INSTITUTO TECNOLOGICO SUPERIOR DE FORMACIÓN HOLÍSTICA INSFHOE
Trabajo Área Emocional Año lectivo 2006-07 Amparo Eguiguren Tercer Nivel 14 de marzo de 2007
Después de leer el contenido de los libros Mente Holotrópica y Psicología Transpersonal de Stanislav Grof, realizar una síntesis y establecer algunos parámetros sobre sus propias vivencias en los talleres de respiración holotrópica vividos.
1. Introducción
Quiero empezar este trabajo contando mi propia vivencia con respiración holotrópica en el taller de Píntag de febrero 2007. Luego hago una síntesis de algunos planteamientos de Sanislav Grof y por último establezco algunos parámetros útiles para el abordaje de mi propia experiencia. 2. Cómo me convertí en escarabajo
Estoy en el taller en Píntag, respirando profunda y lentamente; la música es cada vez más intensa, suenan tambores y otros instrumentos de percusión. Unos 15 minutos después de respirar de esta manera siento que mi corazón se acelera; estoy inquieta, algo me pasa, no se lo que es.
Empiezo a moverme; gateo; me siento atraída por el piso; no tengo ganas de levantarme, pero si de moverme. Voy sintiendo que se intensifica mi ansiedad, a la vez que la atracción del suelo es mayor; empiezo a buscar en el piso algo que no se que es. Veo todo oscuro, una especie de túnel, veo colores parecidos a la tierra, son diversos, marrones, negros, verde oscuros; la imagen que tengo cada vez es más oscura. Mi ansiedad crece, empiezo a buscar debajo de los cojines, de la cobija; quiero buscar debajo del colchón y de la alfombra. Raspo el colchón con mis uñas, necesito ir más adentro.
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Inesperadamente me doy cuenta de que quiero enterrarme, de que lo que necesito es ir más allá del colchón, de la alfombra, del piso de la pagoda; siento desesperación por enterrarme. Por fin encuentro una cobija y me meto debajo de ella, me cubro con la cobija. Necesito estar boca abajo, enroscada sobre mi misma, me siento sobre mis rodillas, con la cabeza en el piso.
Siento un dolor indescriptible al final de mi espalda, en el cóccix; es insoportable. Salgo de la cobija y me acuesto boca arriba y el dolor es mayor, no lo aguanto; empiezo a llorar de dolor. Me siento aliviada cuando estoy sobre mis rodillas, con la cabeza en el piso.
Súbitamente caigo en cuenta de que tengo alas y de que soy un escarabajo de color café; el dolor que sentía era porque me estaban saliendo alas; ahora entiendo también la desesperación que tenía por enterrarme: ¡sin darme cuenta me estaba convirtiendo en escarabajo!
Tengo la imagen nítida de mí misma siendo un escarabajo y empiezo a escuchar un ruido al lado mío que me molesta. Intuyo que es un animal en plan de ataque. Volteo mi cara y “veo” un escarabajo enorme; es de un color más oscuro que el mío, casi negro y tiene uno o dos cuernos en la parte delantera de su cabeza. Lo escucho: hace ruidos de ataque, quiere agredirme; luego empieza a reírse de mí, a burlarse, y continúa con sus ruidos de hostilidad.
En ese momento siento plenamente que soy un escarabajo y que si continúo no se a donde voy a llegar; vivo una disyuntiva entre abrir mis ojos para salir de la experiencia o continuar hasta el final. Siento mi piel, mi cuerpo y mi ser entero convertido en escarabajo; siento desesperación, no soy yo, es otro ser que se apoderó de mi, o, yo me apoderé de ese ser. Definitivamente soy un escarabajo. Siento que si opto por abrir los ojos y salirme de la experiencia no podré librarme de mi sentimiento de ser un escarabajo, está pegado en mi piel, cada célula de mi cuerpo es un escarabajo y tengo miedo de no retornar jamás a mi misma. Opto por seguir hasta el final y me dejo llevar con el presentimiento de que será la única forma de volver a mi misma.
Escucho al otro escarabajo, es un escarabajo macho que quiere atacarme, se ríe de mí, me está retando. Yo soy un escarabajo hembra, más débil, más pequeño, sin embargo, le ordeno que se calle. Me estoy enfureciendo cada vez más. En ese momento me abandono completamente a la vivencia, no resisto más. Ya no soy yo. Le
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vuelo a ordenar que se calle y, como no lo hace, empiezo a juntar todas mis fuerzas para la pelea. Me encojo más, saco mis patas delanteras, prendo del colchón las puyas que tengo en mis patas, tomo fuerza y me lanzo contra el atacante. Cuando siento resistencia al ataque busco otros caminos: trepo e intento volar, peleo con todas mis fuerzas.
