BALANCE BOLIVIANO DE LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO HAY MENOS POBREZA Y MENOS HAMBRE EN EL PAÍS Bolivia disminuyó en casi dos millones el número de personas que se encontraran en situación de extrema pobreza, muy por encima de la reducción de pobreza promedia en Latinoamérica. Entre 1999 y 2012, la cantidad de población que dejó atrás la pobreza para ingresar al estrato medio de ingresos ha crecido en más de tres millones de personas (de 2.1 millones a 5.3 millones de ciudadanos). No obstante, este crecimiento de la clase media incluye a una gran proporción de personas en situación de vulnerabilidad (30% de la población), que se encuentran, por lo tanto, ante el peligro de recaer en la pobreza en caso de perder su empleo, sufrir las consecuencias de una inundación, un incendio o cualquier otra adversidad. Roland Pardo, subdirector de política social de la Unidad de Análisis de
Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), la agencia gubernamental responsable del seguimiento de los ODM, cree que la “aplicación del modelo económico social productivo comunitario, que plantea la redistribución de todos los excedentes a la población vulnerable”, permite reducir el riesgo de un regreso masivo a la pobreza. Crispim Moreira, representante en Bolivia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), dijo en la prensa que “se espera que Bolivia muy pronto logre sumarse al bloque de ocho países latinoamericanos y caribeños que han erradicado el hambre de sus territorios”. Estos últimos años, el país ha reducido a la mitad el número de menores de tres años que se hallaban en condiciones de desnutrición crónica: es decir que tenían una talla inadecuada para su edad, con el peligro de afectar su desarrollo físico y mental. En síntesis, Bolivia cumplió con honores las metas definidas en el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM): erradicar la pobreza extrema y el hambre. Paolo Mattei, representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA), indica que “las políticas sociales del presidente Morales desde el 2006 han contribuido a alcanzar este objetivo (de reducir la desnutrición crónica infantil), como por ejemplo el bono Juana Azurduy, que fue una contribución para que las mujeres embarazadas y lactantes se hagan controlar durante el embarazo; esto apoyó el desarrollo del niño desde los primeros días de vida y durante el embarazo también. Pero no hay que olvidar que el fenómeno de la urbanización de la migración hace que mucha gente en las periferias de las ciudades sobrepasen la línea de la pobreza pero no se alimentan de manera adecuada. Ahí es fundamental la educación alimentaria; muchas veces estos niños toman un té, un mate y comen un pan y esto te llena pero no te nutre, así que hay que focalizar nuestra atención y nuestras intervenciones también en las zonas periurbanas”. Por su parte, el Representante UNICEF, Marcoluigi Corsi, resume: “Vamos
bien, pero los niños siguen siendo los más afectado por el tema de la pobreza y de la desnutrición”. Ilustración: Manuel Apaza
HAY INMENSOS AVANCES, PERO QUEDAN MUCHAS BRECHAS
Bolivia ha tenido mucho éxito en materia de reducción de la pobreza, acceso al agua potable, universalización de la educación primaria y equidad de género, explica Roland Pardo, mientras que “quedan pendientes temas de mortalidad infantil, mortalidad materna y saneamiento básico”. Pardo advierte que “tenemos que seguir trabajando para que estos logros que hemos alcanzado hasta la fecha sean sostenibles y se mantengan”. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se encargó de la realización de los dos primeros informes sobre el seguimiento de los ODM en Bolivia, para monitorear el complimiento de los compromisos asumidos por los representantes de Bolivia y 188 otros países el año 2000, en el marco de una Asamblea General de las
Naciones Unidas. Luego el gobierno nacional asumió el liderazgo y la unidad de investigación UDAPE se responsabilizó por producir y publicar cinco otros informes, en coordinación con un comité interinstitucional conformado por el Instituto Nacional de Estadística y los ministerios de Salud, Educación, Economía, “y otros ministerios que se van involucrado en las distintas temáticas” cubiertas por los ODM, indica Pardo. Este año (2015) en que concluye oficialmente el período de los ODM, UDAPE tiene prevista la producción de un octavo y último informe. El coordinador del Sistema de Información del Ministerio de Salud, Dr. Max Enrique Nava, explica la buena performance boliviana en materia de cumplimiento de los ODM con “la repercusión de muchos de los bonos que se han implementado en el país (Juana Azurduy para las madres embarazadas y sus hijos, Juancito Pinto para la asistencia de los niños al colegio y Renta Dignidad para la 3ra edad)”. También da parte del crédito al “hecho de que cada municipio recibe una mayor cantidad de recursos económicos que le permite ir mejorando los caminos, el sistema de agua y de electricidad, o sea los servicios básicos y eso nos permite ir mejorando en todos los niveles, incluyendo la producción, la salud en los niños, etc.” El representante UNICEF, Marcoluigi Corsi, evalúa que “en Bolivia se han hecho progresos acelerados” gracias, fundamentalmente, a la reducción de la “pobreza extrema que condicionada el complimiento de las demás metas”. Pero emite una preocupación: “las metas deben ser alcanzadas con equidad, mirando a las disparidades entre Indígenas no indígenas, urbanos y rurales, mujeres y varones”.
