Ana Milenka Medina Fernรกndez
Por una vivienda máxima Ana Milenka Medina Fernández
Diseño gráfico Dileny Jiménez
Necesidad de una vivienda adecuada a las prácticas sociales y a la estructura de las organizaciones familiares populares caraqueñas, que permita la plena realización de sus valores y afirme su condición social, necesaria para la concreción del ideal socialista que en Venezuela construimos.
Master Laboratorio de la Vivienda del Siglo XXI Universidad Politécnica de Cataluña Autora: Arquitecta Ana Medina Tutora: Arquitecta, Antropóloga, MSc. Paola Cano Caracas, Abril 2013
A mis siempre profesores, por su orientación y apoyo, Arquitectos: Farruco Sesto Carlos Pou Ruan Gilberto Rodríguez También por su valiosa contribución, a: Arquitecta / Antopóloga Paola Cano Arquitecto Luis Marcano Licenciado Fernando Medina Licenciada Liliana Miñan Antropóloga Lucrecia Villegas A quienes facilitaron la realización de las entrevistas: Indira Berbes Denis Cartaya Franco Manrrique Dulce Medina A quienes me abrieron las puertas de sus hogares: Zoraida Mendoza Beatriz Venegas Fermín Belo Dinora de Belo Eva María Yunez María Teresa Vasquez de Rivas Maribel Canales Henrry Verdú Hirady Reyes Corina Arias Fernando Arias A mis amigos, que me obsequiaron con su trabajo creativo: Ricardo Castillo Barbara Meo Evoli Dileny Jiménez A mi super–extensa familia, mi mejor escuela, de la que nombro especialmente a mis padres, Charito y Fernando, a mis abuelas y a mi abuelo, a mi tío Toño, a mi madri Liliana y a mis hermanas y hermanos, naturales y adquiridos, Elena, Iris, Dulce, Fernando, Katiuska, Matheus, Ibiti y Elvira. GRACIAS.
A mi comandante eterno. Todo lleva tu nombre, padre.
Índice introducción.
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capítulo i. consideraciones sobre familia y vivienda desde un enfoque materialista histórico.
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capítulo ii. las organizaciones familiares en los barrios de caracas. raíces y proyecto socialista bolivariano.
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La familia, una organización humana con historia. Función de-formadora de la forma. Base económica, factores socio-culturales y tipo de vivienda. Conceptos de familia y formas de habitar en diferentes formaciones histórico-sociales. Régimen comunal primitivo. Familia tribal y matriarcado. Sociedades comunitarias originarías de Venezuela. Sociedad esclavista de Europa occidental. Comunidad familiar servil posesión del pater familiae. Sociedad feudal urbana. Casa-taller y familia extensa gremial en las ciudades medievales europeas. Sociedad mercantilista. La familia nuclear, de unidad de producción a mínima unidad de consumo. Sociedad colonial venezolana. La familia en la sociedad capitalista actual. Antivalores y contradicciones del capitalismo. Disgregación familiar. La familia modelo. Difusión de ideales de familia y vivienda. Alternativas de agrupaciones familiares. La colectivización. Socialismo utópico y cooperativismo. Movimientos comunitarios enmarcados en el capitalismo. Experiencias de colectivización en países socialistas.
Valores de nuestros pueblos originarios. La familia extensa en nuestros pueblos indígenas actuales y la organización de sus asentamientos. Comunidades palafíticas del medio ambiente acuático. Los Warao. Los Añú. Comunidades de la selva húmeda amazónica. Los Piaroa o Wóthuha. Los Ye´kwana. Los Yanomami. Comunidades de las sabanas, llanos y desiertos. Los Pemón. Los E´ñepá.
Los Pumé o Yaruro y Los Wayú. Reminiscencias indígenas y negro-venezolanas en la vida campesina. Las organizaciones familiares en los barrios populares caraqueños y sus valores comunitarios. Valores del socialismo del siglo XXI
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capítulo iii. tres situaciones de convivencia, impresiones de familias extensas.
Entrevistas a familias que vivan o hayan vivido según el concepto de familia extensa. Caso 1. Los Refugios. Comunas en potencia. Instrumento de recolección de información para familias del caso 1. Refugio. Caso 2. Edificios de la Gran Misión Vivienda Venezuela. El derecho a la vivienda y a la ciudad. Instrumento de recolección de información para familias del caso 2. Apartamento nuevo entregado por el gobierno revolucionario. Caso 3. Los barrios caraqueños, urbanizaciones populares de autoconstrucción. Instrumento de recolección de información para familias del caso 3. Casas autoconstruidas en un barrio de Caracas. Análisis e interpretación de los resultados. Selección de las entrevistas. Caso 1. Familias del refugio Hotel Catedral. Zoraida Mendoza. Beatriz Venegas. Caso 2. Familias del edificio Luz y Esperanza. María Teresa Vasquez de Rivas. Maribel Canales. Eva María Yunez. Caso 3. Familias del barrio Los Eucaliptus. Fernando Arias. Henrry Verdú. Comentario de las entrevistas.
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conclusiones
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anexos
Marxismo Dixit. Glosario de algunos términos marxistas necesarios para la comprensión de este trabajo. ConViviendo. Corto de las entrevistas
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bilbiografía
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créditos de las fotografías
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Introducción “La arquitectura es acto social por excelencia, arte utilitario como proyección de la vida misma, ligada a problemas económicos y sociales y no únicamente a normas estéticas. Para ella, la forma no es lo más importante. Su principal misión: resolver hechos humanos” Carlos Raúl Villanueva.
Las relaciones sociales existentes dentro de y entre las familias de los barrios más pobres, condicionadas en buena parte por su situación económica de precariedad, tienen una carga importante de valores humanos de cooperación, fraternidad y solidaridad; valores que en el caso venezolano forman parte de nuestra idiosincrasia y de los que podemos encontrar raíces en las comunidades indígenas aborígenes y afro-venezolanas, principales componentes en que se cimentó nuestro pueblo y cuyos modelos de organización difieren en alto grado de los paradigmas occidentales de familia, vivienda y sociedad. La situación histórica que ha marcado una cada vez mayor dificultad de acceso a la vivienda en Venezuela, ha obligado a las familias a compartir sus espacios, generando la convivencia de más de un núcleo familiar bajo el mismo techo, usualmente en las condiciones de hacinamiento propias de la ciudad informal. Poniendo de lado los innumerables problemas que este hacinamiento puede ocasionar en las familias, pueden extraerse de la convivencia valores y aspectos positivos, generados por el compartir entre sus diferentes miembros y generaciones.
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Estas prácticas sociales no encuentran cabida en los prototipos de vivienda burgueses, modelados por la ideología de una sociedad mercantilista, consumista e individualista, en el centro del capitalismo mundial. Se nos sugestiona desde ahí una familia modelo de tipo nuclear, formada por un hombre y una mujer con sus hijos, que es asumida por nuestros técnicos y volcada en soluciones habitacionales desconectadas totalmente de la realidad venezolana. La vivienda capitalista obliga a modificar las conductas sociales de nuestras familias populares, que aceptan y se adaptan a estos modelos ajenos, presentes también en su imaginario, con la complicación que dicha adaptación acarrea a sus dinámicas cotidianas. Hay detrás de esta modificación de las conductas una intención “educadora”, que muestra la alienación y el desprecio de las capas de medios ingresos (las “educadas” en el sistema) hacia los sectores populares. Si bien existen en nuestra sociedad problemáticas sociales que hay que atacar, instauradas ya culturalmente y generadas por años de pobreza y exclusión; los propósitos educadores suelen tener un carácter racista y clasista, que juzga de inferioridad cultural a las formas diferentes de ver el mundo en que se expresa una situación material y étnica que difiere de los prototipos de la clase dominante. Una manera de educar, según esta concepción de superioridad cultural es a través de los modelos de vivienda, que reproducen el sistema económico y el ideario de su clase dominante correspondiente. El modelo, la forma de la vivienda, más que a la función de resguardo en unas condiciones geográficas determinadas, responde a la manera en que el ser humano ha resuelto su necesidad de habitar,1 y la manera de resolver las necesidades básicas y sociales, es resultado del modo en que 1 Entendiendo el habitar, según lo define Martin Heidegger, como nuestra forma de estar en la tierra, de estar plenamente, que abarca todas las actividades fundamentales del hombre. Martin Heidegger. Construir, Habitar, Pensar. Conferencia en el Coloquio de Darmstadt, 1951, en: Luis Marcano. La técnica, construir, habitar y pensar en Martín
cada formación histórico-social produce lo que necesita para subsistir. La forma sigue a la función, la función sigue al sistema. Así la sociedad capitalista puede verse reflejada en la forma en que resuelve su necesidad de habitar, los antivalores individualistas necesarios para mantener este sistema, han llevado al aislamiento del núcleo familiar (la unidad de consumo más reducida posible) que refuerza estos antivalores educando a su generación de relevo en un aislamiento cada vez mayor, incluso de los miembros de su propio núcleo, propiciado por espacios que inducen al individualismo y que son introducidos en nuestro imaginario a través del aparato ideológico del sistema, que atenta de esta forma desintegrando la base misma de la sociedad. La cultura mercantilista, consumista e individualista predominante en la sociedad actual, amenaza seriamente al planeta y a la humanidad, que debe revertir la situación para preservar su integridad. En Venezuela, gracias al liderazgo del Comandante Hugo Chávez, iniciamos un proceso orientado hacia el cambio de las estructuras que se encuentra en marcha, somos parte de una Revolución que busca la construcción de una nueva sociedad socialista, según nuestro socialismo, nutrido de nuestra doctrina Bolivariana, el socialismo del Siglo XXI. Esta construcción constituye un período de transición en el que además de avanzar en una nueva base material deben formarse en sus valores comunitarios el hombre y la mujer nuevos. Al respecto, menciona el Che, en El socialismo y el hombre en Cuba: La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Esto se hace sentir no sólo en la conciencia individual, en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del
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Heidegger y José Ortega y Gasset. Tecnología y construcción, año 2002, nº 18, 2002 pp. 54-55
individuo, sino también por el carácter mismo de este periodo de transición, con persistencia de las relaciones mercantiles. La mercancía es la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y, por ende, en la conciencia. 2
La formación de este nuevo ser, con una nueva conciencia, dentro de una sociedad plagada de antivalores que no terminan de desaparecer, no puede darse en el seno de una familia desintegrada, que siendo el resultado del modo de producción capitalista lleva el germen de sus contradicciones y antivalores, los refleja y refuerza en un proceso de retroalimentación y legitimación de la realidad que se quiere revertir. Si para cambiar el sistema se requieren cambios estructurales, la familia, como base de la sociedad no puede permanecer al margen de los mismos, mucho menos los espacios donde se desarrolla y que determinan su manera de socializar.
capitalista y la que corresponderá a la sociedad socialista que en Venezuela aspiramos alcanzar. Una vivienda en la que tenga cabida la familia extensa, con sus relaciones sociales de cooperación, puede ser un puente hacia una mayor colectivización de servicios en nuestras comunidades, puede ayudarnos a cultivar la tolerancia, generosidad y organización que requiere la vida en común de un ser que ha sido definido como social por excelencia y que hoy se encuentra apartado de esa condición.
Una alternativa a la familia capitalista aislada, puede encontrarse en la familia extensa, formada por el conjunto de ascendientes y descendientes, colaterales y afines de una familia nuclear.3 Un ejemplo de este tipo de familia, podemos encontrarlo aún en algunas comunidades indígenas venezolanas, que han mantenido un sistema de producción, consumo, educación y protección social comunitario; o en las familias de la ciudad informal, que obligadas por la dificultad de acceso a la vivienda, comparten sus espacios con parientes cercanos, generando también prácticas sociales comunitarias. La vivienda que genere un grado mayor de convivencia propiciando encuentros entre sus habitantes, es un paso necesario entre la familia 2 Ernesto Che Guevara. El socialismo y el hombre en Cuba. 1965 [Documento en línea] p.4 3 Eva Giberti. La familia, a pesar de todo. Buenos Aires: Novedades Educativas, 2005. p. 321
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CAPÍTULO I.
Consideraciones sobre familia y vivienda desde un enfoque materialista histórico. Ni Dios ni la mente, sino el carbón, el hierro y el petróleo, la materia real nos ha creado, echándonos hirvientes y violentos, en los moldes de esta sociedad terrible, para afincarnos, por la humanidad, en el eterno suelo. Tras los sacerdotes, los soldados y los burgueses al fin nos hemos vuelto fieles oidores de las leyes: por eso el sentido de toda obra humana zumba en nosotros como el violón profundo. Attila József, Al borde de la ciudad (A város peremén). Traducción de Fayad Jamís.
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LA FAMILIA, UNA ORGANIZACIÓN HUMANA CON HISTORIA. La familia no ha permanecido inmutable a lo largo de la historia. Desde que el ser humano es tal ha necesitado asociarse con otros seres humanos, en formas y organizaciones que han variado hasta nuestros días y como estrategia para subsistir; estas asociaciones han sido señaladas con una misma palabra que ha encarnado diversos significados según cada formación históricosocial. Sin duda muy diferente a la idea que nos pueda evocar hoy la palabra familia era la que le daban los romanos, quienes llamaban famulus a sus esclavos y crearon esta expresión “… para designar un nuevo organismo social, cuyo jefe tenía bajo su poder a la mujer, a los hijos y a cierto número de esclavos, con la patria potestad romana y el derecho de vida y muerte sobre todos ellos”4 La visión materialista-histórica, planteada por Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, nos descubre un organismo modelado según las relaciones de propiedad en cada formación económico-social, lo que permite explicarnos teniendo el modo de producción como infraestructura, la forma que ha adoptado la familia desde su origen grupal en las comunidades primitivas igualitarias hasta la variedad de desintegradas formas posmodernas que adopta en nuestra sociedad.5 FUNCIÓN DE-FORMADORA DE LA FORMA. BASE ECONÓMICA, FACTORES SOCIO-CULTURALES Y TIPO DE VIVIENDA. Como se desprende de la teoría marxista, el espacio donde han habitado los diversos grupos familiares a lo largo de la historia así como sus ideas del habitar han sufrido no menos transformaciones que las de los modos de producción. Si consideramos la sociedad y su cultura como un producto derivado de éste y de sus relaciones productivas materiales, compartimos (siempre bajo esta premisa) la visión de Rapoport, que atribuye la morfología de la vivienda principalmente a 4 Engels. El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, en Obras escogidas de C. Marx y F. Engels (t. 3). Moscú: Progreso, 1981. [Libro en línea]. p. 29 5 La familia posmoderna, definida por Giberti como aquella que “Muestra alta desorganización y desintegración, manifiesta la crisis, con una pérdida de identidad.” Eva Giberti. La familia, a pesar de todo. Buenos Aires: Novedades Educativas, 2005. p. 322
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factores socio-culturales, siendo el clima, la construcción, los materiales y la tecnología factores que la afectan en un segundo plano.6 Trayendo esto a nuestra perspectiva, pensamos que la base económica determina un tipo de agrupación familiar con una visión del mundo, una cultura que conlleva una manera de habitarlo y se manifiesta morfológicamente en un tipo determinado de vivienda. El tipo que se adecua a las necesidades de la clase dominante en cada formación histórico-social y se convierte en parte de su estructura cultural, decretando como ley lo cotidiano y cargándose además de una inercia que dificulta cualquier revisión de sus valores, reforzando así los principios que lo determinaron y constituyéndose en un constructo que construye, en una forma que forma (o deforma), retroalimenta al sistema que la engendró y legitima la dominación de la clase que lo gobierna. La casa también puede ser considerada como un mecanismo que refleja y ayuda a crear aspectos tales como una visión del mundo, un ethos, en la gente, comparable a las distintas instituciones de socialización (o mecanismos) que se encargan de lo mismo.7
La forma entonces (entendida aquí como tipo) sigue, además de su primigenia función-necesidad de resguardar a la organización familiar, la función-socializante de educar en los valores o antivalores determinados por el modo de producción. CONCEPTOS DE FAMILIA Y FORMAS DE HABITAR EN DIFERENTES FORMACIONES HISTÓRICO-SOCIALES. Se describe a continuación la forma en que los modos de producción social han determinado los grupos familiares históricos y sus relaciones, siguiendo las ideas planteadas por Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, cotejando la teoría marxista con la historia de las sociedades venezolanas correspondientes a cada estadio. 6 “… la forma de la casa no es simplemente el resultado de fuerzas físicas o de ningún factor causal, es la consecuencia de una gama de factores socio-culturales considerados en sus términos más amplios. La forma se ve afectada por las condiciones climáticas… por métodos constructivos, disponibilidad de materiales y tecnología… Llamaré primarios a los factores socio-culturales, y a los otros secundarios o modificadores.” Amos Rapoport. House form and culture. Prentice-Hall, Londres, 1969. p. 47 (traducción propia) 7 Rapoport, op. cit. p. 48 (traducción propia)
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Las descripciones de vivienda en los diferentes periodos que reconoce la historia de la arquitectura (que considera además como “Arquitectura” únicamente las grandes obras), suele tratar sobre la vivienda de la clase dominante, que aunque dicta los ideales y la cultura de la sociedad, dista en alto grado de representar al grueso de la población, cuyo registro queda excluido de esta disciplina.8 La intención de describir aquí la vivienda de las organizaciones familiares en cada sociedad tropieza entonces con esa invisibilización de la arquitectura popular y con la omisión de explicaciones sobre las razones que la determinaron con sus características particulares, limitándose la historia a descripciones meramente formales y superficiales de la arquitectura, sin relacionar estos valores estéticos en los que hace énfasis, con la ideología predominante. Régimen comunal primitivo. Familia tribal y matriarcado. El comunismo primitivo representó para las primeras organizaciones humanas la única forma de supervivencia ante su medio ambiental. La necesidad del grupo de cooperar entre sí para fabricar las herramientas que permitieran su alimentación, la construcción de la vivienda y la fabricación de sus vestidos; para realizar las tareas de recolectar, cazar y pescar; para protegerse frente a otros grupos o factores de la naturaleza, realizando las actividades indispensables que permitieran su resguardo, explica la propiedad común de los productos de su trabajo. En estas comunidades existía un tipo de matrimonio por grupos, de los que se fueron excluyendo progresivamente las relaciones sexuales entre padres, hijos y hermanos, hecho que representó “una magnífica ilustración de cómo actúa el principio de la selección natural”9 y que obligó a la separación de hecho entre los miembros del grupo. La prohibición de la endogamia, convertida en tabú, fue una medida de control social, tomada por razones de supervivencia de la especie, que permitía la permanencia en el tiempo del grupo y lo obligaba a buscar fuera miembros para reproducirse, esta práctica de la exogamia podía significar la escisión o crecimiento del mismo 8 Manuel Lopez. Historia de la arquitectura y lucha de clases, crítica a la historia de la arquitectura. Colección espacio y forma, número 19. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1977. 9 Morgan, citado por Engels. op. cit., p. 20
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según se hiciera raptando mujeres o estableciendo alianzas con sus familias,, o por la incorporación de los hombres a otros grupos con los que se tuviera relación pacífica. La división de una comunidad con fines reproductivos, en base a la consanguinidad de sus miembros, solo podía establecerse por línea materna, única posible de comprobar debido al carácter promiscuo de las uniones. Esto determinó organizaciones familiares en las que el tronco materno determinaba la pertenencia a un grupo, que Engels denomina “gens”10, en el cual la reducción cada vez mayor del círculo de posibles relaciones de tipo sexual, incluyendo ahora la prohibición a cualquier pariente consanguíneo, generó la consolidación de uniones conyugales por parejas durante un tiempo prolongado, unión que probablemente ya existía como costumbre en etapas anteriores y que reduce al grupo reproductivo a su mínima unidad. La división del trabajo que existió en este periodo, respondió llanamente a una repartición basada en el género y la edad, por razones biológicas, de las tareas de guerra, caza y pesca asumidas por los hombres y de las de recolección, costura, cuidado de la casa y de la prole que pasaron a ser dominio de las mujeres, a las que se incorporaban los ancianos y niños del grupo. La importancia de esto viene dada por el hecho de que se incluyó la propiedad de cada género sobre los instrumentos necesarios para la realización de sus tareas, lo que más adelante marcaría el comienzo del dominio del hombre en la familia y en la sociedad. El hogar de estas tribus, viene determinado en principio por el número de población reducido que permitía la organización y supervivencia de esta agrupación y estaba estructurado como un refugio comunitario compacto, lugar de producción y reproducción donde convivían múltiples generaciones de parejas conyugales con sus hijos. Al respecto de su forma, Rapoport recoge una variedad de esquemas de vivienda en comunidades primitivas de África y América, en las que queriendo demostrar diferencias formales (y por ende culturales) en comunidades de igual actividad económica, parece no ver lo que salta a la vista como elemento común en sus dibujos, que es un techo único bajo el que conviven desde 10 Engels define la gens como un “círculo cerrado de parientes consanguíneos por línea femenina, que no pueden casarse unos con otros” y se refiere a ella como una institución, nacida de la prohibición de la endogamia, que formó la base del orden social de todos los pueblos primitivos de la tierra, consolidándose luego mediante otras instituciones de orden social y religioso que distinguían a cada una dentro de la tribu troncal. Engels, op. cit. p. 20 y 22
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treinta personas en el caso de los Piaroa, hasta catorce familias según se lee en el esquema de los Yoruba.11 Estos dibujos, que Rapoport realiza según descripciones verbales, muestran una subdivisión de espacios más pequeños a los que llama “espacio familiar” o “habitaciones familiares”. Es importante recordar aquí que las ideas de privacidad e intimidad que hoy manejamos no existen en estas comunidades, además del hecho de que las agrupaciones en parejas por un tiempo prolongado no implicaron un conflicto con la base económica y consecuente organización social comunitaria de las tribus primitivas. Sociedades comunitarias originarías de Venezuela. En el caso de Venezuela, las investigaciones arqueológicas evidencian desde periodos muy antiguos, en la sociedad de recolectores-cazadores seminómadas que habitaron nuestro actual territorio, la organización comunitaria de la población para sus actividades productivas y sociales. Los primeros grupos de los que se tiene evidencia en el noroeste de Venezuela, circulaban en territorios más o menos definidos habitando campamentos estacionales, tenían importantes talleres en los que elaboraban sus instrumentos de producción y que dan testimonio de la cantidad y complejidad de los trabajos ligados a su actividad de caza y recolección para el procesamiento de las especies obtenidas, lo que explica la diversidad de talleres y evidencia una organización social estructurada, probablemente con un liderazgo o autoridad que permitía la planificación de las tareas y la distribución de los productos colectivos. 12 Los fogones, que aparecen hace 6.000 años en las comunidades del litoral, refrendan la existencia de prácticas sociales comunitarias, en el fogón colectivo se cocían los alimentos que apropiaban una o varias personas, para distribuirlos entre todos los miembros del grupo familiar, que se reunía alrededor del mismo para comer, socializar y dormir. La vivienda que albergaba estas 11 Esto se ve en cinco de los seis ejemplos que muestra para estas latitudes. Cabría aquí un análisis más riguroso para explicar la diferencia que se observa para los Fang en África. 12 Mario Sanoja, et al. Historia mínima de la economía venezolana. Caracas: La Brújula, 1997 p. 13-14
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Dibujos de Amos Rapoport. Los núcleos familiares, agrupados alrededor de su propio fogón y en espacios delimitados, comparten los espacios de socialización y producción.
actividades, en el caso de los grupos del litoral, era también colectiva y consistía en la protección ante la intemperie con paravientos de techos a un agua. La complejidad en la organización para el trabajo se intensifica con la domesticación de las primeras especies de plantas y lleva, con distinto ritmo en los diferentes grupos humanos, a una estratificación de la sociedad. De esta forma, la agricultura propició, con sus excedentes de producción, la aparición en Venezuela de la “sociedad productora de alimentos o tribal”, que comprende, una primera fase igualitaria, en la que las decisiones y el acceso a la producción son colectivas; y una fase jerárquica, en la que el aumento de las fuerzas productivas y el intercambio entre varias comunidades determinan linajes que dominan políticamente al resto de la sociedad.13 Los cambios más lentos en nuestras sociedades autóctonas, en comparación con los de otras sociedades americanas del mismo periodo, en las que la fase jerárquica evolucionó hacia formas estatales con sociedades clasistas iniciales (clase sacerdotal y clase productora), se deben a nuestra lejanía de los focos de esas sociedades, a la baja densidad demográfica y a lo extenso del territorio venezolano, que permitía la convivencia de varios grupos sin que estos entraran en conflictos territoriales. Se pueden identificar tres modos de vida durante la fase igualitaria en Venezuela, según el tipo y desarrollo de su agricultura y de sus cultivos, que determinaron diferentes grados de sedentarización y organización estructural para la producción, así como de acumulación o excedente de alimentos por encima de su consumo y por ende la existencia o no de intercambio con otros grupos.
