Revista Aguilas Verano 2012

Page 1





Sumario Edita: Excmo. Ayuntamiento de Águilas Concejalía de Turismo y Festejos Coordinación: Oficina de Turismo Colaboraciones: Luis Díaz Martínez; Juan de Dios Hdez. García; José María Hernández; Pepi Navarro Martínez; Juan José Troyano Matrán; José María Guillén Florenciano; Vicente Sicilia Tárraga; Juan Hdez. Calvo; Ángeles Castillo; Luis Pianelo Melenchón; Diego Calvo Galera; Pedro Morata; Fernando Lillo López; Francisco José Montalbán Rodríguez; Francisco Hdez. Terrones; Vicenta R. Navarro Salas; Esther Soto; Paqui López Piñero; Manuel Pereira Torregrosa: Manuel Fdez. Lloret; Pepi Lillo; Mª Dolores I. Espín; A.Navarro; Carmen Arcas Ruano; José Luis González Cobelo.

Fotografía e Ilustraciones: José Ignacio Martínez Navarro; Emilio Parra Cañas; Juan José Troyano Matrán; Enrique González; Félix Bernardino; Pato Valdespino; Alex Puyol; Juan Hdez. Calvo; José Antonio Consentino; Isabel Caparrós; César Cachón. El Ayuntamiento de Águilas no se hace responsable ni se identifica necesariamente con las ideas expresadas en los artículos del Libro de Festejos.

Fotografía de Portada: Pato Valdespino

Producción Editorial, Publicidad y Diseño: Paisaje Humano S.L. Calle Carlos III nº 6. 30880 Águilas (Murcia) Tel. 660 533 888 paisaje.humano@hotmail.com

Tirada: 7500 ejemplares

DL: MU-1750-2008

ISSN: 1695-5285

Saluda Pte. Comunidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7 Saluda Alcalde de Águilas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9 Virgen Dolores y Patronos Pedanías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .10 Reinas de las Fiestas 2011 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12 1812, Bicentenario del primer Ayto. de Águilas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .14 La Ruta del Ferrocarril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18 Escudo Castillo de San Juan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20 Águilas: Cuna de Deportistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .23 Concurso Fotográfico "Objetivo Águilas" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30 Amanecer en Águilas (Montcada i Reixac) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .32 Hágase la Luz (llegada de la energía eléctrica) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .34 Flora Aguileña (VI Capítulo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .40 Plaza de los Caños, Vivencias y Reivindicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .44 Colores del Rocío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .47 Águilas: Marco Ideal de Celebraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .49 Placetón: Pero quién fue el Dr. Fortún . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54 El Milagro del Esparto (Historia) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .58 Tradición Esparto: Los Moris . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .60 La Vuelta al Mundo en 80 Tiendas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .62 La Perla del Mediterráneo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .66 Carnaval de Águilas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70 Águilas: Paraíso del deporte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .72 Sonidos Perdidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74 X Aniv. Muerte de Salvador Jiménez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .78 Espacio Literario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .82 Juanico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88 Águilas y la Alegría de Vivir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .91 La Inglesa y el Pescador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92 Una Mirada Lejana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96 Cocina Aguileña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .98 Programa del Verano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .102



Saluda

del Presidente de la Comunidad Autónoma

L

a hermosa localidad costera de Águilas, uno de los principales enclaves turísticos de la Región de Murcia, vuelve, un verano más, a constituir uno de los destinos más solicitados y concurridos gracias a su privilegiado entorno natural, su variada impronta cultural y una envidiable climatología que permite la realización al aire libre de todo tipo de eventos en cualquier estación del año. Miles de veraneantes procedentes de los cuatro puntos cardinales de nuestra Comunidad Autónoma, del resto de España y del extranjero, volverán a disfrutar en sus aguas, sus costas y sus paradisíacos paisajes lo mucho y bueno que el municipio siempre ofrece a sus visitantes a lo largo del período estival. Unos meses repletos de momentos inolvidables gracias a la variada programación de fiestas y las diversas actividades de ocio y entretenimiento que refleja con todo detalle en sus páginas el libro 'Águilas, Verano 2012'. Una publicación que, con su tirada de 7.500 ejemplares, contribuye de manera fundamental a una mejor difusión y conocimiento de la variada agenda de actos, eventos e iniciativas de todo tipo que tanto animan el verano aguileño y le otorgan esa impronta tan especial que cada año llama a más gente a disfrutar y vivir en plenitud los innumerables atractivos que el municipio ofrece a cuantos lo visitan. Un año más, felicito al Ayuntamiento de Águilas por sumar una nueva edición a esta loable iniciativa escrita que tanto aporta en su doble faceta-como medio de difusión cultural y eficaz herramienta de promoción turística- al mejor conocimiento de la localidad y de sus gentes, cuya renombrada hospitalidad constituye el mejor testimonio Ramón Luis Valcárcel Siso Presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia

Águilas Verano 2012

7



Saluda

del Alcalde de Águilas

A

lcanzar un equilibrio justo entre tradición y evolución, entre identidad y apertura, es la máxima aspiración para un pueblo que se precie de serlo. Por diferentes razones, muchas localidades de España quedaron ancladas en el pasado, mientras otras perdieron sus raíces al sucumbir ante el espejismo del progreso. Águilas, en este sentido, tiene en sus manos la posibilidad de mantenerse fiel a su historia y a sus costumbres sin renunciar a su legítimo desarrollo. Y es que la conservación de nuestro patrimonio cultural no está reñida con el cambio; es más, la tradición misma es uno de los baluartes de nuestro potencial turístico. En definitiva, pasado y futuro pueden y deben caminar juntos para hacer de Águilas un pueblo aún mejor. Tienen en sus manos la edición del Libro del Verano 2012. Como podrán ver, sus páginas son un fiel reflejo de lo que decíamos. Romerías, cocina popular, arqueología, modos de vida, historia, deportes, poesía, relatos, turismo, celebraciones, rutas guiadas, o paisaje tienen cabida en la publicación, formando un todo que implica mucho más que la suma de sus partes. Esto es así gracias a la participación de los propios vecinos, que incondicionalmente aportan sus vivencias, sus reflexiones y sus imágenes, convirtiendo el Libro del Verano en un foro de experiencias compartidas. Pero además, es un libro que abre sus páginas al visitante, dándole las claves para conocer realmente cada aspecto de nuestro pueblo, de su patrimonio histórico y cultural, de sus fiestas, de sus pedanías, y por supuesto de sus gentes. Con la llegada del verano, Águilas entera sale a las calles, se presenta ante el mundo con su mejor cara: bulliciosa, alegre, abierta y acogedora. Bienvenidos a todos y disfruten de ella. Bartolomé Hernández Giménez Alcalde de Águilas

Águilas Verano 2012

9


Fotos Virgen de los Dolores: JosĂŠ Ignacio MartĂ­nez Navarro


Ă guilas Verano 2012

11




1812-2012 Bicentenario del primer

Ayuntamiento Constitucional de Águilas Texto: Luis Díaz Martínez (Cronista Oficial de Águilas y miembro correspondiente de la Real Academia de Alfonso X el Sabio de Murcia)

E

l pasado día 19 de Marzo, festividad de San José, se cumplió el segundo centenario de la primera Constitución española, conocida vulgarmente como "La Pepa". Esta primera Carta Magna señalaba que la Soberanía Nacional residía en el pueblo español, añadiendo que reconocía como legítimo rey de España a Fernando VII de Borbón que por entonces estaba preso en Bayona junto al resto de la familia real mientras que reconocía como nula la renuncia que Fernando hacía del reino de España a favor del Napoleón Bonaparte. Esta afirmación de "la Pepa" recono-

14

Águilas Verano 2012

ciendo que la soberanía nacional se hallaba en el pueblo y no en el Monarca, fue el motivo de enfrentamientos, a veces sangrientos, entre absolutistas y liberales. Los primeros seguidores del Rey y los segundos fieles a la Constitución. Estas luchas llenaron de luto las páginas siguientes del lamentable pasado del siglo XIX. Pero nos vamos a ceñir a las consecuencias positivas que tuvo en nuestro pueblo la proclamación de la Constitución de Cádiz. Para ello nos fijamos en el artículo 310 que versaba sobre el gobierno interior de las provincias y sus pueblos. Ordenaba que el conjunto de

poblaciones con más de mil habitantes debían de regirse por ayuntamientos propios, independientes de aquellos corregimientos que ejercían su soberanía. Como el poblado aguileño contaba con mil cien vecinos, la Junta de Defensa provincial de Murcia que se hallaba en Caravaca huyendo del expolio de los franceses, ordenó con fecha 23 de noviembre de aquel año 1812, “que el pueblo del puerto de Águilas sea declarado Ayuntamiento Constitucional independiente del municipio de Lorca". Dos días más tarde con gran alegría del vecindario se recibió la noticia que debido a las circunstancias adversas de haberse sumido el poblado en una mortal epidemia de fiebre amarilla,- la cual se llevó a la tumba a más de ciento veinte afectados,- no se llevó a cabo dicha erección del primer Ayuntamiento Constitucional de nuestra historia hasta el día 8 de diciembre, fiesta de la Purísima Concepción, "a causa de las malas epidemias que por desgracia hemos padecido en este pueblo", como anotaba el acta correspondiente. El evento lo presidió el coronel retirado del castillo de San Juan, Don Francisco del Rey, gobernador militar y político de la plaza de Águilas, por estar la nación entera en estado de guerra. El Comandante Jefe mandó que entre todos los comisarios que estaban presentes, eligieran ellos mismos los que debían formar el cabildo municipal independiente para regir los destinos del pueblo. Estos fueron los siguientes:


El sacerdote e hijo del añorado D. Antonio de Robles Vives, Don Antonio de Robles Moñino, 38 votos; Don Antonio Gris, 34; Don José López Mateos, 34; Don Pascual Gris, 28 y el Caballero Gobernador del Castillo, Don Francisco del Rey, 26. Hay que añadir que se hallaban entre los comisarios los provenientes de Pulpí, por pertenecer a nuestro territorio. Robles Moñino, levantó la suntuosa casa de la Huerta del Consejero en donde residió durante muchos años en este poblado y puerto. Al empezar la guerra de la

Independencia fue elegido comandante jefe de los voluntarios aguileños contra las tropas de Napoleón. Por los problemas que tuvo con el Regente de la Junta de Defensa de Lorca, dimitió de su cargo en la persona de D. Antonio Gris, posteriormente un fervoroso absolutista del Rey Fernando VII y el único que blasonaba ser de estirpe noble. La segunda compañía de voluntarios aguileños la mandaba D. Francisco Martín de Acuña, que rehusó ser partícipe de pertenecer al nuevo cabildo municipal, bien por decisión propia, o bien por no recabar los votos necesarios para ser elegido. Lo cierto es que en la sesión del 8 de

diciembre de aquel año 1812, festividad de la Purísima Concepción, antigua patrona del pueblo de Águilas, y del Reino de España, fue elegido alcalde por los mismos comisarios, el presidente de la Sanidad del puerto, Don José López Mateos, por renuncia de Robles Moñino en ocupar la alcaldía. Siendo concejales, el veterano Don Pascual Gris, que llevaba más de cuarenta años residiendo en la nueva población; Ginés Melenchón y Juan Guerrero, ricos labradores; Luis Carrasco y Antonio Pelegrín, hacendados en Pulpí, Ginés Antonio Romero Morales, destacado comerciante del pueblo; procurador general para defender los intereses del común , fue nombrado Don Pedro Sánchez Fortún Franco. Como depositario fue elegido D. Antonio Gris Martínez; y el antiguo boticario que ejercía como tal, Don Ginés Verdú, con el cargo de secretario. Esta junta del primer Ayuntamiento Constitucional se reunió en la desaparecida Posada Real, en unas de sus habitaciones que daban a la calle del Rey Carlos III, y que por desgracia fue echada abajo en la década de los años setenta del pasado siglo. ¿Qué nos queda de las Águilas del siglo de la Ilustración? Una vez constituido ayuntamiento


constitucional, transcurridos cinco días, los ediles acuerdan abolir todos los impuestos de los productos agrícolas que los fondos obtenidos de la Real Empresa que ellos pensaban que iban a parar a las arcas municipales. Muy equivocado estaba el Consistorio aguileño cuando se comprobó que lo recaudado por orden de su presidente D. Antonio Marsilla Moctezuma ingresaba en los caudales de Lorca. Entonces el alcalde D. José López Mateos, viéndose sin la ayuda de la fuente principal de la economía del nuevo municipio, a los tres meses de su nombramiento, dimitió debido a que la fuerte suma de 114,518 reales de vellón que estaba asignada al poblado de Águilas como contribución de guerra anual, él no vio la forma de reunir esa enorme cantidad, y por eso dimitió. No tuvo dinero para pagar la asignación del alcaide de la cárcel en cuatro reales diarios con la obligación de residir en ella. Al secretario D. Ginés Verdú diez y ocho reales y otro tanto al cañero y conductor de la valija y encargado de las postas Melchor García. De nuevo el Consistorio se reunió en Octubre de 1813 para nombrar el sustituto de López Mateos, y en dicho acto- día 23- resultó como alcalde, el comerciante y alpargatero D. Ginés Romero Morales, que ya había dado muestra de organizador y gobernante durante las veces que ejerció como pedáneo en las etapas anteriores. De inmediato Romero Morales se encargó de poner fin a la situación desesperada del ayuntamiento que estaba al frente. Y para ello en un largo memorándum dirigido a la Junta provincial de Defensa, solicitaba que la recaudación de la Real Empresa en el puerto de Águilas fuera destinada a los fondos

16

Águilas Verano 2012

propios del común municipal, considerando que desde la muerte del primer consejero (Robles Vives, 2 de abril de 1808), no se ha rendido cuentas de tanta consideración. Continuando con este importante escrito del segundo alcalde D. Ginés Romero, transcribimos lo siguiente: El coronel D. Francisco del Rey, gobernador político y militar del castillo y plaza de Águilas, para constituir ayuntamiento conforme al Real Decreto de 23 de Noviembre de 1812, aprobó a que pasara los propios municipales a los fondos de obras mediante a no haber edificios que construir por hallarse ya formada la población. Pero la Real Empresa cobra sus rentas y producto, y cuando el conductor de la valija , médico , boticario y demás empleados de la misma tratan de cobrar sus salarios, manifiestan que deben de recurrir al ayuntamiento para cobrarlos . Por lo tanto, ruego a V.E. se sirva mandar expedir sus superiores decretos previos informes de Don Antonio de Robles Moñino, persona de mayor conocimiento que de los del Ayuntamiento en esta materia y así conseguir que sea a cuenta de la Real Empresa los cargos referidos, más el secretario y portero del ayuntamiento con las demás cargas que le correspondan." El Concejo de Lorca contestó al escrito de Romero diciendo que ya ese Ayuntamiento recibe de la Real Empresa una sustanciosa subvención, pues en un año esta sólo ha recibido 7000 reales y el resto ha ido a parar al común de Águilas. Lo cierto es que los fondos municipales estaban tan vacíos que no se pudo pagar a Antonio Reche su trabajo por arreglar y cuidar el reloj del pueblo. Se hallaba en la calle Conde de Aranda, de aquí que esta vía urbana se le conocía por la calle

del Reloj. La penuria se vio mitigada por la aportación de 400 reales de Don Antonio de Robles Moñino, que una vez más demostró su generosidad a favor de los más pobres y enfermos del poblado. La mayoría de los jóvenes útiles estaban en el frente de Andalucía al mando del general Blake. Y los más pudientes se encontraban lejos de la población, escondidos en sus fincas para librase de la rapiña de los gabachos, como hicieron por dos veces consecutivas en el pasado verano de 1810. Aquel año sólo la punta más al sur de la península Ibérica (Cádiz) no estaba dominada por las águilas imperiales de Napoleón. El donativo mencionado de Robles Moñino en la sesión del diez de Enero de aquel año 1813 fue recibido con alborozo por los ediles de este nuevo ayuntamiento Constitucional presidido, no por el alcalde Ginés Atº Romero, sino por el nuevo gobernador del Castillo Don Manuel Méndez. No olvidemos que aquellos tiempos eran de guerra y el poblado aguileño estaba considerado como plaza fuerte bajo la jurisdicción militar. Con este dinero, además de socorrer a los más desheredados, se suprimió el cobro del arbitrio del vino, de esta forma terminaba el malestar vecindario que con este impuesto, el vino subía a precios no deseados por los bebedores que eran la mayor parte componentes de las dos compañías de la guarnición del castillo. En estas condiciones tan precarias y con los sobresaltos propios de las noticias que llegaban del frente de Andalucía, llegó una procedente de Valencia que el Rey Deseado, se hallaba libre en territorio español. El alborozo de tal nueva duró bien poco pues a finales de julio de 1814 se recibió el mandato por medio del Corregidor de Lorca que el Ayuntamiento Constitucional de Águilas quedaba abolido por voluntad real. A consecuencia de esta funesta noticia, se ordenó que se trasfiriera a la corporación lorquina todas las actas y documentos del abolido Ayuntamiento constitucional, así como la inclusión de todos los libros y documentos de la Junta Sanidad. Todo este cuerpo documental se encuentra hasta el presente en el Archivo Municipal de Lorca. Por consiguiente el pueblo de Águilas volvía a ser pedanía del vasto Corregimiento de la ciudad de Lorca. z



La Ruta del

Ferrocarril Como piezas de ajedrez estratégicamente repartidas por nuestro entorno común, numerosos hitos dan fe de la antigua vinculación de Águilas con el ferrocarril. Este verano, Águilas cuenta por fin con una ruta guiada que recorrerá cada uno de estos significativos lugares. Un periplo que, más allá del puro entretenimiento, entraña un valor histórico y pedagógico indudable.

L

El Embarcadero del Hornillo estaba dotado con un sistema de carga y descarga revolucionario para su época, comparable a los de Huelva o Bilbao 18

Águilas Verano 2012

a Ruta, que parte de las inmediaciones del Monumento al Ferrocarril, ya antes de partir remite al pasado ferroviario del propio Puerto Pesquero al pie del Castillo, pues allí llegaban, por vía ferroviaria, todas las mercancías para ser embarcadas en aquellos portentosos cargueros que arribaban a nuestra localidad para proveerse de materias primas como mármol, esparto o albardín. Tras recorrer la playa de Levante, la ruta transita bajo el puente que salvaba la Rambla de las Culebras y conectaba la

Estación de ferrocarril con el Embarcadero del Hornillo. Es a continuación cuando el visitante podrá recorrer uno los espacios más emblemáticos en relación a nuestro pasado ferroviario. Con una longitud de 1500 metros, el Sendero del Hornillo es un mirador que transcurre a lo largo de las vías a donde llegaban los trenes cargados de mineral, así como sobre las galerías, hoy puestas en valor, donde vertían su carga en las vagonetas que circulaban directamente al Embarcadero. Al final del Sendero la vista es espectacular, una auténtica


La construcción de la Vía Ferroviaria y del Embarcadero del Hornillo data de finales del siglo XIX X y comienzos del XX. atalaya desde la cual se comprende, fácil e intuitivamente, todo el proceso de llegada y descarga del mineral desde el tren hasta los barcos. El siguiente hito es el edificio de la propia Estación de Viajeros, que cuenta además con un genuino Museo Ferroviario. Este museo, fruto de la pasión

que depositaron en él los integrantes de la Asociación de Amigos del Ferrocarril "El Labradorcico", es una elocuente y pedagógica muestra de la vinculación de Águilas y sus habitantes al mundo del raíl, gracias al amplio abanico de objetos, maquetas e imágenes en exposición.

Como colofón, la Ruta del Ferrocarril nos llevará a la denominada Casa Huerto de Don Jorge, una característica vivienda colonial inglesa que ha si do remodelada para el disfrute de propios y extraños. La Casa, en principio fue vivienda del impulsor del ferrocarril y benefactor social George Lee Boag. z


Castillo Juan

El escudo del de

San

Texto: Juan de Dios Hernández García (Arqueólogo Municipal)

A

la entrada de la Fortificación, a cierta altura en el frente norte del Fuerte de San Juan, se encuentra el blasón, escudo real del rey Fernando VI quien la mandó edificar. El escudo se realizó en Cartagena, y junto con las losas de arenisca gris del patio del Fuerte, representan los únicos elementos constructivos que no proceden de las inmediaciones del cerro. Los escudos heráldicos encierran un simbolismo codificado que se puede descifrar observando detenidamente las partes que lo componen. Estas partes son: campo, timbre y ornamentos exteriores. Todos los elementos, bien interpretados, indican las distintas circunstancias políticas y sociales de la época. El blasón del Castillo de San Juan, pese a su modestia, se presenta labrado en relieve afín con la tradición y gustos barrocos de la época. Los elementos que lo componen son los siguientes: En la parte superior aparece la corona Real española que está formada por un cerco de oro enriquecido con piedras preciosas. Se observan cinco florones, de los ocho que la componen, en forma de hojas de apio, interpolados con ocho puntas de oro más bajas, terminadas en perlas e igual número de diademas de oro y cargado de perlas. La corona está cerrada arriba y rematada por una cruz por ser defensora de la cristiandad. En el campo están representadas Castilla y León (leones y castillos). Estas armas proceden de Carlos I, haciendo alusión a su abuela Isabel la

20

Águilas Verano 2012

Católica. Tras la Guerra de Sucesión, el primer Borbón Felipe V, las incorpora a su escudo para legitimar y dejar claro que gobernaba España por derecho de sangre. Su hijo Fernando VI adopta el mismo escudo. En el centro se sitúa el escudete de los Borbones formado por tres flores de lis sobre fondo azul. Fue introducido por Felipe V al obtener el trono tras la Guerra de Sucesión. La ubicación del sobretodo en el centro del escudo significa la procedencia familiar de la persona que lo ostenta y lo diferencia de la dinastía precedente de los Austrias. En el perímetro exterior del campo, formando parte de los ornamentos exteriores, aparece el Toisón de Oro. Es un elemento característico de los Borbones. Fue incorporado a la corona española por Felipe I el Hermoso y representa en la parte inferior el Vellocino de Oro que buscaron Jasón y los Argonautas para demostrar la legitimidad del héroe en el

trono de Yolcos. También se identifica con Aries y se asocia con el renacimiento y la primavera. La elección de un símbolo pagano como elemento de una orden cristiana causó cierta controversia. La insigne Orden del Toisón de Oro es una orden de caballería fundada en 1429 por el duque de Borgoña y conde de Flandes, Felipe III de Borgoña, para celebrar su matrimonio con la princesa de Portugal Isabel de Avis, hija del rey Juan I. La insignia contiene un collar de eslabones entrelazados de pedernales o piedras centelleantes inflamadas de fuego con esmalte azul y rayos de rojo rematado en la parte inferior con un cordero. Por último sobre el Vellocino aparece la Cruz de la Orden del Santo Espíritu, Orden instituida en 1578 por el rey Enrique III de Francia, por tanto este símbolo estaba vinculado a los reyes de Francia. La cruz es de oro, esmaltada con ocho radios rematados por peque-


ños círculos y entre ellos flores de lis. El centro está ocupado por una paloma invertida de plata. Al instalar el escudo, Feringán propone que se coloque bajo el mismo la inscripción: "M. P. R. C. FERNAND VI. HOC OPUS MIMERI JUSSIT - ANN DOM MDCCLVI" que traducido es: "El máximo Potentísimo Rey Católico Fernando sexto mandó hacer esta obra. Año del Señor de 1756". Tres meses más tarde se le comunica a Feringán que el rey

desea que se sustituya por otra que rece: "FERNANDI VI JUSSU CONSTRUCTUM. AN. DOM. MDDCCLVI", cuya traducción es: "Construido por orden de Fernando VI en el año del Señor de 1756". El cambio se produce por petición expresa de Fernando VI y muestra en cierto modo el carácter del rey apodado como "El Prudente" o "El Justo", aunque, como sabemos, entre sus logros en política interior figuran por ejemplo la prohibición de la masonería y la persecución de

los gitanos con el objeto de expulsarlos del Reino, hecho que se conoció como la Gran Redada. Esta inscripción se realiza en una placa de mármol rectangular, hoy por desgracia desaparecida. Posiblemente se desprendió tras el intento de desmantelamiento del escudo. En el estado previo a la restauración se observaban una serie de picados en el perímetro del mismo realizados con el objeto de buscar el "tesoro" que pensaban se escondía tras el mismo. z

Águilas Verano 2012

21



Cuna del

Deporte Águilas

Texto y fotos: Gabriel Muñiz

N

o son todos los que están. Aun así, quienes tienen cabida en este artículo representan con creces el espíritu deportivo de nuestra tierra. Águilas tiene el honor de contar con excelentes deportistas que, en el ejercicio de disciplinas tan variadas como el hockey, el kárate, la jabalina, el salto de longitud, el tiro con arco, el ciclismo, el fútbol, el triatlón y un largo etcétera, se han convertido en

ejemplo y orgullo para la población aguileña en general. Los más jóvenes, testigos de excepción de su denodado esfuerzo en el entrenamiento diario, encuentran en ellos un espejo donde mirarse y un motivo de superación. Pero además estos deportistas son, sin lugar a dudas, los mejores embajadores más allá de nuestras fronteras, dando a conocer el nombre de Águilas en cada lugar donde compiten.

