PEM. Douglas A. Martínez Hernández
PEM. Douglas A. Martínez Hernández
Índice Prólogo Mi Nacimiento Mi Traslado a las Montañas Mi Primer Conocimiento Mi Maestro Maestro ¿Qué es la Navidad para un Pino? El Orgullo, Deseo y Decisión La Llegada de la Primavera La Llegada del Verano La Llegada del Otoño La Llegada del Invierno Adiós Hermanos, Adiós Vecinos, Adiós Maestro El Centro Comercial Mi Nueva Casa Yo… El Árbol Más Bello del Mundo La Celebración de la Navidad Un Día Después Mi Segundo Conocimiento Adiós a mi Nueva Casa La Última Noche Hacia mi Destino Final El Barranco que Arde con Grandes Llamas de Fuego ¿Dónde Estás Maestro? Ahora es mi Turno Gracias Dios por esa Raíz Mi Tercer Conocimiento Mi Testimonio Palabras Finales
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TESTIMONIO DE UN PINO
PEM. DOUGLAS A. MARTÍNEZ HERNÁNDEZ
Prólogo Durante muchos años, mi rol ha permitido tener contacto con diferentes grupos de personas: Religiosas, estudiantes, políticas, gubernamentales, familiares, profesionales, obreras, campesinas y en todas he notado que tienen sus aspiraciones ya que, en ningún momento, me he encontrado con alguien que no posea un objetivo personal. Sin embargo, consciente que la vida del ser humano está llena de altibajos que parecen opacar hasta las más tiernas ilusiones y que a través de las circunstancias que rodean al individuo y que conllevan problemas de diferente índole, proyectadas en indiferencias familiares, enfermedades, falta de recursos económicos, necesidad de padres, incomprensiones, soledad, deudas, drogadicción, falta de credibilidad y siente que nadie le comprende por lo que, en medio de su soledad, lo que le espera es la muerte, entonces para él es este libro. El testimonio de un pino no es otra cosa más que la proyección de la vida de un pequeño árbol a la vida del hombre que de manera continua genera terribles equivocaciones que lo llevan al borde del abismo y por amor al pecado, a la condenación eterna y si se está buscando la solución a esos profundos problemas generados por el engaño del diablo, el mundo y la carne a la persona y que lo llevan al lugar que arde con fuego y azufre, entonces tome un tiempo y lea este documento que ha sido elaborado pensando en los muchos que están viviendo de engaños y mentiras, disfrutando de sus ilusiones y aparentes realidades pero el enemigo lo tiene sometido a las más drásticas falsas. 5
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No existe ninguna duda que el ser humano puede ser aplastado fácilmente, destruyéndose con él su orgullo, su auto estima y todo cuanto posee quedándole nada más la última oportunidad que puede ser encontrada si le da lectura a todo lo que cuenta de su vida este maravilloso árbol. Que sea de eterna bendición para la vida del lector este libro a tal grado que trascienda hasta la misma comunión que debe tener con el único que ama su alma: Cristo Jesús. Que Dios le siga bendiciendo y ánimo, a leer se ha dicho…
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Mi Nacimiento Hola, soy un pino, nací en las montañas de un Estado llamado Washington, Estados Unidos de América, específicamente en un lugar que la gente llama Nursery que por sus características geográficas se convertía en un pueblo muy hermoso. Además, la flora estaba constituida por enormes extensiones de bosques mixtos que brindaban un clima especial para la fauna. Ahora pues, lo entiendo, que el lugar, desde donde comienzo a hacer memoria, estaba construido para tener plantas o árboles pero de manera temporal y los humanos le llaman invernadero, sin embargo, en aquel tiempo, allí nací y ese fue mi primer hogar en compañía de miles de pinitos que tenían la misma edad y tamaño mío. Recuerdo que diariamente recibíamos el cuidado de algunas personas que eran las encargadas de regarnos y quiero hacer énfasis en que de manera muy personal, yo les tenía mucho cariño ya que ellos nos prodigaban con toda clase de atenciones, contribuyendo en gran medida en el bienestar y felicidad que cada uno de los pinitos que allí vivíamos tenía. Yo me sentía interiormente muy contento y era muy feliz aunque debo decir de manera clara que para ese entonces tan solo medía unas pocas pulgadas de altura pero, aún así, recuerdo que me divertía mucho cuando sentía el aire que movía cada uno de mis brazos porque me hacía experimentar una sensación muy agradable que hasta hoy día sigo creyendo que era el aliento de vida que soplaba a diario en mí y que me hacía reír y disfrutar cada instante que pasaba junto a aquella gran cantidad de hermanos que tenía. Cabe mencionar también que desde un principio me di cuenta 7
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que para los seres humanos, todos nuestros juegos pasaban desapercibidos y también comprendí que los hombres nada saben de los sentimientos y emociones que un miembro del reino vegetal experimenta, pero en realidad, quiero detenerme aquí para explicar que nosotros también tenemos niñez y esta se desarrolla con todas las características normales de esa faceta de la vida; también sentimos alegría y esta se manifiesta en el ritmo coordinado en que se mueve el follaje con nuestras ramas, cuando sopla el viento e incluso nos hace a veces hasta cantar expresando la gratitud por nuestra vida y ese idioma no es entendido por nadie más que solo por los miembros que pertenecen, como decía hace un momento, al reino vegetal. Pero nosotros también sentimos dolor y esto en su mayoría de ocasiones es provocado por la fuerza de la naturaleza y por el hombre y cuando nos falta el agua, todo nuestro follaje se pone triste y marchito decayendo así el semblante por la falta de la energía que nosotros adquirimos de ese vital líquido y que para todos los árboles en general, la presencia del agua representa la vida y su ausencia puede significar hasta la muerte y hay otro detalle también que veces nos encontramos con determinadas ocasiones en las cuales sentimos el deseo y necesidad de llorar y eso es producto de las circunstancias que se nos presentan y que muchas veces están fuera del alcance de todos los que pertenecemos a la naturaleza y sus leyes que imperan en este mundo en que vivimos, en fin, tantas cosas que hay en lo más profundo de nuestro ser pero es una lástima que seamos víctimas de la ignorancia de la gente que no nos entiende.
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Mi Traslado a las Montañas Conforme los días pasaban, me di cuenta que mi pequeño tronco adquiría poco a poco una mayor consistencia, ganando lentamente más altura y por qué no decirlo, estaba adquiriendo más belleza en todo mi follaje. Pero un día me sorprendí tanto porque las mismas personas que nos cuidaban llegaron con una enorme máquina que ahora sé que se llama cabezal al que estaba unida una larga plancha con una gran cantidad de ruedas y que fue estacionado frente al invernadero en el que vivíamos y luego de pasar una revisión a todos los pinitos que nos encontrábamos en aquel lugar, fueron seleccionando a criterio de ellos a los arbolitos que llenaban, según interpreto yo, ciertas calidades y a los tales, fueron subiendo a esa gran máquina a tal grado que fue instalada en la plancha descrita una buena cantidad de pinitos incluyéndome a mí. Recuerdo que todos los pinos allí presentes nos mirábamos con una especie de suspenso ya que a nuestra corta edad no sabíamos lo que en realidad estaba pasando y el ambiente se empeoró aún más cuando empezamos a sentir una vibración fuerte que hasta ahora sé que se debió a la fuerza del motor que fue encendido y que de manera lenta, las ruedas comenzaron a dar vueltas iniciando un trayecto que para todos los pinos que allí íbamos, era desconocido e incierto ya que no teníamos ni la más mínima información de hacia dónde nos dirigíamos ni tampoco lo que sería de nosotros.
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Después de tanto pensar con preocupación en lo que estábamos viviendo, esa máquina finalmente se detuvo y constituyéndose algunos hombres al lugar, se dieron a la tarea de bajarnos del camión donde veníamos y hasta allí me di cuenta que nos estaban trasladando a las montañas de aquel bello lugar y nos trasplantaron con gran cuidado ya que, según percibo, para el hombre que conoce del tema, la presencia de los árboles en sus montañas siempre será de vital importancia para su salud. Para describir con más detalle la experiencia, quiero contar que fuimos, como dije anteriormente, trasplantados en un lugar donde habían enormes pinos con unas dimensiones gigantescas que yo solo había visto desde aquel lugar que en ese momento extrañaba tanto porque fue mi primer hogar. Junto a estos gigantes me sentí un enano insignificante, generando por un buen rato en mi mente, pensamientos de temor hacia esos grandes árboles e imaginando lo que sucedería si tan solo uno de ellos cayese sobre mi frágil y pequeña figura, seguramente, a pesar de todos los cuidados y delicadezas que de los humanos había recibido y que hasta el momento eran mi orgullo, hubiese sido aplastado en un instante juntamente con esa mi pequeña grandeza…
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Mi Primer Conocimiento Junto a mí, habían sido plantados algunos de mis hermanitos, que como yo, estaban sorprendidos de aquel lugar poblado de gigantes. Conforme transcurrieron los días, aprendí que aquellos grandes árboles, también al igual que nosotros, habían sido trasplantados por el hombre, con el propósito de sacar utilidades de ellos para satisfacer las necesidades de los hombres que son muy amplias y que para ellos somos recursos de explotación y generación de riqueza, como por ejemplo: En el pueblo donde nací, todas las construcciones llevan el elemento fundamental para sus paredes, gradas, columnas, piso, etc. que es la madera y seguramente el ser humano está capacitándose para sacar provecho de la naturaleza sin que se vean afectados sus bosques, además, las necesidades de hule, papel, medicina, entre muchas otras cosas que se sacan de nosotros, son exageradas y por lo tanto, los hombres saben que la explotación de sus bosques debe realizarse con gran educación ya que el consumo es cada vez mayor. El árbol dentro de su proceso de formación, pasa también por una serie de descubrimientos que si bien es cierto, son generalidades pero también son básicas para la sobrevivencia en las montañas y tendrá que ser lo primero en que se ha de
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enfocar y es que la vida allí, siendo yo muy pequeño todavía, me hizo enfrentar a una serie de cambios climáticos como por ejemplo: La lluvia, las tormentas, el granizo y la nieve, dándome cuenta que tenía la capacidad de soportar todos esos cambios sin depender siempre de los cuidados que me brindaba el ser humano y entendí que mis hermanos y yo somos parte fundamental y necesaria para la vida de este planeta tan maravilloso.
