Pequeños y no tan pequeños cuentos sobre la humanidad

Page 1

PEQUEÑOS Y NO TAN PEQUEÑOS CUENTOS SOBRE LA HUMANIDAD

1

ANDRÉS RAMOS


2


PequeĂąos y no tan pequeĂąos cuentos sobre la humanidad

3


PEQUEÑOS Y NO TAN PEQUEÑOS CUENTOS SOBRE LA HUMANIDAD

ANDRÉS RAMOS

Editorial Pandémica 4


Publicado por Editorial Pandémica Una división de La Maldita Cuarentena Diseño Andrés Ramos Imagen de portada y cuarta Stock Pexel Titulo original: Pequeños y no tan pequeños cuentos sobre la humanidad Copyright: Andrés Ramos, 2020 Primera Edición: 9 de septiembre, 2020 Deposito legal: B. 40432 – 1980 Impreso y encuadernado por yo merito Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,

incluidos

la

reprografía

y

el

tratamiento informático, sin permiso escrito de Andrés Ramos.

5


Quiero dar las gracias a Jaime Ramos por enseñarme a pensar, razonar y analizar las cosas. Así como por su apoyo a lo largo de todo este trabajo. A Arturo Ramos por su apoyo con las ideas de escritura. De misma manera, un agradecimiento a Alonso Ramos por ayudar a que me animara a tomar la clase. Por último, pero no por eso menos importante, a Blanca Rosa Jacobo, que me recuerda constantemente que no todo en la vida es trágico y macabro.

6


7


BIENVENIDO AL TRABAJO — Bienvenido a mi equipo de trabajo. A partir de hoy, tú serás mi mano derecha en este trabajo de vital importancia para nuestra nación. Es un placer tenerte entre nosotros. — No hay de que, te hemos reclutado por que sabemos de tus logros, capacidades y por qué compartimos una misma visión. Como ya sabrás, hay una plaga que está acabando con todo lo bueno que hemos creado en nuestro país. Nuestro trabajo es sencillo, acabar con la plaga de la forma más eficiente que se pueda, sin dejar a ninguna rata suelta en el país. — Lo sé, suena sencillo, pero no lo es tanto. Las ratas se esconden, se escapan, se propagan, por lo que es importante que actuemos con inteligencia y astucia. Hoy te unes a la agencia responsable de la sanidad de este país, y por ende, tu vida a partir de hoy girará en torno a atrapar estas ratas, juntarlas y exterminarlas. La gente de este país confía en nosotros, no podemos ni debemos defraudarles. 8


— Oh sí, claro que hemos hecho progresos, pero no podemos descansar hasta que todas las ratas hayan sido encontradas y neutralizadas. Como podrás ver, hemos construido un sistema de exterminio de excelente eficacia. Todas las ratas que hemos capturado las traemos a esta planta. En su llegada, las marcamos con un número para poder llevar el registro de nuestros avances, posteriormente las juntamos todas en jaulas, alrededor de 500 por jaula. No podemos matar a todas en un día, llegan más de las que te imaginas, por lo que tenemos que asegurar que no se escapen de sus jaulas hasta que llegue su momento, y créeme, si algo saben hacer las ratas es escabullirse, pero nosotros somos aún mejores cazándolas. — Buena pregunta, la respuesta es alrededor de 6,000 ratas por día. Ayer tuvimos un problema con el suministro tóxico que usamos. Y sí, fue un mal día ya que solo pudimos acabar con 4,000, pero ya hemos arreglado eso. ¿Tienes alguna otra duda antes de ponerte a trabajar?

9


— Excelente. No me queda más que decirte que manos a la obra. Así pues, bienvenido al equipo. Recuerda que la gente valora mucho lo que hacemos. No los decepciones. Tu trabajo es de vital importancia para la Alemania nazi y si de algo puedes estar seguro es que así como tu familia te felicitó por ser parte de mi equipo, la nación entera, si haces bien tu trabajo, va a entender perfectamente el que yo, Joseph Mengele, te haya sumado al equipo. Así pues, a trabajar que todos queremos una Alemania limpia. Bienvenido.

10


LAS BARRACAS Una vez tuve un sueño escalofriante, y al despertar quise volver a dormir. Nunca en mi vida pensé en la humanidad como unos animales bárbaros, o no hasta 1933 que el partido nazi empezó a agarrar fuerza en Alemania.

Quien

diría

que

llegaría

un

momento de mi vida donde preferiría dormir rodeado de los monstruos y fantasmas que son productos de mi cabeza, en lugar de abrir mis ojos y verme rodeado por la cruda realidad. Una realidad donde los monstruos y fantasmas ahora parecen cuentos de niños. Una realidad donde una estrella de David marca una peor sentencia que una acusación de asesinato. Me despertó él gritó de los guardias, como a los otros 16 compañeros que dormimos en la misma litera, cuyo tienen un aspecto más demacrado que los fantasmas dentro de mi cabeza. Nos dan a todos un jabón y nos dicen que toca meternos a bañar, pero yo sé que esto 11


es la pesadilla que todo mundo dentro de este campo

tenemos.

Todos

lo

sabemos,

las

regaderas de Auschwitz no son lo que aparentan.

