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PRESENTACIÓN El taller “Escritura creativa: encuentro mágico con la palabra para reinventar la realidad”, fue organizado por el Colegio Nacional de Periodistas Seccional Falcón en alianza con la Universidad Politécnica Territorial de Falcón “Alonso Gamero”, como parte de la programación del mes del periodista. Esta actividad fue guiada por los profesores Gregorio Moisés Chirino y Ana Cristina Chávez, docentes adscritos a la Coordinación de Lenguaje y Comunicación y al Departamento Académico de Formación General de la universidad. El taller se efectuó del 12 de mayo al 06 de junio de 2017, tuvo como propósito motivar el interés por la escritura creativa desde la reflexión, práctica y producción de textos lingüísticos. El mismo se desarrolló en cuatro sesiones formativas y una de evaluación, que permitieron abordar los procesos necesarios en la escritura creativa, el poder de la palabra, el oficio de crear, los géneros literarios y los recursos lingüísticos o retóricos. Para propiciar el aprendizaje de los participantes, se realizaron diversas dinámicas que buscaban desarrollar la creatividad, imaginación y habilidades escriturales, partiendo del proceso de introspección, pasando por la contemplación activa y culminando con la reflexión, entendiendo que el escritor parte de su mundo interior, con emociones, pensamientos y subjetividades, se vincula con el entorno a través de la activación de los sentidos y de las vivencias, amalgamando a través de la reflexión y la producción creativa los dos mundos, el interno y el externo, para convertir el texto en un vehículo que va más allá del fin comunicativo. A continuación, presentaremos parte de las producciones literarias desarrolladas durante el taller, las siguientes, son sólo una muestra del gran talento que poseen los participantes, periodistas de profesión y oficio que día a día cumplen la hermosa labor de informar con ética y responsabilidad, y que en esta oportunidad se atrevieron a embarcarse con nosotros en esta nave, para surcar el mar de la imaginación y la creatividad. Esperamos que también disfruten el viaje.
Los facilitadores.
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A MODO DE PREÁMBULO CREATIVO
El poder de la palabra La palabra crea, transforma, invita, mueve y sacude las raíces, la palabra es comezón en la piel del alma, abre emociones, tensiona y libera sentimientos, obliga a dar razones, causa delirio o desvaríos, la palabra construye, edifica. Tú eres palabra. Moisés Chirino.
Las palabras que pronunciamos, las que permanecen en nuestra mente, desde antes, desde siempre, estaban guardadas en nuestra alma, han llegado ahí gracias a un acto tan sublime como el placer del amor. Se grabaron en el cuerpo, en cada poro de este mar que es nuestra piel, a través de la lectura, en ese momento perfecto que es el éxtasis de la idea. También hay palabras que nos arrullan desde el nacimiento, que nos hacen recordar de dónde venimos y quiénes somos. Para ellas, todas, este canto nuevo con olor de amanecer.
Ana Cristina Chávez.
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Los participantes y sus creaciones
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Amanda Miquilena
MILES DE KILÓMETROS CERCA La distancia más corta es la que siempre separará a dos personas que se quieren. La distancia, en su espuela de ironía, obliga por causa del corazón y la nostalgia, a mantener siempre presente a quien está ausente. En el universo no hay una distancia tan larga que no pueda ser recorrida por el pensamiento, los sueños y los recuerdos. Elizabeth, una joven ingeniera norteamericana, veía con ansiedad su reloj cuyas agujas se acercaban a la hora de partida de su vuelo. Había visto dicho aparato unas 17 veces cuando sus padres, apresurados y sin aliento, entraron en la zona de espera del aeropuerto internacional de Jacksonville. Finalmente, la pasajera dejó escapar un respiro de alivio sabiendo que no tendría que viajar al otro lado del mundo sin despedirse de ellos. “Cuando llegues nos escribes por el WhatsApp, o te conectas al Skype”, dijo Martha, la mamá, quien fue interrumpida por el señor Albert, “mantén tus ojos en todas partes, si ves a alguien extraño, busca a un policía”, sugirió enfáticamente. Elizabeth sonrió con ternura pensando en lo gracioso que era que a sus 26 años todavía tuviera que escuchar esas recomendaciones. Para cortar las letanías de sus siempre sobreprotectores padres, ella exclamó, “ya tengo todo lo que necesito, ya repasé la lista tres veces, hasta metí mi pierna de repuesto”. Elizabeth había perdido una pierna en un accidente automovilístico cuando tenía 16 años y desde entonces sus padres experimentan bajas de tensión cada vez que ella les notifica que saldrá de la ciudad por algún motivo, pero el caso es que ella bromeaba, su discapacidad estaba lejos de ser un impedimento, tanto, para no ser ni siquiera el foco de esta narrativa. El mismo temor que sintió el señor Albert al ver el avión despegar hacia Japón, se convirtió en realidad ocho horas después cuando a través de las noticias supieron de la precipitación a tierra del vuelo con la muerte de diez personas. El contenido de la información se repetía en las distintas plantas televisivas, así que los desesperados padres se volcaron al internet donde tampoco se ofrecían mayores detalles. Las horas de agonía pasaban, ni siquiera la aerolínea ofrecía respuestas. Los nombres de las personas fallecidas no se harían públicos hasta tanto los equipos de rescate no concluyeran su trabajo. La incertidumbre, reina de las ansiedades, se apoderaba de los padres, atados de manos y pies. Frente a un cuadro de Elizabeth en su primer día de kinder, la madre lloraba desconsoladamente, “no puede ser que esa haya sido la última vez que la vi”, dijo.
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Finalmente, un zumbido familiar interrumpió la zozobra, era un mensaje de WhatsApp que mostraba la foto del sol en pleno atardecer, eran las 5:30 de la tarde en Japón y Elizabeth acababa de aterrizar, “estoy bien, ¿Cómo están ustedes?”, preguntó. Los padres, aún sin poder creerlo, le contaron sobre la insufrible noche que pasaron y así mismo pidieron explicaciones con urgencia. A todas estas, el avión accidentado resultó haber sido otro de la misma aerolínea y con el mismo destino, por lo que todo el llanto, temor y desasosiego había sido en vano, y eso era ¡muy bueno! Veinte minutos después, el sol se asomó por la ventana, la mañana había llegado. Sin pensarlo dos veces, los padres tomaron una foto del mismo sol que había despedido a su hija a miles de kilómetros de distancia. Parece tonto asombrarse ante un hecho tan cotidiano como la rotación de la tierra, pero en realidad lo que nos maravilla es lo cerca que estamos unos de los otros en comparación con la eterna inmensidad de este pequeño universo.
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LA TEORÍA DE LAS CUERDAS
El olor del café que ya no tomaba, las risas en el pasillo, el sonido del papel de regalo navideño rompiéndose los 25 de diciembre en la mañana. Eran recuerdos que pasaban por su mente mientras hacía un último recorrido por la casa de su infancia antes de venderla. Con mucha nostalgia, José, recogía las cajas llenas de objetos que tenía años sin ver, cada uno cargado con su propia historia. Sus hermanos, Jessica y Matías, se ocupaban de lo mismo, aunque el progreso era lento debido a las repentinas remembranzas que cada detalle ameritaba. Sin embargo, por mucho que los hermanos lo intentaran, simplemente había cosas que no podían recordar y papá y mamá ya no estaban para auxiliarles. Cosas como las pintas que tenía la gata o el nombre del peluche de Jessica, o dónde se sentaba papá a ver su programa favorito, ese cuyo nombre tampoco recordaban. De repente, José vio en una de las cajas, una vieja cuerda de saltar, una con la que solían jugar y pelearse los tres. Así que como era de esperarse, los tres, adultos ya, saltaron sobre el objeto para apoderarse de él. José dijo, “¡Mentepollos los dos!, déjenme saltar a mi primero, a lo mejor me devuelvo a ese tiempo”, agregó con sarcasmo. José no tomó en cuenta el estímulo sensorial que deriva de repetir una acción que se realizaba en el pasado, como cuando se pierden unas llaves y se repasan los últimos sitios donde se estuvo con la finalidad de evocar el recuerdo. Era eso, o José se había topado con la ejecución de la teoría de la relatividad de Einstein, la teoría de las cuerdas del universo o el fenómeno de la curva cerrada de tipo tiempo. Todo eso combinado o simple y llanamente le vinieron a la mente todas las imágenes que ya no podía recrear con sus palabras. Mientras saltaba con la cuerda podía ver muy claramente el televisor encendido, la radio haciendo eco en la distancia con canciones de los 90, su papá con una sonrisa, sentado al lado izquierdo del sofá, junto a la mesita, la gata marrón con negro y blanco, el peluche, todos estaban allí, incluyendo a sus dos pequeños hermanos. Pronto cada uno tomó su tiempo para saltar, con la intención de volver a ese pasado aunque fuese por un momento. Jessica pudo ver de nuevo sus pinturas y Matías su bicicleta. Inexplicable era como esta cuerda les permitía ver hacia atrás pero lo hacía. Ya fuese por causa de un fenómeno sicológico o por una teoría de la física que dice que todo lo que existe en el universo está compuesto por cuerdas, los tres hermanos fueron capaces de despedirse de la casa grande de su infancia, o también podría haber sido, ¿por qué no?, la casa, la que al fin pudo despedirse de ellos.
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LA GRAN PREOCUPACIÓN DE DAVID
Eran las tres de la mañana y el silencio y la paz reinaban en el apartamento de David. Sin embargo, la habitual calma fue abruptamente interrumpida por un toque en la puerta. Asustado y asumiendo lo peor, David saltó de la cama y corrió hacia la entrada. Al abrir la puerta encontró la respuesta de la oscuridad y nada más. Relajado, se dio vuelta y se rió de si mismo puesto que un sueño le había engañado. Aún así, lo que ingenuamente ignoraba era que el hecho se repetiría al menos 20 veces más. Todas las noches, a las tres de la mañana, el mismo toque se escuchaba en la puerta principal. David, con una descuidada barba y ojeras, atendía el llamado de la oscuridad, de la oscuridad y nada más. A los 31 días de sueño interrumpido y de haberlo intentado todo, incluyendo un desfile de brujos, cazafantasmas y rituales religiosos, David se dio por vencido, sentándose derrotado en su viejo escaparate. Acompañado por el silencio de la tarde, el joven desesperanzado escuchó un toque, no una sino tres veces. Esta vez notó que el ruido venia de debajo suyo y sin pensarlo, abrió rápidamente el primer gabinete del mueble. Eran dos pájaros carpinteros que habían decidido vivir con él. Al percatarse de que esta era la razón de sus noches en vela, exclamó, “eran solo unos pájaros, era eso y nada más”.
