Palabras en las calles 1º de mayo

Page 1

Palabras en las calles

1º de mayo: Día Internacional de los/as trabajadores/as

La mujer trabajadora, Clara Zetkin (1857-1933)

En 1910, la Internacional Socialista de Mujeres decidía que el 8 de marzo fuera el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. La impulsora de esta decisión fue Clara Zetkin, nombre imprescindible para entender el feminismo socialista de principios del siglo XX. Madre de dos hijos y trabajadora incansable, Clara luchó toda su vida por los derechos básicos de la mujer.

volvía a su Alemania natal.

Su propia experiencia marcaría su labor política posterior. Convencida de la importancia de las mujeres, Clara afirmaba con rotundidad que el feminismo y el socialismo debían ir de la mano. En la década de 1890 se fundó la Oficina de las Mujeres para el reclutamiento de miles de mujeres para el partido socialista.

Para plasmar sus ideas, Clara Zetkin se hizo editora del periódico de mujeres “Igualdad”, publicado entre En la década de 1880, Otto von Bismark prohibió toda asociación y actividad relacionada con el socia- 1892 y 1917. En sus páginas defendió la importancia lismo en Alemania, por lo que Clara y su esposo del trabajo como una condición indispensable para la tuvieron que exiliarse a París. Durante su exilio, Clara independencia económica de la mujer. vivió en su propia piel el duro día a día de las mujeres En 1907 colaboró en la organización del Congreso proletarias. Mantenía a sus dos hijos, trabajaba de Internacional Socialista de Mujeres. Tres años después, profesora y continuaba reclutando mujeres para la proponía la celebración el 8 de marzo del Día causa socialista y feminista. Casi diez años después Internacional de la Mujer. La obrera en el exilio

nueva sociedad... habéis de crear la brir e nos tiene que cu El sol de gloria qu vir. a todos en dulce vi

Ha ventud de ser obra de la ju s romper las cadena de la esclavitud. or Hacia otra vida mej donde los humanos gocen del amor.

(Estribillo) colaborar, Debéis las mujeres de la humanidad; en hermosa obre unión cesitamos vuestra ne , es er uj m , es er muj ción. estra grande revolu el día que estalle nu d áis con fe la liberta Hermanas que am

os, Por una idea lucham la cual defendemos con mucha razón. anos, Se acabarán los tir os guerras no querem ni la explotación.

colaborar, etc. Debéis las mujeres uales, Todos nacemos ig la naturaleza no hace distinción; rios, comunistas liberta a luchad con firmez . por la revolución

colaborar, etc... Debéis la mujeres


Construcción

Amó aquella vez como si fuese última besó a su mujer como si fuese última y a cada hijo suyo cual si fuese el único y atravesó la calle con su paso tímido subió a la construcción como si fuese máquina alzó en el balcón cuatro paredes sólidas ladrillo con ladrillo en un diseño mágico sus ojos embotados de cemento y lágrimas

sentóse a descansar como si fuese sábado comió su pan con queso cual si fuese un príncipe bebió y sollozó como si fuese un náufrago danzó y se rió como si oyese música y tropezó en el cielo con su paso alcohólico y flotó por el aire cual si fuese un pájaro y terminó en el suelo como un bulto fláccido y agonizó en el medio del paseo público murió a contramano entorpeciendo el tránsito

amó aquella vez como si fuese el último besó a su mujer como si fuese única y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo y atravesó la calle con su paso alcohólico subió a la construcción como si fuese sólida alzó en el balcón cuatro paredes mágicas ladrillo con ladrillo en un diseño lógico sus ojos embotados de cemento y tránsito

sentose a descansar como si fuese un príncipe comió su pan con queso cual si fuese el máximo bebió y sollozó como si fuese máquina danzó y se rió como si fuese el próximo y tropezó en el cielo cual si oyese música y flotó por el aire cual si fuese sábado y terminó en el suelo como un bulto tímido agonizó en el medio del paseo náufrago

murió a contramano entorpeciendo el público

amó aquella vez como si fuese máquina besó a su mujer como si fuese lógico alzó en el balcón cuatro paredes flácidas sentose a descansar como si fuese un pájaro y flotó en el aire cual si fuese un príncipe y terminó en el suelo como un bulto alcohólico murió a contramano entorpeciendo el sábado

Chico Buarque - Daniel Viglietti/1982

Publicación de la Secretaría de Cultura

Cuando voy al trabajo pienso en ti, por las calles del barrio pienso en ti, cuando miro los rostros tras el vidrio empañado sin saber quienes son, donde van. Pienso en ti, mi vida, pienso en ti. En ti, compañera de mis días y del porvenir de las horas amargas y la dicha de poder vivir, laborando el comienzo de una historia sin saber el fin.