El tapirí o yahí Yanomami. Una de las formas más antiguas de cobijo que se conozca.
La condición igualitaria se mantuvo en Venezuela hasta el desarrollo de las relaciones intertribales de intercambio, cuando se afianza un estamento dirigente, organizador de la producción y capaz de subordinar otras tribus, legitimado religiosa y políticamente y transmitido de forma hereditaria, que es aceptado y asumido por la sociedad como natural. Así se conforman los 13 Mario Sanoja, et al. op. cit.
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cacicazgos o señoríos que abarcaban varios grupos y serían truncados por la invasión europea del siglo XVI La fase jerárquica de nuestras sociedades autóctonas, no entró en contradicción con el carácter comunitario de las prácticas sociales ni con la organización familiar de la fase igualitaria. Significó el poder de un linaje que se apropiaba del excedente de producción bajo la forma de tributos de grupos de tribus donde la propiedad seguía siendo comunal. Sociedad esclavista de Europa occidental. Comunidad familiar servil posesión del pater familiae El salto que representó para la humanidad la domesticación de animales y posteriormente la agricultura y el trabajo de los metales, llevó consigo al viejo mundo la propiedad privada, el patriarcado, la monogamia, la primera gran división del trabajo y la esclavitud. La pérdida de importancia del trabajo doméstico de la mujer frente al trabajo productivo del hombre, que poseía ahora mayores riquezas (principalmente en forma de ganado) que le pertenecían según lo establecido en la división por género de las tareas de supervivencia, entró en contradicción con la estructura del matriarcado. La necesidad de permanencia de las riquezas acumuladas en la gens originaria de los hombres después de su muerte obligaba a un desplazamiento contrario al establecido (en el que los hombres pasaban a formar parte, con sus medios de producción, de la gens de su pareja), además de establecer una forma que asegurara la paternidad sobre los herederos de estas riquezas, que se resolvió con la prohibición hacia las mujeres de tener relaciones sexuales con más de un hombre. Cuando ya las razones de selección natural habían determinado la pareja como mínima unidad dentro de las gens, sin alterar su carácter social comunitario, serían razones económicas las que dieran origen a una nueva familia en la nueva formación social estratificada. La monogámica, que para Engels nace con la institucionalización de la pareja que ya existía, cuyos lazos son ahora establecidos por ley pudiendo ser disueltos solamente por el hombre, para quién además no es una obligación la fidelidad, se da en occidente al tiempo que la esclavitud y “fue la primera forma de familia que no se basaba en condiciones naturales, sino económicas,
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y concretamente en el triunfo de la propiedad privada sobre la propiedad común primitiva, originada espontáneamente.”14 El desarrollo de esta forma de familia, a la que en algún momento pasaron a pertenecer lotes de tierra y rebaños, y la siguiente gran división del trabajo entre oficios y agricultura y cría (ciudad y campo, riqueza y pobreza) contribuyeron a despojar a la gens de su papel histórico como base de una organización social que no admitía una división clasista en su seno, siendo sustituida por el Estado, que surgía como nuevo ente protector de los intereses de la clase dominante, heredero de las funciones de defensa e impartición de justicia que habían correspondido hasta entonces a la gens. En el periodo esclavista todavía se organizó la familia monogámica en lo que Engels denomina comunidad familiar patriarcal, que reunía varias generaciones de familias con sirvientes y esclavos. En la sociedad romana, convivían en grandes caserones, subordinados a la justicia y protección del pater, su esposa e hijos, parientes cercanos y esclavos, en lo que hoy podemos denominar una familia extensa sin obviar las relaciones de esclavitud. Sociedad feudal urbana. Casa-taller y familia extensa gremial en las ciudades medievales europeas. La división del trabajo entre lo que fueron los dos pilares de la producción, oficios y agricultura, consolidó la ciudad como espacio condensador de los primeros, principal asentamiento de los gremios de artesanos, que conformaron la naciente burguesía. Los talleres de producción estaban ligados en una misma casa a la vivienda de la familia extensa, esta vez conformada por maestros, aprendices, sirvientes, parientes y amigos. Esto claro está no era la situación de la mayor parte de la población, que desposeída de tierras habitaba las ciudades en un estado agudo de pobreza y ya veía desmembrarse sus núcleos familiares ante la necesidad de buscar alimento y un sitio donde vivir para los hijos, arrojados desde temprana edad a alguna casa en la que sirvieran como aprendices o propiamente como sirvientes de la nueva familia. Esquema de Domus Romana. Albergaba la que Engels definió como comunidad familiar patriarcal, formada por la familia extensa y sus esclavos.
14 Engels, op. Cit. p. 32
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La forma urbana de la ciudad medieval, altamente densificada por motivos defensivos, determinó viviendas angostas en las que la separación entre el espacio productivo y reproductivo se daba en sus diferentes plantas (dos, por lo general), siendo la superior, la destinada a la vivienda, un solo espacio donde se mezclaban las actividades de dormir, cocinar, comer, hacer negocios y socializar. La intimidad continuaba siendo desconocida para la familia medieval, que sumando los miembros ya descritos podía llegar a ser de hasta veinticinco personas que convivían en un máximo de dos habitaciones.15 A pesar del desarrollo que alcanzaron en este periodo las fuerzas productivas, con su respectiva acumulación de riquezas, dominaba una ideología que propiciaba la austeridad, de la que escapaba únicamente la nobleza y que pesaba sobre la cantidad y la calidad de la producción. Sociedad mercantilista. La familia nuclear, de unidad de producción a mínima unidad de consumo. Ocurrió entonces una tercera gran división del trabajo. El excedente de producción destinado al intercambio (ya convertido en una necesidad vital) y la invención de la mercancía por excelencia: el dinero metálico, favorecieron el surgimiento de una nueva clase, la de los mercaderes, esta inicia un dominio remoto sobre la producción que la lleva a acumular grandes riquezas y una influencia social equivalente. El salto cuántico de acumulación de capital, que impulsado por los mercaderes saca a la sociedad europea de su condición medieval, es producto de la expansión imperialista que emprenden y de la explotación de los nuevos territorios, americanos, africanos y asiáticos, que permitió la posterior industrialización de los países de Europa. La creciente economía burguesa fue socavando las bases del régimen señorial, pero solo podía realizarse plenamente instaurando una nueva cultura, opuesta a la ética de la pobreza medieval y con individuos “libres”, libres para consumir las mercaderías exquisitas del nuevo continente, como se mostraba en pinturas representativas del disfrute de los sentidos que olvidaban el misticismo medieval; libres como la reforma protestante pudo establecer con el principio de la 15 Witold Rybczynski. La casa, historia de una idea. Madrid: Nerea, 1997. pp 38-39
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Vivienda taller medieval Esquema de funcionamiento de una vivienda-taller.
responsabilidad de los actos condicionada al libre albedrío; libres tan libres que pudieran escoger por amor a su pareja, sin importar la opinión de los padres u otros parientes y tal como popularizó la literatura romántica caballeresca. Esta cultura de la libertad para la generación más joven ya no era compatible con la convivencia en grupos familiares de varias generaciones, que además dejaron de ser unidades productivas para someterse a la nueva esclavitud del trabajo asalariado en la sociedad mercantilista. De esta forma se produce la separación del menor núcleo posible para la reproducción de una familia, mínima unidad de consumo, que habitará las viviendas barrocas en las que surgirán finalmente, reflejo de la cultura individualista naciente, los conceptos de intimidad y privacidad.16
El armario de la ropa blanca. Pieter de Hooch
Esto puede observarse en la sociedad holandesa del siglo XVII, donde la próspera burguesía, principalmente formada por comerciantes y rentistas, se comienza a permitir ciertos lujos, como el de ser dueños de sus casas, a las que se referían como hogar, independizadas del lugar de trabajo y en las que habitaban entre cuatro y cinco personas, contra los veinticinco habitantes por vivienda que podían encontrarse al mismo tiempo en París. La descripción que hace Rybczynski de esta sociedad está acompañada de dos explicaciones que se reproducen a continuación y que es importante analizar. «Home» reunía los significados de la casa y de sus habitantes, de la residencia y el refugio, de la propiedad y el afecto. Home significaba la casa, pero también todo lo que había en ella y en su alrededor, además de la gente, y la sensación de satisfacción y contento que todo ello aportaba.17 La independencia individual se apreciaba más que en otras partes y, lo que tiene igual importancia, era posible. El resultado era que en la mayor parte de las casas de los Países Bajos sólo vivía una pareja con sus hijos. Ello produjo otro cambio. El carácter público que había impreso la «casa grande» se vio sustituido por una vida hogareña más tranquila y más privada.18
Puede ser ‘Interior de casa holandesa’, de Pieter de Hooch o ‘Interior holandÇs del siglo XVII’, del Bar¢n J. A. Hendrik Leys Escenas costumbristas holandesas del s. XVII
16 “Antes de que pudiera entrar en la conciencia humana la idea de la casa como sede de la vida familiar, hacía falta la experiencia de lo privado y de lo íntimo, cosas ambas imposibles en la sala medieval” Rybczynski , op. cit., p .58 17 Rybczynski, op. cit., pp. 71-72 (subrayado de la autora) 18 Rybczynski op. cit., p. 69 (subrayado de la autora)
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Propiedad, satisfacción e independencia individual son términos que no por casualidad nos resultan hoy en día tan familiares. Hogar, privacidad, intimidad, domesticidad y seguidamente confort, son según Rybczynski nada más (y nada menos) que ideas, ideas «modernas». Estas surgen de la mano con la sociedad mercantilista y el consumo, que convierte a partir de entonces la arquitectura en una sucesión de estilos y modas afectadas más por los altibajos del mercado que por sus otros productos y consecuencias, como la propia tecnología o la “desaparición” del servicio doméstico que implicó el arrojo a las fábricas de la mujer obrera. El interés por la decoración interior, generó en una mayor subdivisión de los espacios en las casas burguesas, que tenían estancias cada vez más especializadas y adecuadas a cada miembro de la familia. El interés de moda por los interiores domésticos se reflejaba en toda la sociedad francesa. Las casas burguesas parisinas estaban más subdivididas que anteriormente. Los apartamentos ya no consistían en dos o tres habitaciones: había por lo menos cinco o seis habitaciones importantes, cuyo orden era reconociblemente moderno.19
Puede buscarse aquí el origen de la individualización inducida por los espacios, que comenzaba a dividir ahora lo que parecía haber llegado ya a su mínima expresión. Sociedad colonial venezolana. La sociedad mercantil europea, financista de la invasión que sus monarquías llevaron a cabo en América, no siempre trasladó su modelo industrial (y por ende social) a las colonias, que fueron meras proveedoras de materias primas en las que se instauró una economía de extracción (La excepción la constituyen las colonias anglosajonas, en las que sus invasores aplicaron un modelo diferente de apropiación del territorio y poblamiento).20 19 Rybczynski, op. cit., p. 97 20 Estos modelos de conquista y como determinaron nuestras sociedades y economías actuales se encuentran muy bien explicados por Eduardo Galeano en su libro Las Venas abiertas de América Latina.
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En el caso de Venezuela, la clase dominante de la sociedad colonial, la oligarquía mantuana de blancos peninsulares y de blancos descendientes de los conquistadores, luego de que estos aniquilaran, esclavizaran o reprimieran a los grupos aborígenes originarios, impone un régimen de propiedad capitalista sobre la tierra que sumado a prejuicios étnicos, sustenta una sociedad de clases racista, conformándose la clase no elitista por blancos/as pobres, mestizos/as y negros/as libres que trabajaban en el sector de servicios o artesanal, campesinos/as enfeudados y esclavos/as.21 A esta estructura, se suma el sistema misional de diversas órdenes religiosas, que adentrándose en el territorio para cumplir su tarea expansionista y “civilizadora”, utilizan la mano de obra indígena que compran a cambio de especies, en la conformación de poblados autosuficientes cuyas relaciones de producción asemejan a las de los grupos originarios, con una organización que Sanoja y Vargas denominan como propiedad corporativa, en la que existía una planificación central de la producción, distribución y consumo de las redes de misiones.22 A lo largo de tres siglos de período colonial, con esta diversidad de relaciones productivas asociadas a grupos étnicos, se conforma la población venezolana. La iglesia, como principal organismo de control social en la colonia reglamentaba la vida familiar y comunitaria, que se regía entonces según la moral católica de la clase dominante. Las familias mantuanas llegaron a constituir una casta, cuya preocupación por la “limpieza de sangre”, que le permitía conservar su poder económico y político la llevo a prácticas endogámicas. A fines de la colonia, esta clase dominante representaba el 0,5 por ciento de la población venezolana.23 Los descendientes de las poblaciones originarias y de los negros traídos de África como esclavos, conformaron el componente principal del pueblo venezolano.
21 Mario Sanoja e Iraida Vargas-Arenas. Una lectura geohistórica: Hacia la construcción del Estado Popular Comunal. Caracas: Escuela Venezolana de Planificación, 2012 p. 43 Planta esquemática de una vivienda colonial urbana.
Fachada de una casa colonial urbana en Venezuela.
22 Mario Sanoja e Iraida Vargas-Arenas, op. cit., pp. 50-51 23 Federico Brito Figueroa. Historia económica y social de Venezuela, una estructura para su estudio (t.1). Caracas: Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, 1979. p. 171
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LA FAMILIA EN LA SOCIEDAD CAPITALISTA ACTUAL. La ideología capitalista se ha inoculado en gran parte de las sociedades del mundo en la misma medida que la expansión territorial de su fase imperialista ha penetrado nuevos “mercados”. A lo largo de siglos se han intensificado las contradicciones estructurales del capital, que pone a su servicio diversidad de mecanismos para continuar su crecimiento inmoral, que se alimenta de la destrucción del planeta tanto como de los explotados y marginados del sistema. La economía imperialista a través de la expansión de sus grandes corporaciones, “condiciona la tendencia ascendente a la intervención en la vida económica, política y social de los países donde realizan sus inversiones (del Tercer Mundo y Europa Occidental), creando aparatos subsidiarios que sirven de instrumento a la estrategia política e ideológica del imperialismo y auspician el financiamiento de una amplísima red mercantil de producción ideológica.”24 La familia, como parte de su aparato ideológico, refuerza los antivalores de esta sociedad a la vez que sufre las contradicciones de un modelo inalcanzable en las condiciones a las que la somete la propia lógica del capital. Antivalores y contradicciones del capitalismo. Disgregación familiar. Ya en la etapa mercantilista se ven claramente las bases que han conformado los antivalores del capitalismo que hoy padecemos. La individualidad a la cabeza, que en el capitalismo naciente correspondió a una mística acerca de la libertad del hombre y que en su fase imperialista, a la que le es propia una mística abiertamente consumista, le corresponden la sociedad de consumo y la libertad del consumidor.25 Con el norte de elevar al máximo posible el nivel de consumo se ha mitificando este como fuente de felicidad, las frustraciones por no alcanzarla minan las relaciones de un grupo familiar, inmerso en contradicciones que hacen imposible la realización de su forma idealizada dictada por el sistema.
24 Ida Paz. Medios masivos, ideología y propaganda imperialista. La Habana: Unión de escritores y artistas de Cuba, 1977 p. 26 25 Ida Paz. op. cit., p. 32
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Sociedad de Consumo. Josep Renau
Uno de los obstáculos para la realización ideal de la familia lo constituye la infidelidad, Engels explica la relación que esta guarda con el matrimonio monógamo, la contradicción en la obligatoriedad a una pareja perpetua, que termina siendo una obligación únicamente para la mujer y por razones meramente económicas.26 Esta contradicción, la infidelidad y la marginación de la mujer son en parte responsables del hecho constatable de la disgregación que afecta hoy a la familia nuclear, podemos observar en la historia evidencias de su larga data, ya que no son para nada fruto de circunstancias actuales de nuestra sociedad, sino que están presentes desde la instauración de sistemas económicos que han operado cambios antinaturales en las organizaciones familiares para mantener su hegemonía. De la ruptura entre la teoría y lo que en la práctica ha sido la familia nuclear resultado del matrimonio monogámico existen ejemplos de diversas épocas. En la sociedad esclavista la disolución del contrato matrimonial no era extraña a las mujeres que podían permitírselo: “…casi todas las mujeres ricas de la época de Cicerón se divorciaron por lo menos una vez.”27 Y ya el florecimiento de la burguesía nos muestra la infidelidad como un elemento de la vida cotidiana, entre las escenas de la vida doméstica plasmadas en la pintura holandesa del siglo XVII, destaca un cuadro de Emanuel de Witte, Interior con una mujer que toca el virginal, que admite un análisis expuesto por Rybczynski, basado en detalles como la aparente hora del día y la forma desordenada en que está colocada la ropa sobre la silla, según el cual el hombre que entrevemos en la cama, no sería el esposo de la mujer dueña de casa.28
Interior con una mujer que toca el virginal. Emanuel de Witte
La “alarmante” descomposición actual de las familias tiene sus raíces en el patriarcado, que con el establecimiento del matrimonio monogámico, convirtió a la mujer en mercancía del hombre, poseedor del capital, obligada por razones de supervivencia a establecer una relación de servidumbre y dependencia de la que solo es “liberada” al vender su fuerza de trabajo al mercado, sin contar con opciones para delegar el trabajo doméstico y reproductivo, que no puede abandonarse y al que se le suma el de su nueva explotación. 26 Garantizar la paternidad del hombre, poseedor de las riquezas, sobre sus herederos, asegurando la permanencia de estas en su grupo familiar troncal, la gens. Engels. El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, en Obras escogidas de C. Marx y F. Engels (t. 3). Moscú: Progreso, 1981. [Libro en línea] pp. 31-33 27 Bruno Cruz P. Breve historia social del interior doméstico. México D.F.: Motolina, 2011 p. 29 28 Rybczynski, op. cit., pp. 76-77
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Esta situación de doble carga de trabajo la viven cada día más mujeres en Venezuela. Los resultados del censo de población y vivienda realizado el 2011 en nuestro país, arrojan la cifra de un treinta y nueve por ciento de hogares donde la jefatura es ejercida por mujeres,29 y aunque la información preliminar del censo no incluye el estado civil de estas mujeres y no tendría por que implicar que además del sostén principal sean el único de la familia, sabemos que jefatura de la mujer en nuestro país suele significar ausencia de una pareja en el hogar. Asumir el trabajo productivo y reproductivo, sin que existan mecanismos de apoyo en la sociedad para llevar a cabo las tareas domésticas y de crianza, resulta una tarea difícil para cualquier mujer, sobre todo en la condición tan común de ser madre soltera o separada. Las mujeres en los sectores populares venezolanos, consiguen apoyo en parientes cercanos o incluso hasta de vecinos no emparentados con los que se llegan a desarrollar fuertes lazos de amistad. La no dependencia de la mujer a una pareja, que facilita la ruptura de las relaciones, es criticada por autores neoliberales que terminan atacando el trabajo productivo de las mujeres, atribuyéndole las causas de la disgregación familiar y queriendo ver en la unión obligada por la dependencia valores de la sociedad capitalista. Este análisis sin sentido se puede, como no, profundizar, llegando al extremo de la confusión (o de querer confundir) al tildar aquellas sociedades que esclavizan sin opción a la mujer para cumplir funciones reproductivas de “inadvertidamente matriarcales”, como podemos leer en una triste editorial del periódico neoliberal venezolano El Universal, donde se acusa al feminismo y a las legislaciones de avanzada de trastocar la sociedad, siguiendo las preocupaciones del también neoliberal Francis Fukuyama.30 Lo cierto es que las contradicciones de la familia en la sociedad capitalista vienen de su sistema de producción y de sus relaciones de propiedad, siendo el propio concepto de familia que hoy tenemos totalmente antinatural, como solo puede resultar al estar basado en relaciones económicas y prejuicios socioculturales de un sistema que induce al aislamiento del individuo y cuyo androcentrismo, lejos de representar un valor de unidad familiar ha significado la esclavitud y 29 Instituto Nacional de Estadística. Censo de Población y Vivienda 2011. Caracas: 2011 [Base de datos en línea] Indicadores estructurales. 30 El Universal. No me dejes mamita. Editorial del 09/03/2000 [Documento en línea]
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marginación de la mujer, negándole participación en los procesos productivos o protagónicos de la sociedad y relegándola sin mayores opciones al espacio doméstico.31 La familia modelo. Difusión de ideales de familia y vivienda. Mientras en la práctica cotidiana, el propio sistema destruye la familia, su aparato ideológico por otro lado construye una fantasía, refuerza por todos los medios un tipo idealizado que puede alcanzarse con el consumo de ciertos bienes y que forma parte del orden natural de las cosas, por lo que es además moralmente correcto según refrendan sus instituciones socializantes. Existen múltiples mecanismos a través de los cuales el sistema económico y su clase dominante son legitimados, la cultura, con mayor o menor predominio de religión y ciencia según el discurso filosófico de cada sociedad, define todas sus instituciones, encargadas de dominar a las clases oprimidas y mantener el orden establecido, ya sea por la fuerza o sembrando el convencimiento de que la realidad que oprime es mandato divino o de la razón según sea el caso. A pesar del peso que tiene la educación llamada formal de las escuelas, sobre la formación de la sociedad, es la familia la que infunde los valores a sus individuos, valores acordes a las instituciones religiosas y educativas, pero transmitidos en primera instancia por la familia. István Mészáros habla de la amplia concepción que debemos tener entonces de la educación para lograr reemplazar las ideas inoculadas por el aparato cultural del sistema económico, entendiendo que esta se da en todos los momentos de nuestra vida activa. La gran pregunta es: ¿qué es lo que aprendemos, de una u otra manera? ¿Todo conduce a la autorrealización de los individuos como humanamente “ individuos sociales ricos” (en palabras de Marx), o está al servicio de la perpetuación, a sabiendas o no, del orden social alienante y definitivamente incontrolable del capital?¿Es el conocimiento lo que se requiere para convertir en realidad el ideal de la emancipación humana, junto con la firme determinación y dedicación para llegar a la autoemancipación de la humanidad y completarla
31 Mario Sanoja e Iraida Vargas-Arenas. La revolución bolivariana: Historia, cultura y socialismo. Caracas: Monte Ávila, 2008 p. 198
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exitosamente, a pesar de todas las adversidades? ¿O es, por el contrario, la adopción de modos de comportamiento por los individuos en particular lo que favorece únicamente la realización de los fines cosificados del capital?32
Estos modos de comportamiento y la concepción del mundo en general, son hoy en día transmitidos por los medios de comunicación más que por cualquier otra institución ideologizante; más que la iglesia, la escuela y la propia familia a la que han desplazado de su papel primario socializante, los medios de comunicación masivos entran en las viviendas inoculando su ideología en el seno de la sociedad. Entran en las viviendas de familias desintegradas a presentar un modelo de familia nuclear y una forma de vivir, que sin corresponder en absoluto a las posibilidades reales del grueso de la población, definen sus patrones de consumo. Este modelo surge de los principios morales, religiosos y jurídicos que deben sustentar, en el caso del capitalismo, la monogamia que garantice el parentesco entre el padre y los hijos que heredarán su capital, además de la libertad individual, como principio moral de peso que garantiza el consumo de bienes en su más alto número posible. Es un modelo que se corresponde con el de la burguesía, que se convierte en la quimera de las clases explotadas y sobre todo de las de medios ingresos, que se vuelven adeptas al sistema que las explota, asumiendo necesidades ficticias con la convicción de que se puede alcanzar el nivel idealizado, adoptando los patrones de consumo y principios morales aunque representen una contradicción a su realidad. Así tanto la familia como el tipo de vivienda queda determinada no por la constitución real de los grupos familiares y sus relaciones, sino por las del modelo, “…lo que definitivamente determina la forma de la vivienda, lo que moldea sus espacios y define sus interrelaciones, es la visión idealizada de la vida que tienen las personas.”33 En un proceso de retroalimentación, la forma que la ideología ha determinado para la vivienda, termina imponiéndose y
32 István Mészáros. La educación más allá del capital, en: El desafío y la carga del tiempo: El socialismo del siglo XXI (t. 2). Caracas: El perro y la rana, 2008 p. 334 33 Rapoport, op. cit., p. 47 (traducción propia)
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Casa Roberts. Frank Lloyd Wright, 1908.