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LA ENERGÍA NUNCA MUERE “THE ENERGY NEVER DIES” Tan grande como el número de estrellas en el cielo tan hondo como la profundidad de los sueños tan extensa como la vida de los recuerdos así sigo mi camino en el firmamento.
Desde que cerré los ojos he descubierto que ya no tengo miedo de entenderlo que de verdad no hay ni un final ni un comienzo que la muerte es solo un tropiezo y que mi esencia y mi amor trascienden en el tiempo.
De mi mano te vi crecer ahora sin ella te veo también ya no sacas tus juguetes a cada rato tampoco usas tu camisa de bachillerato en el día y en la noche te veo reír y llorar solamente tienes que saber que tú, sola no estás.
Ellos dirán que el amor se acaba al partir pero la persistencia de la energía es algo que no se puede discutir por eso créeme, yo estoy aquí desde el momento en que mi corazón dejó de latir.
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HISTORIAS DE CINCO VIERNES Desde el amanecer, se comienzan a pintar los trazos en el libro que el escritor va a comenzar páginas de azúcar y miel se combinan también con la hiel y con rítmica tremendura, las palabras se apresuran.
La primera página cuenta la historia de Mireya una joven que frente a su casa espera la mirada sincera de un apuesto príncipe que de su corazón las tristezas disipe.
Después del punto y aparte llega Federico con Gabriel García Márquez en su maletín y otros manuscritos contentivos de palabras que bailan al compás de sus suspiros. Luego el escritor pensó en Kathiely a quien le entregó un “Cielomadera” y cabello de vermicelli una infancia en la tierra del sol amada y una pluma con tinta preciada.
En la sonriente curvatura de la jota mayúscula apareció Jaqueline hablando por teléfono y luchando con el trajín recitando melodías que teje en palabras con una habilidad que no todos alcanzan.
Al voltear la página despertó Noé un personaje hecho de talento y café con escritura divina y un corazón como ya no se ve
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recita un dulce discurso y pone el mundo a sus pies.
El último capítulo dibujó a Ignalys con recuerdos invaluables de figuras maternales y con cariños interminables que avergüenzan los granos de los medanales.
Concluida la obra ya de una vez el escritor imprime lo ordenado al pie de la pluma de Ana Cristina Chávez y el profesor Moisés.
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Sobre la autora: Amanda Lourseb Miquilena Coronado nació el 16 de diciembre de 1986 en Coro, estado Falcón. Estudió Comunicación Social en la Universidad Rafael Belloso Chacín, ubicada en el Zulia, donde se hizo acreedora de cinco premios otorgados por la realización de destacadas producciones audiovisuales, así como la redacción de guiones cinematográficos. Igualmente, durante el curso de sus estudios, recibió el premio al Talento Periodístico, organizado por el canal de televisión Globovisión. Pocos años después se desempeñó como periodista de política del diario “El Falconiano”, donde laboró por tres años. Amanda escribe historias desde que era niña y le dedica estos textos a su mamá, su papá y a todos los gatos que ha tenido.
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Ygnalys González Revilla
SOY GUERRERA Al recordar mi hermosa casa, donde vivíamos seis mujeres: mi abuela, mi madre, mis cuatro hermanas y yo, siendo mi i abuela el centro y el sol radiante de cada mañana. Gratos recuerdos llegan a mi mente, imágenes donde mi abuela con su dulce voz pausada y suave me decía “Mi niña guerrera” y fue así como esa simple palabra forma parte de mi vida. Mi madre de igual forma al referirse a mí, utiliza expresiones como dedicada, fuerte, perseverante y luchadora… ¡Qué bienaventurada me siento al sentir que eso soy para mi adorable viejecita! ¡Soy Guerrera! En el día a día En ser ejemplo para mis hijos Por contar con un buen esposo ¡Soy Guerrera! En amar y respetar a mi madre Por contar con las mejores hermanas del mundo En cada logro alcanzado en lo personal, profesional y en la vida ¡Soy Guerrera! Por haber parido bajo la gracia de Dios a mis dos grandes tesoros… Mis hijos Por respirar y luchar cada mañana bajo la bendición de Dios y del Espíritu Santo ¡Soy Guerrera! Por estar acá entre todos ustedes que me leen o escuchan en este momento maravilloso y mágico para mí.
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SUEÑOS DE CARRUSEL Con un manantial azabache y piel suave como la seda, reposa en su ventana con su mirada viva que alcanza las estrellas, se dispone a cerrar sus grandes ojos esmeraldas para comenzar a soñar con su lindo carrusel. Retratos fugaces llegan a su memoria, enormes ruedas de cristal giran y giran. Los tiovivos por doquier la invitan a jugar y reír. A todo galope se desplaza, montada en un hermoso unicornio, ejemplar sin igual quien con sus enormes alas arropaba el frío de la noche y su cuerno en la frente rompía la brisa al andar. ¡Qué afortunada soy! Repetía la dulce chica de larga cabellera por ser la única que montaba en el carrusel a esa hermosa criatura mágica, de carácter noble, pura y muy espiritual. Aferrada a su caballo mitológico recorrían mil caminos buscando a su paso el destino que anhelaba encontrar. Al despertar aún con el furor recorriendo su cuerpo, la chica azabache espera ansiosa ser rescatada por su gentil caballero, quien llegará a su ventana, la estrechará entre sus brazos y susurrará en su oído palabras sutiles como muestra de amor. En la vida, para lograr ser feliz hay que siempre, siempre, siempre sonreír y nunca abandonar la alegría de soñar en este mundo sin igual. Palabras sabias repetidas por la linda joven que no dejó de reír y soñar. Todas las noches cargadas de espesa neblina cuando sentía las estrellas muy cerca de ella, veía el carrusel girar y girar con la esperanza de ver llegar nuevamente a su noble príncipe montado en su unicornio blanco, quien llegará para rescatar a la princesa que nunca, nunca dejará de soñar.
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EL TIC TAC DEL RELOJ
La sutil y fría brisa del amanecer, invita a celebrar la llegada de un nuevo día, cargado de esperanza y bendiciones. Abrir los ojos cada mañana y saber que en mi regazo se encontraban mis dos hermosas inspiraciones de vida. Sentimiento de amor incalculable, quienes me arrullaban en sus brazos y educaron con valores indestructibles. Olfateo el suave olor de lavanda en la piel de mi abuela y mi madre. Desde niña mis dos ejemplos guiaron mi vida por el camino del bien, con buenos principios, respeto, amor al prójimo y a nuestros semejantes, todo esto con mucho amor familiar. Mi abuela sin mucho estudio ni profesión universitaria contaba con los mejores índices académicos en educación, esfuerzo, atención y sabiduría, las cuales sembró en mi madre. Aromatizaba toda la casa con su olor mientras preparaba su acostumbrado guayoyito con su toque de canela, acompañando el desayuno con una suave y blanquita arepa que se derretía en el paladar… Nunca he probado un desayuno como los de ella. Transcurrían las horas y mamá se encargaba de ayudar a mis hermanas y a mí a estar como siempre puntual en el colegio, con una cola de caballo y el uniforme pulcro que deslumbraba con los primeros rayos de sol. Qué orgullo y privilegio por ser tan querida y atendida por mis amores. Al regresar de una larga y fructífera faena de aprendizaje, corríamos a la mesa a degustar un divino manjar preparado por mi abuela. “Miles de bendiciones para ti Ma´ramona por amarnos tanto”. El tic tac del reloj seguía corriendo anunciando que luego de cumplir con las tareas y actividades en el hogar asignadas por mamá, ¡Al Fin! Había llegado la hora de la recreación con mis hermanas. Innumerables juegos y ocurrencias entre nosotras, pero siempre esperaba serena y tranquila en un cajón de la mesita de noche, mi juego favorito multicolor, que al girar brillaba como relámpagos de hermosos colores, era mi cuerda brinca – brinca. Tic Tac Tic Tac transcurren las horas pero nuestros cuerpos solo sentían el deseo de seguir y seguir saltando bien sea con un pie, con dos pies, con una cuerda o dos cuerdas. Al escribir estas líneas florece mi inspiración y me traslada a esos momentos mágicos donde jugábamos saltando la cuerda, la cual giraba y giraba por debajo de los pies, por encima de la cabeza, saltar, saltar y saltar hasta lograr el mayor número de saltos o desvanecer del cansancio. Saltar, girar de un lado al otro, salir o volver a entrar, en fin fueron tantas formas divertidas de saltar la cuerda que aún está desbocado mi corazón. Tic Tac Tic Tac la sutil brisa de la noche llegó nuevamente a mi refugio donde me dispongo a descansar, no sin antes sentir un dulce beso de mi madre en la mejilla y recibir la bendición de mi Ma´ramona. Tic Tac Tic Tac mi cuerda multicolor descansa junto a mí, esperando un nuevo amanecer para volar, jugar y soñar juntas. 15
EL AVE DE LA MIRADA PERDIDA Fresco rocío de la mañana donde solo se escuchaba el fino murmullo del viento que recorría y acariciaba los árboles y montañas en tan agraciada pradera, cubierta de radiantes colores verde, amarillo, azul profundo y todo un arco iris se entrelazaban en ese paisaje sin igual. Ahí estabas tú… pensativa y callada, con una mirada profunda que se perdía entre la pradera y los frondosos arbustos, rebuscando minuciosamente todo el lugar queriendo alcanzar el cielo y volar y volar tan alto tan alto para poderte encontrar. Con el trascurrir del tiempo ahí seguías tú, con tu cabello recogido, en oportunidades ansiosa, nerviosa, mordiendo tus labios y con la mirada perdida, pidiendo al cielo poderte encontrar. Soñaba con su hermoso plumaje brillante que acariciaba por horas. Pero aquella esquiva mujer no dejaba de soñar, aferrándose a la idea de poderte encontrar. Cuenta la historia que su amiga tenía un ave igual pero muy vanidosa quien cubría su plumaje con finas piezas de oro y piedras preciosas pero a pesar de tantos lujos no era feliz. Al contrario del ave de esta callada mujer de mirada perdida, quienes recorrían felices toda la inmensa pradera, libres, libres como el viento. Sonreían, siempre juntas hasta ese fatal día que sin palabra alguna y sin poder mediar, unos crueles malhechores arrebataron de sus brazos a su ave multicolor. Malayo el día que se atrevieron sin razón alguna a borrar esa sonrisa de sus labios y separarlas para siempre. Siguen trascurriendo los días y solo se escucha con voz entrecortada y temblorosa decir “Ven mi ave hermosa… regresa pronto”. Todas las mañanas yacía a la misma hora y en el mismo lugar con la esperanza de alcanzar el cielo y volar y volar tan alto tan alto para poderte encontrar.
