Geopolítica y concentración de tierras. América Opazo
Introducción El presente trabajo constituye el trabajo final de curso Espacios, Culturas y Poder. La Geografía Política de la Globalización, del Magister en Estudios Internacionales de la Universidad de Santiago. El curso en cuestión buscó enfatizar en las principales características sobre el nuevo orden mundial, lo cual estructura la agenda política de los Estado – Nación; además se enfatizó en la profundización del análisis político de América Latina y los principales desafíos al respecto. Ante el contexto recién mencionado, el presente trabajo se busca mostrar una situación procedente del contexto de globalización en el cual nos encontramos inmersos y que afecta a nuestro continente y por supuesto nuestro país, como es el caso de Concentración de Tierras, proceso que no es nuevo, pero que los ribetes de contexto antes mencionado generan un proceso de una complejidad ascendente. Los principales objetivos del presente trabajo dicen relación con: Poner de relieve el análisis de la relación e
integración de zonas periféricas y de centro
en el sistema mundo en contexto de globalización. Analizar fenómeno de concentración de tierras en América Latina en general y Chile en particular, señalando desafíos y oportunidades en contexto de Geopolítica.
1. Contexto. Globalización y su influencia en el Sistema Mundo 1
En las últimas dos décadas se ha observado un cambio significativo en los modelos de desarrollo de los principales países de América Latina, lo que se ha evidenciado en el énfasis de políticas estatales por promover “de manera creciente la integración económica impulsada por normas de ventaja competitiva, competitividad y la difuminación de la distancia nacional/extranjero1” (Garretón, 2004 p.62). La idea de difuminación de distancias se vincula con lo planteado por Estevez (2008) en cuanto a fenómeno de porosidad de las fronteras estatales, en que los Estados ya no controlan “los flujos de mercancía, capitales o informaciones que circulan a través de sus fronteras. Se han convertido en Estados abiertos” (p. xi). Este modelo de integración económica es profunda y obedece a que se ha globalizado la división técnica del trabajo: la división ya no es sólo social (unos países producen ciertos elementos), sino que técnica (la elaboración de un mismo producto involucra a personas, materiales, máquinas y plantas productivas de diferentes países) (Estevez, 2008, p.xii). Este fenómeno es posible por un tipo de globalización comprendida no sólo como producto de la interdependencia entre Estados y los contactos entre ellos, sino más bien como “un espacio global unificado que implica relaciones asimétricas entre sus componentes” (Garretón, 2004, p.39). Estas relaciones son producto de una trayectoria de interacciones mundiales y geográficas, con elementos diferenciales de poder y riqueza, intrigas e influencias que han dado forma a la globalización, la cual no cuenta con una definición precisa, sino que una variedad de aristas que confluyen y se influyen, como por ejemplo la globalización financiera la cual “describe el mercado mundial instantáneo de productos financieros que se intercambian en las ciudades mundiales de todo el planeta de forma interrumpida las 24 horas del día (Taylor y Flint,1994, p.2), o la globalización tecnológica que alude a la combinación de tecnologías de comunicaciones y de informática que permiten la transmisión de forma instantánea de información a través de todo el mundo. Lo anterior, lleva a plantear que la globalización como fenómeno ha impactado, para bien o para mal, globalmente la vida de 1
Asimismo Garretón señala que la exportación de productos “desde países del Tercer Mundo a los países industriales avanzados enfrenta aranceles, que en promedio son cuatro veces más altos que los que afectan a las exportaciones de los países industriales al mismo mercado (p.57)
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las personas; es así que se reconoce que la globalización ha puesto en el escenario mundial un nuevo conflicto social que se encuentra caracterizado principalmente “por la hegemonía geopolítica de los Estados Unidos, el predominio de la ideología y las políticas neoliberales y la masiva exclusión de vastos sectores del mundo” (Garretón, 2004, p.40). Con estos elementos es posible plantear que se ha roto la definición única de modernidad y la estrategia de modernización a través de la industrialización, y tal como lo plantea Ulrick Beck “el proyecto de modernidad parece haber fracasado” (1998, p25), lo cual se ve influenciado por procesos de individuación por una parte, en cuanto “torna poroso el conglomerado social, la sociedad pierde conciencia colectiva y por ende, su capacidad de negociación política (Beck, 1998, p.25) y por la globalización económica, lo cual produce el quiebre de la alianza sociedad de mercado, Estado y democracia, o sea el imaginario occidental moderno del Estado - Nación. Al respecto, Pontoriero en Lettiere, señala que estos cambios y quiebres en este imaginario occidental están produciendo rápidas
