INFORME DE PRÁCTICA PROFESIONAL PROYECTO CON FAMILIAS: IMPACTO A NIVEL SOCIO-FAMILIAR Y LABORAL DE LA ESCUELA DE PROFESIONALIZACIÓN Y EJECUCIÓN DEL MODELO DEL NEGOCIO SOCIAL DE LAS TRABAJADORAS REMUNERADAS DEL HOGAR PERTENECIENTES A UTRASD Y AL PROYECTO
MUJERES, DIGNIDAD Y TRABAJO
ANA MARÍA SALGADO JARAMILLO Estudiante para optar al título de Trabajadora Social Universidad de Antioquia 2021
Asesora Académica / MARTHA CECILIA ARROYAVE Asesora Instucional / MÓNICA SANDOVAL
INTRODUCCIÓN
En América Latina, el Trabajo Remunerado del Hogar – TRH representa el 37% del trabajo doméstico a nivel mundial, además lo acompaña el fenómeno de que es un trabajo eminentemente de mano de obra femenina, urbana e informal. Es por esta razón que presenta altas tasas de afectaciones a los derechos laborales, derechos humanos y otras violencias. En el caso colombiano, el servicio doméstico es la oportunidad de muchas mujeres para insertarse en el campo laboral, reconociendo que es uno de los trabajos con mayor informalidad. Hasta el año 2013, la tasa de informalidad llegaba hasta el 77,5% (Proyecto Mujeres, Dignidad y Trabajo, 2019), donde la costumbre de los empleadores y empleadoras suele ser no afiliarlas a seguridad social, a pesar de estar protegidas desde el 2011 por el Acuerdo 189 de la OIT en Colombia y la Ley de Primas en el 2017, además que en su mayoría son mujeres con experiencias de desplazamiento forzado o de migración económica, es decir, del campo migran a las ciudades por oportunidades laborales para alcanzar niveles dignos de vida. Adicionalmente a estos factores, se suma que la población TRH es en su mayoría población afrocolombiana, lo que significa mayores discriminaciones sociales e históricas con las que cargan a lo largo de su vida. Es importante mencionar que los espacios laborales de las TRH son privados, por lo que dificulta las acciones de inspección que podrían hacer los organismos garantes de derechos, entendiendo que muchas de ellas son mujeres que trabajan de manera interna, y por esta razón deben abandonar su vida familiar, sin tener la oportunidad de compartir espacios de educación y crianza con sus hijos e hijas. Para dar solución a esta problemática, se creó el Sindicato Unión de Trabajadoras Afrocolombianas del Servicio Doméstico – UTRASD. A partir de investigaciones lideradas por la Escuela Nacional Sindical y con el apoyo de la Fundación Bien Humano se generan varias acciones de incidencia política como la creación de la mesa tripartita y la inclusión del servicio doméstico dentro de la mesa de seguimiento a la economía del cuidado, con el propósito de posicionar el Trabajo Doméstico como labor digna y remunerada de manera justa que integraría de manera activa a UTRASD para mejorar las condiciones laborales y el reconocimiento social de la labor. Además, en el año 2019 se propone en Colombia el proyecto Mujeres Dignidad y Trabajo que articulado a la Fundación Bien Humano – FBH y UTRASD, busca implementar de manera comprometida y vinculante, procesos de fortalecimiento organizacional y familiar de las TRH; entre las acciones, se encuentran la escuela de formación en competencias laborales, que está pensada para el fortalecimiento de capacidades de las Trabajadoras Remuneradas del Hogar desde la academia, donde se tratan temas como cocina y conocimientos financieros, administrativos y gerenciales para la vida cotidiana. La segunda, tiene como objetivo la constitución de un negocio social de servicios de cuidado, administrada por mujeres asociadas al sindicato UTRASD que permita la sostenibilidad de la organización y ofrezca un puente directo de comunicación entre los empleadores y las TRH que en todo momento ejercen veeduría en el cumplimiento de las responsabilidades legales por ambas partes del contrato.
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Las dos acciones mencionadas fueron tomadas como base para dar respuesta a la necesidad de conocer el impacto socio-familiar y laboral de su ejecución en las TRH participantes e identificar sus transformaciones a raíz de la participación vinculante entre las 3 organizaciones, bajo la responsabilidad de la practicante de Trabajo Social de la Universidad de Antioquia, quien se acercó a las experiencias y narraciones de las TRH participantes para dar la lectura disciplinar del proceso que se vivencia a nivel institucional y profesional. Finalmente, es relevante mencionar que tanto la escuela de profesionalización como la construcción del negocio social, sufrieron modificaciones metodológicas a causa de la pandemia por el COVID-19, esto ligado a cada mujer participante, lo que influyó en el ejercicio de su participación en el proyecto y a su vez en su narrativa e interpretación de la realidad que aquí se plasma. Inicialmente, el confinamiento incrementa el tiempo que se comparte en familia, da pasos a los cambios de rutina, gastos económicos y momentos de angustia por las eventuales pérdidas de empleo como fenómeno que surge a partir de la recesión económica, específicamente en Colombia. Por esta razón, la migración a la virtualidad se vuelve una exigencia para continuar con las prácticas cotidianas como lo laboral y lo formativo.
