Alonso de Molina Fragmentos sin ton ni son
Alonso de Molina Almeria 1960
A modo de presentación
Cofundador del Grupo Poético Alaire. Colaborador habitual de la Revista Alaire Bienestar-Ciencias-Arte Promotor de los Portales de Poesía Poetas de Hoy y Blog Poetas de Hoy Editor del Blog de Poesía Los Otros que me forman
Acerca de Alonso de Molina. Cuando cumplí los cuarenta ya sabía yo que no sería nada en la vida, lejos de asustarme me recreé indiferente y de la mano del viento fresco me sentí aliviado. No obstante y para quienes no me conozcan que seréis la mayoría, acerca de mi, os cuento que me gustan muchas cosas, me gustan los días y las tardes, me gusta la primavera y la luna en todas sus fases, me gustan los espejos limpios, las noches cálidas, me gustan las sonrisas y las caras amables y a veces me gusta mirar al infinitito y tratar de encontrarme en él como en mi propia casa, en realidad me gusta todo, aunque a veces no suelo conformarme con nada.
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Obra poética publicada:
Coautor, junto a otros autores, del libro colectivo “Odaldecir Poemas en Lengua Castellana” editado en Buenos Aires (Argentina) durante el mes de julio del año 2003. En el mismo año aportó sus textos a la antología poética "21 Poetas por la Paz" (Australia). Ha sido antologado en el "Libro de Poetas 2004" (Córdoba, España). Algunas otras creaciones (artículos, micro relatos,..) están expuestas en distintos blogs de Internet y en edición impresa en varios números de la revista "Transparencias" editada en Almería (España). En marzo de 2007, la editorial Albatros Press incluye uno de sus poemas en la Antología Poética "El Sol Desmantelado" en conmemoración del Centenario de poeta W. H. Auden.
Es colaborador habitual en la Revista Alaire Bienestar Ciencias Artes. En enero 2009 su poemario La Memoria Fragmentada es incluido en la Antología publicada por la Editorial Alaire y este mismo año coordina la Antología Poética Universos Diversos. Poesía del Siglo XXI donde participan un total de 22 autores. En 2007 y 2008 coordina las antologías Un Mundo y Aparte y Área Reservada publicadas en Bubok Publishing. En julio 2010 se presenta " ", donde es igualmente antologado junto a otros 50 autores de España, Argentina, México y Chile. En octubre 2011 coautor de la Antología Poética "Árido Umbral" junto a otros 13 autores, publicada por Editorial Alaire.
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No he venido conciliador a verte, tus atributos crecen conforme mi dolor avanza, solo soy cuerpo y causa, un ser en permanente retroceso, en endémico ajuste. Pero nos quedan tantas barreras por vencer que incluso nuestra materia se angustia al pervertirnos en el propio ego de la felicidad. Solo que la felicidad debe ir paralela a nosotros como la propia sombra que no se aparta ni de los miedos ni de la prudencia ni de los arrestos
Si el albor prorrogara el tiempo de esta efímera luz se hundiría mi rostro en cuadrantes y mapas apremiando en atajos los perfiles de agosto. Estalla la ventisca sobre el aire y el sol, el ocaso se aleja de nuestros pies cansados descifrando la danza que persigue la niebla ¿Cómo dejar de sonreír ante la luz descalza surgida del glaciar?)
de Los Pasos encontrados
Buscándome las huellas presentí tus secretos, las piedras y cenizas que albergaron tus siglos, tus surcos y colores, quería mirar la luz sobre tu cara, Mulhacén. No acudieron a mí la agudeza del pájaro ni los cuerpos amantes para salvar la incertidumbre. Los hilos de la nieve y mis pies fueron tan frágiles como un pueblo dormido ante el fragor de los volcanes. Como el dolor, la cumbre es transitable, pero como el soldado que regresa a la guerra los huesos sienten vértigo sobre el peñón magnético, es como una batalla que te intimida y atrae No podría decirte en qué punto, en qué momento me hablaron los colores: todos los ocres y amarillo y grises de la tierra, el bosque y la madera, la ceniza y la luz el olor y el silencio; ahora, desearía poder interpretar tus signos, danzar en tus silbidos, reír con todos mis dientes y poder apoyarme en el viento,
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Hoy, miro mis manos como si no fueran las mías, el gris me sigue pareciendo otoño, mis camisas no saben bailar un tango, y ya ven, me quedan tantas cosas por aprender…. Soy un autodidacta más, o eso creo, nunca en la vida tuve un manual para la tristeza, en cambio aprendí a reír solo, pero nunca fui capaz de aprender a juntar las manos y llorar con la cara tapada, tal como instruye Cortázar. En cambio si aprendí a tener miedo y a perder el horizonte de mis ojos. Sigue bajándome la niebla y mi pelo de mármol se escurre en el cemento de las horas. Somos huesos fecundos a la falta de un cáliz donde consagrar la herencia que dejaremos a los nuestros. El aire no cabe en el aire y la raíz de la nada sigue siendo nada. El vidrio no flota en los abismos, los ríos más largos languidecen. No hay manzanas verdes. Nadie baja del tren. Mis brazos y piernas florecen por separado.
