Elecciones 2016 Quien ganó, quien perdió
El gran perdedor: el PRI y Enrique Peña Nieto. El ganador: las alianzas sin principio. La sorpresa: MORENA. José Antonio Almazán Glz Jubilado del SME Cred 69535 7 de junio de 2016 Con un PRI envejecido y en declive, cuyo voto duro ha venido disminuyendo en las últimas elecciones, y un PAN en declive menos pronunciado y temeroso de perder su segundo sitio a nivel electoral, el
recurso de las alianzas sin principio, tanto de PRI, pero más claramente del PAN-‐PRD en las elecciones del 2016, nos muestran una de los herramientas electorales del que harán uso los partidos políticos frente al cercano 2018: las ALIANZAS. No es casual. El binomio de los partidos de la oligarquia, el PRIAN, se prepara desde ahora a enfrentar la irrupción de MORENA en el caduco sistema político de partidos, para frenar las legítimas aspiraciones presidenciales de Andrés Manuel López Obrador que va por la tercera y la vencida. El enemigo a vencer para la oligarquía y el PRIAN es MORENA, que nadie se engañe. El PRI pierde Quintana Roo, Durango, Tamaulipas, Veracruz (bastiones de su voto duro desde 1929), Aguascalientes y Chihuahua. Conserva Hidalgo, recupera Oaxaca y Sinaloa en alianza, mantiene Tlaxcala y Zacatecas también en alianza. De las cinco gubernaturas que gana el PRI todas son en alianza. El gran perdedor es, sin duda alguna, ENRIQUE PEÑA NIETO. La sociedad mexicana le está pasando la primera factura frente a los escándalos de corrupción y mal gobierno. El 2018, más cercano de lo que se creía, no pinta nada bien para el PRI y Peña Nieto. El descontento social continuará creciendo en el mar turbulento de una crisis económica que no mengua y de unas contrarreformas estructurales (fiscal, laboral, educativa, energética, etc) que no funcionan, mientras la pobreza, los bajos salarios, inseguridad y desempleo campean en todo el territorio nacional. El PAN gana en Puebla, Durango, Quintana Roo y Veracruz en alianza. Gana en Aguascalientes, Tamaulipas, Chihuahua y pierde en Sinaloa. De las 7 gubernaturas del PAN, 4 son en alianza, tres con el PRD y una con el PT y Nueva Alianza. El PRD continúa desfondándose y como náufrago se aferró a la tablita de las coaliciones, brindándole al PAN el apoyo suficiente para ganar en Durango, Quintana Roo y Veracruz, permitiéndole capitalizar el hartazgo social frente a la corrupción de los gobernadores del PRI. En Tamaulipas fue determinante el tema de la inseguridad y el narcotrafico en un estado gobernado por el PRI.
MORENA arrasó en la Ciudad de México pero con una baja votación resultado del bajo interés de la Constituyente para millones de capitalinos y del vacio de los otros partidos, salvo el PRD que recurrió a todas las triquiñuelas electorales. MORENA obtuvo un segundo lugar en Zacatecas frente a las coaliciones PRI-‐PVEM-‐Nueva Alianza y PAN-‐PRD , un tercer lugar en Oaxaca y Veracruz frente a las coaliciones PRI-‐PVEM-‐Nueva Alianza y PAN-‐PRD. Sin embargo es reconocible la baja votación de MORENA en estados como Aguascalientes, Chihuahua, Sinaloa, Tamaulipas y Tlaxcala, entre otros. Si estos resultados electorales fuesen rigurosamente decantados a partir de las votaciones de cada partido, tendríamos una votación muy cerrada entre el PRI, PAN, PRD y MORENA con una diferencia sustancial, mientras el voto del PRIAN y PRD viene en declive, el voto de MORENA sigue incrementándose. En una primera reflexión de los resultados electorales se desprenden varias cuestiones sujetas a una mayor discusión. 1. La necesidad de MORENA de construirse en los estados del norte del país, pero no solamente. 2. La urgente necesidad de fortalecer su estructura nacional como partido político, particularmente en lo que hace a la defensa del voto, pero ligándose a las crecientes movilizaciones sociales. 3. La necesidad de discutir una real política de alianzas, con organizaciones y sujetos políticos y sociales más alla de la fuerza específica de MORENA. Desde dos ángulos primordiales, ganar votaciones y construir una fuerza social y política capaz de transformar a México. Por ejemplo en Zacatecas, pero más claramente en Oaxaca una alianza con el PT le hubiera permitido ganar las elecciones y la alianza con el magisterio democrático de la CNTE llegó tardiamente. Posdata. El apoyo de un sector del SME de Necaxa a la candidatura del PAN para las elecciones a gobernador en el estado de Puebla es denigrante. Por tratarse del partido político que más nos atacó, satanizó y descalificó y cuyo presidente Calderón asestó al SME un golpe casi mortal con la extinción liquidación de LyFC. ¿Como puede llamarse a esa acción? Ahí se los dejo de tarea.