MEMORIA METODOLÓGICA DEL PROCESO
El proyecto fue formulado por la estudiante en práctica profesional de Trabajo Social de la Universidad de Antioquia con asesoría de la profesora Martha Arroyave Gómez y la directora ejecutiva de la Fundación Bien Humano Mónica Sandoval, además, se contó con el apoyo constante de la profesional en desarrollo familiar Luz Andrea Moreno. Esta iniciativa surge a partir de la necesidad de conocer el impacto socio-familiar y laboral de las mujeres Trabajadoras Remuneradas del Hogar – TRH, derivadas de su participación en la escuela de profesionalización y la conformación del negocio social que adelanta el proyecto Mujeres, Dignidad y Trabajo en Colombia coordinado por la Fundación Bien Humano acompañada de la Unión de Trabajadoras del Servicio Doméstico – UTRASD. Este informe se guía por el objetivo orientador: Identificar las transformaciones a nivel sociofamiliar y laboral de las mujeres Trabajadoras Remuneradas del Hogar asociadas a la Unión de Trabajadoras Afrocolombianas del Servicio Doméstico participantes de la escuela de formación en competencias laborales y ejecución del modelo de negocio social enmarcados en el proyecto Mujeres, Dignidad y Trabajo en el año 2020. Las transformaciones son abordadas desde el contexto en el que acontece la experiencia y la metodología implementada. Tres objetivos orientadores direccionaron la recolección, organización y análisis de la información: 1. Realizar una caracterización socio-familiar y laboral a las mujeres Trabajadoras Remuneradas del Hogar pertenecientes a UTRASD participantes de la escuela de formación en competencias laborales y ejecución del modelo de negocio social del proyecto Mujeres, Dignidad y Trabajo en el año 2020. 2. Explicar los efectos en las dinámicas socio-familiares de
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las Trabajadoras Remuneradas del Hogar pertenecientes a UTRASD que participan en la escuela de formación en competencias laborales y ejecución del modelo de negocio social del proyecto Mujeres, Dignidad y Trabajo en el año 2020. 3. Describir los cambios a nivel laboral de las Trabajadoras Remuneradas del Hogar pertenecientes a UTRASD que participan en la escuela de formación en competencias laborales y ejecución del modelo de negocio social del proyecto Mujeres, Dignidad y Trabajo en el año 2020. La metodología del proyecto estuvo fundamentada por el paradigma hermenéutico, el cual permite comprender la experiencia, ideas y reflexiones de las mujeres participantes en el proyecto a partir del discurso y los diálogos que puedan surgir sin caer en generalizaciones, dando paso a las particularidades, subjetividades e interpretaciones de las participantes que de manera complementaria y transversal estuvo permeado por los enfoques de Derechos Humanos, Desarrollo Humano y de Género que a su vez permitieron ordenar los testimonios de la experiencia para interpretarla críticamente y a partir de esto, generar aprendizajes significativos para el futuro de gestión social y ejecución de proyectos de la Fundación Bien Humano y el ejercicio de iniciativas o proyectos por parte de UTRASD a partir de la experiencia conjunta. El modelo de intervención estuvo guiado por la acción intencionada y profunda acorde al modelo sistémico de intervención, comprendiendo de manera dinámica y crítica los procesos sociales como el negocio social y la escuela de profesionalización, así como el comportamiento e interpretaciones por parte de las mujeres participantes entre ellas y en relación a estas dos acciones. Además, se debe resaltar el carácter virtual del proceso metodológico debido a la pandemia, pues si bien no es el método más acertado para acceder a la información, es cierto que la tecnología ha permeado la manera de relacionarnos como humanidad y permite abordar las realidades desde la distancia como alternativa para encarar la crisis mundial que se vive en la actualidad, por lo que se realizó la recolección de información por medio de entrevistas semi estructuradas telefónicas, donde la practicante se adaptó a los horarios disponibles de las mujeres participantes. Por otro lado, es importante mencionar que el proceso de recolección tuvo lugar durante 2 semanas de entrevistas diarias, dentro de las cuales, de un grupo de 21 mujeres participantes en el negocio social y la escuela de profesionalización, se hizo de manera efectiva, la entrevista a 18 mujeres pertenecientes a ambos procesos. De esta manera, se puede dividir en varios momentos el proceso del proyecto de intervención: Momento 1: se documenta y explora información que antecede y tiene lugar actualmente en el proyecto Mujeres Dignidad y Trabajo y de manera complementaria, se asiste a las reuniones que tienen como tema transversal la ejecución y percepciones del Negocio Social, y escuela de formación en profesionalización, identificando y organizando información clave que dotara de fundamentación el proyecto. Momento 2: Construcción de la experiencia, en este momento se describe y ordenan los discursos y narrativas que surgen a partir de los espacios de entrevista sobre aspectos sociofamiliares y laborales de cada una de las mujeres participantes, además, de los vínculos que se construyen a partir de estas acciones e interacciones dentro del grupo de mujeres participantes. Como se consignó anteriormente, permitieron conocer estas realidades 18 entrevistas semi estructuradas y la asistencia a diferentes reuniones adelantadas en el marco de las acciones, lo que posibilitó una lectura intencionada de las participantes.
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Momento 3: Análisis e interpretación de la experiencia, posterior a la identificación, recolección y organización de la información, pues permite analizarla según las categorías propuestas. El uso de las matrices apoya la interpretación y análisis de la misma y como producto, derivan los aprendizajes, presentación de documento final con su socialización respectiva y, por último, las recomendaciones de la practicante para la acción futura tanto de la Fundación Bien Humano como para UTRASD. Ahora bien, para comprender la pertinencia del proyecto, se entiende que se está acercando a realidades que no se habían indagado anteriormente en lógica de trasformaciones a nivel socio-familiar y laboral derivados de la apropiación de conocimientos en el marco del proyecto Mujeres, Dignidad y Trabajo y su capacidad de incidencia en estos contextos que, de manera vinculante, transversaliza los procesos y deja aprendizajes para el futuro de las organizaciones implicadas.
ACERCAMIENTO A LAS REALIDADES DE LAS PARTICIPANTES
La presente caracterización tiene como fin describir los hallazgos del instrumento aplicado a las mujeres participantes de la escuela de profesionalización y construcción del negocio social, así pone a la vista particularidades de la población que ofrecen un panorama introductorio al análisis y posibilita la comprensión a rasgos generales, de dinámicas de la estructura particular y colectiva. Considerando aspectos característicos socio-económicos, los resultados favorecen la lectura cualitativa intencionada que se desprende de asuntos como el estrato, las condiciones de vida en sus hogares y la figura se posesión de las viviendas. Por otro lado, la actividad económica dota de información para realizar el análisis de las transformaciones laborales que han tenido a lo largo de su participación en las dos acciones, y, por último, los aspectos familiares ayudan a comprender dinámicas familiares y las modificaciones que han sufrido a raíz de los logros y retos que enfrenta cada parte de la familia y en conjunto. Es importante resaltar que los aspectos aquí registrados, se desenvuelven en el contexto coyuntural de pandemia por el COVID-19, de manera que refleja los cambios que las familias se han visto obligadas para hacerle frente. A continuación, se resaltan aspectos cualitativos y cuantitativos de la población TRH participante de las acciones de la escuela de profesionalización y Negocio Social.
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TENDENCIAS POBLACIONALES
Rango de edad: se encuentra que más del 80 % de TRH tienen entre 31-60 años, siendo en su mayoría 50-60 años. El 16,7% tienen entre 20-30 años, población joven y activa económicamente.
16,7% 20-30 años 31-60 años
83,3%
Gráfico 1. Rango de edades de las mujeres participantes de la Escuela de Profesionalización y Negocio Social. Fuente: elaboración propia.
33,3% 66,7%
Antioquia Chocó
Departamento de nacimiento: se encuentra que el grupo de mujeres proviene en su gran mayoría del departamento del Chocó, un 66,7%, entre las cuales se encuentran las ciudades de Quibdó, Condoto, Nuquí, Bojayá, Alto Baudó e Istmina. Por otro lado, un 33,3% mujeres había nacido en el departamento de Antioquia en ciudades como Medellín, Necoclí, Apartadó y San Jerónimo. Adicionalmente, se encontró que el 100% de las mujeres entrevistadas reside actualmente en la ciudad de Medellín. Gráfico 2. Departamento de nacimiento. Fuente: elaboración propia.
Afro
Reconocimiento étnico: dentro del grupo de las mujeres entrevistadas, el 83,3% se consideran mujeres Afrocolombianas y un 16,7% se considera mestiza.
Mestiza
16,7%
Indígena Mulata Raizal
83,3% ROM / Gitana
Gráfico 3. Reconocimiento étnico. Fuente: elaboración propia.
Blanca No sabe
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Estado civil: un poco menos de la mitad de las mujeres entrevistadas se encuentran solteras, 44,4%,, seguido por una tasa de 33,3% mujeres que se encuentran separadas. Las mujeres que se encuentran en unión libre representan un porcentaje de 16,7% y solo el 5,6% se encuentran viudas.
Soltera (o)
33,3% 16,7%
Unión libre
5,6%
Separada (o) Viuda (o) Casada (o)
44,4%
Divorciada (o)
Gráfico 4. Estado civil. Fuente: elaboración propia.