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ETERNAMENTE VACA GALLINA I Escudriñar mis pasajes de niña acrecientan mis primeras palabras todas entrecortadas y mal pronunciadas pero cargadas de mucho amor Vaca Gallina II De mi mente siempre brinca tu recuerdo suena una y otra vez en mi oído el dulce sonido del viento que trae tu nombre eternamente Vaca Gallina III Tierna y blanca como la nieve larga cabellera como rayitos de oro voz aguda, como silbido en el campo así eras tú Vaca Gallina IV Era tan pequeña que no sabía pronunciar tu nombre Tu particular risa contagiosa iluminaba toda la casa sin dejar un solo rincón sin colorear así eras tú Vaca Gallina, mana querida V Me colmabas con el perfume de tu cariño Aún siento tus manos de terciopelo acariciando mi rostro bajo el calor de tu mirada me arropabas así eras tú Blanca Yanira VI Eternamente mi Vaca Gallina o Blanca Yanira es igual hermana, mi admiración y amor por ti solo Dios sabe lo difícil de los últimos años sin tu presencia física pero acepto la voluntad divina al decidir llevarte a su lado VII El cielo se vistió de gala al recibirte porque eres única y alegre y peculiar como los rayos del sol añoro la dulce espera de tus palabras en la clara, suave y fría brisa del amanecer
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VIII Sentí el perfume de su cariño sentí lo dulce de su abrazo sentí su mirada cuidando mis pasos sentí tus besos y atención cada mañana IX Lloro cuando te recuerdo te recuerdo con nostalgia cada instante camino por la calle y te veo veo la luz de tu corazón que ilumina mi camino
X Como quisiera alzar mis manos y que florezcan grandes alas mágicas y llegar a ti hermana querida para abrazarte fuerte y susurrarte siempre siempre eternamente mi Vaca Gallina.
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Acerca de la autora Soy Ygnalys de Jesús González Revilla, nacida en Coro, tierra caquetía de grandes medanales, el 23 de abril de 1974. Durante mi infancia, adolescencia y parte de la adultez estudié en la Escuela de Arte Dramático “Andrés Bello” egresando como Actriz de Teatro, lo cual me hizo merecedora de formar parte en las tablas de la reconocida Compañía Regional de Teatro del Estado Falcón. Inicié mis estudios profesionales en el Instituto Universitario de Tecnología “Rodolfo Loero Arismendi” obteniendo el título de Técnico Superior Universitario en Publicidad y Mercadeo. Posteriormente obtuve los títulos de Licenciada en Administración de Empresas y de Especialista en Gerencia Pública, otorgados por la Universidad Santa María. Seguidamente en la reconocida casa de estudio Universidad Cecilio Acosta obtuve el titulo de Licenciada en Comunicación Social, mención Desarrollo Social. Desde el año 2000 soy funcionaria pública en la Corporación Eléctrica Nacional CORPOELEC en la ciudad de Coro. Desde el año 2010 cumplo funciones como periodista institucional en la Gerencia de Comunicación y Relaciones en la estatal eléctrica del estado Falcón. He sido bendecida con dos hermosos hijos: Juan Armando y Leticia Guadalupe, grandes tesoros que enaltecen mi vida y esencia.
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Nohé Ramón Gilson Reaño
COMUNICATIVO
Me identifico con esta palabra porque siempre me he considerado una persona introvertida. Cuando estaba pequeño siempre me encontraba en mi mundo y muy poco hablaba con otros niños. Me ayudó mucho el liceo, los compañeros, el equipo de fútbol y hasta los grupos de la Iglesia. Buscaba esa necesidad de hablar mucho más y de comunicarme muy bien. Hoy tengo un proyecto que he titulado: “COMUNICANDO VALORES” que gracias a los medios de comunicación han sido de gran ayuda para dar a conocer estas cosas buenas que hacen tanta falta en la sociedad. Ahora entiendo mucho más el valor de ser comunicativo, de expresarme a través del habla y de la escritura, porque creo que puedo decir una palabra y que la misma pueda ayudar a transformar o renovar a todos aquellos que la escuchen. No puedo mantenerme en silencio, sin expresar lo que dice mi corazón. Dios me ha dado “palabras” para sentirme en comunión con el otro que también es una persona comunicativa.
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GOTAS CON MELODÍAS Era las tres de la tarde de aquel viernes 12 mayo. Me encontraba en la casa de mi mamá esperando que llegara la luz porque tenía que hacer un trabajo en el computador. Empezó a llover y me preocupé mucho por la hora, el palo de agua y por no tener electricidad ya que el trabajo que tenía que hacer era urgente. De repente se me ocurrió dejar a un lado lo que me agobiaba y comencé a admirar y escuchar el sonido de las gotas al caer al piso. Me fui hasta la terraza de la casa, me senté y cerré los ojos para deleitarme con aquel hermoso sonido que producía la lluvia. Al principio era un ruido fastidioso, pero cuando aquella gota se hacía “charco” la sonoridad del agua era como escuchar un concierto de la mejor orquesta filarmónica del mundo. Tic- toc, era lo que escuchaba, se parecía mucho al sonido que produce el reloj cucú, pero me encantaba y me quedé allí disfrutando de los golpes que daba la gota cuando caía al suelo. Confieso que me quedaba dormido pero eso también servía para relajarme y dejar a un lado mis preocupaciones. Después descubrí que no era sólo el sonido de la lluvia que me hacía feliz, sino que también disfrutaba del aire frío y las pocas gotas que empapaban gran parte de mi ropa. Escuchaba a lo lejos los perros ladrando y hasta los niños que jugaban y se bañaban en la lluvia, y esos ruidos los unía a la sonoridad de la lluvia. Yo vi aquellas gotas como un regalo de Dios, porque me ayudó a calmarme, a fortalecerme y hasta amarme mucho más. El hermoso “ruido” me sirvió para sacarle un nuevo ritmo con el tic-toc. Hasta me inspiré para escribir una estrofa de un futuro poema, y dice:
Gotas que llegan a mi vida para fortalecer mi alma, que el sol al salir no sustituya las hermosas melodías que me calman. 21
También ese momento sirvió para hacer un cuento que titulé: “Niño Gota”. Y es la historia de un muchacho que por arte de magia se convirtió en una gota y la gente le gustaba su forma de ser porque cuando hacía algún movimiento producía un sonido muy agradable. El niño gota se volvió famoso porque los “ruidos” que hacía se convertían en melodías. Duré casi una hora allí sentado contemplando y viviendo esa bendición del cielo, y fue mi mamá quien me ayudó a aterrizar de nuevo, casi con un susurro en el oído diciendo: “Hijo, llegó la luz”.
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EL CIELO Y EL TROZO DE MADERA
El inmenso cielo ve a lo lejos un trozo de madera que se encontraba solitario en aquel hermoso bosque, y le pregunta: -
Madera, ¿qué haces tan sola en ese lugar?, ¿Por qué no juegas o hablas con otros materiales que nos da la madre naturaleza, que a la final son familiares tuyos?. La madera le contesta:
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Amigo Cielo. Estoy aquí porque un niño hace días me dejó en este lugar. Yo no sé si es que se le olvidó o me tiró aquí. Lo cierto es que pasé días muy felices a su lado. Recuerdo que una tarde me dijo que yo era su barco y me pasaba flotando tanto en la bañera de su casa como en el río de este bosque. También serví de espada, escudo y hasta de carrito. Ahora estoy solo y no sé si vendrá nuevamente por mí. El cielo para animarlo, le dijo:
-
No te sientas mal, todos los que estamos a tu alrededor ahora somos tus amigos y tenlo por seguro que ellos también querrán jugar y vivir contigo.
