MI GATO n2
diversi贸n en una caja Alimentaci贸n de un gato mayor consejos para una larga vida como decirle adi贸s que necesita un gato elegir gatito el gato el estr茅s felino el parto el gato y la higiene
Diversión en una caja No te puedes imaginar lo bien que se lo puede pasar tu gato con una simple caja de cartón. Puede esconder cosas dentro o esconderse él mismo. Y si tienes dos gatos, hasta es posible que les guste jugar al escondite entre sí. Elige con cuidado No le des una caja cualquiera. Asegúrate de encontrar una bien resistente para que pueda entrar y salir de ella sin problemas y también de que no la mastique además de jugar en ella. Prueba a atar un pequeño ratón de juguete a una cuerda y hazlo oscilar delante de él. Sabrá que no es un ratón de verdad, pero, según de qué humor esté, quizá quiera seguirte la corriente un rato. Así podrá fantasear que es un cazador feroz que acecha su presa. Combínalo Este juego puede mantener divertido y activo a tu gato durante un buen rato. Balancea el falso ratón en el aire o arrástralo por el suelo para ofrecerle una combinación de estímulos. Además, puedes probar con una pluma o algún otro objeto al que el gato pueda darle zarpazos. Pero asegúrate de apartar la mano con rapidez para no acabar arañado.
Alimentación de un gato mayor Cuando tu gato cumpla ocho años, entrará en la categoría ʻseniorʼ. Es muy parecido a cuando tú mismo cumples una edad importante, como los dieciocho, los veintiuno o los cincuenta. No te sientes diferente ni cambiará inmediatamente tu aspecto, pero es el momento de empezar a pensar en algunos cambios en los hábitos de vida. Cuando tu gato tenga ocho años, lo más probable es que siga siendo tan activo como siempre y seguirá siendo activo y saludable durante varios años más. No obstante, a medida que pasen los años, tendrás que considerar qué es lo mejor para él en cuanto a su dieta. Es posible que observes que el gato gana algo de peso como consecuencia de la reducción de su actividad. Algunos gatos, por otro lado, cuando se hacen muy viejos pueden empezar a perder peso a pesar de la reducción de la actividad, porque su organismo no es capaz de digerir bien los nutrientes que le aportan energía. Puedes vigilar cuidadosamente su peso estableciendo la rutina de pesarlo y de examinarlo. Si crees que pesa un poco más de la media (o incluso un poco menos), ajusta la cantidad de comida o habla con el veterinario. Si rechaza la comida Uno de los pocos síntomas visibles de envejecimiento puede ser un apetito ligeramente menor. Si tu gato ha comenzado a rechazar la comida que le das, es importante que te asegures de darle la comida más sabrosa que puedas. Sigue siendo de vital importancia que reciba los nutrientes necesarios, y depende de ti asegurarte de que quiera comer lo que le pones delante. Sugerimos la gama de bolsitas Whiskas® en deliciosos sabores de pescado o de carne, que le proporcionarán todo lo que necesita para mantenerse sano durante sus años de vejez. Cuestión de digestión A medida que los gatos envejecen, la eficiencia de su digestión suele disminuir, lo que significa que no pueden absorber los nutrientes de su dieta con la misma eficiencia que antes. Si te aseguras de que sigue una dieta adecuada, puedes contribuir a evitar la progresión de dichos cambios y aumentar la duración y la calidad de su vida. Comer para vivir
La clave de una dieta adecuada para tu gato mayor es un alimento nutritivo y delicioso. Combina ambas cosas satisfactoriamente y habrรกs cumplido tu parte para darle toda la ayuda que puedas.
Consejos para una larga vida En promedio los gatos viven de 12 a 15 años. Y para ofrecerle la oportunidad de llevar una vida larga y feliz, puedes hacer una revisión casera mensual de cinco puntos. De este modo podrás detectar y prevenir los problemas. Cinco pasos para tener un gato feliz 1. Control de peso Sube a la báscula con él en brazos y resta tu peso del de los dos juntos. También puedes vigilar los cambios de su peso corporal mirándolo desde arriba para identificar una leve cintura por detrás de las costillas. Si no estás seguro, pon las dos manos en sus costados. ¿Puedes notar sus costillas? Si es así, está en su peso ideal (pero si se le resaltan mucho, está demasiado delgado). Busca también bolsas de grasa bajo sus patas traseras y su abdomen. Si no supera alguna de las pruebas de peso, lo mejor es que hables con el veterinario para que te aconseje sobre los pasos siguientes. Mientras tanto, excluye del menú todas las golosinas y premios y prueba qué tal le sienta comer cuatro comidas pequeñas al día en lugar de dos más grandes. Asegúrate también de que haga algo de ejercicio, empezando poco a poco con breves períodos de actividad y aumentándolos gradualmente. Si, por otro lado, crees que pesa menos de lo debido, llévalo al veterinario para que le haga un control de salud completo. 2. Examen de pelo y piel El pelo de tu gato debe tener un tacto suave desde la cabeza hasta el extremo de la cola. Puedes separarle el pelo cerca de la cabeza y a lo largo de la columna para ver si tiene escamas o cortes. Continúa hacia la base de la cola, las ancas y el estómago para ver si tiene pulgas; en tal caso, verás unas escamas o motas negras diminutas. Si crees haber encontrado pulgas, consulta con el veterinario cuál puede ser el tratamiento adecuado.
