Espacio trastocado poéticas marplantanses actuales

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Título: ​ El espacio trastocado en la poética de artistas marplatenses actuales Autores: Andrea Germinario

Pertenencia Institucional: I.E.C.E. Correo Electrónico: ​ germinarioandrea23@gmail.com

Resumen En esta ponencia nos proponemos repensar la relación arte­espacio abordando conceptos como espacio real, espacio representado, espacio simbólico, espacio vivido, espacio plástico y su relación con el arte contemporáneo, específicamente desde la obra de cuatro artistas marplatenses actuales. A lo largo de la historia del arte se pueden reconocer procesos y técnicas de representación. La perspectiva le dio a Occidente una estructuración del espacio, una verdad única de cómo debía ser. La crisis de la modernidad y los planteamientos desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy nos llevan a repensar la relación arte­espacio. A partir de estos abordajes aparece otro concepto: ​ espacio trastocado​ , el cual centrará la atención del trabajo. Los artistas seleccionados alteran el espacio, cada uno desde una poética diferente. Yamandú Rodríguez es quien nos permite ver un espacio más cercano al real y vivido, siguiendo una estética trash del punk­rock. Ignacio Mendía interviene con su presencia y con su acción física, dejando una huella que se compone de miniaturas minuciosamente trabajadas que nos llevan a pensar en problemáticas comunes. Daniel Basso construye sus propios espacios que nos plantean una aparente correspondencia con la realidad, pero, al ingresar, el extrañamiento juega el papel principal. Valeria Gopar desde su geometría nos invita a adentrarnos en espacios posibles, podrían ser rincones o intersecciones, cada uno lo define según su propio universo simbólico1. Todas estas experiencias nos hacen reflexionar sobre la relación espacio­arte en la actualidad. Esta misma relación sirve, también, para tomar conciencia sobre cómo concebimos hoy el espacio. 1

Estos análisis se llevaron a cabo a partir de entrevistas personales realizadas a cada uno de los artistas en cuestión a lo largo de 2015.


Espacio: ¿Cómo lo percibimos? ¿Cómo lo representamos? “¿Qué es el espacio? No existe el espacio, no existe el vacío, dijo Leibnitz, después de haber admitido el vacío. (...) Aunque no concibamos cómo estando todo lleno, puede 2

moverse todo.”

“El espacio es una dimensión axial de la vida humana cuyas coordenadas determinan, en todas las épocas y en el cuadro general de las sociedades, la manera como el hombre se entiende 3

a sí mismo.”

En principio citar a Voltaire nos lleva a reflexionar acerca del espacio en una concepción más amplia; podemos preguntarnos: ¿existe realmente el espacio? Y, ¿el vacío? Estas preguntas son cuestionamientos que podemos hacernos en todas los tiempos, lo importante es saber qué se contesta en cada época, especialmente en la actual. A propósito de esto es la segunda cita y a partir de allí podemos decir que el hombre percibe el espacio construyéndolo desde lo visual, y en cada cultura se va a componer de una manera diferente. No nos proponemos establecer certezas definitivas, más bien preguntas que nos amplíen el panorama. Cuando hablamos de espacio real y vivido ¿a qué nos referimos? ¿es el percibido por nuestro ojos? ¿es el vivenciado por nuestros sentidos? ¿o es aquel que existe más allá de lo que vemos? Por otro lado, el espacio representado, ¿sólo es representado si se plasma? ¿nuestro imaginario es espacio representado o espacio simbólico? ¿cuáles son los límites del espacio simbólico? También cabe preguntarse por el espacio plástico, ¿es el soporte, los recursos, las maniobras? ¿o podemos interpretarlo como aquel universo creado por el artista? En este sentido, haciendo una revisión histórica de la relación entre arte y espacio, podemos afirmar que en las cavernas el hombre pintaba bisontes y situaciones de caza, ese era su universo y ese era su nivel de representación alcanzable. Pero, como asegura Nelly Schanith:

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Voltaire, Diccionario Filosófico, Librería Sintes, Barcelona: 1936. p. 70 Schnaith,Nelly, “Espacio pensado, espacio figurado, espacio vivido, Temes de disseny”, 1989, Barcelona, n°3, edición catalá­castellá­anglés en ​ Recopilación de textos: Olimpiadas de Filosofía 2007​ , Eje C: Arte, II Los Límites de la representación en el arte, 2007 p.110 3