TENDENCIAS SOCIO-ECONÓMICAS
Estrato socio-económico: más de la mitad de las mujeres entrevistadas tienen sus viviendas catalogadas dentro del estrato 2, 55,6%, y el 44,4% hacen parte del estrato 1.
Estrato 1 Estrato 2
55,6%
Estrato 3 Estrato 4
44,4%
Gráfico 5. Estrato socio-económico. Fuente: elaboración propia.
Estrato 5
Servicios domiciliarios: de las 18 mujeres entrevistadas, el 100% de ellas cuenta con acueducto, alcantarillado, energía eléctrica y recolección de basuras. El 70,6% cuenta con red de gas o gas domiciliario, el 58,8% cuanta con internet instalado en la vivienda y solo el 41,2% cuenta con telefonía fija.
Acueducto Alcantarillado Energía eléctrica Gas domiciliario Internet Recolección de basuras Telefonía fija 0
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Gráfico 6. Servicios domiciliarios. Fuente: elaboración propia.
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Tipo de vivienda y estado: se encuentra en primer lugar, que más de la mitad correspondiente al 66,7% de las mujeres entrevistadas ocupan un apartamento y el 33,3% ocupan una casa. En segundo lugar, la mitad de las mujeres entrevistadas, correspondiente al 50% de las mujeres pagan arriendo mensual, seguido por un 22,2% de casa propia totalmente pagada y un 16,7% en proceso de pago. Finalmente, un 5,6% ocupa vivienda prestada y 5,6% la vivienda es propiedad familiar.
Casa
66,7%
Finca
Apartamento
Cuarto
Vivienda indígena
Arriendo mensual
33,3% 16,7%
22,2%
Propia (la está pagando)
5,6% 5,6%
Gráfico 7. Tipo de vivienda. Fuente: elaboración propia.
50,0%
Propia (totalmente pagada) De la familia Prestada Posesión (ocupante de hecho)
Gráfico 8. ocupación de la vivienda. Fuente: elaboración propia.
ACTIVIDAD ECONÓMICA Un aspecto importante sobre la actividad económica en el momento que se realiza esta entrevista es el contexto de pandemia, varias mujeres no se encuentran ejerciendo el servicio doméstico y algunas de ellas aseguran que es por la pandemia, la que generó la pérdida de sus empleos y por consiguiente, una disminución marcada de los ingresos para el cubrimiento de las necesidades de sus familias. Además, se indagó sobre si las mujeres eran madres cabeza de hogar y se encontró que el 94,1% sí lo es mientras que el 5,9% no lo es.
Ejercicio del TRH: entre las entrevistadas, se encontró que el 50% no ejerce en este momento el servicio doméstico y el 50% sí lo ejerce.
50,0% Sí lo ejerce No lo ejerce
50,0%
Gráfico 9. Ejercicio del TRH. Fuente: elaboración propia.
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Días de trabajo al mes y horas de trabajo al día: a partir del valor anterior del 50% de mujeres que actualmente ejercen el trabajo doméstico, se identifica que el 44,4% de ellas trabajan 1-15 días al mes, el 11,1% de 16 a 20 días y, por último, el 44,4% trabaja de 21 días en adelante al mes.
44,4%
66,7%
1-15 días
1-6 horas
11,2%
16-20 días 7 horas o más 21 días o más
44,4%
33,3%
Gráfico 10. Días de trabajo al mes. Fuente: elaboración propia.
Gráfico 11. Horas trabajadas al día. Fuente: elaboración propia.
Pago de la seguridad social: teniendo en cuenta que un poco más de la mitad de las TRH entrevistadas no se encuentra trabajando actualmente, puede dar luces frente al estado en su seguridad social, sin embargo, entre las mujeres que sí se encuentran trabajando, se evidenció que el 83,3% no cuenta con ella y sólo 16,7% sí cuenta con el pago de su seguridad social.
16,7% Sí No
83,3%
Gráfico 12. Pago de la seguridad social. Fuente: elaboración propia.
33,3%
Menos de $200.000
11,1% 33,3%
Entre $200.000 y $500.000 Entre $500.000 y $800.000
22,2% Más de $800.000
Ingresos económicos: esta pregunta resultó crucial para el análisis de aspectos socioeconómicos y laborales, frente a esta información, se evidenció que el 33,3% devenga menos de $200.000. El 33,3% devenga entre $200.000 y $500.000. El 22,2% devenga más de $800.000 y, por último, el 11,1% devenga entre $500.000 y $800.000. Gráfico 13. Ingresos económicos. Fuente: elaboración propia.
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Hay quienes manifiestan que reciben apoyo estatal por programas sociales para cubrir las necesidades y engrosar los ingresos familiares, contando en los casos de algunas entrevistadas, con el apoyo económico de un/a familiar. Otras manifiestan igualmente el apoyo en contexto de pandemia que UTRASD brindó para suplir necesidades no monetarias.
Cubrimiento de las necesidades básicas de la familia: al momento de indagar si calificarían entre 1 y 5, siendo 1 el más bajo y 5 el más alto las necesidades básicas de la familia con el dinero que está devengando se encontró que: el 44,4% calificó con el valor 3. El 27,8% calificó con el valor 4. El 5,6% calificó con el valor 1. El 16,7% calificó con valor 2 y el 5,6% calificó con valor de 5.
8 6 4 2 0
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Gráfico 14. Cubrimiento de necesidades básicas de la familia. Fuente: elaboración propia.
ASPECTOS FAMILIARES
Tipología de familia: se evidenció que tanto la familia extensa como la monoparental representan un porcentaje de 44,4%. Otras tipologías familiares como la extensa representa un valor de 16,7% y otras tipologías representan un valor de 22,3%. Finalmente, la familia mixta compleja representa un valor de 11,1% y la familia nuclear representan un valor de 5,6% cada una.
Monoparental
5,6%
11,1%
Extensa
5,6%
44,4% 16,7%
Otra Unipersonal Mixta compleja
16,7% Nuclear
Gráfico 15. Tipología de familia. Fuente: elaboración propia.
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SATISFACCIÓN CON EL PROCESO DE LA ESCUELA DE PROFESIONALIZACIÓN Y NEGOCIO SOCIAL Frente a la satisfacción con los dos procesos formativos, las mujeres entrevistadas manifiestan en un 70,6% estar muy satisfechas con los conocimientos y conceptos tratados en las sesiones. El 29,4% se encuentra medianamente satisfecha debido a las dificultades de la virtualidad, el acceso a la información y a las clases por las condiciones de los equipos con los que cuentan. Además otras percepciones hacen referencia a la dinámica interna y la división de roles dentro del grupo que se está formando y el sentido de responsabilidad del proceso por parte de algunas participantes.
29,4%
Muy satisfecha Medianamente satisfecha
Gráfico 16. Satisfacción con la escuela de profesionalización y el negocio social. Fuente: elaboración propia.
