POLISÓN

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POLISÓN

Alfonso Domínguez Horchata Sentimental II 02 junio 2012


VIDA Rápida sigue sin rumbo la vida. Entre grandes alegrías y penas los huecos de la existencia llenas. Es obvio, pronto será tu partida, la muerte te dejará sin salida y te encontrarás entre las cadenas del olvido, del llanto, con centenas de lágrimas; la esperanza perdida. Y si a pesar de la nula esperanza decides no estar tendido en la cama, tendrás que hacerlo a la antigua usanza: creer que no te consume la fría llama de la existencia; que apenas te alcanza para encontrar y perder a quien te ama. 08 enero 2011

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SI ALGÚN DÍA DECIDES AMAR “Si fuiste cruel conmigo y si hubo un día en que apartando tu alma de la mía me hundiste en el dolor y en la tristeza, en prueba de que mi alma te perdona te mando con mi amor esa corona que anhela por estar en tu cabeza… que pues en tu alma aún escondido tienes algo de aquel amor que me tenías, si yo la conquisté para tus sienes en ellas debe estar y no en las mías.” Manuel Acuña, “La gloria”, V.

Escúchame, si algún día decides amar, procura no olvidar para quién fueron tus besos, tus caricias; también no caer en los excesos del placer con disfraz de digno prez, que matar tus sentimientos habrás con desengaños –mar antediluviano de sombras pétreas. Y esos gritos y lamentos que de antaño fueron rezos para guardar l'amor, sólo habrán de alcanzar aquel sitio donde el mundo pierde su color; do rige oscuridad bajo el manto del sopor; y sublímase toda idea de paroxismo. Allí, aquí, donde nada vive sin amor; supuesto que son amor y muerte uno mismo, desalada estarás en el fondo del abismo. 3


EL PROBLEMA NO ES CONTIGO

El problema no es contigo, Elena, ni con tu puto novio, ni con tu indiferencia cuando paso a tu lado, ni con tu completa ignorancia sobre mis sentimientos, ni con tu frondosa frente fresca y el efecto que esto produce, ni con tu vista cenagosa y nublada y recubierta de plástico [rojo, ni con tus ojos que nunca he visto de frente, ni con tu nariz de águila calva, ni con tus exquisitos labios, ni con tu sonrisa más gratuita que el agua y la nieve de [limón con chía el día de la Virgen de Dolores en Guanajuato, ni con tus pómulos y ojeras ausentes, ni con tu cuello de cisne blanco torcido, ni con tus hombros nimios, ni con tus manos que tocan otras manos que no son las [nuestras, ni con tus uñas que de qué color las tienes pintadas, ni con tu desagraciado pero núbil pecho,

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ni con tu deleitoso talle que toma el imbécil citado en el [segundo verso, ni con tus caderas que acaparan toda mi alegría, ni con tus piernas como líneas paralelas que no se juntan donde deberían, ni con tus exacerbados pies, ni con tu altura infinita, ni con tu parsimonioso caminar sobre el pavimento mojado, ni con tus posibles enfermedades congénitas y venéreas, ni con tu preferencia de la comida que todavía no te [pregunto, ni con tu gusto por encima de todo por Yeats y por [Marlowe, ni con tu cabeza de brócoli, esos resortes metálicos y negros [de tus cabellos; ni siquiera con mi férrea repugnancia hacia el brócoli y el [cabello rizado. El problema es conmigo, Elena, que no me atrevo a [hablarte. 16 abril 2012

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A UNA DESCONOCIDA En la Facultad de Ciencias

Pasaste con aire de fruición impertinente frente a mí cuando el mundo era radicalmente monótono; no veía más que un cielo gris (nublado) y un suelo (de cemento) gris y luego apareciste tú desaliñada y ligera como no te había visto nunca (literalmente) coloreando el horizonte de derecha a izquierda: tus pies pisoteaban de verde el pasto que antes de ti era imperceptible porque su textura asfaltosa se confundía con el pavimento; tus cabellos, de pronto, con suma violencia inaudita encendieron el sol hasta dorarlo y dejarlo de una pieza como apóstrofe áureo pendido en medio de mi grisáceo mirar que apenas comenzaba a imantarse del color azulejo que magnéticamente tu blusa esparcía como vapor de agua 6


(de allí las ingrávidas nubes);

además, tu cintura transparente teñía del color de tu carne mi deseo de poseerte

por el simple hecho de pasar frente a mí; tu delicado pecho saturaba de suavidad ese paisaje que ya no era más agreste, pero agradable y pintado de pasión se extendía afuera de mis párpados; y tus nalgas,

tus nalgas fueron el último matiz (sinuoso) que se alojó en mi memoria

como un huésped

en un hotel cinco estrellas,

como un piojo

en una cabellera descuidada, como un clavo

clavado en la frente;

cuando finalmente desapareciste y te llevaste toda tu estela de colores y dejaste una monotonía

incolora, insalubre, insípida, inodora, inocua, anodina, incipiente, consuetudinaria; triste ternura de tu memorable aparición

(tierna tristura de tu memorable desaparición) después de que pasaste frente a mí.

