Palabracadabra NĂşm. 5 Noviembre 2013 Costo: $30 pesos
Dirección
Ruth Castro Germán Cravioto Palabracadabra ediciones
Editorial
Equipo Palabracadabra
Edgar González, Fernando de la Vara, Aleida Belem Salazar, Daniel Alemán.
Diseño editorial
Zoar Martínez
Colaboradores en este número
Amaranta Caballero Prado, Christyan Záizar, Diana R. Chargoy, Fátima Alba, Claudia Luna Fuentes, Jesús Urbina Rz., Damián González, Getzemaní González, Héctor Ortíz, Alvar Morrison, Daniel Olcay Jeneral, Mauro Gatica Salamanca, César Klauer, Julieta Schatzky, María Hurtado, Analía de la Fuente, Bun Alonso, Nadia Contreras, Jaime Muñoz Vargas, Héctor R. Herrera, Isma Cortés, Vicente Alfonso, Jorge Palomares, Martha Ordáz, Carlos López Magaña, Arturo Esparza, Daniel Galindo, Saira Villagrana, Luis Sergio Rangel.
Palabracadabra viene con una novedad ancha: para integrar el número cinco realizamos una convocatoria en redes que resultó concurrente, con textos e ilustraciones lanzados desde lugares como la Patagonia y Tijuana, que son casi los nombres de la distancia. Las secciones han engordado y llegaron nuevos géneros: un cómic lluvioso, y un poema visual que pone la cabeza a girar. Un nuevo reacomodo de apartados, que va de lo nacional a lo continental, de lo local a lo foráneo y de regreso a los que ya son de la casa; un palabricolaje recordando a los grandes de la ciencia ficción y unos palabracaidistas que malabarean con la escritura de otros y hacen actos de contorsión para tener a tiempo (es un decir) la edición de cada número. En los forros, la diseñadora fue inexplicablemente dominada por una influencia orwelliana que nos recuerda, entre otras cosas, que el futuro siempre nos alcanza, que no estamos solos y que, de alguna manera, un mundo nos vigila. Bienvenidos todos.
Huéspedes México
La boda/ Amaranta Caballero Prado (1973, Guanajuato, Gto.- Tijuana, BCN) Medidor de palabras/ Christyan Záizar (1979, Ciudad de México- Cancún, Q. Roo) Toronja libre/ Diana R. Chargoy (1981, Tijuana, B.C.N.-Cancún, Q. Roo) Sin canciones de Bowie/ Fátima Alba (1985, Guanajuato, Gto.) Ruego/ Claudia Luna Fuentes (1969, Moclova-Saltillo, Coah.) Poema cruz/ Jesús Urbina (1985, Ciudad de México) Febrero/ Carlos López Magaña (1989, Ciudad de México) American muro/ Damián González (1984, Reynosa, Tamaulipas) Pequeño mantis/ Getzemaní González (1968, Maravatio, Mich.) Precavido/ Héctor Ortíz (Ciudad de México) 27/ Alvar Morrison (1997, Oaxaca, Oax.)
Huéspedes Latinoamérica
Presentimiento/ Daniel Olcay Jeneral (1990, Arica, Chile) Spinn off/ Mauro Gatica Salamanca (1974, San Marcos de Arica, Chile) Bife con papas y ensalada/ César Klauer (1960, Lima, Perú)
Como perros esperamos/ Julieta Schatzky (1985, Buenos Aires, Argentina) La persecución/ María Hurtado (1992, CopacabanaGuadalajara de Buga, Colombia) XI/ Analía de la Fuente (1978, Buenos Aires, Argentina)
En la Laguna
Leslia/ Bun Alonso (1989, Gómez Palacio, Durango) Alejandra Pizarnik/ Nadia Contreras (1976, Quesería, Colima- Torreón, Coah.) Estampida de piojos/ Jaime Muñoz Vargas (1964, Gómez Palacio, Dgo.) Mi cabeza loca estalló/ Héctor R. Herrera (1981, Chihuahua, Chih.-Torreón, Coah.) El ballet de las cucarachas/ Isma Cortés (1993, Torreón, Coah.)
Laguneros Errantes Lamentación de un carroñero/ Vicente Alfonso (1977, Torreón, Coah.Ciudad de México)
Palabricolaje
2 + 2 = 5/ Daniel Alemán (1985, Torreón) Palabracaidistas Palabras entre sí, para sí, en otros/ Lacolz (1987, Torreón)/ Fer de la Vara (1988, Torreón)/ Ruth Castro (1981, Ciudad de México-Torreón)
Huéspedes De México
La Boda
(O de cómo vendo mi corazón a $20.00 pesos) Amaranta Caballero Prado In memoriam: Con toda mi leyenda negra, me visto de Blancornelas
I LA ÚLTIMA VIRGEN DE LAS VÍRGENES Hola, yo soy un ícono de hotmail. Estamos en una ventana del messenger. He venido a contactar con ustedes porque tengo que decirles La Profecía. Soy la última virgen de las vírgenes de Tijuana. Este es un mensaje. Vamos a rezar juntos. Recen conmigo la letanía: ORACIÓN A LA ÚLTIMA VIRGEN DE LAS VÍRGENES Amaranta Caballero Prado (1973, Guanajuato - Tijuana, Baja California). Hizo estudios de licenciatura en Diseño Gráfico en la Universidad de Guanajuato. Realizó una maestría en Estudios Socioculturales en El Colegio de la Frontera Norte. Ha publicado algunos libros de poemas y textos en revistas nacionales e internacionales. Es corresponsal del programa Tierra Adentro en Tijuana. *El texto pertenece a un performance realizado en Monterrey, Nuevo León, en 2007, por Amaranta Caballero. En tal evento se vendieron corazones de unicel en bolsa a $20.
¿Cómo? ¿Tan vilipendiada? ¿Cómo? ¿Tan amarillista? Amarillista sí, y vertiginosa. Empobrecidamente sucia, arrinconada y fea. Todas las novias son bellas. Ruega por ella. O bellacas. Ruega por ellas. Explotación del morbo. Ruega por ella. Explotación del amor. Ruega por ella. Mala influencia. Ruega por ella. Actitud cínica. Ruega por ella. Lenguaje infalible. Ruega por ella. Soldados y periodistas. Rueguen por ella. Los narco juniors. Rueguen por ella. Los narco satánicos. Rueguen por ella. 3
creidota. Enterita y coleando. Derivando. Poniendo toda la atención que merece esta ceremonia. Origami papel. Origami leche. Origami palabras del miocardio. Petición de mano y hasta hoy, ya varias despedidas.
Los tucanes de Tijuana que en realidad son de Sinaloa. Rueguen por ella. Juan soldado. Ruega por ella. La violada Olguita. Ruega por ella. Santa Violencia. Ruega por ella. Casas de cambio. Rueguen por ellas. Todas las farmacias. Rueguen por ella. Todos los bares. Rueguen por ella. Todos en el Zaca. Rueguen por ella. En las maquiladoras. Rueguen por ellas. Las televisiones. Rueguen por ella. Yo que veo visiones. Rueguen por mí. Todas las voces que oigo. Rueguen por mí. Los secuestrados. Rueguen por ellos. La cocaína. Ruega por ella. La marihuana. Ruega por ella. El crystal. Ruega por ella. La medicina para animales. Ruega por ella. La tercera nación. Ruega por ella. Las artes visuales. Ruega por ella. Los videastas. Rueguen por ella. Los documentales. Rueguen por ella. La barda. Rueguen por ella. Los indocumentados. Rueguen por ella. Los ilegales. Rueguen por ella. Los polleros. Rueguen por ella. Santo coyote. Ruega por ella. El frío de enero. Ruega por ella. La sirena policiaca. Ruega por ella.