determinando ahora el ideal de vida de las personas: “… la casa y los asentamientos pueden servir de mecanismos para perpetuar y facilitar el genre de vie.”34 A través de la cultura de masas, en la que la clase dominante oculta su veneno ideológico en diversos productos culturales, el imperialismo universaliza su lenguaje y sus símbolos, perpetuando un tipo de dominación: “la dominación cultural e ideológica, para borrar las raíces nacionales de los pueblos y hacer del mundo una aldea planetaria, a través de los medios masivos.”35 En el caso particular de Venezuela, el 60% de la programación televisiva es de origen estadounidense, lo que evidencia la penetración cultural imperialista en nuestro país. Esto sin contar las operadoras de cable, firmas multinacionales que cubren cerca de la mitad de la teleaudiencia venezolana.36 Los estereotipos de familia, vivienda, género y clase social de las producciones estadounidenses responden a la ideología capitalista y a la propagación de su proyecto. Podemos ver en muchas de estas producciones como se asocia la vivienda suburbana unifamiliar de la familia nuclear a valores de seguridad y prosperidad personal; el lujo al confort y a la individualización de los espacios, que se refleja en la personalización de los mismos y la mujer a los roles reproductivos del cuidado del hogar y la familia, que comparte con su papel de objeto sexual.37 Uno de los productos de la industria cultural mayormente consumidos en Venezuela es la telenovela, con dosis de cinco diarias en cada canal de televisión, en horarios además de “todo público” y muchas de ellas de producción nacional. Las telenovelas se han encargado de mostrarnos durante años cómo las mujeres pueden salir de la miseria consiguiendo un príncipe azul con el que formar una perfecta familia para vivir felices el resto de sus días. En estas telenovelas, en las que la felicidad está siempre ligada al dinero, se muestran los modelos burgueses y 34 Rapoport, op. cit., pp. 48-49 (traducción propia) 35 Ida Paz. op. cit., pp. 106 y 118 36 Luis Britto García. Libertad de expresión y medios revolucionarios en Venezuela. Caracas: Correo del Orinoco, 2013 p. 89 Modelos de familia (personal de servicio incluido) y vivienda planteados en telenovelas venezolanas.
37 Caracterización hecha en base al análisis de David Hernández. La construcción social de la vivienda. Tesis de maestría de la Universidad Politécnica de Cataluña, 2006 pp. 178-179
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transculturizados de vivienda y familia con todo lo que conllevan en cuanto a roles de género, estética corporal y niveles de ingreso como aquellos que debemos aspirar alcanzar. La publicidad se hace eco de estos mismos modelos, en la venta de productos de higiene personal, del cuidado del hogar, alimentos y carros, es común la utilización de una madre que muestre los beneficios del producto en su familia, de la que se muestran uno o dos hijos y un padre siempre listo para salir a un trabajo ejecutivo o tomando un descanso en un sofá (solo en el caso de venta de vehículos toma el papel activo de conducir). El bombardeo ideológico se encuentra en todos los contenidos, por inofensivos que puedan parecernos e independientemente de la conciencia que sobre su mensaje intrínseco puedan tener sus creadores, conciencia siempre presente en los censores de las empresas de comunicación, que en base a intereses políticos y económicos, propios o de sus patrocinadores diseñan las características de su programación. ALTERNATIVAS DE AGRUPACIONES FAMILIARES. LA COLECTIVIZACIÓN. Las alternativas a la familia nuclear, planteadas en la convivencia entre varios núcleos de familias se han presentado como una salida a las condiciones económicas y sociales del capitalismo. Desde que los dramas sociales ocasionados por este sistema, comenzaron a afectar a la sociedad burguesa, comenzaron sus esfuerzos por aliviar los males que afectaban a la clase obrera, y cuando la clase obrera ha comprendido que su única salida radica en un cambio revolucionario del sistema económico, se ha lanzado con todos sus medios a la construcción del socialismo. Todos estos esfuerzos se han topado con “el problema de la vivienda” como uno de los principales a resolver, y tienen en común planteamientos que agrupan múltiples núcleos familiares en obligada interrelación, con fines productivos o reproductivos según se hallen inmersos en el sistema capitalista o formen parte de un país socialista. Socialismo utópico y cooperativismo El desarrollo exponencial del capitalismo, con la revolución industrial iniciada a finales del siglo XVIII, agudizó la precaria situación de la clase obrera, que ahora se aglomeraba en
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concentraciones urbanas que experimentaron una explosión demográfica repentina y sin una infraestructura que la soportara.38 Las zonas más degradadas de las ciudades fueron las que recibieron bajo condiciones inhumanas las masas de obreros que alimentarían la prosperidad de los países que hoy conservan el título de industrializados del planeta. Poco hubieran importado a la burguesía las condiciones de los trabajadores de no ser por el hecho de que las epidemias de tuberculosis y cólera no diferenciaran entre clases sociales. Así surgieron las preocupaciones sobre las condiciones de salubridad en la vivienda obrera, que se manifestaron, por un lado en decretos, ordenanzas y reformas sanitarias que obligaban a unas mínimas condiciones de densidad, ventilación y servicios en los barrios obreros; y por otro lado en proyectos de ciudades obreras ideales que promovieron los propios industriales. En las ciudades que establecieron los dueños de las fábricas ligadas a los centros de producción, se deja ver un control patronal extremo sobre los trabajadores, su vida, su salud y su tiempo libre, además de la formación de los hijos de estos en función de los intereses de la fábrica, puede decirse que constituyeron pequeños estados esclavistas, que otorgando concesiones de vivienda a los trabajadores, controlaban todos los aspectos de su vida y hasta de sus generaciones venideras con el fin de producir plusvalía para quién compraba su trabajo. Las ciudades obreras que fracasaron, o simplemente quedaron en el papel, conforman lo que se llamó socialismo utópico y proponían enclaves autogestionados, con modelos cooperativos y autosustentables. La propuesta más significativa de socialismo utópico fue el falansterio de Charles Fourier, que planteaba un sistema basado en la producción agrícola y la organización doméstica de cerca de dos mil familias (entre mil seiscientas y mil ochocientas se encontraba según Fourier el número ideal), que se asociarían al falansterio por su propia voluntad y entre ellos según el principio de la “atracción pasional”, y trabajarían y serían compensados en función de sus tres “facultades industriales”, capital, trabajo y talento. El falansterio no solo no suprime la división clasista del sistema capitalista, sino que prepara de hecho sus niños a este, desarrollando desde temprana edad su “vocación industrial”.39
Lugares de vivienda y producción comunitaria propuestos por Fourier y Owen
38 Kenneth Frampton. Historia crítica de la arquitectura moderna. Barcelona: Gustavo Gili, 2000. 39 Fourier, Charles. El nuevo mundo industrial y societario. Exposición y nociones preliminares [Documento en línea]
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Las propuestas del socialismo utópico de Fourier y de Owen (estas últimas orientadas hacia el cooperativismo) tuvieron en común la reunión de un gran número de familias, necesarias a los fines productivos de estas agrupaciones, que funcionaban bajo una organización doméstica comunitaria, en la que el cuidado y la educación de la generación de relevo era delegada a la institución escolar, donde los niños eran recluidos y formados (con mayor consideración del concepto de infancia en el caso de Owen) también en función de la actividad productiva que les correspondería realizar a futuro. El fracaso económico de estas propuestas, condenadas a sucumbir inmersas en un sistema capitalista, impide juzgar su funcionamiento en cuanto a las relaciones planteadas entre las organizaciones familiares, todas quedaron en el papel. Resumiendo, las preocupaciones filantrópicas de la burguesía se limitaban por un lado, a legislar en función de conseguir una mínima salubridad en las viviendas, aprovechada por algunos industriales para crear ciudades de formación y control de sus obreros alrededor de las fabricas, y por otro lado a propuestas también de ciudades modelo pero con una mayor participación, en función del capital aportado por sus asociados, que eran todos sus miembros. Movimientos comunitarios enmarcados en el capitalismo. Un interés nostálgico por volver al tipo de familia preindustrial, se vio en el movimiento de las comunas, surgido en corazón del capitalismo del siglo XX y como manifestación de la contracultura de la década de los sesenta. Las comunas se plantearon como pequeños oasis del sistema capitalista, autónomas y autosustentables; pocas lograron alcanzar un grado de independencia del sistema que les permitiera sobrevivir de manera aislada, muchas, de hecho, se mantenían con recursos obtenidos fuera de la actividad comunal.40
Barrilonia. Casa Okupa en Barcelona, España.
Formadas por grupos de personas al margen de la cultura capitalista, excluidas por razones raciales, de orientación sexual, económicas y de género, en una época de efervescentes movimientos que se rebelaban al orden establecido, el movimiento de las comunas planteó una forma de vida colectiva alrededor de actividades productivas agrarias o productoras de bienes o servicios (incluyendo la producción artística) con un alto grado de cooperación entre sus miembros para todas las actividades cotidianas. Esta estrecha cooperación entre personas no emparentadas 40 Luis Britto García. El imperio contracultural: Del Rock a la Postmodernidad. Caracas: Fundarte, 2011. pp. 147-148
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Trabajo agrícola en un Kibutz de Isrrael.
implicaba necesariamente nuevos tipos de agrupaciones sociales, algunas comunas incluso se opusieron abiertamente a la monogamia y a la subdivisión del grupo en núcleos familiares, prohibiendo las relaciones sexuales entre parejas con carácter de exclusividad. Luis Britto García, concluye sobre el funcionamiento de estos grupos, que “mientras más reducido es el grupo social, mayor es el control y la presión que ejerce sobre sus miembros” 41, lo que explicaría el “ambiente de terror sicológico”42 que reinó en algunas comunas europeas de este tipo y algunas deformaciones en las que degeneró el movimiento, de tipo sectario religiosas y hasta delictivas. El planteamiento original de las comunas, como agrupaciones autosustentables, de producción a escala artesanal, distribución colectiva de las tareas domésticas y no coercitivas, ha funcionado en países socialistas y hasta en países capitalistas donde han recibido apoyo del estado, como es el caso de los Kibutz, surgidos a comienzos del siglo XX en Israel. Lo que demuestra la necesidad de contar con el poder político y económico para llevar a cabo experiencias de tipo comunitario que permitan cambios en la organización social de los grupos familiares o de las personas afines reunidas con un objetivo productivo y deseos de modificar los lineamientos impuestos por el sistema sobre la socialización. Experiencias de colectivización en países socialistas. Una vez comprendida la necesidad de cambiar el sistema de producción como única solución para superar la miseria en la que el capitalismo ahoga su clase obrera, varios pueblos se han propuesto la construcción del socialismo, encontrándose con la situación de la vivienda como uno de los problemas más dramáticos a resolver. Esto ha generado múltiples reflexiones del tema desde diversos enfoques, dándose en general un mayor peso a los aspectos técnicos que afectan el tiempo y costo de las posibles soluciones. Sin embargo, los países socialistas no han dejado de lado los aspectos sociales que están ligados inevitablemente a la vivienda, más aún cuando se trata de soluciones que deben responder masivamente a las exigencias de vivienda en condiciones heredadas del capitalismo. 41 Luis Britto García., op. cit., p. 150 Narkomfin. Vista del ala que alberga algunas de las actividades comunes.
42 Luis Britto García., op. cit., p. 150
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En la extinta URSS se planteó la necesidad de colectivizar los servicios de las viviendas, persiguiendo economizar con la concentración en un número reducido de espacios de algunos servicios principales, lo que además facilitaba las actividades reproductivas cotidianas permitiendo principalmente la emancipación de la mujer de las tareas domésticas, que han dificultado históricamente su incorporación al trabajo productivo. En 1927 la Sociedad de Arquitectos Contemporáneos de la Unión Soviética (OSA) realizó prototipos de viviendas comunales, que llamaron “condensadores sociales” y en los que se apostó a colectivizar las cocinas, comedores, lavaderos, los espacios para el cuidado de los niños y la recreación de hasta seiscientas familias en estos edificios masivos.
Narkomfin
Planta cinco.
Posteriormente y en base a los resultados obtenidos con las primeras experiencias se replanteó el grado de colectivización para los nuevos prototipos. “Ya no podemos forzar a los ocupantes de un edificio concreto a vivir colectivamente, tal como hemos intentado hacer en el pasado, en general con resultados negativos. Hemos de ofrecer la posibilidad de una transición gradual y natural hacia la utilización colectiva de algunas zonas diferentes”43, esto escribía Guínzburg durante la construcción del Narkomfin, edificio comunitario de cuya sección se valdría años después Le Corbusier para su Unité d´habitation.
Sección.
En las células habitacionales del Narkomfin se incorporaron unidades compactas de cocinas mínimas que dejarían las cocinas colectivas como una opción más cómoda, pero no única, teniendo siempre como objetivo final la vida en comunidad. El mismo año de la construcción del Narkomfin, 1929, el artista y arquitecto El Lissitzky expone este paso gradual hacia la colectivización como la intención que enmarcaría los prototipos futuros: “Actualmente nuestro objetivo es la transición, de la vivienda multifamiliar entendida como suma de residencias particulares, hacia una visión de desarrollos habitacionales desde una perspectiva comunitaria”44 Para Cuba, que desde los inicios de su revolución ha tenido que enfrentar innumerables dificultades y ataques por múltiples flancos, la de la vivienda fue una situación que se atacó apenas el pueblo tuvo el poder para hacerlo. Si bien los primeros esfuerzos, centrados en erradicar ochenta mil 43 Moisei Guínzburg citado por Kenneth Frampton, Historia crítica de la arquitectura moderna. Barcelona: Gustavo Gili, 2000, p. 176 44 El Lissitzky. Russia: An architecture for world revolution. Massachusetts: M.I.T. Press, 1989 p. 36 (traducción propia)
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Célula K del Narkomfin.
viviendas precarias en todo el país,45 resultaron en la construcción de gran cantidad de viviendas aisladas según patrones pequeño burgueses. Posteriormente se hizo énfasis en los bloques de apartamentos y la masividad de las soluciones, construyéndose conjuntos habitacionales que albergaban desde los ocho mil habitantes de la Unidad 1 de la unidad vecinal La Habana del Este, hasta los cien mil para los que se proyectó la Unidad 2 del mismo conjunto. Mientras el urbanismo respondió en un comienzo a las teorías expuestas en la Carta de Atenas por el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, la célula habitacional fue revisada en función de la dinámica de los grupos familiares, ya en la década del sesenta el arquitecto Fernando Salinas, uno de los principales innovadores de la revolución cubana, planteaba el sistema multiflex, que permitía el crecimiento progresivo y la flexibilidad de las viviendas, que se reconoció como un aspecto importante e inherente a las particularidades de los grupos familiares cubanos. Las revisiones hechas sobre los criterios de urbanismo que se venían empleando, según los criterios modernos de zonificación de actividades, vislumbraron la necesidad de “una planificación territorial que definiera la particularidad del hábitat a partir de claras premisas económicas y sociales.”46 Se enfoca entonces la vivienda no como un ente autónomo, que posibilita la mayor parte de las actividades cotidianas, sino como parte de un hábitat que la complementa. La unidad habitacional, con sus dimensiones mínimas establecidas, tiene en su contexto inmediato una cantidad de facilidades en servicios y esparcimiento, pensadas para que las personas trabajen, estudien, satisfagan sus necesidades sanitarias, de recreación y cultura ocupando en los espacios destinados a estas actividades la mayor parte de sus días, lo que limita las funciones de la vivienda en estos aspectos. Esta concepción la ilustra Fernando Salinas al definir la vivienda según el sistema económico: “… en el socialismo la ciudad es la vivienda del hombre. En el capitalismo, la casa es la vivienda del hombre.”47 45 Roberto Segre. Arquitectura y urbanismo en la revolución cubana. Pueblo y Educación, La Habana: 1989., p. 69 46 Roberto Segre. op cit., p 74 47 Roberto Segre. Los espacios del hombre pleno, entrevista a Fernando Salinas. Archivos de Arquitectura Antillana, año 5, nº 10, Junio 2000, p. 140
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Esta idea del hábitat integral como corazón, para el desarrollo de actividades con carácter colectivo, ha ido de la mano con las reflexiones acerca de la familia y su unidad de vivienda en el socialismo. Se mencionan a continuación dos planteamientos de arquitectos cubanos que muestran sus puntos de vista sobre contenedor y contenido, así como el orden en que deben modificarse para la concreción del socialismo. La idea de que el cambio debe ocurrir primero en la sociedad, que resolverá a posteriori su contradicción con las formas burguesas la plantea Oscar Hernández, Premio Nacional de Arquitectura y ex presidente de la UNAICC, Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba: La aparente contradicción entre el uso de formas provenientes o coincidentes con soluciones propias de la sociedad burguesa y el contenido de la célula que responda en su funcionamiento a la nueva sociedad, que se haya en perpetuo devenir, es comprensible debido a que entre forma y contenido no hay una absoluta correspondencia. Al principio, la contradicción no exige el reemplazo total de la forma existente, de hecho, algunos tipos de células de la vieja sociedad son utilizadas por la nueva, total o parcialmente. 48 El carácter cambiante del contenido, exigirá, con su desarrollo, la transformación radical de la forma caduca, suprimiéndola cuando las viejas formas no puedan satisfacer la necesidad de la nueva vida.49
El arquitecto Fernando Salinas, llama a un cambio primero en la forma, que debe ser acorde a la intención de la sociedad socialista aún en construcción: La Arquitectura ha sido siempre el espejo de la cultura de un pueblo. Hoy, ante el ejemplo que asombra al mundo, es mayor que nunca la responsabilidad de darle forma a ese pensamiento nuevo en una Arquitectura que sea el reflejo, ante todos, de nuestra voluntad de ser.50
48 Oscar Hernández. Vivienda y sociedad. Trama, nº 28-29, 1982, p. 30 49 Oscar Hernández., op. cit., p.30 50 Roberto Segre. op. cit., p. 139
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La necesidad de responder de forma masiva a la problemática heredada de la vivienda, ha llevado en los países socialistas a soluciones que dificultan el intercambio cotidiano, en una menor escala entre sus grupos familiares. Aún admitiendo esta dificultad de establecer relaciones más estrechas en comunidades de un número tan alto de personas, hay que reconocer la influencia de un factor ideologizante, la guerra mediática contra el comunismo ha logrado difundir una percepción negativa hacia la estandarización y lo masivo siempre que venga de un gobierno socialista. La construcción “masificada” que funcionó para la Europa de la posguerra, es satanizada cuando se lleva a los países del bloque socialista. La doctrina de contención estadounidense durante la guerra fría se valió de una capa intelectual, que junto con sus agencias de información inundaron especialmente a Latinoamérica, Centroamérica y el Caribe de los mitos más reaccionarios acerca de los movimientos antiimperialistas y de liberación que surgían en el mundo. Se ha sugestionado una relación entre socialismo y pérdida de libertad, para la cual es común el uso de imágenes de alguna multitud de personas en comedores o cualquier otra actividad comunitaria dándoles un sesgo negativo, obviando además que la vida en ciudades implica la existencia de servicios masivos y queriendo mostrar la “libertad” de la clase dominante como la del colectivo. Conceptos como el de “ciudades cuartel”51 para referirse a experiencias de colectivización contribuyen a legitimar esta idea.
