MEDICAMENTOS POR VALOR DE MILLONES DE PESOS

to y que comenzó a manifestarse, de manera sostenida, hace aproximadamente 10,000 años, durante la última desglaciación. “Sólo entre 1960 y 2010 se registraron más de 200 millones de inmigrantes en el mundo, llegando en mayor proporción a los países más desarrollados” (ONU, 2010).

Esas migraciones se mueven en direcciones e intensidades variables llamadas flujos migratorios. En el caso de RD, recibe las presiones de las tres clases de flujo. Primero, vemos como la prensa internacional recoge de manera frecuente el nombre de la República Dominicana y sus ciudadanos como víctimas de la Trata de Personas en lugares tan remotos como la isla de Creta, Beirut o Buenos Aires. Pero, además, desde el país se trafica con migrantes en yolas, como polizones o por vía aérea.

Segundo, los ocho aeropuertos internacionales, los doce puertos y los seis pasos formales de la frontera terrestre con Haití, constituyen grandes centros de trasiego de personas, debido, principalmente, a la posición estratégica de la isla y al extenso comercio de la República Dominicana con las principales economías del mundo. Este “tránsito” puede estar ligado al tráfico de drogas y al lavado de activos, o puede ser resultado de migraciones por razones económicas. Ej. Asiáticos, suramericanos y cubanos intentado llegar a EE.UU.

Tercero, muchos delincuentes y criminales extranjeros llegan a RD huyendo de la justicia de sus países, otros, generalmente sociópatas, a hacer turismo sexual. Pero el mayor problema de Tráfico de Migrantes hacia el país viene desde Haití, un Estado fallido y uno de los más pobres del mundo, por lo que esa inmigración tiene fuertes impactos sociales, económicos, de salud, de seguridad y medioambientales para los dominicanos. Por ejemplo, un informe del PNUMA, de 2013, estima que la cantidad total de carbón producida en RD y contrabandeada a Haití es de aproximadamente de 50,000 toneladas por año.

Conocidos los ilícitos que vienen con los flujos migratorios, se hace necesaria una herramienta innovadora y poderosa para combatirlos. Esa herramienta es la Inteligencia Migratoria (INTMIG), que se puede definir como el proceso de obtención, elaboración y difusión de la información necesaria para combatir la Migración Ilegal, la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes, siendo sus principales objetivos la condena de los criminales y la protección de las víctimas. Aplicar la IMTMIG conlleva entonces, utilizar las legislaciones nacional e internacional como sus principales fuentes, así como técnicas y estrategias avanzadas de investigación: entrega vigilada, vigilancia electrónica, operaciones encubiertas, acuerdos judiciales, cooperación internacional, intersectorial y entre agencias.

En el territorio nacional, la Ley General de Migración, No. 285-04, ordena y regula los flujos migratorios, tanto en lo referente a la entrada, la permanencia y la salida. Manda que se regule la presencia de los extranjeros en territorio nacional con la finalidad de que todos

Samuel Huntington

tengan que estar bajo condición de legalidad en el país; los que no gocen de esta condición serán excluidos del territorio nacional. La ley también contempla multas para los empleadores que contraten a extranjeros ilegales o no aptos para trabajar en el país.

Por otro lado, la Ley sobre Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes, No. 137-03, sanciona a los traficantes hasta con 15 años de reclusión y multas hasta 250 salarios mínimos si son personas físicas y varias penas si son personas morales, entre las que se encuentra la confiscación de la cosa que sirve para cometer el crimen y su producto. Es importante anotar que la principal diferencia entre ambos crímenes es que la trata afecta la dignidad humana, mientras que el tráfico lesiona la integridad del territorio nacional.

Finalmente, aparte del uso de la INTMIG, se deben reforzar los controles fronterizos para prevenir y detectar la trata y el tráfico, tomando en cuenta “la obligación de los transportistas comerciales, empresas de transporte, propietarios o explotadores de cualquier medio de transporte, de cerciorarse de que todos los pasajeros tengan en su poder los documentos de viaje requeridos para entrar en el Estado receptor” (Convención de Palermo).