12


DE CACERÍA Mi alarma suena, abro los ojos y miró al estante justo al lado de mi cama, el reloj marca las tres de la mañana. Hay gente que dice que al que madruga, Dios le ayuda, yo no lo hago por eso. Soy un cazador, ocupó el manto de la oscuridad para acechar a mis presas, y mucho más para las presas grandes como las que hoy me esperan allá afuera, caminando despacio, escondiéndose entre los matorrales. Me levanto de mi cama y me dirijo a la cocina, donde pongo a calentar el agua para el café y me preparo unos rápidos huevos estrellados para un desayuno ligero. De cualquier manera, espero regresar a una hora prudente para tener un buen desayuno. Nací y crecí en Texas, toda mi vida ha girado alrededor de cuidar, trabajar y proteger el rancho familiar, que en algún momento compartí con mi padre y ante su partida, solo lo comparto con mi sombra. La cacería ha sido una parte importante de mi vida desde el 13


momento en el que pude sostener un rifle. De chico solía cazar todo tipo de presa, en especial venado cola blanca o guajolote, pero con el pasar de los años he aprendido a respetar la naturaleza y ahora solo cazo especies invasoras. El año pasado todo Texas tuvo un problema con los jabalíes, estaban por todos lados y el gobierno

declaró

la

caza

abierta

y

sin

restricciones. Me enorgullezco de haberme adjudicado la muerte de 130 de esos puercos en tan solo un mes, así de grande es el problema. Los jabalíes siguen haciendo destrozos aquí, pero hay más especies invasoras en mi lista de exterminio. Salgo de mi cabaña con mi rifle sobre mi espalda, mi cantimplora llena, mi caja de municiones extras, mi linterna y mi cuchillo de cazador. Toda la semana pasada he estado observando a estos animales. Puse cámaras de movimiento a lo largo de todo el rancho y noté lo mismo en los últimos siete días. Siempre, como si fuera marcado por el reloj, estos se arrastran a las 4 de la madrugada por un 14


camino entre matorrales, justo saliendo del río, donde recorren de sur a norte todo el rancho hasta que salen de mi propiedad para acabar quien sabe dónde. Es mi deber, como dueño del rancho y como tejano, evitar que estos animales sigan pasando por aquí y acabar con ellos de una vez por todas. Me dirijo hacia el camino que sale del río, para tratar de encontrar una buena posición elevada donde los pueda ver pasar y finalmente cazar. El alambre de púas que separa mi rancho del río inclusive ya está levantado por todas las veces que se arrastran para pasar por debajo de él. Sigo a pie el camino que dentro de unos 40 minutos estos van a seguir, la ruta no se ve tan clara, pero con el apoyo de mi linterna puedo seguirla. Finalmente, a unos 800 metros del río encuentro una colina justo a lado del camino, la posición perfecta para esperarlos. Subo la colina, encuentro como acostarme para que no me puedan ver a lo lejos y preparo mi rifle. Por esto es tan importante levantarse temprano, ya 15


que, si no fuera por el manto de la noche, mi posición estaría descubierta y si me llegaran a notar, darían una media vuelta y regresarían por donde vienen o simplemente correrían hacia cualquier dirección. El reloj corre 30 minutos más y no pasa nada, ni un solo ruido, ni una luz, ni un movimiento en todo el rancho. Yo por mientras me

divierto

viendo

las

estrellas

e

imaginándome el tamaño de las presas de hoy. No puedo hacer nada más, dentro de unos pocos minutos van a pasar y por ninguna razón se me puede ocurrir prender la linterna o hacer cualquier ruido. Pasan otros 10 minutos y por fin se están acercando, no los puedo ver, pero ya los puedo escuchar. Muy lento, agarro mi rifle y le quitó el seguro, apoyo la culata sobre mi hombro y enfoco mi vista sobre la mira. Está algo oscuro, pero los 40 minutos que llevo aquí acostado en medio de la colina me han ayudado a adaptar mi visión a la oscuridad y para reconocer el terreno, así podré distinguir

16


entre las sombras de los matorrales y las sombras de los animales. Ya los veo, caminan lento, precavidos, parecen ser alrededor de cuatro. Poso mi mira sobre cada uno de ellos, tratando de decidir cuál será el primero en recibir un disparo, finalmente me decido por el primero, parece ser el más grande y el que más oportunidades tendría de escapar una vez que resuene el disparo en la oscuridad de la noche. Me enfoco en su corazón, pongo el dedo sobre el gatillo, respiro y antes de soltar el aire, disparo. Dicho y hecho, el primero cae sobre el suelo y los otros tres empiezan a correr, claramente confundidos y aterrados. Prendo mi linterna, ya no me importa mantener mi posición en secreto, enfoco mi mira sobre el segundo y jalo el gatillo. Vuelve a caer como el primero. Repito el proceso con los otros dos faltantes, que a pesar de que trataron de escapar, los matorrales y la oscuridad no les permitieron llegar muy lejos.

17


Así, en menos de 3 minutos, todo se acabó y de nuevo, completo silencio y completa oscuridad, que tan solo se ve interrumpida por la lámpara que fijé sobre mi rifle. Me levanto por fin de la colina en la que he estado acostado durante la última hora, le pongo seguro a mi rifle, agarro tanto mi caja de municiones como mi cantimplora y bajo hacia el camino donde yacen muertos los cuatro. Ahí estaba el primero, sin duda alguna la presa más grande que he cazado hasta ahora, le calculo alrededor de 80 u 85 kilos, más o menos un metro setenta o un metro ochenta de alto. Sonrío para mí mismo. Nada mal para el primer frijolero muerto de la temporada. Cuatro menos de la especie invasora más grande de todo Estados Unidos.

