TALLER DE INVESTIGACION: SOCIOLOGÍA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
TEMA: “INSTITUCIONES ESCOLARES DE EDUCACIÓN BÁSICA COMO FORMAS DE CONTROL SOCIAL”
ALUMNO: VARGAS SERAFIN ANDI ALBERTO
PROFESORA: MONICA SOTO ARREDONDO
FECHA: 22 DE NOVIEMBRE DEL 2015
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Tema: “Instituciones escolares de educación básica como forma de control social” Planteamiento del problema: ¿Las instituciones escolares de educación básica representan una forma de control social para el alumnado? Objetivo general: Explicar de qué manera las instituciones de educación básica en México representan una forma de control social para los alumnos. Objetivos particulares: Analizar de qué manera se presentan o sobrellevan las relaciones entre las autoridades educativas y los alumnos. Describir el proceso de control que sufren los alumnos por parte de las autoridades educativas. Delimitación: Instituciones escolares de educación básica en México. Justificación: Referirnos a la escuela en el mundo de hoy implica adentrarse en una institución que tiene encomendada una de las tareas más importantes en la sociedad actual: proporcionar educación a niños y jóvenes, más allá de las acciones que pueden desarrollarse en el marco estrictamente familiar. Esto supone ser el instrumento básico que utiliza todo tipo de comunidad humana, con la intervención más o menos directa del Estado, para proporcionar aquellos conocimientos, técnicas y elementos formativos que requerirá el individuo en el futuro, ya sea para su propio desarrollo personal, o bien para convivir en un determinado tipo de sociedad. Sin embargo, esta tarea no es fácil, puesto que 2
vivimos en sociedades en donde las desigualdades sociales están presentes y en donde, el logro de estas finalidades de carácter personal y colectivo, de tipo instructivo y formativo, viene mediatizado (en buena parte) por otras variables que actúan fuera del ámbito escolar. Es por esto, que la tarea que tiene encomendada la escuela es complicada y difícil, y compromete en demasía el futuro de nuestra sociedad. La educación pública en México está en crisis; aunque se ha modernizado en cuanto a espacios, y tecnologías, en algunos lugares, no ha logrado remover prácticas antiguas que sólo obstaculizan la real formación ciudadana. En la presente investigación trataré de dar a conocer cómo las instituciones educativas en México actualmente tienen la función de “educar” y controlar al individuo a lo largo de los diferentes niveles educativos de educación básica, desde preescolar, pasando por la primaria, y concluyendo su formación básica en secundaria. Lo que me interesa es señalar el hecho de que el poder disciplinario que somete, vigila, normativiza y excluye a los seres humanos, es una realidad intensiva y penetrante en el conjunto de instituciones sociales, económicas y políticas que constituyen la vida diaria de las sociedades, especialmente del sistema educativo quien nunca mantiene un plan neutro para con los alumnos.
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A lo largo de la historia la educación ha sido pensada como una intervención: se ha educado “para algo”. Es eso precisamente lo que la distingue de otros procesos de socialización mucho más espontáneos en los que sus actores tienen menos conciencia de su finalidad. Por ser una intervención “para algo”, la educación no es nunca neutra ni inocente frente a los dinamismos sociales que genera. En ella quedan reflejados, intereses muy distintos: los del gobierno en turno, los de la gran empresa, los de la comunidad, los de los gremios magisteriales, los intereses locales así como los “globales”, o los de todos los participantes en el hecho educativo. La educación pública en México está en crisis, si bien, se ha modernizado en cuanto a espacios, y tecnologías, es cierto que en algunos lugares, no ha logrado remover prácticas antiguas que sólo obstaculizan la real formación ciudadana. Actualmente se habla de “educar en la democracia y el respeto a la diversidad”, pero como lograr que no se convierta en simple retórica, es decir, en una frase vacía, sin ningún referente inmediato de validez. Según Foucault, cada institución tiene sus propios mecanismos de control con clasificaciones de acuerdo a la forma en la que operan.1 Dicho esto, y antes de comenzar con el desarrollo general del tema, es importante entender que estos mecanismos de control social son mecanismos de defensa mediante los cuales un sistema de acción integra y refrena las tendencias disgregadoras; estos son mecanismos a los cuales acude cierto grupo dominante para ejercer control sobre los individuos que lo componen.2
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Ceballos Garibay, Héctor. Foucault y el poder. Ediciones Coyoacán. México, 1994.