Paralelamente a ser un escarabajo y sentirme plenamente como tal, soy conciente de que soy una persona; sin embargo, en ese momento predomina mi ser de escarabajo y me dejo llevar por esa supremacía.
Luego de un rato estoy agotada y me dejo caer en el colchón. Siento mi cuerpo lleno de heridas, como si verdaderamente hubiese tenido una pelea con el otro escarabajo. Descanso un rato y me viene mi propia imagen de escarabajo caminando por el campo, curada de mis heridas; soy un escarabajo de color café claro, caminando en medio de la hierba verde. Escucho música y entro en una iglesia. Me alegro mucho de que un ser como yo, un escarabajo surgido de las tinieblas, de las entrañas de la tierra, entre en un espacio sagrado, místico, en el espacio de la luz. Siento con alegría que un ser de las tinieblas burla el espacio consagrado a la luz.
3. Algunos planteamientos de Stanislav Grof
Stnislav Grof aborda con profundidad el tema de la ciencia y el sustento conceptual a sus afirmaciones. Señala que a lo largo de sus investigaciones, ha debido ir ajustando y reajustando su marco conceptual. Sus investigaciones sobre la conciencia le llevan a criticar “la torre de marfil de nuestros antiguos sistemas de creencias”. Según Grof, hay significados completamente diferentes en conceptos tales como materia, espacio y tiempo en los modelos respectivos de Newton y Einstein. Esto se refiere a que existe un cambio de paradigmas científicos, de acuerdo con la teoría de las revoluciones científicas de Thomas Khun. Grof retoma a Feyerabend quien argumenta que la ciencia no puede ser gobernada por un sistema rígido, inmutable y de principios absolutos.
Grof, luego de reflexionar sobre el tema, concluye que la ciencia occidental avanza hacia un “cambio de paradigma de proporciones sin precedentes, que cambiará nuestro concepto de la realidad y de la naturaleza humana, llenará el vacío entre la sabiduría antigua y la ciencia moderna, y reconciliará las diferencias entre la
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espiritualidad oriental y el pragmatismo occidental”. Algunas de las argumentaciones de Grof para afirmar esto son sus críticas a los sistemas newtoniano y cartesiano.
Newton fundamenta su ciencia en: la gravedad es un atributo intrínseco de los cuerpos sobre los que actúa; 2. el espacio es tridimensional, absoluto, constante y siempre en estado de reposo. 3. la distinción entre materia y espacio vacío es clara y sin ambigüedad alguna; 4 el tiempo es absoluto, autónomo e independiente del mundo material, manifestándose como un flujo uniforme e inmutable desde el pasado, a través del presente y hacia el futuro.
Descartes argumenta que: 1. existe un dualismo absoluto entre mente (res cogitans) y materia (res extensa); 2. esto conduce considerar que el mundo material puede ser descrito objetivamente, sin referencia al observador humano.
Los planteamientos de Newton y Descartes llevan a la ciencia a suponer que los objetos se encuentran distanciados entre si, independientes espacial y temporalmente los unos de los otros.
Para hacer algunas de sus afirmaciones sobre la conciencia, Grof desarma las afirmaciones newtonianas y cartesianas; Newton consideraba que Dios había creado inicialmente las partículas materiales, las fuerzas que actuaban entre ellas y las leyes que gobernaban su movimiento; así, el universo, después de haber sido creado, continuaría funcionando como una máquina, pudiendo los seres humanos describirlo y comprenderlo como objeto independiente. Descartes creía que el mundo existía objetiva e independientemente del observador humano. Para Grof, ninguno de los dos explica asertivamente cómo surge la conciencia ni cómo ésta no necesariamente está reservada a los organismos vivos ni a los seres con un sistema nervioso central muy desarrollado, como los humanos. La “conciencia se interpreta como producto de la materia altamente organizada -el sistema nervioso central- y como un epifenómeno del proceso fisiológico del cerebro”.
Para Grof, uno de los puntos centrales es el análisis de cómo surge la conciencia, que organismos la tienen, qué relación existe entre la conciencia y el cerebro, desde cuando es posible tener conciencia para un ser humano. Cuestiona también el modelo médico que reconoce la posibilidad de herencia biológica que tienen los embriones pero no la posibilidad de tener “recuerdos complejos de sucesos específicos acaecidos con anterioridad a la concepción del individuo”. Inclusive, la teoría médica niega la
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posibilidad de que el nacimiento biológico se grabe en la memoria del niño debido a la “inmadurez de la corteza cerebral del recién nacido”, pues se supone que el cerebro maduro es el que almacena la conciencia.
