EL ESTADO DE MALESTAR II Por Amanda Fernรกndez Casas
En la siguiente presentación se mostrarán las fotografías realizadas y seleccionadas para este trabajo, segunda parte de un proyecto fotográfico iniciado en octubre del año pasado (2013), llamado “El Estado de Malestar I: Humanidad Ausente”. Se expondrán y explicarán brevemente los casos reales encontrados, comprendidos en el periodo de tiempo entre febrero y junio del año 2014. Se trata de un foto-reportaje de denuncia social, cuya finalidad es mostrar personas, hogares y situaciones reales comprometidas y difíciles de sobrellevar. Estas situaciones han aumentado en número y gravedad en los últimos años con la permanencia de la crisis económica, que a largo plazo ha hecho meya en los aspectos sociales y al conocido como “estado de bienestar”. Se recuerda, como ya se explicó en la primera parte, que se trata de un proyecto fotográfico cuya realización aún continúa en funcionamiento, ya que pretendo seguir desarrollándolo a largo plazo para que, además de sufrir una evolución técnica, el tiempo me permita indagar y profundizar más en las historias de estas personas. Se advierte que debido a su finalidad y el carácter de las fotografías, podría haber imágenes que dañen la sensibilidad del espectador.
El 22 de febrero tuvo lugar una manifestación en defensa de los servicios sociales a causa del gran recorte en los presupuestos de los mismos que se lleva produciendo desde el comienzo de la crisis económica. Fue una manifestación con poca asistencia e impacto, ya que la “marea naranja”, representante del sector de servicios sociales, es mucho menos conocida que la “marea verde” (educación) o la “marea blanca” (sanidad). Este hecho debería cambiar progresivamente y darse a conocer esta corriente, ya que junto a la sanidad y educación públicas, los servicios sociales son uno de los pilares más importantes que componen el estado de bienestar de la sociedad. A pesar de la poca afluencia de personas, la variedad era elevada, ya que había tanto jóvenes como personas pertenecientes a la tercera edad (como el grupo conocido como los “yayoflautas”). Había hombres y mujeres (entre ellas, las trabajadoras sociales del Centro Social de San Fernando de Henares, junto al que estoy realizando este proyecto), personas con discapacidades, enfermedades psíquicas o con dependencia, niños y niñas, etc.
Eulalio. Se trata de un hombre con síndrome de diógenes que, junto con otros problemas mentales y su edad (más de 45 años), vive solo en un piso, en cuyo bloque ya se han producido quejas de sus vecinos por los malos olores. Desafortunadamente, tras tres intentos, no conseguí acceder a su domicilio. Anteriormente se tuvieron que realizar entradas forzadas para comprobar que no hubiese fallecido tras una larga temporada sin que abriera la puerta. También se realizó limpieza y vaciado de su piso, pero actualmente vuelve a estar lleno de desperdicios y objetos que ha ido acumulando. Es peligroso para sí mismo, ya que muchas veces se olvida de comer, no cuida su higiene y provoca situaciones incómodas para los vecinos.
El siguiente caso es el de una familia de cuatro miembros constituida por Pedro, María y sus dos hijos menores de edad, Álvaro de seis años y Adrián de un año de edad. Viven en una propiedad de una tía de María cedida con carácter temporal, un piso cuyo espacio en metros cuadrados es insuficiente para la convivencia de cuatro personas. También se ha de mencionar el mal estado del mismo (ya que es un piso antiguo). Ambos progenitores son desempleados de larga duración y tienen problemas de salud relacionados con antiguos problemas de drogadicción (en el caso de Pedro con un grado de discapacidad reconocido del 63%). Sus ingresos son inferiores al S.M.I. Esta pareja se conoció cuando ambos aún llevaban un modo de vida en malas condiciones y estaban en tratamiento de sus adicciones. Cuando iniciaron su relación y decidieron tener hijos quisieron cambiar totalmente su situación y empezar de nuevo. Desde entonces han luchado por conseguir crear un entorno óptimo para su familiar e iniciando una búsqueda continua de puesto de trabajo.