Poco satisfecha
70,6%
Nada satisfecha
Finalmente, es importante destacar aspectos relevantes derivados de la encuesta. En primer lugar, el departamento de nacimiento generalmente está fuera de Antioquia, que es donde se desarrolla el proyecto; dentro de las experiencias narradas en las entrevistas, se encuentra que muchas son mujeres desplazadas del conflicto armado, por lo que tuvieron que migrar a la ciudad en busca de oportunidades laborales en el servicio doméstico. En segundo lugar, el reconocimiento de identidad étnica, el cual arroja que la mayoría de las participantes se considera afrodescendiente, lo que permite dotar de perspectivas étnicas y decoloniales el accionar del sindicato de UTRASD. En tercer lugar, es preciso resaltar que las mujeres viven en estrato 1-2, no se registra viviendas de otros estratos, lo que puede dar cuenta de algunas condiciones socio-económicas de las mujeres participantes. Sin embargo, la caracterización arroja que todas cuentan con red de acueducto y energía eléctrica, consideradas mínimo vital, reconociendo en todo momento que hace falta cubrir otras necesidades en términos de servicios públicos en sus territorios. Por otro lado, desde una perspectiva de empleabilidad, se encuentra que menos de la mitad de las participantes se encuentra trabajando, y, con gran preocupación, menos de la mitad de las mujeres que se encuentran trabajando, gozan de seguridad social. Además, dentro de toda la población entrevistada, el 76,5% devenga menos de un SMLV, lo que da cuenta de un escenario muy preocupante sobre las condiciones laborales y de vida digna de las mujeres participantes de la escuela de profesionalización y el negocio social.
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TRANSFORMACIONES SOCIO-FAMILIARES El proyecto Mujeres, Dignidad y Trabajo busca mejorar las condiciones de vida de las TRH en Colombia y, su ejecución de la mano de la FBH permite realizar una lectura orientada a otras dimensiones como la familia. Partiendo entonces de lo planteado en el proyecto, se busca explicar las transformaciones a nivel socio-familiar de la participación en la escuela de profesionalización y la construcción del negocio social. Uno de los elementos que se tomaron para leer las narrativas y los momentos que se encuentran atravesando las mujeres participantes es su curso de vida, este reconoce el desarrollo humano y los resultados de diferentes factores influenciados por contextos sociales, económicos, políticos, familiares, ambientales y culturales que explican momentos significativos en las vidas de las personas. Es importante además resaltar que el contexto de pandemia por el COVID-19 trae consigo cambios en la dinámica interna de distintas índoles, tales como económicas, sociales y políticas y que representan cambios a la hora de reestructurar las dinámicas convivenciales en las unidades familiares. Con respecto a la convivencia y conformación familiar se identifica que gran parte de las mujeres que participan en las acciones del proyecto, llevan varios años conviviendo con las mismas personas en la unidad familiar, aunque algunas de ellas debido a la búsqueda de oportunidades laborales en otras ciudades o bien por la búsqueda de independencia familiar, se encuentran en un momento significativo de desprendimiento físico y convivencial de uno de sus hijos/as. Por otro lado, la realidad de algunas TRH entrevistadas se encuentran en momentos de transición en el que la familia se reintegra, vuelve a convivir esos espacios de familia día a día y reinventa las dinámicas de la nueva familia, en este caso particular es claro que la unión en la misma unidad familiar se debe a factores económicos, pero también es una decisión tomada en conjunto con reglas claras y límites establecidos para la convivencia armónica dentro de las dinámicas de la familia. Ahora bien, acorde al contexto de pandemia, se evidencia un cambio en la frecuencia de la convivencia familiar debido al confinamiento, y con ellos una confluencia de dinámicas y cotidianidades particulares tales como clases del colegio, la universidad, el trabajo, labores de cuidado y ocio que cambian la manera de relacionamiento en familia, así como los cuidados y los ingresos económicos por el fenómeno de desempleo consecuente de la pandemia y que se vio agravado en la vida de las TRH. Es así como, dentro del discurso de las mujeres participantes, se encuentra un cambio en la división de responsabilidades de cuidado doméstico, pues este nuevo contexto las llevó a tomar medidas de inclusión de los demás integrantes en las tareas del hogar, ejerciendo labores de enseñanza y acompañamiento en la cocina, cuidado de las personas y limpieza. “mi hija se encarga más que todo de eso, pero los fines de semana yo también me encargo, y a la bebé le enseñamos cositas” (Moreno, E. 2020).
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Pero también se identifica que algunas TRH madres se han visto recargadas de trabajo doméstico en sus unidades familiares en el contexto de pandemia debido a los bajos niveles de participación de los demás integrantes de la familia. Por otro lado, también se encontró en menor medida, que de las labores domésticas se encarga a las mujeres de la unidad familiar, evidenciando micro machismos arraigados de manera inconsciente y que reflejan costumbres familiares en donde este trabajo se le atribuye de manera histórica a la mujer. En contra posición, existe una mayor cantidad de hogares en los que las TRH, que son en su inmensa mayoría cabeza de familia, enseñan a los demás miembros de la familia de manera escalonada las labores que pueden ir cumpliendo respecto a su edad y capacidades. Además, varias de las TRH entrevistadas manifestaron aplicar los conocimientos de la escuela de profesionalización en cuanto al uso de químicos y manejo de la mesa de comedor y extienden los conocimientos a los familiares, como nos lo explica la TRH (Céspedes, G. 2020) “Uno va creciendo mucho como persona, a mí me decían que yo era la líder, por ejemplo, con mis nietos, yo empiezo por casa haciendo todo, a mis nietos les enseño las cosas con el aseo, les explico mucho el cuidado.”. Ahora bien, respecto a otros aspectos de la convivencia familiar, las transformaciones y perspectivas de las mujeres participantes en relación a su participación en la escuela de profesionalización y la construcción del negocio social, se encuentra que no sólo el contexto de pandemia sino las enseñanzas de los componentes en cada actividad, permitieron ver de otra manera la familia, y los seres con los que comparten a diario no sólo el mismo espacio sino también experiencias. “me ha servido mucho en mi familia, porque le enseñan cosas que uno las tiene a la mano y no las valora, cosas que uno siente que se pierden uno siente que las está recuperando.” (Pérez, S. 2020) Expresiones como “ver a mi familia diferente” o “tratar con más paciencia” fueron comunes en las entrevistas, ellas evidencian un cambio de perspectiva frente al otro y la otra, aceptación de particularidades con quienes conviven y la cercanía en las relaciones entre los miembros de la familia, el aumento de la confianza, corresponsabilidad afectiva y generación de mayor cantidad de espacios de uso de tiempo de calidad en familia como consecuencia de la pandemia y los aprendizajes abordados en los espacios de formación permiten entrever la construcción de cercanías afectivas entre madre e hijos/as, hermanos/as y nietos/as. Así, los espacios y uso de tiempo de calidad en familia no solo se encuentra que han aumentado, sino también que han mejorado, pues en la experiencia narrativa de las mujeres entrevistadas, expresan compartir espacios para darle lugar a su sistema de creencias en familia, momentos de cocina conjunta, reunión en un espacio para ver una película, participar en el mismo espacio de formación en profesionalización y negocio social y aprender juntos/as, resignificar espacios con los hijos/as que antes no tenían lugar, debido también al cambio de ritmo de vida que la pandemia obligó y que a consecuencia de las formaciones y el tiempo que se pasa en casa, las transformaciones en el tiempo de calidad en familia son evidentes y las mujeres entrevistadas se muestran muy agradecidas y fortalecidas. De esta misma manera, el componente de la comunicación fue uno de los aspectos tratados en las entrevistas, encontrando que las mujeres entrevistadas manifiestan un cambio significativo y positivo en los espacios de diálogo y en la cotidianidad misma, evidenciándose en mayores espacios de reunión, el cuidado de los miembros, las conversaciones en tonos