Para Grof esta concepción es una herencia del paradigma newtoniano-cartesiano, lo cual ha tenido consecuencias nocivas para la práctica de la psiquiatría y la psicoterapia, que no han logrado ver el tema de la conciencia más allá de la relación con la materia (el cerebro).
Por otro lado, Stanislav Grof analiza los efectos del uso de algunas sustancias psicodélicas, especialmente LSD, como ampliadoras de los procesos mentales. Los resultados de sus investigaciones con estas sustancias, que parecen activar matrices o potenciales preexistentes de la mente humana, constituyen para Grof retos conceptuales a la ciencia newtoniana-cartesiana y a la investigación moderna sobre la conciencia. Su crítica señala que para el modelo newtoniano-cartesiano no sería posible la existencia de tales matrices.
Al ingerir sustancias sicodélicas, la persona puede emprender un viaje fantástico hacia el interior de su mente inconsciente y superconsciente, revelando una amplia gama de fenómenos ocultos, posibilidad propia de la mente humana. Grof, durante muchos años, hizo investigaciones utilizando sustancias sicodélicas y, luego, respiración holotrópica, a lo cual llama “experiencias psicodélicas”. Luego de estos años llega a la conclusión de que hace falta una revisión “profunda de los paradigmas existentes para la psicología, la psiquiatría, la medicina y posiblemente la ciencia en general”. Él encuentra que estos viajes permiten llegar a estados no ordinarios de conciencia (ENOC), en los cuales las personas experimentan cosas con una “agudeza, realismo e intensidad sensorial comparable o superior a la percepción ordinaria del mundo material”.
Sin embargo, además de las experiencias sensoriales (como sonidos claramente identificados, voces humanas y animales, secuencias musicales, visiones calaras, dolores físicos, sabores, olores, etc.), las personas pueden tener otras experiencias muy realistas en las cuales existen “interpretaciones de la realidad completamente diferentes a las características del sujeto en su estado ordinario de conciencia”.
Para Grof una característica importante de las experiencias sicodélicas es que pueden trascender el espacio y el tiempo y que la distinción entre el microcosmos y el
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macrocosmos no existe, pues ambos pueden coexistir en la misma experiencia y son fácilmente intercambiables. La persona puede experimentarse a sí misma y al mismo tiempo “como una sola célula, como un feto y como una galaxia”. Así, “una experiencia traumática de la infancia, una secuencia dolorosa del nacimiento biológico y lo que parece ser un recuerdo de un suceso trágico de una encarnación anterior pueden aparecer simultáneamente, como partes integrantes de una compleja estructura experiencial”.
En los ENOC se pueden experimentar sucesos del pasado reciente y remoto o del futuro, “con la intensidad y complejidad que en el estado de conciencia habitual están reservadas exclusivamente al momento presente”.
Otra característica de los ENOC es la posibilidad de superación de la diferencia entre el ego y los elementos del mundo exterior: la persona puede experimentarse como alguien o como algo ajeno, sea perdiendo su identidad original como sin perderla; o puede experimentarse simultáneamente, o alternativamente, con muchas formas diferentes de identidad. Puede tener una identificación plena con el animal biológico independiente, limitado y alienado que constituye el cuerpo material en el que reside, es decir, su propio cuerpo, o, identificarse con la mente universal o con el vacío o con la totalidad del cosmos.
Grof distingue cuatro categorías principales de experiencias:
1. Las superficiales, abstractas o estéticas. No están dotadas de un contenido simbólico específico, relacionado con la personalidad del sujeto y se relacionan con lo sensorial (intensificación de los sentidos del gusto, olfato, vista, tacto, oído).
2. Las experiencias psicodinámicas, biográficas o recordativa, que reviven recuerdos emocionalmente significativos de diversos períodos de la vida del sujeto y experiencias simbólicas de elementos biográficos. Aquí se pueden revivir recuerdos de los primeros días o semanas de la infancia, con una precisión fotográfica detallada o recuerdos de traumas físicos graves, inclusive de operaciones realizadas bajo anestesia general.