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SER ESPEJO PARA OTROS En una cartera de mujer, todos los accesorios quisieron reunirse porque tenían varios días conviviendo pero no se conocían. Tomó la palabra el cepillo y dijo: “Yo hago embellecer a la mujer porque en todo momento me pasa por su cabellera y queda hermosa”. Levanta la mano el labial y comenta: “Yo le coloco en sus labios un color radiante y bello, para cuando le toca dar un beso, me quedo también en la boca o en la mejilla de los caballeros”. La colonia también se presentó y dijo: “Mi trabajo es perfumar, no solo el cuerpo de mi ama, sino también todo el ambiente”. En eso levantó la voz el monedero y exclamó: “Yo me considero el accesorio más importante en la cartera de esta mujer porque dentro de mí existe el “meñeñe” que usará para comprarse todos los gustos que quiera”. Y así fueron presentándose cada uno, muchos alardeaban de ser los mejores y que sin ellos las mujeres no podrían verse bellas. Cuando pensaban que todos se habían presentado, salió de un compartimiento el espejo y dijo: “Disculpen amigos por ser el último, más no me considero el menos importante. La dueña de este bolso me llama espejo y hasta ayer pensaba que mi oficio era que ella se podía ver en mí y se arreglaba o se pintaba. Pues he descubierto que sirvo para muchas cosas; les cuento: En estos días fue mi dueña con unos amigos a un hermoso lugar al aire libre y cuando fueron a prender la parrilla vieron que no tenían fósforos, entonces mi jefa me buscó y me colocó frente al sol y en un instante salió una llama, que pronto se convirtió en una fogata. También recuerdo aquel día que ella se montó en una moto y la misma no tenía retrovisor, allí salí yo y me amarraron provisionalmente en uno de los mangos que estaban dañados y ayudé a que todos llegaran sanos y salvos. Y aquella vez que existió un eclipse me buscaron dentro de la cartera y ayudé a que muchos de sus amigos pudieran ver ese fenómeno natural. De mí han hablado mucho, que si me quiebro doy mala suerte, que cuando llueve con truenos y relámpagos tienen que taparme, que tengo que mantenerme limpio y hasta suelo salir en los dibujos animados donde una mujer mala siempre me preguntaba: Espejito, espejito ¿quién es la mujer más hermosa? Algunos de los utensilios de mujer que estaban dentro del bolso se molestaban llenos de envidia, otros lo felicitaban porque era de mucha utilidad para la dueña de la cartera y otros decían: “Cuando sea grande quiero ser como él”. Aquel pequeño accesorio se contentó porque su participación sirvió para ser espejo de todos los que habitaban en aquel inmenso mundo de la cartera de una mujer. 24
ESCRITOR CREATIVO I Con buen humor lo veo siempre. Bien vestido y arreglado. El maletín lo identifica como un hombre preparado. II Voz cálida, lectura pausada, de pasos seguros, mirada que arrastra a seguir caminando y luchar por la causa. III Su intervención en el taller delata sus conocimientos. Su participación nos hace ver que es un hombre con sueños. IV Seguro estoy que lo aprendido en estos enriquecedores días le servirá como docente, padre, abuelo y guía. V Para finalizar quisiera expresar siga siendo voz en la UPTAG para que muchos puedan crecer y seguir profundizando en ese caminar.
Para el señor Federico, participante de este taller de escritura creativa. 25
DEUS
Me creaste de la nada, y ante las carencias que tenía mi corazón apareciste Tú como una luz que ilumina el camino, como el Sol que guía al caminante que quiere llegar con pasos seguros y apresurados a su morada. Cuando te conocí, me enamoré de ti. Y como novio quería visitarte todos los días. Darte regalos y compartir contigo mis alegrías y tristezas. Y escuchaba en mis oídos, casi como un susurro, como un viento suave que acariciaba mi piel, aquellas palabras que me decías: TE AMO, TE AMO, TE AMO. Tu presencia son esas melodías que sonaban cual la citara acompañaba al cantor. Como los versos que inspiran al poeta para poder declamar lo que hay dentro de sí. Esa cercanía tuya da miedo pero también me da seguridad porque eres un Padre que aconseja, regaña y guía al hijo por el camino de la felicidad. Como discípulo te escucho y te sigo, y como Moisés ante la zarza también me quito las sandalias para adorarte, para respetarte, para decirte “papaíto”. Eres mi todo y ante la nada de mi presencia quiero sentirme delante de ti seguro y confiado en tu amor. Bendíceme siempre.
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MOISÉS Y ANA
I
Me hablaron que dos docentes dictarían un taller de Escritura creativa en el CNP.
II Moisés y Ana vienen de la UPTAG con conocimientos adquiridos para poder empapar a todos los periodistas de la ciudad.
III Moisés, “sacado de las aguas” y Ana la profetiza bíblica. Son los nombres de estos docentes que llenaron de creatividad nuestras vidas.
IV Gracias a ellos aprendimos, compartimos y nos enamoramos de la escritura creativa como un don o regalo.
V Pido a Dios que sigan derramando la fragancia del conocimiento no sólo a los periodistas sino también al pueblo entero. 27
Sobre el autor: Nohé Ramón Gilson Reaño es Licenciado en teología (Univ. Santa Rosa de Lima. Caracas. 1998). Estudios en Filosofía (Inst. Fray Agustín de Quevedo. Coro. 1994). Lcdo. en Comunicación Social, mención Desarrollo Social (UNICA. Maracaibo 2011). Culminando maestría Gerencia de las TIC`S (UNEFA Coro). Docente ADI UNEFM y AUDIOVISUALES. Conferencista sobre temas de valores personales, familiares y sociales, así como de espiritualidad. Productor y locutor del programa radial y de televisión: COMUNICANDO VALORES. Columnista del diario Nuevo Día. Ha publicado los siguientes libros: “Semilla de Esperanza” (2003), “Palabras Matinales” (2009), “Poemas para el Alma” (2012), “Candelaria Virgen Amada” (2016), “Valorando la profesión del Periodista” (2016) y “San Antonio Patrono Bendito” (2017).
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Jacqueline Perdomo Yanse
El niño junto al mar Cada tarde, de cada día, cuando el sol ya había dejado su intensidad y comenzaba a acercarse al mar como si quisiera fundirse en él, Juanito, el chico del barrio, el hijo de Dorotea, el de los bollitos dulces que tocaba las puertas del vecindario vendiendo su mercancía para que su buena Dorotea tuviese maíz, pá la arepita pelá. Ese chiquillo, con cabello ensortijado y ojos saltones corría hacia la playa, feliz, despreocupado, saltando como si su mundo se congelara en ese momento, apresurándose hacia su deseo: tocar el sol. Ese sol que se veía a lo lejos, pero también tan cerca, ¡tan hermoso! Así, Juanito pasaba sus tardes, añorando tener entre sus manitas con callos, ásperas, pero llenas de inocencia, ese ¡sol brillante! ¡Inalcanzable!, ¡tan cerca y tan lejos! y pasaba sus horas sentado, soñando, amando, pensando en la forma de hacerlo, buscando en sus más profundos pensamientos esa manera, ese reto, esa idea, esa pasión. Hasta que una tarde, de esas, de todas, de las de todos los días, Juanito se dio cuenta que no necesitaba llegar hasta donde ese sol estaba, allá al final, en el horizonte, en la lejanía. Esa tarde él entendió que su hermosura de sol siempre había estado a su lado, cerquita, muy adentro, allí en su corazón.
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CUANDO LA VEO Hace unos días, en medio de mis labores cotidianas en la obra que estoy realizando, me quedé por mucho rato, no viendo, sino mirando, observando detalladamente a la retroexcavadora, esa máquina que hace las zanjas, esas, que apresuradamente debo terminar. Y, en el apuro, en una malévola simbiosis con la presión del día a día, me quedé de repente mirando fijamente a esa máquina, con ese color amarillo chillón, que ciega al mediodía cuando se combina ese colorcito malasangre con el sol intenso de Coro; y en mis más profundos pensamientos me dije ¿a qué se parece? Y me tomé el atrevimiento de compararla con algo, de una manera rara, pero con todo el valor y el orgullo que implica semejante comparación. Lo comparé con una MADRE. ¡Pero no cualquier madre!, la comparé con una madre fuerte, arriesgada, trabajadora. Esa madre que se esfuerza como esa máquina cuando al arar la tierra choca con una piedra y se huele el humo de sus dientes, que se tambalea, pero sigue excavando… Así como ella, cuando aún sintiéndose decaídas siguen adelante. ¡Esa máquina se parece a una madre! Cada vez que zanja un poco más deja algo en ese hueco, un poco de todo, una manguera rota, un caucho que se vacía, una gripe, un dolor de cabeza, un tornillo, una fiebre, una tuerca aquí y allá. Pero sigue, se aferra, no pierde el ritmo, se cambia la manguerita, se toma una pastilla, y continúa, fuerte, tenaz, asombrosa, intentando aparentar su grandeza, aunque a veces la debilidad le susurra al oído que ¡ya no puede!, y lucha, y sigue. Se recalienta pero no para, sigue, así deje en cada contacto con la dura tierra parte de sus partes, de su vida, de su alma. Y esa máquina, grande, y esa madre inmensa, se sacrifica para llegar, para terminar con su misión de vida, abrir un camino, limpio, bello, sin piedras, sin dolor, sin angustia, sin tropiezos. Esa madre, la máquina, la mujer, deja allí su humanidad, para que sus hijos tengan la oportunidad de soñar, de correr libres como la naturaleza en la llanura, llenos de vida, con un camino hacia el futuro, hacia el bien, hacia el amor, hacia la paz.
Dedicado a las Madres.
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EL ESCAPARATE REGAÑÓN
Había una vez un escaparate de madera, de esos antiguos, que estaba en el patio de una casita muy humilde de Churuguara. Ese escaparate era conocido por los animalitos que andaban en los montes churuguareños como “el señor regañón” porque todo el día era una sola quejadera, desde que despuntaba el día hasta que el sol se ocultaba para dar paso al friíto de la noche. Una mañana el señor regañón amaneció peor que todos los días. Los chivitos que andaban junto a sus mamis se asustaban al oír los gritos de aquel escaparate olvidado en el patio. ¿Hasta cuándo voy a tener que soportar esos gritos que te salen del gañote? Vociferó el señor. ¡Apenas comienza el día y te pones a gritar! ¡Me tienes desesperado! Al lado, en una ramita estaba un pajarito que se acercó al señor regañón y le dijo: ¿no te gusta mi canto? ¡No! ¡Es horrible! Respondió el bravucón con una intensidad en la voz que le estallaban los oídos al viento. ¿Pero por qué? Preguntó el pajarito, extrañado porque todos los demás habitantes de la zona adoraban su trinar. ¡Porque a mí me gustan las canciones de Javier Solís, y tu todos los días lo único que sabes cantar es un ritmito odioso que dice: despacito, suave suavecito ¡la canción esa del tal Fonsi! ¡me tienes amargado! El pajarito le respondió: yo vengo todos los días a acompañarte, aunque me maltrates, pero de hoy en adelante para complacerte cantaré lo que te gusta, y así estoy seguro que seremos grandes amigos. Desde allí en adelante pajarito y escaparate se dividían sus canciones entre Solís, Fonsi, Chino, Nacho y de vez en vez un vallenatico de esos que hacían que escaparate recordara a su adorada mesita de noche, ¡la mujer de sus sueños!
