Universidad Católica del Uruguay Facultad de Psicología Licenciatura en Psicología
El impacto que genera el estilo parental permisivo en el desarrollo socioemocional en la infancia.
Memoria de Grado para obtener el título de Licenciada en Psicología por: Ángela Ambrois Rodríguez Tutora: Mag. Julia Torquato Abril, 2018 Montevideo, Uruguay
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ÍNDICE LISTADO DE TABLAS Y FIGURAS ………………………………………………………...…4 AGRADECIMIENTOS………………..…………………………………………………………..5 RESUMEN……………………………………...…………………………………………………6 INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………7 CAPÍTULO I: DESARROLLO SOCIOEMOCIONAL EN LA INFANCIA…………….……….9 1.1 Desarrollo socioemocional en la infancia………………………………………………...……9 1.2 Autorregulación emocional……………………………………………………………..……13 1.3 Estilos parentales……………………………………………………………………………..16 1.4 Consecuencias del estilo parental permisivo……………………………………..…………..21 1.5 Importancia de la disciplina sensible………………………………………………….……...22 1.6 Rol del psicólogo…………………………………………………………………….……….28 CAPÍTULO II: REVISIÓN SISTEMÁTICA……………………………………...………..…...30 2.1 Objetivos…………………………………………………………………………...……...30 2.2 Metodología……………………………………………………………..……...................30 2.3 Criterios para la búsqueda documental…………………………………...……………….31
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2.4 Procedimiento………………………………………………………………..……………32 CAPÍTULO III: RESULTADOS………………………………………………….……………..33 3.1Presentación de los resultados……………………………………………..……………….33 3.1.1Áreas del desarrollo socioemocional que han sido más investigadas…………………..39 3.1.2 Porcentaje de las áreas del desarrollo socioemocional investigadas……………….…..40 3.2 Análisis de los resultados……………….………….……………………………......……..43 CONCLUSIONES…………. ……………………………………………………………………48 REFERENCIAS…………………………………………………………….……………………51
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LISTADO DE TABLAS Y FIGURAS Tabla 1. Criterios para la búsqueda documental……………….……..………………………….31 Tabla 2. Presentación de investigaciones por número, título, año, lugar, objetivos, palabras claves utilizadas, población, metodología utilizada y conclusiones……………………..33 Figura 1. Distribución de las investigaciones según las áreas de desarrollo socioemocional investigadas……………………………………………………………………………..…….….39 Figura 2. Porcentaje de la frecuencia de categorías socioemocionales en las investigaciones encontradas……………………………………………………………………………………….40
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AGRADECMIENTOS A mis padres, por su apoyo incondicional durante toda la carrera. A Gabriel, por su cariño y contención. A Teresa Raffo, por acompañarme y enseñarme durante todo este proceso. A Mariana Zorrilla y al equipo del Jardín de Infantes Snoopy, por hacerme crecer como persona y futura profesional. A mis amigas Lucía y Ma. Pía por ser grandes amigas y compañeras de aprendizajes en esta profesión. A Adriana y Roberto, por el interés y apoyo en este proceso. A Julia Torquato, por su invaluable constancia, responsabilidad y compromiso.
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RESUMEN El objetivo del siguiente trabajo es poder acercarnos desde la perspectiva de la psicología evolutiva, al conocimiento actual en torno a al impacto que genera el estilo parental permisivo en el desarrollo socioemocional en la infancia. Se parte de un breve recorrido por algunos conceptos teóricos básicos como los estilos parentales, específicamente el estilo parental permisivo, el desarrollo socioemocional en la infancia y la importancia de la disciplina sensible en la infancia. Se realiza una revisión sistemática de artículos científicos publicados en el período 2008-2018, en los buscadores: Google Académico, EBSCO y Portal Timbó. Se obtuvieron un total de 21 trabajos que se consideran como relevantes en torno al tema. En relación a los resultados alcanzados en dicha revisión, se concluye que la falta de límites que conlleva el estilo parental permisivo afecta de manera negativa al desarrollo socioemocional en la infancia en general (empatía, autoestima, autorregulación emocional y desempeño social), siendo las habilidades sociales las más afectadas.
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INTRODUCCIÓN En el correr de la historia los estilos parentales predominantes han variado en el tiempo. Tanto las distintas culturas como las diferentes épocas ajustan las ideas y conductas de los padres/referentes de como criar a sus hijos. Hoy en día existe una tendencia de algunos padres a posicionar al niño en un lugar donde es sobreprotegido; promoviendo consecuencias adversas en el desarrollo socioemocional. El objetivo del presente trabajo es informar el estado actual del tema a través de una revisión sistemática. Dicha metodología pretende realizar un análisis detallado sobre los efectos que generan el estilo parental permisivo en el desarrollo socioemocional en la infancia, con el objetivo de demostrar que la adecuada puesta de límites de una manera sana, coherente y sensible ayuda a ordenar y de a poco organizar al niño dentro del mundo que lo rodea. Tanto los límites como las rutinas diarias, permiten que el niño se sienta seguro de su entorno, como también con sus padres/referentes, ya que la disciplina sensible se interpreta como un cuidado responsable y en cierta manera es una demostración de afecto por parte de los padres/referentes. El tema elegido se debe a mi experiencia laboral como maestra. En el correr de los cinco años que llevo trabajando en un jardín de infantes como maestra, me ha surgido el interés por investigar acerca de las consecuencias de la falta de límites en el desarrollo socioemocional en la infancia. Además, la carrera de psicología me ha brindado herramientas para lograr observar a los niños de una manera más amplia, abarcando diversas variables que inciden en la falta de límites en el estilo parental permisivo del niño. Estas consecuencias podrían ser la inclusión de ambos padres en el mundo laboral, es decir la falta de tiempo de parte del adulto y la culpa que esto
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puede generar. A su vez nos encontramos inmersos en una sociedad consumista que conlleva a compensar las culpas de los padres con objetos materiales. Asimismo el mandato de “ser madre y padre” sigue existiendo y con todos estos cambios que está teniendo la humanidad es hora de comenzar a pensar en que la parentalidad debe de ser vista como una elección, teniendo consciencia y voluntad, ya que esta decisión requiere de mucho tiempo y dedicación.
De esta forma, el siguiente trabajo se ha organizado en tres capítulos. En el primero de ellos, se pretende profundizar en los aspectos teóricos y más generales en torno a los estilos parentales y al desarrollo socioemocional en la infancia. A continuación, el capítulo siguiente está orientado a profundizar en la metodología de la revisión sistemática y el procedimiento realizado en dicho trabajo. Por último, el tercer capítulo está destinado a los resultados y a las conclusiones del mismo, pretenden sintetizar y extraer los aportes de las diferentes investigaciones analizadas, las limitaciones en torno al tema investigado y las posibles líneas de investigación que podrían desprenderse en torno al tema planteado.
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CAPITULO I ESTILOS PARENTALES Y DESARROLLO SOCIOEMOCIONAL EN LA INFANCIA 1.1 Desarrollo socioemocional en la infancia. Se da por sobre entendido que la principal función de las emociones es lograr detectar nuestras necesidades y comunicarlas, por lo tanto es ésta la que nos permite generar vínculos afectivos con el resto de las personas. Entendemos que el desarrollo socio emocional está condicionado por diferentes variables, entre ellas las bases genéticas del niño, es decir, su temperamento. El mismo es definido según Rothbart y Bates (1998, citado en Berger, 2004, p.109) como “las diferencias individuales con base constitucional en la reactividad emocional, motora y de la atención y autorregulación”. Este no es solamente genético, sino que se denomina como epigenético, es decir, depende de variables tales como instrucciones genéticas encargadas de guiar el desarrollo cerebral, la nutrición, la salud de la progenitora, y a su vez experiencias posnatales. Por otro lado, el desarrollo socio emocional se va construyendo cuando el niño le otorga significado a las experiencias afectivas a partir de sus interacciones con las personas que lo cuidan. De este modo cada niño irá construyendo el concepto de sí mismo, la toma de conciencia de una realidad externa, la idea de moralidad y el pensamiento (Gallardo, 2007). Igualmente cabe destacar que según Winnicott (1981, p.101) “el medio ambiente no hace al niño; en el mejor de los casos, lo que hace es permitirle realizar su potencial” Es decir que los padres pueden brindar lo que el niño necesita para que se desarrolle socioemocionalmente sano y así alcance la madurez propia de cada etapa que se encuentre de su vida.
