta 2500 A.P.
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• Yaguachi, transporte y explotación de madera, cultivo de legumbres. • Chilintomo, zarzaparrilla, gallinas, patos, palos de balsa y caña guadúa. • Baba, frutas, melones, camote, frijoles, maíz, algodón, aves, pesca y transporte en balsas. • Yabuna, pueblo de Puná, melones, camotes, frijoles, ají, maíz, gallinas, patos, pescado y mantas de algodón. • Pimocha, comercio en balsas de sal, vino, pescado, mercaderías y otras hasta el desembarcadero. Explotaban roble para llevarlo a Guayaquil. Estando entre Guayaquil y el desembarcadero era escala para botiquines, bergantines y balsas. • Daule: nativos son labradores, balseros, cultivan maíz, frijoles, yuca, camote, legumbre, plátano y frutas. • Machala, maíz, pescado, cortan mangle para llevar a Puna y embarcarlo a Lima, proveen de fruta a los navíos. • Isla de Puná, venado en abundancia, cabritos, aves, ostiones, frutas, pero sobre todo pescado fresco y salado.
3. Guayaquil y su comercio Los roles que la ciudad ha cumplido a través de los años son diversos: centro de acopio, astillero y centro de comercio e importación. Ilustración 4. Diagrama de roles de Guayaquil
CENTRO DE COMERCIO E IMPORTACIÓN Durante la época precolombina, Manta, en la provincia de Manabí, fue el centro de concentración de la navegación y probablemente del poder de la sociedad de los Manteños o Paches. Guayaquil se convirtió durante la Colonia en el centro del comercio de la zona, tanto su desembarcadero como su puerto, fueron los lugares donde las mercaderías eran negociadas. Parece que el puerto tenía dos partes, como se menciona anteriormente, en Puná existía un muelle y en Guayaquil otro. El de Puná era para barcos más grandes.
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“…. Guayaquil … es el desembarcadero y puerto donde vienen las balsas de Guayaquil allí y de allí se traen en recuas las mercadurías a esta ciudad. Renta cada año al presente, que paga la persona que lo arrienda, doscientos y cuarenta pesos de plata corriente, porque tienen derecho de las balsas que allí llegan y tienen venta y casa en que se encierran las mercadurías que tienen y trato de traer allí sal esta ciudad y provincia y otras comarcas. Hasta agora este puerto lo ha poseído la ciudad de Guayaquil por cédula del Marqués de Cañete, visorrey que fue destos reinos. …..” 2 Otro producto que ha sido parte de los bienes comerciados en la zona, 32
“Y a causa de carecer de montaña su comarca [Los Reyes] de donde cortar madera, no se fabrican en él todas las naos de esta mar, las cuales de ordinario se hacen en Guayaquil…..” 5
ASTILLERO
GUAYAQUIL CENTRO DE ACOPIO AGRÍCOLA
desde inicios de la colonia, son las perlas, que lamentablemente no han sido encontradas arqueológicamente, al menos en las proporciones que se esperaba. “En la costa de la mar, en el término de Guayaquil, se han comenzado a sacar algunas perlas; entendemos que si allí se mandase que los indios las sacasen, pagándoles su trabajo, sería cosa de gran provecho para V.R. Hacienda; aunque la dicha ciudad de Guayaquil tiene por puerto la isla de La puná, está en Vuestra Real Corona e no hay derechos que allí se paguen. Allí hay pesquerías de los indios, que son de poco momento. …..” 3 Uno de los aspectos comerciales y productivos de la zona del Golfo de Guayaquil es el embarcadero de madera, materia prima de muchos centros comerciales del Virreinato del Perú. La madera más explotada fue el roble, convirtiendo a Guayaquil desde el comienzo de la colonia en un centro de almacenaje y redistribución de la producción maderera que se desarrollaba de manera intensiva tierra adentro, por la cuenca del Río Guayas. “La madera se trae por toda la mar, la mayor parte de la ciudad de Guayaquil, más de doscientas leguas de aquí; es casi toda de roble; …” 4
El puerto de Guayaquil fue desde su creación, uno de los centros de distribución que el Virreinato de Perú tuvo en el área septentrional, centro desde el cual, los productos de Castilla (importados) y la sal, fueron redistribuidos a todo el territorio de la Audiencia de Quito, básicamente y a otros virreinatos, inclusive. “De la ciudad al desembarcadero de Guayaquil se traen mercadurías de Castilla y sal y desta provincia se lleva biscocho y tocinos y quesos y jarcia de cabuya para navíos, y todo esto de entrada y salida para ninguna parte no pagan derechos. …..” 6 En todo caso, es importante indicar que Guayaquil, ha sido considerado el puerto principal del Mar del Sur, especialmente a partir del s. XVIII, pero parece ser que tendremos que irnos más atrás y pensar en la posibilidad de que ese papel fue desempeñado desde el s. XVI; sin olvidar que la costa estuvo desde la época aborigen en un sistema económico determinado por el intercambio horizontal y vertical. “….a emplear mercaderías, volviendo hacia el puerto de Guayaquil….” 7 Por estas y varias otras razones, desde sus inicios Guayaquil fue fruto de una constante disputa entre los indios naturales y los invasores, debido a lo cual la ciudad fue movilizada en varias ocasiones, llegando a ser fundada de manera final en 15378. Guayaquil era una ciudad ubicada en un ambiente cálido, montañoso y estuarino, donde los pobladores se dedicaban básicamente a trabajar ropa de algodón, granjerías de campo, comercio de mercaderías de Cas-
2 Jiménez de la Espada, M. Idem. Tomo 2, 1965: 176. 3 Jiménez de la Espada, M. Idem: Tomo 2, 1965: 177. 4 Cobo, B. Idem. libro 1, capítulo 9, 1956: 307. 5 Cobo, B. Idem. libro 1, capítulo 31, 1956: 357. 6 Jiménez de la Espada, M. Idem. Tomo 2, 1965: 178. 7 Jiménez de la Espada, M. Idem. Tomo 1, 1965: 10.
8 La primera fundación fue realizada en 1534, de acuerdo a la Descripción de la Gobernación de Guayaquil de 1605 –Revista del Archivo Histórico del Guayas No.4:61-93. Año II. 1973-.
Guayaquil, siendo el puerto de la zona donde llegaban los productos importados y de donde salían los que serían exportados, utilizaba a más del puerto de Puná, un desembarcadero que se encontraba río arriba, desde donde transportaban la mercadería hacia tierra adentro. Está claro el papel redistribuidor de mercancías que Guayaquil funge desde su fundación hasta el día de hoy. “Hidrografía general de Indias y Declaraciones de la carta de marear precedente: Pobló esta ciudad Sebastián de Belalcázar primero, y después, habiéndose despoblado por levantamiento de los indios, la volvió a poblar año 37 Francisco de Orellana, por orden de Francisco Pizarro. Es la tierra cálida y montuosa, y el trato della es la ropa de algodón y grangerías del campo y las mercaderías y contratación por causa del puerto el cual con el dicho puerto están muy metidos á la tierra catorce ó quince leguas de la mar, por ser el río de legua y media cuando entra en la mar, el cual nace en la jurisdicción de la ciudad del Quito, y por él se navega y se llevan las mercaderías veinte leguas el río arriba hasta el desembarcadero, que llaman, y desde allí cuarenta leguas por tierra en recuas hasta la ciudad: no hay lista de pueblos de indios de esta ciudad”. 9 Luego que cesa el rigor del invierno... corre, por espacio de ocho meses, el tráfico de las provincias de la sierra, abasteciéndose las de Quito, Cuenca, Riobamba, Chimbo y Alausí, de los frutos de Guayaquil, que son cacao, algodón, tabaco en oja, pescado seco, sal cera. arroz, ajonjolí, maní, miel, cocos, novillos, cavallos, potros y mulas; y de los otros de las provincias ultramarinas, que se conducen por su puerto, como
9 López de Velasco. Idem. 1971: 225.
de los del Perú y Chile, vino, aguardiente, aceite, aceitunas, pasas, almendras, cobre y jarcia. De las de Guatemala y Nicaragua, tabaco en polvo, tinta, añil, breay, alquitrán y simples de botica. De las de Tierra Firme, mercaderías y géneros que llaman de Castilla, de los registros de galeones y navíos sueltos de estos Reynos, en cuyo retorno le entran por tierra para el abasto y consumo de los partidos, de los de Quito, Latacunga, Amabato, Riobamba, Chimbo y Alausí, paños, pañetes, bayetas, alfombras y lienzos de algodón, que llaman tucuyos, De el de Cuenca, harinas, menestras jamones, quesos, azúcar y frutas de conserva, Y también po mar, de los puertos de Guanchaco, Cherrepe y Payta, nombrados intermedios, harinas, dulces, jabón, sebo, azúcar y cordovanes; cuyo comercio tam abundante y continuado, la constituye opulenta y abastecida de todo lo necesario para la comodidad y regalo de la vida humana, sin otro defecto, que el de no tener la conveniencia de agua dulce dentro de la población y necesitar conducirla del río de Daule, que es la más cercana y de admirable calidad, por el inconveniente de estar mezclada la del río de Guayaquil con la del mar; y que aunque en la Ciudad Vieja hay dos pozos (en los parages que los demuestra el Plano) que la producen en abundancia, es desabrida al gusto e ingrata al calor natural, que solo sirve al uso de los ministerios caseros... (Alsedo y Herrera, Compendio 6-14) Había balsas que viajaban entre la Punta de Santa Elena y Piura, otras desde la Punta y desde Chanduy hasta Guayaquil o Puná. Los balseros pescadores tenían una estrecha comunicación con los puneños. De Puná partían hasta puerto Bola, como ejemplo de la gruesa arteria entre Guayaquil y Puná, dentro de la cual aprovechaban los ríos y esteros, tanto como el mar. Desde Guayaquil por el Río Daule había un importante tráfico,
a esto le debemos agregar la carga que venía de la ruta Guayaquil - Manta. La comunicación y el transporte entre Guayaquil y su distrito se realizaba a través de los numerosos ríos que constituyen la cuenca del Guayas y que son navegables en la mayoría de los tramos, enlazando luego con caminos terrestres hacia la costa o la sierra, caminos que no salían de Guayaquil sino de los puertos fluviales interiores: Yaguachi, Babahoyo, Chimbo, entre otros. Las principales vías del tráfico fluvial son: Babahoyo, Daule, Yaguachi y Naranjal que conectaban con la capital y a los recintos o parroquias cercanas a Guayaquil. Los caminos tuvieron un rol determinante dentro del comercio regional, las principales conexiones se dieron con los tres partidos occidentales: La Punta de Santa Elena, Portoviejo y La Canoa. El llamado camino de la Costa o de la Legua era en realidad el único camino importante que salía de Guayaquil, iba hacia la Punta de Santa Elena a través del pueblo de Chongón. Desde la Punta se bifurcaba, yendo hacia el norte (Portoviejo) y hacia el sur (El Morro y Chanduy). Desde Portoviejo iba hacia el norte hacia Montecristi y Manta, Charapotó, Pichota y La Canoa. Los caminos que ponían en contacto a Guayaquil con el interior fueron: a) Babahoyo a Quito por Guaranda y Riobamba; b) el de Yaguachi a Alausí y c) el de Naranjal a Cuenca y Loja. Todos enlazaban con el Camino Real de Quito, también llamado camino de la sierra o del correo de Lima. (Laviana Cuetos, 1987). El más importante era el primero y se bifurcaba: el primer tramo iba de Babahoyo a Ojiva y atravesaba luego la célebre cuesta de San Antonio Tarigagua para salir a Guaranda y el segundo era llamado el camino de la Chima o de Angás, iba de Babahoyo a Gua33
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
tilla y contratación de servicios. Para 1574 López de Velasco, aún no reporta una lista de pueblos de la zona de Guayaquil.
randa pasando por el pueblo de Chapacoto, de allí se unían ambos ramales y se iba por el Camino Real a Ambato, Latacunga y Quito. (Laviana Cuetos, 1987; Baleato, Juan y Ulooa, Alsedo y Herrera, Las dificultades en las comunicaciones terrestres desde Guayaquil hacia la sierra persisten durante el tiempo desde la época colonial hasta finales del s. XIX. (Hamerly, 1973), ni mencionar sobre una carretera, eso no se dio hasta entrado el s. XX.
3.1 El comercio externo El comercio naval de Guayaquil es con el Reino del Perú, adonde se lleva cacao, tabaco, madera, cera, pita y suelas; del Perú traen harinas, botijas, vino, aguardiente, aceite y aceitunas. Al reino de Tierra Firme llevan cacao, y algún tabaco, y de regreso cargan las embarcaciones ropa de Castilla, cera y fierro, tablones de cedro, caoba, cocobolos, negros y perlas.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
El comercio con el Chocó en los dos viajes que anualmente se permiten, es de carnes, sebo, quesos y sal, con algunas botijas peruleras; véndese todo a trueque de oro y vuelven las embarcaciones cargadas de brea, y tablones de cedro. A Payta y Trujillo llevan alguna madera, cocos y cacao; y traen harinas, azúcar, pescado salado, cordobanes, jabón, piedras de sal, algunos granos, cajetas de dulce, aceitunas, lonas y algodón. A Guatemala se permiten dos viajes todos los años, solo se llevan vinos y aguardientes del Perú y traen tinta añil, palo brasil, pocos bálsamos y caña fístola. Los mismos viajes y efectos se permiten al Realejo, de donde regresan jarcia, brea y alquitrán. Cuando su Majestad o los Excelentísimos señores virreyes conceden licencia para Acapulco, llevan cacao, y algún botijambre, y traen 34
loza, olores y especerías de Phelipinas. El Comercio con los puertos de Ilo, Ica, Arica y demás que llaman “Intermedios”, está prohibido por el Excelentísimo Señor Virrey de Lima, con notable perjuicio de esta Provincia. Por tierra comercia con toda la serranía; por las Reales Bodegas de Babahoyo, se interna la sal del Morro y Punta de Santa Elena, el cacoa, la cera, tabaco en rama, arroz, pita, pescado, algodón, mucho ganado vacuno, caballar, y mular, el botjambre que viene del Perú; ropa y fiuerro de Tierra Firme; tinta y brasil de Goathemala; loza, olores, y especerías de Acapulco; cordobanes y jabón de los Valles. Por las Bodegas de Yaguache se comercia con Riobamba, y Provincia de Alausí, y por la de Naranjal con Cuenca y Loja, conduciendo
los mismos efectos; y de la sierra traen las harinas, cascarilla, paños, lienzos, bayetas, sayales, y toda especie de frutos de la tierra10 (Zelaya, 1765: 98-99). La carga que traen las embarcaciones de los puertos de Nueva España, Panamá, el Perú y Chile, con lo que se transporta de las serranías de Quito... asciende todo a cerca de 200.000 pesos; lo principal suele ser aguardiente, vino, hierro, ropa de Castilla, aceite, jarcia y bayetas lienzos de la tierra, tintas, alquitrán, cordobanes, harinas y otras menudencias que nunca igual su consumo el valor de lo que se coge en la misma provincia. (Requena, 1770). Dentro del panorama iberoamericano a partir del s. XVIII, Guayaquil tuvo un rol importante dentro del comercio regional, igualado al de Callao y Panamá. Ilustración 5. Diagrama de rutas externas
CHILE
VIÑA Y VALPARAÍSO NUEVA ESPAÑA
TIERRA FIRME
MÉXICO
PANAMÁ
GUAYAQUIL
GUATEMALA
PERÚ
LIMA Y CALLAO
10 Zelaya, 1765
4. El Golfo de Guayaquil y vilización de algunos pobladores Al momento de la llegada de los de Puná a Tierra Firme (Panamá), peninsulares, parece que los pusu dinámica. Puná, es el lugar que es mencionado de manera repetitiva por los cronistas de la Colonia Temprana, las referencias son constantes sobre la belicosidad de sus habitantes, así como de las permanentes disputas, tanto con la gente de Túmbez como con los peninsulares. Los peninsulares decidieron detenerse en Puná debido a las informaciones de gran poder y riqueza que les habían sido proporcionadas. Encontraron una sociedad con territorio definido y unidad político - administrativa que les fue difícil de dominar como se puede ver en las referencias de algunos cronistas como Fernández de Oviedo, Las Casas y Garcilaso de la Vega. “y el alzamiento que el cacique e indios de la isla de Sanctiago habían ordenado, se castigase e les fuese hecha la guerra. Esta isla se llama, en lengua de los naturales della, la Puna, y está en tres grados de la línia equinocial; e apremiados los indios, la desampararon e se pasaron a la Tierra Firme. E por ser aquella isla tan rica, fértil y poblada, e que no se acabase de destruir, soltó el gobernador don Francisco Pizarro al cacique, e asegúrole, porque recogiese su gente que andaba alterada e derramada, e se tornase a poblar. Y él fue my alegre e contento, acordándose que en su prisión se le hizo buen tratamiento, e dijo que iba con voluntad de servir a sus majestades de ahí adelante”. 11 En este texto, Fernández de Oviedo, nos da información sobre varias cosas. Este cronista menciona a Puná como la isla de Santiago, es decir la relaciona con la ciudad Santiago de Guayaquil, lugar donde evidentemente se encontraba asentada la sociedad que ellos denominaron Guancavilcas. También nos informa sobre la mo-
hecho que no ha sido comprobado, pero si analizamos detenidamente el momento en que se realizó la pacificación de Puná, pudo ser posible, debido a que los vientos al norte apoyan notoriamente la navegación a vela durante la mayor parte del año en la zona.
Es notorio que para los peninsulares, uno de los rasgos culturales que más les llamó la atención fue la presencia de naves grandes y pequeñas (balsas), que en gran número eran las encargadas del tráfico del Golfo de Guayaquil y la costa del actual Ecuador y extremo norte de Perú, especialmente la zona entre cabo Pasado y Túmbez. Relación general de las poblaciones españoles del Perú, hecha por el licenciado Salazar de Villasante: Desde este puerto de Paita, yendo por la mar, hay a la ciudad de Santiago de Guayaquyl sesenta leguas, y seis leguas antes de llegar a Guayaquil está la isla de La Puná, a do surgen los navíos grandes, y los pequeños allegan a surgir a Guayaquil junto a las casas, en el río. No suben los grandes, por ciertos bajos que tiene el río por do suben. Desde la isla La puná a la boca del río hay dos leguas, y de la boca a Guayaquil cuatro. Salazar de Villasante, nos presenta un esquema geográfico bastante claro, indica varias cosas, enfatiza el hecho de que Puná es una isla que se encuentra estratégicamente ubicada, lo que hacía que los navíos grandes y pequeños realizaran una parada antes de subir a Guayaquil. El tramo Puná-Guayaquil es de gran cuidado para los navegantes, incluso en la actualidad, esto se debe a que la condición del río hace que este acumule una enorme cantidad de material de arrastre, lo que ocasiona que se formen pequeñas islas, bajos y otros accidentes que provocan que la navegación sea bastante inestable.
neños no estuvieron bajo el dominio incaico, pero si encontraron evidencias de sus conflictos con los vecinos. Las pesquerías de los nativos de la isla eran obtenidas de una amplia región marítima, así como las vías comerciales eran desarrolladas con pueblos vecinos de Naranjal, Balao y otros, al igual que con las rutas que bajaban de los Ríos Daule y Babahoyo. Parece ser que el sistema de comercio de los mercaderes de la costa noroccidental, comandados por los Punáes y Manteños, junto con las producciones de la puna cuzqueña y circum Titicaca, sirvieron básicamente para sostener económicamente las sociedades de la zona. Algunos investigadores han propuesto una reconstrucción del sistema socioeconómico de la Puná.12
La propuesta de Volland (1995), sostiene que el sistema de Puná tenía las siguientes características: un jefe principal con su séquito de esposas y nobles, clara diferenciación de rangos y linajes, permiso de matrimonio entre hermanos, gran población, un centro de redistribución que fungía de capital, aldeas pequeñas relacionadas al eje central, cultivo de tubérculos, hortalizas, caza de animales, presencia de animales domésticos y explotación de la pesca. Queda poco claro si redistribuían, así como si existía tributo entre los isleños.13 Por lo mencionado, se puede decir que sí se manejó el trueque y el tráfico de bienes, seguramente debió existir un grupo de especialistas. De lo encontrado se deduce que el territorio dominado directamente por los punáes era la isla en sí misma, a esto debemos agregar territorios de tierra firme que fueron dominados indirectamente, tales como Túmbez y el sitio La
11 Fernández de Oviedo, 1959. (1535/57). Historia General y Natural de las Indias. Tomos 1 y 5. Biblioteca de Autores Españoles Vol. 117 y 121. Madrid. tomo 5, libro 2, capítulo I,: 33-34. 12 Martin Volland. Los Punaes: una jefatura del periodo de Integración Tardío. Miscelánea Antropológica Ecuatoriana No.8: 15-28.1995 José Alcina Franch. El modelo teórico de jefatura y su aplicación al área andina septentrional norte. En Miscelánea Antropológica Ecuatoriana No.6: 265-288. Serie Monográfica. Guayaquil. 1986. 13 Volland, ibidem: 22.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
4.1 Punáes
Bola que era desembarcadero de Cuenca14, que estaba a cargo de los punáes, pueblos de Naranjal y Machala. Algunos investigadores han planteado la participación de los punáes en una Confederación de mercaderes15, órgano administrativo que estaría encargado de liderar el comercio de varios bienes y las relaciones socioeconómicas en el pacífico septentrional. Otros investigadores, han propuesto el papel monopolista de algunos productos como la sal, monopolio que parece haber sido tan extenso como en toda el área septentrional andina.16
4.2 Guancavilcas
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
El aspecto que es más relatado en las crónicas, referente a los Guancavilcas es la presencia de balsas y la importancia de la navegación para los habitantes de la zona. Esta información llevó a parte de los primeros arqueólogos ecuatorianos a proponer la presencia de la Confederación de Mercaderes, que está directamente relacionada con la presencia de los Balseros del Mar del Sur17. Los puertos que sirvieron como centros desde donde se manejaban las mayores balsas fueron: Paita, Manta y Guayaquil. “Las mayores balsas que usan los indios peruanos que habitan cerca de montañas, como los de los puertos de Payta, Manta y Guayaquil, son compuestas de siete, nueve o más maderos de palo de balsa, por este orden: que los atan a lo largo unos de otros con bejucos o cuerdas sobre otros atravesados; el de en medio es por la proa más largo que los otros; los cuales van siendo más cortos unos que otros cuanto más se apartan de los lados; de suerte que vienen a quedar en la proa con la figura y proporción que guardan los dedos de la mano extendida, puesto que por la popa son iguales; encima hacen tablados, para que no 36
se moje la gente y ropa que va en ellas con el agua que les entra por las junturas de los leños. Navegan por la mar a vela y remo, y son algunas tan grandes, que caben holgadamente cincuenta hombres. El peligro que tiene esta embarcación, es ser muy aparejada, para si los indios quieren urdir alguna traición, porque la pueden ejecutar de improviso, desatando sutilmente los palos y deshaciendo el compuesto; y ellos, como son grandes nadadires y no les impide la poca o ninguna ropa que llevan encima, escapan nadando, y los que no saben nadar parecen ahogados. Así lo hicieron los isleños de la Puná con los soldados del Inca que les pretendió conquistar.” 18
4.3 Chonos Desde el s. XVI varios cronistas y declarantes en probanzas hablan de los Chonos, como un grupo ubicado en la cuenca del Guayas, jurisdicción de la ciudad de Santiago de Guayaquil. En esta parte le daremos énfasis a la información proporcionada por las crónicas de Diego de Urbina, que hace referencia a la provincia de los chonos, caracterizándolos como buenos navegantes y magníficos constructores de balsas19. Girolamo Benzoni20 menciona al Río Chione a cuarenta millas del mar y afluente del Guayas. Diego de Trujillo presenta a los chonos como conocidos enemigos de los huancavilcas21. Miguel Cabello de Balboa cita a los chonos junto a los huancavilcas, como los grupos que habitaron la cuenca del Guayas, que en su momento era el Río Amay y de Santiago. Reginaldo de Lizarraga22 menciona que en la zona de Guayaquil existían dos naciones de indios, unos llamados huancavilcas y otros que se llaman chonos. Hacia el s. XVII la provincia de los chonos era una de las tres que conformaban los términos de la ciudad de Guayaquil. Lastimosamente, a partir del
s. XVIII varios historiadores conocidos como Juan de Velasco, Federico González Suárez, Miguel Aspiazu, Emilio Estrada, Alfredo y Piedad Costales, incluyen a la nación Chono como parte de los Huancavilcas. En 1964, Dora León Borja, da una imagen más justa para los chonos. El territorio Chono, Daulis o Daules, constituye todo lo que hoy se conoce como Balzar, Quevedo, Mocache, Palenque, Colimes, Vinces, Guare, Las Ramas, Baba, Pimocha, Babahoyo, Daule, Victoria, Chilintomo, Juján, Sambor, Lorenzo Garaicoa, Yaguachi, Chobo, Milagro, Buca, Naranjito, San Andrés, Taura, Cone, Jelí, Churute, Jesús María, El Naranjal, Balao y Tengel, La Soledad y Colimes. El prestigio de los chonos era bastante notorio tanto por abarcar la cuenca del Río Amay (Guayas) como por las cualidades de grandes comerciantes que tuvieron con los peninsulares. La agricultura, la caza y la pesca complementaron la susbsistencia de los chonos. Usaban balsas y canoas para transportar su alimento y otros elementos. Los chonos eran enemigos tradicionales de los habitantes de la isla Puná, librándose verdaderas batallas entre ellos.
Conclusión La dinámica del Golfo de Guayaquil aún está en proceso de explicación. Los aportes de los cronistas deberán enriquecerse con los recientes hallazgos de la Arqueología, así como la apertura de fronteras para mejorar el entendimiento de los procesos regionales.
14 Anónimo. Descripción de la gobernación de Guayaquil. Revista del Archivo Histórico del Guayas No.4: 62-93. 15 Martin Volland. 1995. Ibidem:23. Jacinto Jijón y Caamaño. Antropología Prehispánica del Ecuador. Coedición PUCE-IECI. 1997. Quito. 16 Roswith Hartmann. Märkte im alten Peru. Bonn. 1968. 17 Jacinto Jijón y Caamaño. Ibidem. 18 Cobo. Idem. libro 14, capítulo 14, 1956: 267. 19 Diego de Urbina. Carta al Emperador. CDIHP III: 544-545. 1543. Ver Anexo No.2 20 Girolamo Benzoni. La Historia del Nuevo Mundo. Museo Antropológico del Banco Central del Ecuador. Guayaquil. 1985. 21 Trujillo, D. De. Relación del descubrimiento del reino del Perú. En Conde Canilleros (Ed.) Tres testigos de la Conquista del Perú. Pp.117-141. Madrid. (Colección Austral No.1168). 1964 (1571) 22 Reginaldo de Lizárraga. Descripción breve de toda la tierra del Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile. Biblioteca de Autores Españoles No.15. Madrid. 1909.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
5. Bibliografía.
CULTURA MILAGRO–QUEVEDO NUEVAS EVIDENCIAS SOBRE LA PRESENCIA DE LOS TSÁCHILAS, COLORADOS O YUNGAS.
Lic. Rocío Murillo Macay
1. INVESTIGACIONES REA- participaron arqueólogos ecuatorianos y extranjeros. LIZADAS
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Cuando los europeos llegaron a nuestras tierras, varios señoríos étnicos ocupaban diferentes zonas, dos sociedades complejas compartían territorio en lo que actualmente son las provincias de Los Ríos y Guayas, denominadas por los arqueólogos que la descubrieron y de acuerdo a la toponimia de los sitios, estas son las culturas: Milagro Quevedo y Huancavilcas. Era el Período de Integración, el de las sociedades agrícolas aldeanas supra comunales, con una organización social definida como jefatura o señorío étnico (Enrique Ayala, 2008). La cronología va desde el año 500 d.C. a 1500 d. C., que fue determinada durante la Convención Arqueológica de Guayaquil realizada en el año 1969 en la que 38
Amelia Sánchez, realizó investigaciones arqueológicas de este mismo período, en Buena Fe y Valencia, aledaños al Cantón Quevedo, ella anota que se da un proceso de aglutinación en diferentes regiones y caracteriza a estos pobladores como grupos con organizaciones sociales y políticas complejas. Se incorporaron y se intensificaron nuevas técnicas de cultivo, así como también surgen construcciones de canales, albarradas, terrazas agrícolas, camellones, entre otros. La intensificación de la agricultura trae consigo el intercambio de productos. Esta población muestra evidencias de una jerarquización especializada: los constructores de tolas, los orfebres, los ceramistas, los nave-
Los primeros investigadores de la Cultura Milagro Quevedo fueron Emilio Estrada, Jacinto Jijón y Caamaño y Max Uhle. Emilio Estrada dejó un gran legado histórico en el Museo Arqueológico del Banco Central del Ecuador – Guayaquil, conformado por centenares de piezas arqueológicas de contextos, procedentes de sus investigaciones (cerámica, lítica, metalurgia, textiles, entre otras). Investigaciones posteriores de diferentes sitios dataron con análisis de carbono catorce la siguiente cronología: Ubelaker en 1981, hizo datación con muestras procedentes del sitio Ayalán, y se estimó entre 730 a 1600 d.C.; Michael Muse obtiene dos fechas: 960 a 1242 d.C., correspondiente a Milagro Quevedo Temprano, y 1242 a 1525 d.C, a Milagro Quevedo Tardío; Victoria Domínguez para el sitio Peñón del Río da una cronología de 1242 – 1525 d.C. y finalmente Betty Meggers reportó una fecha con hidratación de la obsidiana entre 460 a 1480 d.C. Las fechas varían de acuerdo al sitio de la investigación y a las metodologías de datación; sin embargo, ratifican que la cultura Milagro Quevedo, perteneció al Período de Integración, caracterizado por la tecnificación de la agricultura, el aumento de la población, la presencia de numerosos sitios habitacionales que hasta se puede hablar de centros urbanos, y no solo se preocuparon por adaptarse al medio ambiente sino que, además, lo mejoraron (Porras, 1987).