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LA CÁRCEL DE DIAMANTES Había una vez una hermosa tucán, de colores brillantes, tan brillantes que el arco iris se opacaba al verla posada en los árboles. Su torso era de un negro intenso como la noche recia cuando se hace sentir en los finos destellos de luz, y enarbola su poder apropiándose de todo a su paso. Su pico ¡el pico! De un azul intenso como el cielo, contrastando con un amarillo araguaney, de esos que te dejan extasiado. Bella, así se llamaba esta hermosa ave, vivía junto a sus padres en una porción de la selva del país donde las mujeres más lindas bailan al son de la zamba. A pesar del gran esfuerzo de sus padres por complacerla, Bella era malcriada y arrogante. Ella, engalanada en su traje matizado reclamaba la complacencia de sus caprichos, se quejaba, retorcía, gritaba, pataleaba y se llenaba de pena porque no le daban todos los lujos que ella anhelaba. ¡Papá quiero dinero para salir de fiesta con mis amigas! Decía Bella. El padre, un humilde dueño de frutería, intentaba satisfacer los deseos de su preciosa hija pero era casi imposible contentar a esa muchacha malcriada, que con su vuelo quería conquistar los tesoros del mundo. ¡Hija! Decía el frutero ¿Qué más podemos darte? Ya casi estoy en la ruina por complacer tus gustos. ¡Quiero más! reclamaba Bella. Fue así como entre rabietas y despilfarros, en una noche de esas cuando Bella lograba vaciar los bolsillos de su sacrificado padre, conoció a Andrés, un joven tucán hijo de un apoderado banquero de la localidad. Y entre jueguitos, piquitos y abrazos, fiestas y amaneceres, Bella cambió sus limitaciones por grandes lujos. Hermosas joyas adornaban todo su cuerpo, cambió su plumaje por un baño de oro de 18 quilates ¡era despampanante el brillo de todo su cuerpo! Se veía radiante, esplendorosa, adinerada, mas linda, más… más… A partir de ese momento Bella cambió su belleza natural por un atavío unicolor, sólido, que solo se rompía con el destello de piedras y diamantes, que por momentos cambiaban esa uniformidad con su ensordecedor brillo. Alcanzada su meta, ahora con abundantes riquezas, se perdía mirando al cielo, ¡aquel que tantas veces fue suyo! Ahora, confinada a una ramita en la que debía vivir como pago por lo que tenía, presa, acorralada, sola, encerrada, triste y acongojada, perdió por testaruda el bien más preciado del mundo: ¡su libertad!.
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VOLVER
Así, sentada en el sofá contempla el cielo desde su techo y se eleva más allá del pensar.
Así, esa niña frágil a la vista, temblorosa y débil al hablar vuela entre nubes de colores para a su gran amor buscar y así tenerlo de vuelta y así volver a empezar.
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¡QUÉ LATITO TAN LATITO! Pensar en tenerte ¡jamás! Ni en mi más lejano sueño, y mucho menos después de haber sufrido la pérdida del padre de los dioses del Olimpo, ese que sufrió junto a mí y se alegró a mi lado por más de una década. Me conocía tanto, pero tanto, que su vida iniciaba cuando me veía llegar, entendía cada expresión de mi voz, y cada palabra de mis manos. Su decadencia vino con los años y su final me fue avisado días antes, cuando sentada en el porche de mi casa decidió recostarse a mis pies y abrazarme con sus bracitos de dulzura, para decirme que su tiempo había llegado. Aún sin reponerme de tan duro golpe que desangraba mi corazón y cerraba la puerta con doble candado, apareciste con tu hermanito, en una de esas tardes donde mi prioridad era fundirme con el agua clorada del estanque donde intento creerme delfín. Logré ver el bultico, ese que personas que caminaban por la zona intentaban con apuro apartar del caliente pavimento. Pasaron una, dos, tres personas, una pareja, y un deportista ya venido en años, que decidió cargar esa bolita de algo, que yo aún ni me preocupaba por averiguar. Fue en ese momento, en un momentico, que ese bultico, ahora convertido en un par de cositas que no lograba distinguir, salió del monte donde el añejo deportista lo dejó para caminar nuevamente hasta el negro horno hirviendo de la calle. Y aún impávida viendo la escena, un reflejo afectó mi mirada, y me hizo voltear a verle. Un monstruo de cuatro ruedas se disponía a destrozar ese par de no sé qué cositas, para que el horno hirviendo luciera la inercia de sus cuerpos. Se me revolvieron los sentimientos, se ocultó mi dolor, se me estrujaba el pecho, y fue allí donde olvidé mi dureza y corrí a buscar a ese par, antes que el monstruo los devorara. Eras tú, con unos grandes ojos color océano, quien junto a tu hermanito temblabas de miedo y te aferraste a mi blusa con tus garritas de alfiler, fuerte pero sin dañarme. Con tu mirada me pedías que no te dejara, me conmoviste, pero aún con mi dolor firme, dije que sólo sería temporal. Te busqué un nuevo rumbo, pero nada pasaba, y mientras nada pasaba, pasaban los días, y crecías, y mi corazón seguía renuente, duro como roca, pero fuiste la gota que de a poco erosionaste ese implacable corazón y lograste perforar un huequito de cariño. Aún no escucho el característico sonido de tus ancestros, tu voz es una mezcla entre ¡mamá! y ¡má! que solo tú y yo entendemos. Si camino, caminas a mi lado, si me siento allí estás, calladito, sereno. Cuando duermo te posas en la puerta y de allí nada ha de moverte hasta que el día despunta. Y te ganaste mi corazón, y encontraste la llave que había sido botada, abriste la puerta y te quedaste, junto a tu hermanito, a ser un compañerito de vida. Mi amado padre de los 34
dioses del Olimpo sigue dormido, mi latito tan bonito, tan bonito mi latito, ¡qué bonito mi latito! es la forma en que te hablo para agradecerte tanto cariño por tanto, a pesar, que en un inicio, no entendí que habías llegado para quedarte a mi lado.
La autora Jacqueline Marisol Perdomo Yanse nació en Caracas en el año 1973. Es licenciada en Comunicación Social, mención Desarrollo Social, graduada en la UNICA, posee una maestría en Gerencia de Calidad y Productividad. Además de periodista, es locutora, profesora de postgrado en la UNEFM y madre. Esta es su primera experiencia en escritura creativa.
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Federico Colina Naveda
COLOQUIO BAJO LA LLUVIA (A Aranxha, donde quiera que esté) Ni la brisa rápida, ni el olor a tierra mojada me hicieron presagiar tu pronta presencia. Llegaste del cielo a borbotones y sin clemencia, sin darme más tiempo que correr al cobijo de un frondoso árbol. Desde allí te vi hacer estragos entre la gente que transitaba a esa hora del mediodía por las -hasta ese momento- plácidas calles y avenidas del sector del mercado. En un santiamén todo fue un tropel convulsionado de carreras en búsqueda de un espacio donde guarecerse de ti. Y tú, implacable, te convertiste en torrencial aguacero. Parecía que disfrutabas el tormentoso lío que armabas. De pronto, mi refugio provisional cede a la fuerza de tu ímpetu y sobre mí comienzan a deslizarse gruesas gotas de agua. Como por arte de magia todo a mi alrededor quedó desolado. No más gente tras el anhelado resguardo; ni los vehículos se atrevieron a mostrarse ante ti. ¡Solo estábamos tú y yo! Entrando en un trance evocatorio producto de la gruesa tela de agua que emparama todo mi cuerpo y mi ser, llegan a la memoria mía aquellos momentos inolvidables de mi juventud, hasta ahora sumidos en el olvido, cuando, también bajo tu imponente presencia, mi navarra Aranxha y yo, teniendo solo por techo el agua que a troner hacías caer sobre nosotros, y por piso el caudaloso río formado artificialmente de tu vómito repentino, sucumbimos a la pasión erótica de nuestros cuerpos mojados, empapados de ti, con el desparpajo de la inocencia juvenil de colegiales llenos de sueños libertarios e ilusiones compartidas que, parafraseando al bardo, nos hizo querernos para ser en la calle, codo a codo, mucho más que dos. Oh, sublime lluvia, dime tú, ¿Qué ha sido de mi linda colegiala, con su blusa blanca y su falda anaranjada? Cuéntame, ¿La preñez de la vida le parió una hermosa historia? ¿Sus ojos grises guardan el mismo brillo de fuego que tuvieron siempre? ¿Sigue siendo sedoso y negro su largo pelo? ¿Su piel blanca aún es tersa o el Señor Cronos también ha hecho 36
estragos en sus cueros? Dime, ¿Bajo tu manto me recuerda como la recuerdo ahora a ella? El bullicio presente me hace volver de mis recuerdos y sin darme cuenta me encuentro en medio del mercado, donde la gente corre o camina de prisa sin ir a ningún lado. Dos paisanos me miran como comentando entre ellos ¡Ese viejo sí que está loco! ¡Mírale la cara de tonto y esa sonrisa idiotizada! ¡Ay locura, cómo te utilizan para justificar lo incomprendido! ¡Cuántas veces, lluvia, te han llamado loca porque te expresas de forma diferente a como ellos te quieren! Miro las calles convertidas en ríos que impiden el libre paso de los transeúntes y nuevamente me retraigo a mis recuerdos. Suena en mi mente aquella hermosa melodía que ella tantas veces, teniéndome en sus brazos desnudos, me susurraba al oído. Tiembla mi piel, como tembló la de ella al calor de mis besos ardientes en aquel momento que te tuvimos, oh lluvia, por única testigo. Pero no tiemblo por el frío que traes contigo, no. Es por la congoja de no saberla a ella. Es la melancolía que produce el recuerdo de los momentos vividos. Mas no me siento vencido, oh portentosa lluvia, y a pesar de tu insistencia mordaz y tus caudalosas brechas, me voy, sudoroso de ti, sonriendo bajo tu densa cortina, con mis evocaciones y mi locura, a embalsamar en vino tinto añejo esta melancolía que me carcome adentro.
