Belinda Abigail Cardenas Martínez. 2303
Alvaro Peña Borrego.
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Fátima Elizabeth Guerrero Cortés. 2314
María Guadalupe Mejía González. 2319
Melissa Daniela Estudillo González. 2308
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Índice Prólogo La fábula de los tres hermanos
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Joanne Kathleen Rowling. El caracol y el rosal
8-10
Hans Christian Andersen. La fuente de la buena fortuna
11-14
Joanne Kathleen Rowling. El conejo en la luna
15-17
Cristina Rodríguez Lomba. La Ninfa
17-20
Rubén Darío. El gigante egoísta
21-25
Oscar Wilde. El agua de la vida
26-28
Jacob Ludwig Karl, Wilhelm Grimm. Somos polvo de estrellas
29-30
Melissa Daniela Estudillo González. Ricitos de oro y los tres osos
31-33
Robert Southey. Cold Town
33-36
Alvaro Peña.
Referencias
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Prólogo Al principio vienen necesariamente a la mente la fantasía y la fábula. Desfilan después lo cálculos matemáticos, y sólo al final la realización corona el pensamiento Konstantín Eduardovich Tsiolkovski
Primero, ustedes se preguntarán: ¿qué es un cuento fantástico?, es un relato de extensión breve donde hay la posibilidad de que existen seres, cosas, lugares o hechos sobrenaturales o bien que no existen en el mundo real. También tenemos que definir ¿qué es un cuento?, es decir, es una narración corta o breve realizada por uno o varios autores, puede estar basada en hechos reales o ficticios y sus personajes son un grupo reducido. La motivación que tuvimos al elegir los cuentos fantásticos es que estamos seguros que es un tema que nos permite llevar la imaginación más allá de solo ver dibujos o imágenes en un libro o lo que nos presentan día con día en la televisión. Esto nos da la oportunidad a los jóvenes y adultos de hoy de darle rienda suelta a nuestra imaginación y creatividad para poder tener una mente más abierta, pero sin dejar la realidad de un lado. Para buscar los cuentos, hicimos una lista sobre los temas que son de nuestro gusto a la hora de leer, la fantasía quedó como ganadora; es un tema que nos gusta mucho porque el lenguaje que utilizan es muy claro y preciso a la hora de leerlo, hay mucho diálogo entre los personajes y lo más hermoso es como el autor tiene la capacidad de inventar lugares, nombres, comida, etcétera. Algunos de los cuentos incluidos los tomamos de libros y de referencias en internet, por otro lado también se incluyen dos obras hechas por nuestros compañeros y nos da mucho gusto que se animen a leer nuestro pequeño o gran antología, porque le hemos dedicado mucho esfuerzo y trabajo arduo. La organización es muy complicada, desde escoger tema o como dar formato y recopilar dicha información. Cuando el profesor me dio la tarea o trabajo de hacer esta antología, al principio me resultó un poco frustrante, debido a que el trabajo es bastante extenso y se requiere un análisis muy profundo sobre cada cuento del trabajo, por otra parte los integrantes del equipo fueron muy responsables todo momento, sólo que la último es cuando ya no sabíamos qué hacer con dicho trabajo. Pienso en este momento de mi vida, me he dado cuenta de que me falta por leer muchos libros y no sólo de la preparatoria, sino de interés propio, 3
buscar algún tema que me agrade; estoy segura que ha México nos falta mucho por leer y por aprender. La fantasía casi siempre o por lo regular se asocia con los niños, debido a que ellos son los que van descubriendo su mundo día a día, por ejemplo: La hormiga Antonia que nos habla acerca del trabajo que hacen las hormigas y que de repente llega la tecnología y las hecha de cabeza. Lo maravilloso de la fantasía es que consiste en una idea, historia o percepción falsa de la realidad en que vive y que sólo existe en la mente de quien lo imagina. Al ser tan amplio y vasto la fantasía, nos adentraremos a un mundo lleno de animales, bosque, naturaleza, cosas extrañas, nombres extraños y demás cosas o hábitos que sólo pueden estar dentro de la imaginación de los autores. Te invitamos a que te sumerjas de lleno y con toda la disposición y a atreverte a leer cuentos diferentes de los usuales, a no cerrarte de una sólo idea, por ejemplo: Los cuentos de fantasía son para niños y los tontos, esta es una idea errónea, ya que nos parece que la mayoría de los niños y niñas pueden aprender más rápido con un cuento fantástico que con un libro o cuento lleno de conceptos o lenguaje que ellos no alcancen a comprender. En nuestros cuentos destacan, la vida, el trato hacia las otras personas, sentido común y la solidaridad; todas estas historias fantásticas, te permiten enlazar ideas, proyectos o metas en tu vida, viéndolo desde la perspectiva de hacer lo que te gusta o crear algo propio, mientras tanto tú como lector de esta antología y el mundo se de la hermosa oportunidad o experiencia de imaginar, fantasear y crear, con base a esto puedes y podemos generar cosas maravillosas sobre: trabajo, escuela, la sociedad, entre otras. ¡Adelante con la lectura! ¡Bienvenido compañero¡.
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Joanne Kathleen Rowling Joanne Kathleen Rowling nació el 31 de julio de 1965, en Chipping Sodbury, Inlgaterra. Sus padres fueron Peter y Anne Rowling y su hermana menor Dianne. Durante su infancia tuvo que mudarse múltiples veces por toda Inglaterra. Siempre fue muy aficionada a la escritura. Trabajó de secretaria por n tiempo y se dio cuenta de que no era lo suyo. También vivió muchas frustrantes experiencias en diferentes empresas y la desaparición de su madre enferma de esclerosis. Tuvo que enseñar inglés en el extranjero (Lisboa) en donde se casó con Jorge Arantes y un año más tarde tuvieron una hija, Jessica. El matrimonio no prosperó y se divorciaron. Regresó con su hija a Gran Bretaña, a Edimburgo. Malvivió con su hija en un departamento sin calefacción y próximo a un café en donde escribió tenazmente su obra de su vida: Harry Potter y la piedra filosofal. Le compraron (Scholastic Press) su obra hasta 1997 por 14.5 millones de pesetas y desde ese momento comenzó su éxito con la afanada serie de Harry Potter que consta de 7 obras y que actualmente sigue escribiendo más historias entorno a su mundo de fantasía.
La fábula de los tres hermanos (j. k. Rowling) Había una vez tres hermanos que viajaban a la hora del crepúsculo por una solitaria y sinuosa carretera. Los hermanos llegaron a un río demasiado profundo para vadearlo y demasiado peligroso para cruzarlo a nado. Pero como los tres hombres eran muy diestros en las artes mágicas, no tuvieron más que agitar sus varitas e hicieron aparecer un puente para salvar las traicioneras aguas. Cuando se hallaban hacia la mitad del puente, una figura encapuchada les cerró el paso. Y la Muerte les habló. Estaba contrariada porque acababa de perder a tres posibles víctimas, ya que normalmente los viajeros se ahogaban en el río. Pero ella fue muy astuta y, fingiendo felicitar a los tres hermanos por sus poderes mágicos, les dijo que cada uno tenía opción a un premio por haber sido lo bastante listo para eludirla. Así pues, el hermano mayor, que era un hombre muy combativo, pidió la varita mágica más poderosa que existiera, una varita capaz de hacerle ganar todos los duelos a su propietario; en definitiva, ¡una varita digna de un mago que había vencido a la Muerte! Ésta se encaminó hacia un saúco que había en la orilla del río, hizo una varita con una rama y se la entregó.
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A continuación, el hermano mediano, que era muy arrogante, quiso humillar aún más a la Muerte, y pidió que le concediera el poder de devolver la vida a los muertos. La Muerte sacó una piedra de la orilla del río y se la entregó, diciéndole que la piedra tendría el poder de resucitar a los difuntos. Por último, la Muerte le preguntó al hermano menor qué deseaba. Éste era el más humilde y también el más sensato de los tres, y no se fiaba un pelo. Así que le pidió algo que le permitiera marcharse de aquel lugar sin que ella pudiera seguirlo. Y la Muerte, de mala gana, le entregó su propia capa invisible. Entonces la Muerte se apartó y dejó que los tres hermanos siguieran su camino. Y así lo hicieron ellos mientras comentaban, maravillados, la aventura que acababan de vivir y admiraban los regalos que les había dado la Muerte. A su debido tiempo, se separaron y cada uno se dirigió hacia su propio destino. El hermano mayor siguió viajando algo más de una semana, y al llegar a una lejana aldea buscó a un mago con el que mantenía una grave disputa. Naturalmente, armado con la Varita de Saúco, era inevitable que ganara el duelo que se produjo. Tras matar a su enemigo y dejarlo tendido en el suelo, se dirigió a una posada, donde se jactó por todo lo alto de la poderosa varita mágica que le había arrebatado a la propia Muerte, y de lo invencible que se había vuelto gracias a ella. Esa misma noche, otro mago se acercó con sigilo mientras el hermano mayor yacía, borracho como una cuba, en su cama, le robó la varita y, por si acaso, le cortó el cuello. Y así fue como la Muerte se llevó al hermano mayor. Entretanto, el hermano mediano llegó a su casa, donde vivía solo. Una vez allí, tomó la piedra que tenía el poder de revivir a los muertos y la hizo girar tres veces en la mano. Para su asombro y placer, vio aparecer ante él la figura de la muchacha con quien se habría casado si ella no hubiera muerto prematuramente. Pero la muchacha estaba triste y distante, separada de él por una especie de velo. Pese a que había regresado al mundo de los mortales, no pertenecía a él y por eso sufría. Al fin, el hombre enloqueció a causa de su desesperada nostalgia y se suicidó para reunirse de una vez por todas con su amada. Y así fue como la Muerte se llevó al hermano mediano. Después buscó al hermano menor durante años, pero nunca logró encontrarlo. Cuando éste tuvo una edad muy avanzada, se quitó por fin la capa invisible y se la regaló a su hijo. Y entonces recibió a la Muerte como si
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fuera una vieja amiga, y se marchó con ella de buen grado. Y así, como iguales, ambos se alejaron de la vida.
