Jorge Brito a través del Misterio - Cristina Rossi

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JORGE BRITO A TRAVÉS DEL MISTERIO

Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini

Cristina Rossi Curaduría e Investigación

Director Prof. Juan Carlos Junio

Patricia Moreira Producción

Subdirector Ing. Horacio A López

Tamara Fillippetti Restauración

Director Artístico Juano Villafañe

Ariel Vilches Fotografía y Video

Secretario de Ediciones y Biblioteca Jorge Testero

Sebastián Urio / urio-d Diseño de catálogo

Secretario de Investigaciones Lic. Pablo Imen Secretario Académico Angel Petriella Secretario de Comunicaciones Luis Pablo Giniger Departamento de Ideas Visuales Coordinador Juan Pablo Pérez Curadores Alberto Giudici-Sabrina Díaz Equipo de Montaje Nestor Armendariz Juan Camodeca Rubén Torbidoni Comunicación Visual Claudio Medín

Galería Arcimboldo Pelusa Borthwick Directora



JORGE BRITO

A TRAVÉS DEL MISTERIO


JORGE BRITO A TRAVÉS DEL MISTERIO El conjunto de obras de Jorge Brito que presentamos nos introduce en un universo de fuerte simbolismo que reúne números, cubos, esferas o proyecciones geométricas, junto a pájaros, huevos, dados e, incluso, figuras de encantadores, bufones y magos. El suyo es un mundo habitado por el misterio. Y este término es aplicable, también, a su trayectoria artística. Trayectoria desarrollada en la Argentina, Uruguay, Venezuela y Francia pero que, sin embargo, está casi ausente en la escritura de la historia del arte argentino y latinoamericano y, también, en los estudios sobre los sudamericanos residentes en Europa1.

Cristina Rossi* Nos proponemos, entonces, reconstruir parte de los caminos trazados por este artista –que según entendemos fue un eslabón significativo en la historia de los contactos de los jóvenes porteños con Joaquín Torres García– tratando de resituar su obra en esa intrincada trama. En una segunda instancia, desarrollaremos el relato curatorial de Jorge Brito, a través del misterio, exposición que despliega su guión en la sala Abraham Vigo del Centro Cultural de la Cooperación y en las salas de la galería Arcimboldo.

De hecho, “misterio” fue una de las palabras que se repitió en las primeras entrevistas que realizamos para este trabajo: “mi padre fue un hombre de elecciones independientes, anárquicas y, tal vez por eso, su trayectoria se cubrió con un halo misterioso”, señaló su hijo Pablo Brito Altamira. Mientras que Anne Guglielmetti –compañera de sus últimos años– expresó: la suya fue “una pintura obsesionada por la búsqueda de un sentido, atormentada por el misterio de la vida”.

* Es Doctora en Historia y Teoría del Arte (UBA), Profesora e Investigadora de la UNTREF y de la UBA, Curadora independiente y miembro del CAIA, AACA-AICA. 1 Azar y misterio también estuvieron presentes en el curso de mi investigación y, en este sentido, agradezco especialmente las conversaciones mantenidas con Manuel Aguiar y Leticia Barragán de Pezzino, así como el apoyo y la infatigable disposición de Pablo Brito Altamira.



TIEMPOS DE FORMACIÓN En la historia del arte argentino el nombre de Brito se reitera en todas las cronologías sobre arte concreto y cada vez que se presenta el “Manifiesto de cuatro jóvenes”, documento firmado por cuatro compañeros de la Escuela Prilidiano Pueyrredón: Jorge Brito, Claudio Girola, Tomás Maldonado y Alfredo Hlito. En este panfleto los alumnos se manifestaban contra el ganador del Salón Nacional de 1942 y los artistas que actuaron como jurado; sin embargo, inscripto en el escenario de su enunciación también expresaban su desacuerdo con todo el sistema de legitimación del arte. Después de haber repartido este volante y de haberlo pegado sobre el cuadro ganador (que correspondía a un profesor), el Director de la Escuela –don Pío Collivadino– les exigió que ratificaran o rectificaran las opiniones vertidas tanto contra los artistas premiados como contra los que actuaron como jurado, que también eran profesores. Los alumnos no cambiaron sus opiniones y, en consecuencia, optaron por retirarse de la Escuela2. En rigor, además de rebelarse contra las medidas que se tomaban dentro y fuera de la Escuela, estos jóvenes reclamaban alternativas para encaminar sus estudios, según podemos leer en la frase final que dice: “Y si hay todavía alguno no del todo manchado, sepa que la juventud espera al artista de conducta insobornable para ayudarlo a quebrar todos los límites”. En esa época, una de las alternativas a ese sistema de enseñanza era, sin duda, la del maestro Torres García y fue Brito quien dio un paso adelante en esa dirección. En una breve reseña biográfica dejó escrito: “en 1943, atraído por la

presencia en Uruguay del maestro constructivista J. Torres García, parte hacia ese país”3. De todos modos, su trabajo en el Taller Torres García fue muy breve porque –según nos ha relatado su amigo Manuel Aguiar– no estuvo de acuerdo con las normas de trabajo que regían. No obstante, siempre apreció la línea de pensamiento del maestro y mantuvo amistad con muchos de sus alumnos, especialmente Antonio Pezzino, Aguiar y José Gurvich.

Manifiesto de cuatro jóvenes, Buenos Aires, 1942.