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Carrillo Prieto, Ignacio. El control social formal. Biblioteca Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Consultado: 15-Mayo-2015. 16:30 Hrs Disponible en: http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/facdermx/cont/209/dtr/dtr3.pdf
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Cabe señalar, que el control social aparece en todas las sociedades como un medio de fortalecimiento y supervivencia del grupo y sus normas; éste se encarga de transmitir hábitos, normas y valores determinados.3 Señalado esto, podemos descubrir que la historia de la educación escolar forma parte de la historia del control social ejercido por quienes han detentado el poder político y económico. Para comprender este punto, según Foucault, el poder es, y debe ser, analizado como algo que circula y funciona.4 El poder no se aplica a los individuos, sino que transita a través de los individuos, además el poder todos lo tienen, todos lo ejercemos, a todos nos atraviesa, es erradicable. Se puede afirmar que el poder lo sobrellevamos cotidianamente, aquí y allá, antes y ahora, mañana y siempre. Lo sufrimos pero también lo practicamos; somos dominadores y estamos fatalmente dominados. Es relevante indicar que la escuela continuó por siglos siendo instrumento de control social por parte de los grupos dominantes, además, la educación, en todos los tiempos, ha tenido una función prioritariamente conservadora, y el control social es, precisamente, una estrategia para conservar: se conserva controlando, y se controla homogeneizando y diferenciando a la vez.5 Es por esto que podemos notar que la educación ha jugado, junto a otras mediaciones institucionales, una importante tarea de control social y conservación. La educación es tanto un medio de socialización como de control social. Se trata de dos funciones netamente políticas; ambas funciones son reflejo de la ideología de quienes gobiernan y consecuencia de las demandas socioeconómicas de una 3
Mager Hois, Elisabeth Albine. Ideología y poder. Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Revista multidisciplinar. núm. 5, 2010, pp. 46-60. 4
Foucault, Michel. Genealogía del racismo. Segunda lección. 14 de Enero de 1976. Poder, derecho, verdad. Pp. 33-49. 5
Op. Cit. Mager Hois, Elisabeth Albine. Ideología y poder.
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determinada sociedad. De esta forma, así como el sistema educativo es un producto de una concreta y determinada sociedad, de manera idéntica, la sociedad encuentra en el sistema educativo la forma más natural para perpetuarse y reproducirse, es por esto que debemos de tener bien en claro que la función prioritaria de la escuela es su función político-social. Señalado esto, cabe decir que el que la educación genere transformación o conservación depende de muchos factores y, por mencionar algunos: - De los objetivos que se explicitan y de aquéllos que se disfrazan. -Del tipo de relación que se establece con el entorno. - Del grado de autonomía que se logra con respecto a los grupos de poder. - De la forma en que se entiende al sujeto que toma parte en el hecho educativo. - De la posibilidad de distanciarse de los proyectos políticos partidistas y de los intereses de los grupos dominantes. -Del tipo de ambiente educativo que se promueve. - De las metodologías que se privilegian. - De la capacidad de asumir una postura crítica frente a modelos económicos excluyentes. - De la forma en que los educadores son o no conscientes de su papel político. - De la poca o mucha claridad que se tenga con respecto a la función social de la escuela. – Del tipo de articulación que se establezca con otras instancias educativas de la zona. - De la forma en que los actores educativos utilizan las herramientas adquiridas. - De las destrezas desarrolladas en el ambiente escolar. 6 Toda esa gama de factores ofrece una idea de la complejidad del hecho educativo y de la razón por la que es continuamente objeto de preocupación no sólo por parte de los educadores y de los funcionarios públicos responsables de la educación, sino también por parte de la empresa privada, de los partidos políticos, de los movimientos sociales, de los organismos financieros internacionales, etc. Ahora bien, Según Foucault instituciones de disciplina y control, tales como la cárcel, el hospital psiquiátrico, la fábrica o la escuela; todas ellas se han construido sobre la base del modelo panóptico, el cual consiste en una forma arquitectónica 6
Gutiérrez Pérez, Francisco. Educación como praxis política. Siglo XXI Editores. México, 1985.