Águilas Verano 2012

23


Hockey en Línea La inversión en instalaciones apropiadas se traduce en éxito deportivo. Prueba palpable de ello es el triunfo cosechado por nuestro flamante equipo de Hockey en Línea, que recientemente se ha proclamado Campeón de la Liga de Oro Nacional de Primera División. Sus integrantes, cada uno con su trabajo o estudios, se las ingenian para ejercitarse en un deporte que viven con gran pasión y compañerismo. Aunque nada hubiera sido posible, afirman, sin la presencia y apoyo de su valioso entrenador.

Tiro con Arco El Club de Tiro con Arco Ciudad de Águilas cuenta con unos 30 socios, entre los cuales han destacado algunos de sus miembros en diferentes categorías, tanto a nivel regional como nacional. Uno de ellos es Francisco Javier López Fernández que, siguiendo los pasos de su madre, ha sido Campeón de España en categoría Infantil de Tiro con Arco Olímpico. El Club también cuenta entre sus filas con Julián Sánchez, Subcampeón en la modalidad de Recorrido de Bosque 3D, o de Alejandro García Cegarra, Campeón regional de Murcia en dos modalidades de Tiro con Arco Standard.

24

Águilas Verano 2012


Mountain Bike Nuestra accidentada orografía se ofrece como un entorno ideal para la práctica del Mountain Bike. Fruto de ello, en Águilas contamos con destacados especialistas en esta durísima disciplina. Entre ellos, cabe citar a Jesús López Navarro, reciente Campeón en categoría Sub 23 en la modalidad de Maratón. Antonio Cegarra Navarro, por su parte, fue Campeón regional en varias ocasiones, en la categoría de Master 30 y Master 40, tanto en la modalidad de Maratón como en la de Rally. Finalmente, Tomás Ortega llegó a conquistar el Open de Murcia así como el Campeonato en la categoría de Master 40

Lanzamiento de Jabalina Rafael Martínez Baraza es, sin lugar a dudas, uno de nuestros deportistas más destacados. Se proclamó Campeón de España en 2010 y 2011, títulos a los que pueden añadirse otros muchos triunfos conquistados dentro y fuera de nuestras fronteras. Tristemente, una reciente lesión de rodilla le ha impedido conseguir un sueño acariciado durante muchos años: representarnos en las Olimpiadas de Londres 2012. Desde que era niño, en Águilas hemos sido testigos de su denodado esfuerzo de superación, tanto a nivel deportivo como intelectual. Baraza reinvindica los valores intrínsecos del atletismo frente a otros deportes, una práctica deportiva que no sólo es física, sino que puede ayudar a nuestro desarrollo mental y educativo.

Águilas Verano 2012

25


Kárate Combinar estudios y deporte conlleva un esfuerzo que requiere grandes sacrificios y renuncias. Por ello los más jóvenes son, sin lugar a dudas, quienes más merecen nuestro aplauso y admiración. Es singular, en este sentido, la prometedora andadura de Asier Peón y Marina Cáceres, ambos campeones en diferentes categorías regionales y nacionales. Los dos comenzaron a practicar con muy corta edad, y entrenan diariamente alrededor de dos horas llegando a seis horas cuando se acerca una competición.

Fútbol El nombre de Águilas remite a los comienzos históricos del fútbol en España, un deporte que vivimos con verdadera pasión. Como parte de nuestra cantera, el veterano Juan Martínez Casuco representa una vida consagrada al mundo del balón. Su padre (célebre portero en el Águilas, en el Lorca y otros equipos de Segunda División) le inculcó el amor por este deporte, y ya desde joven destacó como juvenil en el Real Madrid. Su intensa vida como profesional se desarrolló en equipos como el Elche y el Zaragoza, llegando a disputar más de 400 partidos en Primera División. Como entrenador, ha peregrinado por equipos como el Águilas o el Lorca, el Toledo, el Almería, el Real Murcia, el Tenerife, el Jerez y, finalmente el Castellón. Según dice, un sinnúmero de factores influyen para la formación de un equipo puntero. No hay secretos, y sólo cabe tratar de poner en práctica toda la experiencia adquirida de otros entrenadores cuando era jugador.

26

Águilas Verano 2012


Salto de Longitud El atletismo es su vida. Más que ningún otro deportista, podríamos afirmar que José Antonio Expósito es el claro exponente de superación individual. Como fruto de su denodado esfuerzo, conquistó la Medalla de Oro en Salto de Longitud durante el Campeonato Mundial Paralímpico celebrado en Nueva Zelanda en 2011. Todo un regalo y un ejemplo para sus convecinos.

Ciclismo La presencia de Fernando Piñero es una constante, practicando junto a su hijo por nuestras carreteras. Este veterano aguileño se hizo acreedor de un palmarés envidiable y hoy es un ejemplo de superación deportiva. Como aficionado obtuvo diferentes títulos, en especial el Campeonato del Mundo celebrado en Francia. Ya como profesional, participó activamente (entre los años 90 y 94), en dos Vueltas a España, un Giro de Italia y un Tour de Francia. Tras dejar el ciclismo profesional, impartió cursos de ciclismo para la Federación Murciana y en diferentes colegios, transmitiendo a los más jóvenes los valores y esfuerzos que conlleva este deporte.

Águilas Verano 2012

27


Kick Boxing Hay deportes desconocidos para el gran público y que, sin embargo, son practicados por un buen número de aficionados. Es el caso del Kick Boxing, una disciplina que, lejos de consistir en una simple modalidad de lucha, exige una gran dedicación y muchas horas de gimnasio con el fin de lograr la elasticidad y destreza necesarias. El pequeño Brian Sáez Sánchez es una de nuestras figuras destacadas en este deporte, y se ha hecho acreedor de varios títulos infantiles en certámenes regionales.

Vela Como no podía ser menos, Águilas y su infraestructura portuaria nos han procurado excelentes deportistas de Vela. Son numerosos los representantes de este deporte que, en diferentes categorías y modalidades, han cosechado medallas a nivel regional y nacional. Destaca Pablo Asensio López, con numerosos títulos en clase Vaurien y Óptimist, asimismo los hermanos José María y Beatriz Rubio López, José María Paredes Robles, Javier Jodar de las Peñas o Ezequiel Baños Pelegrín.

28

Águilas Verano 2012





Dos pueblos hermanos Amanecer en Águilas

Montcada i Reixac Texto: José Mª Hernández (Presidente del Centro Aguileño)

E

ste es el deseo de gran cantidad de Aguileños, que un día dejamos este paraíso y que desde entonces no hemos dejado de pensar en el placer de ver amanecer en esa maravilla natural, que es nuestro pueblo, al que cada día recordamos y añoramos. A medida que nos hacemos mayores deseamos cada vez más estar en ese oasis de paz, ese lugar que por fortuna no ha dejado de ser un pueblo con sus habitantes todavía generosos, amigables, abiertos, que todavía sacan sus sillas a la calle, en las tardes de verano y se reúnen en pequeñas tertulias de vecinos, como se ha hecho toda la vida. Donde todo el mundo se conoce y los motes aún siguen vigentes, donde las gentes siguen diciendo "voy a la Glorieta, o al Placetón, a la calle del Gato, a la Glorietica, a la calle del Reloj o a la Puerta Lorca, que, aunque no sean los nombres reales de estos lugares, los que ya somos algo mayores los conocemos perfectamente. Los que nos encontramos fuera y más o menos regularmente vamos a Águilas, hemos visto de manera progresiva la evolución que experimenta de forma favorable y nos sentimos orgullosos de que estas mejoras hayan sido comedidas y nuestro pueblo siga siendo un pueblo y no una ciudad costera llena de grandes edificios, que si bien probablemente traerían riqueza, también traen con ella, ruidos, contaminación y problemas que romperían con la identidad de la cual hoy disfrutamos. Esta es una de las cualidades de las cuales podemos enorgullecernos los aguileños. Una de las cosas que creemos que nos falta en Águilas es un tejido industrial que facilite trabajo, como ha ocurrido en otros

32

Águilas Verano 2012

lugares. En esto sí que hemos dado un paso atrás, pues parte de la industria que teníamos ha cerrado o se ha trasladado a otro lugar, y eso es algo que debiera mirarse con lupa pues no sólo la construcción y lo que ésta mueve, ha salido mal. Los aguileños somos personas muy trabajadoras y dispuestas siempre a tirar para adelante a pesar de las dificultades que tenemos actualmente. Es necesario fomentar la agricultura, la ganadería, la industria, etc... Si el ladrillo y el turismo no están en su mejor momento, los aguileños debemos estar siempre en situación de marcha. Las obras faraónicas tenemos que dejarlas para cuando lleguen mejores tiempos. Somos una población sencilla, formada por gente sencilla, que se merecen sin duda lo mejor de este mundo. Es necesario que los que manejan el dinero y el poder piensen más en la comunidad, dejando de lado los intereses privados y los colores y piensen que salir de esta situación está en manos de todos y quien más puede es quien más tiene, por tanto sólo el esfuerzo colectivo nos sacará de este estado de cosas en que nos encontramos. Pongámonos a trabajar con el único fin de derrotar esta situación que será durante un tiempo bastante dura. Los que estamos alejados de nuestro pueblo, también lo estamos padeciendo. En nuestro caso, el Centro Aguileño de Montcada i Reixac, atraviesa también por unos momentos en los que tenemos que ajustar al máximo nuestro presupuesto y controlar muy bien nuestros gastos, ya que las subvenciones se han visto en algunos casos anuladas y en otros recortadas. Debido a esto, nuestras actividades se resienten, pero a pesar de todo seguimos adelante gracias a nuestros socios y colaboradores, que como siempre nos apoyan de forma incondicional. Este año celebramos el 10º aniversario del Hermanamiento entre Águilas y Montcada i Reixac, y a pesar de la situación que estamos atravesando, entre ambos Ayuntamientos y el Centro Aguileño, procuraremos que los actos que se celebren estén a la altura de la importancia que para los aguileños y montcadenses tiene este acontecimiento que en su día unió a estas dos poblaciones. Durante estos diez años, ha sido constante el contacto entre los ciudadanos de ambas poblaciones, tanto de modo personal y familiar, como de forma oficial a través de los Ayuntamientos y el Centro Aguileño, que desde siempre ha servido de puente entre ambos organismos y que seguirá ofreciéndose para poder disfrutar de este entendimiento fraternal durante el tiempo que sea necesario. z


Foto: Gabriel Mu単iz


Hágase la

L uz… Texto: Pepi Navarro Martínez (Archivera Municipal)

"Una sonrisa es más barata que la electricidad, y da más luz"

P

ero la luz tardó en hacerse. Y es que la llegada de la luz eléctrica a Águilas fue una ardua tarea no exenta de complicaciones. Las dos últimas décadas del S XIX fueron una sucesión de intentos fallidos para traer a Águilas el alumbrado público por el nuevo sistema de electricidad recién inventado, y del que se decía estaba dando buenos resultados en aquellos municipios que se habían adelantado a su uso. Recordemos que fue en 1879 cuando Edison inventó la lámpara de luz eléctrica o iluminación incandescente. Por aquel entonces el municipio ya había crecido considerablemente, tanto en número de habitantes como en industria y comercio, y se reclamaba a los poderes públicos que trajeran al pueblo ese adelanto de modernidad y progreso. "Qué grande es el mundo a la luz de las lámparas y qué pequeño a los ojos del recuerdo" Hasta la llegada de la luz eléctrica, la iluminación empleada por el hombre a lo largo de la historia no ha variado mucho; las velas de cera que ya utilizaban los

...

fenicios desde el 400 d.C se siguen utilizando hoy en día, y las "lucernas" o lámparas romanas de terracota que se llenaban de aceite o grasa sobre la que flotaba una mecha que se encendía, tampoco diferían mucho de las lámparas de latón con queroseno, aceite, gas o carburo, tipo candil, quinqué o pava, que utilizaban nuestros abuelos y que también llevaban una mecha o "torcía". "Una vieja en un corral, se lo miraba y decía: ¡lástimica mi candil que le falta la torcía!" Las primeras bases para el servicio de alumbrado eléctrico fueron ofrecidas al Ayuntamiento por Enrique Terrer, vecino de Murcia, en el año 1890, y consistían en la colocación de 220 lámparas eléctricas incandescentes que alumbrarían durante 6 horas al día. Este proyecto no llegó a ejecutarse, tampoco el aprobado en 1894 a favor de D. Carlos Courteille, vecino de Águilas, pero de origen francés, consistente en la instalación de 300 lámparas repartidas por el casco urbano y otras 20 para uso de la Casa-Ayuntamiento y otros edificios municipales; con horario de encendido desde la puesta de sol hasta la 1 de la mañana, a excepción de

Traer al pueblo esa moderna y tan necesaria luz eléctrica, considerada bien de interés público, se convirtió en uno de los grandes retos de la corporación municipal. 34

Águilas Verano 2012

50 lámparas, colocadas en lugares estratégicos, que quedarían encendidas hasta el amanecer. Traer al pueblo esa moderna y tan necesaria luz eléctrica, considerada bien de interés público, se convirtió en uno de los grandes retos de la corporación municipal. Pero los años sucesivos fueron un ir y venir de proyectos y subastas públicas (hasta veinte en diez años) que no llegaban a materializarse. Estamos hablando de una instalación novedosa, recientemente descubierta y de gran envergadura, que traía aparejada la necesidad de modificar todo el municipio con cableado aéreo cruzando las calles, apertura de zanjas, colocación de postes, de nuevas lámparas o farolas en las fachadas, y un largo etcétera de adelantos para los que pocas empresas estaban preparadas a la hora de llevarlos a cabo. Así las cosas comienza el S. XX con una situación lamentable en el servicio de alumbrado público. La iluminación de las calles consistía en farolas o lámparas de latón adosadas a las fachadas que funcionaban con petróleo o grasas. Las pocas calles que disponían de ellas quedaban prácticamente en penumbra por el escaso número de éstas y la poca luz que daban. Era un sistema muy deficitario y, por tanto, insuficiente para abastecer al pueblo. Además era costoso, requería mucho mantenimiento, era antihigiénico, con oscilaciones dañinas a la vista, la llama ensuciaba, desprendía humo y olía. En las casas particulares se extendió el uso del acetileno, un gas más


barato que el petróleo y con mayores prestaciones lumínicas al dar una luz más clara (incluso en los primeros automóviles los faros funcionaban con aparatos autogeneradores de acetileno). A nivel público también se hicieron varios intentos para sustituir el sistema de petróleo por el de gas, pero tampoco llegaron a materializarse. El primero data de 1888; con el de 1901 se pretendía traer un nuevo gas que se estaba utilizando en Francia llamado aerógeno. Como anécdota, una de las razones por las que no se llegó a un acuerdo con la empresa adjudicataria era que la compañía ofrecía luz durante 22 días al mes, pues no habría encendido cuando la luna estuviera en plenario; sin embargo el Ayuntamiento exigía que incluso con luna llena, "si las condiciones atmosféricas impidieran el lucimiento de ese astro" (es decir si estaba nublado), las luces tendrían que encenderse. La primera regulación del servicio de alumbrado público (anterior al eléctrico) la encontramos en las Ordenanzas Municipales de 1886 que disponían, entre otras, cómo debía ser la iluminación durante los festejos, o la obligatoriedad de los vecinos de tener alumbrados los portales de las casas que permanecieran abiertos después del anochecer. Entre ellos estaban las casas de lenocinio, a cuyos clientes no gustó mucho la iluminación eléctrica en las calles, pues podían ser reconocidos."Ustedes vienen aquí a celebrar un progreso. Pues yo no vengo por eso y os lo vengo a decir. Que a nosotros, con luz hermosa y tan clara, todos nos verán la cara y es cosa que no tolero. Y aquel que sea decente eso le será muy patético, que por causa del eléctrico lo vea toda la gente. Y con vergüenza, aunque poca, debe producir dolor."

En esas ordenanzas también se regulaba el uso de la energía para abastecimiento de las fábricas, que antes de la eléctrica funcionaban con máquinas de vapor, cuya potencia y características de sus calderas y hervidores debían quedar registrados en el Ayuntamiento. Con la electricidad, las industrias tuvieron que sustituir esos motores de vapor por otros eléctricos, sin los cuales no habría sido posible el desarrollo industrial, que como siempre llevaría aparejado el subsiguiente desarrollo económico y social. Pero no fue hasta finales de 1902 cuando la luz eléctrica llegó a Águilas. Se hizo coincidir su inauguración con la Navidad para que la celebración fuese más festiva, a pesar de que la instalación no estaba totalmente terminada. El responsable fue D. Juan Martínez Cánovas, natural de Linares, que constituyó la primera empresa concesionaria de luz eléctrica que tuvo Águilas, llamada Sociedad Eléctrica Levantina. Sus instalaciones se ubicaban en el Paseo de Parra. A pesar del entusiasmo con que se acogió, se vino a cumplir el dicho "Cuanto más cerca se está de la luz, más grande es la sombra". Y es que los problemas no vinieron a resolverse, más bien se complicaron. Pronto la empresa empezó a tener problemas con su capacidad para abastecer de luz eléctrica al municipio, y eran muchos los días en que se dejaba de prestar servicio, quedando el pueblo completamente a oscuras y las industrias y comercios sin energía. En 1906, un grupo de empresarios aguileños vio negocio en esto de la luz eléctrica y solicitan autorización para instalar una fábrica productora de electricidad, así como el tendido de cables necesarios para suministrar luz eléctrica a los particulares en sus casas o negocios. Se constituye una empresa con fondos locales llamada La Electra Aguileña. Se emi-

Año 1914. Fábrica de la Luz "Electra Aguileña Sociedad Anónima", junto al campo de futbol "El Rubial"

Año 1914. Motores de la Fábrica de la Luz "Electra Aguileña"

Fotografía de Guillman, donde se puede ver uno de los candiles que alumbraban las calles antes del alumbrado eléctrico.

Águilas Verano 2012


tieron 8.000 acciones por valor de 25 pesetas para comprar a la Sociedad Eléctrica Levantina la instalación y la concesión del suministro de luz al pueblo. Se construyó, junto al campo de fútbol El Rubial, la muy conocida "Fábrica de la Luz", que albergaba toda la maquinaria necesaria para generar energía eléctrica. Pero la nueva empresa pronto demostró no ser capaz de proporcionar fluido eléctrico a todo un pueblo que había crecido

Civil de la provincia y la inexistencia de empresas capacitadas, monopoliza el servicio de luz eléctrica y fuerza motriz en Águilas, imponiendo sus condiciones. La primera revolución se crea cuando la corriente contínua es sustituida por la corriente alterna, a una intensidad de 120 voltios para la iluminación y 230 para la fuerza industrial, obligando a cambiar todos los contadores del pueblo, que ya no serán propiedad de los particulares sino alquilados a la empresa. Las industrias tuvieron que deshacerse de sus motores y comprar otros nuevos. Se hace con la total exclusividad, quedando prohibido adquirir energía eléctrica a ninguna otra empresa y se le eximiría del pago de cualquier tipo de impuestos que sí pagaban el resto de industrias (¿Estarán pensando ustedes que les estoy hablando de un monopolio del S XXI?, pues no, estamos en los años 30 del S XX; ¡es que algunas

Los cortes de luz eran constantes; cuando llovía o hacía viento se rompían los postes y el cableado, dejando a oscuras al municipio y sin energía a las industrias

considerablemente; las nuevas fábricas de espartería necesitaban de mayor potencia o fuerza motriz, al igual que la iluminación durante los festejos veraniegos o los motores de elevación de aguas para riego y uso doméstico. Y es que la corriente era continua, a una tensión de 110 voltios. La iluminación de las calles se encendía media hora después de la puesta de sol y se apagaba media hora antes de la salida. Con la llegada de la luz eléctrica entraría en desuso la profesión de sereno. Éstos, además de la vigilancia nocturna, se encargaban de encender y apagar manualmente las farolas, así como de iluminar los portales de las casas para facilitar la entrada y salida de sus residentes. Llegados los años 30 una nueva empresa llamada La Eléctrica del Segura, que ya estaba instalada en varios municipios de la región, se aprovecha de esa incapacidad de la sociedad Electra Aguileña, y contando con la ayuda del Gobierno

36

Águilas Verano 2012

cosas no han cambiado tanto!). Sin embargo, "lo que mal empieza, mal acaba". Los vecinos llevan 40 años quejándose, tanto de la iluminación de las calles, como de las deficiencias en el servicio domiciliario. Los cortes de luz eran constantes; cuando llovía o hacía viento se rompían los postes y el cableado, dejando a oscuras al municipio y sin energía a las industrias; se producían accidentes por descargas eléctricas y por quedar los viandantes enredados en los cables (recordemos que en el año 1913 el Balneario Niágara y Teatro España se incendiaron por un cortocircuito producido por la lluvia). La iluminación en las calles era deficitaria por el escaso número de lámparas y por lo mal que funcionaba el mantenimiento de reponer las fundidas o rotas; además, estaban mal distribuidas, dejando zonas en penumbra y barrios enteros donde no llegaba la electricidad (San José, El Piojo o el Bol).

