EL DESALOJO DEL ZÓCALO
José Antonio Almazán G. Jubilado del SME 3 de septiembre de 2011
Cumplidos los 6 meses del plantón del SME en el Zócalo y en tránsito de convertirse y crecer como el campamento de los indignados de México, se ha convertido en la ventana nacional e internacional que lo mismo exhibe la avanzada descomposición del régimen calderonista que el creciente oleaje del descontento y la protesta social en México. Debido a ello, desde hace varias semanas la “inteligencia fascista” del gobierno de Calderón inició los preparativos para el desalojo de los trabajadores electricistas del SME. Un primer paso consistió en abrir una campaña para denigrar a los trabajadores electricistas, acusándonos de “afear” el Zócalo, de ahuyentar el turismo, y de hacer una competencia desleal (ja,ja,ja y ja) a los comercios establecidos alrededor del Zócalo. A la par, algunos diputados del PAN, como el burro hablando de orejas, promovieron sendos acuerdos en la Asamblea Legislativa del D.F. para avalar el desalojo, “argumentando” violaciones a un conjunto de leyes y quebranto del estado de derecho. Así, mientras los medios desinformativos de la oligarquía se rompían las túnicas quejándose del daño que ocasionábamos a la economía nacional, el gobierno dio la orden de comenzar a concentrar las fuerzas del “orden público”, es decir la PFP, para repetir la hazaña del 10 de octubre cuando como vulgares delincuentes y aprovechando lo oscuro de la noche, tomaron por asalto y a mano armada más de 400 centros de trabajo de Luz y Fuerza, arrojando al desempleo a más de 44 mil trabajadores electricistas. La fecha clave era el 25 de agosto, pues Calderón, impedido de acercarse al Congreso de la Unión para entregar su 5º Infierno de gobierno, tenía planeado, al estilo de Don Porfi, celebrar el desastre nacional con una magna comilona el 2 de septiembre en Palacio Nacional, y por supuesto los “feos” del SME estorbábamos su proyecto. El plan original de desalojo contemplaba iniciar con actos de provocación en poblados electricistas como Juandho, Hidalgo y Necaxa, Puebla. Se trataba de montar escenarios, al estilo de San Salvador Atenco, con el avieso propósito de justificar la represión para que en espirales concéntricas la represión arribara al Zócalo y el desalojo apareciera casi como un hecho inevitable. Pero ni en Juandho ni en Necaxa los electricistas cayeron en la provocación, mientras la Comisión Nacional de los Derechos Humanos hacía acto de presencia a solicitud expresa del SME. En el mismo Zócalo y a altas horas de la noche se fueron incrementando los patrullajes de la PFP. Mientras en el día los burdos agentes de Gobernación, descaradamente filmaban y tomaban fotos a granel para amedrentar y darle sentido a los reportajes de que solo éramos unos pocos. A la par y para maquillar la represión en ciernes Gobernación fingió que estaba dispuesta a Dialogar, arrojando como carnada la Toma de Nota de 26 puestos de la dirección del SME. Sin embargo, dos acontecimientos fracturaron los planes del gobierno. Por un lado la magna asamblea general extraordinaria del SME del 23 de agosto a la que asistieron más de 25 mil electricistas, que desde las 4 de la tarde comenzaron a llegar al Zócalo, mostrando su inquebrantable decisión de luchar hasta el final. La presencia masiva del SME hizo añicos el plan represivo de Calderón. La voluntad indomable de los Smeitas se expresó en los acuerdos de demandar un diálogo público y las exigencias de regreso inmediato a laborar de todos los
trabajadores que NO se han liquidado, la libertad inmediata de los presos políticos electricistas, el descongelamiento de las cuentas bancarias del SME y la toma de nota. Como anécdota quedan los flashazos y luces de las cámaras fotográficas y de video que los espías de Calderón lanzaban desde Palacio Nacional que no daban crédito a lo que sus ojos contemplaban y temerosos de los arranques neuróticos del espurio, acumulaban evidencias para mostrarle a Calderón que efectivamente no eran los 300 que ellos suponían. El atentado criminal en Monterrey termino de sepultar el plan original represivo de Calderón. A partir de esa tragedia, que tiene su origen en la decisión de los gobiernos del PAN de transformar a México en un Gran Casino para el lavado de los dineros del narcotráfico, los reflectores internacionales se concentraron en México, marcando un parte aguas en la guerra fallida del espurio en contra de una parte de los Cárteles. En esas condiciones llevar a cabo la represión abierta y selectiva que la “inteligencia fascista” de Calderón había planeado hubiera sido el mayor desatino político de un gobierno al que técnicamente le restan solo 9 meses y 28 días de aquí al 1 de julio de 2012. Los días que faltan hasta llegar al 16 de septiembre serán claves y decisivos. La presencia multitudinaria en la Cámara de Diputados que obligadamente tendrá que discutir y votar la Iniciativa del SME para crear un nuevo organismo público eléctrico en la zona centro del país. La unidad interna, el fortalecimiento del plantón de los Mexicanos Indignados en el Zócalo, la suma con otras muchas luchas a nivel nacional, serán definitivos para terminar de derrotar la intención represiva de Calderón y abrir la vía para una solución al conflicto generado por el ilegal e inconstitucional decreto de extinción de Luz y Fuerza del SME. Nos ha tocado encabezar una de las luchas populares y obreras más importantes de las últimas décadas, en defensa de los derechos obreros plasmados en el artículo 123 de la Constitución y en defensa de la soberanía nacional en materia energética, hoy amenazados por la oligarquía y los vende patrias. Honremos a los héroes que nos dieron patria, a Hidalgo, Morelos, a Juárez, a Villa, Zapata; a nuestros fundadores como Ernesto Velasco, a quienes debemos honra y derechos contractuales como Breña Alvirez. Nuestra larga lucha de resistencia de casi dos años nos ha dado frutos tangibles ante el Pueblo de México. Hoy somos un referente social y político innegable a nivel nacional e internacional de decenas de millones de Mexicanos Indignados frente a la barbarie de un gobierno fascistoide y de vende patrias. La razón jurídica e histórica nos asiste y la Constitución nos ampara. La dignidad del SME brilla en todo su esplendor en el Zócalo de la Ciudad de México. Somos los orgullosos descendientes de un Sindicato indomable que ha sido factor importante de los grandes cambios en México. La Victoria está cerca. El SME y el Pueblo Indignado de México se queda y Calderón se va. ¡Venceremos!