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De acuerdo con Erikson (1950), las experiencias tempranas son fundamentales para un sano desarrollo en la infancia. La primera de las ocho crisis que enfrenta una persona durante su vida es la de confianza versus desconfianza, dada en los primeros meses de vida y se extiende hasta los 18 meses de edad. Durante este primer tiempo el bebé desarrolla un cierto sentido de confianza frente a las personas y objetos que rodean su mundo. Los bebés necesitan tener un balance entre la confianza, la cual le permite vincularse con personas íntimas, y la desconfianza que le permite desconfiar de objetos o personas peligrosas, y de esta manera se cuidan. Para que el niño se desarrolle adecuadamente deberá predominar la confianza, y así podrá satisfacer sus necesidades y cumplir sus deseos (Erikson, 1982). La confianza del niño se va a desenvolver si el cuidador es sensible y consistente, respondiendo a sus necesidades. Siguiendo esta línea, según Winnicott (1986, p.54) cuando el desarrollo emocional del niño se produce “sin tropiezos ni distorsiones, hay salud”. Es decir, cuando los cuidadores le dedican un cuidado a su bebé no alcanza con que sea simplemente por placer, sino que debe de existir una absoluta necesidad, de otra manera el niño no podrá crecer convirtiéndose en un adulto sano y con una alta autoestima. Es por esto que es de suma importancia las figuras de apego. Según Bowlby (1990) el apego puede ser definido como un vínculo íntimo con un referente en donde se busca la protección, consuelo y apoyo que perdura en el tiempo. Es decir el apego es un vínculo emocional que dura para toda la vida con una persona especifica que además de satisfacer las necesidades fisiológicas (alimento, higiene, mantener la temperatura corporal) también brinda un lazo afectivo, siendo la figura de apego quien responda de manera cariñosa y sensible, frente a lo que el bebé expresa. Por su parte, Ainsworth (1969, citado en Fonagy, 1999) afirma que existen dos tipos de apegos en la niñez: apego seguro e inseguro. El apego seguro es aquella relación que proporciona
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suficiente bienestar y seguridad al bebé como para permitir una exploración independiente del entorno. Por otro lado, el apego inseguro es aquel que existe en una relación inestable, la cual se caracteriza por el miedo, ansiedad, enojo, aferrarse a la figura referente o demostrar indiferencia. A su vez como hizo referencia la autora Ainsworth (1969, citado en Fonagy, 1999) existen dos tipos de apegos inseguros; el inseguro evitativo: cuando el niño intenta evitar demostrando indiferencia por la presencia o ausencia de la figura de apego, ignorándolo al reencontrarse. Y el apego resistente/ambivalente: en el cual la ansiedad e incertidumbre mantienen a una persona pendiente de la otra, es decir el bebé se resiste a la exploración activa, se enoja fácilmente ante la separación, resistiéndose y al mismo tiempo busca el contacto en el reencuentro. A su vez existe el apego desorganizado: un tipo de apego ni seguro ni inseguro, es aquel en donde el niño no responde al referente de una manera coherente, mostrando una conducta inconsistente tanto el niño como el cuidador. Resulta claro que desde la temprana infancia, los bebés experimentan y expresan emociones con un importante valor comunicativo (agrado al ser acariciado o alimentado, malestar cuando tiene sueño o hambre). Pero estas reacciones globales dejan paso a emociones específicas que van apareciendo progresivamente; la alegría, el enfado, la sorpresa, el desagrado, el miedo y la tristeza son emociones básicas que podemos observar en los niños durante la primera infancia (Hidalgo y Palacios, 1999). Un poco más tarde, al final de la primera infancia, los niños comienzan a comprender y experimentar emociones más complejas como la vergüenza, la culpa o el orgullo, al tiempo que, un poco más adelante, se observan los primeros indicios de comprensión y control emocional. Igualmente, aún queda un largo camino por recorrer en lo que se refiere al desarrollo socioemocional; a lo largo del resto de la infancia y la adolescencia, los niños tienen que comprender la existencia de emociones contradictorias, conocer y adoptar las normas de expresión de las emociones y aprender a controlarlas (Gallardo, 2007).
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Después de la etapa simbiótica, entre la madre y el bebé, éste comienza a tomar conciencia de sí mismo, esto abre paso al autoconcepto, que se da gradualmente entre los 15 a los 18 meses del bebé. De acuerdo a Corkille (1986) el autoconcepto surge a partir de la adquisición del lenguaje, el cual es la herramienta que le permite al niño sentirse separado de su madre por completo. Cuanto más se asemeje la visión de sí mismo con lo que realmente es en ese momento, más realista será su comportamiento en la vida. Este concepto de sí mismo influye a la hora de relacionarse con pares, de la manera que se relaciona con ellos, afecta su creatividad, integridad y su estabilidad. El concepto de sí mismo constituye el núcleo de su personalidad, determinando la manera en que maneja sus aptitudes y habilidades, pesando de manera directa en cómo atravesará la persona todas las etapas de su vida. A partir del autoconcepto, hacia el año y medio a casi los 3 años de edad, es que emergen otras emociones, y es así como el concepto de sí mismo cambia de algo objetivo hacia algo más evaluativo, esto es el juicio de sí mismo, éste surge a partir de los juicios de los demás y cuanto más guste de su autoimagen mayor será su autoestima (Corkille, 1986). Es en este orden de ideas es que podemos afirmar que una vez que el niño tiene conciencia de sí mismo y va adquiriendo su auto concepto y autoestima es que comienza a desarrollar gradualmente cierta autonomía, comienza a caminar e intenta independizarse del adulto intentando alimentarse, vestirse y protegerse solos. Esta etapa de la vida, que se da entre los 18 meses y los 3 años de edad es que Erickson la llamo autonomía versus vergüenza y duda. Es importante tener en cuenta que la libertad total no es sana y es por esto que los niños deben de tener esta libertad equilibrada. Es decir deben de saber que aún no pueden realizar algunas tareas y es por esto que la duda y la vergüenza ayuda a cumplir reglas y pautas razonables. Para que este equilibrio se de es importante la puesta de límites adecuada por parte de los adultos, y es a través
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de estos límites apropiados que los niños incorporan la duda y la vergüenza que los ayudará a reconocerlos (Erickson, 1950). Por último cabe destacar que en todo el proceso del desarrollo socioemocional en la infancia está acompañado por el desarrollo físico y cognitivo, ya que en cada etapa de dicho proceso están presentes todos los procesos cognitivos básicos como la atención y la memoria, hasta los más complejos, como operaciones mentales, la inteligencia y el lenguaje, dado a que el desarrollo evolutivo es multidimensional 1.2 Autorregulación emocional. El objetivo principal de este sub capítulo es definir el concepto de autorregulación emocional en la infancia. Para ello es importante tener en cuenta que, para algunos autores como Gross y Ballif (1991, citado en Shaffer, 2000) este proceso va a depender de la cultura que se encuentre inmerso el niño. Cada cultura establece determinadas reglas que imponen cierta exhibición o inhibición de emociones Para lograr expresar de manera “adecuada” para la sociedad estas emociones es necesario un previo aprendizaje. Este aprendizaje comienza en los primeros meses de vida, donde la madre es un espejo para el niño. En relación con la definición de autorregulación emocional, para algunos autores como Thomson (1994, citado en Ato, González y Carranza, 2004) lo define como procesos intrínsecos y extrínsecos que se encargan de valorar, alterar la intensidad y el tiempo de las reacciones emocionales y de esta manera enfocarse en determinado objetivo. Es decir que la autorregulación emocional es un proceso que controla y modula las reacciones de las emociones, inhibiendo o exponiendo adaptándose a cada situación y momento en que se encuentre la persona y así manipular la atención para cumplir un objetivo determinado. Por una parte, la autorregulación emocional es constitucional, es decir del funcionamiento cerebral, y otra es aprendida socialmente. La misma va a depender tanto de
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factores endógenos como la maduración de su cerebro, especialmente de las redes atencionales, capacidades motoras y cognitivas lingüísticas, así como también de factores exógenos, es decir, los padres/referentes tienen un papel fundamental como guía y apoyo en este proceso de desarrollo (Ato et.al. 2004). A su vez la autorregulación de emociones se retroalimenta, en algunos casos, positivamente a la autoestima y autoconcepto, ya que este proceso permite que el niño persista ante sus desafíos y autoconceptos académicos, sociales y emocionales. Es decir, por ejemplo, un niño que logra controlar sus emociones y disciplinarse a la hora de estudiar, logrando evadir otras situaciones que le son de su agrado, y de esta manera lograr cumplir sus objetivos, ya sea el de salvar una prueba (Shaffer, 2000). Siguiendo esta línea, alrededor de los 2 y 3 años de edad es que el niño comienza a interactuar con pares, y de manera gradual el niño expresa simpatía por el resto, esto se demuestra a través de acciones tales como el compartir con otro niño, incluir a un niño más inhibido en su juego y ayudarlo. Estas conductas pueden ser indicadores de competencias sociales. Después de esto, en la etapa escolar según Eisenberg y cols. (1997, citado en Berger, 2004), es que el niño comienza a desarrollar la empatía, la cual se encuentra estrechamente ligada con la autorregulación emocional. Este rasgo del desarrollo emocional del niño, es mucho más complejo que la simpatía ya que no es solamente el seguir sugerencias o reglas de parte de un adulto (compartir, ayudar, entre otras). Esta es una conducta pro social auténtica de parte del niño, es cuando el niño comienza a comprender realmente cuáles son las emociones del otro y pensar en qué hacer para que el otra se sienta mejor. De este modo es que se hace necesario definir la teoría de la mente, según Tirapu, Pérez, Erekatxo y Pelegrín (2007, p.479) la misma se refiere a “la habilidad para comprender y predecir la conducta de otras personas, sus conocimientos, sus intenciones y sus creencias”. Es por esto
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que este desarrollo implica que el niño se encuentre preparado psíquica y constitucionalmente, es decir a partir aproximadamente de los 4 años de edad, es que se comienzan a desarrollar dichas habilidades, ya que en un primer momento el niño se encuentra centrado en sí mismo, en una etapa de egocentrismo donde toma su perspectiva como absoluta sin comprender el punto de vista de otro (Palacios, Marchesi y Carretero, 1997). A propósito de todo esto es que podemos hacer referencia a que la empatía es un aspecto vital para que se abran paso las conductas pro sociales, aquellas que impulsen al individuo a realizar acciones que beneficien la adaptación social, moderando la agresividad. A su vez, así como existen las conductas pro sociales es también que, en oposición, se encuentras las conductas antisociales. La agresión es una de las maneras en la que se presentan tales conductas. Igualmente cabe destacar que no todas las conductas agresivas de los niños traen conductas de mal pronóstico en un futuro, sino que se encuentra dentro de lo esperado para ciertas edades que un niño, hiera a otro niño o adulto de una manera deliberada. Son los padres quienes deberían de imponer, de forma adecuada, conductas represivas en estos casos (Berger, 2004). Asimismo, según Palacios et al. (1997) es de fundamental importancia el relacionamiento con pares ya que la misma proporciona modelar numerosas conductas sociales, modifican la conducta y produce inmensos cambios motivacionales y cognitivos tanto en niños pequeños como en más grandes. La sociabilidad es el antónimo del aislamiento, y la misma está relacionada favorablemente con la aceptación social y negativamente con la ansiedad e inestabilidad.