2 Analizo este Manifiesto –que ha recibido diferentes dataciones porque no lleva la fecha escrita- en: Cristina Rossi, “Escritos y testimonios. El caso del ‘Manifiesto de cuatro jóvenes’”, en VII Jornadas Nacionales de Investigaciones en Arte en Argentina. Los desafíos del arte en el año del Bicentenario”, Facultad de Bellas Artes, UNLP, La Plata, CD Rom, 2010. 3 Reseña biográfica escrita en francés y en tercera persona por Brito (Archivo Jorge Brito, en adelante AJB). La traducción es nuestra.


ITINERARIOS DE CREACION Montevideo La llegada definitiva de Brito a Montevideo se produjo en compañía de Pezzino, un joven cordobés que, al regresar de un viaje de estudios de seis meses a través del territorio boliviano, se había instalado en Buenos Aires. Interesado por el arte americano, se sintió entusiasmado cuando encontró los libros Universalismo Constructivo y Estructura de Torres García, en la biblioteca del Museo Nacional de Bellas Artes. Mientras en la Argentina se vivía el clima agitado por los sucesos del 17 de octubre de 1945 y el arresto de Juan Domingo Perón, los dos amigos decidieron viajar a Montevideo. El arribo se produjo –según ha relatado Pezzino– cuando en el Teatro Solís de aquella ciudad se estaba realizando el contra-salón conocido como Rechazados del Salón Nacional, que reunió todos los cuadros de los alumnos del Taller Torres García, que habían sido rechazados por el jurado del Salón Nacional de la República Oriental del Uruguay. Los jóvenes del Taller también estaban exponiendo junto a su maestro en la librería Salamanca, próxima al viejo café Tupí Nambá, donde se reunían para conversar y comenzaron a alternar con los dos argentinos recién llegados4.

Tempranamente Brito logró exhibir sus producciones en salas importantes de esta ciudad y obtuvo sus primeros reconocimientos en los salones oficiales. En 1947 realizó su primera individual simultáneamente con el XI Salón Nacional, que premió uno de sus retratos. En el comentario sobre ambas presentaciones, el crítico Martín Müller ya advertía la expresividad de su línea, que lo entroncaba –según escribió– en la tradición de los grandes dibujantes5. Más tarde, el experimentado crítico Vitureira lo señaló como la revelación del XV Salón Nacional de 1951, por la fuerza del dibujo y la delicadeza en el manejo del color6. Para 1953 –dentro de un salón sin sobresaltos– la crítica también destacó su envío de Los amantes y El Cristo, obras que demostraban que su trabajo estaba estructurando cada vez mejor sus propios recursos expresivos7. Además, para este momento Brito ya había logrado que Amigos del Arte de Montevideo organizara una exhibición de sus pinturas.

Catálogo de la exposición en Amigos del Arte, 1953

Brito y Pezzino en Montevideo

J. Brito, Estudio para autorretrato, Premio Artistas Extranjeros

4

Antonio Pezzino, “Siempre estaba buscando”, en Daniel Rovira Alhers, Proximidades. Testimonios sobre José Gurvich, Montevideo, Fundación Gurvich, 2003, pp. 102-111. Martín Müller, “Exposición Jorge Brito”, s/d, AJB. 6 C.S. Vitureira, “La pintura en el XV Salón Nacional de Bellas Artes”, s/d, AJB. 7 J.E.V., “XVII Salón Nacional de Artes Plásticas”, en El Diario, Montevideo, s/f, AJB. 5


Entretanto, encaminó su trabajo hacia la docencia y el ejercicio del arte mural. La destreza adquirida en los cursos de dibujo de la escuela porteña se sumó a la apertura a diferentes técnicas, según aconsejaba Torres García. En este período comenzó a colocar sobre el muro relieves cerámicos recortados, que adoptaban formas irregulares según las figuras y formas que contenían, como en la decoración interior de una casa construida por el Arq. Vaz Nadal. El empleo de formatos irregulares era una práctica corriente en la obra de Torres García, quien ya había propuesto “objetos plásticos” de madera recortada cuando trabajaba en París a finales de los años 20. En Uruguay, el uso de esos formatos irregulares había abierto otra línea de desarrollo a través del planteo de Rhod Rothfuss. En 1944 este artista uruguayo publicó en la revista Arturo el artículo “A propósito del marco”, en el que sugería quebrar la ortogonalidad de la ventana renacentista, propuesta que adoptaron los grupos de la vanguardia concreta al ajustar los marcos a las formas geométricas de sus composiciones. Las primeras decoraciones murales de Brito, realizadas en las residencias montevideanas en 1954, no solo empleaban estos formatos irregulares y recortados de filiación torresgarciana, sino que también coincidían con la prédica del maestro, que aconsejaba emplear un lenguaje simbólico e insistía en la necesidad de restablecer el vínculo arte/vida a partir de la integración de las producciones estéticas con las prácticas cotidianas. Cuando a mediados de los años 50 la legislación uruguaya contempló un programa que favorecía la decoración de los edificios escolares, Brito ganó un concurso público para realizar un mural en la Escuela de Práctica nº 12 “Cervantes”.