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respetuosos y atravesados por el amor, también en este aspecto se encuentran las llamadas a las personas que por razones económicas o personales se encuentran fuera de la unidad familiar. Es importante reconocer el contraste que algunas de las entrevistadas planteaban sobre los avances en la comunicación respetuosa, pues en algunos espacios de conflictividad, anteriores y actuales en algunos casos, la comunicación, el respeto por la opinión del otro/a no tenía un lugar reconocido y podía manifestarse a partir de violencia física. Sin embargo, han manifestado conocer y aplicar técnicas de crianza respetuosas para darle paso al libre desarrollo de la personalidad y crear sentido de pertenencia con el espacio y diálogo abierto con los otros miembros de la familia, además de las muestras de amor que se reflejan no solo en actos de servicio y tiempo de calidad como se ha expresado antes, sino también en apapachos o manifestaciones físicas como besos, abrazos y caricias, palabras de afirmación y apoyo y regalos. Expresiones como: “el valor al otro”; “somos unidos, si alguien necesita algo, ahí estamos todos”; “nos hemos vuelto más solidarios”; “nos cuidamos entre todos”; “siempre un buen consejo”; “amor y tranquilidad”; “hemos tenido procesos de superación en familia” y “somos muy independientes” son algunas de las expresiones con las que se refieren las TRH entrevistadas respecto a las fortalezas de su familia, se expresan con palabras de amor, de autoridad, confianza y respeto co-construído por todos los miembros de la familia. Ahora bien, al indagar por las maneras de afrontar situaciones conflictivas, se exponen situaciones de alta complejidad que naturalmente se vive en todas las familias. Algunas mujeres afirman plantear el diálogo respetuoso con los miembros a la hora de establecer negociaciones derivadas de situaciones de conflictividad, tales como espacios personales, respeto mutuo, división de labores domésticas y de cuidado, y aporte monetario a los gastos familiares. Por otro lado, el acompañamiento en situaciones de separación de los padres o pérdida de algún familiar, tuvo lugar en algunas narrativas de las mujeres entrevistadas, el contar con el apoyo de sus hijos/as y familiares significó un gran apoyo y agradecimiento hacia ellos/as. Es importante resaltar que, en el discurso de la mayoría de las mujeres entrevistadas, manifiestan un sentimiento familiar con las mujeres que las acompañan en estos procesos de formación, pues el apoyo emocional y económico que se ha recibido en situaciones de tristeza y agobio derivadas de la pandemia significó en ellas un canal para sobrellevar las preocupaciones. Otras manifiestan que, en consecuencia, de situaciones abrumadoras y dolientes para todos los miembros de la familia, han acudido a profesionales quienes las dotan de herramientas
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para afrontar situaciones de farmacodependencia, maltrato, discapacidad o manejo poco asertivo de las emociones. Por otro lado, se evidencian prácticas tradicionales de crianza donde el castigo físico o emocional es una de las maneras para establecer el orden y el respeto hacia la autoridad.
“No sabía cómo tratarlos y así y escuchaba a otras mujeres que pasaron por situaciones similares o peores que yo y ver cómo se superaban” (Hinestroza, Y. 2020).
Ahora bien, las mujeres TRH manifiestan haber identificado cambios en sus dinámicas familiares y modificaciones en su manera de relacionarse a partir de su participación en la escuela de profesionalización y la construcción del negocio social, se expresa que se ha aprendido un gran bagaje de aspectos de cuidado replicables en sus espacios familiares y en sus espacios laborales. Además, se evidencia un mayor empoderamiento y reconocimiento de sí mismas como sujetas de derechos que en vía de profesionalizar el TRH, logran el propósito de mejorar las condiciones laborales de otras TRH en Colombia: “Pues yo le digo a mi familia, y ellos me dicen qué bueno que podamos cambiar las vidas de las trabajadoras domésticas, ellos participan hasta donde yo los dejo. Puedo decir que soy profesional en el servicio doméstico.” (Roa, M. 2020). Por otro lado, algunas de ellas afirmaron que abren el diálogo en sus lugares de trabajo para enseñar sobre derechos laborales, y sobre los conocimientos adquiridos en la escuela de profesionalización. Además de que aprovechan los espacios de formación para replicar con sus familias, hacer preguntas y establecer debates alrededor de los temas de formación y de los temas tratados a nivel personal en las formaciones, llamados proyectos de vida, sobre esto se adelantará en otro apartado. Es importante resaltar que el proceso de profesionalización ha permitido la participación activa, establecimiento de debates y aportes derivados de la experiencia de todas las mujeres TRH, además de permitirle a una de ellas ser formadora, así como lo expresa Claribed, presidenta del sindicato UTRASD: “mis hijos se entusiasman cuando me ven dictando la clase, mi hijo pequeño me ayuda con la conectividad, y ellos lo ven como un asunto de que su mamá se supera”. Por otro lado, se ha evidenciado el apoyo por parte de algunos de los hijos/as de las mujeres participantes, pues hay un intercambio de conocimientos, especialmente en la construcción del negocio social donde se desarrollan diversas temáticas de administración y gestión de recursos.
“Estas cosas, las aplico en mi casa, los vecinos y en mi pareja, lo aplico a medida que lo voy aprendiendo, como las expresiones y los gestos frente a quienes nos rodean, apreciar y valorar el trabajo independientemente de lo que sea. Manejo de la familia, el valor de la familia, el valor de la sociedad, como tratarla y cómo aportarle a la sociedad para que el resto pueda creer y podamos ser gestores de paz y podamos construir un granito de arena para todo esto y cómo hacer el trabajo interno familiar de la tolerancia, y aprender a valorar el trabajo que se hace.” (Roa, M. 2020).
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El acompañamiento e integración de los miembros de la familia ha demostrado ser un factor clave para el aprendizaje y práctica del proceso educativo, algunas afirman que los nietos/as e hijos/as mantienen un interés en asistir a las formaciones y ponerlo en práctica ellos y ellas mismas, así como fortalecer las prácticas de crianza, el proyecto de vida de cada TRH, así como lo afirman algunas sobre terminar sus estudios, lograr aquella meta personal, poner en práctica el negocio social, entre otras. De manera que también se han visto transformaciones en el manejo administrativo del hogar conforme se adquieren conocimientos: “en el negocio social que aprendí a administrar las cosas, no hacer más gastos innecesarios, desde que el proceso yo no estaba haciendo nada.” (Hinestroza, Y. 2020). Otros conocimientos en manejo de las TIC y la alfabetización digital significan un espacio de aprendizaje en la familia, pues algunas manifiestan apoyarse en los y las jóvenes de las familias para reforzar conocimientos en el uso de las tecnologías y de esta manera fortalecer su autoestima: “lo relaciono mucho, yo aprendí mucho a valorarme y valorar a mis hijos, mejorar la autoestima, darles mucho amor”. Finalmente, el impacto socio-familiar de las mujeres participantes en la escuela de profesionalización y la construcción del negocio social es evidente, si bien el factor contextual de la pandemia ha tenido un gran protagonismo en generar cercanías en el interior de las familias, la participación de las mujeres en estos procesos ha hecho que sus familiares se interesen por su liderazgo al interior del sindicato para mejorar las condiciones de vida de las TRH, la profesionalización de la labor además de dar pasos afirmativos para el reconocimiento social y personal del Trabajo Doméstico, ha demostrado ser un factor de orgullo y autoestima para las TRH, elemento que han utilizado a su favor para fortalecer dinámicas internas e incluir en las labores domésticas a los otros miembros de la familia. Por otro lado, la construcción del negocio social ha permitido que se formen en gestión administrativa, financiera y alfabetización digital, lo que se traduce en mejorar las herramientas para el manejo económico de la familia y la comunicación digital con los y las jóvenes de sus familias. Por otro lado, y gracias a la pandemia, se puede establecer una relación entre los contenidos desarrollados en la escuela de profesionalización y el tiempo que pasan en familia de manera exponencial, significa entonces, mayor tiempo de calidad en familia, reconocimiento del otro y de la otra, fortalecimiento de prácticas comunicacionales y de negociación al interior de la familia y una columna de apoyo para los retos que trae la vida.