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1.3 Estilos parentales: Para comenzar a definir a los estilos parentales se hará alusión a Bronfenbrenner (1987) quien propone la teoría ecológica a través de sistemas de ambiente que influyen en el sujeto. En dicha teoría existen cuatro niveles de influencia en la persona; microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema. El primero se define como un conjunto de actividades, roles y relaciones que la persona experimenta en un entorno determinado (por ej. La familia, el jardín de infantes, etc.). El mesosistema es la unión de dos o más entornos (microsistemas) en los que el sujeto participa activamente (por ej. La familia en relación con la escuela). El siguiente entorno se denomina exosistema se define como una extensión del mesosistema representando a las estructuras sociales formales e informales (por ej. El trabajo, redes sociales, etc.). Y por último el macrosistema se refiere a las correspondencias en forma y contenidos de los sistemas de menor orden (micro-, meso-, exo-) a nivel de subcultura o de cultura en su totalidad, junto con cualquier sistema de creencias o ideología que sustente estas variables. Según este autor, la familia es el primer nivel de influencia en las personas, por lo tanto es el pilar fundamental que influencia al niño en la educación, los valores, es quien establece el enlace entre los aspectos cognitivos y afectivos antes de relacionarse con otros sistemas. La familia es el primer agente socializador para el sujeto, es el propulsor hacia el proceso humanizador de toda persona, aunque su objetivo no siempre se da de forma lineal (Buxarrais y Zeledón, 2007). Es el primer entorno en el que el individuo llega a este mundo, se expone frente al resto y en él se moldea. La familia es el ámbito más influyente en la personalidad y en el proceso de socialización (Gervilla, 2008). Es allí donde se entiende el mundo que nos rodea, cómo son las relaciones personales, se comienza a construir un sistema de valores de cada
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persona y una identidad propia. Es por esto que la familia es la responsable de la estabilidad emocional durante toda la vida del sujeto (Flaquer, 1998). Siguiendo esta línea, cada padre y madre de familia tiene un estilo parental para criar a sus hijos que predomine, el mismo se puede definir como un conjunto de comportamientos, creencias, valores, formas de manifestar el afecto transmitido según las expectativas de los referentes/padres hacia el niño. Se construye a partir de los comportamientos, valores, estrategias, expectativas, de los padres/referentes hacia los hijos así como también los contenidos vivenciales de los padres/referentes en sus familias de origen y en las situaciones específicas en las que estén atravesando los padres/referentes ya sean por ejemplo, situaciones estresantes, económicas o intrafamiliares. Éstas serán variables que influirán en la dinámica familiar. Es así que los estilos parentales resultan del interjuego entre los aspectos constitucionales -temperamentales y los adquiridos - vinculares lo que generará el tipo de relación con cada uno de los hijos (Palacios, 2005). Es por esto que, según Pinker (2004) considera que para lograr entender mejor el impacto de los estilos parentales en los comportamientos de los hijos debemos de despojarnos del mito de la tabla rasa ya que la genética tiene un gran peso en las psiquis de los niños. En esta línea aparece el binomio ambiente-herencia que va a condicionar la relación padres/referentes-hijos y viceversa. A su vez, según Darling y Steinberg (1993) los estilos parentales son un conjunto de comportamientos que les son transferidos a los hijo/as, creando un clima emocional en el cual se expresan las actitudes de los padres. El modelo sociocultural planteado por Vigotsky (1979) muestra como las personas cercanas, tanto de forma física como afectiva a los niño/as, son
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quienes guían, motivan a avanzar en el aprendizaje de nuevos significantes. Es decir, el desarrollo cognitivo se desenvuelve en ciertas situaciones en donde el niño comienza a resolver problemas siendo dirigido por un adulto que ordena, organiza, coordina, prepara la solución más adecuada. Por consiguiente el desarrollo cognitivo, es generado desde las interacciones del niño y sus padres (tutores, maestros, referentes, etc.), en situaciones donde el niño no logra resolverlas por sí solo, ya que no posee los conocimientos básicos, requiriendo la ayuda de sus padres/referentes para avanzar en el conocimiento y de esta manera obtener una solución al problema. Esto se transforma en una cadena secuencial a lo largo de la vida. Por otro lado, Ceballos y Rodrigo (1998) expresan que los estilos parentales se presentan de una manera flexible y son seleccionadas por los padres/referentes dependiendo de las características de cada padre/referente a las particularidades de cada hijo. Es decir, los estilos parentales suelen ser mixtos y pueden cambiar dependiendo de la etapa del desarrollo que el niño se encuentre, no siendo estables al correr del tiempo. Los mismos pueden variar según: la edad, el sexo, la posición del niño frente a sus hermanos, etc. (Torio, Peña y Rodríguez, 2008). Cada padre/referente tiene distintos estilos parentales, y entre ambos padres/referentes existirá uno que predomine sobre otro o entre ambos se generará un estilo parental que rija en su hijo (Palacios, 2005). Asimismo se considera que el proceso de socialización es bidireccional, es decir, a lo largo de toda la vida los padres/referentes son socializados por los hijos (Palacios, 1999). Al mismo tiempo que los niños van creciendo además de los padres/referentes, los amigos, la escuela, los medios de comunicación, las modas, las redes sociales, influyen como agentes socializadores. Así como también los hijos moldean, introducen y exhiben en los
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padres/referentes nuevas formas de hablar, pensar y a manejar nuevas tecnologías (González, 2007). En cuanto al estudio contemporáneo de los modelos parentales, el mismo estuvo influido por Baumrind (1967, citado en Berger, 2004). Se realizó una investigación que comenzó con 100 niños preescolares euroamericanos de California de clase media. La misma utilizó diferentes mediciones de la conducta, donde incluía la observación. Se entrevistaron a los padres de los niños y se observó la interacción de padre-hijo en dos ámbitos: hogar y laboratorio. De esta manera se conocerían las relaciones existentes entre la conducta de los padres en el hogar así como también la de los niños en el preescolar. En efecto, desde la década del cincuenta hasta el setenta, las investigaciones realizadas por Baumrind (1967, citado en Berger, 2004) han demostrado la existencia de patrones básicos que influyen en los estilos educativos que los padres exhiben diariamente a sus hijos. A continuación se presentan las cinco dimensiones propuestas por la autora:
Las expresiones de afecto, se entienden desde las más afectuosas o cariñosas hasta la desafectivización
Las estrategias para la disciplina, pueden entenderse como la explicación, critica persuasión y/o castigo.
La calidad de la comunicación, se extiende desde el escuchar atentamente hasta la demanda del silencio.
Las expectativas de madurez, se entiende como la exigencia de mucha responsabilidad y control de sí mismo.
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Teniendo como base estas dimensiones educativas, según Palacios (1999) se establecen cuatro estilos educativos; el estilo parental democrático, el estilo parental autoritario, el estilo parental negligente y el estilo parental permisivo.
Padres/referentes democráticos: es un estilo controlador pero flexible, son padres implicados, afectuosos y que realizan demandas razonables a sus hijos. Fundamentan sus límites, pero además, consideran el punto de vista de sus niños y buscan la participación de estos en sus decisiones. Podríamos decir que ejercen un control racional y democrático. Es una relación satisfactoria porque estos padres fomentan la comunicación e incluso están dispuestos a modificar normas familiares si los argumentos de sus hijos son adecuados.
Padres/referentes autoritarios: es un patrón muy restrictivo donde los padres/referentes imponen muchas reglas y como consecuencia, valoran la obediencia. No explican las reglas y ante una negativa, se basan en técnicas punitivas; en la afirmación del poder o en el retiro del amor. Padres/referentes con este patrón no toman en cuenta los puntos de vista de los niños. En este sentido, limitan el desarrollo de la autonomía del niño. Los padres/referentes autoritarios son indiferentes a las demandas de sus hijos de apoyo y atención y utilizan con menos probabilidad el refuerzo positivo, mostrándose indiferentes a las conductas adecuadas de sus niños.
Padres/referentes negligentes: los mismos se caracterizan por la no implicación afectiva y por el dimisionismo educativo. Son padres/referentes con bajo nivel, tanto en control y exigencia, como también en comunicación y afecto. Este estilo de crianza no necesitaría reglas ni normas a cumplir pero tampoco existiría el
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afecto, la implicación ni la contención en el vínculo padres/referentes con sus hijos. Es decir, existiría una autonomía total, tanto en lo material como en lo afectivo; no presentarían límites y el apego no sería el adecuado.
Padres/referentes permisivos: es un estilo opuesto al autoritario, es decir el mismo se caracteriza por las escasas o nulas restricciones en los comportamientos de los niños por parte de sus padres/referentes. Se podría decir que los niños tienen un exceso de libertad pero la misma no tiene rumbo. Cuando los padres/referentes se encuentran enfadados tienden a reprimir sus sentimientos, de esta manera creen que les demuestran a sus hijos un “cariño incondicional” dejando de lado otras funciones paternales fundamentales - en especial los límites- para su sano desarrollo (Craig, 1992). Este estilo parental se caracteriza por ser poco exigente tendiendo a permitir que sus hijos rijan sus actividades sin interponerse en las mismas. En cuanto a los límites, los mismos tienden a ser demasiado flexibles y negociables en la mayoría de las veces, es decir consultan junto con ellos todas las decisiones sobre un plan de acción. Este estilo parental según Baumrind (1967, citado en Papalia, 2001) promueve el escaso autocontrol y la actitud de exploración.
1.4 Consecuencias del estilo parental permisivo. En cuanto al impacto del estilo parental permisivo en el niño según Baumrind (1971) los hijos de padres/referentes permisivos pueden presentarse como rebeldes y agresivos. A su vez tienden a ser autoindulgentes, impulsivos e inadaptados socialmente. Los niños que se encuentran en el nivel preescolar criados en un ámbito permisivo, presentan un escaso autocontrol y exploración. Por otro lado, en contraste a esto, pueden ser niños activos, con empuje y creativos.