(padre): Marcos. (madre): Marina. (hija pequeña): Beatriz. Marina está actualmente en situación de desempleo y agotó el subsidio en 2010. Tiene una discapacidad del 87%, por lo que ha sido solicitada una pensión no contributiva de invalidez. Marcos también es desempleado, cuyo último contrato laboral finalizó en el año 2011. Es un parado de larga duración mayor de 45 años. Participa activamente en un proceso de formación y búsqueda de empleo a través del SEPE. Disponen de una prestación por hijo discapacitado menor de edad. Residen en San Fernando de Henares tras resultar adjudicatarios de una vivienda social del IVIMA. Necesitan una amplia cobertura sanitaria de la Seguridad Social. 1. Marina: tiene grado de discapacidad del 87%. Diagnóstico principal: asma, daltonismo, desprendimiento y defectos de retina. Es decir, es prácticamente ciega. 2. Beatriz, de ocho años de edad, tiene un grado de discapacidad del 76%. Diagnóstico principal: disminución de la eficiencia visual por trastorno de la visión cromática. Ha heredado la ceguera de su madre y continuará perdiendo la visión de manera progresiva. 3. Marcos presenta una sordera completa en el oído izquierdo y parcial en el oído derecho, acompañado de vértigos otogénicos. Además, fue intervenido quirúrgicamente de una hernia discal. Los factores económicos (precariedad), de salud (vulnerabilidad) y de necesidad de integración escolar y laboral, aconsejan un seguimiento social de carácter intensivo.
(madre): Jordana. (hija mayor): Eva. (hija menor): Nuria. (padre de Eva): Jorge. Este es el caso de una mujer de treinta y ocho años, divorciada y con dos menores a su cargo. Su demanda principal es el acceso a prestaciones y recursos del sistema de protección social por carecer de medios suficientes para la supervivencia (apoyo económico para poder hacer frente a la deuda de alquiler, gastos de manutención y pago a la farmacia). Jordana ha trabajado mayoritariamente en el sector servicios sin alta laboral. Está inscrita en el SEPE, pero no percibe subsidio ni prestación alguna. Los únicos ingresos actuales son 150 euros en concepto de pensión de alimentos para su hija mayor. Disponen de una vivienda de alquiler, por la cual Jordana declara tener una deuda de dos mensualidades. La arrendadora presentará próximamente un escrito por el que, salvo pago, se llevará a cabo el inicio de tramitación para desalojo. Posee un itinerario laboral también fuera de España y expresa que no puede emigrar (como sería su deseo) por el seguimiento de salud de su hija Nuria, que está siendo atendida por el Servicio de Cardiología y Pediátrica del Hospital del Henares. Figura también en sus últimos análisis que sufre de anemia. Jordana y las niñas tienen nacionalidad española, ya que Jordana estuvo casada con un hombre español (Jorge); padre de su hija mayor, Eva. Tras su separación conoció al padre de su hija menor, que actualmente no puede estar en España. Se encuentra en Francia por no disponer de los papeles necesarios. Esto quiere decir que Nuria no conoce a su padre.