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AMIGO Amigo es quien es capaz de sentirse en el otro como si fuera en sí mismo. Es sentir su dolor y su alegría; sus emociones y sus aspiraciones; sus sueños y sus esperanzas; pero que, además, puede ir más allá de simplemente sentirlo. Es comprometerte con el otro, brindándole la mano cuando requiere tu ayuda, apoyándolo en los momentos difíciles; mas empero, también atreverse a hacerle el llamado de atención cuando creas que falla. Es estar a su lado, que perciba tu presencia y tú la de él; que puedan contar el uno con el otro para caminar y crecer juntos. Amigo, ese eres tú, quien me anima y me enseña, no importando el sexo, el color de piel, la creencia religiosa o política, la edad, el grado académico o la distancia; ese soy yo, quien te escucha y te comprende, acompañándonos durante el camino que nos toca recorrer juntos, sea éste corto, mediano o largo. ¡Salud amigo, gracias por estar aquí a mi lado!
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EL ÁRBOL QUE MIRABA AL CIELO (Relato corto)
Nació como nace todo árbol; sin embargo, no creció igual. Por una razón especial, su tronco se fue torciendo hasta formarse de manera horizontal frente al firmamento. Con el pasar del tiempo este árbol veía como sus hermanos árboles, que orgullosamente crecían fuertes y rectos, eran seleccionados por los leñadores humanos, quienes los cortaban, arrumaban y se los llevaban en enormes camiones para utilizar sus preciadas maderas. Y en él, estos leñadores ni siquiera se fijaban, situación que le hacía ponerse muy triste. Un día, aprovechando que su posición le permitía ver directo al cielo, se atrevió a preguntarle a Dios ¿Señor, porque me hiciste diferente a mis hermanos, quienes son fuertes y rectos, y yo soy tan débil y doblado con esta mala madera que ningún leñador quiere? A esta pregunta el Creador respondió: Tu madera en ningún caso es mala. Es la mejor madera del bosque, por lo que orgulloso de ella ha permitido que se incline hasta llegar a la posición que tienes actualmente, para poder contemplarla siempre, aun cuando los leñadores acaben con todo el bosque. Al hacerte de esta manera de la que hoy te quejas, solo te he protegido para que sobrevivas a los demás árboles cercanos. Escuchando esta explicación, el árbol torcido agradeció al Todopoderoso y nunca más volvió a quejarse de su posición, que le permitía estar de frente al cielo, como ningún otro árbol lo estaba, y poder así conversar con Dios.
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ESPEJO QUE REFLEJAS TRAZOS DE MI VIDA (De cómo me imagino la última epístola de Teresa de la Parra a sus amigos)
Éste no es un espejo cualquiera, no. Es el espejo donde reflejo imágenes de trazos de mi vida que me han marcado para siempre y que hoy vienen a mi memoria, afectada de tanto ir y venir por diversos sanatorios en búsqueda del remedio a esta enfermedad que carcome mi cuerpo. El canto barítono cartujo del reloj de la Catedral que ha marcado mi vida, en su constante ¡ Mi, do, re, sol!... ¡Sol, re, mi, do!, me llevan frente a este espejo de mil reflejos, a veces sonoros al oído y agradables a la vista, a veces no tanto, donde veo mi imagen desgarbada desdoblarse para dar paso a viejos reflejos de mi infancia, juventud y adultez, sembrados en mi memoria para ser dichos o comentados a mis amigos y amigas, como Lydia, Gabriela, Rómulo, Rafael y tantos otros que me han acompañado en el tránsito fugaz por esta tierra de sueños y glorias. Me veo en este espejo en mis primeros años de vida, surgida del vientre de mi madre en una ciudad que no es la mía, por eso aunque mi partida de nacimiento exprese que nací en París, siempre diré que lo hice en Caracas, como verdaderamente lo siento y lo veo. Tu reflejo me muestra esa niñita de bien, feliz de vivir las bondades de mi clase en la hacienda El Tazón, donde, con mis rulos de la época, mi boca pronunciada, que desde ya incita al beso, y mi traviesa inquietud, primogénita de mi imaginación, camino con mis largos vestidos blancos entre hadas, duendecillos y enanitos, venidos desde los cuentos de cama, para generar tramas que mi ingenio van resolviendo a mi favor para abrirme paso a mi palacio, mi reino y mi príncipe azul. Angustiosa imagen que acongoja mi corazón es la que reproduces, espejo, cuando estoy al lado del lecho de muerte de mi padre, sin comprender, a mis escasos 11 años, que algo tan grave e insufrible pueda ocurrirme sin que mis enanitos y duendecillos aparezcan para devolverle la vida a quien tanto amo. Múltiples imágenes de los años vividos en Europa se van presentando en forma tan sucesiva y rápida, que no puedo enfocarme en ellas sino hasta que me veo de vuelta a mi querida Caracas, en 1910. Ya soy una hermosa joven dedicada a la poesía y el cuento, que sueña la fama, cuyo reflejo en el espejo me hace sentirme orgullosa y vanidosa. 40
Luzco ante ti y la sociedad mis mejores vestidos, a la última moda de París y Madrid. Me recuerdo y veo en las tertulias que en la esquina de Torres y Veroes, en sus cafés y botellerías, se daban, recogiendo apuntes sobre los modismos del español caraqueño que tanto llaman mi atención. Después de muchos escritos y reconocimientos, aquí estoy llegando a la fama y notoriedad universal que tanto anhelé. Soy considerada, junto a mi amiga Gabriela, como máxima exponente de las escritoras Latinoamericanas, logro éste producto al trabajo y tesón mantenido, sobre todo teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad de hombres que excluye a la mujer del papel activo en la sociedad. Por ello, en mi cuarto de habitación de hotel en La Habana, Cuba, mientras yacía acostada cuan larga soy, pensaba en la importancia de expresar al mundo el papel de la mujer en la sociedad moderna, explicando la participación que ha tenido en la cultura española e historia de este Nuevo Mundo desde la época colonial hasta el presente. Una nueva imagen viene a mí en este espejo imaginario de mi vida. Influenciada por mi amiga Lydia y teniendo por musa mis sueños infantiles, me veo escribiendo mi nueva novela “Memorias de Mamá Blanca”, donde mi imaginación vuela entre mi experiencia, mis sueños y mi familia, para escribir la obra que no será la más laureada pero sí por mí la más querida. Otra nueva imagen me hace sudar las manos. A mi llegada a Caracas de vuelta de Madrid me han preguntado sobre mi opinión sobre el gobierno español, a lo que he respondido como siempre lo hago, diciendo lo que creo. He dicho que es un gobierno que ha instaurado un gigantesco paso hacia el progreso de ese país. ¡Y he dado mis razones! La opinión pública se ha volcado contra mí. En un primer momento he dicho: ¡Tienen las cabezas llenas de cucarachas! Pero al meditar sobre esto siento que puede que tengan razón y yo, la heroína de pluma y tinta de este pueblo, no haya medido el alcance político de mis declaraciones, Me siento tan mal. Nunca más hablaré en público. Una última y escalofriante imagen de mí tengo que reflejar en este espejo. Es la imagen del sufrimiento y la muerte. Estos últimos años los he pasado en las instituciones médicas. En la forma de una carta de despedida, he escrito a mis amigos, describiendo cómo es mi horario diario, viviendo en sanatorios. El asma y la tuberculosis hacen
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estragos en mi dĂŠbil humanidad. Aunque me he resistido a morir, luchando con valor espartano contra el dolor y la muerte, creo que todo ha sido en vano. Mis manos temblorosas ya no sostienen esa pluma que en ella fuera ĂĄgil y prodigiosa. Mi mente ya no resiste el sopor amargo de las dolencias. Solo me queda colocar la cortina sobre este espejo y esta vida que, aunque corta, me ha dado tantas glorias y alegrĂas.
Ana Teresa Parra
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SEMBLANZAS DE UNA COMPAÑERA I Como todos nosotros, llega llena de sueños e ilusión, al viaje que nos lleva a la escritura de la imaginación. Viene de la empresa pública, es decir, de la institución, mostrando con su caminar altivo toda su gran pasión. II Joven mujer, muy asertiva y elegante, con su actitud proactiva deja ver en un instante su capacidad seria en el compromiso y talante necesario para este reto poder seguir adelante. III Así lo demuestra cuando le toca hablar, (aunque la vimos por un momento dudar), y en una sola palabra ella poder enunciar todo aquello que más la ha de identificar. IV Será ¿honestidad o responsabilidad? rápidamente decide a la segunda dar lugar y sin tener ningún tipo de complejidad comienza a revelar su recuerdo desde el lar. V Luego escoger entre escaparate con pájaro carpintero, ¿o tal vez escribir sobre cielo y madero?, le toca en arte y por afuero desarrollar lo primero. VI De su ágil pluma brota un hermoso cuento, Con evocación de la niñez que su mente puebla relata la historia del escaparate y pájaro en comento, teniendo siempre de inspiración a su madre y abuela. VII Y es que su nombre lo revela, procediendo del oriental Egnis, Igna o Inés, moviéndose por el viento la vela, Ygnalys significa pureza de mujer, pues.
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ELEGÍA POR LAS MADRES DEL BARRIO IDAS Oh, Señor Tiempo que a todos atormentas, miedo a tu paso que obligado ha de venir, arrugando nuestros cueros y que así alientas a esa muerte que entre nosotros viene a elegir. Ahora dime tú, Señora Muerte inclemente, ¿Por qué te llevas sin piedad a la gente buena de mi ciudad, es decir, a toda mi buena gente? Dolo en el pecho sentimos cuando nos toca el duelo, por los seres que más quisimos, que se van camino al cielo. Le tocó a Mama Rosa primero, Irse con su sonrisa dulce, con sus cantos finos de boleros y su voz suave y alegre. Luego se nos fue Doña Enriqueta, madre de periodistas y locutores, Que sin pizca de pretender ser coqueta., a todos los del barrio brindó sus amores. Le tocó después a Mama Francisca, llena de ternura, amor y cariño, a pesar de ser de tamaño chica, a todos nos trató como sus niños. Vino la despedida a Doña Leónides, por quien también nos tocó llorar, pues de sentimientos buenos vino a llenar a todos sus hijos de escuela y vides. Una sorpresa al enterarnos lo de Ubercia, se nos fue la mujer de temple y roble, comentamos a todos los amigos por inercia, al perder esta mujer, madre noble. 44
Correspondió en turno a Doña Hanna, que cinco hijas con amor fue a criar y, a pesar de venir de tierras bien lejanas, a todos en el barrio nos supo amar. Se nos fue también nuestra Mama Minga, la del cafecito caliente en la mañana, que la Virgen María la bendiga ya que nuestro Dios seguro la acompaña. Por último te llevaste a Doña Chela, cuyo silencio claro nos hablaba, de la mujer que sin darte una pela grandes enseñanzas te dejaban. Ahora, Señora Muerte, ¿A cuál de mis madres le toca? ¿Por quién en oscura noche me lamentaré? ¿Qué nombre le dará sabor amargo a mi boca? ¿O seré yo quien sin despedirme me iré?