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Mi Maestro Debo aclarar que mucho del conocimiento del que he hablado hasta el momento, no ha venido en su totalidad de la nada, aunque si bien es cierto, toda forma de vida deberá desarrollar algún método natural de autoeducación que despierte las características afectivas, pero hay mucha información que hasta ese momento fue adquirida por un personaje muy respetado y admirado por la comunidad pina en la que me estaba involucrando y era un enorme, viejo y majestuoso pino que por su edad y conocimiento alcanzado por los tantos años de sobrevivir en el mundo de las montañas, fue colocado en un lugar muy importante y especial dentro del corazón de cada pino de esa comunidad… A ese árbol nadie le discutía, cuando hablaba, su voz era tan extraordinaria que no podíamos hacer otra cosa más que escuchar, tenía la verdad en el filo de su boca, de sus labios emanaba mucha sabiduría, sus expresiones eran siempre de amor y comprensión y entre los ancianos de esa pequeña aldea pina, no había nadie que se comparara a ese maestro que con su características y cualidades nos protegía de los peligros del día de la noche. Cada día nos enseñaba algo diferente, haciendo sus pláticas muy interesantes para todos ya que tenía respuesta para cada interrogante que le planteábamos. A mí me llamaban mucho la atención unos animalitos llamados abejas y sobre ellas le hacía muchas preguntas acerca de su existencia, organización, hábitat y beneficio, dándome cuenta con las respuestas que el viejo maestro me brindaba que aún esos pequeños animales existían para bendición del hombre quien es el que finalmente consume al por mayor la miel que ellas producen. 13
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Hay algo en lo que quiero persistir y es en la vocación magistral que poseía nuestro maestro en su interior ya que siempre me contestaba muy amablemente y de igual manera lo hacía con mis hermanitos que llenos de curiosidad, le planteaban preguntas sobre algunos animales que tienen mucha relación con los árboles como por ejemplo: Los pájaros quienes son formas de vida que viven entre nosotros y hacen sus nidos en nuestras ramas protegiéndose con el follaje que crece en nosotros, llegando a la conclusión con las respuestas de nuestro maestro de lo emocionante que es para nosotros escuchar a un verdadero cantor expresarse desde el interior de cada una de las ramas que se desprenden del orgullo de todo árbol: Su tronco. Provocándose una relación tan estrecha entre la flora que según dijo el gran pino, era el nombre que identificaba a todas las formas de vida que pertenecen al reino vegetal y la fauna que es donde se encuentran todos los animales. También se escuchaban preguntas sobre los conejos que diariamente transitaban a nuestros alrededores, lar ardillas que ascienden y descienden de nosotros dándole ritmo y belleza a la vida natural de las montañas, los venados que caminan siempre alertas a los sonidos del bosque, en fin… Ese maestro me estaba, con su conocimiento, trayendo a la realidad en la que hoy mi tronco estaba de pie. Si por mi gusto fuera, pasaría hablando todo el tiempo de ese viejo pino que causó en mí tanto impacto porque era una verdadera fuente de información y sabiduría pues de él aprendí que en el reino vegetal hay miles de especies entre plantas y árboles, que algunas plantas son muy útiles para el hombre y otras son venenosas.
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Una cosa deben saber, nos dijo un día: Para un árbol que como ustedes, comienza la vida, necesita profundizar sus raíces y absorber de la tierra lo necesario para fortalecer sus troncos, pues de esta manera podrán resistir las tempestades y los elementos de la naturaleza que contra ustedes venga. El temor que antes había tenido a las fuertes lluvias desapareció y pronto me acostumbré a mi nueva vida en aquel lugar donde había encontrado nuevos amigos y sobre todo aquel árbol a quien aprendí a amar grandemente.
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Maestro ¿Qué es la Navidad para un Pino? Parece ser que todas las formas de vida estamos sujetas a un proceso de adaptación en los diferentes ámbitos, en este caso, había transcurrido aproximadamente un año desde que fui trasplantado a las montañas de aquel hermoso lugar y eso significaba que ya conocía el funcionar de todo lo que era parte de ese mundo, identificaba los sonidos provenientes de las expresiones correspondientes a la vegetación como también de todos los animales que transitaban por toda la aldea pina por lo que para nosotros es muy fácil detectar cualquier sonido extraño. A esta altura del año, estábamos felices porque la nieve no se había hecho esperar, adornando todo el bosque de la aldea con ese color blanco puro del que muchos en el mundo no podrán ver porque se encuentran muy lejos y que yo tenía ese hermoso privilegio de sentir la frescura del verdadero invierno de estos lugares montañosos y que tal y como lo marcan las leyes del tiempo, poco a poco se fue haciendo más intenso el frío, a tal grado, que algunos animales tienden a pernoctar de manera permanente para aparearse o cuidar sus crías, sin embargo, un día que caía nieve escuché voces no muy lejos que poco a poco se fueron haciendo más claras, por lo extraño del sonido me di cuenta que no provenían de ninguno que perteneciera a la vida en las montañas y en la medida en que se fueron acercando nos dimos cuenta de que se trataba de dos hombres provistos de hachas y nos miraban a todos buscando algo que por de pronto no comprendí.
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-Son muy pequeños- dijo uno de ellos, -volveremos el próximo año- -serán árboles de navidad muy preciosos- -sí- replicó el otro hombre –volveremos el próximo año y nos llevaremos a todos-. Aquellos hombres se alejaron del lugar dejándonos muy pensativos a nosotros que nunca habíamos escuchado la palabra navidad. Una vez que aquellos hombres desaparecieron, le pregunté a nuestro maestro el significado de la palabra navidad. Desde hace muchos años nosotros tenemos una idea de lo que esto significa, aquí mismo donde están ustedes plantados, existió una pequeña aldea de familias montañeses que derribaron a muchos de nuestros compañeros para transformarlos en madera útil. Cada año, para este tiempo, cortaban también pequeños pinos que eran llevados a la ciudad para adornar las casas y los templos, estos montañeses ponían también un árbol dentro de sus casas, el cual era adornado con luces multicolores y unas bolitas de colores adjuntas a muchos adornos que los hacía parecer muy hermosos, una estrella, ponían además bajo su copa regalos que llenaban de felicidad a los niños. Estos árboles eran puestos junto a las ventanas de sus casitas, por lo tanto, nosotros los mirábamos desde aquí escuchando también las canciones navideñas que estos montañeses entonaban. En ese momento vino una idea a mi cabeza y con voz fuerte exclamé para que todos escucharan: !!!!Yo quisiera ser un árbol de navidad¡¡¡¡ Al instante se activó un coro de protestas que 18
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invadió nuestro círculo –No- -Eso no- -No sabes lo que dices-Cambia de pensamientoYo estaba asustado al escuchar esta lluvia de respuestas negativas que de todas partes provenían. ¿Por qué no quieren que yo sea un árbol de navidad? De nuevo un coro de voces se hizo escuchar protestando por mi elección haciéndome sentir humillado y sin derechos de exponer lo que realmente quería, por el ruido sonoro de aquellas voces de mis hermanos y vecinos pinos. -Un momento- -Un momento- dijo una voz de trueno que provenía del árbol anciano –Quiero hablar-. El silencio volvió a reinar ante la voz imperativa de aquel respetado y muy querido pino. Por un momento hubo un gran silencio hasta que todo quedó en completa calma y entonces el maestro habló de esta manera: -Por ser un árbol que he vivido muchos años, te digo que tu elección puede costarte cara, ya que en realidad nosotros no sabemos el destino final de un árbol que solo sirve para adornar una casa, pero una cosa sí puedo decirte: Profundiza tus raíces y absorbe de la tierra las sustancias que te harán crecer, para que vivas largamente y puedas apreciar la vida que con nada se puede compararLa respuesta de aquel árbol me llenó de tristeza pensando que tal vez tuviese razón pues a él lo asistía la experiencia y yo apenas comenzaba la vida. Así pasaron los días y aquel deseo aparentemente desapareció dentro de mi ser…Pero poco a poco fue renaciendo dentro de mí ¡¡¡¡¡Cómo fue que permití que esa semilla de la navidad brotara en lo más profundo de mi corazón!!!!! 19
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El Orgullo, Deseo y Decisión Había pasado un tiempo después de esa discusión cuando observé mis ramas y me parecieron hermosas, en ese momento sentí en mi corazón un profundo desprecio para mis hermanos por la forma en la que me habían tratado, había sido humillado y maltratado por muchos de la comunidad pina en la que vivía y dije en mi interior: Seré un árbol de navidad…. Miré de nuevo mi follaje y pensé que no había razón justificada para frustrar mi deseo. Desde aquel día cerré mis oídos para no escuchar a nadie que tratara de censurar, prometiéndome a mí mismo no profundizar mis raíces ni absorber de la tierra nada que me hiciera crecer…Me decidí a ser el árbol más bello del mundo y motivado por el orgullo y la vanidad, me vi en mi mente como un pino al que la misma gente viniera a rendirle canto y a sacar regalos bajo su copa, me vi adornado plenamente trasladando felicidad a todos los niños, pude contemplar en mi mente la idea de un árbol lleno de resplandor y esperanza de vida para todos aquellos que estuvieran a mi alrededor, dije en mi corazón que mis hermanos estaban llenos de envidia y egoísmo para no querer que me realizara como un árbol de navidad. Mis hermanos quienes habían sido plantados junto a mí, trataron de hacerme desistir pero tampoco a ellos escuché.