Las tarifas eran caras a pesar de tratarse de un artículo de consumo de primera necesidad. Durante la guerra europea, la tarifa por energía eléctrica se elevó en demasía para compensar el alto coste del carbón antracita empleado como combustible para hacer funcionar los motores de la Fábrica de la Luz. Sin embargo, cuando ésta acabó, los precios no volvieron a bajar, por lo que los vecinos exigen al Ayuntamiento que imponga un justo precio. Esta situación obligó al Ayuntamiento, en los años 40, a intentar municipalizar el servicio de luz y energía, como ya se había hecho con el de aguas, matadero y mercado; pero, tras una guerra civil, los medios eran insuficientes. Nunca se llegó a conseguir, así que tras la Eléctrica del Segura, vino Hidroeléctrica del Segura y actualmente Iberdrola. En fin, como hemos podido ver, "dar a luz" en Águilas ha sido siempre complicado. Las desavenencias de las empresas con el Ayuntamiento existieron desde el principio, y los más perjudicados son y han sido siempre los ciudadanos; pero sin esa luz eléctrica no habría sido posible ni el desarrollo industrial ni el progreso social. "Si valoramos la luz es porque hemos conocido la oscuridad". No cabe la menor duda de la revolución que supuso la energía eléctrica y los grandes avances que ha traído aparejados. Hoy en día sería impensable vivir sin ella; sin embargo, a veces considero que la dependencia que tenemos de ella puede llegar a ser excesiva. Por eso no puedo dejar de imaginar la parte positiva de la vida cuando no se disponía de electricidad; cuando a las familias, amigos y vecinos no les quedaba otra que conversar, reunirse y disfrutar, sin otras influencias más que las de la compañía de otro ser humano con quien charlar. Por otro lado, otra gran ventaja de vivir sin ella es que "a la luz de la tea no hay mujer fea". Algo parecido debieron pensar en los primeros municipios donde se instaló por primera vez "esa fuerza misteriosa" de la que se decía: "Esta luz es una ciencia pero ciencia un poco escasa, pues si alumbra calle y casa nunca alumbra la conciencia. Y antes que alumbrado externo necesita bien la gente un foco lo más potente que le alumbre lo interior. Viva el champán embriagante y que el alumbrado eléctrico con su fluido magnético alumbre a ustedes bastante." z





flora

aguileña VI El ejemplo de las cosas más sencillas

c

uando el ser humano usa, en las dosis adecuadas, alcaloides vegetales tales como la cafeína, la nicotina, la cocaína, la morfina, la estricnina o la quinina, estimulantes todos del sistema nervioso, no siempre es consciente de que estos compuestos químicos son producidos por las plantas para disuadir a sus potenciales depredadores por su mal sabor o por su toxicidad. Los utilizan para defenderse como seres individuales y como especie. Y es que los seres vivos más simples nos muestran a nosotros, los supuestos y autoproclamados reyes de la creación, no sólo que la belleza se encuentra en las cosas más sencillas, sino que además, los seres más simples y sencillos, nos dan ejemplos de estrategias vitales. Hay un arbusto trepador oriundo de Brasil y Perú, la Pasionaria o planta de la Pasión -por sus flores, que se asemejan a la corona de espinas de Cristo- cuyas hojas son la delicia culinaria para cualquier oruga. La planta, para defenderse de estos insaciables “comilones”, sintetiza un veneno que evita que los gusanos acaben con sus hojas. Sin embargo, una mariposa se ha hecho resistente a esa ponzoña y sus orugas se pueden atracar de las partes verdes de la Pasionaria sin el más mínimo problema gástrico. Pero el vegetal no se rinde y no se deja devorar así como así: al “detectar” que estas glotonas orugas son caníbales y que por esta causa sus mariposas ponen sus huevos aislados y muy alejados entre sí para evitar que el primer gusano que

40

Texto y fotos: Juan José Troyano Matrán

eclosione “se meriende” a los demás, la planta crea falsos huevos llenando sus tallos con protuberancias que los imitan a la perfección. De este modo, la mariposa, al encontrar toda la planta “ocupada” por una supuesta progenie foránea, se marcha a buscar otra planta más conveniente para su descendencia, dejando vivir a la Pasionaria. Finalidad conseguida. Tanto plantas como insectos se esfuerzan de la manera más primaria y “lógica” para vivir y reproducirse. Pero si la naturaleza más simple y sencilla ha diseñado estas estrategias de supervivencia ¿por qué los hombres y mujeres, seres conscientes y pensantes, nos lo montamos tan mal, no sólo para sobrevivir sino incluso para convivir? Esa insignificante mariposa, esa plantita trepadora, esos vegetales productores de alcaloides,


parecen saber a la perfección lo que les conviene para salir adelante; pero los humanos demostramos ser autodestructivos, inseguros,... confusos. ¿Por qué demonios no actuamos unidos y sin envidiosas zancadillas hacia el bienestar general, que para más inri sabemos de sobra cuál es? Somos un desastre en cooperación hasta en lo más cotidiano. Erramos a cualquier nivel: familiar, local, regional, nacional,... planetario. Demos gracias a que los “organismos inferiores” no tienen capacidad para reírse... de nosotros. Entre otras cosas, tendríamos que tener presente lo que la sabiduría oriental nos avisaba hace mucho tiempo: “las mentes grandes discuten ideas; las medianas, cosas; y las pequeñas, personas”. Felices fiestas de verano a todos. Unidos. Discutiendo... ideas. Para defendernos. Y os animo a realizar excursiones por los alrededores de Águilas para disfrutar, con respeto, de la belleza de las flores silvestres que adornan nuestros campos. Organicemos -en época y paraje- para localizar en flor alguna de las plantas aguileñas que se van mostrando en estos últimos libros de verano. Si decidimos, en primer lugar, recibir la reparadora brisa marina, comencemos por el litoral: en nuestro valioso paraje natural de “Cuatro Calas”, entre Abril y Junio, y formando los denominados albardinales, es fácil encontrar al Albardín (Lygeum spartum), de la familia botánica de las Gramíneas o Poáceas, una curiosa herbácea rizomatosa que forma cepellones y alcanza los 70cm de altura que gusta de prosperar en matorrales y herbazales de suelos margosos o yeseros y circundando saladares. También veremos por allí, entre Abril y Junio, una hierba de hasta 50cm y con inflorescencias semejantes al rabo de una liebre, la conocida, por ese motivo, como Cola de liebre (Lagurus ovatus) de la familia de las Gramíneas o Poáceas, muy común en los arenales de

las playas mediterráneas ibéricas, pero también en pastizales húmedos de tierra adentro. Esta original planta se usa en decoración como flor seca. En el entorno de la Carolina, entre Marzo y Junio -sobre todo en Abril- podríamos encontrar a la Artoteca (Arctotheca calendula), de las Compuestas o Asteráceas; herbácea alóctona (= de origen foráneo) oriunda de Sudáfrica y utilizada como ornamental, que se ha asilvestrado y se halla en expansión por la península ibérica. Aparece principalmente en arenales y roquedos litorales. Otra planta observable tanto en el litoral como en matorrales próximos al mar, es el Cebollón o cebolla albarrana (Urginea maritima), de las Liliáceas y que

florece entre Agosto y Octubre -con preferencia en Septiembre-; con la peculiaridad de que sus blancas flores, agrupadas en largos racimos, aparecen bastante después de que sus hojas se hayan secado a finales de la primavera. Es una herbácea de hasta 1,5m y gran bulbo de hasta 15cm de diámetro y 1kg de peso de la que los animales evitan sus hojas, mientras que el extracto de sus bulbos se ha usado como raticida. Incluso los campesinos mallorquines la siembran al pie de los árboles frutales para evitar que asciendan las hormigas. Un atractivo arbustillo perenne de hasta 70cm y tacto sumamente pegajoso, el Pegamoscas (Ononis natrix) de las Leguminosas (= Fabáceas o Papilioná-

Águilas Verano 2012

41


ceas), también es fácil de ver florecida, entre Abril y Septiembre, en estos suelos arenosos o pedregosos marítimos de “Cuatro Calas” así como en terrenos removidos y campos abandonados (de la ctra. a Puerto Lumbreras o a Campico López, por ejemplo). Sus pringosas hojas son utilizadas para librarse de las moscas, de ahí su nombre vulgar. Un poco más tierra adentro de la costa y entre Marzo y Junio -preferible en Mayopodemos encontrar una bella herbácea semiarbustiva de tallos lanosos y de hasta 50cm altura; la conocida comúnmente como Oreja de liebre o candilera (Phlomis lychnitis), de la familia de las Labiadas o Lamiáceas que gusta de prosperar en matorrales, espartales y pastizales. Sus hojas, empapadas en aceite, se han usado para mecha de candiles, de ahí su nombre común. En los roquedos calizos de nuestro espectacular cabo Cope florece, entre Marzo y Junio (óptimo a finales de Abril), la delicada Rompepiedras (Teucrium rotundifolium), de las Labiadas o Lamiáceas, que es una herbácea postrada de 20cm de altura como máximo y muy variable en el tamaño, forma y color de sus hojillas redondeadas (de ahí su epíteto específico, rotundifolium). No muy alejada de nuestra costa, en matorrales aclarados, pastizales y espartales, encontraremos con facilidad a la Ruda menor (Ruta angustifolia), de las Rutáceas, que es una herbácea de hasta 70cm y penetrante olor al restregar sus hojas que florece entre Abril y Julio en terrenos de Calarreona y en el monte del Castillo, por ejemplo. La frase popular “es más conocido que la ruda”, hace alusión a que hasta los ciegos la conocen... por su olor. El cocimiento de esta planta se ha usado como loción capilar para acabar con los piojos, mientras que sus tallos y hojas puestos en el colchón de la

42

Águilas Verano 2012

cama parece que alejan a las chinches. Marchemos ahora a tierras más interiores de nuestro término. Poco voy a descubrir del Granado (Punica granatum), de las Punicáceas. Este arbolillo frutal, de preciosas flores y de hasta 5m originario de Persia y traído a la península por los fenicios, es de sobra conocido. Se cultiva en huertas y como ornamental, aunque a veces aparece asilvestrado en barrancos húmedos, floreciendo entre Marzo y Mayo. Su nombre no tiene nada que ver con la ciudad de Granada, sino que hace alusión a los granos de sus frutos; y su ingesta facilita la eliminación de lombrices intestinales. Opuesto en popularidad es el Pinillo o pinillo oloroso (Ajuga iva), de las Labiadas o Lamiáceas, una modesta herbácea tumbada o semierecta de hasta 20cm y fuerte olor a almizcle al ser restregada. De esta planta se da la curiosidad de que pueden aparecer poblaciones tanto de flores amarillas como de flores purpúreas., floreciendo entre Mayo y Septiembre. Se la puede ver en pedregales, pastizales y matorrales diversos. En Águilas la he fotografiado en La Carolina en el mes de Julio. Otra planta, el poco común Cardo blanco (Serratula leucantha) -algunos autores lo incluyen en la especie Serratula flavescens-, de la familia botánica de las Compuestas o Asteráceas, es un bonito cardo herbáceo de hasta 40cm y de tallo sin ramificar. Forma parte de matorrales y pastizales sobre suelos de margas, calizas o tesos y florece entre Abril y Julio. Yo lo he encontrado florecido en Junio en el Lomo de Bas. Mucho más común es la Gallocresta (Bellardia trixago) -antes, Trixago apulade las Escrofulariáceas, herbácea de hasta 60cm, no ramificada, semiparásita y con atractivas flores bilabiadas con dos


tipos de coloración: enteramente amarillas o bien blanco-rosadas. Se la encuentra en pastizales secos, baldíos y bordes de los caminos. En Águilas se la ve por muy diversos lugares: parajes próximos a las carreteras a Puerto Lumbreras y a Mazarrón, por ejemplo. Florece entre Abril y Junio. Otra planta fácil de hallar es el llamado Ajo de perro o también nazarenos (Muscari neglectum) -antes, Muscari racemosum- de las Liliáceas, herbácea bulbosa de hasta 30cm e inconfundible por su apretado racimo de florecillas moradas y acampanadas que acaban en unos dientecillos blancos que desprenden olor a nuez moscada. Es invasora de tierras de labor, en márgenes de caminos, solares y campos abandonados. Sus bulbillos se han utilizado como alimento en algunas islas griegas. Florece entre Marzo y Abril. Una maravilla de planta es la orquídea Espejo de Venus (Ophrys speculum) -antes, Ophrys vernixia- de la familia de las Orquidáceas, herbácea con tubérculos y de hasta 20cm. Posee unas bellísimas y extraordinarias flores con un amplio “espejo” central azul en su pétalo más modificado (= labelo), delimitado por un peludo reborde marrón. Aparece en pastizales, márgenes de caminos y terrenos abiertos. En Águilas, se la puede ver en las sierras litorales y en el entorno de Cope, Calabardina y Torre de Cope, floreciendo entre Febrero y Mayo (óptimo entre primeros de Marzo y Abril).

Otra curiosa planta es la Hierba pincel (Coris monspeliensis), de las Primuláceas, herbácea de hasta 40cm que puede confundirse con los tomillos y aparece en romerales, tomillares y otros tipos de matorrales de las zonas cálidas. Es ésta una planta usada para curar heridas aplicándola en verde o seca y en polvo que florece entre Marzo y Junio (óptimo en Águilas en Abril). La he fotografiado en las cunetas de la carretera a Campico López. Dejo para el final a una interesante planta endémica (= exclusiva) del sureste español -Almería y Murcia- y que tiene

en Águilas abundante representación: la Zamarrilla lanuda (Teucrium lanigerum), de la familia botánica de las Labiadas o Lamiáceas, que es una herbácea de hasta 40cm catalogada como de “interés botánico especial” por su distribución tan concreta. En Águilas la podemos ver florecida entre Mayo y Julio (óptimo en Mayo) en matorrales, tomillares, ramblas y colinas pedregosas de suelos yesosos o calizos. Por ejemplo en Lomo de Bas y terrenos interiores de “Cuatro Calas”. Lo dicho: felices fiestas y buenos paseícos por “la otra Águilas”, paisanos. z

Bibliografía: García Rollán, M. (1999). Atlas Clasificatorio de la Flora de España. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Madrid. Polunin, Oleg (1982). Guía de campo de las Flores de Europa. Ediciones Omega, Barcelona. Sánchez Gómez, Pedro y otros autores (2003). Nueva Flora de Murcia. DM, Murcia. López González, G. (2001). Los árboles y arbustos de la Península Ibérica y Baleares. Ediciones Mundi-Prensa, Madrid. Castroviejo, S. y otros (1986-?). Flora ibérica. Real Jardín Botánico, C.S.I.C., Madrid. López Espinosa, J.A. y Sánchez Gómez, Pedro (2007). Orquídeas silvestres de la región de Murcia. DM, Murcia. García Guardia, Gabriel (1988). Flores silvestres de Andalucía. Ed. Rueda, Madrid. Berdonces i Serra, Josep Lluís (1998). Gran Enciclopedia de las plantas medicinales. Tikal Ediciones. Stübing, Gerardo y Peris, Juan Bautista (1998). Plantas silvestres de la Comunidad Valenciana. Ediciones Jaguar. Carretero, José Luis (2004). Flora arvense española. PHYTOMA-España. Serra Laliga, Luis (2007). Estudio crítico de la flora vascular de la provincia de Alicante. C.S.I.C., Madrid. Couplan, François y Styner, Eva (2006). Guía de las plantas silvestres comestibles y tóxicas. Lynx Ediciones. Pérez Ortigosa, Antonio Miguel (2007). La flora de Málaga. Diputación Provincial de Málaga.

Águilas Verano 2012

43


Vivencias y Reivindicación

La

de los

Plaza

Caños

Texto: José María Guillén Florenciano

A

unque mi decisión era, después de publicar mi libro, no hacer nada más, no me puedo negar, a petición de Félix Luis Pareja Muñoz continuar expresando una reivindicación de muchos años. Se trata de la "Vieja Fuente de los Caños", regalo del Rey Carlos III, con dedicatoria personal, una verdadera reliquia, siendo la culminación del gran acueducto que él ordenó construir y financiar a su Real Empresa, para que suministrara agua al pueblo desde Tébar. Deseo indicar que aunque Félix Luís Pareja ha publicado en el programa de festejos un artículo sobre este tema, modestamente considero el mío como complementario del mismo. Haciendo un poco de historia, he de decir que yo nací el 6-7-31 en la calle Sagasta,4 donde viví los años anteriores a la guerra civil, durante la misma y posguerra. Cómo no recordar a los vecinos de la calle. Los hermanos Santa María, la familia de Lola Galvez, Isabelita "la modista", la familia Lázaro, los Juan de Lucas, los Quiñonero, la familia García Navarro, Juanita Peñas, los Grima y los hermanos Ruiz, cuya vivienda en toda la calle es la única que no ha sido derribada. En los laterales de la plaza vivían las familias de los Pablos y Espinosas con su tienda y taller respectivos. También al lado de mi vivienda un horno llamado "Tío José", que teniendo en cuenta las necesidades de la época, el olor de lo que allí se cocía, alimentaba. La calle estaba empedrada con adoquines que trajeron de Almendricos. También exponer que en esa cuesta, o en la plaza, jugábamos al fútbol, con una pelota de trapo, ya que cuando era de goma ocurría que tanto Jacinto Buitrago como el "tripalobo" nos la rajaban. Refiriéndonos concretamente al hecho que nos ocupa, en la década de los 60 existía un locutorio en la calle Rey Carlos III, donde actualmente vive mi tía, regido por las hermanas Sergia y Teresa, es la época en la que no existían los móviles, ni tantos adelantos en medios de comunicación, planteándose el problema de su desaparición. Éste fue el motivo de que, con anterioridad a mi mandato como alcalde, se hicieran los trámites para que el Ayuntamiento facilitara un terreno para la ubicación del mencionado locutorio; y concretamente en abril de 1968 es desafectada la "Fuente del Caño", de Bien de Servicios Públicos a Bien patrimonial, con objeto de hacer uso de su cesión posterior a la compañía telefónica, para la instalación de una central de la misma, que haría posible el servicio automático en Águilas.

44

Águilas Verano 2012

Con respecto al uso de la fuente y sus grifos, tanto en el centro, como en el frente, las amas de casa con sus cántaros, como "El León" con su carro, distribuían tan preciado líquido. Finalmente expresar, que la razón de querer exponer esta reivindicación viene por un doble motivo: por un lado el hecho de que después de haberse conseguido logros tan importantes como la rehabilitación del Castillo, las Termas romanas, los cabezos "Molino de Sagrera" y los "Alacranes" y otros en tramitación, éste sería uno más a incrementar el reclamo turista. También el refugio, que servía como tal en los bombardeos, y que comunicaba esta plaza con la actual de José López Méndez (los antiguos Arcos). Victor Hugo decía: "todo poder es deber" y Aristóteles: "no hace falta gobierno perfecto, se necesita uno que sea práctico". Quisiera terminar esta narración con un texto del afamado Antonio Martínez Parra "el aguileño", verano de 1914: "Fuente del Oro" ¡Que nos roban el agua! Esto decía la insidia cobarde a la inculta grey; con espasmos de indignación justiciera, recordamos el 27 de marzo, pero la providencia vela por el justo, que aplasta la iniquidad y premia su honra, guió el corazón de un hombre al sitio desconocido por donde se filtraba rápidamente perdiéndose en extenso arenal y la columna fue destruida y el calumniador denunciado a los tribunales para que rematen la obra de Dios. Veo la fuente del oro, como despeña a los cántaros vertiginosamente el agua potable de nuestro pueblo querido sus cuatro chorros del frente y los dos laterales que tiene, nos dan hoy agua para nuestras necesidades públicas y privadas. z






Foto: Alex Puyol

En los últimos años, nuestra localidad se ha consolidado como destino turístico de primer orden en cuanto a la organización de eventos familiares o de empresa. Son cada vez más quienes, desde cualquier rincón de España, visitan Águilas buscando ese lugar diferente y exclusivo donde a un entorno y clima envidiables se suman modernas infraestructuras hoteleras, así como un gran número de creativos y profesionales que asumen como un reto personal la originalidad y el éxito de cada celebración Águilas Verano 2012

49


E

n Águilas, únicamente la imaginación marcará los límites de una excepcional puesta en escena cuando de celebrar bodas, comuniones, bautizos o conferencias se trate. Nuestra localidad costera, sinónimo de luz mediterránea, de clima cálido y suave brisa, de puestas de sol inigualables, nos presta ese idílico telón de fondo que tantos otros pueblos querrían para sí. Nuestro maravilloso entorno, sin embargo, es condición necesaria pero no suficiente para la materialización de una ceremonia o celebración únicas. Al clima y al paisaje aguileño se suman otras muchas cualidades de índole empresarial y social, propiciando una combinación turística perfecta. Hablamos de nuestras infraestructuras hoteleras, que no cesan de idear nuevas propuestas relacionadas con el festejo, de nuestros establecimientos de restauración, implicados en una personal interpretación de la gastronomía sin prescindir de los sabores tradicionales de la huerta y el mar. Nos referimos también al plantel de excelentes fotógrafos especializados en el retrato y el paisaje, de imaginativos floristas, músicos, peluqueros, modistas, joyeros, agentes de viaje y un largo etcétera.

Un entorno mágico

Auditorio Infanta Elena

La comarca aguileña podría catalogarse como un paréntesis paisajístico, ya que no ha llegado a sucumbir a la construcción desmedida que preside las costas mediterráneas. Gozamos de playas que deberían figurar en los mapas con letras mayúsculas, como La Carolina o La Higuerica, tapizadas de fina arena y flanqueadas por paredes rojizas; como Calarreona, bulliciosa pero tranquila en días festivos, como la recóndita Playa del Hornillo, siempre mirando al antiguo muelle; o como, por no abultar la lista, nuestra fabulosa Playa Amarilla, de límpidas aguas y protegida de los vientos tras la isla del Fraile. Y es que, más allá de su valoración turística oficial, todas nuestras playas deberían ser catalogadas como "Lugares Románticos", espacios donde, a ciertas horas, el maridaje entre la luz y el agua consiguen crear una atmósfera irrepe-

50

Águilas Verano 2012


Foto: Alex Puyol

yol Foto: Alex Pu

tible, momento y lugar que buscan los fotógrafos para retratar a las parejas de recién casados o a los chavales que van a recibir la comunión. Pero a las playas se podrían sumar otros muchos espacios, en unos casos abiertos como los oteros donde se encuentran el Castillo de San Juan de las Águilas o nuestros molinos. En otros casos más recónditos e incluso desconocidos, por citar algunos ejemplos la caleidoscópica Escalinata de Juan Casuco, el mismo muelle portuario o el laberíntico barrio al pie del Castillo sin olvidar, por supuesto, nuestra frondosa Glorieta.

Mil modos de festejar Vivimos en la sociedad del espectáculo, de eso no hay duda, y a la hora de organizar una boda hay quien opta por fórmulas tan extravagantes como casarse subidos en un globo aerostático, o sumergidos bajo el mar o, si me apuran, siguiendo el ritual hawaiano. Sin llegar a esos extremos, no obstante, la gente no debería renunciar a organizar un evento que se salga de las normas estandarizadas, dejándose llevar por la imaginación y buscando modos de festejar que se ajusten a las preferencias y a la propia personalidad de los participantes en un evento concreto.


uñiz abriel M foto: G

Es en este sentido donde Águilas destaca no sólo como un paradigmático entorno natural y urbano, sino por las numerosas prestaciones turísticas que ofrece. Para descargar adrenalina en las despedidas de solteros, cumpleaños o descansos de reuniones corporativas, Águilas cuenta con una fabulosa pista de Karting en los alrededores de los Arejos, con varias empresas dedicadas al paseo en barco o con otra empresa que alquila un

52

Águilas Verano 2012

divertido trenecillo urbano. En el ámbito puramente ceremonial, aparte de las Iglesias, no falta quien opta por nuestro maravilloso y recién restaurado Casino con sus aires decimonónicos. Los hay quien eligen casarse en la coqueta Ermita que levantara con sus propias manos Don Juan Casuco, o incluso en plena bahía, descalzos bajo un dosel adornado con telas y conjuntos florales. En caso de la organización de cualquier reunión empresarial, las corporaciones disponen de espacios donde combinar el trabajo y el reposo, véase el Hotel Don Juan Montiel, dotado con todos los adelantos técnicos necesarios, sin pasar por alto nuestro flamante Auditorio con vistas al mar. A nivel gastronómico, Águilas cuenta con excelentes cocineros en hoteles y restaurantes, e igualmente la oferta es tan amplia como nuestra propia imaginación, pudiendo optar por convites más formales o tipo cóktail a precios muy razonables. Para concluir, y ciñéndonos ya a la propia celebración festiva, debemos destacar las espectaculares posibilidades que ofrece nuestra localidad para desfogarse o tomar unas copas, en especial el Tuareg y La Isla, verdaderos oásis de naturaleza y color. Águilas, en definitiva, posee la magia de su clima y su entorno, pero sobre todo de sus gentes, que acogen al visitante hasta el punto de hacerle sentirse uno más. Años de experiencia como localidad eminentemente turística, la han situado como un referente del buen hacer, donde tradición e innovación caminan juntos, gracias a un amplio abanico de profesionales. z



... pero quién fue el

Dr. Fortún

Texto: Vicente Sicilia Tárraga

P

rácticamente, todos los aguileños saben que el nombre oficial del "Placetón" (del que tanto se viene hablando en los últimos tiempos a causa de su controvertida remodelación) es el de "Plaza del Dr. Fortún", pero puede ser que haya quien ignore ciertos detalles, como por ejemplo: desde cuándo se llama así; cómo se llamaba antes; cuál ha sido la evolución y uso de esta plaza; e incluso puede que alguien sienta curiosidad por conocer quién fue el Dr. Fortún, qué méritos pudo acumular este ilustre aguileño para que se le asignase su nombre a una entrañable plaza como ésta; a qué rama de los Sánchez-Fortún (apellido muy frecuente en nuestra localidad) perteneció tan notable personaje; si aún viven en la actualidad descendientes suyos en Águilas, etc. Veámoslo. Fue el 13 de abril de 1.889, fecha en la que, siendo alcalde D. Carlos Crouseilles, y por petición popular, el ayuntamiento decide poner dicho nombre a la hasta ese momento denominada "Plaza del Rosado", en homenaje al eminente