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A su vez según Jiménez (2010) afirma que el estilo parental permisivo, dado a la incapacidad de parte de los padres para poner límites, puede conllevar en el niño diversos efectos socializadores y del desarrollo negativos como conductas agresivas, con altos niveles de conductas antisociales, como también un pobre autocontrol, escasa motivación, escaso respeto a normas o personas, baja autoestima e inseguridad, inestabilidad emocional, debilidad en la propia identidad, graves carencias en autoconfianza y autorresponsabilidad y bajos logros escolares. En consecuencia, cuando los niños crecen en un ambiente familiar en el que exista un escaso control sobre sus actos, dado en un estilo parental permisivo, se fomenta un estilo cognitivo con un incremento de probabilidad para entender y procesar ciertos sucesos como fuera de control, lo que demuestra un estado psicológico vulnerable, propenso a desarrollar ansiedad u otros trastornos del humor (Chorpita y Barlow, 1998). Siguiendo esta línea, el mejor ajuste psicológico de los niños en nuestra cultura occidental, se desenvuelve en entornos cálidos y con apoyo familiar, con reglas claras y consistentes, en donde se fomente y respete la individualidad y la autonomía psicológica. 1.5 Importancia de la disciplina sensible. Para comenzar a desarrollar la importancia de la disciplina sensible en la infancia, es importante mencionar los cambios en la paternidad en el correr de estos últimos 40 años. Anteriormente, según Nelson y Lewark (1988) la paternidad se trataba de un modo diferente, ambos padres/referentes educaban a sus hijos en una comunidad estable alrededor de amigos y familiares con los mismos valores morales y expectativas de vida. Actualmente la tasa de divorcios ha aumentado, ambos padres/referentes trabajan y se ha tornado un mundo más individualista, cada vez son menos los niños que crecen junto a una madre y un padre con los mismos valores y estilos educativos para sus hijos. La existencia de televisores y aparatos
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tecnológicos son utilizados incorrectamente para un buen desarrollo socioemocional y cognitivo para los niños. Los mismos son utilizados como un sedante que evita superficialmente la tristeza y ansiedad, que recompensa de inmediato, pero solo por un breve tiempo. Siguiendo esta línea, cabe destacar que la infancia es un periodo de crecimiento y cambio, en donde el niño necesita estabilidad y seguridad. Esto debe de ser brindado por referentes que sean quien lo cuiden, comprendan su mundo y que conozcan el modo que reacciona ante él y sea de esta manera que logren protegerlo ante todos los peligros. Es por esto, que se debería de conocer en qué momento el niño logra comprender e incorporar los límites de parte de sus referentes. Por su parte, Winnicott (1993) quien hace referencia a que en el desarrollo de la puesta de límites existen tres etapas:
Dependencia absoluta: en esta primera etapa, el padre/referente es totalmente responsable de la protección del bebé. En este caso no existen los “nos”, pero igualmente es una etapa frustrante para la figura de apego ya que es imposible satisfacer plenamente todas las necesidades del niño, los padres/referentes están atentos a que no sucedan hechos inesperados. El autor explica que el niño comienza a distinguir entre actos amorosos o destructivos por los gestos de su madre, de esta manera el bebé comienza a tener cierto control sobre lo que siente bueno y lo malo. Este control lo lleva a que comience a tolerar la angustia de elementos destructivos de experiencias instintivas porque sabe que puede reparar y reconstruir. A esta tolerancia es que se le llama culpa, y es a través de ella que el bebé logra distinguir entre los actos buenos y malos, es por esto que es necesario que
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el bebé haya sentido este sentimiento para que el padre/referente le presente las ideas de lo bueno y malo.
Dependencia relativa: en esta segunda etapa se comienza a decir que “no”, se empieza a introducir el principio de realidad, es decir una de las maneras de presentar la realidad es prohibir determinados aspectos. Igualmente es importante recalcar que conocer el mundo solamente a través del “no” sería un hecho desgraciado ya que el “sí” es la base por la que se debe de conocer el “no”.
Hacia la independencia: por último, en la tercer etapa es que se comienza a dar explicaciones, es donde se reúne la sabiduría del conocimiento de los padres/referentes y los hijos. Es aquí donde los niños pueden comenzar a reflexionar y discrepar de lo que piensan sus padres/referentes. Es en este momento, donde según el autor, comienza la etapa hacia la independencia, aunque muchas veces el hombre nunca llega a tener una independencia absoluta.
Dentro de este marco, una vez que el niño entra en la etapa de la dependencia relativa, los padres/referentes comienzan a decir que “no” y a introducir la realidad del mundo exterior. Es allí donde los padres/referentes deben de mantener una postura firme y coherente, es decir que no sea oscilante en el correr del tiempo. Siempre que los padres/referentes se encuentren confusos o escindidos sobre cómo educar a sus hijos es cuando se produce un vacío, llamado por los autores Nelson y Lewark (1988, p.23) “vacío de liderazgo”. Este vacío será ocupado por los niños, sobre todo en la etapa hacia la independencia, ocupándolo de una manera que tanto para los padres como para los niños lo creen beneficiario. Muchos padres/referentes interpretan de una manera
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incorrecta este vacío y lo estimulan para que sus hijos carguen con más responsabilidades, tomando decisiones propias. Es por esto que es importante tener en cuenta que frustrar los deseos del niño para su propio bien es un gesto de cariño por parte de los padres/referentes, es importante mostrarles que el mundo que nos rodea no es tan indulgente como un niño puede llegar a creer. En el orden de las ideas anteriores, es que se puede entender el error que los padres cometen al fomentar que sus hijos tengan más responsabilidades. El niño necesita tener un tiempo de despreocupaciones de acuerdo a su edad. Es decir todos los niños deben de tener un tiempo en donde deben de estar ocupados investigando, curioseando y explorando el mundo que les rodea. Esto no quiere decir que no necesiten de ninguna responsabilidad, sino que éstas van a depender de lo esperado para cada edad sin tener que sufrir el estrés. Si un niño toma decisiones y responsabilidades antes de que él mismo se encuentre preparado generará personas muy dependientes, necesitarán de otro para que los ayude a tomar decisiones correctas, ya que las anteriores tomadas fueron erróneas debido al momento de inmadurez emocional y cognitivo en que el niño se encontraba cuando fueron realizadas (Nelson y Lewark, 1988). En este mismo sentido, es de gran importancia la correcta puesta de límites en la infancia. Para ello es necesario que ésta sea de una manera benevolente solamente para el niño, es decir que la misma no sea solamente por el propio interés de los padres. Cuando esto sucede los niños comienzan a desconfiar de la autoridad y de todas sus reglas. El imponer límites debe de ser de una manera firme y coherente en el tiempo, con el fin de que el niño se sienta en un mundo seguro, organizado y predecible.
26
De todo esto se desprende que el niño le agrada saber cómo comportarse, a los demás les agrada esto y así es que estimulan sus conductas para que se sigan repitiendo. Es por esto que una buena conducta aumenta la autoestima y autonomía brindándole confianza. Estas conductas no son innatas sino que son aprendidas y para ello es necesaria la disciplina. Es necesario que sus padres/referentes sean una guía para saber cómo deben de comportarse, prediciendo y enseñando las consecuencias de los mismos. Esto debe de ser utilizada como un método de enseñanza y no como un castigo. Sin embargo no hay que repetir el antiguo estilo parental autoritario para ello, sino que se debe de balancear el control y disciplina con una buena relación con apoyo y comunicación de padres/referentes-hijos. Es importante destacar que según Corkille (1986), el niño y también en la vida adulta tiene la necesidad psicológica de sentirse valioso y digno de amor. Esta satisfacción es esencial para el bienestar socioemocional, tanto para su óptimo crecimiento como para lograr una vida significativa y gratificante, es de máxima importancia el respeto por sí mismo. Para el niño los padres/referentes son la imagen más importante en la que ellos se reflejan porque es con ellos con lo que establecieron el primer contacto y han tenido una prolongada dependencia en torno a las necesidades físicas y emocionales. Tan importante es la imagen que ellos creen de sus padres/referentes que hasta a veces generan imágenes idealizadas con proporciones de dioses o héroes. Para ellos como los padres/referentes los traten, es como van a pensar que se merecen ser tratados. Es por esto que no basta con solo querer a un hijo sino que es importante generar una relación en donde el hijo se sienta querido. Es decir, no es suficiente con solo decir que un niño es especial, sino que para que el niño se sienta realmente apreciado es importante que atraviese por experiencias vitales que prueben que ellos son valiosos y dignos de ser queridos ya que el niño se valorará a sí mismo tal como haya sido valorado.
27
A su vez, la disciplina sensible genera niños con una alta autoestima. Es decir que logren sentirse autónomos cuando sus referentes no se encuentren con ellos, con una adecuada disciplina los niños lograrán tomar correctas decisiones en la ausencia de sus padres (Corkille, 1986). Según Shaffer (2000) los padres desempeñan un papel fundamental a la hora de desarrollar la autoestima en sus hijos. Un estilo parental sensible y con apoyo construirá un niño con aspectos positivos del yo. Para que esto se dé, es crucial que el estilo parental adoptado por los padres sea sensible, contenedor y que establezca normas claras para que ellos las cumplan y así que permita tener la autonomía y confianza para tomar decisiones. Además, Crockenberg y Litman (1990, citado en Shaffer, 2000) demostraron que las estrategias para la puesta de límites utilizadas por los padres/referentes ejercen una función fundamental para delimitar si los niños se convierten en seres negativos y desafiantes ante las autoridades o de lo contrario, una postura cooperativa y obediente que estimule una correcta autorregulación de sus emociones generando empatía por el resto y así obteniendo conductas pro sociales. Siguiendo esta línea de pensamiento, según Main (1986) para los padres/referentes permisivos los cuidados tiernos y afectuosos son requisitos necesarios y suficientes para ejercer la paternidad, y para ellos estos cuidados, en muchos casos, son sinónimos de sobornos, es decir el “negociar” el límite a cambio de algo. El soborno es precursor de la extorsión y de la tiranía infantil, es raramente eficaz y jamás enseña disciplina. Así como también, genera que los niños terminen manipulando a sus padres/referentes, donde para conseguir la conducta deseada el niño siempre requiere recompensas mayores, las recompensas previstas minimizan la importancia de la conducta a realizar, los niños pierden motivación interna y comienzan a manejarse a través de motivaciones externas.