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Tal y como lo prometí, no profundicé mis raíces ni tampoco absorbí de la tierra las sustancias que me harían crecer; solo tomé lo indispensable para vivir, mientras mis compañeros procuraban ganar altura, profundizando sus raíces y adquiriendo cada vez mayor fuerza que los haría según yo, perder las posibilidades de llegar a ser árboles de navidad.
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La Llegada de la Primavera El intenso invierno por fin pasó y poco a poco la nieve se fue diluyendo hasta que desapareció dándole paso a la primavera que con sus aspectos climatológicos vino a adornar los campos de mil colores, dando vida al paisaje y esta comunidad pina también se engalanó con la llegada de la estación antes mencionada pues las flores silvestres crecían a nuestros pies, cubriendo mi tronco con variedad de orquideas permitiendo que se viera como un inmenso jardín que la misma naturaleza con sus leyes nos hacía disfrutar. La temperatura del aire también cambió convirtiéndose más suave y cálido y con la llegada del viento del norte y del sur se impregnaba en nosotros una suave aroma que hacía elevar mi éxtasis a lugares que solo habían sido ideados por mi imaginación en los cuales aparecía yo como el árbol más hermoso del mundo, brillando, resplandeciendo, iluminando a todo aquel que se me acercara porque entonces sería yo el único que pudiera dar regalos a los niños y estos a su vez cantarían para mí. Dije en mi éxtasis: Seré más hermoso que las flores, tendré luces de mil colores y seré admirado por todos, mis ramas tendrán adornos que atraerán todas las miradas de los hombres, llevaré una estrella que será la corona de mi grandeza, en mí se encontrará el símbolo de plenitud, fuerza y valor, estoy dispuesto a dejar hasta mi tierra, mi hogar, mis vecinos, hermanos y hasta el viejo pino mi maestro con tal de ser el árbol que se vistió de luz, mis ramas se extenderán 23
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al horizonte trayendo en los cuatro puntos cardinales la felicidad de la navidad a los hombres que harán de este árbol, su ejemplo a tal grado que seré levantado y puesto sobre un pedestal al que vendrán a cantarme, como que si fuera un santo sacramento. La llegada de la primavera me hizo sentir más cerca de mi meta, sí, ese destino que yo estaba forjando con mis propias decisiones…
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La Llegada del Verano Hay aspectos bien importantes que no se pueden dejar de tomar en cuenta, por ejemplo: el establecimiento de metas. Ninguno que no tenga metas a alcanzar podrá decir que está seguro de lo que quiere. Yo por mi parte miraba dos cosas de acuerdo a mi objetivo: La primera es que estaba bien claro que quería ser árbol de navidad y entonces me enfoqué primeramente a realizar mi dieta de una forma tan estricta que solo adquiría de la tierra lo necesario y de esa manera mi tronco estaba siendo moldeado de la manera más preciosa dándome belleza sinigual y no digamos mi follaje, que para ese entonces se puso espeso, frondoso y verde lleno de vida, producto, como dije anteriormente, de la disciplina que tuve para llevar a cabo mi dieta alimenticia. La segunda cosa se debía al tiempo y es que, aunque no me gusta reconocerlo, si caía en desesperación cuando veía que los días se hacían lentos y mi ansiedad aumentaba cuando me detenía a observar la manera en que la comunidad pina comentaba mi caso y murmuraban entre ellos con respecto a la decisión que yo había tomado de ser un árbol de navidad. Pero como es difícil para uno decir hoy o mañana termina la estación del año porque no tienen límite marcado con exactitud o por lo menos así lo sentí yo, entonces me limitaba a ver las flores llenas de color y vida que con su belleza alimentaban el orgullo y la vanidad de mi mente desatando en mí el anhelo de seguir trabajando por ser el árbol más hermoso del mundo.
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En eso, vinieron días en los cuales, empecé a sentir un calor climático que no era normal de la primavera y al abrir mis oídos a los comentarios de la comunidad, supe que era el momento de dar la bienvenida al verano. Mi corazón se aceleró de profunda alegría porque eso significaba que mi partida de las montañas estaba cerca. Recuerdo que vi las flores y se estaban marchitando y en voz alta pensé: ¡¡¡¡El verano llegó!!!! Reconozco que mi esperanza se fortaleció y que sentí tristeza pensando que nunca más pasaría otro verano en ese lugar. Al escuchar mi solitaria voz, me abordó aquel pino mayor a quien era el único que dirigía la palabra y me dijo: Todavía tienes tiempo de cambiar de idea, faltan aún algunos meses para que el invierno llegue, bien puedes profundizar tus raíces y crecer, evitando así que te desarraiguen de la tierra. Lo pensaré, fue mi respuesta, sabiendo de antemano que nada ni nadie me haría cambiar de opinión y en ese momento se levantaron una serie de suplicas provenientes de la mayoría de mis hermanos que al igual que yo habían sido trasladados de aquel enorme invernadero donde nací y que llegamos juntos con las mismas intrigas de los desafíos que tendrían las montañas para nosotros… Pero recuerdo que al escuchar la forma en que me pedían que reconsiderara la decisión que había tomado, cerré de nuevo mis oídos a sus palabras, y lo más terrible de toda esa situación es que cerré de nuevo mi oído a la voz de aquel sabio pino al que, las consecuencias de mi decisión, me enseñaron que debí escuchar con mucha atención… 26
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La Llegada del Otoño Todos los años los árboles durante esta estación pierden sus hojas, su explicación radica en que las hojas que crecen en los árboles en primavera y verano, producen alimento para la propia planta, pero también desechos que van acumulando al ir envejeciendo y que conservan hasta el otoño. La planta va sacando de las hojas todas las sustancias que le sirven y a cambio les proporciona todo sus desechos, ocasionando que las verdes hojas se coloreen de amarillo y marrón y cuando ya no tienen sustancias nutritivas que tomar de ellas, producen una resina que bloquea y hace que sus tallos se debiliten de tal forma que de manera natural se desprendan de los árboles. Cuando las hojas se decoloran más de lo normal, proceso natural durante la época otoñal o invernal, la planta se prepara para pasar el periodo más frío del año, reduce su necesidad de alimento al máximo y para ello se desprende de todo aquello que no necesita. En el caso personal, la única manera de poder enmendar lo que hasta el momento todos creían era error menos yo, se encontraba en el verano, pues en el otoño y el invierno, la dieta era necesaria pues por naturaleza ocurre y sin embargo, como me negué a hacerlo, solo fui observando que el otoño no se hizo esperar, los días menos cálidos me alegraron mucho pensando que el invierno se encontraba a las puertas y con él la respuesta de mi gran deseo. Para ese entonces, mis hermanos habían crecido mucho a tal grado que me tocaba verlos para arriba pues obviamente eran más altos que yo, sus troncos presentaban un aspecto
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muy diferente al mío ya que era más grueso y grande, estaba claro que ellos se habían esforzado por ganar altura, consiguiéndolo sin ninguna dificultad ya que se habían alimentado como debía ser, atendiendo el consejo que yo no quise para mí, su follaje era menos tupido que el mío pues iba acorde a su tamaño, sus ramas habían perdido belleza y cuando yo los miraba me parecían ridículos, en mi interior me burlaba de ellos, de su aspecto físico tan extraño y deforme, me daban lástima pues al compararme yo, observaba que mi tronco era perfecto, mis ramas no se habían extendido mucho y eso permitía que el follaje fuera más espeso haciendo de mí, un pino exageradamente bello que aún hasta las curvas de mi tronco coordinaban rítmicamente con todo mi semblante y personalidad haciéndome sentir plenamente orgulloso de lo que hasta el momento había logrado con tanto esfuerzo y voluntad. En conclusión, yo conservaba mi follaje intacto, gracias a que no hice lo que el viejo pino me dijo: No profundicé mis raíces en la tierra. Raíces que por cierto, eran delgadas y superficiales, dignas de un verdadero árbol de navidad, que ante mis ojos, me hacía estar satisfecho porque a esta altura del año, estaba plenamente demostrada la diferencia entre mis hermanos y yo en el aspecto físico permitiéndome estar seguro que si me conservaba en lo que faltaba, que en este caso, el otoño que ya estaba presenta y luego el invierno, entonces, sin dudarlo, sería yo el próximo pino que llevaría en lo más alto de su copa una estrella que anunciaría a todo el mundo que el árbol más precioso del universo no era otro más que yo. 28
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La Llegada del Invierno Debo recordar para que quede claro que, a diferencia de otras partes del mundo en las cuales, el invierno consiste en que las nubes se liberan muy seguido provocando una serie de lluvias y tormentas que incluso, he sabido que pueden, si son tan continuas y exageradas, provocar enormes daños en esos lugares. Por el contrario, en este lugar, el invierno es la máxima expresión de la nieve, cayendo sobre las montañas y adornándolas de ese color blanco puro que vuelve invisibles a los animales que por naturaleza tienen ese colorido. El invierno aquí, hace que las chimeneas de las casas se enciendan, pues hasta los techos y jardines han sido contagiados por esa pureza, las personas son protegidas por gruesos abrigos para que no se enfermen por las muy bajas temperaturas. Yo no tenía ese problema porque tal y como lo decía al principio, los árboles desarrollamos la capacidad de soportar esos cambios climáticos por drásticos que sean. Pero bueno, el invierno llegó trayendo los primeros copos de nieve que muy pronto cubrieron el suelo de una blanca y gélida alfombra, los grandes pinos que en otro tiempo me habían amonestado, perdieron la esperanza de hacerme desistir, dándome por perdido ya que voluntariamente había cerrado mis oídos a sus súplicas. Yo reconozco que habían hecho todo lo posible para hacerme volver de mi decisión, el consejo fue abundante y no me hizo falta de ningún lado, todos me dieron su distinta perspectiva de las cosas coincidiendo sin saberlo en el valor que como seres vivientes debemos darle a la vida, algunos compañeros 29
