Supervisión Educativa

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SUPERVISIÓN EDUCATIVA Y EVALUACIÓN •

Concepto de evaluación. Como es sabido, a lo largo del tiempo el concepto de evaluación ha sufrido

una evaluación histórica acorde con el mayor conocimiento que se alcanzaba del tema, con las necesidades que surgían en su aplicación paulatina y con la mayor adecuación que se exigía del mimo a las circunstancias humanas y con la mayor educación que se exigía del mismo a las circunstancias humanas que impregnan todo el ámbito educativo. Brevemente, reseñemos que, en 1950, R TYLER definió la evaluación como <<el proceso que permite determinar en qué grado ha sido alcanzado los objetivos educativos y propuestos>>. Mas adelante, CRONBACH, l.J. (1963, 672-683), Incorpora a su definición la virtualidad de la evaluación para la toma de decisiones, afirmando que consiste en << la recogida y uso de información para tomar decisiones sobre u n programa educativo>>. En 1967, M. SCRIVEN incluye en su concepción la necesidad de valorar el objetivo evaluación, en decir, de emitir un juicio sobre el mérito o demérito del mismo; esta postura conduce a la integración de la ideología del evaluador y del sistema de valores sociales vigente en el acto de valorar, lo cual, evidentemente, lleva consigo el riesgo de los condicionamientos o sesgos que pueden presentarse en las evaluaciones efectuadas y, por lo tanto las decisiones que tomen en la relación con ellas. En este sentido, incide RAMIREZ, J.L. (1991, 410) cuando afirma << La evaluación compara lo que es con la norma de un deber ser que ya no se ajusta a la dicotomía de lo verdadero y lo falso, sino a una escala de valores desde lo más a lo menos a lo más aceptable >>. Igualmente, HERMOSO NAJERA, S. (1973) ,365) , al reflexionar acerca del concepto de evaluación, comenta << El estudio del valor corresponde a una rama de la filosofía que es la axiología y los conceptos cambian de acuerdo con el sentido filosófico que la persona aprovecha>>. La definición de evaluación a la que llega eel Joint Committee on Standards for Educational Evaluation como << la investigación sistemática del valor o mérito de algún objeto>>. Pero volviendo a SGRIVEN, es este mismo autor el que estudia las funciones de la evaluación y, a pesar de que pueden ser enormemente variadas, concluye que son dos las más importantes: la formativa y la sumativa. La primera será la que, incorporada a los procesos, permita mejorar su desarrollo; la segunda, la que calcule el valor del objeto una vez finalizado su proceso de ejecución. En la primera función se basa STUFFLEBEAM, D.L. (STUFFLEBEAM, D.L. y SHINKFIELD, A.J.: 1987, 175233) cuando describe su modelo CIPP o << evaluación orientada hacia el perfeccionamiento>>, insistiendo en que: <<El propósito más importante de la evaluación no es demostrar sino perfeccionar…>>


SUPERVISION EDUCATIVA Y EVALUACION Para lo cual, ha desarrollado una metodología propia que se viene ejerciendo mediante determinadas funciones de índole pragmática –asignadas habitualmente a la inspección en los diferentes países-. Y que le permite colaborar de modo fundamental en la consecución del objetivo último. En los planteamientos que he desarrollado hasta hora, surge un paralelismo evidente entre supervisión y evaluación formativa, en especial si se considera las finalidades que persiguen ambas y su objeto de aplicación. Si la supervisión tiene como meta la mejora del sistema educativo mediante la optimización de su rendimiento y la función formativa de la evaluación se incorpora a los procesos educativos como objeto de perfeccionarlos, -lo que lleva como igualmente, a la más alta consecución de resultados en el dubrieldice.blogspot.com

conjunto de ese mismo sistema-, parece que ambos conceptos recorren caminos paralelos, aunque no coincidente en la amplitud de su ámbito ni en la forma concreta de su aplicación. El objetivo de la supervisión es el sistema educativo en toda la amplitud, bien sea globalmente considerado, bien se tenga en cuenta sus distintos componentes: administración, centros escolares (contextos, organización, profesorado, recursos, alumnado, relaciones, etc.) resultados obtenidos, programas, servicios… El objeto de la evaluación formativa puede ser también cualquiera de los componentes del sistema al que se desea aplicar para su conocimiento regulación adecuada y mejora. Por lo tanto, el objeto de estudio y trabajo al que se aplica es el mismo, aunque digiere, igualmente, el modo de desarrollo especifico que caracteriza a una y otra. La supervisión, de acuerdo con el concepto manejado, comprende varias funciones que le resultan inherentes para su concreción en el sistema educativo., así, el asesoramiento el control la mediación y la misma evaluación constituye la instructora interna a través de la cual la supervisión puede llegar a cumplir sus objetivos. Por su parte la evaluación es una de estas funciones- de mas restringido ámbito, aunque con condenación de especial valores referencia con las otras, quizás fue por la profundidad de análisis y conocimiento que es posible alcanzar mediante ella. •

