DISCAPACIDAD INTELECTUAL
¿dlanQi?tucépes La discapacidad intelectual implica una serie de limitaciones en las habilidades que la persona aprende para funcionar en su vida
diaria y que le permiten responder ante distintas situaciones y lugares.
La discapacidad intelectual se expresa en la relación con el
entorno. Por tanto, depende tanto de la propia persona como de las barreras u obstáculos que tiene alrededor. Si logramos un entorno más fácil y accesible, las personas con discapacidad
intelectual tendrán menos dificultades, y por ello, su discapacidad parecerá menor.
A las personas con discapacidad intelectual les cuesta más que a los demás aprender, comprender y comunicarse.
Es importante señalar que: La discapacidad intelectual no es una enfermedad mental. Las personas con discapacidad intelectual son ciudadanos y ciudadanas como el resto. Cada una de estas personas tienen capacidades, gustos, sueños y necesidades particulares. Como cualquiera de nosotros. Todas las personas con discapacidad intelectual tienen posibilidad de progresar si le damos los apoyos adecuados. Hay muchos tipos y causas diferentes de discapacidad intelectual. Algunos se originan antes de que un bebé nazca, otros durante el parto y otros a causa de una enfermedad grave en la infancia. Pero siempre antes de los 18 años.
Et e v r o m l u i cn i o ó l n ó g i c a d i s c a p a c i d a d i n t e l e c t u a l
d
e
l a
La terminología es fruto de los cambios actitudinales, de la concepción, enfoque y comprensión del problema. A medida que se han ido usando, los términos han ido adquiriendo un matiz negativo, lo que obligaba a buscar otros términos. Así, hemos pasado de cretino (Edad Media) a idiota (Siglo XVIII), a demente, enfermo mental o idiota (Siglo
XI).
Posteriormente
pasó
a
denominarse oligofrenia
o
retraso
mental, distinguiéndose dos niveles: la idiotez y la imbecilidad.
En el siglo XX continúa el término idiota, disnguiéndose 3 niveles: idiotas, imbéciles y débiles. En 1954 la OMS recomienda el término subnormalidad mental, distinguiendo entre deficiencia mental, si el origen es biológico, y retraso mental si el origen es social o cultural.
En 1992 la AARM (Asociación Americana sobre Retraso Mental), hoy llamada AAIDD (American Asociation on Intellectual Developmental Disabilities), la más importante y de prestigio del mundo, propuso una definición sobre retraso mental que cambió el paradigma tradicional: pasa de identificarla exclusivamente como una característica del individuo a contemplar la relación del individuo con el contexto, esto es, a definirlo como un estado funcional de la persona, haciendo énfasis en los apoyos. Se tienen en cuenta 3 criterios para realizar el diagnóstico: inteligencia, conducta adaptativa y la edad de comienzo.
Cdnieatuclsp En 2007 se pasa a llamar de forma definitiva Discapacidad Intelectual, la AARM pasa a denominarse AAIDD.
Las más comunes son:
Condiciones genéticas. A veces la discapacidad intelectual es
causada por genes anormales heredados de los padres, errores cuando los genes se combinan, u otras razones. Algunos ejemplos de condiciones genéticas incluyen síndrome de Down.
Problemas durante el embarazo. La discapacidad intelectual puede resultar cuando el bebé no se desarrolla apropiadamente dentro de su madre. Por ejemplo, puede haber un problema con la manera en la
cual se dividen sus células durante su crecimiento. Una mujer que bebe alcohol o que contrae una infección como rubéola durante su
embarazo puede también tener un bebé con una discapacidad intelectual.
Problemas al nacer. Si el bebé tiene problemas durante el parto, como, por ejemplo, si no está recibiendo suficiente oxígeno, podría tener una discapacidad intelectual.
Problemas de la salud. Algunas enfermedades tales como tos convulsiva, varicela, o meningitis pueden causar una discapacidad intelectual. La discapacidad intelectual puede también ser causada por malnutrición extrema (por no comer bien), no recibir suficiente
SDlIaigtncopsdue cuidado médico, o por ser expuesto a venenos como plomo o mercurio.
