Weed you
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Cannabis
María...
Fotos y texto: Tony Cash
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salve
medicinal en Ecuador
Esta alternativa terapéutica ya ha sido reconocida en varios países, pero en el Ecuador el debate sobre la marihuna medicinal es mínimo.
Los pacientes que optan por usar Marihuana con fines terapéuticos, deben afrontar el estigma social y la ley penal vigente
Por lo general, quienes abordan el tema de la marihuana en el país, lo hacen con una mirada maniquea, vertical, en la que el debate se reduce al gramaje mínimo permitido, a la legalización del uso recreativo, a su apocalíptico impacto en la sociedad y a la eterna disputa por los efectos de la planta. Este es un testimonio -en primer plano- del uso medicinal que se le puede dar al cannabis, con todos los riesgos que ello implica. Continua en la página siguiente
Ingredientes:
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-weed -actitud -sitio al aire libre
La ventaja de nacer en un barrio conflictivo es que te familiarizas con los problemas de la ciudad de una manera más cruda. En el tema de las sustancias sujetas a fiscalización, por ejemplo, reconozco que fue en el barrio donde aprendí a diferenciar el olor de un cigarrillo normal, del de un porro de marihuana y de lo que se denomina una pistola (tabaco mezclado con base de cocaína). De esos tres olores, siempre preferí el olor de la Sativa, ya sea por que su aroma parecía transportarme al medio de un bosque frondoso, o por sus efectos relajantes y eufóricos que hacían que todo ‘sea más divertido’, o quizás porque me permitía concentrarme más en mis ideas, sentimientos, y por que de vez en cuando todos debemos romper la monótona realidad mundana. Cuando me involucré con la marihuana, lo hice con un afán puramente recreativo y experimental. Hoy, casi once años después de probar la ‘weed’, mis intereses y objetivos a corto plazo son totalmente distintos. Para no caer en el riesgo de que los críticos consideren a este texto como una simple ‘apología a la marihuana’, me limitaré a narrar con la mayor objetividad posible, la forma en la que empecé a involucrarme de cerca con la tan difamada marihuana medicinal. Todo comenzó en diciembre del 2015. Una semana antes de comer pavo en navidad, mi familia recibió el que hasta ahora es el golpe más duro que hemos tenido que afrontar. Un ser muy querido, con toda la vida por delante, 22 años, y una salud hasta ese momento sin problemas, fue diagnosticado, de la noche a la mañana, con leucemia mieloide. Continua en la página siguiente
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Hacer aceite medicinal de Cannabis sin caer preso en el intento
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En ese momento, por mi mente pasaron varias conversaciones que mantuve con otros stoners sobre los efectos curativos de la marihuana. Claro, siempre lo haciamos desde un punto de vista especulativo y con una inclinación marcada al libre consumo y al autocultivo. Pero al no tener libre acceso a medicamentos en base a marihuana o disponer de un cultivo personal, como ocurre
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El mundo se nos vino encima. En mi caso, caí un par de días en una profunda depresión. Depresión que logré superar, justamente, gracias a las propiedades de la ganjha. Una vez que los médicos confirmaron el diagnóstico en emergencias, enseguida comenzó el tratamiento recomendado en estos casos: siete sesiones de quimioterapia que deben cumplirse en el lapso de un año.
en Uruguay, se debe conseguir la hierba por izquierda, osea, ilegalmente. Luego de algunas llamadas y conversaciones, hicimos el negocio por media libra de marihuana de alta calidad para fabricar aceite medicinal. Y por alta calidad me refiero a marihuana de planta, sembrada orgánicamente, sin químicos y sin prensar. A pesar de tener toda esa cantidad de hierba, no me sentía en el paraiso. Sabía que era tiempo de apelar a la maría en su forma más pura y noble, la de sanar, la de renovar el ánimo, la que ayuda a conciliar el sueño, la que abre el apetito, y lo más importante, la que palea los efectos de la quimioterapia y también mata las células cancerígenas. Esto último no lo invento yo, ni la revista High Times, Cheech and Chong o ningún defesor de la ganjha. Lo dice Cristina Sánchez, Investgadora de la Universidad Complutense de Madrid, a través de un estudio que confirmó que tanto el THC y el CBD, dos de los compuestos que conforman la estructura molecular de la Mary Jane, llevan a las células cancerigenas a una especie de suicidio limpio. Es decir, hace que se autodestruyan sin afectar o contaminar a las células sanas.