Ilustración: Jorge Dávalos
LA IGUALDAD DE GÉNERO ANDA BIEN, PERO FALTA APLICAR LAS LEYES
Hoy día en Bolivia, hay más niñas que niños que logran concluir la escuela, tanto a nivel primario como secundario. Pero al salir bachilleres, “¿cuáles son las opciones y oportunidades de las mujeres adolescentes de aportar a la economía nacional?”, se pregunta el Representante de UNICEF, Marcoluigi Corsi. Además de tomar en cuenta la equidad en el acceso y porcentajes de término entre niñas y niños en las escuelas, el tercer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM), consagrado a la igualdad de género, contempla el factor de la paridad en los ingresos económicos. “Las mujeres todavía están en desventaja respecto a los varones en cuanto a su remuneración en el mercado laboral”, dice el investigador Adhemar Esquivel, de la Unidad de Análisis de
Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), a cargo del seguimiento de los ODM por parte del gobierno boliviano. “Las mujeres están ocupando los cargos peor pagados y menos profesionalizados, aunque hay avances en ese sentido”, dice Natasha Loayza, la jefa interina de ONUMujeres. “La CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) ha establecido que las mujeres ganan un 50% menos que los hombres por igual trabajo en Bolivia. Entonces eso es un desafío muy grande”. Otro indicador tomado en cuenta por el tercer ODM concierne al espacio de las mujeres en la política, y allí, las cosas se ven mucho mejor. “Bolivia es el segundo país en el mundo (después de Ruanda), en haber logrado paridad en la Asamblea Plurinacional y haber logrado inclusive más del 50% en diputados, ¡eso es inédito!”, exclama Loayza. “Piensa en cuántos países, en el mundo han logrado la paridad (en la Asamblea Plurinacional) como Bolivia”, dice la Representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Ana Angarita. “Yo creo que las organizaciones sociales han jugado un papel determinante” en esta conquista de igualdad de género, señala. “Pero cuando miras a nivel local, encuentras menos paridad de género en municipios y gobernaciones. Es un desafío pendiente”, añade.
Hay un último criterio, el de la violencia de género, que no ha sido contemplado por la Asamblea General de las Naciones Unidas a tiempo de definir los ODM en el año 2000. El país registró grandes avances legales, que tardan sin embargo en concretarse en la vida real. “En un momento dado, dos mujeres presidían las cámaras alta y baja y realmente impulsaron la promulgación de la Ley para
Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia y la Ley contra el Acoso y la Violencia Política que son fundamentales en el contexto de este país”, dice Loayza. “El desafío fundamental es verdaderamente implementar estas leyes, que no se queden solamente en el papel sino que se logre cambiar la vida de las mujeres; esa es la meta, ese es el desafío”, puntualiza. “Creo que hacen falta mecanismos de vigilancia, mecanismos de monitoreo que aseguren la aplicación de estas leyes y se acabe con la brecha entre los avances normativos y su implementación”, concluye Ana Angarita.
