CONOCER A LAS PLANTAS
Herbolaria Mexicana y Guía de Plantas
Medicinales
Por Ana Karen GarcíaHerbolaria Mexicana y Guía de Plantas
Medicinales
Por Ana Karen GarcíaHerbolaria Mexicana y Guía de Plantas
PATRIMONIO CULTURAL DE MÉXICO
Y SECRETARÍA DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS
NATURALES
© Conocer a las Plantas, 2023
Ana Karen García
1a Edición
Dedicado a mi más grande tesoro en el cielo, mi abuelita, Nena, amante de las plantas y mariposas.
Ana Karen García Madrigal, Monterrey, N.L., septiembre del 2023
Historia de la Herbolaria Mexicana
Herbolaria Mexicana como Patrimonio
Cultural
Plantas Medicinales en México
Jícama Epazote
18
Bugambilia
Hierba Santa
Tomillo
Cebolla
Guayaba
Crea tu propio Huerto Medicinal
Consejos para tu Huerto Medicinal
Plantas Medicinales para cultivar en casa
En México, el uso de plantas medicinales a través de la medicina tradicional es una práctica ancestral. Se utilizan las diferentes partes de la planta, según sea la afectación o la receta en cuestión. Lo más común es usar las hojas y las flores y esporádicamente, el tallo o la raíz. Las plantas medicinales se consumen directamente o pueden prepararse como infusiones o en presentación homeopática. El uso de terapias complementarias, que incluyen los remedios con plantas, es una práctica común y continúa extendiéndose a nivel mundial. Los remedios con plantas se usan tradicionalmente en una variedad de presentaciones y una gran variación de dosis que llegan hasta las más extremadamente bajas.
En años recientes, diversos grupos de investigación realizan esfuerzos para identificar compuestos con actividad biológica en un intento de aportar mayor conocimiento a este campo. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) publicó un compendio de especies vegetales que contienen sustancias que presentan un posible riesgo sobre la salud. Esto debe obligar al público en general a tener ciertas reservas al momento de consumir estas plantas; en particular, aquellas poco estudiadas.
En México, existe un sinnúmero de plantas medicinales de uso tradicional, producto de la combinación de la herbolaria precolombina y la europea. En este documento se ofrece información no solo de la historia de la herbolaria como una práctica ancestral, diversos consejos, y ejemplos de plantas medicinales de la nación mexicana, así como algunas que puedes cultivar tú mismo en casa. Las especies fueron seleccionadas por ser ampliamente conocidas por el público y ser de uso general. Además de ser recomendadas para tratar malestares o enfermedades muy comunes.
A estas especies de plantas medicinales se les puede encontrar a lo largo del país, en lugares tan populares como los jardines de las grandes ciudades o en los traspatios de las casas del campo mexicano. Algunas de estas plantas se ofertan frescas en los puestos de los “tianguis” o secas por los “curyeros” o las tiendas naturistas. La comercialización tan generalizada y el uso indiscriminado puede ponerlas en peligro de extinción.
Es importante subrayar que toda la información relacionada con el efecto benéfico de estas plantas aquí presentada, está basada en estudios científicos realizados por grupos de investigación de reconocido prestigio de todo el mundo; en otras palabras, este documento es el resultado de una revisión bibliográfica que pretende dar parte de la información que existe al respecto. La información presentada aquí es básica, pero en su momento deberá ser enriquecida con más estudios, por lo que se aconseja que se amplié el conocimiento en alguna biblioteca virtual o alguna otra plataforma. Esta publicación no tiene como objetivo ser un recetario, sin embargo, es netamente informativo sobre la historia de la herbolaria mexicana y además aconseja en casos de emergencia o en ocasiones que esta actividad ya sea practicada.
Antes de utilizar cualquier planta medicinal para tratar algún padecimiento, sobre todo aquellos que son de alto riesgo, se sugiere primero consulten con un médico, ya que no se recomienda sustituir un tratamiento prescrito por un remedio casero.