El Padre Pedro Porras realizó una compilación de las investigaciones arqueológicas realizadas en el país. Plantea que la zona ocupada por los portadores de esta Fase, está cubierta por montículos artificiales, unos de carácter ceremonial, otros habitacionales y otros para usos funerarios. En estos últimos, se destacan las tolas con tumbas Chimenea, que están compuestas por una serie de ánforas sin fondo aunque la inferior que contenía el fardo funerario si lo tenía, pues aquí se depositaba el cuerpo, y sus ofrendas y, a partir de ésta se colocaban una encima de otra a manera de tubo de hasta 5 metros de altura (1987). El territorio ocupado por los habitantes de la cultura Milagro Quevedo fue extenso, entre otros sitios, se han reportado evidencias en: a) Sitio Novecientos ubicado a 2 kilómetros al Sur de Milagro, b) Los sitios Los Monos y Gante cercanos a Milagro, es aquí, donde se reportaron las primeras tolas funerarias con chimenea y artefactos de cobre no trabajado, c) Lomas Partidas y Papayal, en comunidades del Ingenio Valdez, d) La Elisita cercano a Milagro, e) Yumes y Peñón del Río en el margen oriental del río Babahoyo a 5.5 km. de Durán y a 1.25 km. al Este de la ribera del mismo río. Amelia Sánchez (2007) en el Proyecto Multipropósito Baba, componente arqueológico, determinó la presencia de 23 sitios arqueológicos, de ellos se excavaron 11, en el que se incluyen montículos artificiales y naturales, en planicies o cuchillas de quebradas. Los sitios excavados fueron: Mirador, El Cielo, Bahareque, Chaune, La Muga, Gran Cacao, Tola Perdida, Carrao, Cubos, Peripa del Baba, y Tres Bailejos. Las investigaciones concluyeron que los sitios fueron ocupados en más de una ocasión, y que dichos asentamientos vienen desde el Período Formativo Tem-
prano y Desarrollo Regional. El proyecto fue realizado a pocos kilómetros al Norte del Cantón Quevedo, en los alrededores de Los Vergeles, Buena Fe y Patricia Pilar. Estos sitios parecen haber sido centros urbanos conformados por tolas con rampas y posiblemente alrededor de una plaza central con ocupaciones intensivas. Oswaldo Tobar, investigador que realizó el estudio arqueológico a propósito de la construcción de los Poliductos de la Costa, define dos sitios arqueológicos en el tramo Colimes-Santo Domingo en el sector Patricia Pilar; se trata de dos centros urbanos de la cultura Milagro Quevedo. El primer sitio (N3B3-001) se ubica entre las abscisas 214 – 215 del poliducto y está compuesto por 27 tolas, unas de forma circular, otras alargadas con dimensiones que van desde los 18 hasta los 30 metros. El segundo centro urbano (N3B3-002) se localiza a unos 2 Km. al Norte del primero, específicamente en el km. 217,22, consiste en 14 tolas agrupadas con las mismas formas circulares y alargadas. Guillaume-Gentil y otros (2001) realizaron el Proyecto Arqueológico denominado: La Cadena-Quevedo-La Maná, durante seis años, investigaron un área de aproximadamente 400 km². El objetivo del proyecto era interpretar y entender Tolas. En las dos primeras temporadas de prospección se identificaron 1219 tolas distribuidas en 111 sitios, estas se encuentran agrupadas hasta en 58 tolas. Por la organización espacial, las dividieron en cuatro grupos denominados sistema de gestión del espacio así: a) Sitios con un modelo regular simétrico, b) Asociados a los sitios con un modelo regular, c) Los sitios con un modelo irregular y d) Sitios con montículos aislados de grandes dimensiones.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
gantes, los agricultores, los cazadores, y ¿por qué no? los comerciantes, cuya producción de bienes y servicios además de abastecer las necesidades propias de su población, estaban encaminadas a satisfacer también necesidades de pueblos tanto de la sierra como de la costa. A ello se añaden los trabajos en metalurgia de oro, plata, platino y cobre.
Estas excavaciones dieron como resultado que en los estratos anteriores a las construcciones de las tolas, se encuentran sitios arqueológicos del Formativo Temprano (Valdivia 3500 - 1800 a. C) y Tardío (Chorrera 1200 – 500 a.C) en la base de la tola; también se identificaron asentamientos correspondientes al Desarrollo Regional, mientras que los hallazgos atribuidos al Período de Integración Milagro Quevedo, provienen de intrusiones que perturban la superficie
de la tola y cortan las ocupaciones anteriores (Guillaume-Gentil, 1999). Otra zona que ha reportado montículos artificiales o tolas, cercanos a nuestra área de estudio, es el sector de Patricia Pilar en el antiguo trasvase, en Agua Fría – La Ceiba, antigua presa, registrándose terrazas aluviales en la parte alta de la meseta y que son de ocupación temporal (A. Sánchez, 2004). Señala además que los si-
tios funerarios de la sociedad Milagro Quevedo, están ubicados en relación directa con el tipo de actividad productiva que realizaban, por ejemplo: los que habitaban en los bosques en la que su actividad productiva era la explotación, los sepultaban en elevaciones naturales, mientras que los grupos que se asentaban en las partes bajas y que su actividad productiva era la explotación de los recursos de los ríos y lagunas, lo hacía en montículos artificiales.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
SITIOS ARQUEOLÓGICOS CON FILIACIÓN CULTURAL MILAGRO QUEVEDO
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Filiación Cultural
Sitio
Ubicación
Período
Cerro Pimocha
Cantón Babahoyo
Integración
Milagro Quevedo
Emilio Estrada
Hacienda Santa Rosa
Cantón Vinces
Integración
Milagro Quevedo
Emilio Estrada
Peñón del Río
Cantón Daule
Integración
Milagro Quevedo
Victoria Domínguez
Las Carmelitas
Cantón Baba
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Los Cerritos
Cantón Baba
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Aspiazu
Cantón Baba
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Los Cerezos
Cantón Baba
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Versalles 1
Cantón Baba
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Versalles 2
Cantón Baba
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Bocachico
Cantón Palenque
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Mocache
Cantón Palenque
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Balzar
Cantón Palenque
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Pechiche 1
Cantón Palenque
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Pechiche 2
Cantón Palenque
Integración
Milagro Quevedo
Florencio Delgado
Poliducto de la Costa Km. 214
Parroquia Patricia Pilar
Integración
Milagro Quevedo
Oswaldo Tobar
Poliducto de la Costa Km. 217.22
Parroquia Patricia Pilar
Integración
Milagro Quevedo
Oswaldo Tobar
Antiguo Trasvase y en Agua Fría
Parroquia Patricia Pilar
Integración
Milagro Quevedo
Amelia Sánchez
La Ceiba, antigua presa, Parroquia Patricia Pilar
Integración
Milagro Quevedo
Amelia Sánchez
111 sitios arqueológicos Proyecto: Quevedo – La cadena – La Maná
Integración
Milagro Quevedo
Guillaume-Gentil
Seis Tolas y Chaunecito, Km, 57 vía Quevedo Santo Integración Hacienda San Fernando Domingo.
Milagro Quevedo
Pedro Porras G.
El Corazón
Milagro Quevedo
George Gumerman IV.
Cantón Pangua
Integración
Investigada por:
2. LAS TOLAS Y PATRONES establecer como procedimiento de Holm (1983) citado por Domínguez construcción: a) Acarreo de tierra (1986), considera que en dicha DE ASENTAMIENTO Quienes formaron parte de la cultura Milagro – Quevedo construyeron y reutilizaron las tolas de tipo funerario, contaban con tumbas que tenían cámaras laterales y un complemento peculiar era el de construir tumbas con chimenea edificadas en base a la colocación de varias urnas grandes de barro (4 ó 6) y la característica es que esta última, donde reposaba el difunto era la única que tenía base, sobre ésta se colocaban las demás una sobre otra. La diferencia en las ofrendas fúnebres nos hace pensar en una sociedad jerarquizada y al parecer no todos gozaban de los mismos atributos, algunos llevaban ajuares suntuosos con metales preciosos. En general, la presencia de montículos artificiales o tolas, es notable en toda la cuenca del Río Guayas, se construyeron tanto en sitios bajos, cerca de ríos y esteros, como en zonas altas y de compleja topografía entre la cuenca y la cordillera. Para el Período de Integración, según Amelia Sánchez (2006), en los asentamientos de MilagroQuevedo se identificaron tres tipos de sitios funerarios: a) En elevaciones naturales, b) En montículos artificiales reutilizados que fueron construidos en épocas tempranas con otros fines y utilizados tardíamente para enterramientos y c) En montículos construidos exclusivamente para enterramientos. En este último caso se ha podido
hasta el lugar elegido para construir el montículo, b) Excavación de las fosas en la llanura para realizar los entierros, c) Descendimiento de las urnas con los restos humanos y ofrendas, d) Colocación de tapa sobre los entierros con urnas y e) Depósito de tierra alrededor de los entierros. Los entierros en montículos no tenían un mismo patrón, de acuerdo con el siguiente cuadro el tipo de enterramiento dependía de la clase de montículo y de su ubicación en la cuenca del Guayas, alta, media o baja.
3. METALURGIA En Milagro Quevedo se trabajó el cobre, el oro, plata y tumbaga representados en narigueras, pinzas, agujas, cascabeles, anzuelos, cuchillos, cinceles, perforadores en contextos de viviendas. Estrada, en la tola las Palmas cerca al cantón Milagro, encontró más de 150 hachas, campanas, narigueras, cuchillos, cinceles y pinzas, planchas gruesas de cobre identificadas como hachas ceremoniales en la cuenca del Guayas, en ellas se destacó una cabeza redonda con un rostro muy esquemático en forma de corazón, atribuibles a la lechuza o águila arpía, esto es, en contextos funerarios. Pero tantos trabajos en metal, ¿de dónde procedía la materia prima para los trabajos en metalurgia?
zona no hay vetas de cobre, cree que el elevado número de hachas no fue de minería propia sino producto del trueque, posiblemente con el austro andino. Domínguez plantea que en un principio cuando no conocían como trabajar el metal, se dio el trueque, pero cuando aprendieron las técnicas, se intercambiaba solo la materia prima. Se desconoce la existencia de ríos auríferos en la provincia de Los Ríos, sin embargo el Instituto Ecuatoriano de Minerología (Yolanda Navas en: Angamarca en el siglo XVI ) en su boletín de 1986, menciona la existencia de oro, plata y otros metales en este territorio y que incluso este metal fue explotado en la época colonial en las minas de Macuchi y Nuestra Señora de Angamarca, hasta 1939 aún se explotaban minas de oro en Macuchi dentro de la actual provincia de Cotopaxi.
Pectoral de oro, Milagro Quevedo MBC.
PATRONES DE ENTIERROS EN LA CUENCA DEL RÍO GUAYAS ZONA
CLASE DE SITIO FUNERARIO
CUENCA ALTA
Montículos artificiales
No se reportan entierros en urnas. Entierros primarios y secundarios sin urna.
CUENCA MEDIA
Montículos artificiales Montículos reutilizados.
Entierro secundario en urna con tapa y múltiples.
CUENCA BAJA
Elevaciones naturales Montículos artificiales.
Entierros primarios y secundarios sin urna. Entierro secundario en urna con una tapa.
Tomado de: Proyecto Multipropósito Baba – componente arqueológico, 2006.
“Hachas Monedas” Milagro Quevedo MBC.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
TIPO DE ENTIERRO
Las investigaciones arqueológicas realizadas en los alrededores de la provincia de Los Ríos, evidencian que los cantones de Buena Fe, Valencia, Quevedo y parte de los cantones Babahoyo (Pimocha y la cabecera cantonal de Babahoyo) y Palenque, son espacios que fueron ocupados por los habitantes de la cultura Milagro Quevedo. Mientras que la parte Sur de los actuales cantones: Palenque, Baba, Babahoyo fueron territorio que compartían los Huancavilcas. Son pocas las investigaciones arqueológicas que nos ayudan a determinar con exactitud quienes se asentaban en el resto del espacio fluminense, lo que sí está demostrado es que, mientras los cantones ubicados hacia el Sur y Oeste eran comarcas del cacicazgo Huancavilca, el actual cantón Quevedo y los cantones que ocupan la parte Norte y Este de la Provincia de Los Ríos, eran comarcas de los cacicazgos de Sigchos y Angamarca.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
4. LA COLONIA A la región de Angamarca en los siglos XVI y XVII, se la conoce con el nombre de “Provincia de Angamarca”, se localiza entre las estribaciones de la Cordillera Occidental de los Andes Centrales y la depresión interandina; Angamarca debió comprender parte de las actuales provincias de Bolívar, Cotopaxi, Los Ríos y Tungurahua y sus principales asentamientos estuvieron ubicados en el actual cantón Pangua. Se caracteriza por la variedad de pisos ecológicos, ostenta formaciones que van desde el Bosque Húmedo Tropical al Páramo Pluvial Subandino. La parte baja o llanura se ubica bajo los 300 m.s.n.m., mientras que la parte alta de la Cordillera se halla sobre los 4000 m.s.n.m. Por la diversidad de pisos ecológicos y la variedad de pisos climáticos, la provincia de Angamarca se asentó 42
sobre dos regiones: Costa y Sierra, a los de la parte baja, por presentar un clima caliente propio de nuestra costa ecuatoriana, se los denomina Yungas o de las tierras calientes. Sigchos y Angamarca son regiones que están situadas en un espacio con características ecológicas comunes y con acceso a los valles calientes de la Costa y la Sierra, probablemente compartieron territorio de un mismo grupo étnico denominado “Los Colorados”. Para Frank Sálomon, los Tsáchilas de Santo Domingo, en época preinca, fueron un pueblo cultural y lingüísticamente emparentados con los pueblos de la serranía latacungueña que pueden mostrar alguna diferencia en lo relacionado con la adaptación al medioambiente; que la formación de estos pueblos como “redes delimitadas” marcadamente diferenciadas de sus contemporáneas en la Costa y en la Sierra, lo que se acentúa en tiempo de los incas siendo destinadas a erigir fronteras políticamente defendibles, pero económicamente permeables. Los documentos coloniales al referirse al grupo étnico de la provincia de Angamarca, y para diferenciar a los colorados de los pisos ecológicos altos, se los identifican como “Yungas Colorados”, “Yungas de Angamarca”, “Colorados de Angamarca”, “de los Calientes de Angamarca”. A estos Yungas de la parte baja, se los describe como bárbaros, habitan en el monte áspero donde también abundan animales feroces, tienen la costumbre de pintarse de color rojo con achiote. En el año de 1568 el capitán Contero fundó la ciudad de Castro en el Valle de Vili, esto es en las cercanías de la actual Quevedo. Contero, quien había sido Corregidor de Guayaquil por varios años y que además había pacificado Quijos, recibió de Lope García de Castro, el título de Gobernador de
Esmeraldas, pero en territorio no colonizado entre el Cabo Pasado y la Bahía de Buenaventura. Martín Carranza, yerno de Contero, se encontró con su suegro en Guayaquil con alguna gente que se alistaba a salir de vuelta a Lima en plan de descubrimiento (Jijón y Caamaño, 1940), el recorrido de Contero y Carranza fue el siguiente: “A principios de octubre partió, por el río de Babahoyo y metiéndose por unas montañas desiertas, anduvo perdido, hasta que el segundo día de Navidad, dio Carranza con una <<provincia poblada de buena gente y vestida, y que todos andan adornados de joyas de oro en las narices y en las orejas y labios de abajo>> … De allí, ya juntos los dos jefes, fueron al valle de Vili 1 en donde fundaron la Ciudad de Castro <<a la ribera de un río que baja de los Sichos y entra en el río grande de Guayaquil>>2 <<Donde a pocos días se entendió por indios Sichos, Angamarcas, mercaderes, que estábamos en el paraje de los Sichos y que todos los indios Sichos, Tomavelas, Canzacotos y otros muchos pagaban tributos del oro que bajaban a rescatar con unas taleguitas de sal que pesaban a poco más de libra y media, y que además del oro que con esta sal compraban, compraban algodón y ají y pescado seco y otras cosas. <<Salieron luego de paz de las provincias de Bunigando y Maynomo y Caligua y Guapala y Combi y Calopi y Mollo y Longozaso y Amboyo; las provincia de Hondana, Pucama y Ohongo y otras no quisieron dar obediencia>>.3 Las poblaciones Bunigando, Maynomo, Caligua, Guapala, Combi, Calopi, Mollo, Longozaso, Amboyo, Hondana, Pucama y Ohongo, eran territorios que posteriormente formaron parte de lo que actualmente es la provincia de Los Ríos, pero que en época de la incursión
1 Vili, Bili o Huilli? 2 Jijón y Caamaño, 1940, T.II, pp. 74 3 Jijón y Caamaño, 1940, T.II, pp.74 Los nombres con negrilla son sitios ubicados en el alto Babahoyo, actual provincia de los Ríos.
De acuerdo con la cita de Carranza, se puede inferir que la fundación de Contero tuvo cierta resistencia de los pueblos arriba mencionados, pues no fue sencillo instaurar instituciones hispanas, la labor misionera como el cobro de tributos encontraron obstáculos, se producía resistencia y migraciones para escapar de dichas imposiciones. En 1576 se produjo una insurrección de los indios yungas. Para 1585, Lucas Porcel encomendero de Angamarca, al hablar de sus indios decía que tenía más de doscientos entre las zonas alta y yunga y se quejaba de que no
recibía beneficios de los de las tierras calientes (yungas) debido a que se encontraban esparcidos en un espacio de veinte leguas, a diez leguas de Angamarca; consideraba difícil el acceso a la zona y decía que los yungas carecen de doctrina, que casi siempre están en guerra. Porcel veía muy necesaria la reducción. En 1592 el padre Onofre Esteban, había convertido al cristianismo a los colorados de Angamarca. Sin embargo en 1604 Diego Porcel, también encomendero de esa época, va a poblar la zona yunga para que vivan en pulicia (sic) y adoctrinarlos en la Santa Fe Católica. Años más tarde de la llegada de los españoles, Los Colorados (Tsáchilas), comenzaban a dispersarse y adentrarse en las montañas en-
tre ellas Palenque Alto; se dice que los Mangaches también ocuparon territorios del Palenque Alto y que aunque la mayoría ya hablaba algo de español, ellos tenían su propio dialecto de la lengua de los Colorados. Para Frank Salomon, Yungas es palabra sur – andina que se utilizaba durante el siglo XVI por los moradores de las montañas occidentales de Latacunga y se comunican con Sigchos y Angamarca. Para este y otros autores los Yungas habrían sido los mismos pobladores llamados Colorados. Para Cabello de Balboa (en: Jijón y Caamaño, 1940), el territorio que va desde la Cordillera Occidental de los Andes hasta el Daule, fue poblado por los Campaces, superponiéndose el territorio ocupado
Área de los Yungas Colorados, tomado de: Morales y Eloy, Juan.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
inca estaban habitadas por Yungas Colorados, identificados también con los nombres de Yungas de Angamarca, Colorados de Angamarca o Calientes de Angamarca.
por los Colorados, de manera que para Balboa unos y otros son los mismos, pero con diverso nombre. De tal manera que para este cronista los límites de los Compaces serían: por el Norte los Niguas, por el Sur Los Guancavilcas, por el Este Los Panzaleos (Sigchos) y por el Oeste los pueblos marinos.
los Incas fue capturado por éstos junto con su hijo mayor Tiban y enviados (desterrados) al Cuzco, le sucedió su hermano Cachitocando, pues Alonso Cunchi hijo menor de Chunchucando, era menor de edad y continuó la dinastía Cando hasta la época de Don Sancho Hacho.
Jacinto Jijón y Caamaño, plantea que entre los pueblos de la actual provincia de Chimborazo (Puruháes) y los del litoral, se encontraban gente de idioma Cayapa – Colorado; a inicios del siglo 20 todavía los Colorados llegaban a Quevedo y las inmediaciones de Babahoyo. Este historiador asegura que hasta 1835 las poblaciones cercanas a Baba, las de Pucheri, Nausa y Chilintomo estaban pobladas por Colorados y no por Huancavilcas. Los indios marítimos se entendían todos entre sí, eran pueblos Huancavilcas y su idioma era semejante al Puruhá.
El primer encomendero de Angamarca fue Juan Lobato de Sosa, cuando se instauró la encomienda; al encomendero se le asignaba un grupo de indígenas, la cantidad dependía del lugar y debían pagar un tributo; en Angamarca se pagaba al inicio en oro, luego en especies, que podían ser: mantas, algodón, gallinas, ají, maíz, papas, entre otras. A Lobato le sucedió Juan Porcel, luego su hijo Lucas Porcel, Diego Porcel, Bentura Porcel y otros
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Para Marcelo Quishpe, (1999) quien hace un estudio sobre la provincia de Los Sigchos, la región Yunga aparece asociada a los pueblos Sigchos, estos se encontraban en varias poblaciones de “colorados niguas” bajo la doctrina de San Lorenzo de Sigchos. Durante el siglo XVI y XVII, los indios Sigchos conservaron íntegramente sus bienes territoriales, ubicados en diferentes contextos geográficos, es así que, el Cabildo de Quito en el año de 1537 reconoció e hizo merced al “gobierno y señorío” de los “Cichos, Niguas y Colorados” en la persona de don Cristóbal Tuzasanin quien los había poseído más de 76 años. Entre las versiones de los candidatos a caciques que son como prueba para legitimar los cacicazgos se menciona que los primeros caciques de Angamarca desde antes de la llegada de los incas, quien gobernaba fue Chunchucando. En el combate entre Angamarcas y 44
Es probable que los indios Sichos y Angamarcas mercaderes, a los que hace referencia Carranza, citado por Jijón (1940), son los Colorados de la parte alta (de la Sierra) de Angamarca que bajaban a comercializar oro procedente de las minas de Macuchi, mientras que los colorados Yungas de la parte baja, intercambiaban, algodón, ají, sal y pescado seco. Para Rita Díaz, en los años de 1727 y 1728 algunos Colorados estaban distribuidos en los pueblos de Nanegal, Cachillacta y Alambí. Para 1741 refiere otro grupo de Colorados, pero esta vez en Santo Domingo y San Miguel anexos al pueblo de Cansacoto. Menciona además que La Carta de la Provincia de Quito (1750) seguía registrando a dos grupos de Colorados, uno en Angamarca y otro en Santo Domingo. Paul Rivet en 1907 sugiere que el territorio de Los Colorados, coincide exactamente con la zona en que se encuentran las tolas, que abarca la parte superior de los
valles y afluentes del Daule, Quevedo y Babahoyo (Rivet en: Ramírez, 1996). Estrada (Ídem) también comparte esa idea y dice que la época de las tolas funerarias en la cuenca del Guayas, Daule y Babahoyo, corresponde a la invasión de los indios Cayapas Colorados. Otto Von Buchwald en 1918, corrobora que aún a principios del siglo XX, existe la presencia Tsáchila en zonas adyacentes a Quevedo en la parroquia Ramón Campaña y en las cercanías a Angamarca La Vieja (Navas 1990). En honor a los Tsáchilas me permito resumir las características generales de dicha nacionalidad.
LOS TSÁCHILAS María Augusta Vargas, (2009) realiza el estudio sobre la nacionalidad Tsáchila, y los ubica en la provincia de Santo Domingo de Los Tsáchilas, tiene alrededor de 3000 personas que ocupan aproximadamente 10.500 ha. Existen dos Gobernadores: el Democrático que es elegido en las urnas, y el Vitalicio, que es auto proclamado como tal, ambos representan a las siete comunas. Las siete comunas Tsáchilas son las siguientes: Comuna Territorio Hectáreas Búa 2885 Cóngoma 2104 Chihuilpe 1231 El Poste 1284 Los Naranjos 448 Otongo Mapalí 1300 Peripa. 608
Habitantes 538 620 359 328 210 166 125
Fuente: La Cultura Tsáchila en la Aldea Colorada Rescate y fomento de su identidad, 2009.
Por tradición, el Gobernador tiene varias responsabilidades, ejercía el poder nombrando jefes de sus grupos, estos jefes eran poné (hombre sabio, sanador, responsable de la salud de la comunidad). Actualmente la dirección de cada comuna es compleja, en su
Miembros de la nacionalidad Tsáchila y vivienda “colorada” (Fotos M. Augusta Vargas).
Según este estudio el antiguo modo de vida estaba basado en la extracción de recursos del bosque, mediante la caza, la pesca, la recolección la producción de alimentos en las chacras aledañas a sus viviendas. Actualmente su modo de vida está articulado al mercado y su economía monetarizada; la caza y la pesca son escasas porque la fuente de estos recursos ha ido desapareciendo, algunos viven en zonas urbanas, ya no practican actividades agrícolas, mientras que los que viven en el campo todavía realizan actividades relacionadas con su medio. Los ponés o curanderos gozan de una situación económica que en ocasiones se puede decir que es holgada pero hay familias que tienen serias privaciones o necesidades. La cercanía a la ciudad y el contacto con otros patrones culturales ha propiciado el abandono de sus creencias, conocimientos y costumbres,
como el uso del atuendo tradicional, la arquitectura, alimentación y la celebración de sus festividades y ceremonias ancestrales.
CONCLUSIONES Han sido algunos los investigadores interesados en esta Cultura y que han proporcionado aportes valiosos que han permitido determinar el espacio geográfico y las condiciones de vida que tenían estos pueblos que pertenecieron a la Cultura Milagro-Quevedo. Quienes habitaban la actual provincia de Los Ríos, eran los Yungas Colorados y los Huancavilcas; los primeros ocupaban territorios de la parte alta y baja de la región de Angamarca, debido a los diferentes pisos ecológicos, a diferencia de que los colorados de arriba eran serranos y los de abajo eran yungas o de tierras calientes. Los Huancavilcas, los Quilcas y Mocaches, que aparecen en los mapas antiguos, probablemente sean tribus Huancavilcas vecinos de los yungas. El señorío étnico que describe Contero en la recién fundada “Ciu-
dad de Castro”, en los alrededores de Quevedo, y que vivían en montículos y que los cronistas denominaron Yungas Colorados es el mismo grupo étnico que los arqueólogos denominaron Cultura Milagro – Quevedo, que con la incursión española, poco a poco fueron abandonando sus tierras para adentrarse en las montañas de la actual provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas. La Cultura es cambiante y de las manifestaciones culturales de los Tsáchilas que practicaban hace 60 años, son pocas las que se mantienen y las que persisten tienen ciertas variaciones producidas por el contacto con otras culturas de los occidentales y es muy difícil mantener una identidad cultural de hace 500 años, después de haber sido objeto de varias etapas de incursión, que además de apropiarse de sus territorios, lo hicieron de su cosmovisión. Toda la riqueza cultural e histórica que se refleja a través de este trabajo, debería llevarnos a poner énfasis por conocer y defender nuestra identidad.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
interior tienen el Cabildo con un presidente, eligen un secretario, un tesorero, y un síndico. Tienen además tenientes vinculados a la Gobernación Tsáchila y mantienen relación directa con las autoridades del Gobierno Central.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Foto del Banco Central de Guayaquil, lugar donde reposan las piezas arqueológicas.
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TRONO SAGRADO EN CHORNANCAP,
UN TEMPLO DE LA CULTURA LAMBAYEQUE - PERÚ
Arqueólogo Carlos Wester (Perú)
HUACA CHOTUNA
Ubicación y localización
El complejo arqueológico Chotuna - Chornancap está situado a 8 Km. al Oeste de la ciudad de Lambayeque, a 4.5 km. aproximadamente de la línea de la playa de San José, ubicado en el Distrito, Provincia y Región Lambayeque. Zona costera del norte peruano. El complejo arqueológico limita: Por el Norte: Comunidad Campesina de Mórrope (Distrito Mórrope); por el Sur: Comunidad Campesina de San José (Distrito San José); por el Este: Campos de cultivo y ciudad de Lambayeque (Distrito Lambayeque); por el Oeste: Campos de cultivo y el Océano Pacífico (Distrito de San José y Mórrope).
Descripción de los componentes del sitio
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
El complejo Chotuna – Chornancap es uno de los principales monumentos arqueológicos, que se conserva casi intacto a pesar del paso de los años y la acción depredadora del hombre. Ubicado a 8 km. al oeste de la ciudad de Lambayeque, se emplaza sobre una extensa llanura arenosa, cubriendo un área aproximada
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de 95 Hectáreas, la superficie está formada generalmente por la presencia de dunas estables, algunas de las cuales se hallan sepultando parcialmente importantes estructuras arquitectónicas; otras posiblemente han cubierto totalmente edificaciones o rasgos arquitectónicos menores. De los reconocimientos superficiales realizados se constata la presencia de posibles áreas de cementerios y áreas de viviendas, por la evidencia en los sectores donde se aprecian restos de osamentas humanas, de fragmentería de cerámica dispersa e intensa actividad doméstica.
El entorno que rodea el área arqueológica monumental, está definida actualmente por campos de cultivo dedicados al sembrío de arroz, algodón y de productos de pan llevar, sin embargo entre estos terrenos, también se ven montículos arqueológicos, apreciándose la ubicación de algunas viviendas en los límites del área arqueológica, sobre todo por sus lados sur y este, mientras que hacia el oeste apenas a 4 kms. se ubica el litoral del Océano Pacífico. El complejo Chotuna está definido principalmente por una estructura de adobe de forma tronco – piramidal, de 40 m. de altura aproximadamente; hacia el frente oeste se inicia una larga rampa circunfePanorámica de gran parte del complejo arqueológico Chotuna - Chornancap.
rencial por los lados oeste, norte y este de la pirámide hasta llegar a la parte superior de la misma. Hacia el oeste, cerca de la rampa, se aprecian los restos arquitectónicos de lo que fue un gran recinto rectangular, habiéndose registrado evidencias que se trataría de un espacio dedicado a desarrollar diversas actividades artesanales y de especialización, posiblemente talleres (Donnan, 1989). Hacia el lado sur-este del monumento, se ubican grandes espacios amurallados de forma rectangular, construidos con adobes de regular tamaño, cuya función aún no es clara, debido a la falta de investigaciones ya que se presentan como simples corralones o posiblemente áreas para actividades rituales y administrativas, que debieron demandar grandes concentraciones de personas. Hacia el lado nor-este y formando parte de este complejo, también se observan otras estructuras platafórmicas de menor volumen que la pirámide principal, conocidas con los nombres de Huaca Gloria, Huaca Susy y Huaca Norte.
HUACA CHORNANCAP Teniendo como antecedentes las últimas excavaciones realizadas en el año 1984, dirigidas por el Dr. Christopher Donnan de la Universidad de California UCLA – USA, con su equipo de arqueólogos obtuvieron el registro del denominado patio con murales polícromos, ubicado en el frente noreste del edificio principal del Templo de Chornancap. Se consideró necesario, en la temporada 2009, reiniciar las excavaciones arqueológicas de este sitio.
Ubicación
Chornancap, forma parte del Complejo Arqueológico de Chotuna, se ubica dentro de las coordenadas U. T. M. 614255 E y 9257639 N, a 1.5 km, al Oeste de Chotuna, a 3 km del litoral marino y a 17 m.s.n.m. Comprende una zona arqueológica intangible de aproximadamente 21 hectáreas.