Sentarse, gatear, o caminar más tarde que los otros niños;
Aprender a hablar más tarde, o tener dificultades al hablar; Tener dificultades en recordar cosas;
No comprender cómo pagar por las cosas;
Tener dificultades en comprender las reglas sociales;
Tener dificultades en ver las consecuencias de sus acciones; Tener dificultades al resolver problemas; y/o Tener dificultades al pensar lógicamente.
Tdiepcoas
o Discapacidad intelectual leve. Se incluye en la misma al alumnado cuya puntuación en CI, sin llegar a 55 – 50, se sitúa por debajo de 75 – 70 (unas 2 desviaciones típicas por debajo de la media, con un error de medida de aproximadamente 5 puntos). Acerca de ese tramo límite por arriba, en el DSM IV TR se indica que se podría diagnosticar discapacidad leve con un cociente intelectual entre 70 y 75 si existe déficit significativo en conducta adaptativa, pero no cuando no exista. El alumnado con discapacidad intelectual leve supone, aproximadamente, un 85% de los casos de discapacidad intelectual. Por lo general, suelen presentar ligeros déficits sensoriales y/o motores, adquieren habilidades sociales y comunicativas en la etapa de educación infantil y adquieren los aprendizajes instrumentales básicos en la etapa de educación primaria. o Discapacidad intelectual moderada. Se incluye en la misma al alumnado cuya puntuación en CI se sitúa en el intervalo de CI entre 55 – 50 y 40 – 35. La conducta adaptativa de este alumnado suele verse afectada en todas las áreas del desarrollo. Suponen alrededor del 10% de toda la población con discapacidad intelectual. El alumnado con este tipo de discapacidad suele desarrollar habilidades comunicativas durante los primeros años de la infancia y, durante la escolarización, puede llegar a adquirir parcialmente los aprendizajes instrumentales básicos. Suelen aprender a trasladarse de forma autónoma por lugares que les resulten familiares, atender a su cuidado personal con cierta supervisión y beneficiarse del entrenamiento en habilidades sociales.
o Discapacidad intelectual grave. Se incluye en la misma al alumnado cuya medida en CI se sitúa en el intervalo entre 35 – 40 y 20 – 25 y supone el 3-4% del total de la discapacidad intelectual. Las adquisiciones de lenguaje en los
primeros años suelen ser escasas y a lo largo de la escolarización pueden aprender a hablar o a emplear algún signo de comunicación alternativo. La conducta adaptativa está muy afectada en todas las áreas del desarrollo, pero es posible el aprendizaje de habilidades elementales de cuidado personal.
o Discapacidad intelectual profunda / pluridiscapacidad. La mayoría de este alumnado presenta una alteración neurológica identificada que explica esta discapacidad, la confluencia con otras (de ahí el término pluridiscapacidad que aquí se le asocia) y la gran diversidad que se da dentro del grupo. Por este motivo, uno de los ámbitos de atención prioritaria es el de la salud física. La medida del CI de este alumnado queda por debajo de 20–25 y supone el 1–2 % del total de la discapacidad intelectual. Suelen presentar limitado nivel de conciencia y desarrollo emocional, nula o escasa intencionalidad comunicativa, ausencia de habla y graves dificultades motrices. El nivel de autonomía, si existe, es muy reducido. La casuística supone un continuo que abarca desde alumnado “encamado”, con ausencia de control corporal, hasta alumnado que adquiere muy tardíamente algunos patrones básicos del desarrollo motor.
“La discapacidad no es una lucha valiente o coraje en frente de la adversidad. La discapacidad es un arte. Es una forma ingeniosa de vivir”. “Elijo no poner “dis” en mi capacidad”. “Cuando llegué a casa, mamá y papá no sabían qué hacer conmigo. Ahora no sabrían que hacer sin mí”. "La discapacidad no los limita, no lo hagas tú."