TRANSFORMACIONES LABORALES
La vida laboral de las TRH se caracteriza por tener variaciones de manera frecuente, bien sea en los espacios de trabajo, los horarios laborales y los días que se trabaja; esta información puede encontrarse más ampliamente en la caracterización. Sin embargo, en el presente apartado se realizará un análisis sobre las transformaciones que viven las TRH participantes de
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la escuela de profesionalización y negocio social a partir de las acciones y en relación al contexto coyuntural de pandemia, ya que de las primeras afectaciones de esta situación son laborales. El Trabajo Doméstico ha sido configurado históricamente como un trabajo en su mayoría informal e incierto o poco estable, debido a que no sólo depende de factores económicos de la familia que la contrata, sino de violencias y discriminaciones asociadas al trabajo en sí. Ahora bien, en el grupo de las mujeres TRH entrevistadas, se manifiesta que algunas no se encontraban trabajando por atender otras necesidades de la familia o de manera personal por la participación en el sindicato UTRASD y otros proyectos a partir de los cuales reciben apoyos económicos. Por otro lado, algunas de las participantes manifestaron estar trabajando en hogares por días, y una de ellas tener la modalidad de trabajo interna; también otras mujeres manifestaron estar trabajando en otras cosas diferentes al servicio doméstico para hacerle frente a la coyuntura y buscar otras oportunidades de trabajo. De manera que, a partir de las consecuencias de la pandemia se encontró que las mujeres han visto una disminución significativa en los ingresos derivadas de diferentes situaciones, entre ellas pérdida o renuncia en el empleo propio o de alguna de las partes de la familia y que, por esta razón, algunas familias han unido capacidades o han buscado otras alternativas de trabajo para aportar económicamente en las unidades familiares; es importante mencionar que a partir de las necesidades manifiestas derivadas de la pandemia, se encontraron algunos casos en los que las TRH encontraron trabajo en otros oficios. A partir de las narrativas de las entrevistadas, se encuentra que los aportes resultantes de la escuela de profesionalización y el negocio social pueden entenderse a partir de tres aspectos transversales: primero, el reconocimiento de derechos laborales, segundo, la profesionalización del Trabajo Doméstico desde la perspectiva de la formación y la construcción del negocio social y por último el significado o nuevos significados que las mujeres entrevistadas le atribuyen a la labor que han desempeñado por tantos años.
“Me parece que uno en estos espacios se empodera mucho y aunque uno diga que no, de verdad crece mucho, uno escucha las historias de otras personas y se identifica, aunque no del todo, pero también se aprende de lo que cuentan.” (Hinestroza, Y. 2020)
Inicialmente, frente al autorreconocimiento como sujetas de derechos laborales, las entrevistadas afirman no sólo entender que tienen derechos laborales que exigir y de las cuales son garantes, sino también la importancia de replicar la información a otras TRH y en sus familias, espacios en los cuales comparten tiempo de calidad y conversaciones cotidianas en las que se habla de la importancia de los derechos laborales en todos los ámbitos, siendo este un tema de intercambio de saberes entre otros miembros de la familia que buscan asesoría y consejo. Además, las mujeres manifiestan estar muy empoderadas de los conocimientos desarrollados en las dos acciones para futuros escenarios de vulneración que puedan encarar en apoyo de sus compañeras TRH.
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Segundo, la profesionalización del Trabajo Doméstico significa para las TRH un espacio muy valioso de conocimiento en detalles de los saberes prácticos que ellas ya tienen adquirido, algunos de los conocimientos que resaltan son la seguridad de los químicos, las posturas para trabajar y no afectar su salud física, y algunas reglas de etiqueta. Así, las mujeres ponen en práctica los nuevos conocimientos adquiridos con sus familias, estableciendo espacios de enseñanza y apropiación de prácticas saludables para su trabajo. Además, estos conocimientos los han aplicado en sus espacios de trabajo, lo cual ha tenido muy buen recibimiento por parte de los empleadores/as según los testimonios de las mujeres entrevistadas, pues no sólo existe un valor agregado dentro de la ejecución de la labor, aplicado a prácticas y evidenciado en el certificado de profesionalización, sino también en relación directa con su trabajo, pues aspectos de salud en el trabajo fomenta el auto cuidado, el trabajo consciente y nuevas dinámicas con sus empleadores y empleadoras. En este sentido, a través de los conocimientos y las temáticas desarrolladas en la escuela de profesionalización y la construcción de negocio social, se han brindado herramientas de diálogo y resolución de problemas con los empleadores/as, las familias y compañeras, que ellas priorizan en sus espacios de trabajo, pues algunas expresan abrir espacios de diálogo y negociación para garantizar un buen ambiente de trabajo. Por último, la experiencia de la escuela de profesionalización y construcción del negocio social permitió a las TRH participantes no sólo encontrarse con el sentido del servicio doméstico a partir de sus experiencias, sino que algunas también lo resignificaron. Con respecto a esto, se manifestaron diversas perspectivas, pues la historia de cada una de las mujeres TRH es muy diferente y su relación con el trabajo doméstico ha cambiado a lo largo que esta se desarrolla.
“De corazón es algo maravilloso, el ejercicio de las TRH es algo mágico, porque me enseñó mucho, para mí es una profesión, así para muchos no, ese título que demuestra que uno sabe.” (Murillo, D. 2020)
En primer lugar, se manifestó la gratitud con la que se ejerce el trabajo doméstico, pues permitió a una gran parte de las mujeres entrevistadas mantener a sus familias y darles mejores condiciones de vida, responder a las coyunturas que el contexto presentaba como el desplazamiento forzado, entre otras razones que podrían significar retos muy amplios para su desarrollo personal y familiar. Además, se expresa gran valor en la posibilidad de impactar en las realidades de las familias, aspecto que trasciende el ejercicio laboral sin dejar de lado el gran aporte del mismo en las familias y la economía nacional. Así mismo, el orgullo del ejercicio de la labor impulsa a las TRH participantes a convocar mayor cantidad de mujeres para engrosar no solo la base sindical sino las acciones que puedan beneficiar a otras mujeres para el reconocimiento de sus derechos. Si bien las mujeres se sienten empoderadas y defensoras de derechos, se enfrentan a retos y reflexiones diarios propias y ajenas que las obliga a buscar alternativas de defensa de las garantías laborales tales como situaciones de vulneración, rutas de asesoría para el conocimiento de los derechos, acompañamiento en procesos legales de las TRH, entre otros.