Ya con el material, iniciamos el proceso de producción. Un colega, a quien estaré eternamente agradecido, nos ayudó en la preparación y nos transmitió su conocimiento en el manejo adecuado de la marihuana. Previamente, tuvimos que comprar seis litros de alcohool potable al 95%, dos embudos grandes y varios filtros de café. Para empezar, enrolamos un fat joint de la misma hierba que sirvió de materia prima. Con Apollo Brown de fondo, empezamos a cortar, cogollo por cogollo, todo el material que disponíamos. En lo posible, tratábamos de no manipular con las manos la marihuana, ya que al hacerlo, de a poco se pierden los valiosos cristales de THC. Luego de aproximadamente una hora y media de cortar con tijera los cogollos, agrupamos toda la weed resultante y la mezclamos con hojas, ramas y material organico de cosechas previas de marihuana que estaban en refrigeración. Después, pusimos todo dentro de bolsas Ziploc,y las metimos al congelador durante aproximadamente dos horas. El objetivo de esto, según me lo explicó mi colega cuyo nombre omitiré para evitarle problemas legales, es que los cristales de THC se vayan despegando de las hojas. Es decir, que los compuestos medicinales empiecen a desprenderse de la materia vegetal. Para que la espera no sea tediosa, prendimos otro bate de marihuana y exploramos algunos discos de rap. Dos horas después, sacamos la hierba del congelador y añadimos cinco litros de alcohol. Dejamos reposar la Continua en la página siguiente
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mezcla por unos diez minutos, y enseguida la sernimos con un colador grande. En este paso, se filtra gran parte de la materia vegetal, es decir, las hojas y cogollos. Posteriormente, hicimos el segundo filtrado, pero usando filtros de café. Este paso es uno de los más largos y tediosos, ya que debes filtrar toda la mezcla para que no quede ninguna impureza. Gota por gota, hasta el final. Dos horas después, la mezcla estaba pura.
El liquido, que tomó un tono rojizo y no es más que marihuana disuelta en alcohol, se debe colocar en una olla arrozera y evaporarlo. La meta es eliminar el alcohol. Se sabe que está totalmente evaporado, cuando se siente el aroma característico de la marihuana. Pero hay que tener cuidado en la evaporización, ya que el alcohol es un elemento muy imflamable, por eso se recomienda hacerlo en un sitio abierto. En este paso, ya con la oscuridad de la noche, encendimos otro porro y conversamos de experiencias previas de mi colega. Nos confesó que antes ya elaboró aceite de marihuana para el familiar de un amigo cercano, que también fue dianosticado con cáncer. Incluso, él mismo se trata de cualquier enfermedad, con la yerba. ‘Yo me curo así de todo, solo con la weed’. Al final, cuando en la mezcla se empiezan a formar burbujas, se debe trasladar el contenido a un pirex y calentarlo a llama baja. Esto permitirá que se elimine totalmente los residuos de alcohol y que quede solo el aceite concentrado de cannabis. Y ya está lista la medicina. Finaliza en la página siguiente
Ya llevamos cuatro meses con el tratamiento complementario de aceite de cannabis medicinal para mi familiar con leucemia. Rick Simpson, el precursor del uso y fabricación de esta medicina, recomienda que se suministren entre tres y seis gotas al día del aceite. Todo depende del peso y la tolerancia a los compuestos de la marihuana. Con satisfacción, notamos que los resultados
La cura,
han sido positivos. El aceite le ha abierto el apetito, permitiéndole ganar todo el peso que perdió como resultado de la quimioterapia. Además, ha logrado cicatrizar muy bien las heridas, ya que por su enfermedad, le debieron realizar un transplante de piel en el brazo. Y me complace decir, que los médicos se sorprendieron con el proceso de cicatrizado y curado. Incluso, dijeron que
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en nuestras manos
el implante se curó como si no tuviera cáncer a la sangre. Además, su estado de ánimo ha mejorado considerablemente. Lo digo porque, cuando está en casa en el alta médica, realiza varias de las actividades que cumplía antes que le detecten la enfermedad. Tanto él, como el resto de la familia, han notado un cambio positivo y cambiaron su perspectiva con respecto a la weed.