Relieve cerámico (1954) en el interior de una construcción del Arq. Vaz Nadal

Concibió una obra que evoca al Quijote a partir de tres formas esmaltadas que se recortan sobre el muro. A través del dibujo buscó dar continuidad entre esas formas separadas, mientras que para anclar el sentido inscribió en una de ellas el fragmento del capítulo I de El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, donde se lee: “y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo”. Junto a su mural –ubicado en el hall de acceso de esa Escuela– también se incluyeron murales de Anhelo Hernández, Sapallanzani y Carrozzino y un relieve de Yepes. En el Salón Nacional de ese año Brito compartió la plataforma de premiación con algunos de los artistas que estaban renovando la escena plástica local. Su obra Los Cómicos logró el Premio a Artistas Extranjeros, junto la acuarela abstracta Composición, de José P. Costigliolo y a la pintura Mesa de cocina, del torresgarciano Vicente Martín.

Mural cerámico (1956) en la Escuela de Práctica nº 12 “Cervantes”


Buenos Aires Luego de este período montevideano, en 1958 Brito se reinstaló en su ciudad natal y profundizó la práctica del arte mural. Vinculado con el estudio de los arquitectos Rantz y Cortegoso, se ocupó de las decoraciones de los edificios que proyectaban. Realizó algunos trabajos para exteriores, como en la propiedad de dos plantas de la calle Traful 3715, mientras que en el edificio de Anchorena 1214 planteó un mural en el hall de entrada. En algunos casos, Brito continuó la figuración sintética de sus obras anteriores y, en otros, se volcó hacia una mayor abstracción, tendencia que también se refleja en las pinturas de la época. Asimismo continuó empleando materiales cerámicos, dado que para los muros situados en espacios de alto tránsito y exposición resultaban muy adecuados. En Anchorena planteó una figura en primer plano que, con su flauta y una paloma, evoca a un ángel músico. El diseño de los paneles cerámicos de la casa de Traful se basa en el empleo de una trama abstracta con una grilla ortogonal de fondo y acentos de color (según se observa en los cartones preparatorios), dentro de la cual ubicó algunas figuras muy sintéticas. Todo el mural está formado por un conjunto de planos rectangulares esmaltados e interconectados entre sí a través de una red de líneas negras.

Más tarde recibió un encargo más ambicioso: las decoraciones de la Galería Le Boulevard, ubicada en la Avenida Rivadavia 6743, del barrio porteño de Flores. Para esta obra diseñó algunos murales en los corredores comerciales y un friso de 2,8 metros de alto que circunda un tambor central de 113 metros de circunferencia. En el acceso por Rivadavia realizó un mural cerámico que superpone una composición abstracta y otra figurativa. Por un lado, en el fondo ubicó una escena con dos figuras humanas y un caballo y, sobre ella, otra composición de color plano y formas irregulares. En el acceso por la calle Yerbal realizó un dibujo con líneas blancas esgrafiadas y unos pocos acentos de color, que se destacan sobre el plano negro del muro. La composición del área central se organiza mediante una grilla de filiación torresgarciana. Los temas se basan en los cuatro elementos (tierra, aire, agua, fuego), el hombre y la creación. Las pocas figuras y objetos que simbolizan estos temas fueron rigurosamente seleccionados y tratados de modo muy sintético, al punto que se presentan casi convertidos en signos y, en cada sector reservó un espacio para las palabras que los designan.

Vistas de los murales sitos en el edificio de Anchorena 1214; la residencia de Traful 3715 (con cartón preparatorio)


Murales de la Galer铆a Le Boulevard, Buenos Aires. Vistas y cart贸n preparatorio


Fragmento del mural de la rotonda central de la Galería Le Boulevard

Todo el conjunto que circunda la rotonda se articula a través de una estructura compartimentada trazada con potentes bandas negras que reciben tanto la trama ortogonal como las figuras simbólicas delineadas en blanco, mientras que a los fondos les corresponden colores primarios. Los trabajos, realizados con los materiales al fresco, fueron concluidos por Brito en 1961, con la colaboración del equipo formado por Coli, Saa, Batistin, Rocha y Rodríguez. En agosto de 1960 Gurvich formó pareja con Julia Añorga y ambos decidieron hacer una visita a Buenos Aires, donde fueron hospedados por la familia Brito que vivía en un barrio jardín situado en El Palomar. Durante un período los amigos compartieron sus preocupaciones artísticas y, mientras Brito diariamente partía para pintar en Flores, Gurvich pintó un conjunto de trece obras sobre maderas con la intención de exponer en Buenos Aires. Aunque ese esfuerzo no encontró eco en las galerías de arte porteñas, al finalizar la visita Gurvich obsequió una pequeña tabla al matrimonio con una dedicatoria en la que escribió: “Para Lola y Jorge este recuerdo… que trata de cantar la música de la canción silenciosa”. 8

En este período, los dibujos y las pinturas de caballete de Brito circularon en Buenos Aires y Montevideo. Por un lado, Rafael Squirru, Director del Museo de Arte Moderno porteño, lo convocó para participar en la Primera Exposición Internacional de Arte Moderno, organizada para inaugurar la sede de la institución en el edificio del Teatro General San Martín, sito en la Avda. Corrientes 1550. Por otro lado, en septiembre expuso en Montevideo su producción de 195960, lapso en el que se había ausentado. Además de celebrar el regreso de su obra a esa ciudad, la crítica de Celina Rolleri López señaló que en esos dibujos y pinturas Brito estaba logrando infundir un nuevo sentido dramático a su obra8.

Celina Rolleri López, “Pintura de Jorge Brito”, en Marcha, Montevideo, 2-9-60.