51 Cruz Petit, entre sus explicaciones idealistas de la historia utiliza esta expresión refiriéndose a su vez a críticas hechas por reformadores sociales al falansterio. Bruno Cruz Petit. Breve historia social del interior doméstico. México D.F.: Motolina, 2011 p. 90
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CAPÍTULO II.
Las organizaciones familiares en los barrios de Caracas. Raíces y proyecto Socialista Bolivariano. …No queremos ciertamente que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, al socialismo indoamericano… El pasado nos interesa en la medida que puede servirnos para explicarnos el presente. Las generaciones constructivas sienten el pasado como una raíz, como una causa. Jamás lo sienten como un programa… José Carlos Mariátegui,
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VALORES DE NUESTROS PUEBLOS ORIGINARIOS. El proceso histórico de nuestros pueblos originarios se vio interrumpido por la invasión europea del siglo XV, que impuso su sistema económico y cultura a nuestras sociedades aborígenes, cuya formación económico-social se correspondía con el estadio de lo que los ideólogos europeos han llamado comunismo primitivo. Es poca y sesgada la información que tenemos de las comunidades indígenas al momento de la conquista, la historia colonialista ha querido invisibilizar y minimizar la cultura de nuestros pueblos anterior a la colonización, con el argumento de haber traído la civilización a un pueblo más atrasado e inferior, como decía Jean Paul Sartre: no basta con decirle a los pueblos del Tercer Mundo que son inferiores, hay que hacerles creer que de verdad lo son.52 Lo cierto es que existían en nuestro territorio comunidades altamente organizadas, con un desarrollo importante de manifestaciones artísticas y artesanales, conocimientos botánicos y ecológicos, que manejaban tecnologías constructivas, agrícolas y defensivas en sociedades comunitarias que habían alcanzado diversos grados de desarrollo y complejidad de sus fuerzas productivas. También la historia intenta presentarnos la idea de la desaparición inmediata de la cultura de nuestros pueblos originarios, con la absorción de la civilización europea. No nos cuentan los cientos de años de resistencia frontal que han conseguido perpetuar, hasta las tribus que lograron sobrevivir y entre nuestra sociedad mestiza, sus valores culturales.
52 Jean Paul Sartre, Situations V, Gallimard, 1961. Citado por Mario Sanoja e Iraida Vargas-Arenas. La revolución bolivariana: Historia, cultura y socialismo. Caracas: Monte Ávila, 2008. p. 78
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El pueblo venezolano es producto del sincretismo de nuestras culturas originarias, de la de los esclavos africanos, con la que no existían diferencias significativas en cuanto a organización social, y de la de los colonizadores españoles. El hecho de que hayan sobrevivido hasta hoy numerosos grupos indígenas esparcidos en nuestro territorio, es de gran importancia para entender de donde venimos, además de que nos permiten constatar la organización familiar y los principios solidarios, igualitarios y de cooperación característicos de nuestros pueblos originarios. LA FAMILIA EXTENSA EN NUESTROS PUEBLOS INDÍGENAS ACTUALES Y LA ORGANIZACIÓN DE SUS ASENTAMIENTOS. La teoría marxista sobre las organizaciones familiares del comunismo primitivo, puede constatarse en nuestras comunidades aborígenes que lograron sobrevivir, primero al exterminio de la conquista y más tarde a los procesos de transculturización propios del contacto con otras culturas. Esta supervivencia fue posible por su localización geográfica, en el corazón de nuestras selvas, territorio de difícil acceso que las mantuvo aisladas hasta mediados del siglo XX. Este aislamiento, que significó también su exclusión social del resto del país, justificó luego la penetración “humanitaria” de misioneros, como las Nuevas Tribus, organización estadounidense que explotó desde los años sesenta gran cantidad de pueblos indígenas venezolanos, sacando del país incontables recursos minerales y especies animales, ocasionando también un grave daño en la cultura y en la ideología de las comunidades que afectaron, por lo que hoy podemos observar en su forma de vida y por supuesto en su arquitectura elementos que no corresponden a sus tradiciones ancentrales. A continuación se mencionan, siguiendo las descripciones y la clasificación según ambientes ecológicos similares, propuesta por Gasparini y Margolies en su libro Arquitectura Indígena de Venezuela53, algunas comunidades que han conservado su organización social de familias extendidas en viviendas colectivas. Estas viviendas constituyen un ejemplo de las soluciones técnicas modeladas por siglos de sabiduría y conocimiento de su medio ambiente, además de mostrar una calidad estética que las convierte en modelos de referencia, logrando formas im53 Graziano Gasparini y Luise Margolies. Arquitectura indígena de Venezuela. Caracas: Arte, 2009.
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pecables que siguen una lógica estructural en armonía con sus funciones, respondiendo a las exigencias climáticas que les corresponden y con excelentes atributos espaciales. Las diferencias de los tipos de vivienda aquí expuestos, que responden siempre a organizaciones sociales muy similares, nos confirman también la teoría del sistema económico, con sus relaciones de producción como determinante, y de los factores ambientales como afectadores superficiales, meramente formales de la arquitectura. La familia extensa es el factor común a los pueblos que se mencionan, y dentro de ellas las variaciones vienen dadas en el grado de privacidad y colectivización de algunas tareas domésticas entre la totalidad de familias del grupo, que puede estar conformado por la suma de familias nucleares en un gran espacio compartido por toda la comunidad, o en espacios más pequeños, de familias extensas que se disponen conformando una ranchería. El grado de privacidad o la separación de familias extensas en diferentes casas, en ningún momento implica superioridad de alguna familia sobre las otras, manteniéndose siempre las actividades productivas de cacería y recolección en forma comunitaria. Comunidades palafíticas del medio ambiente acuático. • Los Warao Los Warao habitan rancherías a orillas de los caños del Delta del Orinoco, son expertos navegantes que realizan sus principales actividades de caza, pesca, recolección y comercio moviéndose por todo el Delta en sus curiaras (embarcación que manejan los niños casi antes de aprender a caminar), se agrupan en viviendas de familias tipo extendida. Una caminería recorre todo el asentamiento, discurre paralela al caño y parte las áreas que podemos calificar de más o menos privadas de cada agrupación familiar, la habitación compartida hacia la orilla del caño y la cocina, espacio de estar hacia el agua. Existe un espacio en casi todas las rancherías que hace posible la socialización de la comunidad entera, una pista de baile, plataforma también de pilotes elevada sobre el agua, donde se realizan
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las reuniones festivas, organizativas y de cualquier índole que requieran la participación de toda la comunidad. El janoko, que puede traducirse como el sitio de los chinchorros, es la habitación de la familia extensa, se utiliza este espacio únicamente para pernoctar y puede albergar bajo su techo hasta diecisiete chinchorros. Cuando el crecimiento de la familia lo requiere se construye a su lado otro janoko, que puede compartir con el de procedencia la misma cocina. La cocina es un espacio abierto, donde se realiza además el trabajo artesanal y constituye el espacio de estar diario. Su posición hacia el caño facilita la carga y descarga de los suministros desde la curiara y la exhibición de los productos tejidos a la venta. Puede ser compartida hasta por dos janokos. En la construcción de las rancherías, conformadas por hasta nueve janokos, así como en las actividades productivas, interviene toda la comunidad, actualmente regida por la figura del “gobernador”, concepto heredado de la criollización de su cultura. • Los Añú Hacia el extremo opuesto de Venezuela, en el Lago de Maracaibo y en la Laguna de Sinamaica, habitan, de una forma muy similar a los Warao, las comunidades Añú, cuyas viviendas fueron la razón que se alegó para bautizar nuestro país, por la semejanza que vieron los conquistadores entre estos poblados y la ciudad de Venecia. La ubicación costera de estas comunidades y su cercanía con los principales campos petroleros del país durante el siglo XX, han operado en una fuerte transculturización de este pueblo, que se ha visto claro está en sus viviendas, que a pesar de seguir utilizando la estrategía del palafito, poco tienen que ver con las tradiciones culturales ancestrales de los Añú, con plantas que recuerdan a los apartamentos construidos por las transnacionales petroleras a sus ingenieros y fachadas claramente influenciada por la arquitectura antillana, traída por emigrantes de las islas que se incorporaron al trabajo en los campos.
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Comunidades de la selva húmeda amazónica. • Los Piaroa o Wóthuha Los Piaroa han habitado sumamente aislados desde que se tiene conocimiento de ellos, hacia las cabeceras de ríos pequeños y caños, a cuyas orillas construyen sus churuatas colectivas, las itso´ de, que pueden medir hasta diecisiete metros de diámetro por doce de alto. A su alrededor se sitúan los conucos que la sustentan, así como un espacio alternativo de uso colectivo para actividades de distinta índole. Puede haber otras itso´ de a medio día de camino. Las familias se disponen bordeando la churuata, lo que deja libre el espacio central, usado para las actividades domésticas y económicas que son de carácter colectivo, se procesa la yuca, se preparan alimentos, se hila algodón, se tejen cestas, se tallan remos…, además de servir a los ritos religiosos también colectivos. Pueden vivir en la churuata desde quince hasta cincuenta personas, en las de mayor número, ruwang itso´ de, habita el jefe político y religioso, papel asumido por un anciano de la tribu, alrededor del cuál duermen los hombres jóvenes de la familia, que al casarse pasan a formar parte del grupo familiar de su esposa El techo común de la gran familia cuenta con áreas más privadas para la familia nuclear, delimitadas por la colocación de sus chinchorros y donde se reúne esta, alrededor de un fogón, para cenar, conversar y finalmente el descanso nocturno. • Los Ye´kwana La churuata comunitaria de los Ye´kwana, el atta, comparte con la de los Piaroa características formales y de funcionamiento. Igualmente ubicadas cerca de los ríos, esta vez caudalosos por los que se mueven ágilmente en sus curiaras, las atta pueden albergar hasta ciento veinte personas, con dimensiones de hasta veintiséis metros de diámetro. En ellas el área central, reservada a los hombres y a los ritos sagrados, queda separada del anillo de las habitaciones familiares, divididas también para cada familia extendida por paredes de bahareque. Los hombres jóvenes y solteros, pasan a dormir, del área central a la pieza correspondiente a la familia extensa de su esposa, una vez casados.
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En los alrededores del atta, cada familia extensa tiene una casa de trabajo, construcción abierta, de planta rectangular y techo a dos aguas, donde se realizan las múltiples faenas productivas y reproductivas, ahí se encuentra la cocina familiar y se guardan las herramientas de trabajo. El crecimiento poblacional del grupo obliga a la separación de una parte de los jóvenes, que construyen una nueva atta, a varios días de camino y pocas horas de viaje en curiara. • Los Yanomami El shabono o shapono es quizás el asentamiento que más ha resistido a las influencias culturales externas, que han calado en otros aspectos de la vida de los Yanomami, pero no en su vivienda comunitaria, compuesta por una secuencia de techos a un agua y hasta el suelo, que se disponen de forma radial y abren hacia su centro, el heha. A diferencia de los Piaroa y los Los Ye´kwana, los Yanomamis se ubicaban más adentrados en la selva, hacia las montañas y alejados de las cabeceras de los ríos, lo que explica la diferencia tan notoria entre las casas mas cerradas de los primeros, protegidas de la plaga y con mayores posibilidades defensivas, y el shabono Yanomami, abierto hacia su gran patio. Cada techo que conforma el anillo del shabono, cobija y delimita un área más privada, que tiene su propio fogón, alrededor del cual se organizan los chinchorros de una familia nuclear. En el área privada se guardan los implementos de trabajo y algunos productos del conuco. Su construcción la lleva a cabo toda la comunidad, que puede constar de entre cuarenta y trescientas personas, lo que resulta en tamaños que pueden variar (y varían constantemente una vez construido) entre los veinte y cincuenta metros de diámetro. El heha, espacio vital del shabono, es un gran espacio abierto multifuncional, de socialización, donde se cocina de la carne de las cacerías, lugar de juegos de los/as niños/as… Existe un espacio techado semi-público, de transición entre los techos privados y el heha, donde se realizan actividades artesanales como el tejido de cestas y chinchorros, de producción de herramientas
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de trabajo, flechas y lanzas y donde se llevan a cabo algunas ceremonias, en un espacio reservado al shamán. Se construye un shabono nuevo cada dos años aproximadamente, cerca del anterior o en el mismo sitio después de haberlo quemado, cuando el techo se daña o se infecta de insectos, situación que se aprovecha, si el crecimiento demográfico obliga, a la escisión de la comunidad, trasladándose una parte a un nuevo shabono construido a varios días de camino. Comunidades de las sabanas, llanos y desiertos. • Los Pemón Este grupo de la Gran Sabana, ha tenido desde hace cientos de años fuerte influencia de diversos grupos de misioneros, lo que hace que hoy podamos observar viviendas de tipos variados, tanto arquitectónicos como familiares. Sin embargo persiste, en algunos casos con nuevos usos, la churuata colectiva o waipa, que funciona ahora como espacio de reunión o de trabajo. Cuando cumplía la función de vivienda, estaba hecha para una sola familia extensa, de entre treinta y cuarenta personas en catorce o dieciséis metros de diámetro. El funcionamiento del grupo, que se asentaba también muy cerca de fuentes de agua, era bastante parecido a los ya vistos de los Pemones y Ye´kwanas, el centro de la vivienda era el espacio de las actividades domésticas colectivas a las familias extensas y matriarcales. En la comunidad podían haber hasta siete waipas, que se construían con la colaboración de todos sus miembros. • Los E´ñepá También hombres de curiara de nuestras llanuras, comparten el tipo de churuata como vivienda comunal, llamada en este caso pereká y que tiene la particularidad de funcionar en alternancia con una segunda vivienda, que otras comunidades suelen tener de forma temporal, para procurar recursos en zonas más alejadas, pero en el caso de los E´ñepá no puede calificarse una de permanente, las dos tienen igual importancia. También tienen alrededor de la vivienda casas
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de trabajo, donde las familias extendidas pasan la mayor parte del día ocupadas en sus tareas productivas y reproductivas. La planta de la casa tiene entre diez y veinte metros de diámetro, existiendo otro tipo mas alargado, de proporción rectangular, con un funcionamiento igual al de la churuata. Las relaciones sociales son también de matriarcado, los E´ñepá no solo pasan a formar parte de la familia de su esposa, sino que buscan estas fuera de su comunidad, mudándose al casarse. A pesar de que cada grupo familiar extenso produce sus alimentos, estos luego se reparten entre toda la comunidad, la comida del atardecer es compartida por todos los integrantes de la pereká en un lugar afuera de esta. • Los Pumé o Yaruro y Los Wayú A pesar de las diferencias de las condiciones ambientales de estos dos pueblos, su característica común de alternar el lugar y tipo de vivienda con alta frecuencia, hace que sus soluciones constructivas no sean tan elaboradas como las de comunidades que habitan por más tiempo una casa. Los Pumé, habitan tierras inundables y cambian su lugar de residencia según las estaciones, los Wayú, habitantes de regiones áridas, se ven obligados a moverse constantemente para procurar agua a sus rebaños. En el caso de los Pumé, llama la atención la diferencia de agrupación entre sus casas de invierno (lluvia) y de verano,(sequía),54 siendo de carácter más permanente la de la época lluviosa, por la mayor duración de esta estación y por la necesidad de mayor resguardo que conlleva, razón esta última que explica el tipo mas grande, en base a la familia extendida de la vivienda permanente y los núcleos más pequeños, de tres a cuatro casas que se instalan en las riberas de los ríos una vez que bajan su nivel en la estación seca. El poblado permanente lo conforman entre cinco y diez casas en el territorio no inundable, existiendo una aparte para los jóvenes solteros. La vivienda tiene un funcionamiento similar a las ya mencionados, donde cada familia nuclear tiene su propio fogón. 54 En Venezuela, se denomina invierno a la época de lluvia, periodo de calor que además se siente en mayor grado por la humedad en el ambiente.
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Los Wayú, por su condición de pastores en un ambiente muy seco, se ven obligados a alternar también sus viviendas, en busca de agua para su ganado, desplazándose continuamente dentro de su territorio. El asentamiento que soporta esta forma de vida es la ranchería, donde se agrupan las viviendas itinerantes, que no siempre se mueven en grupo según su parentesco y que están compuestas por piezas separadas, siendo la de dormir cerrada, de carácter más privado y uso únicamente nocturno para un número de miembros más reducido que los de otras comunidades. La otra pieza de importancia es la enramada, espacio de sombra donde se realizan las actividades cotidianas y comunes en el día. Se observan aquí diferencias que plantea la inclusión del ganado en una comunidad. REMINISCENCIAS INDÍGENAS Y NEGRO-VENEZOLANAS EN LA VIDA CAMPESINA. No todos nuestros pueblos indígenas lograron permanecer ante la conquista, las comunidades costeras, que combatieron largamente y en primera línea contra los invasores, quedaron prácticamente borradas del mapa durante la lucha o como consecuencia de su posterior esclavización. Los sobrevivientes al genocidio pasaron a conformar, junto con los esclavos arrancados de África y los conquistadores la mezcla que ha conformado el grueso del pueblo venezolano, en el que podemos identificar características físicas y culturales de cada una de estas sociedades. Los principales rasgos de nuestro pueblo lo determinaron los componentes indígena y negro en mayor medida, en lucha constante contra la cultura que la clase blanca dominante imponía por la fuerza, logrando la supervivencia, a través del sincretismo cultural, que permitió las manifestaciones de los oprimidos bajo el velo de las impuestas por los invasores-secuestradores. A las luchas de nuestros aborígenes contra los colonizadores, se sumaron las de los negros esclavos por su libertad, que intentaron en numerosas oportunidades reeditar las sociedades estatales de las que fueron arrancados. Conformando cumbes, kilombos o palenques, bastiones de libertad en el corazón de la selva, en los que llevaban una vida comunitaria y clandestina, bajo la continua amenaza de ser descubiertos y muertos por sus opresores.
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La forja entre los pueblos indígenas y negro-venezolanos, sus rasgos y cultura comunitaria se encuentran presentes en nuestra sociedad actual. Los indígenas y los negros, fundaron pueblos, abrieron campos de cultivo, desarrollaron artesanías, se convirtieron en los aguerridos pastores de ganado, que hoy llamamos llaneros, innovaron y ayudaron a desarrollar localmente técnicas constructivas para viviendas populares como el bahareque y la tapia, entre otras; pero, fundamentalmente, el gran aporte de ese proceso de transculturización entre indígenas y negros fue la creación de la cultura venezolana, de los rasgos somáticos generales, de las expresiones religiosas como el San Juan Guaricongo, San Benito y los cultos sincréticos de María Lionza, el Negro Felipe Y Guaicaipuro, expresiones musicales como el sangueo, el baile de tambor y el merengue, la salsa y formas gestuales y dialectales, la culinaria, que distinguen la singularidad del pueblo venezolano, frutos de una experiencia humana genuina, específica y colectiva. (Acosta Saignes, 1984:294; Guerra, 1984:65-67; Ramos Guédez, 2001:242-249) 55
En nuestras comunidades andinas podemos observar la huella de los pueblos originarios de esta región geohistórica, los kaketíos y timotes, que alcanzaron un complejo desarrollo de sus fuerzas productivas gracias al nivel tecnológico de su agricultura, conformando una sociedad jerárquica con una también compleja organización político-religiosa. Las técnicas constructivas y agrícolas de los timotes, hoy también conocidos como mu´kus, en los valles altos de la cordillera andina; el desarrollo de la alfarería alcanzado por las etnias caquetías de filiación arawak, en la región subandina del actual estado Lara; en fin, el legado cultural de estos pueblos, prevalece aún en sus descendientes que habitan esos territorios.56 En los ranchos campesinos destaca también la presencia de elementos culturales indígenas, con influencia también, aunque en menor grado, de técnicas de construcción españolas y africanas. Adicional a las tecnologías constructivas, las costumbres colectivas que se mantienen en los campesinos podemos verlas en el uso del caney, una cubierta de paja bajo la cual se realiza la faena diaria de la familia, algunas actividades productivas y también de socialización, dejando una construcción más privada únicamente para pernoctar.57 La importancia del caney en la vida 55 Mario Sanoja e Iraida Vargas-Arenas. Una lectura geohistórica: Hacia la construcción del Estado Popular Comunal. Caracas: Escuela Venezolana de Planificación, 2012 p. 56 Mario Sanoja e Iraida Vargas-Arenas. op. cit. pp. 26-28 57 Graziano Gasparini y Luise Margolies. op. cit.