“​ El hombre prehistórico está ya inventando un espacio, puramente metafórico e imaginario​ ”4 Ese universo simbólico que el hombre representa constituye una aproximación a su espacio vivido y real. En el Renacimiento, el desarrollo de las técnicas de representación le dio a Occidente una estructuración para el espacio. La perspectiva era una verdad única de cómo debía ser ese espacio. El problema de esta situación radica en que la perspectiva se convirtió en el dogma de la verdad.5 El sistema euclidiano aseguró a Occidente que el vacío podía estar lleno y así no caer en la angustia de su existencia. 6 Lo que hoy nos atañe comienza con los postulados no euclidianos, específicamente con ​ la Teoría de la Relatividad. En 1905, Einstein publica sus ideas ofreciendo una visión del espacio no absoluta, sino relativa, y la posibilidad de pensar en “n” dimensiones.7 Por más que esta teoría sea muy compleja, un año después, Picasso pinta las ​ Señoritas de Avignon expresando las “n” dimensiones y llevándonos a repensar la concepción del espacio. La obra deja de ser una ventana donde la perspectiva da la sensación de espacialidad para proponer variantes desde diversos puntos de vista. Los cubistas no emitieron un manifiesto en que definieran la relación arte­espacio. Pero sí fueron los futuristas quienes se atrevieron a hablar de la solidez de la materia y la necesidad de que sea dinámica y se extienda al espacio. Así también, los constructivistas y suprematistas rusos, son quienes dejaron asentadas sus ideas sobre este tema. ​ El Lissitzky nos dice: “​ Espacio: lo que no se mira por el ojo de la cerradura ni por la puerta abierta. El espacio no existe sólo para la vista, no es cuadro; se quiere vivir en él.”8 Al finalizar la segunda guerra mundial el mapa que venía reconfigurándose en el periodo entreguerras se define y Estados Unidos recibe a los exiliados europeos parándose como la potencia invicta y sin pérdidas. Así también se posicionó como principal en la carrera espacial, sumado a la publicidad, la vorágine y el consumo, en el inconsciente colectivo se abrió el panorama a la exploración de las tres dimensiones en todos los niveles.

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Ídem. p.112 Ídem. p.112­113 6 ​ Maderuelo, Javier, ​ La idea de espacio. En la arquitectura y el arte contemporáneos, 1960­1989​ , Akal, Madrid:2008. p.20 7 Ídem. p.34 8 El Lizzisky,​ “Prounenraum”, en ​ Maderuelo, Ob.cit..​ p.43 5


En este contexto se consagró la cultura pop. Los primeros ​ enviroments de Allan Kaprow dejaron asentado que el espacio y la obra de arte podían ser uno. Ahora los espectadores estarían ​ en ​ la obra.

¿Qué sucede hoy en el binomio espacio­arte? Ciertamente las tres dimensiones se han vuelto un componente principal en las artes actuales, ya no como objeto de representación, sino siendo ellas mismas las protagonista. Así, pues, cada vez son más las obras que invaden el espacio real haciéndolo parte de la obra: las primeras instalaciones en los 60, marcan un antes y un después en esta relación espacio­arte. ¿Para qué ​ re­presentar ​ el espacio si podemos ​ presentar ​ en el espacio? ¿Qué se presenta en el espacio real? ¿Universos simbólicos que los artistas componen, en pos de crear una espacialidad­otra, diferente de la real que sería la galería, el museo, o, hasta el mismo espacio público? Teniendo en cuenta que los límites entre espacio representado y espacio real comienzan a diluirse, entramos, quizás, a un espacio representado que es totalmente real y vivido, pero a su vez no deja de ser un espacio plástico y simbólico. ¿Cómo puede ser que dudemos si es espacio real o figurado? Sabemos que es espacio real la galería, el museo, pero cuando el artista lo interviene con sus maniobras plásticas y lo podemos recorrer, tocar, y, hasta interactuar, ¿deja de ser real? Al estar vivenciándolo: ¿es también espacio vivido? Pero, al ser un espacio simbólico, construido por el artista: ¿pasaría a ser un espacio representado?

