Alvaro Javier Maga単a Tabilo
sedimentos 1/Sedimentos/Alvaro Maga単a Tabilo
3 /Utem, jueves
8 /Patricio Lorca y la difunta Zambrano
1 3 /Cosas que pueden ser
1 9 /La conversión de Manolete
2 8 /La última voluntad de Jorge
3 6 /La secta del miedo
4 4 /El plan lemmings
4 9 /Apurate poh Guatón
5 4 /El gato del universo de al lado
5 9 /Fragmentos de Omar
8 1 /Los nuevos
índice 2/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
p
Parado como estoy en este punto de las cosas, un día jueves frío, muy frío y húmedo, viendo los techos aún mojados por la lluvia de anteayer y la helada de hoy, sintiéndome solo, una vez más solo ante una sala vacía y con un puñado de horas deshaciéndose frente a mí, me hago preguntas, invento un significado, salto sobre un pie y luego sobre el otro, estoy entumido, me pregunto como llegué al día de hoy, como he sido capaz de sobrellevar el duro despertar, la ducha, la micro, el frío por Dieciocho abajo, el frío levantado sin cortesía por los autos y los tres
utem, jueves 3/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
pisos de escaleras no muy limpias que me han traído hasta aquí. Me lo pregunto con una naturalidad casi naíf, sin urgencia por saber,
sin ambiciones metafísicas, sencillamente
encontrar, de explicar que crestas viene,
porque no consigo entender el rumbo de
que crestas nos han vendido, que crestas
la marea, porque sospecho que hay algo
estamos comprando al dejarnos deslizar
intrigante en todo esto, pero que es una
sobre el oleaje como si se tratara de un
intriga sin prisa, para después.
tour por las Bahamas cuando más bien se trata de un naufragio en alta mar, de
El “yo soy yo y mis circunstancias” me sabe a yogurt de diarrea, incapaz de saber si es una excusa, una coartada o más bien una declaración de principios, o finalmente es “todo para todos” como decía la sagrada escritura. Intuyo que debiera haber más que frases para el bronce para que la tarea de entender sirviera para algo, intuyo que entender es tarea para extraterrestres, sospecho que el “cogito ergo sum” no pasaba de una frase de buenas costumbres, sospecho que no hay un lenguaje para traducir esta mañana y la red fenoménica que me convierte en quien soy.
otra ilusión sumada a todas las demás. Pero las respuestas se abren paso irónicas y crueles, aunadas casi gremialmente en taparme la boca, en decirme inútil, innecesario, descartable, menos que cero. Pero yo me pregunto desconfiado ¿de dónde este menosprecio, esta hostilidad a las preguntas?.
Respiro el aire helado de esta mañana, el día -o lo que viene con él- se descompone en casilleros invisibles que dan espacio a toda la enorme monstruosidad de aceptar que mañana es otro día y que nada será
Quisiera ser capaz de hacer grandes
como hoy, respiro los pasillos vacíos,
preguntas, tal vez incluso de responderlas,
reconociendo adolorido que la incertidumbre
sin ánimo de mesías, sin ambiciones
no va conmigo, que mi estatua derrumbable
Floreanas1, sólo empujado a patadas por
y derrumbada todas las noches, no desea
el imperativo maniático de entender, de
volver a construirse
4/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
todos los días. Que añora su café matutino,
eran los estratos que componían el mundo
sus quince minutos de precalentamiento
feliz, pero si recuerdo que habían una
antes de entrar en materia y la secreta
especie de castas (¿los alfas?) que vivían bien
seguridad de que mañana no resbalaremos
y felices, adictos a la droga de la felicidad
al barranco para volver a salir una vez más,
-el soma- que hoy podríamos asociarlos
otro día más.
a las sertralinas, fluoxetinas, ravotriles y
Me encuentro con un alumno, me da gusto verlo aunque de verdad no se que decirle, así que hablamos, hablamos del futuro y recuerdo la analogía de Vico, (un colega) con quien discutimos hace un rato ya largo de estas y de otras cosas no menos paradojales. Vico pensaba entonces que irse de shopping a un mall era un tour por el mundo feliz de Huxley, especialmente sentía esto al estar en
psicoterapeutas que algunos ABC1 usan para “reencontrarse” (cuando no es el Opus, el catecumenismo, la misa de once, la pedofilia, el punchipunchi etc.) mientras por lo bajo estaban (están, ¿estamos?) estos personajes que limpian silenciosamente los pasillos, vestidos como subnormales, quienes no te miran, no te hablan y que hacen su trabajo quizás para vivir su propia
lugares como el Alto Las Condes, veía allí los
versión de shopping (“atorranque” decía
roles de cada cual muy claramente definidos
un conocido) en otros espacios. Ni hablar
por los códigos en uso: las vestimentas, las
de los empleados de los fast food, de los
actividades, por el tono de voz, por lo que
encorbatados de las tiendas, de las chicas
había detrás, el “target” dibujado con trazos
que te llevan cajas de zapatos o –ferozmente
gruesos en la cara de cada quien, lo que ha
en contra- del tono de voz de los “alfas”
pasado a ser cuerpo y alma de las teologías
cuando piden un servicio o mandan
de la publicidad y el marketing (¿la marca de
hacer algo a un “subalterno”: ese tuteo
la bestia?, uf). No recuerdo muy bien cuales
injustificado, ese
5/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
trato de superior ejerciendo su potestad.
Hace tanto frío que le sugiero a mi alumno
Vico no dejaba de asegurarme que se trataba
que vayamos por un café, el pasillo que
realmente de un mundo feliz, pero al peo
cruza la escuela es un microclima que hoy
(no se porque el futuro insiste en esa cara
es una loza muy concurrida, hay entregas
de science fiction utopista al peo) muy pero
de final de semestre, un aire como de
muy al peo.
“universidad de antes” atraviesa todo, en mi cabeza ya no se quien es el alumno,
“Habismos” diría Horacio que me acompaña 2
desde los catorce o quince años. El alumno
si el que camina junto conmigo o el que piensa esto y que mira con curiosidad lo que
me sonríe y yo reconozco que es un absoluto
ocurre, los paseos apurados al auditorio y
misterio lo que nos reúne de verdad, detrás
la exposición en mitad del hall de entrada.
de las famosas circunstancias, detrás de que
Todo es ilusorio me digo, mientras saludo
un papel dice que tenemos clases de tal a
a Juanito, al Héctor y me dejo caer al trote
tal hora y de que mis años de experiencia
por la escalera no muy limpia saludando
profesional me autorizan para decir algo, al
profesores, el microclima no calienta mis
menos para fundamentar mi opinión, opinión
pies entumidos y casi ni pienso en la pérdida
que finalmente puede que valga callampa
de horas de clases y que cada vez cuesta
cuando comparo mi cuenta corriente con la
más llevar dinero a casa, casi no lo pienso
de “otros”. Un absoluto misterio la hilación
con la esperanza de que el embrollo puede
descabellada de los hechos que nos permite
resolverse. Siempre ha podido resolverse
intercambiar opiniones de pasillo, ¿la crisis
a mayores o menores dosis de sacrificio,
de la universidad?, ¿la crisis financiera de un
abriendo puertas donde no las había,
modelo de educación caduco y agónico?, ¿el
incorporándose, respirando otros medios,
triunfo del mercado “también tú, hijo mío”?.
adaptándose darwinianamente a lo que
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venga. Me siento el híbrido que deja el agua y aprende a respirar el aire seco de la playa, aunque más preciso sería decir lo contrario, soy ese bicho que deja la playa y se interna en la jalea húmeda y fría de un mar sin corrientes y sin rumbos definidos. Intercambiamos algunas bromas fomes con este alumno, saludo a mis colegas muy formalmente vestidos para la entrega de cierre del semestre, el auditorio está frío, intuyo que los trabajos están bien pero me abstengo de opinar sin saber si mi intuición podrá ser confirmada por los hechos. Y la juventud, la teoría, los libros leídos, las palabras escritas, los diseños vendidos, los trabajos de los alumnos, la educación, la cuenta del teléfono, el amor, el futuro, mis pies fríos, todo reposa irrespetuosamente en la vidriera de un cambalache del siglo veintiuno, ¿se ha mezclado la vida?, ¿alguna vez no lo estuvo?. Salgo, hace frío, siempre hace frío, obvio es julio. 1 por Fernando Flores. 2 por Horacio Oliveira, el personaje de Rayuela.
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fin
L
La historia ocurrió de una manera más bien simple, al menos así lo sintieron quienes conocieron del patético desdoblamiento de Patricio Lorca en el espíritu errante de la difunta Zambrano, asesinada a palos por su marido en la violenta década del setenta. Patricio Lorca hacía rato que se sentía
patricio lorca y la difunta zambrano 8/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
cansado y arrastrando una mala suerte agobiante. Había crecido entre frases prejuiciosas como “cada quien se hace su suerte”, “a quien madruga Dios lo ayuda”, “tú eres arquitecto de tu propio destino” y otras por el estilo, lo cual aumentaba el grado tremendo de incertidumbre con que debía enfrentarse a sus modestas pero regulares tragedias cotidianas.
Patricio, sin ser supersticioso, de algún
El hipnoterapeuta era un tipo bastante
modo esperaba lo malo del día que podía
conocido, según le dijeron sus amigos,
ocurrirle y a veces sentía alivio al comprobar
quienes lo alentaron a buscar esta ayuda
que siempre podría haber sido peor. Como
inesperada y de cierta notoriedad pública,
aquella vez que no fue aceptado en ese
incluso le consiguieron un libro escrito por
trabajo que él quería y necesitaba pues su
el personaje: “Soltando Amarras” se llamaba
currículum era demasiado sobresaliente, o
el texto y trataba de los milagrosos éxitos
la tarde en que chocó a un camión después
del terapeuta con casos de depresiones y
de haber evitado el atropellamiento de un
suicidas crónicos.
ciclista ebrio que se le cruzó en medio de la carretera, asunto que lo involucró en una demanda en contra y dejó su auto convertido en chatarra para vender por kilo, como no acordarse de esa multa de tránsito, en plenas vacaciones, por adelantar a un
Quizás fueron estos antecedentes los que convencieron finalmente a Patricio, mucho más que la respetable y a la vez decadente opiniòn de Doña Elianita. Que además de bruja oficiaba de distribuidora de Amway y lectora de la Atalaya.
camión que no le dejaba ver con el aserrín que caía del acoplado y que terminó con la
Entre tanto Patricio trataba de cerrar sus
suspensión definitiva de su licencia, y así
ojos e imaginar que origen misterioso
muchas otras.
y metafísico podría tener la sabida personificación de los hipnotizados en
Por eso no dudo mucho de la invitación
personas de otras épocas, sus conjeturas
de su tía Elianita, que era medio bruja, a
pasaban por imaginarse secretas bibliotecas
hacerse una regresión hipnótica para, en una
químicas contenidas en el material genético,
de esas, averiguar “que mierda pasa con tu
la transmigración de almas hasta llegar a la
vida, Patito”.
inevitable existencia
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del alma y el espíritu. Ninguna lo convencía
a ocurrir las revelaciones de patricio y la
demasiado, así que provisionalmente adoptó
difunta Zambrano.
la explicación medio freudiana de que su mente, o lo que fuera que hubiese dentro
La experiencia prometía ser bastante
de su cabeza, reordenaba los datos de una
anodina, le hizo gracia volver a revivir las
manera onírica y lo personificaba dentro de
lágrimas de la Claudia que le pedía que no la
un contexto apariencialmente anterior a su
dejara así, que ella no podía enamorarse de
nacimiento. Con esto, Patricio se tranquilizó
él porque Patricio era una especie de papá
y después de varias piscolas con sus amigos
para ella, revivió las luces de los autos y las
en el Bahamondes se dirigió confiado
micros de la Alameda la vez aquella en que
donde el Doctor Rolando Sucre, eminente
la Fabiola le explicó que él no era el primero,
hipnoterapeuta y (esto no lo sabía Patricio)
pero si el mejor.
consumado medium. Tanta mina dándole explicaciones le La entrevista previa, gracias al pisco de 40 grados, fue liviana y distendida, el Doctor
enternecía, parecía que al menos en eso su suerte había sido un poco más benigna.
Sucre parecía un buen tipo y aparte de unas pocas preguntas muy discretas sobre el origen de su visita, no indagó demasiado en sus historias repetidas de mala suerte.
Pero la risa confusiana se le cortó como un portazo cuando arribó al viernes 14 de junio en que cansado y deprimido se tragó el frasco de relajantes de su abuela, después
- Todo el mundo alguna vez se cree el foco de una aparentemente deliberada
de lo cual quizás debió haberse muerto, pero la difunta Zambrano no lo dejó.
mala suerte - fue todo lo que le dijo antes de invitarlo a recostarse en el diván
Ocurría que, tras su penosa muerte, la buena
psicoanalítico de cuero negro donde iban
señora había vagado aburrida
10/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
buscando como hacer para terminar sus
Esto fue una gran sorpresa para la difunta y
trámites pendientes en la tierra, y hete aquí
el inicio del infortunio para Patricio.
que el joven Patricio Lorca había dejado la mitad de su alma vacía a punta de sedantes. No le costó mucho a la difunta ocupar esta vacante, la indolencia de ánimo de Patricio apenas le daba para abrir los ojos en el hospital y dar las gracias de no haber
- Y menos mal que la difunta era buena onda, incluso nos reimos un rato juntos antes que me dejara- le contó después a sus amigos que le esperaban aun en el Bahamondes.
conseguido su objetivo. Pero la toma no
Por largos años la difunta no supo como
le salió gratis a la difunta, ni tampoco a
librarse de la atadosa vida de Patricio, lo que
Patricio.
al parecer provocó que cada oportunidad de mejora para él finalmente lo esquivara
La Zambrano llevaba cerca de veinte años muerta y sus trámites inconclusos ya se habían saldado solos, el marido asesino se estaba muriendo de cáncer a la próstata en la cárcel de Playa Ancha de donde ya no deseaba salir -aunque en consideración de su edad avanzada la cárcel no encontraba como desligarse de él-, sus hijos ya eran
ante la ominosa presencia del alma errante. Eso entristecía cada vez más a la difunta y deprimía enormemente a Patricio, que no sabían como comunicarse esa desgracia mutua ya que Patricio ignoraba su condición de recipiente y la difunta, aparte de haber sido asesinada y ser buena gente, no sabía nada de los asuntos de ultratumba.
abuelos y sus bisnietos minúsculos no tenían idea ni la tendrían de la mala suerte de su
Pero Rolando Sucre ya estaba afinando los
bisabuela olvidada y enterrada en la parte
detalles del desdoblamiento y escisión final
más antigua del cementerio de Renca.
de ambos dolientes. Aquí es donde se
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produjo el diálogo que Patricio nunca
Esto último parece que no lo entendió la
olvidaría y que finalmente lo libero de sus
difunta, quien hizo un gesto tranquilo pero
sentimientos de culpa.
impaciente y se desvaneció ahí mismo en la consulta del Doctor Sucre.
- Pucha Patito, parece que la anduve cagando, pero es que usted estaba que si
- ¿Eso era todo? - preguntó incrédulo Patricio
que no en el hospital.. ¿se acuerda?- parece que dijo la difunta, según contó el Doctor Sucre y luego corroboró Patricio.
- Parece..., venga a verme si le pasa algo malo en estos días.... - le dijo distraidamente el doctor recogiendo la cantidad de cosas
- Mmmm, si poh, pero es que yo era muy
que habían rodado por el piso durante la
pendejo, sufría por cualquier huevada.
entrevista.
- Mire que a todos nos pasa eso alguna vez,
Patricio le pagó los honorarios con un
psch..., el bruto de mi marido no sufría por
cheque para el 30, pues andaba medio
nada, se enojaba, mandaba el garrotazo, a
corto de plata y se fue al Bahamondes, más
dormir y si te he visto no me acuerdo... y un
tranquilo y por supuesto mucho más liviano
día me llegó a mí no más.- decía la difunta
que en todos esos largos años en que llevó
sin amargura y como queriendo irse luego
a cuestas el alma singular de la difunta
(según Patricio).
Zambrano.
- No se preocupe iñora, con usted me ha pasado tanta pelotudez que ya tengo el cuero de chancho - le replicó Patricio riéndose - además voy a poder decir que estuve bien conectado con mi lado femenino...
12/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
fin
p
Puede ser que al cerrar los ojos vea el auto que corre por la carretera, puede que vuelva a dormirme o que siga viajando a ciento y algo por Osorno o algún lugar así, que afuera esté lloviendo furiosamente o que me tape la cara con el almohadón tratando de fabricar una noche un poco menos breve que la verdadera. Puede ser que trate de ver mejor el camino que brilla como un espejo negro, o que levante una ola con el agua que corre por las bermas, cosas que
cosas que pueden ser 13/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
despiertan un mínimo de sentido común y te obligan a bajar la velocidad, o a apretar con mas fuerza los ojos contra el almohadón, o puede ser que de golpe recuerde algo y que al mirar adelante por la carretera decida quedarme quieto entre las
sabanas y dejar pasar los kilómetros, los
es algo, casi como encontrar el lugar justo
arboles mojados y la primera silueta humana
entre las sábanas, como que el almohadón
al costado del camino. Puedo ponerme
te cubra apenas los ojos y uno pueda
a sumar con los dedos las variantes,
respirar mansamente el olor a mojado que
encogerme en la mitad de la cama y buscar un lado fresco o pisar lentamente el freno y embragar para ir pasando en regresiva los
la tipa desprende con toda inocencia. Es tan previsible lo que se puede hablar con alguien que no conoces, lo que es peor con
cambios, mirar bien debajo de los párpados y ver quien está allá afuera haciendo dedo. Todo puede pasar sin bajar los vidrios, sin tener que preguntar, sólo con estirarme un poco y tocar el marco de la cama con
alguien que apenas te interesa, pero para mí los infinitos y aburridos porqué de la carretera y la lluvia pueden dejarse pasar bostezando dulcemente en la penumbra que
los nudillos. Lo mejor es dejar que pasen
producen los almohadones contra mi cara,
los minutos y las horas con la cara tapada
de espaldas al débil resplandor que se cuela
y medio de lado, así es tan fácil soltarse el
por la ventana, de frente a la carretera y a
cinturón, bajar la ventanilla y mirar como
los camiones amenazantes. Así es que de
entremedio de la lluvia alguien corre hacia
cuando en cuando miro por el espejo y de
el auto. Hay veces que puedo estar así días
reojo puedo distinguir el perfil aindiado de
enteros, esperando, mirando como la tipa se sube y me da las gracias.
mi pasajera que me habla de la parcela de su papá, de las cincuenta vacas, de qué es lo
Con alivio y también algún fastidio
que hago, que porqué ando por estos lados,
descubro que la tipa no es demasiado bella,
le podría decir que tengo sueño y que hay
pero que destila equitativamente tanto
días en que lo mejor es no moverse de la
agradecimiento como agua lluvia y eso ya
cama, ondulando en el sueño
14/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
espeso de los fines de semana en que el ocio
recuerdo la cantidad precisa de veces que
sustituye a cualquier actividad productiva.
he parado en la berma, siempre entre estas
Entonces con los ojos bien cerrados puedo
cuatro paredes blancas, siempre tan a la
concentrarme mejor en el camino, te fijas,
rápida. Y es que la única distensión posible
así es más fácil adivinar lo que me irás
detrás de mis párpados es parar un rato
diciendo mientras adelanto a esos lentos
y dar dos vueltas por la pieza, pero no
camiones. Pero yo que pienso estas cosas
puedo abusar porque puede ocurrir que en
guardo silencio, oyendo el motor que zumba
cualquier descuido el que suba realmente
de un modo muy agradable a medida que
quiera acabar conmigo y al final sea yo el
acelero por la línea recta de la carretera.
que tenga que terminar con él. Por eso hay
A ratos es mejor ponerse de espaldas con los brazos bien estirados, respirar con ganas el aire que entra por la ventanilla, dejar que resbale un pie fuera de las sábanas sin abrir los ojos, atento a ese cruce donde a veces se esconden los amigos en su camino, o a lo mejor finalmente ponerme a hablar con la tipa descorriendo un poco la almohada, descorriendo tantas cosas que tal vez sería necesario para empezar de una vez a hablar de este auto y estas sábanas.
días que prefiero dormir largamente, soñar con cosas distintas, con otras carreteras y otras sábanas. Dando vueltas por la habitación trato de olvidar a mi pasajera, que parece ansiosa por rellenar el viaje con palabras. Me habla y me habla de la subida del estero con toda esta lluvia, me habla de que tengo cara de habérmelo manejado todo y yo por cansancio sonrío a todo lo que ella dice, abro los ojos y miro por la ventana de mi pieza
Cuando miro el contorno de esta habitación,
donde reconozco por la luz que afuera va a
olvidado del camino y los peligros de
llover, igual que en la carretera por donde
manejar con una lluvia tan resbalosa,
voy escuchando que alguien me
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dice que corro bastante fuerte, que tenga
carretera y menos dormitorio. Una vida
cuidado con los pacos, pienso que tiene
normal quería ella. Se tuvo que ir para que
razón y piso suavemente el freno hasta
yo siguiera concentrándome en el camino y
que el auto reduce a noventa la velocidad.
el peligro de vivir así.