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se expresaban ante mí no con palabras sino con semblante triste y conmovido por el enorme aprecio que me tenían y que yo con el orgullo y vanidad de mi mente y corazón no me daba cuenta. Hoy, al recordar todo eso, lloro porque no era digno de que se me amara tanto y ellos lo hicieron a pesar de que yo di prioridad a mi aspecto físico, sintiéndome muy superior a todos mis hermanos y vecinos debido a mi exuberante belleza y resaltante glamour que según decía yo, hacía que los ojos de todas las formas de vida me vieran con codicia. Yo los observaba tristes, comentando mi situación, pero ya nada podían hacer. Quiero insistir en esto, yo no había quedado metido en todo eso por falta de consejos, todos me habían hablado, todos me habían explicado, todos me habían exhortado, todos me habían amonestado en la medida de su conocimiento y experiencia y el que casi logró persuadirme fue el gran viejo pino pero pudo más la ceguera que produjo en mí el orgullo, la vanidad y el brillo de la navidad, haciéndome sordo, mudo y ciego a todas, las palabras, consejos y acciones que asumió esa linda comunidad pina para convencerme y yo dije: No. Los veía conmocionados por mi conducta reprochable ya que en todo este tiempo que había transcurrido, de manera consciente los desprecié, me burlé de muchos de mis hermanos por su aspecto físico, los traté de envidiosos, egoístas, murmuré terriblemente contra ellos, a muchos los odié por el delito de aconsejarme y por el único que sentía amor, tal vez por lo mucho que me enseñó en todo el tiempo que duró mi estancia en esas montañas, era por aquel viejo pino que diariamente me amonestó y de quien había aprendido tanto…Te amo buen maestro que vives para enseñar… 30
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Adiós Hermanos, Adiós Vecinos, Adiós Maestro Poco a poco, las bajas temperaturas se fueron haciendo sentir más fuertes, todos los pinos estábamos blancos por la abundancia de nieve en nuestra copa, se veía una densa niebla por todo el bosque y debido al frío intenso, no había movimiento de otras formas de vida por el suelo ni por el aire. Cada día que pasaba, según recuerdo, estaba lleno de suspenso y expectación. Cada mañana yo amanecía con mucho entusiasmo y esperanza porque fuera ese día el momento de alcanzar mi más alto anhelo pero mis amigos amanecían con profundo desaliento porque tal vez ya no sabrían más de mí. Habían transcurrido unos cuantos días, cuando, en la lejanía, de lo más profundo del bosque, escuché sonidos que llamaban la atención ya que no provenían de la vida silvestre ni de la fauna que habitaba en el lugar. Lentamente fui notando que se trataba de voces humanas que se fueron haciendo cada vez más claras. Concentré mi atención en esos sonidos de tal manera que fui captando su acercamiento en una forma tan extraordinaria que pude escuchar con gran claridad los pasos que al hundirse en la nieve quebraban pequeñas hojarascas caídas de los árboles. Miré por última vez a mi alrededor comprendiendo que el tiempo era corto para decir adiós a aquellos árboles que tanto se habían preocupado por mí. Todos me miraban, no con reproche, si no con amor, pensando en que seguramente no me volverían a ver jamás. 31
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Dos hombres provistos de hachas se acercaron, a mi juicio, eran los mismos hombres que un año anterior habían venido en busca de árboles de navidad, esas mismas personas regresaron para llevarme, no tenían ni la más mínima idea de lo mucho que los estaba esperando, ellos eran parte del proceso, de mis sueños, de mi meta, era a través de esa gente que yo iba a alcanzar lo que quería, esas hachas me iban a subir al pedestal. Qué extraño sentimiento, yo estaba triste por mi partida y emocionado al mismo tiempo, traté de despedirme a la ligera, mi maestro lloraba porque tal vez era yo su fracaso, algunos hermanos míos también, no había más tiempo, grité fuertemente para que todos me escucharan. ¡¡¡¡Adiós hermanos, adiós vecinos, adiós maestro!!!! Cuando sentí se vino sobre mí un formidable hachazo proveniente de uno de esos hombres que desprendió mi tronco del lugar que en la tierra ocupara, a esta experiencia se le agregó espontáneamente un agudo dolor que nunca antes había sentido, era tan extenso y fuerte al extremo que grité totalmente confundido porque todo eso estaba ocurriendo al mismo instante y en pocos segundos… En forma acelerada, todo giró con precipitación a mi alrededor, la pequeña aldea pina, dio vueltas en mi cabeza tan rápido que perdí el conocimiento y no supe más de mí. Toda la montaña, incluyendo la propia familia que tanto amo ahora, quedó registrada en mi pasado. 32
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El Centro Comercial Cuando recuperé el conocimiento, me encontré en un lugar completamente desconocido, pues había mucha gente caminando de un lado para otro, era una enorme tienda que, por su aspecto, parecía ser un lugar donde la gente se concentraba para comprar todos los productos necesarios del hogar ya que, desde mis propias concepciones, parecía un gigantesco centro comercial, cosa que comprobé cuando salí del lugar hacia lo que sería mi nueva casa. Allí se constituían miles de personas de diferentes razas y colores, algunos hablaban distintos idiomas y la tienda estaba clasificada en áreas de acuerdo a los productos, por ejemplo: Si la gente necesitaba abarrotes de consumo humano, entonces había un área para eso; si lo que se quería comprar era ropa, esta estaba en su área y así podemos hablar del lugar de la medicina, electrodomésticos, carnes, ferretería, telefonía, joyería, jugueterías sin poder explicar más porque el lugar era inmenso y por esos locales me pasaron a mí cuando fui comprado. Pues dentro de toda la organización del lugar, había una parte donde se encontraban todos los productos para la celebración de la navidad y allí estaba yo. Junto a mí había muchos arbolitos pinos que al igual, esperaban ser llevados hacia algún lugar para servir de ornato. Nosotros los árboles tenemos características y cualidades especiales entre una de ellas es que aprendemos muy pronto a conocer lo que hay a nuestro alrededor y al darme cuenta 33
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que la gente compraba regalos, comida, ropa, adornos e incluso árboles, supe que era con el objeto de prepararse para celebrar un evento que para ellos es muy importante. Las luces y la alegría que reinaban en ese lugar, llenaban mi corazón de una profunda felicidad, esa enorme tienda estaba llena de muy lindas decoraciones que se debían a la época en que vivían los humanos, pues habían luces multicolores por todos lados que colgaban desde los techos brindando un aspecto hermoso al lugar a tal grado que las mismas personas aprovechaban para tomarse fotos en los niveles superiores del edificio a los que se podía llegar a través de gradas que caminaban solas, posiblemente movidas por algún motor o electricidad. Además, había hombres de larga barba blanca vestidos de un grueso abrigo rojo que reían ante los niños tomando nota de los deseos que cada criatura le planteaba. Todo el lugar tenía un trasfondo musical característica de la época y al ver todo eso, mi corazón se llenó de gozo y con gran asombro por lo que estaba viviendo y entusiasmo pensaba yo en mi mente ¿Cómo será el lugar que muy pronto ocuparé en lo que será mi nuevo hogar? Soñé despierto figurando imágenes en mi mente de que a la familia que me llevara a su casa la haría feliz hasta el último día de mi vida… Es que no había otra razón, yo había venido a esa ciudad para estar provocando la alegría de los niños todos los días y albergar debajo de mi copa regalos para que se sintieran valorados y así tuvieran deseos de cantar siempre. Todos los arbolitos que estaban junto a mí, eran pinos que también se miraban felices pues había en todos nosotros la curiosidad infantil, característica del árbol pequeño, de dónde sería el lugar donde viviríamos hasta que muriéramos, pues estábamos seguros que ese sería nuestro último hogar. 34
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Mi Nueva Casa Mi gran deseo no tardó mucho en realizarse pues muy pronto, un hombre de aspecto juvenil pero de rostro serio aunque muy amoroso, alto y fuerte, sus ojos parecían ser de color azul y su cabello rubio, acompañado de su esposa quien a mi juicio era una mujer hermosa también, pues era muy fina en su cutis, delgada de cuerpo y al igual que su marido, sus ojos azules y su pelo largo y rubio. Esta pareja venía acompañada de tres niños y en familia dieron un paseo por todo el lugar donde estábamos los pinos que la tienda vendía. Después de hacer un reconocimiento del lugar, el joven esposo y padre de los niños dijo: -miren, este se ve muy hermososeñalándome a mí. Cuando escuché esas palabras, valoré todo mi esfuerzo por mantenerme en buen aspecto físico porque no veo otra razón por la que yo le haya gustado a mi nueva familia. Me compraron y el hombre jefe de familia dio instrucciones importantes que causaron mucho impacto en mí, provocando el siguiente diálogo: -Vamos a levantarlo despacio para que no se quiebre- dijo el hombre –Amor, llamemos a alguien de la tienda que nos ayude- pronunció la esposa -Está bien, ve y llama a alguien- dijo él. En unos instantes se acercó una persona sexo masculino de color morena y dijo: -¿Ese pino se va a llevar señor?- -Exacto- dijo él –llevémoslo en este carro de tienda- habló ese hombre y me empezaron a subir a ese aparato poco a poco –Cuidado con sus ramas, tengo miedo que se quiebren- decía el jefe de familia- y así me sacaron del lugar dándome un paseo por las partes de la tienda que antes mencioné. 35
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Al salir de allí, le di, desde afuera, una mirada a todo el local y vi que se trataba de un grandísimo centro comercial y que ahora me llevaban por un largo parqueo donde se encontraba la camioneta de la familia. -Subámoslo con cuidado- dijo el esposo a su mujer e involucrándose uno de sus hijos, me tomaron entre los tres y con una profunda delicadeza me subieron al automóvil despertando en mí sentimientos de paz y alegría por la forma en que mi nueva familia me estaba tratando. ¡¡¡¡Ohhhh!!!!! Si así me van a tratar, llenos de amor, ternura y suavidad, yo prometo esforzarme por hacerlos felices por siempre. La casa de mi amo reflejaba un frente maravilloso, adornada de jardín representado por dos árboles frondosos y plantas diversas que por el momento no pude describir ya que ni la grama ni el colorido del jardín se podían ver porque estaban cubiertas por una gruesa alfombra de nieve que proveía una frescura relajante que por un momento me recordó a las montañas de donde en realidad, yo vengo. Con los cuidados que antes mencioné, me introdujeron a la casa donde parecía que era un sueño. El ser humano es genial en todo el sentido de la palabra ya que el clima interior de la casa era muy distinto al de afuera, es indudable que el hombre ha aprendido a desarrollar técnicas para no sufrir ninguna adversidad que se relacione con la naturaleza. La casa se sentía muy abrigadora y con un calor suave que era producto, posiblemente de la tecnología en las construcciones.