METODOLIGIA DE LA SUPERVISION EDUCATIVA Y DE LA EVALUACION


Antes aludía a que el paralelismo y las diferencias entre supervisión y evaluación se producían tanto en la amplitud de su ámbito de acción como en su forma concreta de aplicación, segunda diferencia esta que hace referencia directa a la metodología utilizada por ambas. Supervisión Evaluación Técnicas para la recogida de datos orientacionyescuela.bl... Observación Observación Entrevista Entrevista Encuesta Encuesta Visita de inspección Sociometría Técnicas para el análisis de datos Análisis de contenido Análisis de contenidos Triangulación Triangulación …. … Instrumentos para la recogida de datos Escala de valoración Escala de valoración Lista de control Lista de control Cuestionario Cuestionario Guías diversas Guías diversas En los diferentes métodos que pueden emplearse para supervisar y evaluar formativamente, se aplican de modo habitual una serie de técnicas (para la recogida y el análisis de datos) e instrumentos, que en general son comunes, aunque alguna sea específica, sobre todo, de la supervisión. En el cuadro número 3 se presenta un resumen de las técnicas e instrumentos aludidos. Como es obvio, pueden utilizarse otras técnicas e instrumentos más especializados

(GASANOVA, M.A.: 1991 Y 1992ª), según los casos y situaciones en que deba actuarse, pero básicamente quedan recogidos los más usuales. Es necesario añadir un elemento imprescindible y común para la evaluación y para la supervisión como es el informe, en el cual desemboca la totalidad de la actuación al constituir una síntesis del proceso llevado a cabo, de su valoración, conclusiones y propuestas. •

LA EVALUACION EN EL EJERCICIO DE LA INSPECCION EDUCATIVA

Dado que institucionalmente, por lo general, la supervisión se le encarga a la inspección educativa, me voy a referir concretamente a la importancia que la función evaluadora desempeña en el ejercicio de la misma. La función de control ha supuesto la razón de ser la inspección, tanto en los momentos de su aparición como lo largo de la historia. Los gobiernos autocráticos han


visto en ella la manera de asegurarse la dirección férrea de la enseñanza. Los democráticos, el modo de garantizar los derechos constitucionales en materias de educación. Aunque evidentemente, la inspección, con el paso del tiempo. Haya diversificado, matizado y, sobre todo, tecnificado su actuación. No obstante, para realizar este control desde la inspección educativa, ha resultado imprescindible la evaluación simultanea del objeto controlado, ya que la exclusiva descripción de los datos recogidos no cuele satisfacer los cometidos que la inspección tiene encomendados en relación con la mejora del sistema educativo: así, tras la realización del control, es habitual –casi obligado en la mayoría de las situaciones- la emisión de una propuesta para mejorar o subsanar la deficiencia o disfunción detectada o para estimular la lapublicadepozueloarav... continuidad de los trabajos llevados a cabo satisfactoriamente. La capacidad de elaborar esta propuesta supone un paso mas que el simple control: exige haber conocido en profundidad los hechos ocurridos, su valoración objetiva, la formulación de conclusiones y la sugerencia para la toma de medidas adecuadas: en otras palabras: implica la evaluación e los hechos controlados, como ya señale anteriormente. Por lo tanto, hay que concluir que la función evaluadora constituye un ejercicio inherente al quehacer inspector –más aún, si cabe, en su función esencialmente formativa-, ya que la supervisión que debe realizar siempre es en orden a la mejora del sistema educativo, lo cual requiere el conocimiento profundo del mismo, cosa imposible de alcanzar sin su permanente evaluación entendida esta como fuente continua de recogía de datos, enjuiciamientos y valoración de los mismos, que permite regular el funcionamiento del sistema superando dio a día las dificultades que se presenten. De este modo, la función evaluadora se convierte en una estrategia de perfeccionamiento mediante la cual se pretende conseguir los objetivos de calidad propuestos para un sistema educativo. No es casual, por ello, que todas las Comunidades Autónomas de nuestra nación que poseen plenas competencias en materias de educación y ciencia asignen a la inspección educativa la función de evaluación de manera generalizada, como puede comprobarse en el cuadro número 4. Lo mismo se podría afirmar de la mayor parte de los países de nuestro entorno y aun de contextos más alejados culturalmente de nuestra realidad. La evaluación, por otra parte, adquiere una relevancia especial en momentos de reforma de los sistemas educativos, en cuanto que resulta el eje de contraste sobre el que debe apoyarse la aplicación correcta de las nuevas normativas que regirán el sistema: se hace absolutamente imprescindible controlar continuamente los efectos de las practicas parciales puestas en funcionamiento con objetivo de decidir sobre el mejor camino para seguir implantando el nuevo sistema, corrigiendo las disfunciones aparecidas y reformado los elementos claramente positivos en orden a alcanzar el logro de los objetivos de calidad esperados. Por lo tanto, la evaluación formativa practicada por la inspección de modo habitual en los centros, se convierten en una