54

Águilas Verano 2012

médico cirujano D. ANTONIO SÁNCHEZ-FORTÚN ROMERO, fallecido el día 7 de ese mismo mes, y que ejerció la medicina durante cuarenta y cinco años en Águilas, donde había nacido el 2 de mayo de 1.818. Su fallecimiento ocurrió en Lorca, y era tal el aprecio y admiración que se le tenía, que cuentan fue traído a hombros desde la vecina localidad hasta Águilas, donde recibió sepultura y aun hoy día descansa en el panteón familiar "Sánchez-Fortún Cerdán". Durante todos esos cuarenta y cinco años de ejercicio, se ganó el respeto y cariño de todos los aguileños por sus conocimientos profesionales, gran humanidad y acción bienhechora, especialmente entre los más necesitados, habiendo realizado su labor médica a plena satisfacción de todos. Alcalde de Águilas durante corto espacio de tiempo en 1.854, hubo de centrar su atención durante ese periodo en atajar la epidemia de cólera que invadió toda la costa mediterránea causando centenares de miles de muertos,

mientras que en nuestro pueblo tuvo un impacto mínimo. Fueron sus padres D. José SánchezFortún Franco y Dª María Simona Romero. Se casó con Dª Asunción García Martínez, de Lorca, y tuvo dos hijos: Dolores y Antonio. Dolores contrajo matrimonio con D. Trinidad Fernández Fernández-Rufete, y marchó a vivir a Lorca iniciando allí un linaje prolijo, en el que han destacado numerosos personajes de la vida social y económica lorquina, como el afamado comerciante D. Trinidad Fernández S-Fortún, e insignes profesionales en el ejercicio de diversas actividades como la arquitectura, medicina, y otras. Antonio continuó viviendo en Águilas, donde casó con Dª Ana María Cerdán Rostán, el 1 de julio de 1.889, de cuyo matrimonio nacieron cuatro hijas: Asunción, Tomasa, Ana Mª y Rafaela, que no dejaron descendencia, y dos hijos: Antonio y Sebastián. El menor, Sebastián, marchó a Madrid, donde contrajo matrimonio con Dª Enriqueta Rodríguez, mientras que Antonio, el mayor, continuó viviendo en Águilas. Éste, Antonio Sánchez-Fortún Cerdán, conocido como D. Antonio Fortún, aun hoy es recordado con cariño, pues fue un prohombre en el ambiente cultural y social de nuestro pueblo, muy querido y respetado, tanto por su formalidad y bien hacer en el trabajo (Inspector Jefe de Línea del ferrocarril), como por su cualidad humana y sus dotes literarias y poéticas. Gran aficionado a la caza, y hábil constructor de jaulas de perdiz, casó con Dª Lola Mulero, de cuyo matrimonio nacieron dos hijos: Antonio y Ana Mª Sánchez-Fortún Mulero. El primero, Antonio, a pesar de vivir durante muchos años en Zaragoza, mantuvo su vincula-


Todos la conocemos como El Placetón, pero este tradicional espacio de reunión vecinal en realidad lleva por nombre Plaza del Dr. Fortún. Vicente Sicilia Tárraga, autor de este artículo, hace un esbozo de la personalidad de aquel querido doctor, así como nos describe las vicisitudes de esta plaza emblemática

ción y amor por Águilas, plasmado en sus constantes visitas y participaciones culturales y tertulianas. Allí residen sus dos hijos: Mª Dolores y Antonio, (prestigioso traumatólogo, con el que continúa la tradición de los Antonio SánchezFortún médicos). La segunda, Ana Mª, más conocida como Anita Fortún, es la única que vive, y lo hace en Águilas, donde también mantienen residencia sus hijos Ángela, Juan y Lola Campoy SFortún, esposa, ésta última, del autor del presente artículo. Hubo un cuarto hijo, Antonio, fallecido a temprana edad, eminente Doctor en Zoología por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra, e investigador de renombre internacional. Hoy en día, y por esta rama aguileña, entre los choznos (hijos de tataranietos) del Dr. Fortún, hay dos médicos: la doctora María Dolores Asarta SánchezFortún, que ejerce en Zaragoza, y el doctor Daniel Campoy Soto, que lo hace en Lorca, quedando patente, una vez más, la relación entre la medicina y la descendencia del insigne doctor. Como queda expuesto, el Dr. Fortún, D. Antonio Sánchez-Fortún Romero, tiene bien merecido el reconocimiento que en su día se le tributó, y que ha de continuar como reflejo del reconocimiento del pueblo de Águilas para con uno de sus hijos ilustres. La última urbanización realizada en la plaza del Dr. Fortún, o Placetón, fue inaugurada el 6 de febrero de 1.988, dotándosela de espacio lúdico y ajardinamiento. El acto, presidido por las autoridades locales, contó con intervención de la Banda de Música, y constituyó un hecho social de cierta relevancia al que acudieron Jefes Nacionales y Regionales de diversas Agrupaciones de Explo-

radores de toda España, pues se inauguró a la sazón un obelisco en honor de otros insignes aguileños: D. Severo Montalvo, D. Juan Antonio Dimas y D. Gonzalo Navarro, todos ellos destacados componentes del Grupo Scout que tanto bien ha aportado en la formación de diversas generaciones de aguileños, y donde igualmente se recordaba a D. Joaquín López Cano y sus hijos D. Joaquín y D. Felipe y su generosa y altruista donación de terrenos que más adelante se explica. Con anterioridad a esta urbanización, era un espacio yermo, terregoso, cruzado de norte a sur por un angosto y subterráneo desaguadero en el que los zagales de la época gustábamos de introducirnos reptando, inconscientes del peligro que ello representaba, pero con el afán de demostrar ser "más valientes que ná". La configuración inicial de la plaza era más reducida de lo que ahora vemos, pues la parte Oeste, frontal con la calle Floridablanca, esquina a la prolongación de la calle Joaquín Costa, estuvo ocupada por unos almacenes, hasta 1921,

Por los años 60, la Plaza del Dr. Fortún o Placetón era un entorno puramente familiar, un lugar de armónica convivencia donde todos los vecinos se conocían

fecha en la que los mencionados D. Joaquín y D. Felipe López Morales cedieron los terrenos al ayuntamiento a condición de que fuesen destinados a ensanche de la Plaza del Dr. Fortún, y que ésta tuviese siempre un uso público, siendo a finales de los 60 cuando adquiere las dimensiones actuales al procederse al derribo de un edificio de dos plantas, en esa misma acera, que hacía esquina con la calle Coaña, en cuyos bajos estaba, por una parte, la droguería conocida como "la del Sordico" (D. Pedro Maldonado, hombre atento y servicial donde los haya) a cuyas puertas se formaban largas colas para adquirir el racionado "gas" (aunque en realidad era un líquido derivado del petróleo, algo así como un gasóleo basto) que se utilizaba para los infiernillos que tan de moda estuvieron en esos años; y por otra, la relojería de Octavio, donde se reparaban aquellos relojes de cuerda Cauny Prima, Omega, Dogma, etc. En el piso superior vivía la familia Rostán, mientras que en el lateral norte del edificio, sobre la plaza, un humilde cobertizo de madera, daba cobijo a la zapatería del "Bomba" verdadero artista en la reparación del calzado, a cuya puerta, Melenchón, siempre con su negra boina sin "capar", solía estar sentado en un pequeña silla de enea, pregonando los cupones de "las iguales" de los que era vendedor: "Dos iguales para hoy", "Me quedan las mamellas (el 88)", "Nena, llévate la con perdón (el 86) que te va a tocar hoy", etc., hombre simpático y amable. Por esos años 60, la Plaza del Dr. Fortún, formaba, como toda Águilas, un entorno familiar donde todos se conocían y trataban. Frente al mencionado edificio, en el local que ahora ocupan unas dependencias municipales, estaba la

Águilas Verano 2012

55


tienda de ultramarinos de Ignacio Piernas y su esposa, cariñosamente conocida como "la Nena". En esa misma acera, pasada la calle Martos, la taberna de Bernabé y su hermana Bienvenida, servía buen vino y unos torraos magníficos, además de tener dos futbolines donde los zagales jugaban enconadas partidas (1 peseta, 12 bolas). Junto a ella, la barbería de Sebastián, padre de Juan Bautista y Mari, y "Tejidos Castro" reconvertido después en confitería; mientras que en el piso superior, vivía la familia Mauricio, (D. Ernesto, veterinario municipal y pertinaz investigador del "movimiento continuo"), y la de Cati y Fina García. Los Puche, años después. Seguía la tienda de los Llorca (Ginés y Juanito), y frente a ellos, en la otra acera, formando el lateral Norte de la plaza, el edificio, donde moraban D. Ginés Varea prestigiado agente comercial, y en el piso superior, la familia Torres Martínez (de D. Eduardo Torres Nevado, profesor y persona de exquisito trato). Cruzada la calle Jovellanos, seguía ese lateral Norte con el edificio en que el tenía la carpintería Pepe "el Andaluz"; y donde vivía Baldomero (durante muchos años, infranqueable portero del Cinema Ideal) y su familia, (simpática y dicharachera su hija Isabelita); D. Diego Rodríguez y Dª Laura (padres de Isabelita Rodríguez); la peluquería de Pepa "la peluquera" (tía de Teresita y Pedro Díaz); y en ese mismo edifico fue donde Ramón Martínez Rodenas (el Sastre Nuevo) puso su taller al desembarcar en nuestro pueblo procedente de Cuevas de Almanzora. Remataba esta acera el bodegón de "el Tallero", que más tarde pasó a la sobrina de ese singular aguileño que fue "El Joliver", y a Ángel Montalbán. En la entrada, a la izquierda, tenían unos enormes toneles de madera para el despacho de vino a granel, y en la que ya se apreciaba un característico olor agrio procedente de los vinos derramados y las aceitunas partidas que allí se consumían. En las paredes de las escalinatas que suben hacia la calle La Gloria, entre la taberna y la casa de Pepe Paños, aparecieron un buen día unas pintadas con consignas como: "Gibraltar español", "A la lucha por Gibraltar", y otras, lo que supuso una verdadera conmoción en esos tiempos en los que, a pesar del acervado patriotismo que se vivía, lo de pintadas anónimas eran "palabras mayores". En el lateral Este, esquina a Joaquín Costa, funcionaba en esos años, la

56

Águilas Verano 2012

celebérrima "Academia Urci", y poco después, en sus bajos, se ubicó la corresponsalía de banca de D. Juan Prieto, dedicada al cobro de letras de cambio, otro de los símbolos que caracterizaron la época. En ese mismo edificio, pocos años después, estuvo el Cine Calablanca. Continuaba con la casa donde vivió D. José López (magnífica persona y buen músico, padre de Carmen, Carlota, Anita y una cuarta hija). La familia de otro insigne aguileño, D. Mateo Cerdán Sánchez-Fortún, ocupaba las dos plantas del edificio contiguo, hasta los escalones, que en forma de grada, configuran el rincón Este-Sur, al final de los cuales estaba un viejo caserón que albergó la "escuela de los cagones" de Dª Anita y Dª Adela Llorca. Tras cruzar la parte alta de la calle Coaña, en la cara Sur de la plaza, se llegaba a la casa de los Colorines (Blas, fino interior izquierda del equipo de fútbol juvenil, que marchó a los países nórdicos, y sus hermanas Loli y Águeda, cuyo padre tenía un balneario para baños calientes de agua del mar, en la playa de Levante), y a la de Octavio "el relojero". También ahí vivía el Sr. Sebastián "el de la draga"; que alquilaba habitaciones; D. Fernando Navarro, oficial del juzgado y padre de Vicenta; y más allá, José García, yerno del Sr. José "el Tripalobo", modélico jefe de la policía local. Una vez bajados los escalones, la casa del maestro Pereira hacía esquina con la calle Jovellanos, y se cerraba ese lateral Sur con la casa en cuyos bajos estaba (y está) el estanco; en el primer piso, el colegio de Dª Lola la Torre, y en el segundo, la fonda de Dª Agustina donde se albergaron artistas de teatro y circo tan famosos como los célebres payasos Hermanos Tonetti, y la legendaria trapecista María Cristina del Pino (Pinito del Oro).

Todos estos edificios formaban el perímetro de la Plaza del Dr. Fortún en los años 60. Los hay que siguen tal cual, mientras otros han sido modificados conforme la evolución del tiempo exige. En ellos vivieron unas familias antes, y otras lo hicieron después, e incluso puede que hayamos podido omitir a alguien de esos años 60. Nuestro cariño y respeto para todos. Lo que también ha ido evolucionando ha sido el uso que se le ha dado a la plaza, pues desde hace años ya no se instalan en ella los teatros ambulantes (de feliz recuerdo el "Bardem" y su exitosa representación de la obra de M. de Sagarra "La herida luminosa", a mediados de los 50, llevada al cine por Amparo Ribelles y Arturo de Córdova); o los circos, alguno de ellos protagonista de episodios reales tan románticos como el del joven lugareño que se enamoró perdidamente de una trapecista y se fugó con ella uniéndose a la trouppe abandonando su acomodada posición; o el Circo de los Hermanos Hernández, que se deshizo aquí, y del que recordamos con cariño a Sandalio; ni tampoco las tómbolas, ni los futbolines de Juan y Lola; ni las voladoras barcas; ni siquiera los coches eléctricos; que todo ello era ubicado allí. Como también fue escenario durante décadas de incontables partidos "de juego pelota en contra" en los que participaban los zagales de cada momento. De gran recuerdo los de los equipos formados por "El Placetón", con Luis y Miguel Andréu, Paco Pérez, Paco Serrano, Pepito y Ginín Llorca, Eguaguito Torres y Guillermín, Blas el Colorín, Tatán y Vicente Cerdán, un servidor, y otros, contra "La Calle de la Gloria", con Pepe Nieto, los hermanos Lesmes (Paco y Jaime), Manolo Amador, Ramón, Paco Montesinos, Miguelín, Juan Bta. Moreno, etc. De lo que no tengo seguridad es de si Ángel Moreno Lageteau, que vivía junto al Placetón, participaba con algún equipo, o ya por entonces ejercía su vocación de árbitro a pesar de su tierna edad. La plaza del Dr. Fortún, o Placetón, ha tenido siempre ese entrañable sabor a corrala. Es un lugar emblemático para los aguileños, cargado de historia, de uso público y compartido, que lleva el nombre de un ilustre aguileño que se distinguió por su humanidad y generosidad hacia los demás. Cuidémosla. z



del

El milagro

Esparto Texto y Fotos: Gabriel Muñiz

Águilas se enmarca en aquella vasta extensión, en principio inhóspita y estéril, que procuró una materia prima irreemplazable. Los romanos apodaron al territorio como Campus Spartarius, haciendo honor a la fuente vegetal de donde surgieron todo tipo de utensilios para la navegación, la ganadería y la agricultura.

N

o sabemos hasta qué punto esta planta silvestre, la Stipa tenacissima, había colonizado y dominado, en detrimento de otras especies autóctonas, la inmensa extensión geográfica del Sureste español. Algunos estudiosos opinan que su introducción no fue exclusivamente espontánea, y que a ella pudo colaborar la cultura Argárica, en cuyos yacimientos existen pruebas fehacientes de su uso gracias al hallazgo de diferentes restos de fibra. Sabemos con toda seguridad, eso sí, que los intrépidos navegantes fenicios y griegos ya comerciaron esparto a

58

Águilas Verano 2012

mediana escala. Aquellos primeros viajeros supieron apreciar la inigualable elasticidad y resistencia del esparto procedente del entorno del litoral español, una inmejorable materia prima que comenzarían a exportar por todas sus colonias en el Mediterráneo.

Campus Spartarius Todos coinciden en las excelencias de lo que denominaron los romanos como Campus Spartarius; El aprovechamiento agrícola y textil, junto a la minería y las salazones de pescado, constituían las tres explotaciones principales del mundo romano en la península.

Nuestro territorio brindaba gran número de especies vegetales que eran susceptibles de hilarse con diferentes fines. Pero el mejor esparto, respecto al que crecía en el interior, era el obtenido en los montes cercanos a la costa. Los romanos supieron ver que el clima específico del litoral proporcionaba una planta menos leñosa, más corta aunque también más fina y flexible, condiciones inmejorables para su tejido posterior. La recolección y tratamiento de la Stipa tenacissima , ya en época romana, alcanzaba un grado nada desdeñable de complejidad. La tradición del espar-


to, tal como la conocemos, permaneció prácticamente invariable con el tiempo, sólo a expensas de la exigua tecnología que iría incorporándose a su manufactura siglo a siglo. A través de diferentes procesos, obtenían diferentes clases de esparto según al fin al que estuviera destinado. Una vez recolectado, podía ser simplemente oreado en lugares pedregosos. Elaboraban también esparto blanco o curado que, una vez cortado y tras extenderlo en haces a la intemperie, se sometía a la implacable luz solar del estío. Las nieblas matutinas procuraban su progresiva curación, además de proporcionar al esparto un característico y apreciado color dorado. Otro tipo de esparto, el denominado esparto cocido, también llamado macerado, se obtenía sometiendo la planta a un prolongado "enriado", manteniéndolo con ayuda de unos pesos sumergido en el agua. En el litoral, sin embargo, el "enriado" se llevaba a cabo en el mar, practicando en los abrigos costeros y ensenadas espaciosos recintos o "cocedores" donde el esparto sumergido quedara extendido. El proceso del esparto cocido era el más exigente a nivel técnico, cuya finalidad principal era la obtención de una hilaza comparable al cáñamo o el lino. Poco a poco, la tradición del esparto es perfectamente asimilada por la sociedad agraria peninsular, que hacía uso de él como elemento indispensable de supervivencia. Aparte de otros aparejos, pudo ser que los romanos utilizaran el esparto para construir sus resistentes almadrabas de bonito y atún. Todo lo habido y por haber tenía relación material con el esparto: serones, espuertas para la minería, cantimploras, sandalias, polleras, recipientes para aceitunas… la manufactura del esparto fue adquiriendo, con los romanos, entidad de incipiente industria.

teros y alpargateros. Poco a poco, por tanto, se va institucionalizando cierta especialización en la manufactura del esparto. Los cargamentos en bruto o en cordaje parten del litoral también hacia el interior de la península a través de las redes viarias, con dirección a las primeras fábricas en lugares alejados de la península. La industria del esparto irá tomando cuerpo. Por una parte actúan los artesanos profesionales, trabajando por encargo o en pequeñas fábricas, contingente al que se suma la población general en épocas de crisis. El esparto se revela como elemento indispensable en la construcción, enrollándolo a grandes maderos que servían de sostén en las paredes, o formando un sólido tejido con caña, ideal para el enyesado de muros y falsos techos. La técnica artesanal se va depurando en busca de una mayor calidad. Tras largas jornadas de secado, el esparto cocido seguía su proceso, pasando a la extenuante operación del picado del esparto, que manualmente era machacado contra un tocón de madera o una piedra lisa y bien nivelada, utilizando como percutor un mazo de madera. El resultado consistía en una fibra libre de sobrantes, de unos 40 centímetros de longitud, que era ideal para emprender los diferentes trenzados. Se utiliza también la técnica del rastrillado, pasando con paciencia las fibras por un rastrillo

manual hasta limpiarlas de toda impureza, obteniendo un material ideal para hilar. Pescadores y agricultores, aprovechan los esporádicos paréntesis estacionales para la extracción de esparto con fines propios, gracias al cual elaboran sus herramientas de pesca o agricultura, o con fines más domésticos como calzado, juguetes, o acumulación de esparto para las cocinas. Águilas fue testigo directo de estas formas de hacer. Hasta no hace mucho tiempo, nada se concebía sin la participación del esparto. z

Testigo de la Historia Con la dominación árabe se mantendrá viva la tradición. La tierra del esparto asistirá, sin embargo, a un evidente abandono a lo largo del siglo XIV por encontrarse en los indefinidos límites fronterizos entre moros y cristianos. Una vez pacificado el Levante peninsular, diferentes cronistas vuelven a hablarnos de ingentes exportaciones de cordaje de esparto a través del Mediterráneo. A finales del siglo XIV surgirán los primeros gremios de espar-

Águilas Verano 2012

59


Los Moris Con el cese de los "Moris" se ha perdido algo más de 234 años de esparto

Texto y fotos: Juan Hernández Calvo

Á

guilas está triste por el cese de la industria de espartería "Los Moris" pues con ellos se pierde parte de nuestra identidad industrial espartera. En el año 1773 se inicia el proceso de industrialización del esparto en Águilas; la primera industria espartera fue Félix Soria, fundada en el 1775 y la última Los Moris Sociedad Cooperativa (1925) -Hilaturas y Otras industrias menores-,

industria familiar modesta. Pese a la aparición de las fibras sintéticas que de alguna forma desplazaron el esparto, esta sociedad ha estado funcionando con la hilatura del esparto hasta 2007, año de su cese. Ya sólo nos queda la historia, nuestra historia, quedando como vestigios los grandes artesanos del esparto. Hace 10 años que me adentré en el mundo del esparto y con el tiempo he

ido convirtiendo ese descubrimiento para mí en mi pasión, en el interés de que lo que ha sido para Águilas una forma de vida y de cultura no se pierda. Tras conocer a la mayoría de las personas relacionadas con el esparto, vengo luchando para que Águilas tenga un museo, un lugar donde queden recogido todo lo que queda de la industria de espartería y todo lo que hay hecho por los pocos artesanos que quedan; así


como talleres que se dieran de forma permanente a jóvenes y mayores. Debemos recuperar lo poco que queda de la industria espartera, disfrutar con el conocimiento que pueden ofrecernos estos artesanos esparteros y poder contemplar sus obras creadas con tanta entrega y dedicación; cada día que pasa estamos perdiendo objetos

de gran valía emocional para todos los aguileños y nuestra historia; sabemos que los esparteros aguileños son mayores pero en sus manos tienen un tesoro, son fabricantes de arte y debemos de curtirnos de su talento, ¡estamos a tiempo! Este año hemos visto en nuestro desfile y en las peñas de la noche de nuestro Carnaval una buena representación de que el esparto puede seguir vivo, ¡enhorabuena y muchas gracias! a todas estas peñas que han utilizado el esparto en los trajes y por supuesto siempre a nuestra Musona y su séquito, personaje ancestral, muy importante para el carnaval de Águilas, siendo acompañado por cientos de personas desde el Castillo San Juan de las Águilas que representa y nos lleva a la idea de que cuando buscamos historia de Águilas encontramos un hueco para el esparto. Esta inquietud que siento y manifiesto por difundir la historia de la que posiblemente ha sido la mayor población espartera del mundo queda reflejada en mi página web www.jhernandezcalvo.es, decicada al esparto y a sus artesanos,

en la que intento recoger los 234 años de nuestra historia y el arte de estos maestros a través de la fotografía. Desde aquí mi homenaje a los Moris ya que han cesado esta actividad por su jubilación hasta su cierre, a pesar de todos los inconvenientes por el paso a las nuevas tecnologías, han luchado y han vivido por y para el esparto. Gracias a ellos y a cada una de las personas que contribuyen a hacer posible que siga el esparto vivo. z


Comercio de Proximidad

La vuelta al undo en 80 iendas

M T

E

sa mañana se levantó con ganas de viajar. Se sentía un Marco Polo con todo el tiempo del mundo, un Robinson fuera de la isla, algo así como Phileas Fogg pero sin club, ni apuesta, ni un fiel amigo como Passepartout. O mejor, como Corto Maltés. Sí, se sentía como el hijo de la gitana de Gibraltar y el marinero de Cornualles. El viajero atípico y un tanto estrambótico que Hugo Pratt dibujó y dejó a su ventura. Por Siberia, Manchuria, Samarkanda. Se asomó por la ventana para cumplir con el ritual del meteorólogo, vio que todo nadaba en una calma azul y cotidiana, y decidió hacerse a la mar. Solo que esa mañana la mar era la calle, el barco su imaginación, y el equipaje…

62

Águilas Verano 2012

¿El equipaje? Lo que llevaba en los bolsillos de su melancólico gabán. Pegada a la piel, su camiseta a rayas, y sobre la cabeza, su gorra de viejo capitán. Lo tenía todo. Se puso a andar sin rumbo, lentamente, según le iba viniendo en gana. En su vida, él llevaba el timón. Y así fue como los pies le arrastraron hacia su destino de martes sin carnaval, un martes sin apellido. Quería hacer un viaje por "las cosas", un recorrido por lo "infraordinario", como reescribiendo al autor francés George Perec. Las cosas que necesitamos, queremos, deseamos. Aquellos objetos que nos hacen la vida más fácil, bella, distraída. Lo que tenemos a nuestro alrededor, campa por los cajones, puebla las estanterías, habita los armarios y vive

Texto: Ángeles Castillo

Y entró en la primera tienda que le salió al paso, y todo en ese momento se le hizo playa, porque en aquel comercio olía a mar por los rincones. Todo lo que se puede comprar. Lo que es carne de moneda. Los artilugios, artefactos, utensilios, útiles, artículos… Que esperan pacientes en los almacenes a escondidas. O que se exhiben, impúdicos, en los escaparates, a los ojos de todos, de cualquiera.


