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COLECTIVOS FORD

Historia de la Red de Concesionarios Ford

CUARTA PARTE

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UNA HISTORIA JAMÁS CONTADA

Durante las post guerra la falta de dólares en la Argentina hacía casi imposible la importación de automóviles, pero hubo un empresario que se animó a todo: Alberto J. Armando. Transcribimos un reportaje realizado por la revista Mundo Ford allá por el año 1949.

1949

Vista parcial de 65 unidades Ford francesas entregadas a dos compañías de transportes de la ciudad de Mar del Plata por la firma Alberto J. Armando concesionario Ford de camiones y comerciales de esta Capital. Agosto 1949.

1949 Mundo Ford REPORTAJE A ALBERTO JOSÉ ARMANDO

Consecuentes con los fines que se tomaron como norma al crear esta revista y que es ir informando a todos y cada uno de los componentes de la gran familia FORD, sobre los acontecimientos relevantes de cada momento, tanto en lo que se refiere a los renglones de su interés inmediato, como a aquellos que, presentándose en el orden general de la economía, inciden necesariamente, con mayor menor intensidad, en la esfera de su acción, presentamos hoy esta página especial.

Pues sin zafamos de este programa, la crónica de la acción singular de algunos agentes también ayuda al propósito buscado, toda vez que un esfuerzo exitoso, aunque por de pronto representa una conquista particular, si ha logrado mantener y aun elevar el prestigio ya alcanzado por la marca desde mucho tiempo atrás, es asimismo un éxito para todos. Porque una conquista comercial alrededor de una marca levanta necesariamente el nivel de la misma para todos aquellos que con ella y por ella trabajan cotidianamente.

De aquí nuestro interés y nuestra complacencia en mostrar, en rápida síntesis, la trayectoria que viene trazando un hombre, joven aún, cuyo dinamismo y aguda visión se han desenvuelto, y siguen desenvolviéndose, en intima ligadura con la marca FORD. Nos referimos al Sr. Alberto J. Armando, cuya agencia de la Avenida Independencia 2576/82, asume por derecho propio una especial gravitación dentro del medio automotor de la Capital Federal.

Vamos al encuentro de este hombre, a quien informamos de nuestros deseos y solicitamos algunos datos de su vida comercial y de la obra realizada como agente FORD. Nos atiende de inmediato, complacido por nuestra visita y del interés que nos guía. Ahora concedemos la palabra a nuestro repórter y al reporteado.

Pregunto nuestro repórter: ¿Cuánto tiempo lleva Ud. Sr. Armando, corno concesionario Ford?

Sr. Armando: —Estoy establecido con la concesión Ford desde el primero de julio de 1947.

Repórter: —Lo cual quiere decir que hace un poco más de dos años que es Ud. agente Ford.

Sr. Armando: —Exactamente; al 31 a julio ppdo. he cerrado el segundo balance general de mí agencia. Pero desde muchísimo antes estoy ligado al negocio de automotores particularmente en la línea de la FORD MOTOR Co., toda vez que, sin exageración alguna, puedo asegurarle que mi vida plenamente consciente tiene su comienzo y evolución, por lo que hace a mi carácter de comerciante, dentro mismo de lo que, sin eufemismos, me congratulo en llamar el mundo FORD.

Repórter: - ¿Tendría inconveniente, Sr. Armando, en referir, siquiera muy someramente, sus comienzos y pasos principales en el negocio Ford?

Sr. Armando: — Todo lo contrario. Me es particularmente grato recordar pasajes

muy especiales de mi vida, aun a despecho de los sinsabores y desfallecimientos propios de toda lucha sin descanso, y además me será de sumo placer atender el pedido de una revista como MUNDO FORD.

El 1º de mayo de 1924, hace de esto más de un cuarto de siglo, y siendo todavía un chiquilín de catorce años, ingresé a la concesionaria Ford de la firma Bertello y Picasso, de Humberto 1º, provincia de Santa Fe. Era gerente de esta empresa el señor Rafael Luciano. Mi tarea, por aquellos comienzos, era sumamente modesta, y, como puede Ud. observar, y lo digo con legítimo orgullo, empecé desde abajo, al modo como se inició el hombre cuyo recuerdo y cuyo nombre están y estarán perennemente al tope de nuestra organización.

Repórter: — Si me permite una pequeña Interrupción. ¿Considera Ud. que hay ventaja en el comienzo desde puestos inferiores dentro del orden general de una actividad, o cree que, por el contrario, es preferible un comienzo desde altas posiciones?

Sr. Armando: — En general, creo que lo Importante, sea cual fuere la puerta por la cual se entre, es la condición misma del hombre lo que le abre el camino, en definitiva. Pero, por lo que a mí respecta, veo en el comienzo desde abajo la ventaja de que uno debe luchar alzando la mirada, avanzando progresivamente, superando etapas, cada una de las cuales marca un punto decisivo de experiencia, le sirve de lección y ayuda a contemplar y medir a los hombres ubicándose en su propio plano, en simpática compenetración espiritual. Y esto, para mí, es un factor principalísimo de éxito, porque de nada me valdría el dinamismo personal y físico del que puedo ser capaz, si no supiera respetar como se merece el esfuerzo de tanta gente que colabora conmigo en mis negocios.