Hablas tanto como una polola que tuve a los quince años, le digo, se ríe porque tal
Mi actual pasajera habla tanto como la otra,
vez se da cuenta que yo jamás he tenido
claro que no es muy bella, hasta dan ganas
polola en el exacto sentido del término,
de parar y dejarla hablando sola bajo la
arriba del auto y metido en la cama ¿cómo
lluvia. Pero yo no haría eso, jamás hago eso
habría logrado siquiera retener a una
a menos que quien suba quiera otra cosa acá
mujer?, ¿manejando o durmiendo?. Pero los
arriba, entonces no puedo permitirme ser
pasajeros periódicamente me aportan su vida y de algún modo he logrado hacerme un mapa de lo que pasa detrás de estos vidrios, donde dos plumillas negras empujan el agua hacia los costados. Me vuelvo a sentar sobre la cama tratando de acordarme de esa mujer que hablaba tanto, casi podría decir que estuvo a punto de permanecer acá. Una pasajera cualquiera que paró conmigo a la orilla del camino e hizo todo lo que debía sin importarle demasiado estas paredes desnudas y esta ventana con rejas, claro que también había querido otro tipo de permanencia, más estaciones, menos
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piadoso. Esta vez no es nada de eso, puedo volver a tenderme de espalda y seguir con los ojos cerrados cada una de las curvas del camino, escuchar lo que dice mi pasajera sin despegar la vista del techo, de la línea continua, discontinua, continua, discontinua.
Puede ser que concentrándome en la araña que avanza lentamente desde el muro a la ventana logre inventarle un buen final a esta historia tan aburrida, o quizás siguiéndole el ritmo a los postes que pasan a cientoveinte, o en una de esas entendiendo
las palabras de mi pasajera que tal vez
Abro los ojos y puedo ver como detrás de
de puro aburrida se ha callado y me mira
la ventana comienza a llover de verdad,
con extrañeza, ¿tú no hablas mucho, ah?,
como si las cosas de la carretera empezaran
me dice entonces, yo le respondo que
a cambiar de paisaje, como si una caricia
probablemente no tengo nada que decir,
inquietante perturbara de algún modo lo
que a veces es mejor escuchar en silencio
que es. Claro que no es así, por supuesto
aguantándoselo todo.
que no es así, porque puedo cerrar los ojos
Pero también puede ser que vez no resista y, ahora que por fin ha dejado de llover, gentilmente abandone a mi compañera frente al próximo retén de carabineros. Podría ser, pero lo curioso es que, como si adivinara lo que pienso de ella, la tipa ha puesto una mano sobre mi pierna derecha y ha comenzado a sobarme despacito y sin hablar.
y parar el auto detrás de unos matorrales, abrir los ojos y mirar de frente a esta mujer que no deseo, comenzar el mismo paseo de la cama a la ventana dejando que la mano de esta mujer me saque de mi mismo y me instale detrás del volante de un auto, repitiendo palabras que despacito resuenan entre cuatro paredes donde todo es matorrales y donde pareciera que sólo queda abandonarse, deslizarse en el asiento del
La peor de las torturas podría ser así, elegir a la menos elegible de las mujeres y ofrecerla así, contra tu voluntad, aunque el bendito cuerpo inicie con obediencia sus mecanismos y una inocente caricia por las piernas automáticamente se convierta en una corriente de hormigas por el cuerpo.
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auto como si fuera las sábanas de siempre y desprender una polera que se enreda en el pelo, que queda momentaneamente fijo contra el cielo blanco de esta pieza, comenzar a ver con otros ojos lo que ocurre a cada lado de mis párpados,dejar que las manos en el auto sean las manos
por la cama, un rostro que es otro rostro
franquear la puerta de mi pieza sintiendo
el de una mujer que hablaba mucho y que
la mirada de mi amiga en el trasero. Pienso
de golpe se instala en mi habitación donde
que es hermoso y es antiguo el aroma
llueve y es dulce descorrer un cierre, ver
del pasillo que sale al patio donde se que
como las ventanillas se empañan, como una
no ha dejado de llover, que es hermoso y
mujer que no es muy bella se transforma en
antiguo mear y sentir el vapor en las plantas
un solo cuerpo conmigo que soy otro cuerpo
mojadas, que salir es lo mejor que puedo
que se transforma en uno con una vieja
hacer después de tanto dar vueltas en la
pasajera que se deja acariciar por mis manos
cama, de correr y correr por las mismas
bajo la lluvia que cae tras la ventana de mi
carreteras, que lo mejor que puede hacer mi
pieza.
extraña pasajera es arrancar el auto y salir disparada por entre los matorrales hacia el
Todo es tan previsible ahora que veo claro, ahora que mi pasajera juega conmigo, ahora que soy llevado de un lado al otro de mis párpados, ahora que también entre estas cuatro paredes blancas me llevan, no necesito ver para darme cuenta que no hay reverso donde esconderse, que esta mujer desnuda es un puente o un túnel por donde
camino, que es bello hacer como que la sigo y quedarme parado en la línea blanca con los ojos cerrados oyendo que alguien cierra por dentro la puerta de mi habitación y se ha metido en mi cama y ha empezado a acelerar un auto que ya no puedo ver desde la mitad del camino.
ahora es lo mismo esta cama o este auto o mi pasajera o la otra, la de antes. Por eso salto del auto y sin vestirme salgo a los matorrales, pienso que sólo es para orinar, que no hay otra explicación para
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fin
a
Alguna vez en la periferia de Santiago nació el discípulo principal de la secta de los Thulitas, por cierto que al nacer nadie pudo inferir que este pequeño gritón de mechas tiesas acabaría por ser el segundo mensajero más importante después del bienamado y
la conversión de manolete 19/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
veneradísimo Swami Thula Erekthi, así que sus padres ignorantes del designio divino le llamaron Manuel (como su padre) y por apellido se le conoció por Machuca, entonces el futuro segundo discípulo a bordo de los Thulitas durante su corta infancia y adolescencia se le conoció como Manuel Machuca “el vivo”, o “el negro Machuca”., o “el Manolete”.
Antes de recibir la teofanía mediada por
pronto fijaron su mirada en este futuro
Thula Erekthi, el negro hizo sus rigurosos
marido ejemplar, pues entre aspirantes a
estudios de mecánica en el Liceo Técnico
carabineros, narcotraficantes y obreros sin
de la comuna llegando a destacarse por
ocupación fija no había donde perderse.
sobre el promedio de sus compañeros al poseer un afinado sentido de deducción, una
Pero ninguna de ellas sabía que el vivo tenía
virtud casi mágica de adivinar el número de
una misión más alta que cumplir.
revoluciones de un motor a quince metros de distancia -con el capó cerrado- y determinar
Sus padres no sabían muy bien de que
la posición exacta de las empaquetaduras
forma le agradaría festejar sus dieciocho
defectuosas, sólo con ver las manchas de
años al Manolete, pero no había vecino
aceite dejadas por un motor aun después de
del pasaje que ignorara que un asado bien
varias semanas de filtración.
regado funcionaba para ricos y pobres, así que Manuel padre de alguna forma
No le iba mal al vivo Machuca, dentro de su círculo era bien considerado y hasta los pitucos de la comuna lo buscaban para que aplicara sus talentos en la solución de
se ingenió para que los parientes de San Fernando mataran un chanchito regalón bien criado para la ocasión, y dos días antes del
complicados puzzles mecánicos, en los que
cumpleaños se fue en el furgón Suzuki del
no había chicler, caliper, rotula ni pistón que
81 a buscarlo. Para nadie es misterio que un
le ocultara sus misterios.
viaje así puede tomarse un par de horas de ida, lo que no es tan claro es cuanto podía
Así, antes de cumplir dieciocho no le faltaba
demorarse el tranquilo don Manuel en el
pega, y aunque no le sobraba la plata entre sus amigos se le consideraba un ejemplo de decencia y de sobriedad. Las mujeres
20/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
lento pero cumplidor furgón blanco en ir y volver de una diligencia tan
comprometedora, y lo que era aun más
por disponer de varios metros cúbicos de
incierto era adivinar que ocurriría cuando su
cerveza y harto “sound”, sin quitarle ni
hermano -el “Mingo” Machuca- lo recibiera
desmerecer en nada a la idea paterna de
con las infaltables cuatro chuicas de pipeño.
engullirse al cerdo sureño engordado y
Así las cosas Doña Isabel Peña de Machuca,
sacrificado en su honor. El vivo Machuca
la venerada madre de Manolete, no se hacía ilusiones, esperaba que -con suerte- Don Manuel llegara aunque fuera sin el chancho en la fecha correcta, por lo que se fue al
debió preveer en esta inmolación una reminiscencia de los antiguos sacrificios animales, pues el llamamiento sagrado ya era inminente.
Líder a ver los precios de la tortas y en paralelo le pidió a su hermana -la Luisa
La negra Peña casi se va de espaldas, cuando
Peña- que le dijera cuanto cobraba por hacer
a mediodía del día señalado, su marido llegó
la torta más remojadita y con más manjar
con un chancho despostado y un señor de
que hubiese hecho nunca, esto último era lo que más le tincaba a Doña Isabel -”la negra”-, porque pobre y todo sabía que las tortas del Líder eran más baratas pero no le ganaban a nadie.
dos metros de altura, negro como la noche y con más pinta de basquetbolista que de iluminado, la impresionaron los adornos que colgaban de su cuello y de sus muñecas y su castellano abrasilerado. La saludo como
Entretanto el futuro discípulo sucesor de
si se hubiesen conocido de toda la vida,
Thula Erekthi se las ingeniaba para reunir
alabó su modesta pulcritud y la limpieza con
a sus compinches del liceo y del barrio el
que mantenía la casita crecedora. Esto le
dia de su cumpleaños, y si bien no ignoraba
pareció sospechoso a Doña Isabel que no se
los desvelos de sus padres por hacer algo
imaginaba la clase de cumpleaños que esta
fuera de lo común, lo suyo pasaba más
curiosa visita les iba a ocasionar. El
21/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
negro reía alegremente afirmando que
Soliz), y si bien al Manolete le gustaban
ninguna religión tenía derecho a prohibir
las minas, podría decirse que el efecto
la carne de cerdo que lejos era la más
del negro sobre él fue de amor a primera
sabrosa para asar en una parrilla, a menos
vista. Obviamente no amor carnal, pero de
que el Dios interior de cada uno quisiera
inmediato Manuel supo que su vida había
por respeto a la vida individual del chancho posponer el sacrificio a la mano azarosa de la naturaleza.
- Señora, este cerdo algún día tenía que morir, como usted y como yo. Celebremos su muerte justificando su vida... pues.
Doña Isabel mentalmente hizo girar su dedo indice contra la sien derecha, pensando en qué momento su marido le iba a contar la genesis de su amistad con este negro charlatán. Pero eso no ocurrió hasta varios días después, una vez que consiguieron reponerse de la conversión absoluta y
cambiado para siempre sin aun saber que hacía ese negro ahí y cual era su misión en la vida. Don Manuel parecía haber encontrado un amigo como nunca había tenido uno, pues se reía a carcajadas con el negro mientras atizaba el carbón para asar el cerdo. Eso le dio más confianza al vivo para acercarse a la parrilla secundado de sus amigos ávidos de cerveza y de carne asada. Andaba feliz, pues había conseguido repararle el auto a la señora del alcalde y se había ganado treinta luquitas de pura oreja, mirando y apretando tuercas. Así que tocó por el hombro al negro y con un escalofrio le dijo:
milagrosa de su Manolete a la fe Thulita. - Parece que está buena la conversa. El vivo Machuca hizo su aparición cerca de las cuatro de la tarde, con dos de sus
El negro sonrió sabiendo todo de antemano
mejores amigos (el Pedro Soto y el Juan
y adelantándose a Don manuel se presentó.
22/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
- Hola hijo, tú debes ser el Manolete, tu padre acá me ha contado que eres el rey de los mecánicos de Santiago, yo soy Salomón Figueroa aunque mis amigos me dicen Swami. Manolete sonrió pensando en las cecinas y en lo que se contaba de los negros. - Y no es chiste- le dijo el negro adivinando.
- Es que entre tu viejo y el negro.... Manolete calló como reconociendo que al fin alguien superaba a su padre en presencia y en el extraño poder de seducir a quien estuviese cerca. Doña Isabel también sentía la diferencia, pero mentalmente no dejaba caer su oposición a este invitado de piedra que ya parecía ser el centro de la atención de todos,
Su corazón quedó clavado pensando que en realidad a él le gustaría ser como este negro gigantón y no como su buen padre,
que uno a uno se reunían a beber cerveza y a comentar las maniobras de Don Manuel en torno a la carne y el carbón.
bueno pal pipeño y seco para el pebre y la carne de chancho. Había algo sobrenatural en este aparecido que no dejaron de notar sus amigos Pedro y Juan, quienes llevándolo aparte le comentaron entre cerveza y cerveza: - Hay gente y gente poh negro, pero este negro las cagó... vos soi un diente de leche
- El carbón es negro como mi piel, pero miren como alumbra y calienta como brasa. Los de mi raza sabemos despertar llamaradas cuando es necesario y tiznar las manos de quienes nos tocan. - No se quiebre tanto Swami, porque acá cada quien tiene lo suyo bien puesto.
al lado del amigo de tu papi. Dicen que estos
- Sin duda, amigo mio, sin duda, no es la
negros tienen la penca gigante, tu mamá lo
herramienta la que hace al maestro si no el
miraba con una cara...
arte.
- Callate culiao, que tenis con mi amá...
- Buena poh, Edi Merfi...
23/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
La casa que ya estaba llena parecía un
- ¿Adonde va mujer?, vaya a disfrutar de
auditorio hecho a la medida para la conversa
su hijo, porque después no tendrá tanto
del negro, mientras todos comían y bebían, el
tiempo para disfrutar de él.- le dijo el negro
festejado Manolete no le quitaba los ojos de
sonriendo.
encima a este Salomón Figueroa, aun con tres cervezas y dos cañitas de pipeño en el cuerpo no conseguía aclarar en su cabeza que estaba
- Oiga, no sabe ná, es que me olvidé de encargar la torta y voy a tener que irla a comprar al supermercado no más...
pasando en su casa, con su familia, con sus amigos, consigo mismo y este personaje que hablaba tanto y que comía como un batallón.
- Pero Isabel, en el Líder nunca se la van a hacer tan remojadita y con manjar como le gusta tanto a usted y su hijo- le dijo el ne-
Entonces Doña Isabel Peña de Machuca se pegó el alcachofazo de la tarde al descubrir que no había encargado la torta de su bienamado, un sudor frio y la terrible sensación de que su marido iba a poner el
gro con los ojos brillando como dicroicas. La Negra Peña se quedó con la boca abierta cuando el negro se hizo a un lado y su hermana - la Luisa Peña- apareció corriendo con la torta, maldiciendo y quejándose.
grito y las puteadas en el cielo sacudieron su cuerpo percudido. Sigilosamente dejó a una vecina encargada de la ensalada a la chilena y de las papas mayo y salió de su casa
- Puta que soy buena onda, porqué no me dijiste que la torta era pa hoy día, no vis que yo ya había comprado todo con la plata que me mandaste el otro día, tenis que
pensando en tomar la micro al Líder. Estaba contando las monedas de su chauchero cuando una mano negra la detuvo.
24/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
espabilarte poh, negra. Doña Isabel no dijo ni pio, miró a su hermana como si fuera un marciano y se fue
detrás del negro que ya iba llegando al patio
deseos se harían realidad. El viejo Manuel le
con una botella de cerveza Cristal en la
dio un abrazo y le entregó una caja envuelta
mano. Quería saber, pero no hizo ninguna
en papel de regalo con el dibujo de una
pregunta, sencillamente le dio las gracias
casa comercial con tarjeta de crédito. Ante
al negro quien sonriendo le indicó con un
la expectación y las bromas de sus amigos
gesto enigmático la zona de su cuerpo
desenvolvió el regalo, luego de entregarle
donde se separaban las piernas.
amorosamente el papel y el moño de color
- Señora, algún día va a agradecer que los negros tengamos tantos dones.
rojo a su madre, comenzó a sacar un par de pantuflas de cuero, un piyama de seda y un frasco de perfume fino.