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Su sala era enorme y espaciosa y solo podía observar puertas que conducían a un segundo nivel, a los dormitorios al sótano y la cocina pero esta última si era muy visible a mis ojos, Junto a mí estaba instalada una chimenea que en su momento fue muy importante para mi vida. Todo el lugar donde yo me encontraba se miraba alfombrado proveyendo un ambiente adecuado para sentirse acogido y fuera de cualquier peligro del que tanto nos cuidamos en los bosques. Era indiscutible que la casa me mostraba un futuro lleno de bendiciones, alegría y ternura mutua que nos iba a hacer felices por generaciones…
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Yo… El Árbol Más Bello del Mundo Ya en casa, me pararon sobre un pedestal que sería mi sostén manteniéndome erguido como si estuviese pegado al suelo con mis raíces, ya que digo raíces, les diré que en medio de mi satisfacción por considerarme el árbol más bello que existía sobre la faz de la tierra, me vi frustrado al ver mi tronco ya que de allí se desprendía una pequeña raíz que, según yo, ridiculizaba mi aspecto, hubiese querido que fuera cortada para que coincidiera desde mi tronco hasta la copa con la belleza que tenía pero no sé por qué motivo estaba allí y me enojé tanto, la maltraté, la detesté, la desprecié y me avergoncé de ella como nadie lo ha hecho nunca. En fin, este pequeño gran defecto lo olvidé cuando los miembros de la familia comenzaron a adornar mis ramas con un cuidado tan grande que parecía estar viviendo una fantasía ya que el trato hacia mí era sorprendente; como que para ellos, un árbol de navidad es tan valioso que debe tocarse con suma delicadeza y con ese espíritu humano, empezaron a ponerme hermosas esferas, luces de muchos colores que rodeaban toda mi copa y otras cosas que no sabría como llamarlas. Poco después, estaba completamente transformado, mis ramas lucían preciosas y las luces que había en mi follaje iluminaban la estancia. Además, debajo de mi copa fueron colocados una cantidad considerable de regalos, provocando ilusiones, expectativas y sonrisas de los hijos de aquel hombre joven que ahora era mi amo, que con alegría y amor, participaron de mi transformación. 39
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Por fin pude ver cumplido mi deseo, había realizado mi sueño… ¡¡¡¡Bien había sido no profundizar mis raíces, pudiendo llegar a lo que ahora era: Un hermoso árbol de navidad. Momentáneamente, mi pensamiento se trasladó hacia el lugar donde antes estuve plantado, mentalmente contemplé el paisaje nocturno bañado por la pálida luz de la luna, estrellando sus rallos en los inmaculados copos de nieve. Qué contraste, mis ramas lucían un ornamento precioso, con luces multicolores, mientras mis compañeros tenían en sus ramas tan solo aquella blancura que año por año descendía. Probablemente, mientras mi copa lucía engalanada por una gran estrella que era el símbolo de la navidad, en la rama más alta de alguno de mis compañeros posaría un ave nocturna que era símbolo de la maldad. En verdad, era un contraste diametralmente opuesto, yo recibía la gloria y ellos eran ignorados a tal grado que para mí carecían de valor.
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La Celebración de la Navidad Por fin, el momento de la celebración navideña llegó y la sala donde me encontraba estaba lista para recibir a una gran concurrencia que esa noche se iba a dar cita para compartir la navidad, una mesa cubierta de ricos manjares aguardaba a los comensales que poco a poco fueron llegando. La cena se serviría a media noche, según escuché la programación. Siendo temprano todavía, los niños que conformaban un numeroso grupo comenzaron a entonar diversos cantos alusivos a la navidad, haciéndome sentir una dicha que no podía explicar. En aquel ambiente prevalecía un espíritu de paz que elevaba el corazón hacia regiones jamás soñadas por mí. Un hombre de edad madura, alzó el brazo derecho en señal de silencio demandando la atención de toda la concurrencia para dar lectura a un libro que traía en la mano izquierda. Recuerdo que el anciano con lujo de detalles, nos explicó lo que significaba la navidad, leyéndonos también la historia de aquel niñito que por amor a los mortales, había dejado su trono del otro lado de las estrellas para venir a nacer a un pesebre en Belén de Judá. Y ya que digo estrella, ahora más que nunca me sentía orgulloso al saber que la estrella que tenía en la punta de mi copa, era un símbolo que guio a los magos hacia el pesebre. Después que el anciano terminó su relato navideño, un grupo de niños entonaron un himno que si mal no recuerdo, decía: Noche de paz, noche de amor… Después de cantar 41
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este hermoso himno, aquel grupo de niños se formaron a mi alrededor para cantar el himno al árbol de navidad, como consecuencia, el orgullo cegó mi entendimiento a tal grado que no podía comprender las palabras de aquella melodía. Solo pensaba que aquel canto entonado por los niños, exaltaba mi grandeza, haciéndome sentir el ser más dichoso de este mundo. Seguramente estos niños han prometido cuidarme, mantener mis ramas siempre adornadas y vivir junto conmigo para siempre. Volví de aquel éxtasis cuando el coro terminó de cantar el himno al árbol de navidad, luego todos se fueron a la mesa para así participar de la cena. Los minutos transcurrieron alegres y solemnes, las risas de los niños me recordaban el gorjeo de los pájaros que alegremente había escuchado en las montañas con tanta frecuencia. Después de cenar, toda la gente se acercó a mí para tomar sus regalos que con anterioridad habían puesto bajo mi copa. Desde mi lugar, contemplaba una escena de felicidad en las caras de los ancianos, los jóvenes y los niños quienes al abrir sus regalos no podían reprimir un grito de sorpresa y emoción. El tiempo transcurrió veloz, llevándose con él, el encanto de una noche placentera, los comensales iban retirándose poco a poco hasta quedarse únicamente las personas que habitaban en la casa. Una hora después, todo era silencio y oscuridad, tan solo las luces de mis pequeños foquitos alumbraban el lugar donde me habían puesto. 42
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Un Día Después Por la mañana desperté cuando la luz del nuevo día penetraba por las grandes ventanas de la sala, en seguida escuché los pasos de una persona que acercándose a mí, apagó mis luces, retirándose inmediatamente y dejándome un poco pensativo. En ese momento, comencé a sentir frío, eso fue algo extraño para mí pues nunca antes lo había sentido, me acordé que no tenía raíces y que mi única raíz no estaba unida a la tierra, por lo tanto empezaba a debilitarme por eso sentía frío. El fuego de la chimenea volvió a arder de nuevo, haciéndome sentir muy bien y parecía que todo había vuelto a la normalidad, cuando el suave calor llegó hacia mí. Qué importaba que no tuviera raíces, dije en ese momento, en este lugar nunca me faltaría ni calor ni esplendor. Además los niños vendrían de nuevo a cantarme y de nuevo pondrían muchos regalos a mis pies. El día transcurrió sin ninguna novedad, la familia estuvo en casa la mayor parte del tiempo, por la noche encendieron las luces nuevamente llenando mi corazón de alegría. La cena se sirvió un poco después pero ya solo participaron los miembros de la casa. Confieso que yo esperaba otra vez la visita de todos los niños, pero las horas pasaron y nadie vino como la noche anterior.
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Después de cenar, la familia se retiró a dormir, no sin antes, apagar todas las luces, únicamente mis focos permanecieron encendidos. ¿Qué sucedería? Me pregunté, algo comenzó a preocuparme.