Comentario El tema en este cuento es de cómo burlar a la Muerte de manera subjetiva e ingeniosa, ya que es del género de la fantasía; pero también del hecho burlarla sólo aplaza lo inevitable: morir sólo un tiempo después. El narrador que cuenta la historia está puesto en tercera persona y omnisciente, por ejemplo: “Y entonces recibió a la Muerte como si fuera una vieja amiga, y se marchó con ella de buen grado.” El narrador en sí explica cómo son los personajes, cuáles son sus características psicológicas: El hermano mayor (principal, real) es combativo, el mediano (principal, real) es arrogante y el menor (protagonista, real) era humilde, sensato y no se fiaba de nada. También está la Muerte (Antagonista, símbolo) puesta como en cualquier otro cuento, el mago asesino del mayor (secundario, real), la prometida muerta del mediano (secundario, fantástico) y el hijo del menor (secundario, real). Todos ellos son personajes simples. Trata de cómo es que se puede burlar a la Muerte, pero gracias a sus “ingeniosas” maneras de humillarla, los primeros dos hermanos terminaron muertos rápidamente por ser vengativos y arrogantes; pero si uno es más humilde y listo a la vez, aunque se pueda ver como si fuera algo muy fuera de serie y que parece no ser muy inteligente que el menor haya pedido algo tan sencillo, fue lo que le evitó su destino por mucho tiempo. También habla de la ventaja de ser humilde y tener la “suerte” o “fortuna” de triunfar en la vida.
Hans Christian Andersen Hans Christian Andersen, fue un escritor danés, y uno de los más famosos escritores románticos, fue un hombre de origen humilde, y su formación fue autodidactica, en quien influyeron mucho las lecturas de Goethe, Schiller y E.T.A. Hoffmann. Su padre era zapatero, y su madre más grande que su padre era supersticiosa y activa siempre dispuesta a mimar a su hijo. Años después su padre murió en 1816. Aspiraba ser cantante, actor o por lo menos bailarín. Pero con ayuda de personas adineradas logro cursas estudios regulares y en 1828 obtuvo el título de bachiller. Un año antes se había dado a conocer con su poema El niño moribundo, que reflejaba el tono romántico de los grandes poetas de la época, en especial los 7
alemanes. En esta se desarrollarlo su producción poética y sus epigramas, en los que prevalecía la exaltación sentimental y patriótica. Apoyándose de elementos reales y autobiográficos, como en el cuento El patito feo, el escritor identificó sus personajes con valores, vicios y virtudes para describir la eterna lucha entre el bien y el mal y dar fe del imperio de la justicia, de la supremacía del amor sobre el odio y de la persuasión sobre la fuerza; en sus relatos, los personajes más desvalidos se someten pacientemente a su destino hasta que el cielo, en forma de héroe, hada madrina u otro ser fabuloso, acude en su ayuda y premia su virtud.
El caracol y el rosal Alrededor del jardín había un seto de avellanos, y al otro lado del seto se extendían los campos y praderas donde pastaban las ovejas y las vacas. Pero en el centro del jardín crecía un rosal todo lleno de flores, y a su abrigo vivía un caracol que llevaba todo un mundo dentro de su caparazón, pues se llevaba a sí mismo. -¡Paciencia! -decía el caracol-. Ya llegará mi hora. Haré mucho más que dar rosas o avellanas, muchísimo más que dar leche como las vacas y las ovejas. -Esperamos mucho de ti -dijo el rosal-. ¿Podría saberse cuándo me enseñarás lo que eres capaz de hacer? -Me tomo mi tiempo -dijo el caracol-; ustedes siempre están de prisa. No, así no se preparan las sorpresas. Un año más tarde el caracol se hallaba tomando el sol casi en el mismo sitio que antes, mientras el rosal se afanaba en echar capullos y mantener la lozanía de sus rosas, siempre frescas, siempre nuevas. El caracol sacó medio cuerpo afuera, estiró sus cuernecillos y los encogió de nuevo. -Nada ha cambiado -dijo-. No se advierte el más insignificante progreso. El rosal sigue con sus rosas, y eso es todo lo que hace. Pasó el verano y vino el otoño, y el rosal continuó dando capullos y rosas hasta que llegó la nieve. El tiempo se hizo húmedo y hosco. El rosal se inclinó hacia la tierra; el caracol se escondió bajo el suelo. Luego comenzó una nueva estación, y las rosas salieron al aire y el caracol hizo lo mismo. -Ahora ya eres un rosal viejo -dijo el caracol-. Pronto tendrás que ir pensando en morirte. Ya has dado al mundo cuanto tenías dentro de ti. Si era o no de mucho valor, es cosa que no he tenido tiempo de pensar con calma. Pero 8
está claro que no has hecho nada por tu desarrollo interno, pues en ese caso tendrías frutos muy distintos que ofrecernos. ¿Qué dices a esto? Pronto no serás más que un palo seco… ¿Te das cuenta de lo que quiero decirte? -Me asustas -dijo el rosal-. Nunca he pensado en ello. -Claro, nunca te has molestado en pensar en nada. ¿Te preguntaste alguna vez por qué florecías y cómo florecías, por qué lo hacías de esa manera y de no de otra? -No -contestó el caracol-. Florecía de puro contento, porque no podía evitarlo. ¡El sol era tan cálido, el aire tan refrescante!… Me bebía el límpido rocío y la lluvia generosa; respiraba, estaba vivo. De la tierra, allá abajo, me subía la fuerza, que descendía también sobre mí desde lo alto. Sentía una felicidad que era siempre nueva, profunda siempre, y así tenía que florecer sin remedio. Tal era mi vida; no podía hacer otra cosa. -Tu vida fue demasiado fácil -dijo el caracol. -Cierto -dijo el rosal-. Me lo daban todo. Pero tú tuviste más suerte aún. Tú eres una de esas criaturas que piensan mucho, uno de esos seres de gran inteligencia que se proponen asombrar al mundo algún día. -No, no, de ningún modo -dijo el caracol-. El mundo no existe para mí. ¿Qué tengo yo que ver con el mundo? Bastante es que me ocupe de mí mismo y en mí mismo. -¿Pero no deberíamos todos dar a los demás lo mejor de nosotros, no deberíamos ofrecerles cuanto pudiéramos? Es cierto que no te he dado sino rosas; pero tú, en cambio, que posees tantos dones, ¿qué has dado tú al mundo? ¿Qué puedes darle? -¿Darle? ¿Darle yo al mundo? Yo lo escupo. ¿Para qué sirve el mundo? No significa nada para mí. Anda, sigue cultivando tus rosas; es para lo único que sirves. Deja que los castaños produzcan sus frutos, deja que las vacas y las ovejas den su leche; cada uno tiene su público, y yo también tengo el mío dentro de mí mismo. ¡Me recojo en mi interior, y en él voy a quedarme! El mundo no me interesa. Y con estas palabras, el caracol se metió dentro de su casa y la selló. -¡Qué pena! -dijo el rosal-. Yo no tengo modo de esconderme, por mucho que lo intente. Siempre he de volver otra vez, siempre he de mostrarme otra vez en mis rosas. Sus pétalos caen y los arrastra el viento, aunque cierta vez vi cómo una madre guardaba una de mis flores en su libro de oraciones, y cómo una bonita muchacha se prendía otra al pecho, y cómo un niño besaba otra 9
en la primera alegría de su vida. Aquello me hizo bien, fue una verdadera bendición. Tales son mis recuerdos, mi vida. Y el rosal continuó floreciendo en toda su inocencia, mientras el caracol dormía allá dentro de su casa. El mundo nada significaba para él. Y pasaron los años. El caracol se había vuelto tierra en la tierra, y el rosal tierra en la tierra, y la memorable rosa del libro de oraciones había desaparecido… Pero en el jardín brotaban los rosales nuevos, y los nuevos caracoles se arrastraban dentro de sus casas y escupían al mundo, que no significaba nada para ellos. ¿Empezamos otra vez nuestra historia desde el principio? No vale la pena; siempre sería la misma.
Comentario El texto está narrado en 3ra persona ya que sabe lo que piensan y sienten los personajes en este caso se sabe cómo piensa el caracol y como se siente el rosal a partir de eso, los personajes en este cuento están conformados por animales y plantas que hablan e interactúan en una llanura y en un contexto social esto se refiere a como unas personas creen que todo es fácil y no lo dan todo por las personas que nos rodean o simplemente para la sociedad, creo que este cuento nos deja una enseñanza de no ser tan ignorantes con lo que pasa a nuestro alrededor y ayudar más a los que están a nuestro alrededor.