El espacio trastocado En este sentido, al espacio donde prima la ambigüedad lo llamaremos espacio trastocado​ . Trastocar es alterar el curso natural de algo, en este caso los artistas alteran el curso natural de un espacio que hasta ese momento era de otra manera, y esa manera era la real para nuestro intelecto. Sin duda alguna, ingresar a una exposición de pinturas o esculturas en una galería de arte, implica, para nuestro universo, un entorno real, conocido: vamos a ver pinturas colgadas en la pared de la galería o esculturas apoyadas en bases que están sobre el piso de la galería. Sabemos que la galería es una entidad real que existe con o sin obra. Allí podemos encontrarnos con espacio real, espacios plásticos, representados y simbólicos definibles, delimitados y diferenciados.


Ahora bien, al ingresar a una exposición en la que el espacio mismo pasa a ser el soporte y la obra se emplaza en todas sus dimensiones, las delimitaciones se hacen agua.

Un primer caso a abordar para ejemplificar este ​ espacio trastocado es la obra de Yamandú Rodriguez, en especial sus habitaciones de la última etapa, a simple vista nos llevarían a un espacio real, vivido y conocido: el de un adolescente punk­rock. Esa es su estética. Ahora bien, ¿qué sucede? Tenemos desorden, caos, colores saturados e imágenes eróticas, en su mayoría mujeres sin rostro fotografiadas por el artista. ​ “Cuando estoy sacando fotos estoy en el espacio, cuando lo muestro, estoy en el espacio” En sus palabras se expone la clara conciencia de las tres dimensiones, saber que se mueve ​ en ​ el espacio que lo que haga va a ser en ​ el espacio. Por lo tanto ha decidido armar estas habitaciones habitables para mostrar sus fotografías, ya no como una tradicional exhibición fotográfica. ¿Qué sucede al entrar en la galería y encontrarse con un ​ espacio trastocado​ ? ¿ya no es la galería? ¿es el espacio simbólico­representado del artista? En este caso nos encontramos con las fotos, la cama, esa estética trash que nos lleva a cuestionarnos nuestras propias concepciones acerca del rock, y especialmente del sexo y sus infinitas formas de representación. Este espacio que ahora es real, ahonda en nuestro subconsciente llevándonos a un sin fin de preguntas que superan al espacio físico en el que está montado. Entonces, merece la pena, preguntarse ¿dónde radica el ​ espacio trastocado​ ? si todos estos elementos los podemos reconocer y nos llevan a reflexionar acerca de nosotros mismos o cuestiones que conocemos. Precisamente allí: una galería de arte con sus paredes blancas impolutas y una pintura colgando en esa misma pared no nos produce tal ambigüedad. El universo simbólico del artista juega con nuestro propio universo simbólico trastocándolo, movilizándolo, se crea una atmósfera que antes de esa obra no era tal y después tampoco será la misma. En segundo lugar, otro ​ espacio trastocado es el creado por Ignacio Mendía, otra vez, los elementos son reconocibles, nombrables, categorizables, pero las dimensiones que maneja de sus mini ladrillos, o sus acciones performáticas llevan a una sensación de extrañamiento. Sus espacios creados tienen la huella de su presencia, de su acción física, alguien estuvo allí haciendo algo y podría volver. Comprimidos de ladrillos en blister, polvo de ladrillo, construcciones con ladrillos diminutos, nos invitan a acercarnos, a agacharnos, tal vez, a