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Mi Segundo Conocimiento Por la mañana la familia se levantó temprano y después de desayunar, salieron de la casa quedándome yo solo, contemplando todos los adornos que me hacían sentir orgulloso, me preguntaba cuando iban a poner más regalos bajo mi copa para hacer felices a los niños. Todo ese día, la casa permaneció tranquila sin escucharse una sola voz, en medio de la soledad en la que me encontré todo ese tiempo, tuve horas suficientes para que, de manera continua, recordara a todos mis hermanos que seguramente, también pensarían en mí. ¡¡¡¡ Hay mi familia!!!!… ¡¡¡¡Cuán lejos estaba!!!! ¿Qué estarían haciendo? Me imaginé por un momento el paisaje que durante un año contemplé, extrañé sus bromas, sus rostros, sus sonrisas, sus voces. Reconozco que extrañé su amor y la forma en que siempre compartieron conmigo su vida y sus experiencias. Ya muy avanzada la tarde, escuché de nuevo las voces que me eran familiares, el ama de la casa encendió de nuevo mis luces y la felicidad volvió a reinar dentro de mí. Es obvio que de aquí para atrás he tenido muchas experiencias que de alguna manera me han permitido adquirir una serie de informaciones en mi mente pero no llenan los requerimientos para mí como para numerarlos de manera específica con excepción de lo que menciono anteriormente como mi primer conocimiento por lo esencial que trataba de explicar. 45
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Ahora viene el segundo conocimiento. Es que me di cuenta del ser humano, vive una vida mecanizada, sus días no tienen mucho de diferentes, pues los hombres hacen lo mismo cada día, no hay satisfacción ni felicidad en eso, se olvidan de lo verdaderamente importante para dedicarse a cosas que aunque sean indispensables no dejan de ser secundarias como para entregarle su corazón…Ahora yo estaba entre los hombres, había ingresado a su casa y estaba adquiriendo el conocimiento sobre la vida del humano y he comprendido que a base de esfuerzo han alcanzado muchos logros en todos los sentidos como por ejemplo: La ciencia, la educación, la tecnología, la comodidad, etc. Pero en su mayoría están llenos de problemas e insatisfacciones a tal grado, que su mala forma de vivir recae aún en todos los que pertenecemos a la naturaleza. Con sus malos hábitos y costumbres han arriesgado todos los recursos que a su alcance se encuentran para derrocharlos de tal manera que da temor a que se vayan a terminar. Dentro de esa casa, que era mi hogar, observé la manera en que los días siguientes a la navidad continuaron monótonos y silenciosos dentro de aquel ambiente tan distinto a mi vida silvestre y ahora que vivía en compañía de aquellas personas que me querían tanto, comenzaba a darme cuenta que en la vida del hombre no todos los días hay fiestas que celebrar y en las que celebran, ponen en riesgo, como decía anteriormente, a todo lo que les rodea puesto que así me lo estaba mostrando mi experiencia y todo lo que relate de aquí en adelante, tiene su punto de partida en lo que aquí estoy diciendo. Quiero contar que en mi delgado tronco, comencé a experimentar una sensación desagradable que pronto se
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transformó en un agudo dolor que subía hasta lo más alto de mi copa. Sentía frío y mucha sed, mi excelso follaje no tenía el mismo brillo que antes, todas mis pequeñas hojas parecían tristes y decaídas. Estaba preocupado pensando hasta donde me conduciría este malestar. Cuando escuché que la puerta de la calle se abría, miré y entraron las personas que habitaban en aquel lugar. La ráfaga de aire frío que penetró dentro de la casa al abrir la puerta, me hizo temblar, afortunadamente la chimenea fue encendida momentos después y el calor me hizo sentir mejor. Mis luces fueron encendidas por la señora de la casa quien en compañía de su marido me miraban detenidamente hasta que él me dijo: Esta será tu última noche aquí mi querido arbolito, espero que tu estancia en este lugar haya sido de felicidad para ti…. Sí, estas palabras fueron dichas por la misma persona que días anteriores me había comprado en aquella enorme tienda de la que conté. Yo me quedé muy preocupado por las palabras de mi amo pues no sabía lo que quería decir con esa expresión, mi mente le dio vueltas a un montón de pensamientos hasta que finalmente concluí en que tal vez me trasladarían a otra casa. Sí, dije, me llevarán a otra casa donde haré felices a otros niños que al igual que estos vendrán a cantarme y a recibir sus regalos…Eso ha de ser… El suave calor de la chimenea y la debilidad que sentía por esos enormes dolores que continuamente experimentaba, me hicieron caer en un sueño muy profundo, que por ratos me desconectaba de la realidad. 47
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Adiós a mi Nueva Casa Cuando desperté, el sol penetraba por la ventana, inundando de luz la estancia, ya era de mañana y yo me sentía preso de un fuerte dolor, sentía que desde mi tronco hasta la parte más alta de mi copa subía en extremo y pensé que iba a desmayarme. También tenía una sed insoportable que no podía controlar, mi follaje estaba sin brillo y demasiado triste, me di cuenta que ya no era el mismo, mi aspecto había cambiado, estaba muriendo y nadie lo sabía más que yo… Se posicionó de mí un profundo arrepentimiento por la decisión que había tomado, la belleza y las luces no me habían dado la felicidad que tanto pensé encontrar en ellas, al contrario de ser el árbol más hermoso del mundo, ahora me miraba marchito y como dije anteriormente, con un dolor que hasta mareos me estaba produciendo. En medio de mi malestar, escuché los pasos de dos personas que se acercaron. –¡¡¡¡Niños!!!!- exclamó la señora, –Vengan a ayudarnos- e inmediatamente corrieron los niños hasta donde sus padres y yo nos encontrábamos, despojándome de todo cuanto en mis ramas tenía, arrancando de mis brazos esferas, focos y lazos de luces multicolores. No lo podía creer, Esas mismas personas que días anteriores me habían subido a su camioneta con tanta delicadeza y cuidado, que con mucho amor me trataron desde que me conocieron y el hombre joven que yo consideraba mi amo, recuerdo que dijo: Cuidado y se quiebran sus ramas…Sí, esas mismas personas ahora no les importaba quebrar mis ramas con tal de arrancar de mí todos los adornos, utilizando la fuerza me quitaron todo sin importar el dolor que yo sentía… 49
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Mi amo tomó una pequeña escalera para quitarme aquello de lo que me sentía tan orgulloso y era la estrella de la que dije en un tiempo que era mi símbolo de árbol de navidad y donde no me alcanzaba, quebró la parte superior de mi copa agregando a lo que yo sentía el dolor producido por ese castigo. ¡¡¡¡Ayyyy!!!! Aquellas mismas manos que días antes me habían adornado cuidadosamente ahora me trataban sin misericordia, quebrando mis ramas con ímpetu como que si yo les hubiera hecho algo malo y sin darse cuenta, aumentaban mi sufrimiento y estaba a punto de perder la conciencia. Yo gritaba ¡¡¡¡ Nooooo!!!! Si les hice algo ¡¡¡¡ Perdóooon!!!! ¡¡¡¡No me hagan esto!!!!, ¡¡¡¡me duele!!!! ¡¡¡¡no me castiguen por favor!!!! Esos humanos no tienen idea de lo mucho que lloré en ese momento, adjuntándose a toda mi situación una angustia tan poderosa que ahora sí, me daba la seguridad que lo único que había al final de mi camino era la muerte, a quien, con mis propias decisiones, había salido a encontrar. Después de arrancar el último adorno, me desprendieron violentamente de mi base, para luego tomarme de la parte inferior del tronco y muy diferente a como entré a esa casa, ahora me sacaban arrastrado a través de la sala y abriendo la puerta, me sacaron y para ya no llegar hasta la entrada del jardín cubierto de nieve todavía, me lanzaron con ímpetu por los aires para caer sobre un montón de nieve, junto a un bote que contenía basura. El golpe fue tan duro al caer que en ese momento todo dio vueltas para mí y tal como lo esperaba desde unas horas antes, perdí el conocimiento por un largo tiempo sin saber qué pasó después de eso. 50
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La Última Noche No sé cuanto tiempo permanecería en ese lugar, pues como dije antes, había perdido el conocimiento cuando fui lanzado y caí al suelo pero al volver en mí, las estrellas brillaban en el cielo y la luna derramaba su pálida luz en mi maltrecho ramaje. Al ver el panorama celestial, recordé los días cálidos de mi vida, me vi jugando con mis hermanos cuando vivíamos en aquel invernadero, pensé en nuestra impresión cuando aquella máquina nos trasladó a las montañas de aquel bello lugar, de nuestro temor de lo que pasaría si uno de aquellos grandes pinos cayera sobre nosotros sin saber que se convertirían en grandes amigos. Me estremecí de pronto ¿Dónde estaba ahora? ¿Qué había sido de mí? ¿Dónde estaban aquellos que habían exaltado mi hermosura? Miré con horror a mi alrededor, estaba confundido y tenía miedo, mis ojos se movían precipitadamente para todos lados tratando de buscar alguna explicación lógica del por qué estaba allí tirado, un escalofrío de muerte se apoderó de mí y sacudió mis entrañas, de manera sobrenatural continuaban llegando a mi mente escenas de mi vida. Vi los hombres que nos cuidaban cuando éramos niños pinos, esa niñez cuando tan solo era un arbolito pequeño entre miles y miles de pinitos que crecían al cuidado de aquellas personas que tan bien nos trataban, miré en mi mente aquel pinito que muy feliz se sentía cuando la brisa movía sus bracitos, escuché mi risa infantil y mis gritos donde decía: Miren como el aire mueve mis ramas, jajajajaja, sientan que bonito… 51