Joanne Kathleen Rowling Es una escritora y productora de cine británica, principalmente conocida por ser la creadora de la aclamada serie de libros Harry Potter. Nació el 31 de julio de 1965 en Yate, Gloucestershire, Inglaterra. Hija de Peter James Rowling, un ingeniero aeronáutico de Rolls-Royce, y de Anne Volant, científica. Cuando era niña, Rowling disfrutaba escribiendo historias fantásticas, las cuales a menudo le relataba a su hermana. Un viaje en tren entre Manchester y Londres que se prolongó durante cuatro horas más por avería de la máquina, sirvió para crear Harry Potter, el aprendiz de mago más famoso del mundo. Se terminó de materializar en 1995 desde una mesita del café Nicholson de Edimburgo. Una editorial de Bloomsbury acepta publicar su primera obra sin adivinar que tendría tanto éxito. Consiguió incluir su obra infantil en la lista de las más vendidas de The New York Times, un hecho sin precedentes. 10
La fuente de la buena fortuna En lo alto de una colina que se alzaba en un jardín encantado, rodeado por altos muros y protegido por poderosos hechizos, manaba la fuente de la buena fortuna. El día más largo del año, durante las horas comprendidas entre el amanecer y el ocaso, se permitía que un solo desdichado intentara llegar hasta la fuente, bañarse en sus aguas y gozar de buena fortuna por siempre jamás. El día señalado, antes del alba, centenares de personas venidas de todos los rincones del reino se congregaron ante los muros del jardín. Hombres y mujeres, ricos y pobres, jóvenes y ancianos, con poderes mágicos y sin ellos, se reunieron allí de madrugada, todos confiados en ser el afortunado que lograra entrar en el jardín. Tres brujas, cada una con su carga de aflicción, se encontraron entre la multitud y se contaron sus penas mientras aguardaban el amanecer. La primera, que se llamaba Asha, padecía una enfermedad que ningún sanador había logrado curar. Confiaba en que la fuente remediara su dolencia y le concediera una vida larga y feliz. A la segunda, Altheda, un hechicero perverso le había robado la casa, el oro y la varita mágica. Confiaba en que la fuente reparara su impotencia y su pobreza. La tercera, Amata, había sido abandonada por un joven del que estaba muy enamorada, y creía que su corazón nunca se repondría. Confiaba en que la fuente aliviara su dolor y su añoranza. Tras compadecerse unas de otras por sus respectivos padecimientos, las tres mujeres decidieron que, si se presentaba la oportunidad, unirían sus esfuerzos y tratarían de llegar juntas a la fuente. Cuando los primeros rayos de sol desgarraron el cielo, se abrió una grieta en el muro. La multitud se abalanzó hacia allí; todos reivindicaban a gritos su derecho a recibir la bendición de la fuente. Unas enredaderas que crecían en el jardín, al otro lado del muro, serpentearon entre la muchedumbre y se enroscaron alrededor de la primera bruja, Asha. Ésta agarró por la muñeca a la segunda bruja, Altheda, quien a su vez se aferró a la túnica de la tercera, Amata. Y Amata se enganchó en la armadura de un caballero de semblante triste que estaba allí montado en un flaco rocín. La enredadera tiró de las tres brujas y las hizo pasar por la grieta del muro, y el caballero cayó de su montura y se vio arrastrado también. Los furiosos gritos de la defraudada muchedumbre inundaron la mañana, pero al cerrarse la grieta todos guardaron silencio. 11
Asha y Altheda se enfadaron con Amata, porque sin querer había arrastrado a aquel caballero. — ¡En la fuente sólo puede bañarse una persona! ¡Como si no fuera bastante difícil decidir cuál de las tres se bañará! ¡Sólo falta que añadamos uno más! Sir Desventura, como era conocido el caballero en aquel reino, se percató de que las tres mujeres eran brujas. Por tanto, como él no sabía hacer magia ni tenía ninguna habilidad especial que lo hiciera destacar en las justas o los duelos con espada, ni nada por lo que pudieran distinguirse los hombres no mágicos, se convenció de que no conseguiría llegar antes que ellas a la fuente. Así pues, declaró sus intenciones de retirarse al otro lado del muro. Al oír eso, Amata también se enfadó. — ¡Hombre de poca fe! —lo reprendió—. ¡Desenvaina tu espada, caballero, y ayúdanos a lograr nuestro objetivo! Y así fue como las tres brujas y el taciturno caballero empezaron a adentrarse en el jardín encantado, donde, a ambos lados de los soleados senderos, crecían en abundancia extrañas hierbas, frutas y flores. No encontraron ningún obstáculo hasta que llegaron al pie de la colina en cuya cima se encontraba la fuente. Pero allí, enroscado alrededor del pie de la colina, había un monstruoso gusano blanco, abotagado y ciego. Al acercarse las brujas y el caballero, el gusano volvió su asquerosa cara hacia ellos y pronunció estas palabras: Entregadme la prueba de vuestro dolor. Sir Desventura desenvainó la espada e intentó acabar con la bestia, pero la hoja se partió. Entonces Altheda le tiró piedras al gusano, mientras Asha y Amata le lanzaban todos los hechizos que conocían para inmovilizarlo o dormirlo, pero el poder de sus varitas mágicas no surtía más efecto que las piedras de su amiga o la espada del caballero, y el gusano no los dejaba pasar. El sol estaba cada vez más alto y Asha, desesperada, rompió a llorar. Entonces el enorme gusano acercó su cara a la de Asha y se bebió las lágrimas que resbalaban por sus mejillas. Cuando hubo saciado su sed, se apartó deslizándose suavemente y se escondió en un agujero del suelo. Las tres brujas y el caballero, alegres porque el gusano había desaparecido, empezaron a escalar la colina, convencidos de que llegarían a la fuente antes del mediodía. Pero cuando se encontraban hacia la mitad de la empinada ladera, vieron unas palabras escritas en el suelo: Entregadme el fruto de vuestros esfuerzos. Sir Desventura sacó la única moneda que tenía y la puso sobre la ladera, cubierta de hierba; pero la moneda echó a rodar y se perdió. Los cuatro siguieron 12
ascendiendo, pero, aunque caminaron varias horas, no avanzaban ni un solo metro: la cumbre no estaba más cerca y seguían teniendo delante aquella inscripción en el suelo. Estaban muy desanimados, porque el sol ya había pasado por encima de sus cabezas y empezaba a descender hacia el lejano horizonte. No obstante, Altheda andaba más deprisa y con paso más decidido que los demás, y los instó a que siguieran su ejemplo, aunque no parecía que con ello fueran a alcanzar la cumbre de la colina encantada. — ¡Ánimo, amigos! ¡No os rindáis! —los exhortó secándose el sudor de la frente. Cuando las relucientes gotas de sudor cayeron al suelo, la inscripción que les cerraba el paso se esfumó y comprobaron que ya podían continuar subiendo. Alentados por la superación de ese segundo obstáculo, siguieron hacia la cima tan deprisa como les era posible, hasta que por fin vislumbraron la fuente, que destellaba como un cristal en medio de una enramada de árboles y flores. Sin embargo, antes de llegar encontraron un arroyo que discurría alrededor de la cumbre cerrándoles el paso. En el fondo del arroyo, de aguas transparentes, había una piedra lisa con esta inscripción: Entregadme el tesoro de vuestro pasado. Sir Desventura intentó cruzar el arroyo tumbado sobre su escudo, pero éste se hundió. Las tres brujas lo ayudaron a salir del agua y luego intentaron saltar a la otra orilla, pero el arroyo no se dejaba cruzar, y mientras tanto el sol seguía descendiendo más y más. Así que se pusieron a reflexionar sobre el significado del mensaje escrito en la piedra, y Amata fue la primera en entenderlo. Agarró su varita, extrajo de su mente todos los recuerdos de momentos felices compartidos con el joven del que estaba enamorada y que la había abandonado, y los vertió en el agua. La corriente se llevó sus recuerdos y en el arroyo aparecieron unas piedras que formaban un sendero. De ese modo, las tres brujas y el caballero pudieron cruzar por fin al otro lado y alcanzar la cima de la colina. La fuente brillaba ante ellos, entre hierbas y flores de una belleza y una rareza extraordinarias. El cielo se había teñido de rojo rubí. Había llegado el momento de decidir quién de ellos se bañaría en la fuente. Pero, antes de que tomaran esa decisión, la frágil Asha cayó al suelo. Extenuada por la agotadora escalada, estaba a punto de morir. Sus tres amigos la habrían conducido hasta la fuente, pero Asha, agonizante, les suplicó que no la tocaran. Entonces Altheda se apresuró a recoger todas las hierbas que le parecieron útiles, las mezcló en la calabaza donde sir Desventura llevaba el agua y le dio a beber la poción a Asha. Entonces Asha se incorporó y al 13
cabo de un instante ya se tenía en pie. Más aún, todos los síntomas de su terrible enfermedad habían desaparecido. — ¡Estoy curada! —exclamó—. ¡Ya no necesito bañarme en la fuente! ¡Que se bañe Altheda! Pero ésta se encontraba muy entretenida recogiendo más hierbas en su delantal. — ¡Si puedo curar esa enfermedad, ganaré muchísimo oro! —exclamó—. ¡Que se bañe Amata! Sir Desventura hizo una reverencia invitando a Amata a acercarse a la fuente, pero ella negó con la cabeza. El arroyo había hecho desaparecer toda la añoranza que sentía por su amado, y de pronto comprendió que aquel joven había sido cruel y desleal y que en realidad debía alegrarse de haberse librado de él. —Buen señor, sois vos quien debe bañarse, como recompensa por vuestra caballerosidad —dijo entonces. Haciendo sonar su armadura, el caballero avanzó bajo los últimos rayos del sol poniente y se bañó en la fuente de la buena fortuna, asombrado de ser el elegido entre centenares de personas y sin dar crédito a su gran suerte. Cuando el sol se ocultaba tras el horizonte, sir Desventura emergió de las aguas luciendo todo el esplendor de su triunfo y se arrojó con su herrumbrosa armadura a los pies de Amata, que era la mujer más buena y más hermosa que jamás había conocido. Exaltado por el éxito, le suplicó que le entregara su corazón, y Amata, tan embelesada como él, comprendió que por fin había encontrado a un hombre digno de ella. Las tres brujas y el caballero bajaron juntos de la colina, agarrados del brazo, y los cuatro tuvieron una vida larga y feliz, y ninguno de ellos supo ni sospechó jamás que en las aguas de aquella fuente no había ningún sortilegio.
Comentario La fantasía en este cuento se representa de diversas maneras, en el cuento se habla de personas mágicas y no mágicas, esto quiere decir que algunas tienen magia, como lo serían las tres brujas principales, y otras no tienen magia, como seria sir desventura. Otro ejemplo de la fantasía en este cuento es visible cuando los cuatro personajes principales tienen que pasar o completar los retos que les son puestos para llegar a la fuente. J. k. Rowling presenta a un narrador omnisciente con una voz en 3era persona, un ejemplo de esto es “Amata, tan embelesada como él, comprendió que por fin había
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encontrado a un hombre digno de ella.” Con ello narra la historia en una forma rápida, fluida y fácil de entender.
Cristina Rodríguez Lomba Es una periodista, guionista, escritora, historiadora y biógrafa española de expresión francesa. Nació el 1 de enero de 1972, de nacionalidad española. Está casada con Frédéric Neuwald, también escritor, numismático y supervisor de efectos especiales. Como historiadora se especializó en el Alto imperio romano y biografió a Calígula y Nerón, siendo conocida sobre todo por sus novelas históricas y sus numerosos artículos sobre numismática. Ferviente partidaria de una escritura "a todos accesible" ha publicado además numerosas novelas y fan ficciones en Internet. Fundó la Asociación Fan Fic, un organismo dedicado a apoyar a los jóvenes autores. Padece además una rara enfermedad, la prosopagnosia o imposibilidad de reconocer caras o rostros de personas.