Mural esgrafiado en el acceso de la calle Yerbal de la Galería Le Boulevard, Buenos Aires


Caracas Si bien este período de retorno a Buenos Aires había sido de intenso trabajo, hacia 1962 Brito decidió trasladarse con su familia a Venezuela y se radicó en Caracas. Allí continuó desarrollando el arte mural vinculado, en este caso, al estudio de José Miguel Galia Acosta. También continuó experimentando con los materiales, ya que al empleo de cerámica sumó el metal y las resinas sintéticas. Incluso, entre los materiales de construcción trabajó directamente sobre el cemento, como en el caso de los grafismos que trazó sobre las paredes de cemento concreto del edificio de los Laboratorios Ponce y Benzo. También pintó un mural al temple en el local de la Editorial Salesiana y concibió cerramientos y vitrales para los trabajos que encaró en un edificio de Colinas de Bello Monte y en una casa de El Cafetal. No obstante, hacia 1968 se propuso vivir en Europa. Aunque el tránsito de Brito hacia el continente europeo tuvo un período exploratorio que lo llevó por algunas ciudades de España, Italia y Francia, finalmente, optó por radicarse en París.

Escultura en terracota en proceso de trabajo en su taller

8

Jorge Brito, en Bulletin Club français de la medaille, n 66-7, París, 1980, pp.156-7.

París En esta ciudad, además de los trabajos en dibujo y pintura, desarrolló una importante producción de grabados, en los cuales a pesar de su rudimentaria prensa, inventaba técnicas para intercambiar las áreas coloridas, según nos ha referido Aguiar. Lentamente fue superando las dificultades para integrarse en esa comunidad artística, sus grabados comenzaron a circular –logrando buena aceptación en el mercado alemán– y, en el medio cultural francés, Brito integró el grupo de artistas de las galerías Maître Albert y Valmay. En el tránsito de Latinoamérica hacia Europa, los desarrollos sobre el plano del muro fueron cediendo el lugar al volumen, dentro de una línea de trabajo minuciosa y reflexiva. Acerca de esas búsquedas, en una entrevista declaró “partiendo de formas monumentales y declamatorias, dirigidas hacia afuera para ir al encuentro de la pequeña obra, del objeto de culto volcado hacia el interior, llegué a la visualización de la medalla como concepto y como objeto”9.

[Sin titulo], c. déc 1960 Tinta sobre papel, 75 x 46 cm


En este período sus terracotas resolvieron muchos de los desafíos que ya se había impuesto sobre el plano del papel o de la tela. Si en las pinturas, dibujos y grabados construía el espacio con pantallas sucesivas que –penetrando en profundidad– superponían escenas fragmentadas o figuras veladas, la tridimensionalidad de la escultura le permitió desplegar el desarrollo del tema en todos sus lados. Además, desde finales de los años 70 hasta los 90 muchas de sus tallas fueron seleccionadas para integrar las ediciones de la Monnaie de Paris y, en ese espacio de creación, su poética tomó un nuevo impulso. Por un lado, encontró un área de trabajo donde podía establecer vinculaciones entre la plástica y el mundo literario y, por otro, aunque estrecho, el espacio de esas pequeñas esculturas le abría nuevas oportunidades para replantearse y profundizar ciertos temas. Personajes emblemáticos de la literatura clásica, escritores o pensadores destacados a través de la historia constituyeron el motivo central de muchas de las obras elegidas para ser fundidas con un tiraje limitado. Así Hamlet o Fausto, Kakfa, Albert Camus, Rilke e, incluso, Simone Weil encarnaron cuestionamientos que siempre lo habían preocupado. También integraron esos catálogos –y se exhiben periódicamente en la sala del Club de la médaille française– obras que focalizaron aspectos como la ilusión, el misterio, la soledad o la melancolía, siempre presentes en sus trabajos sobre el plano.

BOTELLAS AL MAR El guión curatorial de Jorge Brito, a través del misterio intenta penetrar en ese mundo que el artista fue construyendo en clave de enigma, mundo de misterios que –como los mensajes echados en una botella al mar– esperan ser develados según el azar del hallazgo. El relato visual de la exposición se despliega tanto sobre el plano del papel como en el volumen de las esculturas modeladas en terracota o fundidas en bronce en sus últimos años de producción. La muestra integra los desarrollos sobre el muro que lo condujeron –como él mismo expresó– al reencuentro con el formato pequeño de esas medallas-objeto. También se incluye un sector de documentación que testimonia sus intereses juveniles y los intercambios en el medio cultural latinoamericano y parisino. El guión curatorial de la exposición se apoya en la obra producida por Brito desde los años 70, período en el cual su poética incorporó cierto expresionismo, sin perder la impronta constructiva, así como sus pinturas y dibujos combinaron figuración y abstracción. En rigor, los trabajos maduros de este artista resolvieron las dicotomías expresionismo/constructivismo y abstracción/figuración en la densidad de la propia imagen. La complejidad de sus composiciones exige una lectura minuciosa, una lectura dispuesta a detenerse una y otra vez para penetrar entre veladuras y planos abstractos,