readaptaciones en lo cual la incertidumbre ha
producido profundas grietas en el sistema de valores en que el trabajo, la educación y la fuerte relación entre el Estado y la sociedad tenían un lugar privilegiado (2000, p. 336), y en donde el factor tecnológico ha afectado a la sociedad industrial en sus pilares fundamentales, tal como señala el autor:
“La sustitución progresiva de materias primas, la creación de nuevos materiales y productos de tecnología avanzada, la introducción de la informativa, asumiendo un rol importantísimo en la organización y gestión administrativa de los procesos de diseño, logística, manejo de información, producción y comercialización; y finalmente la flexibilidad adecuada para responder a una demanda globalizada, caracterizada por la fragmentación, diversidad y selectividad” (336) El análisis de los sistemas – mundo en cuanto a modos de producción de Taylor y Flint constituyen una interesante propuesta para analizar el contexto mundial globalizado, donde encontramos el denominado imperio - mundo y economía – mundo, respectivamente. 3
(1994, p.8). El primero se basa en un modo de producción redistributivo tributario, y el segundo se encuentra
basado
en el modo de producción capitalista, en lo cual la
producción se rige por “la obtención de beneficios y el incentivo fundamental del sistema es la acumulación de excedente en forma de capital” (Taylor y Flint, 1994, constituyéndose el
mercado mundial único el
capitalista el cual
p.8),
“supone que la
producción está destinada al intercambio más que al uso” (Taylor y Flint, 1994, p.11). Por tanto, es posible plantear que el capital organizado a nivel global es quien lleva la delantera, generando una nueva geografía del comercio internacional. En el análisis de sistema mundo, es posible observar que las relaciones de desarrollo de la producción y la economía es desigual, donde “hay grandes zonas centro y de periferia” (Taylor y Flint, 1994, p.21), pero no el entendido tradicional de que economías nuevas no se integran a la economía mundo como un socio de pleno derecho, sino que en el sistema mundo los espacios no tienen el carácter de centro y/o periferia, sino que “son los procesos de centro y periferia los que estructuran el espacio” (Taylor y Flint, 1994, p.21), es decir el modelo de cómo se estructura el espacio genera procesos de centro y periferia, lo cual va más allá de Estado, zona o región especifico. Por tanto es preciso mencionar, que estos procesos no ocurren al azar, sino que llevan a producir un proceso de desarrollo económico desigual, y en donde la integración es funcional, en donde la producción y el comercio se encuentran organizados “por un núcleo de corporaciones que representan
tanto el
capitalismo industrial como el comercial” (Garretón, 2004, p.42), y que son clave en esta etapa de la economía mundial, y cuyo factor dominante es el capital financiero. Lo anterior lleva que los Estados, zonas o regiones de la periferia se vean obligados a conformar un sistema productivo vía la especialización productiva en el complejo escenario internacional, y en donde la competencia ya se produce a nivel de empresas, “empresas que tienen estrategias globales, mayor movilidad y desarrollo tecnológico, pero inmersas en un sistema en el que compiten países y sociedades” (Bernal Meza, 2014, p.152) y que conlleva a que el mundo se vuelva más especializado en mano de obra. Lo anterior ha supuesto ciertas características del modelo de producción global, las cuales dicen relación con:
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1) la intensificación de la competencia global y el surgimiento de nuevos centros de producción (por ejemplo, los países recientemente industrializados, PRI); 2) la proliferación, expansión y re estructuración de las empresas transnacionales ET; 3) el entorno tecnológico que avanza con rapidez, especialmente las nuevas tecnologías de transporte y comunicaciones; 4) un sistema financiero global; 5) el entorno político internacional, incluyendo la hegemonía de EE.UU, las políticas económicas de estado- nación, las formas supranacionales de integración regional económica como la Unión Europea, el tratado de libre comercio y el Mercado Común del Sur y 6) las desigualdades globales crecientes tanto entre regiones mundiales como dentro de países. (Garretón, 2004, p.41) Todo este dinamismo de la industrialización contemporánea no suelen hacer caso de los límites y fronteras nacionales, generando consecuencias en las zonas periféricas, las cuales principalmente han basado sus estrategias en especialización de productos y/o perfiles exportadores específicos. En el caso de América Latina se ha especializado en la exportación de materias primas, “incluyendo commodities industriales procesados y exportaciones agrícolas no tradicionales todo lo cual todavía forma el ochenta por ciento o más de la totalidad de las exportaciones” (Garretón, 2004, p.46). En ello, es posible observar cambios importantes en el entorno tecnológico, y como algunos latinoamericanos2 responden y se adaptan a estos cambios