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Para otras mujeres, el servicio doméstico representa una fuente de superación, un lugar y un momento de vida en el que pueden desarrollarse como personas y trabajadoras. Sin embargo, para todos los casos es muy importante que el servicio doméstico se configure como una labor digna de reconocimiento, valoración y dignidad. Así lo afirma una TRH: “Es una segunda o segundo hogar en el que uno tiene que tener sentido de pertenencia, uno tiene que hacer las cosas con amor y con gusto y tratar a las personas con solidaridad, el sentirse útil es una satisfacción”. (Cardeño, P. 2020) Otras experiencias apuntan a otro tipo de desarrollo personal con priorización en la academia, es decir, para algunas trabajadoras entrevistadas, el TRH significó la oportunidad de finalizar estudios formales, alcanzar metas personales o familiares como adquisición de hogar propio o bien, darse la oportunidad de ser un apoyo para sus hijos/as para la consecución de metas.
“Yo soy orgullosa, antes me daba pena, pero ahora entiendo que es como cualquier trabajo de cualquier persona, y merece hasta más respeto que cualquiera, es algo que he buscado, yo siento y soy la única que me siento orgullosa en el servicio doméstico” (Céspedes, G. 2020)
Por otro lado, es importante reconocer que la experiencia de ejercer el TRH para todas las participantes de la escuela de profesionalización y negocio social puede tener matices; entre ellos se evidencia que el Servicio doméstico toma el lugar de un puente para el sostenimiento de la familia, pero la motivación y la valoración que se le da a los años de dedicación a este trabajo reflejan sentimientos de frustración y baja realización personal, expresando sus deseos de haber tenido la oportunidad de desempeñarse en otros ámbitos. Finalmente, es importante resaltar las expectativas que se han construido alrededor del negocio social, pues este representa una manera de materializar el cambio a nivel laboral que viven las TRH en condiciones de informalidad, ofreciendo una alternativa justa para la contratación y estableciendo un diálogo horizontal con los empleadores/as, de manera que testimonios como: “con el proyecto de vida quiero hacer realidad mi sueño de terminar el bachillerato, aprender a manejar computador, ya tengo clientas para la empresa de negocio social y todo.”(Moreno, E. 2020) muestran que, así como las mujeres que integran este proceso, tienen altas aspiraciones y posibilidades de incidencia en la vida de las TRH, para lo cual asumen y enfrentan los retos que trae construir un negocio social.
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TRANSFORMACIONES PERSONALES
“Con el Negocio Social me genera expectativas porque es bueno formar una empresa donde uno pueda formar a muchas niñas que carecen de derechos.” (Moreno, E. 2020).
En el proceso de ejecución del proyecto y levantamiento de la información, surgió una categoría emergente, ella hace a las transformaciones personales que hicieron parte transversal de la comprensión de las narrativas e historicidades alrededor de las dos acciones del proyecto. Se consideró de gran importancia por su característica principal de establecer un puente entre las enseñanzas y experiencias alrededor del proyecto, en relación a las transformaciones personales y la conexión que se genera en las transformaciones familiares, pues se permea constantemente en las prácticas cotidianas. Ahora bien, al proceso de construcción del negocio social a partir de la perspectiva de ventana de oportunidad, que se entiende como el momento en el que se presentan las condiciones para que las personas desarrollen ciertas características, habilidades o capacidades de su entorno o de sí mismas. Ahora, entendiendo que la escuela de profesionalización y negocio social significan la oportunidad de cualificación del servicio doméstico, el conocimiento de alternativas que puedan implementar en su trabajo y estén enfocadas a la salud y seguridad en su trabajo, así como el negocio social que permitirá generar oportunidades laborales en ellas y otras TRH y generar también sostenibilidad al sindicato UTRASD, que ha sido aliado y coequipero de la FBH desde hace más de 6 años. En segundo lugar, los efectos acumulativos entendidos como los procesos derivados de las experiencias vividas a largo plazo, facilitan el desarrollo de nuevas oportunidades, oportunidades, pérdidas y maduración a lo largo del curso de vida. Así, cada logro facilita la construcción de las bases para llegar a ciertas metas de manera acumulativa por las experiencias de vida. Por esta razón, las mujeres TRH participantes sienten el proceso de formación y construcción del negocio social como una oportunidad para desarrollar sus conocimientos y fortalezas en espacios de participación y debate, fortaleciendo en cada sesión sus capacidades en gestión administrativa y financiera, apropiándose de conocimientos de orden organizacional y laboral y dotando a la organización de capacidades instaladas para accionar en torno a la visibilización y resignificación del Trabajo Remunerado del Hogar desde sus espacios de convivencia, sus familias y con quienes trabajan. Por otro lado, es importante tomar como punto de partida las expectativas que se presentan por parte de las TRH, algunas manifiestan identificarse como mujeres sindicalistas, lideresas, madres y empresarias que trabajan por el bienestar e inciden en las realidades de las TRH para mejorar su calidad de vida.
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Además, se presenta como una oportunidad de “salir adelante” como lo manifiestan constantemente las TRH entrevistadas, pues la posibilidad de dedicarse a otras actividades, de corte administrativo donde puedan fortalecer otros conocimientos, y a partir de acciones afirmativas para la construcción de un negocio social que promueve el trabajo decente estableciendo una relación horizontal entre el empleador/a y la TRH significa un sueño hecho realidad para las mujeres participantes. Otro aspecto importante a desarrollar en este apartado, son las transformaciones a nivel personal en la dimensión de la autoestima, porque desde la escuela de profesionalización y la construcción del negocio social, se han adelantado aspectos personales a modo de dotar de integralidad del proceso y brindar un acompañamiento continuo a las mujeres TRH. El valor propio es de los más mencionados en las entrevistas, pues la construcción de la confianza en sí mismas, reconociendo la importancia de su rol en la familia, en las acciones y su relación con las personas y los procesos que las rodean, permiten establecer reflexiones que motivan al avance del proyecto. Una gran cantidad de mujeres expresan haber aprendido mucho en el proceso y por consiguiente, sentir mayor confianza en sí misma, mayor empoderamiento y manejo de conflictos que finalmente declara un aumento de autoestima y valoración del ser y del aporte propio en relación con ellas mismas, sus familias, y las mujeres que hacen parte de las acciones.