pasando del orden a la confusa superposición de simbolismos. La mirada y la dimensión ilusoria de la imagen fueron preocupaciones recurrentes para este artista y el espejo fue un aliado activo, presente en la iconografía que llevó tanto al plano como al volumen. En este sentido, la medalla-objeto Image secrète (1983) incluyó dos espejos, uno dirigido hacia lo que la mirada observa y, el otro escondido, dirigido hacia lo que se oculta de la mirada. En el caso de Paradoxe du miroir (1986) Brito redobló el uso del recurso y –aprovechando las tres dimensiones de la escultura– situó en el anverso de la obra a un bufón mirándose en un espejo, mientras en el reverso, la imagen reflejada por ese mismo espejo convierte al bufón en la figura de un rey. Así la imagen y su contra-imagen, el simulacro, lo representado, la auto-representación y las distorsiones entre la imagen y lo imaginado son los dilemas que motivaron su reflexión y recorren el corpus de obras que presentamos. Muchas tintas y acuarelas se situaron tras bambalinas y en un ambiente poblado por arlequines, payasos y bufones, personajes que aluden al artificio y al absurdo posando frente al espejo con sus típicos maquillajes, máscaras y vestuarios. Gran admirador de James Ensor –según ha recordado Aguiar– en este período adoptó las máscaras habituales en la obra del maestro belga, que también le permitían desdoblar mordazmente sus interpretaciones.

Paradoxe du miroir (1986) Medalla de bronce, 16 x 12,5 cm Edición fundida por la Monnaie de Paris


La figura humana, sin duda, recibió un tratamiento especial en la obra de Brito y la belleza femenina también se ubicó frente al espejo. En el dibujo en grafito de una mujer con un pájaro sobre su cabeza multiplicó las trampas de la mirada, ya que al reflejarse el ave se transforma en un bouquet de flores. En el juego entre realidad e ilusión, el pájaro acerca su pico a la imagen de esas flores y la imagen de mujer reflejada en el espejo extiende su brazo para tocar una bola que representa una esfera ocular, nuevo guiño que explicita la centralidad de la mirada. Dibujante singular, la precisión y las calidades de su línea encontraron en el cuerpo femenino una fuente de gracia aunque, en algunos casos, ese alarde de elegancia se inscribe en situaciones de extrañamiento, que parecen dejar en suspenso la lógica para abrirse a las soluciones mágicas de magos o prestidigitadores. Los escenarios donde aparecen esas figuras inquietantes están rodeados por una profusa iconografía esotérica: pájaros y huevos, dados y cartas, cubos, esferas y números componen un lenguaje cifrado que se dirige a un lector iniciado y dispuesto enfrentarse a lo oculto. Ciertas escrituras, fórmulas matemáticas y proyecciones geométricas parecen trazar las coordenadas de orientación en ese enmarañado mapeo de símbolos que; sin embargo, mantiene un alto grado de hermetismo. Observador agudo de la realidad, Brito cuestionó permanentemente el lugar de la mirada y construyó una imagen perturbadora que se desliza sobre el filo impreciso que separa la realidad de su imagen. Posiblemente por eso en sus obras maduras dio un lugar preferencial a las contradicciones que evidencian las fisuras de nuestra propia existencia. Concibió, entonces, un mundo enigmático, lleno de interrogantes, porque para él ese misterio era, paradójicamente, la única realidad.

[Sin título], c. déc ‘70 Grafito sobre papel, 64 x 46 cm




[Sin tĂ­tulo], 1972 Tinta sobre papel, 75 x 53 cm

[Sin tĂ­tulo], 1973 Tinta sobre papel, 62 x 42,5 cm


[Sin tĂ­tulo], 1978 Tinta sobre papel, 66 x 51 cm


Hamlet, 1978 Medalla de bronce, 12,2 x 11,5 cm Edición fundida por la Monnaie de Paris

L’oiseau solitaire, 1983 Medalla de bronce, 13 x 13,5 cm Edición fundida por la Monnaie de Paris


[Sin tĂ­tulo], 1972 Tinta sobre papel, 75,5 x 53 cm


[Sin tĂ­tulo], 1978 Tinta sobre papel, 75 x 52 cm

[Sin tĂ­tulo], 1972 tinta sobre papel, 75x 52 cm


[Sin tĂ­tulo], c. 1978 Tinta sobre papel, 75,5 x 53 cm

[Sin tĂ­tulo],1973 Tinta sobre papel, 58 x 42 cm


[Sin título], c. déc. ‘70 Grabado sobre papel, 33 x 24,5 cm

[Sin título], c. déc. ‘70 Grabado sobre papel, 32,5 x 25 cm


Image secrete, 1983 Medalla-objeto de bronce, 20 x 17 cm Edici贸n fundida por la Monnaie de Paris