18


VIAJE EN TREN Mi ima no sonríe, mi ava tampoco, pero yo estoy más feliz que nunca. Un tren, un trenezote. Nunca me había subido a uno hasta ahorita. Está algo frío aquí dentro, las ventanas no tienen vidrio, supongo que los señores en los uniformes también las rompieron como rompieron las de mi casa. En lugar de vidrio les pusieron unos hilos de metal que pican como las abejas si te acercas a ellos. Mis amigos no alcanzaron a meterse en este vagón, los señores de los uniformes los mandaron con sus horim a los vagones de atrás. Estamos

muy

apretados,

como

pingüinos, entonces no puedo ver bien si algún amigo que conozca también está en este vagón. Ya se hizo de noche y se puso oscuro y frío. Tengo un poco de sueño, pero no tengo donde acostarme, aparte el suelo huele feo y mi ava no me deja separarme ni un segundo de él. Dice que es muy importante que estemos juntos los tres, mi ima, mi ava y yo. También nos dijo que 19


mañana en la mañana vamos a llegar a un lugar que parece castillo, donde los señores de los uniformes nos van a mandar a unas cabañas. Me gustan las cabañas, el verano antepasado mis horim me mandaron a unas con todos mis amigos. Dormí muy poquito, mi ava me cargó un ratito y mi ima un ratito aún más chiquito. Ahorita me iba a volver a dormir, pero por fin llegamos al castillo. Mi ava tenía razón, los señores de los uniformes están por todos lados. Ya abrieron nuestras puertas y todos salimos muy rápido, los señores de los uniformes nos jalaron a todos, también vi como uno de sus perros mordía al señor Shalev. Estos perros dan más miedo que mi pequeño Jafet, pobrecito, lo tuvimos que dejar en casa porque no aceptaban a nuestras mascotas en el tren. Creo que están así de enojados porque a ellos tampoco les han dado de comer. Nos formaron a todos en dos filas, yo me quede en una con mi ima, a mi ava lo formaron en la de alado. Ava nos dijo que adentro nos 20


vamos a volver a ver. Solo nos están separando para poder checar que no estemos enfermos y para decirnos en qué cabaña vamos a tocar, espero que me toque en la misma que estarán mis amigos. Hay más hombres con uniformes, diferentes a los uniformes grises que he visto estos días, ellos tienen uniformes de doctores. A mi ima y a mí nos separaron de los demás. Nos encontraron bichitos en el pelo y por eso nos vamos a meter a bañar. Aquí también están todos mis amigos, al parecer todos tenemos bichitos en el pelo y nos toca meternos a bañar juntos. Todos los niños de mi edad estamos aquí adentro, como lo hacíamos en el campamento pasado. Las regaderas son muy diferentes a las que están en mi casa, son mucho más grandes y las paredes huelen raro. Mi ava tenía razón, los señores en los uniformes si son unos bobos, se confundieron en algo tan fácil que ya ni yo me hubiera confundido, para bañarse se necesita agua, no esté humo verde que está saliendo.

21


VON BRAUN — Señor, Apollo 11 ha salido de la atmósfera de la tierra. Tanto la máquina como Neil y Buzz reportan excelentes condiciones. Se estiman 194 horas hasta tocar el suelo lunar. Muchas felicidades, el lanzamiento ha sido todo un éxito. Le doy las gracias por la información a mi asistente de trabajo, lo despido de mi despacho y vuelvo a tomar asiento. Son días como estos en los que me pongo a pensar en las vueltas que da la vida, no siempre

malas,

pero

sin

duda

alguna

sorprendentes. Hoy me encuentro aquí, en mi despacho privado dentro del Centro Mashall de Vuelos Espaciales, haciendo historia al mandar a los primeros astronautas a la luna, pero todo ha sido cuestión de suerte, no el lanzamiento, el simple hecho de estar aquí. Aun me acuerdo como si hubiera sido ayer, era el día 3 de mayo de 1945, fecha en la que

por

primera

vez

toqué

suelo 22


estadounidense. Al principio pensé que me costaría adaptarme a esta sociedad, tan caótica y desorganizada como solo ellos mismos. Estos temores en específico se desvanecieron en un dos por tres. Entendí que, teniendo dinero, tú no te tienes que adaptar a nada, más bien la gente se adapta a ti, y más si el dinero viene del gobierno. Tampoco me costó tanto adaptarme porque trabajo en conjunto con más de mil colegas con los cuales ya había trabajado, claro, con otro propósito en mente. Por supuesto que lo que más temía era ser descubierto por el público, que mi secreto saliera a la luz y que ni el gobierno americano me pudiera sacar y salvar de la controversia. Por suerte, esto aún no ha pasado, y cuando estuvo a punto de pasar, la CIA me arregló a mantener todas las bocas cerradas. Como director de la carrera espacial, mi vida ahora tiene más aspecto político que científico. Todos los ojos del mundo están puestos sobre mi equipo, con tal de que uno de esos ojos me reconozca, la pesadilla de 23


relaciones públicas empezaría y no habrá quien la pudiera detener. Por eso doy las gracias de que me encuentro en Estados Unidos, donde tan solo la élite son amos de la verdad y el resto del pueblo esclavos de la hipocresía, pero eso no significa que no haya alguna persona que pueda conectar los hilos y dar conmigo, o sobre todo, con mi pasado. De todas formas, tengo la esperanza de que cuando vean el producto de mi arduo trabajo en américa, todos me pinten como un héroe y con eso poder acusar de loco y divagante a quien me pinte de villano. Aun me acuerdo del suceso que disparó el inicio de mi carrera, la carrera que hoy culmina con el lanzamiento que todo Estados Unidos acaba de ver, con dos astronautas a bordo de mi cohete, el Saturno V. Estaba en mi despacho,

similar

a

este,

esperando

el

lanzamiento de un cohete, similar a este. Fue el 27 de julio de 1942 para ser más específicos. Ese día lancé junto a mi equipo de trabajo el primer cohete V2 que había visto el mundo, por supuesto, desarrollado por mí. No le pusimos 24


la capacidad máxima de combustible, tan solo lo suficiente como para que despegara y alcanzará una altura considerable si todo marchaba bien, pero en caso de que las cosas marcharan