El conejo en la luna Un día, hace cientos de años, el dios Quetzalcóatl decidió viajar por todo el mundo. Su aspecto era el de una serpiente adornada con plumas de color verde y dorado, así que para no ser reconocido, adoptó forma humana y echó a andar. Subió altas montañas y atravesó espesos bosques sin descanso. Al final de la jornada, se sintió agotado. Había caminado tanto que decidió que era la hora de pararse a descansar para recobrar las fuerzas. Satisfecho por todo lo que había visto, se sentó sobre una roca en un claro del bosque, dispuesto a disfrutar de la tranquilidad que le proporcionaba la naturaleza. Era una preciosa noche de verano. Las estrellas titilaban y cubrían el cielo como si fuera un enorme manto de diamantes y, junto a ellas, una anaranjada luna parecía que lo vigilaba todo desde lo alto. El dios pensó que era la imagen más bella que había visto en su vida. Al cabo de un rato se dio cuenta de que, junto a él, había un conejo que le miraba sin dejar de masticar algo que llevaba entre los dientes. – ¿Qué comes, lindo conejito? – Sólo un poco de hierba fresca. Si quieres puedo compartirla contigo. – Te lo agradezco mucho, pero los humanos no comemos hierba.
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– Pero entonces ¿qué comerás? Se te ve cansado y seguro que tienes apetito. – Tienes razón… Imagino que si no encuentro nada que llevarme a la boca, moriré de hambre. El conejo se sintió fatal ¡No podía consentir que eso sucediera! Se quedó pensativo y en un acto de generosidad, se ofreció al dios. – Tan sólo soy un pequeño conejo, pero si quieres puedo servirte de alimento. Cómeme a mí y así podrás sobrevivir. El dios se conmovió por la bondad y la ternura de aquel animalito. Estaba ofreciendo su propia vida para salvarle a él. – Me emocionan tus palabras – le dijo acariciándole la cabeza con suavidad – A partir de hoy, siempre serás recordado. Te lo mereces por ser tan bueno. Tomándole en brazos le levantó tan alto que su figura quedó estampada en la superficie de la luna. Después, con mucho cuidado, le bajó hasta el suelo y el conejo pudo contemplar con asombro su propia imagen brillante. – Pasarán los siglos y cambiarán los hombres, pero allí estará siempre tu recuerdo. Su promesa se cumplió. Todavía hoy, si la noche está despejada y miras la luna llena con atención, descubrirás la silueta del bondadoso conejo que hace muchos, muchos años, quiso ayudar al dios Quetzalcóatl.
Comentario Tiene como voz narrativa en 3 persona del singular (el dios Quetzalcóatl); su espacio en el que se realiza es real y abierto (en las montañas y en el bosque); Quetzalcóatl es el protagonista y el principal es el conejo, son complejos porque se destacan los dos. El cuento “conejo de la luna”, es muy bonito por la bondad que te puede dar un animal y además su generosidad hacia el dios Quetzalcóatl. Me impacta el cuento porque no puede ser posible que un animal tenga por así decirlo un alma más humana que un humano, que parece que estamos al revés los animales son humanos y los humanos son animales. Sin mencionar que los animales están dispuestos a dar sus vidas por nosotros y nosotros no estamos dispuestos a regresar el favor, aunque entre nosotros no somos capaces de dar nuestras vidas por los otros mucho menos por un animal, es decir, como especie humana no tenemos nada humano cada quien ve por si, somos egoístas, porque todo queremos sin dar nada a cambio y recibir un premio por eso. No cabe duda que los seres humanos somos la especie más egoísta que existe. 16
Rubén Darío Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío nació en Metapa, 18 de enero de 1867 y falleció en León, 6 de febrero de 1916 fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es, posiblemente, el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es llamado príncipe de las letras castellanas. Estaba llamado a revolucionar rítmicamente el verso castellano, pero también a poblar el mundo literario de nuevas fantasías, de ilusorios cisnes, de inevitables celajes, de canguros y tigres de bengala conviviendo en el mismo paisaje imposible.
La Ninfa En el castillo que últimamente acaba de adquirir Lesbia, esta actriz caprichosa y endiablada que tanto ha dado que decir al mundo por sus extravagancias, nos hallábamos a la mesa hasta seis amigos. Presidía nuestra Aspasia, quien a la sazón se entretenía en chupar como niña golosa un terrón de azúcar húmedo, blanco entre las yemas sonrosadas. Era la hora del chartreuse. Se veía en los cristales de la mesa como una disolución de piedras preciosas, y la luz de los candelabros se descomponía en las copas medio vacías, donde quedaba algo de la púrpura del borgoña, del oro hirviente del champaña, de las líquidas esmeraldas de la menta. Se hablaba con el entusiasmo de artista de buena pasta, tras una buena comida. Éramos todos artistas, quién más, quién menos, y aun había un sabio obeso que ostentaba en la albura de una pechera inmaculada el gran nudo de una corbata monstruosa. Alguien dijo: -¡Ah, sí, Fremiet! -Y de Fremiet se pasó a sus animales, a su cincel maestro, a dos perros de bronce que, cerca de nosotros, uno buscaba la pista de la pieza, otro, como mirando al cazador, alzaba el pescuezo y arbolaba la delgadez de su cola tiesa y erecta. ¿Quién habló de Mirón? El sabio, que recitó en griego el epigrama de Anacreonte: Pastor, lleva a pastar más lejos tu boyada no sea que creyendo que respira la vaca de Mirón, la quieras llevar contigo. Lesbia acabó de chupar su azúcar, y con una carcajada argentina: -¡Bah! Para mí, los sátiros. Yo quisiera dar vida a mis bronces, y si esto fuese posible, mi amante sería uno de esos velludos semidioses. Os advierto que más que a los sátiros adoro a los centauros; y que me dejaría robar por uno de esos monstruos robustos, sólo por oír las quejas del engañado, que tocaría su flauta lleno de tristeza. El sabio interrumpió: 17
-¡Bien! Los sátiros y los faunos, los hipocentauros y las sirenas han existido, como las salamandras y el ave Fénix. Todos reíamos; pero entre el coro de carcajadas, se oía irresistible, encantadora, la de Lesbia, cuyo rostro encendido, de mujer hermosa, estaba como resplandeciente de placer. *** -Si- continuó el sabio -:¿con qué derecho negamos los modernos, hechos que afirman los antiguos? El perro gigantesco que vio Alejandro, alto como un hombre, es tan real, como la araña Kreken que vive en el fondo de los mares. San Antonio Abad, de edad de noventa años, fue en busca del viejo ermitaño Pablo que vivía en una cueva. Lesbia, no te rías. Iba el santo por el yermo, apoyado en su báculo, sin saber dónde encontrar a quien buscaba. A mucho andar, ¿sabéis quién le dio las señas del camino que debía seguir? Un centauro, medio hombre y medio caballo - dice un autor; - hablaba como enojado; huyó tan velozmente que presto le perdió de vista el santo; así iba galopando el monstruo, cabellos al aire y vientre a tierra. En ese mismo viaje San Antonio vio un sátiro, «hombrecillo de extraña figura, estaba junto a un arroyuelo, tenía las narices corvas, frente áspera y arrugada, y la última parte de su contrahecho cuerpo remataba con pies de cabra». -Ni más ni menos- dijo Lesbia. -¡M. de Cocureau, futuro miembro del Instituto! Siguió el sabio: -Afirma San Jerónimo que en tiempos de Constantino Magno se condujo a Alejandría un sátiro vivo, siendo conservado su cuerpo cuando murió. Además, vióle el emperador de Antioquía. Lesbia había vuelto a llenar su copa de menta, y humedecía la lengua en el licor verde como lo haría un animal felino. -Dice Alberto Magno que en su tiempo cogieron a dos sátiros en los montes de Sajonia. Enrico Zormano asegura que en tierras de Tartaria había hombres con sólo un pie y sólo un brazo en el pecho. Vicencio vio en su época un monstruo que trajeron al rey de Francia, tenía cabeza de perro; (Lesbia reía) los muslos, brazos y manos tan sin vellos como los nuestros; (Lesbia se agitaba como una chicuela a quien hiciesen cosquillas), comía carne cocida y bebía vino con todas ganas. -¡Colombine!- grito Lesbia. Y llegó Colombine, una falderilla que parecía un copo de algodón. Tomóla su ama, y entre las explosiones de risa de todos: 18
-¡Toma, el monstruo que tenía tu cara! Y le dio un beso en la boca, mientras el animal se estremecía e inflaba las naricitas como lleno de voluptuosidad. -Y Filegón Traliano- concluyó el sabio elegantemente -afirma la existencia de dos clases de hipocentauros: una de ellas como elefantes. Además... -Basta de sabiduría- dijo Lesbia. Y acabó de beber la menta. Yo estaba feliz. No había desplegado mis labios -¡Oh!, exclamé para mi, ¡las ninfas! Yo desearía contemplar esas desnudeces de los bosques y de las fuentes, aunque, como Acteón, fuese despedazado por los perros. Pero las ninfas no existen. Concluyó aquel concierto alegre, con una gran fuga de risas y de personas. -¡Y qué!- me dijo Lesbia, quemándome con sus ojos de faunesa y con voz callada como para que sólo yo la oyera. -¡Las ninfas existen, tú las veras! Eran un día primaveral. Yo vagaba por el parque del castillo, con el aire de un soñador empedernido. Los gorriones chillaban sobre las lilas nuevas y atacaban a los escarabajos que se defendían de los picotazos con sus corazas de esmeralda, con sus petos de oro y acero. En las rosas el carmín, el bermellón, la onda penetrante de perfumes dulces: más allá las violetas, en grandes grupos, con su color apacible y su olor a virgen. Después, los altos árboles, los ramajes tupidos llenos de mil abejas, las estatuas en la penumbra, los discóbolos de bronce, los gladiadores musculosos en sus soberbias posturas gímnicas, las glorietas perfumadas, cubiertas de enredaderas, los pórticos, bellas imitaciones jónicas, cariátides todas blancas y lascivas, y vigorosos telamones del orden atlántico, con anchas espaldas y muslos gigantescos. Vagaba por el laberinto de tales encantos cuando oí un ruido, allá en lo oscuro de la arboleda, en el estanque donde hay cisnes blancos como cincelados en alabastro y otros que tienen la mitad del cuello del color del ébano, como una pierna alba con media negra. Llegué más cerca. ¿Soñaba? ¡Oh, Numa! Yo sentí lo que tú, cuando viste en su gruta por primera vez a Egeria. Estaba en el centro del estanque, entre la inquietud de los cisnes espantados, una ninfa, una verdadera ninfa, que hundía su carne de rosa en el agua cristalina. La cadera a flor de espuma parecía a veces como dorada por la luz opaca que alcanzaba a llegar por las brechas de las hojas. ¡Ah!, yo vi lirios, rosas, nieve, oro; vi un ideal con vida y forma y oí entre el burbujeo sonoro de la linfa herida, como una risa burlesca y armoniosa, que me encendía la sangre. 19
De pronto huyó la visión, surgió la ninfa del estanque, semejante a Citerea en su onda, y recogiendo sus cabellos que goteaban brillantes, corrió por los rosales tras las lilas y violetas, más allá de los tupidos arbolares, hasta ocultarse a mi vista, hasta perderse, ¡ay!, por un recodo; y quedé yo, poeta lírico, fauno burlado, viendo a las grandes aves alabastrinas como mofándose de mí, tendiéndome sus largos cuellos en cuyo extremo brillaba bruñida el ágata de sus picos. *** Después, almorzábamos juntos aquellos amigos de la noche pasada, entre todos, triunfante, con su pechera y su gran corbata oscura, el sabio obeso, futuro miembro del Instituto. Y de repente, mientras todos charlaban de la última obra de Fremiet, en el salón, exclamó Lesbia con su alegre voz parisiense: -¡Te!, como dice Tartarín: ¡el poeta ha visto ninfas!... La contemplaron todos asombrados, y ella me miraba, me miraba como una gata, y se reía, se reía como una chicuela a quien se le hiciesen cosquillas.