3. Las experiencias perinatales son de mayor importancia que las otras dos para Grof. El inconsciente humano contiene matrices cuya activación conduce a revivir el nacimiento biológico y a una profunda confrontación con la muerte. El proceso resultante de morir y renacer se asocia con la apertura de áreas espirituales
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intrínsecas de la mente humana, independientes del ambiente cultural y educativo del individuo. En este tipo de experiencias, las personas pueden revivir elementos de su nacimiento biológico, sin haber tenido conocimiento anterior de cómo éste se desarrolló, elementos que son objetivamente comprobables. El recuerdo que se produce en estas experiencias perinatales puede incluir los tejidos y las células del cuerpo y, durante los ENOC, se pueden producir cambios físicos espectaculares que reviven las experiencias perinatales, pero también pueden estas experiencias estar asociadas a símbolos que superan las limitaciones del ambiente familiar, cultural y educativo y que se relacionan con un simbolismo universal del proceso de morir y renacer.
En las experiencias perinatales, Grof encuentra 4 posibilidades: 1. la matriz perinatal 1 (MPB1), que representa el momento de la concepción y el periodo en el cual el bebé está en el útero materno con todas sus necesidades satisfechas; Grof asocia esta matriz con la paz oceánica, pero también con un útero tóxico. 2 La MPB2 se produce cuando el bebé ha crecido y siente la necesidad de salir, pero el cuello uterino no se abre todavía; la sensación es de sin salida, sin oxígeno y se asocia a la depresión, a la expulsión del paraíso. 3. La MPB3 es la experiencia de lucha por la muerte y renacimiento, cuando el bebé atraviesa el canal del parto hasta salir por la vagina durante período expulsivo; está asociada con la lucha por la vida. 4. La MPB4 para Grof puede ser una experiencia oceánica, cuando el bebé acaba de nacer y se funde con su madre. Cada una de estas matrices tiene un conjunto de símbolos espirituales y mitológicos como también de nexos con la vida actual de la persona que las experimenta.
Por otro lado, para Grof estos recuerdos de experiencias emocionales y físicas, especialmente las de las matrices perinatales, están almacenadas en la psique no como fragmentos aislados, sino como constelaciones complejas o COEX (Condensed Experience Systems), que juegan un rol importante en nuestra vida psicológica y pueden influenciar la manera en que nos percibimos o percibimos a otros y cómo nos sentimos en relación con ellos. Los hechos exteriores pueden activarse según nuestros sistemas COEX y a su vez los COEX pueden hacer que percibamos y nos comportemos de una manera tal que recreamos la esencia de los mismos en nuestra vida diaria.
4. La última de las principales categorías de experiencias, para Grof, está relacionada con fenómenos transpersonales, según los cuales la sensación de la persona es de
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expansión de la conciencia, más allá de las fronteras del ego, superando las limitaciones del tiempo y del espacio. Muchas de estas experiencias pueden interpretarse como regresiones en el tiempo histórico y exploraciones del pasado biológico, cultural o espiritual. En estas experiencias, el individuo puede tener regresiones a nivel celular aún hasta el momento de la concepción o hasta la vida de sus antepasados biológicos, o alcanzando incluso el océano de la memoria colectiva. También pueden identificarse con diversos animales del escalafón evolutivo o revivir recuerdos de su existencia en una encarnación previa. En otras experiencias transpersonales se superan las barreras espaciales, con imágenes de ser otra persona, un grupo de individuos o toda la humanidad. O la persona puede superar los límites específicos de la experiencia humana y sintonizar con “lo que parecería ser la conciencia de los animales, las plantas o los objetos inanimados”. Para algunas personas es posible experimentar la conciencia “de la totalidad de la creación, de todo el planeta, o del universo material en su conjunto”. Inclusive, estas personas que han “revivido recuerdos filogenéticos o experimentado la conciencia de formas animales contemporáneas, no sólo los han hallado extraordinariamente auténticos y convincentes, sino que además han adquirido una singular percepción interna de la psicología, etología, costumbres específicas, los complejos ciclos de reproducción y los ritos de cortejo, de diversas especies animales”. Esta experiencia puede incluir la sensación de adoptar la forma del animal o experimentar sensaciones e impulsos instintivos de ese animal. Inclusive, en esta cuarta categoría, la persona puede identificarse con plantas o con procesos inorgánicos, descubriendo que también éstos tienen conciencia.
Las experiencias transpersonales pueden estar relacionadas con los arquetipos junguianos, es decir, con el mundo de los dioses, los demonios, los semidioses, los superhéroes y las complejas secuencias mitológicas, legendarias y de los cuentos de hadas de diversas culturas del mundo con las que el sujeto no estaba familiarizado. Estas experiencias significan una identificación con el “inconsciente colectivo” junguiano. 4. Parámetros para el abordaje de mi propia experiencia
En la primera parte de mi experiencia en Píntag, cuando me siento atraída por el piso, con ansiedad, viendo todo oscuro como una especie de túnel con necesidad de ir más adentro y con desesperación encuentro una relación con la matriz perinatal básica 2, en la cual se siente la necesidad de salir y la sensación es de sin salida, sin oxígeno.