No he dicho una cosa importante: Esta es mi cuarta boda. Pero dicen que la tercera es la vencida. Anteayer volví a apostar por mí. Me casé conmigo misma. Ya lo sabían. Aquello que enuncié era bien cierto: Yo soy mi Príncipe Azul. Pero hoy, 16 de marzo de 2007 vamos a enunciar que las cuartas bodas pertenecen a la cuarta dimensión. Vamos a enunciar que las bodas de la cuarta dimensión siempre serán espaciales. Y por lo mismo siempre serán especiales. III MI CORAZÓN HUMANO: RECUERDITOS DE BODA “Tú no escoges la mercadotecnia / la mercadotecnia te escoge a ti.”
La noche. Rueguen por ella. Anoche soñé que una novia no viajera, se viajaba.
Diástole general: Las aurículas y los ventrículos se dilatan, al relajarse la musculatura, y la sangre entra de nuevo a las aurículas.
II LA NOVIA APÓCRIFA
Los golpes que se producen en la contracción de los ventrículos originan los latidos, que en el hombre oscilan entre 70 y 80 latidos por minuto.
Aquí me tienen. Sigilosa. Bien kitch. No los engañé. No me digan que no sabían quién soy. Heme aquí. En cuerpo, mente y alma. Hecha pedazos. Vengo a mi boda. Bien 4
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Localización: Corazón. Glándulas: Paragangliossupracardiacos / Timo La apertura de este centro es directamente correlativa a la merma del ego, pues es el centro a través del cual amamos; a través del cual fluye la energía de la conexión con toda forma de vida. Cuanto más abierto está este centro, mayor es nuestra capacidad de amar un círculo de vida cada vez más amplio. Allerechtebei / Allrigth / Todo está bien A Laetitia Tura tengo que decirle que finalmente, hoy, en el marco de las celebraciones de mi cuarta boda, y a un año después de enunciarlo, vendo mis corazones de unicel a veinte pesos. ¿Todos tienen en la mano un billete de veinte pesos? ¿Dos monedas de diez? Ahorita paso a recogerlos. Nos acompaña en este trance: PipilottiRist en su version: “I´m a victim of this song”: http://www.youtube.com/watch?v=ELy0ulAosAA IV LA MADRINA ¿Y qué creían? ¿Que la novia les iba a salir gratis? No señores, en estos días además de que papelito, messenger y blog hablan, están los hechos. The facts. La praxis. Sintaxis. Por eso yo siempre ando a pie. Colectivo Proserpina, yo soy la madrina, Colectivo Proserpina, Monterrey, todas las Alianzas, vamos a repartirnos el botín, la bota, el huarache. Porque hoy la vida está muy cara. Más si con la globalización, la tecnología, la mustia industria ya no hay corazón. Ya no hay. Ya no hay. Ya no hay. Ay. Después de virgen, novia, y madrina sigo de Llorona. Por la noche nos encontraremos. 5
Medidor
de palabras Christyan Záizar
Christyan Záizar (1979, Ciudad de MéxicoCancún, Quintana Roo). Tiene buena memoria, pero es bien olvidadizo. Trabaja como editor deportivo en un diario y coordina sueños cuando ve el mar. Le gusta mucho el color naranja.
Antonio, di algo, ¡por favor! Antonio, tienes que cumplir con la cuota del día de hoy si no quieres que los militares te encierren, dios sabe qué cosas te harán en esos campos, por favor, tienes que hablar. Yo sé que no te gusta hablar, pero tienes que hacerlo. Sabías que un día nos podían quitar el internet y ahora tienes que hablar con la gente, aunque lo odies. Antonio, tu marcador está en 3. Has dicho tres palabras hoy, al menos dime cuáles fueron. Antonio, por favor. ¿Qué es lo que más te molesta de este nuevo gobierno, que los militares hayan decidido controlar el internet o que ahora usen el medidor de palabras para obligarnos a hablar? Algún día tenía que pasar. Tú mismo lo pensaste: las redes sociales, los teléfonos inteligentes, sólo fueron el principio. La ciudad era un pueblo fantasma, la gente se moría de soledad. ¿No te gusta este estúpido aparato que nos obligaron a usar en el cuello?, pues a mí tampoco. Al principio lo odiaba; digo, ¿cómo es posible que el gobierno haya inventado un medidor de palabras? Un collar que re6
Jorge Palomares (1981, Saltillo, Coahuila) @chikistein Facebook: Taller perro sin hueso
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gistra el movimiento de las cuerdas vocales, reconoce las palabras pronunciadas y contabiliza todo lo que dices en el día en una pantalla de cristal líquido. Vaya cosa. Es un poco feo, es cierto, pero puedes combinarlo. Es más, la verdad es que hay días que olvido que lo traigo puesto. Pero si no te gusta, quéjate, di algo. Sé que odias hablar con la gente, pero ¿por qué ya no quieres hablar conmigo? Antonio, si lo que te preocupa es que te roben tus ideas, pues habla de tonterías, anda, puedes contarme qué desayunaste hoy. ¿Todavía te gustan los hotcakes? Recuerdas la vez que comimos los hotcakes arcoíris. Nunca pensé que vería tantos colores. Antonio, dime algo. ¿Acaso te preocupa más que el gobierno pueda robarte algo más que tus palabras? Te van a quitar la casa, Antonio, te meterán a uno de esos campos de concentración y nadie sabe de lo que son capaces esos militares. Ay, Antonio, habla, por favor. ¿Sabes lo que escuché el otro día en el supermercado? Decían que este aparato sólo sirve para crear una base de datos con la que construirán una nueva realidad global, todos tendrán la misma realidad. Pero que necesitan a alguien que lo pueda hacer. Yo creo que esos militares necesitan la ayuda de un genio como tú, Antonio. Te imaginas, todos veríamos lo mismo, todos estaríamos controlados por las mismas reglas. Antonio, voy a tener que irme, voy a tratar de conseguirte un libro viejo en el mercado negro para que puedas leerlo en voz alta y cumplas con la cuota del día, porque no queremos hacerte más daño. Cuando regrese a ver si me cuentas cuáles fueron tus tres palabras. Sólo queremos saber cómo funciona tu mente. —Tú no existes —dijo Antonio, y su marcador subió a 6. 7
toronja libre
Diana R. Chargoy
Diana R. Chargoy (1981, Tijuana, B.C.N.-Cancún, Quintana Roo) Norteña de corazón que nunca sabe qué decir. Bueno, a veces nunca.