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Me acordé de las suaves lluvias primaverales, el soplo de las montañas moviendo naturalmente mi pequeño follaje. Otra escena que pasó por mi mente en una forma más clara, ya no eran pensamientos sino imágenes que se formaban en mí, fue cuando me llevaron a la montaña para ser trasplantado junto a mis hermanitos y conocí aquel viejo pino a quien tanto quise. De nuevo escuché la prudente voz que llena de amor muchas veces me advirtió que profundizara mis raíces y la locura cegó mi entendimiento, entonces comprendí el enorme valor que encierra la tierra para un árbol, allí está su vida, el alimento, el agua, el desarrollo, el crecimiento, la belleza de un pino como yo estaba en sus montañas, en su aldea pina, en sus vecinos, en sus hermanos, en su muy amado maestro y la vanidad de mi mente me había engañado de una forma tan extraordinaria que le perdí por completo el interés a la seriedad de los consejos, a la sinceridad de las súplicas y al sentimiento del llanto con el que algunos de mis hermanos me rogaron que desistiera de mi decisión. La última escena me hizo ver la falsa gloria y el esplendor pasajero que este mundo ofrece, me di cuenta que mi decisión estuvo todo el tiempo equivocada, que todos tenían la verdad excepto yo, que mi elección había costado cara y que ahora me estaba cobrando hasta mi vida… Grité: ¡¡¡¡ Ohhh si tan solo hubiese profundizado mis raíces en la tierra!!!! ¡¡¡¡ No estaría en este lugar sino con mis hermanos!!!! ¡¡¡¡Ahora mi elección me está arrastrando hasta la muerte!!!! Y gritando esas cosas, perdí de nuevo el conocimiento, pero eso sí, antes de perderlo, créanme que de todo corazón lloré. 52
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Hacia mi Destino Final Cuando abrí mis ojos nuevamente, me di cuenta que el sol ya estaba puesto sobre mí, brindaba un calor hermoso aunque yo lo sentía tenue y débil. Contemplé el cielo azul celeste que tenía pocas nubes, la mañana era preciosa, de pronto vi la realidad, me di cuenta que estaba tirado junto al bote de la basura sacada de la que era mi casa y que cada casa tenía su propia basura en su respectivo recipiente y adjunto a él, la mayoría de casas había sacado un arbolito igual que yo. Me consterné y por un momento pensé en la cantidad de árboles que las montañas habían perdido producto de la celebración navideña que a los pinos no nos deja ningún provecho. Pensando en eso estaba, cuando se detuvo frente a mí un enorme camión cuyo sonido era fuerte y estremecedor, se bajan dos hombres fuertes y levantan el tonel de basura para echarla en la máquina, devuelven el recipiente a su lugar para luego tomarme a mí y me hacen tirado también sobre el vehículo. Era indiscutible, se trataba de un camión recogedor de basura que tenía por objeto llevarme hacia mi destino final. Ahora más que nunca el dolor en mi tronco se hacía insoportable y la sed que tenía quemaba mis entrañas, el camión se movía pesadamente por las calles de aquella ciudad, recogiendo basura que alguna de ella caía sobre mi maltrecho ramaje y mi tronco ya casi muerto. 53
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Una gran cantidad de ceniza formaba parte de mi lecho y un horrible olor nauseabundo complementaba mi triste situación, haciéndome sentir el ser más infeliz del reino vegetal. Muy pronto fueron cayendo junto a mí otros árboles de navidad. A juzgar por su apariencia habían corrido la misma suerte que yo, con la diferencia, tal vez, que a mí no me había hecho falta el consejo y que por necio estaba viviendo todo esto pero el fin, era el mismo para todos sin hacer ninguna diferencia. Traté inmediatamente de entablar conversación con mi vecino más cercano pero no me contestó, miré a los demás pinos que me acompañaban en ese camión y les hablé con la esperanza que alguno tan si quiera me contestara pero todo fue en vano, ya habían muerto y el único que estaba vivo era yo. De pronto, empecé a sentir como el frío de la muerte se apoderó de mí de forma total, haciéndome estremecer intensamente a tal grado que me quedé sin esperanzas, teniendo un sentimiento tan horrible que no podía explicar… Solo sabía que ya casi estaba muerto y que si todavía daba mis débiles signos de vida, era cuestión de leve tiempo para que eso terminara. Empecé a temblar de forma extraña, divagando en mis pensamientos por lo cerca de la muerte, apagando casi por completo la pequeña chispa de vida que aún me quedaba. Por fin se detuvo el camión en el lugar donde sería mi última morada, el lugar que sin saberlo, había sido destinado para los pinos como yo, acompañando a toda la basura, donde uno, dejará de ser. 54
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El Barranco que Arde con Grandes Llamas de Fuego Cuando el vehículo se detuvo, pude observar desde lo alto del mismo, que estábamos parados a la orilla de un enorme y profundo barranco que desde adentro, emanaban gigantescas llamas de fuego que subían a una altura increíble. Era indiscutible que ese lugar había sido implementado por las autoridades de la ciudad para quemar toda la basura que los habitantes producen a fin de tener las calles con un muy buen ornato. Sin embargo, a pesar que el lugar era para echar en él todos los desechos, para mí se convertía en algo terrible porque aún estaba dando signos de vida, subía un calor enorme del lugar y en algunas partes del mismo también se veían densas nubes de humo. El barranco tenía, tanto en la pared en la que estábamos por caer que se encontraba a la orilla de la carretera como también en la pared trasera unos grandes peñascos donde resaltaba la roca porque vida vegetal allí no se veía, probablemente a las altas temperaturas del abismo. En fin, los dos hombres que iban en el camión se bajaron. No sé por qué razón, pero hicieron a un lado todos los pinos que allí nos encontrábamos, y luego desde la máquina esa, lanzaron todos los pinos al suelo que estaba a la orilla de la carretera y por ser yo el primero en ser echado a la máquina, fui el último
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en salir de ella. Dos fuertes brazos me levantaron del lecho donde me encontraba lanzándome por el aire yendo a caer sobre el inerte y escabroso suelo que hizo crujir mi tronco y mis ramas. Recuerdo que el lugar estaba caliente, probablemente por la temperatura que desataba el fuego que salía del barranco pero la realidad era que todos estábamos al borde del gran abismo desde del que salía un fuerte olor a basura quemada. Los hombres empezaron a echar toda la basura que llevaban en el vehículo y fue allí donde me di cuenta que no llegaba al fondo, pues por las altas temperaturas, esta se consumía en el aire, cayendo seguramente en el fondo, solo las cenizas ardiendo. Mi corazón estaba a la expectativa de todo lo que sucedía, tenía dolor, miedo, ansiedad, cólera y otra serie de sentimientos que al mismo tiempo se desataban en mi corazón que todavía estaba palpitando. Cuando fue cayendo toda la basura, se formaba una densa nube de humo y en el fondo del abismo, como dije anteriormente, se distinguían grandes lenguas de fuego que consumían todo aquello que era arrojado al fondo.
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¿Dónde Estás Maestro? Bueno, la basura ya había sido la primera en ser lanzada al precipicio, ahora nos tocaba a nosotros experimentar lo que sería la última morada, nuestro destino final había sido marcado por elección propia pues en mi caso, nadie había influido en mi decisión más que mi orgullo y vanidad. Hice un esfuerzo para mirar por última vez el mundo que desde el borde del abismo podía contemplar. Miré a lo lejos las montañas cubiertas de verdes pinos donde pasé parte de mi niñez, contemplé el valle extendiéndome a la lejanía para perderse en el azul del horizonte, miré por última vez aquel cielo que tanto había contemplado en los días primaverales y en las noches de verano, nunca más lo vería. La pequeña chispa de vida que quedaba en mí, se extinguía rápidamente, ya casi no podía pensar, mi tronco se había hecho sensible al frío y al dolor comprendiendo que todo pasaría en un instante. Me acordé de mi pequeña raíz y traté de absorber a través de ella algo que me devolviera la vida pero solo obtuve una ráfaga de aire.
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Fue entonces cuando traté de elevar mi pensamiento hacia un lugar más alto que donde yo estaba, en el cielo que tanto contemplara en otros tiempos; concentré mi pequeña chispa de vida en alguien más grande que yo, alguien más grande que el viejo pino que tanto me amonestó, alguien más grande que las montañas, que la luna y las estrellas, alguien más grande que todo lo que existe. Brotó de lo más profundo de mi tronco un clamor de pesar que me hizo sentir vergüenza de mí mismo y de mi actitud hacia los demás, clamé como nunca lo había hecho, grité fuertemente ¿Dónde estás maestro mío? ¿Qué voy a hacer a estas alturas de mi vida? Liberando mi ansiedad con fuertes voces hasta que mi tronco vibró y mis ramas se estremecieron poseídas por algo que por el momento no pude comprender pero si sé que llenó de paz todo mi ser.