Descripción
Es una estructura tronco piramidal de 70 m. de largo por 50 m. de ancho, con una altura aproximada de 25 m., de planta rectangular alargada con eje Este – Oeste, con un desnivel hacia el Este, que se conecta con una rampa central en forma de “T” (Donnan: 1989, 1990 a y 1990b) (Lámina 01). En el frontis este del edificio delimitado por una rampa, se aprecian tres niveles platafórmicos, el
Lámina 01,Panorámica oeste - este de Huaca Chornancap.
la reapertura de aquellas áreas excavadas por Donnan en el frente norte de Chornancap, planteando además una excavación contigua al Oeste del patio de los murales polícromos. Esta área de 20 por 10 m. se excavó totalmente logrando definir una compleja arquitectura que al parecer correspondería al último momento constructivo y a una fase posterior al funcionamiento de los murales.
La excavación al oeste del patio de los murales polícromos, nos permitió identificar un área de singular y excepcional calidad arquitectónica y simbólica, que muestra al centro una pequeña plaza en el eje norte - sur, abierta al norte con acceso a través de un vano que conduce a una pequeña rampa, la que permite el ascenso hacia una plataforma baja con banquetas laterales emplazadas al este y oeste respectivamente; hacia el frente principal de esta plataforma existe un altar a manera de una banqueta longitudinal, en cuyo centro se aprecia una estructura bajo la forma de un trono, tiana o asiento con su respectivo respaldar.
Lámina 02. Vista de norte a sur de la plaza y el trono sagrado en su fase final.
nos aproximan a entender el marcado carácter religioso y político que tuvo el sitio en las diferentes etapas constructivas.
El Trono Sagrado de ChorNuestra intervención se inició con nancap
Excavaciones forma Norte
en la Plata-
Los resultados obtenidos durante las excavaciones en Chornancap, nos revelan importantes elementos arquitectónicos y decorativos, que
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Huaca Chotuna.
primero de ellos a la altura de la superficie actual del área agrícola, el segundo a una altura de 8 m. y el último superior de 25 m. aproximadamente. Hacia el lado norte de Chornancap, existe un corredor determinado por el profundo talud de la huaca y una pared que en el eje Este - Oeste se emplaza a 6.50 m., del frontis norte de Chornancap, determinando un corredor de 12 m. de profundidad con respecto a la superficie actual. Producto del acarreo eólico la arena ha cubierto una importante área, con arquitectura visible en una superficie que fuera parcialmente excavada en la década del 80 por Christopher Donnan, que le permitió reportar no sólo la arquitectura final sino sucesivas fases de ocupación y remodelaciones, sobre todo, un patio con elaboradas pinturas polícromas realizadas sobre la pared superior este a manera de “cenefa”, que reflejan una bien desarrollada tradición artística y colorística, con escenas de amplia diversidad de imágenes y composiciones. Estos murales polícromos de acuerdo a la referencia realizada por Donnan (1989), pertenecerían a la fase intermedia del Complejo Chotuna Chornancap, fechada entre 1100 a 1300 d.C.
Los lados de la plataforma presentan corredores a manera de accesos de restringida circulación, que unen el altar del trono con el área de ingreso al norte. Junto al acceso principal se aprecian a cada lado (este y oeste), dos pequeñas estructuras como altares y/o pedestales que definen la forma de una media Chacana con círculo central. Este elemento constituye un distintivo singular, que hace que el recinto del trono adquiera una connotación de alto contenido religioso, por el profundo simbolismo que la arquitectura representa (Lámina 05, 06 y 07).
Hacia el lado sur este del altar y trono, se emplaza una estructura cuadrangular como un pequeño recinto que denominamos provisionalmente como “Sacristía” por su significado y la proximidad que tiene al altar del “trono”. Presenta acceso al norte, a través de un sistema de gradas de tres pasos hacia la izquierda del ingreso en la pared; se ubica en un pequeño altar o reclinatorio invertido en cuya pared principal muestra un rectángulo, que al interior presenta restos de un friso con la representación de un felino, con círculos concéntricos en la cola y patas inferiores.
Lámina 03. Planta de trono sagrado en fase final.
Tanto al frente del trono como delante de las banquetas laterales, existen unos pequeños depósitos cuadrangulares distribuidos simétricamente en un número de 17 a cada lado, de igual manera se han dispuesto ordenadamente hacia la proximidad del altar uno a cada lado del trono y otro asociado a este que suman un total de 35 pequeñas estructuras (Lámina 02,03 y 04).
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Lámina 04. 3D plaza y trono sagrado en fase final en Huaca Chornancap.
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Lámina 05. Vista de pódium este, previo a la plaza y al trono sagrado en Chornancap.
Lámina 06. 3D de pódium este, previo a la plaza y el trono sagrado en Chornancap.
Lámina 07. Recreación de Naylamp en el trono de Chornancap (Leonidas Guevara Ramirez).
Actualmente sólo se conserva la parte de la cola y extremidades posteriores. Sospechamos que este diseño estaría simbolizando al “animal lunar”, importante deidad costeña presente en la iconografía Lambayeque, que está representado en vasijas de línea fina y aparece desde épocas tempranas (Mackey y Vogel 2003) (Lámina 08). Este pequeño recinto (Sacristía) está dividido en dos espacios: el primero, inmediato al acceso que incluye el friso del felino y una especie de banqueta con respaldares que simulan ser el asiento que recibió sólo dos individuos a la vez y el otro atravesando un vano, en cuya parte posterior se aprecia un área más reducida determinada por una “mesa” de barro. En su pared sur se observan tres columnas de algarrobo enlucidas y pintadas de color rojo, éstas indudablemente debieron soportar el techo del recinto que llamamos “Sacristía” (Lámina 9 y 10). Lámina 08. Altar o reclinatorio invertido con friso en relieve con la representación de felino
Hacia el exterior de este recinto, existe una pequeña plataforma muy baja en forma cuadrangular, que perteneció a la fase tardía de esta área, donde se desarrollaron actividades vinculadas a la metalurgia, en razón a las evidencias de quema, toberas y hoyos de grandes vasijas que hemos identificado (Lámina 11 y 12).
Lámina 10. Detalle de columnas de algarrobo en su parte central, pertenecientes a “Sacristía”
Fase Intermedia
Continuando con la excavación y con la finalidad de tener una mayor idea de la evolución constructiva que ha tenido el espacio sagrado del “trono”, excavamos al centro de la plaza cerca a las banquetas, logrando identificar una pequeña rampa que define una fase previa en la que no existen las banquetas laterales, y desaparecen los pequeños cubículos, quedando sólo el que se ubica frente al “Trono” (Lámina 13, 14 y 15).
Lámina 11. Detalle de plataforma cuadrangular ubicada delante de sacristía, véase improntas de vasijas.
Lámina 12. Detalle de tobera hallada cerca de la plataforma cuadrangular.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Lámina 9. Vista de sur a norte del recinto “Sacristía”
La conexión de la Fase Intermedia con la “Sacristía” se produce al este, por un acceso en la pared oeste del recinto, que conecta el área del altar y el trono con el recinto, a través de un vano y gradas que en la Fase Final fue clausurada. A esta Fase Intermedia al igual que la Fase Final se asocia el patio de las pinturas polícromas.
Lámina 13. Planta de la plaza del trono sagrado, corresponde a la fase intermedia
La limpieza del relleno que sepultaba la capa blanca del muro, nos permitió identificar algunos grafitis entre los que se puede mencionarse un personaje de alta jerarquía, un guerrero, un individuo que llamamos “El Decapitador o Sacrificador” en razón de que porta una cabeza en cada mano, y finalmente una maqueta de arquitectura clásica de la Cultura Lambayeque (Lámina 16).
Fase Tardía del Templo del Trono Representada por un color verdoso característico del enlucido, que constituye una constante en toda el área de Chornancap y Chotuna, mientras que para la Fase Intermedia, el enlucido es de color gris claro.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Lámina 14. Vista - este oeste de rampa perteneciente a la fase intermedia
Lámina 15. 3D de plaza del trono sagrado de la fase intermedia
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El altar del “Trono” muestra hacia los lados los hoyos de los postes que soportaron el techo, construido exclusivamente para este espacio sagrado, así como para la sacristía. Al profundizar la excavación, debajo de la Fase Intermedia hemos identificado una Fase Antigua, que está asociada a paredes de color amarillo intenso, que determinan un espacio cuadrangular a mayor profundidad. El frente sur de esta fase, está determinado por una pared delgada, pintada de amarillo con dos vanos simétricamente dispuestos en los extremos. En la cabecera de este muro se aprecia un elemento decorativo a manera de cenefa geométrica con diseños “escalonados” en forma de muro “almenado” con elementos elaborados en color blanco,
Lámina 16. Detalle los grafitis del paramento este en el patio de los murales policromos
dispuestos a lo largo del muro sur y posiblemente a los lados este, oeste y probablemente al norte. Estos elementos decorativos se asemejan a las evidencias arquitectónicas, registradas en la década del 80 por Christopher Donnan, en el extremo noreste del sector 2, a unos 100 metros de distancia del recinto principal del trono (Lámina 17, 18 y 19).
Lámina 17. Vista norte – sur de recintos y muro decorado con elementos escalonados en Chornancap (foto Christopher B. Donnan).
Lámina 18. Elementos escalonados hallados en escombros, en el trono fase temprana.
una dimensión diferente, donde la existencia de los escenarios revela las posibles actividades que allí se desarrollaron, orientados por los elementos decorativos de los símbolos religiosos representados y obviamente la presencia humana. Lámina 20. 3D de la fase temprana mostrando los elementos escalonados y el trono sagrado.
Lámina 21. Detalle de muro con frisos en círculos dentro de hornacinas
Lámina 19. Detalle de paramento enlucido y pintado color amarillo y con elementos escalonados de color negro.
En el extremo sur del patio de los murales, las excavaciones realizadas por Christopher Donnan, revelaron una fase antigua previa al de los murales, conformada por un muro orientado de este a oeste, de 4.90 m. de largo por 0.45 m. de ancho, cuyo paramento norte se caracteriza por presentar una decoración en forma de círculos en alto relieve, encerrados dentro de hornacinas, de forma cuadrangular, que miden 70 cm. de ancho por 78 cm. de alto, pero lamentablemente se encuentran parcialmente destruidas por algún fenómeno pluvial ó tal vez por la mano del hombre (Lámina 20, 21 y 22).
Lámina 22. 3D hipotético del muro decorado con frisos circulares
Estos elementos se ubican en la parte anterior al muro donde se encuentran las pinturas polícromas.
EL TRONO DE CHORNANCAP Escenario ritual o espacio de poder
Nuestras excavaciones en Chornancap durante el año 2009, han sido sumamente importantes y con resultados significativos, que nos permiten entender el valor del monumento arqueológico y la relación con las actividades religiosas que se han desarrollado. La arquitectura de la plaza con el Trono Sagrado de Chornancap, nos ubica en
Lámina 23. Chacana con elementos al que se asocian en la Ideología Andina.
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
En la fase temprana (amarilla) sospechamos que debió existir también un altar con un “Trono” techado, evidentemente que esta constituye una proyección siguiendo el patrón definido recientemente en la Fase Intermedia y Fase Tardía.
El Trono de Chornancap fue en su momento un espacio privilegiado y destinado al uso de una autoridad de status jerárquico, físicamente la estructura está asociada al funcionamiento del Templo Chornancap ó Huaca Chornancap. Evidentemente que la plataforma con el trono, el altar, la sacristía y los elementos decorativos, no sólo se articulan físicamente, sino que forman parte de un espacio y/o conjunto religioso que está determinado por la Huaca, como el espacio para el ancestro, el trono como el escenario para la autoridad que ejerce y ostenta el poder; frente a este poder, aparece un elemento fundamental como es la dualidad, expresada en los pedestales o altares que tiene la forma de la mitad de la Chacana con círculo central; la que está al este representaría el elemento solar, la tierra, elemento masculino y la que está al oeste el elemento lunar, el mar y el género femenino. Estas chacanas unidas forman la imagen completa de la cruz andina que articulan los espacios, las dimensiones, los territorios, los ciclos estacionales, al tiempo que se traducen en un concepto ideológico en América andina que llamamos dualidad y complementariedad (Lámina 23).
Hemos realizado una rápida revisión de los diversos temas que aparecen en el Arte Moche, (Hocquenghen 1987, Donnan 1975), representados en botellas de línea fina y otros materiales que simbolizan escenas rituales, ceremonias y actividades que a nuestro juicio, debieron mantener su continuidad en la tradición Lambayeque (Cultura Lambayeque), como producto de la evidente trasmisión de rasgos, costumbres y hábitos que se heredan de una civilización a otra, sobre todo si estas formaron parte de un escenario geográfico y paisajístico común, que en nuestro caso es la costa norte. El Trono de Chornancap nos sugiere la posibilidad por un lado, de explicar su configuración espacial y estructuración arquitectónica desde la óptica de la forma, el diseño y la construcción (técnicas y materiales).
Acaso los “oficiantes” al presentar las ofrendas habrían exclamado ante el Trono del Señor: ¡Ponemos el agua en tus manos simbolizada en estas conchas exóticas, que la naturaleza prodigiosa solo le confiere a gobernantes de tu estirpe! Esta recreación textual la efectuamos, porque no podemos escapar o sustraernos a nuestra interpretación imaginaria, sobre todo si contamos con una escena recreada como la animación adjunta (Lámina 25).
Otro tema está referido a la clásica presentación de una copa conteniendo la sangre de un prisionero sacrificado previamente y que es elevada ante el Trono del personaje principal (Señor) por otro de menor rango, que presenta esta ofrenda como testimonio de la reafirmación del poder y autoridad del señor que es “dueño” de la vida y de la decisión sobre la muerte, tal como se grafica en la imágenes adjuntas (Lámina 26 y 27).
Lámina 25. 3D de la entrega de ofrendas de concha Spondylus al personaje principal.
De otro lado, nos aproxima a la búsqueda de explicaciones sobre uso y función, más allá del solo hecho de identificar el espacio para el personaje principal que se emplazó en el Trono, nos interesa sobre manera conocer qué tipo de actividades ha presidido trasmitiendo su poder y autoridad.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
En la búsqueda de explicaciones de la funcionalidad de este espacio sagrado, encontramos un tema que en el Arte Moche está referido al ritual de entrega de ofrendas de conchas Spondylus y Conus, que son transportados en camélidos y traídos desde el extremo norte para ser presentados ante el altar del Señor, como testimonio del culto al agua y el poder que este personaje tiene sobre ella (Lámina 24).
Lámina 24. Escena de la iconografía Mochica representando la entrega de conchas conus a personaje importante.
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Lámina 26. Escena de la iconografía Mochica representando desfile de prisioneros y la entrega de una copa ante el trono el personaje principal.
Lámina 27. Escena de la iconografía Mochica representando la entrega de una copa conteniendo sangre de un prisionero-
Un tercer elemento para correlacionar el significado y uso de los tronos en el antiguo Perú, aparece en un cuchillo ceremonial de oro perteneciente a la Cultura Lambayeque, cuya hoja laminada termina en una forma semilunar y en el extremo opuesto que es la empuñadura, aparece la imagen escultórica de un personaje “semidivino” conocido como el Dios Naylamp (Kauffman Doig 1989, 1992), ricamente ataviado, lleva tocado semilunar, a la altura de las espaldas, orejeras y pectoral; está sentado con las piernas flexionadas totalmente, descansando sobre lo que sería un trono. Lleva en la mano derecha una esfera y en la izquierda un cuchillo ceremonial o tumi. Este es una clásica representación que alude simbólicamente al estatus y jerarquía suprema de este personaje y a la relación que tiene con los elementos que porta en las manos, que al parecer estaría vinculado al poder y a la luna,
tratándose de uno de los elementos más importantes que preside la vida religiosa de los hombres, sus autoridades y los ancestros (Lámina 28 y 29). En la Fase Final del Trono, se define la estructura como tal, donde se sitúa la autoridad religiosa que controla un calendario ceremonial que denominamos “Tiempo”, y que está determinado por los pequeños recintos o cubículos existentes junto a la banqueta de la plaza del trono, 17 a cada lado y cuatro adicionales dispuestos simétricamente; 17 elementos al este pueden indicar días y/o semanas de rituales solares; y los 17 al oeste días y/o semanas de rituales lunares, mientras que en la parte inferior, donde aparecen los altares y pedestales de media Chacana, con círculo central se reitera el poder sobre la tierra, el mar, el día, la noche, el sol, la luna, lo masculino y femenino. Todo esto como un concepto
Lámina 28. Deidad Lambayeque sentado en el trono representado en un cuchillo ceremonial o Tumi
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Lámina 29. 3D de personaje principal sentado en el trono cogiendo con una de las manos una esfera y con la otra un cuchillo ceremonial.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Lámina 30. 3D representando a una escena de oficiantes de jerarquía religiosa precedido por el personaje principal
de dualismo y complementariedad que llamamos “Espacio”. Por lo tanto nuestra conclusión preliminar sobre este escenario sagrado, es que la autoridad Lambayeque instalada en el Trono, presidió rituales de culto al ancestro que es la huaca a través de un calendario ceremonial, que demandó un entorno simbólico que reafirma el poder y estatus del personaje que lo ocupa y la jerarquía del escenario.
Evidentemente que la existencia de las banquetas con los pequeños cubículos delanteros, dan la idea del repentino cambio del carácter de este espacio hacia una dimensión más pública, donde la denominada “Sacristía” ya no se relaciona directamente con la plataforma y el altar del trono, al clausurarse el acceso que los comunicaba por otro hacia el exterior del muro perimetral este.
Los elementos arquitectónicos y los rasgos estilísticos así como algunos materiales, nos aproximan a ubicar el escenario en la época Lambayeque Clásico de los siglos X al XI d.C., no obstante las próximas excavaciones podrán reforzar nuestra propuesta. De otro lado, un comentario especial merece, que en la fase final las dos banquetas paralelas que conforma la plataforma baja, debieron servir para recibir e instalar a un grupo específico de “personalidades” y “oficiantes” de jerarquía religiosa, que participaron en un ritual presidido por el personaje principal instalado en el trono, tal como se puede apreciar en la imagen adjunta (Lámina 30).
El Recinto de las Pinturas Polícromas en Chornancap
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Los murales polícromos fueron pintados en la parte superior de un patio cuadrangular abierto intencionalmente al sur, con dimensiones de 21 m. norte- sur y 20 m. este-oeste. En medio del paramento este del muro perimetral oeste, hay una “hendidura vertical” o vano clausurado que divide la pared en dos segmentos, que propicia también el cambio de la escenografía polícroma representada (Lámina 31 y 32). Debajo de la “cenefa” polícroma a una altura de 2.70 m. se ubica el piso del patio de los murales; toda la pared oeste se halla enlucida por una capa blanca y este
revoque cubre algunos segmentos que previamente estuvieron pintados de color negro, indicando que bajo esta capa blanca podía existir una superficie pintada, que hoy se halla cubierta por el enlucido blanco. El paramento norte del muro perimetral sur del patio de los murales, mantiene en un segmento la continuidad de las escenas polícromas, interrumpiéndose dramáticamente como producto de una destrucción originada por algún fenómeno aluvial, ó tal vez intencionalmente por la mano del hombre. A diferencia de la pared oeste, esta, no presenta la capa de enlucido blanco, tal parece que el enlucido blanco es usado en los paramentos este de los muros orientados al oeste, dando una señal que dicha orientación estaría relacionada con el mar tal como sucede con el muro polícromo, en el templo de la Ola Antropomorfa, es decir el color blanco representaría al mar. En líneas generales, las imágenes plasmadas en los diseños de los murales muestran un sorprendente
colorido, producto de la armoniosa combinación de colores como rojo, amarillo, verde oscuro, verde claro, negro y blanco que provienen de origen mineral (Donnan, 1989). Para elaborar los murales no es claro si es que los artistas hicieron un boceto previo en la pared antes de pintar el mural; no hay evidencia de líneas incisas o trazos que podrían indicar este tipo de trabajo preliminar; sin embargo, es posible que usaran “carbón” y que por ello no hayan quedado las líneas del boceto (Donnan 1989). Todos los murales parecen haber sido pintados de la misma manera con los mismos pigmentos aplicados, siguiendo la misma secuencia. Asimismo, el estilo es consistente en todos ellos, sugiriendo que el trazo se hizo para formar una unidad. Hay una clara distinción entre los objetos, personajes y acciones pintadas en la pared sur y los que están en la pared oeste.
Lámina 32. Reconstrucción 3D del vano de acceso del patio de los murales al área del trono sagrado
Los personajes que complementan la escena, parecen tratarse de guerreros con armas que asisten a un desfile de prisioneros, llevados con sogas amarrados al cuello y en algunos casos (cabezas trofeo) en las manos. Al parecer el punto de convergencia de estos desfiles, resulta ser una plataforma baja donde se halla descansando un felino, el cual podría tratarse de la “criatura lunar”. 59
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Lámina 31. Vista donde se muestra la llamada hendidura o posible acceso clausurado en el patio o de los murales (foto tomada por Donnan)
A pesar de que las escenas por razones de conservación no se encuentran completas, se puede identificar claramente personajes y elementos que mantienen un sentido o dirección que le da movimiento a la acción, es decir los personajes van de perfil interrumpiéndose de forma alterna por un personaje de alto estatus que mira al frente, éste a diferencia de los demás aparece recurrentemente y está ornamentado con corona, orejeras, pectoral, bastones en las manos y un cinturón que cae a ambos lados de su cintura en forma escalonada (Láminas 33, 34 y 35).
Los Grafitis del Patio de los Murales
Lámina 33. Escena de la pintura mural representando un desfile de prisionero , guerreros y cabezas trofeo en el patio principal
Lámina 34
En la pared oeste del Patio de los Murales excavadas parcialmente por Donnan en la década del 80 y al profundizar nuestras excavaciones hasta el piso al cual se asocia este recinto, hemos identificado en el segmento sur de la hendidura, cuatro grafitis que se asocian al momento del abandono de la función principal del patio que corresponde a las pinturas murales y a la fase final de la plataforma y el altar del Trono. Por sus características, las imágenes representadas se asocian estilísticamente a la época Lambayeque. Por razones metodológicas le hemos asignado un número arábigo a cada uno de ellos. Al primer grafiti lo denominaremos Grafiti Nº 1, que pertenece a un personaje de alto estatus con corona y tocado semilunar con ornamentos (aparentemente armas) en las extremidades superiores, así mismo un pectoral y toda la vestimenta típica Lambayeque, como por ejemplo la camisa de forma trapezoidal; se trataría del mismo personaje representado en la cenefa de la pintura mural policroma. (Lámina 36).
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Lámina 35. Reconstrucción en 3D de escena del patio de los murales en Chornancap
Es sumamente complejo efectuar por ahora una descripción detallada y pormenorizada de cada uno de los personajes y participantes de esta escena (seres antropomorfos, ornitomorfos, etc.), sin embargo, podemos certificar de que se trata de un importante ritual desarrollado en la zona y que tiene su momento culminante en el recinto de los murales polícromos y el Trono Sagrado. No obstante, hemos ejecutado una reconstrucción aproximada de la escena, haciendo uso de fotos proporcionadas 60
generosamente por Christopher B. Donnan, y con otras imágenes de la iconografía Lambayeque. Así mismo, de la evaluación del arte mural en la costa norte, se puede precisar que existe una técnica y tradición que se mantiene durante un largo tiempo en la zona, prueba de ello son las semejanzas estilísticas con los murales de Ucupe (Alva y Meneses 1984) el mural de Huaca Loro (Shimada 1995) y el mural de la Ola Antropomorfa en Chotuna.
Lámina 36. Detalle de Grafiti Nº 1 representando un personaje de alto status
El Grafiti Nº 2 se trata de un personaje en posición de perfil, con un ornamento (arma) en la mano derecha, corona y tocado semilunar, un detalle significativo del rostro de este personaje, muestra un perfil hacia ambos lados. Tanto en el
Grafiti Nº 1 como el Nº 2, se aprecian elementos comunes como los tocados y las armas, que son atuendos que generan el estatus y la identidad del personaje, por lo que se tratarían de oficiales y personajes de rango (Lámina 37).
Lámina 38. Detalle de Grafiti Nº 3 representando un personaje: “El Decapitador ó Sacrificador”, similar a divinidad conocida desde la fase Moche Temprano (A)
Lámina 39. Detalle de Grafiti Nº 4 representando un templo Lambayeque
El Grafiti Nº 3 corresponde a un personaje excepcional a simple vista, se trataría del llamado “Decapitador ó Sacrificador” en la época Mochica. Es un personaje que lleva un tocado simple; en cada una de las manos porta una cabeza esquematizada en forma de triángulo. A cada una de las cabezas las está tomando del cabello y podría tratarse del epílogo del desfile de los prisioneros, representados claramente en las pinturas polícromas ubicados en la cenefa del patio de los murales (Lámina 38).
La búsqueda de elementos comparativos nos ha permitido identificar una vasija existente en las colecciones del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia de Pueblo Libre (Lima), en la que aparece representada una fachada similar con vano central y elementos decorativos en forma de relieves de círculos, olas y símbolos escalonados, tal como se aprecia en las fotos y la ilustración adjunta (Lámina 40, 41 y 42).
Lámina 40. Botella representando fachada de un templo
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Lámina 37. Detalle de Grafiti Nº 2 representando un guerreo
Finalmente el Grafiti Nº 4, es una imagen de un templo Lambayeque, con la clásica alegoría en la parte superior al cuerpo del ave en picada, en el centro aparece un vano de acceso que indica que estamos en la representación de una fachada, y el entorno del grafiti está determinado por símbolos escalonados (Lámina 39).
Posterior a la elaboración de los grafitis, probablemente como parte del ritual del cierre o cubrimiento de la pared de las pinturas y los grafitis, se edifica un muro con paramento externo hacia el este que sepulta la fase de los elementos decorativos. Así mismo, la llamada hendidura por Donnan (1989) se trata de un vano clausurado, cuyo sello corresponde a la construcción del muro final que sepulta la pintura polícroma (Lámina 43).
La tradición oral Lámina 41. Recreación de lámina anterior, fachada de un templo con elementos decorativos de círculos, olas y símbolos escalonados.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Lámina 42. Detalle de muro decorado con elementos escalonados en Chornancap (foto tomado de Donnan)
Lámina 43. Paramento este del muro este que sella las pinturas policromas en el patio o recinto principal.
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Un elemento complementario y significativo a la evidencia arqueológica del Trono Sagrado de Chornancap lo constituye la tradición oral, recogida por Miguel Cabello de Balboa en 1586 y luego por el cura de Mórrope y Pacora Justo Modesto Ruviños y Andrade en 1782, que registraron respectivamente una de las tradiciones orales más importantes del antiguo Perú, que narra el arribo a las playas de la hoy caleta de San José, de un personaje legendario llamado Ñaymlap, quien habría sido el fundador simbólico de la dinastía del antiguo Reino de los Lambayeque. Este relato contiene una valiosa información relacionada con las tradiciones y costumbres de dicho pueblo, como es el caso de la navegación marítima, composición cortesana, modalidad y proceso de colonización, sucesión dinástica, nombres de personajes y escenario, patrones funerarios de élite, costumbres religiosas, tradiciones conyugales, entre otras. El relato del arribo de Ñaymlap narra implícitamente el reordenamiento del pueblo Muchick que al parecer coincidiría con el “decaimiento” de la Cultura Moche en la costa norte del Perú. Fue tanto el prestigio que debió alcanzar Ñaymlap, que primero su pueblo lo representó en una serie de materiales y escenarios y que posteriormente los españoles bautizaron a este pueblo con el nombre del ído-
lo, que representaba a este caudillo: Llampallec conocido hoy como Lambayeque. La Leyenda de Ñaymlap, nos brinda información sobre nombre de lugares, escenarios y personajes de alto rango que en el pasado habrían arribado, vivido y gobernado en este ámbito conocido como Chotuna – Chornancap, lo que nos permite sostener en forma provisional, que algunos de los personajes citados en la Leyenda o los descendientes de ellos, podrían haber usado en el marco de su jerarquía y autoridad divina, el Trono
Sagrado de Chornancap y desarrollado complejos rituales como parte del culto a los ancestros, sacrificios humanos, culto a la fertilidad, recepción de ofrendas y otras. (Lámina 44 y 45). Puede significar también que aquellos que proclamaron tener descendencia de Naylamp (el mítico fundador de la civilización Lambayeque), en realidad existieron, y usaron el discurso mítico para reafirmar su poder, en una especie de legitimización. Sólo la investigación multidisciplinaria y sostenida podrá ayudar a revelar este misterio.
Lámina 46. Vista arqueológica del trono en Chornancap
Lámina 45
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ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Lámina 44. Recreación de personaje en trono de Chornancap
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HACIA UN AFINAMIENTO DE LA SECUENCIA CRONOLÓGICA MAYO-CHINCHIPE: RESULTADOS DE LA TEMPORADA DE EXCAVACIONES 2010 EN SANTA ANA-LA FLORIDA (CANTÓN PALANDA, ZAMORA-CHINCHIPE, ECUADOR)
Arqueóloga Catherine Lara I.
INTRODUCCIÓN
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
El yacimiento arqueológico Santa Ana-La Florida (cantón Palanda, provincia de Zamora Chinchipe), fue descubierto hace ocho años por investigadores del IRD (Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo), bajo la dirección del Dr. Francisco Valdez. Desde aquel entonces, el estudio del yacimiento –realizado por el IRD en el marco de un convenio de asistencia técnica con el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural del Ecuador (INPC)-, no ha dejado de revelar hallazgos cada vez más sorprendentes para la arqueología de la Amazonía y del mundo andino en general. Efectivamente, percibida como un medio hostil a partir de la llegada de los conquistadores europeos, la Amazonía fue relegada a un segundo plano a nivel político y social (Taylor, 1988), y considerada como un espacio poblado de forma tardía por grupos caracterizados por manifestaciones culturales menores (Meggers, 1966). A partir de los años 60, las investigaciones llevadas a cabo por Lathrap 66
(1970) en la Amazonía norte del Perú comenzaron a cuestionar radicalmente esta visión. Hallazgos posteriores contribuyeron a abogar por la hipótesis de Lathrap. El caso del yacimiento Santa Ana-La Florida es uno de ellos: con dataciones ubicadas hacia el 2 500 a.C. (4 500 a.p.) aproximadamente, este sitio fue asociado a la cultura Mayo Chinchipe, cuyo alto grado de desarrollo cultural ilustra de la forma más elocuente. Santa Ana-La Florida consiste efectivamente en un complejo arquitectónico de piedra organizado, caracterizado por una necrópolis, un sector reservado a espacios domésticos, una gran plaza circular y un posible espacio ceremonial. La complejidad estructural de este centro revela la presencia de una organización política capaz de levantarlo (Lippi, 1998; Renfrew y Bahn, 1996). Esta complejidad se refleja en los ajuares hallados en la necrópolis, en donde se encontraron objetos de cerámica, cuencos de piedra y cuentas de turquesa de un asombroso refinamiento tecnológico y estético. Se hallaron además evidencias de agricultura y de intercambio a larga distancia
con culturas de la Costa y del Norte del actual territorio del Perú, lo cual termina de confirmar el nivel de perfeccionamiento político, tecnológico, económico e ideológico alcanzado por los Mayo Chinchipe (ver Valdez 2008ª, 2008b, 2009, 2010 y Valdez et al. 2005). Por otra parte, este florecimiento cultural se dio en un medio ecológico muy particular: la ceja de montaña o Alta Amazonía, más precisamente el piso altitudinal conocido como “bosque muy húmedo tropical” (Valdez, 2010), un medio hasta cierto punto hostil pero también inmensamente rico en recursos naturales. Los resultados del estudio que se presentará a continuación son el fruto del trabajo conjunto entre el equipo del IRD y una consultoría contratada en el año 2010 por el INPC. Desde este punto de vista, constituyen una nueva etapa de la colaboración entre el IRD y el INPC dentro de la investigación del yacimiento Santa Ana-La Florida. Esta primera participación del INPC en las excavaciones de Santa AnaLa Florida tenía como objetivo la investigación del eje nororiental del sitio, en el marco general de
Fotos 1 y 2: vistas del sector noreste del área de estudio antes y después de la excavación.