7:30 de la noche. El rechinido de la puerta anuncia a la casa que ya no está sola. Un “hola, casa” lo confirma. Unos pocos pasos llevan una bolsa pesada a la recámara y la guardan al tiempo que unos pies cansados se descalzan saludando al piso frío. Un segundo rechinido abre la puerta del baño, se oye correr el agua seguido de un “ah” de frescura. Una cara lavada surge de la casa oscura y se enciende una luz. También se enciende el Buena Vista Social Club y los pies descalzos bailan hacia el refrigerador. Espinacas, jitomate, aceitunas kalamata. Nueces, queso azul y aceite de oliva. Un trozo de pan. Huele a cena. Y el camisón de Pepa tiene historia mientras un par de manos levantan, acomodan y doblan al mismo tiempo trastes, libros o ropa. Un bostezo al estirarse anuncia la hora, el libro en la mesita de noche la confirma. Uno, dos, tres, un capítulo más. Los ojos amenazantes del reloj recuerdan poner la alarma, el libro sobre el pecho anuncia quién ha vencido. Silencio. Una melodía parecida a la favorita de todos canta a la madrugada. Un cuerpo se estira sobre la cama, después sentado y finalmente de pie sin reparar quién tocó el suelo primero, sólo camina y se prepara. Algo cómodo, 8
Martha Ordáz (1974, Minatitlán) www.osmundaregalis.carbonmade.com
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algo ligero. Aún no amanece, la calle invita y es la hora perfecta para ser libre. Es el tiempo exacto y preciso para respirar hondo, profundo. Otra vez. Es momento de oler la casi mañana, de embriagarse de día y sí, respirar otra vez. Las manos y los pies, como por arte de magia, se han coordinado y han dejado de dar pequeños pasos. Ahora se disponen, se relajan, se sienten parte del viento. Trotan. El cuerpo va aceptando que lo es y, en el segundo acto de magia, corre. Movimientos de inhalación y exhalación ocurren como milagro. De pronto huele y sabe a libertad. Ha clareado. El día, la energía y los pies regresan a casa. Agua caliente sobre té negro. Una mano tomando una toronja. Unos ojos sentados cerca de la ventana disfrutando el dulce amargo, una vida saboreando su libertad. 9
sin canciones de bowie (la caída) Fátima Alba
Es el poema de los lunes el hábito que rechina en los dientes del anciano, aunque sería imposible contar cuentos desde una escalera al cielo estando en celo —y encima un poco borracho—. La boca sucia por el gazpacho, las groserías coleccionables y el parabrisas como un espejo de mano. —Así es la vida—dicen los yankees. —Así es la muerte—dicen los sordos en un arranque de lucidez y desencanto. No muero porque en abril no se muere nadie después de las 9, no muero porque los gatos ya no persiguen mi carne vieja, me muero porque me da la gana irme de viaje a un paraíso exótico, hacer de la ironía mi última oración. Hay lápidas que pesan más que el nombre y perros que se mean en las cortinas.
Fátima Alba (1985, Guanajuato, Gto.). Escritora y artista audiovisual.
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Hay viudas con corpiño y camisón que frotan sus abismos con prejuicios. He recorrido el mundo a pie de página, a golpe de martillo. He tocado la cruz en las tinieblas y crucifico al recuerdo con vermouth. Sortilegios de zánganos gorrones, nada mejor que ser un sinvergüenza que en lugar de regalos pide años a sus amigos viejos que no tienen decencia. Agradezco el amor volcado en días en los que habré de arder como Dios manda, fumando cigarrillos y sonrisas de mujeres vencidas por las ganas. Beberé tu ginebra y mi tequila, hurtaré tu vestido de española y me iré trasnochando travestido a perseguir gendarmes a deshoras. En desorden te dejo mis maletas, el silencio que sobra, los relojes, las angustias de verte devorando cometas tan ciega como siempre, tan sola como entonces. Quiera la muerte verme tan desnudo que me quede sin huesos ya vacío, sin canciones de Bowie, sin calzones, en la última banca de algún templo vacío.
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ruego Claudia Luna Fuentes
Sueño con aguas transparentes diamantadas por la estrella inmediata aguas turbulentas veloces aguas colaboradoras maquinaria líquida del cielo sueño con crecientes saladas en flujos libres en remolinos en olas altas o sumisas que afinan el dolor de las heridas y luego lo calman sueño con agua que envuelva y saque de tajo el tizne liberte nombres ocultos diluya los ánimos embravecidos me sueño entre las aguas con el rosario de razones de los ateos con el rosario de fe de musulmanes cristianos tibetanos con el rosario de las hormigas y las piedras
Claudia Luna Fuentes (1969, Monclova - Saltillo, Coahuila). Egresada de ciencias de la comunicación de la UAdeC, con maestría en Historia de la Sociedad Contemporánea por la Universidad Iberoamericana en Saltillo. Sus poemarios han sido editados en México y España. Ha sido becaria del FONCA, PECDA y FORCA. Obtuvo el premio Manuel Acuña en 2008. Parte de su poesía ha sido traducida al árabe.
sueño con los nombres de nuestros hijos como joyas engarzadas ante una civilización que no ve el valor de estas ofrendas y las arranca quisiera navegar en mi país como navego en el lenguaje libremente a salvo 12
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POEMA cruz
Jesús Urbina Rz
Jesús Urbina Rz (1985, Ciudad de México). Le hicieron nacer un 21 de abril de 1985 en la hoy insalubre Ciudad de México. Actualmente es un poeta independiente, editor y curador de la revista digital Expoesía Visual Experimental.
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febrero Carlos López Magaña
Carlos López Magaña (1989, Ciudad de México). Es un hombre de descubrimientos y de pequeñas observaciones, quizá en lo que evolucionaría un pirata. Le encanta y se dedica tanto a la animación como a la ilustración; ha colaborado en proyectos para producciones audiovisuales como cortometrajes y ha expuesto en el Munal, en la Ciudad de México.
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American muro Damián González Leopoldo tuvo que esperar catorce años a que le llegara su hoja de residente. En su espera, trabajó duro, no se casó ni tuvo hijos, ni novia. Todo por el papel que diría “Residente de los Estados Unidos”. Al llegarle, Leopoldo consiguió trabajo. Pasaron pocos años, y engordó tanto que un día murió de asfixia mientras dormía en la traíla que rentaba. Nadie excepto el rentero gringo se percató de su muerte. Damián González (1984, Reynosa, Tamaulipas) Escribe poesía, cuento y novela. Ha sido publicado en varias antologías en Editorial ALJA. Se desempeña como fotógrafo y artesano. Coordina salas de lectura con una comunidad de sordos y es promotor cultural comunitario.
Pequeño mantis Getzemaní González El pequeño mantis religiosa sí creía en el amor alocado, al fin y al cabo, papá había perdido la cabeza por mamá.
Precavido Héctor Ortíz Pór sí lás dúdás.
Getzemaní González (1986, Maravatío, Michoacán).
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Héctor Ortíz (Ciudad de México) Un gordito enamorado de Eva. MYRDAL & MYRDAL SoundLAB, Summerverano, música para espías; no escribo.
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27 Alvar Morrison
Alvar Morrison (1997, Oaxaca, Oaxaca). Estudiante de nivel media superior, actualmente escribe y lee en sus ratos libres.