Son tenderos de toda la vida, los comerciantes de siempre, los guardianes de mostrador solícitos y atentos... Son los pequeños empresarios de Águilas, los que mantienen contra viento y marea una forma de hacer y vivir el comercio que no debe desaparecer En este laberinto se perdió esa mañana el marinero en tierra. Dónde mejor para ponerse a salvo de un sol que era un timbre que sonaba con la premura de la urgencia. Las palabras ya excitaban su imaginación suficientemente. Comercio, colmado, establecimiento, tienda, mercado… Le transportaban hasta la Roma del foro y el ágora, hasta la mítica Fenicia de los comerciantes, la Venecia de los mercaderes. Hasta la ruta de la seda y de las especias, la de la plata, pero sin salir de aquí, del Medi-

terráneo, de Águilas, su mar, su tierra, de su casa. Quería pasearse entre las cosas comunes, lo que tiene la hechura del pan de cada día, de lo no exótico, de lo que llevamos en la bolsa y habla de nosotros. Hacer balance de lo minúsculo, inventario de lo cotidiano. Y entró en la primera tienda que le salió al paso, y todo en ese momento se le hizo playa, porque en aquel comercio olía a mar. Y no sólo era el olor. Aquel insólito refugio estaba literalmente inundado de estre-

llas de mar, caracolas, esponjas, corales y hasta dientes de tiburón. Como si lo hubiera dejado allí una ola. O como si aquel marinero perdido en la ciudad estuviera ahora en las profundidades oceánicas, con el capitán Nemo asomado al ojo de buey del Nautilus. Pero no, ni aquello era una página de Julio Verne ni otra de sus aventuras fantasiosas. Se encontraba en una tienda de souvenirs delante de su dependienta, que le daba toda clase de explicaciones sobre tan maravilloso y prolí-


fico muestrario. Sus pies estaban tocando tierra. Pero ¿cómo podía haberse visto envuelto en aquella atmósfera neptuniana y además, de esa manera? Su capacidad de ensoñación le turbaba. Siguió adelante, mar adentro de la acera, perdido entre transeúntes, para encontrarse en una habitación que le había fascinado ya en la casa de su infancia. Había desembocado entre las cuatro paredes de una mercería. Miró el reloj, aún le quedaban algunas horas

64

Águilas Verano 2012

y el tiempo podía detenerse. Los pequeños cajones cuajados de botones sin fin, las cremalleras cayendo en vertical, los hilos subiendo la inasible escalera de color, los metros de goma en espiral, las agujas sin enhebrar, los alfileteros, dedales y bastidores, aceleraron su corazón de poeta. Y la mercera dando sentido a todo aquello. A todo aquello que estaba por hacerse. Así que cuando más tarde dio el salto a aquel bosque de telas enrolladas, popelines, viyelas, rasos, viscosas, sedas,

lonetas, batistas y percales, luchando por ordenarse en el espacio, la persona que atendía el mostrador hubo de escuchar de sus labios de hombre viajado que aquella era una tienda con presente sí, pero, sobre todo, con mucho futuro. Su vida no había hecho más que empezar. En las siguientes páginas, las telas tendrían que ser cortadas, diseñadas, hilvanadas, cosidas y sobrehiladas. Tanto por hacer. Sus ojos buscaron las alcaparras, las tápenas, en una tienda de encurtidos, y le quedó en la boca un sabor mediterráneo de abril de ancla cuando aquella mano las vertió con el cazo en el recipiente húmedo. Y entonces quiso vino y probó en la enoteca los caldos de la tierra y se acordó de Baco y de su triunfo sobre las tablas de un teatro. Y llegó hasta el mercado y se vio sin límite, entre montones de fruta y de pescado, y todo le pareció pintado de azul. Y ya frente al mar, cuando podía ver su faro, en el puerto donde se escriben las canciones tristes, quiso brindar por los tenderos de toda la vida, los comerciantes de siempre, los dependientes especializados, los guardianes de mostrador solícitos y atentos. Alzó su copa por ellos, dio un trago con el vaivén de su codo, abrió su cuaderno de bitácora sobre la longitud de la barra y con su lápiz desgastado escribió: "Hoy he viajado por el mundo en 80 tiendas, sin mi barco". Le vi salir de aquella tasca y caminar entre los barcos, mientras se adueñaba del paisaje de Águilas. Y tuve la certeza de que, aun con las manos en los bolsillos, seguiría escribiendo aquel canto a lo evidente y lo común, a lo ordinario. Aquella habanera de mantel a cuadros, retrato, pan y servilleta. z



La

del

Perla

Mediterráneo

Texto: Luis Pianelo Melenchón (Artículo extraído parcialmente del libro "Flota Pesquera de Águilas 1939-2011". luis_pianelo@hotmail.com)

“E

l Gabarrón" <CU-1-1186>, balandra mixta perteneciente a la familia Gabarrón de Águilas, quizás sea uno de los barcos más emblemáticos de los que han formado parte de la flota pesquera de Águilas durante su historia. Era conocido con el sobrenombre de "La Perla del Mediterráneo", aunque habían muchos marroquíes que se referían al pesquero como "La Estrella de Ceuta", probablemente por el escudo que llevaba tallado en su proa. Sus excelentes proporciones eslora-maga-puntal, junto a su bella línea y su robusto tablazón (7 centímetros para tablas de aparadura y de refuerzo, y 6 centímetros para forro ordinario), no dejaba indiferente a ningún lugareño cuando recalaba en otros puertos. Contaba con 21,36 metros de eslora entre perpendiculares (algo más de 24 metros de largo), 6,86 metros de manga y 2,77 metros de puntal. Su arqueo bajo cubierta era de 79,95 toneladas (incluido su castillo de proa) y portaba una novedosa proa modelo "Liberty", inspirada en los famosos buques de transporte norteamericanos de la Segunda Guerra Mundial. Pero no sólo es recordado este pesquero hoy en día por su majestuosidad, sino, también, por los distintos acontecimientos que se pudieron vivir sobre su cubierta, episodios que llegaron a generar su propia leyenda. Fue encargado por el armador aguileño José Gabarrón Sánchez-Fortún -el tío José Gabarróna los astilleros del calafate Miguel Navarro Navarro, siendo solicitado el permiso para su construcción a la Subsecretaría de la Marina Mercante el 18 de febrero de 1947. El maestro

66

Águilas Verano 2012

Miguel comenzó a diseñar la embarcación partiendo de un boceto dibujado en una servilleta de bar, trazos realizados por un hijo del tío José Gabarrón. Para su construcción se trasladó personalmente hasta el municipio de La Puebla de Don Fadrique, donde seleccionó uno a uno los troncos de madera que iba a necesitar (eucalipto para la roda, quilla y codaste, pino carrasqueño para las cuadernas y pino negral para el forro). El 10 de febrero de 1949, su casco fue reconocido de forma favorable por el Inspector de Buques de Cartagena, siendo valorado el mismo en 240.000 pesetas (unos 336.000 euros actuales). Quince días más tarde será inscrito en el registro de la Ayudantía Militar de Marina de Águilas otorgándole el folio 902 de la tercera lista <CT-2-902>.

El armador José Gabarrón Sánchez-Fortún, más conocido como "el tío José Gabarrón", era el propietario y armador de esta emblemática embarcación. Persona con fuerte carácter y gran rectitud, durante gran parte de su vida se dedicó como estibador a la carga de vapores dentro del puerto de Águilas, hasta que, un buen día, decidió crear su propia "mamparra" junto a un socio familiar, José Jiménez Sánchez. En 1925 estos dos socios tenían a su servicio los pesqueros "Los Dos Pepes" <AG598> y el "Pepe Y José" <AG-644>. Ya en solitario, tras la Guerra Civil Española, conseguirá poco a poco armar su propia flota pesquera, estando compuesta a finales de 1949 por el "Hijos de José Gabarrón" <CT-2-838>,

"El Pepe" <CT-2-848>, el "Joven Custodia" <AM-1-704> y su buque insignia, "El Gabarrón" <CU-1-1186>, embarcando esta flota una tripulación superior a los 140 hombres. El tío José Gabarrón no sólo llegó a poseer cierto poder económico tras crear todo un "imperio" de la nada, si no que también alcanzó cierta influencia al relacionarse con numerosas autoridades de la época, como el Almirante de Cartagena D. Francisco Bastarreche y Díez de Bulnes. Con su muerte, el 28 de junio de 1959, la familia Gabarrón entrará en declive y paulatinamente se irán perdiendo todos los barcos.

El patrón El patrón de pesca de El Gabarrón era Antonio Gabarrón Jiménez, hijo mayor del tío José Gabarrón, nacido el 1 de enero de 1908. Su persona es recordada por los pecadores más veteranos con división de opiniones. Para algunos, Antonio Gabarrón es englobado en la élite de los mejores patrones de pesca de cerco que ha tenido Águilas, para otros es considerado sólo como un patrón más. Lo indiscutible es que fue un hombre muy emprendedor y valiente para la mar, pues llegó a faenar en caladeros en los que ningún otro patrón aguileño se había atrevido antes, no variando nunca sus planes de pesca por muy mala mar que hubiese.

El constructor El Gabarrón fue construido por el calafate Miguel Navarro Navarro -el maestro Miguel- junto a su magnífico equipo de calafates encabezados por Juan Hernández Muñoz y Miguel García


Morata -el Sabío-. La construcción de este pesquero junto a la del "Felipón" <MLL-1-879> fueron sus dos grandes obras maestras, no solo por ser unos barcos muy robustos y marineros, sino también por conseguir unas proporciones y líneas muy armoniosas. El padre del maestro Miguel, Jaime Navarro Serrano, se dedicaba en un principio a la fabricación de barriles y toneles, hasta que un buen día, decidió hacer barcos, llegando a construir hasta grandes pailebotes en su astillero situado en la pedrera del puerto de poniente. Pronto Miguel Navarro, pese a la negativa inicial de su padre, aprenderá el oficio de calafate con un talento innato, llegando a dominar, gracias a su faceta autodidacta, grandes conocimientos de ingeniería naval sin llegar a cursar estudio alguno. Quizás, el maestro Miguel fue uno de los grandes artífices para el desarrollo de la flota pesquera de Águilas tras la Guerra Civil Española, pues no sólo construyó una buena parte de ella, sino que también facilitó tanto la financiación de sus

El Gabarrón dentro del puerto de Melilla con su bodega a plena carga (más 1.500 cajas de caballa en sal).

construcciones así como la compra de motores y de otras embarcaciones de segunda mano.

Una botadura accidentada Sin llegar todavía a flotar en el mar, El Gabarrón ya comenzaría su peculiar camino hacia la historia. Todo comenzó un sábado a finales de febrero de 1949, día anterior al que iba a ser su botadura oficial, cuando estaba siendo transportado dentro del astillero, desde su emplazamiento de construcción hasta la rampa del Peñón, para dejarlo, de esta manera, preparado para ser botado a la mañana siguiente. En popa estaba el maestro

Miguel controlando la colocación de parales, mientras que en proa un numeroso grupo de personas, dirigidas por el armador del nuevo pesquero, se encargaban de ir amollando el cabo del tiro para que fuera bajando el casco poco a poco. El tío José Gabarrón no contento con la lenta marcha de la operación, ordenó a sus hombres que amollaran un poco más rápido. Cuando comenzó el barco a ir más rápido, Miguel Navarro alertó al grupo de proa para que aminoraran la marcha y dejaran de amollar tanto. Éstos intentaron parar la gran mole, pero ya había cogido inercia. Tras grandes esfuerzos por parte de los hom-

Águilas Verano 2012


bres del tiro para frenar la carga, se vieron obligados a soltar el cabo como consecuencia de las severas quemaduras que estaban recibiendo en las palmas de las manos. El pesado casco quedó descontrolado, bajando rápidamente sin gobierno alguno y escupiendo parales. Ahora bien, la situación iba a empeorar y mucho de forma inesperada, cuando a falta de muy poco para que el pesquero llegara al agua por sus propios medios, una coca que se había originado en el cabo del tiro como consecuencia de su súbito abandono, hizo tope con el botón del aparejo. Se pudo escuchar un sonido estremecedor en todo el puerto de poniente al interrumpirse en seco la rápida bajada de El Gabarrón, elevando su proa en un primer momento como consecuencia de la violenta parada, para quedarse después tumbado a la banda

Arriba, "La Perla del mediterráneo" engalanada durante una procesión marítima en honor a la Virgen del Carmen. Abajo, El Gabarrón tumbado a la banda, mientras numerosas personas observan el inusual espectáculo que supuso su rescate.

68

Águilas Verano 2012

sobre la piedra cercana de la rampa del Peñón. El barco quedó encajado e inmóvil hasta el día siguiente, tiempo que necesitó el maestro Miguel para estudiar la situación y confeccionar un plan para su liberación. Ya por la mañana, comenzaron las tareas para intentar ponerlo a flote. Para ello, tuvieron que traer desde los talleres ferroviarios de Águilas dos grandes gatos elevadores de 100 toneladas de fuerza (utilizados normalmente para elevar pesadas locomotoras), suspender el costado que estaba apoyado en la piedra y colocarle unos tablones que actuaran en forma de paral. A continuación se le arrastró desde el mar con los pesqueros Joven Custodia y El Pepe, y sin más complicaciones la embarcación quedo liberada.

Su cambio de matrícula Dentro ya del puerto de Águilas, se le equipó al nuevo pesquero de puente, guarda calor y palos, siendo posteriormente remolcado durante cuatro días por el pesquero El Pepe (del 22 al 25 de agosto de 1949), hasta la ciudad de Ceuta para instalarle el motor y la línea de propulsión. Se le dotó de un magnífico motor diesel de fabricación inglesa, un Lister Blackstone modelo EPV4 (nº de serie 47145) de cuatro cilindros y 160 HP de potencia máxima efectiva. Para hacernos una idea del esfuerzo económico que suponía en estos años adquirir un buen motor decir que su valor de compra ascendió libres de impuestos a 425.000 pesetas, cuando el casco había

costado 240.000 pesetas. La compra del motor originó unos altísimos gastos de aduana, lo que propició que El Gabarrón fuera rematriculado en Ceuta para evitar pagar estos impuestos, ya que los pesqueros con base en dicha ciudad estaban exentos de pagar aduana por la compra de pertrechos y motores de importación. En adelante dejará de llevar el folio 902 de Águilas para portar definitivamente la matrícula de Ceuta <CU-11186> el día 9 de agosto de 1951.

La noche en que forjó su leyenda El Gabarrón fue uno de los dos pesqueros que sobrevivió al fuerte temporal de Santa Lucía de 1949, dentro del puerto de Villa Sanjurjo (actual ciudad marroquí de Alhucemas), salvado gracias a la pericia y valentía de su tripulación, en especial a la de su patrón, Antonio Gabarrón Jiménez. Estos hechos ocurrirían durante su primer "turno" a Ceuta y Melilla. La mañana del 12 de diciembre de 1949, El Gabarrón y el Joven Custodia iban navegando en compañía rumbo al caladero de Wenceslao, cuando obligados por el tiempo de levante decidieron refugiarse en el puerto de Villa Sanjurjo, en el cual ya se encontraba otra tercera embarcación aguileña, el "Joven Dolores" <CT-2-763>, propiedad de Fernando Paredes López -el tío Fernando el Mula. A las seis y media de la tarde terminó de estallar una gran borrasca, acompañada de fortísimo viento y abundante agua. El enérgico oleaje estaba rompiendo la riba del puerto, la cual estaba siendo reforzada en aquellos días. En cinco minutos unos increíbles golpes de mar destrozaron el espigón, tirando a la mar toda la maquinaria de dicha obra. Una vez desaparecido el abrigo que constituía el rompeolas, el oleaje entraba en el puerto de forma espectacular. Sobre la siete de la tarde, el vapor-correo Fuerteventura quedo suelto dentro del puerto como consecuencia de la rotura de sus amarras y de los norays que lo sujetaban. En ese momento El Gabarrón se colocó en el espacio vacío que había dejado el


vapor, refugiado por los escasos 15 metros de un espigón que, apenas una hora antes, medía 150 metros de largo. Antonio Gabarrón de forma desesperada para intentar no perder su barco, se amarró con cuerdas al estay del palo de proa para no caerse al agua, y desde ahí lucharía contra las fuertes marejadas durante toda la noche. Cuando venía una gran ola, daba la orden a su hermano José, situado en la sala de máquinas, para que embragara el motor avante. A continuación gritaba "corta primo", y su primo, Pedro Yúfera Gabarrón, cortaba de un hachazo el cabo de popa que les unía al muelle. Gracias a estas acciones las grandes olas rompían en la poderosa proa del pesquero, evitando que éste fuera arrastrado hacia el muelle o lo que quedaba de muelle. De todos las embarcaciones (más de cuarenta pesqueros, dos grandes pailebotes, una patrullera de la armada y un vapor-correo) que se hallaban atracados dentro del puerto de Villa Sanjurjo en vísperas del día de Santa Lucía de 1949, sólo se salvaron tras una infernal e interminable noche El Gabarrón y un arrastrero original del levante español llamado Manuela Orts. El resto de naves se hicieron tablas dentro del puerto al chocar violentamente contra el muelle o simplemente fueron a parar a la playa.

La vida en el Gabarrón Durante "un turno normal", la dotación a bordo de El Gabarrón estaba compuesta en torno a 46 tripulantes, un gran contingente si lo comparamos con los 11 marineros de media que actualmente embarca un moderno pesquero de cerco de sus mismas dimensiones. La experimentada tripulación que enrolaba el pesquero durante sus primeros años de servicio, seleccionada entre la flor y nata del sector, estaba compuesta por dos patrones (Antonio Gabarrón de pesca y Juan Orozco de papeles), dos timoneles (el tío Jeromo de Haro y Gines Millán "el Púa"), un motorista-mecánico (José Gabarrón), dos auxiliares de máquina o engrasadores, un cocinero con su ayudante

De izda. a dcha., Antonio Gabarrón Jiménez, patrón de pesca de El Gabarrón. "El tío José Gabarrón" (José Gabarrón Sánchez-Fortún), el armador aguileño más influyente de la posguerra. El maestro calafate Miguel Navarro Navarro disfrutando de una tarde de fútbol en el Rubial.

(Juanico el de la Bodega y Miguel Escarabajal "el Miguelillo"), un encargado de corredera (el veterano Manuel Meca -el Manú-), dos chinchorreros (Andrés Rabal y Benito Soto), dos cabeceristas, cuatro copejeadores, alrededor de ocho neveros y el resto de marinería en general, incluidos algunos "críos" (grumetes de catorce años que cobraban media parte, aunque si demostraban su valía llegaban a percibir tres cuartones). Para poder formar parte de esta plantilla, había que apuntarse a una larga lista que gestionaba el propio tío José Gabarrón, aunque una recomendación del párroco, el alcalde o cualquier personaje ilustre aguileño de la época, servía para dar un gran salto hasta alcanzar el enrole. A la voz de "Listo y Larga" emitida por su patrón, esta máquina perfectamente sincronizada de hombres y madera que formaba El Gabarrón, se ponía en marcha, atrapando entre su jarcia cientos de cajas de pescado. A continuación los tripulantes se organizaban en dos turnos para poder subir el pesado "arte de escocia" (compuesto de fibras de algodón) a mano, alternándose éstos según el cansancio. El Gabarrón fue el único pesquero de Águilas que llegó a faenar de forma periódica en las aguas atlánticas marroquíes (Safí, Mogador y Agadir), aunque en alguna campaña fue acompañado por El Pepe. Después de Sidi-Ifni,

ya no había puerto alguno en toda esta desértica costa, era el denominado caladero de "Cabo Juby". El puerto base era Arrecife (Lanzarote) y la campaña duraba desde Junio hasta Diciembre. Estos mares eran salvajes en todos los sentidos, tanto desde el punto de vista de las capturas, pues como se dice en Águilas "el pescado se salía de la mar", como de la climatología, pues eran frecuentes los temporales, necesitando a veces permanecer hasta 8 y 10 horas capeándolos. También se llegaron a vivir en este pesquero algunas experiencias totalmente desconocidas para los pescadores aguileños, como las tormentas de "Siroco", donde el fuerte viento árido arrastraba gran cantidad de arena roja de desierto junto a miles de saltamontes. El Gabarrón quedará retenido por embargo dentro del puerto de Ceuta durante las navidades de 1962. Días más tarde, será trasladado hasta la localidad de Barbate de Franco (Cádiz), donde permanecerá paralizado durante meses como consecuencias de las deudas acumuladas por la familia Gabarrón. Finalmente, el 10 de marzo de 1963, será vendido a unos armadores de esta misma población, los cuales mandarán desguazar el pesquero a principios de 1976. z (Dedicado a los tripulantes de El Gabarrón con los que he tenido el placer de compartir sus vivencias.)

Águilas Verano 2012

69


Espectacular, picaresca, entrañable, participativa..., faltan adjetivos para definir con fidelidad nuestra fiesta más emblemática. El Carnaval de Águilas trasciende fronteras, una catarsis colectiva donde propios y extraños, jóvenes y viejos arrojan la máscara del día a día para adoptar la otra, la más auténtica quizás. Las Peñas, en un alarde de imaginación y trabajo, contagian al resto con sus espactaculares desfiles de luz y color



ÁP

guilas araíso del deporte

M

uchos son los esfuerzos que desde hace años vienen realizando las diversas Corporaciones Municipales dando a conocer nuestra ciudad como destino turístico, y todo ello basado en las inmejorables condiciones naturales de su clima, belleza paisajística, playas paradisíacas, luminosidad, fiestas de carnaval y Semana Santa, riqueza culinaria, etc... Todo este trabajo se podría ver ampliado con la incorporación de un nuevo modelo, el "turismo deportivo". De todos es sabido nuestro amplio historial en esta parcela, Águilas por su apertura al mar se ha visto influenciado y a la vez beneficiado por el contacto con otras culturas extrapeninsulares, las cuales hemos sabido absorver y hacer nuestras. El ejemplo más palpable lo tenemos en "los ingleses", de ellos aprendimos mucho. Fuimos de los primeros españoles en practicar el foot-bal, celebramos competiciones de hockey hierba, waterpolo, atletismo, vela, tuvimos las primeras pistas de tierra batida para la práctica del tenis. Hago esta reflexión para explicar un poco que el ciudadano aguileño ha tenido siempre la necesidad de practicar cualquier clase de deporte y fruto de todo ello, ya más recientemente, a comienzos de los años 70 se inauguró uno de los primeros Polideportivos de la Región el cual y a través de todos estos años se ha ido dotando de todas las instalaciones deportivas modernas que nos permiten poder practicar la mayor parte de las especialidades. Centrándome en el objetivo principal de este artículo, creo estamos en condiciones de ofrecer Águilas como destino de los deportistas europeos para hacer de nuestra ciudad su lugar de entrenamiento durante todo el año, pero especialmente en la época invernal que es cuando en sus países de origen y debido a su climatología no pueden llevar a cabo una práctica deportiva continuada al aire libre. Esta afirmación no es gratuita, está basada en una realidad suficientemente contrastada y cuyos datos más importantes paso a detallar:

Nuestra Experiencia Organizativa El Patronato Deportivo Municipal de Águilas ha demostrado su capacidad organizativa llevando a cabo eventos deportivos de carácter nacional e internacional como el Triatlón -En los últimos 27 años viene celebrando ininterrumpidamente el Triatlón Playas de Águilas-. También ha sido sede de la Final, Semifinal y dos pruebas de la Copa de Europa. Este año se celebrará en Septiembre el Campeonato de Europa Youth, Sub 23 y Copa Junior. Así mismo, Águilas ha sido sede de diez Campeonatos de España. Concretamente en Atletismo se han organizado cuatro Campeonatos de España al Aire Libre de Veteranos. Este año se cumple la XXX Edición de la Carrera Nocturna "Alcalde de Aguilas" dentro del calendario

72

Águilas Verano 2012

Texto: Diego Calvo Galera

Águilas 'Sports Paradise'

M

any have been the efforts that the different municipal corporations have been making for many years to make our town well-known as a touristic destination, all of them based mainly on the unbeatable natural conditions of its climate, its landscaping beauty, magnificent beaches, brightness, Carnival, Easter, culinary wealth, etc. All this work could be widen by adding a new model: 'sports tourism'. It is common knowledge for everybody our extensive history regarding this matter. Águilas, due to its opening up to the sea, has seen itself influenced and benefited at the same time by the contact with other extra-peninsular cultures, which we have been able to absorb and make ours. The most evident example we have is our 'English Remains'. We have learned many things from them - as we were the first Spanish Football Club to be founded-, we have run hockey, water-polo, athletics and sailing competitions; and we have been pioneers in introducing clay tennis courts in Spain. I make this reflection to try to explain that the locals have always had the need to practice all kinds of sports and as a result of all this and more recently, at the beginning of the 1970s it was opened in Águilas one of the first sports centers in the Region of Murcia, which through all these years has been providing itself with many modern facilities that allow most of sports disciplines to be practiced. Focusing on the main objective of this article, I think we are able to offer Águilas as a destination for European sportspeople and as a training resort for them the whole year round and especially in winter, when in their home countries it is not possible to carry out their outdoors everyday training routine due to bad weather conditions. This assertion shouldn't be taken for granted; it is based on a contrasted fact whose most important data I would like to detail:

Organizational Experience: The Municipal Sports Board of Águilas has shown its organizing proficiency, carrying out national and international sports events such as: Triathlon: For the last 27 years, the 'Playas de Águilas Triathlon' has been celebrated continuously. Águilas has hosted the final, semifinal and 2 of the European Cup races. Also, in September this year the European Youth, the Under 23 and the Junior Cup Championships will be held in our city. Águilas has also hosted ten Spanish Championships. Athletics: Águilas has hosted four Outdoors Veteran Spanish


Internacional. En cuanto al Deporte Escolar, aquí se han celebrado Tres Campeonatos de España en varias modalidades deportivas.