28
Para resumir, es fundamental tener en cuenta la importancia de una disciplina sensible en la infancia, ya que la misma asegura un satisfactorio desarrollo socioemocional en el niño y en su futuro crecimiento. Se debe de tener en cuenta que la misma a fin de cuentas es una importante demostración de cariño y cuidado, brindando seguridad y confianza en los niños. 1.6 Rol del psicólogo Es importante tener en cuenta el rol del psicólogo en esta temática. El mismo puede tener un papel fundamental para ser el mediador entre los padres/referentes y la manera en que apliquen los límites a su hijo dentro de una intervención clínica infantil. El psicólogo puede ser una medida preventiva para que la disciplina aplicada al niño sea eficaz y sensible. Para ello es importante tener en consideración el carácter del niño y padres/referentes, ya que no todas las formas de disciplinas son universales, sino que dependerán de cada familia. Es decir, la efectividad de la disciplina de los padres/referentes va a estar condicionada por la etapa cognitiva, emocional que se encuentra el niño, ya que la misma va a depender a su vez, de cuánto el niño comprenda y acepte el mensaje transmitido por sus padres. Así como también va a depender de la personalidad de cada padre/referente y la cultura que ambos, padres/referentes e hijos se encuentren inmersos. Asimismo, es fundamental brindarle a los padres/referentes estrategias de cómo establecer una sana disciplina con sus hijos. Para ello se debería de diferenciar los términos de disciplina y castigo, ya que el castigo por sí solo no proporciona un aprendizaje, sino que puede destruir relaciones padres/referentes-hijos, fomentar conductas furtivas y generar tiranos, pueden provocar ansiedad y enojo tanto en los padres castigadores como en el niño y esta ansiedad interfiere en la enseñanza acerca del comportamiento que se quiera obtener.
29
Es por esto que según Nelson y Lewark (1988) la disciplina debe de ser inmediata, coherente, segura, aplicable casi en cualquier situación, justa, positiva, con una intensidad apropiada y eficaz. Se puede utilizar la estrategia de parentalidad positiva para ello, donde según esta teoría la conducta es predecible, esta se predica a través de las consecuencias. Es por esto que para reforzar una conducta es más benevolente marcar la conducta positiva, fortaleciendo este acto y no debilitándolo, ya que el reforzamiento de las conductas positivas generan un aprendizaje más significativo en el niño que el aprendizaje por lo negativo (Latham, 1998). Además de brindarle esta información sería necesario sensibilizar a los padres/referentes demostrándole a través de investigaciones realizadas, el impacto que el estilo parental permisivo generaría en los niños, así como también en la adolescencia y adultez. A su vez, sería importante intentar demostrarle al niño la importancia de los límites como una medida de contención y cuidado para él. Es importante restablecer en el niño y sus padres/referentes la figura de referencia como una figura con cierta autoridad quien puede y debe establecer reglas claras, coherentes y con contención. Por último, es importante seguir realizando investigaciones de campo sobre la temática y de esta manera seguir avanzando en esta área, con el propósito de informar a padres/referentes la importancia de la adecuada puesta de límites en la infancia y las consecuencias que esto conlleva.
30
CAPITULO II REVISION SISTEMÁTICA 2.1 Objetivos Objetivo general: La presente Memoria de Grado tiene como objetivo general la realización de una revisión sistemática, con el objetivo de profundizar sobre el impacto que genera el estilo parental permisivo en el desarrollo socioemocional en la infancia y de esta manera permitirnos acercar y reflexionar sobre el mismo. Objetivos específicos:
Definir el concepto de estilos parentales.
Definir el concepto de desarrollo socioemocional en la infancia.
Desarrollar las consecuencias del estilo parental permisivo en el desarrollo socioemocional en la infancia.
Analizar las variables abordadas en cada investigación y sus conclusiones.
Reflexionar y comprender la importancia de la puesta de límites a través de una disciplina sensible en el desarrollo socioemocional en la infancia. 2.2 Metodología Se define una revisión sistemática como la recopilación y sintetización de evidencia
científica sobre un tema específico a través de un método minucioso de selección, identificación, evaluación y análisis. Para llevar a cabo este estudio es importante tener un método previamente definido, un claro proceso sistemático a través de una pregunta problema, y de esta manera
31
presentar claros objetivos, métodos a seguirse para la búsqueda de información y por último el análisis de los datos (Perestelo-Pérez, 2013). 2.3 Criterios para la búsqueda documental A continuación se plantearan los criterios utilizados para realizar este proceso de búsqueda de material. Tabla 1: Criterios para la búsqueda documental Buscadores seleccionados
EBSCO Portal Timbó Google Académico
Palabras clave
estilo parental permisivo, permissive parenting style, desarrollo socioemocional, emocional and social development, niño, child.
Período que incluye la búsqueda
2008-2018
Criterios
Publicaciones académicas Idiomas: inglés, español y portugués
Modo de búsqueda
Booleano/Frase
32
2.4 Procedimiento A continuación, se describen de forma detallada las diferentes fases desplegadas en el proceso de revisión sistemática: Fase I: Durante setiembre y diciembre se consultaron las bases de datos previamente mencionadas. Se utilizaron los criterios presentados en la tabla I para la búsqueda bibliográfica obteniendo un total de: En el buscador Google Académico la búsqueda obtuvo un total de 28280 trabajos. En el buscador EBSCO la búsqueda obtuvo un total de 84 trabajos. En el buscador Portal Timbó la búsqueda obtuvo un total de 39578 trabajos. En total de 67942 trabajos encontrados en los tres buscadores. Fase II: De los 67942 trabajos encontrados en dicha búsqueda, se leyeron cada uno de los títulos, seleccionando aquellos que por su relevancia y características fueran pertinentes para dicha revisión sistemática. A raíz de esto es que se seleccionaron 21 trabajos. Fase III: De los 21 trabajos seleccionados, se leyeron los resúmenes de cada uno de ellos, sus resultados y discusiones.
33
CAPITULO III RESULTADOS 3.1 Presentación de los resultados Tabla 2: Presentación de investigaciones por número, autor, título, año, ciudad y país, objetivos, palabras claves, población, metodología, conclusiones y áreas del desarrollo socioemocional involucradas en cada investigación. N°
Autor
Titulo
Año
Ciudad, País
Objetivos
Palabras clave (del cada investigación)
Población
Metodología
Conclusiones
Áreas del desarrollo socioemocional
1
Henao, G.C y García, M.C
Interacción familiar y desarrollo emocional en niños y niñas.
2009
Medellín, Colombia
Desarrollo emocional, estilos de interacción familiar, familia, niños y niñas preescolares.
385 madres y 115 padres, 235 niños y 169 niñas preescolares de entre cinco y seis años de edad.
Investigación no experimental transversal.
Herruzo, J. ,Pino, M. y Raya, A.
La agresividad en la infancia: el estilo de crianza parental como factor relacionado.
2009
Córdoba, España
Agresividad, padres, estilo parental, disciplina.
182 niños y 156 niñas.
3
Isaza, L. y Henao, G.C
2012
Medellín, Colombia.
Analizar la influencia de los estilos de interacción parental y del clima social familiar sobre el desarrollo de habilidades sociales en niños y niñas.
Dinámica social, relación social infantes, relaciones interpersonales, caracterización social.
108 niños y niñas
Padres permisivos generan un ambiente desestructurado, en donde no proporcionan un despliegue de habilidades sociales.
Bajas habilidades sociales.
4
Montoya, I., Prado, V., Villanueva, L. y González, R.
Influencia del clima socio familiar y estilos de interacción parental sobre el desarrollo de habilidades sociales en niños y niñas. Adaptación en la infancia: Influencia del estilo parental y del estado de ánimo.
Diseño ex post facto prospectivo en donde se ha realizado un análisis de regresión múltiple para obtener los factores predictores de la agresividad. No experimental, transversal y correlacional.
Los estilos parentales permisivos y autoritarios se relacionan específicamente con el grupo de madres cuyos hijos/as presentan un menor rendimiento en componentes de empatía y desempeño emocional general La falta de disciplina del estilo parental permisivo predice a la conducta agresiva en el niño.
Baja Empatía.
2
Abordar los estilos de interacción de padres y madres de niños y niñas preescolares y su relación con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas. Analizar la posible relación existente entre la agresividad en los niños y el estilo parental.
2016
Valencia, España.
Estudiar el valor predictivo de los estilos parentales y los estados emocionales sobre la adaptación infantil.
Adjustment emotional development, maladaption, parenting styles, estado de ánimo, estilo parental,
1129 niños entre 8 y 12 años de colegios de la Comunidad Valenciana.
El estilo parental democrático es ligeramente superior en cuanto al valor predictivo sobre la adaptación social, ya que el estilo parental permisivo y autoritario promueven la inadaptación
Bajas habilidades sociales.
Cuantitativa
Bajas habilidades sociales.
34
5
Kol, S
The effects of the parenting styles on social skills of children aged 5-6. Parenting style and peer attachment as predictors of emotional instability in children.
2016
Adapaza, Turquia.
6
LLorca, A., Samper, P., Malonda, E. y Cortes, M.
2017
Valencia, España.
7
Alia, A., Uzma, A. y Said, S.
Permissive parenting style of parents predicting psychopathology in their children.
2017
Pakistan.
8
Krumm, G. y Vargas, J.
Estilos parentales y creatividad en niños escolarizados.
2013
Argentina.
9
González, R., Bakker, L. y Rubiales, J.
Estilos parentales en niños y niñas con TDAH.
2014
Argentina.
Determine the effect of the parenting styles on social skills of children aged 5-6. Analyzed the roles of parenting style and peer attachment in predicting emotional instability in late childhood and early adolescence.
To observe association between permissive parenting style and childhood psychopathology (externalizing and internalizing). Analizar si los estilos parentales predicen la creatividad en tareas de papel y lápiz, y la percepción que tiene el niño de sí mismo sobre su creatvidad. Analizar y comparar los estilos parentales en niños con y sin TDAH.
inadaptación, infancia. Child Aged 5‐6, Social Skills, Parenting Styles, Early Childhood. Parenting attachment, behavior emotions (psychology), empathy, childhood attitudes, children´s conduct of life. Parenting styles, psychopathology internalizing/exter nalizing
231 children and their parents.
Quantitative
The results show how over protecting parenting style has a negative impact on social skills.
Bajas habilidades sociales.
316 girls and 294 boys aged from 9 to 12 years who were students at schoos in Valencia.
Quantitative
For girls and boys variables predictive of emotional instability had different perceptions.
75 fathers and 75 mothers. The age range of the children in the sample was 5-12 years old.
Quantitative
It is concluded on the basis of the findings that permissive parenting is responsible for the externalizing behavior of the children.
Bajas habilidades sociales.
Estilos parentales, creatividad, pensamiento creativo, niños.
219 niños de 9 a 12 años de edad de diferentes centros educativos de la provincia de Entre Ríos, Argentina.
Cuantitativo. Estudio de tipo descriptivo correlacional.