La siguiente –y brevísima- reseña de la investigación consistirá en una presentación de los componentes arquitectónicos descubiertos y del análisis de los artefactos encontrados en asociación a las estructuras expuestas, la cual fundamentará una reflexión cronológica y funcional del área intervenida y del yacimiento en general.
Material cultural: arquitectura y cerámica En total, el área intervenida y techada en esta temporada alcanzó aproximadamente los 1053 metros cuadrados de superficie. La estrati-
grafía de la zona presenta generalmente tres niveles: una capa orgánica inicial, un estrato de transición café oscuro y finalmente, un nivel amarillento. Se detectaron también áreas asociadas a actividades de quema, derrumbes y zonas de escorrentía. Sorprendentemente, los principales elementos arquitectónicos expuestos revelaron una sobre posición cronológica entre las épocas bracamoro (asociada a la cerámica corrugada), Tacana y Palanda (estas dos últimas fases pertenecientes al complejo cultural Mayo Chinchipe). Inicialmente utilizado por Meggers en la descripción de un rasgo estilístico registrado en la cerámica Valdivia (Valdez, 2009), el término “corrugado” llegó luego a caracterizar un horizonte asociado al periodo de Integración amazónica, en donde habría iniciado más concretamente a partir del siglo VI/VII de nuestra era (de Saulieu y Rampón Z., 2006). Guffroy (2006) asocia el horizonte corrugado a la familia lingüística Jíbaro-Candoa; en Santa Ana-La Florida, se lo atribuye más concretamente al grupo étnico etnohistóricamente conocido como Bracamoro. En la Amazonía del sur del Ecuador, la cerámica corrugada se caracteriza por su aspecto tosco, lo cual a menudo la asocia a una elaboración doméstica (de
Saulieu y Rampón Z., 2006; Valdez, 2009). Su rasgo decorativo más representativo consiste en acordelados de arcilla intencionalmente evidenciados cerca de los bordes de los recipientes (de Saulieu, 2006), y/o en el cuello u hombro de las vasijas (idem; Valdez, 2009). La arquitectura bracamoro expuesta en Santa Ana-La Florida durante la última temporada de campo –y asociada al estrato orgánico superficial- consiste principalmente en ocho acumulaciones de piedras, dispersas y de diversas dimensiones. Desgraciadamente, el amplio lapso cronológico abarcado por la ocupación bracamoro del sitio y la ausencia de contextos específicamente fechables para esta fase imposibilitaron en esta ocasión definir secuencias cronológicas y/o funcionales precisas respecto al material recuperado durante la excavación. No obstante, un análisis estadístico preliminar asociado a una breve información etnográfica/ bibliográfica permitió sugerir la posible existencia de áreas de actividades colectivas y domésticas en la zona. En cuanto a las fases Tacana y Palanda, de acuerdo a los estudios disponibles hasta el momento, la hipótesis más aceptada es que la 67
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
un mejor entendimiento de los modos de vida de esta excepcional manifestación cultural amazónica. Efectivamente, desde el descubrimiento del yacimiento, y debido a su complejidad arquitectónica, sus componentes estructurales han podido ser excavados en un porcentaje relativamente bajo en comparación a lo que aún queda por descubrirse. El eje nororiental del yacimiento es –o era- una de las zonas de incógnita a nivel del patrón arquitectónico del sitio.
bonizados y cerámica tacana dio una fecha de 210 aC. (2210 a.p.). Finalmente, entre los componentes arquitectónicos asociados a la fase Palanda, se destacan una pequeña plataforma de dos niveles con su graderío y su empedrado de acceso junto a cuatro estructuras semicirculares, cada una con niveles empedrados internos.
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
Foto 3: Base de vasija corrugada (V 14 [16; 21]; 2.14 m bajo BM).
fase Palanda (ubicada hacia el 2 500 a.C. aproximadamente) antecede a Tacana (fechada en los alrededores del 280 a. C). Al ser, por el momento, exclusivas de la cuenca del Chinchipe, estas dos fases fueron establecidas por el equipo de investigación del IRD en el transcurso de sus excavaciones y prospecciones sucesivas en la región. Como consecuencia, los trabajos de la misión arqueológica del IRD son los únicos que existen de momento acerca de esta cerámica. A nivel estratigráfico, los fragmentos de la fase Palanda se encuentran a menudo en el nivel amarillento, mientras que los tiestos Tacana aparecen generalmente en la capa de transición. A pesar de compartir similitudes de pasta y morfologías, las fases Tacana y Palanda se distinguen por los acabados de superficie y las decoraciones. A nivel decorativo, la cerámica Tacana se destaca por una alta incidencia de engobes y pinturas rojas o blancas, así como incisiones finas, e impresiones con diversos motivos geométricos. Por su lado, la pasta de la fase Palanda es monocroma, lo cual constituye una de las principales diferencias con Tacana.
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Así, dentro del patrón arquitectónico tacana, se descubrieron un complejo de muros y empedrados de acceso a la “gran plaza” así como seis estructuras circulares tempranas. La gran plaza constituye el rasgo mayor que caracteriza a la parte plana de la terraza occidental del yacimiento. Se compone por un doble muro circular de piedra (40 m de diámetro) que rodea y diferencia el espacio no habitacional del sitio (Valdez, 2009 y comunicación personal). Entre los elementos cerámicos diagnósticos de la ocupación Tacana, aparecieron fragmentos de recipientes de cuellos largos o rectos, ollas, cuencos hemisféricos, y diversos recipientes abiertos. Los hallazgos especiales de este mismo estrato de transición consistieron en un fragmento de cuenco lítico gris de borde con muescas, un fragmento de una eventual figura antropomorfa hueca con pastillaje y acanaladura (posible representación de una oreja humana), dos cuentas de turquesa, dos “patas de cerámica” y un conjunto de fragmentos de pasta muy delgada, tipo “cáscara de huevo” (entre 1 y 1.5 mm). La muestra asociada a un contexto de huesos fáunicos car-
A nivel del material cerámico Palanda, los bordes recuperados provienen de ollas pequeñas y de cuello corto, así como de cuencos. Cabe subrayar que la cerámica Palanda encontrada en esta última temporada es idéntica a aquella rescatada en los basurales de la misma fase identificados en excavaciones anteriores (Valdez, 2009), cerámica que difiere notoriamente de los recipientes finos usados como ofrendas en el contexto de los enterramientos ubicados en la terraza este del yacimiento, y sugiere una función más bien doméstica de las estructuras del área nororiental del sitio. No obstante, a primera vista, la complejidad de la arquitectura de la plataforma, el empedrado y el graderío no evocan un simple uso doméstico, por lo cual no se descarta que –en último término-, dentro de la misma fase Palanda, este sector haya tenido al menos dos etapas de ocupación: la primera, caracterizada por un uso de tipo doméstico, y la segunda, más bien ligada a actividades de tipo ritual. La muestra de carbón asociada al material cerámico recuperado en el estrato amarillento correspondiente a los cantos del empedrado central (BETA-287172) dio una fecha promedio de 1440 a.C. (3 440 a.p.).
Reflexiones finales y conclusiones En resumidas cuentas, esta última temporada de excavaciones en el
yacimiento Santa Ana – La Florida reveló sorpresas considerables, comenzando por la arquitectura del área nororiental, la cual evidenció tres niveles de sobre posición estructural. El primero -tardío-, conformado por acumulaciones de piedras de filiación bracamoro; el segundo, asociado a la última fase de la tradición Mayo-Chinchipe (Tacana), que consiste básicamente en las estructuras circulares del norte del área de excavación. Finalmente, el tercero, asociado a la ocupación Palanda, se concentra en torno al sector oeste de la zona intervenida.
Esta “estabilidad” estilística y estratigráfica del material confirma por lo tanto la continuidad existente entre el grupo cultural asociado a la fase Palanda y aquel asociado a Tacana, continuidad que a su vez ratifica la existencia de una verdadera tradición Mayo-Chinchipe. Por otra parte, desde un punto de vista estratigráfico y cerámico, los contextos excavados en esta temporada corresponden a una transición entre las fases Palanda y Tacana, la cual aún no ha sido definida con certeza a nivel cronológico, pero de acuerdo a esta nueva evidencia, podría estar situada alrededor del 200 a.C. (2 200 a.p.). ¿A qué se debe esta evolución estilística de Palanda hacia Tacana? En la espera de investigaciones adicionales al respecto, se puede atribuir este fenómeno a un cambio social propio de la dinámica misma del colectivo (Valdez, comunicación personal).
Foto 4: Muro externo de la estructura y muro intermedio con sus dos ramales.
Efectivamente, el esclarecimiento de los motivos que originaron la transición de Palanda a Tacana será sin duda alguna un paso más hacia un mejor entendimiento de la conformación de la tradición MayoChinchipe como tal y por ende, del origen de la civilización andina en sí, tal como lo proponía Lathrap hace cinco décadas. El hallazgo de sitios del formativo tardío en la región de las actuales ciudades de Bagua y Jaén (Perú) por el arqueólogo Quirino Olivera y su equipo –especialmente los sitios de San Isidro y Montegrande - contribuirá quizá a completar poco a poco el rompecabezas hipotético del desarrollo cultural de la cuenca del Chinchipe. Desde esta perspectiva, la colaboración entre arqueólogos que trabajan en la zona fronteriza entre la Amazonía de Perú y Ecuador, -colaboración que existe desde hace varios años ya gracias a la iniciativa de Francisco Valdez (Ecuador), Quirino Olivera y Ulises Gamonal del lado peruano- es más que nunca esencial. Así, el pasado mes de noviembre, tuvo lugar en Jaén el segundo lanzamiento del libro I er Encuentro de Arqueólogos del Norte de Perú y Sur del Ecuador: Memorias, publicado por la Universidad de Cuenca a raíz de
este evento, que inició en Palanda en marzo del 2010. El acto reunió un grupo de arqueólogos ecuatorianos y peruanos que trabajan en la región limítrofe entre la Amazonía peruana y ecuatoriana. Del lado ecuatoriano, este estudio conjunto no se puede dar sin el implemento a largo plazo de un plan paralelo de investigación, consolidación y promoción del registro arqueológico. En el caso concreto de Santa Ana-La Florida, el INPC y sobre todo, el Ministerio Coordinador, han aportado en ese sentido. Desde su llegada al sitio, el equipo del IRD por su parte ha llevado a cabo un intenso trabajo con la comunidad del cantón Palanda (ver Valdez, 2010). El pasado mes de noviembre de este año, Palanda tuvo la visita de dos museólogos asociados al IRD: el Dr. Yves Girault y la Dra. María Isabel Orellana. Conjuntamente al equipo de arqueólogos que trabajan en Santa Ana – La Florida, los museólogos elaboraron una propuesta preliminar para la valoración del sitio y el conjunto del patrimonio arqueológico del cantón Palanda, la misma que fue entregada a los representantes culturales y turísticos tanto de la municipalidad de Palanda 69
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A nivel cuantitativo, la diferencia entre la cerámica Palanda y Tacana rescatada en esta temporada de campo es mínima, lo cual sugiere una densidad de ocupación de la zona poco más o menos similar entre una etapa y otra, teniendo en cuenta el sesgo estadístico que pueden conformar los diversos factores al origen de la formación del sitio.
Foto 5: fragmento de “pata” en cerámica hallada en la zona de acceso a la gran plaza (VIII 16 [1]). Foto: Francisco Valdez
como del Consejo Provincial de Zamora Chinchipe y desde luego, a las autoridades del INPC. Por otra parte, existe ya la propuesta de plan de gestión del yacimiento Santa Ana-La Florida elaborada por la UTPL en el año 2009. El Consejo Provincial de Zamora Chinchipe es –al parecer- la entidad que mayor interés ha manifestado en el tema de la promoción turística del sitio. Sin embargo, un manejo óptimo del patrimonio arqueológico de la región exige la colaboración, orientación y supervisión de las entidades culturales a nivel local y nacional. En definitiva, las herramientas están ahí, lo único que falta de momento para impulsar y potencializar la riqueza patrimonial, científica y turística de Santa Ana-La Florida es actuar.
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ARQUEOLOGĂ?A E HISTORIA
Figura 1: plano general del eje nororiental de Santa Ana-La Florida
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA
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MUSEO DE LA HISTORIA Y LA CULTURA LOJANAS BREVE HISTORIA DEL EDIFICIO DEL MUSEO Ubicado en la plaza mayor, a través del tiempo ha sido propiedad de personalidades que tuvieron mucho que ver con el progreso de Loja. “En ella vivió Don Bernardo Valdivieso y González de las Heras”, funcionaron las oficinas de los Estancos de Alcoholes y Monopolios de Estado, con su fábrica de cigarrillos; se instalaron las oficinas y juzgados de la Corte Superior de Justicia de Loja. Don Daniel Álvarez Burneo, legó esta casa a la ciudad para la educación de la juventud lojana. Cuando el edificio estaba próximo a colapsar, el Banco Central compró el inmueble para que allí funcione el Museo de Loja; la restauró en 1986, reabriendo sus puertas con un enfoque didáctico de la historia y la cultura lojanas. Actualmente pertenece al Ministerio de Cultura.
Tiene varias salas de exhibición: 1) SALÓN DE ARQUEOLOGÍA Muestra aquel testimonio más evidente, tangible e importante de la cultura regional, aquellos vestigios arqueológicos, representados por maravillosas y únicas piezas con cerámica y metal, recopiladas a través de la Colección Riofrío. 2) SALA ETNOGRÁFICA Muestra el colorido del folclore, de la artesanía popular y sus manifestaciones culturales y festivas. La Etnia Saraguro, representa una de las recreaciones más variadas de la actividad artesanal de la provincia de Loja. En un imaginario viaje por su geografía, se puede apreciar la imagen poética y humana de una región multiétnica y pluricultural. La sala etnográfica se organiza sobre la base de la explicación de conceptos como: nación, etnia, nacionalidad, estado, objeto etnográfico y cultural. 3) SALA DEL ARTE Presenta unas importantes visiones del arte barroco del siglo XVIII, además de la mejor expresión artística ecuatoriana, en los períodos colonial y republicano, en pintura e imaginería, arraigadas y el tema religioso, con el desarrollo del retrato y sus peculiaridades morfológicas. Loja creó un bello arte sacro, guardado sobre todo en sus conventos y monasterios, pero también contribuyó con su producción minera, a dar brillo al deslumbrante decorado de sus iglesias. 4) SALA DE LOS PRÓCERES En este espacio, se encuentran aquellos personajes que se destacaron en esta ciudad, que lideraron varios momentos históricos y del acontecer nacional. Se trata de una galería de músicos, escritores, políticos y otros prohombres, que contribuyeron al engrandecimiento del país durante el siglo XX. 5) SALA DOCUMENTAL Biblioteca: Con cientos de volúmenes con temas lojanos y ecuatorianos, guardan también títulos y ejemplares de revistas especializadas, periódicos y el servicio de internet, en una amplia sala de lectura. Musicoteca - Videoteca: Cuenta con varios cientos de casetes de audio y video y discos compactos de música: clásica, géneros latinoamericanos, andinos, norteamericanos y música popular ecuatoriana.
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LOS MAMÍFEROS CONTEMPORÁNEOS DE LOS PRIMEROS CAZADORES RECOLECTORES EN EL NOROESTE DEL PERÚ Paleontólogo Jean-Noël Martinez (Perú)
INTRODUCCIÓN
PALEONTOLOGÍA
Las evidencias más antiguas de presencia humana en el noroeste peruano están registradas en la Provincia de Talara (Departamento de Piura) (Richardson, 1978) y a grandes rasgos entre los valles del Río Zaña y del Río Chicama (Departamentos de Lambayeque y La Libertad) (León Canales, 2007). En estos lugares, el hombre estaría presente en el Holoceno Temprano, es decir que sería posterior al fin de la última glaciación y a la extinción de los grandes mamíferos de la megafauna pleistocénica. La ausencia de evidencia de coexistencia - o por lo menos de interacción - entre el hombre y la megafauna fue muy discutida en el caso de la llamada “Pampa de los Fósiles” (Departamento de la Libertad). Este sitio de interés arqueológico y paleontológico proporcionó abundantes fósiles de la megafauna pleistocénica, sin argumentos convincentes para sugerir su contemporaneidad con el material lítico de la industria llamada “paijanense” comúnmente encontrado a proximidad (Chauchat, 1987, 2006). De manera general, la antigüedad del hombre en Sudamérica sigue siendo objeto de debates. Sin 74
Imagen clásica de la megafauna pleistocénica de la Pampa argentina. El mayor desarrollo de las investigaciones paleontológicas en Argentina hizo que este tipo de escena fuera a menudo reproducido con el título “La megafauna del Pleistoceno en Sudamérica”. En realidad, existen diferencias en la composición de la megafauna de una región a otra del continente sudamericano.
embargo, existen ahora argumentos, a favor de una antigüedad de 15,000 años o más para el hombre sudamericano, por lo que los primeros cazadores recolectores en esta región del planeta hubiesen coexistido durante algunos miles de años con la megafauna pleistocénica (Dillehay, 1989, 1997; Waters & Stafford, 2007; Barnosky & Lindsey, 2010).
El noroeste peruano tiene un abundante registro paleontológico de mamíferos cuaternarios que detallaremos a continuación. Nos enfocaremos sobre cinco departamentos: Cajamarca, La Libertad, Lambayeque, Piura y Tumbes. Salvo por escasas dataciones absolutas, rara vez es posible asignar una edad precisa a las localidades fosilíferas donde la megafauna extinguida está asociada con espe-
cies todavía existentes en la actualidad. Probablemente la mayoría de estos sitios son del fin del Pleistoceno. Aunque no existe todavía evidencia física de la contemporaneidad del hombre con la megafauna pleistocénica en el noroeste peruano, es razonable pensar que los primeros cazadores recolectores en esta región hayan podido ver estos animales desaparecidos, lo cual no significa necesariamente que hayan intervenido en su extinción. Más allá de la problemática de la coexistencia y posible interacción del hombre con la megafauna, el estudio paleontológico de las comunidades de mamíferos del Pleistoceno Terminal es susceptible de proporcionar información paleoecológica, contribuyendo a precisar las condiciones ambientales a las cuales se tuvieron que adaptar los primeros cazadores recolectores. De este punto de vista, los pequeños mamíferos, tales como murciélagos y roedores, pueden ser más informativos que los grandes mamíferos. LOS MARSUPIALES
Los litopternos persisten hasta el Pleistoceno superior en la parte meridional de Sudamérica pero existen muy pocos registros en la región norandina. La única localidad en el norte del Perú donde está presente un litopterno (Macraucheniidae) es La Huaca (Paita, Piura). Fechada radiométricamente (230Th/234U) a 304,000 años con una incertidumbre de + 54 000 / - 35 000 años (Falguères et al., 1994), La Huaca sería la más antigua de las localidades fosilíferas registradas en el Pleistoceno norteño, lo cual refuerza la hipótesis que, en la región norandina, los litopternos no hayan vivido hasta el Pleistoceno superior (Hoffstetter, 1952) y por lo tanto no hayan podido ser contemporáneos de los primeros cazadores recolectores. Los Macraucheniidae eran cursoriales. Su presencia indica un ambiente abierto de tipo pradera o sabana arbórea pero su tipo alimentario, ramoneador-pacedor o esencialmente pacedor, es conjetural (Bond et al., 1995).
LOS XENARTROS Los edentados o xenartros (Superorden Xenarthra), están representados en el Pleistoceno norperuano por los perezosos terrestres (Suborden Phyllophaga con dos infraordenes: Megatheria y Mylodonta) y más escasamente por los “armadillos” sensu lato (Orden Cingulata). Eremotherium laurillardi (Lund, 1842) es el Megatheriidae más común en el Pleistoceno de la costa mientras que Megatherium está presente en la región andina (en Cajamarca, Megatherium celendinense Pujos, 2006). La familia Megalonychidae está representada en el Pleistoceno terminal de Cupisnique (La Libertad) por Diabolotherium nordenskioldi Pujos, De Iuliis, Argot & Werdelin, 2007. Esta especie, cuya localidad tipo se ubica en Puno (andes surperuanos) ilustra la adaptabilidad y la amplia distribución geográfica que pudieron haber tenido estos animales. Referente a los milodontes, hay registro de Scelidotheriidae - Scelidodon chiliensis (Philippi, 1893) en la costa, en Pampa La Brea (Talara, Piura) y Pampa de los Fósiles
Sus restos fósiles son por el momento extremadamente escasos en los terrenos pleistocénicos del noroeste peruano, con un solo registro de Marmosa en Pampa La Brea (Lemon & Churcher, 1961).
Los litopternos constituyen un orden extinto de ungulados nativos de Sudamérica (existen varios otros reunidos en el superorden “Meridiungulata”). El nombre del orden Litopterna creado por Ameghino en 1889 significa “tobillos simples”, ya que a su autor le parecieron más sencillos que los de los caballos, con cuyos antepasados fueron confundidas las primeras especies descritas.
Hemimandíbula izquierda de Scelidodon, un perezoso terrestre, poco antes de su extracción (Pampa de los Fósiles, Departamento de La Libertad). Colecciones del Instituto de Paleontología de la Universidad Nacional de Piura, Perú. 75
PALEONTOLOGÍA
LOS LITOPTERNOS
esencialmente representados en Pampa La Brea (Talara, Piura). Esta localidad es conocida por haber proporcionado un yacimiento fosilífero tafonómicamente similar al famoso sitio de Rancho La Brea (California, U.S.A.).
Osteodermo del armadillo gigante Pachyarmatherium procedente de la localidad de La Encantada (Provincia de Morropón, Departamento de Piura). Es hasta la fecha el único registro en toda la región andina para este género conocido en la parte oriental del continente, en Brasil, Uruguay y Venezuela. Colecciones del Instituto de Paleontología de la Universidad Nacional de Piura, Perú.
(La Libertad). Los Mylodontidae (Glossotherium) están presentes en la costa (Piura y Tumbes) y en la sierra (Cajamarca).
PALEONTOLOGÍA
Los ambientes correspondientes son generalmente de pastizales o de áreas abiertas parcialmente arboladas como lo sugieren las adaptaciones de Diabolotherium nordenskioldi para trepar árboles(Pujos et al., 2007). Debió haber una diferenciación de nichos entre especies simpátricas como la hay en la actualidad entre grandes herbívoros que comparten un mismo ecosistema (Bargo, 2001). En cuanto a los Cingulata, el registro fósil de dasipódidos (“verdaderos” armadillos) en el noroeste del Perú se limita a la fecha al género Propraopus presente en la sierra de Cajamarca. Un pampaterio está abundantemente representado en la costa desde Tumbes hasta La Libertad. La biometría de sus osteodermos permite atribuirlo a Holmesina majus (Lund, 1842) (Martínez & Rincón, 2010). Una mención particular amerita la presencia en la localidad de La Encantada (Chulucanas, Piura) de Pachyarmatherium, género nunca antes mencionado en la parte occidental de Sudamérica (Martinez et al., 2008). La biometría de sus 76
osteodermos permite atribuir esta forma a Pachyarmatherium tenebris Rincón & White, 2007 (Martínez & Rincón,o.c.). Estos animales ocupaban ambientes de tipo pastizales o áreas abiertas parcialmente arboladas (Scillato-Yané et al., 1995). LOS CARNÍVOROS Los carnívoros (Orden Carnivora) del Pleistoceno norperuano están
Los afloramientos de asfalto funcionaron como trampas naturales, constituyendo un potente agente de concentración de los cadáveres y de preservación de los esqueletos, en particular de mamíferos y aves (Lemon & Churcher, 1961; Churcher, 1962, 1965; Churcher & Van Zyll De Jong, 1965; Campbell, 1979; Seymour, 1983; Czaplewski, 1990; Martínez & Cadenillas, 2004; Cadenillas & Martínez, 2006; Oswald & Steadman, 2010; Seymour, 2010). Una característica de estos yacimientos paleontológicos en asfalto (comparados con depósitos fosilíferos en ambientes fluvio-lacustres o cársticos) es la mayor proporción de restos de carnívoros. En Pampa La Brea, tres familias de
Cráneo de jaguar (Panthera onca) procedente de Pampa La Brea (Provincia de Talara, Departamento de Piura). Los restos fósiles encontrados en este sitio corresponden a una forma más robusta que el jaguar moderno, por lo cual fue confundido con Panthera atrox, el león del Pleistoceno de Norteamérica, hasta que los trabajos de Kevin Seymour (1983) demostrarán que esta identificación estaba equivocada. Colecciones del Royal Ontario Museum, Toronto, Canadá.
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PALEONTOLOGÍA
El tigre dientes de sable Smilodon fatalis se enfrenta con el lobo gigante Canis dirus, por un cadáver de caballo. Esta reconstrucción artística de una escena del Pleistoceno Terminal en California podría ser adaptada, mediante algunos cambios en el paisaje y la vegetación, para representar algo sucedido en la Provincia de Talara (Departamento de Piura) hace 14,000 años atrás. Los primeros cazadores recolectores en esta región podrían haber presenciado esta escena. Mural de William Stout, San Diego Natural History Museum.
sición a los elefántidos cuya superficie dental está constituida por una serie de crestas transversales. La palabra “mastodonte” no tiene un significado preciso en términos de sistemática porque se refiere a dos familias distintas: los mastodontes de Norteamérica (familia Mammutidae) y los de Sudamérica (familia Gomphotheriidae, ya diferenciada en Africa desde el Mioceno inferior, hace más de 20 millones de años).
Algunos elementos del esqueleto del tigre dientes de sable Smilodon fatalis, procedentes de Pampa La Brea (Provincia de Talara, Departamento de Piura). En esta localidad, los fósiles vertebrados son a menudo fragmentados pero muy abundantes. Colecciones del Instituto de Paleontología de la Universidad Nacional de Piura, Perú.
carnívoros están representadas: Canidae (Canis dirus Leidy, 1858 y Lycalopex sechurae (Thomas, 1900)), Mustelidae (Conepatus talarae Churcher & Van Zyll De Jong, 1965) y Felidae (Smilodon fatalis (Leidy, 1868), Panthera onca (Linnaeus, 1758), Puma concolor (Linnaeus, 1771) y Leopardus sp.) (Seymour, 1983, 2010).