Eso definitivamente derribó las resistencias de Doña Isabel, que no tuvo otra opción que arrodillarse ante el negro y besarle
- Este regalo lo elegimos entre Salomón y yo - dijo Manuel padre con lágrimas en los ojos.
religiosamente la zona del pantalón donde
- Si, es lo único que te va a hacer falta
debiera tener colgando el miembro. Los que
de ahora en adelante - agregó Swami
vieron la escena creyeron que la negra se
adelantándose hacia el vivo- porque de ahora
había tropezado y que el negro la estaba
en adelante tú serás mi primer discípulo...
ayudando a pararse, pero Manolete entendió
¿verdad Don Manuel?
el sentido profundo de lo que allí acababa de ocurrir.
El Viejo Machuca asintió sin decir una palabra, totalmente emocionado.
Cantaron el cumpleaños feliz, aplaudieron al vivo que apagó las dieciocho velas dichoso
- ¿Y usted que nos dice Doña Isabel?-
como un niño. Nunca la torta le pareció
preguntó el negro como esperando una
mas dulce y nunca imagnó que ese día sus
ovación.
25/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
- Si ese es el camino, que sea lo que Dios
de cumpleaños de su vida y que al fin había
quiera.
llegado la oportunidad de su vida, sintió de pronto que hasta entonces todo había sido
- Lo que Manolete quiera - le corrigió Swami Thula Erekthi. - Bueno, eso...
un largo y curioso entrenamiento, un ensayo general para lo que hoy le estaba ocurriendo, miro a su maestro con amor y admiración, pero de sus labios salieron palabras de duda:
Manolete mareado, pero feliz se dirigió hacia su maestro dispuesto a todo. Sus amigos
- Pero Swami, digame por favor ¿cuál es el
dieron algunos pasoa hacia él indecisos,
secreto de todo esto?, ¿porqué están todos
como encandilados.
tan de acuerdo?, ¿porque yo?...
- Nosotros también queremos ir, Swami -
El negro miró hacia el cielo y suspiró como
dijeron Pedro y Juan al unísono
con ternura, sorbió un trago de cerveza de
El negro los detuvo con un gesto suave pero enérgico. - Este es el día de Manolete, dejemos que sea él quien decida...
la botella de un litro que reposaba sobre la mesa, volvió a sonreir y dijo suavemente: - ¿Tú crees que medir dos metros y tener el pedazo de un burro no es un privilegio sagrado?, ¿no te das cuenta que hasta tu
El vivo se miró las manos con sus uñas
santa madre sabe lo que vale esta huasca
negras de grasa de auto, pensó en la
divina?... saca tus propias conclusiones,
grandiosa comida que su padre había
huacho mio.
organizado para él, miró a su madre que entre las lágrimas parecía feliz, pensó en que ese día había probado la mejor torta
26/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Entonces por primera vez Manolete entendió cual era la respuesta, abrió el
cierre de sus pantalones y ante la mirada litúrgica de su familia y amigos contempló su miembro como quien se mira en un espejo. - Ahí está la verdadera sabiduría y el poder, dos cabezas piensan más que una, Manuel, tienes que aprender a conectarlas, como yo lo he hecho y tendrás el poder de transformar vidas. Esto último lo dijo el negro agitando su miembro como si fuera un linterna cuya luz fuera necesario regar por todos lados. Aunque en realidad nadie podía dudar que ese día, en ese patio habían recibido una lección iluminadora y que Manuel merecía, con creces, ser el discípulo adelantado de su maestro Swami Thula Erekthi. Pedro y Juan lloraban.
fin 27/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
e
El día que Jorge decidió resolver su última voluntad, era viernes y no hacía frío, ni siquiera era un día triste, acababa de pasar una lluvia de otoño y apenas podría decirse que era un día monótono y poblado de ajetreos. Había resuelto visitar a Javiera por la tarde y hacerse un corte de pelo donde
la última voluntad de jorge 28/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Néstor, pero antes se vio obligado a cumplir con trámites y vagos deberes de hombre metido en el “sistema” -como gustaban decir sus amigos de juventud-, lo que quería decir: pasar por el banco, hacer una pequeña compra en el supermercado y retirar un examen de su hijo en un intrincado centro médico, de esos con edificio de espejo y 29 pulgadas de TV en la sala de espera.
Aunque podría decirse que Jorge odiaba
Lo cierto es que después de telefonear al
esos manejos, en el fondo una indiferencia
médico para notificarle que los exámenes
casi genética le permitía dejarse llevar y
de Gabriel -su hijo- anunciaban ausencia
hasta disfrutar de los intersticios entre una
absoluta de patógenos, salmonellas y
cosa y otra, como las dos cuadras de viejas
otros especímenes malignos, se fue como
tiendas entre el supermercado y el banco
todos los viernes a comer un sándwich con
o la conversación nebulosa y trivial con
su amigo Antonio en la fuente de soda al
la cajera. Le parecía que estas cosas eran
costado de esa conocida plaza llena de
piezas curiosas que se venían a incorporar a
restoranes y otras fuentes de soda.
su filatelismo existencial. Antonio alguna vez aseguraría que Jorge Nada de ello, sin embargo, tuvo que ver
ese día había mostrado un humor bastante
con la compulsión testamentaria que le
habitual en él, entre amable y autoirónico y
acometió más tarde, esa sensación remota e
que se habían reído mucho recordando los
indefinible que se instaló en él a partir de las
chistes de un conocido grupo argentino.
16.00 horas, antes de pasar a ver a Javiera e
También agregó que patear la perra era
inmediatamente después del corte de pelo.
tan frecuente en esas juntadas de cerveza, lomitos y chacareros que uno podía maldecir
Quizás haber cumplido cuarenta le daba una perspectiva nueva acerca de su propia existencia, tal vez las estadísticas
la vida, la suerte y hablar de la muerte con la misma naturalidad con que se admiraría el culo de una famosa vedette de la televisión.
de vida emanadas del Instituto Nacional de Estadísticas empezaron a inquietarlo
Jorge que ya le había comentado a Antonio
cuando sobre sus rodillas, cubiertas por el
sus asuntos con Javiera no tuvo reparo en
profesionalismo de Néstor con una capa de
llamarla por su pequeño teléfono celular ahí
plástico, vio caer cabellos blancos y grises.
mismo en la fuente de soda, Antonio
29/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
recordó después que, hasta donde él pudo
excluido de las instrucciones testamentarias-
entender la llamada, habían fijado hora y
sólo pudo agregar que en la visita anterior,
la tarifa con una jocosidad que en Jorge
durante el corte de pelo le había advertido
siempre era señal de cierta saludable ligereza de espíritu. Por eso no le sorprendió que Jorge se retirara un poco antes de lo habitual anunciándole que iría a ver a Néstor para el corte mensual y que después iba a ir de “martillazos” con la “niñita esta” (risas de ambos).
a Jorge de una rara ausencia de pelos en su nuca -”alopecia”, dijo haberle dicho a Jorge-, pero que en esta visita la mancha ya había desaparecido y no se refirieron más al asunto. Néstor en algún momento describiría su relación con Jorge, como “meramente profesional” agregando que él conocía a
También dijo Antonio, que Jorge después de su separación, un par de años antes, había transformado en un ritual el corte de pelo mensual y el revolcón con Javiera en un departamento de la comuna vecina.
Gabriel, el hijo de Jorge y a su ex esposa, pues varios años vivieron a una cuadra de la peluquería, en ese barrio donde empieza la verde comuna que se empina a los cerros.
Aparentemente Antonio no estaba del todo
“después de la separación a Jorge se le
informado, ni interesado, en el tenor de las
vinieron los años encima, aunque después
relaciones eróticas de su amigo ya que sólo
de un tiempo parece que se revitalizó, pero
atinó a describir a Javiera como “una puta
que se puso canoso... se puso y bastante”.
más o menos joven, parece que no cara (inexpensive), que trata con harto cariño a Jorge, que por lo demás no tiene pinta ni hábitos de depravado”.
Jorge completamente ajeno a las reflexiones del peluquero pasó por su departamento a deshacerse de los pelitos minúsculos e intrusivos resultantes de la operación de
Néstor por su parte, ignorante de estas costumbres de Jorge -y por lo demás
30/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Néstor. Durante la ducha se
palpó las señales del sobrepeso, sintiendo
saco’e hueas?” se dijo mientras se apretaba
que el paso del tiempo comenzaban a
la piel fláccida del cuello.
recordarle con pequeños gestos que ya había pasado hacía rato la primera mitad de su vida, quizás la más “hermosa”, la más “inocente” y por eso también la más culpable. Por lo que apartó violentamente de su cabeza la tendencia mañosa a sentirse un adulto “hecho y derecho”, palpó su oreja en busca del aro que le había insertado Javiera y contempló el grueso anillo que se había autoregalado para celebrar el primer año de separación sintiéndose inquieto, como si en el fondo supiera que lo suyo, sus gustos y hábitos no eran más que manotazos de ahogado para no entrar al club de los maduros y responsables, de los propietarios de su vida. Por algo su matrimonio no había podido proseguir, pensó recordando de pronto las peleas infinitas que demolieron toda posibilidad de entendimiento con María José (su ex esposa), ni siquiera la llegada de Gabriel había conseguido hacerle sentir que ya no era un lirio, que había que terminar el payaseo y pensar en el futuro. “¿Cuál futuro,
31/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Eran las 15.55 cuando volvió a llamar a Javiera para decirle que no se hiciera grandes expectativas, que la verdad no estaba para grandes performances y que si se ponía muy conversador no le hiciera caso, que igual iba a darle las lucas por su amorosa paciencia. Cuando colgó, en su cabeza seguía dando vueltas la idea del futuro. Con suerte le quedarían otros cuarenta años de vida, quizás apenas la mitad de ellos en buenas condiciones, para luego caer en el declive solitario de la nada. Eso le revolvía el estómago, como también pensar que su carne viva iba a ser consumida por gusanos, bacterias, hongos y virus carroñeros hasta convertirlo en humus hediondo e inútil en un punto indefinible de ese futuro que no le decía nada, que sólo aguardaba calladamente. El camino fácil de hacerse incinerar le parecía apenas una solución técnica a un problema que para él involucraba más que sólo la
suerte de sus “despojos”. Le rondaba la
apagar la radio y silbar un tango mientras,
sospecha de que debía inventar formas
sin que él se diera cuenta, la idea de su
nuevas de permanecer en la ausencia.
última voluntad iba configurándose sin dar aun muchas señales visibles.
Obsesionado con la idea de la descomposición de la carne, se fue en
Le parecía sentir algo discordante en sus
su auto manejando lentamente hasta el
decisiones, sabía que una ansiedad sin
departamento de Javiera. Jorge no pudo
nombre le ganaba las tripas cuando salía un
evitar que se le prendiera una melodía
nuevo apple macintosh o cuando softwares
cualquiera de la radio, por más que ésta
desconocidos para él comenzaban a circular
fuese “nostálgica y moderna”, se vio
entre sus amigos. Pero en el fondo se
tratando de pensar en el futuro de su cuerpo
sentía hastiado de todo eso, por mucho que
desintegrado al ritmo silencioso de sus
adorara la palm que llevaba en el bolsillo
muelas, que repetían un redoble electrónico
de la camisa. De un tiempo a esa parte
sacado de la radio, mientras serenamente
empezaba a detestar casi todo y eso sólo
navegaba la circunvalación famosa a la
podía deberse a la confabulación de todo
altura del megacine del barrio. Recordó
su cuerpo para trasladarlo al inminente
-a su pesar- que ya estaba algo mayor
e irrenunciable futuro de corto plazo, a
para sentir tanto apego a las músicas del
la sensación de que había muchas cosas,
momento, a las tecnologías que sus amigos
demasiadas quizás que ya no iban a ser
daban por asunto de vida o muerte, por
nunca más.
más “vanguardistas” que estas se dijeran. Recordó además que las “vanguardias” siempre le habían parecido intrínsecamente sectarias y pedantes, por lo que refirió
32/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Javiera lo esperaba vestida muy sencillamente, como si fuera una joven esposa enamorada de su marido, lo que distrajo momentáneamente a Jorge de su
obsesión escatológica. Pero la distracción
siempre intenso deseo de estar en la ola
no iba a durar demasiado, entre los
tecnológica dio uso a su palm, registrando
diálogos más bien sin importancia y las
casi caóticamente los nombres de sus
insinuaciones lascivas de Javiera, que sin
cercanos más comprometidos comenzando
duda quería hacer funcionar a Jorge a pesar de su ensimismamiento, se seguía cocinando la inquietud recurrente de Jorge
naturalmente por su hijo que ya había pasado los catorce, edad que a Jorge le pareció suficiente para entender las
con sus cenizas biológicas. Por eso al rato, tras haber decidido intentar hacer lo mejor posible el cometido que lo llevaba hasta ese lugar, mientras le sacaba a tirones los
instrucciones que deberían proseguir a su desaparición del mundo de los mortales. Anotó a una media docena de amigos y
pantalones de tela a Javiera tuvo la primera
colegas, a sus hermanos mayores y a un
visión, quizás inspirado en aquello que le
par de sobrinos en primer y segundo grado.
acababan de hacer, quizás invadido de una
Intentó argumentar sus razones, pero le
repentina generosidad o desprendimiento de
costó mucho explicarse a si mismo lo que
si mismo, fue que decidió fijar un itinerario
estaba haciendo, de modo que decidió
preciso para sus despojos mortales. Pero el
renunciar a esa traducción torpe de lo que
momento era más bien de abandonarse, y se
era más bien una apretura de tripas, un
abandonó obediente al profesionalismo de esa chica de piel blanca y pelo rojo (teñido). Después de la ducha de rigor en esos casos,
dolor de verse esqueleto agusanado a pesar de la tecnología y de la política de donación voluntaria de órganos.
y tomándose un capuccino en el café de la cuadra siguiente, Jorge comenzó a anotar la lista de personas que él consideraba imprescindibles. Como correspondía a su
33/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Jorge no ignoraba que, por ejemplo, a Antonio y a la Lore le gustaba la cocina italiana por lo que no dudó en asignarles la
misión de hacer desaparecer parte de su
rellena. El asqueroso de Eduardo podría
carne a modo de sazonados carpaccios,
darse el gusto de hacer sus criadillas al ajo,
junto con la saludable recomendación de
poniéndolas en una sartén con un poco de
hacerse acompañar de eneldo y aceite de
aceite y el ajo picado muy fino. Javierito que
oliva. Juan Luis, Marcelo y Gonzalo los más
gustaba de acompañarlo a todas las picadas
amigos de los chunchules y parrilladas
podría hacerse el gusto guisándole la lengua
recibieron el encargo de lavar muy bien
con nuez moscada, pimentón y un vaso de
sus intestinos, remojándolos en acceto
vino tinto. Los huesos bien cortados podrían
balsámico, para luego -una vez que
hacerse, como hacía su padre en los días de
estuviesen bien asados- regarlos con pebre
frío, una buena sopa con cabellos de ángel y
picante. Sus piernas y brazos también
un huevo. Le gustó la idea de que Antonio y
fueron consagrados a la parrilla, en torno
los más amigos se dieran la libertad de echar
a la cual no debería faltar ninguno de los
su corazón bien lavado junto con las costillas
testamentarios. La idea de que sus ojos,
en un fondo profundo junto con picorocos,
orejas, nariz y el resto de su cara fuera
choritos y longanizas ahumadas del sur, para
utilizado en un queso de cabeza no le gustó
deleite de los niños que siempre disfrutaron
en primera instancia, pero la idea de ver
de ir sacando las piezas con la mano desde
su cabeza hervida para una sopa o servida
esa olla comunitaria que armaban en los
al matico, no le pareció demasiado buena,
buenos tiempos.
por lo que dejó instrucciones para que su hermano mayor se hiciera cargo de faenar
Antes de dejarle su virilidad a Javiera, que
estas piezas de carne y posteriormente
podría después aderezarla a gusto, pensó
repartiera el producto, con el cual sus
en que debería dejar instrucciones explícitas
amigos y familiares podrían acompañar el
para que ese pedazo de carne llegara a su
tecito de la tarde con una buena marraqueta
destinataria lo más voluminosa
34/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
posible, lo cual por el momento ignoraba como iba a realizarse, pero eso ya lo resolvería en el documento que Antonio algún día tendría que hacer cumplir, en nombre de toda la amistad y del amor filial que los unía al resto, a pesar del tiempo y de las diferencias. Jorge suspiró aliviado, pensó que el problema, al menos en sus líneas gruesas ya estaba resuelto. Sabía que el asunto planteaba algunos problemas legales, pero sabía también que no hay ley por drástica que fuese que no pudiese ser rota con un poco de colaboración, alguna coima y la voluntad concertada de hacer respetar esta minucia que Jorge creía necesaria e imperativa para entrar sin remordimientos a la nada. Sólo quedaba resolver de qué modo y cuando daría el paso siguiente. Pero eso ya sería materia de otra jornada, por lo que volvió a su departamento a traspasar e imprimir el documento. O al menos eso es lo que supimos más tarde. Lo que dio paso a este escrito.
35/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
fin
L
La Secta del Miedo inició sus actividades en Santiago a mediados del 99 cuando aun Frei ejercía su tenue gobierno y las crisis económicas no daban la cara como lo han hecho en estos días. Las noticias se llenaban de mapuche que asaltaban los fundos del sur, de cesantes sorprendidos y la realidad combinada con nuestro temeroso optimismo no nos dejaba prever que las cosas podían ir aun peor.
la secta del miedo 36/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Quizás por eso la Secta del Miedo prendió con tanta fuerza y los que vimos su génesis no nos atrevimos a interrumpir su impensada influencia, la que hoy de algún modo deploramos pero que en su momento recibimos con una pequeña
satisfacción, con ese lado apocalíptico que
Yo no discuto que los Pehuenches peleaban
nos aflora cuando la mano viene pesada.
lo suyo y que en el fondo tenían sus razones para sentir que la historia había sido
Yo sabía que Lautaro Olaf la estaba pasando pésimo, su buena suerte parecía haberse esfumado y para más re cacha su madre, Doña Analina Cañiuqueo, se había dado el lujo de golpear hasta dejarlo malherido
injusta con ellos, pero el problema tenía otros matices que nadie quiso ver, excepto el frescorraja de Biscaizacú que, no sé si aleccionado en su estadía en Asunción, o a raíz de sus años viviendo en Puerto
-frente a las cámaras de televisión- al único
Principe, llegó al país dándoselas de mesías,
funcionario del gobierno que trataba de
buscando la pleitesía que quizás la plata
hacer salir bien parados a los mapuche en
y el dudoso poder de las armas le había
su entuerto de tierras, allá en los sures. Así
conferido en sus otras vidas fuera de Chile.
que cuando me topé con Lautaro su madre estaba reclusa, como prisionera política, en una de tantas cárceles de mujeres.
