Ana Lourdes Cabrera By
La Historia de Como Pude Manejar un Auto
La Historia de Como Pude Manejar un Auto Posted by Ana Cabrera on Jan 6th, 2015
Fobia a conducir Amaxofobia es la fobia o miedo a conducir un vehículo que puede deberse, por ejemplo, a la inseguridad, o a la participación del individuo como tal o de alguna persona conocida de éste, en accidentes. A menudo se manifiesta en verdaderos ataques de pánico y muchas personas se quejan de ansiedad y agitación en los días u horas que tienen que conducir un vehículo. Después de leer sobre esta fobia considero que no he padecido de ésta de una forma severa, pero he sentido por mucho tiempo un miedo casi irracional a la velocidad y por supuesto que a conducir un carro.
De yo nunca voy a manejar, a yo me voy a esforzar Esto mientras vivi en Cuba no fue un problema para mi, y muchas veces decía “yo nunca voy a manejar”. Cuando decidí venir a vivir a Estados Unidos dejé de decir tal cosa y repetía casi constantemente “yo me voy a esforzar y voy a manejar” pero ni yo misma podia creer lo que afirmaba. Aunque sabía que la única forma de superar el miedo es enfrentándose a él, así que había que llegar hasta el carro y enfrentar, la ansiedad que éste me provocaba. Un mes después de llegar a esta ciudad me preparé e hice el examen teórico y lo pasé sin problemas, lo que quiere decir que obtuve una licencia que me permitía conducir acompañada de alguien que ya fuera un profesional ante el timón. En un parqueo muy cerquita de donde vivía, mi esposo y yo nos animamos a empezar lasclases de conducir, donde yo sería su alumna y él mi profesor, únicamente quiero comentar que eso fue un desastre. Solo dos días duró el “entrenamiento” y decidimos que era mejor parar y conservar un matrimonio de 29 años.
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Un día me crecí
Hay ciudades en las que se puede vivir perfectamente gracias al transporte público y cuento que he hecho bastante uso de él, pero en Miami no conducir un auto origina un problema fundamental y es la imposibilidad de trasladarte sin la ayuda del otro, la dependencia. Esto afecta a la persona que no conduce y a las que le rodean también. Seis meses después de mi primer intento fallido y de ir aumentado los problemas ocasionados por no poder trasladarme sola, encontré valor para iniciar mis clases de conducción, les cuento que estuve a punto de suspender nuevamente la segunda clase, sentí tanto miedo y para colmo un dolor en mi pierna derecha que casi no podia caminar, fue gracioso, porque cuando se lo comenté al profesor me dijo: “que milagro que solo te duele la pierna porque a ti te debe doler todo” lo decía por la tension con que tomé mi primera clase. Ariel es el nombre del instructor que esta vez me ayudó a alcanzar mi meta. Es un joven que tiene la licencia del estado de la Florida y cuenta con la experiencia para ayudar a otros a convertirse en un conductor seguro. Fue muy paciente y tomó todas las medidas para que yo pudiera, a mi ritmo, conducir de una manera segura y lo más agradable posible. También mi esposo sin quitar su mano del freno de mano y regalándome toda la paciencia que él no tiene, me ayudó y me dedicó unas cuantas horas de sus
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vacaciones de fin de año, lo que me permitió el día 30 de Diciembre pasar el tan temido examen para la licencia de conducir. No puedo decir que no tengo el temor característico de los conductores novatos, el cual se puede ir superando por medio de la práctica constante. Pero estoy extremadamente feliz, considero que obtener esa licencia fue un premio al esfuerzo sin límites que hice a mis 51 años. Tener la licencia de conducir y andar manejando por las calles de Miami es sin dudas uno de los logros más grandes que he tenido en mi vida. Es una prueba de que se pueden vencer los obstáculos para que las metas no se queden en planes o sueños. Con Amor Ana Cabrera
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