En los años de la América precolombina, la medicina azteca, mexica o nahua, y la de otros pueblos mesoamericanos, como los purépechas, los mayas, en el actual México, y los incas, en el país de Perú, habían logrado progresos notables en medicina, herbolaria, educación, astronomía, matemáticas y otras disciplinas, que superaba a la europea y dejaba atónitos a los conquistadores cultos, que llegaron después de la espada, como Francisco Hernández, el Protomédico de Carlos V y de Felipe II. En cuanto al área médica, apoyaban su conducta terapéutica en el conocimiento botánico y sus aplicaciones a la medicina, ya que no sólo conocían las plantas originarias del altiplano sino que en sus diversas incursiones guerreras, al imponer tributos a los pueblos vecinos, cercanos y lejanos, sus representantes obtenían información sobre el uso de otras plantas, como
las especies alimentarias, de ornato y medicinales, y las domesticaban incorporándolas a los grandes jardines botánicos de Chapultepec, Texcoco y Oaxtepec hasta lograr su aclimatación y con ello ampliaban el número de ejemplares de la herbolaria médica; esos conocimientos fueron destruidos por los soldados y aún por algunos letrados, frailes que se dijeron bibliófilos (Fray Juan de Zumárraga), pero que en nombre de la iglesia, que no de la religión, destruyeron mediante el fuego “a la cultura mesoamericana”.
No obstante, dos indígenas ricos, adoctrinados en el Colegio de Tlaltelolco por sus nuevos profesores-curas, tuvieron la sagacidad y demostraron su gran inteligencia y el amor a su pueblo desaparecido, pues sabían que nunca más volverían a ser los mismos, para utilizar sus cualidades y producir uno de los primeros libros de medicina escrito en México, y en toda América, en edición bilingüe, acerca de las hierbas y plantas que utilizaban en la terapéutica con sus indicaciones y modo de empleo, plasmadas en náhuatl por el médico tlaltelolca Martín de la Cruz y su traducción al latín por el xochimilca Juan Badiano, profesor del Colegio de Tlaltelolco, ilustrado con iconografía de las plantas, mediante dibujos manuales, artesanales, muy aproximados a la realidad, pintados a todo color con pigmentos naturales vegetales y minerales, bajo el manto del mecenas, el virrey Don Antonio de Mendoza quien, entre otras cosas, dispuso e inició la fundación y construcción de Valladolid, en Michoacán, la actual Morelia, joya cultural y arquitectónica de la humanidad.
Tal libro, obra de arte con gran valor estético y pictórico, fue titulado «Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis» (Librillo de las Plantas medicinales indígenas), coloquialmente conocido como el Códice De la Cruz-Badiano. Además de las «monografías» precolombinas de 185 plantas, aproximadamente, tiene algún secreto pictórico que le ha permitido resistir el tiempo; ojalá los pintores mexicanos actuales pudieran desentrañar el misterio. Tal vez un factor positivo para su conservación fue que permaneció extraviado en un anaquel de la Biblioteca Vaticana durante casi 400 años, hasta que lo descubrió un «investigador» que hurgaba en esa biblioteca y obtuvo el permiso para hacer la primera edición facsimilar; la segunda edición la realizó el IMSS, en México, en la década de los años cincuenta.
El Papa Juan Pablo II, lo regresó a los mexicanos en una de sus visitas a México y se encuentra resguardado y conservado en el Museo Nacional de Antropología e Historia, con algunos códices pertenecientes a los descendientes de los autores y dueños originales, los mexicanos-mestizos, y sólo se exhibe al público periódicamente.
Las dos ediciones facsimilares estimularon con avidez el estudio de las plantas contenidas en la obra y varios investigadores en México, y otros países, llevaron a cabo estudios para tratar de arrancarles sus secretos, no obstante aún no han sido estudiadas todas las plantas contenidas en el «Libellus»; hay dos excelentes estudios realizados, uno por Efrén del Pozo, y otro colectivo en la década de los 90, cuando se editó un libro sobre los resultados de los estudios experimentales de algunas plantas del «Libellus», realizados por diferentes científicos. Una de las razones de que no se haya completado su estudio es la dificultad de identificación de las plantas, sea porque aquellas desaparecieron o porque no pudieron obtener la colaboración de los verdaderos herederos de los conocimientos herbolarios más completos, quienes es posible se encuentren entre los grupos indígenas nahuas que habitan en sitios escarpados de difícil acceso, como en Guerrero e Hidalgo, donde no han podido penetrar los «blancos» sino para hacer las explotaciones económicas; o tal vez se han quedado a vivir entre ellos como para ganarse su confianza y les confesasen los secretos para identificar las plantas; ojalá que esta última sea la razón y no la desaparición irremisible de las especies botánicas.