Cuando el turno termina y la tarde va estirando su sombra por el tijeral y al volver de la obra discutiendo entre amigos razonando cuestiones de este tiempo y destino, pienso en ti mi vida, pienso en ti. En ti, compañera de mis días y del porvenir de las horas amargas y la dicha de poder vivir, laborando el comienzo de una historia sin saber el fin. Cuando llego a la casa estas ahí, y amarramos los sueños... Laborando el comienzo de una historia sin saber el fin.

- ESCRITORES VICTOR JARA


LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas, cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo. Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo. Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo. Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse. Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho. Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo por eso con técnica qué puedo. Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a España en sus aceros. Tal es mi poesía: poesía-herramienta a la vez que latido de lo unánime y ciego. Tal es, arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho. No es una poesía gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos. Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

Gabriel Celaya Gabriel Celaya falleció el 18 de abril de 1991 en Madrid en la pobreza y sus cenizas fueron esparcidas en su Hernani natal.


Del libro “Historia del 1° de Mayo en Rosario: 1890-2000”, del historiador Leonidas Noni Ceruti:

“José Martí, exiliado en EE.UU., escribió una crónica sobre el linchamiento de los Martires de Chicago, para el diario La Nación, publicado en la edición del 1 de enero de 1888, titulada “El Golgota de Chicago”, en la cual narro el crimen cometido por las autoridades norteamericanas.

Aquí va parte de dicho artículo “Ya vienen por el pasadizo de las celdas, a cuyo remate se levanta la horca; delante va el alcaide, lívido; al lado de cada reo marcha un corchete. Spies va a paso grave, desgarradores los ojos azules, hacia atrás el cabello bien peinado, blanco como su misma mortaja, magnífica la frente; Fischer le sigue, robusto y poderoso, enseñándose por el cuello la sangre pujante, realzados por el sudario los fornidos miembros”.

“Engel anda detrás a la manera de quien va a una casa amiga, sacudiéndose el sayón incómodo con los talones. Parsons, como si no tuviese miedo a morir, fiero, determinado, cierra la procesión a paso vivo. Acaba el corredor, y ponen el pie en la trampa; las cuerdas colgantes, las cabezas erizadas, las cuatro mortajas”. “Plegaria es el rostro de Spies; el de Fischer, firmeza; el de Parsons, orgullo rabioso; a Engel, que hace reír con un chiste a su corchete, se le ha hundido la cabeza en la espalda. Les atan las piernas, al uno tras el otro, con una correa. A Spies el primero, a Fischer, a Engel, a Parsons; les echan sobre la cabeza, como el apagavelas sobre las bujías, las cuatro caperuzas”.

“Y resuena la voz de Spies, mientras está cubriendo la cabeza de sus compañeros, con un acento que a los que le oyen les entra en las carnes; "La voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora". Fischer dice, mientras el vigilante atiende a Engel: "Este es el momento más feliz de mi vida". "¡Hurra por la anarquía!", dice Engel, que había estado moviendo bajo el sudario las manos amarradas hacia el alcaide. "Hombres y mujeres de mi querida América...", empieza a decir Parsons... Una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen a la vez en el aire, dando vueltas y chocando.

Parsons ha muerto al caer, gira de prisa, y cesa; Fischer se balancea, retiembla, quiere zafar del nudo el cuello entero, estira y encoge las piernas, muere; Engel se mece en su sayón flotante, le sube y baja el pecho como una marejada, y se ahoga; Spies, en danza espantable, cuelga girando como un saco de muecas, se encorva, se alza de lado, se da en la frente con las rodillas, sube una pierna, extiende las dos, sacude los brazos, tamborilea; y al fin expira, rota la nuca hacia adelante, saludando con la cabeza a los espectadores”.

“Los funerales de los que enseguida se empezó a llamar "Mártires de Chicago" se efectuaron el día 12 de noviembre de 1887. El ataúd de Spies iba oculto bajo las coronas; el de Parsons, escoltado por 14 obreros que llevaban una corona simbólica cada uno; el de Fischer, adornado con guirnaldas de lirio y clavelinas; los de Engel y Lingg (junto de nuevo a sus compañeros), envueltos en banderas rojas”.

“Las viudas y los deudos, de riguroso luto, y encabezando el cortejo un veterano de la guerra civil, con la bandera de los Estados Unidos. 25.000 personas asistieron a las exequias y otras 250.000 flanquearon el recorrido”.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.