20 de d mayo de d 2012 Ascensión del Señor –B-
Salmo: “El celo de tu casa me consume”
Hechos 1:11:1-11 Ya traté en mi primer libro, querido Teófilo, de todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado sus instrucciones bajo la acción del Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. Después de su pasión, Jesús se les presentó con muchas y evidentes pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles é durante cuarenta días í y hablándoles del reino de Dios. Un día, mientras comían juntos, les ordenó: -No salgáis de Jerusalén; aguardad d d más á bi bien lla promesa que os hi hice d de parte t del d l Padre; P d porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días. Los que lo acompañaban le preguntaron: -Señor, Señor ¿vas a restablecer ahora el reino de Israel? Él les dijo: -No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha fijado con su poder. poder Vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines de la tierra. Después de decir esto, esto lo vieron elevarse, elevarse hasta que una nube lo ocultó de su vista. Mientras estaban mirando atentamente al cielo viendo cómo se marchaba, se acercaron dos hombres con vestidos blancos y les dijeron: -Galileos, ¿por qué seguís mirando al cielo? Este Jesús que acaba de subir de vuestro lado al cielo, vendrá como lo habéis visto marcharse.
Cima de la Ascensión
Salmo
46
Dios asciende entre aclamaciones, el Señor, Señor al son de trompetas. trompetas ¡Pueblos todos,, aplaudid; p ; aclamad a Dios con voces de júbilo! Porque el Señor es grande grande, es el rey de toda la tierra.
Dios asciende entre aclamaciones, el Se単or, al son de trompetas. Dios asciende entre aclamaciones; el Se単or, Se単or al son de trompetas: 臓Tocad para Dios, tocad; tocad para nuestro rey, tocad! d!
Dios asciende entre aclamaciones, el SeĂąor, al son de trompetas. Porque P Di Dios es ell rey de d toda t d la l tierra: ÂĄtocad con destreza! Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su santo trono.
Ef 1:17 1:17--23 Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, Jesucristo el Padre de la gloria, os conceda un espíritu de sabiduría y una revelación que os permita conocerlo plenamente. Que Q ilumine il i los l ojos j de d vuestro t corazón, ó para que conozcáis cuál es la esperanza a la que habéis sido llamados, cuál la inmensa gloria otorgada en herencia a su pueblo, y cuál la excelsa grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, manifestada a través de su fuerza p poderosa. Es la fuerza q que Dios desplegó p g en Cristo al resucitarlo de entre los muertos y sentarlo a su derecha en los cielos, por encima de todo principado, potestad, poder y señorío; y por encima de cualquier otro título que se precie de tal no sólo en este mundo, sino también en el venidero. Todo lo ha puesto Dios bajo los pies de Cristo Cristo, constituyéndolo cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, y, por lo mismo, plenitud del que llena totalmente el universo.
Id y haced discípulos de todos los pueblos, pueblos, dice el Señor. Señor. Y sabed b d que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Mt 28, 19.20
Y les dijo: dijo: -Id por todo t d ell mundo d y proclamad l d la l buena b noticia ti i a toda criatura. El que crea y se bautice, se salvará, pero el que no crea crea, se condenará. condenará A los que crean, crean les acompañarán estas señales: expulsarán demonios en mi nombre, hablarán en lenguas g nuevas, agarrarán serpientes con sus manos y, aunque beban veneno, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos f y éstos é t se curarán. á Después de hablarles, el Señor Jesús fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Dios Ellos salieron a predicar por todas partes y el Señor cooperaba con ellos, confirmando la palabra con las señales que la acompañaban.
Mc 16, 16 15 15--20