El color del pelo también puede decirnos algo. Debe ser brillante y suave; si se ve mate o deslucido, es posible que se encuentre mal. Tu veterinario te podrá ayudar. 3. Examen de ojos y oídos Si haces ligeramente hacia abajo el párpado inferior de tu gato, la parte que queda visible debe ser rosada. También puedes comprobar que sus pupilas sean de tamaño normal y colocarte con él cerca de una ventana, abriendo y cerrando la cortina para comprobar cómo responden sus pupilas a la luz. Si hay alguna secreción coloreada o un lagrimeo excesivo, es posible que haya sufrido una infección. Las orejas del gato se deben ver limpias y de color rosado, pero no de un rosado intenso. También deben estar exentas de residuos y de olores molestos. Mira si tiene cera, especialmente cera oscura, que puede ser síntoma de parásitos en los oídos o infección. Visita al veterinario si le encuentras algún problema en los ojos u oídos. 4. Examen de dientes y encías Ábrele la boca con cuidado para inspeccionarle todos los dientes. Mira si tiene acumulación de sarro, de color entre amarillo y marrón oscuro. Si lo encuentras, tendrás que llevarlo al veterinario para que se lo quite. Como siempre, es mejor prevenir que curar, así que lo mejor es que el veterinario le haga una limpieza bucal completa con regularidad. Puedes ayudar adquiriendo un cepillo de dientes y dentífrico especialmente diseñado para gatos o dándole premios masticables diseñados para combatir la placa. 5. Exámenes aleatorios Es fácil comprobar si tu gato tiene masas o bultos inusuales. Ponle las manos sobre la cabeza y muévelas hacia debajo de la barbilla, luego por detrás de las patas delanteras, debajo de los hombros, por la espalda, por encima de las caderas y por las patas traseras. Mira también si tiene cortes o grietas en las uñas y en las almohadillas de las patas. Si observas algo que no te guste, llévalo al veterinario. Si acaricias mucho a tu gato, pronto sabrás qué aspecto tiene cuando está sano. De este modo podrás detectar cualquier cosa inusual de manera rápida y fácil, y le ayudarás a llevar una vida prolongada y satisfactoria.
¿Cómo decirle adiós? Si como suponemos, tienes un gato, sabrás que es mucho más que un simple animal doméstico. Tu gato es un miembro de la familia, y el que no pueda hablar no significa que no puedas establecer con él un vínculo muy fuerte; lo que hace las cosas más difíciles cuando llega el momento de decir adiós. Recuerda que la sensación de dolor es perfectamente normal y que es verdad que el tiempo lo cura todo. Despídete Para algunas personas, es realmente importante poder despedirse de su gato. Si lo duerme el veterinario, éste te permitirá casi siempre quedarte con él durante el proceso. Aunque no puedas estar en la sala, siempre podrás pasar un rato con él y darle el último adiós después. Haz duelo Tras el fallecimiento de un gato, es posible que sientas diversas emociones: consternación, incredulidad, dolor, ira, culpa, depresión, ansiedad y, por último, aceptación. No reprimas ninguno de estos sentimientos; son perfectamente naturales. El duelo, como todos los procesos emocionales humanos, desempeña una función muy importante. Te ayuda a aceptar la muerte. Con el tiempo, los recuerdos que al principio te habrían hecho sentir culpabilidad o rabia comenzarán a evocártelo de forma positiva y te encontrarás sonriendo, no llorando. Ayuda y apoyo Algunas personas prefieren sufrir su pena a solas, pero para otras es importante contar con el apoyo de familiares y amigos. Quizá te resulte embarazoso demostrar que sientes pena “por un simple gato”, pero no hay razón para ello. Aún así, es posible que te cueste menos hablar de esto con desconocidos, y en tal caso es probable que el veterinario te pueda poner en contacto con grupos de apoyo locales. Si no puedes compartir tu dolor con otros, escribe tus sentimientos y pensamientos en un