La herbolaria como patrimonio cultural se ha transmitido de generación en generación, de manera que algunas prácticas subsisten y son ejercidas de manera común y corriente, ya sea en áreas rurales como urbanas.
En el país existe una extensa variedad de tratamientos fitoterapéuticos que ya forman parte de la herbolaria mexicana tradicional. Cuenta con alrededor de 5.000 especies registradas de manera oficial, ocupando el segundo lugar a nivel mundial en el número de plantas medicinales registradas.
Tanto en los países más desarrollados como en los que están en vías de desarrollo, el uso y la
comercialización de fitofármacos y productos naturales con fines medicinales muestran un crecimiento acelerado en el último tiempo, lo que se evidencia con el aumento significativo en la demanda mundial por estos productos.
También se ha comprobado que algunas plantas que se utilizan con fines medicinales tienen principios activos que se emplean para la elaboración de fármacos comerciales.
Un punto importante en torno al uso de las plantas medicinales es la experiencia de la tradición y su traspaso de generación en generación en las familias mexicanas.
La mayoría de usuarios y usuarias, en su mayoría mujeres, aprendió el uso de las plantas medicinales porque es un negocio familiar y sus padres o abuelos les transmitieron esos conocimientos.
En general se menciona a un solo sujeto como la persona que enseña, que no sólo distribuye, sino que es capaz de recetar y curar. Es posible evidenciar un aprendizaje y experimentación que se transmite de generación en generación apoyado en paralelo con bases científicas. Se concibe también la idea de una “herencia intangible“ como tal, en donde se apoya principalmente a través de la práctica.
Al mismo tiempo funciona como un modo de mantener la identidad como pueblo, se puede traducir como una forma de poder y autoridad que se expresa en el dominio de la naturaleza y sus propiedades, la salud y la enfermedad del individuo, sobre los demás y sobre sí mismos.
Con la finalidad de promover políticas que garanticen una aplicación eficiente y eficaz de saberes naturales, se ha conmemorado el 22 de octubre como el Día Mundial de la Medicina Tradicional.
El
La flora de México es una de las más abundantes que hay, de hecho, es un país considerado como país megadiverso, puesto que tiene flora única que no se encuentra en otros sitios del planeta y en general una biodiversidad y una variedad de ecosistemas enorme. De hecho, se estima que tiene más de 100.000 especies animales y vegetales descritas. Por ello, no es de extrañar que en un lugar así desde siempre se hayan usado distintas plantas para mejorar la salud y no solo para alimentarse.
Así, la Herbolaria mexicana es una tradición prehispánica, ya que los médicos de las distintas civilizaciones de entonces dominaban las distintas plantas y sus propiedades y usos en la medicina, tanto para mantener una buena salud como para tratar enfermedades. Algunas de estas culturas y civilizaciones eran los Nahuas (como Mexicas y
Anáhuac), Tarascos, Mayas, Zapotecas, entre muchas otras. Según diversos estudios de estas civilizaciones, los médicos podían dominar entre 50 y 200 plantas medicinales mexicanas.
No obstante, hoy en día hay más y se estima que en México hay cerca de 5.000 plantas medicinales, entre las originarias de México y que llegaron del Viejo Mundo.
A continuación, se presentarán algunas de las plantas medicinales mexicanas más conocidas dentro de la historia cultural.
México es considerado el segundo país con más plantas medicinales registradas.
La jícama es una planta de raíces tuberosas, comestibles, hojas grandes que crece en forma de enredadera o como planta trepadora (hasta 5-6 metros). Se considera una planta tóxica a excepción del tubérculo. El tubérculo tiene un sabor ligeramente dulce que se debe a la “inulina” que contiene, una oligofructosa (prebiótico), es muy deliciosa y nutritiva. De hecho es muy utilizada en diversos platillos de distintos sitios de toda Latinoamérica, como lo pudiera ser el ceviche, en tortillas, snacks y también se toma el agua de jícama.