PALEONTOLOGÍA
Los carnívoros, en particular los grandes, suelen tener distribuciones geográficas amplias. El “Tigre Dientes de Sable” de Pampa La Brea no ha sido atribuido a Smilodon populator Lund, 1842 (especie clásicamente señalada en Sudamérica) sino a Smilodon fatalis (Leidy, 1868) (especie presente, al igual que Canis dirus, en Rancho La Brea, California) (Kurtén & Werdelin, 1990). La presencia de carnívoros en otras localidades fosilíferas del Pleistoceno norperuano es más anecdótica, siendo señalado Lycalopex sechurae (Thomas, 1900) en San Sebastián (Piura) y Pampa de los Fósiles (La Libertad) y Ly78
calopex culpaeus (Molina, 1782) en Santa Rosa de Celendín (Cajamarca). LOS PROBOSCIDEOS Los proboscídeos (Orden Proboscidea) son un grupo de mamíferos placentarios, que contiene solo una familia viviente en la actualidad denominada Elephantidae, la cual está representada por tres especies: el elefante africano de sabana (Loxodonta africana), el elefante africano de bosque (Loxodonta cyclotis) y el elefante asiático (Elephas maximus). Es el legado muy pobre de un grupo aparecido hace 60 millones de años en África, con más de 15 familias totalmente extintas. Es común la confusión entre los términos “mastodonte” y “mamut”. Los mamuts (género Mammuthus) eran muy cercanos parientes de los elefantes actuales, en particular del elefante de Asia (Elephas maximus). El término “mastodonte” se refiere a la forma redondeada de las cúspides dentales, por opo-
Este orden fue más diversificado que en la actualidad hasta en tiempos geológicamente muy recientes. Hace menos de diez mil años, a finales de la última glaciación, aún quedaban dos especies de mastodontes en América y varias más de elefántidos, entre ellas el mamut lanudo (Mammuthus primigenius) de Eurasia y Norteamérica, el mamut de Columbia (Mammuthus columbii) y unas cuantas especies insulares enanas de los géneros Palaeoloxodon y Stegodon. Los proboscídeos están representados en Sudamérica por los “mastodontes” Gomphotheriidae. La especie más común presente en casi todos los yacimientos paleontológicos de vertebrados del Pleistoceno norperuano, es Stegomastodon waringi (Holland, 1920). Cuvieronius hyodon (Fischer, 1814) solo está registrado, por el momento, en la localidad de Yamaluc (Chota, Cajamarca). Stegomastodon waringi sería una forma adaptada a zonas de clima templado-cálido mientras que Cuvieronius hyodon tendría preferencia por climas templados-fríos, explicándose así su presencia en localidades de altura en la región intertropical (Alberdi & Prado, 1995a). LOS ARTIODÁCTILOS Los artiodáctilos (Orden Artiodactyla) son mamíferos ungulados cuyas extremidades terminan en un
Los Cervidae y los Camelidae son las dos familias de artiodáctilos más comunes en el Pleistoceno norperuano. En cuanto a los Cervidae, Odocoileus está presente en muchísimas localidades, tanto costeras como de la sierra. Churcher (1962) mencionó también la presencia en Pampa La Brea, de una especie atribuible al género Mazama, la cual junto con otras especies encontradas en este yacimiento, sugiere un ambiente más húmedo que en la actualidad. El camélido extinto Palaeolama está presente también en muchas localidades norperuanas, tanto costeras como de la sierra. Mucho trabajo de revisión está por hacerse en el material fósil de ambas familias, para poder pretender hacer inferencias paleoambientales precisas. LOS PERISODÁCTILOS Los perisodáctilos (Orden Perissodactyla) son mamíferos ungulados que se caracterizan por la posesión de extremidades con un número impar de dedos terminados en pezuñas, estando el dedo central, que sirve de apoyo, más desarrollado que los demás. Mención aparte de un tapir registrado en Pampa La Brea (Lemon & Churcher, 1961), los perisodáctilos del Pleistoceno norperuano son siempre representados por caballos. Equus (Amerhippus) santaeelenae (Spillman, 1938), especie adaptada a ambientes de llanura costera (Alberdi & Prado, 1995b),
está presente en muchas localidades de la costa, desde Tumbes hasta La Libertad. Probablemente el material todavía fragmentario encontrado en la sierra de Cajamarca, pertenezca a otra especie. LOS QUIRÓPTEROS Hasta la fecha, los pocos tamizados realizados en sedimentos del Pleistoceno norperuano han permitido encontrar restos fósiles de murciélagos (Orden Chiroptera) en yacimientos cársticos en Celendín (Cajamarca) y en los yacimientos de asfalto de Pampa La Brea (Talara, Piura). Solo han sido determinados a nivel génerico o específico los murciélagos de Pampa La Brea (Cadenillas & Martinez, 2004): Lophostoma silvicolum (d’Orbigny, 1836), Myotis sp., Eptesicus innoxius (Gervais, 1841) y Eptesicus sp. La especie indeterminada de Eptesicus podría ser Eptesicus fuscus (Palisot de Beauvois, 1796), actualmente presente en la vertiente oriental de los Andes, lo cual traería un argumento más a favor de un paleoambiente más húmedo en la región de Talara durante el Pleistoceno superior. LOS ROEDORES El registro de roedores (Orden Rodentia) del Pleistoceno norperuano se limita generalmente a un macromamífero: el capibara Neochoerus. Las especies de pequeño tamaño, que constituyen la inmensa mayoría dentro de este orden, no suelen ser mencionadas y se quedaron prácticamente sin estudiar. Hasta hace poco, solo se solía mencionar dos géneros de Sigmodontinae, Sigmodon y Phyllotis, en Pampa La Brea (Lemon & Churcher, 1961). Akodon, Calomys, Phyllotis y Thomasomys, que están presentes en el yacimiento cárstico de Santa Rosa de Celendín, en la sierra de Cajamarca (Pujos, 2002). Últimas prospecciones revelaron la presencia de un segundo relle-
no cárstico (Martínez, 2010) donde están adicionalmente representados numerosos restos de Cavia cf. tschudii Fitzinger, 1857. Los micromamíferos de Santa Rosa de Celendín 2 serían compatibles con un ambiente abierto parcialmente arbolado en un clima templado, congruente con la macrofauna asociada. Aunque las posibilidades de interpretación paleoclimática son todavía limitadas, la abundancia y la variedad de la fauna deberían permitir a futuro una buena resolución en términos de reconstrucción paleoambiental. CONCLUSIONES Los macromamíferos, en particular los grandes herbívoros, al igual que los micromamíferos son susceptibles de ser indicadores del tipo de ambiente (bosque denso, bosque ralo, pastizal, estepa, etc.) así como de las variables climáticas (temperatura y humedad), siendo probablemente los roedores más sensibles a cambios en estas variables para las reconstrucciones paleoecológicas se debe tomar en cuenta la totalidad de la fauna (no solo mamíferos) así como la flora porque también se dispone de granos de polen o restos macrovegetales. Del punto de vista paleobiogeográfico, se puede hacer hipótesis de vías de migración de los grandes mamíferos que suelen tener distribuciones amplias. Lo mismo se puede decir de los murciélagos por su capacidad a volar y expandir su territorio cuando las condiciones climáticas son favorables (caso de Pampa La Brea con presencia de por lo menos una especie de afinidad amazónica). Las comunidades de mamíferos pleistocénicos de la costa norte del Perú sugieren generalmente un clima más húmedo que en la 79
PALEONTOLOGÍA
número par de dedos de los cuales apoyan en el suelo por lo menos dos. Los dedos más desarrollados son el tercero y el cuarto y, salvo en la familia de los hipopotámidos, son los únicos que se apoyan en el suelo.
actualidad. El estudio del registro fósil de micromamíferos (roedores y murciélagos), generalmente más sensibles que los grandes mamíferos a los cambios climáticos, es sólo incipiente. No hay duda que un mayor conocimiento de estos pequeños mamíferos traerá mucha precisión a la reconstrucción de los ecosistemas y de los cambios climáticos alrededor de la transición Pleistoceno-Holoceno, de importancia para entender el entorno natural de los primeros cazadoresrecolectores en esta región del planeta.
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PALEONTOLOGÍA
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DIOSES, RETABLOS Y CAMPANAS EN LOS
CAÑARIS DEL NORTE DEL PERÚ Arqueólogo Julio César Fernández Alvarado (Perú)
Los Cañaris de la región Lambayeque se ubican sobre el macizo tectogénico de la cordillera occidental de los Andes. La topografía es muy accidentada1. El distrito de Cañaris se encuentra localizado en la provincia de Ferreñafe y su territorio abarca una superficie de 376,05 Km2, (37.605 Ha), que representa el 17,29 % del territorio provincial y el 2,64 % del regional. Sin embargo, su extensión real llega a 69,000 Hectáreas. Por el aislamiento y el olvido de sus autoridades, ha hecho que se incorpore administrativamente a otros distritos cercanos de manera espontánea. El proceso de fragmentación territorial se da en la vertiente occidental del distrito. El territorio está dividido políticamente en 106 caseríos, y socialmente en dos comunidades campesinas: Túpac Amaru, al oeste; y San Juan Bautista de Cañaris al este2.
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Entender a los Cañaris de Lambayeque, es comprender en parte la historia de los Cañaris de Ecuador, para ello no podemos ver la historia de manera desmembrada y aislada del gran contexto his82
tórico, que une a los Cañaris del Perú con los Cañaris de Ecuador. Es por esta razón que las crónicas más antiguas, hacen referencia a un grupo llamado Cañari, ya que el italiano Girolamo Benzoni3 registra a este pueblo con esa denominación. Pedro Cieza de León4 conoce a este grupo cultural como Cañaris o Cañares. El Inca Garcilazo de la Vega5 los llama Cañari y Cañaris. Es un tema polémico saber, si Cañaris, es nombre de un guerrero, el nombre de una planta, es una denominación impuesta por los españoles o es un topónimo derivado de Cañar o de Caña, esto todavía está por dilucidarse. Lo que conocemos, es que el Inca Pachacutec, tuvo un hijo llamado Túpac Inca Yupanqui, décimo Inca que gobernó el Tahuantinsuyu entre 1471 - 1493 d.C.6 viviendo a escasos 39 años de la llegada de Pizarro y sus huestes al Perú. Garcilazo de la Vega, narra el pasaje de la conquista de los Cañaris de Ecuador por parte de Túpac Inca Yupanqui, pero antes de conquistar la provincia de Cañari, conquistó a los Paltas en el trayecto, otro
grupo cultural de la zona ecuatoriana. Hecha la conquista de los Cañaris, tuvo a bien el gran Inca, entender y ordenar a los muchos grupos que se agrupaban debajo del nombre Cañari. El Inca asistió personalmente a la doctrina, enseñanza de sus ceremonias y leyes. Asimismo, invirtió mucho tiempo en dejar bien asentada, pacificada y tranquila a esta zona, de tal manera que las demás provincias no sujetas a los Incas, se dignasen a recibirlos como tal. Los Cañaris dieron tributo a los Incas, aumentando las tierras de labor, sacaron acequias para regar, hicieron en aquella provincia todo lo que acostumbraban hacer en todas las que ganaban. Los Cañaris fueron muy buenos seguidores, tal como se demostró en las guerras entre Huáscar y Atahualpa. Aunque después, cuando los españoles ingresaron, - afirma Garcilazo – uno de los Cañaris se pasó de bando y con su solo ejemplo bastó, para que ellos siguieran a los españoles y luego aborreciesen a los Incas7. Así como fue con los Cañaris, también sucedió con otros grupos étnicos sometidos por los Incas, que
1 Llatas Quiroz, Santos y Mario López Mesones. “Bosques montanos relictos en Kañaris (Lambayeque, Perú)”. Bosques relictos. Bosques relictos del NO de Perú y SO de Ecuador. Weigend, Rodríguez y Arana (Compiladores). Rev. Peru. Biol. 12(2): 299-308. Facultad de Ciencias Biológicas UNMSM. Versión online: ISSN 1727-9933. http://sisbib.unmsm.edu.pe/BVRevistas/biologia/biologiaNEW.htm., 2005, p. 301. 2 Torres Bances, Leonor y Segundo Espinoza Hernández. “Realidades y Desafíos”. Nuevo enfoque para el desarrollo de las comunidades campesinas de Kañaris. Editor, Germán Torre Villafane. Centro de Estudios Sociales SOLIDARIDAD. Manos Unidas, Chiclayo, 2009, p. 19. 3 Benzoni, Girolamo. La Historia del Mondo Nuovo (Relatos de su viaje por Ecuador, 1547 – 1550), Traducido por primera vez en lengua castellana por Carlos Radicati di Primeglio, Guayaquil, 2000, p. 122. 4 Cieza de León, Pedro de. Crónica del Perú, Primera Parte. Introducción de Franklin Pease G.Y. y Nota de Miguel Maticorena E. PUCP y ANH, Tercera Edición, Lima, 1996 (1553), p. 17. 5 Garcilazo de la Vega, Inca. Comentarios Reales de los Incas. Librería Internacional del Perú S.A. Prólogo de Aurelio Miro Quesada S. Buenos Aires, 1959 (1609), p. 450-451. 6 Kauffmann Doig, Federico. Manual de Arqueología Peruana, Editorial Peisa, Lima, 1980, p. 567. 7 Garcilazo de la Vega, Inca. Comentarios Reales de los Incas, p. 452.
En las visitas realizadas a Cajamarca en 1567, 1571-1572 y 15789, aparecen las siete huarangas, entre ellas están: las de Bambamarca, Pomamarca, Chondal, Caxamarca, Guzmango, Chuquibamba y Mitimaes. Entendiendo por Huaranga a una unidad poblacional de 1000 familias y como Pachaca a una unidad poblacional de 100 familias. La última huaranga, en este caso la de Mitimaes, estaba conformada por cuatro Pachacas y su correspondiente lugar de procedencia, entre ellas aparece la Pachaca de Guayacondor, Cañaris, Quechuas y Collasuyu.
Deidad de fuego contra la deidad de piedra. Estudiar el campo de las divinidades no está alejado del territorio de las etnias o macroetnias, para ello Rostworowski10 al abordar el tema de las fronteras étnicas, afirma que es interesante e importante en el ámbito andino y representa un complicado sistema de reciprocidades y complementariedades verticales y horizontales, muy diferente a la noción habitual de territorio usada en otras latitudes. Los límites de una macroetnia no comprendían un territorio homogéneo ni definido, sino que correspondían a una posesión salpicada o discontinua en la que existía dos tipos de enclaves: los enclaves socioeconómicos o verticales enunciados por John Murra11 y los enclaves religiosos en torno a las huacas o divinidades más importantes, cuya influencia podía ser vertical u horizontal. Es valioso el aporte de Gamonal y Moscoso12 al registrar el mito de
Nina Masha en el caserío el Chorro en Cañaris; en el relato se cuenta que Nina Masha, quiso deshonrar a una joven, la misma que al querer hacerlo se convirtió en la Virgen María. Aquí se puede percibir el tema de la lucha entre el mundo nativo ancestral y el mundo católico. Cuenta el relato que Nina Masha en el filo de la peña, estuvo a punto de realizar el acto sexual y la virgen le dio un tremendo punta pié que lo hizo rodar por el peñón. Nina Masha lleno de despecho y cólera, hizo arder toda la peña conforme iba rodando, la virgen no permitió que siga el incendio, transformándolo en un gran chorro que arroja agua por su boca y el ano. Dicen que Nina Masha para no ver la cara de la muchacha que lo despechó y acabó con su virilidad, quedó tendido boca abajo, que es por donde discurre el chorro, y su ano está en la parte alta de la llanura donde nacen las aguas. De lejos se ve al Nina Masha tendido boca abajo, transformado en un gran chorro como castigo de la virgen, por no saber respetar la dignidad de las mujeres. Es necesario indicar que Nina Masha según el quechua, significa “yerno (hombre) de fuego o candela”. Alfredo Narváez analiza el tema de Nina Masha, en relación a un reporte que realiza Pedro Alva Mariñas para la zona de Cajamarca. Narváez13 propone la hipótesis del fuego versus el agua, y sus manifestaciones en la tradición oral cajamarquina del “Hombre Candela”. Al caer el agua sobre el personaje, este “muere” y exclama: “…a partir de ahora me encontrarán en las piedras de los cerros y en los fósforos…”. Es evidente, - indica Narváez - la similitud de argumentos que corroboran la idea de una dupla de agua y fuego que convive en unidad. Al doblegar a los Huanca Vilcas de la zona de Ecuador, Túpac Inca Yupanqui, sujetó a sus jefes principales, entre ellos a uno llamado Nina Chumpi14. Nina significa fuego
o candela y Chumpi o Chhumpi, quiere decir color castaño oscuro, alazán o pardo15. Túpac Inca Yupanqui, cuando realizó su viaje por mar desde la isla de la Puná hasta Manta (Ecuador), llegó a las islas de Hahua Chumpi y Nina Chumpi. Si Chumpi significa “faja de cintura”, o sea cinturón y Nina es fuego, podemos decir – afirma Ballesteros – que era una isla rodeada de fuego o con un volcán en erupción. Como Haua (Hawa con la ortografía moderna) se traduce por lejano, puede referirse a una isla muy alejada del continente16. Esta afirmación puede tener sentido, siempre y cuando, se supiera ha qué isla se refería Murúa, hecho que no lo precisa. En el caso de la palabra Nina está referida a fuego y a un dios, pero también es parte de nombres compuestos y denominación de isla, demostrando la trascendencia de este topónimo quechua. En la tradición popular de Cutervo, en la región de Cajamarca, existe el relato de Ninacuro. Es un gusano tipo larva de incandescente vientre, que en las noches da una luz tenue de color verde. Aparece a los pies de la cama de la persona que está enferma, siendo la señal que morirá indefectiblemente. El Ninacuro vive en el suelo, en el día no aparece, por eso dicen que es el alma de alguien que va a morir. Nadie puede matarlo ni jugar con él, porque la barriga se le hincha y a media noche viene el alma del penante para arreglar cuentas con quien ha estado jugando con el Ninacuro. El Ninacuro es el gusano que produce luz en su vientre, es símbolo de almas penantes.17 El Ninacuro o Ninakuro, es un insecto que aparece en la región quechua, en la sierra norte del Perú.18 En el antiguo Perú, las piedras fueron muy importantes, a tal punto que existen relatos que hacen referencia a piedras y a elementos que se convierten en piedras. Este comportamiento está asociado a cerros y a las conocidas huancas,
8 Bravo Guerreira, Mª Concepción. 2003. “Sometidos al Cuzco y aliados de España. Grupos étnicos andinos ante la Conquista española”, Revista Española de Antropología Americana, vol. extraordinario, pp. 335-344.
9 Remy Simatovic, María del Pilar. “Organización y Cambios del Reino de Cuismanco 1540 – 1570. Cajamarca”. Historia de Cajamarca. Tomo II, INC – CORDECAJ, 1986, p. 35-68. 10 Rostworowski, María. Pachacutec Inca Yupanqui. IEP, Lima, 2006, p. 324. 11 Murra, John. (1975). Formaciones económicas y políticas del mundo andino. IEP, Lima, 1975. 12 Gamonal Guevara, Ulises y Lucero Francisco Moscoso. “Nina Masha”. Facetas. Año 32, Edición N° 58, Jaén, Perú, 2008, p. 32. 13 Narváez Vargas, Alfredo. Dioses, Encantos y Gentiles. Introducción al Estudio de la Tradición Oral Lambayecana. Instituto Nacional de Cultura - Lambayeque, 2001, p. 36. 14 Murúa, Fray Martín de. Historia General del Perú. Edición de Manuel Ballesteros Gaibrois, Crónicas de América, Dastín Historia 20, Madrid (España), 2001 (1617), p. 72. 15 Gonzales Holguin, Diego. Vocubvlario de la Lengva General de todo el Perv llamada Lengua Qquichua o del Inca, con el Prólogo de Raúl Porras Barrenechea, Instituto de Historia, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Tercera edición, Lima, 1989 (1608), p. 121. 16 Ballesteros Gaibrois, Manuel. “Introducción y notas”. Historia General del Perú. Fray Martín de Murúa, Crónicas de América, Dastín Historia 20, Madrid (España), 2001, p. 83. 17 Gamonal Guevara, Ulises y Lucero Francisco Moscoso. “El Ninacuro”. Tupay Tupana y otros relatos del Alto Marañón. Editorial Filito, Jaén, 2008, p. 196. 18 Montoya Peralta, Eddy y Guillermo Figueroa Luna. Geografía de Cajamarca. Departamento de Cajamarca. Provincias de San Ignacio, Jaén, Cutervo y Santa Cruz. Volumen I, Editorial LABRUSA S.A., Lima, 1990, p. 39.
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posteriormente se convirtieron en aliados de España.8
que vienen a ser piedras sagradas, las cuales eran objeto de veneración en el mundo prehispánico peruano. Así como para los antiguos mochicas, la palabra que significaba piedra era “Pong”19, para el mundo andino quechua hablante, la palabra era “Rumi”, que igualmente significa piedra. Los Cañaris de Ecuador, tenían como deidad a la Luna, pero también a ciertos árboles y a ciertas piedras jaspeadas20. Haremos el seguimiento de los Rumis en varias partes de la región de Lambayeque, espacio geográfico en donde hemos encontrado este elemento, que es constante y reiterativo, pero que no es propiedad exclusiva de Lambayeque, sino que existió a lo largo y ancho de los territorios que abarcó el Tahuantinsuyu. Existen nombres compuestos con denominaciones que evocan a la piedra, es el caso de Rumi Ñaui que significaría ojo de piedra con nube21. Ruminaui fue capitán a las órdenes de Huayna Capac y Atahualpa.
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Para entender que tiene que ver el topónimo Rumi con los Cañaris, hemos encontrado diversas denominaciones relacionadas a esta palabra, tales como: Aya Rumi, Nina Rumi, Morro Rumi, Cerro Sogorumi, Villa Rumi, Rumichaka, Puncurumi, Rumi Lanche y Toro Rumi. El conocer la relación entre cerros, piedras y hombres, nos ayudará a comprender cómo fue la cosmovisión del hombre de Cañaris, la que se ha mantenido todavía a través de los siglos, gracias al aislamiento y la distancia que los separa de la costa. Antiguamente en Cañaris, se tenía conocimiento sobre una piedra que había sido traída de otro sitio, a la que la población tenía miedo, narra Joaquin Huamán Rinza22 y que muchos hablaban que debajo de ella, se encontraban sepultados los gentiles, quienes habían muerto defendiendo su territorio. Huamán Rinza, indica que aquel lugar era 84
cementerio de bravos guerreros, los que al ser derrotados habían sido enterrados allí y para que no puedan salir, la puerta de la fosa principal había sido tapada con una enorme piedra. Se dice que los espíritus de estos siguen luchando; es por ello que la piedra botaba chispas. Para seguir evitando estos hechos, los pobladores contrataron los servicios de un maestro curandero, que luego de varias noches seguidas y de extremos esfuerzos, logró vencer a los espíritus que le daban fuerza. Es por esta razón que Aya Rumi significa “la piedra partida o la piedra muerta”. En el distrito de Cañaris, existe una versión que habla de una piedra llamada Nina Rumi, que estaba pegada al camino y que era muy mala; por las noches a eso de las once se llenaba de fuego, nacido desde su raíz y bastaba que uno la mirase para que al día siguiente no se pudiera levantar. Por años esta piedra enfermaba a la gente; sólo un maestro curandero, que durante tres noches seguidas; y con la ayuda de buenos rampeadores, tuvieron que llevar más hierbas buenas y sustancias que de costumbre. Además, la mesa tuvo que ser hecha con más piedras e instrumentos de acero y bronce de diferentes tamaños y formas. El maestro curandero y sus acompañantes, estuvieron hasta el amanecer, logrando que las piedras de la mesa botaran chispas e hicieran arder a las espadas y despertar la ira de los apus. En el cielo, aparecieron de pronto truenos y relámpagos que cayeron sobre Nina Rumi, con esto la derrotaron. Los antiguos la llamaron piedra con candela23. En la tradición oral del pueblo de Cañaris, existe el relato de Mama Yacu24. Antiguamente se realizaba un culto a la Mama Yacu, que era la madre de las aguas. Este culto se efectuaba cuando escaseaban las lluvias, para ello los miembros de la comunidad se desplazaban hasta el cerro Kutílla para hacer el
pagapu a la Mama Yacu, sea para que no haya mucho verano o para que haya mucha lluvia y así puedan mejorar sus sembríos y tener mejores cosechas. El cerro Kutílla se encuentra cerca al cerro El Chorro, lugar sagrado en donde estaba Usya Rumi (o también llamado Qasay Rumi), que es la piedra del verano y de la lluvia. En la memoria de los pobladores de Cañaris, existe el recuerdo del gran espíritu del pueblo Cañarense, llamado Qasayrumi, es el dios de la lluvia, que se encuentra a dos horas de distancia, en un bosque llamado Paltique. Allí se encuentra una piedra grande y blanca; la gente tiene una fe única en ese cerro y cuentan que este tiene espíritu, que Qasayrumi, es el hombre macho que se encuentra en la montaña de Páltique, según se sabe, su esposa se encuentra en una de las provincias de Cajamarca. Cuando hay sequía una parte del pueblo viaja a Cajamarca a visitar a la esposa de Qasayrumi; y antes que vaya a visitar a su esposa, tienen que avisar al pueblo. Ese aviso ya lo,conocía la gente mayor, a través de un sonido como un fuerte viento huracanado, muy potente que hacía ecos en otros cerros; sonaba fuerte, como un trueno pero más largo. Entonces cuando había sequía, la gente del pueblo se ponía de acuerdo para ir a hacer una reverencia a esa piedra; tenían que irse con las personas mayores que sepan rezar y llamar al espíritu de ese cerro desde Cajamarca para que vuelva y que venga la lluvia. Entonces, la gente se organizaba para llevar, cinco (5) granos de maíz blanco, cinco (5) granos de maíz amarillo, un cuy blanco, sino había cuy blanco, tenían que llevar un cuy rojo de ojitos rojos, esos cuyes tenían que ser pequeños. Entonces ese era el fiambre que tenían que darle al alma del Qasayrumi y aparte de eso el maestro curandero que hacía el rezo, tenía que llevarle agua
19 Fernández Alvarado, Julio César, Motux. Historia, Tradición y Fe en el norte del Perú. Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, Facultad de Humanidades, Departamento de Humanidades, Chiclayo, 2007. Fernández Alvarado, Julio César, “Cerros, huacas y encantos en la costa norte lambayecana del Perú”. Perspectivas Latinoamericanas. Centro de Estudios Latinoamericanos, Número 5, Universidad de Nanzan, Nagoya, Japón, 2008, p. 96-110. 20 Garcilazo de la Vega, Inca. Comentarios Reales de los Incas, p. 452. 21 Ludeña de la Vega, Guillermo. Vocabulario y Quechua utilizado por el cronista indio Felipe Guaman Poma de Ayala, Vol II, Perúgraph Editores S.A., Lima, 1982, p. 202. 22 Huaman Rinza, Joaquin. Mitos y Leyendas de Kañaris. Ediciones Prometeo Desencadenado, Exploraciones Milenio S.A., Proyecto Cañariaco, Chiclayo, 2008, p. 18. 23 Ibídem, p. 19. 24 Gamonal Guevara, Ulises y Lucero Francisco Moscoso. “La Mama Yacu”. Tupay Tupana y otros relatos del Alto Marañón. Editorial Filito, Jaén, 2008, p. 70.
Existe otro relato acerca del cerro Qasay Rumi, que se encuentra a un costado del cerro Kutilla. Según se sabe, este cerro era de color blanco y los naturales lo comparaban con el almanaque Bristol. Este cerro era el padre de la lluvia y del verano. Cuando se presentaban lluvias torrenciales, en señal de agradecimiento, los campesinos le llevaban un cuy vivo de color blanco y como refresco, maíz molido también blanco, colocando al cuy en un corralito debajo de una piedra. En caso de que desearan que el tiempo se haga verano, llevaban un cuy colorado y maíz amarillo. Mientras el cuy estaba con vida, los cañarenses hacían su Taki, a una distancia de veinte metros, dejando de danzar cuando el animalito moría; si desaparecía, era signo de que la ofrenda era insuficiente. Hasta hace dos décadas todavía se hacía este ritual. Ir a Qasay Rumi para determinar las lluvias y el verano era una experiencia única26. Existe un sitio llamado Morro Rumi27, que es considerado como un Morro de Piedra. Joaquín Hua-
mán Rinza28 nos cuenta el caso de un cerro conocido como Cerro Sogorumi, que su parte más alta miraba hacia el oeste con Mamajpampa. Cuenta una leyenda29 que este cerro estaba cubierto por enormes árboles, juncos, gran variedad de arbustos y pastos por doquier. A esto se debía que no faltaban ganados de buena raza. En una ocasión, se dio la venta de un ganado y el comprador jamás volvió. Quedando el cerro abandonado, porque en el cerro habitaba una criandera que la habían raptado. La criandera y dueña del cerro, quien cuidaba todo el paraje, había sido raptada y llevada al cerro Celama, en Cajamarca. Allí vivía un gran señor con mucho poder y riqueza, quien fue inquietado por los lugareños para que conquistara a la famosa criandera del Sogorumi, ya que en aquel lugar hacían falta las reses. En un inicio, al ver fracasado su intento, empleó luego la influencia y el poder de buenos maestros curanderos. Es de este modo, que la llevan raptada. A pesar de todo, la criandera y dueña del cerro Sogorumi había vuelto en varias oportunidades, originando verdaderas luchas nocturnas, quitando el sueño a los pobladores de la Congona. En Cañaris existe un caserío llamado Villa Rumi, que vendría a ser la villa de la piedra o donde está la piedra, refiriéndose posiblemente a una huanca o piedra sagrada. Uno de los caseríos de Incahuasi lleva por nombre Rumichaka, denominación que se divide en dos palabras: Rumi, que significa roca, piedra, pedregal, peñasco, huanca30 y Chaca, que quiere decir Puente. Rumichaka es el puente de piedra. En la comprensión del centro poblado menor de Colaya, que le pertenece a la jurisdicción del distrito de Salas, se puede llegar a través de una trocha carrozable al caserío de Corral de Piedra, a un sector conocido como Puncurumi. Este es un topónimo quechua que
significa puerta de piedra, se trata de un gran bloque de piedra, de forma rectangular que está a 2063 m.s.n.m. Es una piedra sagrada o huanca que fue parte de un lugar de especial veneración en el pasado, en la zona alto andina lambayecana31. En Cañaris existe el topónimo Rumi Lanche, que incluye el nombre de una planta llamada Lanche, (Myrcianthes fragans) que traducido sería Lanche de piedra, caso similar a Huanca Vilca, que como bien sabemos Huanca, está referido a una piedra sagrada; y Vilca significa árbol. En el mundo de los Cañaris de Ecuador, existiron ciertos árboles sagrados. En el Museo de los Huanca Vilcas en la ciudad de Guayaquil, existe un gran árbol sagrado, que tiene más de cinco metros de alto, que contiene una serie de grabados. Como indicaba Garcilazo, para los Cañaris de Ecuador, existieron ciertos árboles sagrados, caso similar pero en condiciones diferentes sería Rumi Lanche. El lanche o lanchi es un árbol andino señalador de buen tiempo32. En esta misma línea se encuentra el trabajo etnográfico,que realiza Javier Rivera33, cuando trata el tema de los instrumentos musicales de Cañaris, dando luces acerca del tema del árbol del lanchi o lanche. El término lanchi, incluido en el nombre de este instrumento, - indica Rivera - no pudo ser traducido por ninguna de las personas que conozco en la región. Al mismo tiempo, todos conocen una planta llamada “lanchi”, un árbol maderable, que crece entre los 1600 y 3000 m. Su madera es muy resistente y tiene diversas utilidades. Es posible, aunque no seguro, que uno de los usos de esta madera haya sido –al menos así lo aceptan algunos de los interpretes- la fabricación del lanchi pinkullu, aunque es necesario registrar más documentos para verificarlo.
25 Entrevista realizada por Julio César Fernández Alvarado, al profesor José Gaspar Lucero, natural de Cañaris, en la ciudad de Chiclayo, el 08 de enero de 2010. 26 Huaman Rinza, Joaquin. Mitos y Leyendas de Kañaris, p. 14. 27 Ibídem, p. 25. 28 Ibídem, p. 27. 29 Ibídem, p. 27. 30 Torres Fernández de Córdova, Glauco. Lexicón Etnolectológico del Quichua Andino. Tomo III, Editorial Tumipanpa, Primera Edición, Ecuador, 2002, p. 89. 31 Fernández Alvarado, Julio César, Motux. Historia, Tradición y Fe en el norte del Perú, Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, Facultad de Humanidades, Departamento de Humanidades, Chiclayo, 2007, p. 67-69. 32 Torres Fernández de Córdova, Glauco. Lexicón Etnolectológico del Quichua Andino. Tomo II, Editorial Tumipanpa, Primera Edición, Ecuador, 2002, p. 236. 33 Rivera Andía, Juan Javier. “Aerófonos y membranófonos de Cañaris (Ferreñafe). Apuntes sobre los instrumentos musicales tradicionales de Lambayeque”, Revista Flumen, Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, Chiclayo (Perú), 2010 (En prensa).
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florida, agua de cananga y otros olores para que pueda refrescar al cerro. Una vez terminado el rezo, la gente tenía que hacer la fiesta del regreso; osea, allí tenían que realizar la danza del Taki. La gente se iba con su charango a tocar diferentes ritmos y dar toda la vuelta alrededor de esa piedra; de igual manera también bailaban la danza de cascabeles, y tenían que danzar con todo el fervor, alrededor de la piedra, y bailar con la Chirimia. Si se hacía una buena ceremonia y aceptaba con cariño esa ofrenda, el espíritu de Qasayrumi regresaba. Al regresar de ese lugar a la media hora o quince minutos, la lluvia comenzaba torrencialmente. Ese ritual se practicaba hasta los años 1989 y 1990. Actualmente la gente mayor actualmente ha fallecido y la juventud ya no hace este ritual25.