diario, verás que te sentirás mejor. Niños No subestimes lo importante que puede haber sido tu gato para tus hijos (si los tienes). Hasta los cinco años aproximadamente, la mayoría de los niños no comprenden el concepto de la muerte. Quizá comprendan que la muerte no es algo bueno, pero tienden a imaginar que se trata de una situación temporal y que tarde o temprano el gato volverá. Aun así, el simple hecho de que su amigo ya no esté puede afectarlos profundamente, lo que hace que necesiten mucho apoyo y consuelo. Entre los cinco y los nueve años, los niños se dan cuenta de que la muerte es algo definitivo. Es posible que crean incluso en la vida después de la muerte. Dado que son capaces de comprender el significado de la muerte, se les debe permitir hablar de lo que ha pasado, nunca despacharlos diciendo que "son demasiado pequeños para entenderlo". A partir de los nueve años, la mayoría de los niños pueden comprender los conceptos de muerte y duelo. Por esta razón, pueden experimentar las mismas emociones que los adultos tras la muerte de su gato. Pero, además, pueden desarrollar problemas de conducta, como hacerse más dependientes, orinarse en la cama, tener pesadillas o no poderse concentrar en el colegio. Puedes ayudarlos hablando con ellos acerca de cómo se sienten. Sé sincero sobre lo que ha pasado. Esto es igualmente válido para la decisión previa, si se hace necesario sacrificar al gato. Asegúrate de contar con tus hijos para la decisión; de lo contrario, es posible que después te lo echen en cara. Además, procura no utilizar la expresión “dormirlo” con los niños; puede que suene mucho menos dura que “muerte”, pero también confunde a los pequeños. El túmulo Si no has tenido tiempo de pensar en todo lo que hay que hacer después de un fallecimiento, es posible que no sepas qué hacer con el cuerpo del gato. Lo mejor es hablarlo con la familia y con el veterinario cuando el gato todavía está vivo. Puedes por ejemplo: • Enterrarlo en casa • Enterrarlo en un cementerio de mascotas • Cremación individual: te entregan las cenizas de tu gato • Cremación comunitaria Pueden influir en tu decisión factores como el coste, las ordenanzas o el espacio, pero, decidas lo que decidas, debes asegurarte de que todos los allegados al gato están de acuerdo con el plan.
¿Qué necesita un gato? Un gato no necesita muchas cosas para convivir con él, ni da tanto trabajo como otros animales domésticos La posesión de un gato requiere como para cualquier otra clase de animal doméstico, la utilización de ciertos implementos específicos que si bien serán en su caso escrupulosamente lavados no deben nunca mezclarse con la vajilla usados para los integrantes de la familia. Los interesantísimos felinos no necesitan un equipo muy abultado, la cama, cuna o cesta, el comedero, el bebedero, la bandeja sanitaria y el “rascador” (el ideal es un tronco o rollizo de 30 o 40 cm. de alto con una buena corteza), son los elementos básicos que permiten a nuestro gato sentirse cómodo en un departamento o casa y a nosotros, disfrutar de la compañía del minino, sin sufrir las molestias que pudiera ocasionar un animal indócil o mal educado. La cama puede consistir en una cesta, construida en material lavable y carente de recovecos o rincones inaccesibles o simplemente una colchoneta que pueda ser lavado con frecuencia. Entre los dos extremos tenemos una amplia gama de elección. Los recipientes para agua y comida deberán ser preferentemente que no se vuelquen y nunca se utilizarán platos de la vajilla o se limpiarán conjuntamente con ésta los “cacharros” del mínimo. El bebedero estará permanentemente surtido con agua limpia y fresca, mientras que el comedero se retirará tras las horas de la comida y siempre hay que acostumbrar a nuestro gato a comer en horas determinadas por nosotros y evitar el hábito de “pedir y pedir”, provocado por un mal aprendizaje de pequeño, esta costumbre nos lleva a sobrealimentar, el animalito se vuelve obeso con las complicaciones y patologías que esta situación acompaña. En el caso que nuestro amigo deje parte o la totalidad de la ración, se desecha ésta y se lava cuidadosamente el recipiente hasta su siguiente turno.