mal,

la

menor

cantidad

de

combustible haría que la explosión no fuera de una magnitud espantosa. Cuando vimos al V2 alzarse sobre nosotros, todos gritamos de la emoción y del alivio, sabíamos que nuestra vida estaba por cambiar. Ese cohete V2 marcó el primer cohete moderno de la historia y durante la época de guerra, el gobierno no pudo haber estado más orgulloso de nosotros por haberlo creado. Esta pieza sería el punto de quiebre para cualquiera de nuestros enemigos, o por lo menos eso creíamos. Ese mismo día nos ascendieron a todos,

nos

dieron

nuestras

medallas,

el

uniforme, reconocimiento, nuevos laboratorios y una planta para producir en masa nuestros cohetes. Fue el día más emocionante de mi vida, más que cuando nacieron mis hijos, más que cuando llegué a Estados Unidos, más que 25


cualquier otro día, ese día cumplí con mis deberes hacia la nación y la nación cumplió con sus deberes hacia mí. Claro

que

tuve

que

tirar

todo,

absolutamente todo, a pesar de que me hubiera gustado

quedarme

unas

medallas

y

el

uniforme. El gobierno estadounidense me lo dejó muy claro, que a partir del momento en el que llegara a trabajar para la NASA toda la historia de mi vida se borraría por completo e iniciaría de nuevo. No los culpo, es más, lo entiendo, su pueblo es un pueblo inferior, estúpidos y mezclados. Solo se enfocarán en el pasado, sin darse cuenta de que yo soy su mayor apuesta para el futuro. Ahora me ven como la persona que le ganó a los soviéticos en la batalla del espacio, un héroe de la nación. Me causa tanta gracia la verdad, piensan que es producto de sus mentes brillantes americanas, a pesar de que eso no se puede, los americanos nunca han sido brillantes y no lo digo yo, lo dice su gobierno. De no ser así, no me habrían contratado a mí, ni a los otros mil colegas 26


alemanes que hoy pasamos de ser hĂŠroes de guerra a hĂŠroes americanos.

27


FELIZ ANIVERSARIO Hoy me desperté temprano, toda esta semana me he estado muriendo de emoción y hoy por fin es el día. Un año no es cualquier cosa, hay parejas que duran casi medio siglo, pero la mayoría a los 6 meses se dan cuenta de que no son el uno para el otro, tan solo su cuerpo lo fue por varias ocasiones. Aparte, quien dice que nosotros no podemos durar medio siglo, o más, que la vida aún tiene mucho por darme. Volteé a mi izquierda y ahí estaba, como todas

las mañanas, durmiendo de lado,

respirando profundo, descansando con cada exhalación. No me acuerdo de mi vida antes de estar con él y ni lo quiero hacer. No me puedo imaginar despertar un día y no verlo a mi lado, durmiendo como siempre, con esa expresión tan pacífica en su cara. Tampoco me quiero ir a dormir sin él a mi lado. No quiero nada si no estamos juntos, él se ha hecho mi todo y yo me he entregado toda. 28


Lentamente me salí del lado derecho de la cama para no despertarlo, a él le gustaba más el lado izquierdo porque dice que la tele se ve mejor desde ahí. Me puse las pantuflas que siempre dejaba en el suelo justo antes de irme a dormir, agarré mi bata y me metí al baño. Mis rutinas mañaneras son lo más cercano a una religión que tengo, eso y el amor que siento hacia Javier. Como todos los otros días, me bañe, me trate la cara, me puse mis cremas de las que tanto se burlaba, pero el momento de tocarme suave como la seda nunca se quejaba, me peiné y me vestí de acorde a la ocasión. No solemos salir mucho de la casa, por lo que no tenía mucha ropa para salir, o ropa bonita por así decirlo, pero para hoy había pedido un mono especial que me moría por probármelo. Lo confirme con el espejo, el mono me quedó perfecto. Era rojo y se me ajustaba al cuerpo, escotado por delante y de espalda abierta, acababa con un short chiquito que se me ajustaba perfectamente, mostrando lo que quería que se vea, tapando lo que sabía que 29


deseaba. Apenas he cumplido los 23 años y la gravedad aún no me juega ninguna mala partida, por lo que mi cuerpo se veía mejor que nunca delante del espejo. Salí del baño para ver si seguía dormido, calladita para que en caso de que así sea no lo fuera a despertar. Dicho y hecho, seguía dormido. Aproveché para bajar las escaleras hacia la cocina y prepararle su desayuno favorito, unos huevos a la mexicana. No me tardé más de 15 minutos y ya estaban listos, gracias a Dios que el platillo era así de simple, si su desayuno favorito hubiera sido cualquier cosa elaborada, ahí me tendrías desde temprano batallando con la cocina. Los puse sobre una bandeja para llevárselo arriba, también piqué poquita fruta y la puse en un tazón, no para él pero para mí. Por último, exprimí suficientes naranjas como para servir dos vasos y lo coloqué todo dentro de la bandeja. Desayuno en la cama y novia arreglada, que más le puede pedir un hombre a la vida. Subí las escaleras y me metí al cuarto, seguía dormido, vaya sorpresa. 30


— Buenos días mi amor — le dije lo suficientemente fuerte como para despertarlo pero no para asustarlo. — Buenos días hermosa — me respondió con esa voz ronca de la mañana que tanto me gustaba. Se tardó 15 segundos en abrir los ojos, seguía más dormido que despierto, pero en cuanto me vio parada y arreglada al lado de su cama, sus ojos se abrieron como platos. — Que bonita te ves hoy. Ummm que rico huele, ¿que tienes por ahí? — me pregunto al mismo tiempo que alzo la cabeza de la almohada para ver que había en la bandeja. — El desayuno favorito de mi persona favorita. — le respondí — Eres la mejor, feliz aniversario hermosa. Me jalo tantito de la mano para llevarme hacia él, con una sonrisa en la cara me dio el primer beso del día. Con una sonrisa aún más grande, se lo respondí. No podía con la felicidad que me traía el verlo, y más porque se había acordado del aniversario. Pistas no le 31


faltaron, pero al fin y al cabo sigue siendo un hombre. Le ayudé a poner la bandeja sobre sus piernas, me acosté a un lado suyo y empezamos a

desayunar.