Lautaro lo sabía, y por eso no sentí demasiada compasión por su mala racha, por la idiotez de su madre de hacerse
Lo que yo no sabía era como. Ese
encerrar ni por la cara de perro apaleado
pequeño pero elocuente suceso, ya venía
con que me pidió que lo ayudara a deshacer
condicionado por el actuar solapado de
lo que ya se había hecho tan mal y tan
la Secta del Miedo. Lautaro tampoco lo
irremediablemente. Pero la presencia del
tenía claro, pero debió intuirlo cuando me
funcionario Espíndola en las reuniones del
contó de la visita conveniente y sigilosa del
PRS (Pehuenches Residentes en Santiago)
funcionario Espíndola durante el Nguillatun
me intrigó, pues no es ningún misterio que
privado de la comunidad de Pehuenches
Biscaizacú y Espíndola eran pareja desde
residentes en Santiago.
mucho antes de que la
37/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
democracia le confiriera el cargo de
Espíndola o Biscaizacú (o ambos), bajo el
funcionario a uno y al otro le permitiera
nick de “Insearch”, en el foro sólo se habló
adoptar la identidad de paria político para
de la Secta, la Secta de Insearch al principio,
continuar sus oscuros asuntos en Santiago.
pero finalmente no había quien no se
Yo sabía de la secta desde hacía un par de años, mis dilatadas navegaciones por internet y mi participación en no pocos foros de correo, me permitían conocer con cierto detalle lo que se decía fuera de Chile acerca de los ex Pe-zeta (PZ) como yo, como Lautaro, Espíndola y varios otros que descubrimos tardíamente los abusos y tiranías del cuerpo gobernante de nuestra comunidad pseudo religiosa, de ese ejercicio liberador (de escribirnos y denostar ese infausto pasado) algunos exaltados, yo diría los más engañados, los que habían dado más por la organización de los PZ se ingeniaron para reproducir una forma más fundamentalista y vengativa de esa comunidad, en su momento se conoció como “Camino”, que fue su vertiente religiosa benigna -quizás un poco new age, pero allá ellos-. Más tarde, con la irrupción de un personaje que nunca supe si era
38/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
refiriera a ella como la Secta del Miedo, en ese punto mi hastío y mi aburrimiento me hizo buscar otro hobbie y me anoté en un curso de corretaje de propiedades. Reconozco que aun me quedan ecos de las doctrinas de PZ, como rémoras intelectuales a las que no doy demasiada importancia, por eso algún escándalo me produjo saber que Espíndola estaba introduciendo las mismas rutinas sectarias entre los Pehuenches y que para colmo debía estar apoyándose en el nuevo cuerpo ideológico de la Secta del Miedo. También confieso que sentí curiosidad por saber que forma iba a tomar finalmente la fusión del desarraigo cultural de los indígenas con los tajantes principios de conducta que había inventado la Secta del Miedo, pues la verdad no vi que de ello pudiera desprenderse algo mayor, que de ese
grupo de Pehuenches la Secta iba a saltar
Insisto, Lautaro fue muy tonto al no advertir
sobre los empresarios y políticos para
a su madre que detrás de Espíndola venía
convertirlos a la fe que haría de éste un Chile
Biscaizacú y que detrás de ellos soplaba el
nuevo, férreo y disciplinado.
viento del vacío.
La verdad ahora que lo pienso no sé si
Cada vez que vimos los fundos incendiados,
hubiese podido prever tanta cosa, de partida
los cadáveres de vacas y ovejas ensartados
los PZ en Chile no debían pasar de unos
en hileras interminables por la tele con
cien mil, en su mayoría de clase media baja,
Lautaro nos agarrábamos la cabeza tratando
sin ningún interés en participar del poder
de ingeniar un modo definitivo de aplacar
político y con una desconfianza de muerte
esa barbaridad sin pies ni cabeza. Pero la
hacia los ex PZ, que los llevaba a evitar
biblia lo decía: “el que no recoge conmigo,
cualquier tipo de contacto con gente como
desparrama” y que de dos “uno sería tomado
yo. Pero Biscaizacú apuntaba más alto y lo de
y otro abandonado”.
los Pehuenches fue sólo un ensayo general. Yo estaba en crisis pero Lautaro no Espíndola sabía que tenía que disciplinar a
aprendía, cuando soltaron a su mamá y
los indígenas, y la rutina de reunirlos tres
de los Pehuenches no se habló más debió
días de la semana durante varias horas para
sospechar, debió haberse ido lejos con la
amonestarlos y palmotearles las espaldas, no
señora Analina, total los contactos fuera del
tardó en surtir los efectos deseados. Como
país no le faltaban. Pero el muy pelotudo
todos vimos por la tele los Pehuenches no
no sólo recibió con esperanza y alegría las
oían a nadie y se referían al gobierno y a
disculpas del gobierno y las palabras justas y
sus compatriotas con una jerga sectaria
comedidas del Alcalde de Santiago, si no que
totalmente excluyente.
fue a recibirla a la salida
39/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
de la cárcel y la acompañó muy campante
futuro esplendor fue con su madre a recibir
a ese aciago acto de reparación que le
de manos del alcalde el ramo de calas, que
organizó la Municipalidad.
era la flor símbolo de la Secta del Miedo. No
Sin duda, Biscaizacú y Espíndola tenían
sabía lo que le esperaba... y yo tampoco.
muy buen ojo, y el alcalde de Santiago
Lautaro me contó después, en el avión en
era un objetivo apetecible y seguro de las
que nos fuimos a Boston, que le extrañó
maniobras de la Secta. Tal era la confusión
mucho la mesa arreglada sólo para una
que se había provocado en la opinión pública, después del caos indígena, que los que no defendieron finalmente a los Pehuenches estaban siendo silenciosamente excluidos de toda posibilidad de ser escuchados, sin censura, sin acciones públicas, sencillamente aislándolos y
persona, la dureza y frialdad de su madre y la profusión de platos en que había prietas, carne de cerdo, vino y otros manjares prohibidos para los PZ, a la que le obligaron a sentarse a la vista de doce hombres vestidos de blanco y una decena de cámaras de televisión.
dejándoles ir a la bancarrota. La biblia manda en cierta parte abstenerse Los empresarios que ya no tenían interés en el Opus y el gobierno sediento de estar en el lado ganador no medían las consecuencias de estar pasándose al alero de un mesías tan dudoso como Biscaizacú.
de sangre -eso lo sabía Lautaro-, la ley de Moisés prohibe el consumo de cerdo y la embriaguez es condenada por una infinidad de credos, sin embargo no había ninguna ley que dijera que estas cosas fueran
Y ya todos sabíamos que el alcalde de
constitucionalmente punibles. Pero las cosas
Santiago iba a ser gobierno nacional en poco
estaban por cambiar. Y eso yo lo vi por la
tiempo, así que Lautaro cegado de tanto
tele.
40/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Vi cuando a Lautaro lo obligaron a sentarse
- Vamos, Lautaro di algo.- recalcó el Alcalde
en esa mesa solitaria y su madre, severa,
sonriendo.
le pide que por favor pruebe esa comida por ella. Supongo que Lautaro no tenía idea
- Yo sólo estoy haciendo lo que me pidió mi
que su comida era televisada por cadena
mamá...
nacional, porque de haberlo sabido debió declinar esa invitación y haberse mandado cambiar sin una pausa.
Esta declaración parece que provocó cierta aprobación entre los doce hombres vestidos de blanco porque las cámaras se dirigieron a
- Hijo, ¿qué dice la biblia sobre comer sangre?- le preguntó Doña Analina de
ellos que hasta entonces guardaban silencio. Uno de ellos se adelanto y dijo:
sopetón a Lautaro que estaba a un tris de echarse el bocado de prieta a la boca. - Si, Lautaro, ¿cuál fue el principio que el espíritu le aclaró a los ancianos de Jerusalén en el libro de los Hechos de los Apóstoles...?
- Ah, entonces si su mamá le pide que se tire por la ventana usted va y lo hace ¿o no?
Lautaro como que quiso reírse, o al menos esa idea me dio a mí por la tele. Pero el
- preguntó la voz del alcalde que estaba instalado en una plataforma preparada para los discursos. Lautaro no reaccionó inmediatamente.
hombre de blanco continuó:
- Dígame una cosa ¿donde estuvo usted todo el tiempo que sus hermanos Pehuenches fueron atacados y perseguidos por este
- Hijo... ¿sería un buen ejemplo que tú bebieras este vino frente a todos nuestros hermanos? - le volvió a interrogar Doña Analina.
41/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
inicuo sistema de cosas?, ¿Continuó usted la tarea que empezó su madre o esperaba que ella saliera para que se las arreglara sola?
Al oír eso reconocí recién que el de blanco
Las preguntas que gritaba Espíndola no
no era otro que Espíndola, el amante fiel de
paraban, aun cuando Lautaro al fin se había
Biscaizacú. Usaba los mismos términos y
dado a la fuga y su madre hacía toda clase
conceptos de los PZ, pero se notaba que era
de declaraciones vergonzosas acerca de su
la Secta del Miedo la que estaba a cargo.
hijo para los periodistas que habían saltado
- ¿Te vas a tomar ese vino? - preguntó el
de todos lados y rodeaban apretadamente
alcalde - ¿sabes que clase de vino es?
a la madre de Lautaro con sus cámaras, grabadoras y micrófonos
No estoy seguro si la gente que en sus casa veía esta especie de “quiere ser millonario”
Por suerte no nos costó demasiado que
-pero sin premio-, pudiese entender del todo
el “Che” Carlos Rosendi nos aguantara un
el objetivo de la intimidación de Lautaro.
tiempo en Boston, desde donde les escribo
- Es vino dedicado, puro y sin mácula - Gritó el alcalde - ¿donde está tu temor a Dios?
esta carta llena de mis recuerdos sobre lo que ustedes viven día a día y que quizás conocen mejor que yo.
Desde mi casa mentalmente le decía a Lautaro que por favor se echara al pollo, que
No se como se le llama ahora, supongo
no siguiera haciendo el loco con esa manga
que la Secta del Miedo, no se hace llamar
de fanáticos vestidos con túnicas, bien
así y que ni siquiera conocen a Biscaizacú.
afeitados y de pelo corto.
También es cierto que cada cual hace lo
- ¿Es cierto que fumas?, ¿Que te masturbas mirando videos bajados de internet?, ¿No
que quiere y que en general trato de ser tolerante, pero necesitaba poner en tela
es verdad que practicas sexo anal con
de juicio el descriterio con que una causa
tu esposa?, ¿Hace cuanto que no lees la
atendible terminó envuelta en la lógica ajena
biblia?...
y temeraria de gente como la de la
42/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Secta del Miedo, detrĂĄs de quienes no hay nada excepto la esperanza y el miedo de las personas que viven y pasan sus vidas sin darse cuenta de lo que pasa.
fin 43/Sedimentos/Alvaro MagaĂąa Tabilo
c
Como algunos de ustedes recordarán, la historia del Plan Lemmings empezó como una broma algo cruel del Ministro Arregui acerca de la solución del deficit fiscal, tema que nos tenía inconfesadamente preocupados desde lo de Argentina y la depresión económica global. Un poco Darwinianamente, Arregui afirmaba que desde la aceptación mundial del modelo capitalista -y aunque les doliera- hasta por el malogrado marxismo internacional, el
el plan lemmings 44/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
mercado había pasado a ser la entelequia culpable “por default” de todos nuestros éxitos y fracasos. Contra ella, decía el Ministro, no hay leyes válidas ni necesidad de regulaciones, ahí fue en que se cayó medio a medio el Compañero
Presidente -Allende- cuando intentó controlar
Claro, con cierto humor negro, se puede
todas las variables económicas y planificar
extrapolar cualquier cosa y regular la vida de
desde ahí su “revolución a la chilena”.
los simples mortales, como quien regula el marco económico para las empresas,. Esto
Arregui hablaba con esa elegante displicencia que admirábamos todos sus cercanos, y en realidad ninguno de los que estábamos ahí creímos que Arregui ocultara
no tiene nada de extraño cuando el mercado ha permeado todos nuestros hábitos. Pero el Ministro seguía entusiasmado con sus palabras:
algo detrás de sus bromas, por eso cuando puso el ejemplo del sistema de salud y
“Salud y educación premium para los que
la tercera edad cundió cierto escándalo
mantiene vivo y activo al sistema económico
-nadie puede exhibir ese tipo de impudor
¿que otra cosa es si no lo que hacen las
intelectual-.
abejas en sus colmenas al alimentar de
Arregui decía que si el mercado es el que regula cada mecanismo de la vida humana,
manera especial a la abeja reina y sus larvas?”.
entonces por fuerza tiene que sobrevivir
Arregui, como siempre, seducía y encantaba
el más fuerte, el más eficiente, “el modelo
con su discurso, era que no, como saben
no precisa personas cuya edad o condición
el hombre se había fogueado en el campo
física y mental le impidan integrarse. Ni
empresarial y su riqueza no era menor, pese
el estado ni las empresas pueden hacerse
a haber sido un tipo de origen humilde y de
cargo de aquellos que no consumen, que no
inclinaciones políticas cada vez más difusas.
planificaron su vejez y que le piden al estado una manutención para la que, por desgracia,
Esa noche nos fuimos todos a dormir un
hace falta meter la mano en un bolsillo para
poco convencidos de que el Ministro se
vaciar otro” (algunos aqui se rieron, no se
había pasado de copas y que quizás quería
supo porqué).
provocarnos -como era su estilo- para
45/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
hacernos reflexionar como hace el maestro
el abandono masivo y el virtual exterminio
zen con sus discípulos: pregunta y castigo,
de cesantes y enfermos llevado a cabo
bastonazo y silencio.
impunemente por el empresariado político más rico y pragmático de la Argentina.
Pero los hechos que ustedes ya conocen desmintieron este erróneo diagnóstico.
Porque hay que decirlo, los políticos y un grupo de empresarios, ligados a la
Llegó el 21 de mayo con el país todavía
especulación y la droga, hizo lo que quiso
incrédulo con las caidas imparables de
al amparo de los doce meses de anarquía
las bolsas occidentales, los cambios
provocados por el estado de sitio que
presidenciales en casi toda latinoamérica
decretó la Asamblea Legislativa.
y con el dictamen incontestable del FMI -y de los principales agentes económicos
Alguien tenía que perder , naturalmente.
internacionales-, de que las administraciones
Ese 21 de mayo el Presidente habló
estatales emergentes debían ajustarse a las
ajustadamente de la encrucijada histórica
desregulaciones comerciales que exigía la nueva megaeconomía global implantada después de lo de Argentina, Afganistán y Venezuela. El Presidente sabía -y muchos de nosotros también- que las reservas fiscales no
que nos había unido a chilenos y argentinos, habló de la herencia del autoritarismo militar en nuestras historias comunes, y se refirió al fin de la historia de Fukuyama como algo que quizás estábamos viviendo, al asumir que la convulsionada historia del cono sur
habían podido estirarse más allá de los
no hacía si no confirmar el camino único
seis meses, después que centenares de
al desarrollo y crecimiento encarnado en el
miles de argentinos cruzaron la frontera y
capitalismo y el mercado. “Nada de lo aquí
se instalaron en Chile para huir del caos,
ocurrido ha puesto en duda cual es el
46/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
camino” dijo el Presidente, “pero el precio
no podía costear tratamientos demasiado
de caminar juntos no la pueden pagar los
caros comenzaron a ser ayudados de
que sostienen y mantienen funcionando la
manera módica por el estado para morir
maquinaria del pais, necesitamos cabezas,
de manera digna. Pues las eutanasias y las
manos fuertes y espaldas sanas para hacer
posteriores cremaciones en masa resultaron
frente a los nuevos escenarios, por eso
ser muchísimo más económicas que los
queremos solicitar a quienes han dado todo
tratamientos médicos y los subsidios a la
por la patria que den lo último que les queda
salud.
por el bienestar de este pais nuevo”. La efectividad del sistema radicaba en que No se si a alguien esto le hizo eco o
al no haber soluciones que no pasaran por
sencillamente las palabras pasaron por
el sistema privado, la mayor parte de los
un zapatito roto, lo cierto es que todos
enfermos, desalentados preferían tener
aplaudimos, incluso la oposición siempre
una muerte digna a sumir a sus familiares
proclive a desestimar las acciones del
en costosas deudas sólo por el capricho
gobierno -con o sin razón-.
personal de vivir unos pocos años de mierda, con el miedo consiguiente de ser aislados
Pero es que el Plan Lemmings estaba listo, cortado y aceitado con la venía de las asociaciones industriales, de las empresas de fondos previsionales y las instituciones de
o encarcelados por no cumplir con el pago de las ya muchas e infinitas deudas con que siempre ha funcionado la maquinaria económica.
salud privadas y públicas. La idea, que más tarde afinó Arregui para los En la práctica el estado dejó de hacerse cargo de los enfermos terminales y de los ancianos, los pobres que enfermaban y
47/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
que eramos los asistentes más cercanos, era privilegiar la asistencia de los que tuviesen la posibilidad de generar
empleo y los que provocaran menores gastos
Algo que yo no asocié al momento que supe
al sistema previsional, de salud y laboral.
de esta medida y de su implementación
Es decir las mentes, manos y espaldas
fue la historia de la inexplicable conducta
firmes que pidió el Presidente para el 21 de
de unos roedores septentrionales a
mayo. El ejemplo que nos puso el médico
quienes se les ha colgado el mito de ser
asesor del Ministro fue que es preferible bajar la presión sanguinea haciendo pequeñas incisiones indoloras que esperar que la cabeza entre en shock por alguna hemorragia cerebral y colapse el cuerpo completo.
suicidas masivos, pues al superar sus cotas demográficas, éstos corren en estampida provocando que muchos de ellos rueden por acantilados o caigan al mar. Lemmings se llaman estos bichos y me dio mucha pena que fuéramos tan parecidos, que desde el salto dado por esos neandertales
“Debemos asumir que somos colectivamente
cazadores de mamuts termináramos
un cuerpo que debe funcionar para el
actuando como roedores o como abejas de
bien común y no solamente para el bien individual, el cual tiene que suplirse sus propias estructuras de manutención, las
un panal, enredados en la espiral histórica de las teorías o las garras de nuestra propia civilización.
celulas de este tejido que asumen su
Afortunadamente Arregui consiguió que el
desgaste deben por iniciativa propia dejar
ministerio nos asegurara una buena póliza
el cuerpo para darle espacio al recambio
de salud. A fin de cuentas, no era cosa de
y la salud del organismo entero”, nos dijo
dejar tirados a los amigos.
el médico asesor en una de tantas charlas que el Ministerio organizó para los que estábamos en el círculo de Arregui.