En cuanto al factor disciplina laxa, la ausencia de reglas y límites, la inconsistencia en la disciplina y la autonomía extrema, pareciera coartar la creatividad, innovación y originalidad en los niños.
Baja autorregulación emocional, Baja autoestima
Trastorno de la atención, niños, estilos parentales, TDAH.
La muestra se construyó por 120 participantes divididos en dos grupos. La muestra control se conformó de manera intencional con 102 participantes: 34 niños y niñas (23 varones y 11 mujeres) escolarizados, residentes en la ciudad de Mar del Plata, Argentina, con edades comprendidas entre 8 y 12 años , junto a sus respectivos padre y madre (34 padres y 34 madres). La muestra clínica estuvo compuesta por 18 participantes: 6 niños y niñas (2 varones y 4 mujeres) con diagnóstico de TDAH derivados por médicos neurólogos pertenecientes a Centros de Salud de la ciudad, con edades comprendidas entre 8 y 12 años junto a sus respectivos padre y madre (6 padres y 6 madres).
Diseño expo facto con dos grupos, uno cuasi control
Se observó una tendencia general de los padres y madres a presentar un estilo con características indulgentes o permisivas, representado por una puesta inconsistente de límites, los que además no son claros.
Baja autorregulación emocional.
35 10.
Vite, A. y Pérez, M.
11.
Garaigordobil, M. y Machimbarrena, J.
12.
Vite, A. y Vázquez, C.
13.
Charoenwongsak, W., Kinorn, P. y Hongsanguansri, S.
El papel de los esquemas cognitivos y estilos de parentales en la relación entre prácticas de crianza y problemas de comportamiento infantil. Stress, competence, and parental educational styles in victims and aggressors of bullying and cyberbullying
2014
Méjico
El objetivo del estudio es determinar el valor mediacional de los esquemas cognitivos y los estilos de crianza en la relación entre las prácticas de crianza y los problemas de comportamiento infantil.
Problemas de conducta, prácticas de crianza, esquemas cognitivos.
Participaron 184 progenitores de niños referidos por instituciones educativas con problemas de comportamiento. La edad promedio de los padres fue de 35.7, con una escolaridad media de secundaria y nivel socioeconómico medio bajo. Del total de los niños, 130 eran niños y 54 niñas, con un promedio de edad de 8.7 años
Cuantitativa
Para lograr establecer practicas disciplinarias consistentes con los hijos es necesario tener una relación apropiada padre e hijo, de lo contrario, la disciplina sin una adecuada relación con los hijos podría generar comportamiento externalizantes, con poca comunicación (Villar, Luengo, Gómez , Romero, 2003)
Bajas habilidades sociales.
2017
España
Bullying, cyberbullying, parental stress, parental competence, parenting styles.
Participants were 1,993 students in the 5th-6th grade (9-13 years old)
Quantitative
Among the more relevant original contributions provided by this study, we note that we found that parents of victims and cybervictims are permissive (high affection/overprotection, low demand/control) and have a high level of parental stress.
Bajas habilidades sociales.
El papel mediacional del estrés parental en la relación estilos de crianza y frecuencia de problemas de comportamiento infantil. Parenting styles in children and adolescents with substance use disorders: a study from the princess mother national institute on drug abuse treatment, Thailand.
2014
Mejico
Estrés, prácticas de crianza, estilos parentales, problemas de conducta.
Participaron 200 madres de niños canalizados por presentar problemas de comportamiento de diferentes escuelas primarias públicas de la Ciudad de Méjico. La edad promedio de las madres fue de 34 años. Del total de los niños, 140 eran niños y 60 niñas, con un promedio de edad de 8 años
Cuantitativo
Los padres con niños de temperamento difícil se correlacionan el estilo parental permisivo con frecuencia de un 21.9%,. Este estilo parental genera malos comportamientos.
Bajas habilidades sociales.
2017
Bangkok, Thailand.
The study analyzes differences in family variables (parental stress, parental competence and parenting styles) among severe student victims, aggressors, cybervictims, and cyberaggressors (who have very frequently suffered or carried out bullying/cyberbullying behaviors in the past year) and those who have neither suffered nor carried out any aggressive behavior or only occasionally. El objetivo del estudio es establecer el papel mediacional del estrés parental entre los estilos de crianza y la frecuencia de problemas de comportamiento infantil. Study the parenting styles of primary caregivers of children and adolescents with substance use disorders and to examine the association between parenting styles and parental education level parent income.
Parenting Styles, Substance use disorder, Adolescents, Thailand.
The sample size of 257 children and adolescents with less tan 20 years old. They were selected based on the following criteria: 1) have been diagnosed with substance use disorders according to DSM-5 criteria,
The study was designed to cross-sectionally examine a population of children and adolescents with substance use disorders
It was contrary to the finding in some studies, in which greater substance use in adolescents was associated with permissive parenting style
Alta autorregulacion emocional.
36 14.
15.
Byrne , M., Simmons, J., Pettitt, A., Mundy, L., Patton, G., Badcock, P., Whittle, S.,Olsson, C. y Allen, N. D'souza, R. y Sudhamayi , P.
16
Franco, N., Pérez, M. A y Pérez, J.
17.
Palafox, I. N., Jané M.C., Ferran, V., Pla, E., Pi, M., Ruiz G. y DoménechLlaberia, E.
Self-Reported Parenting Style Is Associated With Children’s Inflammation and Immune Activation.
2017
Australia.
Examine the association between 5 discrete parenting styles and inflammation and immune activation in late childhood.
Parenting behavior, inflammation, immune activation, poor monitoring, physical health.
102 families (55 with female children, mean age 9.50 years) with inflammation and immune activation.
Quantitative
The impact of parenting styles on anxiety and depression in children with learning disabilities. Relación entre los estilos de crianza parental y el desarrollo de ansiedad y conductas disruptivas en niños de 3 a 6 años.
2016
Bangalore, India.
Determine the relationship of anxiety and depression in children with learning disabilities based on parenting style.
Anxiety, depression, parenting styles.
A group of 32 children with learning disabilities (21 boys and 11 girls) between the age group of 7 to 15 years old, with their parents.
A quasi experimental research design
2014
Madrid, España
Investigar la relación entre las prácticas de crianza parental y el desarrollo de síntomas de ansiedad y comportamientos disruptivos en niños entre 3 y 6 años de edad.
Ansiedad, pautas de crianza, conductas disruptivas, ajuste emocional, desarrollo
30 madres y 13 padres de niños/as de Preescolar con edades entre 3 y 6 años,
Cuantitativa
Sintomatología ansiosa y estilos de crianza en una Muestra clínica de preescolares
2008
Cataluña, España
Analizar la relación entre la sintomatología ansiosa que presentan un grupo de escolares clínicamente referidos, los estilos de crianza parentales y el estado de salud paterno.
Sintomatología ansiosa, estilos educativos, estilos de crianza, preescolares.
La muestra final estuvo compuesta por 29 niños y 7 niñas con un rango de edad de 3.06 a 6.39 años, y sus padres
Cuantitativa
The findings from this study show that there is a specific aspect of parenting behavior and style, namely poor monitoring and supervision that is associated with higher levels of inflammation and immune activation in children. The results of this study revealed that there is a significant and positive correlation between authoritarian and permissive parenting style with anxious problems of students with learning disabilities. Se observa que los progenitores que se caracterizan por una baja disciplina o un bajo afecto tienden a percibir más alteraciones emocionales y comportamentales en sus hijos, lo que señalaría la importancia de ambas variables a la hora de establecer contingencias educativas. Se puede extraer que aquellos padres que se encuentran con niveles elevados de ansiedad, se encuentren mucho más alterados y/o irritados al momento de establecer pautas disciplinarias.
Baja autorregulación emocional.
Baja autorregulación emocional.
Bajas habilidades sociales.
37 18.
Torío,S., Peña, J. V. y Inda, M.
Estilos de educación familiar
2008
Asturias, España
19.
Mestre, M. P., Tur, A. M. y Samper, A.
Inestabilidad emocional y agresividad: factores predictores.
2010
Valencia, España
20.
Raya, A. F., Herrerzo, J. y Pino, M. J.
El estilo de crianza parental y su relación con la hiperactividad.
2008
Córdoba, España
Determinar cuál son las tendencias actitudinales y comportamentales que prefieren y utilizan, habitualmente, los padres/madres para la crianza y educación de sus hijos. Determinar el número de personas que tienen un estilo educativo definido y delimitar las características socioeducativas que estos padres representan. Cambiar comportamientos parentales e insistir en los programas de educación familiar, a fin de promover modelos de prácticas educativas y modificar o mejorar prácticas existentes. Analizar las interrelaciones paterno-filiales y su vinculación al desarrollo de los hijos, así como las conexiones entre la agresión y la inestabilidad emocional de los menores. Determinar la relación existente entre los distintos factores que componen el estilo de crianza de padres y madres y la hiperactividad.
Estilos de crianza, agresividad física y verbal, inestabilidad emocional, comportamiento prosocial.
2.965 familias de Asturias que tienen niños de Educación Infantil y Primaria de entre 5 y 8 años de edad.
Cuantitativa
La gran mayoría no posee un estilo parental definido. Se puede concluir que los padres asturianos encuestados, en su mayoría, tienen una vocación democrática, combinada con una práctica permisiva y, en determinadas áreas, son autoritarios. En cuanto al estilo permisivo hay un cierto equilibrio en las familias encuestadas entre el acuerdo y el desacuerdo, una cierta aceptación, en pautas como la utilización de premios y castigos. Este tipo de padres forman niños dependientes, con altos niveles de conducta antisocial y con bajos niveles de madurez y éxito personal.
Bajas habilidades sociales, Baja autorregulación emocional.
2.747 personas de 10 a 15 años, escolarizados en 36 centros educativos de la Comunidad Valenciana. El 50,6% son niños y el 49,4% niñas.
Cuantitativa
Se ha encontrado que la agresividad e inestabilidad emocional de los menores pueden potenciarse, entre otros, por la permisividad de la madre.
Bajas habilidades sociales.
Un grupo de 32 niños entre 3 y 14 años (23 niños y 9 niñas) con puntuación de riesgo en hiperactividad y un segundo grupo de similares características aunque con una puntuación baja en hiperactividad.