El

arrancó

con

singular

entusiasmo con sus huevos, yo por mi lado inicie con mi tazón de fruta, la sandía siempre es la primera en acabarse, seguida de la manzana y las fresas, la papaya iba hasta el final, no me gustaba, pero sabía lo buena que podía ser para mí. Durante

el

desayuno

hablamos

de

nuestro año juntos, los mejores momentos que habíamos pasado y nuestros planes para seguir pasando momentos como aquellos en un futuro. Todos nuestros mejores recuerdos de la relación eran dentro de la casa. Dentro de poco tiempo deseamos mudarnos muy lejos de aquí para poder salir más seguido, pero mientras tanto, podía ser en esta casa, en una cabaña o en un cuarto chiquito, no me importaba donde estábamos, con tal de que fuese juntos.

32


Los dos nos acabamos el desayuno y nos paramos a lavarnos los dientes en el baño. Mal acabamos, no perdió ni un segundo y me llevó a la cama, no me quejo, pero me da risa. Nos besamos, nos tocamos, nos perdimos y nos volvimos a encontrar, todo debajo de las sabanas. Estuvimos gran parte de la mañana así y cuando teníamos que parar a descansar, nos abrazamos y nos besábamos. Así corrieron las horas del día, soñada a cada minuto, más feliz que nunca y él también lo estaba, se le notaba en la mirada y en su sonrisa, en sus besos y abrazos, en sus “te quiero” y en sus “te amo”. Pasamos todo el día acostados, o por lo menos gran parte de la mañana. Tan solo bajamos a la cocina cuando tuvimos hambre y en

cuanto

acabamos

regresamos

a

la

habitación, bendita juventud. — ¿Puedes creer que ya pasó todo un año? — me pregunto entre beso y beso — No, siento que te conozco de toda la vida — le respondí mientras jugaba con su pelo 33


El tan solo me respondió con una sonrisa, pero a lo largo de ese año había notado que sus sonrisas dicen más de lo que él se atreve a decir con palabras. Nos quedamos acostados, mirándonos a los ojos, sonriendo como un par de estúpidos, pero no me importaba, él era mi estúpido. Corrió el reloj y pasó más de lo mismo, el día fue un sueño, una fantasía que por fin estaba viviendo. Ya estaba oscuro afuera, la calle se escuchaba menos transitada, los vecinos no estaban haciendo ruidos, había paz completa en medio de un mundo caótico o puede ser que no la había, pero el estar con él me la daba. Nos estábamos preparando para irnos a dormir cuando escuchamos ruido afuera de la casa. Tenemos una regla de que yo no puedo abrir

la

puerta,

entonces

yo

seguí

desvistiéndome para cambiarme a mis shorts de pijama en lo que él iba a checar que era. El aun no salía del cuarto cuando escuchábamos que llamaban a la puerta de abajo, no entiendo quien en su sano juicio quiere molestar a estas 34


horas de la noche. Se volvieron a escuchar los golpes en la puerta. Solo volteé a ver a Javier y le dije que fuera a checar que era. Salió del cuarto y yo me levanté para ir hacia la puerta de la habitación, como no podía estar abajo

me gustaba

asomarme para

escuchar qué es lo que pasaba, los golpes continuaban. Lo vi bajar por las escaleras y después lo escuché llegar a la puerta. — ¡Amor! Corre y metete al baño — me gritó No sabía lo que estaba pasando, me preocupé demasiado y estuve a punto de bajar con él. Si él me necesitaba quería estar ahí, pero opte mejor por hacerle caso. Me alejé lo más rápido que pude del marco de la puerta de la habitación y me encerré en el baño. Antes de meterme,

escuché

como

otras

personas

gritaban abajo y golpeaban la puerta. Puse el seguro y moví el tocador para ponerlo contra la puerta, me metí a la regadera y cerré la cortina como si eso me fuera ayudar de algo. Los gritos seguían abajo.

35


Después de 5 minutos, se escucharon unos golpes llamando a la puerta. — Buenas tardes Melissa, soy el oficial Hernández, queremos hablar contigo. La voz no se escuchaba clara a través de la puerta, pero si lo suficiente como para que entendiera lo que decía. — Están locos — le contesté con lágrimas de miedo y desesperación brotando de mis ojos — Esta es mi casa, quiero que se vayan de aquí ahora mismo, lo que sea esto es todo un malentendido. ¿Qué le hicieron a Javier, donde esta? — Melissa, soy la almirante Fernández, por favor abre la puerta, no estás en problemas, solo queremos hablar. — Que se vayan de aquí — les respondí con la voz quebrada y gritando — No me importa quienes son ni qué quieren, déjenos en paz y lárguense de una vez por todas. ¿Dónde está Javier? — Solo queremos ayudarte, si quieres hablar con Javier tendrás que salir del baño — me 36


respondió de nuevo la voz femenina que estaba afuera en mi cuarto. — ¡Son unos puercos! Ya déjenos en paz, no voy a salir de aquí hasta que se vayan de la casa y venga Javier. Agarré el otro mueble que teníamos en el baño, un ropero chiquito que usábamos para poner las toallas y también lo tiré contra la puerta. — Está loca — escuché al hombre decirlo a través de la puerta — llámale a algún loquero del precinto, que venga lo más rápido posible. — Loca tu pinche abuela — le respondí con un grito que quebró mi voz Todo mi cuerpo está temblando, no sabía ni que hacer ni qué está pasando. No sabía dónde está Javier, no sabía que querían, no sabía qué pensar, no sabía si tener miedo o si de verdad no tenían ningún problema conmigo, no sabía qué era lo que estaba ocurriendo. Esta es mi casa y no tienen ningún derecho a llegar como unos locos, gritando y