(madre): Pepa. (hija): Amaya. (hija): Miriam. Este caso también está formado por una familia monoparental de tres miembros (la madre y sus dos hijas, menores de edad). Figuran empadronadas en San Fernando desde la adjudicación de una vivienda por parte del IVIMA. Antes de instalarse en su nueva vivienda estuvieron en las chabolas de La Cañada Real junto a la pareja de ella, un hombre de etnia gitana. Después de un largo de periodo tratando de terminar con la relación y poder empezar de nuevo, consiguió la oportunidad, preocupada especialmente por el modo de vida, futuro y desarrollo de sus dos hijas. En 2013 Pepa acude por primera vez a Servicios Sociales solicitando información sobre prestaciones económicas de apoyo ante lo ajustado del presupuesto familiar y el elevado gasto en vivienda: aún no le ha sido concedida la reducción de cuota del alquiler y le resulta imposible abordar otros gastos como son los recibos de luz y de gas. Se le ha concedido una renta mínima de inserción que conlleva la fijación de unos objetivos de implementación progresiva, los cuales debe cumplir. Estos son: 1. Administración del escaso presupuesto familiar. 2 Seguimiento educativo de las niñas. 3. Búsqueda activa de empleo de la progenitora. 4. Compromiso de pago del alquiler de vivienda y garaje al IVIMA. Por otro lado, Pepa es vecina de Maite, una madre que sufre una enfermedad rara con brotes que le impiden en uno o varios días realizar una vida normal, necesitando apoyo vecinal para que su hijo no falte al colegio. De esta labor se encarga Pepa.
LAS CHABOLAS Dentro de este apartado se encuentran los tres últimos casos. Sin embargo, antes de entrar en detalle con ellos, un examen general del lugar en que se encuentran: Ubicación: Parcelas rústicas del término municipal de San Fernando de Henares. A lo largo de la carretera que va desde Mejorada del Campo hasta Torrejón de Ardoz. Se extienden tanto a la derecha como a la izquierda de la carretera y se dividen por sectores (en el terreno) y el “origen” de los residentes. A pesar de que en su gran mayoría son de etnia gitana, cada uno tiene sus raíces. Unos son los “rumanos”, otros son los “portugueses”, hay españoles, etc. Consecuentemente, cada familia lleva un modo de vida distinto. Esto significa que, por extraño que resulte, sí hay viviendas donde conviven con buena situación de higiene y cuidados. Por otro lado, también hay familias donde la higiene y la limpieza son inexistentes y la forma en que viven es precaria y peligrosa para la salud.
(padre): Ramón. (madre): Rita. (hija, bebé): Nerea. Forman una familia de tres miembros: un bebé de cuatro meses y los progenitores, dos jóvenes menores de veinticinco años. Ya existían antecedentes de uno de los progenitores (Ramón) en el Centro de Servicios Sociales de San Fernando de Henares. Procede de un colectivo asentado, primero, en las márgenes del Río Jarama y después, tras una situación de emergencia por inundaciones, en la Carretera de Los Berrocales (la zona de "chabolas"). La pareja acude de nuevo a Servicios Sociales solicitando información sobre prestaciones y recursos sociales de apoyo tras el nacimiento de su hija Nerea. Es una familia con alto riesgo de exclusión social, ya que presentan serias dificultades económicas (escaso presupuesto familiar) y difícil acceso a un alojamiento estable (han residido siempre en infraviviendas). La necesidad de vivienda es una constante en la familia. Sin ingresos estables, reciben una ayuda municipal de manutención y para alimentación infantil complementaria de su bebé (durante la tramitación de Renta Mínima de Inserción). También tienen gastos farmacéuticos como son las vacunas no cubiertas por la Seguridad Social, especialmente importantes debido al lugar en que viven, donde es más fácil enfermar o contagiarse. Actualmente se encuentran en una infravivienda en zona no urbana. Una chabola en terreno rústico hecha por ellos mismos, de aprox. unos catorce metros cuadrados, sin suelo ni techo (éste está hecho de tablas y gomaespuma, por lo que sufren de grandes humedades y goteras). La chabola está dividida en dos espacios (la "sala de estar" que es al mismo tiempo la cocina y la "habitación" donde duermen con su bebé), no tienen lavabo (orinan y defecan en envases de plástico como botellas de agua), las ratas circulan libremente por el interior de la vivienda (y la caca de rata se acumula). Carecen de higiene y salubridad. Algunos de los aparatos eléctricos que utilizan para calentarse o cocinar están en malas condiciones y podrían dar lugar a accidentes domésticos. Dejan ropa encima de la estufa, restos de comida, hay cenizas de la “chimenea” y herramientas por el suelo, etc. Ellos hablan de una historia de amor no aceptada por rivalidad entre las familias de ambos. Han sobrevivido hasta el nacimiento de Nerea de “pedir” caridad: Ramón tocaba la guitarra y Rita pasaba el plato.