La bandeja sanitaria: La extremada limpieza de los felinos se evidencia en la prontitud con que aprender a usar su “baño particular”. Este consistirá en un cajoncito o bandeja de paredes no superiores a 15 cm. que se rellenará con piedritas sanitarias, en venta en Veterinarias y Pet shops. La frecuencia de retirado de las piedritas determinará la ausencia de olores indeseables, también es importante recordar, que si la bandeja está muy saturada y con olor, el animal se negará a usarla y en los machos, principalmente, esta retención de orina puede favorecer la formación de cálculos, arenilla o sustancias semisólidas en la vejiga y uretra favoreciendo la aparición de la enfermedad conocida como síndrome urológico felino. Es necesario recordar que los machos no “castrados” desde los ocho o diez meses de vida, segregan con la orina unas sustancias de tipo feromona que tienen un fuerte olor “a gato” y que no son disipadas por más limpieza que tengamos. Esta es otra de las razones por las que debemos castrar a los gatos ciudadanos. El rascador: Consta de un tronco de madera o existen productos comerciales elaborados con un soporte de madera y revestidos con alfombra, con diferentes alturas y recovecos, para que el gato lo use como rascador, descanso y juegos (ver figuras). Este ingenioso aparato permite a nuestro gato afilar sus uñas en el tronco sin destrozar el empapelado de la pared o las patas torneadas de la mesa del comedor. La inteligencia natural de estos felinos hace que se habitúen con celeridad a ese implemento con el que juegan y realizan ejercicio. Otros accesorios: Multitud de juguetes, pelotas de lana, muñecos, etc., se comercializan para alegrar la vida de estos interesantes animales domésticos; pero sin duda existen otra serie de utensilios indispensables, como las bandejas o macetas en las que se ofrece a los felinos las especies vegetales que consumen como complemento de su dieta o con fines terapéuticos, ya que al ingerir hierbas provoca una irritación en la mucosa gástrica provocando el vómito y de esta manera eliminan bolas de pelos que ingieren al higienizarse, evitando así obstrucciones intestinales graves, también se debe complementar, principalmente en los de pelo largo, con el cepillado para eliminar los pelos viejos y de esta manera disminuir la cantidad de pelos ingeridos con el lamido, en la higiene. El cascabel: Muchos son los cuentos infantiles que tratan sobre la importancia de que los gatos señalen su presencia con el tintineo del cascabel. Sujeto a un collar o lazo, este adorno nos ha de permitir localizar a nuestro sigiloso amigo y prevenir las rapiñas que pudiera cometer contra pájaros y otros animales silvestres
elegir gatito
El Gato adulto.
Adoptar un gato que ya creció, significa que tendremos un gato con personalidad definida, aunque ciertos detalles de su carácter pueden irse modificando si uno lo desea, un gato adulto puede ser reeducado sin problemas y dependiendo de cada animal, aprenderá mas rápido o mas despacio. Si se quiere la compañía de un minino pero no tenemos mucho tiempo para ocuparnos de el, lo mejor es optar por un adulto ya que tiene la parte psíquica desarrollada y no tendrá inconvenientes de pasar muchos horas del día solo. No pierden sus ganas de jugar, unos buenos cordones de zapato que no usemos ya podrán
ser un juego para compartir con él, puedo asegurar que he visto gatos con 10 o mas años correr tras un hilo como un joven gatito de pocos meses. Son fáciles de cuidar, su salud será mas fuerte que los pequeños, con la excepción si adoptamos un gato adulto débil que ha sufrido alguna enfermedad que provoco su fragilidad y necesite recuperación. No demandan mucho tiempo, son mas independientes que no quiere decir poco cariñosos, sino que no deberemos estar encima de ellos todo el día cuidandolos o preocupandonos por donde se metieron, que hicieron, etc... Ya que se saben cuidar por si solos. Son una muy buena opción a la hora de adoptar una mascota, no nos olvidemos de ellos.
El Gatito.
Quien puede evitar caer en el encantamiento de los pequeños y joviales gatitos, con su tierna mirada de bebito? Pero no nos debemos basar en lo lindo que se ven o lo chiquitos que son a la hora de adoptar una mascota, hay que saber que demandaran mucho tiempo y cuidados, no será fácil para algunos soportar el inquieto carácter y sus incansables ganas de jugar. Desde ya hay que comentar que aquellos que pasen mucho tiempo fuera del hogar, o con poca paciencia, son los menos indicados para poseer un gatito. Ellos son como niños, querrán correr, saltar, explorar, tener aventuras, etc... Es por eso que habrá que vigilar por donde andan, que hacen, que nuevo escondite tienen, porque muchas veces se meten en problemas que pueden terminar en tragedias. Pueden llegar a ser muy cansadores algunas personas.
Si tenemos lavadora o secadora de ropa, antes de cerrar la puerta y encenderlo, hay que revisar que el curioso no este metido dentro o atrapado entre la ropa por haber dormido en el canasto de ropa sucia. Si el gatito felizmente nos acompañó a la cocina, antes de cerrar la heladera, miremos a nuestro alrededor para confirmar que no se encuentra dentro del electrodoméstico. La cocina es una selva de peligros, cuchillos afilados colgados de un clavito o simplemente apoyados en la mesada, ollas que serán gigantes para un minino joven, hornallas encendidas o aceites calientes, entre todo lo demás, que por investigar puede volcarse o caerse encima de él por haberlos dejado al borde de la mesada. Los cables serán divertidos hilitos para jugar y mordisquear, pero no hace falta explicar el porque son peligrosos, cada vez que lo veamos cerca hay que alejarlo, reprocharlo si es necesario, así entenderá que no se debe jugar con eso.
el gato
Con la presencia del gato y de la observación diaria de su conducta empecé a comprender el porqué de la fascinación que estos felinos ejercen sobre las personas y del aparente protagonismo que ha adquirido el félido como animal de compañía y hasta como objeto de prestigio. Se diría que el gato está en camino de ser redimido definitivamente de su leyenda negra particular, que le ha identificado en muchos casos y, sin
duda injustamente, con los callejones más sombríos de las ciudades.