[Sin tĂ­tulo], 1962 Acuarela sobre papel, 64 x 53 cm

[Sin tĂ­tulo], 1964 Grafito sobre papel, 101 x 70 cm


[Sin tĂ­tulo], 1971 Tinta sobre papel, 75 x 53 cm


[Sin tĂ­tulo], c. 1968 Tinta sobre papel, 66 x 48 cm

[Sin tĂ­tulo], 1972 Tinta sobre papel, 65 x 50 cm


[Sin tĂ­tulo], 1968 Tinta sobre papel, 66 x 48 cm


[Sin título], c. déc. ‘70 Grabado sobre papel, 40 x 30 cm

[Sin título], c. déc. ‘70 Grabado y gofrado sobre papel, 50 x 32,5 cm


[Sin título], c. déc. ‘70 Grabado sobre papel, 50 x 32 cm


[Sin tĂ­tulo], c. dec. ‘70 Grabado sobre papel, 50 x 32,5 cm


[Sin título], c. déc. ‘70 Grabado sobre papel, 46 x 32 cm

[Sin título], c. déc. ‘70 Grabado sobre papel, 63 x 41 cm


[Sin título]; 1977 escultura en terracota, 15 x 12 x 7 cm

[Sin título], c. déc. ‘70 Grabado sobre papel, 50 x 32,5 cm



[Sin título], c. dec. ‘70 Grabado sobre papel, 50 x 32,5 cm

[Sin título], c. dec. ‘70 Grabado sobre papel, 50 x 32,5 cm


[Sin título], c. dec. ‘70 Grabado sobre papel, 50 x 32 cm

[Sin título], c. déc. ‘70 Grabado sobre papel, 50 x 32 cm


[Sin tĂ­tulo], 1971 Tinta sobre papel, 67 x 51 cm

[Sin tĂ­tulo], 1971 Tinta sobre papel, 67 x 51 cm


[Sin tĂ­tulo], 1973 Tinta sobre papel, 50 x 35 cm


[Sin tĂ­tulo], 1984 Tinta sobre papel, 68 X 57 cm


[Sin tĂ­tulo], 1989 Terracota patinada, 19 x 18,8 x 19 cm


CRONOLOGIA BIOGRAFICA

1944 Se trasladó a la ciudad argentina de Córdoba, donde conoció a la profesora de dibujo Lola Altamira (Granada, España, 1924-Buenos Aires, 2008), con quien formó pareja.

1925 Jorge Brito nació en Buenos Aires el 11 de junio. 1938-41 Estudió en la Escuela Nacional Bellas Artes Manuel Belgrano.

1945 Junto al joven estudiante cordobés Antonio Pezzino viajó a Montevideo. Al principio Pezzino y Brito se instalaron en una pieza ubicada en las calles Durazno y Convención, muy cerca de donde vivía José Gurvich y, después, se establecieron en el taller que Manuel Aguiar tenía en Pocitos. Fue estrechando vínculos con varios integrantes del Taller Torres García. Más tarde llegaron Lola y su pequeño hijo Cristian.

1947 Uno de los retratos enviados al XI Salón Nacional de Pintura y Escultura de la ROU obtuvo el Premio al Artista Extranjero, Medalla de Plata. Realizó su primera exposición individual en el Club Libertarios de Montevideo. En el marco de su muestra dictó la conferencia “Dos corrientes en la pintura abstracta”.

A. Pezzino, J. Brito, Lola Altamira y J. Gurvich

1942 Ingresó en la Escuela Nacional de Artes Decorativas Prilidiano Pueyrredón. En septiembre firmó el Manifiesto de Cuatro Jóvenes, junto a Claudio Girola, Alfredo Hlito y Tomás Maldonado. Abandonó sus estudios en la Escuela Prilidiano Pueyrredón.

1948 Entre el 30 de enero y el 8 de febrero participó en la Exposición de Pintores Uruguayos, realizada en el Casino Míguez Hotel, Punta del Este. 1950 Fue nombrado Profesor de diseño aplicado en la Escuela Industrial del Uruguay. Inició sus experiencias en cerámica.

1943 Atraído por las enseñanzas de Joaquín Torres García viajó a Montevideo. Se acercó al Taller pero no formó parte de él.

1951 Su óleo Pintura obtuvo el Premio London-París, Medalla de Bronce otorgado por el XV Salón Nacional de Pintura y Escultura de la ROU. 1952 Fue designado Director de la Escuela Departamental de Artes de la ciudad uruguaya de Melo. A. Pezzino y J. Brito en la Plaza Independencia de Montevideo


1953 En mayo disertó sobre “El espectador y el arte” en el 1er. Ciclo de Actos Culturales y Artísticos organizados por el Club Unión de Melo. En Melo (R.O.U.) nació Pablo, su segundo hijo. Participó en el XVII Salón Nacional (ROU) con sus óleos Los amantes y El Cristo. Presentó una muestra individual de pintura en Amigos del Arte de Montevideo.

Brito y un grupo de asistentes a la sala de Amigos del Arte

1954 Realizó tres murales en la ciudad de Montevideo, entre ellos un relieve cerámico en un edificio construido por el Arq. Vaz Nadal. 1956 Obtuvo el premio en el concurso organizado por el Ministerio de Instrucción Pública de Uruguay para la decoración mural de la Escuela de Práctica nº 2 “Cervantes”, ubicada en la calle Soriano 1658 de Montevideo.

Brito trabajando en la Escuela Cervantes

En agosto, su óleo Los cómicos obtuvo el Premio Artistas Extranjeros – Medalla de Plata en el XX Salón Nacional de Artes Plásticas de la ROU. Falleció su hijo Cristian. 1958 Regresó a la Argentina y continuó su obra. La familia se instaló en el barrio jardín El Palomar, donde nació Cristina, su tercera hija. Dictó la conferencia “Arte y sociedad” en la Facultad de Arquitectura de Buenos Aires. 1959 Diseñó el afiche para la puesta teatral de Hamlet, dirigida por Miguel Bebán en el Teatro Lassalle de Buenos Aires. Se vinculó a los Arq. Mauricio Rantz y Rodolfo Cortegoso, con quienes realizó un mural en cerámica esmaltada en el hall del edificio de la calle Anchorena 1214. Realizó escenografía, cerámica, ilustración y diseño industrial.