Comentario Éste cuento es modernista, nos habla de la realidad social del momento, utiliza símbolos y metáforas para su descripción, tales como: “púrpura del borgoña” “Oro hirviente del champaña” “Líquidas esmeraldas de la menta” “Flauta llena de tristeza”. Tenemos un narrador omnisciente, ya que nos narra los sentimientos de cada personaje y todo lo que pasa a su alrededor, se puede decir que el narrador es extradiegético porque no está presente en la obra. Tan sólo observa. Me parece que el propósito de éste cuento es dar a conocer cómo eran los poetas en aquel tiempo, ya que tal vez eran sabios, pero a la vez eran burlados por los demás. El cuento es narrado en tercera persona y es una narración que tiene de todo un poco, tiene una prolepsis y una analepsis. Finalmente concluyo este comentario, me parece que el lenguaje que utiliza ésta historia, es un poco complicado, ya que usa términos o un lenguaje técnico que no es muy fácil de comprender a menos que lo investigues o estés muy familiarizado con la mitología griega. Rubén Darío me parece un excelente autor ya que a lo largo de su vida ha escrito varios textos como éste y si que vale la pena ser leído. 20
Oscar Wilde Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde es un novelista, poeta, crítico literario y autor teatral irlandés. Nace el 16 de octubre de 1854, en Dublín. Cuando tuvo nueve años, fue educado en casa. Luego curso sus estudios en el Trinity College de Dublín, asistió también a la Universidad de Oxford, ahí se destacó en el estudio clásico y escribió poesía. Su gran poema Ravenna ganó el prestigioso premio Newdigate en 1878. Su primer libro fue Poemas en 1881, y su primera obra teatral, Vera o los nihilistas en 1882. Sus obras teatrales más famosas son: El abanico de lady Windermere (1892), Una mujer sin importancia (1893), Un marido ideal (1895) y La importancia de llamarse Ernesto (1895), y las caracterizaban por sus ingeniosos y divertidos diálogos.
El gigante egoísta Cada tarde, a la salida de la escuela, los niños se iban a jugar al jardín del Gigante. Era un jardín amplio y hermoso, con arbustos de flores y cubierto de césped verde y suave. Por aquí y por allá, entre la hierba, se abrían flores luminosas como estrellas, y había doce albaricoqueros que durante la Primavera se cubrían con delicadas flores color rosa y nácar, y al llegar el Otoño se cargaban de ricos frutos aterciopelados. Los pájaros se demoraban en el ramaje de los árboles, y cantaban con tanta dulzura, que los niños dejaban de jugar para escuchar sus trinos. — ¡Qué felices somos aquí! —se decían unos a otros. Pero un día el Gigante regresó. Había ido de visita donde su amigo el Ogro de Cornish, y se había quedado con él durante los últimos siete años. Durante ese tiempo ya se habían dicho todo lo que se tenían que decir, pues su conversación era limitada, y el Gigante sintió el deseo de volver a su mansión. Al llegar, lo primero que vio fue a los niños jugando en el jardín. — ¿Qué hacen aquí? —surgió con su voz retumbante. Los niños escaparon corriendo en desbandada. —Este jardín es mío. Es mi jardín propio —dijo el Gigante—; todo el mundo debe entender eso y no dejaré que nadie se meta a jugar aquí. Y de inmediato, alzó una pared muy alta, y en la puerta puso un cartel que decía: “ENTRADA ESTRICTAMENTE PROHIBIDA BAJO LAS PENAS CONSIGUIENTES“. Era un Gigante egoísta...
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Los pobres niños se quedaron sin tener donde jugar. Hicieron la prueba de ir a jugar en la carretera, pero estaba llena de polvo, estaba plagada de pedruscos, y no les gustó. A menudo rondaban alrededor del muro que ocultaba el jardín del Gigante y recordaban nostálgicamente lo que había detrás. — ¡Qué dichosos éramos allí! —se decían unos a otros. Cuando la Primavera volvió, toda la comarca se pobló de pájaros y flores. Sin embargo, en el jardín del Gigante Egoísta permanecía el Invierno todavía. Como no había niños, los pájaros no cantaban, y los árboles se olvidaron de florecer. Sólo una vez una lindísima flor se asomó entre la hierba, pero apenas vio el cartel, se sintió tan triste por los niños, que volvió a meterse bajo tierra y volvió a quedarse dormida. Los únicos que ahí se sentían a gusto, eran la Nieve y la Escarcha. —La Primavera se olvidó de este jardín —se dijeron—, así que nos quedaremos aquí todo el resto del año. La Nieve cubrió la tierra con su gran manto blanco y la Escarcha cubrió de plata los árboles. Y en seguida invitaron a su triste amigo el Viento del Norte para que pasara con ellos el resto de la temporada. Y llegó el Viento del Norte. Venía envuelto en pieles y anduvo rugiendo por el jardín durante todo el día, desganchando las plantas y derribando las chimeneas. — ¡Qué lugar más agradable! —dijo—. Tenemos que decirle al Granizo que venga a estar con nosotros también. Y vino el Granizo también. Todos los días se pasaba tres horas tamborileando en los tejados de la mansión, hasta que rompió la mayor parte de las tejas. Después se ponía a dar vueltas alrededor, corriendo lo más rápido que podía. Se vestía de gris y su aliento era como el hielo. —No entiendo por qué la Primavera se demora tanto en llegar aquí— decía el Gigante Egoísta cuando se asomaba a la ventana y veía su jardín cubierto de gris y blanco, espero que pronto cambie el tiempo. Pero la Primavera no llegó nunca, ni tampoco el Verano. El Otoño dio frutos dorados en todos los jardines, pero al jardín del Gigante no le dio ninguno. —Es un gigante demasiado egoísta—decían los frutales. De esta manera, el jardín del Gigante quedó para siempre sumido en el invierno, y el Viento del Norte y el Granizo y la Escarcha y la Nieve bailoteaban lúgubremente entre los árboles. Una mañana, el Gigante estaba en la cama todavía cuando oyó que una música muy hermosa llegaba desde afuera. Sonaba tan dulce en sus oídos, que pensó que tenía que ser el rey de los elfos que pasaba por allí. En realidad, era sólo un jilguerito 22
que estaba cantando frente a su ventana, pero hacía tanto tiempo que el Gigante no escuchaba cantar ni un pájaro en su jardín, que le pareció escuchar la música más bella del mundo. Entonces el Granizo detuvo su danza, y el Viento del Norte dejó de rugir y un perfume delicioso penetró por entre las persianas abiertas. — ¡Qué bueno! Parece que al fin llegó la Primavera —dijo el Gigante y saltó de la cama para correr a la ventana. ¿Y qué es lo que vio? Ante sus ojos había un espectáculo maravilloso. A través de una brecha del muro habían entrado los niños, y se habían trepado a los árboles. En cada árbol había un niño, y los árboles estaban tan felices de tenerlos nuevamente con ellos, que se habían cubierto de flores y balanceaban suavemente sus ramas sobre sus cabecitas infantiles. Los pájaros revoloteaban cantando alrededor de ellos, y los pequeños reían. Era realmente un espectáculo muy bello. Sólo en un rincón el Invierno reinaba. Era el rincón más apartado del jardín y en él se encontraba un niñito. Pero era tan pequeñín que no lograba alcanzar a las ramas del árbol, y el niño daba vueltas alrededor del viejo tronco llorando amargamente. El pobre árbol estaba todavía completamente cubierto de escarcha y nieve, y el Viento del Norte soplaba y rugía sobre él, sacudiéndole las ramas que parecían a punto de quebrarse. — ¡Sube a mí, niñito! —decía el árbol, inclinando sus ramas todo lo que podía. Pero el niño era demasiado pequeño. El Gigante sintió que el corazón se le derretía. — ¡Cuán egoísta he sido! —exclamó—. Ahora sé por qué la primavera no quería venir hasta aquí. Subiré a ese pobre niñito al árbol y después voy a botar el muro. Desde hoy mi jardín será para siempre un lugar de juegos para los niños. Estaba de veras arrepentido por lo que había hecho. Bajó entonces la escalera, abrió cautelosamente la puerta de la casa, y entró en el jardín. Pero en cuanto lo vieron los niños se aterrorizaron, salieron a escape y el jardín quedó en Invierno otra vez. Sólo aquel pequeñín del rincón más alejado no escapó, porque tenía los ojos tan llenos de lágrimas que no vio venir al Gigante. Entonces el Gigante se le acercó por detrás, lo tomó gentilmente entre sus manos, y lo subió al árbol. Y el árbol floreció de repente, y los pájaros vinieron a cantar en sus ramas, y el niño abrazó el cuello del Gigante y lo besó. Y los otros niños, cuando vieron que el Gigante ya no era malo, volvieron corriendo alegremente. Con ellos la Primavera regresó al jardín. —Desde ahora el jardín será para ustedes, hijos míos —dijo el Gigante, y tomando un hacha enorme, echó abajo el muro.