En realidad no es cuestión de decir quién es mejor de los dos, ni de revisar la opinión sobre los perros, sino de ser justos con el gato. De entrada, hay que reconocer que éste se adapta mucho mejor que su rival de cuatro patas a las exigencias del urbanismo y la arquitectura actuales, que, como es bien sabido, no permiten alegrías en cuestión de espacio. El cánido necesita campo abierto por naturaleza, mientras el félido se basta y sobra a veces con una vulgar caja de zapatos, y es rabiosamente casero cuando se ha acostumbrado a los usos y costumbres derivados de la propiedad horizontal. Uno a cero,
pues, para micifuz.Hay otros aspectos, en absoluto anecdóticos, que sitúan con ventaja al amigo gato: es inodoro (salvo en tiempos de celo, como es natural), extraordinariamente silencioso, soluciona sus necesidades fisiológicas con una pulcritud casi anormal y su dieta es francamente sencilla. Pero, con todo, no son estas cuestiones funcionales las que le hacen particularmente fascinante, sino su peculiar forma de ser y de reaccionar ante las cosas.
El gato es, en cierto modo, aquello que las personas quisiéramos ser y no podemos o no sabemos ser, por convencionalismos sociales, por imperativo de las leyes, por las limitaciones de nuestra propia naturaleza o, simplemente, porque no nos da la gana: ágil, rápido, independiente, imaginativo, listo, ladrón, chantajista, zalamero, presumido, cauto, respondón, goloso, caprichoso,
refinado, elegante, desafiante, lúdico, sensual, seductor, premonitorio, pulcro. En fin, hasta parece tener el don de la ubicuidad y además, no ladra por las noches, sabe pasar el fin de semana en casa completamente a solas, no necesita salir a la calle para nada y no pone la ciudad perdida de excrementos.Lo único malo del gato es que cuenta con con muchos detractores. Tengo un amigo, por ejemplo, que sostiene que los gatos sólo sirven para comérselos en tiempos de guerra. Pero no le hagan caso: llegará el día en que gentes así serán castigadas teniendo a uno encaramado a su mejor librería o hasta en su mismo hombro. Es cuestión de tiempo y de esperar a que los conceptos de fidelidad, lealtad y espíritu de servicio sean definitivamente superados por los valores de la independencia, la libertad y el gusto por la diferencia.
EL ESTRES FELINO
El estrés felino, es una afección que se presenta con mucha frecuencia en los últimos años y que en ocasiones nos enmascara importantes hallazgos clínicos en la consulta médica veterinaria es el estrés; por tanto en este artículo pretendo que tanto los propietarios de los felinos y los colegas Médicos Veterinarios recordemos datos importantes sobre este tema. Al igual que los humanos, los gatos también han empezado a padecer ciertas enfermedades modernas, que afectan su comportamiento, desempeño y su salud. Hoy en día nuestras vidas se han vuelto más caóticas, ya que el tiempo que disponemos para dedicarnos al descanso, a la familia, a la diversión es cada vez menor y esto también lo sienten nuestras mascotas tanto gatos como perros; por otro lado, la alimentación, contaminación, la radiación, el ruido y el efecto de las ondas electromagnéticas son unos de los factores que predisponen a que día a día se manifiesten más y nuevas patologías. DEFINICIÓN Se puede considerar estrés cualquier agresión emocional, física, social, o de otro tipo que exija una respuesta o un cambio por parte del individuo, como por ejemplo la deshidratación que puede condicionar una elevación de la temperatura corporal o la separación de un cachorro de su madre estimulando su llanto. CLASES • Estrés postraumático: Trastorno caracterizado por aparición de ansiedad como respuesta emocional aguda frente a un fenómeno traumático o una situación de intenso disconfort ambiental, como un desastre natural, hacinamiento, agresiones físicas o psicológicas, malnutrición, etcétera. • Estrés fisiológico: Alteración física o química en las células o líquidos tisulares producida por un cambio tanto en el ambiente exterior como dentro del propio cuerpo y que demanda una respuesta para contraatacar el disturbio. Para este artículo haré énfasis en esta clase de estrés, pues es al que nos vemos mayormente enfrentados los médicos al momento de la consulta.