Infraestructuras Contamos con el Polideportivo Municipal, con más de 20.000 m2 de instalaciones deportivas de nivel que incluyen pista de atletismo de categoría internacional, piscinas climatizadas, gimnasio, tenis, pádel, 3 pabellones cubiertos, 3 campos de fútbol de hierba. Así mismo Águilas cuenta con numerosas carreteras de segundo orden con pavimento firme en buen estado con poco tráfico, ideal para la práctica del ciclismo. También son interesantes los numerosos caminos y senderos existentes alrededor de la costa para la carrera a pie. Dos clubes náuticos que ofrecen todas las facilidades para la práctica de deportes acuáticos, alquiler de barcos a motor y vela, piragüismo y buceo.

Climatología Con respecto a su climatología Águilas disfruta con un clima ideal para la práctica deportiva en la época invernal. La razón principal de este micro-clima, que hace que tengamos una temperatura media anual de 25,2 ºC es la Sierra de Almenara que hace de muralla natural, resguardando a la ciudad de fenómenos atmosféricos. La temperatura media anual del agua en el mar es de 20 ºC, lo que permite nadar en sus aguas tranquilas con el traje de neopreno durante todo el año.

Alojamiento En cuanto a alojamientos la ciudad dispone de toda clase de alojamientos, pensiones, camping, apartamentos, hoteles de una a cuatro estrellas, empresas de servicios que gestionan la estancia en Águilas ofreciendo cualquier tipo de alojamiento, transporte, servicios médicos, taller de reparaciones, ocio, etc. que harán la estancia lo más agradable posible. Como colofón a esta información he de indicar que como consecuencia de todas estas manifestaciones deportivas y teniendo como único reclamo el boca a boca (que es la mejor de las campañas publicitarias) de los que nos visitan desde hace varios años y durante los meses de Noviembre a Abril, Águilas es el lugar de entrenamiento de las selecciones nacionales de triatlón de Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda, Italia, Austria, Bélgica, así como también de campeones mundiales como Catriona Morrison (Escocia) y Criss Wellington Esperemos que estas líneas sirvan como señal de salida, y nuestra ciudad se convierta en el Paraíso del Entrenamiento para deportistas en sus diferentes especialidades. z

Championships. This current year we celebrate the 30th edition of the Night Race 'Mayor of Águilas', which is part of the international schedule. School Sports: Hosted three times the Spanish Championship in several disciplines.

Facilities Municipal Sports Center, providing more than 20,000 m2 high level sports facilities including international category athletics track, heated swimming pools, gym, tennis courts, paddle courts, 3 sports halls, 3 football fields. Águilas also enjoys many roads in good condition with little traffic which are perfect for cycling. There are lots of paths and trails along the coast to run. 2 yacht clubs offering all facilities to practice water sports, boat and sail boat hiring, canoeing and diving.

Climatology Águilas enjoys an ideal weather for doing any kind of sports during winter time. The main reason for having a microclimate which provides an average temperature of 25.2ºC is the Almenara mountain chain, as it acts as a natural wall and protects the town from atmospheric phenomena. The average annual temperature in the sea is 20ºC, which lets anyone swim in its calm waters wearing a wetsuit all the year round. About Accommodation, the town offers all kinds of accommodation such as camping, pensions, apartments, 1-to-4-star hotels, companies of services that manage the stay in Águilas by offering all sorts of accommodation, transportation, medical services, service workshops, leisure, etc. to make your stay as pleasant as possible. In addition to all this information, I have to point out that as a result of all these sports expressions and just through word of mouth (the best advertising campaign) by those who have been visiting us for several years from November to April for many years, Águilas has become the training resort of the national triathlon teams of England, Scotland, Wales, Ireland, Italy, Austria and Belgium, as well as of the World Champions Catriona Morrison (Scotland) and Crissie Wellington (GBR). Let's hope that these few lines serve the purpose of being a starting point, and that our city will turn into the 'Training Paradise' in many disciplines for sportspeople. z

Águilas Verano 2012

73


Sonidos Perdidos Texto: Fernando Lillo López

A

lo largo del tiempo ciertos fenómenos de índole sociológica han venido determinando la idiosincrasia, la manera de ser que caracteriza a un individuo o a una colectividad. Algunos hábitos, costumbres o usos sociales se impusieron por la exigencia del medio en que se vivía, mutándose o desapareciendo para siempre por el impacto del progreso. Otros han dejado tras de sí huellas imborrables, estilos de vida y modelos de vecindad, que a la postre han originado un sello de identidad en las distintas generaciones. En Águilas una de estas manifestaciones estuvo estrechamente relacionada con una amalgama de sonidos que se emitían o aplicaban según las necesidades e imperativos que condicionaban a cada época. La economía, y su repercusión en el trabajo, avances tecnológicos, efectos demográficos, etc. fueron también factores determinantes en el empleo de bastantes fonemas muy utilizados. Algunos oficios de entonces nos sugieren un amplio abanico de estas emisiones acústicas:

74

Águilas Verano 2012

Atrás quedó, por ejemplo, el desempeño del pregonero, persona que se encargaba de dar a conocer a la población -vociferando por sus calles- "partes" o edictos del Ayuntamiento, pérdidas de objetos o productos de venta de comercios, etc. siendo uno de los arquetipos más populares de esta figura "El Terrible", que relataba su pregón con voz atronadora, torso erguido y frente bien levantada, como si de un solemne discurso se tratara. Los romanceros, con su semblante candoroso y afligido, conseguían sobrecogernos con narraciones conmovedoras de historias insertas en sus panfletos que luego trataban de vendernos. El "afilaor" deambulaba por el pueblo, llamando nuestra atención, con su sonido aflautado, para ofrecernos servicios de puesta a punto de cuchillos, tijeras, navajas, reparación de sartenes, cacerolas, paraguas, etc. La informatización de la lonja del pescado y alhóndiga también hizo callar al subastador, persona que con su pericia verbal desgranaba los sucesivos guarismos dirigidos a los compradores de tur-

no, dejando su huella en esta faceta personas como Antonio Minet y más recientemente Ángel Pianelo. Se perdió la voz del sereno que rompía el silencio de las noches, anunciando las señales horarias y el estado del tiempo, haciendo servicios de "despertador", por encargo de ciertas personas. Dejó de sentirse el martilleo del zapatero remendón sobre su yunque de pié "la necesaria" reblandeciendo el cuero para poder coserlo, una vez horadado con su lesna. El tipo de transportes utilizado en otras épocas también nos propició algunos sonidos característicos en Águilas. Cabe recordar en este capítulo el porteo mediante animales de tiro (mulas, asnos, etc.) con la verborrea peculiar de sus arrieros sobre los carros y el quejumbroso ruido de las enormes ruedas de madera a su paso por nuestras calles pedregosas. Este medio se utilizó, también, para la recogida de basuras, avisando el barrendero a las amas de casa mediante un cornetín. El uso de estos elementos hizo necesaria la actividad del herrero, obrero que se encargaba, entre otros menesteres, de preparar en la forja las herraduras que se colocaban debajo de las pezuñas de las bestias mediante clavos, dejando testimonio de esta faceta artesanal fraguas como la del "Paquillo" o la del "Félix". El ronco pitido de la cansina máquina de vapor del ferrocarril nos estuvo informando, durante bastante tiempo, de la salida y llegada del "mixto", tren que partía a las 6 de la mañana y regresaba a las 11,30 de la noche. Así mismo, en la propia estación de ferrocarril, se perdió el silbido ensordecedor de su sirena, cuyo eco podía oírse hasta en los confines de


nuestro término municipal, sirviendo en tiempos de guerra para alertar a la población del peligro de bombardeo de aviones, y posteriormente para marcar las horas de inicio y finalización de la faena de los obreros de RENFE. Fue languideciendo, hasta su desaparición, el frecuente trasiego de vapores de mercancías que con sus atronadoras bocinas, nos hacían salir de nuestro ensimismamiento diario, avisando al Práctico de su llegada al puerto o embarcadero del Hornillo para ser fondeados. Las ventas ambulantes dejaron igualmente atrás una estela de voceríos y vocablos muy típicos de determinadas épocas. Recordamos, por ejemplo, al "aguaor" con sus cántaros de agua sobre unas "aguaeras" o "carretón" de madera, destinados a las panzudas tinajas de las casas; al vendedor o vendedora de pescado con su "caramel de la barca" ; al de los helados con su rico "chambi" y "limón helao" ; al tío de los "parises" con sus "paris parisies" ; las sabrosas empanadillas y bollos de "Mariquita la del pan" que portaba en su cesto de mimbre Juan Pérez Gómez. Igualmente, rompía nuestro letargo mañanero de los sábados la voz ronca del "Ramonet", charlatán que sobre su camión cargado de géneros, nos soltaba su retahíla de argumentos para vendernos mantas, cubiertas, mantelerías, sabanas, etc. a precio de saldo, regalándonos, además, una pastilla de jabón, un peine o cualquier otra baratija, para rubricar su generosa oferta.

Algunos centros de trabajo o industrias dejaron escapar, más allá de su contorno, molestos ruidos a los que conseguimos acostumbrarnos. Tal fue el caso de las fábricas de espartería como "La Iberia", "Garriga e Hijos", "Antonio Grima", "José Jiménez Ruano" que con sus potentes mazos de madera machacaban el esparto, que era manejado con extraordinaria habilidad por las mujeres (picaóras) para su posterior rastrillado. Los almacenes de elaboración de tápena y almendra enclavados en el mismo casco urbano (como fue el caso de los regentados por D. Máximo Jiménez, o D. Jesús Fernández en la Avenida del Caudillo) se sumaban a esta especial sinfonía orquestal, a través del traqueteo de sus máquinas cribadoras para su clasificación en sus distintas variedades. Igualmente ocurrió con el desaparecido oficio de hilar esparto y la ritual palabrería de sus hiladores, incitando, con su cuerpo agazapado, al zagal asido al cigüeñal de su rueda de madera para que no cesara en su empuje rotatorio. Los tipos de viviendas que antes predominaban, consistentes en plantas bajas con sus patios, corrales y calles menos invadidas que las actuales de estruendosas motos, coches, etc., dieron lugar a una variedad de sones, bullicios y tañidos ya desaparecidos y de difícil recuperación, que conformaron otra singular algarabía ruidosa. Tales fueron las tertulias de vecinos en las puertas de las casas en la época de estío ; las románticas serenatas al pié de una ventana; el canto de los gallos anunciándonos las primeras luces de la aurora; el chirrido de los grillos; el escandaloso croar de las ranas, cantos de cigarras y totovías procedentes de la huerta de Manuela, que podían oírse desde larga distancia; los simples soliloquios de personajes entrañables como "El Jóliver", "El Popéye" o "El Dibujo" contándonos mil y una aventuras vividas; los

aldabazos en las puertas para anunciar nuestra llegada; el grito de una madre en la lejanía, llamando a su hijo desde lo alto de un cabezo y así un largo etc. En nuestro viaje por el tiempo, nos hemos parado frente al mar, y ante él, no podemos evitar la profunda nostalgia que nos invade al evocar viejos recuerdos. Cerramos los ojos, vemos imágenes, nos sumimos en un profundo sueño imaginario. Oímos el polifónico sonido de las rizadas olas que con bramido alegre, chocan en los abruptos acantilados naturales, aún sin mutilar por la reciente y desmesurada vorágine inmobiliaria, y que parecen ir acompañando viejos cantos de sirenas. Sentimos el escandaloso graznido de las gaviotas envolviendo a los barcos, con su revoleteo infatigable y alternancia de chapuceos ocasionales, anunciando su regreso a la bocana del puerto en aquellas tardes de tanta abundancia pesquera. Vemos a varios pescadores en la Playa de Poniente desgañitarse en voceríos tirando del estrobo para recoger el calamento de su copo o jabega. Nos llega desde la lejanía la "caracolada" o "pitido" que Victoriano utilizaba desde la rotonda de la farola para dar salida a los barcos a las 6 de la mañana en su diaria aventura pesquera. Ya por último, en nuestra abstracción visionaria, se nos presenta el blanco y desaparecido Balneario Municipal, que parecía surgir majestuoso desde el fondo del mar de la playa de la Colonia, ofreciéndonos un bello contraste de altibajos sonidos entre el embate del oleaje embravecido sobre sus hercúleas columnas y el suave susurro de sus aguas deslizándose por la fina arena en los días de calma. z

Águilas Verano 2012

75



Foto: JosĂŠ Antonio C0nsentino


S alvador Jiménez En el X Aniversario de su muerte

Texto: Francisco José Montalbán Rodríguez

Hace ahora diez años nos dejó Salvador Jiménez, poeta y periodista. El autor de este artículo ofrece un sentido homenaje a su figura, un gran hombre al que acertadamente define como “aguileño por vocación”

A

hora, cuando el eco de su desaparición (17 Febrero de 2002), hace ya diez años, está aún vibrando entre los que le conocimos de cerca, no podemos hacer otra cosa que exponer un poco de la grandeza humana y el talento poético de un personaje que se escondía detrás de una humildad casi enfermiza. A propósito nos vienen a la memoria los versos de San Juan de la Cruz (la amada le dice al amado en la Noche oscura salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada). Salvador se nos fue así, sin hacer ruido, pero en paz con el mundo. Estudió Filosofía y Letras en Murcia, aunque toda su vida laboral se desarrolló en torno al periodismo; como articulista llegó a obtener, entre otros, el prestigioso Premio Luca de Tena de Periodismo en 1965 por el artículo El árbol sonoro publicado en el diario Arriba. Fue asimismo subdirector de la revista Mundo Hispánico y como entrevistador consiguió una colección de magníficas conversaciones con importantes intelectuales de la época que fueron recogidas en 1966 en el libro Españoles de hoy. Para Jiménez la entrevista es "el más literario de los quehaceres periodísticos y el más periodístico de los géneros literarios".

78

Águilas Verano 2012

Pero quizá la época más estimulante para nuestro escritor fue la corresponsalía de ABC en París en plena ebullición intelectual de los años sesenta, desde donde nos hacía llegar noticias políticas, sociales y, sobre todo, culturales. En ese ambiente, nos contaba la graciosa anécdota que le unió para siempre a nuestro aguileño universal, Paco Rabal. Estaba Buñuel rodando en París Belle de jour en 1967 cuando Rabal, con ese marchamo de campechanía que le definía, le propuso al director aragonés que por qué no dejaba que apareciese como figurante a "mi primico Salvador ". Si volvemos los ojos y los oídos a las palabras amigas que surgieron cuando la muerte nos hurtó la presencia de Salvador Jiménez, nos abruma la hermosura de los adjetivos que inspira a las mejores plumas, como por ejemplo, a su queridísimo compadre Jaime Campmany, eminente columnista de ABC quien se superaba en este excelso obituario cargado de altísima poesía : "Colibrí del idioma, espuma abecedaria, corazón de jilguero, trino y pluma, ardilla endecasílaba, oh cisne alejandrino, columna de agua dulce, pecho abierto, semifusa estelar, salvador de sirenas, incendiario de rosas, salteador

de luceros, chiribita de luz, amador inconstante de la frágil belleza, grumete de las musas, borbotón de talentos en raudales, a Salvador Jiménez con mis lágrimas nombro…" Hay una obra que supone el inicio de la carrera de Salvador Jiménez como poeta que se titula La orilla del milagro (1946), un poemario que obtuvo el premio Polo de Medina en 1945. El profesor Fco. Javier Díez de Revenga resume certeramente el contenido y significado de esta obra en su Historia de la Literatura murciana (1989) : "Se ofrece como una gran indagación metafísica sobre el mundo y el ser, interrogados desde la perspectiva de una religiosidad expresada en exclamación anhelante. La muerte, el tiempo, la mutación de la belleza humana y la naturaleza, su condición perecedera y la formulación de sentimientos de amor, todo se mediatiza por el tono de una poesía que adquiere el sentido de vital confesión." Al año siguiente (1947), publicó otro libro de poesía Alabanza de ti, dedicado por completo al amor, pero sin abandonar el continuo homenaje a la naturaleza y barnizando con un cierto sentido religioso todas la descripciones de la belleza de la amada.


Viene entonces un período misterioso de cuarenta y dos años, hasta 1989, como si al Salvador del verso y el pincel alguien le hubiese sumido en un silencio poético mientras se desparramaba con sus prosas iluminadas en ensayos y artículos publicados en los más diversos medios (ABC, Línea, La Verdad, La Opinión, Época…). Estamos hablando de la publicación de Papel de leja, que el autor subtitula como Versos y coplas para un cancionero murciano. Parece lógico, a la vista de esta última obra, que durante estas cuatro décadas el autor hubiese preferido no publicar libros de poemas; estaba dejando que la experiencia, la huella de la vida, hiciese su trabajo, dejase su poso exprimiendo los sentimientos, barnizando los recuerdos, alejando los ornatos superfluos para llegar a la poe-

sía esencial que se refleja en la copla, ese canto elegido por la gente llana, de pueblo, para expresar el Amor, con mayúsculas, amor a todo, a la tierra, a la amada, a las tradiciones, a la naturaleza, al paisaje, a la misma vida. Sabemos, lo dijo en entrevistas y en conversaciones privadas, que una de las cosas que más emoción le había producido en sus últimos años de vida era el hecho de que los niños en las escuelas cantasen sus coplas. (En los centros educativos aguileños, desde su muerte, cada año por estas fechas se hace un recordatorio del escritor leyendo en las aulas algunos textos suyos). Una vez pasado el eco mediático que supuso la publicación de Papel de leja, (tanto que en el año 2000, La Ribera Ediciones reeditó este libro en una cuidadísima edición de lujo añadiéndole

numerosas colaboraciones gráficas de los más insignes pintores murcianos) llegamos a octubre de 1995 en que se publica su última obra en verso, titulada Una Naranja Azul editada por la Consejería de Cultura y Educación de Murcia. El propio Salvador resumía en una entrevista publicada en La Verdad el sentido íntimo que él le daba a este poemario: "Los poemas han nacido conforme nacía este huerto, El Olivo, al tiempo que iban creciendo los naranjos, los almendros, el jacarandá… Es un libro en el que también están mis amigos, los poetas y la gente que yo he admirado, la gente a la que quiero y he querido." Salvador Jiménez, a nuestro entender, ha sido un escritor que se ha caracterizado por su firme voluntad de mantener un exquisito cuidado con el


idioma, por el afán de enriquecer la expresión escrita con los riquísimos elementos de que dispone nuestra lengua. Su trabajo de orfebre del verbo es admirable porque es muy difícil distinguir, cuando uno se acerca a cualquiera de sus trabajos, si estamos ante un poema o ante una prosa poética. Tal es la relevancia de la sensibilidad estética expresada a través de la palabra, que no podemos dejar de recordar las bellísimas prosas del Diario de un poeta reciencasado de Juan Ramón Jiménez. No sólo había una coincidencia en el apellido; Salvador admiraba sin ambages toda la obra del poeta de Moguer, y lo proponía siempre como punto de partida desde donde arrancaría toda la poesía del siglo XX. Y él también bebió en la rica fuente juanrramoniana, y asimiló los hallazgos y enalteció sus conquistas estilísticas imprimiéndoles un sello muy personal. Esta impronta genuina de Salvador se desata a lo largo de sus poemas y muy especialmente en una prosa profunda en los contenidos y liviana y graciosa en las formas. En su poesía veremos cómo una descripción aparentemente objetiva y fiel a la realidad se torna un florilegio del vocabulario y una gozosa experiencia para el lector. En su obra en prosa podríamos rastrear la huella del endecasílabo y oler los alegres octosílabos cuando la ocasión lo requiere. La belleza de un pensamiento se perdería si la mágica pluma del artista no acertase con la palabra oportuna, con adjetivo deslumbrante, con el verbo contundente, con la metáfora perfecta. Todo esto lo consigue sin aparente trabajo la irrepetible sensibilidad de Salvador. En 1995 apareció un libro titulado Murcia y la herida del tiempo, editado por la

80

Águilas Verano 2012

Consejería de Cultura y Educación de Murcia y por la Academia Alfonso X el Sabio, donde se recogen una serie de artículos de temática variada aparecidos en La Verdad y en La Opinión. Realmente es una colección de reflexiones y recuerdos de personas y paisajes de la Murcia que se fue, que es cita obligada para quien quiera conocer el mundo de la cultura murciana del siglo XX. En 1997 la Universidad de Murcia, reconociendo sus conocimientos sobre artes y en especial sobre pintura, le publicó un caudaloso ensayo titulado De lo vivo y lo pintado subtitulado En el siglo de Picasso, en donde Salvador Jiménez derrama su enorme saber pictórico aliñado con su particular preferencia sobre tal o cual estilo, o tendencia de vanguardia a lo largo del siglo

XX. Es una grandiosa, casi enciclopédica, colección de pintores y pinturas que no debería faltar en ninguna biblioteca, no sólo por el saber acumulado sino por la luminosa expresión con que se califica cada obra, a cada pintor. Y llegamos a la última obra que vió publicada nuestro poeta amigo. Se trata de Águilas, azul y blanca, obra escrita en una prosa entreverada de poesía donde el hombre, agradecido con el pueblo y con sus gentes, con su luz y su paisaje, derrama todo su amor por Águilas, en encendidos halagos y emocionados adjetivos. Como muestra un apunte de lo que dice aquí sobre el Hornillo : "Todo el escenario parece obra de la fantasía. Tiene elegancia y empaque la crestería del monte tímidamente aserrado. A su vera, un artesano con más intuición que matemáticas cultiva el noble arte de armador de ribera. Las blancas gaviotas, siempre trajinantes y afanosamente erotizadas, señorean el espacio. Ellas saben, como enseña Ramón Gómez de la Serna, que nacieron de los adioses que levantan en el Puerto los pañuelos de las despedidas." A Salvador le debemos la afortunada imagen, siempre tan discípulo de Ramón Gómez de la Serna él, de decirnos que el Embarcadero del Hornillo es una torre Eiffel horizontal. Todo un acierto descriptivo que nadie ha podido superar. Quien se acerque a este libro conocerá otra Águilas, más densa, más rica, más poética, de poeta eran las manos que lo escribieron, de artista los ojos que la miraban, más auténtica en fin. Y dejamos aquí nuestro recuerdo de este hombre singular, este aguileño por vocación, este poeta de la vida que fue Salvador Jiménez. z



Espacio literario Fragancias de Calabardina ¡Qué tiempos aquellos, cuando Calabardina olía a brisa fresca y a sal! Aromas de bonito y pulpos secándose al sol. las melvas en adobo metidas en sus vasijas de barro. Las mojamas y las huevas sobre una tabla esperando a ser cortadas. En el ambiente, fragancias marineras. La brea pringando los barcos y las anclas. Jugando en los algares. El yodo empapando tu piel morena. El pelo de los niños de color cobre por la sal y tostados al sol. La siesta de los pescadores a la sombra de un tambanillo y de los barcos varados en la arena. Paisaje de boyas de corcho. Aguas ensangrentadas de la almadraba por el paso de los atunes de ida y vuelta. Las facas bien afiladas cortando con precisión y maestría, sacando manjares de las entrañas del pescado. Añoranzas de gente que, sin ser familia, lo parecían. Como dice la canción de los mozos de Calabardina, "criados con cabezas de sardina". El embarcadero de madera, y en frente, la "isla de la mona", con sus piedras morenas. De las casas, saliendo aromas de los calderos. A la esponta del viento de levante, protegida por Cabo Cope y dando la cara con su playa de arena blanca al viento de leveche. Perfumes de redes tintadas y a la mar. Noches de luna y de estrellas con las brisas marineras, descansan los cuerpos en colchones de algas. Cántaros y animales por las faldas de Cope, siguen el sendero hasta la fuente de Cope, agua ésta que cuenta historias de marineros y piratas en busca de este tesoro de vida. Otro manjar, el salmonete de Calabardina, único y diferente. Aldea ésta cantera de buenos pescadores y armadores de Águilas: Los Mayores, Los Sables, Los Rabales,… Estallido de colores por las flores expuestas en las Cruces de Mayo. Las dunas de arena, llenas de caracoles "chupaeros", que llegaban hasta la carretera. Calabardina tierra mía, Calabardina de mi amor, no eres como antaño, pero te llevo en mi corazón. Francisco Hernández Terrones “Patetos” Dedicado a mi padre, Francisco "el Quillo", nacido en Calabardina, su enseñanza fueron sus valores, como persona fue un ser humano íntegro y honesto. A mi madre Antonia, mujer con mucha fuerza, parecía una ONG, siempre ayudando. Decía que "en mi casa lujos no hay, pero comida no te falta". A mis tíos, Calistro de los Mayores y Mariquita, nacidos en Calabardina, los últimos de su generación.Y a todos los que nacieron y vivieron en Calabardina,en esa época de recuerdos y fragancias, cuando era una aldea de pescadores de la Almadraba.