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Al mediodía, cuando la gente se dirigía al mercado, todos pudieron ver al Gigante jugando con los niños en el jardín más hermoso que habían visto jamás. Estuvieron allí jugando todo el día, y al llegar la noche los niños fueron a despedirse del Gigante. —Pero, ¿dónde está el más pequeñito? —Preguntó el Gigante—, ¿ese niño que subí al árbol del rincón? El Gigante lo quería más que a los otros, porque el pequeño le había dado un beso. —No lo sabemos —respondieron los niños—, se marchó solito. —Díganle que vuelva mañana —dijo el Gigante. Pero los niños contestaron que no sabían donde vivía y que nunca lo habían visto antes. Y el Gigante se quedó muy triste. Todas las tardes al salir de la escuela los niños iban a jugar con el Gigante. Pero al más chiquito, a ese que el Gigante más quería, no lo volvieron a ver nunca más. El Gigante era muy bueno con todos los niños pero echaba de menos a su primer amiguito y muy a menudo se acordaba de él. — ¡Cómo me gustaría volverle a ver! —repetía. Fueron pasando los años, y el Gigante se puso viejo y sus fuerzas se debilitaron. Ya no podía jugar; pero, sentado en un enorme sillón, miraba jugar a los niños y admiraba su jardín. —Tengo muchas flores hermosas —se decía—, pero los niños son las flores más hermosas de todas. Una mañana de invierno, miró por la ventana mientras se vestía. Ya no odiaba el Invierno pues sabía que el Invierno era simplemente la Primavera dormida, y que las flores estaban descansando. Sin embargo, de pronto se restregó los ojos, maravillado y miró, miró… Era realmente maravilloso lo que estaba viendo. En el rincón más lejano del jardín, había un árbol cubierto por completo de flores blancas. Todas sus ramas eran doradas, y de ellas colgaban frutos de plata. Debajo del árbol estaba parado el pequeñito a quien tanto había echado de menos. Lleno de alegría el Gigante bajó corriendo las escaleras y entró en el jardín. Pero cuando llegó junto al niño su rostro enrojeció de ira, y dijo: — ¿Quién se ha atrevido a hacerte daño? Porque en la palma de las manos del niño había huellas de clavos, y también había huellas de clavos en sus pies. 24
— ¿Pero, quién se atrevió a herirte? —Gritó el Gigante—. Dímelo, para tomar la espada y matarlo. — ¡No! —Respondió el niño—. Estas son las heridas del Amor. — ¿Quién eres tú, mi pequeño niñito? —preguntó el Gigante, y un extraño temor lo invadió, y cayó de rodillas ante el pequeño. Entonces el niño sonrió al Gigante, y le dijo: —Una vez tú me dejaste jugar en tu jardín; hoy jugarás conmigo en el jardín mío, que es el Paraíso. Y cuando los niños llegaron esa tarde encontraron al Gigante muerto debajo del árbol. Parecía dormir, y estaba entero cubierto de flores blancas.
Comentario En este cuento se encuentra la fantasía, desde el inicio, porque nos está hablando de un Gigante y de que el Invierno, la Primavera, el Viento del Norte y el Granizo son climas que pueden habla unos con los otros. Wilde utiliza una voz narrativa en 3 persona del plural, ejemplo: — ¡Qué felices somos aquí! —se decían unos a otros; luego en 1 persona del singular porque el Gigante habla con los niños. Se encuentran los personajes: antagonista y protagonista el Gigante y los principales podrían ser los niños. En su complejidad son complejos porque destaca el Gigante y el niño pequeñín. Este cuento me encanta por el mensaje que te transmite y porque viéndolo desde un punto de vista crítico, esto que pasa con el Gigante y el pequeñín pasa todos los días, ignoramos a personas o no nos damos la oportunidad de conocerlas verdaderamente; el lenguaje que utiliza es coloquial así es más fácil de comprender. Llama mucho la atención que a los climas o estaciones del año hablen entre sí, es bastante curioso.
Jacob Grimm Nace en Hanau, 1785 y muere en Berlín, 1863. Es un escritor alemán, fue un lingüista y mitólogo alemán, considerado el fundador de la gramática histórica. Junto a su hermano Wilhelm Carl, fueron unas de las figuras más intelectuales de la época del romanticismo alemán. Ellos dos se querían dedicar a la carrera de derecho como su padre, pero al conocer a Clemens Brentano, él les brindó su pasión por la poesía folclórica, gracias a lo anterior se desarrolló un cambio en su vocación. Entre 1816 y 1818, los hermanos Grimm publicaron en varios libros o series las Leyendas alemanas. Desde fuera de Alemania se le conoce por ser uno de los primeros folkloristas que tomaron los cuentos populares de su país. Como hermanos, son 25
mundialmente conocidos por sus cuentos tradicionales infantiles: Cuentos de niños y del hogar 1812-1815 y Cuentos de hadas de los hermanos Grimm (versión aumentada de la colección anterior publicada en 1857).
El agua de la vida Hubo una vez un rey que enfermó gravemente. No había nada que le aliviara ni calmara su dolor. Después de mucho deliberar, los sabios decidieron que sólo podría curarle el agua de la vida, tan difícil de encontrar que no se conocía a nadie que lo hubiera logrado. Este rey tenía tres hijos, el mayor de los cuales decidió partir en busca de la exótica medicina. - Sin duda, si logro que mejore, mi padre me premiará generosamente.Pensaba, pues le importaba más el oro que la salud de su padre. En su camino encontró a un pequeño hombrecillo que le preguntó su destino. - ¿Qué ha de importarte eso a ti?, ¡Enano! Déjame seguir mi camino. El duende, ofendido por el maleducado príncipe, utilizó sus poderes para desviarle hacia una garganta en las montañas que cada vez se estrechaba más, hasta que ni el caballo pudo dar la vuelta, y allí quedó atrapado. Viendo que su hermano no volvía, el mediano decidió ir en busca de la medicina para su padre: -"Toda
la
recompensa
será
para
mí."-
pensaba
ambiciosamente.
No llevaba mucho recorrido, cuando el duende se le apareció preguntando a dónde iba: - ¡Qué te importará a ti! Aparta de mi camino, ¡Enano! El duende se hizo a un lado, no sin antes maldecirle para que acabara en la misma trampa que el mayor, atrapado en un paso de las montañas que cada vez se hizo más estrecho, hasta que caballo y jinete quedaron inmovilizados. Al pasar los días y no tener noticias, el menor de los hijos del rey decidió ir en busca de sus hermanos y el agua milagrosa para sanar a su padre. Cabalgando, encontró al hombrecillo que también a él le preguntó su destino: - Mi padre está muy enfermo, busco el agua de la vida, que es la única cura para él. - ¿Sabes ya a dónde debes dirigirte para encontrarla? – Volvió a preguntar el enano. - Aún no, ¿me podrías ayudar, duendecillo? - Has resultado ser amable y humilde, y mereces mi favor. Toma esta varilla y estos dos panes y dirígete hacia el castillo encantado. Toca la cancela tres veces con la vara, y arroja un pan a cada una de las dos bestias que intentarán comerte.
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- Busca entonces la fuente del agua de la vida tan rápido como puedas, pues si dan las doce, y sigues en el interior del castillo, ya nunca más podrás salir. – Añadió el enanito. A lomos de su caballo, pasados varios días, llegó el príncipe al castillo encantado. Tocó tres veces la cancela con la vara mágica, amansó a las bestias con los panes y llegó a una estancia donde había una preciosa muchacha: - ¡Por fin se ha roto el hechizo! En agradecimiento, me casaré contigo si vuelves dentro de un año. Contento por el ofrecimiento, el muchacho buscó rápidamente la fuente de la que manaba el agua de la vida. Llenó un frasco con ella y salió del castillo antes de las doce. De vuelta a palacio, se encontró de nuevo con el duende, a quien relató su experiencia y pidió: - Mis hermanos partieron hace tiempo, y no les he vuelto a ver. ¿No sabrías dónde puedo encontrarles? - Están atrapados por la avaricia y el egoísmo, pero tu bondad les hará libres. Vuelve a casa y por el camino los encontrarás. Pero ¡cuídate de ellos! Tal como había anunciado el duende, el menor encontró a sus dos hermanos antes de llegar al castillo del rey. Los tres fueron a ver a su padre, quien después de tomar el agua de la vida se recuperó por completo. Incluso pareció rejuvenecer. El menor de los hermanos le relató entonces su compromiso con la princesa, y su padre, orgulloso, le dio su más sincera bendición para la boda. Así pues, cerca de la fecha pactada, el menor de los príncipes se dispuso a partir en busca de su amada. Ésta, esperando ansiosa en el castillo, ordenó extender una carretera de oro, desde su palacio hasta el camino, para dar la bienvenida a su futuro esposo: - Dejad pasar a aquel que venga por el centro de la carretera,- dijo a los guardianes – Cualquier otro será un impostor.- Advirtió. Y marchó a hacer los preparativos. Efectivamente, los dos hermanos mayores, envidiosos, tramaron por separado llegar antes que él y presentarse a la princesa como sus libertadores: - Suplantaré a mi hermano y desposaré a la princesa Pensaba cada uno de ellos. El primero en llegar fue el hermano mayor, que al ver la carretera de oro pensó que la estropearía si la pisaba, y dando un rodeo, se presentó a los guardas de la puerta, por la derecha, como el rescatador de la princesa. Mas éstos, obedientes le negaron el paso. El hermano mediano llegó después, pero apartó al caballo de la carretera por miedo a estropearla, y tomó el camino de la izquierda hasta los guardias, que tampoco le dejaron entrar. Por último llegó el hermano menor, que ni siquiera notó cuando el caballo comenzó a caminar por la carretera de oro, pues iba tan absorto en sus pensamientos sobre la princesa que se podría decir que flotaba. Al llegar a la 27
puerta, le abrieron enseguida, y allí estaba la princesa esperándole con los brazos abiertos, llena de alegría y reconociéndole como su salvador. Los esponsales duraron varios días, y trajeron mucha felicidad a la pareja, que invitó también al padre, que nunca volvió a enfermar.