• Adaptación: Como parte del proceso evolutivo, los gatos se han adaptado al estrés mediante el desarrollo de respuestas fisiológicas que atenúan las perturbaciones del mundo moderno. A menudo estas respuestas fisiológicas se superponen como un estado morboso en el cual los efectos del estrés dificultan su diferenciación de un trastorno de tipo patológico o de enfermedad. • Efectos fisiológicos de respuesta hacia el estrés: Al estar nuestro gato expuesto a situaciones de estrés, su organismo iniciará diferentes tipos de respuestas fisiológicas, entre las cuales están la producción de diversas sustancias como: *Catecoláminas: Son hormonas, como la epinefrina y norepinefrina que están asociadas con la reacción clásica de pelea o fuga en el estrés agudo. En el gato, la secreción de catecoláminas puede ser provocada por una variedad de estímulos; pero de éstos la timidez es el más poderoso. Gran parte de los gatos, exhiben fuertes reacciones de ansiedad al ser cogidos, enjaulados y transportados a sitios diferentes a su hogar o al consultorio del médico veterinario. Las reacciones de temor o ansiedad se vinculan con la activación del hipotálamo, el cual estimula las fibras simpáticas del sistema nervioso, con el resultado de la secreción de catecoláminas por la médula adrenal. La epinefrina y la norepinefrina incrementan la presión sanguínea, la frecuencia cardiaca y el volumen sanguíneo por minuto, haciendo que la sangre se aleje de los órganos vitales (como el aparato digestivo y los riñones) para ser dirigida hacia el cerebro y el músculo. Por otro lado se inicia un proceso denominado glucogenólisis hepática, donde el organismo saca un aporte energético de glucosa hepática hacia el torrente sanguíneo, para ser usado de inmediato en caso de tener que huir o atacar. La viveza mental, la dilatación de la pupila (midriasis), el aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia), son las manifestaciones clínicas de la respuesta catecolamínica al estrés. Desde el punto de vista de la supervivencia, la secreción de catecoláminas, prepara al organismo para la fuga de una situación amenazante, mediante el aporte de una fuente energética accesible (glucosa), hiperfusión del músculo esquelético (aumento del flujo sanguíneo), potenciación de los reflejos mentales y periféricos y supresión de los procesos fisiológicos menos urgentes como la función gastrointestinal y renal. • Glucocorticoides: Estas sustancias esteroideas también se secretan en estados de estrés; al parecer obran amortiguando la respuesta al estrés iniciada por otras hormonas. Las acciones anti inflamatorias de los glucocorticoides protegen contra acciones auto inmunes, mientras los efectos hiperglucemiantes antiinsulínicos previenen la hipoglucemia
(disminución de los niveles de glucosa en sangre). Aunque la secreción de estas sustancias es beneficiosa para el animal a corto plazo, la secreción crónica puede ocasionar depresión mental, insulinorresistencia duradera y mayor susceptibilidad a las infecciones. • Otras: Existen más sustancias que se secretan en estados de estrés como las hormonas hipofisiarias: somatotropina, prolactina, Hormona Antidiurética (HAD), otras hormonas como estrógenos, progesterona, y testosterona; en este momento sería algo poco fácil de explicar para el común de la gente, pero en resumidas cuentas, tendremos efectos como los antes mencionados, además de una función cardiovascular y respiratoria aumentada, una función reproductiva disminuida, y alteraciones en los valores normales de diversos exámenes de laboratorio clínico, como en las pruebas hematológicas (de sangre), urinarios, endocrinos e inmunológicos. EFECTOS DEL ESTRÉS EN EL EXAMEN CLÍNICO DURANTE LA CONSULTA MÉDICA Muchas de las manifestaciones clínicas de la respuesta al estrés se pueden evidenciar durante el examen clínico de un gato. En particular la elevación de la temperatura, pulso y la frecuencia respiratoria son con frecuencia observadas. Las catecoláminas causan midriasis como parte de la respuesta al estrés; no obstante, puede ser difícil asegurar si la midriasis es un signo de enfermedad o resultado al estrés, en general la dilatación pupilar asimétrica es indicativa de enfermedad. Por todo lo anterior es que los médicos veterinarios y los propietarios debemos tratar de que en el momento de llevar y efectuar la consulta médica, se haga en la mayor tranquilidad posible, pues el gato es un animal muy especial, que no debe ser tratado como una mascota canina; para tal efecto es indicado que desde el momento en que el propietario decida llevar al gato a la clínica veterinaria, lo capture con tranquilidad y calma, para luego colocarlo en su trasportín adecuado, el cual debe ser amplio y cómodo, con lo que se evita que sea transportado en una bolsa o caja, las cuales pueden incomodar o lastimar más al gato durante el viaje. Es prudente tratar de que durante el viaje no se haga mucho ruido y se eviten los movimientos bruscos. Al llegar a la clínica se busca que el ambiente sea agradable, sin ruidos en especial de perros, sin malos olores; luego, al entrar al consultorio, se deja el trasportín sobre la mesa de consulta un buen rato, para luego abrir la puerta del mismo y esperar en lo posible que él salga por su cuenta y empiece a explorar su alrededor; este tiempo puede ser utilizado por el médico para observar el comportamiento o algún tipo de lesión que se pueda ver a simple vista. Posteriormente con ayuda del propietario, se sube a la mesa en caso de que haya saltado y se le empieza a hablar suavemente, seguidamente se empieza a acariciar, en especial
en la zona de la nariz, donde se encuentra el área de producción de feromonas de placer, con esto le brindamos algo de tranquilidad, luego se empieza a explorar sus ojos, oídos, boca y el resto del cuerpo, para continuar con la auscultación, la palpación y por último la medición de la temperatura, cosa que no les agrada mucho. Mi recomendación es siempre evitar cualquier cosa que le ocasione nerviosismo al gato al momento de la consulta, por eso trato de programar las consultas de los felinos en días entre semana o las primeras del día, cuando hay pocos perros. Otra cosa importante es tratar de escuchar atentamente al propietario del minino, porque ellos siempre tienen datos valiosos que aportar; pero además de esto, hay que tranquilizar también al dueño de la mascota, porque su nerviosismo es percibido por el animal y lo puede estresar aún más. Para finalizar, creo que todo animal merece que sea tratado con respeto, seriedad y cariño, con esto tendremos buenos pacientes, que nunca sentirán miedo de visitarnos en nuestras clínicas.