Su composición nutricional incluye vitamina A, vitamina B-9, vitamina C, calcio, potasio, magnesio, fósforo y sodio, entre otros componentes. Suelen usarse la raíz de jícama y las semillas.
Entre las propiedades y usos medicinales de esta planta medicinal, Pachyrhizus erosus, encontramos que es: analgésica, calmante, antiinflamatoria, febrífuga; trata el dolor de riñones, gota, la fiebre, inflamación muscular y alivia los síntomas de la sarna.
Otro uso que también tiene y es medicinal, aunque no es muy común, puede ser a manera de jugo, té o mascarilla.
Científicamente es conocida con más nombres además de Dysphania ambrosioides, por ejemplo, como Teloxys ambrosioides. Sus nombres más comunes son, aparte de epazote y paico, hierba olorosa, epazote de zorrillo, epazote blanco, epazote morado, epazote verde, chimi, yepazotli, kuatsitasi, alskini y tijson, entre muchos otros.
Se usa para condimentar gran variedad de platillos mexicanos, pero, también se toma en té.
De hecho, para usar el epazote como planta medicinal mexicana suele tomarse en infusión, té o decocción de sus ramas y raíz, pero no se debe tomar en caso de embarazo ni lactancia.
El epazote cuenta con propiedades digestivas, carminativas, calmantes, analgésicas, antiinflamatorias, vermífugas; y también ayuda con la parasitosis, dolores estomacales, diarreas, vómitos, la retención de la menstruación o escasez y los cólicos menstruales
La forma más común de aprovechar las propiedades de esta planta es mediante la infusión de sus hojas, preparando un té.
Esta pequeña y hermosa flor blanca a la que dan vistosidad y colorido sus hojas modificadas o brácteas de variados colores, crece en racimos de una planta trepadora y es utilizada, principalmente la de color fucsia, magenta y roja, como antitusígeno, antipirético y expectorante, es decir, que combate la tos seca, reduce la fiebre y ayuda a eliminar la mucosidad de las vías respiratorias altas. Mejora el sistema respiratorio pues propicia el correcto funcionamiento de los pulmones y la oxigenación del cuerpo. Su uso medicinal tradicional es muy extendido en los estados del centro y sur del territorio mexicano, en casos de infecciones respiratorias como tos, asma, bronquitis y gripa.
Las hojas de esta planta causan estreñimiento y sus raíces poseen propiedades laxantes. Pero también son antisépticas y aplicadas en la piel ayudan a combatir el acné, las infecciones y la descamación, además de acelerar la cicatrización de las heridas si se aplican en infusión fría.
El agua o infusión de bugambilia ayuda a desinfectar las heridas, gracias a sus propiedades purgantes y limpiadoras.
Piper auritum Kunth, mejor conocida como hierba santa u hoja santa, es un ingrediente muy especial en la cocina tradicional mexicana que se caracteriza por su fuerte aroma y dulce sabor, el cual ha cautivado a miles de comensales desde la época prehispánica hasta la actualidad.
Es una planta aromática de la familia Piperaceadel; es originaría de México y Centroamérica y se localiza en bosques húmedos y bosques secundarios. Se encuentra distribuida en Oaxaca, Quintana Roo, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Nayarit, San Luis Potosí, Tabasco y Veracruz.
Es una planta que ayuda a disminuir la fiebre, es relajante, ayuda al buen funcionamiento intestinal y reducir el dolor estomacal. Desde la época prehispánica se conocían sus usos medicinales y, durante la Colonia, los sacerdotes españoles le llamaron Santa al maravillarse con sus propiedades curativas. Sus virtudes antiinflamatorias ayudan a reducir la inflamación vaginal y estomacal. En té alivia la tos y la congestión respiratoria. Además, mantiene los niveles adecuados de glucosa en la sangre, aporta vitamina C y previene enfermedades respiratorias como asma, así como el reumatismo y la irritación ocular.
La hoja santa, cuyas hojas tienen forma de corazón y se destacó como planta medicinal desde la época prehispánica, gracias a que los sacerdotes españoles la usaban para tratar diversos malestares.