1960 Recibió el encargo y comenzó los trabajos para decorar la Galería Le Boulevard, ubicada en la Avda. Rivadavia al 6800 del barrio de Flores en Buenos Aires, donde proyectó un friso para la rotonda central y murales planos en los accesos desde las calles Yerbal y Rivadavia. José Gurvich y su esposa Totó viajaron a Buenos Aires y se alojaron en su casa de El Palomar. Allí Gurvich pintó una serie de tablas constructivas. En septiembre realizó una exposición de pinturas y dibujos de los años 1959-60 en la Galería “Grupo 8” próxima a la Plaza Cagancha de Montevideo. Fue seleccionado por Rafael Squirru y participó en la Primera Exposición Internacional de Arte Moderno inaugurada el 12 de octubre en la sede del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

Afiche de Brito para Hamlet, 1959

Portadaa del Portada Portad del catálogo catálo cat álo de la Primera Pri Exposición Internacional de Arte Moderno, 1960 Las obras premiadas en el Salón Nacional, El Diario, Montevideo, 18-8-56


CRONOLOGIA BIOGRAFICA

1961 Finalizó un friso realizado con revoques al fresco sobre una superficie de 113 metros de longitud por 2.8 m de altura para la Galería Le Boulevard, proyecto de los arquitectos Rantz y Cortegoso. Los trabajos contaron con la colaboración de Coli, Saa, Batistin, Rocha y Rodríguez. También diseñó y ejecutó el mural en cerámica esmaltada de la residencia de la calle Traful 3715. El 11 de noviembre dictó la conferencia “Las aproximaciones a un concepto de decoración plástica” en el Aula Magna de la Facultad de Arquitectura, organizada por el Centro de Estudiantes de Artes Plásticas y el Centro de Estudiantes de Arquitectura. Portada del catálogo de la exposición del Salón de Lectura de la Plaza Bolívar, 1971

1973 En París nació su hijo François. Brito trabajando en un mural

1962 Se radicó en Caracas, donde volvió a alternar la pintura de caballete con la obra mural. Realizó un mural de cemento concreto tratado con grafismos en hierro y elementos cerámicos, en el edificio de los Laboratorios Ponce y Benzo. Pintó un mural al temple en el local de la Editorial Salesiana. Concibió y produjo el gran cerramiento en hierro del edificio de Colinas de Bello Monte (proyectado por el arquitecto José Miguel Galia Acosta). Diseñó y realizó un vitral de resinas acrílicas para una casa-habitación de El Cafetal. 1964 Participó con tres obras en el I Salón de Artistas Jóvenes de Latinoamérica, organizado por la Unión Panamericana en el Museo de Bellas Artes de Caracas.

1976 Entre el 21 de octubre y el 12 de noviembre exhibió esculturas en la Galerie Doddoli de París. 1977 Entre el 3 y el 26 de noviembre participó en la exposición de diez artistas rioplatenses realizada en la Galería Maître Albert de París, junto a C. Carrá, Deira, Gamarra, Krasno, Marcos, Martínez, Novoa, Vanarsky y Vermijian. Brito expuso su trabajo escultórico en bronce de pequeño y mediano formato.

Galería Maître Albert de París,

1968 Viajó a Europa. En los primeros tiempos recorrió España, Italia y Francia y, luego, se instaló definitivamente en París. 1970 En París, se reencontró con su amigo Manuel Aguiar, también radicado en esa ciudad. Tarjeta de invitación a lla Galerie Doddoli de París, 1976 19

1971 En el marco del Plan Cultural Caracas, expuso pintura de caballete y bocetos de murales en el Salón de Lectura de la Plaza Bolívar y dictó la conferencia titulada “Problemas de la Plástica”. Formó pareja con Blandine Deboeuf.

1978 Realizó la medalla Hamlet –fundida en bronce, de 122 x 115 mm– para la Serie Fontes Fines, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 58 - Monnaie de Paris. Realizó la medalla Violence Du Temp (Hommage à Simone Weil) –fundida en bronce, 160 x 150 mm– para la serie Grandes Fontes, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 61 Monnaie de Paris. Realizó la medalla Faust –fundida en bronce, de 130 x 134 mm– para la Serie Grandes Fontes, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 59-60 - Monnaie de Paris.


Galería Maître Albert de París, 1979

1986 Formó pareja con Anne Guglielmetti. Realizó la medalla-objeto Paradoxe du miroir –fundida en bronce de 160 x 125 mm–para la Serie Grandes Fontes, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 92 - Monnaie de Paris.

1979 baEntre el 1 y el 24 de marzo expuso sus trabaGa jos en la Galería Maître Albert de París. En la misma ciudad exhibió grabados, dibujos y pinturas en Forum, Galerie d’Art, entre el 7 de marzo y el 7 de abril. Realizó la medalla Du jeu des masques –fundida en bronce, de 170 x 93 mm– para la Serie Grandes Fontes, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 65 - Monnaie de Paris.

Interior del taller de Brito en París

1980 Entre el 7 de febrero y el 4 de marzo presentó dibujos en la exposición colectiva organizada por la Galerie Valmay de Paris. Realizó la medalla Hommage à Kafka –fundida en bronce, de 170 x 130 mm– para la Serie Grandes Fontes, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 68 - Monnaie de París. 1983 Realizó la medalla Image secrète –fundida en bronce, de 200 x 170 mm– para la Serie Grandes Fontes, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 81 - Monnaie de Paris. Realizó la medalla Un oiseau solitaire –fundida en bronce, de 13 x 13,5 cm por la Monnaie de Paris, en homenaje a San Juan de la Cruz.