(padre): Fernando. (madre): Celia. (hijo pequeño): Alberto. Al igual que en el caso anterior, es una unidad familiar de tres miembros: un bebé de seis meses y progenitores jóvenes menores de veinticinco años). Existen antecedentes de uno de los progenitores en este Centro de Servicios Sociales, igual que la pareja anterior, ya que son familia. Acuden a Servicios Sociales solicitando información sobre prestaciones y recursos sociales de apoyo tras el nacimiento de su hijo Alberto y solicitando un cambio de domicilio de Rivas a San Fernando de Henares. Es una familia con alto riesgo de exclusión social. La necesidad de vivienda es una constante en la familia, que no puede afrontar los elevados gastos. Alberto, según consta en su informe de pediatría, precisa alimentación artificial y productos de aseo especial por dermatitis. Es imposible afrontar el gasto de las vacunas no cubiertas por la Seguridad Social e indispensables en el caso que nos ocupa por residencia en núcleo chabolista. Viven en una caravana en unas condiciones ligeramente mejores que en el caso anterior, pero en zona no urbana. Se ha solicitado Renta Mínima de Inserción y prestación por hijo a cargo de la Seguridad Social, y hasta que la Comunidad de Madrid resuelva el expediente de RMI: perciben ayuda familiar municipal. Se han fijado primeros objetivos de implementación progresiva tras haber solicitado renta mínima de inserción. Hasta que la Comunidad de Madrid resuelva el expediente de RMI, perciben una ayuda familiar municipal. Fernando, el padre, participa activamente en un curso de operarios de planta de gestión de residuos para menores de treinta años. Habiendo superado la parte teórica y a punto de iniciar las prácticas laborales. (En la siguiente fotografía aparece Celia con su hijo Alberto, pero en el interior de la chabola del anterior caso, familiares suyos).
(padre): Juan. (madre): Maribel. (bebé): Alba. Este caso es sobre una familia numerosa formada por siete miembros (cinco menores de edad). Acuden a Servicios Sociales solicitando información sobre prestaciones y recursos sociales de apoyo tras el nacimiento de su hija Alba. El padre, Juan, está desempleado y ha trabajado siempre como chatarrero. Maribel también está desempleada, siempre ha sido ama de casa. Sin ingresos estables y solicitada en el año 2013 una renta mínima de inserción (aún sin resolver), reciben ayuda municipal de manutención y para alimentación infantil complementaria de Alba. Ahora mismo, sus ingresos mensuales son 300 euros de ayuda familiar municipal. Alba, su bebé de cinco meses, precisa alimentación artificial. Diagnóstico principal: cardiopatía congénita y síndrome de down. Discapacidad reconocida del 44%. La familia vive en una infravivienda en zona no urbana, en una casa prefabricada en terreno rústico. El objetivo prioritario de los servicios sociales es ofrecer las oportunidades precisas para que Alba crezca saludablemente recibiendo los servicios médicos y los rehabilitadores especializados que requiera. A pesar de ser una casa, la vivienda carece de los cuidados domésticos necesarios como son higiene y limpieza. Las paredes están mugrientas, negras, hay humedades y desperfectos, enchufes arrancados y cableado peligroso al alcance de los hijos.
Gran agradecimiento por la ayuda y colaboración a las trabajadas sociales del Centro Social de San Fernando de Henares (en especial a Esther Casas Esteso y Nuria García Gutiérrez), a su jefe Álvaro Revilla y a la concejala Isabel Rodríguez por concederme esta oportunidad.