Una de las plantas aromáticas más populares es el tomillo, no sólo por sus usos culinarios, sino porque esta planta procedente del Mediterráneo también cuenta con múltiples propiedades medicinales. Ya sea como condimento o infusión, esta hierba ayuda a mejorar el sistema digestivo.
El tomillo es una planta que se ha utilizado por años como condimento en el norte de África y el Mediterráneo. Sin embargo, más allá de su función culinaria, esta hierba también tiene propiedades medicinales, por lo que era utilizada por los egipcios para embalsamar, y en la Antigua Grecia se usaba como parte de los baños griegos.
Es una hierba aromática de uso alimenticio, es también excelente antibiótico, antibacteriana, antivírica, antiinflamatoria, expectorante, digestiva, mucolítica, hipotensiva, antioxidante, carminativa, analgésica, antiséptica, antifúngica, demulcente (protector de las mucosas digestivas), antitusiva y diurética. De sus pequeñas hojas se obtiene un aceite esencial útil para fortalecer las vías respiratorias aplicado en pecho, garganta, sienes, nuca y planta de los pies, principalmente.
Se recomienda tomar infusión de tomillo, o incorporarlo en enjuagues bucales, para aprovechar sus propiedades medicinales.
Este bulbo de color blanco o morado, además de utilizarse ampliamente en la cocina, es un excelente antibiótico.
De hecho, las propiedades medicinales de las cebollas se reconocen desde la antigüedad, cuando se usaban para tratar dolencias como los dolores de cabeza, las enfermedades cardíacas y las llagas en la boca.
Expertos han concluido que este vegetal ayuda a prevenir y tratar afecciones muy variadas que pueden ir desde la gripe a padecimientos del corazón, e incluso la diabetes. Consumirlas, tanto crudas como cocidas, ayuda a mantenerte saludable.
Estas hortalizas contienen varias vitaminas, minerales y potentes compuestos vegetales que se ha demostrado que favorecen la salud de muchas maneras.
Las cebollas contienen antioxidantes y compuestos que combaten la inflamación, disminuyen los triglicéridos y reducen los niveles de colesterol y enfermedades cardíacas.
Las hojas del guayabo son ampliamente curativas. Son antisépticas ya que se utilizan para combatir la diarrea, el acné y las espinillas; impide los daños ocasionados en la piel por los radicales libres y la protege del fotoenvejecimiento; por sus propiedades diuréticas y su alto contenido de potasio, la hoja de guayaba es ideal para evitar la retención de líquidos que provoca inflamación. Sus hojas masticadas ayudan a eliminar dolor de muelas y úlceras bucales.
Además, ayuda a eliminar la sensación de hambre por lo que colabora en mantener el peso ideal. Ayuda asimismo a evitar enfermedades respiratorias por su alto contenido de vitamina C que previene gripes, resfriados, tos y dolor de garganta.
La guayaba destaca por ser una fruta rica en vitamina C, incluso contiene más del doble que la naranja. Posee también vitaminas A, E, y D12, hierro, cobre, calcio, magnesio, potasio, manganeso y fósforo.
Hay muchas maneras de considerar las plantas. Por su belleza, su carácter ornamental o por sus propiedades. Estas últimas son, en realidad, el principal motivo para tener un huerto medicinal. Un espacio que nos permitirá valernos de los principios activos de la naturaleza en nuestro beneficio. Algo que el ser humano hace desde la Antigüedad ya que, con mayor o menor conocimiento, el uso de plantas medicinales nos acompaña desde que el mundo es mundo. Por eso, tener nuestro propio huerto medicinal no deja de ser recurrir a una de las tradiciones más antiguas que existen. La de utilizar los secretos que encierran las plantas para mejorar nuestra salud.
Las razones para tener un huerto medicinal son variadas, y no tienen por qué estar enfocadas únicamente a curar. Tener plantas medicinales también nos permitirá
paliar de forma natural dolencias como la indigestión o la ansiedad. Basta con conocer cuáles son las ventajas de cada una de ellas, y utilizarlas a nuestro favor. Y no: tener un huerto medicinal no implica un gran despliegue de espacio. Incluso, podemos cultivarlo en contenedores en una terraza o balcón. En realidad, lo único que demanda para prosperar es conocer algunos detalles de su cultivo.