gatos limpios
Los gatos son limpios por naturaleza pero muy quisquillosos, aunque algunos se vuelven fastidiosos con el tiempo y aun más cuando llegan a la vejez. Por lo mismo, los gatos son muy autosuficientes, por ejemplo, a ellos siempre les gusta estar limpios, por lo que pasan gran parte del tiempo acicalándose. Estos cuidados empiezan cuando son gatitos recién nacidos, siendo ésta su primera experiencia. Su madre lame y limpia sus cuerpos, originando estímulos para que puedan dar sus primeros respiros; también los lame para despertarlos y alimentarlos, y una vez que han terminado de comer, les lame el abdomen para ayudar a su digestión y para que puedan orinar y defecar. Cuando ha terminado de acicalar a los gatitos, ellos se acurrucan todos juntos para sentirse protegidos y confortables. La mamá les brinda estos cuidados hasta aproximadamente las tres semanas de vida, ya que a esta edad ellos son capaces de cuidarse por si mismos pues son más hábiles; entonces las sesiones de cuidados son para ellos, para sus hermanos y su mamá. Una de las principales herramientas que tienen los gatos para cuidarse es la lengua; gracias al tipo de papilas con las que cuenta pueden raspar la comida y llegar o casi todos las partes de su cuerpo o de los demás. Cuando los gatos sufren un rasguño o herida ya sea en el cuello, la cabeza, patas o cualquier parte de su cuerpo es cuando inician las sesiones de cuidado. Cuando los gatos inician su limpieza humedecen sus patas con su saliva y empiezan por los flancos, el lomo, la cola, el abdomen y terminan con las patas. No solamente usan su saliva sino que también les son útiles los dientes y las uñas, esto les sirve para remover el pelo, la tierra, plantas, semillas u otras cosas que se encuentren entre su pelo o en los dedos de sus patas.
Hay que tener cuidado con lo que se les pego a nuestros gatos, ya que algunas veces se les llegan a pegar sustancias tóxicas en su pelo y ellos tratarán de quitárselas lamiéndose, produciéndose una intoxicación, por lo que hay que poner atención en ese aspecto y removerlas nosotros mismos. Si se les pego un chicle o se manchan de pintura, no debemos usar sustancias como el petróleo o gasolina ya que son tóxicas y además las lamerán causando más daño. Cuando un gato se acicala remueve el pelo suelto y elimina parásitos, ya que las papilas tan ásperas de la lengua funcionan como un “cepillo”. El pelo suelto es ingerido y se lo tragan inofensivamente. Esto ocurre cuando nuestro gato es de raza de pelo corto, pero cuando es de raza de pelo largo el auto-cuidado no es suficiente, por ello los dueños deben cepillarlos, para evitar la formación de “bolas de pelo”, que aunque en la vida real no tienen forma de bola, son cúmulos de pelo sin digerir que el gato vomita cuando ocupa ya demasiado espacio en su estómago. Algo que puedes hacer para ayudar a tu gato a evitar estas horribles “bolas de pelo” es cepillarlo al menos tres veces por semana, sobre todo en época de cambio de pelo. Así también evitarás la formación de nudos en su manto y que se sienta molesto por estos nudos que su maravillosa lengua no puede quitar.
EL PARTO Llegado el momento, la mayoría no tienen problemas y suelen parir solas, pero conviene vigilar de cerca el nacimiento de los gatitos por si algo va mal. La madre buscará el lugar que le parezca más seguro y más tranquilo para ella. Por ello, no hay que forzar sus deseos. El día del parto la gata no suele comer y se muestra rara, jadea de vez en cuando y se lame la vulva con frecuencia. Padece contracciones, al igual que las mujeres, y cuando éstas se intensifican, el parto está a punto de comenzar. Otro hecho significativo es que la temperatura corporal baja un grado cuando faltan de 24 a 48 horas para el parto. El nacimiento de los pequeños gatitos se puede interrumpir voluntariamente por parte de la gata hasta 48 horas, así que no debemos precipitarnos moviéndola de la casa. Se debe consultar con el veterinario. Cada gato nace en una bolsa independiente que la gata rasgará para cortar el cordón umbilical. La expulsión de la placenta correspondiente se hará en breve tras la salida del gato y la gata intentará comérsela. Hay que procurar que no lo haga pues podría sentarle mal causando indigestión o diarrea. El tiempo que pasa entre el nacimiento de un gato y otro es muy variable (entre dos minutos y dos horas). Solamente debemos actuar si: 1) La gata padece contracciones pero el parto no se inicia pasados ya los 63-65 días de la gestación. Puede que los gatos sean muy grandes y no pueda tenerlos o algo falle. Llamaremos al veterinario para intentar no mover a la gata de su cesta o lugar de la casa. 2) Una vez haya salido el primer gato, si la gata se muestra indiferente o asustada y no realiza su labor, deberemos rasgar nosotros la bolsa fetal, secar al gato frotándolo enérgicamente y cortar su cordón umbilical. Conviene recibir una pequeña lección por parte del profesional antes del momento del parto, así sabremos reaccionar en el acto sin problemas.