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TESTIMONIO DE UN PINO
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Ahora es mi Turno Disfrutando de esa paz que de manera sobrenatural había llegado a mí estaba, cuando escuché pasos que lentamente se acercaban al lugar donde nosotros estábamos esperando, aunque no con el deseo, ser lanzados al abismo. Desde mi lugar contemplé la manera como eran lanzados mis compañeros y la forma en que sus ramas se desquebrajaban entre los peñascos convirtiéndose en el aire, al igual que la basura, en ceniza antes de llegar al fondo. Muy pronto yo también compartiría aquel lugar, con la diferencia que yo aún tenía vida. Por fin llegó mi turno, en medio del dolor inmenso que tenía, dos formidables brazos me levantaron en el aire, haciéndome sentir lo que nunca hubiese deseado para otros, traté de protestar, de gritar, moví mis ramas, mi troncó, exclamé con todo mi corazón ¡¡¡¡ Todavía estoy vivo!!!! ¡¡¡¡No me tiren al abismo por favor!!!! Hice todo lo posible pero no me escucharon, estaba irremediablemente perdido… Cerré los ojos para no mirar hacia lo profundo del abismo, el hombre movió sus brazos para lanzarme, sentí la intensidad del movimiento preparado para los golpes de las paredes del barranco, interiormente me sentía confundido, los brazos como dije me traían de regreso hacia el precipicio y……. De pronto, se detienen…Sí, como dije anteriormente, esos formidables brazos se detienen frenados por no sé qué… En esos momentos, escuché una voz que dijo: -Compañero, todavía tiene una raíz- -en serio- dijo el otro –Sí fíjate- le respondió –Veré lo que puedo hacer por él- manifestó. 59
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El mismo hombre sacudió cuidadosamente mis ramas, quitando la ceniza que en ellas había; suavemente me subió al camión y me llevaron, posteriormente se bajó y de forma delicada, me sacó del recogedor de basura y con ternura me pasó su vehículo personal…Unos minutos después partimos hacia su hogar. Mientras hacíamos el viaje, mi corazón que estuvo a punto de detenerse, cobró nuevos brillos, aún así, no podía pensar con claridad, quedándome en blanco mentalmente perdiendo varias veces el conocimiento. Creyendo que no llegaría con vida a mi destino, palidecía por el camino tan largo, experimentando vértigos y desmayos temporales características de que mi vida estaba llegando a su fin y allá a lo lejos venía a mi mente que tal vez no llegaría a mi destino. Por fin, el automóvil se detuvo frente a una gran residencia, muy cuidada pero que por mi estado de salud, ya no puse atención a tantos caracteres de la casa. Después de esto, fui cuidadosamente sacado por aquel hombre al que le había despertado interés por ayudarme debido a la raíz que logró ver en mi tronco antes de tirarme a aquel barranco y me llevó a un jardín que circundaba la casa. Empezó a limpiar el área y en ese momento mi mente se desconectó a tal grado que por mucho tiempo no supe de mí. 60
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Gracias Dios por esa Raíz Cuando volví en mí, la claridad de la luna bañaba mis ramas, proyectando su pálida sombra sobre el suelo, miré a mi alrededor y débilmente contemplé aquel gran jardín cuidadosamente arreglado, había sido trasplantado junto a una ventana. ¿Qué había sucedido? De pronto recordé que todavía tenía una raíz… Esa pequeña raíz a quien tanto maltraté, es de ella qué me avergoncé cuando era árbol de navidad, la discriminé, la hice a un lado, la detesté, la odié y anhelé que fuera quitada de mi tronco porque arruinaba mi supuesta belleza. Aquella pequeña y única raíz a quien tanto desprecié…Sí, ella, había estado trabajando incansablemente de día y noche para mantenerme con vida, extrayendo de la tierra el agua y el alimento que poco a poco me devolvían la vida ya casi perdida. Mi follaje no parecía experimentar algún cambio y mis ramas presentaban un aspecto muy triste y cenizo. Lloré incansablemente, dando gracias a Dios por esa única raíz que ahora para mí, valía más que toda la gloria que del hombre había recibido, no había manera de valorizarla, era para mí la puerta de la vida, era el hilo que ahora me unía a la tierra, aquella tierra que voluntariamente rechacé y que debido a mi pequeña raicita, ahora nuevamente confortaba mi vida interna. 61
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Comprendí que mi raíz había sido dejada con un propósito y fue precisamente eso lo que me hizo sentir una gratitud inmensa, que descansaba en la oportunidad que se me daba de vivir nuevamente y debido a eso, me hice el propósito de contar a otros mi experiencia para que no les pasara lo mismo. La primavera llegó y con ella el aroma de los valles y la fragancia de las resinas que el estío trajo. Para entonces, mis ramas tenían un aspecto saludable y mi tronco parecía más robusto, mi follaje había alcanzado su color natural y junto a mi raíz, habían nacido otras raíces que poco a poco daban mayor consistencia a mi tronco. Desde ese momento me hice el propósito firme de profundizarlas hasta donde me fuera posible en vista que para mí, la vida tenía un nuevo color pues la miraba desde otra perspectiva, me amaba intensamente y me veía precioso sin necesidad de falsedades y la felicidad embargaba todo mi ser. Esta felicidad era compartida por otros arbustos pequeños que crecían no muy lejos de mí, entre ellos un manzano a quien quise mucho por su sencillez y humildad y fue el primero a quien conté mi experiencia interesándose grandemente en ella y suplicándome que no me detuviera en contarlo para salud de muchos árboles.
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Mi Tercer Conocimiento Como dije con anterioridad, mi amo me plantó junto a una ventana que resultó ser la habitación de sus dos pequeños hijos, uno de seis años y el otro tan solo tenía cuatro. Todas las noches mi amo y su esposa se reunían con sus pequeños y les leían cosas muy bonitas de un libro que llaman Biblia. Entre las cosas que he oído y que guardo en mi corazón, está la historia del paraíso en el cuál Dios puso muchos árboles de distintas especies y en especial un árbol que se llama: El Árbol de la Vida; mis amos dicen que el paraíso de Dios fue llevado al cielo y que, si los hombres creen en Jesucristo profundizando sus raíces en Él, serán plantados allí, llevando mucho fruto y no serán echados como plantas que por no profundizarse, son enviadas al fuego y arden como malos pámpanos, (Juan 15:46). Gracias a Dios que me fue dejada una raíz y que de nuevo fui trasplantado… Yo me he sentido muy gozoso al oír todo eso ¿Por qué no? Si ahora estaba adquiriendo el conocimiento por excelencia que alimenta el alma y el espíritu. Dice el libro de Salmos 104:16 Se llenan de sabia los árboles de Jehová, los cedros del Líbano que Él plantó. Ahora entiendo el propósito de Dios para mí y por eso no dejo de agradecer cantando a mi Señor desde que amanece hasta que anochece y desde que anochece hasta que amanece porque grandes cosas ha hecho conmigo. Isaías 55:12 dice: Los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros y todos los árboles del campo darán palmadas de aplausos. 63
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Isaías 53:2 dice: De una raíz que estando en tierra seca subió como planta renovada. Por eso estoy feliz porque siendo un árbol seco he vuelto a la vida por medio de esa raíz a quien tanto amo ahora. Hace poco mi amo leyó en el libro de Ezequiel 17:24 que dice: Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí al árbol sublime, levanté al árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová lo he dicho y lo haré.
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Mi Testimonio Cuatro años han pasado desde que fui trasplantado en mi nuevo hogar, ahora mi copa sobresale frondosa y llena de vida, pudiendo mirar por encima del techo hacia las montañas donde pasé mi primer año de vida. Mis raíces están bien profundas y fuertes, mi tronco es más grueso, mi follaje está verdaderamente vivo, los pájaros han hecho sus nidos en mis ramas y las abejas han construido un panal en la parte más alta de mi copa. Les he contado a los pájaros mi testimonio y les pedí de favor que, a través de ellos, mi vida fuera esparcida por donde quiera. Ahora mi experiencia es conocida por muchos árboles, entre ellos los pequeños arbolitos que al conocer mi vida, ninguno desea ser árbol de navidad; todos han profundizado sus raíces para no terminar su vida en el muladar. El resultado ha sido que cada vez, los árboles de navidad son más difíciles de encontrar y en muchas tiendas solo venden árboles artificiales. Antes de terminar mi testimonio, les diré que mediante los pájaros he tenido comunicación con aquel viejo pino a quien tanto amo; fue él quien primeramente conoció mi experiencia por medio de mis amigos alados y a quien le conté lo que la Biblia dice de nosotros y nuestra esperanza de vivir.
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Según me contaron las aves, su gozo fue inmenso, de igual manera el de mis hermanos y vecinos de toda aquella comunidad pina a la que un día pertenecí, pues cuentan que ya me daban por muerto. Este viejo maestro mío, me mandó decir que aquella raíz había sido dejada con un propósito de alumbrar la vida de los pinos con mi experiencia y que mientras viviera, esparciera mi testimonio para así, evitar que muchos árboles perezcan por falta de ese conocimiento.
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Palabras Finales Amigo lector: Haciendo uso de la prosopopeya, he personificado un árbol atribuyéndole hechos o acciones propias de una persona. Este testimonio carecería de valor si no tuviese el propósito de decirte que en ti, Dios ha dejado una raíz, que al ser plantada en Cristo Jesús, producirá mucha vida, llenando tu ser de frutos espirituales que muy pronto, Jesucristo, el Hijo de Dios vendrá a buscar para así, transportarte al paraíso que Dios tiene en el cielo. Posiblemente en un tiempo estuviste plantado en la viña del Señor y como el árbol, fuiste atraído por el brillo que el mundo, como un espejismo ofrece, es posible que solo esperes la muerte. Recuerda que Dios ha dejado en ti una raíz, que es la oportunidad que necesitas para ser plantado de nuevo en Cristo y ésta, te devolverá la vida, tu tronco se fortalecerá, de nuevo florecerás y tendrás mucho fruto.
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Es el relato de un pino que haciendo memoria desde que nace, relata los acontecimientos trascendentales de las diferentes etapas de su vida, mostrándonos las lecciones importantísimas que ha adquirido en cada fase. Inicia desde su nacimiento en lo que él llama un “enorme invernadero”, como fue trasladado a las montañas y el relumbrante conocimiento que adquirió de la navidad, que al final, ese concepto influyó en su decisión por ser un árbol de navidad, soñando en todo momento en convertirse en el árbol más hermoso del mundo. Definido en lo más profundo de su corazón, prepara todo su cuerpo y voluntad para aplicar todos los lineamientos que le permitirán ser trasladado de las montañas a la ciudad y así tener un acercamiento pleno con los humanos y que éstos a su vez, lo transformen haciendo realidad su sueño. Finalmente lo logra y no obstante, se da cuenta que no tiene los resultados deseados pues en su corazón no alcanza la satisfacción pero aún así, está dispuesto a cumplir su palabra con hacer felices a todos los niños del mundo como árbol de navidad como recompensa a todo el amor y cuidado que de ellos ha recibido cuando se da cuenta de la realidad. Los hombres solo lo han utilizado y está pronto a convertirse en basura quemada, llegando al extremo de observar el abismo que arde con grandes llamas de fuego consumiendo y convirtiendo en cenizas toda la basura producida por cada individuo de esa gran ciudad y que pronto a ser tirado en ese lugar está, cuando se da cuenta que alguien ha notado en él algo que puede convertirse en la última oportunidad de vida. Tal y como sucedió, aprovechó la oportunidad y hoy, a través de este libro, cuenta su vida, brindando un mensaje vital que ningún individuo puede dejar de leer, pues como el pino se deja llevar por el brillo de la navidad, así el hombre por el brillo del mundo sin la menor idea que al final puede encontrarse con la muerte pero si esa fuera la situación, al igual que este árbol, todavía hay una oportunidad que se descubrirá si se abre las páginas del Libro Testimonio de un Pino.