Otra posible relación entre esta flauta y el “lanchi” podría asociarse al “culto” o carácter “sagrado” de este árbol en la zona. En efecto, en algunos parajes (de los que bien valdría la pena hacer un mapa) se veneran algunos “lanchis” cuya forma, es una cruz que recuerda a los habitantes de la sierra. Esta puede ser una de las razones por las cuales, a veces, se prefiere poner, en vez de una cruz, un tronco de “lanchi” en las tumbas de los cementerios. Estos árboles-cruces son discretamente visitados por aquellos que les tienen fe, sobre todo al alba. En sus ramas, atan bolsas plásticas que contienen tierras de sus parcelas, lana de sus ganados e incluso cabellos de sus parientes. Además, al pie del tronco, se encienden velas, bien protegidas del viento por grandes piedras.
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Estamos seguros que el árbol del lanche o lanchi, es un árbol sagrado, teniendo en consideración los elementos históricos, etnohistóricos y etnográficos, que para la zona de los Cañaris del Perú, se puede comprobar. Los antiguos Cañaris del siglo XV que fueron dominados por los Incas, tuvieron como una de sus divinidades a ciertos árboles, uno de ellos para el caso de Lambayeque sería el árbol de lanchi. En diversas zonas geográficas del Perú existe la presencia del lexema Rumi, es el caso del distrito de Bellavista, en la provincia de Jaén, en el ámbito de la región Cajamarca; existe el relato de Toro Rumi34, se trata de un poblado que está cercano al caudaloso Marañón según se cuenta - allí en noches de luna llena, entre el ganado, aparece un enorme toro plateado, que es de primera clase. Cuando los ganaderos se acercan por el lugar, el toro desaparece y se transforma en toro de piedra. Dicen que el misterioso toro es illa (objeto mágico de piedra, que representa un animal o planta, es símbolo de
la fertilidad. Los campesinos entierran las illas en los corrales, cuyeros y huertos)35. El ganado aumenta rápidamente, los becerros son lindos, la mayoría plateados, en el hato no existen toros de ese color. En el poblado de Toro Rumi, existe un enorme toro de piedra, que en las noches toma vida y se convierte en el fabuloso toro plateado.
Campanas y Retablos Todos los pueblos en España, América Latina y el Caribe, profesan lo que se conoce como la religiosidad popular, es el sentimiento que tienen los pueblos de vivir su fe, expresada a través de las representaciones de cristos, vírgenes, santos, niños milagrosos, cruces, mártires, entre otras manifestaciones católicas. Todas las festividades religiosas católicas, están dentro del campo de la religiosidad popular, ámbito rico en tradición ancestral y tradicional de todos los pueblos, teniendo como exponentes a sus santos
34 Gamonal Guevara, Ulises y Lucero Francisco Moscoso. “Toro Rumi”. Tupay Tupana y otros relatos del Alto Marañón. Editorial Filito, Jaén, 2008, p. 89-90. 35 Ibídem, p. 193.
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patrones locales, que han sido y son la expresión de algún milagro concedido. Las festividades católicas son la fuerza que une a los pueblos una vez cada año, significando encuentros y desencuentros, en el primero por la fe que expresan los fieles seguidores hacía un ícono católico; y en el segundo, por la degeneración que muchas veces se produce en estos tiempos, cuando la población prefiere la diversión a la devoción. En la festividad de San Juan Bautista de Cañaris, que por cierto no es el único lugar en el Perú, en donde se rinde reconocimiento a San Juan Bautista, se encuentran las festividades de San Juan Bautista de Cutervo, de Chota, del poblado de Huabal (San Felipe) en Piura, en el poblado de Las Juntas que está por la zona de Pomahuaca en el ámbito de Cañaris; y en varias localidades de la selva peruana. Esta fiesta de San Juan Bautista, se celebra el 24 de junio de cada año. Es importante destacar que la religiosidad popular, es una parte de la identidad cultural de un determinado pueblo, porque a través de ella se congregan, unen y comparten las personas,
Figura 1 Campana con el grabado de 1721
por las creencias que son el producto de su propia fe.
Figura 2. El sol, cristo crucificado de Cañaris y la luna
estos parajes andinos de Lambayeque, podrían haber sido los Franciscanos, debido a que fue la primera orden religiosa que sentó las bases iniciales de lo que es ahora la capital de la región Lambayeque. Hacía el costado izquierdo del altar mayor, mirándolo frontalmente
se encuentra otro pequeño retablo, que protege al Cristo crucificado de Cañaris. Este cristo muestra el sol y la luna (Figura 2), que es la representación de los astros que siempre aparecen en las imágenes católicas, referidas por ejemplo, al señor de los milagros. Lo singular de esto, es que estos astros están 87
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En la capital del distrito de Cañaris, está la iglesia de San Juan Bautista de Cañaris, que por ciertas características propias del arte religioso estaría relacionado con la época virreinal. El recinto religioso tiene un campanario, en donde encontramos tres campanas, una pequeña y dos del mismo tamaño. En la segunda y tercera campana, aparecen unas inscripciones que han sido moldeadas sobre la misma; en la segunda de ellas, se puede leer la siguiente inscripción: SOY-D-D-MIGEL-DLEONYRIBERA”, lo que significa es: “Soy de Don Miguel de León y Ribera”; y en la tercera campana aparece otra inscripción que dice: “ERA ELAÑOD1721-D-M” el texto sería el siguiente: “Era el año de 1721” (Figura 1). En el caso de la primera inscripción sería el nombre de la persona que donó la campana a la iglesia; y el otro, es un dato histórico de la campana, que sustentaría con mayor fuerza que la iglesia ya existía desde inicios del siglo XVIII. En el espacio que abarca el altar mayor de la iglesia, se encuentra una estructura de madera de dos cuerpos, que está conformada por diversas imágenes católicas y el santísimo. Tiene como elementos decorativos columnas salomónicas y el retablo es un tallado muy particular en esta parte andina de Lambayeque. Por sus características estaría asociado al siglo XVIII, posiblemente de la misma época de la campana. Es importante indicar que el retablo del altar mayor, fue pensado por una mente hispana, pero elaborado con mano nativa del lugar. En el tallado aparecen figuras conocidas como “cariátides” o “atlantes”, que aparecen en la parte superior del retablo, pero en este caso, son ángeles femeninos, debido a que muestran los senos propios de una mujer. Es probable que la orden religiosa que estubiera por
por debajo de la cruz y no sobre ella. Así mismo, el sol sonríe y la luna igual. El sol es rojo con destellos amarillos y la luna es amarilla y crema. El sol mira frontalmente y la luna mira de perfil. Existe además el Cristo grande y un Cristo pequeño.
La Fiesta de San Juan Bautista de Cañaris La fiesta de San Juan Bautista de Cañaris se inicia con las fiestas previas que organiza la municipalidad del distrito un día antes de la misma. Una banda recorre las casas de los mayordomos principales, antes de la ceremonia religiosa y popular, durante gran parte de la tarde del día miércoles 23 de junio hasta la noche del mismo día.
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A partir de las seis de la tarde, los mayordomos acompañados de la banda típica, están con su respectiva bandera en la entrada de la iglesia. La fiesta se inicia con la salida de las imágenes de los santos hacía la puerta de la iglesia por parte de sus mayordomos, entre ellos está el Santo San Juan Bautista de Cañaris y el Santo San Juan Bautista de la Agüita; el primero es una imagen de mayor estatura que el segundo. Para ello los mayordomos, proceden a limpiar a cada una de las imágenes, desde que se inicia el proceso ceremonial, hay una banda que en todo momento con tambor y dulzaina, acompaña esta celebración. En el ingreso a la iglesia existe un grupo de mujeres mayores, adultas y algunas niñas de Cañaris que están sentadas, y que en sus tejidos llevan las flores, que servirán para realizar un pago al Santo Patrón San Juan Bautista de Cañaris; estas flores son llevadas por las esposas de los mayordomos y 88
con ellas confeccionarán pequeños arcos, que permitirán decorar las cruces de los dos santos. Los arcos de flores serán colocadas en el anda del santo patrón, cuando se realice el ingreso del santo al templo, luego de haber sido vestido y venerado. El santo patrón es vestido con su túnica de color rojo, al que le colocan un par de espejos como una forma de no mirarse así mismo, sino de ver la imagen de los demás y su capa color azul con bordados dorados. El caso especial del Santo San Juan Bautista de la Agüita, lleva sobre su cabeza una serie de cintas multicolores, una alforjita y en su mano derecha una pequeña escultura de un cordero. La combinación de elementos católicos con elementos tradicionales propios de su realidad cotidiana, como son la alforja y el cordero, son aspectos que lo relacionan con su entorno natural y cultural. En esta festividad están los primeros y segundos mayordomos; los primeros se dedican a la imagen principal de San Juan Bautista de Cañaris, que es el Santo Patrón y los segundos mayordomos se dedican a cuidar la imagen de San Juan de la Agüita. Las mujeres que han llevado las flores (Figura 3), que en promedio son entre 40 y 50 entre mayores, adultas y jóvenes, están sentadas frente a las dos imágenes, una a una se postran en actitud de veneración frente al Santo Patrón San Juan Bautista de Cañaris y posteriormente se acercan a San Juan de la Agüita y de manos de su mayordomo, les pasa la imagen por todo el cuerpo, como una señal y muestra de protección y de curación del santo hacia la persona. Este acto lo hace el mayordomo cuantas veces las mujeres se coloquen al frente de la imagen. Como hicimos referencia anteriormente, las madres llevan las flo-
res, pero también guardan en sus mantas las que sobran, para luego sahumar sus casas con las flores del Santo Patrón, para que quede limpia de cualquier mal. Las imágenes son introducidas a la iglesia a eso de las ocho de la noche y al hacerlo sus mayordomos se encargan de decorar el anda de San Juan Bautista, con las flores que han sido confeccionadas a manera de arcos, que flanquean al santo por los cuatro lados del anda. El santo patrón es llevado en su anda hasta el altar mayor y es colocado al costado de donde se encuentra el Cristo crucificado de Cañaris. San Juan Bautista del Agüita, es colocado al otro costado. Al realizar este acto se procede a la ceremonia religiosa a cargo de las madres de la congregación Verbo y Víctima. San Juan de la Agüita es llevado por su mayordomo a eso de las cuatro a cinco de la mañana hacia la laguna artificial de San Pedro y San Pablo, en donde el mayordomo coge a la imagen y da unas vueltas dentro de la laguna, hasta recibir la bendición por parte de las monjas que están en la zona de Cañaris. Luego de la bendición, regresa a la iglesia para la celebración del día central, que es el 24 de junio. A las diez y media de la mañana, los mayordomos ingresan a la iglesia para sacar al Santo Patrón San Juan Bautista y a San Juan Bautista de la Agüita junto con los fieles devotos para realizar la procesión por el centro del pueblo de Cañaris.
Figura 3. Mujeres de Cañaris haciendo las flores para el santo patrón de Cañaris
Conclusiones En las visitas realizadas a Cajamarca en el siglo XVI, aparece la huaranga de mitimaes, que estaban conformada por cuatro pachacas de mitimaes serranos, de los cuales dos grupos proceden del sur (Quechuas y Collasuyus) y dos del norte (Guayacondor y Cañaris). La pachaca de Cañaris procedía de Quito (Ecuador)36. Esta información permite afirmar que para el caso de la región de Lambayeque, los Cañaris fueron grupos desplazados por los Incas para el adoctrinamiento de una determinada área, permitiendo educar a la población conquistada en las nuevas formas y labores que necesitaba el Inca y el Tahuantinsuyu. Otro elemento a considerar, es el hecho que la etnia de los Cañaris no es propiedad exclusiva del Perú y en especial de la región Lambayeque, las referencias históricas mencionan de manera constante a la etnia de los Cañaris de Ecuador, que sería la zona de donde procedería este grupo étnico. Sevilla37 proponía que sería la etnia de los Penachíes la que integraba a las etnias de Penachí, Incahuasi y Cañaris, posición de la cual discrepamos, recordemos en palabras del Inca Garcilazo lo siguiente: “muchas etnias que se agrupaban debajo del nombre Cañari y para favorecerles más” 38.
36 Remy Simatovic, María del Pilar. “Organización y Cambios del Reino de Cuismanco 1540 – 1570. Cajamarca”. Historia de Cajamarca. Tomo II. INC – CORDECAJ, 1986, p. 35-68. 37 Sevilla Exebio, Julio César. “La Etnia de los Penachies”. Flumen. Revista de Investigación, Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, Vol. 1, N° 1, Enero - Junio, Chiclayo (Perú), 2005, p. 16-27. 38 Garcilazo de la Vega, Inca. Comentarios Reales de los Incas. Librería Internacional del Perú S.A. prólogo de Aurelio Miro Quesada S. Buenos Aires, 1959 (1609), p. 450-451.
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La etnia que incluiría a Penachí, Incahuasi y Cañaris, serían los Cañaris y no a la inversa como propone Sevilla. Todas las pruebas históricas, lingüísticas, etnológicas y tradicionales; nos llevan a pensar que los Cañaris se nutren de tradiciones del norte (Ecuador), del sur a través de la costa central peruana; y de la misma sierra norte del Perú, que se enlazan y combinan, produciendo una identidad cultural particular para el grupo étnico co-
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nocido como los Cañaris de Lambayeque.
necesarias para la existencia y la continuidad de la etnia.
Los Cañaris, son un pueblo que mantiene sus creencias y costumbres, además de su forma de hablar el quechua. El tipo de quechua es la variante Q II A o Quechua de Ferreñafe. Entre los mitos de la zona de Cañaris, vale rescatar el caso de Nina Masha, que es la representación viva de la lucha entre el bien y el mal. Es una divinidad pre Inca, que al igual que la Virgen María representada en este relato, no es más que la representación de otra divinidad pre Inca llamada Pachacamac39 representada por el agua, el mismo que la Virgen usa para castigar a Nina Masha. Se refuerza la tesis de la presencia de una divinidad que viene de la costa central del Perú y su relación costa - sierra, que se mantiene en los mitos de los Cañaris de Lambayeque, demostrando con esto la continuidad de una tradición religiosa prehispánica, que tiene un largo tiempo de existencia. Es importante el reporte que realiza Alva Mariñas40 de la presencia de Pachacamac en las zonas de Huallabamba, Congona, Mamajpampa, Quirichima, Atumpampa y el propio Cañaris, en donde tienen como protagonista a esta divinidad pre Inca. La relación de Pachacamac y Nina Masha nos hace pensar en una relación cultural muy anterior a los Incas, que según Alva Marinas estaría emparentada con una presencia cultural desde la costa central.
El dios de fuego siempre estuvo en lucha permanente con el agua, pero también se combinaba con el dios de piedra, recordemos a Nina Rumi. De los dos dioses, el más recurrente y permanente es el dios de piedra, asociado a relatos de cerros, de huancas, piedras sagradas y de sitios arqueológicos; como petroglifos y a grandes complejos arqueológicos como Racarumi (Lambayeque), que está asociado a una presencia Cupisnique hasta Inca41, para al final convertirse en dios, dentro del recuerdo de la tradición del pueblo cañarense, tal como sucedió con Qasay Rumi.
En el mundo de los dioses de Cañaris, podemos entender que hay una constante referencia a dioses de fuego y dioses de piedra, en especial con el elemento piedra, debido a que una de las divinidades de los Cañaris de Ecuador a parte de la luna, eran ciertos árboles y piedras. Para el caso de las piedras, estas eran sagradas y ejercían un poder relacionado a la fertilidad, la siembra, el clima, la lluvia y las cosechas, que son 90
Los Cañaris del Norte del Ecuador son el origen de los Cañaris del Sur del Perú42, sin embargo, los Cañaris del Norte ya no son los mismos, siendo un grupo doblegado y adoctrinado por los incas y manteniendo hasta el día de hoy costumbres andinas que se practicaban durante el Tahuantinsuyu; y en el caso de los Cañaris del sur, no son un grupo puro, es una etnia mezclada como producto de otras tradiciones culturales que proceden del extremo Sur del Perú y de la sierra Norte de Cajamarca. Por ello hablar de etnias puras es totalmente irreal y falso, ambos grupos a lo largo de siglos, han mantenido tradiciones y costumbres que han sabido adaptar y construir. Ambas etnias y pueblos, mantienen la misma lengua, la cual les permite entender lo que cada pueblo quiere decir y trasmitir. Actualmente, existe una lucha por la hegemonía entre el distrito de Incahuasi y Cañaris, suponiendo que Incahuasi es la etnia más antigua, lo que es totalmente falso. Si lo vemos desde la perspectiva histórica, cuando Rostworoswki habla de la reconstrucción del Cusco, indica lo siguiente: “En todo el país hubo palacios reales o inca huasis, no sólo en las pe-
queñas provincias sino en los lugares menos retirados del camino principal” 43. Abordando ahora el tema de la religiosidad popular, debemos indicar que en la tradición judeo católica, Juan el Bautista como afirma el nuevo testamento, era un hombre que llevaba “con un cinto de cuero alrededor de sus lomos”; en el caso de San Juan de la Agüita, llevaba una variedad de cintas de colores en su cabeza de donde caían hacía todo su cuerpo. Se sabe que Juan, bautizaba en las aguas del Río Jordán. En el caso de San Juan de la Agüita, su mayordomo se introdujo junto con él dentro de una pequeña laguna. Sin lugar a dudas el poder del agua bendecida por Juan el Bautista y el poder del agua de una laguna, nos hace recordar al poder que antiguamente tuvieron las lagunas, los puquios y las quebradas en el mundo andino, combinando perfectamente el mundo católico con el poder que tuvieron antiguamente las fuerzas de la naturaleza. Existen mensajes encubiertos, pero de manera inconsciente en la población de Cañaris, que son parte de rituales que tienen mucho tiempo de existencia y que es parte de la vida religiosa de los pueblos; es el caso emblemático de ciertos elementos dentro de la iglesia de San Juan Bautista de Cañaris y es el caso de San Juan Bautista de la Agüita, que aunque tiene relación directa con el pasaje bíblico de San Juan Bautista, que bien sabemos que bautizó a Jesús en el Río Jordán; en Cañaris San Juan Bautista de la Agüita, es llevado por su mayordomo, que ingresa a una pequeña lagunita artificial y se pasea dentro de la misma con el pequeño santo, aparentemente todo es normal, pero recordemos que en el mundo andino, los lugares que tenían fuerza, espíritu, energía cósmica y natural, estaban representados por los cerros, las quebradas, las pampas, las lagunas; para prueba,
39 Alva Mariñas, Pedro. “Pachacamac en la Serranía de Lambayeque”. Seminario de Investigaciones Sociales en la Región Norte, CONAPIS, Tomo II, Trujillo, 1996, p. 14. 40 Ibídem, p. 14. 41 Sociedad Minera La Granja S.A. y el Museo Arqueológico Nacional Brüning de Lambayeque. Informe Final del Proyecto “Identificación e Inventario de Monumentos y Yacimientos Arqueológicos en el Ámbito del Mineroducto”, Setiembre-Octubre, 1996, p. 85-92. 42 Fernández Alvarado, Julio César. “Cañaris del Norte, Cañaris del Sur. Una visión desde el norte del Perú”. I Encuentro de Arqueólogos del norte de Perú y sur del Ecuador. Universidad de Cuenca, Catedra Abierta de Historia de Cuenca y su Región, Cuenca (Ecuador), 2010. 43 Rostworowski, María. Pachacutec Inca Yupanqui. IEP, Lima, 2006, p. 196.
El Cristo crucificado de Cañaris que aparece dentro de un retablo, tiene tres elementos que es necesario comentar, el primero es el sol, luego la luna y al final las estrellas. Asimismo, dentro del retablo existen dos Cristos, uno grande y otro pequeño. Destacamos de todo esto, que el devoto que dibujó estos tres elementos dentro del retablo, el sol, la luna y las estrellas, lo hizo de manera natural y espontánea, pero eso refleja posiblemente una continuidad inconsciente de la persona. En el tema del sol, este es masculino y de color rojo y amarillo, que está sonriendo, por las características del rostro. La luna es de color amarillo, mira de perfil al Cristo crucificado, podría afirmarse que desde esa perspectiva, la luna está en el cuarto creciente, en orientación de derecha a izquierda. Por la definición de los trazos que hizo el dibujante, esta luna es femenina. Las estrellas están sobre el Cristo, pero si lo comparamos con el dibujo que realizó Joan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua en el siglo XVII44, sobre el retablo de la creación, en donde aparece un dibujo cosmogónico, podríamos afirmar que existen estas tres similitudes como son el sol, la luna y las estrellas. Este comportamiento también lo podemos encontrar, en la obra de Felipe Guamán Poma de Ayala45, cuando se refiere al dibujo de la creación, en este aparecen nuevamente estos elementos, pero desde la perspectiva católica
de la época del cronista. Estos elementos son parte de una continuidad inconsciente, que evocan el mundo inca y pre inca. El tener una imagen grande y otra pequeña, sea de un Cristo, una virgen, un santo, un niño o cruces, para el mundo andino es lo que se conoce como el “doble” o “inter”, dentro del dualismo religioso, que tiene sus raíces desde tiempos prehispánicos, recodemos que los incas tenían a los ídolos sagrados de sus enemigos en el Cuzco. Asimismo, al tener a sus dioses tenían el alma del pueblo doblegado. Hay muchos casos en el Perú de la existencia de dobles en los íconos católicos, que actúan como una continuidad del dios principal, al tener a su doble o representante dual, que puede ser movido y desplazado con mayor facilidad que el ícono más grande. Estos son mensajes, que a lo largo de los siglos están encubiertos, detrás de las imágenes católicas, que reemplazaron a las representaciones nativas ancestrales de los pueblos del Perú antiguo, de los cuales ahora solo tenemos un lejano y remoto recuerdo.
44 Duviols, Pierre y César Itier. Relación de antigüedades deste reyno del Piru: Estudio Etnohistórico y Lingüistico. Joan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua, IFEA, Lima, 1993 (1612). 45 Guaman Poma de Ayala, Felipe. Nueva Coronica y Buen Gobierno. Fondo de Cultura Económica. Edición y prólogo de Franklin Pease G. Y. Tomo I. Lima. 1993 (1615). p. 15.
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hasta el día de hoy los maestros curanderos de la zona alto andina de Piura, en las conocidas lagunas de las Huaringas, se introducen a la laguna para curarse de sus dolencias y penas. En el caso de San Juan Bautista de la Agüita, de una manera simbólica, introducen al santo para proveerle de la fuerza que necesita, para realizar milagros y buenas acciones en bien de su feligresía.
CORPORACIÓN JURÍDICA Dr. Fabricio Moreno Cáceres ABOGADO
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APORTES ECUATORIALES A LA CIVILIZACIÓN
Mauricio Naranjo Gomezjurado / UNIVERSIDAD CRISTIANA LATINOAMERICANA
LOGROS ECUATORIALES En nuestra ponencia demostraremos que los ecuatorianos de la época anterior a la invasión inca, fueron seres creativos, capaces de educar a todo el continente americano. Para sostener lo que afirmamos, sustentamos lo que exponemos, con bibliografía tomada de diferentes especialistas en arqueología. Notarán los lectores que muchos de esos especialistas no son ecuatorianos; eso garantiza la imparcialidad de lo que exponen en sus obras, científicamente, rigurosas. La primera casa de América: Según la Doctora Karen E. Stothert (1988: 43-45), en la Península de Sumpa o Santa Elena, encerrada por los cerros de Colonche y Chongón, al noreste, y por las tibias aguas del Golfo de Guayaquil, al suroeste, se descubrieron y estudiaron los restos del Primer Hogar de América.
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Según el Profesor Olaf Holm, fuera de la casita que debió tener la forma de un proyectil (Naranjo, 2001: 56), se hallaron los restos de una fogata que, posiblemente, sirvió de cocina del edificio. Las fechas de radiocarbono arrojaron 9400 años de antigüedad para la casita y 8900 años antes del presente para la fogata. “Hasta este momento estas fechas son las únicas que tenemos en el Ecuador y las más antiguas de América, de una habitación intencionalmente construida por los habitantes precolombinos”(Holm, 1985: 6). 94
La primera casa de América (Holm, 1985)
El cementerio más grande de América: Según la Doctora Karen E. Stothert (1988: 159-160), en la Península de Sumpa o Santa Elena, se descubrieron y estudiaron los restos del cementerio paleolítico más grande de América. Este hecho es interesante y lo es más aún, cuando se descubre que estos patrones complejos de enterramiento fueron copiados por la cultura panameña Cerro Mangote. Allí, los arqueólogos Gimsey, Collins y Mckern, descubrieron entierros primarios, secundarios y en paquete, en todo similares a los de Las Vegas, en el Ecuador. En Panamá, los cuerpos también estaban orientados; había entierros dobles y entierros masivos como en Las Vegas. Al igual que con los “Amantes de Sumpa”, cerca de Salinas, en Cerro Mangote se descubrió un esqueleto enterrado
con una piedra grande oprimiendo su cabeza. Finaliza la Doctora Stothert diciendo que: “los entierros de Cerro Mangote son parecidos a los del Sitio 80 y se sugiere una cercana relación histórica. La única fecha de Cerro Mangote es de 6800 años, que apenas se sobrepone a la fecha Las Vegas más reciente” (1988: 160). Efectivamente, en Las Vegas, estas prácticas funerarias tienen una antigüedad de, al menos, 8000 años. Puntas de flecha “Cola de Pescado”: Las puntas de proyectil cola de pescado, encontradas en El Inga, son bastante anteriores al año 7080 a.C. Así mismo, parecen ser el origen de puntas similares halladas en otros lugares de América. El arqueólogo Pedro Porras Garcés (1987: 141) hablando a este respecto, anota que: “el descubrimiento en El Inga, de diferente
Puntas de flecha bifaces: Cubilán influyó sobre culturas peruanas de la región de Junín, en los Andes centrales de ese país suramericano. La elaboración de puntas de proyectil de herida romboidal, fue una especialidad de Cubilán y nuestra técnica de talla fue tan eficiente, que alcanzó a los cazadores del centro del moderno Perú. La arqueóloga Matilde Temme menciona a este respecto que: “un vistazo en el vecino Perú donde existen bifaces y que pueden tener un origen similar... demuestra que probablemente Chivateros 1 y II y Cuchimachay y Acomachay en la zona de San Pedro de Cajas / Junín/ son los únicos que pueden tener parentesco muy cercano con el material de Cubilán” (Temme, 1982: 160).
sente. Siendo la más antigua y primera ciudad del continente americano, Real Alto tuvo una función básicamente habitacional. Según la arqueología, esta ciudad indígena ocupó una superficie aproximada de 12 hectáreas. Era de trazado regular; contaba con una plaza central rectangular y de esquinas redondeadas, elevada sobre el nivel de los barrios. Al ruedo de la gran plaza, se erigieron cúmulos de tierra; el arqueólogo Pedro Porras Garcés dijo al respecto, que uno de esos cúmulos “alcanzaba 13 m de altura con un diámetro en la base de 9 m. Al pie de la misma, una escalinata.” (Porras, 1987: 38). En torno a la gran plaza central, se construyeron plazuelas rodeadas de casas de diseño, probablemente, similares al de las malocas de los shuar o los huaora-
ni modernos; entre las casas, los espacios abiertos o calles, estuvieron pavimentados con concha prieta. Estas casas que alcanzaban dimensiones cercanas a los 11 x 8 metros, sobrepasaron el centenar de unidades, calculándose que en los días de su apogeo, Real Alto albergó una población de entre 2.000 y 3.000 personas. Parece que la ciudad se planificó y construyó con la intención de controlar los nuevos suelos agrícolas y los recursos naturales de los bosques de tierra adentro, así como los productos del manglar y del océano, de la costa. (Almeida, 1997: 172) (Damp, 1988: 72) (Holm, 1985: 9) (Lathrap, 1975: 67) (Porras, 1987: 38) (Viteri, 1980: 53).
Real Alto, Provincia de Santa Elena (Holm, 1985)
La primera ciudad de América: Perteneció a la manifestación cultural Valdivia (4000 al 1800 a.C). El inicio del sitio puede ubicarse arbitrariamente entre los años 3000 y 3500 a.C. (Damp, 1988: 29). Es decir, que la primera antigüedad e inicio de Real Alto, puede situarse hacia el año 5500 antes del pre95
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tecnología en el trabajo de la obsidiana y el basalto, con técnicas no encontradas hasta entonces en el Nuevo Mundo, ha llamado la atención de muchos estudiosos... Lo más interesante del caso es que los artefactos de Costa Rica y Panamá tienen más parecido con las puntas lanceoladas y acanaladas de El Inga que con las del norte del Continente. Varias versiones de la punta en forma de hoja u ovalada se han encontrado en Sudamérica, como en Ayampitín e Intihuasi (Argentina), aunque con una fecha más tardía que en El Inga: 6,000 años a.C... El Inga tiene especial interés, tanto por los estilos como por la tecnología, ambos compaginados en tal forma que hacen del sitio, el único en Sudamérica o acaso del Nuevo Mundo” (Porras, 1987: 141-142).
El maíz más antiguo de Sudamérica: Dice la leyenda que el fundador de nuestra Nación, el Señor Quitumbe y sus acompañantes, evadiendo a los gigantes que desembarcaron en la Península de Santa Elena, se internaron en el mar y navegaron, sin saberlo, hacia la isla Puná. “Al segundo día descubrieron una isla y saltando en ella la hallaron fértil y abundante en frutas y otras semillas, entre ellas la del maíz;...” (Salvador, 1980: 198).