países
para poder competir
e
integrarse al mercado mundial en contexto de capitalismo. Es preciso mencionar que este impulso hacia el capitalismo en América Latina tiene distintas fases: por una parte, una primera fase se encuentra en los 90, la cual estuvo 2
Raúl Bernal Meza señala que a nivel latinoamericano “sólo tenemos algunos países con capacidad de adaptar tecnología, no de diseñarla, sino de adaptar la tecnología y éstos son en orden de importancia Brasil, México, Argentina y Chile; países que tienen la capacidad de contar con laboratorios, técnicos, capacidades tecnológicas y capital humano como para adaptar la tecnología. El resto de los países de América Latina está a merced de la demanda y de las condiciones que impone la economía mundial (p.152- 153)
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marcada por “la desregulación económica, el ajuste fiscal, la política de privatizaciones (de los servicios públicos y de hidrocarburos), así como por la introducción del modelo de agronegocios (Svampa, p.31), creándose nuevas normas jurídicas que dieron paso a la implementación de capitales extranjeros, y que por sobre todo consolidó el modelo de reprimarización de la economía altamente dependiente de los mercados externos. La misma autora señala que actualmente nos encontramos en una segunda fase del modelo, caracterizado por la profundización del modelo extractivo de recursos primarios y naturales no renovables “necesarios para alimentar el nivel de consumo sostenido y el modelo de acumulación vigente. En otros términos, la actual etapa expresa una demanda cada vez mayor de los países desarrollados hacia los países dependientes, en términos de materias primas o de bienes de consumo” (p.32), generándose así tasas de empleo decreciente en contraposición a un crecimiento demográfico de nuestras realidades latinoamericanas. En esta línea de reflexión un estudio realizado por la CEPAL en 2011, la participación de los productos primarios en las exportaciones de América Latina, periodo 2002 – 2009, crecieron de un 41% a un 53%, respectivamente (Sevares, 2012) En el caso especifico de Chile, el país “alcanzó el mayor nivel de primarización de América del Sur, principalmente por el aumento de las exportaciones mineras, en su mayor parte cobre y derivados, que pasaron de ser el 43% del total de ventas externas en 2003 al 63% en 2010” (2012, p.335) En ambas etapas es posible observar lo que Boaventura de Sousa Santos en Svampa denomina el Estado metarregulador, el que puede ser entendido como un gobierno indirecto, “en el cual los actores económicos poderosos detentan un poderoso poder de control sobre los recursos vitales esenciales para las personas, sin estar sometidos a ningún tipo de responsabilidades ante la sociedad, y sin importar si esos recursos son el agua, la energía, las semillas, la seguridad o la salud” (p.31), cambiando por tanto el papel del Estado. Con todo, se reconocen que en general, las políticas estatales que han asumido los países de América Latina en cuanto a favorecer la integración al mercado mundial en contexto de globalización “ha mejorado la competitividad internacional de muchas partes de la región, 6
se han expandido los niveles generales de exportación y por lo menos ha ocurrido algún grado de mejoría y actualización industriales (Garretón, 2004, p.62), pero sin embargo estos avances en la competitividad se basan aún en las ventajas comparativas de países y sociedades, tal cual lo plantea Bernal Meza: los países de bajos ingresos se especializan en productos intensivos de la tierra, los de medianos ingreso la especialización va por la mano de obra y los de altos ingresos su especialización se basa en la tecnología y el capital. Con todo, la globalización y la complejidad del mismo, no puede ser entendido “fuera de las estructuras de poder económico y político a nivel mundial, regional y local. El desarrollo tecnológico está condicionado y manipulado por estas estructuras de poder” (Bruckmann, 2012, p.15)
2. Aristas de la globalización en América Latina: fenómeno de concentración de tierras. a) Concentración de tierras en América Latina: un proceso recursivo, pero en cambio de contexto global. La concentración de tierras no constituye un fenómeno nuevo y actual en América Latina, sino no que lo nuevo son los contextos globales en los cuales comienza a surgir este proceso. En el siglo pasado, específicamente en los años 60, la concentración de tierras se consideraba una traba para los procesos de modernización del sector agrícola en América Latina, lo que junto a la estrategia de la Alianza para el Progreso, llevaron a impulsar procesos de Reforma Agraria en la región, basadas principalmente en las siguientes fundamentaciones: la estructura bi modal de hacienda e inquilinos, la inequidad y desigualdad de la misma, y por último,