Me inicie, pues, en tareas menores de taller, en una agencia del interior del país. A los seis meses, fui transferido a la sección Repuestos y poco después, sin haber cumplido aún los dieciséis años de edad, pasaVista parcial de 65 unidades Ford francesas entregadas a dos compañías de transportes de la ciudad de Mar del Plata por la firma Alberto J. Armando concesionario Ford de camiones y comerciales de esta Capital. Agosto 1949.

1949 Colectivos en Mar del Plata aporte Angel Somma Facebook.

ba la categoría de vendedor, precisamente cuando se presentaba al público el nuevo Ford 1926.

Permanecí en esta concesionaria Ford hasta fines de 1930, pues hube de alejarme a causa de mi incorporación al Servicio Militar. Cumplido este deber, a principios de 1932 ingresé como vendedor de la concesionaria Ford del señor Victorio Stornini, de San Francisco, provincia de Córdoba. Al año, fui designado gerente de la concesionaria Ford del señor Alberto Pavone, en Zenón Pereyra, provincia de Santa Fe.

En esta concesionaria, en el año 1935, obtuve el premio que por aquel entonces instituyera la Ford Motor Co. en un concurso de ventas organizado por la misma. Registré, como vendedor, el 300% de la asignación de coches y el 100 % de camiones.

A fines de 1937, pasé nuevamente a la concesionaria Ford de don Victorio Stornini, y allí permanecí hasta mediados de 1943, momento crítico para el negocio de automotores, pues la guerra mundial nos alcanzaba en la forma y con las consecuencias que no necesito encarecer.

Ese mismo año, me establecí independientemente en esta Capital con un negocio de garaje y compraventa de automotores, y desde aquí fui estudiando las alternativas de la economía de post-guerra, preparándome a aprovechar las coyunturas felices que pudieran presentarse. Así trabajé y prosperé, siempre dentro del renglón de automotores, y con vista, en todo momento, de iniciar mi contacto con la Ford Motor Co.

En 1947 aventuré el paso más importante de mi carrera. Solicité y obtuve de la Ford Motor Co. la concesión que actualmente mantengo, a cuyo fin adquirí una extensa finca en la Avenida Díaz Vélez al 4.200, de esta Capital, y formalicé los proyectos de construcción de un gran edificio, cuya maquette la puede Ud. observar, y si todavía no he dado realización concreta a esta obra, es por causa de la ley de alquileres, que ampara a los inquilinos en razón de la escasez de viviendas que se sufre en todo el país, y de modo especial en Buenos Aires

Repórter: — Tenemos entendido, Sr. Armando, que, a pesar de los serios inconvenientes con que de un tiempo a esta parte tropieza el negocio de automotores, Ud. ha logrado, desde su agencia, éxitos muy felices, que han contribuido a aliviar el problema del transporte de pasajeros y cargas en nuestro país.

Sr. Armando: — Estoy acostumbrado a afrontar los obstáculos que se me presentan, será quizás que mi sangre criolla me empuja, en dirección a los problemas que confronta el país, en lo que respecta a las actividades que me incumben. Nunca me detuve al resguardo, esperando que escampara, ni he derivado mi actividad hacia otros renglones comerciales más fáciles. Vivo alerta dentro de la circunstancia que me rodea y busco incansablemente abrir Colectivo Ford para 16 pasajeros construido sobre chassis de procedencia francesa de 158” recientemente incorporado al servicio público.

Alberto J. Armando fue más que un simple concesionario, fue el mayor importador de vehículos Ford de su época.

brechas o posibilidades, como hombre de negocios, lo cual significa que me inquieto por mi propio progreso, y, al obrar así, y consecuentemente, hago obra social porque el comercio, bien entendido, es una actividad que ayuda al pueblo a su subsistencia y progreso. La cuestión del transporte es innecesario que lo subraye, es fundamental para la economía y el bienestar del país. Por ello me siento muy feliz y orgulloso de la tarea que vengo realizando.

Repórter: — ¿Podría, Sr. Armando, facilitarnos algunos datos concretos referentes al movimiento de su agencia, por lo que hace a solución del problema del transporte automotor de pasajeros y cargas?

Sr. Armando: — Con el mayor placer. Sólo que con esto, tendré que ser sumamente parco, porque no me será posible resumir en pocas palabras y cifras un cuadro integral de toda la actividad que he desarrollado en dos años de intenso trabajo como concesionario Ford. Comenzaré por informarle que mi venta ha pesado ya los veintiséis millones de pesos, entre unidades nuevas y usadas, acoplados y mi-remolques. Este sólo renglón de acoplados y semiremolques pasa de los trece millones de pesos.

Las unidades recibidas y vendidas se han destinado en su casi totalidad, al transporte colectivo de pasajeros, a cuyo fin he debido contar con el activo trabajo de veinticinco fábricas de carrocerías, de esta Capital y del interior. Los trabajos encomendados a talen fábricas representan la suma total de pesos 5.406.000,—.