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Acerca del autor Federico Jesús Colina Naveda nace en Coro, Falcón, un 13 de julio de 1959 (aunque su registro civil diga 1962), inmediatamente recibe de su abuelo paterno el seudónimo de Donfe. Se cría en el barrio Bobare, siendo discípulo de Carlos Laurer (su segundo padre) y de sus hermanos de vida Valentín Rodríguez, Alejandro Cerviño, Freddy Sánchez y Armindo González, entre muchos otros. La casualidad lo presta a la administración pública por más de 25 años y a la docencia universitaria por otros once. Su vasta producción literaria comprende seis hijos: Carlos, Federico, Adriana, Fanny, Génesis y Vicente, historias y cuentos mágicos de vida, escritos en el fragor de la pasión y el amor; y sus 14 nietos (uno en talleres de imprenta aún), que son poemas y canciones de ternura y alegrías.
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Kathiely Morales
El valor del otro Cada persona tiene un valor, defectos virtudes y un propósito en la vida. Cuando me pregunto cómo valorar a cada una de ellas en mi entorno, la respuesta que encuentro en mi me mente y en mi corazón es simple: “Respeto”, otros dirían amor y los respeto, pero a mi parecer si respetas valoras, si respetas aceptas las diferencias, si respetas apoyas, si respetas cuidas, pero sobre todo, si respetas AMAS.
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Sonrisas de un niño que no es feliz Son las 6:00 de la mañana, ya se escuchó el cantar del gallo, sale un sol resplandeciente y con él un lindo amanecer y una nueva oportunidad de ser feliz. Lindos ojos negros y grandes, de ellos brotan pureza, bondad, alegrías, se reflejan sueños y siempre una esperanza. Estos ojos pertenecen a un niño llamado Cristóbal que nació en los años 80 y estuvo rodeado en su niñez de mucho amor y al mismo tiempo de envidia y maldad. Su madre estaba llena de sueños pero solo tenía 18 años, abandonó sus estudios para irse a trabajar al extranjero, dejándole el pequeño niño a su abuela (materna), pues el padre no asumió responsabilidad alguna. Cristóbal pasaba los días de semana entre el colegio y la casa de un familiar de su abuela, donde se suponían lo cuidarían mientras ella trabajaba. El niño estudiaba en uno de los mejores colegios de la ciudad, toda su ropa, zapatos y juguetes eran de marcas reconocidas enviadas por su madre, y también tiene el amor inquebrantable de una abuela y una madre que luchan diariamente para que pueda tener todas estas cosas. En esta casa no soportaban ver que Cristóbal según ellos tenía lo mejor. Los niños que allí vivían y su mamá le comían su almuerzo, le quitaban el dinero de su merienda, le robaban algunas de sus cosas, tenía que limpiar sus cuartos, lo hacían dormir en el frío y tenaz piso sin cobijas y asustándolo de madrugada disfrutando del daño que le causaban al pequeño niño. Cristóbal lloraba todas las noches, con mucha nostalgia y frustración, pero todos los días amanecía feliz, sonriente, perdonaba y olvidaba. Él no decía nada de estas cosas porque lo amenazaban. Pasaron tres años largos y angustiosos y fue allí cuando la abuela comenzó a notar algunas cosas y decide llevarse a su querido nieto de ese lugar y más nunca dejarlo allí, quedándole como experiencia que hay que pensar mil veces antes de dejar a un hijo tan pequeño en un lugar sin antes analizar y que a veces las cosas materiales que se le puedan dar no son las más importantes, así sean adquiridas con mucho esfuerzo y amor, pues a Cristóbal más que traerle alegrías tener todas estas cosas, le causaron fue problemas. Este día terminó siendo el más feliz de la vida del niño de los ojos negros, grandes y bellos. 48
Cielo de madera Estas pequeĂąas alitas se entristecen cuando llega la noche, no veo la alegrĂa en la tierra ni el sol que siempre me ilumina, miro al cielo y parece realmente cielo de madera, oscuro y sin mi sol, mi querido sol que me energiza. Cuando amanece todo cambia, mis amigas salen a volar, la tierra se ve alegre, con muchos sonidos y gigantes que van de un lado a otro. El sol resplandece con mi sol, mi querido sol y ya no parece cielo madera.
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El prendedor de hermosos brillos Hermoso brillos de colores que resaltan mi inigualable belleza tengo por todo mi cuerpo. ¡Soy linda, muy linda!, y la verdad es que no entiendo por qué mi dueña insiste en tenerme encerrada. Hace un año me trajo con ella y desde entonces no me saca de mi estuche. Cada vez que la siento cerca trato con gran frenesí que mis brillos luzcan aún más hermosos, pero nada, ella se devuelve y yo sigo aquí en la cajita. Hoy no siento ruido ni a Leticia cerca de mí, ¡sí! Leticia se llama la mujer que me sacó del lugar donde nací, la tienda de ropa y de accesorios de Bea. ¡Ufff!, qué bello es recordar amigos, pues les cuento que las personas me veían se deleitaban con mi belleza, destapaban mi estuche y decían: ¡qué linda es! Y reconozco que me encantaba ser halagada. Extraño a Bea mucho más cada día. Esta frustración está invadiendo mi vida y siento que mis inigualables brillos se apagan y ya nadie querrá tenerlos. Cuando Leticia me compró a Bea yo estaba llena de Ilusiones, pensé que me colocaría en su ropa y que iría con ella a su trabajo, a fiestas, a cocteles y esas cosas, pero no, todo fue un sueño, así que les aconsejo amigos que no compren cosas que luego no vayan a usar porque fuimos creadas con un objetivo y personas como Leticia terminan frustrando nuestros sueños así que por eso estoy molesta. ¡Yujuuuu!, lo logré amigos, mis hermosos brillos lo lograron, Leticia me llevará a un coctel. Déjenme contarles que me fue fenomenal en el coctel, todas las amigas de Leticia le decían: “oye que bello está ese prendedor, mira sus hermosos brillos”, jajajajajaja ¿Qué tal? Después de tanto tiempo me encantó ser halagada de nuevo y Leticia decidió usarme más a menudo, pues fue toda una sensación.
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La mujer carismática
En el año 2000 estaba en venta la casa más linda del pueblo, los interesados preguntaban a los vecinos quién había vivido allí y sorprendentemente todos coincidían en lo mismo, así como extrañamente el pez y el ave a veces pueden coincidir en algo, bueno, así. “En esa casa vivía una mujer luchadora, trabajadora y con un carisma impresionante, ella siempre sonríe ante cualquier circunstancia” decían. Un 20 de marzo esta mujer alta y carismática, fue al pueblo a mostrarles la casa a varios compradores interesados a quienes les había convencido de adquirir la propiedad con su encanto y sonrisa. Al terminar el día ella tendría que tomar una decisión, a quién la vendería, pues interesados sobraban, así que se sentó en la sala que estaba curiosamente decorada con su creatividad, a pensar, y mientras trataba de decidir recordaba todas las cosas que allí había vivido. “En este lugar tengo los mejore vecinos del mundo, están bien locos, así como si un avión volara con alas de pájaro, pero todos me quieren” seguía pensando y a su mente venían recuerdos de cómo inició su carrera, su primer trabajo, sus sueños, su familia. “Aquí viví la mejor etapa de mi vida” le exclamó a la pared con una expresiva sonrisa mientras una gotita de agua caía de sus ojos y se deslizaba lentamente por su rostro como si fuera un tobogán. Después de tanto pensar y recordar de recordar y pensar, pensó, en una mejor idea. La mujer carismática como algunos le decían, decidió hacer un negocio en esa casa, un bonito lugar donde expondría el talento que tenían algunos de sus vecinos, como artesanía, pinturas, esculturas y cuentos, dándole así oportunidades de trabajo a esas personas que tanto la querían y ofrecerles un lindo lugar de visita a los turistas. Con sus ganancias que con el tiempo fueron aumentando ya que ella le enseñó al personal, sus mismos vecinos, a convencer al cliente con ese gran carisma que la caracterizaba, pagaría las cuotas que debía al banco de su nueva casa. Así la mujer carismática no vendió ese lugar que tantos recuerdos le traía y le enseñó al pueblo lo bueno que es ser emprendedor, a atreverse, a ser creativos, a soñar, pero sobre todo a siempre siempre sonreír. 51
Poesía
Te elegí a ti porque eres la persona que me hace feliz, porque siempre pienso en ti antes de dormir, por quien me arriesgué a decir todo lo que un día sentí y de quien descubrí el fantástico mundo que hay dentro de ti. Gracias por confiar en mí y siempre hacerme feliz, me alegra que un día decidí estar toda la vida junto a ti y sueño un día Dios pueda decir que cumplió su propósito en ti y en mí.
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Soy Kathiely Morales Licda. en Comunicación Social Mi guía es Jesucristo, me apasiona el periodismo, soy una amante luchadora, vivo para servir y disfruto al máximo mi familia.
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La Dinรกmica formativa
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LA DINÁMICA FORMATIVA Sesión
Fecha
Temario
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N° 1
Viernes 12-05-2017
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N° 2
Viernes 19-05-2017
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N° 3
N° 4
N° 5
Viernes 26-05-2017
Viernes 02-06-2017
Dinámicas y ejercicios asignados Presentación personal: “Soy una palabra” (De La escritura más allá de las manera oral). formalidades o el arte de escribir. . Ejercicio creativo: “Soy Procesos que implica la escritura. una palabra” (de forma escrita). La escritura creativa o el prodigioso oficio de crear. Asignación especial: “Introspección, El poder de la palabra. contemplación activa y reflexión: un viaje al mundo de la escritura creativa”. La Escritura creativa va más allá Socialización de la de las formalidades de la asignación especial. escritura. Redacción de texto El proceso creativo en la creativo a partir de dos escritura. palabras de referencia. Ejemplos sobre la palabra y el Asignación especial: ejercicio creativo. “Escríbele una historia al objeto”. Socialización de la asignación especial.