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que facilita una mayor vigilancia de la conducta, pero es necesario señalar que en este sistema no hay indagación sino vigilancia y examen.7 En el terreno educacional, el sistema panóptico se concretó a través de los programas, de los reglamentos escolares y de los proyectos arquitectónicos, además también con la disciplina, la cual no puede identificarse ni con una institución ni con un aparato.8 Todos estos elementos cuyas características pueden apreciarse en el proceso de satisfacer las necesidades de disciplina y enseñanza cuentan con mecanismos de vigilancia, algunos sutiles y otros no tanto, en donde los métodos disciplinarios permiten producir en la persona la internalización de la mirada controladora. Además de esto Foucault identifica tres instrumentos de poder disciplinario.9 El primero es la vigilancia jerárquica, o la capacidad de los funcionarios de vigilar todo lo que está bajo su control con una simple mirada. El segundo es la capacidad de imponer sanciones normalizadoras y castigar a los que violan las normas. De este modo, alguien podría ser juzgado y castigado. Refiriéndonos al tema escolar, un ejemplo seria que el alumno podría ser castigado por cuestiones relativas al tiempo (por llegar tarde) y a la conducta (ser maleducado). El tercero es el uso del examen para observar a los sujetos e imponer sanciones normalizadoras sobre las personas. Esto se ve claramente en cualquier nivel de escolaridad. Es indispensable reconocer que el poder en la perspectiva de Foucault puede ser tanto creador como destructor, es decir, puede ser positivo o negativo y puede ser 7
Op. Cit. Ceballos Garibay, Héctor. Foucault y el poder.
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Foucault, Michel. Vigilar y Castigar. “La disciplina”. Pp 139-230. Siglo XXI Editores. México, 1976.
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Ritzer, George. Teoría sociológica contemporánea. Las ideas de Michel Foucault. Pp. 567- 588.
Editorial Mc Graw Hill. México, 1993.
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valorado por la consecución o no de la meta perseguida como por la forma en que se ejerce, de esta forma el poder no obedece a una consciencia iluminada sino al deseo, a la ambición e interés personal.10 Además en toda relación organizativa se forma un tejido de poder, y por lo tanto, el orden es entonces, una relación de fuerza que pone en movimiento un dispositivo para cumplir un objetivo.11 Algo muy importante a señalar es que en las instituciones de educación básica, la disciplina, la obediencia, la paciencia y la subordinación, se han convertido en fines de control social mediante actividades que se han convertido en verdaderos rituales de adoctrinamiento, tales como, las ceremonias cívicas, los concursos de escoltas y los desfiles, por señalar algunas. Pero, ¿cuál es el objetivo de estos eventos? Oficialmente, mediante el discurso que expresan las autoridades escolares, se indica que es fomentar el nacionalismo, el amor a la patria, la identidad como nación, la formación de los ciudadanos; pero es necesario puntualizar que una real formación de la ciudadanía prepara al individuo para convivir en sociedad y para la participación política, y no sólo para respetar y venerar a los símbolos patrios Un ejemplo de esto mencionado se puede ver en la escuela primaria, donde, concerniente a las formaciones escolares, los alumnos hacen fila para entrar, para salir, para el recreo, para que les revisen un trabajo, entre otras más. Inmediatamente se pensaría que esto es así por disciplina y por orden, pero en el fondo se está educando para la paciencia, es decir, conformismo, y la subordinación. De esta forma el alumno no tiene libertad de acción, por eso se adapta fácilmente a la burocracia cuando concluye su educación básica.