Comentario El duendecillo es una parte importante de este cuento de fantasía, la perspectiva que utiliza es limitada-testigo, porque está viendo todo lo que les pasó a los hermanos envidiosos durante el camino hacía el agua de la vida para su padre. Su narrador es extradigético, porque todo lo ve desde afuera, no es ningún personaje, porque no interactúa con alguien de la historia. La voz narrativa es en tercera persona del singular, porque dice: Hubo una vez un rey que enfermó gravemente. No había nada que le aliviara ni calmara su dolor; el espacio es abierto ya que se encuentran en un bosque y el discurso de los personajes es directo. Pienso que cada cuento tiene algo en particular con algunas situaciones de esta sociedad, la avaricia es algo que algunas personas tienen hoy en día y es muy malo; me doy cuenta de que este cuento tiene un lenguaje un poco más recatado y se puede decir que su aspecto contextual es en la época medieval o Edad Media; me gustó, pero no fue de mi agrado totalmente debido a que en la última parte es un poco confuso entender cómo es que se casa tan rápido y no hay un seguimiento con el padre enfermo desde mi punto de vista.
Somos polvo de estrella Se cuenta que hay un lugar en el planeta tierra que hace tiempo atrás estuvo habitado por seres mágicos, tal vez eran sirenas, hadas, o seres inimaginables, hay rumores de que debido a todos los procesos naturales por los que ha pasado nuestro planeta, éste mágico lugar está subterráneo y probablemente imposible de encontrar... Desde éste lugar se podían ver tan cercanas las estrellas, que pareciera que podías tocarlas, Los mares eran hermosos, un color azul como el cielo, no hacía frío ni calor y se dice que se podía vivir para siempre. También se cree que ahí se va la inocencia de los niños cuando crecen, ahí viven los momentos felices de cada persona y los deseos pedidos con mucha fe. Suena como un paraíso ¿no? Un día hubo una horrible tormenta, pero no era una tormenta como la que te imaginas ¡no! esta tormenta era de estrellas… algo así como una gran lluvia
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de estrellas que provocó que todos éstos seres inimaginables desaparecieran, se han convertido en polvo junto con las estrellas. Hoy 6 de diciembre del 2016, me encuentro con mi equipo de investigación en Francia, iremos a las catatumbas, y ahí emprenderemos éste maravilloso viaje. Todo se ve muy tenebroso, está oscuro y lleno de polvo, seguimos caminando y llegamos a un cuarto y de repente desaparece la salida, todos entran en pánico mientras recuerdo el viejo acertijo de mi abuelo: “no hay salida del lugar, abajo de todos te encontrarás, verás una estrella fugaz, un deseo pedirás o en polvo te convertirás” Me parece que a eso se refería, no entiendo nada, no logro ver nada, de repente mi novia encuentra su linterna. La prendo y se apaga fugazmente… -Esa es, definitivamente esa es, piensa en un deseo, rápido -¿De qué hablas Mario? -pide un deseo con todas tus fuerzas, todos háganlo -No seas ridículo, estamos encerrados, no sé qué hacer -Sólo hazlo Juan De repente Juan dejó de contestar, Mariana y yo pedimos un deseo con todas nuestras fuerzas, y encontramos una salida, y cuando nos dimos cuenta, Juan se había convertido en puro polvo. Llegamos a un lugar hermoso, un cielo tan azul como el agua, las estrellas tan brillantes que casi podías tocarlas, es casi tan convincente pero hay algo que no me da buena espina, decidí acercarme al agua a ver mi reflejo, y detrás de mí se ve pura oscuridad, ni una estrella, y poco a poco se desvanece mi cara en el agua, como si me fuera a convertir en polvo, corrí con Mariana y de repente comenzó una lluvia de estrellas, nos resguardamos detrás de una roca. -Mario, no sé si estoy loca, es un sueño o realmente está pasando esto. -Shhhh… estoy tratando de escuchar. Poco a poco logro escuchar voces, o gritos, o algo que muere lentamente, entonces me doy cuenta, cada estrella que cae, cada estrella que se convierte en polvo, es la inocencia perdida, es dejar de tener fe, cada vez de dejas de sonreír, es como si algo dentro de ti muriera. -Vamos Mariana, hay que sonreír, hay que ser felices y hay que tener fe. -¿De qué rayos hablas? -¡Sí! trata de hacerlo, recuerda tus momentos felices, recuerda todo lo bello que existe Así se calmó un poco la lluvia. Logré salir y las estrellas cada vez se veían más brillantes, tomé un poco de polvo de estrella y escuché la voz de mi 29
abuelo decir: “pide un deseo con todas tus fuerzas y estoy seguro de que se cumplirá” Hice lo que me dijo, y hoy mismo, estoy casado con Mariana y tenemos una hermosa familia. Cada vez que veas una estrella fugaz, es un deseo para ti, es alguien que te ama, nunca dejes de creer, porque en polvo te puedes convertir.
Cometario En este espacio hablaremos sobre un cuento realizado por los integrantes de éste equipo. El propósito de los autores de éste texto es volar la imaginación del lector y llevarlo a reflexionar varios aspectos que se dejan a criterio del lector, el mensaje que nos envía depende del destinatario que lo esté leyendo. El narrador que se logra percibir en la lectura es omnisciente, ya que conoce los sentimientos de los personajes, también es autodiegético, ya que es el protagonista, por lo tanto nos habla en primera persona. Aquí algunos ejemplos con los aspectos recientemente mencionados: “Hoy 6 de diciembre del 2016, me encuentro con mi equipo de investigación en Francia, iremos a las catatumbas, y ahí emprenderemos éste maravilloso viaje” “Todos entran en pánico mientras recuerdo el viejo acertijo de mi abuelo” Tenemos una historia lineal y dentro de la misma tenemos analepsis, cuando recuerda las palabras de su abuelo, y una prolepsis, al momento que cumple su deseo. El planteamiento comienza describiéndonos el lugar del cual trata nuestra historia y así poco a poco nos va adentrando a la gran aventura. Creo que es una historia que te invita a soñar, disfrutar y apreciar las pequeñas cosas. Es un cuento de fantasía que a cada persona puede dejarle distintas enseñanzas.
Robert Southey Robert Southey (Bristol, Gloucestershire, 12 de agosto de 1774 - Keswick, Cumberland, 21 de marzo de 1843) fue un poeta inglés de la primera generación romántica, uno de los llamados lakistas, además de biógrafo, historiador, traductor políglota. Cursó estudios en la Universidad de Oxford. Fue muy amigo del poeta Samuel Taylor Coleridge. También tradujo al inglés el Amadís de Gaula, el Palmerín de Inglaterra y el Cantar de Mio Cid, y también escribió, en tres volúmenes, una no desdeñable Historia de la Guerra Peninsular (1823-1832). Por otra parte trabajó en 1805 en el poema épico "Madoc", y a partir de 1808 colaboró en la revista literaria y política "Quarterly review" y en 1813. Publica sus trabajos como: "Rodrigo, el 30
último de los godos" (1814), "Visión del juicio final" (1821) "El libro de la Iglesia" (1824), "Una Historia de la guerra peninsular" (1823) y "El médico" (1834).
Ricitos de oro y los tres osos Había una vez una casita en el bosque en la que vivían papá oso, que era grande y fuerte; mamá osa, que era dulce y redonda; y el pequeño bebé oso. Todas las mañanas mamá osa preparaba con cariño el desayuno de los tres. Un gran bol de avena para papá oso, otro mediano para ella y un bol pequeñito para el bebé oso. Antes de desayunar salían los tres juntos a dar un paseo por el bosque. Un día, durante ese paseo llegó una niña hasta la casa de los tres osos. Estaba recogiendo juncos en el bosque pero se había adentrado un poco más de la cuenta. - ¡Pero qué casa tan bonita! ¿Quién vivirá en ella? Voy a echar un vistazo Era una niña rubia con el pelo rizado como el oro y a la que todos llamaban por eso Ricitos de Oro. Como no vio nadie en la casa y la puerta estaba abierta Ricitos decidió entrar. Lo primero que vio es que había tres sillones en el salón. Se sentó en el más grande de todos, el de papá oso, pero lo encontró muy duro y no le gustó. Se sentó en el mediano, el de mamá osa, pero le pareció demasiado mullido; y después se sentó después en la mecedora del bebé oso. Pero aunque era de su tamaño, no tuvo cuidado y la rompió. Rápidamente salió de ahí y fue entonces cuando entró en la cocina y se encontró con los tres boles de avena. - ¡Mmmm que bien huele! Decidió probar un poquito del más grande, el de papá oso. Pero estaba demasiado caliente y se quemó. Probó del mediano, el de mamá osa, pero lo encontró demasiado salado y tampoco le gustó. De modo que decidió probar el más pequeño de todos. -¡Qué rico! Está muy dulce, como a mí me gusta. Así que Ricitos de oro se lo comió todo entero. Cuando acabó le entró sueño y decidió dormir la siesta. En el piso de arriba encontró una habitación con tres camas. Trató de subirse a la más grande, pero no 31
llegaba porque era la cama de papá oso. Probó entonces la cama de mamá osa, pero la encontró demasiado mullida así que acabó por acostarse en la cama de bebé oso, que era de su tamaño y allí se quedó plácidamente dormida. Entonces llegaron los tres osos de su paseo y rápidamente se dieron cuenta de que alguien había entrado en su casa. - ¡Alguien se ha sentado en mi sillón! - gritó papá oso enfadado - En el mío también - dijo mamá osa con voz dulce - Y alguien ha roto mi mecedora - dijo bebé oso muy triste Entraron en la cocina y vieron lo que había pasado con su desayuno. - ¡Alguien ha probado mi desayuno! - gritó papá oso enfadado - Parece que el mío también - dijo mamá osa dijo mamá osa con voz dulce - Y alguien se ha comido el mío - dijo bebé oso llorando De repente el bebé oso miró hacia la habitación y descubrió a su invitada. - ¡Mirad! ¡Hay una niña en mi cama! Justo en ese instante Ricitos de oro se despertó y al ver a los tres osos delante de ella saltó de la cama y echó a correr lo más rápido que pudieron sus pies hasta llegar a su casa, dejando atrás incluso sus zapatos.