48/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
fin
j
Jorge hizo parar la unica micro de la última media hora de su vida. El chofer lo miró de lleno y supo, dudó, pero Jorge ya estaba arriba y los cientotreinta pesos se habían revuelto definitivamente en la caja de los boletos. El olor a vino, los que venían durmiendo, el estrépito de la radio a esa hora no contaban para Jorge que escogió
apúrate poh guatón 49/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
un lugar al lado de la puerta trasera. Afuera era la noche, los restoranes abiertos, las putas. Algunos obreros subían y bajaban de los pozos de teléfonos. Pero Jorge no quería ver esas cosas y que fueran las últimas. Porque eran las cuatro y media de un veinte
de agosto y ese sería el final, no mucho más
De esta ya no te escapas, pensó Jorge
allá de las cinco se acababa el cuento.
ajustándose el abrigo, porque los escalofrios y ese sudor helado no eran nada bueno. Se
Lentamente paseó la mano por la herida, la
sintió casi Al Pacino en Carlito’s Way. Pero
sangre caliente ya corría por los pantalones,
era distinto, una historia para Borges en la
la nausea avanzaba trabajosamente desde el
que Dahlmann al final gana, pero casi como
estomágo, desde más atrás de la garganta.
perdiendo. Pero era distinto y como siempre
Pensó que aún no era el momento, no
infinitamente absurdo. Qué lo había llevado
ahí, no en esa micro inmunda que corría
hasta esa noche, no estaba claro y casi no
Alameda abajo. Pensó en el otro, el que
importaba, lo único que podía contar es que
había llevado peor suerte que él, pensó en
la micro tomara luego esa curva y ese puente
lo que podría haber pensado al saber que ya
y lo dejara por fin en la esquina.
no tenía cinco, cuatro, tres, dos, un minuto para ordenar todo. Con la hoja del cuchillo bailando por el estómago no habría tenido tiempo. Pero si alcanzó para abrirle un tajo feroz a Jorge, el que apenas tambaleó sólo
No estaba muy seguro de poder pararse y de llegar a la puerta, se movió hacia el borde del asiento sintiendo como sus piernas se resistian a seguirlo. La pareja que se besaba interminablemente en el ùltimo asiento lo
para ganar impulso y rematar al otro, para
miró, la mujer, pálida, no movió un músculo
librarse al fin de esa molestia.
mientras Jorge como un borracho se acercaba a la puerta. Quedó colgando de un
Con tanta sangre el pañuelo pesaba horriblemente, aunque eso tibio que la mano palpaba indecisa ya no era tela, ni piel.
50/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
brazo cuando el chofer paró y se abrieron las puertas. Se escuchó el principio de un grito, pero estas cosas
eran molestias innecesarias. Con pesadez se
en su mano mientras retrocedía hacia él.
desplomó hacia la calle, cayó de pie y tardó
No recordaba acaso la mujer dijo algo, o
un rato en moverse .
si la cortapluma no era si no un cuchillo muy fino. Pensó, pensó si acaso la mujer
En una especie de sueño alcanzó a
no hubiese hecho eso, si la cortapluma (o
comprender que había tomado la micro
el cuchillo) hubiesen seguido en la cartera.
erronea, que había bajado en una esquina
Pensó en la cara de caballo del flaco y de
similar a la que debía, que un inicio de risa
golpe sintió que no debía pensar más,
le torturaba a la altura de la herida.
sintió que en realidad la micro, que ya había desaparecido por la avenida, era la correcta,
No, no podía ser tal la desgracia. Sintió que
que no se podía estar mejor en otro lado,
lo abandonaban las fuerzas y buscó un lugar
que era inevitable cerrar los ojos y verse
debajo del alero de un kiosko de diarios,
llegando por fin a casa entre los ladridos
pensó que era jueves y que Vallejos moriría
alegres del puma para luego volver a la cama
en Paris con aguacero, pensó en los libros
e ir apagando las luces y los ruidos debajo
que no leyó y pensó en la causa de todo eso.
de los párpados. Era inevitable esa dulce tarea a la que podía entregarse dulcemente,
Pensó en la mala idea de salir esa noche, en como llegó a la pelea callejera y como la
ese abandono que permitía cualquier cosa. Cualquier cosa: el recuerdo de una lluvia
mujer se escabuyó silenciosamente cuando
en Puyehue, los ojos de la mujer que nunca
Jorge la separó del flaco con cara de caballo
tuvo, las comidas de su abuela en Osorno,
que amenazaba con tajearla si no partía
ultraman con su traje de goma, un solo de
con él. Pensó que al final el tajo había caído
bandoneon en el tango Sur, un poema de
en otro lado y en lo extraño que fué recibir
Borges, una tarde en la playa, el olor de la
la filosa cortapluma que la mujer deslizó
fabrica de aceite.
51/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Especialmente esas voces estridentes que
que pisara al indio, al mono, apúrate guatón
acompañaban al primer sueño después de
que’l car’e caballo se va pa’l arco, apuraté
las trasnoches, era volver a oirlas con sus
poh. Y había que correr, no tanto para hacer
gritos de pichanga a los diez años y empezar por fin a entender lo que decían, ya poh guatón, p’ta apurateé poh.
Había sido un partido difícil, sabían que los otros les iban a dar barraca, que los otros venían de la población del otro lado de las
goles como para impedir que siguieran haciéndoselos. Nunca supo porque uno de sus vecinos se agarró con el car’é caballo, a eso de los doce goles contra cinco, porqué tuvo que ser él quién llegó a la pelea con un palo y comenzó a ahuyentar a los otros que en la confusión
canchas y que las mamás no querían que
arrancaron con la pelota y las ropas de sus
jugaran ahí en la calle, que iban a puro
amigos. Tampoco supo muy claramente
sapear las casas, que eran puros pelusas.
porqué el flaquito con car’e caballo la tomo
Eso a Jorge lo tenía sin cuidado que ni
con él, que me las vai a pagar guatón, que
se acordaba porque tenían que jugar esa
te vamos a quemar la casa, que te vamos a
pichanga, menos porqué lo dejaron jugar si
violar a la hermana, que eso, que lo otro y
era tan gordo, tal vez porque intimidaba con su presencia, más grande y más gordo que cualquiera de los otros. Pero si que había costado seguir a los otros, todos morenos y flacuchos metiéndose por donde menos se lo imaginaban, haciéndoles goles con pica.
todo lo imaginable. Mala idea la del flaquito de amenazarlo así, a grito pelado mientras retrocedía por la calle hacia la esquina, porque de otro modo habría visto que la micro no iba a parar a esa velocidad, aunque los otros gritaran como desesperados y el pobre chofer hiciera chirriar los neumáticos.
Jorge era receptáculo de todos los gritos
De otro modo habría logrado tirarse a la
de sus amigos, que tapara al car’e caballo,
vereda, quién sabe, lo único que Jorge
52/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
podía discernir era lo increíble de todo eso, el me las vai a pagar del flaquito semi reventado en el pavimento negro de la esquina. La tienen conmigo los car’e caballo pensó Jorge recordando de golpe al otro, al que llevó peor suerte, y todos terminan igual, debieran hacerme un diploma de honor. Claro que de ésta no voy a salir muy limpio, mejor dicho de ésta no salgo y miró derecho por la calle mientras amanecía.
fin 53/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
e
Entonces pasó que la Valeria, con su pincel y una hoja de papel en cada mano comenzó a dibujar lo que detrás de sus ojos inventaba su mente, una casa verde con dos enormes ventanas, un árbol de tronco grueso y color
a valeria paz
café lleno de manzanas y hojas verdes, uno detrás de otro con mucho cuidado
y a baltasar javier
el gato del universo de al lado 54/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
y concentración, tan concentrada estaba Valeria que cuando dibujó al Gato no se dio cuenta de como mezclando colores de una manera especial su dibujo empezó a adquirir poderes y a tener vida propia, tan concentrada estaba tratando de no salirse con ni una rayita del dibujo, que hizo un gordo y bigotudo gato siamés el cual empezó por mirarla con esa mirada de los gatos, una mirada flojísima
con la que ellos también inventan a los
de asearse la cara antes de decir nada, asÍ
niños mientras dibujan gatos y no se dan ni
que después de lamerse una de las patas
cuenta.
delanteras y dejarse bien derechitos los bigotes blancos, negros y café claro, miro
El Gato tenia la cara negra y triangular de todos los siameses, aunque entre las ramas
muy serio a Valeria y le dijo:
del árbol, las nubes del cielo y las hojitas
- Camilo es mi nombre y no me salgo porque
que volaban al viento del dibujo daba la
tú me dibujaste
impresión de ser más gordo que ningún otro de su especie.
Y volvió a lamerse la pata y a repasarse las orejas puntudas.
Pero mientras el Gato más miraba a Valeria, ella más se concentraba en cada rayita del dibujo, pues el gordo minino de a poquito había pasado a esconderse en un prado lleno de pasto y flores, margaritas y girasoles, nubes, pájaros y la casa verde cada vez más verde, las ventanas azules y el techo rojo como las manzanas más rojas nunca antes vistas. Recién entonces Valeria vio al gato y un poco enojada le dijo: - ¡Sale, morrongo intruso! El gato, que no tenia apuro, decidió terminar
55/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Valeria dejó de dibujar totalmente furiosa, decidida a poner en su lugar al minino, ordenó pacientemente los lápices, juntó todas sus hojas de papel sin dejar de mirar al impertinente de Camilo y con su cara más enojada le preguntó: - Yo he hecho más de cien dibujos de gatos ¿porqué te apareciste ahora gato mañoso? - Pues porque nunca me habías dibujado a mí - le respondió Camilo con toda calma Valeria sin dejarse convencer continuó preguntándole:
- ¿Tengo que hacer algo para que vuelvas
Entonces Camilo dejó el papel y el paisaje
a tu casa o te quieres quedar en mi pieza
para echarse tranquilamente sobre la falda
mucho rato?
de Valeria, no sin antes afilarse las garritas y peinarse nuevamente los bigotes. Una vez
- Tú me dibujaste, lo hiciste tan bien que ni yo mismo se ahora como regresar al
que este sinvergüenza se sintió contento le contó de su vida en el Universo de Al Lado.
lugar de donde vengo - el gato dijo esto tan amablemente que Valeria no quiso seguir enojada con su dibujo e intentó tocarlo para ver si era tan peludo como se veía.
- Lo que pasa es que en el Universo de Al Lado tu copia se llama Kari y es igualita, igualita a tí, pero yo soy su gato de verdad, ella me cepilla, me da la comida, juega
- Oye, te dibuje muy bien pero no te pareces
conmigo y me protege de su hermanito que
mucho a mi gato - le dijo Valeria pensativa.
es todo un loquillo.
- Es que yo soy la copia del gato que tiene tu
- Yo también tengo un hermanito, pero mi
copia en el Universo de Al Lado.
gato no me habla como tú - dijo Valeria
- ¿Mi copia? - preguntó Valeria con sus ojos
- Es que en el Universo de Al Lado no todas
grandes como dos platos de sopa.
las cosas son iguales que acá, además debieras tratar de conversar con tu gato,
- Déjame que te explique, pero primero ¿me
los gatos somos muy callados pero nada
puedo acomodar en tu falda?
de tontos, a Kari le costó mucho aprender
- Bueno, pero eres un gato demasiado mañoso - le respondió Valeria impaciente por
a conversar conmigo, pero lo trató tantas veces que al final aprendió.
saber de qué se trataba eso de el Universo
- Pero a mí no me costó nada hablar contigo-
de Al Lado.
le interrumpió Valeria
56/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
- Porque tú no eres Kari y yo soy un dibujo
de Al Lado, tengo que volver a pasar por los
muy bonito hecho por ti, salí de tu mente al
mismos lugares que recorrí.
pasar por tus lápices de colores. - Pero al revés - le indicó Valeria El fresco de Camilo dijo eso y comenzó a ronronear. Aparte de un sinvergüenza este gato era enormemente regalón y al ver lo parecidas que eran su ama Kari y Valeria no
- Tienes toda la razón, así que yo me voy a quedar acá acurrucadito hasta que sea de noche y te acuestes a dormir.
pudo evitar sentirse cómodo y tranquilo en
- Si, pero ten cuidado con mi hermanito que
su falda.
puede ver el dibujo y seguro que se lo come,
- Ya se me ocurrió la solución - dijo Camilo
porque es muy chiquitito y destrozón.
estirándose panza arriba - como yo llegué
Pero llegó la noche y Camilo durmió sin ser
pasando por tu imaginación hasta el dibujo,
molestado por nadie. Valeria se dio un buen
tengo que volver a meterme a tu imaginación
baño, tomó su cena, lavó sus dientes, se
para regresar al Universo de Al Lado.
puso el piyama solita y cuando pudo estar
- Eso no es muy difícil gato mañoso -
sola en su cama con el dibujo, le dijo al gato:
continuó Valeria pensativa - cuando me
- Prométeme que le dirás a Kari que venga
acueste a dormir pongo tu dibujo al lado de
a verme, dile que quiero conocerla y que
la lamparita y me duermo pensando en ti. Seguro que sueño contigo.
- Entonces cuando estás soñando me escondo detrás tuyo y me escapo al Universo
57/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
me enseñe a hablar con mi gato - dijo esto, bostezó y con la cabeza en la almohada se fue con Camilo al Mundo de Los Sueños que es el pasadizo al Universo de Al Lado.
Desde entonces casi todas las noches Valeria se encuentra con Kari en sus sueños, hablan de gatos y sobre todas las cosas se enseñan a dibujar figuras mágicas que convierten dibujos en gatos habladores y niñas enojonas en grandes dibujantes.
fin 58/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
o
Omar hace bicicleta estática mientras afuera llueve. Y de pronto le ocurre recordar la forma en que se daban las cosas en su adolescencia, la mini en que recorría poblaciones y carreteras para ir al encuentro de alguna calle nunca bien observada, para encontrarse con alguno de esos amores semi infantiles que le inflaban el corazón o para variar o torcer la mano de una rutina que se veía implacable.
fragmentos de omar 59/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Lo interesante era llegar en bicicleta a la casa de la negra, lugar que prestaba la complicidad necesaria para todo tipo de arrebatos pasionales, en la hora precisa de esas tardes invernales que ayudaban a lanzarse de piquero a los brazos de esa
quinceañera flaca que parecía insaciable.
de las gotas en el techo, es todo como si
De verdad no alcanzaba a darse cuenta
jamás hubiesen cambiado las cosas, como
de la forma en que su chica le absorbia el
si ahora él pudiera salir a la calle y se fuera
alma, concentrado como estaba en recorrer
en busca de sus amigos de entonces y
y reconocer las topografías escondidas
recuperara esos casettes de Congreso y del
en ese pequeño y delgado cuerpo, era en
Canto Nuevo que le gustaba tanto en la gris
realidad como un verdadero manual para
y sucia década de los ochenta.
principiantes, lo justo y necesario para enamorarse y tomar y obtener los primeros
Ocho minutos de pedalear con dificultad
placeres post infantiles. Porque en otros
media de alguna forma comienza a aclararle
planos que no fueran silenciosos y tactiles
los recuerdos con una dosis no menor
las conversaciones iban definitivamente por
de ironía ¿acaso era más feliz o más libre
caminos ni siquiera divergentes, pues en la
de verdad?, ¿acaso esos amores y esas
conversa las sendas sencillamente nunca se
amistades habían sido tan determinantes?
encontraron.
¿acaso alguna vez sintió el menor interés en
Eso le causa mucha gracia a Omar entregado al solitario ejercicio de pedalear mientras la tarde empieza a consumirse en la primera oscuridad de ese día de lluvia, el cuartito de madera en que han puesto la pedalette no le ayuda mucho a evitar la rememoración gratuita y sin asunto de sus andanzas pueriles, hay como un aire de otro tiempo, la
volver a ver a sus compañeros de colegio, a sus amorcitos o a los viejos padres de sus amigos de entonces?. Con las piernas algo adoloridas de acido láctico tiene que reconocer la realidad, todos sus recuerdos parecen los de otra persona muy ajena y extraña a él, pese a que muchos de esos recuerdos se recortan nitidamente en su
higuera que desde siempre se despliega del
memoria y hasta tienen ese aire elegíaco que
otro lado de la ventanita, el ruido ancestral
podría pasar por una evocación
60/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
sentida al tiempo pasado y sus maravillas.
casette de las primeras canciones de
Pero no, Omar siente cada vez con más
los trovadores cubanos, cuando aun era
sorna que lo único que puede de verdad
significativo y casi suicida alimentarse de
lamentar mirando esos recuerdos es no
esas consignas que sonaban a otra cosa
haber sacado más de ellos, no haberse
aparte de frases bonitas y compromisos de
reservado tanto y en vez de saborear los
partido.
tentempies haber mordisqueado hambriento las piezas completas del pastel. De muchas
Y bien todo podría haber ocurrido en una
formas se siente mucho mejor pedaleando a
secuencia casi previsible: el colegio por la
cubierto en la pedalette, aunque sean estos
mañana, el regreso con la negra en la 63H,
los veinte minutos diarios más anónimos
quizás unos besos y unas escaramuzas
de su día, está mucho más clavado en el
manuales livianas envueltos en históricos
presente que en las evocaciones nostálgicas.
uniformes escolares, las que le dejaban
En todo caso, la lluvia está haciendo muy bien su tarea, el color denso del cielo, la penumbra y el olor húmedo del encierro, le han tendido muy bien la trampa del tiempo
después de almuerzo toda la tarde para vagar con el gran vago de Pacheco por la entonces verde comuna de Maipú y para leer y escuchar toda la sombría música
perdido, una vez más está tropezando en el
que hacía de banda de sonido a esos años
imposible lógico de volver a lo irretornable.
adolescentes proto izquierdistas. Pero con
Pero es que el cuartito de la pedalette es,
lluvia uno nunca sabía, aunque los pies se
con sus diferencias, ese otro cuartucho
iban solos a la línea del tren, las locomotoras
donde su amigo Pacheco arreglaba su
parecían más enigmáticas y amenazantes
bicicleta en otro dia de lluvia, y por milagro
contra el cielo gris y quizás eso, sumado al
divino se había conseguido un inaudible
frio, le hacía pensar en
61/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
mejor repantigarse al lado de la estufa a
de las zapatillas y de algunos (pocos)
parafina y terminar de leer de una buena vez
amigos buenos para caminar (mucho). Lo
a Chesterton, o ese libro de Orwell.
usual era encaminarse a la calle Ferrocarril
Quince años más tarde el orden en que dejaba escurrir entonces su vida le da lo mismo, enterarse que los libros ya están leidos y releidos y que otros venían a ocupar el sitio de sus intereses presentes era un
donde (previsiblemente) pasaba el tren y uno se dejaba llevar por la línea y los durmientes ultra resecos o ultra podridos hacia los márgenes de la comuna, la ya semi abandonada estación de trenes en Pajaritos
dato anecdótico, fugaz, irrelevante, el estilo
con Camino a Melipilla donde a la vez
era otro y Omar sabe que ese otro ya no es
confluían camiones y trenes, la maestranza
él.
y sus sacos de sodiumtripoliphosphate y el Kiosko al Paso.