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La leyenda —aquella narración fantástica que, sin embargo, nace de los hechos reales— avaliza la suposición de que el Ecuador es el país donde por primera vez se cultivó el maíz, al menos en la región andina de Sudamérica. El Doctor Jorge Salvador Lara menciona que, después de enviarse muestras de restos de este cereal procedentes de las excavaciones en Valdivia para su análisis, se consiguió el siguiente resultado: “el Dr. Earl Leng ha identificado, en EE.UU., la clase de maíz: es del tipo flint de ocho hileras rectas de grano por mazorca, la misma raza keello ecuatoriana que todavía se siembra en la zona de Cuenca. Todo ello prueba la antigüedad del cultivo del maíz en el Ecuador, 3,500 años a. C, fecha hasta aquí la más antigua para la agricultura del área andina.” (Salvador, 1980: 194). Poco más o menos, esta fecha está apoyada por el arqueólogo norteamericano Jonathan Damp, cuando tratando sobre la ciudad de Real Alto, anota que “la presencia de manos y metates en los depósitos Valdivia temprano de Real Alto y la construcción de túmulos allí, abogan por la agricultura del maíz en el valle del Chanduy, hacia 3,300 a. C.” (Damp, 1988: 72). La primera cerámica de América: La manifestación cultural Valdivia, en la costa de la Provincia del Guayas, es la descubridora americana de la alfarería. La arqueóloga nor96
teamericana Betty J, Meggers hablando de la cerámica en América, dice que “algo inesperado es la evidencia de que la más elaborada y mejor decorada cerámica que proviene de la cultura Valdivia, en la costa ecuatoriana, es además la más antigua, con una fecha tentativa por radiocarbono, de 3,200 + 150 a. C.” (Meggers, 1973: 35). La primera papa del mundo: Hablando de la papa, anota el historiador ecuatoriano Doctor Jorge Salvador Lara que “... Luis Cordero señala como región de origen ‘ la cordillera de los Andes, en toda o casi toda su longitud ‘ y señala que, con frecuencia, la ha encontrado en estado silvestre en las provincias de Cañar y Azuay, en el Ecuador, habiendo ensayado una almáciga con semilla ‘ procedente de las alturas de Surampalte, en la parroquia de Déleg’. El presbítero Coba Robalino estima que ‘ la papa o patata (es) nativa exclusivamente de los montes interandinos del Ecuador, pues no se ha encontrado hasta hoy en estado silvestre sino sólo en el Ecuador ‘...” (Salvador, 1980: 182). Más adelante, el Doctor Salvador menciona que el cronista español Pedro Cieza de León, que recorrió buena parte del continente americano en la primera mitad del siglo XVI, conoció y mencionó a la papa, por primera, cuando se detuvo en Quito, concluyendo que “... es ésta la primera descripción española de la papa.” (Salvador, 1980: 183). La primera escultura en América: El Señor Alfredo Pareja Diezcanseco hablando de las creaciones antropomorfas de la manifestación cultural Valdivia, anota que “sus famosas figurillas, bellamente modeladas en barro, parecen ser las primeras en aparecer en el continente y podrían haber influido en las que más tarde se encontraron en Mesoamérica; la abundancia entre éstas, de imágenes femeninas y otros detalles, sugiere que
quizá constituían símbolos de fertilidad.” (Pareja, 1994: 14). Queda por determinar la fecha de inicio de este arte escultórico ecuatoriano. Si se quiere conocer la época de origen de este arte, basta con citar al arqueólogo ecuatoriano Pedro Porras Garcés, quien indica que: “en lo que respecta a las figurinas pese a que en el Período A, como vimos anteriormente, se hicieron figurinas esquematizadas en piedra, a partir del Período B hasta el C, se trabajaron figurinas de cerámica con gran abundancia y variedad de formas y detalles.” (Porras, 1987: 44). Si, según la cita, la tradición de figurillas inició con Valdivia -Período A-, tendríamos para asignarle una antigüedad mínima de 3000 años antes de Cristo.
Venus o Llira de Valdivia
La primera muestra de metalurgia en América: En el informe titulado Tecnología Metalúrgica del Ecuador Prehispánico, el Doctor Zevallos demuestra que la metalurgia surgió en el Cañar, antes que en cualquier otro lugar del continente americano. Por eso, en 1987 vuelve a reafirmar su acierto al decir que este descubrimiento
metalúrgico, en Cañar, fechado en 1978 antes de Cristo, “... ha venido a constituir la fecha más antigua para la aparición de la metalurgia en América.” (Zevallos, 1987: 185 y 188). Los primeros figurines huecos de América: Los primeros figurines huecos aparecieron al final de la manifestación cultural Valdivia, hace unos 3600 años. Desde allí, se difundieron a Méjico y el Perú, llegando unos 600 años después. Acerca de esto, Lathrap anota que “en el Ecuador las figurillas huecas se remontan a Valdivia terminal y hay una evolución continua en el estilo de las figurillas de Valdivia y Chorrera y las figurillas huecas de Río Chico. Claramente las figurillas huecas de México y del Perú fueron producto de la influencia de la costa del Ecuador.” (Lathrap, 1975: 68-69).
barcaciones con velas y remos, poco menores que las españolas; “... fueron nuestras balsas, que entonces eran las únicas en América Prehispánica, que se movilizaban a vela a grandes distancias, llevando y trayendo materiales para contractar (comerciar)...” (Zevallos, 1987: 70). El primer platino trabajado en el mundo: Los orfebres tolanos no solo que trabajaron el platino aglutinando sus partículas sólidas en una cama de oro derretido, sino que trabajaron las más hermosas máscaras y joyas en este precioso metal. La antropóloga ecuatoriana Rosángela Adoum, hablando de La Tolita, en este aspecto, nos refiere que: “la variedad de técnicas asociadas al martillado y el nivel logrado, solo pueden obedecer a la existencia de orfebres especia-
lizados: soldadura imperceptible, miniaturas, láminas tan delgadas como papel, repujados que alcanzan más de dos centímetros, pero -sobre todo—la presencia del platino, nada menos que 200 años antes de Cristo (el primero en la historia de la humanidad). El método empleado no es el de la fundición, sino el sintering que, a través de calentamientos sucesivos alternados con martillado, logra dar la apariencia de platino a la superficie exterior, mientras —en realidad— el núcleo sigue manteniendo la mezcla natural aurinoplatinífera.” (Adoum, 1995: 60). Al margen de todo lo anterior, sabemos que el segundo puesto en el mundo, en lo que toca al trabajo del platino, lo ocupa la nación alemana en donde sus orfebres empezaron a trabajarlo en el siglo XVIII, 1900 años después que en nuestra Tolita. Máscara de La Tolita
La primera botella de América: El arqueólogo norteamericano Donald Lathrap dice que: “una de las formas más interesante del Período Machalilla es la botella de asa de estribo. Esta forma también aparece en el norte del Perú y en el oeste de México. La fecha que tenemos sugiere que Machalilla es la fuente de estos casos en que aparece el asa de estribo.” (Lathrap, 1975: 66).
La primera navegación oceánica de América: Vasco Núñez de Balboa, invasor de Panamá, fue informado por el hijo del cacique Comagre, que hacia el occidente había un gran océano por el que navegaban comerciantes con em97
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La primera trepanación craneana en América: El Doctor Zevallos Menéndez informa que, en 1964, descubrió “...el primer y único cráneo trepanado en el Ecuador, con una antigüedad de 860 a. C. o sea mayor en 400 años al cráneo trepanado más antiguo descubierto en América.” (1987: 186).
El único caso conocido de ortopedia prehispánica: Durante una investigación arqueológica dirigida por el Doctor Carlos Zevallos Menéndez en territorios del Manteño, descubrió uno de estos casos: “En 1972, en su excavación en ‘Loma de los Cangrejitos’ en el Valle de Chanduy, encuentra un entierro Guancavilca, al que le habían colocado una mano de madera en el brazo derecho, siendo este hallazgo, el único trabajo de Ortopedia Prehispánica descubierto en América” (Zevallos, 1987: 186).
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La primera moneda en América: En el Ecuador precolombino apareció la moneda expresamente elaborada para el efecto. Las hachasmoneda, elaboradas en cobre, con forma de hacha y del grosor de una cartulina, sirvieron para adquirir los bienes requeridos. Fueron funcionales a lo largo de la costa occidental de América aunque solo Méjico las adoptó. “Esto del uso de las hachas-monedas de cobre, parecidas a la vieja ‘moneda de cuchillo de los chinos’, como anota Krickeberg, merece destacarse porque en nuestra América Prehispánica, sólo existieron dos centros que las usaron: el Sur Pacífico de México y, entre los antiguos pueblos navegantes del Guayas. Si se han encontrado en otros perfiles de la costa como los situados en el Pacífico Sur, costa peruana,... su presencia nos estaría señalando las viejas vinculaciones que tuvieron nuestros grandes navegantes.” (Zevallos, 1987: 91).
Hacha-moneda de Chono o Milagro-Quevedo
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Nuestra moda en el vestir, llegó a Méjico: La investigadora norteamericana Patricia Rieff Anawalt, Directora del Centro para el Estudio de la Vestimenta Regional del Museo Fowler de Historia Cultural de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), menciona que “en una carta fechada el 15 de diciembre de 1525 y dirigida al Soberano Carlos V, el comisionado español Rodrigo de Albornoz reportaba la presencia periódica de ‘lejanos comerciantes’ que llegaban a intercambiar ‘cosas exquisitas’-por bienes locales, en el puerto de Zacatula, localizado en la desembocadura del Río Balsas, en el oeste de Méjico. Se decía que estos comerciantes permanecían en esta área por espacio de cinco o seis meses, hasta que un clima benigno y una mar en calma les permitieran retornar a salvo a su sureña tierra natal. Quiénes eran los lejanos comerciantes? Cuáles eran los bienes que traían? Qué es lo que adquirían? Sugiero que los recurrentes visitantes debían venir de la provincia de Manabí en la costa del Ecuador, unas 2,400 millas al sur... Es difícil documentar tal comercio a larga distancia por la ausencia de registros escritos precolombinos del oeste de Méjico y por la escasa información arqueológica tocante a la costa occidental de Centroamérica. Creo, sin embargo, que el intercambio entre el Méjico occidental y el Ecuador puede inferirse por las similitudes en los diseños y técnicas de elaboración de sus cerámicas, arquitectura sepulcral y ofrendas mortuorias y la metalurgia, así como la distribución de dos especies emparentadas de aves, a más de la introducción del perro sin pelo. Es más, ahora puedo incluir el vestido como evidencia del contacto entre Méjico occidental y el Ecuador.” (Rieff, 1997: 48-49). Así pues, las indiscutibles semejanzas encontradas en el trabajo de la metalurgia, en la construcción de los sepulcros y las ofren-
das asociadas a éstos, a más de la forma de vestir de las habitantes de Tarasco -Méjico— del siglo XVI, en todo similar a la moda de las habitantes de la costa ecuatoriana, unos tres mil años antes, llevaron a la profesora norteamericana a proponer estudios comparativos del ADN humano en ambas regiones del continente americano, para demostrar nuestra paternidad. (Rieff, 1997: 52). Las primeras columnas de América: El arqueólogo peruano Rogger Ravines afirma que, en la América prehispánica, los Manteño de la costa ecuatoriana, fueron de los pocos pueblos americanos que emplearon el principio de la columna. (Ravines, 1982: 101). Que sepamos, el otro lugar de la América precolombina donde se la utilizó, es el centro del Méjico moderno. Quizá, las celebradas “sillas manteñas” de las que tanto habla la arqueología ecuatoriana, sean, en realidad, los restos de los capiteles o remates superiores, de esas columnas de piedra y de madera.
UN PAR DE REFLEXIONES PARA CONCLUIR Ecuador, primer polo civilizador de América: Visto lo anterior, solo resta suponer que la tradicional regionalización cultural de América manejada aún hoy por los arqueólogos, queda suprimida. Afirman éstos que en el continente existen dos polos de civilización: Méjico y Perú; entre éstos, un área “intermedia” –Centroamérica, Colombia y Ecuador--; y, alrededor de esta “área nuclear” americana (MÉJICO –Centroamérica, Colombia, Ecuador—PERÚ), un “área periférica” (Norteamérica, Antillas, Venezuela, Brasil y el Cono Sur) de menor desarrollo cultural. G. H. S. Bushnell expresa con mayor claridad esta postura enquistada cuando afirma que “el Área Inter-
media y los Andes Centrales nunca alcanzaron la altura de sus ilustres vecinos, y en mucho, tuvieron el mismo nivel cultural que las partes menos desarrolladas del occidente mejicano. Recibieron influencias de los polos o regiones de mayor civilización, incluyendo el cultivo del maíz de Méjico, metalurgia del Perú y los complejos sacerdotales y ceremoniales de Méjico y el Perú” (Bushnell, 1968: 103). Ciertamente que el autor antes citado, al igual que los ignorantes conquistadores, cayó de rodillas ante el embrujo del monumentalismo. Los grandes edificios de Mesoamérica y del Alto Perú no le dejaron ver lo que ya en sus días era más que evidente, o sea, que desde el Ecuador salieron los tres elementos que él mencionó como aportes mejicanos y peruanos al “área intermedia”. Ahora, el porqué
en el Ecuador no se desarrollaron las ampulosas formas a las que si llegaron algunos de los países a los que civilizó, tiene una explicación sencilla: aquí perfeccionamos la idea desde su fondo y su raíz para difundirla al resto del continente; en Mesoamérica y el Alto Perú solo les restó desarrollar la forma de nuestra idea primera. Es más fácil digerir lo ya masticado. Valga aquí una comparación para ilustrar mejor lo planteado: en Palestina (Oriente Medio) se desarrolló el fondo de la filosofía cristiana; no tuvo ni tiene que exagerar pues la idea de suyo es impresionante. Cuando el fondo de esa idea alcanzó Europa, solo quedó desarrollar la forma; no les quedó más que llamar la atención con grandes y doradas iglesias. En definitiva, el inventor es sobrio, el imitador es desenfrenado.
La misma arqueología tradicional que mantiene conceptos de origen colonial –Méjico y Perú como focos primeros del desarrollo continental--, es la que está probando con abundante evidencia, su error de concepto. Donald Lathrap demuestra lo dicho cuando asevera que “el término Formativo es aplicado a la etapa de desarrollo cultural en las Américas en el cual un sistema agrícola eficiente llevó al desarrollo de comunidades permanentes de considerable tamaño que derivaban la mayor parte de su alimentación del cultivo de las tierras. Basadas en la Etapa Formativa, culturas con ciudades, organización de estado y sistemas de clases, se de99
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Cuestionada regionalización cultural de América.
Al iniciar el año 10000 del Ecuador (2000 D.C.), los trazos del proceso se definen de otro modo: existe un único polo primario de civilización que se sitúa en la región ecuatorial y occidental del continente (Ecuador), en donde se originan los más importantes logros y que luego se difunden, vía marítima básicamente, hacia el sur (Perú y Bolivia), al este (Amazonas) y al norte (Colombia, Centroamérica, Méjico y sur de los EEUU.), configurando el área nuclear de la civilización en América. Lo demás por lejano y distante del Ecuador, devino en periférico. La razón de lo anterior es fácil de entender. En la región hay más luminosidad solar al día y al año. Su paisaje vertical sumado a una mayor soleación, permiten una vida más contemplativa. Su ubicación central en el continente y frente al océano Pacífico –verdadero “mar nuestro” ecuatoriano--, que le sirve de vía de comunicación y enlace con el resto del área nuclear. Y su cosmopolitanismo debido a sus múltiples contactos con sociedades cercanas y lejanas dentro del continente. Sin duda, estos elementos en manos de una sociedad creativa, permitieron la ejecución y propagación de hallazgos que, con el pasar del tiempo, educaron al continente.
de Gordon Willey...´ (Salvador, 1978: 172). Así las cosas, la región ecuatorial se constituye en tierra prometida dentro del continente americano. Sus modelos arquitectónicos y urbanísticos, agrícolas, alfareros, metalúrgicos, médicos, legales, comerciales y económicos, entre otros, son imitados y convertidos en ideales de la civilización. En buena medida, gracias al Ecuador, América salió de las cavernas.
Verdadera regionalización cultural de América.
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sarrollaron en Mesoamérica y los Andes Centrales (Perú y Bolivia). La Etapa Formativa se desarrolló varios siglos antes de 3000 a. C. en el Ecuador pero no hasta 2000 a. C. en Mesoamérica y los Andes Centrales, así que es el Ecuador y las tierras bajas tropicales de sus alrededores en donde debemos buscar los orígenes de la cultura Formativa” (Lathrap, 1975: 64). Incluso en ese momento –1975--, lo mencionado por el norteamericano no es ninguna novedad. En 1961 y de modo sorprendentemente visionario, el sabio guayaquileño Emilio Estrada Ycaza hablando del Ecuador, deja enunciada una verdad de cien siglos:
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...El país se constituyó como unidad étnica miles de años atrás. No es un país artificialmente tallado de un bloque mayor. Es y siempre ha sido una unidad étnica, tal como hoy, pudiendo además decirse terminantemente que fue foco de grandes invenciones tecnológicas, que irradian tanto al sur como al norte. Fue el foco cultural más antiguo de América... A este país, como uno de los más antiguamente poblados de América, como fuente civilizadora de muchos países vecinos, le toca por derecho el calificativo de alma mater de Perú, Colombia y otras naciones cercanas”. Esta aseveración `parece ser ratificada por las conclusiones últimas
Todos quieren llegar al Ecuador, al QUITO (Quichá = Mitad y To = Tierra; o sea, QUI´TO o Tierra de la Mitad en tsafiqui o el idioma verdadero del Ecuador). Recuérdese nada más, por ejemplo, a Cerro Mangote de Panamá imitando las formas de enterramiento de Las Vegas (Stothert, 1988: 160); la cerámica de Ajalpán, Colima y Olmeca de Méjico, San Agustín de Colombia o Chavín de Huantar del Perú, entre otras, imitando al pie de la letra a la de Chorrera del Ecuador (Willey, 1966: 95-102)(Lathrap, 1975: 58-60). El valle del Amazonas, La Venta en Méjico o el sur de Estados Unidos de Norteamérica, influidos por Valdivia (Estrada, 1958: 110111). En Marajó, al extremo oriente del río Amazonas y en la costa atlántica del moderno Brasil, se puede encontrar influencia ecuatorial en la cerámica: “en un tipo de decoración de Marajoara, el entorno del dibujo ha sido fuertemente rebajado para resaltar el motivo. El estilo es muy parecido a uno de la distante Fase Napo en el alto Amazonas...” (Willey, 1971: 409). Ni Pizarros ni Orellanas hacen falta ya para reivindicar los derechos nacionales; el Amazonas y su cuenca son ecuatorianos desde que los napos del noreste ecuatoriano, lo civilizaron hace unos mil años. Al príncipe – sacerdote tolteca Topiltzin-Quetzalcoatl huyendo en 987 D. C., “... hacia el sureste con sus seguidores”, para inmolarse en el
Que hablen los Arqueólogos: Ante semejante evidencia, los verdaderos arqueólogos deben hablar. Es cierto que existe una “orden” de “sabios del jurásico” que en nada ha aportado a la antropología y a la arqueología científicas del Ecuador, en los últimos cuarenta años. Tanto es así que en el imaginario popular, el antropólogo y el arqueólogo siguen siendo asociados a la Momia, al “profesor” Indiana Jones o a los platillos extraterrestres de los racistas “ufólogos”. Pero, al margen de estos sabelotodo, bloqueadores de las iniciativas de los verdaderos profesionales que quieren contribuir con la educación del pueblo ecuatoriano fuera de los muros de su ignorancia, existe un grupo de personas de buena fe y muy buena formación intelectual, que pueden y van a marcar la diferencia con el pasado de estas disciplinas en el país. Efectivamente, es cuestión de unir fuerzas y demostrar al mundo y, sobre todo, a nuestro pueblo --con evidencia científicamente sustentable-, que somos el primer polo civilizador de América. Solo de esta manera habremos cumplido con el propósito por el cual nos dedicamos tantos años al estudio de estas disciplinas científicas y a la aplicación práctica de sus técnicas y exigencias.
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RAVINES, Rogger. Panorama de la Arqueología Andina. Lima IEP. 1982. 101
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sol (Willey, 1966: 153)(León Portilla, 1961: 35-36). A los aztecas y a los modernos mejicanos, empleando como distintivo nacional el ave de rapiña (América) atacando a la serpiente (Ecuador), motivo cuyo origen puede rastrearse en Chorrera -litoral de Santa Elena-, a juzgar por una vasija que lleva en su borde esta representación del eterno conflicto entre el cielo y la tierra, lo lejano y lo cercano, América contra el Ecuador (Lathrap, 1975). Finalmente, a los incas desangrándose al querer subyugar el lugar “donde el Sol se sienta”. Así de respetada y codiciada esta Tierra de la Mitad que se sirvió civilizarlos.
LA INVESTIGACIÓN
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EN LA ARQUEOLOGÍA Lic. Francisco Sánchez F.
INTRODUCCIÓN El actual Gobierno de Ecuador ha implementado dentro de su política, estrategias enfocadas a conservar, rehabilitar y aprovechar los patrimonios cultural y natural, sin embargo no ha dado la importancia que merece el masificar el conocimiento de las investigaciones arqueológicas y hacer hincapié en formar arqueólogos, lo que se ha constituido en una necesidad urgente para la arqueología académica, de contrato y para los efectos que de ellas se generen.
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Esa competitividad de investigación y conocimiento se ha visto menoscabada y la investigación arqueológica en el Ecuador se ha convertido en una situación mercantilista y oportunista y no en una investigación científica, histórica y de nuevos descubrimientos. Las necesidades y despreocupaciones, se observan en los análisis e interpretaciones de las evidencias arqueológicas. Nos hemos quedado en una simple tarea de: 102
abrir unidades, hacer prospección, excavación y rescate, algunas veces realizar análisis cerámicos y muy pocos análisis líticos, olvidándonos de aspectos tan importantes como constituyen las hipótesis, los supuestos y otros ingredientes de una investigación propiamente dicha, que nos lleve más allá de simples interpretaciones que de cierta manera cubren las necesidades del contratante. Que decir de un análisis interdisciplinario o multidisciplinario. No se aprovecha la arqueología de contrato que financia algunos proyectos en su totalidad. Estas situaciones son evidentes, porque la mayoría de informes técnicos que se revisa en el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural se quedan solo en eso y no pasan a la difusión de los datos, posiblemente por esa carencia investigativa. En el mejor de los casos hay una interpretación de ciertas evidencias, a veces de forma individual y no contextual; tampoco existe una
interpretación conjunta donde intervenga: la etnohistoria, la antropología, la biología, la etnografía y otras ciencias. En conclusión es un simple informe técnico, carente de interpretación y explicación del proceso socio económico que es fundamental para el conocimiento y proyección de las sociedades pretéritas. Se menciona esta situación, porque se ha visto un vacío en la interpretación de la superestructura y por lo tanto en la inmaterialidad de esas evidencias arqueológicas. Justamente en esta ponencia, se van a poner de manifiesto algunos ejemplos de esa colisión importante que tiene este tema en la reconstrucción de las sociedades, antes y después de la investigación arqueológica. Antes de hacer investigación arqueológica, es necesario realizar algunas investigaciones de tipo bibliográfico y de campo, siendo éstas de índole etno histórico, et-
En este artículo se pretende destacar estas características a través de ejemplos que deberían estudiarse y señalarse, porque son indicadores sustanciales para plantear hipótesis, que podrían conducir con mucha veracidad a planteamientos correctos. Estos sucesos que en muchas ocasiones parecen fábulas y leyendas poco creíbles deberían tomarse en cuenta porque en la mayoría de los casos tiene una estela larga, interesante e importante para el conglomerado social ecuatoriano.
CONCEPTOS FUNDAMENTALES: La arqueología y otras ciencias no quieren conocer más allá de lo que los estudios técnicos pueden producir. Para manejar con mayor criterio estos conceptos de inmaterialidad, hay que señalar que estos se vinieron fraguando desde hace mucho tiempo, ante la necesidad de protegerlos, así: • Durante 1988-2002, la UNESCO publica Oralidad, para el rescate de la tradición oral de América Latina y el Caribe, • En 1989 se adopta la Recomendación sobre la salvaguardia de la cultura tradicional y popular. • Durante 1995-1999 se auspicio y se resaltó la prioridad de proteger las culturas tradicionales. • En 1997 se efectuó en Marruecos la Convención del patrimonio oral de la humanidad. • En 1998 el Consejo Ejecutivo de la UNESCO aprobó los criterios de elección de los espacios culturales susceptibles de ser proclamados símbolos del patrimonio oral de la humanidad.
• En 1999 se decide crear la distinción internacional a las obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, cuya primera proclamación se efectuó en París en mayo del 2001. • En el área regional de América Latina y el Caribe, en el año 2001 fueron proclamadas cuatro expresiones culturales: La lengua, danzas y música de los garifuna (Belice, Honduras, Guatemala y Nicaragua), y el carnaval de Oruro (Bolivia). • En el 2001 se efectúa en Turín, Italia, la reunión internacional de expertos sobre Patrimonio cultural inmaterial realizando definiciones operacionales y declarando patrimonio mundial la lengua Zapara. • En enero del 2002 se realiza en Brasil el Seminario sobre el patrimonio inmaterial, donde se sientan las bases. • En septiembre del 2002 se efectúa en Estambul, Turquía, la IIIª Mesa Redonda de los Ministros de Cultura sobre el tema El patrimonio cultural inmaterial, espejo de la diversidad cultural... Como resultado del encuentro se da a conocer la Declaración de Estambul,5. • El 17 de Octubre, 2003, 17 de noviembre del 2003 la UNESCO efectúa la Segunda Proclamación de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. (Tomado de: Morales P. 2008). Para conocer mejor la inmaterialidad, se ha tomado en consideración el punto de vista patrimonial, esto es, sus conceptos fundamentales que en su momento la UNESCO, determinó como necesidad de conceptualizar, dividirla y caracterizarla. Desde esta óptica, el patrimonio inmaterial comprende los valores culturales y los significados sociales contenidos en la música y las artes del espectáculo; el lenguaje y la literatura: las tradiciones orales, la toponimia, los festivales, los ritos y las creencias; el arte
culinario y la medicina tradicional, entre otros. Este concepto se fundamenta en la rica herencia cultural incorporada a manera de una memoria colectiva. Y cuando analizamos las características de este patrimonio inmaterial nos damos cuenta que estas costumbres, tradiciones, creencias vienen desde hace mucho tiempo atrás, silenciosamente, en una relación íntima con el pasado arqueológico y futuro de los conglomerados sociales, siendo las características de la inmaterialidad las siguientes: • Se transmite de generación en generación; • Es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia; • Infunde a las comunidades y los grupos un sentimiento de identidad y de continuidad; • Promueve el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana; • Es compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes; • Cumple los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible. (UNESCO, 2003). Pero el lector se preguntará, cuál es esa clasificación tan formal que ha hecho la UNESCO sobre el tema?. En efecto, para esta clasificación lo debieron haber pensado mucho y a lo mejor no encontraron unanimidad, pero lo hicieron y lo dividieron en los siguientes ámbitos: ORALIDAD, SONORIDAD, RITUALIDAD, COGNOSCITIVO y ARTÍSTICO (UNESCO, 2003).
ALGUNOS EJEMPLOS: A continuación daremos algunos ejemplos sobre el tema inmaterial relacionado a la investigación arqueológica. 103
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nográfico, antropológico que se traduce en: costumbres ancestrales, tradición oral, topónimos y otras situaciones importantes.
1) En la década del setenta (19701980) se realizaban expediciones a sitios arqueológicos, auspiciados especialmente por gobiernos extranjeros, porque supuestamente el Ecuador y otros países subdesarrollados no tenían la capacidad técnica y logística para realizar tales emprendimientos. Ejemplos de estos fueron: La Cueva de los Tayos, Los Llanganates y Angamarca la Vieja. Me referiré a este último. Entre los años de 1974 y 1975 se realizó una expedición al sitio arqueológico Angamarca La Vieja, que se encuentra localizado, entre los 500 y 800 m.s.n.m., en el sector Subtropical, perteneciente al Cantón Pangua, de la actual Provincia de Cotopaxi. La expedición estuvo dirigida por el arqueólogo boliviano Gregorio Lozabalsa, un ex militar. Con él estuvieron algunos historiadores y aficionados a la arqueología. El objetivo de la expedición fue identificar componentes arqueológicos dentro del sitio. En realidad se identificaron algunas estructuras de piedra a manera de habitaciones y se encontraron entre otras cosas, artefactos de cerámica, piedra y especialmente metal como cobre y oro. Esta investigación de campo duró treinta días aproximadamente. (Datos proporcionados por C. Maldonado, 1988).
viajar manifestó: “Cecilia, los espíritus van a venir hoy día, no se asustará”. Cecilia un poco incrédula y atemorizada pensó que tal vez lo mencionado era mentira o una ocurrencia del arqueólogo. Pero no fue así, en efecto, de acuerdo a lo que cuenta Cecilia, eran las doce del medio día y sus lámparas antiguas -tipo araña- que cuelgan en el centro de su sala realizaron el movimiento del péndulo sin que exista movimiento aparente, ni tampoco sismo detectado. El arqueólogo finalmente dijo: ya están aquí los espíritus que le manifesté y me están haciendo una buena despedida. Estas son revelaciones de tipo inmaterial. Después de muchos años, se realizaron investigaciones arqueológicas y antropológicas en Angamarca. Según Navas (1990) los habitantes indígenas de esta zona fueron los Tsáchila o Colorados, una etnia que ocupó la montaña
de los flancos occidentales desde Pichincha en el Norte hasta Cotopaxi en el Sur (Lippi 1998, Navas de Pozo 1990:55-58). De acuerdo a Salomón (1986:108-109) el sitio de Angamarca La Vieja fue despoblado por los incas y reestablecido en un nuevo lugar más alto. Fue conocido como un centro importante de actividad mindalá en el período tardío precolombino (Navas del Pozo: 1990: 55-58); aunque al parecer el sitio fue ocupado anteriormente por los panzaleos, por la evidencia de cerámica de esta cultura (Guberman 1991). Por la leyenda mencionada, Los Colorados o Táschilas habitaron en Angamarca alta, tal como refiere Salomon en sus registros etnohistóricos. Pero de acuerdo a lo manifestado los Tsáchilas no permanecieron mucho tiempo en Angamarca alta, porque no era su habitat y se
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Dentro de esos artefactos y ornamentos, el arqueólogo encontró un pectoral de oro, que de acuerdo a la conversación mantenida con C. Maldonado (1988), esa misma noche a través de sueños reveladores, los espíritus le manifestaron que lo encontrado debía devolvérselo a su lugar de origen. Al día siguiente, el arqueólogo, muy respetuoso de lo sucedido procedió a dejar en el lugar encontrado. Lozabalsa, antes de viajar a Bolivia pernoctó en casa de Cecilia Maldonado y unas horas antes de 104
FOTO 1: Camino Prehispánico en el tramo Angamarca La Vieja- Angamarca Nueva.