agudizar la vista. En este sentido, Mendía reflexiona, ​ “Y la pregunta es ¿qué es un ladrillo? ¿para qué sirve un ladrillo? ¿Puedo transfigurar este objeto? ¿re­presentarlo? ¿qué mundo tenemos planeado construir? ¿somos ladrillos?”9. En este ​ espacio trastocado construido por el artista nos vemos envueltos, nos plantea interrogantes que, nuevamente, nos movilizan y llevan a trastocar alguna fibra sensible e intelectual. El espacio pasa de ser una sala de exposición para convertirse en un universo de infinitas posibilidades. Ya una obra pictórica nos abre nuevos planteos del mundo, por ende, un espacio intervenido nos permite no sólo jugar con ello en el imaginario, sino, y también, en la realidad palpable y tangible. Así pues, Mendía, sutilmente nos invita a pensar el mundo como en constante construcción, con sus comprimidos de ladrillo pretende ​ “contribuir a una construcción social de un mundo mejor, más bello, sano y justo”10. A partir de sus palabras, podemos hacernos cargo y tomar un rol activo, o seguir el curso de nuestras vidas, tal cual estaba antes, pero no podemos negar que algo ha sido trastocado. Otro artista a abordar es Daniel Basso, sus obras van entre esculturas, instalaciones y, también, ambientaciones. Citando a Claire Bishop: ​ “En lugar de representar texturas, espacios, luz, etc., las instalaciones nos presentan estos elementos de modo directo para que los experimentemos”11. El ​ espacio trastocado que Basso plantea podría estar representado en un papel, incluso sus bocetos son bidimensionales, y aquí nuevamente la pregunta: ¿Para qué re­presentar ​ el espacio si podemos ​ presentar ​ en el espacio? En estas obras el área de exhibición entera se transforma con sus tramas, texturas y objetos. A simple vista casi que el espacio es real, tradicional, reconocible, pero un segundo después el extrañamiento juega el rol principal. Las texturas propias de los tapizados de autos, camiones y colectivos, además de objetos, accesorios algunos, que adornarían ese universo vehicular. Ahora toldos, pendientes, prendedores, guardabarros, acompañados de mobiliario se distribuyen dentro de un entorno de diseño de interiores que remite a lo ​ marplatense​ . “​ (...) una sensación ​ marplatense canibalizó todo. Daniel Basso piensa, imagina, diseña y propone en ​ marplatense. Me explico: transformó a Mar del Plata en un lenguaje visual propio.”12 Cercano a la arquitectura y al Mendía, Ignacio, “La idea de ladrillo”, ​ Laboratorio Mendía. Performance​ , Laboratorio Mendía:Mar del Plata, s/d. 10 Mendía, Ignacio, Ob.cit. 11 ​ Bishop, Claire, “El arte de la instalación y su herencia”, ​ Revista Ramona​ , Nº78, Buenos Aires: Fundaicón Start, marzo 2008. p 46 12 ​ Cippolini, Rafael, ​ Bassomatic. Acronicidad con estilo​ , Buenos Aires: SLYZMUD, 2012. 9


diseño industrial su producción nos lleva directamente a situarnos en el espacio como usuarios, ¿pero cómo utilizo sus piezas? Allí radica ese ​ espacio trastocado​ , ante la ambigüedad, o la incertidumbre de no saber bien qué es, allí cuando nuestras experiencias reconstruyen el propio universo simbólico. Varios teóricos afirman que las instalaciones nos plantean una situación de descentralidad, donde ​ “los espectadores no pueden ubicarse en un campo enteramente familiar (...) pierden las certezas y llegan a descentrarse”13. Asimismo “​ A pesar de no existir un polo de centralidad sobre que dirigir la mirada, la apabullante presencia de algunas de estas obra pone en evidencia aquella parte del espacio de la sala que no ocupan, manifestando la “ausencia” de su exterior”14 . La pérdida del centro, por supuesto, no es algo que se da sólo en el campo de las artes, sino que está enteramente ligado a la Teoría de la Relatividad y al desmoronamiento de la modernidad. Un último caso a exponer es la obra de Valeria Gopar: salimos totalmente de la figuración, o elementos que podrían ser reconocibles, para meternos en el universo de la abstracción pura, de la geometría en sí misma. Si bien la mayoría de la obra de Gopar se plantea en la bidimensión, posee varias que no se limitan al soporte tradicional y sus “papeles” comienzan a invadir el espacio, llevándonos a una espacialidad­otra. Como afirma Foucault: ​ “​ La época actual sería tal vez la época del espacio” Estamos en la era de la simultaneidad, de la yuxtaposición, la proximidad y la lejanía, la contigüidad y la dispersión15. En este sentido, la obra de la artista se sitúa entorno a esos recursos: ​ líneas, planos, tramas, calados, superposición, yuxtaposición, juega con los elementos plásticos básicos para meternos en un espacio trastocado​ , una espacialidad aparente que nos invita a ingresar. Resaltando otro aspecto de la obra de la artista, merece la pena rescatar un fragmento de Schnaith: ​ “El problema del espacio, en tanto culturalmente determinado, atañe hasta al más insignificante gesto o comportamiento de nuestra vida cotidiana” ​ centrado en una dimensión cultual que depende de ​ “la dialéctica viviente que siempre se establece entre el modo de percibirlo, conocerlo y figurarlo.”16 Gopar es un claro reflejo de este fragmento, ella es metódica y precisa, si bien en su trabajo puede percibirse un gesto personal alejado de la supuesta precisión de un geómetra, no deja 13