la ineficiencia productiva del proceso de
concentración de tierras a través de la hacienda. A lo anterior se suma el interés prioritario de Estados Unidos de detener el avance del comunismo en América Latina. Según la FAO (2012), el fenómeno actual de concentración de tierras es visualizado como un requisito para lograr nivel de escala adecuado y organización de la producción en cuanto 7
modernización de la agricultura y el sistema alimentario mundial, en contexto de modelo de desarrollo vigente que fue analizado en el apartado anterior. Es preciso mencionar que los fenómenos de concentración ocurren en todos los niveles de cadenas de producción, siendo la concentración de tierras una de las partes de esa cadena. Ante ello, se hace indispensable observar la organización de la producción, en cuanto a especialización primaria de la misma. Según la FAO (2012), actualmente es posible observar cuatro principales debates actuales en torno a la dinámica de la tierra, a saber: a) Modernización de la agricultura y el funcionamiento de mercado de tierras: se vincula al acceso a créditos y en ello si el mercado cuenta o no con los mecanismos para brindar seguridad de la inversión. Se plantea como necesidad el contar con catastros en torno a la disponibilidad de registro de la propiedad de la tierra así como su arrendamiento, además de implementar fondos financieros para el acceso de productores a la tierra. b) Efectos de la concentración de la tierra y el modelo de desarrollo agrario. Se señala que la concentración de la tierra produce exclusión de una parte importante de la población al factor de producción como es la tierra; así se observan actualmente movimientos sociales que buscan la reivindicación del derecho a la tierra, por ejemplo. c) Concentración de la tierra y soberanía de los Estados: la discusión se centra en que la concentración de la tierra, dificulta a los Estados para que puedan ejercer su soberanía en el factor productivo como es la tierra y los recursos naturales relacionados a ellos. Es así que se denuncian situaciones de acaparamiento de tierras, o concentración de tierra en manos de extranjeros. d) Concentración de la tierra y el manejo de los recursos naturales. La concentración de tierras lleva al poder y control de recursos naturales como agua, energía, minerales, entre otros, los cuales pueden ser sensibles para los Estados, como es el caso de la Amazonía en Brasil (Pinheiro, 2006), o la compra de cantidades de tierra en la Patagonia Chilena y Argentina, entre otros.
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Todo lo anterior ocurre de manera simultánea y con distintos énfasis, dando cuenta de la dinámica ascendente que conforma la concentración y dinámica de la tierra, en contexto de globalización. b) Concentración de tierras en Chile. Estado de situación inicial. Como se mencionaba anteriormente en la década de los 60 comenzaron en América Latina, bajo la influencia de EE.UU una serie de Reformas Agrarias 3; es preciso mencionar que al año 1960, Chile presentaba un 34,7% de población total del país, en condiciones de atraso y pobreza, lo cual presumió que para la superación de esa pobreza y atraso se podría resolver a través de redistribución de la tierra, estableciéndose así la Primera ley de Reforma Agraria en 1962( Ley 15.020) de Jorge Alessandri y luego la promulgación de la Ley 16.640 de 1967 de Gobierno de Eduardo Frei; luego en la década de los 70 con gobierno de Salvador Allende se profundiza procesos de Reforma Agraria; sin embargo el Golpe Militar de 1973 deja atrás los avances alcanzados en los gobiernos anteriores; la dictadura militar implementa el programa “Regularización de la Tenencia” el cual consistió principalmente en la devolución de tierras a sus antiguos dueños, licitación de un 15% de la tierra a privados y el reparto en forma individual de parcelas a 37 mil campesinos (56%), impulsando así una política de corte neoliberal y que en el caso de la agricultura, según Jorge Echenique en FAO (2012), se apostó por el aprovechamiento de las ventajas comparativas, tanto en lo geográfico y climático del país, principalmente en los ámbitos forestales, vitivinícolas y hortofrutícola; asimismo se establece principio de subsidiaridad del Estado, pasando servicios y bienes hacia los privados; también “se impulsa el mercado libre de tierras, eliminando todas las restricciones a las enajenaciones de tierra. Con posterioridad, en 1980 se crea el mercado libre de todas las aguas del país, disociado de la propiedad de la tierra. En este mercado son los particulares los que determinan el uso, beneficio y conservación de las aguas, bien económico que se transa libremente. Estas políticas se mantienen hasta hoy (Echenique, 2012, p.147); se impulsa la desarticulación de los entes sindicales del agro.