Si se hubiese realizado un estudio arqueológico-inmaterial, probablemente se podría haber determinado a quién mismo perteneció el pectoral encontrado y el valor que pudo haber tenido como identidad local. 2) En la cuenca del Río Angamarca existe la población del mismo nombre, perteneciente a la provincia de Cotopaxi, situada a 2900 m.s.n.m. Por la cerámica encontrada, fue un asentamiento Panzaleo (Guberman 1991); después fue ocupada por los incas (Salomón1986:108-109) y finalmente por los españoles en época colonial. En este sitio todavía se pueden escuchar los topónimos, tales como: Rayoloma, Cañarpamba, Ingaloma, Canduyata y otros, justamente comprobándose que, de acuerdo a Navas (1990) la toponimia se refiere a hechos o sucesos reales, como por ejemplo: Canduyata (tierra de los Candus), Cañarpamba (tierra donde habitaron los Cañaris). De estos, se reportaron 11 sitios arqueológicos en la prospección realizada por Guberman en los alrededores de Angamarca Alta (1991). En el centro de este poblado, existe un lugar cercano a Ingaloma, y que de acuerdo a la tradición oral, Angamarca fue un centro prehispánico donde existían grandes shamanes, y antes que shamanes eran curanderos, posiblemente ligados a los Colorados (Navas, 1990). De acuerdo a esta tradición, antes de la conquista española hubo un suceso que causó impacto en la población que residía en el lugar. Desde la parte baja (posiblemente desde Milagro o Quevedo) a través del camino prehispánico (Foto
N.1) que venía desde Manta, cruzaba Angamarca (La Vieja) (Subtrópico), Angamarca Alto (2900 m.s.n.m.) hasta llegar a la Sierra Central y posiblemente se dirigía hasta el Oriente. Por este camino avanzó una cacique con una grave enfermedad, que estaba acompañada de todo su séquito, pero antes de llegar a la población de Angamarca murió, sin que los curanderos pudieran hacer nada por su salud. Ante esta situación se decidió enterrarla con todo lo que traía, incluyendo la gente que la acompañaba. De acuerdo con la tradición oral, esta cacique dejó por herencia de que cierta familia fuese custodia del enterramiento a través de todas sus generaciones para que este sitio no sea profanado y que se vigile hasta la eternidad. (La cacique que fue enterrada es ascendiente de la familia que cuida, de acuerdo con la información proporcionada por O. Sánchez con la jefa de la familia, 1980). Si hubiese existido una investigación de lo inmaterial, posiblemente encontrasemos muchos aspectos sobre la verdad de los sucesos, inclusive lo relacionado con los caminos existentes en esta zona y el valor del entierro. En la parte baja, a propósito de la prospección arqueológica en el área para el proyecto Hidroeléctrico Angamarca, Cantón Pangua, Provincia del Cotopaxi, Fase III, se señala: “La zona de estudio presenta una cualidad muy especial, los pocos asentamientos antiguos en los alrededores de El Corazón están directamente asociados en una red de caminos dentro de un sistema complejo y práctico de comunicación entre regiones a largas distancias. Se determinó cuatro grandes vías de comunicación terrestre plasmados por 7 caminos que unen a toda la región” (Mejía 2007: 42).
FOTO 2: Caminos prehispánicos en el sector del Sub trópico de la Provincia de Cotopaxi.
Por lo tanto es importante diseñar una investigación arqueológica acorde a la antropología socio cultural, con la intervención de la población para que se empodere del estudio y participe de ella, desde un punto de vista de identidad local. Los sitios arqueológicos en muchos lugares, son referentes de la comunidad como icono de su identidad. La magia de los lugares arqueológicos conviven con el presente a través de sus espíritus que cultivan y cuidan sus lugares como en espera de acontecimientos futuros, que están en concordancia con lo que sucedió y con el presente. Se observa actualmente que la medicina convencional se está fusionando con la medicina ancestral, existen hospitales con las dos alternativas, inclusive una después de la otra, como que la una sirviese como diagnóstico de la otra. Esto demuestra la conciencia actual de lo valiosa que es la medicina ancestral, que tan importante fue en tiempos prehispánicos. Muchos arqueólogos deben tener experiencias parecidas, pero no lo manifiestan por temor a ser incomprendidos y a ser tachados de 105
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trasladaron hacia el sub trópico norte, sin dejar mucha huella posiblemente a raíz de la conquista española.
espiritistas, señalando que la arqueología es evidente y no ilusoria. Los aportes espirituales están basados en concreciones reales y filosóficas, pero lastimosamente no podemos ver, porque el ser humano ha evolucionado y parte ha perdido lo que ha conseguido como podemos apreciar en el período de Desarrollo Regional, que sirvió para elevarnos espiritualmente y conocer muchas aspectos basados en la verdad y el conocimiento, como lo manifiesta el concepto de mitos y rituales según la UNESCO (2003): “Los ritos son las manifestaciones de orden social que rigen y dan significado y estructuran las vidas de los individuos y comunidades. Incluyen los ritos de pasaje, ritos estacionales (cosechas) y ritos de iniciación para todas las etapas de la vida desde el nacimiento (bautizo) hasta la muerte (ceremonias funerarias). Muchos de los ritos y los mitos representan las obras de un dios, de un héroe mítico, de un maestro espiritual o de un antepasado, así como la misma cristiana es la representación de la vida, pasión y muerte de Jesucristo”. 3) En julio del año 2009, a propósito de una inspección arqueológica, se evidenció un sitio sui generis en la Provincia de Bolívar, Cantón Guaranda, Parroquia Salinas. Al oeste de la Parroquia Salinas pasando el río del mismo nombre, a
Foto José Chancay.
FOTO 4: Lagunillas: Huarmi, Cari y Churi en las minas de sal Foto José Chancay.
FOTOS 5 Y 6: Chacras con revestimiento de: cerámica, piedra o mortero de cemento
escasos 200 metros de la zona urbana, se puede observar una mina de sal, (Foto N 3), en el que aparecen algunos hoyos artificiales denominados chacras, realizados por habitantes del sector. Estas chacras son hechas con cerámica, piedra o mortero de cemento (Fotos 5 y 6), cuyo objetivo es acumular agua traída de las tres vertientes que se encuentran en la misma mina y que producen pequeñas lagunillas. A estas se les ha denominado: huarmi, cari y churi.
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4). Una vez que se encuentra el agua dentro de las chacras por algunos días, especialmente en los días de verano, el agua va espesando y aumentando su densidad, esto se prueba arrojando un huevo y si este se sumerge, el agua esta lista para ser cocinada, de allí se obtiene la sal para el consumo humano y animal. FOTO 3: Mina de sal en la parroquia Salinas.
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Foto José Chancay.
Este proceso de obtención de la sal se va venido repitiendo a través del tiempo por los habitantes del lugar, y quizá esto se realizó en épocas prehispánicas como lo demuestra el museo del Hotel El Refugio de esta localidad, al presentar vasijas de cerámica y hachas de piedras pertenecientes a las culturas: Panzaleo, Puruhá, Inca y de la Colonia, que de acuerdo a las personas que manejan el sitio, estas son piezas que fueron donadas por diferentes personas que viven en el sector, especialmente de la parroquia urbana. A esto se añade, la gran cantidad de restos de tiestos prehispánicos que se encuentran dispersos en la parroquia de Salinas; lo que demuestra que el sitio fue ocupado constantemente por la importancia que tenía. Eran los pobladores quizás los que manejaban el comercio de la sal en la región.
8) Si relacionamos evidencia arqueológica con el estudio inmaterial, podremos entender muchos aspectos que quedan inconclusos al analizar solamente la evidencia arqueológica. 9) Esta relación (arqueología-inmaterial), es un método para encontrar las verdaderas costumbres e interpretar de mejor manera los datos obtenidos para plantear situaciones que permiten aclarar muchos procesos de la historia que aparentemente no podemos alcanzarlos.
Por lo expuesto, se desprende que en este sitio han convivido las costumbres ancestrales, sea por necesidad, tradición u otras circunstancia, permaneciendo vigentes las prácticas durante miles de años y que día tras día reviven estos acontecimientos como un tesoro vivo. La inmaterialidad de la zona también se evidencia a través de las cascadas, cuevas y otros lugares ecológicos que estarían muy ligados a los lugares arqueológicos. (Foto 7)
CONCLUSIONES: 1) Antes de realizar un estudio arqueológico, es necesario conocer la población aledaña y sus características tales como: tradición oral, toponimia, costumbres ancestrales y otras, con el objeto de plantear hipótesis que permitan acercarnos a interpretar y conocer una historia real, a través de las investigaciones arqueológicas, tanto de campo como de laboratorio. 2) Antes de realizar un estudio de impacto ambiental, los investigadores deben trasladarce al área o región, donde se va a realizar el estudio para evitar realizar una “arqueología mercantilista”.
3) Los manuales de arqueología señalan que, antes de un estudio arqueológico, debe realizarse un estudio antropológico y sociocultural, pero en la realidad pocos o casi ningún arqueólogo lo cumple. 4) Los arqueólogos deben investigar y obtener nuevos datos para el bien de la comunidad, regresar a soñar como en antaño y descubrir o redescubrir situaciones que aportarían a la comunidad ecuatoriana. 5) Todas las poblaciones tienen: leyendas, mitos, rituales, medicina tradicional y otros elementos que son importantes dentro de la reconstrucción e interpretación del material arqueológico. 6) Una buena investigación nos lleva a poner en valor nuestro patrimonio arqueológico, pero no aislado de otros aspectos como el inmaterial que es la esencia misma de las vivencias de nuestros antepasados. 7) Todos esos valores intrínsecos junto con la evidencia arqueológica podemos mostrar al público a través de museos, de centros de interpretación y de los sitios y elevar el nivel de vida de la comunidad, así como mejorar el paisaje cultural.
BIBLIOGRAFÍA: BRAY, Tamara, 2005.- “A los Bordes del Imperio: Los Mitmaqkuna and la dinámica Social en la Frontera Norte del Tahuantinsuyo.Fase 1: Reconocimiento Preliminar del Área de Angamarca/Sigchos, Provincia de Cotopaxi”.-. 2005 GUMERMAN IV, George 1996.Informe Técnico de la Prospección Arqueológica Proyecto de Subsistencia Cotopaxi, Fase Piloto I. MEJÍA, Fernando 2008.- Informe Técnico: “Prospección Arqueológica en el área para el proyecto hidroeléctrico Angamarca, Cantón Pangua, Provincia de Cotopaxi, Fase II y III. NAVAS, Yolanda, 1990.- “Angamarca en el siglo XVI”, Ediciones ABYA YALA, Quito-Ecuador. SANCHEZ, Francisco 2009.-Informe Técnico para INPC de la inspección realizada a la parroquia Salinas. UNESCO 2003.- Descubre tu patrimonio preservamos nuestro futuro.- Planes de Manejo un instrumento de Gestión y participación.
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FOTO 7: Cascadas en el Subtrópico de Cotopaxi
REFLEXIONES SOBRE EL PATRIMONIO SONORO
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En la cotidianidad nos preguntaríamos cuáles son los propósitos mediáticos del Patrimonio Sonoro, estos podrían ser la investigación, la museología, el arte, la gestión cultural, la pedagogía, entre otros; aspectos que nos llevan a pensar primero, en un modelo general de interpretación del patrimonio y segundo en posibles aplicaciones educativas como la etnoeducación. Sin embargo pensamos que la definición de lo patrimonial desde lo sonoro es un concepto
Órgano tubular. Fundación Iglesia de la Compañía, Quito.
Dr. Juan Mullo Sandoval
que debemos ir construyéndolo en relación con la movilidad social contemporánea dentro de patrones que comprometen “lo tradicional”, lo marginal, tal es el caso de la desaparición de instrumentos musicales patrimoniales como el pingullo1, especialmente en relación al proceso de modernización y urbanización de los centros rituales de las comunidades o parroquias rurales. Nos interesa debatir el uso social de los objetos patrimoniales so-
noros de las diversas culturas y la correspondencia que guarda con la memoria social, la diversidad, la interculturalidad y sobre todo su valoración dentro de las culturas vivas. Es indudable que un instrumento musical, una cinta magnetofónica, un disco de pizarra, una partitura del siglo XVIII o un piano del siglo XIX, nos remiten a un conjunto de bienes que identifican a una sociedad, la misma que le ha otorgado un contenido simbólico, en ello es básico pensar que su valoración y
1 El pingullo es un instrumento con características rituales por excelencia, su utilización está ligada a las celebraciones más importantes del calendario agrícola andino, para solemnizar con su acompañamiento, a danzas sagradas algunas de origen prehispánico, tal el caso de la Yumbada.
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000656-253 Rondador de 15 huesos de animales. Ecuador siglo XIX. Museo Pedro Traversari. Casa de la Cultura Ecuatoriana.
Pero si bien desde una actividad patrimonialista es fundamental preservar las estéticas autocontenidas en el objeto sonoro, su morfología u organología, sin embargo es preponderante comprender los significados y el uso comunitario de este patrimonio. Siguiendo con el ejemplo del pingullo, instrumento clave en los rituales andinos más importantes, este guarda todo el contenido de su accionar simbólico a través de quienes establecen su manejo: mamacos, tamboneros o pingulleros, es decir la cultura viva, para generar a través de danzas como la yumbada quiteña o los danzantes de Pujilí, la permanencia de una memoria social.
Considero que una real praxis patrimonial debe apuntar a los procesos que la sabiduría ancestral generó con respecto al objeto sonoro. Desde una comprensión ideológica de la valoración de los objetos patrimoniales sonoros, hemos heredado una mentalidad oligárquica y museística, la que desde inicios del siglo XX –momento cuando comienzan a concebirse las primeras colecciones de instrumentos musicales al menos en Quito2- no le confieren más valor que un cierto grado de exotismo. Posiblemente lo que interesó a los primeros coleccionistas fue establecer un modelo civilizatorio de la cultura, que heredarían las élites oligárquicas desde el período colonial. Es justamente cuando en el proceso de fortalecimiento del
estado nacional y la imagen de nación que pretendía el liberalismo, se busca mecanismos de integración social a los sectores subalternos, hacia un proyecto de visibilización exótica de la cultura material que se producía étnicamente, en la medida de exponerlas al mundo dentro de las famosas exposiciones internacionales de inicios del siglo XX, posiblemente dentro de esa lógica se hayan comenzado a comprender las primeras colecciones del Patrimonio Sonoro. En este contexto la exposición centenaria se combinan formatos de clasificación internacionales codificados en Chicago y París con colecciones y retóricas de representación construidas desde
2 Colección de instrumentos musicales kichwa de la Amazonia de Jacinto Jijón y Caamaño (1920-30). La colección de instrumentos musicales Pedro Pablo Traversari, es quizá el más importante repositorio de instrumentos musicales del Ecuador, que ahora reposa en el Museo de instrumentos musicales de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. El compositor e investigador quiteño Pedro Traversari (1874-1956), fue quien lo constituyó desde fines del siglo XIX y entregó en custodia a esta institución hacia 1950.
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preservación es un aspecto clave para cohesionar a dicha sociedad.
la particular mirada de élites oligárquicas y élites regionales que gobiernan la nación y la región de países periféricos del sistema mundial. En ese sentido la expo 1909 y las colecciones de objetos de la cultura material que pone en escena, representa una doble intencionalidad: por un lado la promoción del país y sus mercancías exóticas al mercado internacional y a la mirada imperial, la construcción de las élites como mediadores entre occidente y trópicos; por otro lado existe la intencionalidad de exhibir la existencia de un orden interno en el que las élite se encuentran a la cabeza y se empeñan en continuar el trabajo civilizatorio iniciado
en el período colonial, … la plebe doméstica (artesanos urbanos) y los indios (rurales y amazónicos). (Coronel, V. Monografiado, Quito, 2009)3. Según estos parámetros históricos, al Patrimonio Sonoro se lo manejó bajo una mentalidad colonizadora, carente de los contenidos simbólicos y el uso social que le confiere históricamente las culturas vivas. Por ejemplo la institucionalización del 1 de octubre como el “Día del pasillo ecuatoriano” 4, no trajo casi ningún beneficio al desarrollo de la música popular mestiza, no vino de la mano de proyectos de investigación o educación musical des-
de un proceso nacionalista. Bajo esta mentalidad se ha tratado de oficializar las conmemoraciones y aniversarios junto a la fetichización de los objetos patrimoniales, tal es el caso del “Día del pasillo”, oficializado en el gobierno de Sixto Durán Ballén. Observa García Canclini un “tradicionalismo sustancialista”, que no toma en cuenta los procesos sociales y en este caso las culturas que lo producen, su grado de contemporaneidad que incorpora una acelerada movilidad social y su grado cada vez más fuerte de heterogeneidad cultural. Este mismo autor considera que dentro del seno de una sociedad excluyente, el poder genera:
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Tamboril kichwa de la Amazonia, Museo Jacinto Jijón y Caamaño, PUCE. 3 Coronel, V. Cómo leer la exposición centenaria: modernismo periférico, y representación de la nación oligárquica o interno colonial. Quito, 2009. Informe de la dirección del proyecto bicentenario Flacso, y del seminario de investigación eje 2 con fines museológicos. 4 El 1 de octubre se lo tomó en conmemoración de la fecha de nacimiento de Julio Jaramillo.
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“Ante la impotencia para enfrentar los desórdenes sociales, el empobrecimiento económico y los desafíos tecnológicos, ante la dificultad para entenderlos, la evocación de tiempos remotos reinstala en la vida contemporánea arcaísmos que la modernidad había desplazado. La conmemoración se vuelve una práctica compensatoria: si no podemos competir con las tecnologías avanzadas, celebremos nuestras artesanías y técnicas antiguas; si los paradigmas ideológicos modernos parecen inútiles para dar cuenta del presente y no surgen nuevos, re-consagremos los dogmas religiosos o los cultos esotéricos que fundamentaron la vida antes de la modernidad” (García Canclini, N. 2008: 163)5. Si seguimos con el pingullo, este humilde pero sabio instrumento sonoro, nos pone en evidencia la contradicción de cómo los bienes culturales, son entendidos desde una participación desigual de los grupos sociales en el manejo de lo patrimonial. En el caso de las culturas costeñas el asunto es mucho más grave, su acervo organológico: las flautas montubias y la tambora de cuero de zaíno, desaparecieron casi sin dejar el menor rastro. Se conoce que hacia la década de los 60s, se toman las últimas fotografías de estos instrumentos6; en la actualidad desde las investigacio-
nes etnomusicológicas, se han ubicado ya las primeras flautas, pero no se ha encontrado todavía un solo registro musical. Es decir que el ejercicio y comprensión de lo patrimonial se complica aún más, cuando las diferentes regiones del país, en este caso la Costa, las élites y los poderes locales se desentendieron de aquellas culturas que consideraban marginales, tal es el caso de las montubias. En nuestro país se ha comenzado un proceso de debate social en torno al patrimonio, sin embargo el capital simbólico de los grupos subalternos, en este caso artísticopopulares, todavía ocupa un lugar secundario dentro de una institucionalidad hegemónica que maneja lo patrimonial. En ese sentido es imprescindible generar en los grupos artístico-musicales un empoderamiento del concepto de patrimonio desde la memoria social, como un ejercicio o proceso de un colectivo para dinamizar lo patrimonial desde su experiencia histórica. A través de la memoria social que es incorporativa y dinámica, se inserta la organización popular y lucha colectiva para el ejercicio de sus derechos sobre lo patrimonial. Dentro de la memoria social se van enriqueciendo, éstos significados que son permanentemente definidos por lo comunitario.
Vihuela de Santa Mariana de Jesús, s. XVI-XVII. Fundación Iglesia de la Compañía, Quito
Bibliografía CORONEL, V. Cómo leer la exposición centenaria: modernismo periférico, y representación de la nación oligárquica o interno colonial. Quito, 2009. (Informe de la dirección del proyecto bicentenario Flacso, y del seminario de investigación eje 2 con fines museológicos). GARCÍA Canclini, N. Culturas híbridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad. Buenos Aires, Paidós, 2008.
000655-252 Rondador de 11 plumas de cóndor. Ecuador, siglo XIX.
5 García Canclini, N. Culturas híbridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad. Buenos Aires, Paidós, 2008. 6 Referencia verificada por Pablo Guerrero y Juan Mullo Sandoval en el 2009, en el archivo personal del investigador guayaquileño Wilman Ordóñez.
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MULLO SANDOVAL, J. Música patrimonial del Ecuador, serie Cartografía de la memoria, Quito, Ministerio de Cultura, Instituto Iberoamericano de Patrimonio Natural y Cultural, IPANC, 2009.
SALINAS DE BOLÍVAR: UN DESTINO TURÍSTICO CON HISTORIA, PAISAJES NATURALES, GENTE EMPRENDEDORA Y ECONOMÍA PRODUCTIVA Y SOLIDARIA. Ing. Diego Arboleda
Salinas de Bolívar o de Tomabela es el nombre de este sector que es tan antiguo como la historia misma de su pueblo. Se la conoce más por el nombre de Salinas, debido a la presencia de las minas de sal. Sus primeros habitantes fueron los Salinas, Tomabelas y Simiatugs. Su gente es tranquila, productiva y se desarrolla en un ambiente turístico encantador. Cuenta con 4.000 km² de extensión, se encuentra a 3600 m.s.n.m., en la parte central de los Andes Ecuatorianos, a 30 km de la capital de la provincia de Bolívar, Guaranda. La temperatura promedio en el páramo es de 10°C, mientras que en el subtrópico es de 21°C. De acuerdo con las estadísticas formuladas por documentos oficiales del Ministerio de Turismo y de la misma comunidad parroquial, Salinas “posee una población de 10.000 habitantes aproximadamente, de los cuales, el 70% corresponde a la población de indígenas quechuas, el 15% a los mestizos y el 15% restante lo conforman los montubios. La mayor parte de la población son campesinos, agricultores y ganaderos, además, el 40% del total de la población, son jóvenes menores de 20 años”.
INTRODUCCIÓN El clima de esta localidad, Salinas, ha esculpido su maravillosa geografía andina a través de los años, la cual se ve manifestada en formaciones geológicas un tanto raras pero de gran interés para los arqueólogos e historiadores porque estas estructuras naturales forman parte de su historia. Al viajar entre Salinas y Simiatug se puede apreciar una inmensa llanura a cuyos lados se distinguen grupos de piedra viva que semejan famosas ciudades con castillos, con torres a manera de picachos, columnas y estatuas, de una belleza única; al interior de los farallones del río Tiahua se encuentran las cuevas arqueológicas o prehistóricas que son testigos de la historia por la que atravesó su población. Al explorar este lugar, se encontrará varias composiciones bañadas de colores y formas que atraerán la atención de los visitantes. En su entorno se divisa una diversa vegetación, entre la cual se encuentran las plantas criptógamas, helechos, líquenes y hongos que nacen de la hojarasca, sin dejar de mencionar las minas de oro blanco o sal, cuyo proceso de extracción le dio el nombre a esta población.
TURISMO
Las minas de sal que inicialmente fueron descubiertas y explotadas por 112
colonos ingleses, constituyeron la principal base económica de la parroquia; sin embargo, con la llegada de voluntarios italianos y padres salesianos, se da un cambio radical en su economía. Salinas, inicia su desarrollo comunitario en los años setenta, con un grupo de ancianos voluntarios que vinieron a radicarse en este sector. Actualmente, cuenta con más de 32 comunidades y sobrepasa a 98 el número de actividades productivas, (Fuente: Ministerio de Turismo) convirtiéndose así, en uno de los más exitosos procesos de economía solidaria en base a un modelo de desarrollo denominado “GRUPO SALINAS”. Poco a poco, a esta pequeña población se va introduciendo la industria y la tecnificación. Se inicia la capacitación a los pobladores en el campo de la producción y transformación de materia prima, en especial a grupos de jóvenes, y consecuentemente se crea la Cooperativa Salinas, que contó inicialmente con 15 socios y al momento suman más de 3 000 integrantes. En la actualidad, esta cooperativa se encarga de organizar a la población local para la elaboración de varios productos; los pobladores de Salinas se dedican a transformar la materia
prima que poseen para convertirla en distintos tipos de productos finales, que se comercializan tanto a nivel nacional como internacional. Dentro de las actividades que se realizan en esta parroquia, se consideran entre las más sobresalientes:
•Las Minas de sal Son formaciones naturales de sal que poseen un carácter especial, ya que de las entrañas de la montaña se deslizan vertientes de agua salada por filtros gigantescos de roca. Los socavones de agua como la huarmi y el kari, son declives de donde se saca el agua salada que se deposita a mano en las pendientes, bajan a pozas entalladas en piedra, bautizadas como chacras. Este proceso repetitivo sedimenta la sal, que será extraída mediante un proceso de evaporación; luego, la sal es envuelta en guías de paja para su entrega y mercadeo.
La organización y la cooperación de los individuos permiten realizar un trabajo comunitario. Son los propios pobladores los que se convierten en guías de turismo y el dinero generado con esta actividad, se reinvierte en proyectos para la comunidad. Salinas, gracias a la implementación del turismo comunitario, ha logrado con los años, evitar la migración poblacional hacia zonas urbanas, en contraste con la situación que se da en otros sectores del país, ya que posee un sistema industrial bien estructurado, beneficiando de igual manera a comunidades aledañas que han encontrado en estas industrias condiciones mucho más favorables que en la urbe.
•Fabricación de hongos deshidratados
4. Elaboración de mermeladas y conservas: mermeladas de mortiño y mora.
Los hongos crecen de manera natural, son recolectados en los bosques de pino, por los mismos pobladores de Salinas. Luego son limpiados, rebanados y deshidratados. Finalmente se los clasifica y envasa para ser distribuidos al mercado nacional e internacional.
Estos productos se exportan al mercado italiano y para el consumo nacional.
• Elaboración de textiles El pastoreo de alpacas y borregos provee a sus productores de alimento y lana, que es procesada técnicamente en la hilandería del lugar, y su producto es usado por la comunidad como materia prima para tejer a mano coloridas y elegantes prendas como sacos, ponchos, guantes, bufandas, bolsos y gorros, que son exportados al mercado europeo.
• Elaboración de panela
• Elaboración de confites y chocolates
Luego de cosechar y cortar la caña, se exprime mediante un proceso antiguo de engranajes, con impulso de fuerza animal (caballos o mulares); el jugo obtenido es hervido a altas temperaturas en un fogón de leña construido específicamente para esta labor. Cuando la parte líquida se evapora, el semisólido es puesto a secar en moldes, lo que dará como resultado bloques de panela para el autoconsumo y distribución en sus locales a nivel nacional.
Es ésta una de las más importantes empresas de Salinas, posee 4 áreas de producción: 1. Elaboración de pasta de cacao: pasta y chocolate de taza. 2. Elaboración de chocolates: chocolate fondente, de leche y blanco. Se destacan las trufas, chocolates rellenos de Pájaro Azul (aguardiente), de Ají (para el mercado japonés), entre otros. 3. Elaboración de turrones: dos tipos de turrones, de maní y de nuez de macadamia.
• Proceso de elaboración de quesos Los productos lácteos, a través de los años, se han convertido en un alimento delicioso y esencial. En Salinas se producen 9 tipos de quesos con tecnología Suiza, entre ellos podemos encontrar: el dambo, tilsit, mozarela, queso fresco, queso andino, queso gruyer, entre otros. El proceso de elaboración de los quesos, comienza en la mañana, con la llegada de la leche cruda al centro de producción, donde la receptan, la pesan y almacenan. Al lácteo embasado se lo pasteuriza a 67°C, este proceso mata cualquier bacteria existente mediante el calor. Para la coagulación se añade la encima del cuajo, 2,5 gramos por cada 150 litros, que corta la leche; se deja reposar durante 30 minutos y luego se corta en línea con una lira; (corte maíz), el líquido que se drena es la lactosa. Una vez que los sólidos y líquidos están bien separados, pasamos al moldeado terminal, en donde los sólidos son puestos en moldes con una subcapa de tela para darle la forma adecuada, inmediatamente se los voltea y se los prensa durante 30 minutos; a continuación se los deposita en salmuera por 24 horas, para enfriar y salar los quesos.
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• Turismo comunitario
Los tres mil litros de leche que ingresan a diario, se convierten en cientos de quesos, de los cuales algunos serán almacenados en los cuartos de maduración y se tomará en cuenta el tiempo de permanencia según el tipo de queso. Finalmente, son empacados al vacío y embarcados para su distribución en los puntos de venta creados en las distintas provincias del Ecuador.
• Elaboración de artesanías Un paradigma de este trabajo organizado es efectivamente la creatividad humana, representada en la creación de artesanías en paja y cabuya. La paja es tejida en una base de hilo (de cabuya pintada) dando formas geométricas consistentes y durables. Entre otras artesanías también se destacan figuras de cerámica y bisutería.
• Atractivos turísticos Dentro de la parroquia se recibe a más de 15 mil turistas al año, que puedan visitar además de las minas de sal y los sitios de elaboración de productos, otros lugares únicos por su paisaje, como: la Cueva de Dos Pisos, la Cueva de las Guayamas, la Cueva de la Virgen y la Cueva de las Tizas, el Diente del Inca, el Sombrero Rumi que son fenómenos geológicos y altares andinos modelados por el ambiente. Otros atractivos son los caminos a las comunidades y bosques endémicos como: Camino a la Comunidad de Yacubiana Desde las minas de sal se admiran bellos paisajes, al atravesar la meseta se contemplan monolitos similares a soldados petrificados y al llegar al valle del río Yacubiana y a la comunidad del mismo nombre se pueden apreciar las chozas y viviendas tradicionales construidas con tierra, bahareque y paja. Comunidad de Chazo Juan La comunidad cuenta con una modalidad de ecoturismo comunitario; sus principales atractivos son: la chorrera de Moras, las Chorreras de Pillotingo, la Poza del Río Chazo Juan, la Laguna de Río Verde. Bosque Protector Peña Blanca
TURISMO
Está formado por terrenos escarpados y precipicios, allí se encuentra una gran roca o peña que da el nombre al lugar. Es la zona mejor protegida y la menos accesible; por la alta densidad de vegetación, esta pequeña área sirve de refugio a la fauna local donde se localiza la mayor biodiversidad de fauna y flora.
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GUÍA PARA LLEGAR Desde Quito, se toma la carretera Panamericana Sur hasta llegar a la ciudad de Ambato, en la provincia de Tungurahua, 136 kilómetros al sur. Una vez aquí, se continúa por el desvío sur occidental de la carretera, en dirección a la ciudad de Guaranda, capital de la provincia de Bolívar. Durante el recorrido se podrá observar de cerca el nevado más alto del Ecuador, el Chimborazo (6310 m.s.n.m.), al lado izquierdo del camino. Luego de 90 kilómetros de recorrido, se encontrará una bifurcación, que nos llevará, en dirección noroccidental a la parroquia rural del cantón Guaranda llamada “Salinas”. En cuanto a hoteles, se sugiere el hotel comunitario de Salinas, llamado “El Refugio”;o también la Hostería “El Socavón”, a 10 minutos del círculo urbano de Guaranda.
• CONCLUSIONES Salinas es un ejemplo para las demás poblaciones del Ecuador y del mundo debido al alto desarrollo comunitario basado en el compromiso y cultura de trabajo logrado a través de muchos años. Debido a las múltiples opciones laborales que tiene Salinas ha logrado que se disminuya notablemente la migración. La multi diversidad de actividades y productos hacen que Salinas sea un polo de desarrollo productivo, gracias al buen manejo de los recursos y la reinversión de las utilidades, que han beneficiado de manera igualitaria a todos los trabajadores de la comunidad. Finalmente sería conveniente que el modelo desarrollado en Salinas sea replicado en otras zonas de nuestro Ecuador para fortalecer las economías locales.
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