de Un humano cualquiera
Si. Tal vez las ortigas huyeron de aquel mes de octubre en que todas las cartas fueron perdidas por azar. No puedo simplemente decir: -Señor, no tengo nada; tan sólo los distintos rostros que cada día parpadean en mí. -Nada, Señor, no tengo nada. -Duermo sin ti, Señor, como un animal que no encuentra hogar.
Usted ansió ser niño, ajustar en los viejos las conductas opacas. Se remangó la piel en alborozos evitando los juicios para no quebrantar sus impulsos, su leitmotiv, la aceptación de su vida; -cuanto lo envidio, de mayor probaré a seguir sus latidos; cuando los días me aparezcan amarillos seré un viejo malo, por cada poro esnifaré feromonas, me pondré hasta las patas con cien tragos de vodka y calavera aplaudiré obscenidades -no tan obscenas como Hiroshima, Nagasaki, Cisjordania, la Crisis Global, el desempleo-. Seré la lluvia ácida que consume los miembros; un reuma en los tejidos del alma.
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Íbamos bien encaminados, ansiábamos la lluvia y la tormenta buscándonos poemas en los párpados, una vecindad llena de pájaros y un barco navegando hacia los astros.
Sobre su cuerpo exacto, arrullado en sus notas, respiraba voraz su perfume a madera. Sus labios y su vientre sabían a cerezas frescas y sus abiertas rosas buscaban en la noche la luz y el corazón. Y yo, a veces, esquivo la besaba con este labio amargo, con la pasión impúdica de una ternura contenida.
de El zen de las macetas
En aquel lugar nos recorrimos enteros desde las nalgas al corazón y nos hicimos la promesa de no volver a vernos, de no dejar de amarnos nunca.
fue por mi falta de bondad que ella se marchó con sus piernas, su hambre inocente y su juventud voraz.
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Nerviosas las campanas pregonaban los ritos de la patria volcánica; hipnóticos, brillantes, en los kilómetros de páramos los quintales de esparto cimbraban la cintura; era el pan la escasez y el hambre de los días, la holganza no cabía en el sudor de la premura
A ella le maliciaba la súbita manía suya por la gimnasia, su repentino afán por la galantería, la extrema pulcritud en su ropa interior y la exacta elección del Aftershave
de Historias de cualquier otoño
De la tierra baldía nos hemos resignado a sus desérticos eriales; hemos construido un universo de infructuosos principios que no admiten la entrega ni soportan la gélida gula de la indigencia; siendo lujuria y sed olvidamos a Dios, sin querer otro dios, sin pretender ser dios, sin respetar a Dios; y no hay perdón ni agua que redima el olvido e inunde la memoria de paz justicia y libertad.
Es difícil gritar on the street lonely; la mujer dijo hello y yo rompí mis ojos para mirar su escote insinuante y sedoso; reincidían momentos en los signos de aquarius y mojaban los sueños sin posar la cabeza sobre el agua
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Santa y de vocación mojigata, era sin más oficio ser mujer, insolvente sexual del no querer, fue su sino sin más: error y errata.
no declina su flor, canela plena, desprende sus desnudos sentimientos revistiendo prudencias con fragmentos que destilan su miel y yerbabuena;
de tal vez sonetos
No pienso, por receta del galeno, pensar es, camaradas, desatino; mas cuando piensa en mí el sacro vino, compañeros, con la uva me encadeno
Yo se que acometer este soneto hará, sin más, temblar al diccionario, cierto es que de la rima, soy gregario; ¿Será providencial? ¡Ya está, un cuarteto!
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