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Viernes 09-06-2017
Lectura grupal de varios géneros literarios.
Los géneros literarios.
Figuras literarias lingüísticos. -
o
Asignación especial: “Persona secreta como fuente de inspiración”. Socialización de la recursos asignación especial.
Evaluación del taller
Asignación final. Trabajo en parejas
Cuatro (04) sesiones formativas y una (01) de evaluación. Total: 24 horas académicas.
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Memoria fotogrรกfica de las sesiones
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Diario Nuevo Día, sábado 20 de mayo de 2017. Página 23, sección General.
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Facilitadores, participantes y parte de la directiva del CNP Falcรณn satisfechos con la labor realizada.
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Los facilitadores del taller
Ana Cristina Chávez Arrieta, de madre marabina y padre paraguanero, nació en Maracaibo, estado Zulia, el 28 de enero de 1977. Obtuvo el título de licenciada en Comunicación Social, mención Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad del Zulia, en el año 1999. Se graduó como magíster en Gerencia de Recursos Humanos en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín, en el 2003. A partir de ese año se radicó en tierras caquetías, donde laboró en las oficinas de prensa de las alcaldías de Carirubana y del municipio Falcón. Desde el 2005 trabaja como docente ordinaria con la categoría de Agregada en la Universidad Politécnica Territorial “Alonso Gamero”. Es locutora profesional, actualmente conduce el programa “Pueblo y universidad”, por Politécnica 103.7 FM. Varios de sus artículos de opinión han sido publicados en la prensa regional y en el portal web Aporrea. Ha sido ganadora del Premio Regional de Periodismo que otorga la Gobernación del estado Falcón en los años 2009, 2012, 2013 y 2015. Fue reconocida con el Premio Estímulo a la Investigación Iutagista en los años 2012 y 2015. Gregorio Moisés Chirino, escritor, soñador confeso, nació en Curimagua, La Sierra de Falcón, el 07 de enero de 1958. Realizó su primaria en la Escuela José Leonardo Chirino, a los 11 años su familia se muda a Coro, donde continúa sus estudios de bachillerato. A muy temprana edad comienza a escribir y a publicar en prensa regional. Apasionado lector. Obtiene el título de Profesor en Lengua y Literatura en la UPEL. Cuenta con una Especialización en Gerencia y Liderazgo Educativo en la UNEFM y una maestría en Docencia para la Educación Superior en la UNERMB. Es locutor profesional, con experiencia en diversos medios radiales de la ciudad. Ha publicado dos libros: “Vocación docente: una perspectiva cristiana” y “Niños felices, adultos sanos”, por la Editorial San Pablo. Es conferencista y facilitador de talleres en el ámbito educativo, comunitario y religioso. El mejor título que desea mantener es seguir siendo hijo de Dios y verdadero hermano de su prójimo.
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Y así nos despedimos…
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ESCRITO EN LA PIEL Te regalo un libro en blanco. Es mi pecho desnudo, escríbelo, a tu ritmo.
Ana Cristina Chávez Con el transcurrir de los años nuestra piel se va llenando de huellas, son recuerdos de lo vivido, de las risas, de los llantos, los enojos, los amores, los dolores y los placeres. Cada arruga, cada pliegue, ese nuevo lunar, las cicatrices, forman parte de una impronta, son vestigios, señales de que respiramos, tal como ocurre con las palabras que pronunciamos, que escuchamos, las que leemos y escribimos, las cuales van acumulándose en nuestra mente, nuestro cuerpo y sentidos, recordándonos que existimos a través del lenguaje, del verbo mismo. A lo largo de la vida las palabras nos van abrazando, arropándonos en un beso infinito, escribiéndose en nuestra piel, nuestra alma y consciencia. Una palabra se encadena a otra y como espiral nos envuelve en un torbellino de vivencias, de evocaciones, de saberes, de conocimientos, de sensaciones. Somos lo que leemos pero también somos lo que escribimos. La lectura, como hábito, como alimento, nos lleva a la escritura como necesidad, como urgencia, como grito desesperado, como desahogo, clamor por expresarnos. La escritura es sanadora si se hace desde el corazón, desde la profundidad de nuestro ser. Escribir nos salva, nos enriquece, nos humaniza, y tal como afirma Danilo Kis, nos ayuda a sobrevivir, (Benedetti, 2005). Escribir es un acto creador, un parto, un alumbramiento de ideas, un instante en donde la sangre no es sinónimo de muerte sino de vida. Ya lo decía Antonio Pérez Esclarín: “escribir es una especie de desangramiento y, como todo acto de creación, una mezcla de placer y de dolor”. La escritura constituye un acto en solitario, un espacio para la reflexión, la introspección, que nos permite mirarnos, escucharnos y entendernos. Es un estar en privado para luego convertirnos en un ser público, “es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable…”, asegura María Zambrano, citada por Benedetti (2005). Y es en ese aislamiento comunicable donde se encuentra la función del escritor: que el producto de esos instantes de soledad se dé a conocer al mundo, despojándose para ello de ropajes, de ataduras y prejuicios, mostrándose ante el colectivo con su mente y piel al desnudo. ¿Y qué comunicamos quienes escribimos?, pues nuestras voces internas, lo que somos, lo que sentimos, lo que soñamos y evocamos, pero también lo que sabemos, lo que descubrimos, lo que escudriñamos en otras mentes y la realidad que percibimos. Quienes escriben deben tener un compromiso con la vida, una responsabilidad moral e intelectual, pero también social y política. Julio Cortázar, en “Testimonios de una escritura política” 61
(2014) convoca a los escritores a participar en el proceso geopolítico de sus pueblos, tanto en forma directa “como cumpliendo actividades paralelas de información periodística”. Asevera Cortázar, “que nuestro quehacer debe inventar nuevas formas de contacto, abrir otro aspecto de comunicaciones en todos los niveles…”, y finaliza citando al venezolano Luis Britto García, quien afirma lo siguiente: “…mientras la política no asegure la liberación cultural de nuestra América, la cultura deberá abrir el camino para la liberación política”. De allí la responsabilidad de los escritores de exponer en sus textos las realidades que los circundan, pero también de promover cambios significativos en las formas de pensar, entender el mundo y transformar esas realidades. Como se evidencia, la escritura no implica sólo goce estético o satisfacción personal, por aquello de alimentar el ego (“comencé a escribir porque quería ser grande, rico y hermoso”, asegura en tono humorístico Vásquez Montalbán, referido por Benedetti), sino que representa también una manifestación cultural colectiva y la expresión de conocimientos. De allí la importancia que los docentes universitarios nos enamoremos de la escritura y la convirtamos en un hábito, en un principio de vida. Estamos en la obligación de plasmar, sistematizar y comunicar nuestras experiencias en las aulas de clase, los hallazgos y aportes de nuestra labor investigativa, los logros y avances de nuestro trabajo con las comunidades, al igual que nuestras ideas, sentimientos, emociones y aspiraciones como seres humanos. Los profesores universitarios somos comunicadores en esencia, y no sólo debemos apoyarnos en la comunicación oral, sino que la palabra escrita debe convertirse en nuestra principal aliada como vía para la divulgación del conocimiento, de la ciencia, de los saberes y de los haceres académicos, colectivos y populares. El acto de escribir propicia el pensamiento crítico, reflexivo, transformador y liberador, permite reencontrarnos con nosotros mismos y entrar en contacto con el otro, con los otros, de una manera más próxima, conectándonos a través de las ideas, del poder persuasivo y seductor de las palabras, de la metáfora, de las imágenes literarias y de los recursos expresivos. Escribir es un acto espiritual que nos permite ser, haciendo. Es dejar huella perenne, tatuar la piel con palabras, es amar y ser amado, es sentir para que otros sientan a través de ti. Es vivir y alumbrar vidas, para permanecer por los siglos de los siglos en un abrazo constante.
Referencias bibliográficas Benedetti, M. (2005). La soledad comunicante, en “Variaciones sobre el olvido”. A.G. Grupo, S.A. España. Cortázar, J. (2014). Testimonios de una escritura política. Fundación editorial El perro y la rana. Venezuela. Pérez Esclarín, A.
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La escritura creativa Prof. Moisés Chirino
Taller de Escritura Creativa Encuentro mágico con la palabra para reinventar la realidad
La escritura creativa contiene la forma poética de la razón, traduce el pensamiento en signos que trasciende toda realidad humana y temporal, tiene el prodigioso poder de arrancar de los espacios íntimos aquello que ha permanecido atrapado en la oscuridad o en el silencio, así, cada palabra al emerger del fondo de su laberinto se convierte en un encuentro mágico y revelador, se convierte en una posibilidad para expresar las ideas que han orbitado calladamente en el imaginario personal. En la palabra que germina de la creatividad se conjugan todas las posibles opciones del ser del hombre, por eso, la escritura siempre es esperanza, transfiguración, conversión o sortilegio en permanente movimiento, la palabra es fecundación perpetua, es en definitiva creación, así fue en el principio (en el principio era el verbo) y así será en el final. La palabra, la que nace de la faena creativa siembra sus raíces en el tiempo para convertirse en árbol interminable, con frutos que se esparcen en cada universo individual; es en ese movimiento siempre fructífero que comienza a vivir y a experimentar un nuevo sueño, una nueva existencia, es decir, se mantiene en perenne transición y deja de ocupar un lugar preciso para ocupar todos los espacios, para hacerse eco encantador, claridad reveladora o sencillamente escape para unos o delirio para otros. La escritura creativa no es simplemente derroche de imaginación, es actividad comprometida con el amor, con la estética y con la sabiduría de la vida.
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Taller “Escritura Creativa: Encuentro mágico con la palabra para reinventar la realidad”.
Mayo-junio 2017
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