He colaborado en la venta de has unidades traídas por el I.A.P.I., que, previo reacondicionamiento, vendí en cantidades apreciables.

Como detalle especial, me es particularmente grato destacar las ventas realizadas a algunas empresas de transporte:

A las Compañías General Belgrano — Juan Cincotta— y 9 de Julio —José Pomero e Hijos—, ambas de Mar del Plata, he vendido 65 unidades, valor, en cifras redondas, de 3.000.000,— de pesos. Estas empresas vienen prestando importantes servicios en Ómnibus para 28 pasajeros carrozado sobre chassis Ford francés de 158”, alargado a 194” y transformado en frontal. Tipo de ómnibus con capacidad para 28 pasajeros entregado a “Unión obreros Municiapales”.

Tipo de carrocería para 20 pasajeros construida sobre chassis Ford americano de 158”.

dicha ciudad, y recientemente tuvieron que renovar- en forma total su material rodante. Los colectivos vendidos, de 16 pasajeros, han venido a solucionar un serio problema, para una ciudad popular y de especial atracción como es Mar del Plata.

A la Comisión Administradora del Transporte Automotor, de Córdoba, le he vendido, 30 colectivos para 16 pasajeros. Córdoba es otra gran ciudad, de singular importancia por su atracción de viajeros que ha aliviado así, el problema que le significaba el servicio de transporte automotor.

También es importante destacar que muchas empresas importantes han comprendido la nobleza de nuestra marca, o se han inclinado su preferencia hacia la misma. Entre ellos figuran el Expreso Pilar, empresa que, a principio de 1947, sólo contaba con una unidad Ford dentro de su material rodante. En la actualidad, sobre un total de 45 unidades en actividad, posee 28 Ford, lo que representa un 60%.

La Empresa General Roca tenía en 1947 dos unidades Ford. Ahora, sobre un total de 57, posee 45 Ford, o sea el 78%.

Transporte Río de la Plata poseía en 1947 cuatro unidades Ford. Ahora, sobre 35 unidades en total, cuenta con 13 Ford, es decir el 37%.

También me complace muy especialmente informarle que varias importantes empresas de la ciudad de La Plata han adquirido a mi agencia más de 90 unidades nuevas, en lo que va del corriente año, con lo cual dicha ciudad ha visto mejorado notablemente su servicio público de transporte automotor. Entre las empresas adquirentes, figuran: Empresa Micro-Ómnibus Línea 18, Micro-Ómnibus Nº2 “La Unión”, Expreso City Bell, Empresa Línea 7, Empresa línea 20 “Flecha de Oro”, Unión Platense Líneas 13 y 14, Empresa Nueve de Julio Línea 8.

Además he provisto de automotores a diversas Reparticiones Públicas tales como el Ministerio de Hacienda, Economía y Previsión; Obras Sanitarias, Turismo y Parques de la Provincia de Buenos Aires, Unión Obreros Municipales, etc., facilitando el cumplimiento de los planes sociales de las autoridades nacionales.

Repórter: — los datos que acaba de suministrarnos revisten singular significación y por sí mismos configuran el aplauso que se merece la inteligente y activa preocupación suya para afianzar la marca en el país, como agente de la Ford Motor Co. Solo nos resta desearle. Sr. Armando un éxito creciente en esta tesonera lucha como hombre de negocios, y nos será particularmente grato presentar su vida corno un ejemplo, que, no lo dudamos, ha de ser recibido dentro de la gran familia Ford con la simpatía que siempre han despertado, entre todos sus componentes, los éxitos merecidos de los que van abriendo un camino.

Los chasis Ford importados se transformaban en colectivos en 25 fábricas de carrocerías de todo el país.

Colectivo con capacidad para 24 pasajeros, construido sobre chassis Ford americano de 158”.

Ómnibus adquiridos por la Dirección de Turismo y Parques de la Provincia de Buenos Aires. Son construidos sobre chassis Ford de 194” transformados a frontal, con capacidad para 28 pasajeros sentados.

Vista parcial de las 30 unidades Ford de procedencia francesa para 16 pasajeros que se entregaron a la Comisión Administradora del Transporte Automotor (Córdoba).

Colectivo con carrocería para 16 pasajeros construido sobre chassis Ford americano 1949 de 158” afectado al servicio de la Empresa Micro-Ómnibus Nº18.

UNA FOTO CON HISTORIA

FOTO: THEHENRYFORD.ORG

Escaparate del Ford 1940 Style Show

Foto tomada en octubre de 1939 en el Hotel Astor, de Nueva York, Estados Unidos. Se aprecia uno de los escaparates del Ford 1940 Style Show. Ford Motor Company promovió vigorosamente su línea de nuevos modelos para 1940, orquestando giras publicitarias y apariciones en ferias mundiales y montando un espectáculo de estilo junto con el Auto Show de Nueva York de 1939. En octubre de 1939, el fabricante de automóviles presentó sus últimos Ford, Mercurys y Lincoln-Zephyrs en el lujoso Hotel Astor de Manhattan. Las exhibiciones y demostraciones que lo acompañaban completaron la experiencia del Ford Style Show.

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