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campesina, puede observarse cuando los vemos construidos al lado de la solución habitacional de la “vivienda rural” desarrollada por el gobierno en los años sesenta, desconectada de la cultura y medio ambiente campesino que terminó cumpliendo cualquier otra función menos la de vivienda. En general los caseríos campesinos están acompañados de grandes techos para el desarrollo de actividades colectivas, observándose también en las casas unifamiliares una amplitud que las hace aptas para un gran número de personas y que puede considerarse también una reminiscencia de la vida comunitaria indígena y africana en nuestra sociedad actual. LAS ORGANIZACIONES FAMILIARES EN LOS BARRIOS POPULARES CARAQUEÑOS Y SUS VALORES COMUNITARIOS. Las barriadas populares surgieron en Caracas como solución habitacional auto procurada por masas campesinas, que se vieron forzadas a dejar su lugar de origen, sumido en el abandono y la miseria, en busca de mejores oportunidades en la ciudad, que con el bum petrolero experimentó un crecimiento económico sin precedentes. Los campesinos han mantenido sus valores culturales, heredados de nuestros pueblos negros y aborígenes, con pocas modificaciones debido a su escenario común, donde las familias numerosas y la cooperación entre parientes para el trabajo de la tierra han modelado una forma particular de ser que han mantenido las familias en nuestras barriadas, cuyos pobladores nacidos en Caracas datan de una generación reciente, lo que explica que podamos ver en nuestras barriadas costumbres campesinas sumamente arraigadas.58 Además de esta cooperación natural que forma parte de nuestra idiosincrasia, la necesidad que implicó el proceso migratorio y la que ha implicado por muchos años la miseria a la que se ha sometido a nuestro pueblo, ha generado una conciencia muy elevada de solidaridad entre los habitantes de los barrios. De la misma forma que la naturaleza indómita, hizo necesaria la asociación en lo que se llamó comunismo primitivo, como estrategia de supervivencia; “es la pobreza 58 La necesidad que manifiestan los pobladores de nuestros barrios de tener animales pequeños de cría y un mínimo lote de tierra para sembrar, tiene sin duda su razón de ser en sus orígenes campesinos.
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de la vida en las barriadas populares, de la miseria en todas sus facetas, lo que estimula que la solidaridad y la reciprocidad tanto comunitaria como doméstica se conviertan en mecanismos defensivos contra la pobreza y para la sobrevivencia”59 Las condiciones sociales determinadas por la pobreza y la exclusión, han resultado en familias sostenidas principalmente por mujeres, que resuelven su necesidad de vivienda y la de sus hijos/ as, primero subdividiendo y luego con el crecimiento progresivo de la casa materna o paterna, donde los múltiples núcleos se organizan como una cooperativa, los ingresos de sus miembros se disponen para solventar los gastos, principalmente de alimentación, y las actividades de reproducción son asumidas también con el apoyo mutuo familiar, principalmente por quienes no realicen trabajo productivo fuera del hogar. La solidaridad de personas no emparentadas se manifiesta, además de en las actividades cotidianas, en los procesos de ampliación y mejora de las viviendas, en los que es común la participación de vecinos y amigos para materializar los proyectos que han permitido la consolidación y la mejora de las condiciones de las familias en los barrios. VALORES DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI La tesis de Fukuyama sobre el fin de la historia, fue derrotada por carecer de basamento teórico que lo sustentara. La marcha de la humanidad ocurre en un sentido distinto al indicado por los teóricos del neoliberalismo, esta no tiene fin y sigue un camino de confrontación, donde las fuerzas encarnadas por los trabajadores marchan en función de liberar a la humanidad de la explotación del hombre por el hombre. Los recientes acontecimientos económicos en Europa y Estados Unidos, donde las medidas de recorte contra los beneficios alcanzados por la población, la ha llevado a luchar contra las imposiciones del neoliberalismo salvaje, así lo demuestran. La caída del muro de Berlín y el fracaso del socialismo en los países de Europa Oriental, dieron entrada a una época llena de incertidumbres donde el capitalismo vio su apogeo, para muchos 59 Mario Sanoja e Iraida Vargas-Arenas. La revolución bolivariana: Historia, cultura y socialismo. Caracas: Monte Ávila, 2008 p. 122
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de sus teóricos, sonaron las trompetas y pasodobles de triunfo, pues en el ruedo fallecía el último vestigio del socialismo; pues bien, como mienta la popular afirmación, “el muerto que vos matasteis goza de buena salud”. Es en la tierra de Simón Bolívar, en el año 1989, el mismo año de la caída del muro, donde la rebelión de las masas populares derramó en las calles del país su sangre en lucha contra el paquete de medidas económicas del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, paquete impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI), es la primera derrota de los valores económicos del neoliberalismo. El pueblo de Venezuela, demostró entonces que todavía había historia que escribir. Al primer paso del llamado “Caracazo” del 89, no tardó en seguirlo el segundo, el levantamiento de los militares del pueblo en el año 1992, encabezado por el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, a partir de ahí, la historia y no de Fukuyama, se desarrolló vertiginosamente. Para los militares patriotas consecuentes fueron años de estudio y formación, hasta su salida de la cárcel, donde elaboraron una propuesta política, en la cual anunció nuestro eterno Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, el nacimiento del Socialismo del Siglo XXI. Lenin, en su discurso a las Juventudes Comunistas de los pueblos de la URSS, en su tercer congreso, afirma categóricamente que la marcha de los pueblos es inexorable y toda formación económico social, hereda de la anterior lo mejor, es decir, no bota por la borda, hablando en términos marinos, lo mejor de su producción, con ello instaba a los jóvenes comunistas a tomar para sí la herencia del conocimiento, es decir, lo mejor del desarrollo científico tecnológico y con ello las transformaciones ocurridas en la esfera del mundo espiritual. El socialismo del Siglo XXI, tenía que crear valores con lo mejor de los pensadores del socialismo científico, limpiarlo de la contaminación del burocratismo y del ejercicio vertical del funcionariato del Estado, que lo hacía impermeable a los sentimientos y necesidades de la población, es así como la primera propuesta del Comandante Chávez en su campaña electoral es la de llevar a las bases populares la Democracia y su ejercicio efectivo, la cual se materializa en la convocatoria a una asamblea nacional constituyente para proponer y decidir un proyecto de país basado en la justicia social, primer paso del socialismo de nuevo tipo, el del siglo XXI, todo el poder para el pueblo.
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De la discusión y confrontación de ideas, tal como lo promulgaban en sus tiempos los fundadores del socialismo científico, emergió nuestro proyecto, el cual fue sometido a referéndum aprobatorio por el pueblo en el año 1999 y aprobado con una gran mayoría, el documento con rango constitucional devela los rasgos de los valores socialistas con que se propone la refundación de la patria. Ese documento, de elaboración nacional, La Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, contiene los primeros lineamientos de las características del socialismo propuesto, construido sobre el ideario Bolivariano, que nos legara nuestro padre Libertador en la gesta independentista del siglo XIX. Desde el preámbulo de la constitución, se manifiestan los valores que debemos fomentar entre nuestro pueblo, lo transcribimos completamente: El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana; con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social, y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad; en ejercicio de su poder originario representado por la Asamblea Nacional Constituyente mediante el voto libre y en referendo democrático, decreta la siguiente CONSTITUCIÓN. 60
Lo primero que hay que decir, es que el preámbulo toma en cuenta a nuestras comunidades aborígenes, de ellos tomamos como experiencia la solidaridad y cooperación entre sus integrantes, 60 Asamblea Nacional Constituyente. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. 1999 [Documento en línea] p. 17 Resaltado y subrayado de la autora.
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el colectivo, la tribu como norte de la actividad, ese principio es rescatado para el socialismo del Siglo XXI. Marta Harnecker, al referirse a una coincidencia de pensamiento entre Mariátegui y el líder venezolano, dice que el Presidente Chávez, “coincide con el pensador peruano en que una de las raíces fundamentales de nuestro proyecto de socialismo se encuentra en el socialismo de nuestros aborígenes, y por eso plantea que hay que rescatar y potenciar las prácticas indígenas imbuidas de espíritu socialista”61 De manera que el reconocimiento no solo a la existencia de los pueblos originarios sino también a su actividad y a los valores solidarios desarrollados por estos se encuentra presente en los valores del socialismo del siglo XXI. El otro valor que sale a relucir, es que somos un pueblo diverso, es decir, además de reconocer las etnias aborígenes está el aporte de los hombres y mujeres venidos forzosamente del continente africano como esclavos y todos aquellos y aquellas que fueron producto del cruce, ora violento, ora por deseo mutuo, entre los primeros pobladores, esclavos africanos y los colonizadores, que con el tiempo formaron un arcoíris humano pluricultural, el respeto y reconocimiento hacia cada uno de esos grupos humanos es también parte de los valores del socialismo del siglo XXI. Su punto de partida es “la persona humana como ser social. Nuestra concepción socialista no parte, como lo hace el capitalismo, de la persona como ser individual”62, es lo que diferencia fundamentalmente los dos sistemas sociales, mientras el Capitalismo funciona sobre la base individualista que conlleva a la explotación del hombre por el hombre, el socialismo se fundamenta sobre la base de compartir los medios de producción en función del desarrollo de la vida y en esa acción entran elementos de solidaridad, cooperación, ayuda mutua y lo más importante, compartir un modo de vida equilibrado con sus semejantes y con el medio ambiente, es decir la búsqueda del buen vivir. Otro aspecto importante de los valores del Socialismo del Siglo XXI es el reconocimiento de género, es decir visibilizar a la mujer que hasta entonces no aparecía en los documentos ni textos fundamentales de la patria, con ello se logra un paso importante a la igualdad y además se 61 Marta Harnecker. Nuestro socialismo: ni calco, ni copia. Caracas: Xstak, 2010. p.16 62 Marta Harnecker. op. cit., p 32
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reconoce el esfuerzo de la mujer en el desarrollo del país, tanto en sus hogares como en los ámbitos públicos de su comunidad, localidad, región y la nación, ese elemento es indudablemente impulsor del desarrollo socioeconómico del país y un relanzamiento del espacio político hasta antes de la constitución dominado por el llamado sexo fuerte. Marta Harnecker sistematiza los rasgos del socialismo del siglo XXI, a saber: 1. 2. 3. 4. 5.
El hombre como ser social El pleno desarrollo humano Democracia participativa y protagónica Un nuevo modelo económico Un alto grado de descentralización que permita la participación popular.
Todos están concatenados entre el desarrollo de los hombres y mujeres sin entrar en contradicción con la naturaleza, siguiendo los principios legados por nuestros pueblos originarios y que planteó en sus decretos ambientalistas nuestro Libertador Simón Bolívar. Esta construcción teórica cuenta con documentos de autoría colectiva como lo es el Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista (PPS) 2007-2013, donde se desarrolla: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
La nueva ética socialista Suprema felicidad social Democracia protagónica revolucionaria Modelo productivo socialista Nueva geopolítica nacional Venezuela: potencia energética mundial Nueva geopolítica internacional
El documento desglosa las grandes acciones necesarias a fin de consolidar las bases del socialismo del siglo XXI, llamando a la construcción de una nueva ética y una nueva moral basada en los valores del colectivo, para desarrollar el socialismo hace falta erradicar los vicios del capitalismo fundados en la concepción egoísta del ser humano es por ello que el Plan dice:
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La plena realización del Socialismo del Siglo XXI, que estamos inventando, y que solo será posible en el mediano tiempo histórico pasa necesariamente por la refundación ética y moral de la nación venezolana. Tal refundación supone un proyecto ético y moral que cimenta sus raíces en la fusión de los valores y principios más avanzados de las corrientes humanísticas del socialismo y de la herencia histórica del pensamiento de Simón Bolívar. Su fin último es la suprema felicidad para cada ciudadano. La base de este objetivo descansará en los caminos de la justicia social, la equidad y la solidaridad entre los seres humanos y las instituciones de la República.63
Lo anterior está expresado en el contexto de lucha entre dos sistemas sociales, el capitalista y el socialista, en innumerables ocasiones ha repetido nuestro Comandante, parafraseando a Gramsci: la lucha entre un sistema que se niega a morir y otro que no termina de nacer, esa contradicción es la base del desarrollo dialéctico, la lucha de los contrarios es una fuente de desarrollo donde las nuevas estructuras se imponen a las ya caducas y que de una u otra forma obstaculizan el desarrollo social. ¿Para qué la construcción de una nueva ética socialista?, para la configuración de una conciencia revolucionaria,64 que fundamente la nueva moral que dote a los hombres y mujeres de una nueva actitud que permita afrontar con nuevas propuestas el día a día, una actitud, que le permita convivir con sus vecinos, construir nuevos espacios de intercambio y confraternizar con sus semejantes, transformando la debilidad individual en fuerza colectiva, desarrollando la democracia plena y protagónica según los idearios del nuevo pensamiento socialista. La construcción de este proyecto propone una “ética cívica exclusiva de una sociedad pluralista que asume como propios un conjunto de valores y principios que pueden y deben ser universalizables, porque desarrollan y ponen en marcha la fuerza humanizadora que va a convertir a los hombres en personas y en ciudadanos justos, solidarios y felices” 65
63 Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Proyecto nacional Simón Bolívar: Primer plan socialista. 2007 [Documento en línea] p. 5 (subrayado de la autora) 64 Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. op. cit. p. 5 65 Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. op. cit. p. 6
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La estrategia está fundamentada en varios pilares, con políticas especificas que persiguen: rescatar los valores como la solidaridad humana, la realización colectiva de la individualidad y la nueva moral colectiva,66 el tema de la solidaridad como valor colectivo de trabajo e interrelación está presente, para ello hay una estrategia fundamental que es la de “transversalizar la enseñanza de la ética”,67 lo cual significa enseñar ética y moral tanto en las escuelas como en la acción de la vida diaria, es el aprender haciendo de Paulo Freire y tantos pedagogos revolucionarios, el niño y la niña ya no solo en el aula de clase, sino el aprendizaje continuo de ver a su padre, madre y vecinos practicar la solidaridad y la cooperación para resolver los problemas de la comunidad, es actuar al contrario de la actitud capitalista “esto es mío y de nadie más”, no, el ahora es “esto es de nosotros y lo extendemos a quien lo necesite de nuestra comunidad”. En el nuevo Plan de la Patria, programa para el periodo 2013-2019 propuesto por el Comandante Chávez y aprobado por el pueblo en dos procesos electorales, se mantienen los objetivos orientados a construir la nueva ética, en base a los valores del socialismo. Se reproducen a continuación el objetivo histórico, el nacional y los específicos que refrendan esta intención: Gran Objetivo Histórico: II. Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad”, para nuestro pueblo.
66 Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. op. cit. p. 8 67 Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. op. cit. p. 8
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Objetivo Nacional: 2.4 Convocar y promover una nueva orientación ética, moral y espiritual de la sociedad, basada en los valores liberadores del socialismo. Objetivos estratégicos y objetivos generales: 2.4.1. Preservar el acervo moral del Pueblo venezolano y reforzarlo mediante estrategias de formación en valores. 2.4.1.1. Preservar los valores tradicionales del Pueblo venezolano, de honestidad, responsabilidad, vocación de trabajo, amor al prójimo, solidaridad, voluntad de superación, y de la lucha por la emancipación; mediante su promoción permanente y a través de todos los medios disponibles, como defensa contra los antivalores del modelo capitalista, que promueve la explotación, el consumismo, el individualismo y la corrupción, y que son el origen de la violencia criminal que agobia a la sociedad venezolana. 2.4.1.2. Reforzar el acervo moral del Pueblo venezolano mediante la promoción de los valores del socialismo, la ética y la moral socialista, la formación y autoformación socialista, la disciplina consciente basada en la crítica y la autocrítica, la práctica de la solidaridad y el amor, la conciencia del deber social y la lucha contra la corrupción y el burocratismo. 2.4.1.3. Adecuar los planes de estudio en todos los niveles para la inclusión de estrategias de formación de valores cónsonos con la nueva sociedad que estamos labrando.68
Se reafirma en este plan la intención de avanzar en los valores comunitarios, reconocidos en el legado de nuestros pueblos originarios y como arma contra los antivalores capitalistas que han minado la sociedad actual y son causantes de los principales males todavía presentes en nuestras comunidades. Promover las estructuras para la práctica de los valores socialistas sigue siendo una tarea primordial para nuestra revolución, estructuras que deben estar presentes en todos los ámbitos de participación de los venezolanos y que permitirán conformar la sociedad que logre la construcción de nuestro socialismo del siglo XXI.
68 Hugo Chávez Frias. Propuesta del candidato de la Patria Comandante Hugo Chávez para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019. Caracas: Comando de campaña Carabobo, 2012. [Documento en línea] pp. 6, 9 y 25
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CAPÍTULO III.
Tres situaciones de convivencia, impresiones de familias extensas.
… la auténtica penuria del habitar no consiste en primer lugar en la falta de viviendas. La auténtica penuria de viviendas es más antigua aún que las guerras mundiales y las destrucciones, más antigua aún que el ascenso demográfico sobre la tierra y que la situación de los obreros de la industria. La auténtica penuria del habitar descansa en el hecho de que los mortales, primero tienen que volver a buscar la esencia del habitar, de que tienen que aprender primero a habitar… Pero ¿de qué otro modo pueden los mortales corresponder a esta exhortación si no es intentando por su parte, desde ellos mismos, llevar el habitar a la plenitud de su esencia? Llevarán a cabo esto cuando construyan desde el habitar y piensen para el habitar. Martin Heidegger
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ENTREVISTAS A FAMILIAS QUE VIVAN O HAYAN VIVIDO SEGÚN EL CONCEPTO DE FAMILIA EXTENSA.
Con la intención de ilustrar lo dicho acerca de los valores existentes en organizaciones familiares populares, se presentan fragmentos de entrevistas, en las que miembros de seis familias extensas relatan algunas de sus experiencias de convivencia, explican la relación entre sus integrantes y nos hacen saber su percepción sobre aspectos positivos y negativos de la convivencia en la organización familiar de la que forman parte. Se intercalaron en la entrevista algunas preguntas cerradas, o de respuesta precisa, para conocer datos como el número de miembros del grupo familiar, número de habitaciones y baños de su vivienda, con otras preguntas más abiertas, que persiguen obtener relatos o testimonios con la mayor libertad posible sobre la dinámica del grupo familiar, la valoración que se le da al hecho de compartir con un grupo familiar extenso y su ideal de vivienda en un ejercicio de imaginación propuesto al final de la entrevista. Se categorizaron las familias según el tipo y lugar de la vivienda donde actualmente residen, con la idea de obtener visiones de tres situaciones muy particulares en las que podemos encontrar hoy a las familias populares de Caracas, a saber, casas consolidadas en un asentamiento popular de autoconstrucción, refugio de familias afectadas por las lluvias sufridas en la ciudad a finales del 2010 y apartamentos entregados recientemente por el gobierno revolucionario a las familias dignificadas, luego de su paso por el refugio. Se explican a continuación las condiciones de las tres situaciones seleccionadas seguidamente de los instrumentos de recolección de información diseñados para las familias según cada caso planteado. Caso 1. Los refugios. Comunas en potencia. Las periferias del valle de Caracas están conformadas por cerros, de terrenos poco estables, rasgados además por un gran número de quebradas que los convierten en zonas de riesgo
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permanente, es en estas zonas precisamente donde la población más pobre ha construido sus viviendas, aumentando el grado de precariedad de las mismas en la misma medida que el riesgo de la zona donde se ubican, zonas que tienden a desplazarse por la erosión de las aguas llevándose consigo las casas, que no garantizan seguridad a sus ocupantes, sobre todo cuando los elementos utilizados en su construcción son tablas de madera y techos de zinc sobre los pisos de tierra; los desplazamientos traen a veces las consecuencias más graves, que resultan en la pérdida de vidas, sobre todo de adultos mayores y niños y niñas. Es público y notorio y está recogido en los distintos medios de comunicación las consecuencias negativas de los fenómenos naturales en su acción permanente sobre las zonas de riesgo, si estos fenómenos tienen una fuerza inusual, los efectos para los pobladores son contundentes; es conocida en Caracas la gran cantidad de personas que dejó sin vivienda la llamada Tormenta Bret, tormenta de viento y lluvia, que se llevó por delante estructuras habitacionales en las zonas de riesgo, fenómeno ocurrido a comienzos de la década de los 90 y dejó en la calle a grandes contingentes de personas.
Deslizamientos ocasionados por las lluvias del año 2010. Caracas
La tormenta, pasó por el país entre la noche del sábado y la madrugada del domingo 10 de agosto, dejado un saldo inicial de ciento cincuenta muertos, quinientos heridos y cinco mil damnificados69, solo en Caracas, sin contar sus efectos en otros estados del país, la zona de la capital mas afectada fue el oeste, donde según los funcionarios del momento, como, Antonio Orellana, de la morgue de Caracas, “las débiles casas en las barriadas, denominadas ‘ranchos’, se pueden caer incluso cuando no llueve.”70, esta opinión da una idea de la fragilidad del hábitat de los moradores. El gobierno de turno, para entonces, Presidido por Ramón J Velázquez, gobierno de transición ante la destitución de Carlos Andrés Pérez, albergó a los habitantes que perdieron sus hogares, en contenedores de mercancías traídos del puerto de la Guaira No deben confundirse estos contenedores con las imágenes hoy comunes de proyectos que aprovechan estas carcasas en la construcción de viviendas o espacios culturales adecuándolas según cada fin. Hablamos aquí de contenedores sin ningún tipo de acondicionamiento, igual que podemos verlos en cualquier puerto y que se apilaron sin más, para albergar a las familias
Ciudad Metal. Contenedor entregado como “solución habitacional” a las familias damnificadas por la Tormenta Bret en 1993. Caracas.
69 Hoy, diario en línea de América del Sur. Tormenta Bret en Venezuela. 10/08/1993 [Documento en línea] 70 (ibid.)
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damnificadas, violentándose normas humanas de convivencia, violándose derechos humanos elementales. De hecho se olvidó que se trataba de seres humanos, olvido al que contribuyó la invisibilización de estas personas ubicando los contenedores fuera de la vista de la ciudad, olvido que se mantuvo por catorce años, hasta que el gobierno revolucionario entregó viviendas dignas a estas familias. Esa experiencia quedó marcada en el acontecer político-social del país, trayendo como consecuencia el terror de la población a aceptar ayudas humanitarias del estado a la hora de disminuir sus situaciones de riesgo; en ese sentido, y a la luz de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en función de preservar los Derechos Humanos de las poblaciones afectadas por desastres naturales, el gobierno nacional dictó con fecha 18 de enero del 2011, un decreto-ley de refugios para albergar en construcciones dignas con todos los servicios, de manera temporal, a las familias perjudicadas, en función del principio de preservar la familia como institución y asegurar la no desintegración de las comunidades afectadas. La necesidad de esta ley surgió luego de un inusual periodo de lluvias que afectó profundamente las urbanizaciones populares de Caracas, dejando en un mes más de treinta y tres mil familias sin vivienda solo en la capital. Aquí se demostró una vez más el grado de humanidad y hermandad del Presidente Chávez con su pueblo, al ordenar de forma inmediata la adecuación de espacios en todos los edificios del estado, desde alcaldías y museos hasta el propio palacio de gobierno donde se encuentra su despacho, para albergar y atender a la gran cantidad de personas que se vieron sin techo de forma repentina, significó asumir la situación de forma prioritaria y el compromiso de dirigir los mayores esfuerzos del estado en todos sus niveles para saldar la deuda histórica de vivienda que afecta a la población más pobre de manera dramática. La ley, está conceptuada como instrumento jurídico filosófico en función del socialismo humanista que busca preservar la integridad física, moral y ética de las personas y las comunidades afectadas, está dividida en seis capítulos donde se definen los tipos y niveles de refugio, las obligaciones del estado con las personas y comunidades y las responsabilidades de las comunidades organizadas y su cogestión con los diferentes entes públicos responsables.