11 mayo 2012

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YO SOY EL FUEGO

Yo soy el fuego que enciende la marea bajo tus párpados

y moja más allá de tu epidermis arrastrando la espuma del placer hasta tus húmedas bahías. Yo soy el fuego que lame tus miedos con su lengua vítrea para desgastarlos (erosionarlos) y requebrarlos.

Yo soy el fuego que bebe el sudor de tus penínsulas

como la intempestiva nube

absorbe las olas del mar que después deposita todas hechas brisa

en el estanque de la perdición. Yo soy el fuego que humedece tus riberas

por donde se pasean (se sumergen) mis dedos cuando muere la tarde y el océano del cielo gotea. Yo soy el fuego que tus muelles inunda como si fuera un huracán inesperado

golpeando lágrima a lágrima tu cándida costa.

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Yo soy el fuego en el que te bañas todas las mañanas

el río que visita todo tu cuerpo afluente del deseo más espumoso tierno arroyo donde nadan los pececitos rojos azules y dorados por tus pies.

Yo soy el fuego anegado que colma tus montañas de fe

con estertores de esperanza. Yo soy el fuego que derrama su lluvia sobre los archipiélagos de tus mejillas

hasta que hierven los sentimientos líquidos que no fluían nunca a través de tus brazos. Yo soy el fuego que inflama el reflejo del dolor incrustado

en tu figura que se reproduce del otro lado de la fuente. Yo soy el fuego que apaga la noche ferviente de gritos y ardores en medio de una glacial espera que sólo empieza cuando termina.

21 mayo 2012 9


COLIBRÍ AZULADO

Siempre ha sido pequeño

como un puño de tierra en la mano, como el inefable portavoz que anuncia la esperanza aun muerta/ aún muerta

vuela desde su nido hasta el árbol de mis pensamientos y antes de posar en sus ramas, prefiere escapar ayudada por el peso ingrávido de sus alas en el aire de

[vidrio;

sube por el cielo veleidoso que no es azul hasta que lo mancha de sangre que salpica con su aleteo,

respetando las nubes de un invierno paquidérmicamente [imposible. Retoma el vuelo empecinado en olvidar la delectación con que mis ramas, mis hojas/ las más verdes/ le acunaron mientras sus alas de deseo consiguieron madurar. Pero olvida su sombra bailarina que permanece muda ante su cambio furtivo de destino. No la escucha. No está hablando. Siempre cerca de mi proba raíz,

anclada está por miedo de que el vidrio del aire se rompa. Quieta, mantiene la esperanza de que decida reivindicar y a ella/ a ti, a tu nombre/ y a mí, a mi sombra raída y

[volver

[fragmentaria.

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18 marzo 2012


Hesitación. Un aleteo aun más lento que el aleteo de las horas en una fotografía estéril te aguarda, colibrí azulado. Te aguarda para que lo habites y no estés obligado a pasar [el tiempo volando hacia atrás. Invitación a quedarte y preservar el filo azul de tu cuerpo inalterable; bañado de esplendentes gotas de silencio. Soy la promesa del flamboyán inane que en sueños siempre [viste, en que en sueños siempre te viste, que en tus sueños [ siempre te desviste. Pero tu atavío de orgulloso azul lo posterga hasta el [incólume fin de los tiempos. Trepana las ramas de mi pensamiento. Obnubila la lucidez de mi glauca fruición, fruición desdeñada por el arrogante [abismo que se abre ante su sombra. Una vez más te desangras en el vuelo; conoces la razón azulosa del ocaso cada segundo más sombrío: tu sangre. Te deshaces.

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Vuelas para no ser lo mismo: empequeñeces como un puño [de tierra en la mano abierta, como el inefable portavoz anunciando que la esperanza [murió. Y te alejas del invierno perenne de mis hojas, escapando en busca de la sempiterna primavera. 30 diciembre 2011

HAI KÚS

Ruido

Vida

Flor estridente;

Mujer: dos sílabas;

Melódicos botones

Del blanco azahar.

por un húmedo abismo están cortadas.

Sombra

Soledad

Oscura nadería;

Nostalgia lúgubre:

materia cenagosa atada al suelo.

cementerio de besos y remembranzas.

Rojo

Ventana

Atardecer:

Es realidad

silencio carmesí de sol mojado.

encerrada en paisaje de acre cristal. Ilustración de portada: Santiagoquiénsabequécarajos

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