Un día encontré una pistola tirada en la calle la pistola lloraba y lloraba sangre no sabía qué hacer, si tomarla y limpiarla o llamar a una ambulancia la pistola no paraba de llorar diablos –dije así que la tome lentamente pero no paraba de llorar… será mejor que te ocultes, no sabes a cuánta gente has matado –me dijo al escuchar esto me enfadé pero no la podía soltar así que la llevé rápido a mi departamento tomé una ducha y tomé un 7UP escribí mi testamento me puse la pistola en la barbilla y… se acabo todo ya no existo finalmente logré ver a mucha gente llorar en mi funeral todos excepto la pistola. 21
Presentimiento
>X:\ENTER CODE: R234\_ █ >> Daniel Olcay Jeneral
[>X:\stage 1] Él despierta en alguna parte del desierto aún adormecido por la anestesia general. Huye sin rumbo fijo, confundido y horrorizado; de vez en cuando pierde el equilibrio, pues no está acostumbrado a correr con una extensión MultiProtónica ensamblada a su brazo. En el cielo, aparece una NaveMilitar Omega. Los soldados de la Gran Máquina lo han localizado. Disparan. ((The holy stone with skulls around it))
Daniel Olcay Jeneral (1990, Arica, Chile). Estudiante de Psicología en la Universidad de Tarapacá. Ha sido seleccionado para formar parte del libro Predicar en el Desierto: Poetas Jóvenes del Norte Grande de Chile de la Fundación Neruda. Trabaja en la edición de su primer libro Asfalto_.
* * [>X:\stage 2] Él despierta en una blanca habitación, muy iluminada y vacía. Está desnudo. La luz intensa de la habitación está siempre encendida, pues si la luz se apaga, él comienza a asfixiarse. ((Paranoid flies on a rusty hardware)) * * [>X:\stage 3] Él despierta en un extraño lugar de la ciudad. Su pecho sangra / la herida / Gorgona / El Símbolo. Un grupo de ratas se come a un vagabundo. ((La MacroLuna desconoce los puntos cardinales)) Él decide avanzar por el camino de piedras. Él cree tener un presentimiento. 22
Huéspedes De LATINOAMÉRICA
spin off:
la vida es un sistema de producción estandarizado digo: es un producto audiovisual de entretenimiento a capítulo cerrado y de corta duración (22 minutos aproximadamente)
JUSTIFICACIÓN INNECESARIA SOBRE LA EXISTENCIA Mauro Gatica Salamanca
apunta hacia una funcionalidad para simplificar estructuras y categorías narrativas y abaratar el producto (gordillo, 1999: 24) a rato es interrumpida por la pausa publicitaria generalmente se rueda en interiores utiliza un decorado de colores vivos único dividido en varios sets de esta manera las escenas se ruedan en escenarios fijos que se repiten a lo largo de los años
Mauro Gatica Salamanca (1974, San Marcos de Arica, Chile). Escritor, gestor cultural, director de La Liga de la Justicia Ediciones. Ha publicado: Shhh (Poesía visual. Cinosargo Ediciones. 2010), Family values (Poesía. La Liga de la Justicia Ediciones. 2011), “los ingalls” y “la pradera”(Poesía. Proyecto Itinerante Ediciones, 2012), “La pequeña casa en la pradera” (Poesía. Editorial Digital 404, 2012), “escupe” (Poesía. Editorial korekhenke, 2013).
a rato es interrumpida por la banda sonora el formato se caracteriza por la inclusión de un disco de risas enlatadas para enfatizar los momentos de humor 23
Bife
CON PAPAS Y ENSALADA César Klauer
César Klauer (1960, Lima, Perú). Ha publicado el libro de cuentos Pura suerte (Altazor, 2009), los libros infantiles El gigante del viento, El delfín de arena y El perro Patitas (Altazor, 2010) y la colección de microrrelatos La eternidad del instante (MIcrópolis, 2012). Ganó el concurso de cuento Latin Heritage Foundation, EEUU.
Apretó las mandíbulas tanto que sus labios se pusieron pálidos, parecía que las comisuras iban a reventar por la presión. Debes comer, la mujer empujó la cuchara llena de papilla de fruta tratando de abrir una ranura, pero él sacudió la cabeza con fuerza, ¡no quiero!, ¡nonono!, cerró los ojos, se cruzó de brazos, luego la miró desafiante, la boca nuevamente clausurada. Ella suspiró, debes comer tu papilla, lo miró con gesto conciliador, la fruta era buena para su salud. Él miraba hacia otro lado, ignorándola, la barbilla en alto, ¡no-qui-e-ro! Ella perdió la paciencia: ¡el doctor lo manda!, empujó la cuchara otra vez, ¡se va a molestar! Él levantó los brazos para repeler el ataque, pero en el camino se llevó el plato, el vaso de leche, la taza de té que ella estaba tomando. El estruendo atrajo de inmediato a la enfermera de guardia. Vio el estropicio en el suelo, los señaló con el dedo, la cabeza negando lentamente, los ojos entrecerrados. Ella se encogió de hombros, es que no quería comer y entonces… No se preocupe, señora, la enfermera llamaría al personal de limpieza. Miró al malcriado, ¡es que no me gusta la papilla!, ¡ya les he dicho!, ¡ya les he dicho!, ¡ya ya ya ya! Empezó a golpear la mesa con los puños. ¿Y qué quiere comer, si se puede saber?, la enfermera se acercó, se paró frente a él con los brazos en jarra. Él levantó la mirada sonriente: Un bife con papas y ensalada sería ideal, señorita. ¡Ja!, qué poco le pide el gusto. Meneó la cabeza, giró sobre sus talones y salió. Ya vienen los de limpieza, señora, no se preocupe. Su rostro se ensombreció, ¿no me van a traer mi bife con papas y ensalada? Ella lo miró, suspiró: No. Estás en dieta postoperatoria, papá, entiende. Él se rascó la calva, apretó los labios, suspiró pensando que una copita de vino tinto le hubiera venido de maravillas a ese bife. 24
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Como perros esperamos Arturo Esparza (1975) http:chapuzacusa.tumblr.com
Julieta Schatzky
Como perros esperamos que se abra la puerta, que la vida exista detrás de la pared de silencio. Que alguien nos reconozca, que nos acaricien el lomo. Nos multiplicamos como aguas vivas, ponemos nuestras sonrisas en portarretratos ajenos; la fracción es inevitable.
Julieta Schatzky (1985, Buenos Aires, Argentina). Es Lic. en Letras de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente trabaja como docente de lengua y literatura en diversas instituciones y como correctora y redactora. Escribe en un blog.
Hacemos inscripciones en la arena buscando la calma. Pero descubrimos: hay un orden natural en parcelas de nacimiento. 25
La persecución Veloz sobre el polvoriento asfalto avanza un pequeño automóvil azul, y detrás, a la distancia, puede divisarse una pequeña patrulla que lo persigue. El coche se da a la fuga. Rápidamente la patrulla se aproxima. Mientras los autos se movilizan con habilidad a través de curvas, subidas, bajadas y rectas; el sobrio paisaje se convierte en arrebatado escenario típico de películas de acción. La velocidad es dominante, el viento golpea con fuerza los parabrisas y las llantas se desgastan cada vez más con el rozar de la poco elaborada carretera. Una a una las rocas que dibujan el camino van quedando atrás, mientras que centímetro a centímetro la idea de justicia se va haciendo más real. Y cuando la patrulla está a punto de atrapar a su fugitivo… el niño toma sus carros María Hurtado (1992, Copacabana – Guadala- de juguete, los levanta de la acera, los guarda en su pequeña jara de Buga, Colombia). caja de colección y cambia de juego. 26
Arturo Esparza (1975) http:chapuzacusa.tumblr.com
María Hurtado
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XI Analía de la Fuente Rasguño el poema como quien busca la cura de un vástago convaleciente No sirvo para progenies reales No vengo a perpetuar ninguna de las deidades que no aceptan su fin Soy hija de los azares Hermana de la incoherencia y el abismo Prisionera de un encantamiento incomprensible en medio de un afán ridículo por lo cierto Alguien mintió siendo yo muy pequeña y de ahí cada hoguera de resurrecciones impuestas Alguien dijo cada versículo de mi fe que ya no existe Alguien fundó para mí ese mundo del que ya ni las ruinas y yo franqueo cada arista de los sentidos como una vagabunda de mares inexistentes como el fiel que se ha quedado sin dios. Acaricio cada fase del poema en el que ya no creo para cerciorarme de que es él quien ya no cree en mí. Analía de la Fuente (1978, Buenos Aires, Argentina) Poeta. Trabaja como docente en el penal de San Martín de la provincia de Buenos Aires, en el taller de poesía ‘Rodolfo Walsh’ y en instituciones de nivel medio de la capital argentina. Fue co-conductora del semanario poético radial ‘La gaveta de drummond’. El poema pertenece a su libro Trasbordos.