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Barrio Carapita, afectado por las lluvias del 2010. Caracas.
Dedicamos un espacio importante a la ley de refugios dignos por considerar importante la herramienta que busca convertir una situación crítica en una oportunidad para atender las carencias de todo tipo, del pueblo afectado y profundizar en la organización popular. Esta intención la manifestó el propio Presidente de la República cuando al presentar la ley planteó que cada refugio debía ser una comuna en potencia. El capítulo I trata los aspectos esenciales de lo refugios, establece la corresponsabilidad del Pueblo y del Gobierno Bolivariano en la puesta en funcionamiento de los refugios, desde su construcción hasta su gestión con el fin de proteger a la población en caso de emergencia. Se establece su carácter temporal, hasta el cese de la emergencia o hasta que el Gobierno le procure a las familias una nueva vivienda en caso de riesgo vital y se garantiza a las familias durante su permanencia en el refugio la atención a sus necesidades humanas, la protección de sus derechos y la conservación de sus vínculos familiares y comunitarios. Se establece la preparación que deben tener las familias cuya situación de riesgo o pérdida total de sus viviendas, implique su traslado fuera de la comunidad de origen, conformando desde el refugio la semilla de las nuevas comunidades, constituyéndolo como un espacio de transición hacia la vida nueva, desde donde deben superarse las condiciones de exclusión, desigualdad, injusticia o violencia que existan. En el Capítulo II se caracterizan los tipos de refugio, se describe su operacionalización estructural y se establece la obligación de los refugiados a permanecer en los refugios mientras se mantenga la situación de emergencia y a juicio de las autoridades competentes. Los tipos de refugio se establecen en función de la privacidad que se le pueda ofrecer a las familias en cada uno de ellos, además del tipo de estructura. Varían entonces desde el tipo A, donde las familias se alojan en pequeños apartamentos unifamiliares de hasta dos habitaciones y baño propio, hasta el tipo D, que tiene dormitorios y baños comunes, (en un número mínimo establecido por la ley), pasando por tiendas de campaña unifamiliares con altura suficiente para utilizar literas. Todos los refugios deben contar con áreas de cocina, almacén, lavandería, comedor, área de esparcimiento y, de ser posible, un espacio para el desarrollo de actividades formativas y productivas de bajo impacto ambiental, cercano al sitio de refugio.
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Se establece además prioridad en los refugios tipo A, a “familias que tienen uno o varios miembros con alguna discapacidad o requerimientos especiales tales como mujeres embarazadas, madres lactantes, personas con enfermedades crónicas, o adultos y adultas mayores en el núcleo familiar”. 71 Los otros refugios se distribuyen según la composición numérica de las familias y la capacidad de las habitaciones. Se permite la posibilidad de alojar juntas a familias que compartan lazos de amistad, si así lo desean y siempre y cuando no se sobrepase el número de seis personas por habitación. Y se establece el compromiso de trasladar a refugios que ofrezcan más privacidad a personas que tengan que sobrepasar el tiempo de seis meses en el refugio. Se clasifican los refugios según su capacidad de alojamiento, llegando a las trescientas cincuenta personas los de mayor capacidad, con la posibilidad de ampliarse previa inspección y dictamen del ministerio del Poder Popular con competencia en salud. La estructura no se separa de la acción social, la cual está dirigida a respetar la idiosincrasia de las comunidades y a desarrollar una vida de convivencia con sus pares, la distribución de los espacios comunes a utilizar por las familias, su normativa de uso y condiciones físicas, tienen como objeto inculcar la educación por la cooperación y la corresponsabilidad entre ellas, es una forma de garantizar un hábitat responsable cuando les sean entregadas las viviendas que les corresponde una vez pasada la emergencia; es decir, se trata de poner en práctica una convivencia comunitaria en el espíritu del humanismo socialista, la alternativa del socialismo del siglo XXI, una propuesta para la vida y que lleve al buen vivir de las comunidades. El capítulo III del mencionado instrumento jurídico, tiene por título, La organización popular en los refugios: Conformación de los Comités Populares de Vivienda y las Comisiones de Trabajo,72 estructura la organización comunitaria que debe existir en los refugios para hacer posible su autogestión, que debe darse con la cooperación y colaboración permanente de todos su miembros actuando bajo el principio de corresponsabilidad con las instituciones del Estado. 71 Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Ley de refugios dignos. 2011 [Documento en línea] p. 3 72 Resaltado de la autora.
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Los Comités Populares de Vivienda, formados por todas las familias del refugio, se convierten en garantes y ejecutores de la políticas públicas, promoviendo además “la ejecución de proyectos que deben culminar con el goce de una vivienda digna, el disfrute de un nuevo hábitat y la construcción del buen vivir: una nueva vida, verdaderamente productiva y humanamente gratificante, para todo el colectivo que integra cada Comité.”73 Se refleja en este capítulo el norte de la acción educativa del estado con base a la Constitución, de dotar a los y las refugiados de la debida formación en cuanto a convivir integralmente con todos los actores del refugio; está claro que si bien es cierto, las personas alojadas temporalmente en los refugios por los embates de la naturaleza, van a obtener una vivienda digna, tal cual les está garantizada en la Carta Magna de la nación, la dignidad se logra al obtener una vivienda con todas las garantías y ello se potencia al tener una formación de hombres y mujeres en el buen vivir. Se promueve también desde la ley la vinculación entre varios refugios, conformando una red que fortalece las iniciativas de sus proyectos productivos, culturales, u otros dirigidos a construir la vida digna en sus nuevas comunidades. Se abona con esto el terreno para la futura creación de las comunas. Se establecen en la ley las normas de ejercicio del poder popular en los refugios, para garantizar la democracia participativa en la instauración de las asambleas y la elección de sus voceros. La estructura de las comisiones de trabajo, es importante en cuanto a su carácter comunitario, atendiendo las necesidades de todos lo grupos con la participación activa de todos lo miembros de la comunidad. Transcribimos, dada su importancia práctica para el funcionamiento comunitario y estratégica en la formación de valores socialistas, el artículo 22: Las comisiones de trabajo que integran cada Comité Popular de Vivienda funcionarán de manera articulada con los órganos y entes del Estado que tengan competencia en los ámbitos específicos de cada una de ellas. Estas comisiones de trabajo son las siguientes:
73 Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. op. cit. p. 4
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1. Comisión de Funcionamiento y Atención Integral del Refugio. Esta comisión tendrá a su cuidado la organización y buen funcionamiento del refugio a través de la conformación de las siguientes brigadas de trabajo, en las que deben participar todas las familias y personas que habitan en él: • Brigada de Cocina y Alimentación: se encargará del adecuado procesamiento de los alimentos para todas las familias y personas que se encuentren en el refugio. • Brigada de Aseo y Mantenimiento: se encargará del adecuado aseo, limpieza y mantenimiento de las áreas comunes del refugio, para garantizar la salubridad e higiene necesarias. • Brigada de Cultura, Recreación y Deporte: se encargará de la adecuada elaboración y ejecución de una rutina de actividades culturales, recreativas y deportivas, dentro y fuera del centro del refugio, adecuada para todas las edades. • Brigada de Cuidado Integral de Niños, Niñas y Adolescentes: tendrá la responsabilidad de cooperar en garantizar la continuidad de los estudios de todos los niños, niñas y adolescentes del refugio; así como la incorporación al sistema de educación formal y/o a las misiones educativas, de quienes no se encuentren escolarizados o escolarizadas. De igual manera, organizará turnos de colaboración para el cuidado de aquellos niños, niñas y adolescentes cuyos padres, por razones laborales, de salud u otras justificables, se vean impedidos para llevar a cabo dicho cuidado directamente, o deban ausentarse del refugio. 2. Comisión de Formación, Capacitación y Trabajo: tendrá la responsabilidad de cooperar para garantizar la formación integral y la capacitación técnica y productiva de los ciudadanos y ciudadanas que hagan vida en los refugios, con el fin de contribuir a su incorporación en el diseño y construcción del nuevo barrio; además de la capacitación y formación en las distintas áreas productivas que se definan como parte de las actividades económicas a realizar en la nueva comunidad. Para ello se organizarán brigadas de producción de bienes y servicios que funcionarán en los refugios y en la nueva comunidad, que permitan garantizar la sostenibilidad digna de todos los ciudadanos y ciudadanas. 3. Comisión de Construcción: Será la responsable de organizar las Brigadas de Construcción en cada refugio, que se ocupen de la participación del pueblo organizado en el proceso de construcción, adecuación y mantenimiento de los refugios, así como de los proyectos de construcción del urbanismo para el nuevo barrio, las viviendas, el mobiliario urbano y el equipamiento para las viviendas. Una vez construido el nuevo barrio, la Comisión de Construcción quedará a cargo del mantenimiento, ampliación y mejoramiento del mismo, a fin de ir cubriendo las necesidades de infraestructura y servicios que se requieran.
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4. Comisión de Salud, Protección y Prevención Social: deberá garantizar la atención permanente, integral y oportuna de todas las familias y personas que viven en los refugios, priorizando la acción en aquellas más vulnerables. La creación de las comisiones de trabajo señaladas en el presente artículo es de carácter obligatorio, pero no exclusivo. La Asamblea podrá crear otras comisiones que considere necesarias y designar a sus voceros o voceras.74
El capítulo IV, establece las responsabilidades del Estado, a través de los diferentes entes públicos para la atención integral de las personas refugiadas, lo cual cumple con las disposiciones de la constitución, votada en referéndum popular en 1999 El capítulo V, establece algunas normas de convivencia y por último el capítulo VI de las obligaciones de la Comisión Presidencial para, en corresponsabilidad con otros entes populares difundir y aplicar la ley. Los refugios han llevado a la práctica, con mayor o menor éxito, el proyecto comunitario establecido en esta ley. Esta experiencia revolucionaria ha sido de gran importancia por haber reproducido en menor escala el modelo de la comuna, organización que perseguimos construir rumbo a la formación del estado comunal socialista y que contempla la organización del pueblo en la conformación de autogobiernos comunales con actividades productivas sustentables, medios de propiedad social y participación protagónica de sus integrantes. Consideramos por tanto muy valiosas las impresiones de las familias que han vivido bajo esta organización, familias populares que han superado sus prácticas sociales comunitarias habituales, conviviendo con un mayor número de personas como parte del proyecto comunitario en el que el Comandante Chávez dignificó los refugios. Se busca con el siguiente instrumento, conocer su valoración sobre esta experiencia de convivencia.
74 Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. op. cit. pp. 5-6 (Resaltado de la autora)
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Instrumento de recolección de información para familias del caso 1. Refugio. 1. 2. 3. 4. 5.
¿Puedes decirnos tu nombre y la dirección donde vives? ¿Cómo describirías el lugar donde vives actualmente? ¿Cuánto tiempo tienes viviendo aquí? ¿Cómo fue que terminaste con tu familia en el refugio? ¿Podrías describirnos el espacio más privado donde estás con tu familia? a. ¿Cuántos cuartos tiene? b. ¿Cuántos baños? 6. ¿Cuantas personas forman tu grupo familiar cercano? 7. ¿Cuál es tu parentesco con las personas de tu grupo familiar cercano? 8. ¿A las otras personas del refugio las conocías ya de donde vivías o las has conocido aquí? 9. ¿Dónde vivías antes? a. ¿Cómo era tu casa? b. ¿Cuántos cuartos tenía? c. ¿Cuántos baños? d. ¿Con cuantas personas vivías? e. ¿Cuál era su grado de parentesco? f. ¿Cuánto tiempo viviste allí? g. ¿En el tiempo que viviste en tu antigua casa cambió el número de personas que la habitaban? h. ¿Cuáles fueron los cambios? i. ¿Vivías cerca de otras personas que estuvieran emparentadas o muy ligadas a tu familia? j. ¿Puedes explicar donde vivían, quienes son y cuál es su grado de parentesco o el motivo de su relación? 10. ¿Las personas con que vivías o estabas más relacionadas están todas en este refugio? 11. ¿Quién pasa la mayor parte del tiempo en el refugio? 12. ¿Puedes relatar las actividades de los/as niños/as cuando no están en las escuela? a. ¿Quién los lleva y los busca en la escuela? b. ¿Dónde pasan el tiempo que no están en clase? c. ¿Quién les da de comer? d. ¿Qué hacen por la tarde?
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e. ¿Quién los cuida? f. ¿Cómo era lo anterior en tu antigua casa? 13. ¿En un día cotidiano, podrías relatarme un poco las actividades donde participan otros miembros de tu familia o del refugio?. 14. ¿Cuáles son las mayores diferencias con las actividades donde participaba tu familia en tu antigua casa? 15. ¿Y en un día especial?, cuéntame de alguna actividad en la que se reunían varios miembros de la familia. a. ¿En que espacio realizaban esta actividad?¿Como lo adecuan? 16. ¿Podrías explicarnos alguna actividad especial en que te guste compartir con otras personas del refugio? 17. ¿Puedes mencionar aspectos positivos de convivir o vivir cerca de personas que son parte de tu familia? 18. ¿Y las cosas negativas? 19. ¿Y los aspectos positivos de convivir con tantas personas en el refugio? 20. ¿Los negativos? 21. ¿Si pudieras escoger, sin limitaciones, lo que quisieras para tu nueva casa, cómo sería? 22. ¿A quienes te gustaría poder llevarte contigo? Caso 2. Edificios de la Gran Misión Vivienda Venezuela. El derecho a la vivienda y a la ciudad. El gobierno revolucionario, asumió en el año 2011, luego de que los fenómenos de lluvia dispararan el déficit habitacional del país, la elaboración de un plan acelerado de construcción de viviendas, que persigue acabar en un corto plazo con la deuda histórica de viviendas dignas para nuestro pueblo. Para hacer posible esta ambiciosa tarea, se han orientando los mayores esfuerzos del estado en la ejecución del plan, bautizado como la Gran Misión Vivienda Venezuela y que se lleva a cabo actualmente en todo el país. 75
75 Betty Escalona. Nació la Gran Misión Vivienda Venezuela. Orinoco, magna reserva, PDVSA, año 1, nº 3, marzo-mayo 2011 pp. 14-17
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La misión se planificó en función de lograr, en un periodo de siete años, la construcción de tres millones de viviendas. Esta planificación contempla cinco vértices de acción, que abarcan todos los niveles que implican la concreción de un proyecto habitacional; el primero, para conocer con certeza las dimensiones del problema, consistió en un proceso de censo, que ha registrado un total de 3 millones 742. 226 jefas y jefes de familia, de los cuales 2 millones 753.159 requieren una vivienda. La diferencia la conforman viviendas que necesitan ser reparadas o ampliadas y en la cifra de déficit se incluyen personas que se encuentran actualmente en situación de alquiler. El conocimiento de esta cifra permite la planificación urbana, económica y estratégica necesaria a la construcción de esta cifra sin precedentes en el país.76 El segundo vértice de la misión, coloca la problemática del suelo en primer plano, el costo del suelo y la subutilización de terrenos urbanos son temas que han requerido de nueva legislación, que ha permitido colocar la ciudad a disposición del pueblo. Terrenos urbanizados en zonas céntricas de la ciudad y que se encontraban baldíos, han sido recuperados para la construcción de viviendas para nuestro pueblo. El derecho a la ciudad se convierte en ley y práctica revolucionaria, terminando con las soluciones habitacionales que arrojaban al pueblo a ciudades dormitorio y con la degradación en la que el capitalismo hundió el corazón de nuestra ciudad. Los demás vértices, todos de importancia para el cumplimiento de la meta, tienen que ver con la procura de materiales y maquinaria de construcción, la organización de los ejecutores y los aspectos operativos relativos al financiamiento de la misión. Intervienen como ejecutores el estado, la empresa privada, industrias internacionales en convenios de cooperación y el poder popular, comunidades organizadas que han construido, con el apoyo del estado, el mayor porcentaje de viviendas del sector público, a través de los programas de Transformación Integral de Hábitat y Sustitución de Ranchos por Viviendas. 77 La construcción integral del hábitat es un aspecto que no deja de lado la Gran Misión, especialmente cuando hay que recurrir a la construcción de nuevos urbanismos. Se hace énfasis en el mandato que recoge nuestra Constitución en su artículo 82, que considera el hábitat 76 Ivan Barrios. Más de 35 mil viviendas se han construido en el primer trimestre de 2012, YVKE Mundial, 06/04/2012 [Artículo en línea] 77 Ivan Barrios, op. cit.
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ampliamente, en sus aspectos sociales; además de la construcción de servicios y equipamientos básicos, se considera como servicio esencial “…un hábitat que humanice las relaciones familiares, vecinales y comunitarias.”78 Espacios dignos para una vida digna. El acceso a servicios y la tranquilidad de una casa estructuralmente estable en la ciudad, son condiciones nuevas para quienes acceden a las viviendas de la Gran Misión, los cambios que experimentan las familias son numerosos y quizás difíciles de entender para quienes están habituados a las comodidades que brinda el acceso a la ciudad. Cuando un niño pregunta asombrado, viendo salir agua de un grifo, si van a tener agua todos los días, podemos hacernos una muy pequeña idea de lo que ha significado para nuestra población más excluida la Gran Misión. Las impresiones de las familias populares que tras circunstancias trágicas y años de exclusión, han sido dignificadas gracias a la Gran Misión Vivienda Venezuela, nos interesan por el contraste que estos modelos representan con su forma de vida anterior, se intenta saber en que medida esta nueva forma de vida ha cambiado sus prácticas sociales cotidianas. Instrumento de recolección de información para familias del caso 2. Apartamento nuevo entregado por el gobierno revolucionario. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
¿Puedes decirnos tu nombre y la dirección de tu casa? ¿Cómo describirías el sector donde vives? ¿Cuánto tiempo tienes viviendo aquí? ¿Podrías ahora describirnos tu apartamento? a. ¿Cuántos cuartos tiene? b. ¿Cuántos baños? ¿Cuantas personas viven aquí? ¿Cuál es tu parentesco con cada una de las personas con que vives? ¿Vives cerca de otras personas que estén emparentadas o muy ligadas a tu familia? a. ¿Puedes explicar donde viven, quienes son y cuál es su grado de parentesco o el motivo de su relación? ¿Dónde vivías antes de estar en el refugio?
78 Asamblea Nacional Constituyente. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. 1999 [Documento en línea]
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a. ¿Cómo era tu casa? b. ¿Cuántos cuartos tenía? c. ¿Cuántos baños? d. ¿Con cuantas personas vivías? e. ¿Cuál era su grado de parentesco? f. ¿Cuánto tiempo viviste allí? g. ¿En el tiempo que viviste en tu antigua casa, cambió el número de personas que la habitaban? h. ¿Cuáles fueron los cambios? i. ¿Vivías cerca de otras personas que estuvieran emparentadas o muy ligadas a tu familia? j. ¿Puedes explicar donde vivían, quienes son y cuál es su grado de parentesco o el motivo de su relación? ¿Quién pasa la mayor parte del tiempo en el apartamento? Puedes relatar las actividades de los/as niños/as cuando no están en las escuela? a. ¿Quién los lleva y los busca en la escuela? b. ¿Dónde pasan el tiempo que no están en clase? c. ¿Quién les da de comer? d. ¿Qué hacen por la tarde? e. ¿Quién los cuida? ¿En un día cotidiano, podrías relatarme las actividades donde participan otros miembros de tu familia?. ¿Cuáles son las mayores diferencias con las actividades donde participaba tu familia en tu antigua casa? ¿Y en un día especial?, cuéntame de alguna actividad en la que se reunían varios miembros de la familia. a. ¿En que espacio realizaban esta actividad?¿Como lo adecuaban? b. Podrías realizar una reunión así ahora? ¿Cómo lo harías? ¿Puedes mencionar aspectos positivos de convivir o vivir cerca de personas que son parte de tu familia? ¿Y las cosas negativas? Si pudieras cambiar en algo esta casa, imaginándonos que cualquier cosa fuera posible. ¿Qué cambios harías? ¿Traerías a alguien más a vivir contigo? ¿Por qué?
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Caso 3. Los barrios caraqueños, urbanizaciones populares de autoconstrucción. Es conocida la influencia que originó la aparición del petróleo sobre las condiciones de vida de los y las venezolanos/as a lo largo del siglo XX, cuando la extracción petrolera sustituyó la economía eminentemente agrícola, también de extracción, que constituyó desde la colonia la principal fuente de ingresos del país. Esto resultó en un abandono del campo, simultáneo a un crecimiento desorbitado de la capital, mayor beneficiaría de la distribución desigual de la renta petrolera, donde el crecimiento burocrático del Estado rentista y las inversiones en infraestructura, representaban posibilidades de trabajo y la esperanza de una mejor vida para las poblaciones forzosamente desplazadas del campo.79 Pero las empobrecidas multitudes campesinas no pudieron acceder realmente a la ciudad, tuvieron que quedarse en las periferias dando origen a los mal llamados “cinturones de miseria”, término peyorativo acorde con las políticas de exclusión de los sectores privilegiados del poder, referido a los asentamientos autoconstruidos en las faldas de los cerros que rodean el valle de Caracas, por las comunidades que emigraban a la ciudad. Asentamientos de viviendas precariamente construidas, con materiales frágiles sobre el suelo de tierra, en condiciones de hacinamiento y carentes servicios mínimos sanitarios, eléctricos y de comunicación. Esta situación que se mantuvo en crescendo desde los años treinta, se consolidó, convirtiéndose en la forma característica predominante de las viviendas en Caracas, en barrios urbanizados sin planificación, sin servicios y sin equipamientos; de difícil acceso por sus condiciones topográficas y falta de vialidad, con todos los problemas sociales que la pobreza de tantos años genera en la población y que todavía sentimos, pero que no evitaron que las familias fueran mejorando sus condiciones, invirtiendo sus recursos en materiales que iban comprándose de forma progresiva, hasta alcanzar lo necesario para sustituir tablas por paredes de bloque, techos de zinc por platabandas, nuevas viviendas en las platabandas y otra vez nuevas platabandas, mientras fuera posible y necesario.