Por sus demasiadas bondades naturales y, también, por su carácter aromático veamos cómo tener nuestro propio huerto medicinal. Uno que podremos utilizar tanto para infusiones como para emplastos, para hacer de nuestra naturaleza la mejor aliada.
Como decíamos, tener un huerto medicinal no difiere en realidad de tener uno convencional. A nivel de cultivo, las plantas medicinales se cultivan como se haría cualquiera de las plantas de huerto convencionales. Y no nos referimos a una determinada pauta de agua o de sol, porque no existe una común para todas. Nos referimos, más bien, a la única manera posible de cultivar: atendiendo a las necesidades específicas de cada planta. Y esto incluye un aspecto importante: ser conscientes de nuestro clima y elegir plantas medicinales que puedan prosperar en él. Una máxima que podemos hacer extensible también a plantas de exterior, y que nos ahorrará la frustración de ver que no pueden prosperar.
Más allá de esto, hay algunos aspectos a considerar antes de poner en marcha nuestro huerto medicinal. Unos que permitirán que éste cuente con todo lo que necesita para hacer que nuestras plantas crezcan correctamente.
Un huerto medicinal es el que busca ese equilibrio y se siembran plantas con el propósito tanto de alimentación como el de sanación.
Un punto de partida básico para un huerto medicinal, pero, también, para un huerto convencional. Lo más recomendable es orientarlo de norte a sur, para contar así con el menor tiempo de sombra posible. Una mesa de huerto es más que suficiente para tener un huerto medicinal.
Pero ten cuidado, cuando se habla de elegir el lugar de plantado no solo se refiere a la orientación. También hay que contemplar de qué espacio disponemos para nuestro huerto medicinal. No es lo mismo disponer de una mesa de huerto que de un espacio directamente en suelo en el jardín. No es que el tener más o menos espacio determine cómo debemos cultivar nuestro huerto medicinal. Determina, en realidad, el número de plantas que podemos disfrutar.
Además de esto, es recomendable situar nuestra pequeña farmacia verde cerca de una toma de agua. Así y, sobre todo, si tenemos plantas con alta demanda de riego no tendremos inconveniente a la hora de instalar un kit de riego por goteo.
Un sistema de sencilla instalación nos permitirá regular el riego de nuestras plantas y desentendernos de él.
En líneas generales, un huerto medicinal demanda el mismo suelo que un huerto convencional. Para que nuestras plantas puedan salir adelante, necesitan un sustrato muy específico. Uno rico en nutrientes, con textura suelta, que mantenga la humedad y que sea, a la vez, capaz de drenar. Propiedades, en suma, propias de los sustratos de huerto. El sustrato es clave para el correcto cultivo del huerto medicinal.
El sustrato de nuestro huerto medicinal necesita atención especial. O, dicho de otro modo, una renovación regular de sus nutrientes. Sus componentes deben de poseer características físicas y químicas que, combinadas con un programa adecuado de manejo, permitan un desarrollo radicular óptimo de la planta.
Los sustratos para plantas pueden ser desde naturales o artificiales.
La disposición de las plantas de un huerto medicinal no debe responder, únicamente, a una cuestión estética. Debe hacerlo, en realidad, a las necesidades de las plantas que lo integren.
Cuando hablamos de necesidades, hay varios aspectos a tener en cuenta. Por un lado, el crecimiento de las plantas. Si combinamos distintas plantas medicinales, lo ideal es que coloquemos en la parte trasera las que alcanzarán mayor tamaño. De esta manera, no le restarán sol a las de menor envergadura. También hay que contemplar las necesidades de riego de unas y otras, para agruparlas según su demanda.
Y por último y sobre todo si plantamos nuestro huerto medicinal con semillas de huerto, cuidado. Es importante respetar las distancias de plantado establecidas para cada planta. Solo así tendrán el espacio suficiente para poder crecer y desarrollarse correctamente.
Algo que nos puede evitar muchos disgustos. Eliminar las plagas de forma natural es importante desde el mismo momento de su aparición. Pero, más que ponerles solución, lo ideal es tratar de darles esquinazo. Algo que podemos conseguir conociendo cuáles son las plagas más habituales de las plantas de nuestro huerto medicinal.