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Leslia
Bun Alonso (1989, Gómez Palacio, Durango) Casi se convierte, por error, en licenciado en informática. Asiste ocasionalmente a talleres literarios. Ha publicado poesía en las revistas Estepa del Nazas y Acequias. Colaborador del periódico sobre medios y comunicación kioSco.
En la cuerda floja el día es absurdo entre dos edificios se balancea nuestra rutina y Leslia amaneció con el corazón roto pobrecita, quién le manda a tejerle postales al desvelo El desatino le chupó la sangre otra vez y otra vez ella vuelve a estar por la mañana esperando un camión y esperando a que la vida se le enmiende Si supiera que alguien en una esquina machaca su cuerpo que bocanadas de fuego forjaron su ciudad y que un aironazo nos bosteza en la cara tendría más cuidado con su manera de abrazar y no separaría sus labios de la razón al menos no tanto o los mantendría a una distancia prudente como a veces el descorazonado es prudente y en su suicidio ni un reguero de sangre deja 28
Mujer con cubo en la cabeza. Daniel Galindo (1990, Torreón, Coah.)
Bun Alonso
En la laguna
Buscaba claridad mas donde quiera risas ensuciaban el camino donde quiera miradas interrumpiendo su latir y la vida le pasaba delante como un crujir de motores Con una mano cita ráfagas de un percutido viento con la otra amasa el ruidajal de la ciudad es allí, en donde vive, que se le apolillan sus andares en que su necesidad de abismo la pone en mansedumbre Las hogueras enclaustradas de su saliva parecían heridas su olor a sexo amenta el aire y el retumbe frío de sus pasos granel no alcanza a provocar hendiduras al suelo Pero pobre tonta la madrugaron otra vez y ahora una diadema de girasoles borrachos le arde en el pelo En este tiempo donde corre perdido el sol lento como tranvía ella recuerda que es invierno una época aborrecida para llevar un amor otoñal al respaldo último de las estaciones El cielo como una absurda película romántica le dice espérate a la primavera en una esquina comiendo uvas y a ella no le queda más que engendrar en su vientre la espera antes de que a algún transeúnte se le ocurra pintarle murales al desgranado deambular de sus pasos Cómo cargas, Leslia, con tanto ajetreo en tu sombra Entonces guardas en tu adjetivo la palabra que nos falta. 29
Alejandra Nadia Contreras
Nadia Contreras (1976, Quesería, Colima–Torreón, Coahuila) Escritora. Sus últimos libros publicados son: Cuando el cielo se derrumbe (poesía); Presencias (poesía); El andar sin ventanas (poesíanarrativa).
Abro los ojos, Alejandra, y la cocina es un remolino de aromas al amparo del fuego. Los invitados bailan, entrelazados en una música monótona, en un ritmo que te quiebra como a una pared postiza. Levantas la bocina del teléfono y preguntas. Una vida después, un siglo, ravioles se cuecen entre la sal y tu silencio. Pero nada es como parece, Alejandra, y aquella pasta adherida es un niño llorando entre tus brazos. No sabes qué hacer. Un ángel vuela sobre tu cabeza en su gigantesca mortaja de frío. La fiesta es un desastre. Y toda tú, amante del horror sin término. 30
Detalle de dibujo de Alejandra Pizarnik, incluido en Alejandra Pizarnik. Dos poemas iniciales (Del Centro Editores).
Pizarnik
Estampida
En la laguna
de piojos
Jaime Muñoz Vargas
Quizá todos vamos al infierno, por eso la vida es una especie de curso propedéutico. Jaime Muñoz Vargas (1964, Gómez Palacio, Dgo.) Escritor, maestro, periodista y editor. Sus últimos libros publicados son: Las manos del tahúr (cuento, 2006), Polvo somos (cuento, 2006), Ojos en la sombra (cuento, 2007); Monterrosaurio (cuento, 2008), Nómadas contra gángsters (periodismo, 2008), Leyenda Morgan (cuento, 2009) y Parábola del moribundo (novela, 2009); algunos de sus microrrelatos aparecen en la antología La otra mirada (2005) publicada en Palencia, España. Ha ganado los premios nacionales de Narrativa Joven (1989), de Novela Jorge Ibargüengoitia (2001), de cuento de San Luis Potosí (2005), de cuento Gerardo Cornejo (2005) y de novela Rafael Ramírez Heredia (2009); fue finalista en el Nacional de Novela Joaquín Mortiz 1998.
“me ganan los instintos de animal (...) y aunque se siente bien, se siente mal”; parece Quevedo, pero es la Arrolladora Banda El Limón. Cuando lo iban a decapitar, el rey preguntó: “¿A dónde me llevan?” Un plebeyo le contestó: “A la búrguer, king”. Lo esencial es invisible a los narcos. Tal vez todos somos parte de un reality show montado por dios, y ni cuenta. Cada quince años nace una generación con mayor capacidad destructiva. Por eso escribiré el libro científico “Dios nos agarre confesados”. No hay croquetas malas, sino perros sin imaginación. El método más sencillo para salir de la depresión es encontrar un amigo que nos dispare en el sentido mexicano de este verbo. 31
No, mijo, algún día todo esto no será tuyo, sino de Carlos Slim. Incluida la Cheyenne. Un país que adopta a Derbez como cómico de moda es un país que merece ser invadido por extraterrestres. El cerebro humano está compuesto por un 99% de mentiras y un 1% de algo que parece ser verdad. Alguna vez oí esto, y creo que su candor es insuperable: “Estoy preparando una antología de mis poemas”. La mezquindad es un deporte de clase mundial. La voz de Martín Urieta es un gran ejemplo de fealdad abriéndose paso a codazos por la vida. Por presumir a mis amigos les conté que en el futbol ninguna pena me aniquila. De mejores redes sociales me han corrido. Oigo mi voz interior pero ya no le hago caso. Dice esto, agónica: “Ayúdame, cabrón, ayúdame, ayúdame...”. Se me ocurrió el título de una película oroleana: Charros contra hípsters. Le pregunto al mecánico si el coche puede quedar listo este día; su elegante respuesta me deslumbra: “Pudiese”. Todos vamos pateando un bote en esta vida: el bote se llama ingeniería, plomería, literatura, costura, comercio, cocina... así hasta el fin. El perfil de tuiter debe ser erigido a la categoría de género literario. Pero ya. Basta ver el mundo para comprobar que algo se nos quedó a todos del Tiranosaurio rex. 32
En la laguna
Mi cabeza loca
estalló
Héctor R. Herrera
Mi cabeza loca a veces quiere estallar. Se pone toda roja, se hincha toda y quiero pensar que es por no purgar las ideas o por darles vueltas y vueltas y convertirlas en un cuajo verdoso y amorfo como los licuados verdes de mamá.