79 Las novelas de Miguel Otero Silva, Casas Muertas y Oficina Nº 1, ilustran crudamente el abandono del campo y la vida de los campesinos desplazados y explotados en los campos petroleros.
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La mejora progresiva de la infraestructura de los barrios, la dotación de equipamientos, las soluciones al los problemas de accesibilidad, transporte y servicios; y la atención a los problemas sociales, han ido erradicando los aspectos negativos de estos asentamientos.80 La imagen de miseria, que por la palabra y por la exclusión se le impuso a los barrios, no es la que se corresponde con la realidad que hoy se va abriendo camino. Es en los barrios donde las prácticas sociales de nuestras familias populares se han forjado, expresándose hoy lejos de las condiciones de precariedad que dieron origen a los “cinturones de miseria”, cuya estructura se ha consolidado notablemente. Se diseñó el siguiente instrumento con la intención de conocer la convivencia y el intercambio cotidiano que llevan a cabo las familias de un barrio de Caracas, se decidió entrevistar a familias que habitan viviendas consolidadas, con una situación económica y social estable y que provinieran del barrio escogido, habiendo formado en este sus respectivas familias. Instrumento de recolección de información para familias del caso 3. Casas autoconstruidas en un barrio de Caracas. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.
¿Puedes decirnos tu nombre y la dirección de tu casa? ¿Cómo describirías el sector donde vives? ¿Cuánto tiempo tienes viviendo aquí? ¿Por qué te mudaste acá, cómo llegaste a esta casa? ¿Podrías describir la casa? a. ¿Cuántos cuartos tiene? b. ¿Cuántos baños? ¿Cuantas personas viven en esta casa? ¿Cuál es tu parentesco con cada una de las personas con que vives? ¿Desde que estás aquí ha cambiado el número de personas que viven en la casa? ¿Cuáles han sido los cambios?
80 En todo este proceso han jugado un papel invaluable las misiones que, con el apoyo del gobierno revolucionario de Cuba, han traído a nuestros barrios servicios médicos y activadores culturales. En cuanto a la accesibilidad no puede dejarse de mencionar el metrocable, transporte teleférico que el metro de Caracas ejecuta y ha significado para muchas personas, especialmente de la tercera edad o con alguna discapacidad física, la posibilidad de “bajar” a la ciudad que no habían tenido en muchos años.
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10. ¿Vives cerca de otras personas que estén emparentadas o muy ligadas a tu familia? a. ¿Puedes explicar donde viven, quienes son y cuál es su grado de parentesco o el motivo de su relación? 11. ¿Quién pasa la mayor parte del tiempo en la casa? 12. ¿Puedes relatar las actividades de los/as niños/as cuando no están en las escuela? a. ¿Quién los lleva y los busca en la escuela? b. ¿Dónde pasan el tiempo que no están en clase? c. ¿Quién les da de comer? d. ¿Qué hacen por la tarde? e. ¿Quién los cuida? 13. En un día cotidiano, podrías relatarme un poco las actividades donde participan otros miembros de tu familia. 14. ¿Y en un día especial?, cuéntame de alguna actividad en que se reúnan varios miembros de la familia. a. ¿En que espacio realizan esta actividad?¿Como lo adecuan? 15. ¿Puedes mencionar aspectos positivos de convivir o vivir cerca de personas que son parte de tu familia? 16. ¿Y las cosas negativas? 17. Si en muy poco tiempo aumentaran considerablemente tus ingresos, ¿Cómo sería tu casa? ¿Con quién vivirías? Análisis e interpretación de los resultados Se entrevistaron dos familias para cada uno de los casos planteados, se presenta a continuación una selección de cada entrevista, donde se recogen las ideas e impresiones que nos interesa analizar en el presente estudio. No quisimos dejar por fuera las palabras de la señora Eva Yunez, a quién no se le realizó rigurosamente la entrevista, pero nos explica también sus condiciones de vida antes de la tragedia, que son bastante ilustrativas de nuestras familias populares.
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SELECCIÓN DE LAS ENTREVISTAS Caso 1. Familias del refugio Hotel Catedral El Catedral es un refugio tipo A,81 antiguo hotel que se encontraba en estado de abandono, en la ubicación privilegiada de la plaza Bolívar y que fue expropiado por la Alcaldía de Caracas y recuperado para servir de refugio luego de las lluvias de finales del 2010, alberga actualmente setenta y cinco familias, a la espera de la culminación de sus apartamentos, que se encuentran actualmente en construcción bastante cerca del casco central. Zoraida Mendoza Zoraida tiene treinta y seis años de edad, madre separada, vivía con sus cuatro hijas en Blandín, sector Simón Bolívar de la carretera vieja de la Guaira, hasta hace un año y cuatro meses, cuando fue sacada por protección civil, como medida preventiva por el alto riesgo en que se encontraba su vivienda. Ahora se encuentra en el refugio Catedral con sus hijas más pequeñas, Valentina, de nueve años; Emily, de trece y Alesskha, de quince; su hija mayor, Madeleine, de dieciocho años vive con su abuela, con la que ya estaba habituada a pasar largas temporadas, muy cerca de su propia casa. Se crió en el mismo barrio, mudándose a su antigua casa unos doce años antes de tener que abandonarla, era una casa de tres pisos, su esposo vivía en el segundo, donde se instaló Zoraida al casarse, la planta baja se utilizaba como taller mecánico y la alta era la residencia de su cuñado. Muchos de sus vecinos formaban parte de la familia. De su sector llegaron al refugio otras siete familias, todas ellas emparentadas con Zoraida. Tres fueron ya adjudicadas al nuevo urbanismo de ciudad Caribia, otras tres decidieron irse del refugio y una, prima de sus hijas, espera junto con ella por su apartamento. 81 Refugios tipo A: Edificaciones divididas en pequeños apartamentos unifamiliares con, al menos, dos (2) habitaciones y un (1) baño. Dotación de servicios comunes para ser compartidos por varios grupos familiares, que incluyen: áreas de cocina, almacén, lavandería, comedor, área de esparcimiento y, de ser posible, un espacio para el desarrollo de actividades formativas y productivas de bajo impacto ambiental, cercano al sitio de refugio. Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Ley de refugios dignos. 2011 [Documento en línea] p.3
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El trabajo actual de Zoraida es como coordinadora de alimentación de su piso en el refugio, lo que le permite ocuparse ella misma de la atención de sus hijas. Su balance sobre compartir en familia y en el refugio es bastante positivo. Se reproduce a continuación parte de su relato: La familia en el barrio:
El sector de la carretera vieja de la Guaira que es de donde yo vengo, donde vivíamos, era pura familia, era la familia Meneses nada más, que era la familia del papá de mis hijas, es decir que eran puros tíos, primos, todos familia. Mi suegra vivía al lado, en la parte de atrás la hermana de ella, también en la parte de atrás vivía el hermano de mi suegra, es decir el tío del papá de las niñas, mi mamá vivía cuatro casas después de la mía, los primos vivían en frente…, era pura familia estábamos rodeados de pura familia, de hecho cuando hacíamos fiestas no invitábamos a nadie porque ya estábamos bien.
La rutina en el barrio:
Yo trabajaba medio día, yo en realidad me iba a trabajar a la 1 y llegaba a las 7 de la noche, y bueno las niñas en la mañana se iban al colegio. A mi me daba tiempo de estar toda la mañana de hacerles su comida sus cosas, al mediodía ellas llegaban o las buscaba su papá o las buscaban sus tíos, siempre algún familiar las buscaba, ellas llegaban a la casa y en ese momento yo me despedía y bueno ellas quedaban en la casa, pero estaba su papá, sino estaba su abuela que siempre las cuidó muchísimo, y bueno ellas pasaban el día así siempre estuvieron con familia, realmente yo nunca tuve que llevarlas a ningún lugar donde me las cuidaran porque siempre estuvieron al cuido de su familia.
Los días especiales en el barrio
Los fines de semana siempre se hacía una sopa en el patio porque teníamos un patio grandísimo y también hacíamos parrilla, entonces los fines de semana o era sopa o era parrilla, bueno de hecho, todavía las personas que quedan allá de la familia lo hacen, reunirnos todos allí en el patio escuchar música echar broma preparar la sopa.
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Lo positivo de la familia
Vivir cerca de la Familia es, creo que lo más importante que uno tiene, uno se siente seguro, apoyado. Estas con tu gente.
Lo negativo
Siempre uno pelea por alguna tontería: “que no limpiaste el patio”, “que no lavaste los platos”, “que esta vive metida todo el día conversando con mi mamá y no la deja hacer nada”, bueno cosas así, pero son cosas que se resuelven en el día a día.
La rutina en el refugio:
De lunes a viernes generalmente tenemos el trabajo en la cocina, en este refugio nosotros hacemos nuestros propios alimentos, aquí se elabora el almuerzo para todo el refugio, cada habitación o cada familia hace su desayuno y su cena, pero el almuerzo si es para todo el refugio, entonces nos dividimos, se realiza por piso, son dos días de la semana por piso, aquí tenemos tres pisos, los días que le toca a piso tres yo soy coordinadora de alimentación, por piso tres, y bueno yo siempre estoy con mis grupos de cocina que están allá arriba, yo los organizó estoy pendiente de que suban que cumplan con su trabajo, que cumplan con las normas de higiene necesarias para elaborar los alimentos, y bueno nos encargamos, entre todos estamos pendientes de que funcionen bien las cosas, yo creo que esa es la actividad más importante que realizamos nosotros a diario aquí en el refugio. Me recuerda mucho también a la casa de mi suegra, porque era una casa grande que se cocinaba para muchas personas, claro aquí son más, pero bueno el trabajo es muy ameno, uno se siente…, uno llega con el tiempo a sentir que las personas son parte de tu familia, porque compartes tanto con ellas que de verdad, por lo menos en el aspecto de lo que es la cocina no extrañamos mucho lo que es el hogar.
Lo positivo de la convivencia en el refugio:
Es bonito aprender a convivir con otras personas… aprender de que nuestros problemas no son los únicos que existen, que existen los problemas de los demás y que bueno, tenemos que aprender a convivir.
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Lo negativo:
Es complicado a veces tener que acostumbrarte a la forma de ser de personas que no conoces, adaptarte a que de repente si a mí me gusta limpiar con cloro al otro no y a veces se forman pequeñas diferencias por eso pues.
Un día especial en el refugio:
Traen el espectáculo de Miguel Vicente Pata Caliente que trae de todo, trae malabaristas, payasos, de verdad son actividades muy amenas, siempre hay algo, alguna presentación de una obra de teatro, siempre hay una actividad que nos lleva a todos arriba a la terraza a disfrutar un rato.
La casa de los sueños:
A mí me gustaría una casa, con muchas habitaciones, porque quisiera que mis hijas tuvieran cada una su habitación, tuvieran privacidad…, con una cocina muy grande, me encantan las cocinas grandes, no sé, con un balcón y que tuviera una vista de montaña fabulosa, porque de dónde venimos nosotros, de verdad en la carretera vieja de la Guaira hay una vista espectacular, nosotros vivíamos rodeados de árboles, árboles frutales, escuchábamos los pájaros en la mañana y de verdad creo que ese para mí ese sería el lugar ideal. Que tuviera las condiciones que tenía mi antiguo hogar pues.
¿A quién te llevarías a vivir contigo?
Si fuera de aquí del refugio creo que me llevaría… como a 10 familias de este piso. (risas)
Beatriz V enegas Beatriz es una joven madre soltera, a sus veintisiete años se independiza con su hija Adriani Verónica, que hoy tiene cuatro años, comprando una pieza, un espacio único de habitación-estar y baño, bastante cerca de la casa de su mamá en La Vega, en el sector La Gallera del barrio Los Cangilones, de donde tuvo que salir hace ya un año y cuatro meses cuando un talud tapó parte de su pequeña habitación. Su mamá, a pesar de encontrarse también en una zona de riesgo, decidió quedarse en la casa para mantener sus animales. Beatriz se desplaza constantemente a La Vega, ya que es su mamá quién la ayuda con su pequeña hija.
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La casa en el barrio:
Primero vivía con mi mamá, después yo compre una pieza en la parte más arriba y bueno se vino un talud de tierra y ahí me desalojaron pues. Cerca de mi vivían mis primos, mis compadres, amistades, de años que prácticamente eran como hermanos (…) Casi pegaditos, casi pegaditos, unos encima de otros.
La dinámica familiar:
Gracias a dios tengo a mi madre, que ella me ayuda mucho, como yo trabajo salgo muy temprano, a veces salgo a las seis, seis y media de la mañana, mi mamá a veces me la lleva, o sino mi hermano o mi hermana y mi mamá es la que me la busca le da de comer me la baña me la atiende, bueno mi mamá es más mamá de ella que yo. …cuando salgo muy tarde se la dejo a mi mamá porque no puedo ir a la Vega a horas tan tarde. A veces tengo que ir a la Vega, buscar a la niña volverme a venir, llevo ropa para allá traigo ropa para acá...
La familia:
Todos mis hermanos vivían alrededor, ahorita mi hermana mayor vive en los Valles del Tuy, mi hermano mayor le dieron vivienda por allá también en los Valles del Tuy. Por eso ya la mayoría nos hemos distanciado, casi no nos vemos, yo estoy acá mis hermanos están lejos. Somos familia grande, yo tengo, conmigo son 8 hermanos, y siempre nos reunimos y cuando nos reunimos bueno compartimos súper full nos reímos bastante.
Lo positivo del refugio:
En este refugio las personas son muy colaboradoras y si tú necesitas algo ellos te ayudan, uno los ayuda, compartimos mucho, de verdad.
Lo negativo:
Siempre a veces hay una que otra persona que se molesta por equis cosa “le dieron más a ella que a mi” o a veces la limpieza, hay gente que no quiere limpiar porque llegó cansado o se van y dejan el pasillo así sucio entonces a veces uno les dices “no mira” se molestan, algunas personas, pero no todas.
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La casa de los sueños:
Ay imagínate, con un patio grande, grande pa’ llevarme a mi mama pa’ que críe ese poco e pollos, de verdad de verdad, una casa grande y bueno no me gustaría apartamento me gustaría una casa. (…) sería una casa con un patio súper grande y si es posible que tuviera una piscina, para que mi mama críe a sus animales porque ella tiene bastantes animales y yo me la quiero llevar de ahí.
Caso 2. Familias del edificio Luz y Esperanza Entre las cerca de treinta y seis mil viviendas entregadas el primer trimestre de 2012 año, se encuentran las cuarenta y ocho del edificio Luz y Esperanza, ubicado en pleno centro de la ciudad y que alberga familias de varios sectores. Estas familias estuvieron refugiadas en las instalaciones de la Biblioteca Nacional, algunas de ellas tienen entre sus miembros trabajadores/as de la biblioteca, razón por la que fueron trasladadas a ese refugio. El apartamento tipo consta de dos habitaciones, un baño repartido en tres espacios, con acceso separado a cada una de las piezas, y un ambiente que sirve de sala-comedor-cocina. Las plantas bajas tienen espacios para las empresas de producción social que active la comunidad y espacios comunes de esparcimiento. Los apartamentos que se asignan a familias que han estado damnificadas, se entregan totalmente amoblados y equipados con cocina, nevera, lavadora y calentador de agua. Al momento de estas entrevistas el edificio tenía menos de dos meses de haber sido entregado. M aría Teresa Vasquez de R ivas María Teresa es trabajadora de la Biblioteca Nacional, vive con su esposo y una de sus hijas, Caterine, de veintiún años. Viene del barrio Santa Ana, en Antímano, donde se crió y vivió hasta las lluvias del 2010. Allí, en la casa construida por sus padres vivía en un grupo familiar extenso de tres generaciones y diecisiete personas. Hoy tiene la oportunidad de seguir compartiendo con la mayoría, ya que en el Luz y Esperanza también se encuentran tres de sus hijos/as casados/ as con algunos/as de sus nietos/as. Solo le falta una de sus hijas, que fue asignada en otra zona por razones de trabajo de su esposo. A sus cincuenta y cuatro años, María Teresa se alegra de que sus hijos puedan tener un hogar propio a tan corta edad. ⎜ 88 ⎜
Las experiencias de compartir en familia y los cambios que experimentan en su nuevo hábitat, nos los cuenta María Teresa luego de servirnos un café en la sala, aún poco decorada, de su nuevo apartamento. Recogemos algunas: De la casa en el barrio:
…era una casa bastante amplia, una casa que mis viejos la hicieron como para toda una familia para que nunca nos disgregáramos, nos dispersáramos pues. Tenía cinco cuartos la casa, una casa bastante grande, tenía sala comedor por separado, tenía patio grande donde tenía matas, uno podía tener allí pollos y toda clase de animales, los muchachos podían salir para allí afuera a divertirse y afuera que tenía bastante ventilación, tenía bastante esparcimiento más que todo para los niños…
Sobre la familia
…ahí vivía con mis cinco hijos y con todos mis nietos y mis yernos y mis yernas, o sea somos dieciocho personas, diecisiete o dieciocho… … para la familia casi nunca el espacio es restringido, siempre buscamos y nos acomodamos. Ahorita estamos aquí en el edificio nada más que mis hijos y mis yernos y mis yernas… y los nietos, pero allá estábamos con todo el grupo familiar completo.
La comparación en lo cotidiano
Eso es una experiencia que estoy viviendo, yo digo que, ya uno viene de un grupo unido ¿verdad?, entonces cada quién está aprendiendo a hacer su grupo familiar, de hecho ahorita se lo estaba diciendo a mi esposo, yo le digo que hay que esperar a que cada uno se vaya amoldando a su apartamento… … cada quién está en lo suyo ahorita, y… me imagino que es un momento más de… de reunirse más la familia, pero cada quién en su ámbito familiar pues. La parte positiva es que van a empezar a mejorar su método de vida pues como grupo familiar, como madres, como padres, como hijos, ¿verdad?, y que no vayan los hijos creciendo solo en un solo grupo, sino que cada quién tenga una ordenanza, que cada quién tenga una forma de dirigir su hogar, o sea, no es que abuela y abuelo van a compartir ese
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espacio para tomar ellos también la rienda, no, que ellos aprendan a tomar una dirección ellos mismos.
La comparación en lo compartido.
… llega un momento, por lo menos la hora de la novela... entonces todos como que quieren compartir el “ay mira como está la novela, está fina” entonces todos se reúnen aquí o se van para donde tienen el televisor ahorita. Si, es un momento bonito pues y uno va aprendiendo y es una experiencia más que uno tiene… más cuando uno está viviendo ese cambio pues.
¿A quién traerías a vivir contigo?
(risas)… como toda la familia la tengo aquí…
M aribel C anales Maribel vive con su esposo y sus tres hijos, Adrián, de trece; Alex, de diez y Richard, de tres años. Antes de que el cerro se le fuera encima, en el barrio del 23 de enero, compartían una casa de tres habitaciones y un baño con su hermano, su sobrina y el bebé de su sobrina. Otro de sus hermanos vivía con su esposa e hijos a tres casas y su hermana en uno de los bloques. En el Luz y Esperanza está sola con su familia, a pesar de contar con el apoyo de su esposo echa de menos convivir con su hermano. Las casas anteriores:
Bueno primero nosotros vivíamos en la Pastora, ahí se empezaron a derrumbar unas casas y a nosotros nos sacaron de ahí por alto riesgo, llegamos al 23 de Enero una casita que se llamaba el mirador, ahí duramos como 8 años, después ese cerro se cayó otra vez. Nos mudamos más hacia adelante que era donde estábamos viviendo ahorita.
La familia:
Yo vivía ahí con mi mamá, mis dos hermanas y nosotros, los hijos se fueron mi mamá murió y yo me quede ahí con mi hermano y mi sobrina. (…) primero estaba viviendo con
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una sobrina y ella tenía un niño y con un hermano después mi sobrina se fue y yo me quede con mi hermano. Tenía una hermana que vivía al frente en el bloque, porque el bloque quedaba así y las casitas quedaban pa este lado, tenía una hermana, tenía un hermano que estaba casado con una muchacha que vivía por ahí, el tuvo ahí tres hijos, los hijos se quedaron ahí y él se fue y los hijos se quedaron ahí viviendo, eso quedaba a tres casas de la casa. Antes vivía con mi hermano, yo le pedía el favor a él de que me ayudara a veces con los muchachos cuando me salían trabajitos por ahí, yo trabajaba en una oficina tres días a la semana y él me ayudaba, pero ahora como pasó lo que pasó, él se quedo y yo me vine pa’ acá.
El compartir con la familia
Mi familia nosotros nos reunimos cada mes, hacemos como una convivencia, cada quien lleva pasapalos, entonces nos reunimos ahí un rato, ahí echamos nuestros cuentos hablamos a veces bailan, a veces bueno, se pasa chévere nosotros ahí un rato. Nos reunimos en cada casa diferente. Las cosas positivas es que estamos todos juntos, los hermanos, porque somos puros hermanos que nos reunimos, hermanos y sobrinos.
La nostalgia.
A veces me siento así como sola, como vacía, porque como antes eran casas y uno estaba… esto lo veo como más seguro porque estamos aquí encerrados y eso, pero como allá estábamos en un barrio y como estaba con más familia me sentía así como más….