3) Tras el nacimiento de un gato, la gata se dedica al siguiente y éste está frío o no respira bien. Habrá que ponerle una fuente de calor y limpiar bien sus orificios nasales para ayudarlo. Ponerlo junto a la gata e intentar que comience a mamar enseguida. 4) Si hay algún gato encajado en el canal del parto y no sale a pesar de los esfuerzos de la gata, llega un momento en que ella se cansa y deja de hacer fuerza. Tendremos que intentar ayudar con las manos limpias o guantes preferiblemente, lubricaremos la vulva de la gata con agua templada y jabón o vaselina, sujetaremos al gato y tiraremos despacio pero con fuerza de todo el cuerpo del gato poco a poco. Si tiene alguna pata encajada y la bolsa se rompe, no pasa nada, se introduce un dedo para recolocar al gato y se sigue tirando de él. 5) Si desaparecen las contracciones y todavía quedan gatitos dentro (confirmar primero el número por ecografía o incluso radiografía a final de gestación) y la gata se muestra cansada, abatida y sin interés por continuar. Debemos avisar al veterinario. Una vez finalizado el parto, los pequeños se colocarán a mamar de forma instintiva. Deben tomar el calostro o primera leche que su madre les ofrece. En ella se hallan todos los nutrientes y anticuerpos necesarios para su sistema inmunitario. Si alguno no lo hace habrá que ayudarlo. Nos debe alarmar tras el parto que la gata no coma en 12 horas, se muestre inquieta o continúe con contracciones. Si tiene fiebre o padece hemorragias o fluidos de color blanquecino-verdoso y con mal olor, conviene avisar al veterinario.
El gato y la higiene
Al gato no le gusta el agua. Por esta razón, es importante habituarlo al baño desde su mas tierna edad, alrededor de los tres meses. El cuarto en el que se bañará y secará al gato debe tener buena calefacción y estar exento de corrientes de aire. Hay que comenzar por llenar la bañera con algunos centímetros de agua, a 36 ó 37 ºC e introducir lentamente al gato en el agua, hablándole y acariciándolo para tranquilizarlo. A continuación, se moja delicadamente el cuerpo del animal, utilizando un pequeño vaso, sin dejar de acariciarlo y evitando verter agua en los ojos y los canales auditivos. Una vez que el gato está bien mojado, se le puede aplicar un champú especial para gatos. No hay que utilizar nunca champú para seres humanos, ya que no es adecuado para los felinos, en efecto, no solo el pH de la piel humana es diferente sino que además el gato podría intoxicarse al lamerse. Hay que frotar bien todo el cuerpo, insistiendo en las zonas de las patas, la cola y el vientre. Una vez que se ha aplicado bien el champú, se enjuaga al gato con la ducha y luego se repiten las mismas operaciones. El enjuague es un momento importante, durante el cual es preciso estar atento para que no envié el chorro de la ducha a los ojos o a las orejas. Luego lo envolvemos en una toalla seca y tibia, y se lo frota vigorosamente para eliminar el agua. Posteriormente se pasa un pequeño trozo de algodón (no usar bastoncillo de algodón) por el conducto auditivo, para absorber el agua que hubiese podido penetrar a pesar de las precauciones que se han tomado. Al gato no le suele gustar demasiado el uso del secador de cabellos, dado que el ruido y
el aire le molestan, pero si el animal ya está habituado al secador, no habrá problemas. Es conveniente utilizar un aparato de relativamente baja potencia, evitando dirigir el fluyo de aire hacia los ojos o las orejas. Secar bien el pelaje de todo el cuerpo, sin olvidar el vientre, las patas y la cola. Es muy importante el cepillado antes y después del baño, mediante el cual se eliminan los pelos viejos que, por el hábito de higienización del gato mediante el lamido, sí no es cepillado frecuentemente, ingieren pelos y al realizar esta acción pueden formarse pilobezoares en el aparato digestivo corriendo el riesgo de producir obstrucciones intestinales o favorecer la impacción colónica (acúmulo de materia fecal en el colon).