Ilustración: Abel Bellido
LA MORTALIDAD INFANTIL ES UN TEMA PENDIENTE
“Todavía tenemos una brecha relativamente importante en mortalidad infantil y no consideramos que la meta se va alcanzar este año”, comenta el investigador Adhemar Esquivel, de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), el equipo a cargo del seguimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) por
parte del estado boliviano. Faltan datos y estudios más actualizados, pero la Dra. Maritza Troche, del Sistema de Información del Ministerio de Salud, indica que la tendencia va decreciendo “paulatinamente en la mortalidad institucional”, es decir, tomando únicamente en cuenta los casos de niños muertos compilados por los centros de salud estatales.
EN SALUD MATERNA FALTAN DATOS ACTUALES
La meta del cuarto ODM consiste, para este año (2015), en reducir la tasa nacional de 63 a 43 niños muertos por cada 100.000 niños nacidos vivos (86.8 en el campo y 42.6 en la ciudad según la última estadística oficial, ENDSA 2008). Para 2011 solo disponemos de una tasa nacional (58 niños muertos por 100.000 nacidos vivos), sin la posibilidad de indagar sobre la realidad rural. Dentro de “todas las estrategias que hemos asumido como país para disminuir la mortalidad infantil”, se destaca el bono Juana Azurduy, indica la Dra. Troche, ya que este bono otorga a las madres transferencias monetarias condicionadas a los controles medicales de sus hijos antes del parto, y luego hasta dos años después de haber dado a luz. Otro tema es la “incorporación de vacunas en el sistema básico de salud para poder reducir por ejemplo las muertes por enfermedades diarreicas o por infecciones respiratorias agudas”, dice Esquivel. El representante de UNICEF en Bolivia, Marcoluigi Corsi, indica que los datos disponibles “claramente demuestran que las zonas rurales, sobre todo en los rincones más alejados” concentran una buena proporción de las muertes infantiles y que es allí donde importa dar mayor acceso a los servicios.
Foto: Noelia Zelaya
“En mortalidad materna, no tenemos información actualizada. Los últimos datos oficiales que se manejan todavía son del 2003, son bastante rezagados, indican que tenemos 229 muertes por 100.000 nacimientos”, comenta el investigador Adhemar Esquivel de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), la institución estatal a cargo del seguimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). La meta que se fijó Bolivia en el año 2000 fue bajar a sólo 104 muertes maternas por cien mil nacimientos, o sea dos veces menos. En 2008 hubo otra encuesta dedicada a esta temática, que fue desestimada por su deficiente “representatividad estadística” y se espera que este año (2015), al fin contemos con datos frescos y oficiales sobre salud materna, indica Esquivel. La Representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Ana Angarita, dice que “con el objetivo de contar con indicadores actualizados respecto a la razón de mortalidad materna, el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Estadística (INE), con apoyo de UNFPA y de otras agencias de cooperación, han realizado un estudio nacional de
mortalidad materna. El estudio nos ayudará a identificar dónde se han registrado mayormente las muertes maternas, cuáles han sido las causas, y nos servirá para identificar dónde las mujeres no alcanzan a llegar a los servicios o los servicios no les llegan a ellas”. Entre los años 1996 y 2012, Bolivia ha más que duplicado el porcentaje (70.8%) de partos atendidos por personal especializado, lo cual es también un criterio tomado en cuenta para la evaluación de los ODM en Bolivia. “Hemos superado las expectativas, tanto en la cobertura de parto institucional, como la cobertura de control prenatal, ambas han ido mejorando, la tendencia es a subir”, dice Maritza Troche, del Sistema de Información del Ministerio de Salud. Este éxito se debe, entre otros factores, al Seguro Universal Materno Infantil (SUMI) y al Bono Juana Azurduy, que premia a las madres por tener un parto institucionalizado y por consultar al médico antes y después del parto. Dentro de los factores que influyen negativamente sobre la salud materna, “hay un incremento indiscutible de los embarazos en adolescentes, que son muchas veces embarazos no deseados o panificados, y de alto riesgo para las jóvenes madres”, dice Ana Angarita. Señala que “los servicios de salud no están preparados para prestar atención a una joven adolescente. Por ejemplo, el bono Juana Azurduy en su momento se constituyó en un elemento estimulante para la llegada de las mujeres embarazadas a los servicios de salud, pero debido a problemas de tipo logístico y administrativo, ha generado un desencanto en la población especialmente de nivel rural, por la dificultad de acceso a los servicios de salud y al mismo bono.” También hay “muchos problemas con la contracepción”, dice la jefa interina de ONUMujeres, Natasha Loayza. “Otro tema crítico es el aborto, puesto que todavía en Bolivia se piensa que no es justificable hacer un aborto por cuestiones de salud de la madre y menos por cuestiones de violación, lo cual es bastante preocupante. Hay mucha violencia sexual en Bolivia, el segundo país de América Latina en violencia sexual
después de Haití”, explica Loayza.