Héctor R. Herrera (1981, Chihuahua, Chih.-Torreón, Coah.) Poeta, comunicador y actor de teatro en formación. Colabora en un blog de contenidos de diversidad sexual y administra la red de difusión poética Poetopia.Mx en Twitter y Facebook. Publicado en la antología Los Abisnautas: Universitarios del Universo..., (Editorial Molinos De, 2012).
Mi cabeza loca a veces quiere salir corriendo pero atascada se queda sobre mi cuerpo, es el contrapeso de todo, de cada poro, de cada cabello que me sale sin control y del hambre que sufro asoleado por las luces de la ciudad. Ayer mi cabeza loca estalló y sólo las paredes me dijeron ‘pobrecito’ y con manos de salitre enmudecido untó todo el desparrame en mis ojos y me cantaba ‘en verdes praderas te hará descansar’ y yo deliraba ‘vida nada me debes, vida estamos en paz’. Los dos estábamos equivocados. 33
de las cucarachas Isma Cortés
Colecciono el miedo en tu cara, las muecas de terror, tus saltos de ballet evitando insectos. Me gustas cuando me pides matar, pero tú eres la que siente el placer de escuchar los crujidos, a ti te place que revienten bajo mi zapato, a mí me placen tus gritos, y tu cuello, y las cucarachas porque lo provocan todo. Isma Cortés (1993, Torreón, Coahuila) Caracterizado por su altura, su idolatría hacia Quentin Tarantino y su buen (mal) gusto musical.
Me gusta el mundo podrido en el que vivimos por qué después de su muerte les escupes, tu saliva les moja las patitas mutiladas y todos sonreímos porque cumplimos un ciclo. 34
Cucaracha - Luis Sergio Rangel (1977, Durango, Dgo.) @aliasmascara
El ballet
Laguneros errantes
Lamentacion
del carroñero
Dimas (ilustración) Arturo Esparza (1975) http:chapuzacusa.tumblr.com
Vicente Alfonso
Vicente Alfonso (1977, Torreón-D.F.) Autor de Partitura para mujer muerta (Premio Nacional de Novela Policiaca 2008), El Síndrome de Esquilo, Contar las noches (Premio Nacional de Cuento María Luisa Puga 2009).
Cada muerto es una historia. Eso es quizá lo primero que se aprende en este oficio: detrás de la palabra sangre, de la ortográfica viscosidad del coágulo, de la carne acartonada y el hedor de la descomposición, hay una historia esperando ser contada. No hay lógica en la muerte: cáncer, asaltos, accidentes de tráfico… esas cosas suceden. ¿Quién dice qué ocurrió? ¿Quién determina cuáles fueron los hechos? No es la violencia de las vísceras expuestas lo que nos fascina, ni el tajo definitivo con el que la vida se interrumpe, ni siquiera la piadosa paz de esa muerte que llega durante el sueño; lo que seduce es la historia que nace en cada muerto. La muerte en sí no es trágica: es simplemente un paso 35
hacia el no ser. Lo que resulta insoportable es que sean los demás quienes hablen por nosotros, porque nadie es capaz de narrar su propia muerte. Debe ser por eso que los cadáveres nos provocan esa mezcla de fascinación y miedo: son historias sueltas, víctimas de su silencio, incapaces de objetar cualquier infamia. Y no es la historia colectiva –esa triste fosa común– la que nos cautiva: son los cadáveres anónimos, los cuerpos descompuestos de aquellos que vivieron sólo para cumplir con el requisito de la muerte. Una bomba israelí mata a trescientos civiles en Gaza y pocos leen la nota; un tipo corta en pedazos a su novia, la mete al refrigerador y tiene al país completo en vilo. ¿Por qué nos seduce leer cómo murieron personas que vivas jamás llamarían nuestra atención: el inmigrante partido por el tren, la prostituta violada y acuchillada en la vía pública, el cabo acribillado en su día de descanso? Creo que se imaginan ya cuál es mi oficio. No es que me guste, pero alguien tiene que escribir la nota roja. Al fin y al cabo, está siempre entre las páginas más leídas de los diarios.
2+2=5 Daniel Alemán
Daniel Alemán (1985, Torreón, Coah.) Estudió el Diplomado en Creación Literaria en la Escuela de Escritores de la Laguna y participó en el libro Antología Compartida.
La ciencia ficción como profecía. Como advertencia sobre peligros que acechan a la humanidad entera. Algunos de esos peligros son lejanos e improbables. Otros, en cambio, se antojan demasiado cercanos. En su libro, La sequía, J.G. Ballard1 describe un mundo hecho desierto. Un mundo en el que los mares, a causa de la contaminación de las industrias, están cubiertos por una película monomolecular, formada por encadenamientos de polímeros saturados, que es delgada pero resistente. La tierra está sedienta. La superficie del planeta está por convertirse en un limbo de dunas. “La sequía mundial, ahora en el quinto mes, era la culminación de una larga serie de extensas sequías que habían tenido lugar por todo el globo en la última década”. La falta de humedad provoca que los incendios sean inevitables. “En los tres días siguientes, los incendios continuaron en Mount Royal bajo una inmensa mortaja de humo negro, como un telón a punto de caer sobre el último acto de la ciudad…” Los animales, y cualquier otra forma de vida, son un daño colateral. “Ransom cruzó a pie el paseo central del zoológico. Una veintena de flamencos rosados se acurrucaban en un charco en el otro extremo del estanque de rocas, y el agua era apenas un cieno pálido entre las patas de los animales”. Ésta es, por supuesto, una historia sobre el caos. Sobre el caótico fin de los tiempos. Otro tipo de descontrol, uno que ocurre en un sitio delimitado, se despliega en el libro La nave estelar de Brian W. Aldiss2. En éste, Roy Complain, un hombre egoísta, vive en una sociedad primitiva en la que reina la brutalidad. 1 Ballard, J. G., La sequía, Random House Mondadori, 2010, México, pp. 42, 48, 69. 2 W. Aldiss, Brian, La nave estelar, Edhasa, 1990, España, pp. 69, 218.