Comentario La fantasía en este cuento se nota clara y rápidamente con el simple hecho de leer los primeros párrafos, en el que se habla de una familia de osos. “Todas las mañanas mamá osa preparaba con cariño el desayuno de los tres. Antes de desayunar salían los tres juntos a dar un paseo por el bosque.” El narrador del cuento, como en la mayoría de los cuentos infantiles, es omnisciente en 3era persona. El narrador sabe todo lo que ricitos de oro hace o piensa “Decidió probar un poquito del más grande, el de papá oso. Pero estaba demasiado caliente y se quemó.” Ricitos de oro y los tres osos es un cuento infantil muy popular, que normalmente tiene la intención de hacer que los niños aprendan sobre el respeto a las cosas ajenas. Me parece que este como todos los otros cuentos infantiles es un cuento que trata de hacerte reflexionar sobre alguna problemática, por que a final de 32
cuentas para eso son los cuentos infantiles, pata tratar de hacer que los niños reflexionen o para enseñarles lo que se debe y no se debe hacer.
Alvaro Peña Nació el 28 de noviembre de 1998, en Guadalajara Jalisco, México. Su infancia la vivió junto con sus padres Juan José y Karla y su hermano menor Leonardo. Vivió dos años en un departamento para después, por otros cinco, cambiarse a un pequeño coto en la colonia de Cordilleras. Ahí pasó gran parte de su niñez junto con buenos amigos. En 2006 se cambió a su actual hogar, en San Martín del Tajo, donde pasó el resto de su infancia y su adolescencia. Estudió por cinco años en el Franco Mexicano, donde aprendió francés. Luego pasó el resto de la primaria y toda la secundaria en el Instituto Thomas Jefferson, en donde aprendió inglés y descubrió su pasión por la lectura. Actualmente estudia en el Bachillerato Cervantes Loma Bonita su segundo año de preparatoria.
Cold Town Cold Town, la ciudad de la ironía se estableció en un desierto sin esperanza. Los caballos morían y la cosecha no crecía. El Juez dijo que la Bruja la hizo hechizar y maldijo a Cold Town, la ciudad de la ironía. Dijo que la gente necesitaba quemarla. Durante la noche, un fantasma indio apareció en su caballo fuerte y alimentado, asustando a la gente de la ciudad. El Juez dijo que la Bruja había convocado a este Indio Fantasma. Una noche, David, un hombre de 20 años, amado por todos en la ciudad, trató de confrontar al fantasma. El indio aparecía cada noche a medianoche, cuando todos dormían en sus casas. David esperó hasta la medianoche en la entrada del pueblo, donde aparecía por lo general el Fantasma Indio. Dieron las doce y el fantasma apareció en su caballo. David se paró en la entrada con un hacha hasta que el indio lo atrapó disparándole con su arco. David cayó muerto y el fantasma se fue. A la mañana siguiente, la gente lo encontró con una flecha atravesando su corazón. Todo el mundo lloró en el funeral que hicieron para él. Cuando la celebración terminó, el Juez dijo a todos: "Necesitamos encontrar a esta Bruja antes de que alguien más sea herido o asesinado en Cold Town". Esas fueron sus palabras y todos comenzaron a buscar a la Bruja. Juan (el hermano de David) fue a ver a su familia. Su padre era un habitante normal de Cold Town. Su madre, por otra parte, era parte india y parte 33
habitante de la Cold Town. Los padres de David y Juan nunca se casaron porque ella era parte india y eso nunca fue apreciado por el Juez. La abuela de Juan estaba en la casa. Ella estaba hablando con su hija, su madre: "... lo siento mucho por David, él era demasiado joven". Después de almorzar, su madre dijo que su abuela tenía que quedarse por algunos días porque su casa había sido dañada por el Indio Fantasma. Después de eso, salió a ayudar a encontrar a la Bruja. Pasaban los días y nadie encontró a la Bruja. Una noche, el padre de Juan intentó vengarse contra el Indio Fantasma por lo de David. Permaneció hasta la medianoche en la entrada del pueblo con su rifle hasta la medianoche. Ésta fue la noche 30 desde que había empezado a venir a Cold Town. Dieron las doce y el Indio Fantasma apareció. El padre de Juan esperó allí y le apuntó con su rifle. Antes de que pudiera disparar, el Indio Fantasma lanzó una flecha de su arco directamente a su corazón. El padre de Juan cayó y murió en el momento. A la mañana siguiente, los habitantes de Cold Town encontraron su cuerpo a la entrada de la ciudad. Una flecha atravesaba su pecho, pero esta vez, la flecha tenía un mensaje en un idioma que no entendían. Cuando el Juez descubrió que el mensaje sólo podía ser leído por un indio o una parte india, fue a la casa de Juan. Juan notó que vio a su abuela y se puso furioso por sólo verla. Luego pidió a la madre de Juan que leyera la nota: "La bruja es uno de ellos..." Nadie lo entendió, pero el Juez comenzó a investigar a la familia de Juan. Juan ya había iniciado su investigación de la bruja y en este punto tenía más sospechas. Después de algunos días de investigación, la casa de su abuela fue terminada. Él decide ir con ella para ayudarla con sus cosas. Cuando terminaron de poner todo donde debería estar, la noche cayó. Juan vio que tenía una pintura en su pared de un indio. “¿Quién es él?” pregunta Juan. -"Era mi novio Sitka cuando era joven", ella contesta. -"¿Qué le sucedió?" -“Murió demasiado joven.” Después de escucharlo, se quedó pensativo. Ella dijo lo mismo cuando su hermano David fue asesinado por el Indio Fantasma. Ella también tenía un novio indio que murió. "Una pregunta más: ¿por qué el Juez te vio tan enojado cuando fue a mi casa? "Porque él era mi novio antes de Sitka. Rompí con él porque era muy raro y tenía sentimientos locos", respondió. 34
Después de eso, Juan volvió a su casa y la confusión era más que la de antes. A la mañana siguiente, su abuela fue asesinada con otra flecha del Espíritu Indio, ésta con otro mensaje. Su madre, con las lágrimas en la cara, la leyó en voz alta: "Siento tanto que murieras tan vieja, querida." Juan se confundió aún más en la búsqueda de la Bruja. Esa misma noche, su madre fue a la entrada de la ciudad, pero ella iba a descubrir quién era el Indio Fantasma. Dieron las doce y el Indio Fantasma apareció. Ella estaba escondida en el puesto que estaba muy cerca de la entrada. Ella se sorprende por la alta velocidad del fantasma y ella escribe una nota antes de que ella sea disparada por una flecha en su corazón. A la mañana siguiente, los habitantes de la Cold Town encontraron su cuerpo con otro mensaje en la flecha: "Sólo uno más…" Entonces Juan encontró otro mensaje, pero éste estaba en su mano, fue escrito por ella: "Es mi padre". Juan pensó y pensó en quién podría ser la Bruja. Entonces supo cuando cayó la noche. Él comienza a buscar más respuestas y se fue al Salón de Juicios. Se entera de que el Juez estaba convocando al Indio Fantasma, y éste se voltea. “Así que lo adivinaste...” dijo el Juez. "Sí, estabas celoso de mi abuelo Sitka, ¿eh?", lo desafió Juan. “Sí y por eso he matado a toda tu familia y tú eres el último que queda.” "Y tú invocaste al fantasma de mi abuelo para hacerlo sufrir haciéndolo matar a toda su familia y a su novia...” A las doce el Juez sólo sonrió. En ese mismo instante, Juan sabía que una flecha iba a pasar por su corazón. Así que se agachó cuando la flecha fue disparada por el Indio Fantasma. Se perdió y terminó en el corazón del Juez. En ese mismo instante, el Indio Fantasma Sitka salió del hechizo. Agradeció a Juan y finalmente pudo descansar en paz para siempre.
Comentario El tema en este cuento es la venganza y cómo es que puede llegar a afectar a toda una familia sólo por unos sentimientos no correspondidos. Habla de cómo se asesina a toda una familia (de manera fantástica) sólo porque no fue amado por el amor de su vida. El narrador que cuenta la historia está puesto en tercera persona y omnisciente, por ejemplo: “Después de eso, Juan volvió a su casa y la confusión era más que la de 35
antes.” El narrador no explica la caracterización de los personajes (física y psicológicamente). Su clasificación es: Juan (protagonista, real), Juez (antagonista, real/fantástico), Bruja (ausente, símbolo/fantástico), abuela (principal, real), Indio Fantasma/Sitka (principal, fantástico/real), madre (principal, real), David (secundario, real), padre (secundario, real) y pueblo (ambiental). Su orden es cronológico. El tiempo externo es de 1700 y el interno es de alrededor de una semana. En el sentido social, los sentimientos son algo muy poderoso. Pueden hacer que las personas hagan cualquier cosa si éstos son corrompidos. Se pude ver en cómo es que el Juez actuó por el dolor que sintió porque su amada lo dejó, además también para vengarse de ella al matarla a ella y casi a toda su familia, lo cual no es muy ético tampoco. En el contexto político se puede ver cómo la corrupción está en todos lados, o sea por el hecho de que el Juez era la “Bruja”, aquél que maldijo a Cold Town con el fantasma de un indio sólo para vengarse de una sola persona. Y en el psicológico, entra el dolor que sintió el Juez por su rompimiento con la abuela de Juan, lo cual hizo que se vengara de ella y contra todo el pueblo.
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