37


golpeando la puerta, y mucho menos en nuestro aniversario. Malditos puercos. Se volvió a escuchar ruido afuera de la puerta, después una voz más calmada y menos imponente me hablo. — Hola Melissa, soy el doctor Felipe, ¿qué te parece si hablamos un ratito? No tienes que salir, solo escúchame y respóndeme si quieres. Ya no sabía qué decir o qué hacer. Solo me quedé callada, para ver qué es lo que tenía que decir este doctor. — Sé que me escuchas, está bien si no quieres hablar conmigo, solo déjame hablarte por un momento.

que

probablemente

estás

preocupada por Javier, lo acabo de ver, está afuera de la casa hablando con uno de los policías

que

conociste

anteriormente.

De

antemano, me gustaría disculparme por todo el estrés y confusión que te han causado, de repente no tienen mucho tacto en sus labores como defensores del pueblo. Otra vez silencio, yo no iba a hablar más hasta que sea con Javier. 38


— Ocupo de tu cooperación Melissa, por favor sal del baño. Solo estoy yo con la almirante Fernández, le instruimos al oficial Hernández esperar abajo con Javier. Ella me ha prometido que no hará nada, solo ocupa estar aquí por cuestiones oficiales, pero solo hablaremos tú y yo. Por favor, sal, no estás en problemas, te lo prometo. Si quieres ver a Javier tendrás que salir en un momento u otro. Tenía

razón,

si me quedaba

aquí

encerrada no llegaría a nada. Aparte Javier está abajo con uno de esos cerdos, si me quedo aquí quien sabe que le lleguen a hacer. — Prométeme que no me pasará nada, ni a mí ni a Javier — le pedí a través de la puerta — Te prometo que tu estarás bien, solo abre la puerta para poder hablar. Yo no soy un policía, soy un doctor y en ocasiones trabajo con ellos, pero eso es todo. Su respuesta me convenció, o fue su tono de voz y la forma de usar sus palabras, pero él no me daba tanto miedo como la almirante o peor aún, el estúpido oficial que me 39


ha llamado loca. Moví los muebles apoyados contra la puerta, no tenían peso alguno, significa que si hubieran querido ya hubieran tirado la puerta, supongo que puede ser un punto bueno. Le quite el seguro a la puerta y la jale hacia adentro. Pasando el marco me esperan dos personas que me saludan con una sonrisa. La almirante era un poco chaparra pero bien formada, se nota que hace ejercicio, el doctor es un señor de edad ya avanzada, vestido con un traje de ocasión café. Adorna su cara con un bigote simple y una calvicie que demuestra aún más el pasar de los años. — Hola Melissa, soy Felipe, mucho gusto en conocerte — me dijo el doctor mientras me ofrecía su desgastada mano para estrecharla. — Hola — lo saludé — ¿Qué está pasando? — Por favor, toma asiento — me dijo el doctor mientras apuntaba con su mano extendida hacia la cama. De mala gana me senté en la cama. A pesar de portarse más amable conmigo, estas personas siguen estando en mi casa sin 40


invitación alguna. El doctor y la almirante también se sentaron, guardando su distancia de mí, supongo para no alterarme más de lo que ya lo habían hecho. — Son unos estúpidos — estalle contra ellos — hoy es nuestro aniversario y miren la forma en la que lo han arruinado. Ya me vieron, estoy bien, aquí no ha pasado absolutamente nada, ahora lárguense de mi casa antes de que yo los corra y díganle a Javier que por favor suba. — Me temo que no podemos hacer eso — me respondió el doctor con un tono casi como pidiendo disculpas — este no es tu aniversario Melissa, puede ser que no te acuerdas, pero hace un año tu vida era completamente diferente. La almirante lleva buscándote un largo rato, hace un año que tu familia te reportó como desaparecida después de que saliste con unas amigas a tomar unas copas. Te descuidaron por un momento y ya no había registro tuyo en el bar, los meseros dijeron que vieron como un hombre te cargaba y te sacaba del bar en un gran estado de ebriedad. 41


Pensaron que era tu novio hasta que tus amigas les dijeron que tu no tenías novio alguno, no le pudimos seguir el registro, o no hasta ahora. Me temo que Javier no es tu pareja Melissa, es normal que pienses que lo es, pasa muy seguido, a esto se le conoce como el Síndrome de Estocolmo. Me empecé a marear al punto de llegar al borde del vómito, nunca en mi vida había estado más confundida y aterrada. — Javier no es tu novio Melissa, es tu secuestrador.