Lo bueno está en que pedalear y pedalear se le hace cada vez más gustoso a medida
Omar piensa entre divertido y asombrado en
que sus neuronas se lanzan a hacer más
que ahí confluían muchos de los arranques
y más sinápsis entre retorcidas y más que
ociosos de esa época y en lo extraño que
olvidadas historias de su olvidable juventud,
puede parecer en perspectiva caminar tantos
y Omar se da cuenta satisfecho que entre
kilómetros fotográficos y verdes, quemar
pedaleando y transportándose de época ya ha quemado más de trecientas calorías. Claro que entonces quemar calorías pasaba
miles de calorías e irlos a recuperar en la forma de completos y coca cola en ese boliche de mierda, donde se sabían ingratos
por otras tareas, las menos santas no se
y donde un calendario de taladros con su
contaban y eran obvias, las más inocentes
mina en bikini indicaba un año cualquiera de
contaban con la colaboración indispensable
mediados de los
62/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
ochenta. Ese rumbo casi siempre, con el paisaje solitario de la Fisa de Cerrillos en invierno, o la Farfana de entonces que eran sólo campos emponzoñados por el paso violento del Zanjón de la Aguada, caminatas todas sin sentido inmediato, tiempo perdido por perderlo a falta del ingenio económico que ahora le ordenaría a Omar hacer más, no perder un minuto, estar con, apurarse en, alimentarse mejor, dormir bien, etc.
o
Omar recuerda a veces del verso de su homónimo que habla de los días y las noches como si se tratara de un tablero de
Omar empieza a percibir que ya se hace de noche, el ritmo del pedaleo se ha dejado someter al ritmo cada vez más melancólico de sus neurotransmisores, a medida que se detienen los pedales a Omar comienzan a desdibujársele los rostros de la negra, de Pacheco, de Elías, de la Curro, poco a poco vuelve a ingresar al presente, a la lluvia de agosto del 2001, a los treinta y dos años y con 300 calorías menos.
ajedrez, cosa que no había dejado de hacer ver Borges notoriamente. Sin embargo la idea de un juego que una mano invisible juega con su vida le parece atroz a Omar, dedicado a contabilizar cada tableta de nutrasweet que va dejando caer en su café de media tarde, no renuncia a la idea de poder alguna vez domar del todo su vida, el yoga y la pedalette son buenos ingredientes para un punto de partida, una forma de entender los randoms y conducirlos con mano tiránica a una definición... ¿porqué sales de ahí inteligencia? ¿porqué en un momento es
63/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Thom Yorke y pegadito le soltaba el ponchi
cotidiana vuelve a su cuerpo que ahora
ponchi pompompom? ¡¿porqué mierda?!.
rechaza el café y los recuerdos.
Hace frio de media tarde y el café lo aleja
Pero en tardes así que más le queda para
de la evocación, lo pone en el presente en
pensar a Omar, coger el teléfono y ponerse
su forma más indiscutible, aunque el cielo
al día, hundir la guata y recordar las calorías
anuncie más frio y quizás algo de lluvia, el efecto de una mañana llena de obligaciones de corto plazo y de precauciones le ha llevado a desear como siempre el fin rápido de la jornada, el compañero pegado a su eterno teléfono aporta la presencia
perdidas, las de ayer, las de anteayer y las de hoy, hablar de cifras y de procesos, denostar estrategias comerciales, denostar las monedas de la subsistencia que tanto han dado en parecerse a los 30 denarios de Judas y a las lentejas de Edom, aunque
ausente del dia, la posibilidad imposible de comunicar lo que da vueltas en su eje y que apenas irradia unos pobres signos, el ruido de un teclado, la música de fondo, la voz de Dido en mp3, una ansiedad incierta, un hambre sedienta, una sed desesperada, un juego de calles que da en diagonal, los
definitivamente no es ese ni el espíritu ni la voluntad de significado que percibe Omar en la borra más profunda de su café. Un injustificado optimismo redentor da la señal de una opción mejor, de un techo y un piso en el cual moverse con cierta confianza,
verbos suelen desbarrancarse en la cabeza
pero el miedo y la desconfianza hacia los
de Omar y entre conversas con sus colegas
conceptos un poco retrae a Omar de calificar
de oficina sobre las diferentes cuentas
su optimismo de otra cosa que no sea
corrientes, advierte que aun hay cosas por
esperanza patológica, de contradicción y de
resolver, temas pendientes y la ansiedad
arranque de endorfinas.
64/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
a
de la costa nevada, o lo terriblemente cine
A veces el paisaje lo agarra a Omar en
ruso que le resulta la composición de un
medio de reflexiones de gran seriedad:
horizonte con yuyos, con una infaltable casa
el seleccionado francés que viene a dar
de madera, a no más de cien metros del
cátedra de fútbol, el rol de Anarkía en las
semáforo en verde y el insoportable taco de
negociaciones entre el Doctor Orozco y
camiones y autos que se junta saliendo de la
Superman Vargas, el hijo no reconocido de
comuna de Maipú.
Maradona... Ese instantáneo asociar le afecta el ánimo Pero esta vez son los cientos de postes
a Omar que baja un poco la ventanilla del
metálicos como jotas invertidas que
auto para sentir el aire frio de las ocho y
monopolizan la perspectiva de Américo
media de la mañana, el aire frio a su vez
Vespucio, esa suerte de borde urbano que
son las vacaciones en el sur que a su vez
parece acantilado entre yuyos y charcos
son un punto mezquino al cual ve alejado e
barrosos, el que sin ninguna consideración se apodera del soñoliento estado de ánimo de Omar que aun percibe en el paladar el café con leche descremada y la tostada que lo lanzó a la travesía cotidiana. Los horizontes por muy montañosos que terminen parecieran para Omar ser siempre el mismo horizonte que ha perseguido a tanto poeta y literato y filósofo desprevenido, aunque pocos de ellos han sabido de lo extraño que es ver la cordillera
65/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
imposible de alcanzar consigo mismo metido como está en esa santiaguinidad de rutinas alejadas de amigos y de plazos fijos. Avanza un ptrivialidades cotidianas sean reflejo de alguna otra trivialidad cotidiana sin sello nacional específico. Los solitarios edificios que miran hacia el poniente al borde de Santiago y de la Américo Vespucio, le parece a Omar un signo del desorden subyacente en todas las políticas gubernamentales y
empresariales del chilito en que habita, la ausencia de un contexto explícito que justifique que un puñado de gente viva en esa isla fría de concreto pintada color crema le intriga a Omar, tanto como le intriga saber porque hay tanto taco camino al aeropuerto, porque la maldita fila de autos de la derecha avanza más que él (paradojas de la historia quizás...).
n
..Nuestro amor nunca podrán sacarlo de raíz, canta tembloroso Cerati, a quien Omar escucha respetuoso cuando la cosa viene bien. De tan respetuoso de pronto Omar se siente de una tolerancia incluso exagerada, lo cual ha sido materia de largas e intermitentes masticadas que los años han prolongado hasta convertirlo en un tema recurrente sin mayor importancia. Los temas importantes pasan por otras partes del cuerpo, por el dolor en los dedos cuando alguien querido sufre y esas cosas, pero la música no hace si no confirmar su indolencia al respecto (respecto a sus gustos mas bien al lote), pero como a todos el misterio del “fenómeno acústico”
66/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
le viene bien en los intersticios, haciendo de
vez como a los siete años en que Deep
fondo o articulando dos ideas.
Purple les hizo entrar a su vecino Pablito y a
Omar recuerda los discos negros de 33 que su hermano mayor compraba diligentemente a mediados de los 70, esos objetos casi litúrgicos que lo obligaban a cantar en inglés las canciones de Cat Stevens (uno de los predilectos de su hermano), eran tiempos de grandes tocadiscos, de cápsulas, esponjas y líquidos para cuidar de los preciados vinilos,
él en una suerte de frenesí con Highway Star, no podía creer que existiera esa música... y vaya que existía, desde hacía mucho rato y él recién se venía a enterar, Deep Purple llevaban más de ocho años haciendo música, Hendrix y Morrison estaban más fiambres que cualquiera de sus abuelos y la absoluta ignorancia de Omar al respecto no hacía
de vacaciones de invierno con bufanda y
si no confirmar lo chico que era su mundo
tallarines con carne al jugo. Para Omar es
cuando chico era.
difícil evocar la música de su niñez, se le viene a la mente los últimos artefactos con tubos en lugar de transistores, las radios a pila, el sonido AM, Nino Bravo, Let it be, los sábados de discos de 45 y Mercedes Sosa. Enumerar es la única herramienta que su atolondrado pensamiento deja para internarse un poco más en los hechos perdidos (parole, parole, parole...). No deja de causarle risa que la música en
Como gracioso era recordar la llegada del tango a su repertorio musical bastante mayorcito, esas primeras incursiones a los dieciseis años en el cancionero de Gardel buscando algo que había leido en sus escritores muletilla, todos porteños, todos ya viejos cuando él todavía un imberbe. Entonces el pudor detiene a Omar en sus remembranzas, ya es suficiente para una
su momento también fue una especie de
tarde opaca y llena de papeles sucios, a
espíritu posesivo y liberador, como aquella
menos que el pudor le indique como ahora
67/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
recordar las trasnoches acompañadas de radio Colo Colo. Ese extraño y contradictorio placer de mantenerse despierto oyendo el apagado sonido AM y su música extremadamente popular, que lindo es tu cucu, a la hija de Simón le gusta el pelao, agüita de culén (para todos los males que el cuerpo humano suele tener). Eso es pudor, piensa Omar satisfecho, reconociendo que en esas elecciones había más que nada una funcionalidad y un espíritu de ligereza reconfortante. una suerte de intersección con choferes de micro y feriantes, seres en general odiables y desgraciadamente totalmente echados a perder por el sound.
e
Es una barbaridad lo que uno aprende gracias a la TV, Omar saca cuenta de que más o menos puede rememorar muchos de los presidentes de los EEUU con cierta precisión en sus períodos, Eisenhower, Truman, Theodore Roosevelt no son misterios y quizás para mucha gente es así también. La idea de estar viviendo en una muy occidentalizada y norteamericanizada sociedad no le preocupa demasiado, al menos esa ha sido la realidad en que ha vivido toda su vida, le da risa lo asumidamente occidentales que son los patrones de conducta y los valores de sus compatriotas, aun dentro del antioccidentalismo de algunos no percibe
68/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
nada parecido a una identidad, a una
intentando conjeturar en qué momento
pertenencia colectiva, que le permita hacerse
y en que país se produjeron esos datos
una idea relativa de que clase de país le tocó
que parecen de otro lado, especie de
vivir.
esquizofrenia histórica... y afuera está gris y opaco como si el invierno fuera a principios
Pero esos tópicos no le desvelan significativamente, Omar mira su entorno y lo evalúa dentro de sus horizontes personales. Una suerte de compasión amistosa por como se deja vivir la vida en el cono más austral de la invertida América, a su vez, le ayuda a mantener una distancia saludable, a fin de cuentas para él no hay mayores diferencias ni jerarquías que no sean funcionales en esas informaciones, Nixon fue contemporáneo de Allende, Juan Antonio Ríos fue contemporáneo de F.D. Roosevelt y Truman. Abismos que los datos no terminan de aclarar en la mente de Omar, el recuerdo de las perplejas lecturas de la historia de Chile, las cifras de 500% de inflación, las matanzas de obreros y estudiantes, las persecuciones políticas, la intervención estatal de la economía, las siglas CAP, CORFO, uf, piensa Omar
69/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
de los sesenta y la radio AM transmitiera boleros y las nuevas canciones de la nueva ola. Cosas que Omar no vivió y que en realidad le interesan muy poco.
o
Omar se ve a si mismo a veces como capitán de un barco en aguas turbulentas, en las invisibles pero reales aguas que inundan sus pesadillas y sus ensueños de detrás de los párpados. “Con cueva, marinero de agua dulce”, piensa con sorna mientras su rinofaringe reacciona exageradamente a la explosiva llegada de la primavera. “La bicicleta lo echa de menos Don Omar” le gritan desde la galucha mientras se lleva el inhalador a la nariz ya absolutamente desesperado por detener la comezón que avanza implacable de la garganta hasta los ojos. “Primavera de mierda”, se rasca la frente y las mejillas pensando en el abismo de tiempo en que navega, porque sus torbellinos invisibles están hechos
ojos pese al bromuro de ipratropio que ya ha hecho efecto en sus fosas nasales, “y volvemos al mar” se dice Omar acordándose de las fosas abisales, allí donde viven esos peces que parecen hechos de plasticina y que se alumbran con aceite de pescado (ja). Omar para y se pregunta para que tanta asociación mental inútil y piensa en Hegel y en Heidegger, grandes pensadores, grandes ilegibles y absolutamente inapropiados para la rinitis y vayasaberunocuantaitis que haya involucrada en su alergia. Fat Boy Slim comienza a sonar gracias a la magia del mp3, suena el teléfono, el cuaderno con las cosas por hacer le guiña un ojo medio culposo y Omar no sabe como terminar el hilo de sus divagaciones. Quizás el café estaba demasiado frio, quizás el aire
más de arena de reloj que de otra cosa. Le acondicionado no estaba todo lo temperado gusta la idea de ir pasando un surco por la que debía o era efecto de la afeitada, pero superficie del pequeño camino que le tocó en suerte vivir, aunque como dijo Simón se haya “arado en el mar”, y a la vez no puede detener el lagrimeo y el ardor de los
70/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
mientras Santiago empezaba a densificarse bajo los rayos no filtrados del sol conosureño, Omar comenzó a tiritar...
l
Pero ni siquiera él mismo lo aguanta, andar a los alaridos como loro enjaulado y con ojos y
La primavera es una estación deliciosa, a
narices sublevados, nadie lo aguanta mucho
Omar le encanta el cambio de horario, le
rato.
encantan las tardes ventosas del poniente y los colores nuevos que invaden el barrio. Si no fuera por esa alergia abyecta que le obliga a depender de soporíferos remedios
Omar hace memoria de la larga retahila de primaveras boicoteadas por el polen y recuerda esos cortos días de septiembre que
y de inmundos inhaladores de aromas
pasó en (la nada de fea pero terriblemente
y sabores antinatura, Omar elegiría la
venida a menos) Cartagena allá por el año
primavera lejos como el mejor tiempo para
ochenta, esa Cartagena desierta por la que
sazonar la vida, por eso su mejor primavera
salía a caminar con un kilo de pañuelos
tiende a ser la que se puede observar a
de género y otro tanto de papel higiénico
través del recuerdo, para alguien como él
enrollado en el bolsillo, las calles empinadas
que está impedido de aspirar una gruesa
y sus casas que recordaban penosamente
y buena bocanada de aire fresco por las
el lujo olvidado. Omar no ignoraba que
tardes, parece no haber otra forma de vivir la
ese había sido “el” balneario pituco y que
primavera en plenitud.
su fama de rasca, picante y ordinario era
Siempre a media máquina, semi dopado o con la nariz agrietada de moco y de químicos. Ahora si su entorno aprendiera
cosa de su historia reciente, pero a Omar le preocupaba más llegar al mar, no ser sorprendido por la alergia y quizás toparse
a aceptar la montaña de pañuelitos
con una de esas chicas que lo enamoraban
desechables y el perpetuo olor a baba de
perdida y desesperanzadamente en esos
los estornudos nada de delicados, otro gallo
viajes. Porque en eso, a sus años, sus
cantaría.
creencias aun no se topaban con la realidad
71/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
y la cruda constatación de que muy poca
que ya eran irrecuperables, aun cuando la
gente y mucho menos chicas como las que
alergia se quedara con él hasta la tumba, el
él focalizaba en sus intereses se levantaban
pajonal había terminado como barrio tipo
a las seis de la mañana para estar a solas a
Copeva, con esas casas de dos pisos y 45
la orilla de la playa, menos en Cartagena,
metros cuadrados, la línea del tren seguía
mucho menos con esa alergia.
ahí, remeciendo como terremoto a los
El tampoco lo haría ahora, aparte que a esa hora insensata sus pocas neuronas lúcidas solamente lo conminarían a seguir horizontal en el huequito tibio de la cama. Pero esa primavera del ochenta pasaron cosas traumáticas, como aquella vez que fue a encumbrar volantines con el hermano mayor de Pacheco y el pobre pañuelito
vecinos cuando pasaba el tren tirando de esos extraños vagones que parecían silos tumbados sobre ruedas. Las crisis alérgicas también sirven como hilo conductor para llegar a aquel final de primavera en que, con el amigo Pacheco, habían decidido irse a la piscina municipal a soportar el terrible calor de diciembre.
blanco de género termino hecho un
Después de sufrir un domingo religioso y de
estropajo, empapado en el infinito moco
penurias adolescentes, se habían largado a
transparente que emanaba como agua de
tomar sol, nadar y olvidar a la mítica piscina
un pozo a cada estornudo. Mala idea había
municipal, pero el mal cálculo le jugaba ya
sido ir al pajonal del otro lado de la línea
entonces malas pasadas, porque alrededor
del tren, donde aparte de encumbrarse
del prado verde los grandes árboles del
volantines se podían cazar arañas pollito.
recinto eran en su mayoría álamos y platanos
El lugar que entonces era rural y tierra de
orientales, si bien lo del pasto podía
yuyos y pencas filudas, tenía para Omar el
soportarlo acostándose estrictamente sobre
peso y la consistencia de esas muchas cosas
la toalla no pudo evitar
72/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
la lluviecita insidiosa de pelusas que le impidieron hacer migas con las vecinas de Pacheco que se reían bajito del estrafalario acompañante que estornudaba como un poseido, quien tenía que meterse al agua hasta que le daba hipotermia para no tener que estar en contacto con la bella naturaleza. Estos recuerdos a Omar le ayudan a sorber con más dignidad sus mocos y a pensar más seriamente en comprar los antihistamínicos adecuados sin demora.
e
El cansancio se le cuelga como una rémora a Omar que teje y desteje sus días laborales en gajos de vida mezclados con aire y movimientos incesantes por la ciudad, reseco de pastillas antialérgicas y con un poco de dinero en el bolsillo la vida por el momento parece un poco más ligera y hasta benigna, pese a la Alianza del Norte, Osama y Bush. Omar no ignora que la biblia dice eso de que cada día es suficiente en su propio afán, quizás de ahí que los dramas de Pozo Almonte o Ralco son temas que no tocan si no la periferia de sus desvelos, aunque en el fondo la conciencia le dice molestosa que habría que hacer tantas cosas para que
73/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
este mundo fuera un poco más decente,
ambición ética le azota con suaves e invisible
que la teoría del granito de arena requiere
bofetadas llenas de juicios y creencias.
de más maquinaria que la remoción de las ex torres de la gran manzana y que esa deseable cuota de poder que intimamente desea jamás alcanzaría para una tarea tan
En esos momentos de reflexiones interminables y de nescafé dulce al lado del teclado, Omar se echa mentalmente a un lado y escarba con cuidado en torno de
impensable como modificar la naturaleza del
sus pensamientos, intentando coger el tallo
homo sapiens.
más firme y profundo de su maleza mental para sacarla con raíz y todo, seguro del
Para cansarse de antemano nadie mejor que Omar bajo el efecto del antihistamínico de turno, ese de cajita azul y que vale tres
poder de regeneración de las negaciones propias, ausente de cualquier remordimiento por inconsecuencia o por falta de una
veces más barato que el importado, los
línea específica -grandes prejuicios de la
ojos ya irritados de computador y de sol
demagogia a la antigua-, primordialmente
de noviembre le pesan al momento de
interesado en entender antes de acoger tanta
pensar en si mismo y en el paisaje que lo
hilacha dialéctica que a cada paso le pasa la
contextualiza. Los grandes proyectos, esa
cuenta.
cosa medio Floreana de “pensar en grande” pasa como el viento sobre su cabeza, concentrado como medio campista más en impedir en que le pasen goles que en anotar
Afuera llega el verano, mientras el mp3 arranca nitidamente a Leonard Cohen, los minutos son soñolientos y cada cierto rato se intercalan el repique electrónico del
los suyos propios. Eso le inquieta y no le
celular con el del teléfono de la oficina, la
inquieta, la cosa teórica, el deber ser del
tarde se deja caer extrañamente en paz, con
resto no le quita el sueño, pero una secreta
las manos mentales llenas de
74/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
imaginarias malezas que crecen confusa e interminablemente en los prados multicolores de su agotado pensamiento. “Hay tanto que hacer”, piensa Omar y se soba la panza pensando en la hora de colación.
h
Hoy es uno de esos días que Omar quisiera echarse a andar, meterse en la brisa otoñal, dejar de pensar y sentirse de alguna manera libre de toda circunstancia, de toda ancla que no sean las elegidas, pero que dificil resulta desnudarse cuando la dermis siente frio y la tos seca de Santiago se atora entre frase y frase. Camina Omar, levantante y anda. Pero la mano reposa agarrada del café, la imaginación camina sola y el cuerpo aguarda, aun no es el final. Judas canta siempre en la banda sonora de esa película con final abierto en que Omar alarga sus segundos de vida, sus tormentas de arena, su horario y las costumbres.