Diseño ex post-facto con grupo cuasicontrol
La falta de disciplina que caracteriza al estilo parental permisivo es un factor decisivo en la predicción de la hiperactividad.
Baja autorregulación emocional.
38 21.
Isaza, L. y Henao, G. C.
El desempeño en habilidades sociales en niños, de dos y tres años de edad, y su relación con los estilos de interacción parental.
2010
Medellín, Colombia
Estudiar los estilos de interacción familiar y el desarrollo de habilidades sociales en niños y niñas de dos y tres años de edad.
Contexto familiar, prácticas educativas familiares, desarrollo social, conductas sociales, repertorios básicos sociales.
Muestra de 108 niños y niñas y sus respectivas familias
Descriptivo correlacional
Se encontró que los estilos autoritario y permisivo presentes en los padres se asocian con bajo nivel de habilidades sociales, mientras que el estilo de interacción equilibrado propicia la presencia de repertorios conversacionales, de interacción, solución de problemas y asertividad
Bajas habilidades sociales.
39
3.1.1 Áreas del desarrollo socioemocional que han sido más investigadas. A continuación, se analizarán dichas investigaciones en función de las áreas del desarrollo socioemocional en la infancia en relación al estilo parental permisivo. Mediante la siguiente gráfica se pretende revelar la distribución de las áreas del desarrollo socioemocional que se investigaron y su frecuencia en los trabajos seleccionados para este análisis.
14 12 12 10 8 6 6 4 2
1
1 0
0 Bajo nivel de empatía
Bajo nivel de desempeño social
Bajo nivel de Bajo nivel de autorregulación autoconcepto emocional
Bajo nivel de autoestima
Alto nivel de autorregulación emocional
Figura 1: Distribución de las investigaciones según las áreas de desarrollo socioemocional investigadas. Como se presenta en la Figura 1, las áreas del desarrollo socioemocional se han agrupado en seis categorías (Bajo nivel de empatía, Bajo nivel de desempeño social, Bajo nivel de autorregulación emocional, Bajo nivel de autoconcepto, Bajo nivel de autoestima y Alto nivel de autorregulación emocional). Estas categorías se refieren a aquellas investigaciones que llegaron a
40
la conclusión de que el estilo parental permisivo, en general, conlleva a bajo nivel de empatía, bajo nivel de desempeño social, bajo nivel de autorregulación y bajo nivel de auto concepto. A continuación se muestran los porcentajes de dichas frecuencias de categorías de desarrollo socioemocional en las investigaciones encontradas. 3.1.2 Porcentaje de las áreas del desarrollo socioemocional investigadas.
28,57%
Bajo nivel de habilidades sociales
4,76%
Bajo nivel de autorregulación emocional Baja nivel de autoestima
4,76% 4,76% 57%
Bajo nivel de empatía Alto nivel de autorregulación emocional
Figura 2: Porcentaje de la frecuencia de categorías socioemocionales en las investigaciones encontradas. En cuanto al porcentaje de la frecuencia de categorías socioemocionales de las investigaciones, se logra observar que el área más afectada de manera negativa por el estilo parental permisivo, con un porcentaje de 57%, de todas las investigaciones encontradas (ver Tabla 1) fue la de “Bajo nivel de habilidades sociales”. En esta área se puede asumir, que se refiere a que los niños que crecen junto a padres/referentes con estilo parental permisivo, no
41
logran obtener conductas pro sociales o adecuadas habilidades sociales en la interacción con el otro. Dentro de este marco, como ya se ha desarrollado en el Capítulo I, esta área del desarrollo socioemocional, se podría dar por entendido que es una de las habilidades más complejas de dicho proceso ya que englobaría al resto de las áreas (empatía por el resto, alta autorregulación, alta autoestima, alto autoconcepto). Es decir para lograr un desempeño social satisfactorio, el niño debería de tener un buen manejo de sus emociones, con una autoestima, autoconcepto, autorregulación y empatía balanceadas para lograr adecuarse a buenos comportamientos y un buen desempeño social. Sin embargo, la investigación de Charoenwongsak, Kinorn y Hongsanguansri (2017) concluye que este estilo parental, conlleva una alta autorregulación. Es importante tener en cuenta, como ya se ha mencionado anteriormente, que todos los estilos parentales, así como también la autorregulación emocional y otras áreas del desarrollo socioemocional, van a depender de la cultura que el niño se encuentre inmerso. En este caso dicha investigación ha sido realizada en Bangkok, Tailandia. Es por esto, que esta investigación comprueba, una vez más, el hecho de que las pautas y reglas impuestas por cada sociedad en particular, van a influir en el desarrollo socioemocional, así como también en el estilo parental más adecuado para cada niño. Por otro lado, el área de “Bajo nivel autorregulación” conlleva un porcentaje de 28,57% de todas las investigaciones encontradas (ver Tabla 1), siendo esta área, otra de las más evolucionadas dentro del desarrollo socioemocional en la infancia. Dicha área se vería condicionada tanto por la autoestima, como también por el autoconcepto y de la empatía por el resto. La autorregulación, como ya se ha mencionado anteriormente, es un área como todas las demás, que son epigenéticas, es decir, dependen tanto de lo constitucional como también de lo
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aprendido por los referentes del niño. Para lograr una alta autorregulación se va a necesitar un referente que guíe y organice las emociones a través de una disciplina sensible. Asimismo, las áreas como “Bajo nivel de empatía” (4,76%) y “Bajo nivel de autoestima” (4,76%) (Ver Tabla 1) se ven afectadas negativamente, de manera leve, por el estilo parental permisivo. En mi opinión, esto se debería a que son pocas las investigaciones que investigaron en estas áreas más específicas el desarrollo socioemocional del niño, y fueron la mayoría las que indagaron en temas más globales y complejos como lo son la autorregulación y las habilidades sociales de los niños en relación a este estilo parental. Además es importante tener en cuenta que ninguna de las investigaciones encontradas menciona el autoconcepto. Esto podría deberse a que cuando el niño crece en una familia con estilo parental permisivo, en general el niño conoce a grandes rasgos, cual es la visión de sí mismo, pero no obtiene altas puntuaciones en las demás áreas del desarrollo socioemocional dado a que fueron escasas o nulas las veces que se les limitó sus actos o comportamientos, entonces muchas veces va a depender de otro para lograr tener un buen desempeño en las tomas de decisiones en su vida, demostrando poca autonomía, seguridad y confianza para el resto de las áreas del desarrollo socioemocional. A su vez, existen dos investigaciones que sus conclusiones no se clasifican en ninguna de las áreas socioemocionales. Igualmente, las mismas fueron útiles para el análisis de resultados. Por ultimo cabe destacar, que las emociones son el código vital que nos permite relacionarnos, así como también identificar nuestras emociones y lograr comunicarlas. Es por esto que unos de los objetivos más fundamentales en este importante proceso del desarrollo vital es el relacionamiento con los demás. Es por esto que es de gran importancia tener en cuenta el
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gran impacto negativo que conlleva, en muchos casos, este estilo parental permisivo, dada a su escasez de límites. 3.2 Análisis de los resultados. Para comenzar a desarrollar el análisis de los resultados y conclusiones de las investigaciones encontradas sería relevante hacer alusión a Montoya (2016). En esta investigación se concluye que el estilo parental autoritario es más aplicado por hombres, mientras que el permisivo se da más en las mujeres, siendo ambos des adaptativos para el adecuado desarrollo del niño. A su vez, según LLorca, Samper, Malonda y Cortes, 2017) los varones y las niñas perciben la inestabilidad emocional diferente. El varón considera que la variable de predicción de inestabilidad emocional sería una madre castigadora y pendenciera, mientras que para la niña las variables predictivas de inestabilidad emocional sería una madre hostil y negligente, recibiendo pocas evaluaciones positivas y apoyo de parte de su padre. Siguiendo con esta línea, es muy difícil definir un estilo parental, ya que, en algunos casos, las madres y padres se comportan contradictoriamente frente a sus hijos. Según Torío, Peña e Inda (2008) encontraron que solo el 12,8% de los padres tienen un estilo parental definido entre democrático, permisivo y autoritario, mientras que 87,7% restantes se encuentran alternándose entre los tres estilos parentales. Es importante tener en cuenta que el estilo parental a su vez, también va a depender no solo del carácter del niño, la cultura que se encuentren inmersos, sino que también de los padres/referentes. Según Palafox, Jané, Ferran, Pla, Pi, Ruiz y Doménech-Llaberia (2008) aquellos padres que poseen un alto nivel de ansiedad, se encuentran más predispuestos a
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establecer disciplinas caracterizadas por mayores muestras de afecto negativo, más críticas y menos sensibilidad o responsividad a los menores. A su vez, es importante tener en cuenta que Llorca, et al. (2017) sugieren que en la cultura occidental la influencia de la interacción con pares a partir de los 9 años de edad, es de gran importancia ya que pasan la mayor parte del tiempo junto con sus amigos, reduciendo la supervisión de parte de un adulto. Es decir que además de la influencia que tienen los padres en el desarrollo socioemocional del niño, también seria condicionado por la interacción con pares. En cuanto al estilo parental permisivo, es importante tener en cuenta que los niños que poseen un temperamento difícil se correlacionan positivamente con el estilo parental permisivo. Hay un 21,9 % de padres con niños con este temperamento que escogen el estilo parental permisivo dado a que las conductas de sus hijos, en algunos casos, son más difíciles de manejar que un niño con un temperamento fácil. Es así que optar por este estilo parental, en un principio, les genera menos estrés a los padres, pero en el niño puede provocar conductas como berrinches, gritos, peleas y desobedecer (Vite y Vázquez, 2014). Por otro lado, de acuerdo con la investigación realizada por Henao (2009), el mismo presenta correlaciones negativas con el desarrollo socioemocional del niño. Debido al escaso autocontrol o autodisciplina que los padres presentan en este estilo parental, no logran generar en sus hijos/as procesos cognitivos que conlleven un buen control de sus conductas y de esta manera no obtienen alcanzar sus objetivos ni metas claras. Es decir, a mayores puntuaciones en el estilo parental permisivo, menores rendimientos en componentes de empatía y de desarrollo emocional en general.