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Páez Díaz de León, Laura. Sánchez Sandoval, Augusto. (Coordinadores). Analítica del poder y control social. Una mirada desde Michel Foucault. Ediciones Acatlán. México, 2008. 11
Florián Bocanegra, Víctor. (Compilador). Memorias seminario. Michel Foucault. Uniediciones. Colombia, 2005.
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El control social de la escuela, se puede reducir el tipo de control a dos grandes modalidades:12 -El macro-control: ejercido mediante la normativa legal desplegada por la administración nacional, regional o local, que obliga en un determinado sentido a los centros escolares. -El micro-control: mediante el ejercicio de dicho control directamente en el centro escolar, por parte de la comunidad educativa. Demarcado esto, podemos darnos cuenta de que ambas vías de intervención no son incompatibles, ni tampoco una vía suplanta a la otra. Lo que si puede existir, y de hecho es lo más común, es que una de estas vías tenga un rol más preponderante que la otra. Además de esto, la propia administración escolar, quien tiene un papel fundamental, también interviene en los dos niveles: en el primero de ellas, aplicando la normativa vigente; y en el segundo nivel, participando en la gestión y control de los centros escolares. Esto es precisamente lo que marca importantes diferencias entre los países ya que todos detentan diferentes administraciones con diversas funciones. Por último, es necesario decir que los políticos de la educación intervienen en el macro-control al promover y aprobar legislaciones obligando a su cumplimiento en los centros. En este sentido se puede considerar que intervienen directamente en el macro-control y de forma indirecta en el micro-control, puesto que sus decisiones tienen consecuencias sobre el mismo. Ahora bien, mantener el control de la escuela es asegurarse la transmisión ideológica dado que gracias al carácter persuasivo, insistente y repetitivo de la comunicación educativa, se hace posible la internalización de ideas, modos de
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Ferrer, Ferran. El control social de la escuela: reflexiones para un análisis internacional. Revista Española de Educación Comparada. Barcelona, 1995. Pp 177-203. Consultado: 16-Mayo-2015. 12:30 Hrs. Disponible en: http://www.sc.ehu.es/sfwseec/reec/reec01/reec0109.pdf
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hacer y pensar. Desde las órdenes del profesor hasta el desarrollo curricular; desde la selección de los libros de texto hasta las metodologías utilizadas, toda la práctica pedagógica, en suma,
está impregnada y saturada de la ideología
imperante.13 Es gracias a esto que basta con que el estudiante pase cinco, diez o más años en la escuela, para que adquiera una determinada manera de concebir la realidad, de ubicarse en el mundo, de aceptar unos valores y rechazar otros. En síntesis, se puede entender a la escuela como el instrumento con el que cuenta una sociedad organizada, en un tiempo y espacio específicos, para transmitir y cultivar los valores morales, éticos, religiosos, sociales y políticos que desarrollen en los individuos las actitudes y las aptitudes que permitan lograr la cohesión social, y así alcanzar los objetivos y las aspiraciones nacionales. Por lo tanto, la escuela es la institución social en la cual sus funciones y estructura cumplen con una actividad político-pedagógica. De esta forma, y entendidas así la escuela y la educación, es fácil concluir que la escuela es el dispositivo que permite homogeneizar un horizonte de pensamiento que es el mismo para todos. La escuela pasa a ser indispensable para el manejo de masas, permitiendo la reproducción de la función de control, al establecer la inclusión o exclusión de los educandos según su mayor o menor congruencia con los valores e intereses de las élites.14 Es por esto que la escuela de cualquier sociedad es reflejo de la política e ideología de los gobernantes en turno o ben de los intereses de clase por parte del grupo dominante. 13
Op. Cit. Gutiérrez Pérez, Francisco. Educación como praxis política.
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Ibíd. Educación como praxis política.