75/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
¿Quién es este Omar? este esperpento
del sexo a las lecturas trasnochadas, del
relleno de aire y palabras, esta evocación
zapping aburrido a la conversación de
nostálgica de uno que no es y que existe
mediodía, la biblia y el calefón del tango
en itinerarios y mapas desprolijos, Omar
bostezan mientras el café alerta y despierta
se toma con sorna su rostro, su quehacer,
las neuronas de turno.
ese dia a dia que lo va borrando del mapa, ese recuerdo de si mismo que ligero de todo hábito se siente periódicamente en disposición de escribir una historia digna de contarse o sencillamente deseosa de escribirse.
Omar mira a su alrededor y sonrie con una triste ironía, el cariño y la indiferencia se abrazan como borrachos y la mirada de afuera no funciona, está estacionada lejos, en esa distancia Omar ve borrosamente los rostros de algunos amigos como si lloviera
Omar ventila tus pulmones y tus ganas
y los cristales se empañaran de solo mirar
secretas de saltar a otra casilla del infinito
por ellos. La muerte nunca estuvo ausente
ajedrez borgeano en que te has metido.
pero hoy la mano fría se siente mañosa y ganosa. Omar no quiere mirar por esos ojos
Pero el café se desliza caliente y dulce por su garganta atorada de cantar y callar. El significado final de la jugada de hoy se le escapa de la punta de los dedos a Omar que tose y recuerda sus momentos kodak por puro vicio, oscuridad y roce de pieles, bocas que cambian el aire respirado por extrañas
de adios en que no hay tarot que decifre las huellas que no han sido pisadas todavía, pero un gusto a claveles de Avenida La Paz no consigue abandonarlo, como ese gusto espeso a piel y a sexo, como la borra amarga del café atorada en la carraspera fría de abril.
mezclas de horarios y dietas, cabalgatas y espasmos que la memoria resigna al mismo
En el principio era el verbo, ya sabemos, y
espeso guiso de calles y cuentas por pagar.
Omar recuerda gestas gloriosas y mínimas
La memoria es un balancín caprichoso,
tristezas como si sólo fuesen palabras
76/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
atontadas e inútiles, I’m a creep, I’m a weirdo, what the hell I’m doing here?. Pero nada de eso refleja nada de lo que ocurre, porque lo que ocurre es sólo un eco circunstancial de otras palabras sin contenido, adrenalinas y promesas, no pasa nada señores, sólo que el dedo se dirige decidido al botón rojo y mientras la tele deja de crepitar sus últimas chispas de estática una mano adormilada busca una cintura calentita y los ojos vuelven a caminar de regreso a la caverna, al sueño pesado, al olvido imprescindible.
o
Omar aspira con deleite el aroma único y compañero del café, el café que es siempre uno sólo, el de los doce años en los días de lluvia con guitarra en mano, el de los quince
Levántate Omar, mirate de pies a cabeza y dinos quién crestas eres, mira que te dice el espejo, que te dice lo que dices, qué semiótica hace falta para esa desarmaduría ontológica, cuantos discos hay que escuchar para tu “personal de radio Concierto”, que malhabida suma de resentimientos te espetan lo que está cicatrizando sin haber herida. Qué de contradicciones, Omar bosteza y deja un segundo de pensar, así,así, mmmmmmm
con los amigos que caminaban diez o veinte kilómetros para tomar café en las bencineras camino a la costa, el eterno y tibio estímulo de las jornadas de trabajo, de los trasnoches mata neuronas, el pecado de los mormones, el café de todos lados, el nescafé. Ese par de minutos en que el vapor le envuelve la cara y el líquido quema la lengua, el café es todos los cafecitos bebidos en innumerables circunstancias y lugares, los desayunos desnudos, los
77/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
picnics a la orilla de un rio, las intimas serenatas del deseo lleno de palabras, el sopor de los almuerzos con vista al mar, el café mirando las violentas olas, el café cagándose de frio entre murallones cordilleranos, el café con sandwiches de queso de los seis o siete años. Omar termina su café con ganas de más, con ganas de zambullise en ese minúsculo aleph en que el olfato y las papilas desatan hebra sobre hebra del tejido desordenado de su memoria.
s
Sentado una vez más en sus evocaciones llenas de música, Omar trata de recordar en que momento un acorde de guitarra equivalía a un absoluto, trata de recordar algo pero no puede, trozos de días desordenados se le atraviesan como perros
Pero la sensatez con nombre de gastritis le
suicidas, como conejos in your headlights,
pone un cono anaranjado y un carabinero de
christian suburbanite, estúpidos fantasmas
tránsito, para obligarlo a virar en U camino
empeñados en salirle al camino con sus
a lo de siempre, a la mínima distancia entre
querellas no resueltas, con sus deseos mal
un punto y otro, la línea recta de la rutina
satisfechos y sus dedos porfiados.
cotidiana. Omar se recita con dificultad un par de versos de Quevedo, se canta canciones de infancia, se prepara el tercer café de la mañana, mira de lejos el paisaje invariable de los últimos meses y se siente enajenado de un sospechado y sospechoso otro
78/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
mundo simbólico, las manos tocan y
estar, de permanecer absorto y se va a dar
confirman la realidad de lo que hasta ahora
una vuelta, inquieto y agobiado, pensando
es nada más que un continente silencioso,
seriamente en hacer Tai Chi y dejarse de
sus manos se empuñan como queriendo
tantas huevadas.
azotarle el hocico a alguien, como tratando de llevar las brasas de la ira en alguna dirección y desatar un pequeño armagedón de sobremesa. Canciones que ya no programan en las radios lo asaltan de todos lados, in your head In your head they’re still fightin’ With their tanks and their bombs, lo desvían de un curso en que hay millones de guerrillas por librar. Caras, cientos de caras del mismo poliedro humano lo saludan o le quitan el saludo, caras que interrogan el significado de que Omar sea el que está ahí guiándose como un ciego bajo la lluvia, sabiendo que no hay nada que decir pero diciéndolo con rabia. Tai Chi piensa Omar rascándose la cabeza, flotar es caer canta un voz melosa, la cabeza viaja distancias y en el vaivén del péndulo las ideas se agitan y marean, Omar se cansa de
79/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
l
Le fallaba algo en la azotea, una indefinición, un dolor nunca expresado, o demasiado expresado y el cuento del lobo, algún día el dolor le iba a llegar al alma y el dolor iba a teñir las pocas alegrías reales de su
finalmente le hubiese dado ese fruto prohibido de quizás unos meses o un par de años para recordar sin amargura, quizás el dia pasó y no se dió ni cuenta, con la mano siempre apretando el gatillo que hasta ahora no se había animado a oprimir, el caño en la sien.
vida, las pocas pero enormes alegrías, pero
Siempre lo había detenido la memoria
esos destellos maravillosos nunca fueron
precisa de algunos rostros, pero hoy esos
suficiente para enseñarle a ir mas allá y a no
rostros sólo sirvieron para un repaso tardío y
temer el error o el fracaso, quizás esa niñez
una cuota más atroz de culpa y tristeza. Qué
encerrada en si misma fue la semilla del
ganas de haber detenido ese dedo indeciso
depresivo agobiado por si mismo que llegó
con una noticia abrumadoramente feliz, con
a ser.
una vuelta de mano afortunada, un billete
Pero que ganas de haberlo visto sonreir, que ganas de que alguien hubiese venido y le hubiese hecho reir de verdad, no con
de lotería único y multimillonario, con una sorpresa asombrosa que le hiciese recobrar las ganas de aguantar aun un poco más.
esa risa falsa que se usaba como reflejo para pasar por un poco más alegre, que ganas de que hubiese dejado de buscar esa incierta admiración a su dudosa inteligencia, que ganas de que todo alguna vez hubiese podido ser un poco más gratuito, que el sacrificio y el trabajar en conciencia
80/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
fin
C
Cuando con Felipe hablamos del asunto ninguno de los dos estaba pasando un muy buen momento, la situación económica del país, siempre al borde de una recesión anunciada, hacía rato que nos impedía a él y a mí poder ser considerados “sujetos de crédito”, peor aun por cuanto las sucias mañanas de Santiago generalmente nos encontraba trepados a inmundas micros, colgando de sus tubos cromados y dejándonos zamarrear indiferentes a todo, condenados a cumplir unos sufridos deberes impuestos por la necesidad pero ajenos a toda vocación masoquista. Felipe trabajaba
los nuevos 81/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
de garzón en una cadena de restoranes de esos que se instalan en los malls y yo me había agarrado un pituto revisando pólizas
de seguro vencidas en una triste oficina
No es ningún misterio que Felipe y
de medio pelo, rodeado de otros seres
yo compartimos muchos intereses y
que como yo, anónimos y decadentes, no
experiencias comunes, el colegio de curas,
veían ninguna luz al final de ningún túnel
la curiosidad por todo tipo de fanatismos
ni el condenado sol que brilla tras ninguna
suicidas, ciertos cursos de oratoria y el
tormenta.
gusto por confundir a la gente con temas completamente fantasiosos que siempre
No era asunto de sentirnos culpables por haber escogido una vida mediocre en lugar de dárnosla de lumbreras en algunos
ocultaban alguna base real: las palabras de Jesús, el Budismo Zen, la fe Baha’i y el origen prostibulario del tango “El Choclo”.
ámbitos personales más agradables, más bien habíamos llegado a la conclusión de
Estos antecedentes seguramente
que nos era muy difícil sentirnos cómodos
prefiguraron la idea de juntar nuestras
en las casillas ajenas, en los estereotipos
fuerzas para modificar los destinos
estimulados desde el otro lado de la valla,
insípidos a los que no habíamos conseguido
desde la propaganda de Paris o de Ripley y que esa carga nos iba a pasar la cuenta si es que no conseguíamos abrir una puerta que fuese sólo la nuestra, o al menos la que cada uno de nosotros fuese capaz de
habituarnos. Destinos insípidos que a fin de cuentas fueron el combustible (la energía) que nos facilitó el asunto del corretaje, tanto de nuestra parte como la de la gran cantidad de gente que puso fe en nuestras gestiones.
inventar y abrir. Por eso en las juntadas en
El asunto era simple y ridículo si se mira
la Plaza Ñuñoa y con los jarros repletos de
bien, pero sabiendo que la gente que
schop, comenzamos a redondear la idea del
mira bien es tan poca, nos lanzamos
corretaje.
sin vacilaciones a la búsqueda de almas
82/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
dispuestas a dejarse consolar por las
quien lo suyo y si andabas buscando un
deidades, ritos y cosmogonías más diversas.
templo evangélico te lo conseguíamos con
El corretaje, como todo corretaje, consistía
una certeza casi científica de que ibas a
en proponerle a quien así lo deseara la
encontrar mediante nuestras gestiones todo
mayor cantidad de ofertas religiosas y
lo que hacía falta en tu vida espiritual.
existenciales disponibles en el mercado, intentando rigurosamente cumplir con las expectativas y deseos de sus almas desconsoladas.
No se crea que queríamos lucrar de la desorientación ajena, más bien queríamos conseguir la influencia y la aceptación social necesaria que hiciera prescindible el preocuparnos del dinero. Ya se sabe que en nuestro país más que tener dinero, el asunto es entrar con estilo y con energía a un club, el de los que se reparten la torta.
Otra de las bases programáticas del corretaje era nunca discriminar por la fe congénita de cada quien. Nos era aceptable una devota de la Virgen del Carmen como un Osho
Y como todo corretaje nosotros cobrábamos nuestra comisión, muchas veces simples almuerzos en hermosas casas del sector oriente, reparaciones sin costo de nuestras casas, rebajas en las verduras y ropa de marca, entradas por un año al Hoyts, parrilladas gratis y una que otra vez agradecidos cheques que cobrábamos por caja y repartíamos fifty fifty sin ningún reparo, hasta un auto consiguió Felipe, el que yo no quise vender y que dejé que Felipe usara sin remordimientos pues me agobia manejar, y mi rol de investigador y documentalista espiritual sencillamente me daba todas las satisfacciones que hasta entonces había buscado, ver a Felipe al fin motorizado era conmovedor.
confundido, un hinduista ferviente como
Felipe tenía una llegada notable con los
un sintoísta alejado de su templo. A cada
humildes de espíritu (descubrí que una secta
83/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
por ahí traducía la célebre expresión “pobres
audiencia. Como se sabe, la desesperanza y
de espíritu” por “los que están concientes
el vacío cunden en esta cultura del consumo,
de su necesidad espiritual”, demasiado),
cualquiera que no se sienta a la altura de
yo me dedicaba a la doctrina y con eso me
sus expectativas, cualquiera que sospecha
alcanzaba. Las relaciones públicas nunca han
la amarga realidad de la vida se vuelve un
sido lo mío.
candidato seguro a todo tipo de transacción, no de otra forma operan las marcas,
En estas diferencias habitaba nuestra fortaleza, yo indagaba las posibilidades, investigaba los matices doctrinales (que normalmente causan cismas y definen apostasías) y Felipe sondeaba el mercado, definía los targets y proponía las soluciones a nuestras ovejas sin pastor. Éramos un equipo de aquellos.
los bancos, los gobiernos; “lo que no correspondería tener por mis méritos o por mi condición natural –parece que pensamos los humanos- debo tenerlo porque puedo comprarlo”, compro ergo puedo, hasta que algún doblez malintencionado del destino nos muestra la otra cara de la moneda, y no hay mastercard ni visa que ayuden a
Normalmente mientras yo leía las suras,
vislumbrar aquello de que la vida es ahora,
los escritos doctrinales de los sunnies
de que somos dueños de nuestro destino,
o me ponía al día con las encíclicas, las
etc. Ahí entrábamos con Felipe a escena,
beatificaciones, el tarot marsellés o la cultura
apuntalando la decepción con eucaristías,
Moche, Felipe arribaba con una rigurosa base
bautismos colectivos, circuncisiones,
de datos en la que luego identificábamos
metafísica, sufismo, lamaísmo y otros
los sujetos sensibles a nuestra propuesta,
subproductos religiosos que, sin juzgarlos ni
era cosa de rondar los cementerios, los
prejuiciarnos, usábamos como puente contra
hospitales, las clínicas, los gimnasios, los
el dolor y la incertidumbre de nuestras
supermercados para individualizar a nuestra
ovejas sin pastor.
84/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Ese era nuestro marco teórico que la mayoría
mantener la balanza de nuestros deseos
aceptaba, pues actuábamos de buena fe,
y expectativas en un marco razonable de
completamente convencidos de la necesidad
buenas costumbres, las que cada día son
de guía de la gente, seguros además de
más difusas e inexplicables. Esta confusión
que cada opción que le alcanzábamos
marea a cualquiera y la religión, el partido,
a los desorientados era adecuadamente
la fe, el fútbol, el rebaño se vuelven
ponderada y discutida por nosotros, pues
mecanismos naturales de supervivencia,
a cada quién lo suyo, una fe para cada
sino que lo diga George W. Bush, Stalin,
personalidad. Cada persona en su fuero
Hitler, Benedicto o Swami Brabuphada (o los
interno persigue ciertos objetivos y deseos
Beatles, Britney Spears, Nike, Sony, Shell o el
inconfesables o a menudo ingenuos:
Real Madrid). Ya lo decíamos, a cada quién
la casa propia, orgías permanentes,
lo suyo y a nosotros el corretaje, lo nuestro
autoflagelaciones, un auto gigante, prestigio,
era la fe ajena, la red de personas armada en
jubilaciones dignas, menade a trois,
torno a la fe y la esperanza, por no hablar de
asesinar a un pariente, un jefe, etc. Esas
la ilusión de que esta realidad material no lo
mínimas ambiciones van conformando los
es todo en absoluto.
deseos y los objetivos de sus conductas y al mismo tiempo su negación ¿cuanta gente incongruentemente termina yendo a misa como negación de sus deseos pedofílicos, adulterinos, alcohólicos, y así por montones?