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Palabricolaje “La muerte era en las tribus pequeñas tan común como las cucarachas. ‘La muerte es la mayor parte del hombre’, decía un poema popular. Ese prolongado espectáculo, con el cual uno se encontraba con tanta frecuencia, era tema para muchas de las Enseñanzas; había que contar con una forma de enfrentarla. Inspiraba temor, y el temor no era permisible en el hombre”. Al avanzar la historia, Complain descubre que él y su gente están atrapados en una nave inmensa que ha flotado en el espacio por generaciones. “A través de esa angosta ranura, que se prolongaba desde el suelo hasta más arriba de sus cabezas, pudieron divisar una cinta de espacio. ¿Cuántos años inútiles había pasado desde que el último habitante de la nave mirara aquel vacío imponente? Con las cabezas juntas, ambos fijaron la vista en el diáfano tungsteno de la ventanilla, tratando de comprender lo que veían. Era poco, naturalmente, apenas una diminuta orilla del universo, con su correspondiente proporción de estrellas”. La revelación que experimenta Complain es colosal. Su entorno ya no es tan pequeño como creía. Ahora también es consciente de que allá afuera está ese algo inmenso. Es decir, el universo con su infinidad de cuerpos celestes. La trama de La nave estelar no evoca una amenaza factible para la raza humana. Pese a esto, un mensaje subyace: nuestros avances tecnológicos no están a la par del desarrollo de nuestra condición humana. Tal vez poseamos los inventos más refinados, pero seguimos siendo las mismas criaturas que se dejan guiar por sus instintos más básicos. Al igual que el caos, el control también tiene sus peligros. Después de todo, al gobierno le encanta controlar. En la novela sobre viajes en el tiempo, Estación Hawksbill, de Robert Silverberg3, los Estados Unidos están sometidos por un gobierno autoritario. Los que se atreven a rebelarse, son enviados al pasado. A un pasado muy lejano que sirve como una cárcel insólita. Una cárcel situada en la era paleozoica donde los prisioneros no tienen ninguna posibilidad de escapar, porque faltan más de mil millones de años para que haya algún sitio adonde fugarse. 3 Silverberg, Robert, Estación Hawksbill, Plaza & Janés Editores, S. A., 2000, España, p. 12
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“Vio rocas áridas casi hasta el horizonte. Una placa interminable de dolomita pura. Las gotas de lluvia bailaban y rebotaban y salpicaban en aquel bloque continental de piedra lustrosa. Nada de árboles. Nada de hierba.” Pero, la distopía que debe resultarnos más relevante, es la del libro 1984 de George Orwell1. Ya vivimos en un mundo con miles de ojos capaces de registrar cualquier cosa que hagamos. Cada quien carga en el bolsillo un teléfono con una cámara integrada. Con un aparato que, en otro tiempo, no fue más que una fantasía científica (el escritor argentino, Rodrigo Fresán, ha dicho que todavía le parece algo extraordinario). Y, gracias al internet, nada parece privado. Así como para el Gran Hermano nada permanece oculto. “En la casa de enfrente había uno de esos retratos. EL GRAN HERMNAO TE VIGILA, decían las enormes letras al pie, al tiempo que los sombríos ojos miraban con fijeza a Winston.” Para organizar sus ideas, el protagonista, Winston Smith, escribe un diario en secreto. Algo así de sencillo resulta dificultoso, pues no está acostumbrado a pensar por sí mismo. Además, el régimen autoritario intenta controlar el lenguaje mismo. Obliga a las personas a usar la llamada neolengua, que reduce el pensamiento. De acuerdo con esta forma de hablar, lo que hace Winston cuando escribe, se llama thoughtcrime. En español, las palabras que se usarían para este neologismo, serían pensamiento y crimen. Pero, en lugar de la primera, suele usarse la palabra mente. Gracias a esto, el resultado es mejor: crimental. “El hecho de escribir ABAJO EL GRAN HERMANO o no escribirlo, daba lo mismo. Proseguir con el diario o dejar de hacerlo, eran una misma cosa. La Policía del Pensamiento lo descubriría de cualquier forma. Winston había cometido ya –y continuaría cometiéndolo aún cuando ni tan sólo hubiera alcanzado a rasgar apenas con la pluma sobre el papel– el crimen original que los contenía a todos. [...] El crimental no podía ocultarse por mucho tiempo. Y si bien era factible mantenerlo sin que fuera 1 Orwell, George, 1984, Lectorum, 2002, México, pp. 65, 82.
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Palabricolaje conocido por años, tarde o temprano sería descubierto.” A las historias que retratan posibles conflictos sociales, Philip K. Dick les agregó sus inquietudes más personales. Dick, el paranoico, el esquizofrénico, el hombre que escribía todas las noches con la ayuda de las anfetaminas. Muchas son las anécdotas que pueden contarse sobre él. Para muestra, un botón: Un día, Dick llegó a casa y encontró que la puerta había sido forzada. En el interior, sus pertenencias estaban destruidas. El escritor estaba convencido de que las autoridades, que según él lo consideraban peligroso, fueron las responsables de este episodio. Sin embargo, sus allegados pensaban que él mismo destruyó sus cosas para luego olvidarlo. En el cuento “Coto de caza”2, Dick nos cuenta la historia de un profesor que descubre que es vigilado por un inmenso ojo que está en el cielo. “Douglas se incorporó a medias. Había palidecido intensamente. El horror se reflejaba en sus ojos; se aferraba con fuerza a los brazos de la butaca, y abría y cerraba la boca. Había un gran ojo en la ventana. Un inmenso ojo que escudriñaba la habitación y le examinaba. El ojo abarcaba toda la ventana.” El profesor llega a la conclusión de que era vigilado por extraterrestres que lo consideran especial. Al final, es atrapado por los visitantes del espacio, los cuales sólo lo quieren para comérselo. Dick, al parecer, intenta decirnos con este relato que está consciente de su delirio de persecución y que se lo toma con buen sentido del humor. En la actualidad, ya no están de moda los anhelos ingenuos. Ya no fantaseamos con navegar en el Nautilus, con viajar al centro de la Tierra o ir a la Luna. Hoy nos preocupamos de a dónde iremos una vez que acabemos con este planeta, de que el gobierno no nos obligue a creer que dos más dos son cinco. Y, tal vez demasiado pronto, nos preguntaremos quién es humano y quién no lo es. Tal vez, pronto nos preguntaremos: ¿sueñan los androides con ovejas eléctricas?
2 K. Dick, Philip, “Coto de caza” en Cuentos completos III, Ediciones Minotauro, 2006, España, p. 14.
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Palabras entre sí, para sí, en otros
Pensábamos en los lectores, en los de este fanzine, en los lectores en general, y a la vez en ninguno, en lectores sin rostro. Pensábamos como lectores del texto de Salvador Elizondo, a quien nunca conocimos, y quien nunca nos conoció. Lacolz dice que a este tipo de ejercicios se le puede llamar “Manoseando al otro”; otros le han llamado intertextualidad, pastiche, cita y/o intervención. No estábamos pensando exactamente en ti que estás leyendo esto, pero ya que andas por aquí, te lo dedicamos.
“29 de mayo de 19…–…Me pregunto si los que algún día lean estas líneas no pensarán que las habré escrito para que ellos las lean y se formen una imagen falsa o torcida por mi mala intención y su mala conciencia. Como si todo esto no fuera más que un juego, un torpe juego literario de mentes pequeñas que se deleitan en dejar un vano pero 1 Salvador Elizondo, “Una página de diario” en Cuaderno de escritura, Fondo de Cultura Económica, México, 2000, p. 43
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Glen - Saira Villagrana
Una página de diario1 Salvador Elizondo
palabracaidistas
buen recuerdo en mi caso y en reavivar una grata pero falsa memoria en el de ellos. Pero yo mismo no sé quién ni cómo soy, ¿podemos, entonces, ser responsables, yo de lo que escribo ahora aquí y ellos de lo que piensen entonces allá? Lo escribo aquí para tenerlo presente desde ahora y para que lo sepan los intrusos invitados y los bienvenidos indiscretos. No importa ni siquiera (invoco para ello a Heráclito de Éfeso) que puedan haber sido escritos por muchas manos, la de tantos yos como el tiempo ya ha y habrá desterrado a los confines del pasado en todo momento continuo y del olvido, esa suspensión momentánea del mundo que sin embargo misteriosamente perdura para siempre si lo único que cuenta y prevalece, como ahora lo comprueba y lo demuestra el lector, es mi escritura.