Recuerda recolectar cada una de las hierbas de tu maceta o jardín minutos antes de utilizarlas. Esto permite aprovechar hasta el último de sus nutrientes. Y evita que la planta sufra cambios en su apariencia, color y sabor. En esta sección se presentarán algunas plantas medicinales que puedes sembrar tu mismo en casa, así como información referente a sus cuidados.
La salvia común tiene un exquisito aroma y puede emplearse en cualquier tipo de preparación, dulce o salada. También es posible consumirla en forma de infusión, hasta 2 veces al día
Los principales componentes de la salvia son el ácido carnósico y el carnosol, que actúan reduciendo la ganancia de peso y la acumulación de grasa. La ciencia ha demostrado el gran valor de la salvia para inhibir la lipasa pancreática, la cual se encarga de la digestión de grasas. Y a unas grasas no asimiladas el cuerpo las desecha.
A su vez, previene el aumento de triglicéridos a nivel hepático, lo que conduce a hígado graso, una complicación frecuente de la obesidad. Por eso, la salvia es de gran utilidad para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares asociadas a la obesidad como dislipemias y la hipertensión.
La salvia crece a partir de cultivar sus semillas o trasplantar de un plantín. La salvia tolera los cambios de temperatura, pero requiere sol y mucho aire durante el día. El suelo debe tener un pH ácido, de entre 6 y 6.5. Para lograr esto puedes agregar composta y ceniza
Las semillas deben plantarse al final de la primavera con 0.3 centímetros de profundidad y una separación de aproximadamente 60 cm. La germinación puede requerir de 10 a 21 días.
Cuando la planta es pequeña, debe regarse con frecuencia. Una vez que crece y se fortalece, hay que cuidar que el sustrato no se seque, pero no ponerle demasiada agua.
El romero cuenta con virtudes medicinales en el sistema nervioso central y muscular, por ello resulta particularmente beneficioso en el tratamiento de contracturas y enfermedades que comprometen el sistema nervioso y provocan inflamación y dolor, como es el caso de la fibromialgia.
El empleo de romero en tus comidas, infusiones, en la realización de baños de inmersión y masajes brinda un efecto de relajación física, mental y fortalece la memoria. A su vez, el empleo de romero mejora la respiración, los movimientos y el estado de ánimo. Y esto sucede gracias a la acción de los componentes activos del romero. Especialmente del ácido cafeico y el ácido rosmarínico que relajan los músculos y promueven la circulación sanguínea.
El romero se puede cultivar a través de semillas o a partir de otro plantín. Requiere abundante sol y cantidades moderadas de agua. Durante la primavera es conveniente incorporar abono ecológico.
El romero requiere un buen lugar para crecer, por lo que debe utilizarse una maceta grande o dejar 4 pies de espacio alrededor.
El perejil es una hierba utilizada desde la antigüedad para el tratamiento de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, al igual que los trastornos inflamatorios crónicos. El perejil posee antioxidantes como los flavonoides, carotenoides o el ácido ascórbico, que actúan sobre la respuesta inmune y resultan una alternativa a los fármacos con numerosos efectos secundarios.
El perejil destaca por sus propiedades diuréticas, digestivas y remineralizantes. Es uno de los ingredientes estrella de los conocidos como green smoothies (licuados de verduras verdes).
¿Cómo cultivar el perejil en casa?
El perejil crece de las semillas en la estación de primavera y tarda mucho en germinar, casi un mes. Por lo que es aconsejable colocar las semillas ante de plantarlas. Las semillas se colocan en filas con una distancia de 20 a 25 c y a 1 centímetro de profundidad.
Requiere un suelo húmedo, recibir mayoritariamente sombra y solo 5 horas de sol al día.
El perejil es un alimento nutricionalmente muy rico. Se trata de una de las fuentes más abundantes de vitamina C, calcio, hierro y vitamina A.
El cebollino también conocido como ciboulette incorporado en las preparaciones diarias, resulta eficaz para la reducción de la azúcar en sangre y para regular los niveles de colesterol. Puede emplearse en la cocina de infinitas maneras, tanto crudo como cocido. Las flores le dan toque exquisito a las ensaladas.
