AMPARO ENRIQUEZ E.
ILUSTRACIONES:
DAYUMA ALVAREZ
La Escuela de la Selva Amazónica
En la selva Amazónica de Ecuador, existe una escuela donde todos los cachorros van a estudiar con la maestra Charapa, la mas sabia de la Rivera del Rio Aguarico, pues, por 120 años a enseñado a sus estudiantes todas las normas de la selva. Los alumnos de la maestra Charapa son, Carlitos Saino, Otto Armadillo, Yolanda Pava de Monte, Silvia Colibrí y Alejandro Mono Ardilla. Todos asisten puntuales y felices cada día, aunque uno de lo pequeñines se ingeniaba malas pasadas para sus amigos por diversión. ¡Todos los días lo castigaban!
Pobre Otto Armadillo, Alejandro Mono Ardilla lo ha empujado y por todo el patio a rodado. Su maestra gritando le dijo: - !Nooo
Alejandroooo!
- ¡Estas castigado, al rincón lo que queda de la clase! Y Alejandro respondió: - Puff, solo estábamos jugando que delicado.
Pobre Silvia Colibrí llorando está, por que sus pinturas en su lugar no están. La maestra Charapa, ha buscado por todos lados, ¿Y adivinen quien las escondió bajo una piedra?. !Pue si!, nuestro amigo Alejandro Mono Ardilla. Y un día más su maestra repitió: - ¡Alejandro castigado sin recreo!
Alejandro Mono Ardilla rascando su cabeza y con un gritillo se burló: -¡Uyyy, no hay como hacerles una bromita, por todo llora!
Pobre Yolanda Pava de Monte, Alejandro Mono Ardilla le ha puesto un chicle en las plumitas de la cabeza. La maestra Charapa en esta ocasión lo dejó sin colación y Alejandro alzando los hombros murmuró: - Psss, no fue mi intención yo jugaba con mi chicle y ella se cruzó,
Pobre Carlitos Sahino, alguien le ha rayado todos los cuadernos. La maestra sin ni siquiera preguntar , solo regresó a ver a Alejando, el pequeñín mal portado. Él sonrió, alzó las manos y dijo: - ¿ Ahora como me va a castigar? Su maestra con un suspiro de decepción respondió : - Deberé llamar a tus padres, esta vez ellos sabrán. Y el volvió a responder: Hash, una raya más al tigre, ja ja ja .. (pensando, un castigo más de los que está acostumbrado) -
Con el viento recorre toda la selva el regaño del padre de Alejandro que retumba desde la casa de la familia Mono Ardilla, replicó desde el árbol de manzano, - ¡Hasta aquí¡, hemos conversado contigo hijo mío, hasta que respetes y valores a tus compañeros una lección debes recibir, con tu colita nos quedaremos, hasta que aprendas a compartir. - !Nooo papá!, como saltaré entre los árboles, y como jugaré en el parque de la escuela, Y Papá con tristeza respondió: - Hijo, así aprenderás la lección.
Y es así que Alejandro llegó al día siguiente a la escuela sin colita. Todos sus compañeros se burlaron: - !Alejandro, descoooolaaadooo! !Alejandro, descooolaaadooo!
Al salir a recreo todos jugaron a la ronda Agua de Limón, pusieron en el medio a Alejandro Mono Ardilla y cantaron. - ¡Agua de limón, vamos a jugar, el que se queda solo, solo se quedará, hey! - ¡Agua de limón, vamos a jugar, el que se queda solo, solo se quedará, hey! Se abrazaron entre ellos dejando solo a Alejandro Mono Ardilla y una vez más señalándolo con el dedo, le cantaron, - Alejandro, descoooolaaadooo.!! - Alejandro, descooolaaadooo!!
Fue un día muy triste para Alejandro, todos fueron groseros y le hicieron sentir mal, Y mientras caminaba a casa pensó:
- Como me siento, se deben sentir mis compañeros todos los días, no volveré a ser malo, no esconderé sus pinturas, ni rayaré los cuadernos, !ya no!, nada de eso, para que no vuelvan a llorar.!
Al llegar a la casa, por cierto muy tarde, ya que no pudo, saltar ni columpiarse entre los árboles, encontró a sus papás en la puerta, le dieron un fuerte abrazo y le pusieron su colita, y le dijeron: - sabemos que aprendiste la lección, te amamos.! Desde ese día Alejandro Mono Ardilla, es muy amable y respetuoso con sus padres, maestra y amigos, ahora todos siguen estudiando entre colores, canciones respeto y diversión.
Y ColorĂn colorado, este cuento en la selva amazĂłnica se ha terminado.