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Por todo esto señalado, podemos percibir que la escuela es la institución que proporciona a los miembros de las distintas clases sociales la ideología apropiada, capaz de lograr la interiorización de las relaciones de dominación por parte del grupo dominante, apareciendo como el elemento fundamental en el mantenimiento y la reproducción de la dominación de clase. Además, una manera de disciplinar en el contexto educativo, es formar a todos a imagen de los líderes de la elite política, esto con la pretensión de que se alcanzaran determinados derechos y deberes que solo pueden ser conseguidos a través del desarrollo escolar, y en la creencia de que las oportunidades para alcanzar una o cualquier posición relevante, coincide y depende con el grado de escolaridad. Con todo esto, si bien la escuela podría ser percibida como la prolongación de la familia es también el lugar que tiene como misión intrínseca ofrecer no sólo pautas de comportamiento sino incluso de pensamiento.
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Conclusión En mi perspectiva considero que las actividades que la escuela realiza deben estar encaminadas a despertar y desarrollar el juicio crítico en los individuos. León Tolstoi, señaló que: “En la escuela no se educan pastores para rebaños, sino rebaños para pastores”. Y con esto demarcado, cabe hacer la pregunta: ¿Seguimos en lo mismo? Sin duda la función ideológica de la escuela como aparato reproductor del orden social sigue vigente, pero lleva muchos años haciéndolo y vemos con pesar que muchos individuos siguen el patrón de la sumisión en su vida laboral y social y ven mal a aquéllos que se resisten a la subordinación. Remover las estructuras de funcionamiento de las escuelas me parece una tarea urgente, pero es claro que para que esas estructuras sean removidas es necesaria la voluntad política de quienes tienen cargos públicos puesto que la educación es un asunto de Estado y mientras a éste le funcionen los rituales de adoctrinamiento difícilmente intervendrá. Aún con esto, algo que pueden hacer los profesores desde su lugar es dialogar con los educandos y mostrarles que hay otras visiones, otros espacios, otras versiones, si bien, la acción parece mínima, ésta trae consigo toda una serie cambios. Es seguro que no se podrá hacer mucho con lo reglamentado, o con lo obligatorio, pero siempre es posible empeñarse en cambiar un poco la situación de control social, cuando hay convicción y valor. Finalmente pienso que cambiar radicalmente toda esta serie de prácticas señaladas con anterioridad, permitiría formar ciudadanos críticos y más reflexivos, con mayor conciencia de su realidad social, que bien pueden ser agentes de transformación para una mejor sociedad.
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Bibliografía
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Florián Bocanegra, Víctor. (Compilador). Memorias seminario. Michel Foucault. Uniediciones. Colombia, 2005.
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Foucault, Michel. Vigilar y Castigar. “La disciplina”. Pp. 139-230. Siglo XXI Editores. México, 1976.
Gutiérrez Pérez, Francisco. Educación como praxis política. Siglo XXI Editores. México, 1985.
Mager Hois, Elisabeth Albine. Ideología y poder. Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Revista multidisciplinar. núm. 5, 2010, pp. 46-60.
Páez Díaz de León, Laura. Sánchez Sandoval, Augusto. (Coordinadores). Analítica del poder y control social. Una mirada desde Michel Foucault. Ediciones Acatlán. México, 2008.
Ritzer, George. Teoría sociológica contemporánea. Las ideas de Michel Foucault. Pp. 567- 588. Editorial Mc Graw Hill. México, 1993.
Carrillo Prieto, Ignacio. El control social formal. Biblioteca Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Consultado: 15-Mayo2015. 16:30 Hrs Disponible en: http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/facdermx/cont/209/dtr/dtr3.p df
Ferrer, Ferran. El control social de la escuela: reflexiones para un análisis internacional. Revista Española de Educación Comparada. Barcelona, 1995. Pp 177-203. Consultado: 16-Mayo-2015. 12:30 Hrs. Disponible en: http://www.sc.ehu.es/sfwseec/reec/reec01/reec0109.pdf
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