Monólogos dialogando entre sí escrito casi por sí solo Lacolz Después de todo, ya era hora de escupir y de volver a conversar estúpidamente. Efraín Huerta, Transa poética
Édgar González / Lacolz (1987; Torreón, Coah.) estudió la licenciatura en filosofía UACH. Ha sido antologado en libros de terror, fantasía y ficción. Se mueve generalmente en el Facebook, Palabracadabra y La Tolvanera Ediciones.
Escribo que escribo (Elizondo) Tecleo que escribió que escribió Elizondo (Lacolz) ¿Eres tú verdadero, tienes raíz? ¿Es esto verdad? (Nezahualcóyotl) Si esta página avanza, ¿avanzo yo? (Papasquiaro) Varios siglos de vida en común entre hombres y libros han dejado su marca en ambos lados. Los hombres aprendieron a leer y luego se aburrieron. Los libros aprendieron que no durarían por siempre y comenzaron a moverse (Carrión) Me pregunto si los que algún día lean estas líneas no pensarán que las habré escrito para que ellos las lean y se formen una imagen falsa o torcida por mi mala intención y su mala conciencia (Elizondo) La palabra les rompe la apariencia. Por ella aprendí a rezar. Como Ezequiel, comí de La Palabra (Moscona) La vida es una enfermedad de la mente. Tal vez lo único que realmente cuenta en la vida, sea prepararse para morir con dignidad (Vila-Matas) Vida, palabra que carece de muerte. Muerte, en realidad quién sabe (Lacolz) “Realidad”, 41
palabra que no significa nada sin comillas (Nabokov) Nada, es una avispa morada que se ha insertado en tu corazón (Yáñez) Nada, lo que hay entre una y otra comilla (Lacolz) Lacolz: fenómeno de la naturaleza, algo así como un mutante, cuentista y no poeta (González) Poeta: los que una vez roto el corazón siguieron amando con el hígado (Fabre) Hay poetas rellenos de epígrafes. Saben más de epígrafes que de poesía (Huerta) La poesía lo aborda todo. Es tan grande, tan amplia, que no cabe solamente en las palabras (Del Castillo) ¡Palabras! (La Palabra) El Larousse podría decir: soy solamente palabras (Lacolz) ¿Qué significa la palabra ser? ¿Qué significa la palabra estar? ¿Qué significa la palabra amor? ¡Qué significa la palabra! (Benavente) Soy solamente una palabra: Lacolz. Soy, sólo una palabra (Lacolz) Sólo unas gotas de tinta en el papel: sólo ese instante (Chimal) Por ejemplo: soy Edgar. Soy silla. Soy hueso. Soy Lacolz. Soy este párrafo y ésta y esta otra línea :también soy este punto . Y esta voz en tu interior Soy ortésis. Soy nariz. Soy libro. Soy fanzín. Soy paraplejia. Soy polvo. Soy paráfrasis. Soy mordisco. Soy ocio. Soy manoseo. Soy troca. Soy fotocopias. Soy ruedas. Soy todo eso al mismo tiempo (Ego) Estoy embriagado. Lloro. Me aflijo. Pienso. Digo, si yo nunca muriera. Si yo nunca desapareciera (Nezahualcóyotl) Esta mano que escribe se muere (Bataille) Y así. Así susexyvamente. Hasta la dulce muerte (Huerta) No creo que todo el mundo exista con el fin de terminar en un libro (Mallarmé) Aunque la idea, estoy de acuerdo, es excitante (Carrión)
A quien deba corresponder: Fernando de la Vara Oye, tú, que lees estas líneas, presta atención al siguiente planteamiento: ¿te das cuenta de que estas líneas que estás leyendo no son las verdaderas líneas que alguien escribió? Sí, quiero decir, son una reproducción de las originales, una copia; las verdaderas están quién sabe dónde, tal vez en una servilleta o en una computadora, pero están, y existen. O tal vez no existan ya, pero existieron. En estas líneas consta que no son las originales porque las estás leyendo aquí, y las originales, como ya se dijo, quién sabe en dónde estén, pero sabes que existen o existieron, y te consta. ¿Te das cuenta de que tal vez mucha gente no sabe que existes porque no te has reproducido?, de ser así, deberías estar intentando reproducirte lo antes posible para que la demás gente sepa que existes, o exististe, en vez de estar perdiendo el tiempo al leer estas líneas que no son originales. O tal vez no, porque no me consta que lo leas. Y tampoco de que existas. Mucho menos de que hayas intentado reproducirte. 42
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No hay nada más abierto que un texto cerrado Ruth Castro En cierto sentido, el escritor siempre ya está muerto, en lo que concierne al lector. Camila Roy
Dicen que no se escribe pensando en un lector. Un lector en específico. Un tipo de lector. Uno que se encuentre en tu texto, que se identifique con él. Dicen que es un caso del azar, de la probabilidad, incluso del morbo. Escribo aquí sin pensar en ti. Escribo pensando que sea coherente y que me guste. Es, por tanto, un acto egoísta. “El texto… es la cadena de artificios expresivos que el destinatario debe actualizar, en la medida en que el texto debe ser actualizado se encuentra incompleto” (U. Eco). Tú, escritor, no eres nada sin él, sin ella, sin ellos. Y no los tomas en cuenta. Caso paradójico. Estás incompleto. ¿incompleto? Por cada que te lee, que te entiende, que te sigue, tú te inflas, te pavoneas hacia adentro, muy adentro. Piensas “lo conseguí”, y aún así cuando vuelvas a escribir no te acordarás de ninguno. Así las cosas, nada qué reclamar, nada qué agradecer. Aquí va de nuevo. Escribo estas líneas para decirte… a través de la presente me dirijo a usted… por este medio le informo… a quien corresponda… querido lector…tú, tú que estás del otro lado y muy probablemente juzgarás mis palabras. De esto se trata, de comunicarnos, de decirnos, de gastarnos, de conocernos sin vernos nunca. ¿Para qué quieres Fernando de la Vara (1988, Torreón, Coah.) Piensa; verme si me conoces en palabras? Soy tan yo en escrito, de hecho, soy más yo cuando escribo. Soy tan tú como tú, nada luego, se le olvida. del otro mundo, solamente he aprendido a usar las palabras Ruth Castro (1981, Ciudad de México-To- como una extensión de mí. rreón) Estudió Letras Hispánicas en la Universidad Veracruzana. Escribe, edita todo tipo de publicaciones e imparte clases y talleres de literatura. Dirige, junto con Germán Cravioto, este fanzine.
Cada uno de nosotros de manera individual y libremente debemos hacer el trabajo que consiste en repensar lo que es tu muerte y mi muerte, ambas inseparables. La escritura se origina en esa relación. Hélène Cixous
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La Tolvanera Ediciones surge de la necesidad de hacer algo con todo este polvo lagunero.
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