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Brasil 1964; Ecuador 1964; Perú 1964; Chile 1962 y 1967; Guatemala 1962; R. Dominicana 1962; Colombia 1961; Nicaragua 1963; Venezuela 1960; Costa Rica 1961; Panamá 1962
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Con todo, la vocación agro exportadora del país ha llevado que la producción primaria del mismo se centra en los siguientes
Productos
tópicos:
2010 (Millones de USD)
Frutas Frescas Celulosa Maderas Vinos de mesa Frutas Procesadas Semillas Carnes de Cerdo Carnes de Ave Lácteos Carnes de ovino Otros TOTAL
3.417 2.399 1.937 1.563 910 359 322 208 159 33 1.029 12.236
Las situaciones antes mencionadas han dado pie a que en la actualidad se observen cuatro tipos de productores en el país: 10
•
Sociedades controladas por grandes grupos económicos: principalmente en las áreas de pesca, forestal y la agroindustria. “Según el Censo Agropecuario 2007, figuran 10.073 sociedades anónimas y limitadas con 7,8 millones de ha” (FAO, 2012, p.148)
•
Empresas agrícolas modernizadas: según Echenique, este tipo de empresas se integra a alguna fase de la cadena de producción, por ejemplo los packing.
•
Empresas agrícolas tradicionales: se señala que estas empresas se localizan territorialmente en zonas de menor aptitud agroclimática del país para la agro exportación, dedicándose principalmente a la producción de cereales, leguminosas, papas, carne bovina y otros rubros para el mercado interno” (FAO, 2012, p.149)
•
Pequeña agricultura: la cual no ha podido participar y competir activamente con el sector agro exportador, significando que ha ido perdiendo capacidad de control y tenencia de la tierra, a través de la venta de ésta.
Ahora y de acuerdo a Censo Agropecuario realizado en 2007 en el país, es posible observar una ascendente concentración de tierras, la que se explicita en el siguiente cuadro: Estratos de tamaño (ha)
N° de explotaciones
%
Superficie total (miles ha)
%
Menos de 500
274.126
98,4
6.184
20,8
501 – 1.000
2.054
0,7
1.414
4,7
1.000 – 2.000
1.048
0,4
1.441
4,8
2.001 y más
1.430
0,5
20.743
69,7
Total
278.660
100
29.782
100
Fuente: Censo Agropecuario 2007, en FAO (2012, p.153)
Al observar los mismos datos de Censo Agropecuario, las explotaciones más grandes del país, considerando el riego de las mismas se concentran en las siguientes regiones: 11
N°
Región
N° Predios
Superficie total (ha)
Superficie de Riego (ha)
1
Maule
2
24.000
10.000
2
Maule
30
3.025
2.889
3
O’Higgins
17
8.302
2.284
4
O’Higgins
5
4.897
1.695
5
Maule
2
1.867
1.348
6
Coquimbo
8
2.371
1.326
7
Maule
10
2.472
1.284
8
Maule
18
1.395
1.269
9
Maule
7
3.641
1.257
10
Metropolitana
65
3.858
1.256
Fuente: Censo Agropecuario 2007, en FAO (2012, p.153)
Con todo, los datos recién presentados dan cuenta de que proceso de concentración de tierras va en aumento, lo cual necesariamente se vincula a la comprensión de que las interrelaciones globales tienen una finalidad económica. 3. Conclusión Joan – Eugeni Sánchez en su texto Geografía Política señala que “el dominio territorial per se aparece como un sin sentido. El beneficio debe ser esencialmente de orden económico, bien directamente extraído del territorio que se domina, bien como medio indirecto para garantizar la apropiación y explotación de otros territorios” (S/F, p.184), lo cual corresponde a la realidad que está pasando en el agro chileno, en lo cual se va dejando de lado lo que tradicionalmente ha estado en el sector: el campesino. Sin embargo, reconociendo la realidad chilena no podemos dejar de lado el territorio latinoamericano que está viviendo la problemática de la concentración de tierras y en ello la alternativa de enfrentamiento de ello es a través de lo que plantea Pinheiro (2006) de que no 12
hay solución individual para ningún país de América Latina y en ello la cooperación implica entre países latinoamericanos está en asumir responsabilidades para con los países vecinos transformando el sistema mundial en multipolar, en el cual América del Sur pueda constituir uno de los polos.
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