Quizás el punto crítico de nuestras gestiones se hizo evidente cuando el número de personas necesitadas de esta especie de coaching espiritual sobrepasó las más delirantes proyecciones. Como suelen decir
De más está decir que el corretaje tuvo
los pastores evangélicos, había “hambre y
enorme éxito, debido a este mismo
sed de la palabra”, pero casi de cualquier
desequilibrio aparente. La razón manda
palabra, ya fuera del Buda, de Cristo o
85/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
de Quetzalcoatl. Y había mucha gente
Ahora es posible verlo como un acierto y un
que no estaba dispuesta a asumir credos
error al mismo tiempo, el momento de hacer
trillados, misas, mezquitas y congregaciones
crecer el radio de nuestras competencias
conocidas pues su hambre ya había
espirituales fue a la vez el quiebre
transitado y husmeado lo conocido, sus
administrativo de nuestra exitosa sociedad,
espíritus anhelaban algo completamente nuevo.
quiebre relativo, claro, nunca premeditamos llegar a ser un credo formal, nunca hicimos nada especial por serlo, hasta que Felipe
Como nuestra labor era de mero corretaje a
concibió a Los Nuevos.
veces la simple exhibición de las fortalezas y oportunidades de varios credos resultaba insuficiente para algunos, no habíamos dimensionado el enorme poder de la fe en lo nuevo. Las personas aun en su desorientación querían husmear ritos desconocidos y a la vez modernos, cómodos y confiables; contradicción que comenzó a
Felipe creía que era el momento de aprovechar la oportunidad que nos daba el mercado de la fe. Y que tener una oferta atractiva también pasaba por ofrecer nuestro propio cuerpo de fe, una doctrina, una nueva síntesis de las creencias que ya conocíamos y que pertenecían al acervo de la humanidad. Creo que Felipe estaba algo influido por
irritarnos cuando paulatinamente algunos
la lectura de Groys, o por las políticas
contactados manifestaron su hambre por
educativas del gobierno, o por las tareas de
más, su desilusión al darse cuenta que Felipe
desarrollo de las asociaciones empresariales,
y yo no éramos pastores ni sacerdotes ni
no lo se bien del todo, pero su propuesta
ancianos ni rabíes. Apenas dos tipos con
era elevar al rango de fe la creencia
fobia a la locomoción colectiva y ciertos
contemporánea en la innovación y lo nuevo.
intereses místicos comunes.
Adorar a las diversas deidades por nuevos
86/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
caminos cada día, modificar la fe propia en
nuevo para adorar o entrar en contacto con
movimientos permanentes y mejoramientos
esa conciencia ilimitada.
incrementales.
A mí me sonaba raro y le dije riendo que propusiera a Drucker y a Peters como sumos pontífices. No lo tomó a broma y me dijo que si había una cosa que unía a buenos y malos era el deseo implícito de triunfo, de estar en poder de algo que le estaba vedado al resto y que lo nuevo en todas sus manifestaciones había sido el motor de vanguardias y
Debo decir que Felipe lo tenía bien desarrollado y que me dejé llevar en su entusiasmo. Naturalmente no me veía como pescador de almas ni como imán ni como lama ni como nada parecido, a lo sumo pensé que sería divertido explicar y proyectar lo que hasta ese momento habíamos conseguido: un inusual dominio sobre los diversos mecanismos de la fe. Recuerdo que nos fuimos a la casa de un
movimientos, de cambios que terminaron
contactado en el lago Vichuquén a sentar
convirtiéndose en norma y a la larga abono
las bases doctrinales de Los Nuevos y a
de su propio fin, al ser terreno fértil para
definir la estrategia con que tendríamos que
la irrupción de nuevos cambios. Además
enfrentar este reto, obviamente lo nuevo
Felipe decía que debíamos considerar cada
requería toda nuestra capacidad de innovar,
emprendimiento, cada cosa nueva instalada
sin caer en siutiquerías y sin imponer
en el mundo como la continuación de la
artificios. No sabía que era el inicio del acto
obra creativa de un poder divino, de una conciencia que nos incluía a pesar de nuestra
final. La casa del lago era extraordinaria, no
ignorancia. Cada fiel entre Los Nuevos de
podíamos negar que toda la tecnología
alguna manera tendría franquicia divina para
disponible nos facilitaba enormemente el
instalar en la realidad algo completamente
trabajo. Abstracts en formato digital de
87/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
filosofía, administración, psicología, los
interés adicional por establecerse en una fe
evangelios, chamanismo, devedés de cine
distinta a las conocidas, sabíamos de sus
ruso y novelas de ciberpunk, entre otros
intereses, sus problemas y expectativas.
manjares alimentaron nuestras charlas
Había de todo, empleados públicos y
y nuestros argumentos, permitiéndonos
municipales, empresarios hastiados de la
concebir la estructura general del “novedoso”
eficiencia, jóvenes y viejos, artistas con crisis
credo. Aparte que los cursos gratis de alta
de fe, viudas desorientadas, profesionales
gastronomía, mecánica general, inglés
que habían perdido seres queridos, personas
y francés que por ahí conseguimos nos
alegres y curiosas, amargados y resentidos;
permitieron aprender más y aprovechar este
un rosario aparentemente incongruente
retiro como unas verdaderas vacaciones.
de personas con un único ingrediente
Realmente lo disfrutamos, como Dios manda
común: ansia de espiritualidad, de una fe
si se puede decir en este caso. Pasamos
contemporánea, ecléctica y decididamente
cerca de tres semanas alimentados por la
antipostmoderna, antirrelativista y
confianza y la buena fe de nuestro huésped,
fundamentalmente emprendedora.
quien no sólo aportó techo y paisaje sino que además una despensa llena y remesas periódicas de frutos de la región, vinos y carne. Realmente nos querían, puedo decir que en muchos casos habíamos llegado con la solución precisa en el momento adecuado. No se en que estábamos cuando decidimos embarcarnos en esto.
Algunos amigos manifestaron que había que ser medio tonto para ensartarse en asuntos de fe y en religiones nuevas. Con Felipe estábamos convencidos que no era así, que la fe y la religión son asuntos en que la racionalidad no tiene nada que hacer ni decir, por eso nuestro objetivo, más que asegurarnos un pasar digno a
Felipe tenía una detallada relación de
costa del resto, era darle paz a un grupo
cuantos contactados habían manifestado un
de gente poniéndola en contacto con la
88/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
mejor síntesis de los credos y doctrinas,
controlar mediante el desarrollo de
con una fe pragmática y operativa, que se
habilidades supratecnológicas, aceptaron
estuviese construyendo día a día gracias
mantenerse en contacto permanente
a la contribución de todos sus adeptos y
mediante mensajes instantáneos, que
cuyas doctrinas sólo fuesen un marco para
recurriéramos a mantras experimentales y
el acercamiento personal a lo divino, sea lo
que cambiásemos de cuajo la alimentación
que fuera que cada quien entendiese por
habitual por una en que la sorpresa y lo
divino. Pero para eso había que empezar
novedoso fuese una condición esencial.
induciendo el amor por lo nuevo, inculcando
Parece que había un hastío con todo, ya
la fe en la idea de que hacer, inventar
que cualquier alteración y experimentación
y maquinar siempre cosas nuevas era
era bien recibida y asimilada como un
inconmensurablemente mejor que no hacer
conocimiento imprescindible. Esta gente era
nada y que la tarea de crear era el dogma y
realmente adicta a la novedad.
el orden natural. Pasamos a vivir en un brainstorming Los problemas no se manifestaron
constante y agotador, descubrimos que
inmediatamente, por el contrario los
la motivación del rebaño, que crecía
primeros meses fueron una verdadera luna
como sabe hacerlo una moda o un hábito
de miel. Los fieles aceptaron entusiasmados
clandestino, dependía directamente de
el estudio sistemático del budismo zen y
nuestra habilidad por sacar del sombrero
de los ritos yanomamis, acudieron felices a
cada vez conejos más extraordinarios e
nuestros retiros para descontaminarse de
inusuales. Ni con el pensamiento lateral
los medios, de los celulares, de los valores
de De Bono conseguimos ponernos a la
y prejuicios de una sociedad de consumo,
par de los insaciables consumidores de
aceptaron considerar a la tecnología como
novedades: transitamos por antimisas,
una invención liberadora que debíamos
rezábamos madrenuestras, reemplazamos
89/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
el vino y el pan por leche materna y placenta
fe que no prohíbe nada necesita coerción
humana, meditábamos grupalmente
permanente, y nosotros no teníamos espíritu
haciendo redes tonales, nos vestimos de
de milico. Felipe quizás se avenía mejor
rojo, de gris, de verde, hicimos canciones
a reprender a algún creyente pasado de
de adoración basadas en fórmulas químicas,
revoluciones, a poner en su lugar a alguien
analizamos a Seinfeld y a NipTuck como
cuando un mínimo de urbanidad exigía
posibles epifanías, repetimos mantras
cierta consideración por el resto. Yo sólo me
en mapudungún, en yiddish, en gaélico.
daba vuelta y me iba, no toleraba tener que
Creo que caímos involuntariamente en un
dar de nalgadas a nadie. Al menos no en las
juego hedónico en el que oficiábamos de
circunstancias que vieron el fin de nuestra
animadores de la fe, verdaderos showman
próspera sociedad.
de la divinidad, ya parecíamos guionistas de sitcom tratando de mantener cautivo a nuestro rebaño. Debo decir que Felipe disfrutaba de esto.
Cuando con Felipe intentamos ritualizar una síntesis de la navidad cristiana con las saturnales paganas, el cansancio nos impidió prever las consecuencias de apostar por la
Hoy creo que uno de nuestros errores
más popular de las fiestas; el fin de año, el
fue desechar el castigo o el miedo a la
calor santiaguino, el apuro por regalar y por
muerte y al infierno, pues por principio
festejar nos hizo un poco más descuidados
no quisimos imponer prohibiciones en
y en medio del estudio de los orígenes
desmedro de las posibilidades creativas que
del árbol navideño, de la costumbre de
demandaba la existencia de una fe basada
intercambiar regalos y de los nombres de
en la experimentación y la proposición de
los reyes magos (ya no recuerdo si Felipe o
lo nuevo en todas sus variaciones. Y ahí si
yo) mencionamos, entre conversas de vino
que comenzó a desgranarse el choclo, una
y queso –nuestra costumbre confesional de
90/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
los viernes con los fieles-, que lo normal
Estas ocupaciones nos entretuvieron en la
era pedir buenos deseos en estas fechas y
vieja casa de Ñuñoa que hacía un tiempo
expresar esperanzas de buenaventura, por
usábamos como centro de reunión y que
lo tanto para variar lo nuevo sería hacer
yo había adoptado como mía, hasta pasada
realidad esos y otros deseos, denegar
la medianoche, hora exacta en que recordé
la posibilidad a que subsistieran deseos
a Felipe quien debía estar con algunos
insatisfechos, festejarse en serio y festejar
fieles abriendo regalos y otras innovaciones
al resto. La propuesta fue bien recibida,
inventadas por ellos en una parcela en
nuestros fieles aparte de entusiastas de
Pirque. De más está decir que no éramos
toda novedad eran emprendedores, nadie
particularmente familiares y que una navidad
mejor que ellos para romper las normas y los
con o sin parientes nos daba casi lo mismo.
hábitos. Qué fue lo que llevó a Felipe y un grupo Esa nochebuena la pasé con una amiga
de fieles esa noche a la casa de Ñuñoa no
afortunadamente agnóstica con quien entre
terminé jamás de entenderlo, he meditado
misas, ritos y zalemas nos permitíamos
bastante en eso estos últimos meses
ciertas licencias eróticas, nada del otro
encerrado en la casa de mi amiga en uno
mundo pero muy adecuadas para nuestra
de los lagos del sur, pero no me decido
fe sin reglas. Esta chica se reía mucho
por ninguna versión en particular. Quizás
de nuestro corretaje de almas mientras
la premisa de innovar en forma y fondo
intercambiábamos regalos y arrumacos
de cualquier acto de fe les hizo pensar
menos espirituales que carnales. Tal vez
que una navidad simple con regalos, cola
influida por decenas de películas me dijo
de mono y pan de pascua era demasiado
que yo le recordaba los sacerdotes de los
obvia para el eclecticismo rupturista de
western, de cuello blanco, calzoncillos
Los Nuevos. Quizás la conversación versó
largos y un revolver dentro de la biblia.
sobre el humilde nacimiento del mesías en
91/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
un establo, quizás se ponderó la vitalidad
impedía ser ocurrente. Escondí lo mejor que
pagana de celebrar al sol invicto, por ahí me
pude a mi amiga y me fui a parlamentar con
imagino a alguno de ellos invirtiendo los
estos alegres devotos intentando sacarlos
términos y pensando en una antinavidad en
de la casa y que dejaran a Felipe bajo mi
que el mesías muere saqueado y despojado
cuidado, su estado de ebriedad no consentía
de todos sus bienes en un ambiente de lujo
más juerga.
absoluto, sacrificio que podía ofrecerse o no al sol o la luna, a un banco o una multitienda.
El problema era que estos fieles estaban decididos a todo, les parecía en extremo novedoso transitar contra el tráfico
De lo que si puedo dar fe (ya me está
navideño. Se pusieron de acuerdo en que si
molestando la palabrita) es que el grupo
al niño Jesús lo habían festejado tres reyes
llegó a Ñuñoa con Felipe ebrio y coronado
magos, al antimesías con tres delincuentes
con camelias blancas, que estos adeptos
nada de mágicos le bastaría y sobraría. En
entusiastas de la novedad no sabían cual de
medio de esas discusiones les rebatí que
los dos haría mejor el papel de mesías que
era muy probable que los famosos reyes
abandona el mundo en navidad, si Felipe (el
del evangelio hubiesen llegado mucho
simpático y sociable) o yo (el doctrinario y
tiempo después del alumbramiento de
estudioso). Felipe repetía incongruentemente
María, pero no me escucharon, para variar
que el no era “cordero de ningún dios que
habían decidido ignorar premeditadamente
él conociera, a lo sumo merluza, merluza
a cualquiera que oficiara de maestro, por lo
con papas fritas”. Los Nuevos gozaban con
demás eso les obligaba a actuar más rápido.
las palabras de su semimesías y quizás
En una antinavidad la humildad sobraba,
esperaban algo semejante de mí, pero la
los maestros sobraban e incluso había que
sospecha de que la cosa pintaba feo me
deshacerse de ellos. Felipe completamente
92/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
ebrio decía acaso no querían hacer galletitas
alertaron a las patrullas nocturnas acerca de
con forma de pene.
un grupo de eufóricos religiosos con destino indeterminado.
Fue entonces que determinaron que la edad del mesías era asunto importante, Felipe era
Ahí me di cuenta que uno de los carabineros
dos años mayor que yo y en consecuencia
era de nuestros contactados, conocía muy
el candidato ideal para el antinacimiento.
bien la casa y parecía muy interesado en
Intenté echarlos de la casa sin embargo
la descripción que hacía mi amiga de lo
recibí un botellazo lleno de cola de mono
sucedido, así que apenas pude la empujé
en la cabeza, con una ceja rota me arrastré
al primer taxi que se atravesó frente a la
a la pieza donde me esperaba escondida mi
casa. Puede que yo haya estado paranoico,
amiga, le comenté lo que estaba pasando
pero creo que el taxista había dejado a los
y angustiada me dijo que no quedaba más
bautistas para convertirse en Nuevo, lo
que huir de ahí. Yo sentía que la voz de
supe cuando me saludó por mi nombre y
Felipe se alejaba cantando Noche de Paz
preguntó por Felipe, aunque también puede
muy desafinado, por un momento sentí
ser que eso lo haya imaginado, como puede
que debía volver a separarlo de estos fieles
ser que en ese momento me haya bajado
descocados. Pero los efectos del botellazo
en el primer semáforo o que hayamos
me impedían pensar claramente, entonces
llegado a casa de mi amiga en ese taxi. No lo
ya no sentí más ruido y cuando volví a la
recuerdo. Sólo recuerdo que a Felipe no lo vi
sala no había nadie. Llamé a los carabineros
más, al menos no en persona, no como lo vi
y cientos de veces al celular de Felipe, pero
por última vez esa navidad, porque si lo volví
ninguna opción logró tranquilizarme, el
a ver un par de días después de estas cosas,
celular estaba apagado y los carabineros no
cuando me atreví a salir de la casa de mi
entendían nada de mi historia, sin embargo
amiga poco antes del año nuevo.
93/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Las llamadas periódicas a casa de Felipe,
a la de la casa de Ñuñoa. Entonces entendí
a su familia y su celular eran inútiles, los
o creo haber entendido algo: Felipe quizás
correos electrónicos parecían perderse en
aburrido de la religión había creado su
el vacío. Llegué a pensar que mi amistad
propia compañía de teatro, o algo parecido
con Felipe había sido sólo una alucinación,
a una compañía de teatro para dar vueltas
pero mi amiga me insistía en que algo raro
las creencias de la gente y de paso ganar
había pasado, que no creía que a Felipe le
algo de plata a su manera, sin depender de
hubiesen hecho nada serio. Fue entonces
mis investigaciones y doctrinas, sin vender
que lo volvimos a ver y no sólo a él, sino que
creencias, solamente representando en la vía
a todo el séquito que había aparecido esa
pública, ante espectadores desprevenidos
noche en la vieja casa de Ñuñoa.
sus delirios creativos, su necesidad permanente de innovar.
Estábamos en un cibercafé buscando un lugar donde irnos un tiempo cuando a
Otra hipótesis es que Felipe, de verdad
mano derecha del monitor distinguí a Felipe
en apuros por causa del entusiasmo de
encabezando una procesión compuesta
Los Nuevos, inventó una salida creativa
por los mismos novedosos de navidad. Se
y les dobló la mano como sabe hacerlo
trataba de una webcam que enviaba una
un líder y quizás ahí tuvo su epifanía,
epiléptica imagen desde una esquina de
quizás cual apóstol decidió dejar todo y
Mitre en Bariloche, eran ellos vestidos con
pastorear a su grupo de fieles desquiciados
túnicas a la usanza palestina, daban la
y absolutamente adictos a la novedad,
sensación de una representación de semana
llevándolos en una procesión indefinida
santa de colegio, pero un poco mejor, la imagen no duró más de dos minutos en que volví a ver gestos y actuaciones similares
94/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
Sentí alivio y algo de rabia ¿había forma de averiguar que había pasado esa noche?, ¿significaba esto que Los Nuevos y el
corretaje se acababan?, ¿tenía que ser tan rebuscadamente innovador?, ¿o estaba completamente loco? En ese momento miré a mi amiga y partimos a la casa de Ñuñoa, recogimos nuestras cosas, pague el arriendo, devolví las llaves y me vine a esta casa con vista a un lago (me encantan los lagos) donde trato de no pensar en religión, donde me he dedicado a leer economía política, donde no tengo que tomar micros.
C u e n to s de o rig e n in c ie rto q u e a b a r-
Donde creo que con mi amiga fundaremos
c a n c a s i d ie z a ñ o s d e a p u n te s y d i-
una colonia de agnósticos innovadores, o de
v e rtim e n to s , lo q u e v a q u e d a n d o , e l
emprendedores místicos ateos, no lo se.
s e d im e n to in d ig e rib le d e l d ía a d ía .
Por lo pronto saldré a pasear con nuestro perro “Neo”, aunque para mi amiga esta actividad ya parezca un rito de adoración canina. Aun si así fuera, indudablemente sería la única religión que toleramos practicar desde hace unos meses. Al menos públicamente.
fin 95/Sedimentos/Alvaro Magaña Tabilo
L o m is m o la s fo to s , h á b ito d e s p re o c u p a d o q u e h a id o re lle n a n d o la s p a la b ra s . A lv a ro M a g a ñ a T a b ilo 2 0 0 6