“La escuela de profesionalización ha generado un montón de cosas positivas, porque soy maestra y nadie me ha dado la oportunidad de dar un módulo, en ese sentido ha sido un cambio bastante interesante. ha sido un paso que Bien Humano me dotó de credibilidad y enea confianza en mí y saber cómo me ve el otro, ver los talentos.” (Palacios, C. 2020)
Así como el anterior testimonio, se encuentra un aumento de confianza al expresar ideas y opiniones de manera constructiva para el negocio social y la escuela de profesionalización, además de mayor optimismo, empoderamiento y responsabilidad por parte de las TRH participantes a nivel general, lo que puede ser de esta manera, un indicador de la motivación que tienen las mujeres participantes en estas dos acciones. A partir de lo anterior, es claro que la gran mayoría de las TRH se sienten motivadas frente al proceso debido a dos asuntos a grandes rasgos: el primero obedece a la atención y acompañamiento psicosocial que se ha tenido a lo largo del proceso por parte de la FBH, o los consultores, también a partir de las actividades de proyecto de vida y autoestima que adelanta la escuela de profesionalización, con el propósito de facilitar la identificación del proyecto de vida, fortalezas, debilidades oportunidades que tiene cada una de las participantes no solo en el servicio doméstico o en el negocio social sino también en su vida cotidiana. Así mismo, se encuentran testimonios tales como “Puedo decir que soy profesional en el servicio doméstico.” O “aprende uno a valorar más la labor que uno hace, además de la ética y valores, porque como trabajamos con familias, se debe llegar con mucha ética y entender la
situación de cada persona.” Lo cual refleja el compromiso ético, político y personal con el trabajo doméstico remunerado y su capacidad de incidencia en las realidades de quienes las rodean. De manera que se tomaron estos sentires para fortalecerlos y apoyar a las TRH en la construcción de nuevas perspectivas de desarrollo personal y proyecto de vida, motivando en todo momento la realización personal constante, la educación como factor de cambio, y la consciencia en las relaciones personales bajo dimensiones de respeto, confianza y cuidado que finalmente tienen una repercusión en la manera en cómo se desarrolla el proyecto.
“Me gusta mucho aprender, sentirme útil, uno tiene que aprender a servir, como dice el dicho "el que no vive para servir, no sirve para vivir".” (Cardeño, P.2020).
Por otro lado, es evidente que se ha trabajado en el proyecto para que las TRH puedan sentirse no sólo beneficiarias del proyecto sino dueñas del negocio social y ejecutoras del plan de acción para el éxito del mismo, sin embargo, es inevitable que se puedan generar algunos disgustos entre las participantes a razón de las dinámicas de poder que se van creando a lo largo de la ejecución y la descarga de responsabilidades que, como grupo humano a partir del contexto, sugiere hacer. Es por esta razón que se menciona la importancia de utilizar las herramientas de resolución de problemas y herramientas de diálogo por parte de las participantes del negocio social y escuela de profesionalizar, que se construyen en el proyecto de manera individual para hacer negociaciones entre las partes y cumplir con la responsabilidad y los deberes que el negocio social necesita. En este sentido, se evidencia un sentir colectivo sobre la cantidad de trabajo a la que están expuestas las mujeres TRH participantes, a razón de la falta de tiempo por motivos personales, laborales u organizacionales de UTRASD que imposibilitan en algunos casos la asistencia a las formaciones o el no cumplimiento de algunas de las responsabilidades que se solicitan a pesar de la gran motivación presentada por cada una de las mujeres participantes.
“Me genera más confianza, soy más positiva, más ganas de luchar, el proyecto de vida, ser mejor persona, tener más empatía por las otras.” (Moreno, E. 2020).
Para finalizar este apartado, se considera de gran importancia considerar la dimensión personal a la hora de ejecutar acciones colectivas en pro de un objetivo, esto debido a que permea la capacidad de respuesta, la motivación, la responsabilidad y las funciones de quienes hacen parte del proyecto. Sin embargo, es de resaltar que tanto la escuela de profesionalización como el negocio social han establecido rutas de respuesta a las necesidades psicosociales, familiares y laborales de las mujeres que participan en estas dos acciones, apoyando las acciones de manera integral y dotando de herramientas para responder a situaciones coyunturales que el contexto pueda presentar.
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CONCLUSIONES
El presente proyecto si bien recogió algunas características clave de la población, también buscó acercarse de manera más personal a los aspectos y las narrativas que se desarrollan alrededor de su participación en la escuela de profesionalización y construcción del negocio social. Se expresan grandes cambios a nivel familiar y personal que nutren su desarrollo y convivencia desde el respeto y el amor, además la manifestación de grandes expectativas hacia el futuro del negocio social y a partir de la construcción colectiva presente para no solo el mejoramiento de la calidad de vida de si mismas sino de las mujeres TRH que decidan hacer parte de él.
En el ámbito familiar, se encontró que los aprendizajes derivados de la escuela de profesionalización y la construcción del negocio social en su componente humano, dotaron de herramientas de empatía, convivencia y resolución de problemas con relación a sus familiares, lo que facilitó en particular la época de pandemia, buscar espacios de tiempo de calidad en familia que permitiera conocer a los y las integrantes de manera más cercana aspectos como sus intereses, proyecto de vida, creencias, entre otros.
En el mismo sentido, las mujeres ejercieron el rol de replicadoras en sus familias sobre los conocimientos desarrollados en las acciones, fortaleciendo a su vez el trabajo en equipo y la apropiación del espacio en el contexto familiar.
Las acciones al estar realizadas en tiempos de pandemia, implicaron diferentes cambios a nivel metodológico para el consultor y también para las TRH, un escenario que les obligaba a tener condiciones de conectividad óptimas para continuar con las formaciones, lograr apropiar los conocimientos y por otro lado, afrontar situaciones laborales inciertas pues el desempleo si bien fue un factor transversal en este contexto, las TRH fueron las más afectadas, tanto a nivel masivo de pérdida de empleo como la intensificación horaria en sus lugares de trabajo lo que deriva en precarización de las condiciones de vida de ellas y sus familias.
Desde las nuevas dinámicas familiares y en consecuencia del desarrollo de las consultorías, los espacios de socialización y apropiación de los conceptos, las mujeres participantes manifestaron cambiar su relación con el trabajo doméstico y resignificar algunos aspectos, sintiéndose orgullosas de su labor y empoderadas como sujetas de derechos.
A nivel personal, fue evidente el proceso de construcción de sus proyectos de vida, pues gracias al valioso aporte del CESDE y microempresas quienes apoyan las dos acciones, las mujeres participantes forjan grandes expectativas y motivaciones respecto a la construcción del negocio social y la cualificación del servicio doméstico, lo cual se convierte en procesos de fortalecimiento del autoestima, orgullo y confianza para participar en espacios de decisión y construcción colectiva.
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RECOMENDACIONES
La Fundación Bien Humano en calidad de organización que propende por el desarrollo humano y familiar, ha enfrentado retos y realizado lecturas situadas que se presentan a lo largo de la ejecución de los proyectos. De manera que, se propone crear un componente de atención psicosocial transversal para la población en la ejecución de los proyectos como valor agregado y garantía de que tanto beneficiarios como profesionales coordinadores y monitores puedan desarrollar herramientas de gestión emocional y profesional para su ejercicio.
Buscando en todo momento el monitoreo de las acciones de la Fundación en su compromiso con las familias y la transformación de realidades, se plantea la necesidad de crear un instrumento de sistematización y evaluación que a partir de indicadores cuali - cuanti busque dar respuesta respecto al impacto en las familias y así establecer rutas de acción.
Así mismo, se sugiere a UTRASD crear rutas para sistematizar las acciones en las que han participado de cara al futuro y metas organizacionales para tener un conocimiento más profundo de su participación, y en esta misma línea, les permita construirse como organización ejecutora de proyectos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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ANA MARÍA SALGADO JARAMILLO Estudiante para optar al título de Trabajadora Social Universidad de Antioquia 2021