TODO PASÓ MUY RÁPIDO #Museosnacionales #Familiasdebien
Virginia Lázaro 2014
TODO PASÓ MUY RÁPIDO Desde que comencé a trabajar en el British Museum esperé cada día Cada mañana y cada tarde de cada día a que alguien atacara alguna de las piezas Esperé a que apareciera alguien con vocación iconoclasta y un ladrillo en la mano que entendiera que siempre es mejor hacer que mirar Nunca pasó La gente, el público, se dedicaba a observar silente aquellos cuerpos de yeso, testimonio de muerte en perfecta conserva, que nos quedan de Pompeya Esos bloques de yeso con forma de persona, de persona calcinada que, como las manzanas del Hipercor, no se pudren, no huelen, y no pueden desaparecer con el tiempo Pero mirar esos cuerpos y mirar en los museos no es algo tan sencillo, allí las imágenes se te adhieren a los ojos y ya no te las puedes quitar de encima Nuestra herencia es tormentosa y es precisamente en los museos en donde guardamos sus rastros En ese trastero de la historia que nos previene de la destrucción que causa la memoria Allí es donde se nos enseña a acumular, a acumular éxitos acumular victorias acumular traiciones acumular muertes acumular basura acumular cajas de Pizza en la cocina a acumular grasa en la barriga y en el culo de las familias, de las buenas familias
Es mucho el tiempo que todas esas piezas llevan allí, de pie frente a nosotros, mirándonos desde las vitrinas Piezas (llamémoslas imágenes), que sustraídas de su lugar y de su lenguaje perdieron, con ese movimiento, todo referente Y desde entonces vistiendo las salas del poder, desde toda la vida Mirándonos y obligándonos a establecer una relación de melancolía que no entendemos muy bien Y los museos nos dicen “no te olvides” “que no se te olvide que yo estoy aquí” Y ese riesgo lo solucionan conservando, conservando en moral Porque conservero es un oficio muy parecido al de restaurador Y restaurador también es aquel que explota un restaurante Nosotros, obedientes, leemos esas piezas como una sola verdad Como un testimonio de lo que son y no de lo que fueron Es decir, una mentira Una mentira, porque de ellas se ha borrado la muerte, que ahora es una manzana del Hipercor Una mentira tan llena de polvo que da alergia solo de mirarla Eso sí, es importante saber que con ese polvo es con el que están hechos los souvenirs de la tienda Así que, allí que iban las familias, a vivir momentos para el recuerdo A crear memorias Allí, en la sala 4 A dejarse impresionar por las glorias del pasado de una nación Y después, compraban un llavero de la piedra de roseta hecho de ese polvo, de ese mismísimo polvo que cubría las salas, del que están hechas las mentiras
O un imán, y se lo regalaban a la abuela al volver a casa Para que cada vez que abra la puerta de su frigorífico, o la de su casa, recuerde quien es y de donde viene Iban a ese lugar maravilloso, las familias, donde está todo Sin pensar en que antes algo hubo de pasar Las familias que van de turismo a las grandes capitales de la Vieja Europa Van con Ryan Air a Berlín, a Viena, a San Petersburgo, a Praga, a Roma, a Londres, a Madrid, a Florencia, a París, a Ámsterdam, a Atenas, a Moscú… y a la Ciudad del vaticano Y visitan el British Museum, y el Louvre, y el Pergamom Museum, y la galería de los Uffizi, y la National Gallery, y el Bodemuseum, y el Hermitage, y el Neues Museum, y el Prado, y el Rijskmuseum, y la Torre Eiffel, y la torre de Pizza… y la Capilla Sixtina y la Puerta de Brandenburgo Y todos los arcos del triunfo, las columnas monumentales, los obeliscos, las catedrales y las tumbas de sus benefactores, los Columbarios, Mausoleos, panteones, ciudadelas, las estatuas de las plazas… Todos los museos nacionales y todos los monumentos… Aprender lo que hay que saber, lo que hay que respetar Allí, en el Museo Británico, la gente entraba y salía muy rápido Como yo, que salí a los seis meses Inocente de mi, por fin me di cuenta de que nadie iba a quemar nada, ni a mutilar ninguna pieza, porque las cosas más emocionantes que pasan en los museos, ocurren en los baños Sin embargo, mientras esperaba, también aprendí muchas cosas que no conocía Aprendí tanto que no tuve tiempo de aburrirme
Aprendí a vestir con honor mi uniforme y a sentirme orgullosa de formar parte de un equipo Y me enseñaron que ese uniforme significaba asumir la ideología de un país entero Me dijeron: “Si alguien te pregunta sobre el Partenón, tu, no tienes opinión”. Y así fue, la olvidé “Vengan a ver, vengan a ver las glorias de nuestro pasado”, “A comprender quienes son” Decía yo A las familias que se gastan la paga extra en viajar una semana “que nos de tiempo a verlo todo”, contestaban “Carguen la batería de la cámara, pidan para llevar, y cómanse su kebab frente a la Piedra de Roseta, antes de salir hacia el aeropuerto” Tú, gran público Eres grande porque eres ejemplar Porque cuando se trata de aprender, el tiempo siempre se hace poco Hay que caminar hasta caer rendido, caminar hasta reventar y mirar hasta reventar y comer hasta reventar Ahora, puedo decir, que no contéis conmigo para el futuro Porque yo en el British Museum aprendí lo que necesitaba Aprendí a deificar la verdad bien sea arrojando una piedra, bien repartiendo servilletas de papel a los turistas Así que yo terminaré mi trabajo y después, me iré al bar de enfrente a beber, a beber hasta reventar Y a hablar con cualquiera sobre la desgracia acontecida a lo largo de los siglos Sobre las imágenes que conocemos muy bien construidas con las cenizas de las anteriores Sobre lo que ahora ha de venir