82

Águilas Verano 2012


A mi pueblo con orgullo

Tu mirada A la Virgen de los Dolores, patrona de Águilas

En tu mirada profunda y elevada se advierte claramente la firmeza. En tu virtud más honda la pobreza que supiste llevar engalanada, con la joya de Dios, la más preciada, que tu alma aceptó con gran entereza, y el Verbo se hizo carne en la pureza de tu vientre de Madre Inmaculada. Como puente de amor fuiste escogida al ser dócil y fiel en la llamada. Madre eres de la gracia concebida. Tu corazón ampara sin medida a la humanidad perdida y olvidada, por la sangre de tu hijo redimida. Vicenta R. Navarro Salas

Al murmullo de las olas a espaldas sierra Almenara tiene Águilas sus playas una a otra encadenadas. En el castillo de San Juan te pierdes en sus murallas si te pones a contemplar pierdes el habla tanta belleza junta nadie desde tan alto esperaba. Respirando olor a mar y algas mojadas recostada en las redes que los pescadores, en el muelle remendaban como el que reza el rosario mil vueltas les daban tejiendo los rotos, que no se escapen los peces una vez que se atrapan. Con la puesta de sol el mar parece estar en calma coqueta la luna, se refleja en el agua se pone triste, si ve arrugas en su cara no sabe que la mar está rizada. En este Águilas nuestro de todos es costumbre el que te conoce, de ti se enamora y bien habla toda su muchedumbre orgullosa y en ti volcada. Paqui López Piñero

Águilas Verano 2012

83


Me preguntaron ayer

El forastero Paseando por la orilla del mar en una noche serena, con la suave brisa que acaricia tu frente y los pies mojados en el tranquilo mar sobre la fina arena, de dicha se embriaga tu despejada frente. Andando como vas, ves una hermosa peña que se adentra en el mar cual si fuese su dueña. Subiste por ella, llegaste a su orilla y viste desde allí aquel tranquilo mar, donde la luna brilla. Sentado disfrutabas de calma, fresco y mar; las horas pasaban sin poderlas controlar; viste los claros del día que solían apuntar, los rayos del sol salir y los luceros brillar. Te levantaste de allí y seguiste tus caminos. Viste muy cerca de ti el pueblo con su hermosura, con sus plazas y sus calles que ensalzan más su figura, presidiéndolo un castillo y dos preciosos molinos. Te sentaste en un banco de nuestra hermosa glorieta y dijiste para ti: ¡Cuántas ciudades darían oro por esta belleza! Caminaste hacia el centro, haciendo tu recorrido y viste con atención esos preciosos jardines, con todo su colorido. Pasaste al interior donde está toda su salsa; pues no es, ni más ni menos, que nuestra "Pava de la balsa". Te subiste hacia arriba para ver los molinos en la cumbre de los montes. Y contemplas desde allí sus preciosos horizontes, viendo el pueblo debajo de ti, su hermosura y su grandeza, con sus calles, sus glorietas y con toda su belleza. Por la nobleza de sus gentes y por su amabilidad, por su clima, por su ambiente y por su tranquilidad, llevo grabado en mi mente lo que siento de verdad. Hermosa tierra aguileña, nunca te podré olvidar lo juré en aquella peña, bajo la luz de la luna, estando mirando al mar. Manuel Pereira Torregrosa

84

Águilas Verano 2012

Me preguntaron ayer que cómo era mi pueblo y solo pude recordar que era un pueblo con mar y tenía un bello puerto, luego empecé a caminar por las neuronas del recuero y vi una enorme águila volar por dos bahías unidas al cuerpo, su cabeza era un castillo y su cola dos molinos, entre Sagrera y Alacranes encontré el camino, una cuesta lleva al caño y ese caño está dormido; ya no calma la sed, ya no oigo su sonido. Creo que hay una roca, que duerme al pie del castillo, que no deja de roncar, ni en invierno, ni en estío. Una playa para el levante sin Complejo, ni Hornillo, y otra con la Colonia a olor de algas y tomillo. En medio de una Glorieta un ánade está herido una serpiente la rodea clavándole cuatro colmillos. Si me vuelven a preguntar que cómo es mi pueblo, ya les podré contestar que es un pueblo con mar y si pueden ir a verlo, jamás podrán olvidar; el color azul del cielo, el sabor a verde mar, el olor a blanco azahar, buganvilia y jazminero. Manuel Fernández Lloret


Calle del reloj 195... Que llaman Conde de Aranda Comienza en Santamaría Y en Palacios terminada. En la casa Gabarrón Se llena de mercedarias Comienza la educación Parvulitos y primaria. Casa de doña Rosita, El almacén de alcaparras, El corazón de Jesús Y correos adosada. Es en esta estafeta, Manolo quien, quien nos habla Vendiendo los periódicos: El As, Diario Pueblo, El Marca… Es la calle del reloj Donde de peque jugaba Con el trompo, los caliches, Con las bolas y las chapas. En el almacén de los Lloret Latas, latas y más latas, Las botellas de licor Y alguna oscura garrafa. Bartolo en su lotería Vendía rubia Cruz Blanca,

El Castillo de mi pueblo Enclavado junto al mar, separas nuestras bahías. Con una belleza magistral, sobre tus pies rompen y acarician con hermosura, las olas del mar. Bellos y hermosos paisajes giran a tu alrededor. En tus cumbres, junto al cielo, lindas gaviotas vuelan y reposan en ti. Majestuoso y altanero, presides nuestro pueblo con elegancia y rigor. Por la noche alumbrado, brillas con esplendor. Hermosa herencia nos dejó Felipe II, que como fortaleza te construyó. Los aguileños te queremos y te admiramos con mucho amor. Los que vivimos fuera de nuestro querido pueblo, cuando volvemos, ¡qué alegria nos invade cuando a lo lejos te vemos asomar! Pepi Lillo

Cerveza Pilsen y El León Pero de los premios… nada. Entre los dos almacenes Perecas y doña Paca Es la casa de los Llorca Quien pasa… sabe que pasa. Llega don Pedro Calero Médico donde los haya Nuca nos cobra en dinero "Pué coja usté lo que haiga." Si quieres tener buen pleito Entra en la siguiente casa Y habla a Joaquín Baldó, De la hija o la perra Sara. Que en las épocas de celo Todos los canes ladraban. "Qué le vamos hacer Pepe Si la perra ha salio mala." En la calle del reloj Lucas Rebollo arreglaba Toda clase de relojes Y hasta los de catenaria. Ves a doña Estefanía Salir rauda de su casa Seguro que llegará

Antes de que el niño nazca. Es la calle del reloj De cartas y telegramas De Matrán y del Gasero Y la Esperancica Estrada. Tenemos una botica Pepito el de la farmacia Amparo la peluquera Y una coqueta posada. Localiza a Pepe el Llurda Si tienes problemas de agua, Si buscas literatura Al final de la manzana No encontrarás una fruta Será Antoñito Chazarra. Es la calle del reloj Una calle larga, larga Comienza con la glorieta Y termina con la rambla. Es la calle del reloj Donde de joven soñaba Con aquella zagalica Que fuera: polvo, humo, nada… Manuel Fernández Lloret


86

Ă guilas Verano 2012



Juanico Texto: Carmen Arcas Ruano Ilustración: Enrique González

S

obre las baldosas de la Glorieta tus pasos insistentes, repetidos. Tu andar levemente arrastrado pero decidido y voluntarioso. Caminata sin fin en torno del jardín, Juanico. Una, diez, veinte vueltas, cien vueltas. Tu vida entera en esos giros. Pasos y pasos con un ligero balanceo del cuerpo a uno y otro lado, los hombros desarmados y los brazos sin tono, un poco colganderos. Vueltas y vueltas alrededor de la Glorieta. Giros sin principio ni fin. Siempre en el mismo sentido, de derecha a izquierda. Pasabas frente a la puerta de la iglesia, la confitería de Consuelo, calzados La Regia, y seguías frente al escaparate de La Verdad, el bar Alhambra y la esquina de Falange para seguir tu vuelta por El Siglo, la farmacia de mi abuelo, el Ayuntamiento y la Sociedad de Cazadores. Cruzabas luego frente a la tienda de Grima, la confitería de Diego, la tienda de Lillo y entonces te volvía yo a ver pasar frente a mi casa y contaba con mis dedos de niña: una vuelta. Y a esa seguía otra y otra y otra. Y así mucho rato, muchísimo, en una sucesión interminable. Porque tu vida era esa: caminar dando vueltas y vueltas sobre la Glorieta alrededor del jardín. No hacías caso alguno de las insinuaciones más o menos irónicas de los que por allí pasaban y se creían con piadoso derecho a advertirte: -¡Juanico, ahora las vueltas al revés! ¡Para el otro lado! Y tú, que no, que te dejaran tranquilo,

88

Águilas Verano 2012

que así tenía que ser. De izquierda a derecha, cada mañana, cada día durante años, de manera que tu camino prosiguiera imperturbable. Luego por la tarde ya no, cuando la gente se arreglaba y salía los domingos a pasear dándole vueltas, ellos también, a la Glorieta, entonces tú no, tú ya te ibas a tu casa como si esa delimitación pertinaz que hacías de las lindes de la plaza ya no tuviera objeto, como si tu misión hubiese concluido y no tuvieses más remedio que ceder esa custodia al deambular de los otros. Pero no obstante el lunes por la mañana ya estabas tú allí otra vez dispuesto a tomar el relevo. ¿Qué pasaba por tu cabeza, Juanico? ¿Qué neblina te enturbiaba la mente? ¿O qué pájaros impulsaban a gritos tu paso inacabable? Alguna vez pasé muy cerca de ti, siempre de la mano de una persona mayor y sin mirarte porque, a pesar de tu aire distraído, como ausente, me imponías mucho respeto. Noté, al estar cerca que canturreabas algo en voz baja, como para ti mismo o quizás eran sólo murmullos con que acompañar tu paseo solitario. Es que tú no hablabas con nadie, ni te parabas siquiera aunque se metieran contigo. Tú ibas a lo tuyo, a tu camino. Y sólo en una ocasión ¡de tantas como te miraba! te vi hablando con el retratista, el Boleares, que con su cámara de trípode solía estar también en la Glorieta, pero éste más bien por los alrededores de la balsa, donde el surtidor de la Pata dejaba

escapar su chorro de agua y el verdor y las flores eran escenarios más proclives a ser fondos de fotografías. Un día te vi, Juanico, a quien todo el mundo llamaba Juanico, el tonto. Así, el tonto, -"¡pero sin ofender, eh!"-, pese a que alguno que otro pretendiera gastarte alguna broma. Decía antes que te vi una vez con ropa diferente, un traje de color café, que se llamaba entonces. Un traje viejo también pero que no era la chaqueta y el pantalón corcusidos y llenos de remiendos que solías llevar; también raído, también ropa de pobre, pero otro. Estuve mucho rato mirándote desde el balcón de mi casa sin saber el porqué de aquel cambio ni quien te había proporcionado un traje que luego ya no te vi nunca más. Seguro que no te gustaste, ni quisiste cambiar más de hábito. Tú ibas como


siempre. Tú eras el de siempre y así tenía que ser. Aquel día, te gritó alguien al pasar: -¡Qué guapo vas, Juanico!Y tú le miraste con un gesto que quería ser agradecido, y resultó pícaro por un instante y por supuesto, ajeno al tono zumbón del piropo. Mientras, te vi alejarte y aún recuerdo que aquello me dio mucha vergüenza. Desde ahora, a tantos años de distancia, viene a mi tu figura de entonces: más bien alto, delgado, casi huesudo, con la espalda levemente encorvada y los ojos oscuros ligeramente temerosos, como si a cada instante fueras a pedir alguna disculpa. Pero tú no pedías nada, nunca pedías nada. Ni siquiera una limosna que sin embargo a veces te entregaban. Entonces te detenías un instante y la tomabas. Esos ojos temerosos, que he dicho, se detenían como llenos de asombro y sonreían. Luego, de nuevo reiniciabas tu marcha imperturbable. Bajo el sol, contra el viento, frente al aire perfumado de las mañanas de primavera, cara a la brisa que a veces te llegaba con el salitre del mar…Bajaban las mujeres a la plaza para comprar. Con la cesta al brazo, se santiguaban un instante al pasar por la puerta de la iglesia o entraban un momento a ver la Virgen o rezar un padrenuestro a S. José a quien tenían encomendado el hijo o a decir una jaculatoria a las Ánimas benditas del purgatorio. Luego seguían camino del mercado. Y tú, pasabas cabeceando un poco al tiempo que seguías el ritmo de tus pasos absorto en un soliloquio al que todos éramos ajenos. Estoy pensando que tanto como te miraba, tanto como creía saber de ti, la verdad es que lo desconozco todo. ¿En qué cabilabas, Juanico, con aquellos tus dos dedos de frente? ¿Por qué vericuetos de luz o de tinieblas entrabas y salías? Manoteabas de improviso en mitad de tu murmullo solitario al que todos éramos ajenos en tanto que tus pies parecía que iban a detenerse. Pero qué va. Tus pasos arrancaban de nuevo dispuestos a proseguir su larga caminata. A veces, si había niñas jugando y habíamos trazado una rayuela sobre las baldosas del suelo, tú te desviabas para no interrumpirnos y luego proseguías tu órbita como un astro sensible a los juegos y a las ilusiones

de los más pequeños, de nosotros, los niños de entonces. Pasabas a nuestro lado balanceando levemente el cuerpo como si marcaras un secreto ritmo o quebraras el aire desdibujándote al andar. En algún rincón oculto del recuerdo he guardado tu imagen todos estos años: la chaqueta raída, los pantalones plagados de remiendos y ese aire distraído y humilde de tus ojos. Aparecías cada mañana sobre la Glorieta como brotado de su propio aire y así sigues ante mí, acogido ahora por mi memoria, liberado del paso inclemente de los años, tal y como eras y como quisiera esta tarde recordarte. Sin duda que el tiempo ha erosionado las aristas del recuerdo y sólo los perfiles más diáfanos acompañan hoy tu evocación. En un pliegue aún más íntimo, si ello es posible, de ese rincón secreto en que tu evocación anida, guardo la impronta memorable de lo que me pasó contigo una mañana. Es un recuerdo tan hermoso que no quiero que nunca me abandone. Yo iba, de la mano de mi padre, no sé hacia donde pero cruzábamos la Glorieta y te vimos venir. Mi padre entonces puso en mi palma una peseta y me dijo: -¡Dásela a Juanico!- Y yo me adelanté para hacerlo; pero tú te detuviste un momento al verla y hacías gestos de no querer tomarla. Yo estaba apurada sin saber qué hacer. Mi padre te insistía para que la guardaras hasta que por fin le dijiste: -¡D. Pepe, una peseta, no! ¡Eso es abusar!Y esas palabras aún siguen acariciando mi memoria con toda la grandeza de tu alma. Ya ves, te llamaba todo el mundo Juanico, el tonto -"pero sin ofender, ¿eh?"- y mira cual era tu honradez y tu delicadeza. Me impresionó tanto aquello que una noche soñé que te llevaban volando las palomas. Ibas con el traje de color café y era la glorieta entera la que giraba tras de ti, aire arriba, hacia otra región más placentera. Te estoy pensando hoy, desde tan lejos. Tus pasos insistentes, repetidos. La chaqueta raída y los pantalones un poco colganderos. Caminata sin fin de tus pies en torno del jardín. Una, diez, veinte vueltas, cien vueltas. Te estoy mirando hoy desde muy lejos. z


Fotos submarinas: C茅sar Cach贸n


Águilas y la alegría de vivir José Luis González Cobelo

S

omos tiempo. Somos tiempo comprimido, almacenado, destilado por la alquimia sutil del recuerdo. Somos nuestra memoria, manifiesta o latente, certera o embellecida por fantasías y mitos, atenuada y entreverada de piadosos olvidos; de inexactitudes que hacen habitable el pasado. Somos experiencias vividas, que siempre retornan para decirnos a nosotros mismos; para proclamar con voz firme o queda quiénes somos, qué somos. Somos nuestros sueños; somos lo que sucede en ellos, los seres y personajes que los pueblan, los escenarios que los enmarcan. Al ser nuestros sueños y nuestra memoria, también somos los lugares en los que hemos vivido, gozado y padecido; y también aquellos con los que hemos soñado, aquellos que nos han inundado de nostalgia, aquellos que nos han llenado de alegría el corazón, aquellos que fueron, o nos son aún, promesas de felicidad y sosiego. Hacemos nuestros los lugares que han sido claves para nuestra historia o para nuestros proyectos y esperanzas.

Águilas está enclavada en mis adentros, en el seno más hondo de mis afectos, en el más recurrente repertorio de mis buenos recuerdos. Vivo en Águilas, y las experiencias del día de hoy consolidan y sedimentan aún más las fundamentales de mi ayer. Águilas es esos amaneceres nacarados y violetas, en los que la claridad despuntaba, al este, sobre un espejo gris centelleante, silueteando las centenarias palmeras del jardín que mis bisabuelos plantaron en "La Cola", mientras el aire fresco era surcado por cantos eufóricos de aves madrugadoras, y yo salía a pasear con mi padre. El mundo era nuevo, más hondo y puro, y se estrenaba para mí en esas horas, en aquellos días de la infancia… Águilas era una casona antigua, que ya no existe, junto al viejo mercado de abastos, laberíntica y con descomunales y solemnes aparadores llenos de espejos, con un piano desafinado con candelabros y amarillentas teclas de marfil, que yo aporreaba, sumando mis disonancias mañaneras a la algarabía que llegaba a través de los grandes balcones tamizados por muelles persianas de madera,

donde se mezclaban voces de vendedores de fruta o cacharros con el chirriar de los carretones abarrotados de suntuosos emperadores de plata y acero… Águilas era un infinito mar de añiles coronados por blancas crestas, de ondas suaves o embestidas tumultuosas deshaciéndose en brillos y espumas contra las oscuras moles pétreas del rompeolas al pié del dique que entonces recorría; un mar al que sucedía otro mar diferente, y otro, y otro después, según el capricho de los vientos y la cambiante luz, en aquellos días venturosos en que aún era factible pasear allí… Águilas vive en mí, y es una de las más seguras fuentes de mi alegría de vivir. También lo será para ti, amigo lector, veterano conocedor de esta tierra, o novicio visitante quizás, que apenas das comienzo a tu idilio con este lugar privilegiado. Abre las puertas de tu corazón y tus sentidos, respira lento y profundo, y llena tu alma de luz mientras permanezcas con nosotros, para contrarrestar los días oscuros… Águilas a 4 de mayo de 2.012

Águilas Verano 2012

91


La Inglesa y El Pescador Texto: Mª Dolores I. Espín Foto: Isabel Caparrós

E

n la primavera de 1890, en una mañana clara con el cielo despejado, el Velero "Brighton" se acercaba al Puerto de Águilas, que pocos años atrás en 1886 comenzó a funcionar a pleno rendimiento. Este velero se haría muy famoso unos años después, el 6-11-1910 cuando en el Canal de la Mancha tras una fuerte colisión con el Velero "Preusen", recientemente construido, éste se partió por la mitad. Los pasajeros en cubierta con sus equipajes, divisaban, tras una larga travesía, el pueblo de Águilas. El castillo de San Juan de las Águilas estaba abandonado a su suerte, sin soldados, pero había un personaje "El tío Perico L´araña" un carabinero retirado, que lo protegía del pillaje. En la falda del Castillo había varias casitas blancas. La gente se acercaba al Puerto para ver llegar al Velero "Brighton" que había partido del Puerto de Liverpool, en Inglaterra. Sobre todos los pasajeros destacaba una joven de 20 años, alta, bien vestida, de cabello rubio y ondulado, la piel blanca como la nieve, los ojos azul violeta; era Miss Mary Anne Clayton, la hija mayor de cinco hermanos, del vicario del Condado de Yorkshire en York. Había sido contratada por Mr. John Truehard como institutriz de sus dos hijos de 9 y 10 años, John y Denis. Con Mr. John Truehard, que venía a Águilas a una importante industria de espartería, viajaba también su esposa, Mrs. Charlotte Truehard, temerosa de las noticias que le habían llegado de la alta mortalidad infantil que existía en Águilas, por la pésima calidad del agua y la falta de salubridad e higiene en casas sin excusados, sin alcantarillado y las calles sin adoquinar.

