“Alimenta al que se muere de hambre, porque si no lo alimentas lo matas”. Vaticano II – G.S. 69
de Jesús. Jesús El Cuerpo p
Texto: Juan 6, 51-59. El Cuerpo y la Sangre de Jesús. Comentarios y presentación: Asun Gutiérrez. Música: Ginastera. Danza del trigo.
Y la Sangre...
51Jesús
añadió: –Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que come de este pan, vivirá siempre. Y el pan que yo daré es mi carne. Yo la doyy p para la vida del mundo. Jesús se identifica con el alimento –panpanque Dios da a la humanidad -bajado q j del cielo cielo-y que es preciso comer -asimilar– asimilar– mediante la fe: escucharlo, aceptarlo, acogerlo, compenetrarse con su palabra y sus sentimientos, para tener y contagiar vida al mundo.
52Esto
suscitó una fuerte discusión entre los judíos, los cuales se preguntaban: –¿Cómo ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
No ssiempre empre es fác fácill aceptar la verdadera presenc presencia a de Dios D os en la historia. h stor a. A veces puede crear menos problema seguir aceptando la falsa imagen de un Dios lejano, inalcanzable, dispuesto a condenar, a quien hay que aplacar con ritos y sacrificios. Sin embargo un Dios que se pone al alcance de nuestro corazón, de nuestras manos, de nuestros sentidos: oíd, gustad, tocad, comed, bebed... Un Dios que nos atrae por el hambre, por la sed, que acoge, libera, acompaña, defiende, alivia, se hace presente en todas las realidades cotidianas de nuestra vida, puede producir escándalo y ser más difícil de asimilar y de aceptar. Así es el Dios de Jesús, así es nuestro Dios.
53Jesús
les dijo: –Yo os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. 54El q que come mi carne y bebe mi sangre g tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. 55Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
Jesús se ofrece como alimento p para la vida. Para que q todos puedan p comer y vivir. Según la visión bíblica la “carne” designa a la persona entera en su condición mortal. En la explicación que Jesús da a los judíos, repite y mantiene el anuncio que les habían enfadado tanto. La comunión de vida con Jesús supone entrar en su seguimiento, ser personas eucarísticas: abrir los brazos a los hermanos, no juzgar ni excluir ni excomulgar a nadie,estar dispuestos a lavar los pies,a hacerse pan y paz, a contagiar esperanza.
56El
que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él. 57El Padre, que me ha enviado, enviado posee la vida, vida y yo vivo por él. él Así también, también el que me coma vivirá por mí.
El gesto de Jesús recuerda la última Cena. La comunión con Jesús supone vida compartida, llamada continua a la fraternidad y a la solidaridad. Participar p en la Eucaristía supone p la puesta p en práctica p del amor mutuo,, y la identificación con la vida, el espíritu y la misión de Jesús. Hacer lo que Él hizo y vivir como Él vivió. Ser “pan” y “vino” para los demás. Donde no hay amor, solidaridad, vida compartida y comprometida no hay Eucaristía. Lo importante no es ”oír” muchas misas, repetir rutinariamente unas palabras y unos gestos que no transforman la vida, sino hacer presente el proyecto de Jesús en la vida cotidiana.
57El
Padre, que me ha enviado, posee la vida, y yo vivo por él. Así también, el que me coma vivirá por mí.
Jesús nos ofrece vida en plenitud, una vida que se mide con el termómetro de la libertad y el amor. Es cuestión de vida, no de precepto o de rito rutinario. Una vida alegre y esperanzada, siempre en crecimiento. Jesús comunicaba vida cuando curaba, cuando acogía, cuando escuchaba, cuando comía, cuando miraba... Lo nuestro es seguir su ejemplo, hacer partícipes y comunicar esa vida a los demás.
58Este
es el pan que ha bajado del cielo; no como el pan que comieron vuestros antepasados. p Ellos murieron;; pero p el q que coma de este pan, p , vivirá para siempre.
A pesar de haber comido el maná, “los padres murieron”; este alimento -la leyley y- resultó ineficaz p para comunicar vida. El pan del cielo que es Jesús suprime para siempre la muerte. La fe es una fiesta. Quien cree vive y ve el camino de la vida: se abre a las necesidades de los demás, se implica a favor de la humanidad excluida de la mesa del bienestar, se desvive para que todos puedan ser felices y vivir con dignidad, tratando de aportar vida y esperanza al mundo.
Mis manos y Tus manos hacemos h este t Gesto, G t compartida la mesa y el destino, como hermanos. Las vidas en Tu muerte y en Tu vida. Unidos en el pan los muchos granos, iremos aprendiendo p a ser la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos. Comiéndote sabremos ser comida. comida El vino de sus venas nos provoca. El pan que ellos no tienen nos convoca a ser Contigo el pan de cada día. día Llamados por la luz de Tu memoria, marchamos hacia el Reino h i d Hist haciendo Historia, i fraterna y subversiva Eucaristía. (Pedro Casaldáliga) .