De acuerdo a un estudio científico, la disminución del azúcar en sangre en personas con diabetes se observa entre la 3ª y la 6ª semana. a partir de su incorporación en la dieta. Aun sin realizar otros cambios en la alimentación. Con relación al colesterol se observó una reducción del colesterol “malo” LDL y un aumento del “bueno” HDL en el mismo periodo de tiempo.
El cebollino puede cultivarse desde semillas o por división. La planta debe mantenerse húmeda en todo momento. El ciboulette tolera temperaturas altas y bajas, pero crece más rápidamente en temperaturas entre 15 y 20 °C. Y puede cultivarse y cosecharse varias veces al año.
La menta, una de las hierbas más consumidas en los hogares familiares. Es muy rica en hierro, ya que tiene entre 275 y 354 mg/kg. El mayor contenido de hierro en la menta se encontró en especies de cultivo orgánico y en el hogar. Debido a que las hojas secas o contenidas en saquitos, poseen una cantidad significativamente menor.
Recordemos que el hierro en el cuerpo es fundamental para el transporte de oxígeno y síntesis de ADN. La utilización de la menta como infusión y en comidas no solo brinda sabor y aroma, sino a su vez permite prevenir la deficiencia de hierro.
En principio su cultivo requiere un ambiente frío, luego debe mantenerse la temperatura entre 20 y 40 °C. Tarda entre 12 y 16 días en germinar. Las semillas requieren un espacio de 50 centímetros entre ellas.
La menta requiere un clima y suelo húmedo, no toleran heladas y es importante que reciba sol durante todo el día.
La planta de aloe vera o sábila es conocida por sus propiedades de salud, belleza y cuidado de la piel. Posee más de 75 componentes activos en el gel de su interior.
Posee 8 enzimas que reducen la inflamación de la piel. Y cuenta con variedad de minerales como el zinc y selenio. También contiene sustancias antibacterianas como el ácido salicílico, saponinas que limpian la piel y tiene hormonas que actúan en la cicatrización.
¿Cómo cultivar el aloe vera en casa?
El aloe no emplea semillas, sino de las raíces de una planta anterior. Requiere un clima cálido que reciba de 8 a 10 horas de luz y suelo bien húmedo con materia orgánica. Deben contar con una distancia de 90 por 90 centímetros entre ellas.
El aloe contiene vitaminas antioxidantes como la A, C y E que neutralizan los daños que producen los radicales libres en la piel y protegen del daño solar.
Cuando se coloca la planta en la tierra debe evitar que esta toque las hojas para evitar que se pudran. Evita regar la planta por unos días para permitir a las raíces sanar. Soporta temperaturas frías, pero no inferiores a -4 grados.
La evidencia científica valora los diversos beneficios de esta hierba en la salud, entre los que destaca la protección del corazón y frente a distintos cánceres. La incorporación de albahaca como infusión o para condimentar tus ensaladas y salsas resulta efectiva para incrementar sustancias que cumplen la función de detoxificar el cuerpo de carcinógenos y mutágenos.
Las hojas de albahaca por su contenido en flavonoides pueden evitar el desarrollo de cáncer de piel y estómago en etapas tempranas. Y también resguardan al cuerpo de radiaciones que se utilizan en el tratamiento del cáncer.
En el caso de problemas de corazón, la albahaca cuenta con propiedades antioxidantes. Y actúa protegiendo al cuerpo de sustancias que lo dañan y conducen a enfermedades cardiovasculares.
El cultivo de albahaca no requiere grandes espacios, bastará con una pequeña maceta para disponer de albahaca a diario en casa. Requiere suelo húmedo, sol diario al menos 6 horas y tierra con desechos orgánicos.
Se siembran a partir de semillas en forma rápida, dejando un espacio de al menos 30 cm de distancia entre uno y otro ejemplar.
La albahaca es sensible al frío, por lo que debe preservarse dentro cuando llega el invierno.
Desde siempre las plantas han sido uno de los mejores recursos del ser humano. Ya sea para alimentarse, para vestirse y hasta para curarse. ¿Te gusta la medicina natural? ¿Quieres conocer plantas medicinales que existen en México? ¿Y te gustaría comenzar a cultivar tu propio huerto medicinal?
Un libro para todos aquellos interesados en adentrarse al mundo de la increíble medicina que puede llegar a ser la naturaleza.