Ilustración: Alejandro Salazar
AVANCES NOTABLES EN VIH/SIDA, MALARIA, TUBERCULOSIS Y CHAGAS
El número de casos de VIH/SIDA y tuberculosis no para de aumentar en Bolivia, pero no tanto por la expansión de estas enfermedades, sino porque los esfuerzos para detectarlas van creciendo e involucran cada vez más recursos. La lucha contra los brotes de malaria va bien en todo el país, salvo en Guayaramerin, mientras que con el mal de Chagas, el problema no es tanto acabar con las vinchucas (vector de la enfermedad), sino en desarrollar nuevos tratamientos y adquirir los medicamentos en cantidades suficientes.
VIH/SIDA La lucha contra el VIH/SIDA requiere mayores esfuerzos. Hay cada vez más casos notificados (9.300 en diciembre de 2012), lo cual debe ser un llamado a la vigilancia. “La detección del cáncer de cuello uterino y el tratamiento integrado en la atención del VIH puede reducir la morbilidad y la mortalidad en las mujeres que viven con el VIH. Los casos siguen en aumento y hay todavía un trabajo muy fuerte que hacer en prevención y estigmatización”, dice la Representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Ana Angarita. “Tenemos ya avanzadas conversaciones con el Ministerio de Educación para incorporar el tema del VIH en los módulos de información sobre la salud sexual y reproductiva y la educación sexual integral”. Pero este incremento en el número de casos notificados se debe también a que los exámenes son cada vez más sencillos (con más de 250.000 pruebas de VIH administradas en Bolivia en el año 2012), ello gracias a la implementación de los “kits de prueba rápida”, dice Adhemar Esquivel, investigador de UDAPE, el equipo estatal boliviano responsable del seguimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Hay cada vez menos enfermos de VIH que desarrollan la fase de SIDA, puesto que la detección es cada vez más temprana, en particular en las mujeres embarazadas infectadas con el VIH/SIDA, que transmiten cada vez menos la enfermedad a sus hijos. Cada vez más personas con infección avanzada recibe la terapia antirretroviral (2.278 personas en el año 2012, según datos preliminares del Ministerio de Salud). Y el conocimiento y uso del condón como método de protección contra la enfermedad han registrados grandes avances, aunque su disponibilidad queda por mejorar “en lugares donde realmente se puede producir un sexo casual, que puede ser pubs, karaokes, discotecas y demás”, dice el médico del Fondo
Global de las Naciones Unidas, Dr. Percy Calderón.
Malaria “En el tema de malaria ha habido avances considerables e importantes”, dice Esquivel. Hasta tal punto que la campaña boliviana de lucha contra la malaria “ha sido una estrella en toda Sudamérica, porque superó las expectativas planteadas”, dice Richard Flores, del Fondo Global de las Naciones Unidas. De acuerdo a la evaluación que realiza anualmente del Programa Nacional de Malaria del Ministerio de Salud, la incidencia de esta enfermedad tropical está bajo control. El 2012, el índice de malaria era de 17.1% en Beni y de 13,7% en Pando, que son los dos departamentos en los cuales se concentra la enfermedad. Decenas de municipios han sido declarados libres de la enfermedad, que se concentra hoy por una mitad en Guayaramerin (Beni), según Flores, que resume el éxito de su campaña en tres palabras: rapidez de reacción. “Con un Ministerio de Salud comprometido y con aliados estratégicos como la OPS/OMS (Organización Panamericana y Mundial de la Salud), hemos experimentado nuevos protocolos para reducir los brotes, porque si hay un mosquito enfermo que pica a 10 personas de una vez, si uno interviene directamente ahí, entonces apaga el brote, para que no se expanda la epidemia”. Para controlar la enfermedad, se “actúa dando el tratamiento (a los enfermos) y después con sistemas de prevención, rociando (insecticida) dentro de los domicilios y distribuyendo mosquiteras impregnadas de insecticida, que han dado buen resultado”. A continuación viene una nueva fase en la lucha contra la malaria, dice el coordinador del Sistema de Información del Ministerio de
Salud, Dr. Max Enrique Nava: “Antes podíamos encontrar una alta densidad (de enfermos), en cambio la densidad ahora ha bajado, entonces es mayor el esfuerzo y mayor la cooperación que se requiere, o sea los técnicos tienen que ser mucho más minuciosos con el trabajo para poder encontrar el caso”.