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Luego, el dolor en el cóccix y el alivio cuando descubro que tengo alas y soy un escarabajo, está asociado con la MPB 3, es decir, con la lucha por la muerte y el renacimiento, es la dimensión titánica. Me enterré y renací como escarabajo. Por otro lado, en mi experiencia me alegré de que un escarabajo surgido de las tinieblas entre en un espacio sagrado, místico, en el espacio de la luz. Relaciono esto con las etapas finales del proceso muerte-renacimiento de la MPB3, en las cuales “la agonía de la muerte se convierte en el éxtasis del nacimiento”. El borde de la muerte, durante el nacimiento, entraña una promesa de liberación y trascendencia. Según Grof, estos elementos están asociados a la imagen de “servir al dios de las tinieblas” y, relacionadas con experiencias postnatales, se asocian con la fusión de emociones problemáticas y sensaciones difíciles que pueden llevar a formas de agresión.
Sin embargo, también
veo que mi experiencia deriva hacia una vivencia
transpersonal. Se conoce que en diversas culturas las tradiciones shamánicas se relacionan con el encuentro de animales de poder que enriquecen los conocimientos del shamán o su energía para curar, cazar o son una fuente de vitalidad, salud y capacidad, que permite una existencia en armonía con la naturaleza. Mi experiencia no puedo decir que fue de encuentro con un animal de poder, al menos no siento que me identifique especialmente con el escarabajo. Pero si siento un profundo respeto a los animales, especialmente a los insectos, siento menos temor y más cercanía hacia ellos. Los animales de poder pertenecen al reino de la realidad arquetípica, diferentes de los animales que encontramos en la naturaleza. Yo no me sentí identificada con un arquetipo representado por un animal de poder específico.
Sin embargo, mi experiencia fue tan fuerte que he emprendido en una búsqueda de la morfología y los comportamientos de los escarabajos. No estoy intentando descubrir “por qué” me transformé en escarabajo, sino que significa el escarabajo para mí. ¿Puede ser una expresión simbólica de mi inconsciente? ¿El escarabajo refleja algunos de mis sentimientos o cualidades personales? También puede ser que mi experiencia, en la que sentí que no era yo, que me transformaba en un ser distinto, no refleja nada de mi sino solamente características del escarabajo que yo era. Me inclino a pensar que mi experiencia no tiene significados simbólicos sino que fue una comunicación con el animal, sin que haya nada que interpretar o analizar. En este sentido se confirmar algunos descubrimientos de Grof sobre los errores de la ciencia newtoniana-cartesiana que considera a la conciencia como producto solamente del cerebro desarrollado (del ser humano) y de la experiencia sensorial. Mi experiencia fue de identificación con la conciencia del escarabajo, a partir de algo que no son
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únicamente mis sentidos. Podría ser, como dice Grof citando al biólogo Rupert Sheldrake, “los recuerdos y la sabiduría de diversas especies se encuentran almacenados en lo que él denomina `campos mofogenéticos`, que no son accesibles a los métodos de la ciencia contemporánea, sino, aparentemente, por medio de las técnicas chamánicas”.
Lo que si siento es que fue una experiencia de tal vitalidad, de encuentro con mi energía masculina, con mi propio poder y fuerza, que luego en mi vida cotidiana encuentro esa energía para realizar cosas, para arremeter a fin de lograr lo que busco (soy un escarabajo hembra, débil, pequeño, sin embargo, ordeno al escarabajo que me reta que se calle; cuando siento resistencia al ataque, busco otros caminos, trepo e intento volar, peleo con todas mis fuerzas). Descubrí que tengo dentro esa fuerza y energía que antes no conocía de mi misma. Esto si puede relacionarse con el arquetipo junguiano relacionado con la personalidad, que es el Animus o encarnación de elementos masculinos en el inconsciente femenino. Para Jung, este es uno de los tres aspectos de nuestra siquis (junto con el anima –personificación de aspectos femeninos en el inconsciente masculino- y la sombra –parte desconocida de nuestra personalidad) que ejercen influencia en las elecciones que hacemos diariamente.
Bibliografía
Grof, Stanislav. Psicología transpersonal. Nacimiento, muerte y trascendencia en psicoterapia. Grof, Stanislav. 1994. La mente holotrópica. Fundamentos experimentales de una nueva comprensión de la conciencia humana. Editorial Planeta, Buenos Aires.
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