92

Águilas Verano 2012

Fueron a vivir al Paseo de Levante, con el pavimendo de tierra y de piedras, a una casa grande. Desde sus balcones podían divisar el Puerto. Una vez instalados quisieron conocer el pueblo. La Plaza del Mar, la Plaza de la Constitución, en la que destacaba un bonito edificio con fachada neomudéjar, propiedad de D. Ángel Ruano, (donde hoy está ubicado el Ayuntamiento), y la Iglesia de San José. No había fuente, ni jardines (se pondrían dos años más tarde). Visitaron las calles aledañas con casas blancas de una planta y algunas hasta de dos plantas. La calle del Rey Carlos III con la Posada de San Antonio, en la que se plantaron algunos árboles, la calle de Aranda, o del reloj, como la llamaban entonces los aguileños, la calle de la Soledad, la calle de los Carros, la calle del Gato y la calle del Codo. Todo el entorno les resultaba a los ingleses muy pintoresco. Las farolas eran de acetileno, aún no había llegado el agua corriente ni la luz, que llegaría en 1902. El alcalde de Águilas era D. José Hernández Muñoz, con una población de 11.346 habitantes, la gran mayoría eran analfabetos. En esta época había una floreciente industria de espartería y minería aupada por los ingleses. Eran ingenieros e industriales que tomaban té, fumaban tabaco rubio y jugaban al football, y hasta tendrían su propio cementerio en 1897. En 1890 crearon el primer equipo local, el "Aguilas Sporting Club"; el entrenador era Mr. John Gray Watson, natural de Escocia, como la gente no sabía pronunciar su nombre, le llamaban Juan Gray. Las obras del ramal del ferrocarril ejecutadas por la Compañía Hett Taylor and Company Limited, de Águilas a

Almendricos habían terminado y el 24 de marzo fue inaugurado, lo que supuso para el pueblo un gran avance, tanto para el turismo como para la industria. Miss Clayton se ocupaba de la educación de los niños. Aprendió español en un colegio inglés; quería ser institutriz y tenía que saber algún idioma, lo consiguió y se sentía afortunada. Llevaba a los niños a los partidos de football al "jugadero", (así le llamaban al campo de fútbol), paseaba con ellos por el Puerto para ver los barcos ingleses que venían a cargar el esparto que se consideraba de gran calidad; los cocedores de agua salada lo blanqueaban, al contrario de los cocedores de agua dulce que ennegrecían el esparto en las bodegas de los barcos, y era menos apreciado. En el verano iban a la playa y buscaban caracolas, también iban al Club de Regatas, al Teatro Circo recién inaugurado, donde venían compañías de teatro, de zarzuela y líricas. En la playa de Poniente instalaban casetas para los bañistas. Las fondas y posadas se llenaban de veraneantes. Comenzaba para Águilas una época de prosperidad, se abrían comercios, bares, e industrias. En este verano de 1890, D. José María Marín Albadalejo abrió una fábrica de cervezas y gaseosas y al verano siguiente el Gran Balneario Niágara. La gente tenía trabajo, pero este bienestar duraría poco. Con la llegada de la primera guerra mundial los barcos ingleses ya no vendrían, y se cerrarían muchas empresas arruinadas. Poco a poco los ingleses terminarían marchándose. Había terminado el verano, Miss Clayton y los niños se habían divertido muchísimo. Llegaba el mes de octubre y una


tarde fue a pasear al puerto con los niños. Se acercaron a un joven que, sentado entre las redes, cosía con una aguja de madera. Ya sabían algunas frases en español: "¿qué haces?, le preguntaron. El joven se levantó y respondió: "Remendando las redes". Se volvió hacia la joven y sus ojos negros se encontraron con los ojos azul violeta de Miss Clayton. Él era alto y moreno, de aspecto fuerte y atractivo, curtido por el sol, tenía la camisa desabrochada y las mangas remangadas; ella nunca había visto un hombre así, educada en un estricto recato y moralidad. Había llegado el Otoño, una brisa fría recorría el Puerto. Ella sintió un escalofrío; no sabía si era por la brisa o por aquella mirada que penetraba en ella, y aturdida dijo: "No molestéis niños", y se marchó a paso ligero. Llevaba una falda larga color beige, una blusa de florecitas celestes y rosas con mangas abullonadas, un lazo azul de terciopelo en el volante del cuello con una lanzada, botines marrones y un sombrero pequeño de paja. Cuando se alejaba, volvió la cabeza y él aún la estaba mirando. Aquella noche no pudo dormir y escribió sus pensamientos en un diario. Al día siguiente volvió a pasear pensando en no pasar por el Puerto, pero sus pasos la guiaron al mismo lugar como si una fuerza extraña le empujara. Allí estaba él, mirándola, como si la estuviera esperando. Ella quiso pasar de largo, pero él le dijo: "Me llamo Juan, Juan el Pescador, ¿y tú?". "Mary Anne, Miss Clayton", dijo ella tímidamente. "Tienes los ojos más bonitos que he visto nunca", le dijo Juan con una sonrisa. Ella se ruborizó y así empezó su historia de amor. El no sabía leer, y apenas sabía escribir su firma; ella tenía una educación exquisita y refinada. De repente, sin saber cómo, se había enamorado de Juan. Tenía que verlo casi a diario; los niños jugaban y ellos, entre miradas, risas y susurros, se aislaban del mundo como si sólo existieran ellos. Un día Juan le cogió la mano y ella sintió que se desmayaba. Su amor fue creciendo, y cuando llegaba a su habitación rememoraba los momentos vividos con él y lo reflejaba en su diario. Era tan feliz que sin darse cuenta se había transformado en otra mujer. Comenzaron a verse a escondidas; ya no recordaba nada de la educación tan estricta que había recibido de su padre el vicario, ni del colegio inglés. Se entregó a Juan con una pasión desmedida. Se escapaban a la Playa del

Hornillo, y escribían sus nombres en la arena, "Juan y Violeta". Es el nombre que le puso Juan por el color de sus ojos, más fácil para él de pronunciar. Aún no se había hecho el embarcadero cuya obra llevaría a cabo D. Gustavo Gillman con la compañía The Hornillo Company Ltd., y que se inauguraría el 18 de agosto, de 1903 con el vapor inglés "Gwentland". Juan le decía que había oído de sus antepasados que era una playa misteriosa y mágica. Cuando vio la Isla del Fraile con la luna llena iluminándola, se estremeció, Juan la abrazaba, y le explicaba que él había llegado hasta allí y había visto los restos de una importante villa romana fortificada, ánforas, restos de vidrieras, aquella isla tenía vida. Los arqueólogos en el siglo XX, encontraron numerosos restos, hasta un ánfora llena de "garum" (una delicia de los romanos), los fecharon en el siglo IV. Se quedaron fijamente mirando la luna; los ojos azul violeta de Miss Clayton se reflejaban en ella, de repente el cielo y la playa habían adquirido un tono violáceo: las diosas romanas estaban allí, ella las presentía. Venus, diosa del amor y de la belleza, Juno, que personifica el ciclo lunar, y la diosa Luna, hija de Hiperión y de Teía que se lanzó al vacío desde lo alto de su palacio cuando perdió a su amor y los dioses la subieron al cielo y la convirtieron en un astro. Píndaro la llamó "el ojo de la noche", y Horacio "la reina del silencio". Llegaba la primavera de 1891, allí al arrullo de las olas se amaban como si el mundo entero les perteneciera. Con la entrada del verano Miss Clayton empezó a notar a Juan diferente; ponía excusas para verla. Muchas veces se quedaba allí sola sentada en la arena esperándole, escribiendo "Juan y " una y otra vez, mirando la Isla del Fraile y la luna. La misma luna que en 1909 Mr. Hugo Pakenham Borthewick, un diplomático de 25 años, alto y rubio de ojos azules, hijo de Lord Pakenham del Condado de Hampshire, contemplaría todas las noches. Porque adquirió la isla, dicen que embrujado por ella. Se la compró a D. Juan Gray por 3.500 pesetas. Construyó una casa, un horno y un aljibe, y vivió allí varios años. En el registro de extranjeros de 1917, que se guarda en el Archivo Municipal, está inscrito este joven inglés y su domicilio de la Isla del Fraile. Un día desapareció de Águilas, se cree que con la llegada de la Guerra Civil;

algunos dicen que se marchó a Gibraltar, nadie supo decir a ciencia cierta su paradero. En 1967 se comenzó a investigar la propiedad para que pasara al Patrimonio del Estado. Juan, iba desapareciendo poco a poco de la vida de Miss Clayton, aquellos ojos que la miraban con pasión se fueron apagando. Cuando terminó el verano Juan dejo de verla sin ninguna explicación. Ella le buscaba por el puerto, por el Hornillo, pasaban los días, y él no estaba. Desconcertada, un día le preguntó a un pescador que había en el Puerto si había visto a Juan, y él le respondió: "Juan el pescador se ha casado hace poco con su novia". Se había casado con una guapa aguileña, morena, con un gracejo natural y que sabía cocinar el pescado que él le traía. Miss Clayton sintió que le atravesaban el corazón con una espada candente, engañada y traicionada, se marchó por el Paseo de Levante tropezando con las piedras y los baches, se metió en su habitación y de ella no salió, enfermó y ningún remedio era bueno para ella. Una tarde de otoño se vistió con la misma ropa que llevaba el día que conoció a Juan y encaminó sus pasos hacia el Puerto. La brisa acariciaba su cara. Dicen algunos que vieron pasar a "la inglesa" y que se fue hacia la escollera. Atardecía. Estuvo allí sola, mirando al cielo hasta que vio salir la luna a lo lejos. Y mirando hacia el Hornillo, le pidió a las olas que la llevaran hasta aquella isla mágica, con las tres diosas romanas, Venus, Juno y Luna, donde eternamente estaría con su gran amor. Se lanzó a las aguas y desapareció. La buscaron por todas partes, la Guardia Civil, la Guardia Municipal, los exploradores y Mr. Truehard. Pasaron tres días y su cuerpo apareció en la arena de la playa del Hornillo. Estaba allí como dormida, sus ojos sin mirada, su boca sin palabras, su cuerpo derrotado, como una rosa marchita, sin vida, sin luz, sin mañana. Se llevaron su cuerpo, la enterraron en el Cementerio de las Asperillas, pero su espíritu se quedó allí, en aquella playa errante. En las noches de luna llena, en la Playa del Hornillo hay una aureola azul violeta que se refleja en el mar: son los ojos de Miss Clayton que te miran, aunque tú no la veas. Ella está ahí, su espíritu aún no se ha ido, unida para siempre a estas aguas, a esta tierra, a su gran amor, está ahí para siempre, para siempre jamás. (Si miras con una lupa la luna de la foto, verás los ojos de Miss Clayton). z

Águilas Verano 2012

93



Foto: Gabriel Mu単iz


Desde la Lejanía Texto: Ramón Jiménez Madrid. Doctor en Filosofía y Letras.

P

aseo por las calles de Pineda de Mar, en un invierno cálido, con apenas algunas nubes algodonosas que se dirigen, ese es mi deseo, no puede ser de otra manera, hacia las zonas sureñas, siempre tan faltas de agua, como plácidas y tranquilas. Ando sin prisa mientras escucho los dejes catalanes de los lugareños en su lengua vernácula -no tanto como desearían los nacionalistas radicales ni tan poco como pretenden los críticos de aquella realidad autóctona-, la de los altos y muy abundantes negros africanos con sus altos y agudos aullidos, siempre acompañadas por gestos y levantamientos de brazos, los embarullados, gorgoteantes y rápidos signos fonéticos árabes, las melosas y dulces expresiones de los latinoamericanos, pero advierto por doquier los dejes castellanos relajados de los muchos andaluces que campan por las Cataluñas sin que falte siempre alguna tonalidad murciana, no en balde todos los nacidos en esa región contamos con un tío, un primo o un familiar que bien pudieron salir en la primera oleada de principios de siglo XX- nuestros abuelos nos hablaban de aquellas gigantescas hambrunas que hacían saltar a los aguileños hacia Orán o hacia las Américas, o como, posteriormente, en los años cincuenta y sesenta, fuimos testigos de ese constante trampolín que comenzaba en las carreteras españolas o en los ferrocarriles y desembocaban en las Alemanias o las Francias, tal como narraban los mismos emigrantes- o en aquellas otras sucesivas si tenemos en cuenta que somos una región, la murciana (ahora la llamamos Comunidad Autónoma) que ha sufrido constantes y sucesivas hemorragias humanas de las que todavía nos estamos recuperando, tan sólo paliadas por esos pocos extranjeros que, como mi vecina en el Hornillo la alemana Margaret, han decidido instalarse en Águilas para ver cómo se desliza con suavidad su vida en zona cálida. Unos cuantos veteranos de guerra que han encontrado en nuestro pueblo la calma que no hallaban en su casa, la tranquilidad de su vida, el bienestar que ofrece el clima, la bon-

96

Águilas Verano 2012

dad de sus aguas, el verde oasis deseado porque Águilas siempre ha sido un dulce y apartado refugio, al margen casi siempre de las bárbaras oleadas de los extranjeros, como un tesoro que hay que esconder para evitar la codicia. Porque Águilas, para unos cuantos, debiera ser para unos pocos privilegiados, aquellos que se mantienen en ella, gozan de sus encantos y prefieren la marginación o el aislamiento. Como ven, siempre nos hemos movido en una historia de entradas -no tantas- y salidas -en abundancia-, de unas gentes que se afanan para ganar el pan de cada día. Han dejado huella los murcianos en Cataluña, a veces para bien si los negocios y la pela han prosperado -hay que mencionar aquello de que la Barcelona es bona si la bolsa sonao a veces para mal, pues sigue siendo el charnego, para los integristas y sucedáneos de bandas fascistas, un pesado y devaluado fardo, algo paleto y mucho ignorante que no llega a la cota superior, como un ser inferior que ha perdido su raíz y hasta su patria, digo, la casa natal. Sea en la construcción del metro, sea en las fábricas textiles o en todas las muchas profesiones han dejado los murcianos la piel y el sudor en Cataluña y por eso, siempre que oigo la singular y poco cuidada fonética aguileña, pero con un acento particular, me acerco para entablar conversación y recoger fragmentos de una historia particular (en general el emigrante tarda poco en abrirse, en delatar sus miedos, en narrar su peripecia, a veces con dos palabras compungidas, a veces con la alegría que supone salir victorioso de la contienda del hambre). Y, tras la conversación, me pregunto si hubiera sido quien pronuncia tales palabras más feliz quedándose en su tierra, en nuestro paraíso encantado de la Pava de la Balsa, al lado del Placetón, en la Colonia o ganando el pan con el sudor de la sangre en sitio tan lejano. Si se le hubiera dado elegir, me pregunto, ¿hubiera optado el aguileño por vivir en el coto cerrado de la ciudad sureña, entre miserias y penurias de aquellas épocas lejanas, o hubiera preferido nuevas vías de


acceso a lo que se le negaba en su tierra? Porque hay que partir, siempre que nos enfrentamos a la emigración que casi siempre, salvo excepción, se hace por necesidad, por abrir ventanas cuando se cierran las puertas de la casa. Y me da por pensar, mientras doy vueltas por este largo paseo que se prolonga por poblaciones limítrofes como Calella o Malgrat, por tierras que viven del turismo y del faenar constante, que no ha mucho tiempo surgió una disyuntiva que era, unas veces de modo expresa y consciente y en otras de manera oblicua, si Águilas debía ser invadida por los extranjeros, fueran nacionales o bárbaros, o debía cerrarse, incluso aislarse, para que solo unos pocos pudieran gozar, como se ha dicho, de las delicias de un suelo que nos depara muchos encantos, una belleza inusual en sus playas y calas, una forma de vida que mucho tiene que ver con la que se sueña cuando se piensa en un éxtasis paradisíaco. ¿Sería mejor que nadie supiera que existe Águilas, para gozar en plan sibarita de su embrujo, o sería mejor, como quieren los políticos, aunque no lo consiguen, vender la burra a todos aquellos turistas que pueden traer la pela para bien de los que alquilan o venden casas, de los comerciantes que venden sus productos, de los feriantes que nos visitan cada sábado, para bien del comercio y la industria, de la vieja pela y del nuevo euro. ¿Qué deberíamos hacer? ¿Dejar a la bella Águilas dormida, arrullarla como a una princesa de cuento o, por contra, clavarle una inyección que la despierte del sueño profundo que atraviesa? Sería conveniente, me preguntaba y lo afirmaba al mismo tiempo un amigo no hace tanto, que se construyeran 40 Marinas de Cope, veinte campos de golf, trescientas urbanizaciones y quebrantar todas las normas y derechos ecológicos, los parques naturales habidos y por haber, a fin de llevar la bendición del trabajo a todos esos hombres que han de mandar tarde o temprano a sus hijos fuera del pueblo porque no encuentran, una vez que han entrado en declive la minería, la pesca, la tápena, próximamente el tomate, lo que quisieran en la tierra, circunstancia ésta que bien conozco porque muchos fuimos los que hubimos de saltar de nuestras reducidas fronteras en aquellos años medianos del siglo pasado, cuando no había institutos en el pueblo y era casi imposible poner los cimientos de la instrucción y la formación en la juventud aguileña. Pero siempre existió en el pueblo quien me dijo que prefería pasar hambre a dejarse colonizar por una serie de guiris que no hacen sino descomponer el espíritu de la tierra, que no nos conviene ceder ante el empu-

je desalmado de una especulación salvaje que no hace sino acabar con lo natural que disponemos. Que, a la larga, lo único que hacen es destruir nuestro patrimonio para crear otro que no nos pertenece. Y que no y no por muchas razones que no conviene siquiera enumerar, entre ellas las que impone el corazón. Hay razones que el corazón no entiende como hay intuiciones que rechazan la lógica. Y he conocido puntos de vista y perspectivas de los dos bandos, tanto de partidos como de particulares, de aquellos que optaban por jugar siempre en casa, marginando y desviando los circuitos comerciales y turísticos y aquellos otros que han intentado a toda costa vender Águilas al mundo, sin duda sin mucha suerte porque seguimos siendo, pese a los esfuerzos, unos casi perfectos desconocidos en lugares lejanos salvo cuando se nombra a Paco Rabal o a Alfonso Escámez, nombres que posiblemente nada digan por desgracia a las nuevas generaciones cuando hayan pasado cien años. Y sé de aquellos que se alegran cuando apenas llega gente foránea a nuestro territorio-sobre todo cuando se echa encima el verano- y aquellos otros que se lamentan de que estemos enclavados en una ruta apartada, lejana, sin apenas visitantes, tal como sucede con la Costa Brava -el Maresme concretamente- que ocupo en estos momentos, la del Sol que bien conozco desde hace unos años o en la cercana Benidorm de la que siempre he procurado huir. Y resulta obvio que no es lo mismo hablar desde la distancia, elucubrar cuando se ha sido emigrante que emitir declaración cuando se reside apaciblemente en el pueblo aguileño. Y no se plantea la misma resolución cuando alguien lleva con nostalgia el recuerdo de un pueblo lejano que aquel otro que nunca se ha visto forzado a abandonar el lar tutelar ni ha debido empeñarse para conseguir más amplias metas para él y para sus hijos. Y así, en este emplazamiento catalán en donde comienza a laborar mi primogénito, sigo pensando, mientras se deslizan suavemente la nubes, mientras paseo por estos puntos lejanos intentando comprender las razones de seres que se marcharon y en los que habita la nostalgia de su patria chica y la de aquellos otros que han preferido poner candado en puertas y ventanas para evitar la entrada. Águilas, desde la distancia, nos deja hoy ese poso alegre y melancólico en estos días en los que se remata un año y nace el siguiente. Pineda de Mar, 31 de diciembre de 2011

Águilas Verano 2012

97


A C

guileña

ocina

Texto:Extraído del libro "La Cocina Aguileña, nuestra herencia gastronómica", de Esther Soto

E

n la actualidad los adelantos técnicos han hecho posible todo tipo de "anacronismos gastronómicos". Los procesos de congelación, el uso de conservantes en ciertos productos, la utilización de sistemas de cultivo antes desconocidos, etc. han revolucionado la cocina tal como la entendíamos hasta hace bien pocos años. Sin embargo, todavía hoy podemos rastrear aquellos tradicionales modos de cocinar y consumir en Águilas. En nuestro entorno fue práctica común la autarquía y el trueque, una forma de abastecimiento en que las familias eran, en cierto modo, autosuficientes y no dependían del mercado; es en esa forma de organi-

98

Águilas Verano 2012

zación social donde podría enmarcarse la gastronomía aguileña como tal. Nuestra cocina popular, en este sentido, obligaba a que el consumo de uno u otro producto dependiera de las diferentes épocas y estaciones del año: los ajos tiernos para San Juan, las sandías en Agosto, las batatas en Noviembre y los montachones en Navidad. Los productos de la huerta se abonaban con el "estiércol de las bestias" que trabajaban en los campos, se regaban con el agua de la balsa que venía por las acequias y, ni que decir tiene, no se usaban insecticidas ni abonos químicos. Todo, absolutamente todo, estaba configurado en base al autoabastecimien-

to: la orientación de las casas, el diseño y materiales de su interior, las estancias, los muebles... En el exterior de las casas no faltaba el horno "moruno". En el interior la cocina, centro por excelencia de la vida familiar. En lo alto de las viviendas, normalmente, las casas del campo disponían de una altillo-despensa orientado al Norte donde cada alimento tenía destinado su lugar: las ristras de ajos, las panochas de maíz, los pulpos atravesados por finas cañas, las "ñoras" y pimientos choriceros, las granadas, los melones, las uvas de dátiles, las patatas y boniatos; otro espacio estaba dedicado a las ollas de barro que contenían la carne salada, a las


orzas de miel, a las garrafas de aceitunas, tallos y tápenas, a los tarros con las conservas de fruta y mermelada, a las almendras y un largo etcétera. La casa, por tanto, estaba organizada con todos los elementos necesarios para la subsistencia, hecho que convertía cada hogar en una indescriptible sinfonía de esencias y colores. El gusto, el tacto, el olfato, la vista... todos los sentidos participaban por igual del estimulante entorno culinario que se respiraba en las casas. Pero en nuestro contexto geográfico, la alimentación cumplió y sigue cumpliendo una función que trasciende la propia gastronomía local. Y es que las diferentes actuaciones que requiere la actividad alimenticia siempre han llevado aparejado el estrechamiento de los lazos familiares y vecinales. El tiempo dedicado a la comida, desde siempre y aún hoy, era tiempo de fiesta, de regocijo y conciliación donde todos se sentían involucrados, disfrutando y participando del esfuerzo que requería la preparación.

Cabe hablar, en este sentido, del amasado y cocción semanal del pan, u ocasionalmente de las tortas de sardina o las de chicharrones, una práctica casi desaparecida en la que colaboraban diferentes miembros de la familia. Cabe hacer referencia, cómo no, al acontecimiento anual de la matanza donde, primero a las órdenes del matarife de turno, y una vez despiezado el cerdo a las órdenes del ama de casa, un tropel de familiares y vecinos se iban sumando para cumplir con su particular cometido. La faena era aderezada con multitudinarias y alborotadas comilonas, un innegable nexo de unión vecinal alrededor de lo que por estos lares se conoce como "la sartená" de migas con

numerosos "tropezones" (trozos de asadura, hígado, costillejas, ajos tiernos, bolas secas, etc.), o bien la "fritada", compuesta por grandes trozos de patatas, pimientos, asadura, hígado y magra. Todos los embutidos se preparaban con especias naturales, y la morcilla de cebolla aguileña ocupaba un lugar preeminente por su característico sabor, aderezada con una gran cantidad de especies donde no podían faltar los piñones. Mucho abría que decir sobre la cocina aguileña, sobre las estaciones, que daban lugar a la elaboración artesanal de diferentes productos. En las mesas nunca faltaba el "atascaburras", normalmente elaborado por las abuelas a base de patatas cocidas, bacalao, bolas, aceitunas negras, ajos pimentón y aceite de oliva. También era común la ensalada de escarola. De postre la "cascaruja", a base de castañas, nueces, bellotas, garbanzos torraos y avellanas finas, o los dulces recién hechos. Pero la lista no quedaría completa sin citar el plato con mayúsculas, ése que podía adaptarse a

Águilas Verano 2012

99


cualquier bolsillo por su propia versatilidad culinaria. Las migas eran, nunca mejor dicho, el "pan de cada día", el plato más socorrido y al que se podía añadir lo que buenamente hubiera en casa. Nunca eran iguales las unas de las otras, pero por lo general se "arreglaban" con algún trozo de tocino, longaniza, ajos tiernos y sardinas de bota. Hoy en día, la gastronómica tradicional

sigue milagrosamente viva en nuestro entorno. Aquí y allá, no faltan las fiestas tradicionales alrededor de las migas o de paellas gigantes. Incluso sigue habiendo familias que mantienen la maravillosa costumbre de agasajar a sus vecinos y amigos, poniendo en práctica, para asombro de muchos, toda aquella sabiduría acumulada. Que sea por muchos años. z



102

Ă guilas Verano 2012


Ă guilas Verano 2012

103







Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.