42


EL VIAJE Llantos, llantos y máquinas, que forma de irse. Sabía que este momento llegaría, al igual que todos los presentes, pero eso no significa que estaba preparado para irme. Todo parece tan raro, ver a tu familia despedirse de ti antes de haber muerto, inclusive ya han empezado el proceso de duelo, o eso parece por la cantidad de negación e ignorancia que se vive dentro de estas cuatro paredes. Los puedo escuchar a todos, a cada uno de ellos, sus mocos y sus llantos, sus lamentos y maldiciones, aquí hay de todo un poco, excepto paz para el muerto. La muerte es de los vivos, los muertos tan solo somos los invitados de este proceso. Desde ayer en la noche sabíamos que hoy sería el día. Ya vengo batallando con esta enfermedad por varios años y hoy por fin le tocó ganar la partida. No quiero que me malinterpreten, no estoy feliz de que mi vida 43


haya acabado. Tengo 54 años, sé que aún me quedaba mucho por dar, pero por otro lado, el sufrimiento de una enfermedad terminal es inclusive peor que el destino al que lleva a todos sus pasajeros, y al parecer, hoy me toca a mí llegar. Mi esposa ha llorado sin parar desde la noche de ayer, ha llegado a tal punto que hoy desde la mañana cerré los ojos y fingí no escuchar absolutamente nada. Por supuesto que se asustó y se preocupó aún más de lo que ya estaba, llamó a los doctores e hizo todo un espectáculo. ¿Estoy mal por no querer pasar mi último día hablando con mi esposa? En mi propia opinión, y la única importante ahorita mismo, no lo creo. Yo ya cumplí la condena, ya dije “hasta que la muerte nos separe” y le he dedicado gran parte de todo el tiempo que se me ha prestado, y hoy, agotado. Es mi decisión, yo soy el muerto y quiero morir callado, no prometiendo y diciendo palabras que claramente no podré cumplir ni puedo estar seguro de ellas. Todos quieren que les diga que va a estar bien, pero 44


señores, como quieren que les diga eso si ni sé a qué voy o en donde pararé. La

religión

es

un

aspecto

muy

importante entre los enfermos terminales, o por lo menos en la mayoría de los que llegue a conocer. De chiquito si era religioso, por el mismo motivo que creía en Santa o en el ratón de los dientes, porque me creía los cuentos de hadas. Después crecí, viví y como a todos, la vida me castigó. En los últimos años me he estado apagando, siento como mi máquina poco a poco deja de funcionar y como sus engranes se atrofian. Esto resultó en estar mucho

tiempo

sentado,

acostado

o

simplemente sin hacer mucho esfuerzo físico, tiempo conmigo mismo, tiempo para pensar. Entre tanto tiempo libre obviamente pensé en qué sería de mí una vez que me haya muerto. Cuando apenas iniciaba esos pensamientos, tenía una ligera esperanza de que después de la vida, habría algo que me dejara vivir como mi enfermedad no me lo ha permitido aquí. Rápidamente me di cuenta de que era una idea 45


absurda, nacemos una vez y morimos una vez, que te hace pensar que tú entre todos tendrás la dicha de hacerlo dos veces. A Dios ya lo olvidé, él se olvidó de mí hace mucho tiempo. Sinceramente no creo que exista

Dios,

porque

tiene

las

mismas

probabilidades de existir como las tiene Quetzalcóatl, y si al momento de mi muerte veo una serpiente emplumada volando en la nada, el susto me traerá de vuelta a la vida. Decidí no creer en Dios desde que me enteré de mi enfermedad, si hay un ser tan bondadoso, ¿por qué castigarme tanto? No puedo estar seguro si existe este ser o no, pero espero con todas mis fuerzas que este no sea el caso. A esto hay dos razones, la primera es simple,

he

pecado.

He

pecado

como

absolutamente todos los humanos, y por supuesto que no me he ido a confesar. Si, está la opción sencilla, ve a la iglesia, habla con un padrecito por un rato, dile tus errores y tus horrores para que él te de una receta de palabras a repetir y quedes libre. Nuevamente, 46


tan sólo cuando era un niño pensaba que esto podía ser cierto. Me decían las cosas y sin razonarlas, las aceptaban. Ahora he vivido, reconozco la verdad y sobre todo, las mentiras. Quiero que alguien me explique cómo está el proceso porque yo aun no logro entender bien qué pasa. Tú vas a una iglesia, vas con un humano dentro de una estructura construida por humanos, dentro de este lugar hablas lenguas humanas, le das toda tu información y tus secretos y ¿por esto un Dios todopoderoso ya te perdona? Sí así de poderosos somos los humanos, para que tenemos la necesidad de un Dios en primer lugar. Mi segunda razón es aún más simple, la tiene contra mí, si es que existe. Dicen que todos somos sus hijos, él nos otorga el porvenir a cada uno de nosotros, nuestro destino, nuestro todo. Si esto fuera cierto, Dios tendría más de siete mil millones de hijos vivos, diariamente tendría 372 mil hijos nuevos, ¿entre tanto hijo, porque yo?

47


“Hace las cosas por algo”, “Dios tiene un plan para ti”, oraciones como estas las llevo escuchando desde que se me diagnosticó mi enfermedad, cada vez que me las repiten son aún más absurdas. ¿Qué plan tenía para mí? Acaso vio mi nombre y dijo “Ahh mi amado hijo, con luz y con amor te doy vida de mi vida, para que tú también puedas vivir, amar, llorar y valorar, uy casi se me olvida, por ahí también te meto una enfermedad que hará la mayor parte de tu vida miserable y llena de sufrimiento, pero todo es con amor”, dudo que este haya sido el caso. En forma de que así fuese ¿para qué quiero pasar el resto de la eternidad al lado de una persona que me ha hecho una muy mala jugada? Ya me siento débil, como nunca lo había sentido, frío, como nunca lo había sentido, todo esto mientras unos pitidos de una máquina que me avisan como mi corazón deja de latir y me despiden con su serenata. Mi familia está parada, mi esposa me sostiene de la mano, todos quieren ver al muerto, o al vivo que 48