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En efecto, otros autores como Herruzo, Pino y Raya (2009) afirman que la falta de disciplina del estilo parental permisivo predice conductas agresivas en los niños. Al mismo tiempo Franco y Pérez (2013) afirman que la escasez de límites influye a la hora de percibir menores competencias sociales en los niños, generando retraimiento social y alteraciones en el desarrollo emocional. Lo dicho anteriormente se vuelve a reiterar en la investigación producida por Kol (2016) donde sostiene que el estilo parental permisivo se correlaciona negativamente con las habilidades sociales de los niños criados de esta manera, tales como: destrezas interpersonales, manejo del enojo, adaptación al cambio, expresión verbal, autocontrol, establecer objetivos, escucha, aceptación de los resultados y hacer frente a las habilidades de presión con pares. Además, Isaza y Henao (2010) afirman que estos niños no logran desarrollar habilidades conversacionales, es decir, iniciar una conversación, mantenerla, finalizarla y unirse a otras conversaciones de grupo. Esto se puede dar debido a la inmediatez y bajos niveles de tolerancia conlleva a estos niños, a no respetar la palabra del otro, no defender sus puntos de vista desde fundamentos, no tener diálogos amables y no hacer lecturas de las emociones del otro. Siguiendo con esta línea según la investigación realizada por Franco, Pérez y Pérez (2014) afirman que los padres que se caracterizan por una baja disciplina se relacionan comportamientos disruptivos y alteraciones en el ajuste emocional. Es decir que el estilo parental permisivo podría llegar a generar una escasa empatía y autorregulación en los niños provocando conductas agresivas. De la misma manera, otros autores como D´souza (2016) también afirman que este estilo parental tiende a correlacionarse con problemas de ansiedad en el aprendizaje académico. Así
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como también para Raya, Herrerzo y Pino (2008) la falta de disciplina del estilo parental permisivo puede incidir en la hiperactividad del niño. Para este autor establecer normas claras, asegurar su cumplimiento y ser comunicativo e implicado con los hijos es fundamental para prevenir posibles TDAH o mejorar la relación padres/hijos con este trastorno. Esto hace que también se vuelva a verificar que el estilo parental permisivo, dada su escasa disciplina, genere en los niños una baja autorregulación de sus emociones pudiendo generar cierta ansiedad en el individuo. A su vez, la investigación realizada por Garaigordobil y Machimbarrena (2017) encontró que la mayoría de las víctimas y agresores del cyber bullying eran niños con padres permisivos. Esto se puede generar dado a que los niños criados por el estilo parental permisivo pueden tener una baja autoestima lo que lleva a ser una víctima o agresor del cyber bullying. Según Mestre, Tur y Samper (2010) el niño necesita de una disciplina sensible impuesta por los padres, es decir saber lo que está bien y mal, lo licito e ilícito. La falta de la misma genera desconfianza en el niño, teniendo como resultado conductas inestables y agresivas en el niño. Es por esto que es importante demostrar el rol de la disciplina en los estilos parentales, sin llegar al extremo del autoritarismo. Para lograr establecer practicas disciplinarias consistentes con los hijos es necesario tener una relación apropiada padre/referente e hijo, de lo contrario, la disciplina sin una adecuada relación con los hijos podría generar comportamiento externalizantes, con poca comunicación (Vite y Vázquez, 2014). Es importante balancear el apoyo y afecto con el control y orden. Es en la edad de entre los 3 y 6 años que los niños necesitan un apropiado nivel de disciplina y control parental, es decir necesitan de límites coherentes, claros y firmes para un adecuado desarrollo (Franco, et al. 2014).
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Dentro de este marco, según los autores mencionados anteriormente se basan en los autores Maccoby y Martin (1983, citado en Franco et al. 2014), donde se observa que el modelo ideal para favorecer el desarrollo del niño, es el democrático. Este estilo combina de manera apropiada los niveles de apoyo y afecto emocional y el de control y disciplina, formadores de niños seguros, independientes y adaptados socialmente. De esta manera es que se concluye que los padres que ejercen el estilo parental permisivo son padres/referentes no facilitadores para el adecuado desarrollo socioemocional. Por su parte, Kol (2016) asegura que el estilo parental democrático afecta significativamente las habilidades sociales de los niños de una manera positiva. Esto se puede reflejar en este estilo dado a que el buen balance de afecto/apoyo y disciplina/ control garantiza en los niños un adecuado desarrollo socioemocional. Los padres democráticos prevalecen los deberes y derechos, crean espacios donde los niños puedan expresarse y así logran leer y comprender a sus hijos/as. Generan en ellos independencia en toma de decisiones, con altas habilidades sociales (Isaza y Henao, 2010). A raíz de esta búsqueda de investigaciones relacionadas a la temática, se puede concluir que la falta de límites, relacionada con el estilo parental permisivo, puede generar en los niños agresividad, conductas antisociales, escasas conductas pro sociales, escasa empatía, baja autoestima y autorregulación. Esto se puede dar debido a que el niño necesita de un referente que le sea como guía, organizando, ordenando, e identificando sus emociones para así poder generar en él seguridad y confianza a la hora de enfrentarse al mundo exterior.
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CONCLUSIONES Como conclusión final sería importante tener en cuenta la adecuada puesta de límites en la crianza de los niños ya que los mismos proporcionan un adecuado desarrollo socioemocional tanto en la niñez, como en un futuro. Además es importante tener en cuenta que la puesta de límites sea como se ha pautado en capítulos anteriores y que con solo la misma no será suficiente sin tener en cuenta la comunicación, la sensibilidad, el afecto y apoyo por parte de los padres o referentes en la crianza. Es decir que según algunas investigaciones recientes, el estilo parental más beneficioso para el desarrollo socioemocional en la infancia en nuestra cultura es el democrático. Igualmente cabe destacar que todas las disciplinas deben de adecuarse según la personalidad y etapa del desarrollo del niño. Es decir que cada padre y madre o referentes deberán de tener en cuenta la eficacia de la misma, ninguna disciplina es universalmente eficaz para todos los casos, es por eso que la personalización de la misma es de suma importancia. Es fundamental que el niño se sienta entendido y apoyado, mostrándoles afecto para que de esta manera logre confiar en sus padres y tenerlos como referentes. Si uno reflexiona acerca de impacto negativo del estilo permisivo en el desarrollo socioemocional en el niño, comprenderá que el límite es una demostración de cariño. La disciplina es una manera de demostrarle al niño que es apreciado y valorado por sus padres, los cuales quieren protegerlo y que gradualmente logren tener seguridad y confianza en sí mismo para lograr ser autónomos e independientes. Para ello es importante delimitarlo, es decir mostrarle lo que puede hacer y lo que no debe. Lo que genera la falta de límites, en algunos casos, en la infancia son niños egocéntricos, pensando que todo lo pueden realizar porque aún no se han enfrentado al mundo y una vez que se
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enfrenten, su autoestima descenderá ya que no es lo que imaginaban, a diferencia de su entorno. Genera niños con escasa empatía, factor que los llevará a no saber correctamente como socializar, frustrándolos a niveles sociales, y como nunca fueron frustrados los llevará a obtener conductas antisociales a través de la agresividad. La agresividad surgirá del no comprender como debe uno interaccionar con otro, ya que no conoce los límites del resto, y está totalmente centrado en sí mismo. Esto lo frustra y al no haber aprendido a autorregular sus emociones, porque en este estilo parental, siempre le fue permitido el hacer berrinches, rabietas, y escándalos por obtener lo que desea y todo le fue concedido, sin entender que para insertarse en una sociedad uno debe de comprender ciertas pautas y reglas emocionales que todos compartimos. Es decir, en donde debemos de aprender a autorregular nuestras emociones y así aprender de la frustración. Es importante aprender el valorar los objetos y personas, y saber que uno debe de merecerse lo deseado, aprender a esperar, tener paciencia y comenzar a evolucionar nuestra motivación de dominio hacia una motivación de logro, en donde uno controla sus emociones para lograr llegar al éxito al cumplir nuestras expectativas y objetivos. A su vez obtendrán bajas autoestimas ya que para lograr tomar buenas decisiones serán dependientes, dada a la escasa disciplina por parte de sus referentes, todas las precoces decisiones tomadas fueron erróneas, su inmadurez infantil no le permitieron responsabilizarse de sus actos, siempre necesitaran de un otro que los ayude a tomarlas ya que sus referentes nunca fueron correctamente interiorizados y no lograron incorporar sus delimitaciones. Es importante tener en cuenta que lo anterior dicho es de una manera extremadamente exagerada, es decir, existen los matices en todos los casos de estilos parentales permisivos, así como también como se ha mencionado anteriormente, ningún estilo parental es único, sino que
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son mixtos entre varios estilos. Es por esto que lo anteriormente dicho es lo que podría llegar a suceder si no se pone ningún límite en la infancia y esto casi nunca sucede, siempre un límite existe, salvo en casos de negligencia. En conclusión, para una adecuada puesta de límites es necesario ser padres/referentes alentadores, es decir moldear, reconocer y alentar conductas cooperativas y de esta manera se debe de crear o encontrar oportunidades en el niño logre realizar contribuciones importantes en la familia y a la comunidad. Para esto hay que ganarse el respeto de los niños a través de la comunicación, afecto y tratarlos con el mismo respeto que uno espera (Main, 1986). En cuanto a las limitaciones de esta revisión sistemática son principalmente las escasas investigaciones que indagan acerca del estilo parental permisivo específicamente, la mayoría de las investigaciones encontradas investigan los cuatro estilos parentales (negligente, permisivo, autoritario y democrático). Esto hace con que la información extraída de dichas investigaciones sea más general y no muy detallada. A su vez, la gran mayoría de las investigaciones hablan de las áreas del desarrollo socioemocional en general, es decir, no mencionan área por área; empatía, autorregulación emocional, autoconcepto, autoestima y habilidades sociales. Esto hace, en alguno casos, con que uno deba deducir que área del desarrollo socioemocional se mencione en la investigación, siendo el área social la más aludida. Por último es importante tener en cuenta que el tema de desarrollo socioemocional es muy amplio, es por eso que en el marco teórico se sintetizó la temática y se optó por no detallarlo, ya que si no se haría muy extenso. Es por esto que algunas temáticas no fueron incluidas en dicho capítulo.
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