Jesús aprovecha cualquier situación para presentar a las mujeres como modelos de fe, generosidad o entrega desinteresada. Una pobre viuda, viuda una enferma crónica o una madre pagana desesperada pueden ser un ejemplo a seguir por todos. Marcos nos habla de una escena conmovedora. Una pobre viuda se acerca calladamente a uno de los tres cepillos colocados en el recinto del templo. Muchos ricos están depositando cantidades importantes. Casi avergonzada avergonzada, ella echa sus dos moneditas de cobre cobre, las más pequeñas que circulan en Jerusalén. Su gesto no ha sido observado por nadie. Pero frente a los cepillos está Jesús viéndolo todo. Conmovido, llama a sus discípulos. Quiere enseñarles algo que sólo se aprende de la gente pobre: dar algo más que las sobras. La actuación de esta mujer j es un ejemplo j p de esa fe q que echa en falta entre sus seguidores más cercanos.
José Antonio Pagola.
“Jesús: aproximación histórica”
Texto: Marcos 12, 3838-44 / Tiempo Ordinario 32 B / 11 noviembre 2012. Comentarios y presentación: Asun Gutiérrez Cabriada. Música: Mahler. 5ª Sinfonía. Adagietto.
Estamos en la última semana de la vida de Jesús. La escena se sitúa en el Templo p de Jerusalén,, centro del poder religioso, económico y político, frente al Arca del Tesoro, donde se depositan las ofrendas. Jesús se pone a favor de quienes sirven a Dios con generosidad, generosidad confianza y sencillez y en contra de la religiosidad oficial. Rechazo que le llevará a la cruz.
En su enseñanza decía también: –Tened cuidado con los maestros de la ley, que gustan de pasearse lujosamente p j vestidos y de ser saludados p por la calle. 39 Buscan los puestos de honor en las sinagogas y los primeros lugares en los banquetes. 40 Estos, que devoran los bienes de las viudas con el pretexto de largas oraciones, tendrán un juicio muy riguroso. 38
Jesús continúa desenmascarando y desautorizando a los maestros de la ley, los p f si n l s de profesionales d la l Escritura, Es itu en n lo l doctrinal d t in l y en n su ética. éti Advierte Ad i t de d que qu conviene n i n guardarse de las actitudes que los caracterizan: ambición, hipocresía, vanidad y búsqueda de honores y poder. Critica duramente a quienes, con la excusa de la religión se aprovechan de la ignorancia de las personas y religión, y, a veces también, también de sus fortunas con el pretexto de obras piadosas.
Jesús estaba sentado frente al lugar de las ofrendas, y observaba cómo la gente iba echando dinero en el cofre. 41
El templo era muy grande. Jesús sabe escoger el lugar adecuado para poder ver l imp lo importante, t nt llo que n no ssería í posible p sibl ver desde d sd otra t p posición. si ión Con Jesús miro, observo, contemplo. Para aprender a mirar como mira él. Para dirigir mis ojos hacia donde los dirige él. Para intentar descubrir lo que él descubre Para dejarme sorprender por la grandeza de los detalles de cada día descubre. día.
Muchos ricos depositaban en cantidad.42 Pero llegó una viuda pobre, que echó dos monedas de muy poco valor. 43 Jesús llamó entonces a sus discípulos y les dijo: –Os aseguro que esa viuda pobre ha echado en el cofre más que todos los demás. 44 Pues todos han echado de lo que les sobraba;
Es motivo de gran alegría saber que Jesús ve más allá de las apariencias, se fija en lo fundamental. Jesús ú alaba, l y pone de d ejemplo, l la l generosidad d d silenciosa l de d esa mujer pobre, su entrega total, su confianza y su abandono en las manos de Dios. No tiene vestiduras especiales, no ocupa puestos de honor ni quiere reverencias, pasa desapercibida d ibid para ttodos. d “Sól “Sólo”” lla ve Jesús. J ú
ella, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo lo que tenía para vivir.
Jesús recomienda dar y compartir lo que necesitamos para vivir: bienes materiales, descanso, alegría, esperanza, tiempo, cultura, ilusión, bondad, solidaridad, amor... L palabras Las l b d de J Jesús ú nos iinvitan i a preguntarnos sii vivimos i i d dando d llo que nos sobra b o sabemos también dardar-compartir lo fundamental de nuestra vida.
Un vaso de agua gratis, dos minutos ayudando a atravesar la calle, esas tardes con grupos marginales, marginales unas horas escuchando soledades, una compra menos... Esas cosas chiquitas no acaban con la pobreza, no sacan del subdesarrollo, no reparten p los bienes,, no socializan los medios de producción, no expolian las cuevas de Alí Babá, no invierten el orden, no cambian las leyes... y Pero desencadenan la alegría de hacer y mantienen vivo el rescoldo de tu querer y nuestro deber. Al fin y al cabo, actuar sobre la realidad, y cambiarla aunque sea un poquito, es la l única ú i manera de d mostrar que la realidad es transformable. Señor de la historia y de la vida, no sea s yo quien i menosprecie m s i y deje sin hacer las cosas pequeñas Fl) de cada día. (Ulibarri Fl)