1984 En enero participó en la exposición colectiva Rumeurs d’hiver, organizada por la Galerie Valmay. El colectivo de artistas se completó con: Brenta, de Castro, Delisle, Drai, Janine Frossard, Gryska, Hettner, de Kermoal, Lacroix, Laforest, Mandeville, Mayo, Mirem, Murique, Panasiuk, Sterling, Teillac, Wieckowski, Wierusz. Realizó la medalla-objeto L’homme et le mystère –fundida en bronce, de 120 x 110 mm– para la Serie Grandes Fontes, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 82-83 - Monnaie de Paris. Realizó la medalla L’illusion d’être –fundida en bronce, de 110 x 95 mm– para la Serie Grandes Fontes, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 85 - Monnaie de Paris. Realizó la medalla Antonio Machado –fundida en bronce, de 68 mm– para la Serie Efigies, Poetas del Siglo XX, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 86-7 - Monnaie de Paris. Con esta medalla participó en la exposición Médailleurs espagnols et français, realizada en el mes de noviembre en la Casa de Velázquez. 1985 Realizó la medalla-objeto Point Oméga –fundida en bronce, de 140 x 115 mm– para la Serie Grandes Fontes, publicada en el Bulletin Le club française de la médaille nº 86-7 - Monnaie de Paris.

1987 Realizó la medalla El Tango –fundida en bronce, de 200 x 140 mm– publicada en la Revue vue de la Médaille d’Art Métal Pensant - Monnaie de Paris.

1988 Participó en Paris/Prague. L’art et les artistes vus à travers la médaille et la sculpture du XXe siècle, presentada entre el 15 de marzo y el 30 de abril en la Monnaie de Paris. 1990 Realizó la medalla Ange musicien –fundida en bronce, de 220 x 90 mm–, publicada en la Revue de la Médaille d’Art Métal Pensant - Monnaie de Paris. Realizó la medalla Hommage à Rilke –fundida 100 x 100 mm–, publicada en la Revue de la Médaille d’Art Métal Pensant - Monnaie de Paris. En esta época también realizó Initiation au vol y Retour du fils prodige. 1991 Realizó la medalla Sonnet de la mélancolie –fundida en bronce de 100 mm– publicada en la Revue de la Médaille d’Art Métal Pensant - Monnaie de Paris. 1996 Falleció en París el 17 de febrero.


CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN [Sin título], 1973. Tinta sobre papel, 62 x 42,5 cm [Sin título], c. 1973. Tinta sobre papel, 58 x 42 cm [Sin título], 1972. Tinta sobre papel, 75 x 53 cm [Sin título], c. 1978. Tinta sobre papel, 75,5 x 53 cm [Sin título], c. déc. ‘70. grabado sobre papel, 33 x 24,5 cm, grabado sobre papel, P/A, 33 X 24,5 [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado sobre papel, 32,5 x 25 cm Image secrete, 1983. Medalla-objeto editada por la Monnaie de Paris. Bronce fundido, 20 x 17 cm [Sin título], 1978. Tinta sobre papel, 66 x 51 cm [Sin título], 1968. Tinta sobre papel, 66 x 48 cm [Sin título], 1968. Tinta sobre papel, 66 x 48 cm [Sin título], 1972. Tinta sobre papel, 65x 50 cm [Sin título], 1972. Tinta sobre papel, 75x 52 cm [Sin título], 1978. Tinta sobre papel, 75 x 52 cm L’oiseau solitaire, 1983. Medalla de bronce, 13 x 13,5 cm. Edición fundida por la Monnaie de Paris [Sin título], 1989. Terracota patinada, 19 x 18,8 x 19 cm Hamlet, 1978. Medalla de bronce, 12,2 x 11,5 cm. Edición fundida por la Monnaie de Paris

GALERÍA ARCIMBOLDO [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado sobre papel, P/A, 50 x 32,5 cm [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado sobre papel, P/A, 46 x 32 cm [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado sobre papel, 96/100, 63 x 41 cm [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado sobre papel, 40 x 30 cm [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado sobre papel, P/A, 50 x 32,5 cm [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado y gofrado s/papel, 50 x 32,5 cm [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado sobre papel, 50 x 32,5 cm [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado sobre papel, P/A, 50 x 32 cm [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado sobre papel, 50 X 32,5 cm [Sin título], c. déc. ‘70. Grabado sobre papel, 50 x 32 cm [Sin título],1964. Grafito sobre papel, 101 x 70 cm [Sin título], 1971. Tinta sobre papel, 75 x 53 cm [Sin título], 1962. Acuarela y tinta sobre papel, 64 x 53 cm [Sin título], c. déc. ‘60. Tinta sobre papel, 75 x 46 cm [Sin título], 1971. Tinta sobre papel, 67 x 51 cm [Sin título], 1971. Tinta sobre papel, 67 x 51 cm [Sin título], 1984. Tinta sobre papel, [Sin título], c 1973. Tinta sobre papel, 50 x 35 cm [Sin título], 1972. Tinta sobre papel, 75,5 x 53 cm [Proyecto para autorretrato], c. 1953. Acuarela sobre papel, 38,5 x 48 cm [Sin título], c. déc. ‘70. Grafito sobre papel, 64 x 46 cm [Sin título], 1977. Escultura en terracota, 15 x 12 x 7 cm



Centro cultural de la Cooperacion Sala Abraham Vigo del 7 de marzo al 14 de abril Av Corrientes 1543 Ciudad de Buenos Aires

Arcimboldo del 8 de marzo al 4 de abril Reconquista 761 Planta Baja 14 Ciudad de Buenos Aires


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