Eva M aría Y unez La señora Eva es muy conversadora, difícil hacer la entrevista con rigor ante su emoción y los deseos de expresar el agradecimiento que siente por su nueva casa. No quisiéramos dejar por fuera sus hermosas y efusivas palabras: Estuve viviendo en la autopista Caracas - La Guaira casi treinta cuarenta años, frente a la autopista que va hacia al aeropuerto, viví con mi hija y mis nietos y mis bisnietos. (…) cuando estaba allá yo tenía mi ranchito bien acomodado gracias a Dios, alfombradito,
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mis buenas dos habitaciones, mi buen comedor cocina todo bien, mis matas que ese era mi delirio. Me dolió si por los tantos años que tenía allí, duré tres meses en el refugio del Limón, de allá me pasaron hacia el Parque Central por la vicepresidencia, ahí se comportaron muy bien conmigo gracias a Dios no tuve quejas de ellos, y hasta ahorita le doy gracias al presidente que verdaderamente estoy muy agradecida y todos los que estamos en este apartamento todos nos sentimos orgullosos que gracias a Dios el nos puso en buena situación a que podamos vivir mejor que como estábamos antes. Estoy supremamente contenta y mi hija y mis nietos también, eso se lo agradezco al presidente y a Dios, que gracias a Dios bueno me puso a vivir en un buen sitio.
Caso 3. Familias del barrio Los Eucaliptus Para mostrar las características de la familia en los barrios de Caracas, hemos seleccionado en la calle El Carmen del barrio Los Eucaliptus, a dos familias cuyas viviendas se encuentran ya consolidadas y que han atravesado por un proceso de crecimiento desde la conformación del grupo familiar. Henrry V erdú Henrry vive en Los Eucaliptus desde que nació, hace ya 49 años. Se ha mudado dentro del mismo barrio en varias oportunidades, una de ellas cuando se construyó el viaducto Caracas – La Guaira. Vive en su casa actual desde hace veintiún años, una casa bastante grande que compró al casarse con Hirady Reyes, con quién continúa viviendo. Su familia hasta ahora solo ha aumentado con sus propias hijas, la mayor, Kenya, de diecinueve años que actualmente vive y estudia en San Juan de Los Morros, a unas tres horas de Caracas, y Camila, de siete años y que vive en casa. La conversación con Henrry, desde la platabanda de su casa, nos deja ver, además de unas vistas envidiables, lo bueno que ha sido el barrio para él y su familia.
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Sobre su rutina nos cuenta:
En esta ciudad es difícil uno mantenerse mucho tiempo dentro de la casa por la cuestión del trabajo, los estudios y todo lo demás. En líneas generales nosotros salimos super temprano de la casa, salimos a las seis y media de la mañana (…) con mi hija menor salimos a las seis y media de la mañana la dejamos a ella en su colegio y nosotros nos vamos a nuestros trabajos, yo vengo al medio día, almuerzo y tal, le doy una vuelta aquí a la cosa, le doy una vuelta a mi mamá que está ahí y me voy a trabajar en la tarde, luego voy a buscar a mi hija o me la busca mi hermano, y nos vemos después aquí a las seis de la tarde porque yo la busco a ella al trabajo y de allí nos venimos para acá para la casa. (…) la menor se la pasa con su abuela, yo la traigo y se la dejo a mi mamá y mi mamá se ocupa de ella hasta la hora que nosotros llegamos. (…) con mi mamá es que a nosotros nos queda esta pequeña incógnita ¿quién cuida a quién? porque mi mamá tiene ochenta y un años y mi hija tiene siete, ¿no?, entonces a veces están solas las dos en su casa, entonces claro, vienen mis hermanos y le dan una vuelta, vengo yo le doy una vuelta (…) ella llega y se pone a hacer sus tareas nosotros en la tarde y se las supervisamos, conversamos un rato con mi mamá, después nos venimos como a la hora, nos venimos los tres para la casa y hasta el día siguiente…
De la familia y amigos en el barrio:
… una de las cosas más positivas que tenemos es el grado de consolidación que hay en esta comunidad, esta comunidad a pesar de que, generalmente en las comunidades urbanas la gente es un poco como apática, aquí se siente cierto aprecio y más que todo es porque casi todos somos familia y el que no es familia mía es familia de otro (…) en el caso mío tengo aquí a mi mamá, mas allá tengo mi hermano, tengo mi otro hermano aquí que tiene un negocio ahí que es donde venden pollo y estas cosas, que está aquí a la entrada de la calle, tengo a mi compadre, que lo tengo aquí al lado, tengo a mi otro compadre que lo tengo aquí al lado, o sea que ese nudo familiar es como bien compacto y sabroso pues en ese sentido. …en línea general son más las cosas positivas que las negativas de vivir en una comunidad como esta, y en una casa como esta.
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La casa de los sueños:
Yo no soy jugador de lotería, pero uno nunca sabe que puede pasar ¿no? Si tuviera ese toque de suerte de repente quién quiere ser millonario una cosa de esas, y me gustaría acondicionar mi casa, esta casa me gustaría acondicionarla de mejor manera, ponerla en mejores condiciones, quizás techar este espacio donde estamos, dejarlo abierto pero techado (...) aquí se siente mucha tranquilidad, tu te sientas aquí en la noche, a las diez once de la noche tú pasas aquí sabroso (…) me gusta mi barrio me crié aquí, estoy criando a mis hijas aquí, eso no quiere decir que a lo mejor por circunstancias tenga que salir pero mientras no sea obligatorio, voy a mantenerme en mi barrio.
Fernando A rias Fernando llegó a Los Eucaliptus con su familia a los doce años de edad, hoy tiene sesenta y uno. Solo se fue del barrio durante un corto periodo al casarse, cuando se mudó a un cuarto que le prestó su comadre, que también le ofreció construir en su platabanda. Fernando prefirió regresar a su barrio, su suegra lo alojó en la casa que hoy conserva y que ha crecido poco a poco, permitiéndole alojar también a los esposos de sus hijas una vez que estas se casaron y hasta que se mudaron a sus propias casas. La convivencia en familia:
Mi suegra decía que donde comen uno comen tres, pero caramba, es una preguntica que actualmente me la hago, que es un poquito difícil no, que donde come uno no pueden come tres, porque es mentira porque acuérdate que uno quiere comer caraota con arroz el otro quiere comer espagueti el otro quiere comer chuleta y sucesivamente es algo bastante problemático para uno saberlo llevar y entonces hay que saber llevar esa generación y compartir con ellos. Entre el concepto de familia hay que tener responsabilidad, también con los hijos, con la cuñada con el cuñado con el compadre con la comadre, saber socializar a los hijos con los vecinos, darle a entender a los hijos que los vecinos es lo mejor, o el vecino es el mejor amigo que uno tiene en alrededor.
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El Barrio:
Para mí es un barrio muy bueno porque ya tengo mi familia tengo mis nietos, tengo aproximadamente 6 nietos y se han criado en el barrio han estudiado, han salido mi hija universitaria y mis hijos técnicos también y bueno están todos criados en el barrio
La casa:
Actualmente todavía estoy en la casa de mi suegra, era una casita muy pequeña, yo tuve que hacer bastantes divisiones, en esas divisiones compartieron mis cinco hijos que actualmente ya están mayores, están casados y cada quien tiene su casa independientemente. Pero sin embargo todavía lo recibimos como la casa materna y todavía la mantenemos, ellos van y comparten con nosotros. La casa de mi suegra se compone de tres pisos actualmente, era una casa muy pequeña pero nosotros con el esfuerzo la hemos hecho crecer, de donde había dos cuartos actualmente hemos logrado llegarla a siete cuartos, hemos logrado llevarla a tres baños, hemos logrado sacarle otro piso más aprovechando el espacio, acuérdate que los espacios aquí en Caracas son muy apretados. Donde había un callejoncito pues lo convertimos en un callejón familiar que los muchachos se divirtieran en el espacio y que bueno se crecieron allí en ese espacio sin problema alguno.
La casa de los sueños:
Mi casa grandota la soñé, que era sembrar un árbol, verlo crecer, verlo cargar y que mis hijos disfrutaran de esa casa, pues mi casa se logró gracias a Dios.
Comentario de las entrevistas Vemos en las experiencias de las familias que han compartido con nosotros, características comunes de funcionamiento en cuanto a sus organizaciones familiares. El apoyo entre sus miembros en las actividades cotidianas, así como el gusto por compartir con la familia en los ratos libres definen a la familia extensa de nuestros barrios, familia que se extiende además a buena parte de la comunidad.
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Los aspectos mencionados como negativos en la convivencia siempre son las pequeñas diferencias cotidianas, las mismas que pueden ocurrir tanto con diez, como con dos personas y que siempre tienen solución. Es importante la necesidad manifiesta de privacidad, el ideal de habitaciones individuales por un lado, y mucho más significativa, la necesidad planteada por María Teresa, que hasta hace poco ha sido matrona de su gran familia, de que cada uno de sus hijos/as ejerza la jefatura de sus respectivas familias, de que los nietos sean criados por los padres y no por los abuelos, que es una situación que se repite en muchas de nuestras familias. No tenemos aún las estructuras sociales que permitan brindar atención a los extremos generacionales de nuestra sociedad, sin embargo el hecho de que los abuelos puedan sentirse útiles cuidando a sus nietos/as, con la ayuda eventual de algún otro/a pariente, pasando los días en compañía no tiene porque ser del todo negativo. El de la educación de los niños y niñas es un tema que sin duda debe discutirse con mayor profundidad, pero lo cierto es que su cuidado debe ser delegado, y los abuelos en casa son la solución que se ha encontrado al problema. Es también muy significativo el hecho de que las viviendas consolidadas de los barrios, son ya la vivienda ideal de sus habitantes, que siempre recalcan la importancia de los espacios de socialización, llámense patio, platabanda o calle, a los que se da un uso bastante intenso. El tamaño es también un factor que sale a relucir continuamente al hablar de los atributos de las casas, que son igualmente la vivienda ideal para quienes perdieron la suya, aludiendo constantemente a los patios y a la posibilidad de tener plantas, animales y espacios de recreación para los niños y niñas. Pudimos ver como el distanciamiento con la organización familiar extensa y el cambio en las condiciones de la vivienda obligan a modificar el funcionamiento de la familia, siendo necesario “amoldarse” a los apartamentos y crear nuevas rutinas para el quehacer cotidiano, especialmente en lo referido al cuidado de los niños y niñas.
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Conclusiones Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar. Eduardo Galeano
La familia, base de la sociedad, tiene un papel protagónico en la formación de sus individuos. La familia popular venezolana, puede hacer posible los hombres y mujeres que avanzarán en la construcción del socialismo, puede ser la familia que corresponda al nuevo sistema económico, basado en la propiedad comunal de los medios de producción, con una estructura de valores presente ya, en nuestras familias extensas, que pueden asumir el papel de vanguardia, por sus raíces socialistas y por su espíritu socialista. Para Martí, la escuela y el hogar son las dos formidables cárceles del hombre.82 No debemos nosotros doblegar el espíritu de nuestras familias populares encarcelándolo en viviendas que impidan su desarrollo. Debemos combatir la pobreza y la exclusión, sin que ello obligue a la pérdida de valores de cooperación y humanidad, que si bien se han 82 José Martí, Libros, en Obras completas, vol. 18, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1991, pp. 290-1. Citado por István Mészáros. La educación más allá del capital, en: El desafío y la carga del tiempo: El socialismo del siglo XXI (t. 2). Caracas: El perro y la rana, 2008. [Libro en línea] p. 313
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forjado en la necesidad material, no tienen por qué ser incompatibles con el bienestar social. La vivienda, como espacio de socialización principal, debe pensarse para responder a nuestras familias extensas. Es sumamente importante el esfuerzo que actualmente se hace en Caracas por mantener en los mismos edificios y dentro de su misma comunidad, si es posible, a las personas que por razones de fuerza mayor han tenido que dejar sus viviendas; sin embargo, no es suficiente la proximidad física cuando las viviendas funcionan de forma independiente. Debe existir una dependencia entre las viviendas de núcleos familiares emparentados, que propicie los encuentros y la relación entre sus miembros. No deberían ser las familias las que se amolden a los apartamentos, deberían ser ellas el molde de los mismos. Es necesario elaborar viviendas en las que, además de colectivizarse algunos servicios, se compartan espacios de socialización. Seguramente resulte difícil pedir a las cuarenta y ocho familias de un edificio, que compartan una cocina, o que coman diariamente en un comedor comunitario, sin opción de cocinar a su gusto en la comodidad de su propia casa; pero una cocina compartida puede no representar mayor problema para tres o cuatro núcleos familiares emparentados y que ya hayan tenido que cocinar antes en un espacio compartido. Habrá quien alegue sobre la “libertad” de tener una cocina propia, sobre la dificultad de ponerse de acuerdo en temas tan importantes como la marca del detergente, donde se guarda la sal, o la programación televisiva, pero se trata precisamente de eso, de consensuar, de reconocer y entender al otro. Esta expectativa ha sido superada por la experiencia de los refugios en Caracas, que han exponenciado el compartir habitual de las familias populares. Los refugios han demostrando que un número elevado de
familias, no necesariamente emparentadas pueden compartir y convivir si existe organización. La organización se ha logrado con el acompañamiento del estado y gracias a la voluntad de las familias, lo que ha permitido su funcionamiento sin mayores inconvenientes. El ambiente ameno y optimista que se vive en los refugios demuestra que la convivencia ha sido positiva, logro en el que también ha influido la atención especial que se ha dado a los problemas sociales, cruz que soportaban muchas familias en su seno. El compartir planteado en los refugios no ha resultado del todo extraño para las familias de nuestros barrios, no representa una gran novedad para quienes ya llevaban un tipo de vida basado en lo comunitario, y ha servido, sumándose al ejemplo de nuestras comunidades indígenas, para corroborar que si es posible, que la gente puede organizarse, tolerarse y ayudarse, no solo cuando la necesidad obliga. Cuando se da un ambiente propicio, con la tranquilidad que implica saber, que todas las necesidades serán solventadas de manera digna, es posible ganar a la gente a la organización y al trabajo colectivo, que han sido necesarios en el caso de los refugios para su funcionamiento. Desintegrar las familias extensas de nuestro pueblo significaría marchar en el sentido contrario al proyecto socialista del siglo XXI, dificultaría la única salida posible a los males que afectan al planeta. Las alienadas pretensiones de cambiar el estilo de vida de nuestro pueblo son doblemente ignorantes, primero por clasistas y racistas y luego por no ver las contradicciones que representan los modelos de vida capitalista para la sociedad. La conciencia social que se alce contra estos antivalores solo puede venir de nuestras familias populares, son las comunidades de los barrios las que deben educar, normalizar y moralizar al resto de la sociedad y no al revés. La arquitectura no puede ser traba de nuestros
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ideales, necesitamos para lograrlos, de espacios que cohesionen y no que disgreguen, espacios donde quepan los valores comunitarios, que permitan devolverle al hombre su condición social. Y necesitamos estos espacios no solamente a escala de ciudad, deben introducirse en la escala doméstica, en una vivienda que no puede ser ya mínima, que debe convertirse en soporte y resorte de los valores de nuestra familia extensa, una vivienda máxima.
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Anexos Marxismo Dixit. Glosario de algunos términos marxistas necesarios para la comprensión de este trabajo. Se toman a continuación segmentos de algunas definiciones contempladas en el diccionario Marxista de Filosofía, dirigido por I. Blauberg, que pueden ayudar, a quienes no estén familiarizados con las teorías marxistas, a una mejor comprensión de este trabajo. Resaltamos en cada concepto y ordenamos los términos según nuestro interés didáctico. Materialismo Histórico … Antes de elaborar ideas o teorías los hombres han de vivir; y para poder vivir deben comer, vestir, tener un techo, combustible, etc. Y dado que estas cosas indispensables para su vida no se encuentran en la naturaleza ya preparadas, los hombres se ven constreñidos a producirlas. Mas al producir lo que necesitan para vivir, llevan un modo determinado de vida, entran en determinadas relaciones recíprocas. El propio hombre se forma, con su conciencia, puntos de vista y aspiraciones, en el proceso de producción de bienes materiales. La producción material es, de esta suerte, la base sobre la que se erige el modo de vivir de los hombres, lo que determina toda la vida de la sociedad. Al descubrir las leyes que rigen el desarrollo de la producción el materialismo histórico pudo establecer las peculiaridades del desarrollo de la misma sociedad; mostró que no existe la sociedad en abstracto, en general, de la cual arrancan los pensadores burgueses. La sociedad actúa en cada período histórico dado como tal o cual formación histórico-social, es decir, como una sociedad concreta, en la que a un nivel determinado en
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el desarrollo de las fuerzas productivas corresponden unas relaciones políticas, morales, familiares, domésticas, etc., entre los hombres, típicas para esa sociedad... Fuerzas productivas Fuerzas que participan en el desarrollo de la producción social, es decir, medios de producción y hombres que los ponen en movimiento y los perfeccionan (mediante la actividad productiva, científica e ingenieril). Caracterizan la relación que guardan los hombres respecto a la naturaleza, su poder sobre ésta. (…) Al perfeccionar los instrumentos de producción, los hombres modifican asimismo sus hábitos productivos. (…) Del nivel alcanzado por las fuerzas productivas depende el carácter de las relaciones bajo las cuales se realiza la producción (relaciones de producción), tal o cual modo de producción. (…) Dado que la producción social no se reduce a la producción de bienes materiales, las fuerzas productivas sociales por su parte no se reducen a las fuerzas productivas de la producción material, sino que comprenden también, en su más amplio sentido, las posibilidades espirituales de la sociedad (ciencia, instrucción), así como las fuerzas que derivan de tal o cual organización de los individuos (cooperación), etc. Relaciones de producción Relaciones en las que actúan los hombres en el proceso de producción de los bienes materiales; forma social de la producción. La actividad productiva de los hombres reviste siempre carácter conjunto. (…) Las relaciones de producción constituyen un complejo sistema de los más diversos vínculos entre los hombres. Comprende la relación que guardan éstos con respecto a los medios de producción (la forma de la propiedad), la situación de los distintos grupos y clases sociales en el sistema de la producción. Las relaciones de producción comprenden asimismo los vínculos entre los hombres en el proceso de intercambio y distribución de los bienes materiales producidos, los nexos entre los productores, condicionados por la especialidad de su actividad productiva, por la división del trabajo, etc. La forma de propiedad constituye el aspecto más importante de las relaciones de producción, su fundamento. Expresa justamente la esencia misma de las relaciones de producción, determina su carácter. (…) Las relaciones de producción son relaciones primarias por cuanto se establecen en la esfera decisiva de la vida humana: en la esfera de la producción material. Sobre su base nacen a fin de cuentas todas las demás relaciones sociales (en la esfera de la política, la ideología, etc.). De esta suerte, las
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relaciones de producción constituyen el fundamento de todo el edificio social, integran su base (Base y superestructura). Base y superestructura Se trata de conceptos elaborados por la ciencia marxista de la sociedad para caracterizar su estructura. (…) Base directa de las ideas y de las correspondientes instituciones y organizaciones lo son las relaciones de producción (…) Estas últimas constituyen la base económica sobre cuyo fundamento se erige todo el edificio de una u otra sociedad, se forman las demás relaciones sociales. Base y relaciones de producción tienen por tanto uno y el mismo contenido. Sin embargo, el concepto de base caracteriza las relaciones de producción en su conexión, no con las fuerzas productivas, sino con la superestructura. Forman parte de esta las ideas reflejadas por la base y las relaciones ideológicas que nacen en correspondencia con esas ideas, así como las organizaciones e instituciones (estado, tribunales, iglesia, etc.) (…) La superestructura no se concreta simplemente a reflejar la base, las transformaciones que tienen lugar en ésta, sino que también influye activamente sobre ella. La superestructura aparece porque sin ella la base no puede existir ni mantenerse. La cuestión reside en que en la sociedad todo lo hacen hombres y estos siempre actúan siguiendo sus propias aspiraciones y deseos, es decir, se guían por el reflejo ideal de sus requerimientos reales. (…) Sin embargo, en la sociedad de clases su situación económica (y por tanto sus exigencias materiales) es distinta. La clase que domina económicamente crea ideas e instituciones orientadas a mantener y consolidar una base que garantice su situación dirigente en la sociedad. De esta suerte en la sociedad antagónica la superestructura refleja la base desde las posiciones de las distintas clases.(…) Estado Instrumento fundamental del poder político en la sociedad dividida en clases. El estado surgió como organización de la clase económicamente dominante. (…) La clase dominante debe apoyarse ya no en la fuerza de la autoridad, sino en la autoridad de la fuerza. He aquí por qué con la aparición de las clases surge también el Estado como un aparato especial para mantener el orden social, desde luego, de acuerdo a la voluntad y el deseo de los “fuertes de este mundo”: las clases explotadoras. Este aparato está integrado por destacamentos de hombres armados: el ejército, la policía, etc., los cuales tienen a su disposición aditamentos materiales como cárceles y otras instituciones.
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Familia La familia no es una categoría biológica, como afirman los burgueses, sino una categoría social. Constituye la célula de la sociedad.(…) Las relaciones conyugal-familiares vienen determinadas en fin de cuentas por el modo de producción y las relaciones productivas materiales que imperan en la sociedad. De ahí que en la marcha evolutiva de la sociedad se modifiquen las formas de familia. (…) Pueblo (…) Desde el punto de vista del materialismo histórico es aquella parte de la población que en un periodo histórico dado se halla interesada en el desarrollo progresivo de la sociedad, que juega el papel decisivo en la instauración del régimen social nuevo, más avanzado. (…) En las sociedades antagónicas constituyen el pueblo principalmente las masas trabajadoras, los creadores de los bienes materiales. (…)
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ConViviendo Se elaboró, con algunos segmentos de las entrevistas el siguiente video.
CRÉDITOS Producción: Ana Medina Asistente de Producción: Dulce Medina Cámaras: Ricardo Castillo Barbara Meo Edición: Ricardo Castillo Jonathan Mendoza
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Segre, Roberto. Arquitectura y urbanismo en la revolución cubana. La Habana: Pueblo y Educación, 1989.
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Créditos de las fotografías. Graziano Gasparini y Luise Margolies.
Capítulo I, pp. 22 y 28
Capítulo II, pp. 46, 47 (superior), 48 (excepto superior izquierda), 49, 50, 51, 52, 53 (superior), 54 y 55 (superior) Prensa Presidencial
Capítulo II, pp. 58 y 59 (inferior) Agencia Venezolana de Noticias
Capítulo III, pp. 68, 69, 70, 76, 77, 78 y 81 De la autora
Capítulo I, p. 37(superior)
Capítulo II, pp. 47 (abajo izquierda y derecha), 48 (superior izquierda), 55 (inferior) y 56
Capítulo III, p. 80 Las imágenes de las entrevistas fueron extraídas del video realizado por Barabara Meo y Ricardo Castillo.
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