estrategia fundamental para la mejora del sistema educativo. Y no se puede olvidar que, en representación de la Administración, es la inspección la que está presente en los centros con la a tributación de funciones para evaluar. En la situación de reforma a la que nos estamos refiriendo, la evaluación sumativa. Por su parte, permite formar juicios de valor acerca de productos terminados, con lo cual facilita la continuidad o eliminación de determinados componentes del sistema, según la mayor o menor utilidad que hayan demostrado para el fin al que se destinaron en un principio. También en este caso la inspección cuenta con la adecuada situación en la estructura del sistema y los medios suficientes para poder evaluar los resultados del uso de recursos didácticos, métodos, programas, servicios específicos, etc., después de su implantación en un número de centros suficientes. Los datos asa recogidos (con rigor y sistematicidad), tratados adecuadamente y analizados con los medios técnicos oportunos, resultaran valiosos para los propios centros, en unos casos, y para la Administración siempre, pues le permiten generalizar lo útil y eliminar lo innecesario con garantías de validez en las medidas adoptadas. Ciertamente, comprobada la celeridad con que se producen los cambios en las actuales sociedades, cabe predecir que la estabilidad total de los sistemas educativos en todos sus componentes se hace casi impensable a largo plazo. Es más lógico pensar que, si la escuela debe dar respuestas coherentes a las exigencias que la sociedad le plantea, deberá disponer de la agilidad suficiente y el margen de decisión necesario para responder con efectividad en cada momento. Esto nos lleva a considerar la existencia –necesaria, por otra parte- de una normativa reguladora de los aspectos comunes y básicos que unifiquen un sistema, pero que permita, a la vez, la autonomía (organizativa, pedagógica, de gestión, etc.) que facilite la diversidad que la heterogeneidad de la población requiera en cada centro educativo. Situación que puede llevar, en un futuro, a que muchos de los elementos rígidamente regulados desde las Administraciones, puedan quedar para ser determinados por cada institución en función de sus peculiaridades. Este planteamiento, que supone la innovación permanente de la educación para adaptarse a las exigencias cambiantes de la sociedad y que implica el riesgo de la excesiva variación de los niveles impartidos en los diferentes centros, requieren aún más del ejercicio de la inspección en su función evaluadora para: a) Garantizar la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos de un estado b) Homologar la equivalencia de los títulos dentro del sistema educativo.


LA AUTOEVALUACION DE LA FUNCION SUPERVISORA

Si es importante la evaluación del sistema en términos generales, deberá plantearse igualmente la necesidad de que el supervisor evalué su propio ejercicio profesional, pues el permanente perfeccionamiento del mismo constituirá el quicio del adecuado funcionamiento del sistema. Lo propongo, por tanto, más como autoevaluación que como evaluación externa, pues creo que la mayor efectividad se consigue mejor mediante la reflexión sobre la práctica de la profesión que a través de los juicios emitidos desde la distancia, que no siempre son ajustados ni bien aceptados por parte de la persona evaluada. La evaluación como estrategia de mojar también adquiere en este campo su mayor significado, pues será el inspector quien la utilice y aplique para modificar el modo habitual de ejercer su función. La propuesta de autoevaluación puede seguir dos vías que, además, faciliten el contraste o la triangulación de indicadores considerados en la evaluación: a) Evaluación de las visitas de inspección realizadas: b) Por los efectos surtidos en el centro Por la autoevaluación de la misma. c) Autoevaluación de la propia actuación mediante una escala que apoye la reflexión objetiva: Para evaluar la visita de inspección existen ya escalas realizadas, cómo son la de HERMOSOS evolutiondental.blogsp... NAJERAS, S. (1973, 377-378) y la de SOLER FIERREZ. E. (1991, 78-79). Dada la actualidad y el contexto en el que se presentan, es más adecuada, en estos momentos, la última para los inspectores de nuestro país. Por lo que se refiere a la autoevaluación del trabajo supervisor mediante una escala que favorece la reflexión objetiva, en el cuadro número 5 se presenta un posible modelo, como pauta –nunca regida ni válida para todas las situaciones para evaluar nuestro propio trabajo de inspección en sus diferentes vertientes. Cuesta entre la comunidad educativa (familias, administraciones locales, profesorado, equipos directivos…) donde los inspectores realizan su labor, para contrastar los datos de la propia reflexión con la percepción que de la función supervisora tienen los supervisados.


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