hace 45 o 60 años. Bolivia compra alrededor del 85% de la producción mundial de benznidazol, y pese a eso no abastece para los requerimientos del país, no podemos ampliar nuestra cobertura de tratamientos, ese es un problema mayúsculo en Bolivia”.
Ilustración: Alejandro Salazar
Tuberculosis Como en el caso del VIH/SIDA, hay cada vez más recursos invertidos en la detección de la enfermedad, y por este motivo, mayor es también la proporción de casos de tuberculosis encontrados en la población. En 2012, la tasa de incidencia de tuberculosis fue de 72.1 casos por cien mil habitantes, lo cual ubica a Bolivia, conjuntamente con Perú y Colombia, entre los tres países de Suramérica con mayor presencia de esta enfermedad. En más de la mitad de los casos, se detecta de modo tardío a la enfermedad, lo que facilita su diseminación en la población en general. En Bolivia, según la Dra. Maritza Troche, del Ministerio de Salud, hemos llegado a tener un 84% de los pacientes que culminan su tratamiento, cuando la proporción internacionalmente aceptada es del 85%: “estamos cerca de cumplir ese compromiso internacional que habíamos asumido como país”, dice ella. “El tratamiento es muy largo, pero el personal operativo (las enfermeras) inclusive van a los domicilios a hacer los tratamientos diarios correspondientes, entonces se está tomando muy en serio este tema de la tuberculosis”, añade la Dra. Troche.
BOLIVIA LOGRA LA META EN ACCESO AL AGUA
Chagas
La meta para el acceso al agua potable (78,5%) ha sido superada el año 2012, y sigue siendo uno de los principales logros de Bolivia (conjuntamente con la disminución de la pobreza) en cuanto a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Asimismo, la brecha entre la ciudad (86,9% de acceso al agua) y el campo (62,3%) se va reduciendo.
“Hay dos departamentos que han sido certificados libres de Chagas, que son La Paz y Potosí”, dice el Dr. Rocco Abruzzese del Ministerio de Salud, pero añade: “seguimos con medicamentos (para curar el Chagas) de
En saneamiento básico, falta todavía mucho para alcanzar la meta de 64% de acceso y “es un trabajo pendiente”, dice el investigador Adhemar Esquivel de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), la
entidad gubernamental responsable del seguimiento en Bolivia de los ODM. El objetivo 7- Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, aparte del acceso al agua y al saneamiento básico, incluye el hecho de garantizar la misma superficie nacional en áreas protegida (cumplida) y de acabar con el consumo de clorofluorocarburos que agotan la capa de ozono (cumplido).
También hay otros indicadores que no han sido evaluados por UDAPE, relativos a la superficie del país cubierta por bosques y al uso de energía y combustibles. Citando los casos de la deforestación y de la contaminación minera y agropecuaria, la activista ambiental Cecilia Requena dice que Bolivia no ha escapado todavía de una “deriva desarrollista y extractivista que resulta demasiado tentadora”.
Ilustración: Abel Bellido
LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE SON UNA DEUDA MORAL En septiembre, líderes de todo el mundo deben llegar a un acuerdo sobre la agenda de largo alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), para acabar con la pobreza y transformar vidas sin dejar de proteger el planeta. En el marco de esta nueva agenda mundial, “cada país, en función a su proyección y a sus perspectivas, tiene que fijar sus propias metas de desarrollo y en función a
eso hacer seguimiento”, explica el subdirector de política social de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), Roland Pardo.