pronto lo estará. Es tan raro, se siente como tu cuerpo se apaga, diferente a lo que he sentido por la enfermedad, diferente a cualquier cosa que he sentido. Siento como me estoy agotando, no se si despedirme una última vez de mi familia o no. No, no lo haré, pensaran que habrá sido un milagro y ahora hasta la muerte se la quieren adjudicar a alguien que no estuvo presente ni en vida. Se escuchan los últimos llantos, los últimos pitidos y después, nada. Es solo frío, frío y nada, de aquí hasta donde puedas ver, frío y absolutamente nada. Olvídalo, no es tan frío, y no hay solo nada. De hecho, se podría decir que está un poco caliente, no mucho, solo un poco. También hay una luz tenue a lo lejos, como de una vela, un fuego tranquilo que quema sin molestar a nadie. Bueno esto no me lo esperaba, ni ninguno de los otros que van llegando. Todos enfrente de la vela, todos igual de confundidos, unos mojados, otros con la misma bata de 49


hospital que tengo, otros completamente desfigurados, de todo hay un poco. El infierno, nunca me lo imaginé así. Pensé que estaría más caliente, más desorden por todos lados, sigo esperando gritos de dolor que resuenen entre las paredes, pero no escucho más que risas entre las personas. Está bastante lleno, llegan miles y miles, todos igual de confundidos al inicio. Caminé sus pasillos despacio, sin molestar a nadie al inicio, tan solo limitándome a observar. No parece un lugar desagradable, pero ponlo como lo quieras poner, estoy en el infierno, tomar precauciones para no interrumpir o molestar a mis nuevos vecinos no está de más. No creo que me puedan matar, no creo que así funcione esto, pero me queda de aquí hasta el infinito para estar con ellos, y si me molestaron tanto mis vecinos de la casa de al lado por dos años, no me quiero ni imaginar cómo sería tener problemas con los vecinos aquí abajo. Bueno, ya llevo tantito más de dos meses aquí. Al principio estaba asustado, confundido, 50


completamente sorprendido, nadie de los que llegan de verdad pensaba que habría un infierno, y mucho menos que sería así. Después me acoplé, mucho más rápido de lo que pensaba, pero no me sorprende. Aquí está todo mundo, mis amigos que partieron rápido, mis padres, mi hermano mayor, mi artista favorito, inclusive ayer me tope a Juan Pablo Segundo teniendo una conversación con el Dalai Lama pasado. Desde Hitler hasta la Madre Teresa de Calcuta, el repertorio aquí abajo es vasto y extenso. En estos dos meses he aprendido muchas cosas. Al parecer no es tan difícil llegar al cielo, todas las personas que han llegado no batallaron en lo más mínimo, ni hicieron esfuerzo alguno para permanecer puros. Claro, el cielo no es tan padre como te lo pintan, puede que el infierno si esté un poco caliente y oscuro, el cielo si tiene un mejor clima, pero una pésima compañía. Cuando apenas llegué vi si había una forma de mudarse al cielo, investigué, pregunté 51


y pronto me di cuenta de que no quería eso, para nada. El cielo si está lleno de almas, y si, todas son puras y bellas, pero todas son jóvenes, muy jóvenes. Arriba hay puro infante, aquí abajo también hay niños, hay un poquito de todo, pero casi todos los bebés se quedan arriba. Morir recién nacido o a los pocos meses de haber nacido, esa es la clave secreta para llegar al cielo, ¿de verdad quiero estar en el cielo para convivir por el resto de la eternidad con esas almas puras? Por supuesto que no, si no quería eso en vida, menos lo quiero en muerte. Ellos tan solo se han ido al cielo porque la vida no les dio oportunidad de pecar, pero todos los que hemos vivido nos encontramos aquí abajo y nadie se arrepiente. Si hubiera sabido esto desde antes, habría cambiado algunas cosas antes de morirme. Habría pecado, más de lo que ya había hecho. Pregunte en las puertas del cielo, tenía 6 meses cuando se me negó la entrada y ya una vez que se te ha negado, tu único destino es el 52


infierno. Me quedé muy sorprendido al escuchar estas palabras, ¿que habría hecho yo, a los 6 meses, como para perderme la oportunidad de entrar al cielo? Al parecer, tenía hambre. Mi madre no estaba y empecé a buscar leche con la vista, posando mi mirada sobre los senos de las mujeres que me rodeaban, incluyendo mi vecina. En ese instante mi acceso fue denegado, ahí arriba se toman muy enserio lo de no desear a la mujer del prójimo. Si algo les puede recomendar un muerto, o ¿un demonio?, si algo les puedo recomendar yo es que vivan la vida. El infierno ya es un destino seguro, dejen de rezar y pónganse a vivir. No busques oraciones en los labios de las personas, busca besos, no trates de ser puro, vive tus impurezas y disfruta cada una de ellas. Ser puro es imposible, lo era antes y lo es aún más difícil hoy en día. No hay que tenerle miedo a lo que hay aquí abajo, todo lo conoces. El verdadero miedo es desperdiciar toda una vida buscando la perfección y la 53


pureza, porque si llegas a lograrlo te espera una eternidad llena de llantos, gritos y quejas. Tan solo podrás hablar contigo mismo, recordar y pensar en tu vida, convivir con los llantos, los meados y la popó a flujo constante. No te quedará nada más que hacer que analizar tus propios recuerdos, y así llegar a la coyuntura de que has llegado al verdadero infierno, tanto en vida como en muerte.

54


Índice: BIENVENIDO AL TRABAJO . . . . . . . . . . . . . . . 8 LAS BARRACAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 DE CACERIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 VIAJE EN TREN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 VON BRAUN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 FELIZ ANIVERSARIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 EL VIAJE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

55


56


57


En estos pequeños y no tan pequeños cuentos encontrarás aspectos del ser humano plasmados de una manera poco convencional. Te invito a leer y a analizar estos cortos textos que te van a sorprender. En ellos vas a encontrar los claroscuros del ser humano, narrados con una honestidad que no hallarás en ningún otro lugar. Bienvenido.

58


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.