Bishop, Ob. cit. p. 48 Maderuelo, Ob.cit. p.103 15 Foucault, Ob.cit. p. 31 16 Schnaith, Ob. cit. p. 112 14


de ser meticulosa en la selección y composición, evidenciando su modo de percibir, conocer y figurar el mundo. La artista afirma que dedica parte de su mirada cotidiana a las texturas, los colores y las tendencias en general. Sus espacialidades nos llevan a recorrer un universo que propone trasladar la mirada habitual, tan atragantada de imágenes, a los aspectos más sutiles de las mismas, a detenernos un momento para trastocar la rutina y llevarnos a una dimensión más plástica de aquello que vemos todos los días. En la actualidad poseemos muchos recursos para representar el espacio tal cual lo percibimos, podemos medirlo con precisión, dibujar con minuciosidad, fotografiarlo, etc.17 , pero a la vez, siempre hay en el espacio un dejo de ambigüedad, una situación de confusión, algunas cuestiones que escapan a nuestra comprensión. Aún así, podemos asegurar que el hombre contemporáneo se afirma en el espacio, con más incertidumbres que certezas, pero con presencia. Por lo tanto, y siguiendo la afirmación de Elena Oliveras de que el arte es síntoma del espíritu de su tiempo18 , una sociedad que está en plena incertidumbre va a tener un arte que refleje esa cualidad. Es innegable que, culturalmente, la carrera espacial, el avance de la tecnología, la neurociencia, la realidad virtual, el acelerador de partículas, entre otros, llevan al hombre a explorar la espacialidad, sin una única verdad. Desde el campo artístico, cada uno plantea su propia subjetividad e invita al espectador (ya no espectante, pasivo y contemplador) a ser parte, a adentrarse ​ en la obra, en ese ​ espacio trastocado que el artista crea.

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Maderuelo, Ob. cit. p.23 Oliveras, Elena (ed.), ​ Cuestiones de arte contemporáneo, 2ª ed​ ., Buenos Aires: Emecé, 2009. p.14

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Bibliografía Bishop, Claire, “El arte de la instalación y su herencia”, ​ Revista Ramona​ , Nº78, Buenos Aires: Fundaicón Start, marzo 2008. Cippolini, Rafael, ​ Algunos Artistas arte argentino 1990­hoy​ , Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Fundación Proa, 2013. Cippolini, Rafael, ​ Bassomatic. Acronicidad con estilo​ , Buenos Aires: SLYZMUD, 2012. Foucault, Michel, “Espacios Diferentes”, ​ Toponimias, Ocho ideas del espacio​ , F.La Caixa, Madrid:1994. Disponible en <​ https://es.scribd.com/doc/12468412/Michel­Foucault­Espacios­Diferentes#scribd​ > Fundación Start, ​ Bola de Nieve​ , Buenos Aires, <​ http://www.boladenieve.org.ar/​ > Maderuelo, Javier, ​ La idea de espacio. En la arquitectura y el arte contemporáneos, 1960­1989​ , Akal, Madrid:2008.

Mendía, Ignacio, ​ Laboratorio Mendía​ , <​ http://laboratoriomendia.blogspot.com.ar/​ > Mendía, Ignacio, “La idea de ladrillo”, ​ Laboratorio Mendía. Performance​ , Laboratorio Mendía:Mar del Plata, s/d​ .

Oliveras, Elena (ed.), ​ Cuestiones de arte contemporáneo, 2ª ed​ ., Buenos Aires: Emecé, 2009 Oliveras, Elena, “Teoría del objeto ambigüo en el arte contemporáneo”,​ Espacios de crítica y producción​ , Nº 44, Buenos Aires: Facultad de Filosofía y Letras UBA, septiembre de 2010. Rawski, Tomás, ​ Té de artistas​ , <http://www.tedeartistas.com.ar/> Schnaith,Nelly, “Espacio pensado, espacio figurado, espacio vivido, Temes de disseny”, 1989, Barcelona, n°3, edición catalá­castellá­anglés en ​ Recopilación de textos: Olimpiadas de Filosofía 2007​ , Eje C: Arte, II Los Límites de la representación en el arte, 2007. “Todo comenzó en los ‘60”, ​ Revista Ñ​ , Buenos Aires: Clarín, Año IV, Nº204, Sábado 25 de agosto de 2007. Voltaire, Diccionario Filosófico, Librería Sintes, Barcelona: 1936


Yamandú Rodriguez​ , Mar del Plata, <​ http://www.yamandurodriguez.com.ar​ /​ >


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