“Todavía en Bolivia no hay un debate público sobre los ODS”, expresa la Representante del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), Ana Angarita. Sin embargo, en los círculos técnicos del Estado, los funcionarios se preparan. UDAPE, el Ministerio de Salud y varios otros ministerios están actualmente definiendo las metas nacionales en función a los parámetros conocidos (pero todavía no aprobados) de los diecisiete ODS. Usan además otro referente, que se inscribe en la misma filosofía, para definir sus metas: “La agenda 2025 tiene por marco de referencia a la constitución política del estado y al vivir bien, que comparten (con los ODS) esa visión de un desarrollo que atiende integralmente a todos los ámbitos a la población, no solamente en cuanto a la pobreza material, sino también a la pobreza espiritual y (hace hincapié) en el tema del medio ambiente, puesto que el cuidado de la madre tierra es muy importante”, dice Roland Pardo.
Temas sostenibles Los representantes de las diferentes agencias de la ONU en Bolivia ponen mucha esperanza en los ODS, que vienen a reemplazar en la agenda pública a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), ya que estos últimos concluyen este año (2015). El representante del Programa Mundial de Alimentos, Paolo Mattei, indica que los ODS deben enfrentarse “al desafío del hambre cero; durante nuestro ciclo de vida debemos alcanzar que no haya población desnutrida en los países en vías de desarrollo como Bolivia”. De hecho, el segundo de los ODS, que será analizado en septiembre por los líderes del mundo, proyecta “poner fin al hambre”. El representante de UNICEF, Marcoluigi Corsi, dice que “muchos de los desafíos a los cuales nos enfrentamos a nivel mundial tienen que ver con la exclusión de unos grupos; este es un tema que debe ser tomado en consideración”. Por ejemplo, “todavía seguimos en Bolivia con unos cinco, seis o siete por ciento de niños y niñas que quedan por fuera de la escuela, entonces necesitamos entender dónde están y por qué no van a la escuela, y después desarrollar políticas e implementar estrategias que sean dirigidas a este segmento de la población”. El cuarto ODS propone “garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa”. El Oficial a Cargo de la UNODC en Bolivia, Carlos Díaz, reiteró el reconocimiento de la Declaración de Doha adoptada por el 13° Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Justicia Penal, “que el desarrollo sostenible y el estado de derecho están estrechamente interrelacionado y se refuerzan mutualmente. Los Estados Miembros nos han mandado el mensaje claro de promover sociedades pacíficas, sin corrupción e inclusivas, y con instituciones eficaces, responsables e inclusivas a través de nuestro trabajo.”
Finalmente la jefa interina de ONUMujeres, Natasha Loayza, indica que “al margen de que el enfoque de género está incorporado transversalmente en los ODS”, el país debe “plantearse metas muy concretas en términos de violencia contra las mujeres, participación política, empoderamiento económico, todo esto en el marco del desarrollo humano”. De modo específico, el quinto ODS da como meta “alcanzar la igualdad entre los géneros”.
Ilustración: Alejandro Salazar
LOS 17 OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE PROPUESTOS 1. Erradicar la pobreza en todas sus formas en todo el mundo 2. Poner fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover la agricultura sostenible 3. Garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos para todas las edades 4. Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos 5. Alcanzar la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas 6. Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos 7. Asegurar el acceso a energías asequibles, fiables, sostenibles y modernas para todos 8. Fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo
pleno y productivo, y el trabajo decente para todos 9. Desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación 10. Reducir las desigualdades entre países y dentro de ellos 11. Conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles 12. Garantizar las pautas de consumo y de producción sostenibles 13. Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (tomando nota de los acuerdos adoptados en el foro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) 14. Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos para lograr el desarrollo sostenible 15. Proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de manera sostenible los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra, y frenar la pérdida de diversidad biológica 16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles 17. Fortalecer los medios de ejecución y reavivar la alianza mundial para el desarrollo sostenible